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17
Después Samuel convocó al pueblo delante de Jehová en Mizpa, 18 y dijo a los
hijos de Israel: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto, y
os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los reinos que os
afligieron. 19 Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os guarda de
todas vuestras aflicciones y angustias, y habéis dicho: No, sino pon rey sobre
nosotros. Ahora, pues, presentaos delante de Jehová por vuestras tribus y por
vuestros millares. 20 Y haciendo Samuel que se acercasen todas las tribus de Israel,
fue tomada la tribu de Benjamín. 21 E hizo llegar la tribu de Benjamín por sus
familias, y fue tomada la familia de Matri; y de ella fue tomado Saúl hijo de Cis. Y le
buscaron, pero no fue hallado. 22 Preguntaron, pues, otra vez a Jehová si aún no
había venido allí aquel varón. Y respondió Jehová: He aquí que él está escondido
entre el bagaje. 23 Entonces corrieron y lo trajeron de allí; y puesto en medio del
pueblo, desde los hombros arriba era más alto que todo el pueblo.
Así creó Dios cada cosa que hay en la tierra, incluyendo al ser humano, cada
uno con una misión, un plan perfecto. “Puedes hacer todos los planes que
quieras, pero el propósito del SEÑOR prevalecerá.” Proverbios 17:21 NTV
Su misión era simple, solo debía salir a buscar las asnas de su padre, ni si
quiera su padre imaginaría que esa salida daría como resultado que su hijo
fuera elegido como “Rey de Israel”. Así es hermanos, Dios obra de formas
inimaginables, tú sales de casa y tienes algo en mente, tienes tu día
organizado, pero en un segundo todo puede cambiar, pues los planes del
Señor no son iguales a los nuestros “Puedes hacer todos los planes que
quieras, pero el propósito del SEÑOR prevalecerá.” Proverbios 17:21 NTV
Dios ya tenía un plan diseñado para Saúl, pues su pueblo, el pueblo de Israel
le habían hecho una petición, ¡Querían un rey! No les era suficiente tener un
Dios todopoderoso, pero Dios en su infinito amor, paciencia y misericordia,
les iba a conceder esta gran petición.
Leemos los versículos 15-17 del mismo capítulo 9, “Y un día antes que Saúl
viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo: Mañana a esta
misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás
por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los
filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado
hasta mí. Y luego que Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: He aquí este es el
varón del cual te hablé; este gobernará a mi pueblo.”
Cuando Saúl regresa a casa, la persona que lo recibe es su tío. Versículos 14-
16 del capítulo 10, “Un tío de Saúl dijo a él y a su criado: ¿A dónde fuisteis? Y
él respondió: A buscar las asnas; y como vimos que no aparecían, fuimos a
Samuel. 15 Dijo el tío de Saúl: Yo te ruego me declares qué os dijo Samuel. 16 Y
Saúl respondió a su tío: Nos declaró expresamente que las asnas habían sido
halladas. Más del asunto del reino, de que Samuel le había hablado, no le
descubrió nada.”
Samuel ya sabía quién era el escogido por Dios, pero llegado el momento de ser
presentado este nuevo rey, no aparecía, a pesar de ello, la rección de Samuel fue
consultarle al Señor, Versículos 20-22 del capítulo 10 “Y haciendo Samuel que se
acercasen todas las tribus de Israel, fue tomada la tribu de Benjamín. E hizo llegar la
tribu de Benjamín por sus familias, y fue tomada la familia de Matri; y de ella fue
tomado Saúl hijo de Cis. Y le buscaron, pero no fue hallado. Preguntaron, pues, otra
vez a Jehová si aún no había venido allí aquel varón. Y respondió Jehová: He aquí
que él está escondido entre el bagaje.”
Saúl ya sabía lo que Dios tenía para él, pero aun así se sentía incapaz, atemorizado
de la gran bendición inesperada que Dios le había otorgado. ¿Cuántas veces te has
sentido que no puedes más? Dinámica con los jóvenes, Dios hablaba: “ven, no te
distraigas, escucha mi voz, acércate a mí, yo creo en ti, tu puedes hacerlo…”
Debemos salir del escondite en el que estamos ¿Por qué estar allí? Dios nos ha
dotado de capacidades que ni aun nosotros conocemos. ¡Sal del equipaje y camina
sobre ese propósito perfecto que ha preparado Dios para ti! No esperes a que
vengan otros y te saquen y así sean descubiertas tus debilidades al enemigo. Dios
cree en ti, porque Él te formó, Él sabe de qué estás hecho.
Un maestro quería enseñarles una lección muy especial a sus alumnos, y para ello les dio la oportunidad
de escoger entre tres exámenes: uno de cincuenta preguntas, otro de caurenta y uno último de treinta.
Entregó los exámenes y cuando terminaron, allí mismo, delante de ellos, les dio las calificaciones. A los
que escogieron el examen de treinta preguntas les puso 0, sin importar que hubieran contestado
correctamente todas las preguntas. A los que escogieron el examen de cuarenta, les puso 5, aún cuando
más de la mitad estuvieran incorrectas. Y a los que escogieron el examen de cincuenta preguntas les
puso un 10, no obstante, se hubieran equivocado en casi todas las respuestas. Como los estudiantes no
entendían nada, el maestro les explicó, queridos alumnos: permítanme decirles que yo no estaba
examinando sus conocimientos sino su voluntad de apuntar a lo alto. Ese esfuerzo por alcanzar metas
difíciles los acompañará por el resto de la vida. Cada uno escogió según lo que quiere de su futuro.
¿QUÉ TAN ALTO CREES QUE PUEDES LLEGAR? ¿QUÉ TAN ALTAS SON TUS EXPECTATIVAS?