Está en la página 1de 2

1.

0 CARTA
Hey.
No sabía como empezar esto, de verdad que no tenía idea de cómo saludarte así que opte
por algo simple, aunque mi redacción no es el punto aquí. De hecho te escribo por algo
totalmente diferente, porque hace mucho que no nos encontrábamos.
Creo que la mayoría de las personas en el mundo mantienen en su memoria los mejores
recuerdos, los más alegres, los más coloridos, los más emotivos, los que más satisfacción
les proporcionan. Pero ¿Qué pasa con los malos?, siempre nos dicen que olvidemos los
malos momentos, que los dejemos ir porque solo nos lastiman.
¿Pero no ese dolor también nos ha moldeado? El lugar que tenemos en el mundo, la vida
que elegimos vivir y como decidimos actuar, aunque lo neguemos y reprimamos en el
interior de nuestro sentir, aunque nuestra memoria no quiera traerlo de vuelta a nosotros,
ese dolor nos ha creado tanto como toda la felicidad.
Y es justo ese dolor el que me ha hecho poder conocerte, te había mantenido oculto por
temor a la impresión que los demás pudieran llevarse de mí, ahora que lo escribo después
de tanto tiempo me parece tonto, muy estúpido de hecho. Porque tenía miedo de lo que
pensaran de mí, y me hice infeliz haciéndome pasar por alguien que no era, que no fui, ni
seria jamás.
Pero a veces pasa con mucha más frecuencia de la que creemos, nos reprimimos pequeñas
acciones que consideramos a las demás personas no les gustan, una tras otra, sin darnos
cuenta terminamos ocultando un sin fin de cosas que para nada deberían resultarnos
incomodas de mostrar si al final somos felices con ello. Es inevitable a veces, porque el ser
humano, aunque lo neguemos, siempre busca sentirse aceptado en algún grupo para poder
sentirse completo, porque si no le agradas a las personas, no tendrás amigos y si no tienes
amigos es porque eres raro, y ser raro no es bueno porque la gente te creerá un friki porque
eres diferente a los demás y entonces estarás solo, aunque la soledad no sea mala serás
juzgado porque ese es el centro de la mayoría de grupos de la sociedad, criticar a los demás
aunque sean falsos también.
Sin embargo ese tampoco es el punto, ni la razón por la que hoy te escribo. No vengo a
sermonearte por algo que yo mismo hice mal gran parte de mi vida porque sería demasiado
hipócrita de mi parte enseñarte algo que jamás puse en práctica en mí. De hecho lo hago
por todo lo contrario, sé que es un poco tarde pero si aprendí algo es que el tiempo no se
detiene para nadie, por ello quiero disculparme contigo por todo lo que hice mal, por
tratarte de esa manera. Porque nos lastime a ambos tratando de seguir algo que no
queríamos pensando en que sería mejor ser lo que todos querían ver y no lo que
aspirábamos a ser.
Ya me han dicho que mis intenciones no eran malas, porque solo quería hacerlos felices
siguiendo esa larga lista de éxitos, aunque después comprendí que poner en juego nuestra
felicidad no era el camino correcto. Lastime a muchas personas que jamás desee hacer
sufrir, las dañe sin darme cuenta y hoy me arrepiento profundamente por todo ello, nos cree
heridas de esas que no sangran porque son de las que rasgan el alma y nos marcan para
siempre. Como castigo llevo las propias, ocultas bajo la ropa. A veces no me permiten
dormir por la noche, el remordimiento de irme sin decírselos me asfixia y hace que el
insomnio aparezca, aunque al igual que a ti ya lo considero un amigo, se había hecho un
visitante frecuente en el principio pero sus brazos cálidos y su cariño hicieron que se
despidiera y solo me visita por momentos.
Querido amigo, soy feliz. Porque ahora no me lamento por mi forma de vivir, porque
aunque aún vivo con cierto dolor sé que es eso lo que me ha mantenido existiendo, es el
quien me ha hecho poder ser feliz con quien amo en mi vida, es el que me ha hecho ver a
mis amigos como hermanos y es el que me ha acompañado en mis momentos de soledad,
toda mi vida he lidiado con ese dolor en distintas formas pero hoy entiendo que ese dolor
soy yo mismo, es parte de mí y seguirá siéndolo hasta ese día en el futuro cuando podamos
encontrarnos una vez más. Cuando sea el tiempo de marcharme quiero agradecerte una
última vez.
Espero que donde quiera que te encuentres ahora puedas leer lo que escribo, porque sé que
sigues conmigo y aunque ahora no puedo decir más al final no puedo ocultarte nada porque
también sé que conoces todo lo que siento.
Le saludare de tu parte, viviré una buena y larga vida por ambos, te recordare con amor.
Agmong, porfavor, vive libre y siempre en mi memoria.
- Christopher.

También podría gustarte