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UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ

DE GUATEMALA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
CENTRO UNIVERSITARIO DE JUTIAPA

“EL DERECHO MARÍTIMO EN EL DERECHO INTERNACIONAL

PÚBLICO”.

DELIA MARÍA PRIVADO MÉNDEZ DE MARROQUÍN

GUATEMALA, 11 MARZO DE 2014.


AUTORIDADES DE LA FACULTAD, ASESOR Y REVISOR DEL TRABAJO DE

GRADUACIÓN:

 DECANO DE LA FACULTAD: DOCTOR RODRIGO MONTUFAR

RODRIGUEZ

 SECRETARIO DE LA FACULTAD: LICENCIADO OMAR ABEL MORALES

LURSSEN

 ASESOR: LICENCIADO FRANCISCO LIDANY MARTINEZ CUEVAS

 REVISOR: LICENCIADO SALVADOR HUMBERTO LOPEZ SOTO

iii
iv
v
vi
REGLAMENTO DE TESIS

Artículo 8°: RESPONSABILIDAD

Solamente el autor es responsable de los conceptos expresados en el trabajo de

tesis. Su aprobación en manera alguna implica responsabilidad para la Universidad.

vii
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 1

CAPÍTULO I

1. El derecho del mar 3

1.1. Evolución histórica 3

1.2. El derecho del mar tradicional 7

1.2.1. Edad media 7

1.2.2. Las Bulas Papales 9

1.2.3. Libertad de los mares 11

1.2.4. La conferencia para la codificación progresiva del Derecho

Internacional de la Haya 15

1.2.5. Esfuerzos internacionales en la materia 20

CAPÍTULO II

2. Las Zonas Marítimas en el Derecho Marítimo 29

2.1. Las zonas marítimas en jurisdicción nacional 29

2.1.1. Aguas Interiores 29

2.1.2. Mar territorial 29

2.1.3. Zona contigua 33

2.1.4. Zona económica exclusiva 36

2.1.5. Plataforma continental 39

2.2. Las zonas marítimas en jurisdicción internacional 44

2.2.1. Alta mar 44

2.2.2. La zona 46

CAPÍTULO III

3. El derecho marítimo en el derecho internacional público 48

3.1. Introducción 48

3.2. El derecho internacional marítimo 48

viii
3.3. La Convención de las Naciones Unidas sobre Derechos del Mar 50

3.4. La Primera Conferencia de Naciones Unidas sobre derecho del mar

52

3.4.1. Convención sobre el mar territorial y la zona contigua 56

3.4.2. Convención sobre la alta mar 57

3.4.3. Convención sobre pesca y conservación de los recursos vivos

de alta mar 58

3.4.4. Convención sobre la plataforma continental 59

3.5. La Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre derechos del

mar 61

3.5.1. Etapa de inercia 62

3.5.2. Etapa de integración 62

3.5.3. El nuevo derecho del mar 62

CAPÍTULO IV

4. Instituciones y Procedimientos de Derecho Marítimo en el Derecho

Internacional Público 64

4.1. El tribunal internacional del Derecho del Mar 64

4.1.1. Organización del tribunal internacional de derechos del mar

65

4.1.1.1. Magistrados 65

4.1.1.2. Presidente y vicepresidente 66

4.1.1.3. Salas 66

4.1.1.4. La sede del tribunal 68

4.1.2. Procedimiento del tribunal internacional de derecho del mar

68

4.1.3. Responsabilidades y obligaciones de los estados patrocinantes

de personas y entidades respecto de actividades en la zona

69

4.1.4. Presupuesto y finanzas 70

ix
4.2. Resolución de controversias en el Derecho internacional del mar 71

4.2.1. El sistema de solución de controversias en la Convención de

Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar 73

4.2.1.1. Procedimientos voluntarios para la solución de

controversias 77

4.2.1.2. Procedimientos obligatorios 78

CONCLUSIONES 89

RECOMENDACIONES 91

BIBLIOGRAFÍA 92

ANEXO

ANEXO NÚMERO UNO GLOSARIO 94

ANEXO NÚMERO DOS BOLETA DE ENCUESTA 99

ANEXO NÚMERO TRES RESULTADOS DE LA ENCUESTA 100

x
INTRODUCCIÓN

Es importante hacer notar que el Derecho Marítimo como tal, es poco

conocido, no sólo nacional sino también internacionalmente, por ello el trabajo que a

continuación se desarrolla se formó en base a la inquietud de escudriñar aspectos

importantes que conjugan con los momentos comerciales, de turismo y jurídicos en

torno a las actividades que se realizan en el mar.

Debido al tema que se desarrolla en éste trabajo de tesis, explicaremos

ampliamente que el Derecho Marítimo es un conjunto de normas jurídicas que rigen

los problemas que surgen a raíz de las relaciones entre entidades de Derecho

Privado y Público, durante el tráfico marítimo y las actividades realizadas dentro del

mismo, pero tratándolo a la vez como una situación internacional que regula las

relaciones entre Estados.

Ahora bien, no menos importante es la hipótesis formulada, ya que debido a

su planteamiento se inició el presente trabajo de investigación, la que literalmente

dice: “El derecho internacional público contiene normas relativas al derecho marítimo

de plena vigencia y observancia por parte de los Estados del mundo”.

En el capítulo primero explicaremos sobre la evolución histórica del Derecho

del Mar, no sólo dentro de los países, sino también, los tratados y convenios que han

llegado a formular y establecer.

Lo expuesto en el capítulo segundo, trata sobre las zonas marítimas en el

Derecho Marítimo, tanto nacional como internacional, proporcionando las medidas y

los acuerdos a que los mismos países se unieron para decidir y obtener relaciones

comerciales de gran envergadura.

Sin alejarnos del tema, haremos un esbozo acerca del Derecho Marítimo en el

Derecho Internacional Público, tema de nuestro trabajo de tesis, haciendo énfasis

sobre el significado del Derecho Marítimo, y en base a ello, en su oportunidad se

llevó a cabo la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho de Mar o

1
2

CONVEMAR, debido a las relaciones comerciales por la vía marítima entre los

países, siendo necesario normar y regular, definiendo aspectos que unieran lazos

fuertes de amistad, todo esto, está contenido en el capítulo tercero.

Como en toda investigación, en ésta también existe el capítulo cuarto que se

denomina Instituciones y procedimientos de Derecho Marítimo en el Derecho

Internacional Público, el cual indica las instancias internacionales para la resolución

de conflictos y controversias, por medio de la interpretación y aplicación de la

Convención de las Naciones Unidas sobre el Mar, existiendo de tal forma tribunales

internacionales, que a solicitud de parte interesada, puede existir un juicio de

arbitraje internacional.

El presente trabajo toma de varias bibliografías temas importantes sobre el

Derecho Marítimo que, analizados, podrían ayudar a las autoridades educativas

universitarias de este país para formar un compendio general con fines de estudio,

que proporcione directrices para formar criterios avanzados y de la mano con los

cambios en el mundo.

La relación con el Mar, desde todos los puntos de vista, va a existir siempre,

por ello se recomienda que se establezcan parámetros, aquí establecidos, que

puedan servir como objeto de estudio.


CAPÍTULO I

1. EL DERECHO DEL MAR

1.1. Evolución histórica

La primera forma de transportación del hombre fue precisamente la

navegación. Aparte de los pequeños tramos que se desarrollaban en ríos y lagos, lo

significativo de esta traslación lo constituye la navegación por la vía marítima.

De ahí que con la evolución del hombre, surgen la necesidad de normar sus

interrelaciones con sus pares y entre otros, surge entonces el denominado derecho

del mar o derecho internacional público del mar, la cual resulta ser una rama

especializada del derecho internacional público.

Como guía mismo del derecho internacional público, ha permitido el avance en

muchas materias propias de lo jurídico concerniente a las naciones. A su vez ha sido

influido por ese avanzar generalizado de la ciencia jurídica y sus expresiones

positivas convencionales.

El mar en la antigüedad

“El mar siempre ha desempeñado un papel primordial, sino imprescindible,

para los pueblos del mundo. Desde su infancia la humanidad se ha refugiado en sus

costas, aprendiendo a extraer de él sus frutos vivos y navegar su magnitud. ”1

La historia misma del derecho mercantil establece que, cada civilización ha

hecho serios intentos (muchos exitosos) de obtener y mantener el dominio pleno de

ciertas áreas de los océanos, incluidos los recursos que de ahí provienen.

La historia establece que las primeras grandes civilizaciones que pudieron

ejercer dominio en gran parte de los océanos fueron los fenicios, quienes además

respetaron el carácter de res communis ómnium de las aguas saladas.

De hecho, la mayoría de las antiguas culturas fincadas en Asia, se hicieron a

la mar como exploradores y como comerciantes, con la confianza de que les asistía

un derecho inalienable a navegar libremente.

1
CRUZ ALEXANDER, Héctor. Antecedentes histórico-jurídicos del actual derecho del mar. México, Universidad
Abierta. 2004

3
4

Una muestra de lo anterior lo constituyen recientes hallazgos en diversas

partes de América que demuestran fehacientemente la presencia de navegantes

vikingos y chinos en el continente, mucho antes de la venida de Cristóbal Colón.

La historia marca el origen del derecho del mar como tal, en la actividad

marítima de los pueblos que habitaban el subcontinente indio alrededor del tercer y

segundo siglo a.C.

En el Arthastra, un código que regulaba la política en la India, se encuentra un

capítulo dedicado exclusivamente a normas regulatorias de la navegación y comercio

marítimo, en donde se establece la figura de un superintendente de barcos, cuya

función era el control de los puertos, embarcaderos y las naves comerciales que

arribaban a los puertos bajo su influencia. Dentro de sus atribuciones destaca la

facultad de reducir impuestos por razones determinadas y combatir las naves de

piratas o contrabandistas

“Por su parte, en el Código de Manú, también de origen hindú, catalogaba los

distintos tipos de mercaderías, por su origen y por la clase de cosas que se

transportaban, normando además distintos tipos de problemas en relación a la

navegación”.2

De los antiguos griegos, quienes también fueron reconocidos navegantes y

comerciantes marítimos, cabe destacar las denominadas Leyes Rodias.

En cuanto a este compendio de leyes, resulta oportuno aclarar que, en la edad

Antigua, no existió un Derecho Mercantil plenamente desarrollado, sino tan sólo

normas aisladas relativas a determinados actos o relaciones comerciales, tales como

las Leyes Rodias, las cuales deben su nombre a tener su origen en la Isla de Rodas,

y constituían un compendio de usos y costumbres del comercio marítimo. No

obstante, fueron tan plenamente reconocidas y consideradas perfectas para su

tiempo, que el emperador romano Antonio, declaro que así como le correspondía a él

la Ley de la Tierra, a la “Ley de Rodia la del Mar”.3

2
ARAND. R.P. Origin and development of the law of the sea. Citado por: CRUZ ALEXANDER. Ob. Cit.
3
Wikipedia. Loc. Cit.
5

No obstante, la proximidad de las ciudades griegas más importantes al Mar

Mediterráneo y el hecho de que la vía marítima fuera la más expedita para

aproximarse a otras ciudades, hizo que el comercio por mar fuera una actividad de

primer orden para su economía. Con ello se instituyeron figuras que aún ahora, con

algunas diferencias, existen en el Derecho Mercantil de nuestro tiempo. Por ejemplo,

el préstamo a la gruesa ventura que era, como el contexto lo sugiere, un negocio por

el cual un sujeto hacía un préstamo a otro, condicionando el pago por parte del

deudor, a que el navío partiera y regresara exitosamente de su destino. En el fondo,

el prestamista corría el riesgo de perder un patrimonio prestado, si ocurría un

siniestro en alta mar. Era un préstamo aventurado. Esta institución se considera

como antecedente del contrato de seguro.

La echazón también se identifica como aporte griego. Por ella el capitán del

buque podía aligerar el peso de la carga echando las mercaderías al mar y sin mayor

responsabilidad, si con ello evitaba un naufragio, encallamiento o captura. En el

Derecho Mercantil marítimo se le conoce hoy como avería gruesa.

El Derecho romano también tuvo mucha influencia en el derecho marítimo de

la antigüedad. La vastedad territorial del imperio permitió la aceleración del tráfico

comercial por esta vía; pero esto no generó un Derecho Mercantil autónomo. Por el

contrario, el Jus Civile era un derecho destinado a normar la actividad privada de los

ciudadanos, fuera o no de carácter mercantil. Una de sus principales características

distintivas era la de ser un derecho esencialmente formalista. Para que los negocios

jurídicos cobraran validez se les adornaba con fórmulas sacramentales necesarias

para el surgimiento de vínculos jurídicos. Pero sucede que el comercio se ha

caracterizado y se sigue caracterizando por desenvolverse en forma rápida, sin

mayores formalismos. ¿Cómo podía entonces acogerse a un derecho tan rígido en

sus mecanismos? El genio romano encontró una solución dándole facultades de

interpretación casuística al Pretor, de manera que cuando aplicaba la Ley Civil al

comercio, debía observar las peculiaridades propias del fenómeno comercial.


6

Siguiendo la tradición, los romanos adoptan dichas reglas, ya amalgamadas

con la usanza griega. Aparece entonces el resabio de las famosas Leyes Rodias en

el Digesto romano, desde donde, a través de la Edad Media, saltarían hasta las

legislaciones de Europa Occidental y finalmente heredadas por la tradición jurídica

latinoamericana, incluyendo la guatemalteca.

“Muchas de las leyes del imperio romano antiguo son hoy por hoy la base del

entendimiento de la comunidad internacional y su revestimiento jurídico. Tal es el

caso de la Instituta de Justiniano, libro segundo, título primero, en donde se trata la

división de las cosas, de cuyo texto se cita lo siguiente: "Et quidem naturali iure

communis sunt omnium haec: aer, aqua profluens et mare, et per hoc litora maris.

Nemo igitur ad litus maris accedere prohibetur, dum tamen villis et monumentis et

aedificiis abstineat, quia non sunt iuris gentium, sicut et mare", lo que traducido

significa: "Y por derecho natural son en verdad comunes a todos estas cosas: el aire,

el agua corriente y el mar, y por lo mismo las costas del mar. A ninguno, pues, se

prohíbe acercarse a las costas del mar, con tal de que, sin embargo, se aparte de las

granjas, de los monumentos y de los edificios, porque no son, como el mar, del

derecho de gentes".4

Continúa la Instituta estableciendo que: "Mas todos los ríos y los puertos son

públicos y por tanto, es común a todos el derecho de pescar en el puerto y en los

ríos. "Más es costa del mar hasta donde se extienden las mayores olas en el

invierno." "También es derecho de gentes el uso público de las costas, como el del

mismo mar: y por ello cualquiera es libre de situar allí una cabaña en la que se

abrigue, así como de secar sus redes y sacarlas del mar. Mas la propiedad de ellas

puede entenderse que no es de nadie, sino que es del mismo de quien el mar y la

tierra o la arena que está debajo del mar."

Al pueblo romano se debe también la denominación del Mediterráneo, al que,

inicialmente llamaban: Mare Nostrum como signo de pertenecía al Imperio Romano

4
GARCÍA DEL CORRAL. Idelfonso. Cuerpo del derecho civil romano. Citado por: CRUZ ALEXANDER. Ob. Cit.
7

por sobre los demás pueblos, por su dominio en la técnica naval y repetidos triunfos

ante flotas de otros pueblos y embarcaciones piratas sobre dichas aguas

Con la debacle del imperio romano, empiezan a regir en el área las

denominadas Basílikas, o Leyes del emperador Basilio y los agregados que su hijo

Leone le hará posteriormente, las normas válidas que rigieron la vida marítima de los

subsiguientes años, especialmente en el Imperio Bizantino, hasta su caída a manos

de Mahoma.

De esa época en adelante, aparecen diversos compendios de normas

marítimas que hacen de alguna manera referencia al estatus jurídico del mar. Entre

ellas se cita: la tabla amalfitana (1135), las reglas de Olerón (1266), el libro negro del

Almirantazgo (1375), El Consulado del mar (S. XIV), el Guidon de Mer (1556 - 1584),

las leyes de Wisby (1553), las ordenanzas de Barcelona y otras más, que por su

vocación mayoritariamente marítimas se dejan para otros autores.

1.2. El derecho del mar tradicional

Con la caída del Imperio Romano Occidental, la unicidad del "Mare Nostrum"

se desvanece. La creciente fragmentación del mapa político y la "germinación" de

nuevos Estados propician los primeros reclamos de "mares nacionales", fenómeno

propio de la Edad Media.

1.2.1 La Edad Media

“Cuando el poder de los romanos disminuyó, el Mediterráneo fue dominado

por los bizantinos y posteriormente por los musulmanes. A principios de la Edad

Media, los países de Europa sólo se conectaban por vía terrestre, ya que los viajes

en barco eran peligrosos y el derecho del hombre sobre los mares se imponía por la

fuerza, provocando que algunos reyes ingleses se llamaran a sí mismos

"gobernantes del mar", como Eduardo III, que obligaba a sus súbditos a saludar a

sus naves porque él era "rey de los mares".”5

5
DERECHO DEL MAR. MAR TERRITORIAL Y MAR PATRIMONIAL. Documento digital consultado en:
www.bibliotecadigital.ilce.edu.mx. Verbatim
8

La idea que se desarrolló durante la Edad Media en relación con la propiedad

del océano y sus recursos, fue que el mar próximo a las costas de un país,

pertenecía a éste.

En los siglos XV y XVI, época en que se realizaron gran cantidad de

descubrimientos, se presentaron muchas reclamaciones sobre la propiedad de

ciertas regiones de los océanos, siendo una de las más conocidas la presentada ante

el papa Alejandro VI, en el año de 1493, sobre la división de las recién descubiertas

áreas del Atlántico, del Pacífico y del Índico.

En el Mar Mediterráneo, Venecia alegó ser dueña del Mar Adriático y Génova

del Mar de Liguria; España y Portugal, dos grandes naciones de navegantes de esa

época, alegaron el control completo de las zonas que descubrieron, con derecho de

excluir de ellas a los extranjeros. Los países escandinavos llegaron a reclamar áreas

oceánicas tan apartadas como Groenlandia.

A finales del siglo XV, los españoles y los portugueses, por medio de una "bula

papal", se dividieron los océanos: Portugal controlaba las costas de África y el

Océano Índico, y España manejaba las lagunas costeras de las Américas.

Sin embargo, estas bulas papales que trataron de establecer una legislación

sobre el océano y sus recursos, no eran respetadas por los ingleses, quienes

atacaban los barcos españoles y portugueses, sosteniendo el criterio de libertad de

los mares apoyado por la reina Isabel I.

En pleno siglo XVII, en 1609, aparece el libro Mare Liberum, escrito por el

jurisconsulto holandés Hugo Grocio, que se considera como la obra que establece

las bases del derecho internacional del mar.

El principio de libertad de los mares fue pronto discutido por las grandes

potencias navales durante todo el siglo XVII y muchas de ellas rechazaron la doctrina

de Grocio de que el "uso del mar y del aire es común a todos", y apareció, en 1635,

la obra del inglés John Selden, Mare Clausum, en las que señalaba que "el mar, por

mandato de las naciones no es común a todos los hombres, sino susceptible del

dominio privado o propiedad particular, como lo es la tierra".


9

Estos dos principios, el de la libertad de los mares y el de la limitación de una

parte de ellos, han sido a través del tiempo la principal polémica del derecho del mar

y fueron establecidos en el siglo XVIII, cuando se considera la libertad de los mares

como una "ley sagrada", y al mismo tiempo, se permite a los estados ribereños tener

poder sobre una franja estrecha continua a sus costas, que fue llamada mar

territorial.

La anchura del mar territorial se convirtió en el centro de la discusión del

derecho del mar; algunos juristas, como el holandés Cornelius van Bynkershoek en

1703, propusieron que fuera la distancia recorrida por un tiro de cañón; mientras que

los escandinavos pusieron la "legua marítima", que algunos estados interpretan como

cuatro millas y otras como tres.

1.2.2 Las Bulas Papales

Hacia los años del descubrimiento de América, mediante cinco bulas papales

y el posterior Tratado de Tordesillas (dos tratados), España y Portugal, se habían

repartido los océanos

El Papa Alejandro VI dictó, en su momento, cinco bulas iniciando por

denominada bula Intercaetera más conocida como "bula de donación".

Esta bula suscitó a raíz que Colón navegó al sur por la presencia de vientos

contrarios a su dirección de expedición, y finalmente llega a América, lo que hace

necesario acudir al Papa para obtener una resolución del conflicto y repartir entre

ambas potencias los descubrimientos.

La bula de donación de 1493 establece los derechos de los monarcas

españoles, Isabel y Fernando, sobre las nuevas tierras descubiertas por Colón, con

la condición que las mismas no pertenecieran ya a otro príncipe cristiano, siendo el

texto de la referida bula el siguiente: ". y haciendo uso de la plenitud de la potestad

apostólica y con la autoridad de Dios omnipotente que detentamos en la tierra y que

fue concedida al bienaventurado Pedro y como Vicario de Jesucristo, a tenor de las

presentes, os donamos concedemos y asignamos perpetuamente, a vosotros y a

vuestros herederos y sucesores en los reinos de Castilla y León, todas y cada una de
10

las islas y tierras predichas y desconocidas que hasta el momento han sido halladas

por vuestros enviados y las que se encontrasen en el futuro y que en la actualidad no

se encuentren bajo el dominio de ningún otro señor cristiano, junto con todos sus

dominios, ciudades, fortalezas, lugares y villas, con todos sus derechos,

jurisdicciones correspondientes y con todas sus pertenencias; y a vosotros y a

vuestros herederos y sucesores os investimos con ellas y os hacemos, constituimos

y deputamos señores de las mismas con plena, libre y omnímoda potestad, autoridad

y jurisdicción."

La “II Bula Intercaetera”6 sirvió para delimitar un meridiano de polo a polo, a

cien leguas de las Islas Azores y de Cabo Verde, siendo las nuevas tierras al

occidente del mismo para Castilla y al oriente para Portugal, la cual constituía la

primera repartición a nivel mundial de las aguas de Alta Mar, hecha de manera cuasi

legal.

Las siguientes bulas son llamadas bulas menores. La tercera se tituló Piis

Fidelium y estaba dirigida a facilitar la labor misionera de fray Bernardo Boyl. La

cuarta de la serie, Eximia Devotionis, otorgaba a los reyes españoles en sus

territorios los mismos privilegios que a los portugueses. Finalmente, la quinta,

denominada Dudum Siquidem contradice la creación de la segunda bula, al confirmar

la propiedad de Castilla sobre las tierras halladas hacia la India. Por ello la misma

también es conocida como la bula de ampliación de la donación.

No obstante, el Monarca portugués de ese entonces, el Rey Juan II, no estuvo

de acuerdo con las decisiones del Papa, pues consideraba que por ser español,

había favorecido a ese reino en sus decisiones. Por tal motivo, los reyes españoles

acceden a modificar las estipulaciones de las bulas a través de dos tratados nuevos

concretados en la Villa de Tordesillas, el 7 de julio de 1494.

El primero de los Tratados de Tordesillas fue conocido como "Tratado de

partición oceánica", en el cual se modifica la II Bula Caetera, y establece una nueva

línea (paralelo) de polo a polo, consistente en trescientas setenta leguas al oeste de

6
Wikipedia. Loc. Cit.
11

las islas de Cabo Verde, manteniendo a su vez, que lo hallado al occidente (boreal)

corresponde a los españoles, y al oriente (austral) a los portugueses.

La historia posterior relata que la verdadera insistencia de Juan II por el

paralelo en lugar del meridiano fue porque los portugueses ya habían llegado

Sudamérica, con lo que esta negociación les permitió la ocupación portuguesa de

Brasil, configurando la actual América del Sur.

El segundo tratado de Tordesillas es conocido como "tratado africano", en el

que españoles y portugueses llegan a un acuerdo relativo a la pesquería para ambas

naciones, dividiéndose facultades de captura de los recursos ictiológicos de los

mares en aquellas latitudes.

Cabe destacar en esta parte que, Inglaterra y otros reinos no se encontraban

conformes con las divisiones y exclusividades que se reservan para sí tanto los

españoles como los portugueses, por lo que apoyan los movimientos de piratas:

corsarios, filibusteros, forbantes, bucaneros y otros a fin de sabotear el comercio

monopolizado de dichas potencias.

Fueron principalmente Centroamérica y el Caribe quienes se vieron

mayormente afectados por dichos grupos criminales, dada su particular geografía y

la profundidad de aguas, pero sobre todo por ser los principales puertos de salida

con destino a destinos europeos.

1.2.3 Libertad de los mares

La libertad de los mares constituye uno de los dos pilares fundamentales

sobre los que se ha basado el Derecho Internacional del Mar desde el inicio de la

Edad Moderna. La historia reconoce al dominico español Francisco de Vitoria la

paternidad de la formulación del principio a través de su famoso ius communicationis.

Se ha vertido que Vitoria fue el gran defensor del ius communicationis, que se

manifiesta dicotómicamente en el derecho de comerciar y la libertad de navegación

Vitoria, en ambas obras defiende los posibles títulos hispánicos para legitimar

la conquista y repartición de tierras, más nunca deja de reconocer que los indios por
12

muy paganos que fueran, siempre fueron legítimos y soberanos dueños de sus

tierras.

Cabe destacar también el aporte de Luis de Molina (1535-1600), miembro de

la Compañía de Jesús y célebre tratadista del derecho natural, quien como tratadista

de la libertad de los mares, Molina se confiesa en contra de Vitoria y su idea de la

libertad absoluta de los mares como res communicationis, diciendo "a nosotros

empero, parécenos ser en verdad lo contrario... al Estado litoral debe reservarse una

zona marítima adyacente a la costa y en ella puede aquél prohibir la pesca a los

extranjeros".7

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar celebrada

en Ginebra en 1958 aprobó la Convención sobre alta mar (B.O.E. núm. 309, de 27 de

diciembre de 1971), que representa la codificación de las reglas vigentes en el

Derecho Internacional consuetudinario. La Convención de 1982 (B.O.E. núm. 39, de

14 de febrero de 1997), ha reproducido, en esencia, los preceptos consagrados en

Ginebra respecto a las libertades clásicas en alta mar, con las lógicas matizaciones

derivadas, fundamentalmente, de la creación de la zona económica exclusiva, sobre

todo en relación al derecho de persecución.

La Convención de 1982 dedica su Parte VII al alta mar dividida en dos

secciones, con un total de 35 artículos, del 86 al 120, ambos inclusive. Conforme al

artículo 87, «la alta mar está abierta a todos los Estados, sean ribereños o sin litoral.

La libertad de la alta mar se ejercerá en las condiciones fijadas por esta convención y

por otras normas de Derecho Internacional. Comprenderá, entre otras, para los

Estados ribereños y los Estados sin litoral: a) la libertad de navegación; b) la libertad

de sobrevuelo; c) la libertad de tendido de cables y tuberías submarinos, con

sujeción a las disposiciones de la Parte VII; d) la libertad de construir islas artificiales

y otras instalaciones permitidas por el Derecho Internacional, con sujeción a las

disposiciones de la Parte VI; e) la libertad de pesca, con sujeción a las condiciones

establecidas en la sección 2; f) la libertad de investigación científica, con sujeción a

7
CRUZ ALEXANDER. Ob. Cit.
13

las disposiciones de las Partes VI y XIII. 2. Estas libertades serán ejercidas por todos

los Estados teniendo debidamente en cuenta los intereses de otros Estados en su

ejercicio de la libertad de la alta mar, así como los derechos provistos en esta

Convención con respecto a las actividades en la zona».

“En consecuencia, el principio de la libertad de los mares se fundamenta en la

ausencia de competencias estatales exclusivas; esta noción de libertad se conforma,

por propia definición, con las limitaciones que impone la libertad de los demás

Estados. Las competencias estatales, en todo caso, son sólo de carácter personal

dirigidas a los propios nacionales, con las excepciones en caso de piratería,

transporte de esclavos o derecho de persecución”.8

La anchura del mar territorial

A inicios del siglo XVII, basado en principios de derecho romano, Hugo Grocio

postuló la "doctrina del mar libre" en su obra Mare Liberum (Mar Libre), según la cual

los mares no podía ser sujetos de apropiación, porque no eran susceptibles de

ocupación, como las tierras, y por ello debían ser libres para todos ("libertad de los

mares").

Sin embargo, en el siglo XVIII Cornelius van Bynkershoek logró sentar el

principio según el cual el mar adyacente a las costas de un país quedaba bajo su

soberanía. La extensión de esta franja marina cercana al borde costero quedó

entregada, en general, a la capacidad de control que el Estado podía ejercer sobre

ella. Por ello, el criterio utilizado para fijar su anchura fue la posibilidad de control

desde la costa, que permitió el surgimiento de la norma de las tres millas marinas,

basada en la tesis de la "bala de cañón" (de Galiani).

En el siglo XX muchos Estados expresaron la necesidad de extender el mar

territorial, con el fin de proteger los recursos pesqueros y mineros y aplicar medidas

de control y fiscalización para evitar contaminación del área.

Esta situación fue reconocida por la Sociedad de Naciones y por la

Conferencia de La Haya sobre Codificación del Derecho Internacional de 1930. En

8
Consultado en: www.enciclopedia-juridica.biz14.com Verbatim
14

esta conferencia no se logró ningún acuerdo para establecer la anchura para el mar

territorial, aunque se reconoció la existencia de una zona contigua, de una extensión

máxima de 12 millas marinas.

A mediados del siglo XX, en el ámbito latinoamericano surge la tesis de las

200 millas marinas que se vio precedida, entre otras, por la Declaración de Panamá

de 1939, cuyo objeto era, atendidos los potenciales peligros que la guerra mundial

podía generar en las aguas americanas, el establecimiento de una zona de

protección alrededor del continente americano, cuya extensión variaba entre 300 y

1200 millas; la Resolución VIII sobre Extensión del mar territorial, de la Segunda

Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores de La Habana en

1940; la recomendación del Comité Jurídico Interamericano de 1941 de extender el

mar territorial hasta las 12 millas marinas y las declaraciones de 1945 del Presidente

de Estados Unidos Harry Truman sobre Plataforma Continental.

Las declaraciones del Presidente Truman constituyeron un detonante para

diversas declaraciones unilaterales latinoamericanas, emitidas al concluir la Segunda

Guerra Mundial, que terminaron por decantar en la tesis de una zona económica

exclusiva de 200 millas de extensión, reconocida en la Convención de Naciones

Unidas sobre el Derecho del Mar, de 1982.

Según las tesis latinoamericanas (propiciadas por Chile, Ecuador y Perú)

anteriores a la Convención, más allá del mar territorial, el Estado ejerce ciertas

competencias con fines específicos de protección, conservación, explotación y

exploración de los recursos naturales, vivos y no vivos, situados en el lecho del mar,

el subsuelo o las aguas suprayacentes, hasta una distancia de 200 millas marinas

(370,4 km).

Finalmente en la Convención del Mar se estableció que todo Estado tiene

derecho a establecer la anchura de su mar territorial hasta un límite que no exceda

de 12 millas marinas, medidas a partir de líneas de base determinadas de

conformidad con la misma Convención y una zona económica exclusiva, de una

extensión máxima de 200 millas, medidas desde las líneas de base según las cuales
15

se mide la anchura del mar territorial donde el Estado ejerce ciertas competencias

específicas señaladas en la misma Convención.

“En la actualidad, se considera que el mar Territorial es el sector del océano

en el que un Estado ejerce plena soberanía, de igual forma que en las aguas internas

de su territorio. Según la Convención del Mar de 1982, el mar territorial es aquél que

se extiende hasta una distancia de doce millas náuticas (22,2 km) contadas a partir

de las líneas de base desde las que se mide su anchura”.9

1.2.4. La Conferencia para la Codificación Progresiva del Derecho Internacional

de la Haya

“La Conferencia de La Haya de Derecho Internacional privado es una

organización interestatal de carácter permanente que tiene por objeto trabajar en la

unificación progresiva de las normas de Derecho Internacional privado de los

Estados miembros” (artículo 1 del Estatuto de la Conferencia).” 10

Sus orígenes se sitúan en la segunda mitad del siglo XIX. El internacionalismo

imperante llevó a un amplio sector de la doctrina a la creencia de que la unificación

del Derecho Internacional privado era realizable. La pretensión inicial de este

movimiento era lograr una codificación completa en lo que se refiere a las materias

reguladas y de carácter universal desde el punto de vista de los Estados

participantes. En este marco, y tras algunas iniciativas que no llegaron a cuajar -

como las de Manuel Silvela o Mancini-, el jurista holandés Asser planteó al Gobierno

de su país en 1891 la necesidad de reunir en La Haya una Conferencia con la

intención de llevar a cabo la codificación internacional del Derecho de los conflictos

de leyes. Asumiendo esta iniciativa, el Gobierno de los Países Bajos envió una

Memoria a varios Gobiernos de Europa, en la cual proponía un proyecto de programa

que abarcaba tanto los principios generales relativos al estado y capacidad de las

personas, los bienes y derechos reales y la forma de los actos, como diversas

9
Wikipedia. Loc. Cit. Verbatim.
10
Enciclopedia jurídica. Loc. Cit. Verbatim
16

cuestiones de Derecho de familia y sucesiones. Éstos son los orígenes de la

Conferencia de La Haya.

En la vida de la Conferencia suelen distinguirse tres etapas: de 1893 a 1904,

de 1925 a 1928 y, la última, desde 1951 hasta nuestros días. La primera reunión se

celebró en La Haya del 12 al 27 de septiembre de 1893 y en ella estuvieron

representados Alemania, Austria-Hungría, Bélgica, Dinamarca, España, Francia,

Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Rumania, Rusia y Suiza. Una segunda

Conferencia se reunió del 25 de junio al 13 de julio de 1894 y a ésta siguieron la

tercera en 1900 y la cuarta en 1904. Resultado de estas conferencias son varios

convenios en los que prevalece el recurso a la ley nacional como conexión en

materia de familia. Tras la Primera Guerra Mundial se celebraron dos reuniones (en

1925 y en 1928) cuyos trabajos no se reflejaron en textos positivos. La Conferencia

de La Haya, se ha llegado a decir, fue un fénix que renació tras las cenizas de la

Segunda Guerra Mundial, pues, en 1951, vuelven a reunirse los representantes de

los Estados en La Haya y es entonces cuando la Conferencia se dota de un Estatuto

-que entró en vigor el 15 de julio de 1955- que la convierte en organización

internacional y garantiza la continuidad de las sesiones.

Por lo que respecta a su composición, la Conferencia de La Haya inició su

andadura con un marcado carácter regional europeo y limitado al círculo de países

de Derecho Civil, como ha podido comprobarse en la enumeración de los Estados

que participaron en la primera reunión. Sin embargo, en la actualidad, su ámbito ha

pasado a ser universal y, en su seno, se reúnen delegaciones de países de

tradiciones jurídicas muy diversas. Junto a Estados con sistemas de Derecho

Internacional privado codificados, participan Estados de sistemas no codificados o

poco codificados; al lado de los países de Derecho Civil, los de common law, el

Derecho musulmán, el Derecho mosaico o los Derechos de los países

iberoamericanos.

La unificación se realiza a través de convenios internacionales que se

elaboran en las diferentes sesiones de la Conferencia. Estas sesiones se celebran


17

ordinariamente cada cuatro años, aunque, en caso de necesidad, pueden celebrarse

sesiones extraordinarias.

En cuanto al funcionamiento interno de la Conferencia, la Comisión de Estado

holandesa -instituida por Real Decreto de 20 de febrero de 1897- examina las

propuestas de los Gobiernos, Organizaciones internacionales, o de la propia

Conferencia en sesión plenaria, determina libremente el curso que deben seguir y,

previa consulta a los Miembros, fija la fecha y el orden del día de las sesiones. La

Oficina Permanente (con sede en La Haya) elabora un estudio preliminar y un

informe para exponer el problema a los órganos nacionales de los Estados

miembros. Recibidas las propuestas de estos órganos nacionales, se elabora un

Anteproyecto de Convenio, que es comentado por un relator nombrado al efecto. El

Anteproyecto, junto a las nuevas observaciones de los Gobiernos, constituye el punto

de partida para las discusiones de la sesión plenaria. Fruto final de las deliberaciones

es un proyecto de convenio, comentado en un nuevo informe, que se recoge en el

Acta final de cada sesión y que se abre a la firma de los Estados.

Más de treinta convenios se han gestado en el seno de la Conferencia

constituyendo un cuerpo importante de Derecho Internacional privado convencional,

si bien han sufrido una suerte desigual ya que, mientras algunos han recibido un

número satisfactorio de ratificaciones, otros se han convertido en letra muerta.

La tendencia hacia la especialización del Derecho Internacional privado

convencional ha sido un factor constante desde la primera Sesión de la Conferencia

de La Haya y que se ha consagrado, sobre todo, a partir de 1954. Aunque el núcleo

principal de materias tratadas ha sido el de la determinación del Derecho aplicable en

temas de Derecho Civil y, concretamente, de estatuto personal, no se han excluido

las cuestiones de competencia de jueces y autoridades ni de reconocimiento de

decisiones judiciales extranjeras.

La técnica de reglamentación empleada ha ido también evolucionando. Junto

a las normas de conflicto tradicionales se han incluido en algunos convenios normas

materiales especiales y reglas acerca de las normas de aplicación inmediata del foro
18

o del sistema extranjero estrechamente vinculado con el supuesto. Además, en

relación con la técnica conflictual, se observa una tendencia al abandono del

formalismo tradicional y hacia la flexibilidad en la determinación de la ley aplicable,

otorgando al Juez mayor protagonismo en el proceso de aplicación de las normas.

Los Estados europeos iniciaron la obra de la Conferencia de La Haya

arrastrados por el «vértigo de la ley nacional» entonces dominante, pero la

orientación inicial a favor de la ley nacional ha ido dejando paso a la ley del domicilio

y de la residencia habitual, evolución a la que no resulta ajena la presencia de países

anglosajones.

Pese a la dificultad de un entendimiento común por las distintas familias

jurídicas que se integran en la Conferencia, sobre los valores jurídicos presentes en

el Derecho y de las concretas exigencias que derivan de ellos, la obra de la

Conferencia de La Haya pone de manifiesto que ciertos valores gozan de general

aceptación inspirando la tarea progresiva de unificación.

La Conferencia de La Haya ha contribuido al desarrollo del Derecho

Internacional privado, no sólo a través de los convenios internacionales que se han

elaborado en su seno, sino también a través de la aplicación extensiva de los

mismos y de la influencia ejercida sobre la doctrina, la legislación y la jurisprudencia.

Concretamente para España, la amplia aceptación en los años ochenta de los

convenios de la Conferencia de La Haya ha constituido un importante factor de

modernización del sistema de Derecho Internacional privado, tanto desde el punto de

vista de las técnicas de reglamentación utilizadas como desde las líneas de

evolución de la disciplina. Destacan González Campos y Alegría Borrás, por otra

parte, como novedad importante en la obra de la Conferencia, la creación, a partir de

1964, de verdaderos regímenes de cooperación permanente e institucionalizada, a

través del establecimiento en algunos convenios de Autoridades Centrales en cada

uno de los Estados parte.


19

En cuanto al tópico de nuestra investigación, cabe destacar que, luego de las

guerras mundiales, se gestaron muchas diferencias en cuanto a anchuras y

reclamaciones nacionales sobre el mar.

Al respecto, la Liga de las Naciones o Sociedad de Naciones, decide incluir

dentro de la conferencia que citaba para 1930 respecto a la codificación del derecho

internacional, junto con los problemas de nacionalidad y de la responsabilidad de los

Estados, el tema de las aguas territoriales y se crea el Comité de expertos para la

codificación progresiva del derecho internacional, integrándola con 16 de sus

miembros, el cual, ente sus funciones incluye el tema de las aguas territoriales dentro

del temario de la conferencia.

El Consejo de la Sociedad de Naciones, en el año 1927 contando con

aprobación de la Asamblea, establece un comité preparatorio, el cual se encontraba

integrado por cinco miembros, siendo éstos: Chile, Gran Bretaña, Países Bajos, Italia

y Francia, siendo presidida la comisión por este último.

La Conferencia para la Codificación Progresiva del Derecho Internacional, se

reúne en la Haya del 13 de marzo al 12 de abril de 1930, contando con la

participación de 48 Estados: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Bulgaria,

Canadá, Colombia, Cuba, Checoslovaquia, Chile, China, Dantzig, Dinamarca, Egipto,

El Salvador, España, Estados Unidos de América, Estonia, Finlandia, Francia,

Grecia, Países Bajos, Hungría, India, Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Letonia,

Luxemburgo, México, Mónaco, Nicaragua, Noruega, Persia, Polonia, Portugal, El

Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Rumania, Suecia, Suiza,

Turquía, La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas URSS, Sudáfrica y

Yugoslavia.

Como resultado de la Conferencia, se integran tres comisiones de trabajo,

encargadas, entre otras cosas, de tratar el tema de las aguas territoriales, atribución

que correspondió desarrollar a la segunda comisión, la cual, para el efecto, se dividió

en dos subcomisiones, con el objeto de estudiar específicamente: a) la definición de


20

la naturaleza de los derechos de los Estados sobre las aguas territoriales, b) su

extensión y el derecho a tomar medidas fuera de esta extensión en el área contigua.

“El resultado de esta comisión concluyó en los puntos siguientes:

 Tres millas náuticas como límite máximo de mar territorial: Estados Unidos

de América, Gran Bretaña, China, Canadá, Grecia, Países Bajos, India,

Japón y Sudáfrica.

 Tres millas náuticas de mar territorial con la condición de una zona

contigua: Alemania, Bélgica, Egipto, Francia, Islandia y Polonia.

 Seis millas náuticas de mar territorial sin zona contigua: Brasil, Chile, Italia,

Rumania, Uruguay y Yugoslavia.

 Seis millas náuticas de mar territorial y una zona contigua: Cuba, España,

Estonia, Persia y Turquía.

 Doce millas náuticas de mar territorial: Portugal y la Unión de Repúblicas

Socialistas Soviéticas, URSS.

 Cuatro millas náuticas de mar territorial: Noruega, Suecia y Finlandia. La

diferencia de ésta postura era que no representaba sino una reclamación

para ellos mismos y no una propuesta de adopción general”.11

1.2.5. Esfuerzos internacionales en la materia

Declaración de Panamá de 1939

En la Reunión de Consulta entre Ministros de Relaciones Exteriores de las

Repúblicas Americanas celebrada en la Ciudad de Panamá a fines de septiembre de

1939, los delegados a la misma reclamaron como “derechos incuestionables” que las

aguas hasta una distancia de aproximadamente 300 millas de sus litorales

permanecieran libres de la comisión de todo acto hostil por parte de cualquier nación

beligerante no americana. A esta medida se la conoció como Declaración de

Panamá.

11
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Derecho del mar. División de Asuntos Oceánicos y del Derecho
del Mar. Oficina de Asuntos Jurídicos. Boletín No. 44. www. un.org
21

“En diciembre del mismo año, naves de guerra de Alemania y Gran Bretaña

entablaron un combate dentro de la zona de exclusión establecida por las naciones

americanas. La Batalla del Río de la Plata puso a prueba la decisión del continente.

En principio, hubo una reacción en conjunto, los países signatarios efectuaron una

protesta multilateral como un medio de proteger los derechos de los neutrales. La

inutilidad de una medida rechazada por los beligerantes, sumada a la falta de medios

de los países del continente para impedir el ingreso de naves beligerantes en aguas

americanas, terminó en una decepción y en la búsqueda de la defensa de los

intereses por otras maneras. El incidente del Admiral Graf von Spee desempeñó un

rol decisivo en el escepticismo general sobre la eficacia de la Declaración de

Panamá y en la formulación de la propuesta argentina de no beligerancia de 1940”.12

Por la misma época, Guatemala presenta una declaración, relacionada

específicamente con el tema de Belice. Y es el caso que el Estado de Guatemala

había reclamado desde 1934 un mar territorial de 12 millas náuticas, tal y como

aparece anotado en la Ley Reglamentaria para el Gobierno y Policía de los Puertos

de la República,

La Segunda Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores,

realizada en La Habana, Cuba, en el año de 1940, emite la Resolución VIII intitulada

“Extensión del Mar Territorial”.

Las Proclamas de Harry Truman y sus efectos en Latinoamérica

La Doctrina Truman fue una medida creada por los Estados Unidos que

pretendía dar apoyo a "pueblos libres que están resistiendo los intentos de

subyugación por minorías armadas o por presiones exteriores", ya que estos

"regímenes totalitarios" representaban una amenaza a la paz internacional y la

seguridad nacional de los Estados Unidos, siendo estas directrices de ferviente

tendencia anticomunista dado el contexto en el que se hallaban, ocasionalmente

hasta el punto de un fanatismo persecutorio de cualquier movimiento en el marco de

izquierda política.

12 Consultado en: Foro de la Segunda Guerra Mundial. /www.forosegundaguerra.com


22

“Su denominación se debe al presidente de los Estados Unidos Harry S.

Truman, quien hizo la proclamación de esta doctrina en su comparecencia ante el

Congreso el 12 de marzo de 1947, estando por entonces en curso la crisis de la

Guerra Civil Griega (1946-1949). El Gobierno británico había notificado a la Casa

Blanca que no podía continuar apoyando al gobierno griego contra las guerrillas

comunistas ni podían ayudar económicamente a Turquía. La doctrina se promulgó

específicamente con el ánimo de proporcionar soporte intervencionista a gobiernos

que resistían frente al comunismo. Truman insistió en que si Grecia y Turquía no

recibían la ayuda que necesitaban, podían caer inevitablemente en el comunismo,

siendo el resultado un efecto dominó de aceptación del comunismo en la región”.13

Dentro de la Doctrina Truman, el 28 de septiembre de 1945 se publican las

Proclamas Presidenciales número 2667 y 2668, la primera relativa a la plataforma

continental y la segunda relativa a la pesca y recursos vivos del mar adyacente a sus

costas.

La primera proclama 2667 considera que la necesidad de recursos

energéticos como el petróleo y los adelantos tecnológicos para la explotación mineral

de los lechos marinos más allá del límite de tres millas náuticas desde la costa, hacía

necesario que el Gobierno de los Estados Unidos asegurara la jurisdicción de su

plataforma continental y los recursos yacentes en ella para presentes y futuras

explotaciones industriales para sus nacionales.

La segunda proclama (2668), estaba encaminada a proteger en las áreas

adyacentes a sus costas los recursos ictiológicos de manera sistemática, sobre los

cuales existe riesgo de sobreexplotación y para asegurar la perdurabilidad de ello, se

arrogan la facultad de regir la pesca en esas zonas.

Con esto, los países latinoamericanos consideraron, al combinar ambas

proclamas, que los Estados Unidos estaba reclamando no sólo la plataforma

continental sino las aguas suprayacentes a ella, dando lugar a la figura del mar

13
Wikipedia. Loc. Cit.
23

epicontinental, lo que provoca legislaciones contrapuestas y erróneas que más tarde

fueron corregidas por cada uno de los Estados.

El Tratado de Río de Janeiro

El 29 de enero de 1942 fue firmado el Protocolo de Paz, Amistad y Límites de

Río de Janeiro, diseñado para poner punto final al conflicto ecuatoriano-peruano

sobre las fronteras entre ambos países

Las naciones americanas vuelven a reunirse en 1947 y renuevan la figura de

las 300 millas náuticas de protección al continente, pero esta vez, hacen la

delimitación desde el polo norte, y hasta el polo sur, siempre en esa distancia y

cambian el nombre de la zona de neutralidad por la zona de seguridad. El tratado es

intitulado como Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca o TIAR y fue firmado

por 21 naciones americanas el dos de septiembre de 1947.

El TIAR consiste en un pacto de defensa mutuo interamericano, firmado el 2

de septiembre de 1947 en Río de Janeiro. El área geográfica de acción del tratado,

comprende a América y 300 millas a partir de la costa, incluyendo la región entre

Alaska, Groenlandia, en el norte, y en la zona ártica hasta las islas Aleutianas. En el

sur las regiones antárticas, y los islotes de San Pedro y San Pablo y la Isla de

Trinidad (detallado en artículo 4 del Tratado).

Según el artículo 3.1 en caso de (...) un ataque armado por cualquier Estado

contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los

Estados Americanos, y en consecuencia, cada una de las Partes Contratantes se

compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del derecho inmanente de

legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las

Naciones Unidas.

Se trata del primer tratado de su especie después de la Segunda Guerra

Mundial. La firma del Tratado del Atlántico Norte corresponde a 1949. No todos los

estados miembros de la Organización de Estados Americanos lo han firmado.

El Consejo Permanente de la OEA actúa provisoriamente como organismo. Es

el mecanismo de consulta, pero sólo participan en la votación las partes contratantes


24

del TIAR. El Consejo es el encargado de evaluar si existen las condiciones para

convocar una Reunión de Consulta de los integrantes del TIAR o la aplicación de las

medidas correspondientes.

La firma del TIAR fue una de las razones por las que Costa Rica disolvió su

ejército en 1948, al considerar a las previsiones del Tratado como garantía suficiente

para asegurar su defensa nacional.

Más reclamaciones nacionales

Los casos de reclamaciones marítimas nacionales no cesan con el TIAR. Así,

El Salvador (1950), Ecuador (1966), Panamá (1967) y Brasil (1970) reclaman

verdaderos mares territoriales de 200 millas náuticas. El Salvador es el único que

hasta esta fecha mantiene tal reclamación.

La Declaración de Santiago de 1952 y la Comisión Permanente del Pacífico Sur

CPPS

“La Declaración de Santiago firmada en 1952 por Ecuador, Perú y Chile tenía

un solo propósito: impedir que poderosas flotas de pesca extranjeras extraigan los

recursos naturales en las aguas territoriales de estos tres países. Durante décadas la

reunión que se celebró en Santiago en agosto de 1952 fue conocida como la

“Conferencia Ballenera”.”14

Los años siguientes a 1945 no solo fueron los de la Guerra Fría. Nuevos

intereses se instalaban en las naciones apenas terminado el enfrentamiento más

brutal de la historia de la humanidad. Uno de ellos era el de las reivindicaciones

marítimas. Existía una gran preocupación por proteger y asegurar la soberanía sobre

las zonas adyacentes a las costas.

Por siglos, el Derecho del Mar había sido una amalgama de principios básicos

ya obsoletos, como el que relacionaba el mar territorial con el máximo de distancia al

que llegaban las balas de cañón (3 millas). El 28 de septiembre de 1945 el

presidente de los Estados Unidos Harry Truman emitió una declaración que marcará

la pauta para que otras naciones hagan lo mismo: extender la soberanía a los

14
Consultado en: Conferencia de Países del Pacífico Sur. www.cpps-int.org
25

espacios marinos y la plataforma continental. Como pensaban también otros

estadistas de aquellos tiempos, Truman era consciente de la riqueza que guardaban

los espacios marinos (hidrocarburos y minerales además de recursos marinos).

Al año siguiente, Argentina y México hacen declaraciones similares. En 1947

el presidente de Chile hace una proclama en el mismo sentido. Y el 1° de agosto de

1947 el entonces presidente José Luis Bustamante y Rivero (el mismo que sería

posteriormente magistrado y presidente de la Corte Internacional de Justicia entre

1967 y 1969) emite el Decreto Supremo N°781 que declara las 200 millas de dominio

marítimo peruano. A estas acciones seguirían otras y poco a poco los países del

Pacífico Sur se hacen protagonistas del surgimiento de los nuevos principios del

Derecho del Mar.

Es así como, en 1952, preocupados por las grandes flotas pesqueras –y

especialmente balleneras– que depredaban el extenso y pródigo mar frente a las

costas de Ecuador, Chile y Perú, los gobiernos deciden aceptar la invitación para que

un grupo de diplomáticos y juristas de los tres países se reúnan en Santiago y

establezcan algunos principios básicos que permitieran una defensa común de sus

intereses.

La invitación que cursó Chile fue muy elocuente en torno al objetivo de la

reunión, tanto que por mucho tiempo se conoció a esta como la “Conferencia

Ballenera”. Fruto de la cooperación entre los tres países, unidos ahora en torno a un

objetivo común pese a que heridas de conflictos previos quizás no estaban del todo

restañados, es que surge la Declaración de Santiago.

El fin era doble: establecer el principio de la soberanía de los Estados

ribereños sobre las 200 millas marítimas, al tiempo que proteger la extracción y

depredación de los recursos marinos en esas aguas, lanzando así un manifiesto

contraataque contra flotas como las del magnate Onassis. El logro diplomático fue

celebrado por los tres países y no pasó mucho tiempo para que las grandes

potencias reclamaran frente a este acto que sin duda ponía en jaque a las flotas de
26

sus connacionales, quienes perdían así la carta blanca que tenían para continuar su

labor depredadora y pescar –literalmente– a mar revuelto.

Los esfuerzos de los tres países y la respuesta internacional –muchas veces

opuesta como hemos visto– al contenido de la declaración obligó a que los países

decidieran reunirse nuevamente, esta vez en Lima, en 1954.

Esta conferencia fue mucho más sustantiva aún y culminó con la suscripción

de una serie de documentos, incluida la creación de la Comisión Permanente del

Pacífico Sur (CPPS).

Uno de estos documentos es el Convenio Especial de Zona Fronteriza

Marítima, cuyo objetivo –lo dice claramente el preámbulo– es establecer un régimen

que permita a embarcaciones de poco porte y tripuladas por gente de escasos

conocimientos de náutica gozar de una suerte de salvaguardia para que no sean

detenidas en caso se perdieran al hacer sus faenas

También se suscribe el Convenio Complementario a la Declaración de

Soberanía Sobre la Zona Marítima de 200 Millas, esta vez en Lima, Perú, el cuatro

de diciembre de 1954; en la misma fecha también se suscribe el Convenio Sobre

Sistema de Sanciones, El Convenio Sobre Medidas de Vigilancia y Control de las

Zonas Marítimas de los Países Signatarios, el Convenio Sobre Otorgamiento de

Permisos para la Explotación de las Riquezas del Pacífico Sur, el Convenio Sobre la

Reunión Ordinaria Anual de la Comisión Permanente del Pacífico Sur y el Convenio

Sobre Zona Especial Fronteriza Marítima.

Principios de México

El Consejo de la Organización de Estados Americanos, OEA, el 5 de enero de

1955 encomendó al Comité Jurídico Interamericano el estudio del régimen jurídico

del mar territorial y otros asuntos afines con el objeto de someter dicho estudio

primeramente a la consideración de la tercera reunión del Consejo Interamericano de

Jurisconsultos y a una posterior instancia en la conferencia especializada que sería

celebrada.
27

El Comité deja de realizar la encomienda con base en su criterio que debería

ser la propia conferencia la encargada de discutir esos temas. El Consejo

Interamericano de Jurisconsultos aprobó la Resolución XIII, misma que se denominó

Principios de México sobre el régimen jurídico del mar, en la ya citada tercera

reunión, que fue realizada en México del 17 de enero al 4 de febrero de 1956.

Dicha Resolución fue dividida en cuanto a su temática en cinco partes, siendo

las mismas: mar territorial, plataforma continental, conservación de los recursos vivos

de alta mar, líneas de base y bahías.

Sus aportaciones son múltiples. En cuanto al tema de la anchura del mar

territorial, no se pronuncia sobre una medida, pero rechaza categóricamente las tres

millas y establece que cada Estado tiene competencia para fijar la extensión de su

propio mar territorial, respondiendo a criterios geográficos, geológicos, biológicos y

sus necesidades económicas y de seguridad, siempre dentro de límites razonables.

"Cada Estado tiene competencia para fijar su Mar Territorial hasta límites

razonables, atendiendo a factores geográficos, geológicos y biológicos, así como a

las necesidades económicas de su población y a su seguridad y defensa".15

También consagra la extensión de derechos estatales sobre su plataforma

continental y los recursos de y en ella, fueren estos vivos o no vivos.

La Resolución se pronuncia a favor del derecho de los Estados a conservar y

vigilar los recursos vivos de alta mar en las zonas adyacentes a sus costas, con la

condición de respetar cualquier acuerdo y evitar la discriminación a pescadores

extranjeros. Por otra parte también reconoce el derecho del Estado litoral a la

explotación exclusiva de las especies vinculadas a la consta o a las necesidades de

su población.

Logra la Resolución hacer una determinación respecto a las líneas de base,

consagrando así la línea de bajamar (como se entendió desde la era romana) como

15
FUENTES MORALES, Juan Domingo. Los derechos del mar y su influencia en las relaciones internacionales.
Editorial Universitaria. Universidad de San Carlos de Guatemala. 1980
28

principio de línea de base y reconociendo el sistema de líneas de base recta, con las

condiciones geográficas y económicas necesarias para poder aplicarse.

Finalmente vierte un concepto estático de bahía, con la medida para

determinar si sus aguas son consideradas internas o no, siguiendo el trazo de la

medida de la boca como diámetro del semicírculo que forma la bahía.

Es pertinente anotar que, si bien se logró un avance uniforme en las

controversias marinas en América, la Resolución no contó con un apoyo

consensuado al no ver los Estados sus problemas marítimos resueltos en ella; para

ignorarla o disminuirla, arguyeron que la misma no se presentaba como obligatoria,

que era pertinente esperar a la conferencia especializada y otros, como el caso de

Bolivia, que simplemente no votaron por no encontrar, como ya se dijo, una solución

a sus problemas, que en este caso era la mediterraneidad.


CAPÍTULO II

2. LAS ZONAS MARÍTIMAS EN EL DERECHO MARÍTIMO

El derecho marítimo, como se indicó en el capítulo anterior, ha logrado

consensos casi globales en cuanto a la delimitación de los mares, dentro de las

cuales se puede hacer referencia, atendiendo a su relación con los Estados, las

siguientes: La Alta Mar, el Mar Territorial, Zona Económica Exclusiva, la Zona

Contigua, la Plataforma Continental y los Fondos Marinos y Oceánicos.

Para los efectos de la presente investigación se plantea la división siguiente:

2.1. Las zonas marítimas en jurisdicción nacional

El derecho internacional público del mar ha planteado esta subdivisión,

debidamente aceptada por la comunidad de países signatarios, dentro de las que

destacan las siguientes:

 Las aguas interiores,

 El mar territorial,

 La zona contigua,

 La zona económica exclusiva, y

 La plataforma continental.

2.1.1. Aguas interiores

Se consideran como aguas interiores a las que se ubican en el interior de línea

base del mar territorial y cuyas aguas están sometidas a la jurisdicción del Estado

ribereño. El límite exterior coincide con el interior del mar territorial. El límite interior

coincide con la tierra firme (hasta el litoral costero o donde llega la acción de las

mareas).

De acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre Derechos del

Mar, las aguas interiores están sometidas a la soberanía del Estado ribereño, que se

extiende al espacio aéreo así como al lecho y al subsuelo.

29
30

No obstante, el Estado puede autorizar, prohibir o suspender la entrada de

buques extranjeros.

En las aguas interiores no existe el derecho de “paso inocente, salvo que el

trazado de la línea base recta encierran como interiores aguas que antes no lo

eran”16.

Las aguas interiores son aquellas que cumplen con uno de los siguientes

requisitos:

 Aguas que se encuentran situadas desde la línea de la costa hacia el

interior del territorio del Estado, o

 Aguas marinas que se hallen detrás o dentro de la línea de partida de las

aguas territoriales.

Al respecto, “el Artículo 8: de la Para mayor exactitud, se transcribe el Artículo

correspondiente de la CONVEMAR, preceptúa: “Aguas interiores: 1.Salvo lo

dispuesto en la Parte IV, las aguas situadas en el interior de la línea de base del mar

territorial forman parte de las aguas interiores del Estado. 2. Cuando el trazado de

una línea de base recta, de conformidad con el método establecido en el Artículo 7,

produzca el efecto de encerrar como aguas interiores aguas que anteriormente no se

consideraban como tales, existirá en esas aguas un derecho de paso inocente, tal

como se establece en esta Convención".17

2.1.2. Mar territorial

“Las aguas guatemaltecas en los dos litorales, el Atlántico y el Pacífico, tienen

una extensión de doce millas náuticas mar adentro (22 km y 224 m), lo que se

conoce como mar territorial.”18

Como se tratará más adelante, la "zona económica exclusiva" de Guatemala

se establece en doscientas millas náuticas (300 km y 400 m).

16 Wikipedia. Loc. Cit.


17 Consultado en: www.un.org/depts/los/convention_agreements/texts/.../convemar_es
18 ROBLES, Elsa. Las costas de Guatemala. Consultado en: www.deguate.com/
31

Uno de los recursos más importantes del país es el espacio marítimo de las

dos costas de Guatemala; en la actualidad el recurso que es más explotado de los

dos mares son los esteros, los cuales cuentan con diferentes especies de manglares,

que son utilizados principalmente para la pesca artesanal, sirviendo también como

albergue de diferentes especies de la fauna y otras los usan sólo como refugio

temporal.

La costa del Atlántico

Esta costa es compartida con el denominado Golfo de Honduras. Sobresale

en esta porción la Bahía de Amatique, que es casi cerrada al noreste por el cabo de

las Tres Puntas o Manabique, en donde desagua el lago de Izabal que es el más

grande del país, a través del Río Dulce.

En la Costa del Atlántico se encuentran ubicados: Puerto Barrios, Livingston,

Santo Tomás de Castilla, Punta de Palma y Punta de Manabique.

La costa del Pacífico

Sobre las costas del pacífico guatemalteco se encuentra ubicadas dos bahías

principales: la de San José en donde se encuentran los puertos Quetzal y San José;

y la de Champerico, en donde se ubica el puerto del mismo nombre.

La denominada costa sur se extiende desde la frontera con México hasta la

frontera con El Salvador, con una longitud aproximadamente de 290 Km., siendo una

de las zonas más importantes en la economía del país, por la gran fertilidad de sus

suelos. También se le llama costa Grande que abarca seis departamentos que son:

San Marcos, Retalhuleu, Suchitepéquez, Escuintla, Santa Rosa y Jutiapa.

En Taxisco municipio de Santa Rosa se encuentra el área protegida de

Monterrico, el cual cuenta con esteros, lagunas, bosques de mangle y playas

marinas, y entre sus especies protegidas están las tortugas marinas, iguanas, aves

acuáticas y manglares.

Principales producciones en las costas de Guatemala

En la Costa del Atlántico, en el departamento de Izabal encontramos que su

principal producción agrícola es el banano, maíz, frijol negro, arroz y plátano.


32

Su principal producción minera es el oro, níquel, cobre, mármol, cromo y

cobalto, así como sus principales industrias que son la pesca y operaciones

marítimas.

En la Costa del Pacífico, en los departamentos de Escuintla, Retalhuleu, Santa

Rosa y Suchitepéquez, su producción agrícola es la caña de azúcar, algodón,

banano, café, cardamomo, maíz, frijol negro, frijol de soya, frutas, ganado, ajonjolí,

camarón y caucho. Su principal producción minera es el azufre y sus principales

industrias son el procesamiento de azúcar y de papel, embotelladoras, cultivos de

camarón, empacadoras de carne y mariscos, plantas de fertilizantes y agroquímicos,

destilerías, aceite vegetal y refinerías de petróleo.

Guatemala y sus zonas costeras representan una opción importante para los

cruceros, como santo Tomas de Castilla, que es un puerto importante por su

ubicación geográfica en el caribe.

La costa del caribe con playas de arena blanca y la calidez de la cultura

Garífuna entre la belleza natural, lugar de diversas especies.

La costa del Pacífico guatemalteco se encuentra entre los mejores lugares en

el mundo, para la pesca del pez vela, contando con numerosas playas de arena

negra de origen volcánico y el oleaje es muy fuerte por encontrarse a mar abierto,

contando también con bosques secos y húmedo subtropical en los que sobresalen

las especies de mangle y otras maderas, así como una fauna muy variada con

importantes especies de peces y reptiles, entre las que sobresalen las tortugas

marinas.

Al contrario de las playas anteriores, las del atlántico, son de arena blanca y

el oleaje es muy calmado, debido al rompeolas natural que posee la bahía de

Amatique. Además, también se encuentra muy cerca el biotopo Chocón Machacas

en donde se protege al manatí, llamado también "vaca Marina" y se pueden

encontrar manglares rojos.

En cuanto al régimen jurídico del mar territorial, la CONVEMAR dispone lo

siguiente: "Artículo 2 Régimen jurídico del mar territorial, del espacio aéreo situado
33

sobre el mar territorial y de su lecho y subsuelo. 1. La soberanía del Estado ribereño

se extiende más allá de su territorio y de sus aguas interiores y, en el caso del

Estado archipelágico, de sus aguas archipelágicas, a la franja de mar adyacente

designada con el nombre de mar territorial. 2. Esta soberanía se extiende al espacio

aéreo sobre el mar territorial, así como al lecho y al subsuelo de ese mar. 3. La

soberanía sobre el mar territorial se ejerce con arreglo a esta Convención y a otras

normas de derecho internacional. Artículo 3 Anchura del mar territorial Todo Estado

tiene derecho a establecer la anchura de su mar territorial hasta un límite que no

exceda de 12 millas marinas medidas a partir de líneas de base determinadas de

conformidad con esta Convención”.19

2.1.3. Zona contigua

“Es la extensión de mar adyacente al Mar territorial, que abarca desde las 12

hasta las 24 millas marinas contadas desde la línea de base a partir de la cual se

mide la anchura del mar territorial. En esta franja de agua, el Estado ribereño no

tiene soberanía, sino que sus derechos están determinados solo en materia

aduanera, sanitaria, fiscal y migratoria”.20

La Zona Contigua en la Convención sobre Derecho del Mar

Para que no fuese tan marcado ni brusco el paso del mar territorial a alta mar,

pese a que en la superficie de las aguas marinas no se advierte fácilmente dónde

puedan estar los límites de competencias determinadas, no sólo en la mente de los

juristas aislados, sino en la de los gobernantes, surgió hace ya algún tiempo la idea

de una zona marítima transicional o intermedia, conocida por la expresión de zona

del alta mar contigua al mar territorial o, más abreviada y generalmente, zona

contigua. Sobre esta tercera área, sobre este nuevo e. marítimo, suplementario o

complementario, de respeto o protección, zona de proximidad o policía, se pensó

desde el primer momento que podrían ejercerse determinados derechos por parte del

Estado ribereño y que en ella, por otro lado, y a modo de restricciones a los mismos,

19 Consultado en: www.un.org/...CONVEMAR Loc. Cit.


20 Wikipedia. Loc. Cit.
34

debía estar siempre imperante la idea de la libertad oceánica, ya que no perdía del

todo su carácter de espacio perteneciente a alta mar. Son muchos los Estados que

han tratado y tratan todavía de extender su ámbito jurisdiccional sobre tal zona

contigua, que ha quedado ya reconocida en el citado convenio de Ginebra de 1958,

el cual no sólo fija el régimen jurídico del mar territorial, sino también el de esta

propia zona contigua.

Las llamadas Hovering Acts británicas, que comenzaron a dictarse a

principios del siglo XVIII, marcaron la pauta en esta materia en defensa de los

intereses fiscales y aduaneros del Estado ribereño, y su ejemplo de refuerzo de una

zona marítima suplementaria fue seguido por la pertinente legislación aduanera de

los Estados Unidos, donde hasta el siglo presente existieron abundantes normas

precautorias o sancionadoras del contrabando de bebidas alcohólicas o espiritosas,

especialmente en la época en que imperó la denominada “ley seca” o de la

prohibition. Esta ley se apoyaba en la famosa enmienda del senador Volstead a la

Constitución y, más tarde, en la serie de los tratados concluidos con diversos

Estados, los liquor treaties, por los que los barcos norteamericanos tenían el derecho

de visitar, perseguir y capturar a cualquier barco contrabandista sobre un recorrido

igual a la velocidad de éste durante una hora (one hour's Sailing). Y aunque en 1933,

la enmienda 21 derogase la 18, o sea de Volstead, y cesase la “ley seca” como

consecuencia, poco se tardó en promulgar la Anti-Smuggling Act de 5 de agosto de

1935, para que continuase protegiendo los aludidos intereses aduaneros y fiscales

en una zona contigua de extensión variable según la época y el lugar, fijada

discrecionalmente por el presidente de los Estados Unidos sobre las informaciones

facilitadas por los guardacostas.

Pero la zona contigua se ha establecido por otras razones, como de

seguridad propiamente dicha o de otra índole; seguridad sanitaria, inmigración,

presas y neutralidad en tiempo de guerra, y de policía de la navegación y buenas

costumbres, e incluso por razones de pesca y conservación de los recursos

biológicos de alta mar y para evitar la contaminación, ensuciamiento o impurificación


35

de las aguas por los hidrocarburos vertidos o que se escapen de los barcos o por los

desechos radiactivos de las pruebas o experiencias nucleares.

En virtud del “art. 24 del Convenio de Ginebra de 1958, el Estado ribereño

podrá adoptar las medidas de fiscalización necesarias para evitar las infracciones a

sus leyes de policía aduanera, fiscal, de inmigración y sanitaria que pudieran

cometerse en su territorio o en su mar territorial y para reprimir las infracciones de

esas leyes, cometidas en dichos territorios o mar territorial. La zona contigua no se

puede extender más allá de 12 millas, contadas desde la línea de base desde donde

se mide la anchura del mar territorial. Y cuando las costas de dos Estados estén

situadas frente a frente o sean adyacentes, a falta de acuerdo contrario entre ambos

Estados, ninguno de ellos podrá extender su respectiva zona contigua más allá de la

línea media, cuyos puntos (todos y cada uno de ellos) sean equidistantes de los

puntos más próximos de las líneas de base que sirvan de punto de partida para

medir la anchura del mar territorial de cada Estado”.21

La naturaleza de la zona representada ahí concuerda con la que actualmente

goza la figura, garantizada por el Artículo 33 de la CONVEMAR, a saber: "Artículo 33

Zona contigua. 1. En una zona contigua a su mar territorial, designada con el nombre

de zona contigua, el Estado ribereño podrá tomar las medidas de fiscalización

necesarias para: a. Prevenir las infracciones de sus leyes y reglamentos aduaneros,

fiscales, de inmigración o sanitarios que se cometan en su territorio o en su mar

territorial. b. Sancionar las infracciones de esas leyes y reglamentos cometidas en su

territorio o en su mar territorial. 2. La zona contigua no podrá extenderse más allá de

24 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la

anchura del mar territorial”.22

Con el fundamento convencional de la zona en mención claramente

puntualizado, es posible identificar en el texto del mismo que la zona contigua no

abarca un espacio exclusivo propio en el mar, sino que es una zona sobrepuesta al

21 GER. Gran Enciclopedia Rialp: Humanidades y Ciencia. Ediciones Rialp S.A. Madrid, España, 1991
22 Consultado en: www.un.org/...CONVEMAR Loc. Cit.
36

mar territorial, en sus primeras 12 millas, y a la zona económica exclusiva en sus

restantes 12 millas.

La posibilidad, por ende, de ejecutar esos poderes restringidos en esa zona se

limitan a las millas que quedan fuera del mar territorial y sobre la zona económica

exclusiva, dado que en las primeras 12 millas que están sobrepuestas al mar

territorial, los poderes son absolutos en cuanto a los descritos en el Artículo

correspondiente a la zona contigua; mientras que en la zona económico exclusiva

conforman una excepción a las libertades que la misma implica para la navegación y

sobrevuelo, así como al tendido de cables y tuberías submarinas y otras

garantizadas en la CONVEMAR.

En resumen, la zona contigua es una zona de mar superpuesta al mar

territorial y a la zona económica exclusiva, que no podrá medir más de 24 millas de

anchura contadas desde las líneas de base desde las que se mide el mar territorial,

en la que se estipulan facultades especiales al Estado ribereño para prevenir y

reprimir violaciones a sus leyes y reglamentos fiscales, aduaneros, de inmigración y

sanitarios cometidos en su territorio o mar territorial.

2.1.4. Zona económica exclusiva

“Conocida también con el nombre de mar patrimonial, consiste en una franja

marítima que se extiende desde el límite exterior del mar territorial, contado a partir

de la línea de base desde la que se mide la anchura de éste”.23

Es un nuevo espacio marítimo de marcado carácter económico, como su

propio nombre indica, nacido en la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre

Derecho del Mar. Su concepto, régimen y naturaleza jurídica están definidos en la

Parte V de la Convención de 1982, que comprende los artículos 55 a 75, ambos

inclusive.

Según la Convención:, “la zona económica exclusiva es un área situada más

allá del mar territorial y adyacente a éste sujeto al régimen jurídico específico

23 Wikipedia. Loc. Cit.


37

establecido en esta Parte, de acuerdo con el cual los derechos y la jurisdicción del

Estado ribereño y los derechos y libertades de los demás Estados se rigen por las

disposiciones pertinentes de esta Convención” (art. 55); su anchura máxima es de

200 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide

la anchura del mar territorial (art. 57)”.24

En esta zona, “el Estado ribereño tiene: a) derechos de soberanía para los

fines de exploración y explotación, conservación y administración de los recursos

naturales, tanto vivos como no vivos, en las aguas suprayacentes al lecho y del lecho

y el subsuelo del mar y con respecto a otras actividades con miras a la exploración y

explotación económica de la zona, tal como la producción de energía derivada del

agua, de las corrientes y de los vientos; b) jurisdicción con respecto a: i) el

establecimiento y la utilización de islas artificiales, instalaciones y estructuras; ii) la

investigación científica marina; iii), la protección y preservación del medio marítimo;

c) otros derechos y deberes previstos en esta Convención (art. 56). Los derechos

enunciados en este artículo con respecto al lecho del mar y su subsuelo se ejercerán

de conformidad con la Parte VI de la Convención referente a la plataforma

continental (V. plataforma continental), los derechos sobre recursos vivos se

reglamentan en los artículos 61 a 73 de esta Parte (V. pesquerías)”.25

En la zona económica exclusiva, “todos los Estados, sean ribereños o sin

litoral, gozan de las libertades de navegación y sobresuelo y de tendido de cables y

tuberías submarinos y de otros usos del mar internacionalmente legítimos

relacionados con dichas libertades (art. 58.1)”26

En consecuencia, este nuevo espacio marítimo es de naturaleza sui generis o

especial; tiene un status jurídico distinto del mar territorial y de la alta mar, aunque en

cierto modo participa de los regímenes aplicables a los dos espacios marítimos

tradicionales.

24 CONVEMAR. Loc. Cit.


25 Ibídem
26 Ibídem
38

Régimen de los recursos vivos

Teniendo en cuenta los parámetros científicos más fidedignos de que

disponga, cada Estado asegurará, mediante medidas adecuadas de conservación y

administración, que la preservación de los recursos vivos de su zona económica

exclusiva no se vea amenazada por un exceso de explotación.

Cuando el Estado ribereño no tenga capacidad para explotar toda la captura

permisible, podrá dar acceso a otros Estados al excedente de la captura permisible,

mediante acuerdos u otros arreglos.

La Convención del Mar (CONVEMAR), en el “art. 56 menciona derechos,

jurisdicción y deberes del Estado ribereño en la zona económica exclusiva:

 En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tiene:

o Derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación,

conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos

como no vivos de las aguas suprayacentes al lecho y del lecho y el

subsuelo del mar, y con respecto a otras actividades con miras a la

exploración y explotación económica de la zona, tal como la

producción de energía derivada del agua de las corrientes y de los

vientos;

o Jurisdicción, con arreglo a las disposiciones pertinentes de esta

Convención, con respecto a:

 El establecimiento y la utilización de islas artificiales,

instalaciones y estructuras:

 La investigación científica marina;

 La protección y preservación del medio marino;

o Otros derechos y deberes previstos en esta Convención.


39

 En el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes en la

zona económica exclusiva en virtud de esta Convención, el estado ribereño

tendrá debidamente en cuenta los derechos y deberes de los demás

estados y actuará de manera compatible con las disposiciones de esta

Convención.

 Los derechos enunciados en este artículo con respecto al lecho del mar, y

su subsuelo se ejercerán de conformidad con la parte VI”.27

Derechos de terceros Estados

Todos los “Estados sean ribereños o sin litoral, gozan de las siguientes

libertades:

 La libertad de navegación;

 La libertad de sobrevuelo;

 La libertad de tender cables y tuberías submarinos;

 La libertad de pesca limitada por el Estado ribereño”.28

2.1.5. La plataforma continental

El origen de la plataforma continental como concepto oceanográfico se ha

fijado alrededor de 1916, gracias a múltiples trabajos geológicos y oceanográficos

que permitieron identificar esta figura.

Sin embargo ella reportó importe para el derecho del mar hasta la

promulgación de las Proclamas de Truman y el efecto dominó que provocó a nivel

mundial. A partir de dichas proclamas, la mayoría de los Estados se apresuraron a

reclamar para sí plataformas continentales prolongando sus territorios.

“En 1958, la I Conferencia de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar

aprobó la Convención sobre la Plataforma Continental, que fue analizada en su

27 Ibídem
28 Ibídem.
40

contenido en el apartado correspondiente. Por primera vez la figura jurídica adquirió

una extensión convencional más o menos generalizada a nivel internacional”.29

“La plataforma continental es definida como la superficie de un fondo

submarino próximo a la costa y situado entre esta y profundidades inferiores a 200

metros, zona marítima que desciende suavemente hasta 900m.Su amplitud hasta la

costa puede oscilar entre escasos metros y algunos kilómetros. Es la continuación

submarina de los continentes. En ella abunda la vida animal y vegetal por lo que es

de gran importancia económica”.30

El Convenio de Ginebra de 1958 sobre plataforma continental, en su “artículo

1, la que circunda a los continentes hasta una profundidad media de 200 m, lo cual,

dada su escasa pendiente, representa una anchura de cerca de 90 km en promedio.

Su límite exterior se caracteriza precisamente por un cambio brusco de esta

pendiente: el fondo se inclina en forma de talud continental, en cuya base se halla el

fondo del océano”.31

Este concepto, a efectos de derecho internacional, fue modificado por la

Convención sobre el Derecho del Mar de 1982, que estableció: “La plataforma

continental de un Estado ribereño comprende el lecho y el subsuelo de las áreas

submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la

prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental, o

bien hasta una distancia de 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a

partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial, en los casos en que el

borde exterior del margen continental no llegue a esa distancia. (Artículo 76.1 f de la

Convención sobre el Derecho del Mar (1982)”.32

El margen continental comprende la prolongación sumergida de la masa

continental del Estado ribereño y está constituido por el lecho y el subsuelo de la

plataforma, el talud y la emersión continental. No comprende el fondo oceánico

29 Ibídem.
30 Wikipedia. Loc. Cit.
31 CONVEMAR. Loc. Cit.
32 Ibídem.
41

profundo con sus crestas oceánicas ni su subsuelo. Los puntos fijos que constituyen

la línea del límite exterior de la plataforma continental en el lecho del mar, deben

estar situados a una distancia que no exceda de 350 millas marinas contadas desde

las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial o de

100 millas marinas contadas desde la isobata de 2.500 metros, que es una línea que

une profundidades de 2.500 metros.

El agua que la cubre suele contener vida marina en abundancia y la mayor

parte de la pesca se realiza en esta zona. Aquí se encuentra la cuarta parte de la

producción mundial de petróleo y gas procedente de las rocas que se encuentran

debajo de estas plataformas.

Respecto a la extensión de la plataforma continental, la CONVEMAR, en su

Artículo 76 establece: “Definición de la Plataforma Continental 1. “La plataforma

continental de un Estado ribereño comprende el lecho y el subsuelo de las áreas

submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la

prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental, o

bien hasta una distancia de 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a

partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial, en los casos en que el

borde exterior del margen continental no llegue a la distancia precitada. 2. La

plataforma continental de un Estado ribereño no se extenderá más allá de los límites

previstos en los párrafos 4 a 6. 3. El margen continental comprende la prolongación

sumergida de la masa continental del Estado ribereño y está constituido por el lecho

y el subsuelo de la plataforma, el talud y la emersión continental. No comprende el

fondo oceánico profundo con sus crestas oceánicas ni su subsuelo. 4. a) Para los

efectos de esta Convención, el Estado ribereño establecerá el borde exterior del

margen continental, dondequiera que el margen se extienda más allá de 200 millas

marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura

del mar territorial, mediante: i. Una línea trazada, de conformidad con el párrafo 7,

en relación con los puntos fijos más alejados en cada uno de los cuales el espesor

de las rocas sedimentarias sea por lo menos el 1 % de la distancia más corta entre
42

ese punto y el pie del talud continental; o, ii. Una línea trazada, de conformidad con

el párrafo 7, en relación con puntos fijos situados a no más de 60 millas marinas del

pie del talud continental. b) Salvo prueba en contrario, el pie del talud continental se

determinará como el punto de máximo cambio de gradiente en su base. 5. Los

puntos fijos que constituyen la línea del límite exterior de la plataforma continental en

el lecho del mar, trazada de conformidad con los incisos i) y ii) del apartado a) del

párrafo 4, deberán estar situados a una distancia que no exceda de 350 millas

marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura

del mar territorial o de '00 millas marinas contadas desde la isóbata de 2.500 metros,

que es una línea que une profundidades de 2.500 metros. 6. No obstante lo

dispuesto en el párrafo 5, en las crestas submarinas el límite exterior de la plataforma

continental no excederá de 350 millas marinas contadas desde las líneas de base a

partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial. Este párrafo no se aplica a

elevaciones submarinas que sean componentes naturales del margen continental,

tales como las mesetas, emersiones, cimas, bancos y espolones de dicho margen. 7.

El Estado ribereño trazará el límite exterior de su plataforma continental, cuando esa

plataforma se extienda más allá de 200 millas marinas contadas desde las líneas de

base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial, mediante líneas

rectas, cuya longitud no exceda de 60 millas marinas, que unan puntos fijos definidos

por medio de coordenadas de latitud y longitud. 8. El Estado ribereño presentará

información sobre los límites de la plataforma continental más allá de las 200 millas

marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura

del mar territorial a la Comisión de Límites de la Plataforma Continental, establecida

de conformidad con el Anexo II sobre la base de una representación geográfica

equitativa. La Comisión hará recomendaciones a los Estados ribereños sobre las

cuestiones relacionadas con la determinación de los límites exteriores de su

plataforma continental. Los límites de la plataforma que determine un Estado

ribereño tomando como base tales recomendaciones serán definitivos y obligatorios.

9. El Estado ribereño depositará en poder del Secretario General de las


43

Naciones Unidas cartas e información pertinente, incluidos datos geodésicos, que

describan de modo permanente el límite exterior de su plataforma continental. El

Secretario General les dará la debida publicidad. 10. Las disposiciones de este

Artículo no prejuzgan la cuestión de la delimitación de la plataforma continental entre

Estados con costas adyacentes o situadas frente a frente".33

En la situación en que los Estados quisieran proclamar plataformas

continentales mayores a las 200 millas marinas, “el Artículo 76, en sus numerales 4 a

7 alude tres posibilidades distintas, siendo las mismas: a) la fórmula del espesor

sedimentario; b) límite de 60 millas desde el pie del talud; y c) límite de 350 millas

desde las líneas de base o de 100 millas desde la isóbata de 2,500 metros”.34

La primera posibilidad, la fórmula del espesor sedimentario, en términos

extremadamente latos, propugna que el límite externo de la plataforma continental

puede constituir la anchura donde el espesor de las rocas sedimentarias sea por lo

menos el 1% de la distancia más corta desde el punto fijo más alejado y el pie del

talud continental.

La segunda posibilidad, el límite de 60 millas desde el pie del talud, es la

fórmula de menor complicación, tanto en su sustento como para su comprensión, ya

que a diferencia de la anterior, en la que hay que realizar diversas perforaciones a

grandes profundidades y distancias alejadas de las costas y/o determinaciones de

perfiles sísmicos (ambos métodos costosos y en todo caso complejos y poco

precisos), en esta fórmula solamente se debe determinar con exactitud (dentro del

rango posible tecnológicamente) la ubicación del pie del talud continental y de ahí

medir 60 millas costa afuera .

El tercer planteamiento no se toma como posibilidad sino como un límite

máximo para cualquier forma que utilice el Estado para determinar el borde externo

de su margen continental. Así, la CONVEMAR limita las posibles proclamaciones de

dos formas, cualquiera se alcance primero: que ese límite externo no supere las 350

33 Ibídem.
34 Ibídem.
44

millas contadas de las líneas de base o las 100 millas desde la isóbata de 2,500

metros.

Lo que se determina en el anterior párrafo es que, en definitiva no pueda

existir una plataforma continental (como figura jurídica del régimen del mar) mayor a

las 350 millas marinas contadas desde las líneas de base o extensión mayor a las

100 millas marinas después de un horizonte de 2,500 metros de profundidad.

Lo anterior se complementa con el precepto contenido en el Artículo 82 del

mismo cuerpo legal precitado, el cual establece un pago realizado en especie por

aquellos países que exploten la plataforma continental en su extensión que exceda

de las 200 millas marinas, conforme un porcentaje estipulado en dicho Artículo, a la

Autoridad de los Fondos Marinos, o Autoridad simplemente, que se encargará de

distribuir dichos pagos equitativamente. Existe la excepción a la regla que la

constituye en Estado que sea importador neto de los recursos que explote en la

extensión descrita y sea un país en vías de desarrollo.

2.2. Las zonas marítimas de jurisdicción internacional

Las zonas marinas sujetas a la jurisdicción internacional, estas son la alta Mar

y la denominada la zona.

Ambas comparten el mismo espacio físico, siendo la primera de superficie y la

segunda de profundidad, aun cuando la primera puede estar situada sobre el exceso

de la plataforma continental y no sobre los fondos marinos y oceánicos fuera de los

límites de la jurisdicción nacional o zona.

2.2.1. Alta mar

Se da el nombre de “alta mar a todas las partes no incluidas en la zona

económica exclusiva y en el mar territorial. Esta parte del mar está abierta a todos los

estados, sean ribereños o sin litoral. En consecuencia, en esta zona hay libertad de

navegación; de sobrevuelo; libertad para tender cables y tuberías submarinas; para


45

construir islas artificiales; libertad de pesca; libertad de investigación científica y será

utilizada exclusivamente con fines pacíficos”.35

La alta mar o aguas internacionales, según lo establece la Convención de

Derecho del Mar, “constituye todas las partes del mar no incluidas en la zona

económica exclusiva, en el mar territorial o en las aguas interiores de un Estado, ni

en las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico”.36

El régimen jurídico del alta mar está contenido en la Parte VII de la

Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, subdividida en dos

secciones relativas respectivamente a las disposiciones generales del régimen y a la

conservación y administración de los recursos vivos en la alta mar.

El Articulado de la CONVEMAR carece de una definición como tal de la alta

mar. Por ello se toma la proporcionada por la Convención sobre la Alta Mar de 1958

en su primer Artículo: "Se entenderá por 'alta mar' la parte del mar no perteneciente

al mar territorial ni a las aguas interiores de un Estado."37

La modernización del concepto vertido es obligatoria en sentido de agregar a

las excepciones a la alta mar la zona económica exclusiva y las aguas

archipelágicas.

Las libertades de la alta mar se traducen en sus concepciones

contemporáneas en el Artículo 87 de la Convención en discusión: “La alta mar está

abierta a todos los Estados, sean ribereños o sin litoral. La libertad de la alta mar se

ejercerá en las condiciones fijadas por esta Convención y por las otras normas de

derecho internacional. Comprenderá, entre otras, para los Estados ribereños y los

Estados sin litoral: a) La libertad de navegación; b)La libertad de sobrevuelo; c) La

libertad de tender cables y tuberías submarinos, con sujeción a las disposiciones de

la Parte VI; d) Libertad de construir islas artificiales y otras instalaciones permitidas

por el derecho internacional, con sujeción a las disposiciones de la Parte VI; e) La

35 CRUZ ALEXANDER. Ob. Cit.


36 Wikipedia. Loc. Cit.
37 CONVEMAR. Loc. Cit.
46

libertad de pesca, con sujeción a las condiciones establecidas en la sección 2; f) La

libertad de investigación científica, con sujeción a las disposiciones de las Partes VI y

XIII; g) Estas libertades serán ejercidas por todos los Estados teniendo debidamente

en cuenta los intereses de otros Estados en su ejercicio de la libertad de la alta mar,

así como los derechos previstos en esta Convención con respecto a las actividades

en la Zona".38

Por su parte, el “Artículo 88 consagra el axioma de que el alta mar está

destinado únicamente a fines pacíficos, principio del todo obviado a la luz de los

conflictos internacionales y el obligado movimiento de flotas armadas a través del

alta mar, el lanzamiento de artefactos bélicos desde ella y las posiciones estratégicas

sostenidas por los submarinos de propulsión nuclear artillados con cabezas

nucleares en constante circulación por su extensión”.39

La parte dedicada al alta mar en la CONVEMAR se dedica a establecer el

régimen del buque y el Estado del pabellón, el régimen del derecho de visita, la

supresión de la piratería y la trata de esclavos, así como el derecho de persecución o

hot pursuit.

“La sección dos, relativa al régimen de conservación y administración de los

recursos vivos de la alta mar, regula la libertad de pesca y las obligaciones de

conservación de los recursos que recae sobre todos los Estados para con sus

nacionales y el deber de cooperación para que esa estipulación se cumpla”.40

2.2.2. La zona

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, en su

Artículo crea “La Zona” (sic), y establece que: “comprende los fondos marinos y

oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional”.41

38 Ibídem.
39 Ibídem.
40 Ibídem.
41 Ibídem.
47

El mismo órgano legal anteriormente relacionado, en el Artículo 136 preceptúa

que “La Zona” y sus recursos son “patrimonio común de la humanidad”.42

Por su parte, el Artículo 137.1 dice: “Ningún Estado podrá reivindicar o ejercer

soberanía o derechos de soberanía sobre parte alguna de La Zona o sus recursos”.43

Para complementar éste tópico, el Artículo 137.2, regula: “Todos los derechos

sobre los recursos de La Zona pertenecen a la humanidad. Son recursos

inalienables”.44

Los principios fundamentales que rigen a la zona son:

 La zona como patrimonio común de la humanidad;

 Su utilización para fines exclusivamente pacíficos;

 La responsabilidad por los daños; y

 El respeto a los intereses y derechos de los Estados ribereños.

Las actividades de la zona y su administración quedan confiadas a un nuevo

órgano internacional denominado La Autoridad, que para poder efectuar actividades

en la zona por sí misma debe hacerlo a través de La Empresa, que es su órgano de

ejecución. Sin embargo todo el régimen del aprovechamiento de los recursos de la

zona ha sido enmendado por “el Acuerdo relativo a la aplicación de la Parte XI de la

Convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del mar, de 1994, producto de

las consultas efectuadas desde 1990 por el Secretario General”.45

42 Ibídem.
43 Ibídem.
44 Ibídem.
45 Ibídem.
CAPÍTULO III

3. EL DERECHO MARÍTIMO EN EL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

3.1. Introducción

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM,

Convención sobre el Derecho del Mar o Convención del Mar, a veces también

llamada CONVEMAR) es considerada uno de los tratados multilaterales más

importantes de la historia, desde la aprobación de la Carta de las Naciones Unidas,

siendo calificada como la Constitución de los Océanos.

Esta Convención confirma el derecho internacional del mar vigente,

incorporando aspectos de las Convenciones de Ginebra de 1958 y, además,

desarrollando el derecho internacional del mar con la implementación de institutos

jurídicos tales como la zona económica exclusiva,

El estudio del derecho marítimo nos permite comprender su influencia en la

conformación del derecho internacional público.

3.2. El derecho Internacional marítimo

El Derecho marítimo es un cuerpo normativo que rige los problemas que

puedan surgir a raíz de las relaciones entre entidades de Derecho privado dedicadas

al tráfico marítimo. El Derecho marítimo ha de ser diferenciado del Derecho del mar,

constituido por un cuerpo de normas de Derecho internacional que regula las

relaciones jurídicas entre Estados, y no entre particulares.

El Derecho marítimo ha tenido una gran importancia histórica que se mantiene

hasta nuestros días, siendo una rama muy importante del Derecho mercantil. Esto se

debe a que el transporte por mar es muy utilizado para transportar las mercancías

objeto de compraventas internacionales.

El Derecho marítimo internacional convenido entre todas las naciones

civilizadas regula el ejercicio del bloqueo marítimo en tiempo de guerra. Una nación

en lucha con otra tiene derecho a evitar, siempre que pueda, que esta otra se

abastezca por vía marítima impidiendo el tránsito por la mar de sus buques de

comercio y de las mercancías a ellas consignadas que naveguen a bordo de buques

48
49

neutrales, pero, a fin de humanizar la guerra, la acción de los corsarios está

taxativamente regulada en el ejercicio de lo que se llama derecho de visita.

Historia

En la prehistoria, las civilizaciones, conforme iban organizándose en

conglomerados más homogéneos y fuertes, fueron desarrollando la actividad

comercial por vía marítima, actividad en la cual imponían sus leyes y costumbres

marítimas por la fuerza.

En la Edad Media, las codificaciones de usos y costumbres marítimos que

regulaban el dominio y uso de zonas geográficas determinadas, justo en la época de

los grandes descubrimientos motivó el establecimiento de legislaciones de carácter

estrictamente nacional hasta que las “Ordenanzas de Colbert de 1681”46 inician la

era moderna del Derecho Marítimo, con carácter internacional.

Se atribuye al jurista belga “Jacques Pirenne”47 el establecimiento al Derecho

Marítimo como factor determinante para el desarrollo del capitalismo

Edad Antigua.

El origen del Derecho marítimo se remonta a la antigüedad.

Los primeros acuerdos se basaban en un puñado de costumbres tradicionales

que se habrían desarrollado a partir de soluciones prácticas a problemas corrientes.

Muchas de estas costumbres pasaron a formar parte del Derecho romano. Tras la

caída del Imperio Romano, el comercio marítimo se interrumpió durante unos 500

años.

Después de que la actividad marítima se recuperara durante la edad media

comenzaron a plantearse conflictos y se dictaron leyes generales para solucionarlas.

Poco a poco las leyes del mar se fueron recopilando, siendo las colecciones más

conocidas del primer Derecho marítimo las leyes de Alerón y el Libro negro del

almirantazgo (este último consiste en una compilación inglesa elaborada durante los

siglos XIV y XV).

46
Wikipedia. Loc. Cit.
47
Ibídem.
50

Hablar de la historia del Derecho Marítimo o Derecho de la Navegación por

agua, es hablar de la historia misma de la Civilización y del Comercio. La navegación

se ha desarrollado en edades remontas, principalmente sobre los grandes ríos,

inicialmente para hacer frente a las exigencias de la alimentación con el

aprovechamiento de los productos de la pesca. Secundada por la experiencia náutica

y la astronomía empírica, se transformó rápidamente en marítima. En efecto, los

usos y costumbres del mar se habían difundido ya ampliamente y eran practicados

por todos los pueblos navegantes, mucho antes que las formas comerciales

alcanzaran fijeza como instituciones jurídicas.

En cuanto a la evolución de la navegación, propiamente dicha, se pueden

distinguir netamente tres periodos: a) periodo de la navegación a vela, b) periodo de

la navegación a vapor, y c) periodo de la navegación a propulsión nuclear.

Cada una de estas etapas ha experimentado sus propias reglas, costumbres y

tradiciones, las cuales, de alguna manera, han influido en la implementación del

derecho marítimo.

3.3. La Convención de las Naciones Unidas sobre Derechos del Mar

A manera de preámbulo, cabe recordar que con las declaraciones del

Presidente Truman se suscitaron consecuentemente diversas declaraciones y

legislaciones unilaterales latinoamericanas, emitidas al concluir la Segunda Guerra

Mundial entre las que destacan:

 Declaración del Presidente de México Manuel Ávila Camacho, de 29 de

octubre de 1945.

 Decreto del Presidente de Argentina Juan Domingo Perón, de 11 de

octubre de 1946.

 Decreto de Panamá, de 17 de diciembre de 1946.

 Declaración del Presidente de Chile Gabriel González Videla, de 23 de

junio de 1947. Que por primera vez establece una límite preciso (200 millas

marinas).
51

 Declaración del Presidente del Perú José Luis Bustamante y Rivero, de 1

de agosto de 1947 (200 millas marinas).

 Declaración de la Junta Fundadora de la Segunda República de Costa

Rica, de 27 de julio de 1948 (200 millas marinas).

 Constitución Política de El Salvador, de 14 de septiembre de 1950 (200

millas marinas).

 Leyes de Honduras, de enero y marzo de 1950 (200 millas marinas).

El Comité Jurídico Interamericano, el 30 de julio de 1952, presentó un

Proyecto de Convención sobre Mar Territorial y Cuestiones Afines, basando en la

tesis de las 200 millas marinas.

Durante el mismo año, Chile, Ecuador y el Perú celebraron una Conferencia

sobre Explotación y Conservación de las Riquezas Marítimas del Pacífico Sur en

Santiago de Chile, subscribiendo la Declaración sobre Zona Marítima (o Declaración

de Santiago de Chile) el 18 de agosto de 1952, en la que proclamaron "la soberanía

y jurisdicción exclusivas que a cada uno de ellos corresponde sobre el mar que baña

las costas de sus respectivos países, hasta una distancia mínima de 200 millas

marinas desde las referidas costas". Mientras otros países extendieron sus mares

territoriales a 12 millas marinas.

Hacia 1967 sólo 25 Estados mantenían el límite de la 3 millas marinas, 66

habían fijado un mar territorial de 12 millas marinas y 8 habían fijado un límite de 200

millas marinas.

Tras la Declaración de Santo Domingo, en junio de 1972, los Estados del

Caribe adhieren a la tesis de las 200 millas de soberanía marítima. En tanto, el

Consejo de Ministros de la Organización de la Unidad Africana, en mayo de 1973,

declara como "zona económica de cada Estado" a las 200 millas marinas contiguas a

sus costas y, en septiembre del mismo año, durante la Conferencia de Argel cerca de

75 Estados se suman a esta posición.


52

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM,

Convención sobre el Derecho del Mar o Convención del Mar, a veces también

llamada CONVEMAR) es considerada uno de los tratados multilaterales más

importantes de la historia, desde la aprobación de la Carta de las Naciones Unidas,

siendo calificada como la Constitución de los océanos.

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se

caracteriza por confirmar el derecho internacional del mar vigente, al incorporar

muchos aspectos de las Convenciones de Ginebra de 1958 y, además, por

desarrollar progresivamente el derecho internacional del mar, al establecer nuevos

institutos en la materia, como la zona económica exclusiva.

Tiene aplicación preferente, entre sus miembros, frente a las Convenciones de

Ginebra de 1958; no obstante, las Convenciones de Ginebra siguen teniendo

vigencia entre los Estados partes que no han adherido a esta Convención.

3.4. La Primera Conferencia de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar

En 1956, las Naciones Unidas convocaron a la I Conferencia de las Naciones

Unidas sobre el Derecho del Mar en Ginebra (Suiza). Dicha conferencia concluyó, en

1958, con la elaboración de cuatro convenciones relativas a la regulación del mar, a

partir de proyectos elaborados por la Comisión de Derecho internacional de la ONU:

 Convención sobre Mar Territorial y Zona Contigua, que entró en vigor el 10

de septiembre de 1964;

 Convención sobre Alta Mar, que entró en vigor el 30 de septiembre de

1962;

 Convención sobre Plataforma Continental, que entró en vigor el 10 de junio

de 1964, y

 Convención sobre Pesca y Conservación de los Recursos Vivos de la Alta

Mar, que entró en vigor el 20 de marzo de 1966.


53

Si bien, en su momento, fueron considerados un éxito histórico y lograron

entrar en vigencia, su aplicación fue bastante reducida, por el limitado número de

Estados partes.

Mar territorial

La Convención establece que “todo Estado tiene derecho a establecer la

anchura de su mar territorial hasta un límite que no exceda de 12 millas marinas,

medidas a partir de líneas de base determinadas de conformidad con la misma

Convención.” 48

Cuando las costas de dos Estados son adyacentes o se hallen situadas frente

a frente, ninguno de dichos Estados tiene derecho, salvo acuerdo en contrario, a

extender su mar territorial más allá de una línea media cuyos puntos sean

equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base a partir de las cuales

se mida la anchura del mar territorial de cada uno de dichos Estados. Salvo que por

la existencia de derechos históricos o por otras circunstancias especiales, sea

necesario delimitar el mar territorial de ambos Estados en otra forma.

Zona contigua

Establece una zona adyacente al mar territorial, designada con el nombre de

zona contigua, “con el objeto que el Estado ribereño pueda tomar las medidas de

fiscalización necesarias para:

 Prevenir las infracciones de sus leyes y reglamentos aduaneros, fiscales, de

inmigración o sanitarios que se cometan en su territorio o en su mar

territorial;

 Sancionar las infracciones de esas leyes y reglamentos cometidas en su

territorio o en su mar territorial.

48
Derecho marítimo. Wikipedia. Loc. Cit.
54

La zona contigua no puede extenderse más allá de 24 millas marinas

contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar

territorial.” 49

Zona económica exclusiva

Reconoce una zona económica exclusiva, como “un área situada más allá del

mar territorial adyacente a éste, sujeta al régimen jurídico específico establecido en

la Convención.” 50

En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tiene:

 Derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación,

conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como

no vivos de las aguas supra yacentes al lecho y del lecho y el subsuelo del

mar, y con respecto a otras actividades con miras a la exploración y

explotación económica de la zona, tal como la producción de energía

derivada del agua de las corrientes y de los vientos;

 Jurisdicción, con arreglo a las disposiciones pertinentes de la Convención,

con respecto a:

o El establecimiento y la utilización de islas artificiales, instalaciones y

estructuras:

o La investigación científica marina;

o La protección y preservación del medio marino;

 Otros derechos y deberes previstos en la misma Convención.

 La zona económica exclusiva no puede extenderse más allá de 200

millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las

cuales se mide la anchura del mar territorial.

49
Ibídem
50
Ibídem
55

Plataforma continental

La plataforma continental “es la prolongación natural de un continente, que

queda cubierto durante los periodos interglaciares como la época actual por mares

relativamente poco profundos y golfos. La plataforma nace, entonces, en la costa, y

suele terminar en un punto de la comarca pendiente creciente (llamado barrera

continental). El fondo marino tras esta barrera es el talud continental. Tras el talud

está la elevación continental, que termina por unirse con el fondo marino profundo, la

llanura abisal.” 51

De acuerdo a la Convención, la plataforma continental de un Estado ribereño

comprende el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá

de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio hasta

el borde exterior del margen continental, o bien hasta una distancia de 200 millas

marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura

del mar territorial, en los casos en que el borde exterior del margen continental no

llegue a esa distancia. A su vez, el margen continental comprende la prolongación

sumergida de la masa continental del Estado ribereño y está constituido por el lecho

y el subsuelo de la plataforma, el talud y la emersión continental. No comprende el

fondo oceánico profundo con sus crestas oceánicas ni su subsuelo.

Los puntos fijos que constituyen la línea del límite exterior de la plataforma

continental en el lecho del mar, deben estar situados a una distancia que no exceda

de 350 millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se

mide la anchura del mar territorial o de 100 millas marinas contadas desde la isobata

de 2.500 metros, que es una línea que une profundidades de 2.500 metros.

La Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar

En 1967, la Asamblea General de Naciones Unidas crea el Comité para la

Utilización con Fines Pacíficos de los Fondos Marinos y Oceánicos más allá de los

Límites de la Jurisdicción Nacional (o Comité de Fondos Marinos), que se

51
Ibídem.
56

transformaría más tarde en el Comité de las Naciones Unidas que prepararía la III

Conferencia sobre el Derecho del Mar.

En diciembre de 1970, la Asamblea General de Naciones Unidas convoca a la

III Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que se realizaría

desde diciembre de 1973 hasta 1982.

La “III Conferencia se desarrolló en 11 períodos de sesiones. El primero se

realizó en Caracas (Venezuela) y el último en Jamaica, en el cual se aprobó la

Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar por 130 votos a favor,

4 en contra y 17 abstenciones, el 30 de abril de 1982”.52

3.4.1. Convención sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua

La ya citada labor de la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones

Unidas tuvo como consecuencia directa, la redacción de un “informe que fue

presentado a la Asamblea General consistente en 73 Artículos, de los cuales los

primeros 25 estaban dedicados a la temática del régimen del mar territorial.” 53 Este

informe fue trasladado al seno de esa conferencia y sirvió de base para las

discusiones y elucubraciones de la Primera Comisión, que estuvo encargada de

dicho tema, conjuntamente con la figura de la zona contigua.

Las mismas dificultades que se le presentaron a la Comisión de Derecho

Internacional, se hicieron presentes en las discusiones de la Primera Comisión de la

Conferencia. Hubo una pugna frontal entre los partidarios de las tres millas, es decir

las potencias marítimas y cuasi representantes de las grandes pesqueras, y los

partidarios de un mar territorial más amplio, mayoritariamente países en vías de

desarrollo tanto latinoamericanos como asiáticos y africanos, que se concentraron en

mayor número alrededor de la figura de las 12 millas. Ambos bandos fueron claros

en sus posiciones y no escatimaron esfuerzos ni discursos para hacer prevalecer su

criterio.

52
Los océanos, fuente de vida - Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar - Vigésimo
aniversario 1982-2002 Wikipedia. Loc. Cit. Verbatim.
53
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Ibídem. Verbatim.
57

3.4.2. Convención sobre la Alta Mar

A tenor de la Convención de Derecho del Mar, la alta mar o aguas

internacionales, “la constituyen todas las partes del mar no incluidas en la zona

económica exclusiva, en el mar territorial o en las aguas interiores de un Estado, ni

en las aguas archipelágicas de un Estado archipelágico”.54

En cuanto a la libertad de la alta mar, el Artículo 87 de la referida Convención

establece que: “La alta mar está abierta a todos los Estados, sean ribereños o sin

litoral. La libertad de la alta mar se ejercerá en las condiciones fijadas por esta

Convención y por las otras normas de derecho internacional. Comprenderá, entre

otras, para los Estados ribereños y los Estados sin litoral:

 La libertad de navegación.

 La libertad de sobrevuelo;

 La libertad de tender cables y tuberías submarinos...;

 La libertad de construir islas artificiales y otras instalaciones permitidas por

el derecho internacional;

 La libertad de pesca;

 La libertad de investigación científica...”

El Artículo 88 establece, por su parte, que ningún Estado podrá pretender

legítimamente someter cualquier parte de la alta mar a su soberanía y que la alta mar

será utilizada exclusivamente con fines pacíficos.

Sobre la base de lo anteriormente relacionado se puede deducir que la alta

mar constituye un patrimonio de la humanidad.

Navegación y control

Respecto al derecho de navegación y el control de los Estados sobre esa

actividad, el Artículo 90 establece que: “todos los Estados, sean ribereños o sin

54
CRUZ ALEXANDER. Ob. Cit.
58

litoral, tienen el derecho de que los buques que enarbolan su pabellón naveguen en

alta mar”.55

Lo anterior se complementa con el precepto contenido en el Artículo 91, en

cuanto a que: “los buques poseerán la nacionalidad del Estado cuyo pabellón estén

autorizados a enarbolar”

Respecto a esto, el Artículo 92 regula que: “El buque que navegue bajo los

pabellones de dos o más Estados, utilizándolos a su conveniencia, no podrá

ampararse en ninguna de esas nacionalidades frente a un tercer Estado y podrá ser

considerado buque sin nacionalidad”. Con esto se evita que los buques carentes de

nacionalidad, que usan más de una bandera, o la cambian durante un viaje,

pudiéndose, en todo caso, sancionar este ilícito.

Deber de cooperación

Todo Estado tomará medidas eficaces para impedir y castigar el transporte de

esclavos en buques autorizados

Pesca

Respecto a la pesca, la regulación contenida en el Artículo 63 norma que:

“cuando tanto en la zona económica exclusiva como en un área más allá de ésta y

adyacente a ella se encuentren la misma población o poblaciones de especies

asociadas, el Estado ribereño y los Estados que pesquen esas poblaciones en el

área adyacente procurarán, directamente o por conducto de las organizaciones

subregionales o regionales apropiadas, acordar las medidas necesarias para la

conservación de esas poblaciones en el área adyacente”.56

3.4.3. Convención sobre pesca y conservación de los recursos vivos de Alta

Mar

En 1958, en la Conferencia sobre Derecho del Mar de la ONU, en Ginebra,

basándose en los proyectos de artículos elaborados por la Comisión de Derecho

Internacional de la ONU, se adoptaron cuatro Convenciones: sobre mar territorial y

55
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Loc. Cit.
56
Ibídem.
59

zona contigua; sobre alta mar; sobre plataforma continental, y sobre pesca y

conservación de los recursos vivos de la alta mar.

Una de las primeras fuentes de alimentación del hombre en la antigüedad fue

precisamente la pesca, incluso hasta el día de hoy es una de las fuentes alimenticias

más explotadas a la vez que es considerada una importante fuente de proteínas para

la dieta humana

Sin lugar a dudas, a través de los tiempos los “recursos ictícolas”57 han sido

uno de los asuntos más polémicos en la integración del derecho del mar, a la vez

que ha sido una fuente de conflictos.

En la Primera Convención sobre Derechos del Mar de 1958, como resultado

del trabajo de una de las comisiones integradas para el efecto, motivó la realización

de la Convención sobre Pesca y Conservación de los Recursos Renovables de la

Alta Mar, la cual tenía como objetivo principal la conservación de los recursos

renovables del mar, instando a su explotación responsable.

Se normaba que cada Estado debía comprometerse a mantener en sus

pesquerías un nivel de rendimiento anual sostenido.

No obstante la importancia de tal Convención, no recibió el apoyo necesario

habiendo sido ratificada al día de hoy, únicamente por treinta y cinco países, de los

cuales ninguno es considerado como potencia pesquera.

3.4.4. Convención sobre la Plataforma Continental

La Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar fue el

primer foro internacional donde la novedosa figura de la plataforma continental fuera

definida desde la perspectiva legal, aun cuando su formulación se realizó con serias

limitantes; dicha definición formó el primer Artículo de la Convención sobre la

Plataforma Continental.

57
OSSORIO. Manuel. Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales. Argentina: Ed. Heliasta S.R.L., 1987.
60

En esencia, dicha convención estableció una gama de temas aparentemente

novedosos y que sólo surgen a la palestra internacional como consecuencia de las

ya citadas Proclamas de Harry Truman.

Está estructurada en un solo cuerpo. El Articulado alcanza el número 15,

siendo materia sustantiva los primeros siete; los restantes ocho conforman los

tradicionales Artículos finales, casi idénticos en las cuatro convenciones producto de

la Conferencia.

El primero de los Artículos define la plataforma continental como "a) el lecho

del mar y el subsuelo de las zonas submarinas adyacentes a las costas pero

situadas fuera de la zona del mar territorial, hasta una profundidad de 200 metros o

más allá de este límite, hasta donde la profundidad de las aguas suprayacentes

permita la explotación de los recursos naturales de dichas zonas; b) el lecho del mar

y el subsuelo de las regiones submarinas análogas, adyacentes a las costas de las

islas".

Los subsiguientes Artículos (dos al cuatro) se consagran a los Derechos del

Estado ribereño sobre la Plataforma Continental, en el sentido de otorgar al Estado

derechos de soberanía para la exploración y explotación de sus recursos en sentido

exclusivo, independientemente de la ocupación real o ficta o cualquier declaración,

quedando inafectos el régimen de aguas suprayacentes ni el espacio aéreo sobre

ellas, así como la libertad de tender cables y tuberías.

También se establecen disposiciones relativas a la construcción de estaciones

o estructuras para la exploración y explotación de los recursos de la plataforma

continental así como sus respectivas zonas de seguridad con extensión de hasta 500

metros, pero salvaguardando su condición totalmente diferente a la de una isla, por

lo que se le proscribe la tenencia de mar territorial o cualquier otra proyección

territorial. También se fue enfático en cuanto al no entorpecimiento de la navegación

y protección del medio marino. Los casos de adyacencia, perpendicularidad o sobre-

posicionamiento de la plataforma continental de dos o más Estados deben ser

resueltos por acuerdo entre ellos.


61

Finalmente se hace la salvedad de la explotación del suelo marino mediante

túneles, sin importar la profundidad de las aguas suprayacentes.

Como balance final respecto a la Conferencia, debe rescatarse la valiosa labor

de codificación que se realizó, aun cuando lo ahí plasmado dejaba ver pocas luces

hacia el futuro; más la historia demuestra que aquellas barreras que parecieron un

día infranqueables, son hace tiempo umbral del desarrollo presente.

Los análisis que fueron hechos en ese momento histórico denotaron con aires

de fracaso el hecho que no se pudiera fijar una anchura estándar para el mar

territorial, que se dejara abierto a la incertidumbre el límite externo de la plataforma

continental (producto del criterio de la explotabilidad) y los muchos temas que no

fueron si quiera tratados (presentes en las nueve Resoluciones que se aprobaron

junto con las convenciones). De igual forma se criticó el protocolo facultativo por ser

precisamente facultativo, es decir, erradica cualquier posibilidad de obligatoriedad.

Con la creencia en mente que todas las diferencias que impidieron en 1958 la

concertación alrededor de la anchura del mar territorial desaparecerían en breve, se

pidió la nueva convocatoria para una segunda conferencia sobre derecho del mar,

con miras a perfeccionar las falencias de las Convenciones de 1958. Es de nuevo la

historia nuestro testigo de lo errado que fue ese concepto.

3.5. La Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar

En 1960 se convocó a la II Conferencia de las Naciones Unidas sobre el

Derecho del Mar, que no produjo ningún acuerdo internacional, pues ninguna de las

proposiciones relativas a la anchura del mar territorial alcanzó el quórum necesario

de dos tercios.

En esta Conferencia tuvo participación nuestro país, a través de los

ciudadanos Gilberto Chacón Pazos, José Luis Mendoza y Alberto Dupont-Willemin,

quien ya había participado en la conferencia anterior.


62

3.5.1. Etapa de inercia

Constituye la tercera etapa de la Segunda Conferencia de las Naciones

Unidas sobre Derecho del Mar y su objetivo es el desarrollo concreto de esta rama

jurídica.

Esta etapa tiene una duración de aproximadamente de seis años y debe su

nombre a la falta de iniciativas o dinámica concreta a nivel mundial y estatal.

Es considerada más una forma de resistencia pasiva la cual fue provocada por

la apatía que produjo el resultado de la Segunda Conferencia de Naciones Unidas

sobre Derecho del Mar o II CONFEMAR.

3.5.2. Etapa de integración

La etapa de integración, como su nombre lo indica, logra integrar acuerdos

multilaterales de alcance casi global entre los Estados participantes, en cuanto a la al

régimen jurídico del mar, partiendo de su realidad actual. Esta etapa está vigente en

la actualidad y se encuentra sustentada con la base de la Convención de las

Naciones Unidas sobre Derecho del Mar, suscrita en Montego Bay, Jamaica en

1982.

3.5.3. El nuevo derecho del mar

A efecto de encontrar solución a todas las cuestiones relativas al derecho del

mar, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) convocó a las conferencias

mundiales sobre este asunto. La primera se llevó a cabo en 1958 y la segunda, en

1960. La tercera conferencia se realizó en la ciudad de Nueva York, el 30 de abril de

1982. Allí se aprobó la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del

Mar. La Convención quedó abierta por dos años, a fin de que los países la

suscribieran. El plazo se venció el 9 de diciembre de 1984.

La Tercera Conferencia sobre el Derecho del Mar

En 1967, la Asamblea General de Naciones Unidas crea el Comité para la

Utilización con Fines Pacíficos de los Fondos Marinos y Oceánicos más allá de los

Límites de la Jurisdicción Nacional (o Comité de Fondos Marinos), que se


63

transformaría más tarde en el Comité de las Naciones Unidas que prepararía la III

Conferencia sobre el Derecho del Mar.

En diciembre de 1970, la Asamblea General de Naciones Unidas convoca a la

III Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que se realizaría

desde diciembre de 1973 hasta 1982.

La III Conferencia se desarrolló en 11 períodos de sesiones. El primero se

realizó en Caracas (Venezuela) y el último en Jamaica, en el cual se aprobó la

Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar por 130 votos a favor,

4 en contra y 17 abstenciones, el 30 de abril de 1982.

El 10 de diciembre de 1982, la Convención fue firmada por 119 países el

mismo día en que fue abierta a la firma, siendo estos Estados pertenecientes a todas

las regiones del mundo, de Norte a Sur y de Este a Oeste, por Estados ribereños,

Estados sin litoral y Estados en situación geográfica desventajosa


CAPÍTULO IV

4. INSTITUCIONES Y PROCEDIMIENTOS DE DERECHO MARÍTIMO EN EL

DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

Las normas que constituyen el régimen jurídico de los océanos y sus usos y

recursos, establece además, disposiciones sobre el ejercicio de los derechos en

distintas zonas marítimas y la delimitación de estas, la protección y preservación del

medio marino, las pesquerías y la investigación científica marina.

Con el establecimiento de “La Zona”, en la Convención de las Naciones

Unidas sobre Derecho del Mar (CONVEMAR), se le considera como patrimonio

común de la humanidad, que abarca los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo

fuera de los límites de la jurisdicción nacional.

Sumamente importante resulta para el Derecho Internacional Público del Mar

la Parte XV de la Convención, la cual determina instituciones y procedimientos de

derecho marítimo, tal el caso de un mecanismo para la solución obligatoria de las

controversias relativas a la interpretación o la aplicación de sus disposiciones, y su

tramitación en un órgano jurisdiccional especial conocido como Tribunal Internacional

del Derecho del Mar.

4.1. El Tribunal Internacional de Derecho del Mar

Como quedó plenamente establecido en capítulos anteriores, durante gran

parte de la historia el derecho internacional del mar sustentó su desarrollo en el

derecho tanto consuetudinario como convencional.

La sistematización del Derecho de Mar da cuenta, entre otras, de la Primera

Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, celebrada en 1958, la

cual culminó en la aprobación de las llamadas Convenciones de Ginebra sobre el

Derecho del Mar.

Luego, sabemos a ciencia cierta que la Segunda Conferencia de las Naciones

Unidas sobre el Derecho del Mar no condujo a un acuerdo internacional. Más, La

64
65

Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 1982, es el fruto

de un proceso que se inició en 1970 y que llevó a la convocación de la Tercera

Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

“En fecha 17 de diciembre de 1970, la Asamblea General de las Naciones

Unidas aprobó una Declaración de principios que regulan los fondos marinos y

oceánicos, en la que proclamó que son patrimonio común de la humanidad y a la vez

convocó a una nueva conferencia internacional que se ocupara del establecimiento

de un régimen internacional del derecho del mar.

El 30 de abril de 1982, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la

Convención, que se abrió a la firma el 10 de diciembre de 1982 en Montego Bay

(Jamaica). Al concluir el plazo para la firma, 159 Estados y otras entidades habían

suscrito la Convención. Sin embargo, esta solo entró en vigor el 16 de noviembre de

1994, 12 meses después de que se efectuara el depósito del sexagésimo

instrumento de ratificación o de adhesión necesario para su vigencia.” 58

4.1.1. Organización del Tribunal Internacional de Derechos del Mar

4.1.1.1. Magistrados

El Tribunal está compuesto por veintiún miembros independientes, los cuales

son electos mediante el procedimiento de votación secreta de entre los Estados

Partes en la Convención; mantienen sus mandatos renovables de nueve años, y son

elegibles para el efecto personas que gocen de la más alta reputación por su

imparcialidad e integridad y sean de reconocida competencia en materia de derecho

del mar.

Con el objeto de mantener la continuidad del Tribunal, se dispone la

celebración de elecciones de un tercio de los magistrados cada tres años.

En la integración de tan importante Cuerpo Colegiado, se procura garantizar la

representación de los principales sistemas jurídicos del mundo y una distribución

geográfica equitativa de los miembros entre los siguientes cinco grupos geográficos

establecidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas:

58 TRIBUNAL INTERNACIONAL DEL DERECHO DEL MAR. Consultado en: www.tidm.org


66

 Estados de África

 Estados de Asia

 Estados de Europa oriental

 Estados de América Latina y el Caribe

 Estados de Europa occidental y otros Estados

Una de las estipulaciones especiales da cuenta que el Tribunal no podrá tener

dos magistrados que sean nacionales del mismo Estado.

Por otro lado, si el Tribunal o una de sus Salas no incluyen un magistrado de la

nacionalidad de una parte en una controversia, dicha parte puede designar una

persona de su elección para que participe en calidad de magistrado (magistrado ad

hoc). Si varias partes tuvieren un mismo interés, se considerarán una sola parte a

ese efecto.

4.1.1.2. Presidente y Vicepresidente

La elección de Presidente y Vicepresidente se desarrolla también por votación

secreta en la que participan únicamente los magistrados del Tribunal.

Tanto el Presidente como el Vicepresidente ocupan dicho cargo por tres años

existiendo la posibilidad de reelección.

Dentro de las funciones del Presidente está la dirección de la labor judicial del

Tribunal, supervisar su administración y representarle en sus relaciones con los

Estados y otras entidades; también es quien preside todas las sesiones del Tribunal

y posee doble voto únicamente en caso de empate en las votaciones que se

desarrollen.

Por su parte, el Vicepresidente es el encargado de ejercer las funciones de la

presidencia en caso de quedar ésta vacante o de incapacidad del Presidente para

ejercer sus funciones.

4.1.1.3. Salas
67

Además de la icónica Sala de Controversias de los Fondos Marinos en que los

procedimientos son específicos, “la regla es que el Tribunal en pleno oye y decide

todas las controversias, de conformidad con el párrafo 3 del artículo 13 del Estatuto

del Tribunal”.59

No obstante, las diversas controversias sometidas a su jurisdicción pueden ser

remitidas a una sala si ambas partes así lo acuerdan. Se han establecido las

siguientes Salas:

Sala de Controversias de los Fondos Marinos

La Sala de Controversias de los Fondos Marinos, se integra por once

miembros del Tribunal.

Su competencia es exclusiva, y su ámbito de acción en actuaciones

contenciosas o consultivas de conocimiento de las controversias o cuestiones

relativas a la exploración y explotación de “La Zona”.

Sala de Procedimiento Sumario

La integran cinco miembros titulares y dos suplentes siendo miembros por

derecho propio, tanto el Presidente como el Vicepresidente del Tribunal.

Otras salas especiales

Existen también, según el caso, las siguientes salas especiales permanentes:

la Sala de Controversias de Pesquerías, la Sala de Controversias del Medio Marino y

la Sala de Controversias de Delimitación Marítima.

Salas ad hoc

Cuando las partes en conflicto así lo requieran el Tribunal puede constituir

también Salas ad hoc para conocer de controversias determinadas.

Para el efecto el pleno del Tribunal determina la integración de esas salas con

la aprobación de las partes.

Secretaría

59 Ibídem
68

La Secretaría del Tribunal tiene carácter internacional y su principal función es

asistir al Tribunal en cuestiones jurídicas, administrativas, financieras, de consulta

bibliográfica y sirviendo conferencias e información a quienes lo requieran.

Secretario y Secretario Adjunto

El Secretario es el jefe de la Secretaría y es elegido por los magistrados del

Tribunal por un mandato renovable de cinco años.

Cuenta con el auxilio del Secretario Adjunto, quien también es elegido por un

mandato renovable de cinco años.

El Secretario está encargado de todos los trabajos jurídicos y administrativos,

incluida la administración de las cuentas y finanzas del Tribunal y es el conducto

ordinario de las comunicaciones que recibe y despacha el Tribunal, llevando registro

de los asuntos y conserva copias de las comunicaciones y acuerdos de conformidad

con el Reglamento.

4.1.1.4. La sede de Tribunal

Durante el desarrollo de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre

el Derecho del Mar Alemania presentó la candidatura de Hamburgo como sede del

Tribunal, la cual fue aprobada el 21 de agosto de 1981.

Dicha sede se encuentra funcionando desde el tres de julio del año dos mil en

Am Internationalen Seegerichtshof 1, en el distrito de Nienstedten en Hamburgo.

4.1.2. Procedimiento del Tribunal Internacional de Derecho del Mar

El procedimiento de las acciones ante el Tribunal se inicia mediante la

presentación de solicitud escrita o la notificación de un compromiso.

Dicha solicitud puede presentarse al Tribunal sobre “la base de un acuerdo

entre las partes en la controversia, en los asuntos en que el Tribunal tiene

competencia obligatoria o en virtud de las declaraciones hechas por las partes

conforme al artículo 287 de la Convención”.60

60 CONVEMAR. Loc. Cit.


69

Al firmar o ratificar la Convención o adherirse a ella, “los Estados pueden

hacer una declaración, conforme al artículo 287 de la Convención, por la que eligen

uno o más de los siguientes medios para la solución de controversias: el Tribunal

Internacional del Derecho del Mar, la Corte Internacional de Justicia, un tribunal

arbitral o un tribunal arbitral especial”.61

Si los Estados eligen el Tribunal, este es competente para ocuparse de las

controversias entre dichos Estados.

El Tribunal tiene competencia obligatoria, de conformidad con la Convención,

en “dos supuestos: las solicitudes de pronta liberación de buques y de sus

tripulaciones (artículo 292 de la Convención) y las solicitudes de medidas

provisionales hasta que se constituya un tribunal arbitral (párrafo 5 del artículo 290

de la Convención)”.62

Una de las Salas del Tribunal, la Sala de Controversias de los Fondos

Marinos, tiene competencia obligatoria sobre las controversias relativas a actividades

en la Zona. Esta Sala también es competente para emitir opiniones consultivas sobre

las cuestiones jurídicas que se planteen dentro del ámbito de las actividades de la

Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.

El Tribunal en pleno también puede emitir opiniones consultivas cuando deba

hacerlo en virtud de acuerdos internacionales relacionados con los propósitos de la

Convención.

“El procedimiento aplicable a la tramitación de los asuntos sometidos al

Tribunal se establece en el Estatuto del Tribunal (Anexo VI de la Convención) y en su

Reglamento”.63

4.1.3. Responsabilidades y obligaciones de los Estados patrocinantes de

personas y entidades respecto de actividades en La Zona

61 Ibídem.
62 Ibídem.
63 TRIBUNAL INTERNACIONAL DEL DERECHO DEL MAR. Loc. Cit.
70

Con respecto a las responsabilidades y obligaciones de los Estados

patrocinantes y de personas y entidades en cuanto al desarrollo de actividades en la

Zona, el Consejo de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos en la fecha

seis de mayo de dos mil diez, solicitó a la Honorable Sala de Controversias de los

Fondos Marinos, opinión consultiva sobre “La Zona”, habiendo resuelto el referido

órgano jurisdiccional que: “es una zona establecida por la Convención de las

Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar que abarca los fondos marinos y

oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional. La

Convención declara que la Zona y sus recursos son patrimonio común de la

humanidad. Los recursos de la Zona, tales como los nódulos y sulfuros polimetálicos,

son administrados por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos”. 64

La Opinión Consultiva, aprobada por unanimidad por los miembros de la Sala

de Controversias de los Fondos Marinos, fue emitida el 1° de febrero de 2011. “La

Sala distinguió entre dos tipos de obligaciones de los Estados patrocinantes: una

obligación directa, tal como el deber de aplicar el criterio de precaución, y un deber

de debida diligencia para asegurar el cumplimiento por los contratistas patrocinados

de las condiciones de los contratos y las obligaciones establecidas en la Convención.

De acuerdo con la Opinión Consultiva, el hecho de que el contratista patrocinado no

cumpla sus obligaciones no da de por sí lugar a responsabilidad por parte del Estado

patrocinante. La responsabilidad de un Estado patrocinante nace si el Estado no

cumple las responsabilidades que la Convención le impone y si se produce un

perjuicio. Se debe probar un nexo de causalidad entre ese incumplimiento y el

perjuicio. La Sala consideró también que la Convención requiere que el Estado

patrocinante sancione leyes y reglamentos dentro de su ordenamiento jurídico y

adopte medidas administrativas para asegurar el cumplimiento por parte del

contratista de sus obligaciones y eximir al Estado patrocinante de responsabilidad”.65

4.1.4. Presupuesto y finanzas

64 Ibídem
65 Ibídem. Verbatim.
71

El presupuesto del Tribunal se financia con las contribuciones de los Estados

Partes en la Convención. Las contribuciones se calculan de acuerdo con la escala de

cuotas de las Naciones Unidas, que refleja el tamaño de la economía de los Estados

Partes interesados.

“Los Estados Partes que sean partes en causas ante el Tribunal no incurren

en costas o gastos judiciales. Los Estados en desarrollo que sean partes en una

controversia ante el Tribunal pueden recibir asistencia financiera para ayudarles a

solventar los honorarios de los abogados o los gastos de viaje y alojamiento de su

delegación durante las actuaciones orales en Hamburgo. Esta asistencia se financia

con los recursos de un fondo fiduciario voluntario establecido por la Asamblea

General de las Naciones Unidas y mantenido por la División de Asuntos Oceánicos y

del Derecho del Mar de la Oficina de Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas”.66

4.2. Resolución de controversias en el derecho internacional del mar

Hasta la década de 1940, el derecho internacional era considerado

únicamente como un conjunto de normas jurídicas que regulaban exclusivamente las

relaciones entre Estados, cuyo proceso de formación se circunscribió casi en su

totalidad en los asuntos europeos, cuyo ámbito de acción material abarcaba

solamente ciertos y determinados aspectos de las relaciones internacionales.

Como todo, con la evolución de esta rama del derecho, los sujetos del derecho

internacional no son sólo Estados, sino abarca también a las organizaciones

internacionales, al individuo, y ciertos actores como empresas transnacionales y

Organizaciones no gubernamentales.

El derecho internacional ha “evolucionado también el ámbito normativo del

orden jurídico internacional, pues aparte de legislar sobre la paz y la guerra, también

regula temas como el medio ambiente, el comercio internacional, el derecho penal

internacional y la protección de los derechos humanos.” 67

66 Ibídem. Verbatim.
67 CABRERA MIRASSOU, Martín. Entendiendo el rol del Tribunal Internacional del Derecho del Mar
en el Sistema de Solución de Controversias de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho
72

El derecho internacional en este proceso de expansión ha tenido una

ampliación de su ámbito material de aplicación, diversificación de los sujetos

intervinientes, y ha dotado de eficiencia y eficacia a las normas y obligaciones

internacionales.

La Comisión de Derecho Internacional (CDI) se hace eco de este fenómeno y

decide incluirlo como parte de su programa de trabajo en el año 2000. Con el título

de “Fragmentación del Derecho Internacional: Dificultades Derivadas de la

Diversificación y Expansión del Derecho Internacional”.68

En su 54º período de sesiones, celebrado en 2002, la Comisión decidió incluir

el tema "Riesgos resultantes de la fragmentación del derecho internacional" en su

programa de trabajo, estableció un Grupo de Estudio y posteriormente decidió

cambiar el título del tema por el de "Fragmentación del derecho internacional:

dificultades derivadas de la diversificación y expansión del derecho internacional". La

Comisión aprobó asimismo una serie de recomendaciones, entre ellas la de realizar

cinco estudios, comenzando por el que habría de preparar el Presidente del Grupo

de Estudio sobre "La función y el alcance de la norma de la lex specialis y la cuestión

de los "regímenes autónomos".69

El informe final de la Comisión fue aprobado por la Asamblea General de

Naciones Unidas en 2006.

En dicho informe, se evidencia algunos conflictos que pudieran surgir a nivel

de las normas a nivel internacional, tales como: las relaciones entre el derecho

especial y el general o sea, la cuestión de la lex prior y la lex posterior, en especial el

Artículo 103 de la Carta de Naciones Unidas, el ius cogens y las obligaciones erga

omnes y, por último, el denominado entorno normativo o integración sistémica del

apartado c) del párrafo 3 del Artículo 31 de la Convención de Viena sobre Derecho

del Mar. ANALES Nº 41 - Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad Nacional de la Plata,
Buenos Aires, Argentina. 2011. Citado con algunos cambios.
68 SEGURA SERRANO, Antonio. El derecho internacional humanitario y las operaciones de
mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. Plaza y Valdés Editores. Madrid, España, 2007.
69 Ibídem
73

de los Tratados de 1969, que establece que al momento de interpretar un tratado

habrá que tenerse en cuenta el contexto del mismo, como también toda norma

pertinente de derecho internacional aplicable en las relaciones entre las partes del

tratado.

Un aspecto importante que debe ser tratado es la diversificación de la

jurisdicción internacional.

Las motivaciones que conllevan a la creación de tribunales internacionales

están íntimamente relacionadas con el crecimiento del derecho internacional, por lo

que, se hace necesario incorporar al ámbito jurisdiccional a los nuevos sujetos en el

ámbito internacional y contar con una respuesta eficaz para un cada vez más

complejo derecho internacional.

Uno de los grandes dilemas que conlleva la creación y multiplicación de

tribunales internacionales es que se constituyen en una afrenta en contra del sistema

legal internacional, teniendo como efecto negativo más destacable, el denominado

fórum shopping, el cual es entendido como “la elección del fuero más favorable por

las partes en una controversia”.70

Debe entenderse que la multiplicación de órganos judiciales es una respuesta

a la creciente expansión del sistema legal internacional, en el cual se permite a los

Estados someter sus controversias al arreglo judicial y estos, a la vez, tienden a

aceptar la jurisdicción de tribunales internacionales con mayor confianza.

El fin último de la creación de órganos jurisdiccionales internacionales para la

resolución de conflictos lo constituye la necesidad de contar con un sistema judicial

apropiado.

4.2.1. El Sistema de Solución de Controversias en la Convención de Naciones

Unidas sobre el Derecho del Mar

70 Ibídem.
74

La Convención sobre el Derecho del Mar de 1982 “otorga especial importancia

a mecanismos no formales para la solución de controversias.” 71 “El Artículo 279”72

impone a los Estados partes la obligación de solucionar sus controversias relativas a

la interpretación o aplicación de la Convención por medios pacíficos, haciendo

especial referencia a los “Artículos 2 y 33 de la Carta de la ONU”.73

De esa cuenta, los Estados partes deben resolver sus diferencias "por

negociación, amigable composición, mediación, conciliación, arbitraje, acuerdo

judicial, recurrir a agencias regionales o arreglos u otros medios pacíficos". (Carta de

las Naciones Unidas, Artículo 33).

La Convención contempla la posibilidad de aplicar estos mecanismos no

formales, no obstante, si estos fallan como alternativa para la solución de una

disputa, la misma Convención establece otros mecanismos de solución de

controversias de carácter formal, tripartito y vinculatorio, sujetos a las limitaciones y

excepciones señaladas en la sección 3a. de la parte XV relativa a los procedimientos

disponibles en disputas sobre ciertos temas delicados.

“Las disposiciones sobre solución de controversias de carácter formal

contenidos en la parte XV de la Convención de 1982 autoriza el recurso unilateral al

arbitraje o sentencia ("Adjudication") si los métodos no formales de solución de

controversias fallan. Los Estados habrán de seleccionar entre diversas opciones

relativas a los procedimientos de solución de controversias vinculatorios. El artículo

282 establece que cuando los Estados partes hayan acordado previamente "a través

de un acuerdo general, regional o bilateral u otro" solucionar sus controversias por

medio de un procedimiento que lleve a una decisión de observancia obligatoria, ese

procedimiento se utilizará en lugar de aquellos señalados en la parte XV. A Falta de

ese acuerdo previo, la parte XV, sección 2 será aplicada, ofreciendo a los Estados

71 NOYES, John E. El Tribunal Internacional de Derecho del Mar. Boletín mexicano de derecho
comparado No.81. Revista Jurídica. Biblioteca jurídica virtual. Universidad Autónoma de México.
México, 2011.
72 CONVEMAR. Loc. Cit.
73 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. Loc. Cit.
75

partes la opción de elegir entre cuatro mecanismos formales de solución de

controversias. Estos son el Tribunal de Derecho del Mar, la Corte Internacional de

Justicia (CIJ), el arbitraje, o, en casos que se refieren a pesquerías, protección del

medio marino, investigación científica marina y navegación, un arbitraje especial

entre paneles conformados por expertos. Los Estados podrán declarar en cualquier

momento su preferencia por alguna de estas alternativas. La Convención da la

seguridad de que ni la falta de acuerdo sobre un foro o la falta de la declaración por

parte de un Estado sobre su preferencia de un foro evitarán el uso de un

procedimiento tripartito. Si un Estado no hace declaración alguna respecto de su

preferencia, se entiende que el arbitraje será su opción. Además, si el Estado

instituye un procedimiento y la contraparte no elige el mismo foro, el arbitraje también

tendrá lugar”.74

“Las reglas de la Convención relativas al arbitraje aseguran también que

algunas técnicas que los Estados puedan usar para evitar el arbitraje están fuera de

su alcance. Por ejemplo, la falta de designación de árbitro por parte de un Estado no

evitará la constitución del tribunal arbitral, así como la falta de comparecencia de un

Estado ante dicho tribunal no obstará para que éste emita su decisión.” “Aún más, la

Convención en general prohíbe las reservas a sus artículos, incluso a aquellos que

disponen procedimientos obligatorios que lleven a decisiones de carácter

vinculatorio”.75

“Las disputas relacionadas con la parte XI de la Convención están sujetas a

disposiciones de carácter general referidas a mecanismos no formales para la

solución pacífica de controversias que se funden en la parte XV, sección 1.La parte

XI, de cualquier manera, contiene disposiciones específicas relativas a los

mecanismos formales para solución de controversias que versen sobre actividades

en los fondos marinos más allá de los límites de la jurisdicción nacional. Estas

disposiciones no se ven afectadas por declaraciones de los Estados con las que

74 Ibídem.
75 Ibídem
76

seleccionen una de las cuatro opciones de solución de controversias de carácter

vinculatorio bajo la parte XV, sección 2. Un decimoprimer miembro de la Sala de

Controversias de los Fondos Marinos del Tribunal Internacional de Derecho del Mar

tiene jurisdicción para conocer de disputas relativas a la interpretación o aplicación

de la parte XI, ciertos actos de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos,

contratos de exploración y explotación minera, y ciertas actividades en los fondos

marinos. La Sala de Controversias de los Fondos Marinos tiene jurisdicción no sólo

sobre asuntos de carácter contencioso sino que también puede emitir opiniones a

solicitud de ciertos órganos de la Autoridad (la asamblea y el consejo), en asuntos

contenciosos, el artículo 189 impone limitaciones a la jurisdicción de la Sala de

Controversias de los Fondos Marinos con relación a las decisiones concernientes a

la validez de las normas, reglamentos y procedimientos de la autoridad. La

jurisdicción de la Sala de Controversias de los Fondos Marinos: "...deberá limitarse a

la decisión de reclamaciones que la aplicación de cualquier norma, reglamento y

procedimientos de la Autoridad en casos individuales estuviese en conflicto con las

obligaciones contractuales de las partes en disputa o sus obligaciones bajo esta

Convención; reclamaciones relacionadas con el exceso de jurisdicción o mal uso del

poder, y reclamaciones por daños a ser pagados y otro remedio que se haya de dar

a la parte afectada por la falta de cumplimiento de la otra parte de sus obligaciones

contractuales o sus obligaciones bajo esta Convención".76

Otros tribunales que no sean la Sala de Controversias de los Fondos Marinos

pueden conocer de ciertas disputas. Según el artículo 188, las disputas entre

Estados partes relativas a la interpretación o aplicación de la parte XI pueden, a

solicitud de las partes en conflicto ser sometidas a una Sala Especial del Tribunal de

Derecho del Mar en vez de hacerlo a la Sala de Controversias de los Fondos

Marinos. De manera alternativa, dichas disputas pueden, a solicitud de cualquiera de

las partes en conflicto, sujetarse al conocimiento de una sala ad-hoc formada por tres

miembros, dentro de la Sala de Controversias de los Fondos Marinos. Asimismo,

76 Ibídem.
77

cualquier parte en un conflicto relativo a la interpretación o aplicación de un contrato

puede someterlo a un arbitraje comercial vinculatorio, en lugar de remitirlo a la Sala

de Controversias de los Fondos Marinos. De cualquier manera, un tribunal arbitral

comercial carece de jurisdicción para decidir sobre cuestiones de interpretación de la

Convención, y las cuestiones de interpretación de la parte XI y sus anexos deben ser

del conocimiento de la Sala de Controversias de los Fondos Marinos para su

decisión.

4.2.1.1. Procedimientos voluntarios para la solución de controversias

Como se indicó anteriormente, las Partes XI y XV de la CONVEMAR, hacen

referencia especial al modo de solucionar las controversias que surjan entre los

Estados Partes, principalmente cuando éstas surjan con ocasión de las normas

contenidas en la Convención, su interpretación y aplicación, por lo que, es de

presumir que las controversias que surjan serán generalmente relacionadas con esos

asuntos.

Cabe señalar que “están legitimados para someterse a la competencia del

Tribunal Internacional de Derecho del Mar los Estados Partes de la CONVEMAR, las

Organizaciones Internacionales y otras entidades, según se den alguna

condicionante (Parte XI)”.77

Dicho acceso es voluntario, es decir si las partes involucradas en la

controversia no prestan su consentimiento de someter la misma al Tribunal, éste no

puede asumir competencia.

La competencia del tribunal es relativa a las controversias que surjan de la

convención y también a las cuestiones “expresamente” previstas en “cualquier otro

acuerdo internacional” que le otorgue competencia.

Por ejemplo, en materia sobre pesquerías, contaminación, conservación y

preservación del medio marino, generalmente se acuerda bilateralmente que el TIDM

es el mecanismo elegido para solucionar los diferendos que surjan.

77 CONVEMAR. Loc. Cit.


78

Un aspecto novedoso es el previsto en el “Artículo 283, que tiene la finalidad

de evitar el abuso en el inicio de procedimientos ante mecanismos jurisdiccionales,

para que sea la negociación entre las partes la que pueda solucionar la controversia

en cuestión”.78

Lo interesante de la disposición es que, no obstante ser voluntario su

sometimiento, una vez iniciado obliga a las partes, cuando surja una controversia, a

intercambiar sin demora opiniones con miras a resolverla mediante negociación o por

otros medios pacíficos. Asimismo, deben proceder a intercambiar opiniones cuando

se haya puesto fin a un procedimiento para la solución de una controversia, sin que

ésta haya sido resuelta o cuando se haya llegado a una solución y las circunstancias

requieran consultas sobre la forma de llevarla a la práctica.

Cabe destacar que debe existir una controversia para que se aplique el

Artículo 283, y su contenido obligue a ambas partes por igual.

Solo cuando una de ellas concluye que las posibilidades de llegar a un

acuerdo se han agotado, finaliza la obligación de continuar con el intercambio de

opiniones.

4.2.1.2. Procedimientos obligatorios

De acuerdo al “Artículo 286 de la Convención, toda controversia relativa a la

interpretación o la aplicación de este instrumento, cuando no haya sido resuelta

siguiendo los pasos explicados en el apartado anterior, se someterá, a petición de

cualquiera de las partes en la controversia, a la corte o tribunal que sea competente

de acuerdo a lo dispuesto en la Sección II”.79

Al parecer el solo hecho de que un Estado sea parte de la Convención, le

obliga a estar sometido al sistema de solución de controversias.

Sin embargo, el sistema es flexible y la posibilidad de elección del fuero

prevista en el “Artículo 287”80, enumera los cuatro mecanismos existentes, de los

78 Ibídem.
79 Ibídem.
80 Ibídem.
79

cuales, los Estados deben elegir uno o más de ellos, o en su defecto la controversia

se somete al arbitraje del “Anexo VII”81, que funciona como mecanismo subsidiario

en este caso.

“Los cuatro mecanismos que los Estados pueden elegir son:

 El Tribunal Internacional del Derecho del Mar

 La Corte Internacional de Justicia;

 Un tribunal arbitral constituido de conformidad con el Anexo VII;

 Un tribunal arbitral especial, constituido de conformidad con el Anexo VIII,

para una o varias de las categorías de controversias que en él se

especifican”.82

El Tribunal Internacional del Derecho del Mar

El Tribunal no tiene jurisdicción automática sobre todas las controversias

relativas a la interpretación y aplicación de la Convención a excepción de los casos

predeterminados, en los cuales todas las partes en una controversia deben haber

aceptado al Tribunal como el fuero al cual recurrir.

En todo caso, el Tribunal puede decretar, modificar o revocar medidas

provisionales a falta de constitución del tribunal arbitral al cual se le sometió una

controversia, si estima que el tribunal a constituirse sería competente y la urgencia

de la situación lo amerita o bien decretar la pronta liberación de buques y sus

tripulaciones.

Existe dentro de la estructura organizacional del Tribunal una Sala de

Controversias sobre los Fondos Marinos, que cuenta con competencia exclusiva para

entender en todas las controversias relativas a dicha zona.

La Corte Internacional de Justicia

81 Ibídem.
82 Ibídem.
80

La Corte Internacional de Justicia “es el órgano judicial principal de la

Organización de las Naciones Unidas. Está encargada de decidir conforme al

Derecho Internacional las controversias de orden jurídico entre Estados y de emitir

opiniones consultivas respecto a cuestiones jurídicas que pueden serle sometidas

por órganos o instituciones especializadas de la ONU.” 83

La Corte Internacional de Justicia es el órgano judicial principal de la

Organización de las Naciones Unidas (ONU). Tiene su sede en La Haya (Países

Bajos). Comenzó a funcionar en 1946, fecha en la que sucedió a la Corte

Permanente de Justicia Internacional, que tenía su sede en el mismo edificio desde

1922. La Corte Internacional de Justicia se rige por un Estatuto que es parte

integrante de la Carta de las Naciones Unidas y que es muy similar al de su

predecesora.

Misión de la Corte

La Corte desempeña una doble misión: el arreglo conforme al Derecho

Internacional de controversias que le sean sometidas por los Estados, y la emisión

de dictámenes sobre cuestiones jurídicas que le sometan los órganos u organismos

de las Naciones Unidas que tengan autorización para hacerlo.

Composición

La Corte se compone de quince magistrados elegidos por la Asamblea

General y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en votación independiente,

por un periodo de nueve años. La Corte no puede incluir más de un nacional de un

mismo Estado. La Corte procede cada tres años a la renovación de una tercera parte

de sus magistrados, siendo posible su reelección. Los magistrados no representan a

sus respectivos Gobiernos, sino que son magistrados independientes.

Los magistrados deben reunir las condiciones requeridas para el ejercicio de

las más altas funciones judiciales en sus respectivos países, o ser jurisconsultos de

reconocida competencia en materia de Derecho Internacional. Asimismo, la

83 Consultado en: www.icj-cij.org Verbatim


81

composición de la Corte debe reflejar las grandes civilizaciones y los principales

sistemas jurídicos del mundo.

Un Estado parte en un asunto ante la Corte que no cuente con un magistrado

de su nacionalidad entre los miembros de la Corte podrá escoger a un magistrado

especial para ese asunto concreto.

“La composición de la Corte es actualmente la siguiente: Magistrado Peter

Tomka (Eslovaquia), Presidente; Magistrado Bernardo Sepúlveda Amor (México),

Vicepresidente; Magistrados Hisashi Owada (Japón), Ronny Abraham (Francia),

Kenneth Keith (Nueva Zelanda), Mohamed Bennouna (Marruecos), Leonid Skotnikov

(Federación Rusa), Antônio A. Cançado Trindade (Brasil), Abdulqawi A. Yusuf

(Somalia), Christopher Greenwood (Reino Unido), Xue Hanqin (China), Joan E.

Donoghue (Estados Unidos de América), Giorgio Gaja (Italia), Julia Sebutinde

(Uganda) y Dalveer Bhandari (India)”.84

“El Secretario de la Corte es el Sr. Philippe Couvreur, de nacionalidad belga, y

el Secretario Adjunto es el Sr. Jean-Pelé Fometé, de nacionalidad camerunesa”.85

Controversias entre Estados

Las Partes

Sólo los Estados podrán ser partes en casos ante la Corte. Se trata de los

Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (193 actualmente).

Competencia

La Corte Internacional de Justicia puede conocer de un asunto sólo si los

Estados implicados han aceptado su competencia de alguna de las siguientes

maneras:

 en virtud de un acuerdo especial (un compromiso) concluido entre los

Estados con el propósito de someter su controversia a la Corte.

 en virtud de una cláusula jurisdiccional. En este caso los Estados son parte

de un tratado en el que una de sus cláusulas prevé aceptar la jurisdicción

84 Ibídem.
85 Ibídem.
82

de la Corte en caso de que surja en el futuro una controversia acerca de la

interpretación o la aplicación de dicho tratado. En la actualidad, más de

trescientos tratados o convenciones contienen una cláusula de este tipo.

 por el efecto recíproco de declaraciones hechas de acuerdo a los términos

del Estatuto, y en virtud de las cuales cada uno de los Estados en cuestión

acepta la jurisdicción de la Corte como obligatoria en caso de diferendo

con cualquier otro Estado que acepte la misma obligación. Actualmente

hay 70 declaraciones de Estados en vigor. Sin embargo, un cierto número

de ellas contiene reservas que excluyen determinadas categorías de

controversias.

En caso de disputa en cuanto a si la Corte tiene o no jurisdicción, la Corte

decide.

Procedimiento

El procedimiento seguido por la Corte en las controversias que le someten los

Estados está definido en su Estatuto, y en el Reglamento adoptado, en 1978, en

virtud del mismo. Desde entonces, este Reglamento ha sido objeto de varias

modificaciones (la última de ellas entró en vigor el 29 de septiembre de 2005). El

procedimiento incluye una fase escrita (intercambio entre las Partes de alegatos

escritos) y una fase oral (audiencias durante las cuales los agentes y asesores

presentan sus alegatos orales).

Como la Corte tiene dos idiomas oficiales (francés e inglés), todo lo escrito o

dicho en un idioma, es traducido al otro. Después de la fase oral, la Corte se reúne a

puerta cerrada para deliberar, y posteriormente pronuncia la sentencia en audiencia

pública. La sentencia es definitiva e inapelable. Cualquier Estado que considere que

la otra Parte ha dejado de cumplir un fallo de la Corte puede presentar el asunto al

Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas.

La Corte ejerce sus funciones en formación plenaria, pero, si las partes lo

solicitaran, la Corte podrá constituir una o más Salas ad hoc (seis controversias han
83

sido sometidas a estas Salas desde 1946). Además, una Sala de Procedimiento

Sumario se constituye anualmente de conformidad con el Estatuto.

La Corte ha dictado 114 sentencias desde 1946 relativas a cuestiones como

las fronteras terrestres, delimitaciones marítimas, soberanía territorial, el no recurso a

la fuerza, las violaciones del Derecho Humanitario Internacional, la no injerencia en

los asuntos internos de los Estados, las relaciones diplomáticas, la toma de rehenes,

el derecho de asilo, la nacionalidad, la tutela, el derecho de paso y el derecho

económico.

Fuentes de Derecho aplicables

La Corte aplica las convenciones y tratados internacionales, la costumbre

internacional, los principios generales del derecho, y, subsidiariamente, las

decisiones judiciales y la doctrina de los autores más reconocidos.

Dictámenes

El procedimiento consultivo de la Corte está abierto exclusivamente a las

organizaciones internacionales. Están habilitados para solicitar opiniones consultivas

a la Corte cinco órganos de la ONU y dieciséis instituciones del sistema de Naciones

Unidas.

Cuando recibe una solicitud de dictamen, la Corte decide qué Estados y

organizaciones pueden proporcionar información útil, y les permite presentar

observaciones escritas y orales. En todos los otros aspectos, el procedimiento

consultivo de la Corte se inspira en las reglas aplicables al procedimiento

contencioso. Las fuentes de derecho aplicables son las mismas. Los dictámenes de

la Corte tienen un carácter consultivo y no se imponen como tales a los organismos

que las han solicitado. Sin embargo, existen ciertos instrumentos o normas que

pueden dotar a los dictámenes de fuerza obligatoria.

Desde 1946, la Corte ha emitido 27 dictámenes, que han versado, entre otros

temas, sobre la conformidad de la declaración unilateral de independencia relativa a

Kosovo, las consecuencias jurídicas de la edificación de un muro en el territorio

palestino ocupado, la admisión de Estados en la ONU, la reparación de daños


84

sufridos al servicio de Naciones Unidas, el estatuto territorial del Sahara Occidental y

del Sudoeste africano (Namibia), las sentencias dictadas por tribunales

administrativos internacionales, los gastos de ciertas operaciones de Naciones

Unidas, el estatuto de los ponentes de derechos humanos, y la licitud de la amenaza

o del empleo de armas nucleares.

Tribunal arbitral de la CONVEMAR

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar estipula que

el arbitraje será el modo de resolución para toda controversia a falta de acuerdo

estipulando otro modo de resolución.

La Comisión Permanente de Arbitraje (CPA) ha actuado como registro en

varios arbitrajes relativos a la Convención.

La CPA, establecida por tratado en el año 1899, es un organismo

intergubernamental que ofrece una variedad de servicios para resolución de

controversias a la comunidad internacional.

Tribunal arbitral especial de la CONVEMAR

La Convención considera también el sometimiento a un tribunal arbitral

especial para diversas categorías de controversias, de conformidad con el Anexo

VIII, el cual establece:

“Con sujeción a lo dispuesto en la Parte XV, toda parte en una controversia

sobre la interpretación o la aplicación de los artículos de esta Convención relativos a:

1) pesquerías, 2) protección y preservación del medio marino, 3) investigación

científica marina y 4) navegación, incluida la contaminación causada por buques y

por vertimiento, podrá someter la controversia al procedimiento de arbitraje especial

previsto en este Anexo, mediante notificación escrita dirigida a la otra u otras partes

en la controversia. La notificación irá acompañada de una exposición de las

pretensiones y de los motivos en que éstas se funden.


85

Artículo 2

Listas de expertos

1. Se establecerá y mantendrá una lista de expertos en cada una de las

siguientes materias: 1) pesquerías, 2) protección y preservación del medio marino, 3)

investigación científica marina y 4) navegación, incluida la contaminación causada

por buques y por vertimiento.

2. El establecimiento y el mantenimiento de cada lista de expertos

corresponderá: en materia de pesquerías, a la Organización de las Naciones Unidas

para la Agricultura y la Alimentación; en materia de protección y preservación del

medio marino, al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente; en

materia de investigación científica marina, a la Comisión Oceanográfica

Intergubernamental; en materia de navegación, incluida la contaminación causada

por buques y por vertimiento, a la Organización Marítima Internacional, o, en cada

caso, al órgano subsidiario pertinente en que la organización, el programa o la

comisión haya delegado estas funciones.

3. Cada Estado Parte tendrá derecho a designar dos expertos en cada una de

estas materias, de competencia probada y generalmente reconocida en los aspectos

jurídico, científico o técnico de la materia correspondiente y que gocen de la más alta

reputación por su imparcialidad e integridad. En cada materia, la lista se compondrá

de los nombres de las personas así designadas.

4. Si en cualquier momento los expertos designados por un Estado Parte para

integrar una lista fueren menos de dos, ese Estado Parte tendrá derecho a hacer las

nuevas designaciones que sean necesarias.

5. El nombre de un experto permanecerá en la lista hasta que sea retirado por

el Estado Parte que lo haya designado; no obstante, ese experto seguirá formando

parte de todo tribunal arbitral especial para el cual haya sido nombrado hasta que

termine el procedimiento ante ese tribunal.


86

Artículo 3

Constitución del tribunal arbitral especial

Para los efectos del procedimiento previsto en este Anexo, el tribunal arbitral

especial se constituirá, a menos que las partes acuerden otra cosa, de la forma

siguiente:

a) A reserva de lo dispuesto en la letra g), el tribunal arbitral especial estará

integrado por cinco miembros;

b) La parte que incoe el procedimiento nombrará dos miembros, de

preferencia elegidos de la lista o listas mencionadas en el artículo 2 de este

Anexo relativas a las materias objeto de la controversia, los cuales podrán

ser nacionales suyos. Los nombramientos se incluirán en la notificación

prevista en el artículo 1 de este Anexo;

c) La otra parte en la controversia nombrará, dentro de los 30 días siguientes

a la recepción de la notificación mencionada en el artículo 1 de este Anexo,

dos miembros, de preferencia elegidos de la lista o listas relativas a las

materias objeto de la controversia, que podrán ser nacionales suyos. Si no

se efectuaren los nombramientos en ese plazo, la parte que haya incoado

el procedimiento podrá pedir, dentro de las dos semanas siguientes al

vencimiento del plazo, que los nombramientos se hagan de conformidad

con el apartado e);

d) Las partes en la controversia nombrarán de común acuerdo al presidente

del tribunal arbitral especial, quien será elegido preferentemente de la lista

pertinente y será nacional de un tercer Estado, a menos que las partes

acuerden otra cosa. Si en un plazo de 30 días contado desde la fecha de

recepción de la notificación mencionada en el artículo 1 de este Anexo las

partes no pudieren llegar a un acuerdo sobre el nombramiento del

presidente, el nombramiento se hará de conformidad con lo dispuesto en el

apartado e), a solicitud de una de las partes en la controversia. Esa


87

solicitud se presentará dentro de las dos semanas siguientes al

vencimiento del mencionado plazo de 30 días;

e) Salvo que las partes acuerden encomendar a una persona o a un tercer

Estado elegido por ellas cualquiera de los nombramientos previstos en los

apartados c) y d), el Secretario General de las Naciones Unidas efectuará

los nombramientos necesarios. Los nombramientos previstos en este

apartado se harán eligiendo de la lista o listas pertinentes de expertos

mencionadas en el artículo 2 de este Anexo en un plazo de 30 días

contado desde la fecha de recepción de la solicitud y en consulta con las

partes en la controversia y con la organización internacional pertinente. Los

miembros así nombrados serán de nacionalidades diferentes y no estarán

al servicio de ninguna de las partes en la controversia, no residirán

habitualmente en el territorio de una de esas partes ni serán nacionales de

ninguna de ellas;

f) Las vacantes serán cubiertas en la forma establecida para los

nombramientos iniciales;

g) Las partes que hagan causa común nombrarán conjuntamente dos

miembros del tribunal de común acuerdo. En caso de que varias partes

tengan intereses distintos, o de que haya desacuerdo acerca de si hacen o

no causa común, cada una de ellas nombrará un miembro del tribunal;

h) Los apartados a) a f) se aplicarán, en toda la medida de lo posible, a las

controversias en que intervengan más de dos partes.

Artículo 4

Disposiciones generales

Las disposiciones de los artículos 4 a 13 del Anexo VII se aplicarán, mutatis

mutandis, al procedimiento de arbitraje especial previsto en este Anexo.


88

Artículo 5

Determinación de los hechos

1. Las partes en una controversia respecto de la interpretación o la aplicación

de las disposiciones de esta Convención relativas a: 1) pesquerías, 2) protección y

preservación del medio marino, 3) investigación científica marina o 4) navegación,

incluida la contaminación causada por buques y por vertimiento, podrán convenir, en

cualquier momento, en solicitar que un tribunal arbitral especial constituido de

conformidad con el artículo 3 de este Anexo realice una investigación y determine los

hechos que hayan originado la controversia.

2. Salvo que las partes acuerden otra cosa, los hechos establecidos por el

tribunal arbitral especial en virtud del párrafo 1 se considerarán establecidos entre las

partes.

3. Cuando todas las partes en la controversia lo soliciten, el tribunal arbitral

especial podrá formular recomendaciones que, sin tener fuerza decisoria, sólo sirvan

de base para que las partes examinen las cuestiones que hayan dado origen a la

controversia.

4. Con sujeción a lo dispuesto en el párrafo 2, el tribunal arbitral especial

actuará de conformidad con las disposiciones de este Anexo, a menos que las partes

acuerden otra cosa”.86

86 CONVEMAR. Loc. Cit. Verbatim


CONCLUSIONES

1. En la actualidad Guatemala está llevando a cabo un intercambio comercial

marítimo no sólo internamente sino también con los demás Estados,

respetando las normas vigentes y los convenios establecidos, por ende,

mientras más inmersos en el proceso más conocimientos tendremos acerca

del Derecho Marítimo, por lo tanto se comprobó la hipótesis del presente

trabajo.

2. El aporte que proporciona la presente investigación es puramente teórica, ya

que podría servir como bibliografía útil en la elaboración de siguientes

literaturas relacionadas al Derecho Marítimo.

3. La historia de la humanidad está marcada inseparablemente con el mar. Los

seres humanos se han servido de éste en diversos modos, desde la obtención

de sus alimentos hasta la consecución de valiosos recursos energéticos,

incluyendo la más usual vía de transporte comercial en masa.

4. Desde los comienzos de la historia, la actividad humana relacionada con el

mar fue regulada, inicialmente por normas de naturaleza privada,

específicamente en los ámbitos comercial y militar, aunque con su evolución

también se modificaron las normas hasta convertirse en un derecho

universalmente aceptado.

5. El derecho del mar, en la actualidad, establece facultades y obligaciones a los

Estados, en especial a los que tienen acceso directo a éste ámbito, a los que

les reconoce relaciones jurídico-legales dados las diferentes zonas o espacios

marítimos que abarca y los distintos grados de jurisdicción que ejercen o

pueden ejercer.

89
90

6. Las controversias internacionales en materia marítima han sido una constante

en la evolución de la comunidad internacional; las formas de dirimir las

mismas han ido desde las guerras hasta las amigables composiciones, lo que

ha motivado la creación de normas de derecho internacional e instituciones

supranacionales colegiadas que coadyuvan en la solución de las referidas

controversias.
RECOMENDACIONES

1. La doctrina legal y el estudio jurídico-doctrinario que sobre el derecho

marítimo se incluye dentro del perfil de la formación del profesional de las

Ciencias Jurídicas y Sociales es poco o escaso, por lo que, dada la

importancia que esta rama del derecho estriba, y más aún, por la inminente

creación de un canal seco que unirá ambos océanos dentro de nuestro

territorio nacional, se recomienda profundizar los conocimientos al respecto de

esta materia.

2. Resulta oportuna la consolidación de un compendio legal de normas

relacionadas con el derecho marítimo que sirva de basamento y consulta para

los juristas comprometidos con esta rama del derecho.

3. Existe en la actualidad un diferendo marítimo entre las zonas de exclusión de

Guatemala y Belice que confluyen precisamente en el área atlántico-caribe,

por lo que se toma imperativa la solución del mismo para evitar problemas de

soberanía en un futuro cercano en que la actividad marítima mercantil

guatemalteca se vea considerablemente aumentada.

4. Se sugiere la creación e implementación de un área de especialidad del

derecho (preferentemente a nivel de maestría) que trate, precisamente, de

normas y procedimientos relacionados con el arbitraje internacional, en aras

de formar profesionales del derechos que es forma individual y / o colegiada

puedan practicar ésta generalizada modalidad de resolución de controversias

internacionales, en el caso que nos ocupa, en materia de derecho marítimo.

91
BIBLIOGRAFIA

 BOJORQUEZ SANDOVAL. Lionel Enrique. Apuntes de derecho marítimo.

Tesis de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad de San

Carlos de Guatemala.

 CRUZ ALEXANDER, Héctor. Antecedentes histórico-jurídicos del actual

derecho del mar. México, Universidad Abierta. 2004.

 PEREIRA-OROZCO, Alberto y RICHTER, Marcelo Pablo Ernesto. Derecho

Constitucional. Guatemala: De Pereira, 2011.

 Derecho internacional público. Reproducción para usos docentes por la

Universidad de San Carlos de Guatemala, Facultad de Ciencias Jurídicas y

Sociales. Guatemala.

 FUENTES MORALES, Juan Domingo. Los derechos del mar y su influencia

en las relaciones internacionales. Editorial Universitaria. Universidad de San

Carlos de Guatemala. 1980.

 LARIOS OCHAITA, Carlos. Derecho internacional público. Guatemala: Ed.

F&G Editores, 1998.

 MORGAN SANABRIA, Rolando. Planeación del proceso de Investigación

científica para elaborar tesis de grado. Guatemala: s. ed. 2008.

 OVALLE MARTÍNEZ, Eric Orlando. Manual de derecho internacional

público. Guatemala: Ed. Praxis, (s. f).

 ROHRMOSER VALDEAVELLANO, Rodolfo. Ponencia de Guatemala,

“Aplicación del derecho internacional de los derechos humanos en el

derecho interno guatemalteco”. Guatemala, Ed. Piedra Santa, 2001.

 VILLAGRÁN KRAMER, Francisco. Derecho de los Tratados. 2ª edición. F&G

Editores. Guatemala, 2003.

92
93

Tesis:

 ZEPEDA SALAZAR, Marvin Estuardo. Análisis del derecho penal

internacional y la posible aplicación de medidas alternativas para la

solución de conflictos. Guatemala, UMG 2008.

 LETONA DE LEON, María del Carmen. Análisis jurídico del régimen de

zona libre de industria y comercio Santo Tomás de Castilla y el

cumplimiento de las obligaciones relacionadas con el impuesto al valor

agregado. Guatemala, UMG 2003.

 MOLINA FRANCO, Victor Manuel. Análisis doctrinario y legal de la

compraventa mercantil CIF en Guatemala. Guatemala, UMG 1993.

Legislación:

 Constitución Política de la República de Guatemala. Asamblea Nacional

Constituyente, 1986.

 Ley del Organismo Judicial. Congreso de la República, Decreto 2-89, 1989.

 Convención de Viena sobre el derecho de los tratados. Congreso de la

República, Decreto 55-96, 1996.


ANEXO NÚMERO UNO

GLOSARIO

 Res communis ómnium: Aquéllas cosas que, por naturaleza, están destinadas

al uso de todos los hombres y que, por tanto, no podrían pertenecer a un solo

individuo. Consultado en: www.derechoromano.es

 Vikingos: Vikingo (del inglés viking, y este del nórdico antiguo víkingr) es el

principal nombre dado a los miembros de los pueblos nórdicos originarios de

Escandinavia, famosos por sus incursiones y pillajes en Europa. La metonimia

ha llevado a que el nombre se siga usando aún hoy en día de forma coloquial

para referirse erróneamente a los países escandinavos. Consultado en:

www.wikipedia.org

 Isla de Rodas: La isla de Rodas es la isla griega más extensa del archipiélago

del Dodecaneso. La capital de la isla se llama también Rodas.

Administrativamente, conforma la unidad periférica de Rodas. Wikipedia. Loc.

Cit.

 Jus Civile: Conjunto de reglas que regularon las relaciones entre todos los

ciudadanos romanos, que fueron conocidos en la Antigua Roma como quirites,

por lo cual el Ius Civile es conocido también como Derecho Quiritario o

Derecho de los Quirites. Wikipedia. Loc. Cit.

 Pretor: Magistrado romano que ejercía jurisdicción en Roma o en las

provincias.

 Basílikas o Leyes del emperador Basilio: La Basilika, que quiere decir « (la ley)

imperial » es una colección de leyes publicada por el emperador bizantino

León VI el Sabio. Es una adaptación, escrita en griego, del Código de

Justiniano a las condiciones del Imperio bizantino de los siglos IX y X.

También compila leyes posteriores emanadas de León VI y su predecesor

Basilio I el Grande. Se divide en 60 libros. Wikipedia. Loc. Cit.

94
95

 Bula papal: Una bula es un documento sellado con plomo sobre asuntos

políticos o religiosos en cuyo caso, si está autentificada con el sello papal,

recibe el nombre de bula papal o bula pontificia. Generalmente se llama bulas

a los documentos pontificios que son expedidos por la Cancillería Apostólica

papal sobre determinados asuntos de importancia dentro de la administración

clerical e incluso civil, constituyéndose en uno de los instrumentos más

extendidos en los que se fundamenta y expande la autoridad del pontífice.

Wikipedia. Loc. Cit.

 Hugo Grocio: Hugo Grocio, Hugo Grotius o Hugo de Groot (Delft, Países

Bajos, 10 de abril de 1583 - Rostock, Alemania, 28 de agosto de 1645) fue un

jurista, escritor y poeta holandés. Wikipedia. Loc. Cit.

 John Selden: John Selden (diciembre 16, 1584-noviembre 30, 1654) fue un

jurista inglés y un estudioso de las antiguas leyes de Inglaterra y la

constitución, así como de la ley judía. Él era conocido como un erudito

mostrando la verdadera profundidad intelectual y amplitud; John Milton

aclamado Selden en 1644 como "el jefe de los sabios de renombre en esta

tierra". Wikipedia. Loc. Cit.

 Cornelius van Bynkershoek: Cornelis van Bijnkershoek (alias Cornelius van

Bynkershoek) (n. Middelburg, 29 de mayo de 1673 – f. La Haya, 16 de abril de

1743) fue un jurista y teórico político neerlandés que ha contribuido al

desarrollo del derecho internacional en obras como la de Dominio Maris

(1702); Observationes Juris Romani (1710), de las que una continuación en

cuatro libros apareció en 1733, el tratado De legatorum foro (1721), y la Juris

Publici Quaestiones (1737).1 Tras su muerte se publicaron dos ediciones

completas de sus obras: una en folio en Ginebra en 1761, y otra en dos tomos

en folio en Leiden en 1766. Van Bynkershoek fue especialmente importante en

el desarrollo de la Ley del Mar. En particular, sostuvo que los Estados

ribereños tienen derecho a las aguas adyacentes. La anchura del mar

territorial, que podría ser reclamado por un Estado ribereño era de unas tres
96

millas náuticas, o la distancia que un cañón puede disparar desde la orilla.

Esta idea se convirtió en práctica común y era conocida como la "regla del

cañonazo"

 Legua marítima: Una legua marina equivale a 6.080 yardas - o a tres millas

marinas (cada legua correspondería a 6.080 pies). Es necesario considerar

que también existen, y difieren unas de otras, las leguas estadounidenses, las

leguas británicas y las leguas marinas británicas.

 Bula de donación: Decreto del Papa Alejandro VI Borgia firmado el 4 de mayo

de 1493, que permitió el reparto de las nuevas tierras descubiertas en América

entre España Y Portugal. Esta bula justificaba además la conquista por su

carácter evangelizador. Consultado en: diccionario.babylon.com

 La II Bula Intercaetera: La bula Inter Caetera II retrotraía a diciembre de 1492

el derecho de los Reyes Católicos sobre las tierras descubiertas y por

descubrir en el océano por la parte de occidente y “mediodía”. Al mismo

tiempo, para delimitar las zonas de expansión de Castilla y Portugal en el

futuro, establecía una raya o línea divisoria trazada de norte a sur por el

meridiano que pasa a cien leguas de las Islas de Azores y Cabo Verde. Con

esta segunda bula se prohibía navegar a las Indias a cualquier persona que

no tuviera licencia de los Reyes Católicos, evitando una posible invasión de

naves portuguesas sobre el territorio colombiano. Wikipedia. Loc. Cit.

 Francisco de Vitoria: Francisco de Vitoria (Burgos, Castilla; 1483/14861 -

Salamanca, España; 12 de agosto de 1546) fue un fraile dominico español,

escritor y catedrático de la Escuela de Salamanca, quien se destacó por sus

ideas y contribuciones al derecho internacional y la economía moral basados

en el pensamiento humanista del realismo aristotélicotomista. Estableció, en

De potestate civili, las bases teóricas del derecho internacional moderno, del

cual es considerado el fundador junto con Hugo Grocio. Fue uno de los

primeros en proponer la idea de una comunidad de todos los pueblos fundada

en el derecho natural, y no basar las relaciones internacionales simplemente


97

en el uso de la fuerza. Mientras que Nicolás Maquiavelo consideraba al estado

como un conjunto moralmente autónomo (y que, por tanto, no podía ser

juzgado según normas externas), en Vitoria la actuación en el mundo tiene

límites morales

 Ius communicationis: Derecho a las vías de comunicación.

 Paso inocente: El paso inocente es el régimen que se aplica en el mar

territorial según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del

Mar (1982). Consiste en que los barcos de todos los Estados pueden navegar

por el mar territorial de otro, siempre que se trate de un paso rápido y sin

detenciones. Se requiere además que el paso no sea perjudicial para la paz,

el buen orden o la seguridad del Estado ribereño (un ejemplo de paso no

inocente sería realizar actividades de pesca, o contaminar). Los submarinos

han de navegar en la superficie y enarbolando su bandera. El Estado ribereño

puede dictar leyes y reglamentos sobre este derecho, que los buques

extranjeros deberán respetar. Esto está contenido en los artículos 18 a 20 de

la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

 Ordenanzas de Colbert de 1681: Dentro del contexto de la monarquía

absoluta se promulga en Francia, las ordenanzas de Colbert, sobre comercio

terrestre (1673) y marítimo (1681) también denominado Código de Savary en

honor a su principal redactor, el comerciante Jacques Savary. Fue el que por

primera vez atribuyo la facultad al poder central de regular el comercio. Un

siglo después el Estado francés reclama las mismas potestades en materia

civil. Wikipedia. Loc. Cit.

 Jacques Pirenne: Jacques Pirenne (1891-1972) Conde Pirenne, fue un

historiador y jurista belga. Se desempeñó como secretario honorario del rey

Leopoldo III de Bélgica, profesor honorario de las Universidades de Bruselas y

Ginebra, miembro de la academia real de Bélgica. Además fue uno de los

fundadores de la Sociedad Jean Bodin y su presidente durante veinte años.


98

Esta sociedad estaba destinada a favorecer el estudio comparativo de

instituciones en un amplio marco geográfico y cronológico. Wikipedia. Loc. Cit.

 Recursos ictícolas: Relativo o referente a fauna acuática. OSSORIO. Manuel.

Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales.


ANEXO NUMERO DOS

BOLETA DE ENCUESTA

UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA


FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES
DELIA MARÍA PRIVADO MÉNDEZ

Encuesta dirigida a: Estudiantes de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la


Universidad del municipio de Jutiapa, departamento de Jutiapa, acerca del tema:

“EL DERECHO MARÍTIMO EN EL DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO”

Respetable señor (a) encuestado (a):


Se hace necesaria la determinación, por medio de la presente encuesta, de
establecer el conocimiento sobre lineamientos básicos de Derecho Marítimo, como
tema central, dentro del rol enseñanza – aprendizaje del Centro Universitario al que
acude para estudiar, por lo que se hace preciso conocer su opinión. Los datos
recabados serán confidenciales y la información aportada será de uso exclusivo de
ésta investigación, de conformidad con el artículo 8 del Reglamento de Trabajo de
Graduación autorizado por el Consejo Directivo de la Universidad Mariano Gálvez de
Guatemala según consta en Acta número 10-88 Punto 6o del 07 de marzo de 1988,
el cual entró en vigencia el 22 de abril de 1988.

Atentamente sírvase contestar las siguientes preguntas.

INDICACIONES: Marque con una X en el espacio en blanco de la respuesta que


considere conveniente.

1. ¿Conoce el significado de Derecho Marítimo?

SI _____________ NO _____________

2. ¿En la Universidad donde estudia Derecho le han explicado la definición de


Derecho Marítimo?

SI _____________ NO _____________

3. ¿Considera conveniente que, en la Universidad donde estudia Derecho deben


impartir el curso de Derecho Marítimo?

SI _____________ NO _____________

4. ¿Conoce la relación del Derecho Marítimo con el Derecho Internacional


Público?

SI _____________ NO _____________

5. ¿Tiene conocimiento de la existencia de leyes sobre el Derecho Marítimo


aplicables a Guatemala?

SI _____________ NO _____________

Gracias por su amable colaboración.

99
100

ANEXO NÚMERO TRES

GRÁFICAS CON RESULTADOS DE LA ENCUESTA

1. ¿Conoce el significado de Derecho Marítimo?

SI 32%
NO 68 %

Interpretación:

El 68 % de los encuestados respondió a la pregunta 1 que no conoce el significado


del Derecho Marítimo; a diferencia del 32 % opinó que sí conocía el significado. Por
lo que denota la falta de conocimiento entre los estudiantes de la facultad de derecho
del significado de Derecho Marítimo, lo que permite que el presente trabajo de tesis
aporte conocimientos básicos.
101

2. ¿En la Universidad donde estudia Derecho le han explicado la definición de Derecho


Marítimo?

SI 27 %
NO 73 %

Interpretación:

El 73 % de los encuestados respondió a la pregunta 2 que en la Facultad de


derecho del centro universitario no le han explicado sobre la definición de Derecho
Marítimo; a diferencia del 27 % que indicó si le imparten información. Es importante
reforzar el pensum de estudios de la facultad de derecho con temas relevantes y de
actualidad como lo es el Derecho Marítimo.
102

3. ¿Considera conveniente que, en la Universidad donde estudia Derecho deben


impartir el curso de Derecho Marítimo?

SI 89 %
NO 11 %

Interpretación:

El 89 % de los encuestados respondió a la pregunta 3 que consideran conveniente


que en la facultad de derecho del centro universitario donde estudia impartan el
curso de Derecho Marítimo ya que es un tema nacional con relevancia mundial. El
resto, que es el 11 % respondió que no es necesario aumentar los cursos en la
facultad.
103

4. ¿Conoce la relación del Derecho Marítimo con el Derecho Internacional


Público?

SI 37 %
NO 63 %

Interpretación:

El 63 % de los encuestados respondió a la pregunta 4 que no conocen la relación


entre ambas ramas de derecho; a diferencia del 37 % que si la conocen. Dentro de
los cursos impartidos por la facultad de derecho existe un curso de Derecho
Internacional Público donde se podría ampliar la enseñanza sobre el Derecho
Marítimo o considerar la importancia de que sea agregado el curso al pensum.
104

5. ¿Tiene conocimiento de la existencia de leyes sobre el Derecho Marítimo aplicables a


Guatemala?

SI 24 %
NO 76 %

Interpretación:

El 76 % de los encuestados respondió a la pregunta 5 que ignoran de la existencia


de leyes sobre el Derecho Marítimo aplicables en Guatemala lo que indica que en las
facultades de derecho es imperante reforzar el estudio y conocimiento de leyes
vigentes pero no positivas. El resto, 24 %, de los encuestados indicaron que si las
conocen.

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