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INSTITUTO DE FILOSOFÍA

LICENCIATURA EN FILOSOFÍA,
MODALIDAD NO ESCOLARIZADA
CON RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL DE ESTUDIOS N. 20122771
CON FECHA DEL 21 DE NOVIEMBRE DE 2012

“LO MEXICANO DESDE LA PERSPECTIVA DE SAMUEL


RAMOS”

TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN FILOSOFÍA

PRESENTA

LEOPOLDO BAEZ ORNELAS

ASESORA: LIC. ERÉNDIRA ZIUALPILLI SUÁREZ ESPINOSA

TLAQUEPAQUE, JAL., SEPTIEMBRE DE 2019


2
AGRADECIMIENTOS
Primeramente, quisiera agradecer a Dios los dones dados, las aventuras
regaladas, las experiencias aprendidas y la posibilidad de prepararme
académicamente, y, por si fuera poco, por haberme creado mexicano, porque esta
fue la ventana de donde nació este estudio.

En segundo lugar, le agradezco a mi Congregación de Misioneros de San


José su confianza, apoyo e incondicionalidad para llevar a cabo este proyecto, en
su segunda etapa. De manera concreta en las personas de mis hermanos: Gerardo
Maya, José Luis Pacheco, Jesús Evodio, Javier Hernández, Miguel Guillen y
Rigoberto Diaz quienes dieron seguimiento al proyecto. Agradezco además a la
comunidad de Cataluña, España, desde donde he realizado esta tesis y a todas las
personas con las que he compartido este caminar académico.

Con ellos, agradezco a mis padres, Don Leopoldo y Doña Guillermina, que,
con su apoyo, sus palabras y su experiencia de vida me motivaron a seguir adelante
en esta labor. A la par, a mis dos hermanos de sangre, Alejandro y Sebastián Baez
por acompañarme en el camino de la vida; y a toda la familia en general.

En un tercer momento, he de agradecer a dos personas en concreto:


Alejandro Enríquez, el amigo de camino que motivó, incitó y acompañó no sólo este
trabajo, sino que todos los estudios, en los momentos duros y complicados, pero
también en los frutos que hubo a lo largo del camino; mano amiga y hermana de
camino académico y de vida. Y con él, a Carina Ramos, acompañante y amiga de
vida, que, con sus reflexiones, críticas, inculturación, presencia y amistad,
iluminaron y comprendieron lo mexicano desde lo canario.

Finalmente, y no por menos valor, sino porque no se pueden mencionar a


todos a la par, agradezco al IF, por su colaboración y su dedicación para llegar a
cumplir esta meta, de manera concreta en la persona del Mtro. Héctor León y el
Prof. Óscar Valencia. Pero mi mayor reconocimiento a la cómplice de este trabajo,
mi asesora en tesis, Eréndira Ziualpilli Suárez Espinosa, quien, con su paciencia,
confrontación y dialogo me ayudó a llevar a buen término el trabajo emprendido.
Muchísimas gracias, Eréndira.

3
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN......................................................................................................6

CAPÍTULO I: ANTECEDENTES FILOSÓFICOS DE SAMUEL


RAMOS...................................................................................................................12

1.1. INTRODUCCIÓN.........................................................................................12
1.2. ANTONIO CASO Y JOSÉ VASCONCELOS................................................13
1.3. ALFRED ADLER ..........................................................................................22
1.4. JOSÉ ORTEGA Y GASSET ........................................................................25
1.5. CONCLUSIONES ........................................................................................30

CAPÍTULO II: FILOSOFÍA DE SAMUEL RAMOS A TRAVÉS DE SUS OBRAS


PRINCIPALES........................................................................................................32

2.1. INTRODUCCIÓN.........................................................................................32
2.2. HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN MÉXICO DE
1943.............................................................................................................33
2.3. EL PERFIL DEL HOMBRE Y LA CULTURA EN MÉXICO..........................41
2.4. HACIA UN NUEVO HUMANISMO..............................................................54
2.5. CONCLUSIONES........................................................................................61

CAPÍTULO III: HACIA UNA RECONFIGURACIÓN DE LA IDENTIDAD DE LO


MEXICANO...........................................................................................................68

3.1. ANÁLISIS FENOMENOLÓGICO ...............................................................68


a) LO POLÍTICO ............................................................................................70
b) LO SOCIAL.................................................................................................86
c) LO LÚDICO-ARTÍSTICO............................................................................91
3.2. CRÍTICA Y CONSCIENCIA........................................................................97

4
3.3. DEL MEXICANO COMERCIAL A UNA NUEVA IMAGEN DEL MEXICANO Y
LO MEXICANO MEDIANTE LA EDUCACIÓN............................................101
a) CONSCIENCIA DE SER-REFLEXIVIDAD.................................................104
b) COMUNIDAD.............................................................................................105
c) PLURALIDAD-DIVERSIDAD .....................................................................107
d) LIBERTAD..................................................................................................108
e) CREATIVIDAD...........................................................................................109
f) LÍMITES.....................................................................................................110
1. POBREZA..................................................................................112
2. FALTA DE OPORTUNIDADES..................................................113
3. MUERTE....................................................................................114
3.4. CONCLUSIONES......................................................................................115

REFLEXIONES FINALES....................................................................................119

BIBLIOGRAFÍA....................................................................................................122

5
“LO MEXICANO” DESDE LA PERSPECTIVA
FILOSÓFICA DE SAMUEL RAMOS

INTRODUCCIÓN.

Cuando un ser humano se encuentra en tierra ajena y lejos de lo conocido, las


seguridades y el confort; el encuentro con lo otro, con lo plural y diferente, sobre
todo, con el rostro del otro, del otro humano, provoca que se replantee su identidad.
Esta es una de las experiencias que marcan fuertemente a muchos migrantes que
lo han dejado todo, o lo que tenían, por la búsqueda de una vida más digna y menos
precaria que la que estaban viviendo. El movimiento migratorio tiene en su fondo un
doble movimiento dialógico cultural: La cultura que se inserta y la cultura que recibe
a la cultura que se inserta; además que dicho movimiento no es ajeno a la realidad
en la que se da. Esta interacción cultural da pie a una serie de cuestionamientos
que reposan en el yo interior de quien se enfrenta a ello; algunas de estas
cuestiones son: ¿Quién soy? ¿Qué significa lo que soy? ¿Cuál es mi cultura y mi
identidad? ¿Qué me hace diferente al otro? Etc.

Este fenómeno de la migración me es pretexto para abrir el diálogo sobre la


importancia que tiene el replantearse la identidad cultural de un hombre. Para
hacerlo más explícito cito algunos ejemplos, en primer lugar, el movimiento
nacionalista catalán, catalanismo o independentismo, como se le quiera llamar; este
es un movimiento que quiere ser el rescate de la identidad cultural de cerca de dos
millones y medio de personas, que se ve amenazada y cuestionada por la pluralidad
de culturas que radican en una pequeña porción del territorio español o, mejor dicho,
catalán. Este encuentro ha llevado al pueblo catalán a preguntarse por sus raíces,
con tal pasión y organización popular, por ver cumplido su deseo de ser reconocidos
y su voluntad por conseguirlo a cuesta de lo que lleve; sin importar el
encarcelamiento o la muerte misma.

Un segundo ejemplo, de la pregunta por la identidad cultural, es la gran


cantidad y pluralidad de latinoamericanos que cohabitan en los Estados Unidos de

6
América, donde el deseo del sueño americano los mueve a seguir avanzando en
sus luchas y metas; pero que en la actualidad se ven amenazados por un
nacionalismo yanqui que cuestiona la identidad de todos ellos: ¿Soy de aquí o soy
de allá? ¿Qué significa ser latinoamericano?

El último ejemplo que quiero citar y que será la llave de inicio de este trabajo
es uno que es más cercano a nosotros, como mexicanos, que en parte se debe al
fuerte cuestionamiento del nacionalismo yanqui fomentado por el Sr. D. Trump, pero
que en gran medida se ha promovido por la falta de madurez social mexicana y sus
instituciones; este ejemplo lo llamo: El mexicano comercial. Esta imagen del
mexicano es tan falsa como lo es el mismo nombre, pero desgraciadamente, todavía
la fomentamos y promovemos con orgullo. Con el término el mexicano comercial
me refiero a la imagen promovida por los diferentes medios e instituciones, la
imagen de un ser humano sombrerudo, borracho, perezoso, que gusta de la fiesta,
corrupto, violento, narcotraficante, etc. Pero esta imagen tiene su contrapeso con la
imagen de mexicanos que destellean luz, es decir, personas sobresalientes en los
campos de la ciencia, la cultura, el deporte, el arte, etc. Pero ante estas imágenes
del mexicano comercial o del sobresaliente surge una pregunta: ¿Qué es ser
mexicano? ¿Qué nos define? ¿Qué es lo que denominamos “lo mexicano” y qué
nos da identidad cultural?

A este ejemplo, hace aproximadamente 80 años, Samuel Ramos Magaña


pretendió dar respuesta en su obra “El perfil del hombre y la cultura en México”.
Donde el autor nos presenta como punto de partida el complejo de inferioridad.
Dicho complejo, se expresa en sentimientos de inferioridad, pero también en
sentimientos de superioridad. El complejo de inferioridad del que habla Ramos es
una primera respuesta que calma el deseo de profundizar, pero que a la vez incita
a más; calma una falsa comprensión de porqué el mexicano fracasa delante de otros
occidentales y triunfa sobre los que considera inferiores a él. En otras palabras, la
tesis de Ramos puede ser entendida desde la superioridad mexicana o la que
prefiero llamar la utopía idealista de lo mexicano. Esta superioridad mexicana o la
utopía idealista de lo mexicano, es fruto de un largo recorrido histórico, que se ha

7
gestado desde la conquista de América y viene hasta nuestros días, pero que tiene
su momento agudo o crucial en la Independencia de México; ya que durante esta
época se gestó en el ADN de la naciente nación, un falso ideal de superioridad por
haber obtenido la libertad enfrente de los españoles. Esta superioridad se expresa
falsamente en el ideal de poner a México a la altura de las potencias económicas
mundiales, sin pasar por el proceso de madurez como nación, tal como se creyó en
los inicios de nuestro país libre e independiente. Ante este sintético desarrollo, se
plantea una cuestión sería ¿Somos superiores o inferiores los mexicanos al resto
del mundo?, lo que conlleva a pensar en: ¿Qué es lo propio de nuestro ser? ¿Cuál
es nuestra identidad?

La cuestión de lo mexicano no sólo es una etiqueta o distintivo, sino es una


manera de ser, de comprender y de vivirse. Por tal motivo, considero que la
propuesta de Ramos es una propuesta legítima que nos puede ayudar a superar la
utopía idealista del mexicano, porque no somos inferiores, la cuestión radica en que
nos hace falta descubrir las raíces de lo que llamamos “lo mexicano”.

La lectura de Ramos bebe de un mar de conocimientos y posibilidades de


conocimiento: como lo es la persona de uno de los discípulos de Sigmund Freud,
Alfred Adler y su teoría sobre el complejo de inferioridad; o, el yo y mis
circunstancias de la filosofía de José Ortega y Gasset que tanto penetró en la joven
Latinoamérica del siglo XX. Este par de autores vienen a iluminar el camino que
Ramos siguió en la obra citada y que muy claramente lo deja plasmado en el prólogo
de “el perfil y la cultura del hombre mexicano”.

En el último capítulo de su obra “Historia de la Filosofía en México” de 1943,


el autor expresa la conexión que tenía la obra “El perfil del hombre y la cultura en
México” con otras de sus obras, “Hacia un nuevo humanismo” de 1940, en la cual
el autor pretende demostrar una nueva imagen del hombre desde la corriente
humanista de las circunstancias en las que se desarrolla. Entre líneas Samuel
Ramos presenta el perfil del mexicano con vistas a una nueva antropología del
mexicano basado en el humanismo. Por tal motivo, es importante contemplar la obra
“Historia de la filosofía en México”, en la cual el autor pretende mostrar mediante

8
ensayos monográficos cómo se ha gestado la filosofía mexicana hasta los días de
él, en las décadas cuarenta y cincuenta del siglo XX.

Samuel Ramos tiene más obras en otros campos filosóficos, más allá de la
antropología, como lo son en la estética (La filosofía de la vida Artística, Diego
Rivera, entre otros), la filosofía de la educación (Veinte años de educación en
México) y la epistemología (El irracionalismo, Mi experiencia pragmatista, Ortega y
Gasset y la América española, etc.) 1. Pero nuestro trabajo estará centrado en dos
conceptos clave: identidad y cultura, binomio que se entrelaza en las tres
mencionadas obras, citadas anteriormente; y que de alguna u otra manera también
se hacen presentes en las demás obras del autor.

La filosofía de Ramos es una filosofía de corte antropológico y cultural, desde


este marco lo que pretendo es, en un primer momento, comprender como se generó
el denominado complejo de inferioridad o sentimiento de inferioridad el cual gesta
la identidad de lo mexicano, según Samuel Ramos; para demostrar que el complejo
de inferioridad, y su antónimo, el complejo de superioridad, siguen vivos en el
imaginario del mexicano comercial; y, en un segundo momento, plantear las
posibilidades de superar la imagen del mexicano comercial, aceptando la existencia
del complejo de inferioridad y proponiendo nuevos paradigmas que nos permitan
configurar la identidad de lo mexicano para un contexto actual y contemporáneo.

La pregunta que iluminara este trabajo es: ¿Cómo se reconfigura la identidad de


lo mexicano desde la comprensión y análisis de la filosofía antropológica de Samuel
Ramos y su estudio sobre el complejo de inferioridad?

La relevancia o importancia de mi propuesta de investigación, dentro del campo


de la filosofía de la cultura, radica en reconfigurar una identidad de lo mexicano
desde la superación del mexicano comercial, desde la postura antropológica de
Samuel Ramos para nuestro México de hoy. Por ello considero que será importante
centrar la atención en los siguientes términos: identidad, cultura, complejo o

1
Cfr. Broca Quevedo, M. Sc. Victorio Jesús, “Sistematización del pensamiento de Samuel Ramos”.

9
sentimiento de inferioridad, complejo de superioridad, mexicano comercial y lo
mexicano.

Ahora pensemos, en este momento histórico-social que atraviesa la historia


mexicana: Una sociedad resquebrajada por la violencia del narcotráfico, como lo
muestran los estados de Sinaloa, Veracruz, Jalisco, etc.; el incremento de la
inseguridad en las principales metrópolis del país; la pobreza que rebasa a más del
cincuenta por ciento de la población total del país; una política coludida por la
corrupción como lo mostraron los escándalos del presidente de la república Enrique
Peña Nieto o los candidatos a asumirla en el año 2018; el hartazgo y rechazo social
a las instituciones gubernamentales por su falta de eficacia y transparencia; pero
ante semejante panorama, contamos con paliativos de triunfos fugaces; como lo
son algunos mexicanos, que en diversos campos, desde los científicos hasta los
lúdicos-deportivos a nivel mundial, llaman a la consciencia de nuestro ser como
mexicanos; estos paliativos son síntomas de la necesidad de volver a preguntarnos
por nuestra identidad, por lo que somos y lo que nos distingue.

Por dicho contexto, considero que el impacto que tiene sobre la sociedad
mexicana el presente trabajo de investigación es importante porque nos permitirá
reconocer elementos que son propios de nuestro ADN y configurar con ellos una
nueva jerarquía de valores que contemple el paradigma histórico-social actual,
dejando de lado la imagen falsa del mexicano comercial.

Este trabajo pretende ser una llamada a la consciencia individual y colectiva de


la praxis cultural mexicana, porque en la medida que se logre comprender que el
mecanismo del complejo de inferioridad y/o el complejo de superioridad, cohabitan
en la identidad cultural mexicana, comprenderemos que muchos de estos
acontecimientos (hartazgo social, desilusión de las instituciones, violencia,
incredulidad, etc.) son fruto de estos complejos y que podemos hacer una nueva
construcción de los rasgos propios de lo que llamamos lo mexicano.

Finalmente, la originalidad de mi investigación radica en la búsqueda de una


identidad mexicana desde uno de los pioneros que trata y sistematiza la filosofía
cultural y los estudios caracterológicos de lo mexicano, Samuel Ramos. Es decir, la

10
originalidad está en el ir a las fuentes de uno de los estudios que más ha iluminado
la filosofía cultural mexicana como, a la vez, la psicología mexicana, y la educación
mexicana; para retomar su propuesta filosófica, compararla con la realidad actual
(entendida ésta como la serie de hechos o sucesos que acontecen en el México
contemporáneo), y reconfigurarla para lograr un avance en este sentido, con una
propuesta que no esté descontextualizada.

11
CAPÍTULO I:

ANTECEDENTES FILOSÓFICOS DE SAMUEL RAMOS.

1.1. Introducción

Desde nuestra niñez crecimos influidos por nuestros padres, abuelos y demás
familiares; como también de los maestros y los compañeros que tuvimos en la
escuela, además de nuestros amigos; todos ellos han influido a la hora de crear
nuestra persona. Somos, no podemos negarlo, y en una buena medida, el fruto de
nuestras relaciones con todos estos sujetos. Nuestra manera de ser, pensar, hablar,
comer, etc. están condicionadas por todas las personas con las que entramos en
relación y marcan nuestra historia, nuestro pensar y nuestro ser. Ya sea de forma
directa (en persona, cara a cara, o por dialogo mutuo), o de forma indirecta, es decir,
mediante una lectura, un escrito, una obra, etc. Esta conexión establecida en la
relación es camino para el ser de la persona. Desde esta óptica presento el primer
capítulo de esta tesis, donde analizaremos las principales influencias o
antecedentes del pensamiento de Samuel Ramos.

Este primer capítulo “Antecedentes filosóficos de Samuel Ramos” estará


marcado por la exposición de los tres factores que más influyeron en la filosofía de
la identidad y la cultura del mexicano Samuel Ramos. El primero de ellos es la
revalorización de “lo mexicano” por Antonio Caso y José Vasconcelos de principios
del siglo XX, quienes después de tanta inestabilidad social, política y educativa en
el país, intentaron recuperar el “alma mexicana” de la cultura. Las obras y la relación
con este par de autores cruciales de la historia educativa y social de México
marcarán el pensar y la reflexión de Samuel Ramos.

El segundo factor de influencia será la teoría del complejo de


inferioridad versus el complejo de superioridad desarrollado por Alfred Adler, ya que
este es el principal trasfondo de la obra “el perfil del hombre y la cultura en México”.
Ramos a través de una serie de estudios sociales descubre que en la personalidad
del mexicano existe un complejo de inferioridad que lo detiene y no le deja existir

12
libremente, sino que le llena de pesimismo y por el cual se desarrollan una serie de
personalidades como el pelado, el mexicano de la ciudad o el burgués mexicano.
Este concepto no es entendido, por Ramos, como baja de autoestima, sino como la
tensión existente entre el ideal y la realidad. En esto coincido con Ramos, al
mencionar el complejo de inferioridad de esta manera y al considerarlo como
trasfondo de “lo mexicano”.

A este complejo entre lo ideal y lo real, Ramos añadirá, como tercer factor
decisivo de su estudio, la experiencia y el conocimiento filosófico de su época: el
espíritu de Ortega y Gasset. Nos concentramos ahora ya en la experiencia del yo y
sus circunstancias, el perspectivismo histórico; tema tan ampliamente discutido y
que Ramos recoge para iluminar el proceso histórico-circunstancial en el que se
desarrolla la identidad mexicana.

Estas son las tres grandes influencias del pensamiento de Samuel Ramos
que le inspiran y son base de su estudio de lo mexicano. Veamos ahora cada uno
de ellos, sus elementos importantes y sus posibles aportaciones a la filosofía de
Samuel Ramos.

1.2. Antonio Caso y José Vasconcelos

La Revolución, marcó los años siguientes de la reflexión intelectual y artística


de la cultura mexicana, como lo fue el gran movimiento muralista de los años 20 del
siglo XX, donde destacan las personalidades de Diego Rivera, David Alfaro
Siqueiros y José Clemente Orozco; quienes hicieron de la reflexión intelectual un
arte para preguntarse por la identidad de lo mexicano. El muralismo fue fruto y
promoción del entonces Ministro de Educación, José Vasconcelos; quien junto con
Antonio Caso serán pioneros en la reflexión filosófica de la identidad de la cultura
de lo mexicano2. Esta idea de lo mexicano de ambos autores se plasmará en la
obra de Ramos, ya que ambos fueron sus profesores en la Universidad Nacional de

2
Cfr. CLÍO, José Vasconcelos. En línea: https://www.youtube.com/watch?v=fubakzN00AM
publicado por Clío el 08/05/2014 y visto en línea el 23/07/2018 a las 18:23 hrs.

13
México por los años 1917-1920, y con quienes estuvo en contacto hasta su partida
a Europa en 1926, pero, con quienes sostuvo una relación de amistad y de disputas
intelectuales.

Esta será la fuente más próxima de la que emanan los estudios de lo


mexicano de Samuel Ramos, la pregunta por la identidad y la cultura mexicana
serán las venas de este autor. Pero estas interrogantes, marcaron la vida de Ramos
tanto que decidió incrustarse en el campo de la reflexión filosófica y cultural de la
identidad mexicana, desde una perspectiva original y única para él. Es por tal motivo
que considero esencial mostrar algunos detalles de la vida y obra de este par de
autores.

El primero de ellos es Antonio Caso. Para recoger algunos datos de interés


sobre este autor, seguiremos el esbozo biográfico desarrollado por Rosa Krauze.3
Él nació en la ciudad de México en 1883 y murió en 1946 en el mismo sitio. Fue
doctor honoris causa y profesor emérito de la Universidad Nacional de México.
Asimismo, fungió como director honorario de la Facultad de Filosofía y Letras y fue
también rector de la UNAM (1920-1922-1923).

La obra intelectual de Antonio Caso se desarrolló en varias direcciones: la


divulgación, la docencia, la política universitaria y las publicaciones. Fue fundador y
primer presidente del Ateneo de la Juventud (1908). El Ateneo de la Juventud nació
como una lucha contra la desmoralización de la época porfirista o, en otras palabras,
el fin de los miembros que conformaron el Ateneo era levantar por todos lados la
calidad del espíritu mexicano. Entre los miembros de este movimiento clave de la
elite intelectual de nuestro país, sobre salen Pedro Henríquez Ureña, José
Vasconcelos y el propio Caso, pero también pudiéramos citar a personajes como
Alfonso Reyes, Julio Torri y Jesús Acevedo. El máximo triunfo del ateneo fue la
renovación cultural que culminaría con el rechazo a la educación positivista y la

3
Cfr. KRAUZE, R. Antonio Caso. Consultado en línea el día 14/08/2018 a las 17:25 hrs. en:
http://www.filos.unam.mx/sobre/emeritos/antonio-caso/. Rosa Krauze fue una polaca nacionalizada
mexicana, que estudio en el Colegio de San Ildefonso y en la Escuela de Altos Estudios; fue Doctora
en Filosofía y maestra de la Universidad Nacional Autónoma de México. Entre sus obras destacan
los libros, artículos y antologías en torno a la persona de Antonio Caso.

14
restitución de los estudios filosóficos en las aulas para finales de los 10’s y principios
los 20’s.

En 1913 inauguró las cátedras de filosofía en la Escuela de Altos Estudios y


comenzó a impartir conferencias programadas por la Universidad Popular, con el
objeto de llevar al pueblo rudimentos de cultura superior. En 1943 fue miembro
fundador de El Colegio Nacional. Fue docente de las asignaturas de Ética, Estética,
Epistemología, Historia de la filosofía, y Filosofía de la historia en la Facultad de
Filosofía y Letras, de Sociología en la Facultad de Derecho y de Lógica y
Metodología en otras instituciones. Defensor de la libertad de cátedra y el pluralismo
ideológico, luchó en favor de la autonomía universitaria y en contra de cualquier
filosofía oficial.

Su principal preocupación por los problemas morales y existenciales lo


condujo a escribir (entre 1916 y 1919) su obra capital La existencia como economía,
como desinterés y como caridad, entre su numerosa bibliografía también cabría
mencionar El problema filosófico de la educación; El concepto de la historia
universal y la filosofía de los valores; El problema de México y la ideología nacional;
Principios de estética; Sociología genética y sistemática; El peligro del hombre y La
persona humana y el estado totalitario.

En Historia de la Filosofía en México, Samuel Ramos dedica un


apartado de un capítulo a este autor y le reconoce su gran capacidad de orador,
más que sus obras o publicaciones. El mismo Samuel Ramos lo definió como:

Era Caso un consumado maestro para exponer las ideas con diáfana
elocuencia, sirviéndose del gesto, la mímica y la voz para matizar sus lecciones
con una variada gama patética. Daba a cada sistema que iba presentando su
tono característico y con su habilidad de actor sabía vestir el traje de todos los
filósofos.4

Sobre el pensamiento de Caso pudiéramos destacar dos vertientes, la


primera es su total rechazo al positivismo que se penetró entre los intelectuales del

4
RAMOS, Samuel; Historia de la filosofía en México, en Obras Completas II, UNAM, D.F. 1976. Pág.
214.

15
porfiriato, mediante la filosofía bergsoniana; y la segunda vertiente es en la que se
plasma su sentir y pensar más característico, es la que más nos interesa para
nuestro trabajo, el deseo por redescubrir lo mexicano. Antonio Caso será un
hombre profundamente entregado a la reflexión y a la docencia, por eso defendió a
toda costa los estudios de niveles superiores dentro de México. Tan así que el
mismo Ramos5 lo reconoce como el primer hombre que consagró su vida
íntegramente a la filosofía de forma auténtica.

Hablar de la filosofía de Caso es hablar de la filosofía de lo mexicano en su


esplendor, tal como lo fue su maestro Justo Sierra. Caso marcó la vida y el pensar
de los siguientes filósofos. Para Antonio Caso el problema de México era un
problema de destiempo y bovarismo (soñarse diferente de como realmente se es). 6
El mismo Caso sostenía: Nuestra historia no avanza de modo concertado sino a
través de saltos violentos. En el origen de cada salto está siempre un conflicto
indisoluble entre la imitación extralógica de valores deseables de otras naciones y
la pertinaz realidad mexicana que se resiste a adaptarlos.7 Estas palabras serán el
tener de su obra El problema de México y la ideología nacional de 1924.

Para Caso, la experiencia de la Revolución y la negación de la vida


intelectual en el México revolucionario, le llevaron a vivir en carne propia el
sentimiento de que en México no hay claridad de lo que se es y lo que se quiere. Es
por ello, que entre cada salto histórico que ha vivido el país, se ha intentado dar
respuesta desde la imitación. Tan así lo dejó en claro Caso:

Hay pueblos que inventan como hay hombres que inventan; y pueblos
que imitan como imitamos los individuos; pero unos y otros no son de diversa
naturaleza. Toda sociedad humana es capaz de exaltación y rendimiento de
provecho máximo. Las llamadas razas inferiores pueden hacerse valer y

5
Cfr. Ibid. pág. 212.
6
Cfr. KRAUZE, E. Antonio Caso, el filósofo como héroe. Debate, México, D.F. 2015. pp 259-284.
7
Ibidem.

16
transformarse en semilleros de actividad intelectual y moral.8 (México,
Apuntamientos de Cultura Patria de 1943).

Más adelante, en la misma obra, Caso sostendrá la motivación de la filosofía


de lo mexicano de las generaciones siguientes:

Así tenía que ser, en mucha parte, dado el corto lapso de nuestra vida
independiente; pero urge ya, por la felicidad de nuestro pueblo, que cesemos
de imitar regímenes político-sociales de Europa y nos apliquemos a
desentrañar de las condiciones geográficas, políticas, artísticas, etcétera, de
nuestra nación, los moldes mismos de nuestras leyes; la forma de nuestra
convivencia; el ideal de nuestra actividad. No podemos seguir asimilando los
atributos de otras vidas ajenas. Nuestra miseria contemporánea, nuestras
revoluciones inveteradas, nuestra amargura trágica son los frutos acerbos de
la imitación irreflexiva.9

Llegado a este momento, podemos vislumbrar que la tesis que sostiene


Samuel Ramos de que el complejo de inferioridad que existe en el hombre
mexicano debe ser entendido como una tensión entre lo que se quiere ser y lo que
se es en verdad. A grandes rasgos, de fondo, podemos sostener que encontramos
a simple vista una de las principales tesis que sostienen la obra maestra de Samuel
Ramos: el perfil del hombre y la cultura en México; el complejo de inferioridad como
resultado de la imitación, y el deseo de redescubrir la identidad mexicana.

Quisiera terminar, esta recapitulación de nuestro autor, recordando la


exhortación que Caso haría para generar una filosofía propia, una filosofía
mexicana y de lo mexicano; que en palabras de Caso serían: “alas y plomo”.

¡Idealistas que os empeñáis en la salvación de la República, volved


los ojos al suelo de México, a los recursos de México, a los hombres de
México, a nuestras costumbres y nuestras tradiciones, a nuestras esperanzas

8
CASO, A. México y sus problemas, en Latinoamérica-Cuadernos de Cultura Latinoamericana núm.
38, UNAM, México, 1979. Pág. 17.
9
Ibid. pág. 18.

17
y nuestros anhelos, a lo que somos en verdad! Sólo así nos conduciréis a un
estado mejor y nos redimiréis de nuestro infortunio.10

El segundo autor por considerar, próximo a Samuel Ramos y,


amigo y compañero de Antonio Caso en el Ateneo de la Juventud, es José
Vasconcelos. Siguiendo la biografía del Mtro. Efraín Becerra Juárez11, José
Vasconcelos Calderón nación en la ciudad de Oaxaca el 27 de febrero de 1882.
Estudió en la ciudad de México en la Escuela Nacional Preparatoria y luego cursó
la carrera de Leyes. En 1907 se tituló en derecho. De 1905 a 1908, Vasconcelos
destaca como abogado, primero al servicio gubernamental y luego para la firma
Warner, Johnson & Galston. Participa como Secretario de Instrucción pública y
Bellas Artes durante el breve lapso de 1914 a 1915. Vasconcelos se exilia y hace
una brillante gira como conferencista en universidades norteamericanas, durante el
mismo lapso, dictó en la Universidad de San Marcos en Lima, una célebre
conferencia bajo el rubro de “El movimiento intelectual contemporáneo de México”.

Vasconcelos contribuyó a la fundación del “Ateneo de la Juventud”, grupo


inicial de la cultura moderna mexicana, junto con autores como Antonio Caso o
Pedro Henríquez Ureña. Como Secretario de Educación Pública creó las misiones
culturales e hizo de la educación rural una verdadera cruzada de conquista que
alcanzó los más apartados rincones del país; se editaron los clásicos y se adaptaron
a nivel infantil, creó la Secretaria de Educación Pública y dio entrada al muralismo
en los edificios públicos; estableció biblioteca y envió otras, incluso a los pueblos de
la serranía, revivió los sistemas educativos y organizadores de Pedro de Gante y
Vasco de Quiroga; inició la alfabetización: apoyó la creatividad poética, la conciencia
hispanoamericana y captó la ayuda de los notables intelectuales como Antonio
Caso, Pedro Henríquez Ureña y Gabriela Mistral. José Vasconcelos renunció a la
Secretaría de Educación Pública en 1924. Fracasó en sus intentos políticos.

En 1943 pertenece al grupo de miembros fundadores del Colegio Nacional y


regresó como catedrático a las aulas universitarias, actividad que realiza hasta el

10
Ibid. pág. 19.
11
Cfr. BECERRA JUÁREZ, Efraín; Historia: José Vasconcelos (1882-1959), [En línea], En:
http://biblio.unam.mx/enp5/index.php/la-biblioteca/7-historia-de-la-biblioteca (18/08/2018)

18
30 de junio de 1959 en que acontece su muerte. Entre los libros que destacan del
presente autor caben destacar los siguientes: La raza cósmica 1925, Ulises criollo
1936, La tormenta 1936, El desastre 1938, El preconsulado 1939; El postrer
volumen de su obra autobiográfica, titulado La flama, apareció póstumamente
(1959).

Una vez presentado algunos de los acontecimientos principales de


la vida y obra de Vasconcelos, pasemos a la importancia que tiene este autor en
relación a nuestro trabajo; y es que podremos encontrar como se conectan los
hechos históricos de la vida de Vasconcelos con el pensar de Caso y la postura de
Ramos sobre lo mexicano. Primeramente, he de señalar la importancia que tiene
Vasconcelos en el Ateneo de la juventud, ya que con Caso, son considerados los
dos filósofos que más influyeron en el pensamiento del grupo; cabe apuntalar, que
si Caso fue un intelectual puro, Vasconcelos fue un hombre de acción; es decir,
mientras Antonio Caso se preocupó por fomentar el espíritu intelectual de la
enseñanza nacional, Vasconcelos fue político y educador que intentó llevar al
espíritu nacional a lo más concreto y cercano de la realidad mexicana.

En su obra Historia de la filosofía en México, Samuel Ramos le


dedica un apartado del capítulo La filosofía en la época contemporánea bajo el
nombre de José Vasconcelos. En el presente apartado Ramos rescata la figura del
filósofo y educador; filosofo porque entendió la filosofía como la construcción de un
gran sistema sobre el universo que desencadenará en libertad y salvación.

La filosofía tiene para Vasconcelos un sentido religioso que la destina a


servir como medio de salvación, llevándonos desde los estadios inferiores
del ser, hasta la fusión con lo divino.12

Desde esta óptica nace una de las principales obras de Vasconcelos, La Raza
Cósmica de 1925, en dicha obra el autor nos presenta la tesis de que existe una
raza en las que todos los pueblos existentes en América Latina coincidirán en uno
sólo, es decir, una raza en la que se manifestaran la presencia rechazada de los

12
RAMOS, Samuel; Historia de la filosofía en México, en Obras Completas II, UNAM, D.F. 1976.
Pág. 217.

19
europeos ibéricos y la presencia negada de los indios e indígenas de América como
las minorías de razas africanas y asiáticas presentes en el joven continente, dando
por fruto una raza mestiza que reconoce sus raíces y que está llamada a ser la
quinta raza, en palabras de Vasconcelos, la raza de América Latina o
Iberoamericana.

La América Latina debe lo que es al europeo blanco y no va a renegar de él;


al mismo norteamericano le debe gran parte de sus ferrocarriles, y puentes
y empresas, y de igual suerte necesita de todas las otras razas. Sin
embargo, aceptamos los ideales superiores del blanco, pero no su
arrogancia; queremos brindarle, lo mismo que a todas las gentes, una patria
libre, en la que encuentre hogar y refugio, pero no una prolongación de sus
conquistas.13

Más tarde, en 1948 Vasconcelos escribió un ensayo titulado “Deber de


Hispanoamérica” el cual fue publicado en Cuadernos Hispanoamericanos núm.1,
en el que el autor nos dice que la misión de la joven Iberoamérica es la tecnificación
y el desarrollo de los propios discursos, el respeto por la autonomía nacional y la
libertad individual. Esto se logrará mediante un cambio de política que construya
desde la idiosincrasia de los temperamentos de las culturas y las corazonadas de
ellas.

La conciencia iberoamericana situada en la región del no tiempo es en el


mundo presente la más indicada para juzgar hombres y cosas. No la ofuscan
nacionalismo ni prejuicios, puesto que su liga con el pasado es agradecida,
pero no parcial. Ignora el resentimiento porque sabe que su destino
pertenece al futuro, y no le falta uno solo de los haces de la simpatía, porque
en su constitución han entrado y siguen entrado todas las simientes de lo
humano.14

Como vemos, Vasconcelos esta empapado de un sentimiento


iberoamericano, fruto ello de su reflexión personal y de los diferentes períodos que

13
VASCONCELOS, José; La Raza Cósmica. Misión de la raza iberoamericana. Espasa-Calpe,
Buenos Aires, 1948. Pág. 20.
14
Pág. 109.

20
estuvo exiliado de México, que aprovechó para visitar y refugiarse en diferentes
países sudamericanos, de donde surge este sentimiento de la quinta raza y se
reafirma en él la consciencia Iberoamericana. De este par de elementos se
comprende la gran obra de Vasconcelos como encargado de la Secretaría de
Educación Pública del país, ya que encontró en la educación la herramienta para la
construcción del tejido nacional.

El progreso nacional y el crecimiento de la patria se basaban en la revolución


educativa del pueblo; alegoría política que también había que construir, a
través de la imagen del indígena, el cual nunca dejó de ver como algo
externo a él y a la clase intelectual.15

Durante su período como encargado de la educación en México, tuvo a bien


promover una reivindicación social, destruyendo el privilegio de la escuela, para
hacer de la enseñanza un beneficio para todos los mexicanos, fuesen de la clase
social que fuesen. Para Vasconcelos lo esencial era proponer una enseñanza
basada en la caracterología de lo mexicano, es decir, centrada en las condiciones
internas y externas del mexicano que facilitarán su aprendizaje y su forma de vivir;
es por ello por lo que durante su periodo se gestaron las escuelas industriales, las
técnicas, la capacitación de especialistas técnicos y obreros calificados; las
escuelas rurales, agrícolas, la creación de los maestros misioneros, etc. Así como
también, se le debe el gran abasto de acervo cultural, músico y estético de lo
mexicano. 16

Finalmente, hemos de señalar que lo que transmite este autor a Samuel


Ramos se plasma en la sed que tiene Ramos por conocer la caracterología del
mexicano, y a la cual, intenta plasmar en su obra “El perfil del hombre y la cultura
en México” y que más adelante veremos en el segundo capítulo. Caso y

15
ARREOLA MARTINEZ, Betzabé; José Vasconcelos: El caudillo cultural de la nación, en Casa del
tiempo núm. 25, 2010. Pág. 6.
16
Cfr. RAMOS, Samuel; Veinte Años de Educación en México, en Obras Completas II, UNAM, D.F.
1976. Pág. 82. “La dignificación y la boga de la música y del arte popular mexicanos se deben a
Vasconcelos. Él lo protegió y lo impulsó, por todos los medios a su alcance. Su obra es por eso
genuinamente mexicana, nacional”.

21
Vasconcelos le dieron a Samuel Ramos el deseo y las pautas para desarrollar su
estudio y comprensión de lo que comúnmente llamamos lo mexicano.

1.3. Alfred Adler


La segunda gran influencia de Ramos fue sin duda el creador del complejo
de inferioridad, Alfred Adler. Para la Biografía de Adler seguiré el guion presentado
en línea por Godofredo Regalado Muñoz. Adler nació el 7 de febrero de 1870 y
murió el 28 de mayo de 1937, fue un médico, psicoterapeuta y fundador de la
escuela de Psicología Individual. Inició su carrera como un oftalmólogo, pero tras
profundizar en estudios de la mente y psicología se convirtió en uno de los
psicólogos más influyentes y con más aportaciones en el psicoanálisis.

Su énfasis en la importancia de los sentimientos de inferioridad -complejo de


inferioridad- es reconocido como un elemento que juega un papel clave en el
desarrollo de la personalidad. Adler consideraba al ser humano como un todo
individual, por lo que llamó a su psicología “Psicología individual”. Además de su
psicología individual, es considerado el primer psicólogo comunitario, porque su
trabajo fue pionero en la atención a la vida comunitaria, la prevención y la salud de
la población. La psicología adleriana hace hincapié en la necesidad humana y la
capacidad de crear un cambio social positivo.

Tras desarrollar sus teorías, fue invitado por Sigmund Freud a unirse a un
grupo de discusión informal que luego se convertiría en la Sociedad de los miércoles
y serviría de matriz para la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Adler era un
psicoanalista destacado y respetado en el círculo íntimo de Freud.

Adler mantuvo siempre ideas propias a pesar de suscribir a la teoría del


psicoanálisis, pero cuando se separó del círculo íntimo en 1911, junto a otros
psicoanalistas importantes como Carl Jung, se dedicó a trabajar en su propia teoría
con más ahínco, fundando la Sociedad para la Psicología Individual en 1912.17

17
Cfr. REGALADO Muñoz, Godofredo; Alfred Adler: Psicología Individual y otras teorías. [En línea],
En: https://www.lifeder.com/alfred-adler/. (19/08/2018).

22
Adler, se distanció de Freud, ya que él consideraba que el problema de toda
patología mental no descansa en los impulsos sexuales reprimidos de la persona
⸺cuestión sostenida por Freud⸺, sino más bien en el poder que la patología
ejerza en relación consigo mismo y cómo se vea como persona.

El sentimiento humano de inferioridad, que suele diluirse en el afán de


progresar, se revela con más claridad en los avatares de la vida, y con
claridad deslumbradora en las duras pruebas que ésta nos depara. Distinta
es su expresión según el caso, y si, en cada uno, hiciéramos un resumen de
sus manifestaciones, delataría en todos sus fenómenos el estilo individual
de vida que se manifiesta de modo uniforme en todas las situaciones de la
existencia.18

Es decir, para Adler, una persona puede desarrollar un complejo de


inferioridad o superioridad de acuerdo con el nivel de aceptación, aprobación o
estima que se tenga durante la niñez; es decir, una persona puede desarrollar un
complejo de inferioridad, cuando descubre un defecto o limitación de sí mismo que
le hace verse como inferior ante las demás personas con las que convive; o por el
contrario, encuentra en sí mismo, una serie de elementos que le permiten
descubrirse como el elegido o el superdotado, lo que lleva a sentirse por encima de
los demás, a esto llamó Adler: complejo de superioridad. Pero el ideal de Adler es
que la persona pueda encontrar el punto medio de su personalidad, sin caer en uno
o fomentar el otro.

El complejo de inferioridad del paciente podrá ser deducido de su conducta


y actitudes, de su pasado de niño mimado, de la existencia de órganos
minusvalentes, del sentimiento de menoscabo y abandono en su infancia.19

El complejo de inferioridad puede generar ciertas actitudes como el


victimizarse, acongojarse, ambicionar metas altas o incluso, agresividad; mientras
que el complejo de superioridad tiende a actitudes egoístas y vanidosas en la
persona. En el perfil del hombre y la cultura en México, Ramos ya presenta toda

18
ADLER, Alfred. El sentido de la vida. [En línea] En:
http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/filosofia/sentido/caratula.html. pág. 62. (20/08/2018)
19
Ibid. pág. 66.

23
una caracterología basada en diferentes prototipos de individuos mexicanos en los
que se constata el sentimiento y complejo de inferioridad. Según Ramos el complejo
de inferioridad que descansa en el mexicano tiene sus bases en las neurosis de
dicho complejo.

Rasgos de carácter, como la ansiedad, la timidez, el recelo, el hermetismo,


el pesimismo, etc.. que acusan, ya de antiguo, un deficiente contacto con el
mundo, se intensifican notablemente cuando hay que luchar contra los
rigores del destino y aparecen en las neurosis.20

Ramos tomará el complejo de inferioridad como base de su estudio, ya que


este complejo tiende al complejo de superioridad, es decir al deseo de superioridad
de la persona, ya sea de forma dominante, dependiente, evasiva o útil; ya que en el
prólogo de su obra “el perfil del hombre y la cultura en México” Ramos deja dicho
esta línea:

Los individuos que contraen el sentimiento de inferioridad adquieren una


psicología muy especial, de rasgos inconfundibles. Todas sus acciones
tienden a darle la ilusión de una superioridad que para los demás no
existe.21

Este complejo de inferioridad en lo mexicano se presenta en la obra de


Ramos como el fruto de la frustración de la infanta nación que se comparó de inició
con las grandes civilizaciones y quiso ser una de ellas, pero que su realidad se lo
impidió; y es que para Ramos este complejo es la raíz de muchos de los problemas
de la educación en México, y de la nación misma, a tal punto que, Ramos afirma
que no se puede negar el hecho de que en México es débil el espíritu de
cooperación y la disciplina a la colectividad.22

Finalmente, podemos rescatar hasta este punto que el pensamiento de Adler


le permite a Samuel Ramos encontrar o presentar como pretexto de la mala
educación en el país, la carencia de la identidad mexicana postrevolucionaria y la

20
Ibid. Pág. 64.
21
Cfr. RAMOS, Samuel, “El perfil del hombre y la cultura mexicana”, Ediciones Austral, México, 1972,
pág. 13.
22
Ibid. pág. 112.

24
crisis de nación que se vivía en las primeras décadas sin guerras o levantamientos,
al complejo de inferioridad. Pero pone entre dicho dos visiones importantes que
retomaremos en el momento del análisis de las obras de Ramos, que el complejo
de inferioridad se da en la niñez por las falsas ilusiones de lo que se es o se tiene,
pero que dicho complejo se agudiza en la puesta comunitaria de la persona.

Samuel Ramos compagina la vivencia de la nación que vive en la inferioridad


con otro elemento esencial de su estudio, la historia. Para Samuel Ramos el
elemento histórico permite comprender como se originó, se desarrolló y se sigue
desarrollando el complejo de inferioridad en la cultura mexicana. Por lo que ahora,
pasaremos a comprender y analizar el tercer elemento clave de la filosofía de
Ramos: la influencia de Ortega y Gasset.

1.4. José Ortega y Gasset

La historia y sus circunstancias es un tema crucial en el desarrollo de la


filosofía de Ramos, ya que dedica algunas obras a ello, esto se debe al gran influjo
que produjo la filosofía de José Ortega y Gasset; como bien lo señala Ramos en
Historia de la filosofía en México:

Ortega y Gasset vino a resolver el problema (la falta de una filosofía nacional
mexicana) mostrando la historicidad de la filosofía en el Tema de nuestro
tiempo. Reuniendo estás ideas con algunas otras que había expuesto en las
Meditaciones del Quijote, aquella generación mexicana encontraba la
justificación epistemológica de una filosofía nacional. 23

Primeramente, será importante revisar algunos datos biográficos del autor


para tener más claridad de él y su pensamiento, por lo que seguiré la biografía
expuesta por la Philosophica enciclopedia filosófica online, y escrita por Alejandro
Martínez Carrasco.24 José Ortega y Gasset nació en Madrid el 9 de mayo de 1883.

23
RAMOS, Samuel; Historia de la filosofía en México, en Obras Completas II, UNAM, D.F. 1976.
Pág. 220.
24
MARTÍNEZ Carrasco, Alejandro, José Ortega y Gasset, en Fernández Labastida, Francisco –
Mercado, Juan Andrés (editores), Philosophica: Enciclopedia filosófica [En linea], En:
http://www.philosophica.info/archivo/2012/voces/ortega/Ortega.html. (20/08/2018).

25
Su abuelo paterno, abogado, había trabajado como redactor en diversos periódicos,
lo mismo que su padre, José Ortega Munilla. Éste, profundamente liberal y ferviente
católico, era desde 1879 el director de Los Lunes, el suplemento literario de El
Imparcial, que también llegó a dirigir Prestigiosa Tribuna donde escribían los autores
más ilustres y representativos del momento y algunos jóvenes talentos descubiertos
por él. Por otro lado, su abuelo materno, Eduardo Gasset y Artime, había fundado
en 1867 el periódico El Imparcial, actividad que alternó con la política: habiendo sido
anteriormente diputado, después de su participación en la revolución de 1868 fue
concejal de Madrid y ministro de Ultramar durante el reinado de Amadeo de Saboya.
La vocación liberal, periodística y política de Ortega y Gasset era una tradición
familiarmente arraigada.

En 1897 comenzó en Deusto los estudios de Derecho y Filosofía y Letras,


aunque dos años más tarde se trasladó a la Universidad Central de Madrid, donde
únicamente se licenció de Filosofía y Letras; allí se doctoró a finales de 1904. Desde
inicios de 1905 hasta marzo de 1906 Ortega marchó a Alemania para estudiar en
las universidades de Leipzig y Berlín. Entre otros, allí tuvo como profesores a
Simmel y a Wundt, y comenzó a introducirse en la filosofía de Kant, lo que sería
clave para su evolución filosófica. En octubre de 1906 volvió de nuevo a Alemania,
esta vez a Marburgo, donde permaneció un año. A finales de 1910 Ortega ganó la
Cátedra de Metafísica de la Universidad Central de Madrid; pero, sin llegar a tomar
posesión de la cátedra, a comienzos de 1911 volvió de nuevo a Marburgo, donde
se quedó hasta finales de año.

En los años posteriores y hasta el estallido de la Guerra Civil Ortega apenas


salió de España, excepto los importantes viajes a Argentina en 1916 y 1928. Junto
con su labor docente en la Universidad, durante los años 10 y 20 Ortega desarrolló
un importante esfuerzo en el campo editorial. En 1923 Ortega creó la Revista de
Occidente.

Tras la proclamación de la II República Española, Ortega salió elegido


parlamentario en las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de 1931.
Desencantado, decidió abandonar definitivamente la política después del verano de

26
1932. Con el inicio de la Guerra Civil, en verano de 1936, se vio obligado a huir de
Madrid, donde su vida corría serio peligro; gravemente enfermo, hizo una primera
parada en París, hasta que en 1939 decide partir y establecerse en Argentina. En
1942 se trasladó a Portugal, donde fijó su residencia hasta el final de sus días.
Ortega falleció en Madrid el 18 de octubre de 1955.

Entre las principales obras de Ortega sobre salen Las meditaciones del
quijote de 1914, El tema de nuestro tiempo de 1923, La rebelión de las masas de
1929, entre otras más.

Ortega y Gasset en su primera obra de 1914: “Las meditaciones del quijote”,


hace una afirmación que le daría la vuelta al mundo y que sería luz para su estilo
de pensamiento, la afirmación es: “Yo soy yo y mis circunstancias, sino las salvo a
ellas no me salvo yo”. Esta relación del ser humano y sus circunstancias serán la
base del denominado perspectivismo histórico fundado por Ortega. Esta corriente
filosófica afirma que cada ser humano conoce la realidad desde su punto de vista,
pero afirma la existencia de una verdad; para ello es necesario conocer la suma de
todas las perspectivas. Es decir, yo conozco el mundo desde mi perspectiva
personal, pero necesito conocer las perspectivas de todas las personas para
conocer la verdad total. Este perspectivismo histórico, descansa en un
raciovitalismo, es decir, yo soy el fruto del ser pensante y el mundo pensado.

Hemos de buscar a nuestra circunstancia, tal y como ella es, precisamente


en lo que tiene de limitación, de peculiaridad, el lugar acertado en la inmensa
perspectiva del mundo. No detenernos perpetuamente en éxtasis ante los
valores hieráticos, sino conquistar a nuestra vida individual el puesto
oportuno entre ellos. En suma: la reabsorción de la circunstancia es el
destino concreto del hombre.25

En la misma obra, nuestro autor ya nos plantea lo que sería el trasfondo de


su perspectivismo histórico y el raciovitalismo:

25
ORTEGA Y GASSET, José; Las meditaciones del Quijote, 1914, pág. 11.

27
Este sector de realidad circunstante forma la otra mitad de mi persona: solo
a través de él puedo integrarme y ser plenamente yo mismo. La ciencia
biológica más reciente estudia el organismo vivo como una unidad
compuesta del cuerpo y su medio particular: de modo que el proceso vital
no consiste solo en una adaptación del cuerpo a su medio, sino también en
la adaptación del medio a su cuerpo.26

Mas tarde, en otras de sus grandes obras en El tema de nuestro tiempo de


1923, Ortega sostiene su propuesta filosófica sobre el raciovitalismo, donde nos
dice que la verdad (entendida esta como aquello a lo que se accede por intuición
natural o por construcción racional) es fruto del conglomerado de realidades
pensadas por cada individuo y puestas en diálogo común entre unos y otros; es
decir, la vida misma. Para Gasset la vida es el conjunto de perspectivas que cada
persona experimenta y que se pone en juego con las demás personas con las que
se relaciona, con la finalidad de buscar la perspectiva de perspectivas, la verdad
absoluta.

La peculiaridad de cada ser, su diferencia universal, lejos de estorbarle para


captar la verdad, es precisamente el órgano por el cual puede ver la porción
de realidad que le corresponde. De este modo, aparece cada individuo, cada
generación, cada época como un aparato de conocimiento insustituible. La
verdad integral solo se obtiene articulando lo que el prójimo ve con lo que yo
veo, y así sucesivamente. Cada individuo es un punto de vista esencial.
Yuxtaponiendo las visiones parciales de todos se lograría tejer la verdad
omnímoda y absoluta.27

En dicha obra Gasset pone en disputa la razón vital sobre los extremos del
racionalismo y el relativismo, procedentes de la edad moderna, y que más tarde
criticará en su obra la rebelión de las masas de 1929. Es decir, Gasset sostiene que
el ver la realidad desde el plano objetivo solamente, olvidándose de lo subjetivo,
conlleva a una ceguera de la realidad misma; lo que importa ahora es superar el

26
Ibid. pág. 12
27
ORTEGA Y GASSET, José; El tema de nuestro tiempo, Austral, 1986. Pág. 132.

28
reinado de la razón, que se manifestó en la cultura, por la conjugación de la razón
con la vida, con la perspectiva individual y colectiva.

Si el hombre del pasado ha sido ciego a la vida y no tomó la vida como


principio, esto es, si no le dio su valor porque buscaba su valor en otros
valores trascendentales, ahora se trata de admirar y valorar la vida por sí
misma y sus valores. Hay que conjugar el imperativo racional y el imperativo
vital, para ser fieles a la realidad. Toda filosofía que no respete la
conjugación de estos dos imperativos será utópica.28

Para 1929, en su obra La rebelión de las masas, Ortega y Gasset pone de


manifiesto la importancia que tiene la historia, como medio de comprensión del
pasado, configuración del presente y proyección del futuro. Esta obra es un colofón
más del perspectivismo histórico de Ortega y Gasset, ya que sostiene la importancia
que guarda la historia en cada época en la que es vivida, por ello es crucial saber
vivir cada momento en plenitud, con las circunstancias que tiene y las tareas que
tenemos delante de él; renovándose y abriéndose a nuevos horizontes, para evitar
morir; tal como el mismo autor nos lo explica.

Un tiempo que ha satisfecho su deseo, su ideal, es que ya no desea nada


más, que se le ha secado la fontana del desear. Es decir, que la famosa
plenitud es en realidad una conclusión. Hay siglos que por no saber renovar
sus deseos mueren de satisfacción, como muere el zángano afortunado
después del vuelo nupcial.29

Finalmente, para Ramos, Ortega le da clave para comprender el complejo de


inferioridad que existe en el mexicano, es decir, el perspectivismo histórico ayudó a
Ramos a ver cómo se percibe el mexicano como inferior ante otras culturas y a otras
épocas a lo largo de su historia; Ortega será para Ramos la pieza final para
ensamblar su obra de arte: El perfil del hombre y la cultura en México.

28
RUIZ PINTO, Isabel; José Ortega y Gasset: El tema de nuestro tiempo. En SCIO. Revista de
Filosofía, n.º 10, noviembre de 2014, pág. 178.
29
ORTEGA Y GASSET, José; La rebelión de las masas, La Guillotina, México, 2010.pág. 42.

29
1.5. Conclusiones

Como bien lo mencioné al principio, nuestro ser, nuestra mente y nuestros


pensamientos son fruto de una serie de relaciones que nos van forjado a lo largo de
la historia, y es así como recojo ahora los elementos que nos permiten
posicionarnos delante de las obras de Samuel Ramos para, posteriormente, poder
comprender su filosofía de lo mexicano, y en un tercer momento redescubrir lo
mexicano en el mundo actual.

Primeramente, he de señalar que Samuel Ramos es un hijo último de los


frutos del Ateneo de la Juventud, es decir, es hijo de los pensamientos
intelectualistas y nacionalistas de Antonio Caso y de los pensamientos nacionalistas
del filósofo y educador José Vasconcelos; su sed por construir una filosofía
mexicana es fruto de la crítica casiana entre el mexicano real y el imaginario; pero
también es fruto del celo desbordante de un proyecto educativo por recuperar a toda
costa lo esencial de lo mexicano tal como lo creyó Vasconcelos. Y no sólo la pasión
por lo mexicano fue fruto del encuentro del entonces joven Ramos con los grandes
pensadores mexicanos de la época, sino que también heredó de ellos el amor a la
filosofía, la estética y el deseo de la educación. En Ramos se cumple lo que tan
ansiosamente proclamó Vasconcelos en el escudo de la Universidad Nacional
Autónoma de México: “Por mi raza, hablará mi espíritu”.

En la psicología de Adler encontrará la base de su tesis de lo mexicano, es


decir, el hombre mexicano vive en el dilema del complejo de inferioridad, por
soñarse lo que no es, y sentirse más por lo que no ha conseguido. Ramos vio en el
complejo la respuesta a la identidad mexicana que estaba desplomada después de
la Revolución Mexicana y que no encontraba su lugar como nación independiente.
A ello, se añade la justificación de todo lo que sería la naciente filosofía
mexicana, el perspectivismo histórico de Ortega y Gasset. Este sería el instrumento
de medición, la historicidad, la perspectiva, las circunstancias, por el que el complejo
de inferioridad y su antónimo, el complejo de superioridad tendrían que pasar para
gestar lo que llamamos la identidad mexicana.

30
Hasta aquí podemos encontrar lo que para la naciente filosofía mexicana de
los años veinte fue su justificación, el tema de nuestro tiempo; los filósofos
mexicanos, entre ellos Samuel Ramos, encontraron en el tema de nuestro tiempo
el sostén de su trabajo y la oportunidad de gestar, mediante la racionalidad de la
vida y persona del mexicano, y sus circunstancias que le rodean, la base de
historicidad para la naciente filosofía de lo mexicano.

Finalmente, en la visión en conjunto del complejo de inferioridad o


sentimiento de inferioridad (como lo expresa Ramos) desarrollado por Alfred Adler,
y el perspectivismo histórico de José Ortega y Gasset, podremos comprender cómo
se gestó y gesta la identidad y la cultura de lo mexicano en la obra principal del
nuestro autor: El perfil del hombre y la cultura en México.

31
CAPÍTULO II:

FILOSOFÍA DE SAMUEL RAMOS A TRAVÉS DE SUS OBRAS PRINCIPALES.

2.1. Introducción:

Una de las grandes limitaciones que se tienen al estudiar la filosofía es que


en la mayoría de los casos, se estudia o, mejor dicho, se dialoga con filósofos a los
cuales no se les conoció en persona; es decir, el dialogo que la mayoría de los
estudiantes realiza con un filósofo es mediante la lectura, fragmentada o selectiva,
de sus obras, la escucha o testimonio de alguien que sí le conoció, o incluso
mediante la interpretación de algún otro filósofo. Estas vías son válidas para
acercarse a un filósofo, pero ninguna es tan privilegiada como el contacto con las
ideas escritas y plasmadas por el autor en sus libros. Por tal motivo, hablar de la
filosofía de Samuel Ramos, sin conocerlo en persona, sería un absurdo; por tal
motivo, nos acercamos a la lectura de intérpretes de su vida, la escucha de algunos
testimonios sobre él, pero sobre todo nos acercamos a sus obras, para ubicar,
conocer y recoger las principales tesis que nos permiten hablar de lo mexicano hoy
y poder tener así una serie de elementos para suscitar un cambio de la percepción
irónica del mexicano comercial.

En este segundo capítulo, “Filosofía de Samuel Ramos en sus obras”, se


seguirá un estudio fenomenológico que pretende describir cómo se relacionan entre
sí los elementos esenciales y destacados del primer capítulo: complejo de
inferioridad y el yo en sus circunstancias; a lo largo y ancho de tres de sus obras:
“Historia de la Filosofía en México” de 1943, “El perfil del hombre y la cultura
mexicana” de 1934 y “Hacia un nuevo humanismo” de 1940; este orden quiere
responder al deseo de iluminar la investigación desde la historia del colectivo en la
que se generó la identidad y arribar al punto individual de la identidad de cada
mexicano. En este capítulo se destacará los elementos esenciales para gestar una
identidad del mexicano basado desde su historia cultural, su perfil, sus raíces y su
visión del hombre. Esta descripción de los fenómenos de trasfondo nos arrojará a

32
una caracterología propia del mexicano y de la filosofía cultural propia de nuestro
país, según Ramos.

2.2. Historia de la Filosofía en México de 1943.30

Siguiendo la corriente filosófica de Ortega y Gasset, Samuel Ramos es


consciente de la importancia que tiene la historia en el desarrollo de los pueblos,
sobre todo en la constitución de una raza y en el progreso de las culturas. Por lo
que dedicó todo un libro para reflexionar sobre la Historia de la filosofía en México,
donde tiene como finalidad destacar algunos elementos que le permitan hablar de
la gnoseología mexicana y cómo se ha desarrollado esta a lo largo de los años.

Historia de la Filosofía en México es una obra de 142 páginas, que tiene como
finalidad realizar una rectificación de que el pensamiento racional sí produce un
cambio en las personas que ejercitan la reflexión y que, por ende, modifican la óptica
de la realidad que los envuelve31. En el mismo prólogo de la obra el autor presenta
y justifica por qué es necesario este estudio sistemático de la filosofía mexicana a
lo largo de la historia.

Lo que hay que investigar en esas ideas filosóficas, no es la originalidad del


pensamiento innovador, puesto que nuestra historia es tributaria del
pensamiento de ideas europeas, sino la forma peculiar en que este movimiento
se ha reflejado en nuestra vida intelectual... es hacer comprender qué ideas o
doctrinas y en qué modo han contribuido a desarrollar la personalidad de nuestro
ser y de nuestra cultura nacionales, cuáles ideas se han asimilado,
convirtiéndose en elementos vitales de nuestra existencia mexicana. 32

La obra de Ramos está divida en dos grandes partes que reflejan dos
momentos históricos y dos momentos de reflexión diferentes, por un lado,
encontramos la concepción de la filosofía en la época colonial y posteriormente,

30
RAMOS, Samuel, Historia de la Filosofía en México, Universidad Autónoma de México, Dirección
General de Publicaciones, México, 1990.
31
Cfr. pág. 100.
32
Cfr. pág.101.

33
encontramos la filosofía en la época independiente. La primera parte nos presenta
algunos esbozos e intentos de filosofía propia del pensar mexicano, es decir, la
filosofía indígena del México pre conquistado; mientras que la segunda nos presenta
los pasos de una naciente nación que intenta gestar sus ideales, valores y
pensamiento propio, a diferencia de la nación imperante hasta aquel entonces.

La finalidad no es presentar la obra en sí, sino los elementos, que a


consideración de quien redacta, son suficientes para hablar de los elementos
propios de lo mexicano de acuerdo con los ejes establecidos en el pasado capítulo.
Detrás de todo pensamiento hay una raíz, base o fundamento que da orden y
sostenimiento a toda la reflexión de un autor o una cultura; por tal motivo,
intentaremos enlistar, desde la óptica y obra de Ramos y la hermenéutica que hace
de este quien redacta estas líneas, una serie de ideas o raíces que sostengan la
credibilidad de una filosofía en México.

Una primera raíz de la filosofía mexicana la encontramos en las civilizaciones


indígenas o pueblos autóctonos de nuestro país, como lo son los mayas, los
aztecas, los toltecas, etc. En estas civilizaciones encontramos sistemas de reflexión
unitivos de la realidad, es decir, sistemas reflexivos que dan razón desde la fusión
de concepciones religiosas y percepciones de la naturaleza, gestando así una
filosofía que gira entorno de las visiones astronómicas y las creencias de las
religiones. Donde el sacerdote funge el papel del filósofo o pensador de la
comunidad, mediante el uso del texto filosófico de la época el mito. Podría
resultarnos una simpleza decir esto, pero en el fondo, es una gran labor de reflexión,
ya que este afán de unidad entre el fenómeno natural y la creencia del pueblo se
expresaba como uno de los estímulos principales de la filosofía; es decir, la unidad
de factores que dan razón de una circunstancia o realidad que atañe a la persona o
a una sociedad.

Una segunda raíz de la filosofía mexicana será sin duda, ya durante la


conquista, la filosofía de la escuela de Salamanca. Donde figuraran nombres como
Francisco de Vitoria y Francisco Suárez, este último dará no sólo a la filosofía
mexicana una esencia pura para su lucha de independencia, sino para todo el

34
mundo de la reflexión, la soberanía del pueblo, es decir, la autoridad real se funda
en el consentimiento del pueblo que es quien tiene el poder derivado de Dios, y
33
puede destruir a los soberanos indignos de mandar. Con este trasfondo,
encontramos a personalidades como Vasco de Quiroga quien procuró elevar la vida
india a metas de virtud y humanidad superiores de las europeas; o Bartolomé de las
casas, quien reconoció en los indios su capacidad de entes de razón plenos e
idóneos para recibir y gestionar sus derechos.

Una tercera raíz de la filosofía mexicana la encontramos en la fundación de


la catedra de dicha ciencia en la Universidad Real y Pontificia en 1553. A partir de
este hecho, la vida de la sociedad mexicana, pero sobre todo los criollos, mestizos
y españoles, gozaron de un nivel elevado de vida intelectual; ya que eran quienes
tenían acceso a esto estudios. Pero encontramos testimonios claves de como la
filosofía se transmitió a los indígenas mediante la persona de Fray Alonso de la
Veracruz, quien produjo los primeros tratados de dialéctica y física en la Nueva
España.34 Para darnos una idea de como era la filosofía en los siglos pre
independientes, el mismo Ramos recurre a Justo Sierra mediante la siguiente cita:

Pasados esos momentos todo volvía a su reposo: el criollo a lucir sus caballos
y sus vajillas de plata, a jugar incesantemente en todas las fiestas públicas,
casi siempre religiosas y privadas; uno que otro a los cursos universitarios; los
mestizos a imitar a los criollos en las ciudades, o a sus industrias pequeñas, a
colmar los colegios, seminarios y universidades para poder llegar a los altos
puestos de la Iglesia (hubo en el siglo XVIII un arzobispo y un superior general
de los dominicos mexicanos), que a veces los rechazaba y algunas veces sólo
a ellos admitía; el criollo segundón o pobre, el mestizo y alguno que otro indio
constituyeron como abogados, como clérigos, como médicos, la aristocracia
intelectual de la Nueva España. 35

Una cuarta raíz de nuestra filosofía mexicana la encontramos en el


establecimiento y solidificación de la filosofía escolástica en la Nueva España. Es

33
Pág. 121.
34
Pág. 133.
35
SIERRA, Justo; Evolución política del pueblo mexicano, pp. 128-129.

35
decir, los siglos XVI y XVII la enseñanza que predominó por todo el país fue la del
escolasticismo, corriente filosófica que domina en todos los campos de la
enseñanza universitaria, ya sea desde la vertiente tomista por los dominicos o desde
la postura suarista de los jesuitas.36 Esta corriente perpetuó en España y la Nueva
España una relación bidireccional entre el Estado y la Iglesia, uno como máximo
orden regulador de la sociedad y la otra como máxima reguladora de la enseñanza
en Europa y el nuevo continente; en otras palabras, controlaba o manipulaba la vida
pública de la sociedad como la privada de las personas, o en palabras de Ramos:
el sagrado de la consciencia37. La ortodoxia creada fue motivo de rechazo para
algunos pensadores del joven continente, entre los que destacaron los jesuitas,
quienes impulsaban la reforma de los estudios escolásticos mediante la postura de
F. Suárez. Pero es necesario hacer una precisión a este dato escolástico, tal como
lo afirma Ramos: Pero estas ideas se mezclaban con una multitud de supersticiones
y creencias populares en la hechicería, en la influencia de los astros, etc. 38 Es decir,
el mestizo, criollo o indio, no perdía sus raíces, sino que las fusionaba con lo que
recibía.

La sociedad intelectual mexicana se conformó con este sistema y se acomodó


a él, tan así que será un factor determinante en la configuración del carácter
nacional; y es que este fue el modelo perfecto para el sostenimiento de la colonia
en México, es decir, la principal característica de la escolástica radicaba en ser una
educación que colaboraba para enseñar a los mestizos, indios o criollos, los
principios filosóficos que debían regir la voluntad de la sociedad de la Nueva
España, produciendo así la cohibición de la vida intelectual, religiosa, moral,
económica y política de la Nueva España. Por tal motivo, Ramos acusa a la
escolástica como responsable de la falta de madurez intelectual del pueblo.

La filosofía escolástica es uno de los factores que han modelado el carácter


mexicano, el cual se distingue por una cierta falta de voluntad propia, por un
hábito inconsciente de esperarlo todo de Dios o del gobierno...La educación

36
Pág. 139
37
Pág.156.
38
Pág. 140.

36
escolástica es responsable también de la debilidad del sentido empírico en la
mente mexicana, de la pobreza del método científico que ha impedido el
39
conocimiento en nuestro país en su realidad original.

Aunque es sostenible la tesis de Ramos, no podemos responsabilizar a un solo


sistema filosófico de ello, queda claro su participación y determinación en ello, pero
lo que emerge ante nuestros ojos, es que un sistema educativo está al servicio de
un poder, ya sea Iglesia, Estado o Monarquía, dejando de lado su parcialidad y
neutralidad que caracteriza al conocimiento científico.

La quinta raíz está en la filosofía francesa, es decir, una filosofía que estaba
caracterizada por el pensamiento de la ilustración y la filosofía moderna; donde
nombres, como Clavijero, Benito Díaz de Gamarra, Antonio Alzate, Joaquín
Velásquez Cárdenas, entre otros, estaban convencidos de la autonomía de la razón
sobre el principio de autoridad y el dogmatismo que caracterizó a la escolástica en
la Nueva España. Esto abrió la puerta para que la ciencia guiara a la inteligencia y
espíritu mexicano a conocer su país, para transformarlo y explotarlo.

Todo este movimiento permitió a la sociedad mexicana tener consciencia de


si misma. Hasta antes, le bastaba al mexicano seguir los pasos y métodos
impuestos por los europeos, pero con la entrada del método científico, las ciencias
exactas y la filosofía moderna a la Nueva España, el mexicano fue siendo
consciente de ser y su acontecer en el mundo.

La historia, la filosofía, la erudición, la biología, las ciencias físicas iban


revelando los rasgos peculiares de México. Los mexicanos empiezan a sentirse
diferentes de los peninsulares europeos y aun superiores a ellos.40

El mexicano comienza a revisar su herencia y su riqueza, es decir, comienza


el interés por aprender e investigar las lenguas indígenas, se comienzan a escribir
los primeros esbozos de una historia mexicana, como también se intentó
reorganizar y reconstruir el pasado indígena.

39
Pág. 157.
40
Pág. 178.

37
Detrás de este despertar en la consciencia mexicana se esconden las bases
de lo que sería el gran movimiento del siglo XIX, la independencia de México. Es
decir, las ciencias y la filosofía se ponen al servicio de un sector intelectual, que no
busca la ampliación de estos, sino la aplicación de estos en política; como lo fueron
la mayoría de jesuitas de la época, que a pesar de la expulsión de la orden a
mediados del siglo XVIII de tierras mexicanas, lograrán dejar en el alma mexicana
el espíritu suarista en contra de derecho divino, ya que Suárez sostenía que la
soberanía de una nación no estaba en el derecho divino que lo otorgaba a los reyes,
sino que estaba en la elección del pueblo. Esto es clave porque el mexicano
despierta en su concepción que no debe su libertad a cuestas del rey, sino que su
libertad es un derecho de suyo y por suyo.

Ramos no abunda en el espíritu que influyó en dicho momento histórico de


nuestra sociedad mexicana, esto porque cree que es fruto de lo ya mencionado
hasta ahora, hay una dependencia de pensamiento, religión, estado, política,
economía, etc. con la que hay que acabar para ser verdaderamente libres. La
problemática no está tanto en el antes, sino en el tiempo posterior a la
independencia, porque cuando hablamos de lo mexicano ¿A qué nos referimos? O
de la filosofía mexicana ¿Qué es? O mejor aún, cuando hablamos de la cultura
mexicana ¿Qué es? ¿Qué significa ser mexicano? ¿Qué es México?

La problemática es seria, de la noche a la mañana, México rompe con


trescientos años de dependencia española, y se abre paso a la configuración de
una nueva cultura, con nuevas instituciones, nuevas ideas políticas, nuevos aires
sociales, nueva cosmovisión de la vida, etc. Algo que se veía fácil, se vuelve
complicado. México no logró encontrar entre sus intelectuales y grupos políticos, ya
fueran liberales o conservadores, el respectivo líder intelectual que guiara a la nueva
configuración de nación; por lo que, no le quedo otra cosa, más que voltear a ver
como se hacían las cosas en los países más desarrollados en aquella época. He
aquí el gran problema en el que México entró después de los esfuerzos que tuvo
que realizar para ser libre, la imitación. Esta es la tesis que Ramos no sólo defiende

38
en el presente escrito, sino que también la manifiesta y desarrolla en su obra central
sobre la caracterología de lo mexicano.

Los mexicanos no estaban preparados en ese momento para proceder de otra


manera, y la urgencia de los problemas obligaba a seguir el camino más rápido,
que era el de la imitación. 41

Después de años violentos y desorganizados política y socialmente, la joven nación


se abrió paso al historicismo como una raíz más para gestar su pensamiento, y es
que el historicismo logró hacer que en México no se viera la historia como una serie
de hechos aislados y sin sentido, sino que la historia ha de ser explicativa y valorada
desde un presente que es capaz de reconocer y aceptar el pasado, para que sirva
como media para apuntar hacia el futuro.

Una séptima raíz de la filosofía mexicana descansa en lo que conocemos


como el positivismo comtiano. Esta filosofía entra en nuestro país, gracias a la
reflexión del insigne e ilustre Gabino Barreda, promotor de la educación en nuestro
país. Barreda fue discípulo de Comte en Francia, por lo que la consideraba como la
respuesta al problema de la identidad nacional.

Barreda... convirtiéndose en un ardiente partidario del positivismo, pensó que


esta filosofía era precisamente la base que, a través de la educación, debería
42
sustentar la reorganización de la nacionalidad mexicana.

El positivismo tal cual lo veía Comte en su sentido más puro, era la


reorganización de las ciencias y, por ende, de la sociedad; por ello, Barreda lo
consideraba el elemento faltante para configurar una nueva identidad nacional, ya
que era una filosofía teórica y práctica. Gracias a Barreda y al positivismo, se logró
cultivar en la jóven nación el gusto por la ciencia, aunque esto le costó el
desprestigio a la filosofía y el estudio de esta sólo en los seminarios y algunos
colegios.

41
Pág. 190.
42
Pág. 196.

39
La educación mexicana de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX fue
guiada bajo la tutela del positivismo, pero los tiempos violentos y revolucionarios,
provocaron un fuerte ocaso en la cultura y las ciencias en México; fue hasta con
Justo Sierra, cuando se comenzó a poner en tierra los ideales y sueños de la joven
nación. Será este historiador y humanista mexicano quien perfile el lugar de la
historia en el campo científico, no como un medio que se acomode a los intereses
políticos, sino como una ciencia objetiva que permite explicar los sucesos pasados
en el presente.

Para la primera mitad del siglo XX la filosofía mexicana manaba de la fuente


del positivismo, adoptado por Barreda y estructurado en un sistema educativo por
Sierra; por lo que los autores continuaran en esta línea. A esta corriente filosófica
hemos de añadir un par de elementos históricos que son claves para el desarrollo
de la consciencia de lo mexicano, por un costado, la refundación de la Universidad
de México en 1920, y por el otro lado, la creación del Ateneo de la juventud a
principios de 1908. Este par de elementos serán decisivos para que personalidades
como las de Antonio Caso y José Vasconcelos, desarrollen en la juventud mexicana
de aquellas épocas el deseo y el gusto por la filosofía, y en especial, por la filosofía
mexicana, promoviendo la crítica al positivismo y fomentando el pragmatismo. De
este par de autores se desprenden grandes ilustres como Pedro Henríquez Ureña,
Alfonso Reyes, Eduardo Colín, José Romano Muñoz, entre otros.43

Después de este momento lucido de la filosofía mexicana, Ramos menciona


la presencia de dos corrientes filosóficas dentro de la facultad de filosofía, el
neokantismo introducido por Francisco Larroyo por el año 1930, donde sostenía que
la tarea de la filosofía era la formación de la cultura y los productos de la conciencia
cultural.44 El segundo movimiento recae en la persona y jurista Eduardo García
Máynez, quien fomentó por los años de 1940 las teorías axiológicas de Scheler y
Hartmann, el sostenía que el derecho positivo es válido formalmente, y que eso no
prejuzga el valor objetivo de las normas jurídicas.

43
Cfr. pp. 220???
44
Pág. 225.

40
Finalmente, el autor cierra su obra, exponiendo la siguiente tesis:

Si la catástrofe actual45 no destruye la civilización europea es muy probable


que sus actividades creadoras, en el orden del pensamiento, sufran un
colapso por largo tiempo. Sólo América puede en estos momentos salvar la
continuidad de aquella obra de cultura. Es la responsabilidad que los
acontecimientos recientes han arrojado sobre nuestros hombros. 46

Es loable reconocer en el autor esta consciencia de continuar con el legado


de la reflexión filosófica, pero a ella se ha de añadir sin lugar a duda, la urgente y
necesaria reflexión propia desde la cultura mexicana, porque sino se estaría
realizando una labor reflexiva desencajada de la realidad humana. Como se ve,
Ramos logra mostrar de manera sintética una historia de la filosofía en nuestro país;
no entraré en detalles, de autores más cercanos o recientes, o nuevas corrientes
fruto de este pensar de lo mexicano, ya que lo que se pretende aquí es describir
los principales lineamientos que componen la obra del autor.

Sin más, cierro este apartado con la pregunta abierta ¿Qué factores
históricos han favorecido a fomentar o han impedido la realización de una filosofía
mexicana?

2.3. El perfil del hombre y la cultura en México47


En un pequeño de ensayo de Alain Guy publicado en 1958 en la revista Les
Études Philosophiques, el filósofo francés describe “El perfil del hombre y la cultura
en México” como la obra maestra de Samuel Ramos; en palabras de este filósofo:
Su mayor originalidad consiste en aplicar el método y las categorías de Alfred Adler

45
Nota: El momento histórico en el que se desarrolla este libro y las circunstancias que se perciben
en la Europa de esos años son furto de la II Guerra Mundial; al referirse con la palabra catástrofe,
Ramos se refiere entonces a la II Guerra Mundial.
46
Pág. 228.
47
RAMOS, Samuel, El perfil del hombre y la cultura en México, Ediciones Austral, México, 1972.

41
al carácter mexicano, y en elaborar por esto mismo, una filosofía de la cultura
criolla.48

Esta carta magna de Samuel Ramos es el centro de nuestra tesis, ya que


nos permite comprender y reflexionar entorno a la visión de “lo mexicano”, desde la
postura de Ramos, para iluminar nuestra realidad actual.

La obra de Ramos se publicó en el año de 1934. Dicha obra está compuesta


de 14 capítulos que se plasman en un texto de 145 páginas. Ramos comienza
reconociendo el gran impacto que tuvo su obra en la sociedad de los años treinta
del siglo XX, tan así fue el impacto, que tuvo que imprimirse una segunda edición a
los cuatro años. En el prólogo Ramos pone de manifiesto el problema que ilumina
su trabajo, de acuerdo con una serie de observaciones que ha hecho sobre una
buena parte de la sociedad mexicana, el problema que encuentra él es que hay un
sentimiento de inferioridad en la cultura mexicana. Pero no por algún factor que sea
orgánico, sino porque existen una serie de factores sociohistóricos culturales que
han condicionado lo mexicano y que le han hecho generar un inconsciente de
inferioridad, y al que es necesario encontrar respuestas, aunque sean falsas. Es
decir, respuestas falsas como, por un lado, el sentimiento de superioridad; pero por
el otro, una imitación ilógica de las civilizaciones europeas del momento.

Ramos es consciente de que México como país y como sociedad es


inmaduro y que necesita caminar hacia esa madurez nacional, desde lo colectivo
como hasta lo individual. Lo que el autor quiere con la obra es generar una
consciencia que promueva la comprensión de la inferioridad y, sobre todo, la auto
denigración a la que se enfrenta el mexicano. Para Ramos la pregunta base que
ilumina este trabajo es: Dada una específica mentalidad humana y determinados
accidentes en su historia, ¿Qué tipo de cultura puede tener?49

Hay una serie de conceptos o elementos que vale pena enumerar o enlistar
para tener presente a lo largo de este estudio de la obra de Ramos; estos son:

48
GUY, Alain. “Samuel Ramos y el Humanismo filosófico mexicano” en Dianoia vol. 6 núm. 6, 1968.
pág. 1965.
49
RAMOS, Samuel, El perfil del hombre y la cultura en México, Ediciones Austral, México, 1972.
Pág. 20.

42
Sentimiento de inferioridad, Autodenigración, imitación, sentimiento de superioridad,
pasividad, Egipticismo, Idealismo utópico mexicano, caracterología mexicana, etc.

Como ya se expresó en el primer capítulo, Ramos utilizó la teoría sobre el


sentimiento de inferioridad para constatar la inmadurez del pueblo mexicano que
una vez libre de la esclavitud y de la dependencia española, no logró conformar una
nación con características y atributos propios, sino que se volteó para ver la realidad
propia con lentes ajenos, es decir, a ver lo propio desde otros estándares culturales.

Según Ramos el sentimiento de inferioridad en el mexicano no es algo


orgánico, algo que le venga de facto al mexicano; sino que es fruto de una serie de
accidentes históricos y culturales que hicieron que este se hiciera palpable en la
cultura mexicana. Un primer elemento que parece ser decisivo es el idealismo
utópico del mexicano, es decir, México logró su independencia de España, pero no
logró aceptar el proceso de toda nación independiente, sino que quiso ponerse al
día siguiente a la par de las grandes potencias europeas; y es aquí donde se
presenta en gran parte la frustración mexicana que desencadena el sentimiento de
inferioridad. Los responsables de guiar a la joven nación no lograron concebir desde
la realidad mexicana un proyecto que desembocara en una identidad cultural y
nacional propia de nuestro país; sino que, siendo conscientes de la realidad
mexicana, quisieron poner a México en un lugar que no le competía y en el que no
estaba preparado.

México se ha alimentado, durante su existencia, de cultura europea, y ha


sentido tal interés y aprecio por su valor, que al hacerse independiente en el
siglo XIX la minoría ilustrada, en su empeño de hacerse culta a la europea,
se aproxima al descastamiento. 50

Esta tensión entre la realidad mexicana y el ideal europeo generó en la joven


nación un sentimiento de autodenigración, ya que muchas veces los propósitos y
metas fijadas no se alcanzaban, produciendo en los individuos y en el colectivo un
sentimiento de minusvalía delante de otras culturas o individuos extranjeros. Esto
sería lo que llamo ideal utópico del mexicano. Este ideal fue fruto del mimetismo

50
Ibid. Pág. 20.

43
cultural que se presentó como un mecanismo psicológico de defensa, donde un
individuo o colectivo crea una imagen de lo que se es, pero que, en realidad, no se
es. Es decir, es presentar una imagen falsa en lugar de verdadera; ya que la
verdadera no está a la altura de las expectativas o ideales que se pretendían.

Pero la autodenigración se sopesaba con el contrario al sentimiento de


inferioridad, el sentimiento de superioridad; es decir, si una persona o colectivo se
sabe falta de ciertos atributos o inferior a otros, inconscientemente genera
mecanismos de defensa, y uno de ellos es el sentirse superior a otros que considera
más vulnerables que él.

He aquí como el sentimiento de inferioridad se esconde en un falso idealismo,


que niega su realidad, que provoca una autodenigración de lo que es y que genera
una falsa imagen de lo que en verdad es una persona o cultura, que en nuestro caso
sería una sentimiento de inferioridad mexicano, que por un lado se presenta como
un idealismo utópico capaz de sentirse una cultura y nación europea, pero en
América; y por el otro lado, se siente superior al resto de países que le rodean en
América latina. Ambas posturas son falsas, ya que al primer momento que
contrastan con la verdad, provoca en la nación un sentimiento de autodenigración
e inferioridad.

Para Ramos es crucial el idealismo que el mexicano logra generar, ya que


bebe el idealismo en estado puro, es decir, es un idealismo que exalta la visión que
tiene de su persona y de su ser para lograr sus fines, sin importar la ficción que este
pueda generar. He aquí donde radica la mentira y la falsedad de la mascara que el
mexicano se crea.

Otros factores que serán claves para el desarrollo de este sentimiento es lo


que conocemos históricamente como la conquista y la colonia.51 Según Ramos, el
primer acontecimiento es el momento histórico en el que España impone en tierras
mexicanas la sociedad y la civilización europea, acontecimiento que entró en fricción
con la realidad de los pueblos indígenas; los cuales luchaban por mantener su

51
Ibid. Pág. 29: En el desarrollo de la cultura en América debemos distinguir dos etapas: una primera
de trasplantación, y una segunda de asimilación.

44
cultura y costumbres ante el conquistador que imponía lengua y religión. Mientras
que el segundo acontecimiento es el momento histórico en el que se asientan las
ideas españolas en México y que promoverá una característica que se encuentra
presente en la caracterología que Ramos presenta: la pasividad.

La pasividad de la que habla Ramos radica en un ambiente generado por dos


situaciones, una interna y otra externa; la interna la denomina como egipticismo y la
externa, es la colonia. Para nuestro autor el indígena es pasivo por naturaleza, la
vida rutinaria y cotidiana, la contemplación y el regimiento natural del tiempo le
condicionaba a ser un individuo que tendiese a la tranquilidad de vida y a la
pasividad, fruto de ello serían sus expresiones artísticas. Para Ramos, el indígena
es artesano, no artista, porque según él una persona artista es aquella que es capaz
de crear desde la nada una obra digna de ser contemplada, mientras que el indígena
también presenta una obra digna de ser vista, pero a diferencia del primero, el
artesano aprende una técnica que ha servido a lo largo de diferentes generaciones
y se acostumbra a ello, sin producir nada nuevo u original.52

El segundo factor que generó está pasividad, como ya lo mencioné, fue la


colonia; ya que entre los siglos XVII y XVIII España logró o buscó lograr, mejor
dicho, una copia de la España en la Nueva España. Este fenómeno de implantación
cultural que produjo entre los mexicanos una cierta servidumbre, ya que sólo los
europeos tenían acceso a los trabajos dignificantes y a los estudios, mientras que
los indígenas veían el trabajo como una opresión, ya que toda su labor era para
enriquecer a los amos, mientras que ellos tenían que conformarse con lo que
recibieran. Esta situación de una gran parte de la mayoría de la población
desencadenó en la sociedad indígena una pobreza y una pereza, ya que no tenían
medios para subsistir y tenían que resignarse a esperar algo de Dios, de allí, que a
lo largo de los años la idea de la providencia de Dios simpatizaba con la realidad
mexicana, porque sólo era cuestión de esperar a que se les socorriera. 53

52
Cfr. pág. 36.
53
Cfr. pág. 35.

45
Este par de factores, la conquista y la colonia, que se compaginan con lo que
Ramos denominó egipticismo indígena, son el trasfondo de lo que nuestro autor
denominó sentimiento de inferioridad. Lo más sobresaliente de esta obra recae en
la caracterología que ofrece, ya que Ramos analiza y descubre dicho sentir, en una
amplia gama de mexicanos que, según él, se pueden representar en tres clases: el
pelado, el mexicano de la ciudad y el burgués mexicano.

Cabe mencionar aquí, antes de describir la caracterología propuesta por el


autor, que otro factor que influyó para la intensificación del llamado mimetismo
mexicano, la cultura francesa. Para el México independiente, su inexperiencia y su
inmadurez le hicieron voltear a ver al extranjero para encontrar una solución a la
falta de identidad cultural, de allí que buscara en Francia una nación europea como
modelo a seguir. Sobre todo, por un factor cercano a la cultura mexicana, su sentido
humanístico. Es decir, para el francés su cultura está llamada a ser una cultura
universal, para todos los hombres.

La cultura francesa no se sale fuera de lo ordinario y se ha formado como


continuación del humanismo del Renacimiento, es entre las culturas modernas,
la de contenido más humano, y su literatura, por ejemplo, es un discurso
continuo sobre el hombre. 54

Con estos elementos presentados, podemos tener en cuenta que hay


elementos suficientes para ver como el sentimiento de inferioridad está presente en
la cultura mexicana. Considero oportuno recordar la tesis del autor desde sus
propias palabras.

Debe suponerse la existencia de un complejo de inferioridad en todos los


individuos que manifiestan una exagerada preocupación por afirmar su
personalidad; que se interesan vivamente por todas las cosas o situaciones que
significan poder, y que tienen un afán inmoderado de predominar, de ser en
todo los primeros.... Al nacer México, se encontró en el mundo civilizado en la
misma relación del niño frente a sus mayores. Se presentaba en la historia

54
Ibid. Pág. 47.

46
cuando ya imperaba una civilización madura, que sólo a medias puede
comprender un espíritu infantil.55

Desde esta lupa podremos entender mejor la caracterología que el autor nos
presenta, con ello, será necesario añadir o considerar los elementos ya presentados
como preámbulos del sentimiento de inferioridad en cada tipo de mexicano
presentado por él.

El primer tipo de mexicano que Ramos describe es el Pelado,56 es decir, es


el individuo que lleva consigo su alma al descubierto, sin esconderse nada; tiende
a ser impulsivo, e incluso considerado, desecho humano de la gran ciudad, no
destaca económicamente hablando, ni tampoco intelectualmente; tiende a ser muy
colérico e irascible, la mayoría de sus explosiones tienden al campo verbal donde
suele ser grosero y agresivo. Este hombre para evitar la depresión ante una
minusvalía exterior se presenta como un violento, viril y valiente, llegando incluso a
tratar al otro, al que considera adversario, en términos de feminidad; es decir, en el
fondo utiliza la virilidad y la valentía, o mejor dicho, fanfarronería, como mascaras
que le dan un cierto estatus de plusvalía delante de los demás, pero que en el fondo,
lo único que muestra es su miedo a ser descubierto, por lo que tiende a ser
desconfiado, de sí mismo y de los demás. Un elemento que lo caracteriza es su
sentido patriótico, ya que vive de manera enardecida su nacionalidad y las
manifestaciones de esta. Su personalidad suele ser de una persona introvertida, ya
que desconfía de todo mundo.

El pelado tiene dos personalidades: una real, otra ficticia. La personalidad real
queda oculta por esta última, que es la que aparece ante el sujeto mismo ante
los demás. La personalidad ficticia es diametralmente opuesta a la real,
porque el objeto de la primera es elevar el tono psíquico deprimido por la
segunda.57

55
Ibid. Pág. 51
56
Cfr. pp. 52-57.
57
Ibid. Pág. 56.

47
El segundo tipo de mexicano que existe, según Ramos, es el Mexicano de la
ciudad.58 Esta clase de individuos, en menor escala que la del pelado, tienden a
repetir los mismos sentimientos y acciones que desarrolla el pelado; sólo que hay
algunas diferencias, como por ejemplo, esta clase conformada por los mestizos y
blancos que predominan en la ciudad, habita en un lugar donde las relaciones se
dan en abundancia; y por tanto, es más propenso a la desconfianza y la
susceptibilidad; goza del trabajo práctico, en lugar del trabajo teórico; su esfuerzo
está encaminado a ganar el sustento diario, pero dejando de largo el porvenir y el
futuro; es inestable en sus convicciones, ya que un día defiende algo y otro día pasa
de ello. Tiende a ser un individuo que apueste por la impulsividad y la
sobreexcitación que estos le generan. Vive de la comparación y de la competencia
con los demás.

Y ¿Cuál es el deseo más fuerte y más íntimo del mexicano? Quisiera ser un
hombre que predomina entre los demás por su valentía y su poder. La
sugestión de esta imagen lo exalta artificialmente, obligándolo a obrar
conforme a ella, hasta que llegue a creer en la realidad del fantasma que de
sí mismo se ha creado.59

El tercer tipo de mexicano es el Burgués mexicano,60 en este colectivo


radican los hombres y mujeres más inteligentes y cultivados de la sociedad
mexicana; en ellos predomina sin duda un sentimiento de inferioridad, por el simple
hecho de ser mexicanos; ya que ellos no sufren ninguna problemática económica o
intelectual, como le pasa a los otros dos colectivos de individuos. Este colectivo se
caracteriza por su cortesía exagerada, la susceptibilidad patriótica y nacional al igual
que los otros dos tipos de mexicano, finge y disimula mejor su inferioridad; al igual
que los otros dos tipos, el burgués tiene en el fondo de su persona un sentimiento
quebrado que busca en cualquier momento reafirmar, mediante la imagen de culto
y desarrollado, cuando en el fondo padece del mismo sentimiento de inferioridad
que viven el Pelado y el mexicano de la ciudad. En otras palabras, es un hombre

58
Cfr. pp. 58-61.
59
Ibid. Pág. 61.
60
Cfr. pp. 62-65

48
incierto de sí mismo, no conoce la superioridad, el respeto y la disciplina, es un
desinteresado de las situaciones o problemáticas colectivas, su acción tiende a ser
individualista y es susceptible a la crítica. En pocas palabras: El mexicano vive una
mentira, porque hay fuerzas inconscientes que lo han empujado a ello, y tal vez, si
se diera cuenta del engaño, dejaría de vivir así.61

Para Ramos, la respuesta a esta mentira radica en lo que él denomina: la


Cultura Criolla; la cual pudiera ser una cuarta clase mexicana, pero no sé si sea el
fin de nuestro autor; sino más bien hablaremos de ella, como una única cultura,
donde la triple caracterología del mexicano tiene cabida en una sola cultura.

El punto de partida de esta concepción, para Ramos, consiste en un cambio


de paradigma, es decir, el mexicano en lugar de acomodar su realidad a las lentes
de realidad europea ha de voltear a su realidad para juzgarla según ella; esto implica
considerar las limitaciones históricas que existen, la raza que cohabitan en el país,
las condiciones biológicas y demográficas que habitan en su territorio para poder
forjar un porvenir. Lo que aquí se trata es de no imitar y no seguir a otros, sino crear
una propia gnoseología de la realidad mexicana. Por ello el autor considera
relevante fomentar y adquirir la virtud de la sinceridad, ya que esta virtud permitirá
arribar a la autenticidad de lo que es lo mexicano.

Por su calidad, la clase media ha sido el eje de la historia nacional y sigue


siendo la sustancia del país, a pesar de que es cuantitativamente una minoría.
En esta clase los conceptos de familia, religión, moral, amor, etc. conservan
el cuño europeo modificado, pero actuando como realidades vitales, de suerte
que es justo considerarlos como una cultura media, asimilada a nuestra
ubicación geográfica, que denominaremos cultura criolla. 62

Según Ramos los criollos tienen mayor significación social, como maestros,
guías espirituales, e incluso como ejemplo a seguir; esto en gran medida a que han
sabido integrar los diversos elementos que existen en la sociedad y en la nación.
Un claro ejemplo de ello, es la religiosidad de esta cultura, de manera concreta la

61
Ibid. Pág. 64.
62
Ibid. pág. 68.

49
Iglesia Católica63, ya que por medio de ella la educación pudo florecer en nuestro
país, mediante los seminarios, las universidades y los colegios locales; además a
ella se le deben los pilares para la reflexión nacional, ya que cabe recordar que los
iniciadores de la independencia eran sacerdotes; e incluso detrás del espíritu laical
de las leyes de reforma, imperaba toda la escolástica emanada en los siglos
pasados. Pero este ejemplo de la cultura criolla, Ramos lo toca para ver como
históricamente, la cultura criolla manaba en el fondo de la religión, más allá de los
esfuerzos positivistas de regular la religión y el sentir religioso de los individuos.
Para nuestro autor esta clase o cultura criolla es clave, porque de allí saldrán
grandes pensadores, como lo fueron todos los jóvenes que participaron del Ateneo
de la juventud. Concluyo citando al mismo Ramos: Por fortuna, el hispanoamericano
es apto para elevarse a la universalidad espiritual y tiene voluntad de realizarla en
sus formas posibles.64

Después de presentar el sentimiento de inferioridad y lo que conlleva en las


diferentes tipologías de mexicanos, Ramos nos plantea una problemática histórica
y una posible solución a ella. La problemática nace con la independencia de México
de España, pero se agudiza en los años posteriores hasta la reforma educativa de
Gabino Barreda. Es decir, la inmadurez de la cultura mexicana y sobre todo, de sus
dirigentes, desató en un vacío intelectual enorme, ya que toda la reflexión europea
se dejó de lado, por el simple hecho de porvenir del viejo continente; al igual que las
respuestas que buscaban los dirigentes políticos de aquel entonces, no eran
respuestas pensadas y proyectadas a un futuro, sino que eran para responder a las
necesidades inmediatas. He aquí la gran problemática que sitúa nuestro autor, hay
un abandono intelectual del mexicano por ocuparse de las necesidades básicas y
de las inmediateces de su joven realidad. Cerca de medio lustro sin instituciones
serias, vulnerabilidad política e inestabilidad social provocó en México un gran
letargo intelectual.

63
Cfr. pp. 70-73.
64
Ibid. Pág. 80.

50
Por ello, para nuestro autor, la respuesta está en promover una nueva
educación, que considere el abandono académico del mexicano y que contemple el
sentimiento de inferioridad que todavía se esconde en el inconsciente de lo
mexicano. La educación, según Ramos ayudará a que el mexicano tome
consciencia de su historia, abrace su destino y forje su cultura, porque hasta ahora
sólo se ha dejado guiar por la imitación de las naciones europeas, y lo que le ha
conllevado a una desilusión total, ya que los patrones con los que se vive en Europa
desencajan en la realidad cultural de su nación. Es por lo que la educación ayudará
a forjar los cimientos de un nuevo destino, que reconozca el pasado, con lo bueno
y malo que hubo en él, pero creará un nuevo paradigma de la cultura mexicana.
Esta es la esperanza de Ramos.

Para 1934, Ramos ya era consciente del progreso científico y de la tecnicidad


que ya comenzaba a devorar al hombre, por lo que, en su obra, plantea la necesidad
de la educación como una urgencia. Si ya los factores sociohistóricos habían
logrado que el mexicano descubriera la necesidad de crear un paradigma que diera
respuesta a su realidad, con mayor urgencia lo sería, ya que el adiestramiento
técnico que comenzaba a implementarse en México a principios del siglo XX, crecía
apresuradamente, ya que la situación socioeconómica era baja en cerca de la mitad
de la población, además que la técnica enjaba muy bien con lo rutinario y ordinario
que era el espíritu del mexicano de aquel entonces.

La educación debe concebirse, al contrario, como un esfuerzo de la vida


misma que se defiende contra una civilización, la cual aparentemente prepara
muy bien a los hombres para vivir, convirtiéndolos en autómatas perfectos,
pero sin voluntad, ni inteligencia, ni sentimiento; es decir, sin alma.65

Siguiendo la obra de Ramos, descubrimos que otra característica del


mexicano es el nacionalismo o mexicanismo, que se ha desarrollado como un
mecanismo de defensa contra lo extranjero. Es decir, el mexicano para demostrar
su superioridad y esconder su ego lastimado por sus falsos ideales, ha generado
como un escudo o capa protectora un sentimiento nacionalista tan arraigado que

65
Ibid. pág. 89.

51
para no volver a ser lastimado rechaza lo extranjero. Pasó de un extremo al otro, de
imitarlo todo a rechazarlo todo. En este sentido, Ramos vuelve a recalcar la
necesaria educación que, con humildad y reconocimiento, sea capaz de
redireccionar la nación desde las esencias intelectuales y morales que habitan en
la cultura mexicana; de allí que la urgencia, para Ramos, sea el preparar a la
juventud en escuelas y universidades para que refuercen un nuevo espíritu.

La educación de la que habla Ramos es fruto de su preparación intelectual y


de una cierta minoría de intelectuales del país que, cansados de la imagen
caricaturesca de la cultura mexicana y del vacío de sus vidas, se han abierto a la
búsqueda de un nuevo espíritu que forje la voluntad y la inteligencia del mexicano.
El peligro que Ramos encuentra en este vacío es que la búsqueda del nuevo espíritu
se quede en un simple trabajo de algunos, pero su deseo más fondo es lograr
generar una consciencia pública de lo que es ser cultura. Para Ramos, la educación
no ha de caer en un sentido de sólo originalidad y ruptura con lo recibido por Europa,
sino más bien en una correcta adecuación y perfección de la enseñanza recibida
para una realidad diferente que la original.

La educación que propone Ramos es de corte humanística o, mejor dicho,


es una educación que tiene como paradigma el humanismo, no como una corriente
vieja y pasada, sino que propone encontrar en cada cultura el humanismo que de
por sí se esconde en cada momento histórico. Esta postura prohumanista de Ramos
es la antítesis de la educación que hasta entonces pregonaba en México, la
educación práctica o técnica.66

La propuesta final del autor gira alrededor de una educación que sea capaz
de asimilar y comprender el sentimiento de inferioridad67. Nuestro autor es
consciente de que un ser humano que es educado desde pequeño es capaz de
desarrollar una serie de elementos que formen una personalidad madura y concreta,
mientras que, para un adulto, el esfuerzo es mayor, pero no imposible, de corregir
ciertos vicios y formar un carácter que dé respuesta a su entorno.

66
Cfr. pág. 104.
67
Cfr. pp.111-116.

52
El primer presupuesto para esta educación es considerar que el sentimiento
de inferioridad no es propio del mexicano, ni por su psicología, ni por su genética,
sino que es fruto de una serie de factores históricos y de una ingenuidad primeriza
de los responsables de cada época. En un segundo momento, ser consciente de
las actitudes y reacciones que genera dicho sentimiento, es decir, por qué el
mexicano es desconfiado, altanero, introvertido, etc. En este presupuesto Ramos,
señala un dato curioso, pero clave para nuestra reflexión: la falta de colectividad
(del cual disto un poco por experiencias personales y comunitarias en diferentes
partes en México).

No se puede negar el hecho de que en México es débil el espíritu de


cooperación y la disciplina a la colectividad. En conjunto, nuestra vida
tiende a la dispersión y la anarquía con menoscabo de la solidaridad.68

El tercer presupuesto sería encontrar los puentes de conexión entre los


estudios y la vida práctica de cada persona, es decir, Ramos insiste en que la
educación mexicana ha de sintonizar la vida de cada mexicano con la ciencia y
estudios que recibe; en palabras de Justo Sierra, a quien el autor alude, sería
mexicanizar el saber.

Para ello el autor se deja valer de una característica propia de todo mexicano,
la pasión. Ramos cree que la educación ha de dejarse guiar por la pasión para que
no desfallezca en su propósito de generar una nueva sociedad, pero que ha de ser
guiada o direccionada por ciertos intereses que la lleven a gestar una educación
humana. Esta tensión entre pasión e interés no es otra cosa que el dialogo entre lo
introvertido, el interés, y lo extrovertido, la pasión. Lo que importa ahora es educar
a los individuos que conformar la cultura, a vivir en dicha tensión o diálogo, sin quitar
uno del otro, para evitar extremos y barbaries.

Finalmente, el autor cierra su obra, plasmando el presente de una nueva


generación que es consciente de estos retos, que tiene en el alma de ella, el deseo
vivo de hacer vida el tema de su tiempo: la reconstrucción de una identidad nacional.

68
Ibid. Pág.112

53
Siguiendo a Ortega y Gasset, Ramos descubre que hay una serie de individuos
jóvenes y utopistas (el Ateneo de la Juventud y alguno que otro sobresaliente de
alguna ciencia o arte) que son conscientes de la realidad que les rodea, y que están
dispuestos a encontrar en la espontaneidad de cada uno lo esencial de la
colectividad que los une. Al lado de esto Ramos no deja de señalar el peligro que
puede correr cualquier intelectual de esta nueva generación, la pedantería, el ser
inteligente y sabio, pero inoportuno y altanero en la relación con los demás.

Los pedantes pululan en las escuelas superiores entre los maestros y


estudiantes que quieren ganar el renombre de sabiduría; de los círculos académicos
se transmite al mundo para proliferar en la clase de los cultos, con preferencia en
los círculos de profesionales e intelectuales.

Esta personalidad, según Ramos, es el peligro de todo académico o


intelectual, ya que tiende a enmascarar su inferioridad con una superioridad de
educación y de conocimientos, que lo hacen sentir aceptado y único en su especie;
pero que, en realidad, lo que genera es una antipatía y enemistad. La actitud de
esta nueva generación ha de ser la humildad, es decir, tener la capacidad de
reconocer lo que hay en la historia propia y gestar de allí respuestas y propuestas
para la realidad mexicana que se vive.

La obra cierra con un reconocimiento al gran maestro Justo Sierra, a quien el


autor considera como el maestro insuperable de la Historia Mexicana.69 Porque
Justo Sierra considera la evolución histórica como un gran movimiento progresivo
que conduce a la conquista de la libertad.70

2.4. Hacia un nuevo humanismo71

La tercera y última obra que esta tesis considera de Samuel Ramos es “Hacia
un nuevo humanismo”. Esta obra se publicó en el año de 1943 con una extensión
de 75 páginas. El ensayo presenta la posibilidad de replantear una nueva

69
Ibid. pág. 145.
70
Ibidem.
71 RAMOS, Samuel; Hacia un nuevo humanismo, en Obras Completas II, UNAM, D.F. 1976.

54
antropología filosófica fruto de la barbarie más grande la humanidad, el holocausto.
Ramos descubre que el hombre ha perdido el sentido de humanidad y está en
búsqueda de él, esta posibilidad le plantea la posibilidad de crear un nuevo sentido
de lo humano, de allí el título de la obra.

En el primer capítulo el autor nos presenta la problemática que iluminará toda


la obra, la crisis del humanismo. Es decir, Samuel Ramos comienza mostrando una
descripción de la situación que está viviendo el hombre actual, de los años cuarenta,
donde el hombre ha emigrado del campo a la ciudad; donde el trabajo del campo
se desplazó a las industrias, las fábricas y las instituciones citadinas; el poder
económico se comenzó a centralizar en la ciudad, lo que fortaleció el sentido del
dinero como medio de poder, es decir, para adquirir bienes e inmuebles, pero
también para gozar de placeres físicos, materiales y pseudo espirituales. Esto
produjo en el ser humano una mecanización de su estilo de vida, donde el espíritu
de la persona se vio enfuscado por la técnica, la producción y lo que más tarde sería
llamado, la globalización.

Para Ramos, el problema no es la tecnificación o mecanización del nuevo


estilo de vida que rige a la sociedad, sino el vacío existencial que provoca en las
personas este nuevo estilo de vida. En otras palabras, pudiéramos decir que el
problema radica en la tensión existente entre el materialismo y el espiritualismo que,
en vez de buscar el equilibrio necesario o el justo medio entre los dos
posicionamientos, el hombre se decanta por la posición material y sus atributos. La
realidad materia fruto del devenir humano ha venido a menoscabar el sentido de
humanidad que radica en las personas y que, de poco en poco, va menguando en
mayor parte de la población.

La civilización ha venido a complicar la vida en grado extremo hasta el punto


de desorientar al hombre en medio de la multiplicidad de cosas que él mismo
ha inventado. Esa desorientación consiste fundamentalmente en una falsa
actitud mental que tergiversa el sentido de los valores y altera el orden natural
de las cosas en cuanto a su importancia.72

72
Ibid. Pág. 8

55
Esta situación materialista, de sobreproducción y tecnificación de la vida,
lleva a Ramos a seguir la postura de Bergson, la cual sostiene que hay dos tipos de
capas en el alma humana o, en otras palabras, dos “yos”. La primera capa es el
alma en las cuestiones prácticas, en las experiencias adquiridas a lo largo de la
vida; a lo que también denomina como el yo social. La segunda capa del alma es
aquella que está al centro de esta, es decir, que es el motor y núcleo de su actuar,
su originalidad y peculiaridad; o lo que llama como el yo profundo. 73

Ramos plantea que esta postura bergsoniana está de fondo en la crisis que
está viviendo la sociedad actual, por ello es necesario comprender dicha pugna
entre el yo social y el yo profundo, para presentar un nuevo proyecto de humanismo,
que responda con una nueva escala axiológica a la infrahumanidad provocada por
el capitalismo y materialismo exacerbado que comienza a generarse. Es decir, el
autor lo que quiere aquí es responder a la pregunta ¿cómo debe ser el hombre de
hoy ante el materialismo y el capitalismo que lo opaca y lo desensibiliza?

Una vez presentada la problemática y el camino a seguir el autor, expone


brevemente su filosofía. Parte del supuesto de que la filosofía es una toma de
consciencia, es decir, que la filosofía es para el hombre una herramienta que lo lleva
a la toma de consciencia de sí mismo, de su realidad y de su existencia. Para Ramos
la filosofía ha de comprender al hombre desde su parte empírica, pero también
desde su parte ideal, al igual que su aparición entre el espacio y el tiempo, es decir,
la realidad y la existencia de este. Pero esta filosofía comprende una base
ontológica, donde el hombre ha de comprender no solo su existencia personal, sino
también las realidades más cercanas que lo rodean.

En este sentido Ramos considera que la postura filosófica de Husserl puede


ayudar a esclarecer la dicotomía existente entre el espíritu y lo material que
deshumaniza al hombre. Es decir, es necesaria una ontología regional que sea
capaz de ver el ser de los objetos desde cuatro momentos o niveles: Primero desde
los objetos reales: hechos físicos-químicos, hechos biológicos y hechos
psicológicos; segundo, los objetos ideales: relaciones, objetos matemáticos y

73
Cfr. pp. 10-11.

56
esencias; tercero, el mundo de los valores; y finamente, la existencia humana, que
es el cuarto nivel o región de comprensión. Ramos aclara que solo se enfocará en
la cuarta, ya que es independiente de las demás, pero que, a la vez, engloba a cada
una de ellas, ya que la existencia humana se compone de objetos reales, ideales y
valores. 74

En cierta manera, una vez justificada la postura filosófica que el autor tiene y
ha optado, lo que pretende es trazar un itinerario filosófico para seguir, limitar y
sintetizar una nueva antropología filosófica. Ramos, como hijo de su época,
descubre en su realidad que el hombre no se puede comprender por fragmentos,
porque él en sí mismo es una realidad completa e integra; por tanto, es necesario
que se le contemple como uno, como unidad y no fragmentación.

El nacimiento de aquella disciplina corresponde a la aparición de una nueva


conciencia de la vida humana que ya no satisface comprendiéndose por
secciones o fragmentos, sino que se descubre a sí misma como un todo
unitario que sólo como tal puede estudiarse para saber lo que es . 75

Un primer momento del itinerario antropológico es el de realizar una


fenomenología de la existencia humana, es decir, se trata de realizar una
representación a priori de lo que es el hombre; para después confrontarla con la
imagen empírica del hombre. Un segundo momento de este itinerario recae en
despertar en el hombre la conciencia76 de su existencia, que no existe sólo
instintivamente como todo animal, sino que este tiene competencias de reflexión y
de comprensión de lo que le sucede y acontece a lo largo del tiempo, ya sea durante
el transcurrir de hechos o como integrante de momentos de su existencia.

De esta conciencia de existencia del hombre, nace el tercer momento del


itinerario, el ideal de hombre; es decir, el hombre no vive su vida por vivirla, como
un animal, sino que tiene la posibilidad de generar una vida desde otra perspectiva,
desde un sentido de trascendencia. En este sentido es de lo que debería ser o a lo

74
Cfr. pp.24-25.
75
Ibid. pág. 27.
76
Ibid. pág.30: Llamo consciencia precisamente a esa capacidad de retener imágenes de lo
pasado y de proyectar mi imaginación hacia lo porvenir.

57
que tendería, se basa el tercer momento del itinerario. El hombre tiene un par de
características esenciales y sin las cuales su existencia estaría en peligro; la
primera, sería la de un animal vivo, la que le viene dada por su naturaleza y por el
hecho de existir, lo que le implica la conservación y el cuidado de ella. Pero, por otro
lado, es un animal político o social, es decir, es un ser que vive en medio de una
sociedad y que necesita de las relaciones con los otros y lo otro, es decir, con los
otros individuos y lo que les rodea. 77 La cuestión para el autor está en distinguir lo
que el hombre debería ser por su esencia, ya que esta mueve al hombre a objetivos
y le da sentido a su existencia. Por tal motivo, Ramos incita a que debe existir una
escala de valores que le den sentido a esta existencia y que en cierta manera
regulen la vida del hombre dentro de una determinada cultura.

Un cuarto momento del itinerario antropológico, es el recorrido histórico que


la reflexión filosófica ha hecho entorno al hombre, partiendo de los griegos, quienes
consideraron al hombre como un ser pensante; pasando por el cristianismo,
exaltando a Dios sobre el hombre, este último, como creación y dependiente del
primero; posteriormente, la filosofía moderna que exalto al hombre y lo puso como
discurso o paradigma del nuevo metarelato de la historia, resaltando su ser sexual,
económico y de poder; un cuarto momento histórico lo describe como una visión
pesimista del hombre; y finaliza con un nuevo momento, donde el hombre se vuelve
a presentar con más fuerza que antes, como paradigma configurador de la realidad.
Tomado de la mano de Scheler, nuestro autor se posiciona en esta corriente a la
que él llama Nuevo Humanismo.

Este último momento podría llamarse un Nuevo Humanismo, cuya dirección


es de abajo hacia arriba, a diferencia del humanismo renacentista que se orientó en
sentido contrario. Además, este humanismo era simplemente una vuelta a la
concepción clásica griega, mientras que el nuevo humanismo tiene una conciencia
más justa, más bien documentada, de los valores originales del hombre y de sus
relaciones cósmicas.

77
Cfr. pág. 31

58
Para Ramos, esto implica una nueva valoración de eso que rodea al hombre,
de las otras tres regiones que preceden y se vinculan con la existencia humana.
Primeramente, implica una nueva visión de los instintos, el reconocimiento de todos
los elementos que componen la persona física, como las pulsiones. Es el
reconocimiento de los estratos inferiores de la persona o en labios de Gasset, la
vitalidad78, que son los instintitos sexuales, de poder, de placer, de defensa, de
ofensa, etc. Es la zona de la sensibilidad.

Ramos, siguiendo a Ortega y Gasset en la arquitectura del ser humano, narra


que este nuevo humanismo ha de tener una nueva visión del alma, de la zona de
las pasiones amorosas. Pero al igual que esta, se ha de tener una nueva visión del
espíritu, de lo que es el centro de la decisión de la persona, es el lugar de lo objetivo,
lo que se debe ser, de los valores. Ramos insiste, siguiendo a Scheler, que el
espíritu puede aislarse, sino se integran las otras dos partes del alma; o pude vivir
integrándolas y vivir así con el mundo que le conforma y le rodea.

Siguiendo la obra, Ramos presenta esta tercera capa como una necesidad
de la sociedad de su época (la cual difiere de la nuestra, pero que coincide en el
detrimento de lo humano). Para Ramos es de vital urgencia ir al yo profundo o
espíritu de los individuos y de los colectivos, para generar una nueva escala de
valores que permitan al hombre encontrar el sentido de su humanidad, en medio del
contexto que le rodea. Ramos es consciente de que los valores son un medio para
que el hombre real arribe al hombre ideal que busca. Es decir, para Ramos el
hombre se debe dejar guiar por ellos y por ese “deber ser” que lo trasciende de sus
acontecimientos de realidad a la finalidad que este se plantea alcanzar. Es decir,
los valores promueven una ética teleológica en la cultura para que cada hombre los
pueda realizar.

Hay una cierta base de valores que el autor destaca, los valores morales, ya
que ve en ellos la finalidad del hombre, porque las cosas no se pueden valorar o
juzgar desde la óptica moral, sino que está es propia de los hombres. Este tipo de

78
Entiéndase por esta lo que el cuerpo siente desde adentro. Para Ortega y Gasset existen tres
capas o niveles en la persona humana: la vitalidad, el alma y el espíritu.

59
valores tienden a ser guía del actuar humano, por tal motivo, es necesaria su
existencia. En ellos, Ramos ve el trasfondo del imperativo categórico de Kant, el
deber ser. Ramos aplica este deber ser al hombre mismo, como finalidad que es,
por tanto, el deber ser es el destino de todo hombre, y a la vez, es principio guía
para una sociedad, ya que es el trasfondo de los valores morales, y estos tienen su
sentido y plenitud en la sociedad.79

Finalmente, Ramos nos presenta al hombre como un camino de libertad.


Hemos de partir de la definición que el autor da de libertad, esta se entiende como
la determinación nueva que cada ser introduce en la estructura inferior que la
sustenta. Es pues una libertad en sentido positivo.80 A partir de este planteamiento,
hemos de comprender que en el hombre se encuentra determinado por una ley
natural y una ley moral. La primera es una determinación mecánica de lo que el
hombre es, y la segunda, es una determinación axiológica, de lo que debería ser.
Esta doble determinación vive en constante tensión en el hombre, pero depende de
él, la determinación con que la viva. Por ello, la libertad se presenta como una
respuesta a dicha tensión, que no desaparecerá, porque de ella se sostiene el
edificio humano. Pero que pude ser vivida desde una perspectiva de libertad, es
decir, el hombre es en si mismo un ser mediador entre ambas posturas, lo que le
deja en total libertad al respecto de cada una. Lo que el hombre ha de hacer es
interiorizar en el fondo de su persona para sacar de ella su voluntad. De allí que
entonces, la libertad será la plena humanización de este.

A este punto crucial de la nueva visión del hombre, el autor quiere destacar
la diferencia, ya concluyendo su obra, sobre lo que es persona y lo que es
personalidad. Este par de términos o conceptos, son el culmen de todo el nuevo
humanismo. El primero, persona, es un termino aplicado a todo hombre desde el
campo de la moral, donde mediante el ejercicio de su voluntad el hombre crea toda
una fisonomía con su pensar, actuar y sentir, es un ser para sí. Mientras que la
personalidad es propia del yo verdadero, es decir, es lugar de las decisiones, propia

79
Cfr. pp. 43-52.
80
Ibid. pág. 57.

60
de los hombres que no se dejan arrastrar por sus instintos y pasiones, sino que es
propia del espíritu de la persona que lo mueve a un ser para el otro. Ambos
conceptos son aplicados tanto individualmente como colectivamente.

A los hombres aptos para ser grandes personalidades les toca soportar una
gran responsabilidad histórica. Su inconformidad hacia los valores corrientes
los predestina a ser creadores de valores nuevos. Una vez que éstos se
objetivan en obras de cultura, entran a permanecer al dominio público y se
vulgarizan. Entonces habrá otros espíritus que huyendo de la vulgaridad
encontrarán nuevos valores, los cuales a su vez se divulgarán y así
sucesivamente hasta el infinito. 81

Ramos cierra su obra, recordando el contexto y la problemática que el


hombre vive en su época, pero esperanzado en este Nuevo Humanismo. Para él no
hay mayor esperanza que arribar a contemplar a un hombre en su integridad, es
decir, gozar de la esencia del hombre como un ser lleno de vitalidad, con instintos y
pulsiones; pero guiado y direccionado por un espíritu reflexivo y que tiene una
escala axiológica en favor de la humanización.

2.5. Conclusiones

Las obras de Ramos nos permiten visualizar una serie de conexiones entre
ellas, como también nos permiten generar una serie de conclusiones entorno a la
filosofía de este autor. Por tal motivo, presento las conclusiones en forma enlistada
para tener mayor claridad de las aportaciones de la filosofía de Ramos a nuestro
trabajo.

1. La historia como eje transversal de toda cultura y como parámetro para una
reflexión de lo mexicano. Detrás de las tres obras de Ramos citadas en esta tesis,
más algunas otras; se puede descubrir como el autor realiza su obra desde la
historia como un parámetro transversal para leer los acontecimientos y los
hechos que una cultura va viviendo. Sobre todo, a lo largo de su obra Historia de

81
Ibid. pág. 66.

61
la filosofía en México, Ramos nos muestra como la historia es un hilo conductor
por el cual se va tejiendo y construyendo una cultura. La historia juega un papel
clave como libro abierto para entender cómo se ha desarrollado el complejo de
inferioridad a lo largo de la historia mexicana y cómo en momentos puntuales se
hace presente dicho complejo. Desde esta lectura de la historia, nos
preguntamos ¿Cuáles son los hechos o acontecimientos que han permitido que
se enraíce más el sentimiento de inferioridad en lo mexicano? ¿Por qué hoy día
cuestionamos la veracidad de la historia mexicana, sobre todo la de los últimos
años? ¿Cómo se ha resguardado el sentimiento de inferioridad en el curso de
estos últimos 70 u 80 años?

2. Desde la historia, podemos concluir que hay dos momentos puntuales que
marcan un antes y un después en la filosofía, la caracterología y la cultura
mexicana, la conquista y la independencia. El primero, la conquista, nos permite
entender como en el imaginario del mexicano hay ya una cierta disposición o
predisposición a la pasividad, propia de la cultura indígena (fruto de la vida
rutinaria de los ciclos solares y lunares, y también de la experiencia de los
tiempos lentos) que, con la conquista, encuentra el momento culmen para una
entronización de esta actitud. Esta es la idea clave de Ramos. Los
conquistadores encontraron en esta actitud la tierra buena, para asentar un estilo
de vida ordinario, más allá de las resistencias y de las batallas indígenas que
enfrentaron. Este estilo de vida encontró la perfecta pasividad, según Ramos,
entre el dialogo del egipticismo y la filosofía escolástica, lo que predispuso al
mexicano a una actitud receptiva y de espera, ya sea de la acción divina o de la
acción del estado. Estos acontecimientos minaron en el imaginario mexicano,
provocando con ello que el indígena, el mestizo o criollo; junto con la violencia
ejercida de los conquistadores, pensara que era inferior a los españoles, ya que
su vida estaba ordenaba entorno al servicio de estos. La conquista marcada por
la violencia-resistencia, la pasividad-servidumbre, y la opresión-imposición, es
momento crucial para entender, de cualquiera de sus formas, un momento crucial
en que los pueblos indígenas rompen con su identidad comunitaria, para

62
comenzar a unificarse o homogeneizarse en una sola cultura bajo el servicio de
los conquistadores.
El segundo acontecimiento, la independencia, permitió romper con este estilo
de vida, pero planteó a la joven nación un reto grande: Ser nación. El problema
posterior a la independencia recae en la situación de que México quiso ser una
nación, según mí parecer, de primer orden al estilo europeo; ya que no conocía
otro estilo de vida y los estilos propios de cada pueblo autóctono estaban diluidos
en la diversidad de culturas. Quiso ser, de la noche a la mañana, una nación de
primera, sin esperar la madurez de su cultura; aunque fueron bastantes años de
colonia, la futura cultura mexicana estaba fragmentada en la diversidad de
culturas indígenas que cohabitaban y dialogaban al servicio de los
conquistadores. Esto, junto con la discriminación y la estatificación de la sociedad
de aquella época, dio pie a fomentar el sentimiento de inferioridad en la
consciencia de la joven nación mexicana, ya que había un ideal de nación y no
lograba alcanzarlo (según Ramos). Luego entonces, habría que preguntarnos si
¿La conquista y la independencia siguen siendo parámetros para leer el
sentimiento de inferioridad en una cultura mexicana que demanda una nueva
reflexión de su ser y su sentir?

3. El sentimiento de inferioridad en México no es fruto de una cuestión orgánica o


genética del hombre de esta región, sino que es fruto de falsas imágenes que se
han fomentado por ciertos sectores de poder en la sociedad, ya sea por
ignorancia o con intención. En estas imágenes falsas de la cultura mexicana,
según Ramos, encontramos el sentimiento de superioridad, que puede ser por
un mimetismo inalcanzable (ponerse a la altura de países híper desarrollados) o
por una cierta prepotencia delante de naciones más vulnerables que México.
Pero hemos de considerar la tendencia moderna de la homogeneidad de las
personas, propia del capitalismo y la globalización que destruyen la pluralidad y
diversidad, condicionando así las personas a cierta uniformidad de pensar, actuar
y ser. Detrás de esta conclusión, se nos abren las puertas para cuestionar la
imagen del mexicano actual, pero sobre todo el mexicano comercial, es decir, el

63
prototipo del mexicano creado y fomentado por las fuerzas de poder económicas,
sociales, políticas, religiosas, etc. que se expresan en los medios de
comunicación, la globalización y las estructuras de poder que cohabitan en
nuestro país; ¿El mexicano comercial no será una falsa imagen donde se
esconde este sentimiento de inferioridad?

4. El sentimiento de inferioridad está presente en toda la población mexicana. Este


sentimiento al ser un fenómeno social repercute en todos los estratos de la
sociedad mexicana; ya sea en la clase pobre, rica o media, o como mejor lo
tipifica Ramos, de acuerdo con la educación recibida: El pelado, el pedante y el
burgués. Que se note o no, depende de la educación recibida en cada individuo,
pero que se encuentra presente, no se puede negar. Este sentimiento sigue
vigente hasta nuestros días, como lo veremos en el próximo capítulo. En el
imaginario de nuestra cultura (posmoderna, globalizada, capitalista-consumista),
el sentimiento de inferioridad genera una serie de escalafones que hace a unos
inferiores y a otros superiores, cuando en el fondo la diferencia no tiene nada que
ver con la cuestión orgánica (como ya vimos), sino que va más a la diferencia de
un estatus económico en el que se vive y que, por ende, genera que unos “sean
más que otros”, cuando en el fondo somos iguales.

5. La respuesta para comprender el sentimiento de inferioridad radica en hacerlo


consciente, ubicarlo en su contexto y educarlo para una cultura íntegra. Un primer
momento será encontrar las palabras y hechos que expresan la presencia de
dicho sentir en la realidad; en un segundo momento habrá que analizar el
contexto sociohistórico, político, religioso, etc. en el que se presenta, para en un
último momento educarlo, desde una antropología integral, es decir, desde un
estudio del hombre como todo y de todas las partes que lo conforman. Esta tarea,
nada sencilla, exige un ejercicio interdisciplinar entre profesionales sobre todo
sociólogos, psicólogos, maestros y filósofos. Desde Ramos, hemos encontrado
como la educación es el elemento clave para hacer que este sentimiento no
domine al mexicano, sino que le ayude a generar una nueva escala axiológica;
pero ¿Qué educación necesitamos en México? ¿Cuáles tendrían que ser los ejes

64
de la educación en un país que no ha asumido su proceso de madurez cultural?
¿Tendría que ser una educación al estilo europeo o al estilo americano? O ¿es
posible que se llegue a conformar una educación al estilo mexicano, es decir, un
estilo propio de educar?

6. La antropología humanística propuesta por Ramos es una respuesta a la


tecnificación y materialización del mundo o, en otras palabras, a la pérdida de
sentido humano que se comienza a dar y que hoy continua vigente. Como una
segunda parte de su obra el perfil del hombre y la cultura en México, Ramos
propone en su obra Hacia un nuevo humanismo una nueva visión del hombre
rescatando su sentido humano y su visión de los valores. Si esta pérdida del
sentido humano es vigente hoy, desde Ramos, ¿Cómo pudiéramos generar una
antropología humanista que sea capaz de hacerle entender al mexicano cuáles
son los valores más importantes de su cultura y de la vida nacional?

7. La tercera obra de Ramos nos presenta un itinerario a seguir para crear una
nueva educación cultural. Primero es necesario una fenomenología de la
existencia humana, después la toma de consciencia de esa existencia, la
propuesta ideal a la que ha de tender dicha educación, la visión histórica de la
existencia humana de dicha cultura, y un quinto momento, es la creación de una
nueva escala axiológica que le permita llegar al ideal planteado, por tanto, los
valores éticos y morales son necesarios en su estudio. Este será el camino que
guíe nuestro estudio en el próximo capítulo para intentar desenmascarar el
sentimiento de inferioridad que habita en la piel de la cultura mexicana, y si no se
logra, mínimo sentar las bases para una posible educación de este sentir.

8. Las obras de Ramos guardan en su interior una serie de conceptos que forman
el hilo conductor de su pensamiento o filosofía, tales como: hombre, historia y
cultura; a los cuales podemos clasificar como primordiales; y secundarios:
valores morales, libertad, persona, personalidad, tiempo, inferioridad,
superioridad, idealismo y mimetismo. Estos conceptos son claves para entender
cómo Ramos no se desconecta de nuestra realidad y nos permiten comprender

65
mejor la caracterología del mexicano y que en cierta medida continúa vigente en
nuestro ser como mexicanos del siglo XXI.

9. Algunas de las faltantes que se pueden ver en la obra de Ramos es que la


mayoría de los autores mexicanos que cita los hace como pioneros en la exegesis
de autores europeos o quienes portaron a México la filosofía de tal o cual autor.
A esto, podríamos decir que hay una falta de creatividad en el pensamiento
mexicano, pero lo que hay en el fondo no es una falta de creatividad, sino más
bien una falta de reconocimiento de la reflexión del entorno a la cultura, la
caracterología y la filosofía mexicana, por parte de los grandes sistemas
legitimadores del conocimiento; cuando en el fondo la gnoseología y la
epistemología mexicana son diferentes de la europea. ¿Qué autores actuales nos
hacen reflexionar sobre la esencia de nuestra cultura? ¿Qué elementos de
originalidad dan a nuestra reflexión?

10. El autor destacó momentos puntuales de la historia mexicana como la conquista


y la independencia, pero también entre líneas o cuestionados, la reforma y la
revolución, ya que estos dos momentos son los causantes de la toma de
consciencia de la urgencia y necesidad de una identidad nacional. A partir de la
reflexión de Ramos ¿no será que hemos dejado ir la oportunidad cambiar el
sentido de la historia en ciertos momentos de nuestra vida nacional posterior a
nuestro autor? ¿Cómo pudiéramos reconocer el tema de nuestra época como un
motor de cambio o de oportunidad para nuestra vida nacional?

Finalmente, recuperando una de las tesis de Ramos en su obra Hacia un


nuevo humanismo, la dicotomía entre el yo social y el yo profundo; nos da una
importante razón para redescubrir o reconfigurar la imagen de lo mexicano, que es
la finalidad de este trabajo.

El yo social es el pasado, lo que se ha vivido ya. El yo profundo es el presente


y futuro, la fuerza creadora en potencia, lo que no se vive todavía. Por eso el

66
yo social es algo muerto, mientras que el yo profundo representa lo que aún
hay de viviente en el ser humano . 82

La presente tesis de Ramos mueve e interpela a aventurarse a una nueva


propuesta de lo mexicano, desde este yo profundo o actual; pero contemplando y
analizando el yo social o pasado de nuestra cultura. He aquí la oportunidad para
desarrollar una nueva gnoseología del hombre y la cultura mexicana; por tal motivo,
el siguiente capítulo propondrá una serie de elementos que permitan entender una
nueva visión de lo mexicano, o parafraseando a Ramos, hacia un nuevo humanismo
de lo mexicano.

En definitiva, la filosofía de Ramos nos permite reconsiderar la óptica e


interpretación de lo que es el hombre y la cultura; esto se logra mediante una
relectura de la existencia humana a través de la historia, para descubrir los puntos
débiles o de quiebre que existen en dicha sociedad o colectivo; y a partir de allí,
poder generar una toma de conciencia y una nueva escala de valores que permitan
al hombre y a la cultura aspirar a un máximo de ser. Ramos nos da las herramientas
para este camino de interpretación, ahora lo que se hará es ir a contemplar los
setenta u ochenta años que nos separan de la filosofía del autor a nuestros días,
para reconfigurar la identidad del mexicano de cara a la falsa imagen del mexicano
comercial que se ha gestado con el pasar de los años, y en el cual continua vigente
el sentimiento de inferioridad. Pudiéramos concluir el presente capítulo con una
serie de cuestiones que guíen el trabajo del próximo capítulo:

¿Qué acontecimientos históricos marcan el caminar de la reflexión filosófica sobre


lo mexicano en los últimos 80 años? ¿Cómo se plasma el sentimiento de inferioridad
en la actualidad? ¿Qué esperar de lo mexicano en el siglo XXI? ¿Qué educación
fomentar o generar en torno a la figura del mexicano comercial? ¿El mexicano,
puede generar una escala axiológica propia desde el humanismo? ¿Qué elementos
reconfiguran la cultura y el perfil de lo mexicano hoy? ¿Es válido el presente estudio
sobre lo mexicano, con sus limitaciones y sus ventajas?

82
Ibid. pág. 11.

67
CAPÍTULO III:

HACIA UNA RECONFIGURACIÓN DE LA IDENTIDAD DE LO MEXICANO.

3.1. Análisis fenomenológico

En el protocolo de esta tesis planteaba que la cuestión de lo mexicano no


sólo es una etiqueta o distintivo, sino es una manera de ser, de comprender y de
vivirse. Por tal motivo, considero que la propuesta de Ramos es una propuesta
legítima que nos puede ayudar a superar la utopía idealista del mexicano, porque
no somos inferiores, la cuestión radica en que nos hace falta descubrir las raíces de
lo que llamamos “lo mexicano”.

A ello se añade el intento de responder a la cuestión que ha iluminado dicho


trabajo: ¿Cómo se reconfigura la identidad de lo mexicano desde la comprensión y
análisis de la filosofía antropológica de Samuel Ramos y su estudio sobre el
complejo de inferioridad?

Por ello pretendo hacer una hermenéutica existencial de lo que conforma la


identidad de lo mexicano desde el análisis de las bases y la reflexión de Ramos. El
hombre es un ser en relación y como tal, su relación con su cultura y sus raíces
hacen que se produzca en él un proceso identitario de su persona. En el presente
capítulo se analizarán los avances y los retos de la filosofía de Samuel Ramos sobre
la identidad mexicana y se concluirá rescatando lo esencial del pensamiento de
nuestro autor para nuestra sociedad actual y poniendo las bases para la
reconfiguración de la identidad de lo mexicano, sobre la imagen del mexicano
comercial.

Hemos de partir de qué entendemos por mexicano comercial, este es el


individuo masculino o femenino formado, constituido y reproducido por los medios
de comunicación, la ideología política gobernante y la sociedad consumista que lo
absuelve. Y es que esta imagen se ha ido fomentando a lo largo de los años, pero
sobre todo en los años posteriores a la Revolución Mexicana, ya que la identidad,
la cultura y la esencia quedaron descubiertas como ya lo vimos.

68
Este mexicano comercial es hijo de un largo periodo de gobierno que un solo
partido político gestó. Los 70 años de gobierno priista son una base importante de
esta imagen pintoresca y limitada, muchas veces, del mexicano real. Pero con él se
añade la magnificencia del mexicano en los medios de comunicación masiva, sobre
todo la televisión, quienes han inflamado el orgullo mexicano por muchos momentos
históricos y después lo han dejado a la deriva; una simple y pequeña prueba de ello
son los acontecimientos deportivos, como los mundiales u olimpiadas que cada

Cuatro años llenan de orgullo nacional a la población y ante la derrota, el


desaliento y el fatalismo hacen su aparición. Pero no solo este ejemplo, sino también
las falsas realidades mexicanas pintadas en telenovelas que son el pan de cada
día. No digo que esté en contra de estas experiencias, pero muy pocas veces se
ponen en tela de juicio los argumentos con los que nos bombardean. A ello se le
suman la nueva ola de Fake News que en las redes sociales abundan sobre la
realidad mexicana.

Otro aspecto que podemos contemplar, en el marco de la globalización, es el


de la identidad cultural que se diluye con una simpleza y nos lleva a sentirnos
extranjeros en nuestro país, como sucede en otros países o contextos mundiales,
que se es extranjero en la propia tierra; es decir, que inmiscuidos en el mar de la
modernidad y sus lógicas capitalistas, aceptamos con facilidad y simpleza los
modismos, modas y costumbres extranjeras, sin mirar las propias o, incluso,
despreciándolas. No se trata de cerrar las puertas de la riqueza que habita en otras
culturas, sino más bien recibirlas desde nuestra identidad cultural, para dialogar con
ellas y tomar lo que más nos ayude a nuestro contexto sociohistórico que vivimos.

Hasta aquí podemos ver algunos elementos o factores que marcan o


condicionan al mexicano y a lo mexicano; pero también hemos de mencionar que
del 2016 a la fecha hay una serie de elementos que han generado un llamado a una
consciencia de mexicano. Entre estos sobresalen los logros en el mundo del arte o,
mejor dicho, en el cine; donde la dirección de tres mexicanos ha llevado a las
tradiciones y la cultura mexicana a ganar increíbles premios en el mundo de la
Academia; como también la ola de deportistas que están triunfando a lo largo del

69
mundo, rompiendo con los estereotipos, como es el caso de la gimnasia. Estos
ejemplos son sobre todo del ámbito lúdico del hombre, pero también los hay en el
ámbito político, como lo expresó la necesaria reflexión de nuestra identidad a la
intensa, fuerte e incluso, agresiva campaña presidencial del sr. Donald Trump
durante los años 2016-2017; a ello se le añade la poca eficacia del gobierno
mexicano para responder a dichas acusaciones y el gran fastidio del pueblo
mexicano sobre sus gobernantes.

En este mismo ámbito podemos mencionar la campaña presidencial 2018,


llena de declaraciones, acciones y gestos deshonestos de todos los candidatos;
donde el grito al orgullo nacional proclamado por el Sr. López Obrador fue el
eficiente. A estos ejemplos, se añade la gran obra de la prensa nacional e
internacional que durante el 2017 generó una serie de artículos en torno a una
nueva nacionalidad mexicana. A ello hemos de añadir las grandes muestras de
solidaridad mexicana después del sismo del 19 de septiembre de 2017 donde los
mexicanos se organizaron y movilizaron increíblemente ante los ojos del mundo.

A partir de este contexto actual o reciente, el presente trabajo quiere redefinir


o reubicar el camino de la identidad nacional. Por ello, primeramente, revisaremos
algunos momentos históricos de la política mexicana, los diferentes eslóganes y
spots publicitarios utilizados para fomentar este sentimiento y algunos elementos
particulares que nos permitirán ver cómo se ha difuminado el sentimiento de
inferioridad en estos años detrás de spots o campañas, para plantearnos la
posibilidad de convivir con él y caminar hacia la superación de este. Intentaremos
indagar en los campos político, social y lúdico-artístico.

a) Lo político

El primer análisis que haremos entorno a lo mexicano, gira entorno a lo político,


donde encontramos un gran período de presidencialismo imperial, como Enrique
Krause acredita; un corto momento de transición y un nuevo aire de izquierda. Cómo
bien lo he mencionado anteriormente, es necesario ver como la política ha marcado,

70
fomentado y vendido una imagen comercial de lo mexicano que hoy día necesita
ser repensada y evaluada; por tal motivo analizaré de modo fenomenológico e
interpretativo cada uno de los sexenios posteriores a la época intelectual de Samuel
Ramos, es decir, posteriores a 1934 hasta la fecha. Es un período largo de tiempo,
pero como la finalidad no es tesis política, sino cultural; el propósito será ver como
se fue gestando la imagen del mexicano comercial desde las directrices de la
política nacional.

El primer sexenio por considerar es el del General Lázaro Cárdenas,83 quien


sentó las bases morales de un proyecto nacional. Como presidente su gestión
estuvo marcada por dos caminos a seguir: la justicia social y la dignidad nacional,
para lo que emprendió una serie de acciones en cada rubro. Para fomentar la justicia
social, se solidarizó con los pobres mediante la repartición de tierras y la constitución
de ejidos mediante la reforma agraria; además que fomentó la educación socialista
en cada pueblo del país, donde los maestros rurales tenían la autoridad en el pueblo
y la comunidad; durante su gestión se crearon grandes sindicatos como el CTM o
el CROM, al igual que se gestó el banco ejidal como medida para la supresión de
haciendas y latifundios. En cuanto a la dignidad nacional, privatizó los ferrocarriles
y el petróleo, al igual que respetó los procesos políticos de cada nación, e incluso
abrió las puertas para recibir a miles de extranjeros que tenían que salir de sus
países por las guerras civiles que enfrentaban, como el caso de España en 1936.
Hizo del pobre y humilde una persona, signo vital de su presidencia, aunque esta
estuvo manchada por la corrupción, la inexperiencia política y el compradismo o
familiarismo; al igual que fomentó el “dedazo” o elección del presidente bajo su
dirección. Lázaro Cárdenas comenzó a gestar la imagen de un México que pobre y
atrasado se abría al mar de las relaciones internacionales, pero que estaba en
proceso de gestación interno.

83
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-02 Lázaro Cárdenas-Entre el pueblo y el poder, en México
Siglo XXI, Editorial Clío, México, 1998. [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=6CgGalkkUsM&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MNU
5cZ&index=2 (15/04/2019).

71
Para 1940, el candidato del “dedazo” fue el general Manuel Ávila Camacho.84
Para aquella época el analfabetismo en el país aproximaba en el 64% de la
población total, donde la gran mayoría vivía en las zonas rurales del país. Frente a
este severo problema en la educación, Manual Ávila Camacho, llamó a la unidad
nacional, en medio de la del contexto de Guerra Mundial. Concentró sus esfuerzos
en campañas educativas, como medio y vínculo de unidad nacional, para combatir
la alfabetización; promovió la ayuda de mexicanos de quienes supieran leer, con los
que no supieran leer. Fomentó la cultura mediante la Biblioteca Nacional bajo la
dirección del ilustre José Vasconcelos; al igual que se fundó el Colegio Nacional en
1943 bajo la presencia de Clemente Orozco, Diego Rivera, Carlos Chávez, Antonio
Caso, Alfonso Reyes y otros más. Se crean las bases para el nacionalismo
mexicano mediante la interdisciplinariedad, mediante la creación de los premios
nacionales del arte y la ciencia; pero sobre todo se crean los estudios Churubusco
y con ellos se promocionó al por mayor el cine mexicano, que en cuatro años produjo
más de 300 películas, es la época de oro del cine mexicano. Con todo ello creó el
Seguro Social Mexicano, como también fundó los hospitales de cardiología y el
hospital infantil.

Con él, se gestó el PRI como un partido institucional de cooperación y no ya un


partido de masas, como hasta entonces se tenía. La economía de su gobierno fue
buena y sustentable, aunque se vio amenazada por momentos, pero nunca puso en
quiebre todos sus proyectos. Finamente, con Ávila Camacho se gestaron las bases
para un México moderno, ya que se solidificaron y reafirmaron los símbolos patrios,
las representaciones folklóricas y la imagen del estado-nación creciente, ya que sus
nuevos líderes dejarán de ser guerrilleros y serán ahora políticos.

Para 1946, la presidencia estuvo en manos de Miguel Alemán Valdez85 quien


tuvo como imagen de campaña el desarrollo económico de México, aunque en 1948

84
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-04 Manuel Ávila Camacho-La unidad Nacional, en México
Siglo XXI, Editorial Clío, México, 1998. [En línea], En: https://www.youtube.com/watch?v=YC3-
NGq_IV8&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MNU5cZ&index=4 (15/04/2019).
85
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-06 Miguel Alemán Valdés-El presidente empresario, en
México Siglo XXI, Editorial Clío, México, 1998. [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=Hv60qOW4DmE&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MN
U5cZ&index=6 (15/04/2019).

72
vivió en carne propia una devaluación. Durante este sexenio se sentaron las bases
de la modernidad mexicana, ya que se comenzó la urbanización en las grandes
metrópolis del país; al igual que se fomentó el proceso de industrialización, se avivó
el crecimiento acelerado del país. En pocas palabras, la vida del mexicano pasó de
los campos a las ciudades; esto le bastó al presidente para ser popular y dedicarse
a viajar por México con discursos sentimentalistas y visitas triunfalistas por todo el
país.

Con Alemán Valdez se impulsó el ámbito académico, prenda de ello fue su


gabinete, ya que todos eran universitarios y no había comandante o generales del
ejército revolucionario en sus filas, como también fomentó la creación de la Ciudad
Universitaria de la Ciudad de México. La imagen de la modernidad mexicana estuvo
marcada por la recuperación de lo prehispánico y lo indígena, al igual que todo el
folklore propio de las diversas culturas que habitan en el país; mediante las danzas,
las sinfonías, bailables típicos, murales, pinturas, etc. Con él se apuntaló la imagen
de México en el extranjero, ya que fue el primer presidente en visitar EUA, y de
hacer que el presidente de EUA visitara el país de México.

El sexenio estuvo marcado por los “tan pronto”, este fue el defecto de Miguel
Alemán, ya que con él se solidificó la corrupción; es decir, “tan pronto” las personas
que llegaban a ocupar un alto o un pequeño cargo en el gobierno aprovechaban
para llenar sus arcas y así fomentar la nueva práctica de la corrupción que estaba
a llamada a ser la imagen viva del México de entonces y también de hoy.

En 1952 tomó la presidencia de la república Adolfo Ruíz Cortines.86 Hombre


administrador y crítico de la política triunfalista de Miguel Alemán, ya que se había
creado una falsa imagen del presidente, mientras que su gestión sería austera y
transparente. Entre los elementos positivos de su gestión estuvo la sensatez de sus
proyectos, como la expansión del Seguro Social Mexicano a toda la república o la

86
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-08 Adolfo Ruiz Cortines-El apogeo del sistema, en México
Siglo XXI, Editorial Clío, México, 1998. [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=G5gTd0NrnLo&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MNU
5cZ&index=8 (15/04/2019).

73
erección de escuelas en diversos poblados marginales del país; al igual que se
aprobó el voto de la mujer, se erradicaron las enfermedades de la tuberculosis y el
paludismo. El equilibrio de su presidencia estuvo en el culto cívico del nacionalismo:
símbolos, héroes de independencia, folklore, e incluso se fomentó la hora nacional.
Intentó luchar contra la mordida y el despilfarro heredado del pasado sexenio, su
política fue austera e intentó ser honesta y transparente, aunque no del todo.

Entre los elementos negativos de su presidencia está la elección directa de


gobernadores y presidentes municipales; con ello, el sistema llegó a su esplendor,
aunque la presidencia lo controlaba todo. Durante su gestión se comenzó la errónea
práctica de los acarreados, quienes estaban en los mítines llevados en unos
autobuses por unas tortas, refrescos y unos cuantos pesos. Además de la
devaluación de 1954, las represiones de los maestros en 1956, el terremoto de
1957; lo que parecía la gloria del sistema terminó convirtiéndose en una falla total.

En medio de los años de la guerra fría, llegó a la presidencia Adolfo López


Mateos87 en 1958. Con él México se abrió al mundo al igual que le abrió las puertas
para que este viniera. La política exterior de respeto a la autodeterminación de los
pueblos y el respeto al derecho ajeno, hicieron que México entrará a jugar un papel
modesto en las relaciones internacionales. Se fomentó la cultura en todos los
aspectos, ya que se creó la comisión de los libros de textos gratuitos, los cuales
plasmaban el estatismo y el comunismo propuesto por el sistema; se promovieron
los desayunos escolares para combatir la mala alimentación de los alumnos. Se
crearon el Museo del Virreinato y el Museo Nacional de Antropología e Historia. El
folclor fue la imagen que el presidente llevó por todos los países que visitó por los
diferentes continentes, por lo que este sea el sinónimo de México en el extranjero,
incluso hasta la fecha. En el campo de la salud, inauguró el Centro Médico Nacional.
Además, logró ganar la candidatura de México para los juegos olímpicos de 1968.

87
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-10 Adolfo López Mateos-Pan y Palo, en México Siglo XXI,
Editorial Clío, México, 1998. [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=nlb259geKZA&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MNU5
cZ&index=10 (15/04/2019).

74
Durante su gestión se dio un crecimiento de la economía del 6%, lo que fue
considerado como el milagro mexicano; peor que en el fondo se debía a la inversión
de la iniciativa privada que mandaba detrás de la silla presidencial, práctica que con
los años adquirirá una fuerza mayor.

Así como una luz fuera de casa, en casa fue una oscuridad en ciertos
momentos históricos como las represiones huelguistas de 1959, las represiones
políticas de 1960 y 1961, en concreto la represión a Salvador Nava en S.L.P. y la
del líder sindicalista Rubén Jaramillo. Tuvo pugnas con la Iglesia, sobre todo con
los promotores de la teología de la liberación, quienes estaban a favor de los pobres
y de la necesidad de dignificarles en medio de su situación. Un último detalle del
presidente López Mateos, era su poder conquistador de Don Juan, es una cuestión
banal, pero que denota ser la imagen del colectivo machista mayoritario en el país,
ya que se le permitía la doble vida y los amoríos como sinónimos de victoria.

El ocaso del sistema llegó en 1964 con el ingreso a la presidencia de Gustavo


Díaz Ordaz,88 su presidencia estuvo marcada por la vivencia mundial o
mínimamente en el mundo occidental, de los cambios de época o paradigma, es
decir es la época de los sesenta que se caracterizó por el despertar de la juventud
en temas políticos y sociales, como una respuesta a los diferentes estilos de vida
política, social, familiar, etc. que reinaban en el mundo occidental; los sesenta
representan el despertar de la crítica política, social, económica, humana y familiar;
a partir de aquí se pondrán en juego los intereses de las clases predominantes en
cada aspecto mencionado, provocando con ello la censura y la represión. Prenda
de ello fue la guerra fría emprendida entre los Estados Unidos de América y la Unión
Soviética, los movimientos antifranquistas de España, los movimientos del 68 en
varias partes de Latinoamérica y la revolución cubana de finales de los años
cincuenta, como ejemplo de que otro sistema político económico podría ser válido,
el comunismo. En este contexto mundial se presentó una de las presidencias más

88
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-12 Gustavo Díaz Ordaz y el 68, en México Siglo XXI, Editorial
Clío, México, 1998. [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=rUf6gW1PCJE&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MNU
5cZ&index=12 (15/04/2019).

75
marcadas por la censura a los medios de información, la represión a los diferentes
grupos de manifestación que levantaron la voz en su mandato y sobre todo por la
masacre estudiantil del 68. Fue un periodo marcado por los constantes
enfrentamientos entre granaderos de la policía local y los estudiantes de diversas
partes del país.

Durante esta época se desacralizaron los grandes símbolos patrios que hasta
entonces servían como símbolo de unidad, para abrir paso a campañas de
manifestación que tenían por lema: “Únete pueblo” y “Ganar la calle” donde había
una convicción en aquella generación estudiantil, que estaba empapada del
ambiente modernista que estaba en curso, que era necesario despertar la
consciencia del pueblo mexicano que había caído en cierto sueño del que no quería
despertar. Este despertar fue ayudado por un incremento del salario mínimo de 6.4
%; lo que daba pie a un incremento de la clase media, pero al igual que daba pie a
un incremento de la pobreza. Ciertamente la economía tuvo una balanza
equilibrada, pero se vio marcada por las atrocidades de un gobernante. Más allá de
ser anfitrión de las olimpiadas de 1968, México no olvidará la muerte de una
consciencia nueva. Díaz Ordaz terminó su gestión en 1970, cediendo la bandera a
su amigo y colaborador Luis Echeverría, repudiado por el pueblo y condenado a la
historia como dictador de un sistema que comenzaba a mostrar sus flaquezas.

Luis Echeverría fue presidente de la republica de 1970-1976,89 durante su


gestión se comenzó a respirar un nuevo aire de política, con mayor libertad de
expresión, como lo mostró en su campaña presidencial reconociendo los horrores
del 68, la inversión que realizó en el campo educativo para una mayor accesibilidad,
como a la vez, fomentó el liderazgo de México entre los países tercermundistas. En
términos económicos, pasó del modelo económico de desarrollo estabilizador a un
modelo de económico de desarrollo compartido, lo que abrió y estrechó las
relaciones con los empresarios; quienes en el fondo manejaban las decisiones

89
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-14 Luis Echeverría-El presidente predicador, en México Siglo
XXI, Editorial Clío, México, 1998. [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=BUKttcuCopg&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MNU5
cZ&index=15 (17/04/2019).

76
importantes del país. Esta decisión económica tarde o temprano le cobró factura,
sobre todo por el exceso de proyectos que quiso realizar y los cuales no contó con
los suficientes fondos para llevarlos a cabo; con lo que la deuda externa se comenzó
a incrementar de manera considerable.

Fomentó, mejor dicho, retomó el folclore como signo de unidad nacional,


visitó las zonas rurales e indígenas de nuestro país con la intención de recuperar
para el pueblo su nación que estaba sobreviviendo ante la pobreza y la desigualdad
de clases que se comenzaba a dar. Durante su gestión se creó el CONART y se
volvió a incentivar el cine nacional.

Durante su periodo se generalizó la migración de los campos y zonas rurales


a las ciudades y zonas urbanas, provocando una sobrepoblación en las grandes
metrópolis del país, con ello generó un aumento considerable en la pobreza y la
marginación que se comenzaba a dar en las ciudades del país. Esto provocó un
desequilibrio en el ámbito rural y agrícola, ya que se vivió un descuido de los
campos. A esto se le añade la naciente práctica del secuestro de ricos o parientes
de este por parte de estudiantes o pequeños grupos delictivos, con la intención de
tener dinero. Esto trajo consigo la creación de grupos guerrilleros en favor de la
injusticia, la pobreza y el hambre, todo por el desempleo que sobrevino en aquella
época. Finalmente, la gota que derramó el vaso fue su censura a Excelsior y con
ello el mensaje era claro, para los demás medios.

En 1976, llegó José López Portillo90 a la presidencia como secretario de


hacienda. El lema de campaña de López Portillo fue: La solución somos todos.
Aunque la deuda de su predecesor era grande, se sabía que un buen plan de
rescate daría lo necesario para volver a poner en marcha a México. Por ello
desarrolló un plan económico de tres etapas, de dos años cada una, en promedio:
Recuperación, Consolidación y Crecimiento Acelerado. Para que este proyecto
fuera realidad se valió del petróleo, como moneda de cambio que le aseguraba un

90
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-16 José López Portillo-El presidente apostador, en México
Siglo XXI, Editorial Clío, México, 1998. [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=nO2S8L42zd8&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MNU
5cZ&index=17 (17/04/2019).

77
futuro prometedor. México se recuperó en dos años, tal como lo había pronosticado
el gobierno. La falta de experiencia y la mesura en la abundancia provocó que se
derrochara todo en un abrir y cerrar de ojos, provocando una triplicación de la deuda
externa. La devaluación de 1981 le costó cara al gobierno ya que se pagaba incluso
hasta 46 pesos mexicanos por dólar.

A pesar del endeudamiento y de hipotecar el país, su sexenio estuvo


marcado por los compadrazgos y amistades corruptas; el estilo de vida lujoso y el
nepotismo familiar. Lo que fue su promesa de campaña de combatir la pobreza y
marginación se convirtió en una responsabilidad personal porque para finales de su
gestión se había aumentado nuevamente la pobreza, el subempleo, las marías y los
tragafuegos eran ya la imagen viva de la realidad mexicana; aunque la otra cara se
vio favorecida por la modernización del país.

De 1982-1988, la presidencia de la republica estuvo al cargo de Miguel de la


Madrid.91 Su lema de campaña fue “Por la renovación moral de la sociedad”, ya que
según él era necesario gobernar con el ejemplo. Como nueva imagen del partido
del estado, De la Madrid, revalidó la opción de que los mexicanos pudieran elegir a
sus representantes; tomó ciertas medidas de austeridad para volver a incentivar la
economía mexicana, logró pactar con los empresarios, obreros y campesinos un
pacto por la solidaridad económica del país. En estos años hubo un crecimiento
demográfico considerable en las ciudades, que fue notorio por el exceso de las
personas desempleadas o en condiciones de subempleo que vivían en ellas. Todo
parecía que marchaba bien, ya que a mitad de su gestión se gozaba de una paz
social y una tranquilidad política en todo el país.

El punto de quiebre, es decir, un antes y un después, está en el terremoto


que sacudió a la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985; las muestras de
unidad y solidaridad nacional fueron grandes y notorias; tal como lo relata Krauze:

91
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-18 Miguel de la Madrid-Oportunidades perdidas, en México
Siglo XXI, Editorial Clío, México, 1998. [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=kdFCDXmYidw&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MN
U5cZ&index=19 (17/04/2019).

78
abundó un heroísmo masivo, espontaneo y genuino.92 La sociedad mexicana en
verdad vivía una renovación moral, pero no como la deseaba el presidente, sino
como ella la quería vivir. Pero a partir del terremoto, el gobierno de Miguel de la
Madrid vino a pique, en los siguientes tres años la economía empeoró y lo que se
alejaba se mantenía: la deuda externa. La falta de manejo de la situación en el
terremoto fue clara: se rechazó la ayuda humanitaria del extranjero, no hubo
claridad en el recuento de los daños y la información manejada por el gobierno
distaba bastante de la información presentada por la prensa. Como con sus
predecesores, el gobierno censuró y persiguió a los periodistas y al medio en
general.

Para 1985 se impuso el presidencialismo mexicano para manipular las


elecciones en Piedras Negras, Coahuila; lo que provocó una serie de descontentos
en diversos grupos, como en un grupo de intelectuales del país. Para 1988 se
manipularon las elecciones de la presidencia donde participaban el PAN, PRI y el
Frente Democrático Nacional: Manuel Clouthier, Carlos Salinas de Gortari y
Cuauhtémoc Cárdenas; un error en el sistema del cómputo le dio la victoria a Carlos
Salinas de Gortari; tiempo después se quemaron las boletas de la elección ¿Por
qué? Aunque las causas nunca fueron demostradas, se tiene indicio de que un
pacto entre el PAN y el PRI para la quema de las moletas, fue el motivo que dio pie
para pensar en el fraude de la elección de Gortari, a eso se añade que por el error
de cómputo, no se anunciaron las cifras de la elección sino que solo se presentó al
ganador. Ambas acciones levantaron la sospecha del fraude en contra de la persona
de Cárdenas, y cuestionó el sistema político reinante de nuestro país que mostraba
cada vez más fisuras.

Para 1988, el país recibió al que fue el ícono de la nueva política mexicana,
Carlos Salinas de Gortari.93 En medio de un ambiente de crisis económica, el nuevo
presidente se rodeó de un grupo de intelectuales tecnócratas, con los que gestionó

92
Ibid.
93
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-20 Carlos Salinas de Gortari-El hombre que quiso ser rey,
en México Siglo XXI, Editorial Clío, México, 1998. [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=dQUlvgsq9qQ&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MNU
5cZ&index=21 (24/04/2019).

79
una nueva economía para el país que estaba basada en cinco puntos: eficiencia,
competitividad y productividad, el mercado como base, la participación del sector
privado como motor de desarrollo, la generación de empleo productivo y el estado
debe ser muy pequeño. Esto le permitió solvencia económica y proyectar una serie
de programas, entre el que sobre sale: Solidaridad; este proyecto tenía como fin
una mejor calidad de vida para todos los mexicanos, pero sobre todo de los más
necesitados.

Solidaridad fue no solo un programa de ayuda, sino una campaña viva en


favor de la imagen del presidente; eso pareció, porque la mayoría de las personas
que recibieron la ayuda y que simpatizaban con él, hicieron del presidente una
imagen icónica y modélica que exigiría en adelante la un tipo o modelo de ser
presidente.

Uno de los acontecimientos más importantes de este sexenio fue sin duda la
eficacia financiera y administrativa, pero sobre todo la política exterior del presidente
para la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte firmado en
noviembre de 1993, que favoreció al comercio entre México, Estados Unidos de
América y Canadá. Este tratado incentivó el mercado nacional y abrió las fronteras
a los países del Norte, generando buenas relaciones diplomáticas entre unas y
otras. En este marco de relaciones internacionales se restauraron y se reconoció
jurídicamente a la Iglesia Católica; lo que hasta la fecha todos sus precursores no
lo habían hecho.

Todo pintaba bien, un sexenio con fluidez económica, aceptación popular y


una política comandada por universitarios destacados; pero que detrás del telón se
venía armando y levantando un movimiento político y social, el movimiento
zapatista, que desencadenó, más tarde, en una guerrilla civil en los estados del sur,
sobre todo en Chiapas; los ideales del movimiento era el reclamo de la justicia por
las tierras arrebatas, el hambre y la pobreza en la que vivían la mayor parte de
personas de la región, y el olvido o negación de la vida pública al que estaban
condenados los indígenas de aquella región, que continuaban viviendo en el silencio
del México postcolonial y que exigían su dignidad humana y mexicana como

80
herederos originales de estas tierras. Esto desencadenó un caos y una
incertidumbre en el cierre de sexenio, que además se vio oscuro con la muerte del
candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio después de un acto de campaña,
la falta de reconocimiento de los triunfos electorales en Guanajuato, S.L.P. y
Querétaro por partidos contrarios, a ello hay que añadirle los casos de familiares
coludidos en fraudes y corrupción, como el tan mencionado caso de enriquecimiento
ilícito del hermano del presidente, Raúl Salinas de Gortari.

Para 1994 llegó a la presidencia Ernesto Zedillo Ponce de León94 era un


hombre de perfil discreto, conocedor del sacrificio y el éxito; estuvo al lado de
Colosio en su campaña y lo sucedió en ella a su muerte. Durante su gestión se
enfrentó a problemas cruciales del tejido social mexicano: como la guerrilla en los
estados del sur, en concreto Chiapas; al igual que enfrentó la crisis económica de
diciembre de 1994, a pocos días de comenzar su gestión como presidente. Esta
crisis permitió la devaluación nuevamente del peso mexicano delante del dólar
americano y produjo un mayor endeudamiento con los Estados Unidos de América.

Entre los grandes méritos del gobierno de Zedillo está la recuperación de la


banca a lo largo de su gestión política, ya que abrió a México a un mayor número
de acuerdos comerciales con Europa, Asia y el resto de América Latina. Esto
permitió una recuperación en la economía nacional, aunque en el campo social no
del todo, ya que la pobreza, la marginación en las ciudades y el desempleo se
habían agudizado más. Mediante el diálogo y la paz resolvió el conflicto con el
movimiento zapatista de Chiapas, con eficacia y audacia resolvió la huelga
estudiantil de la UNAM de 1999-2000, ya que se creó la Policía Federal Preventiva
(PFP).

Pero lo más sobresaliente en el periodo de Zedillo fue en el campo


democrático de la política; primero porque promovió e incitó a las primeras
elecciones de su partido para proponer al candidato a la presidencia, donde resultó

94
Cfr. KRAUZE, Enrique. Los Sexenios-21 Ernesto Zedillo-La construcción de la democracia, en
México Siglo XXI, Editorial Clío, México, 1998. [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=dQUlvgsq9qQ&list=PL0RvqhzZTABLgF6D0G85PHROSf9MNU
5cZ&index=21 (24/04/2019).

81
ganador Francisco Labastida; logró delimitar las funciones de los poderes legislativo
y ejecutivo; pero sobre todo reconoció la derrota de su partido el 02 de julio de 2000
donde el partido del Estado, o séase, el PRI, cerraba su historia al frente del país y
daba paso a la transición política de la república mexicana, a manos del entonces
electo, Vicente Fox Quezada, por el Partido Acción Nacional (PAN).

En el 2000, México vivió el cambio, la esperanza de transformación y la


derrota de un sistema político de más de 70 años caía en una noche emblemática
del 02 de julio del 2000. Vicente Fox Quezada llegó a la presidencia con la misión
de cambiar y girar al país.

El período 2000-2018: es un período que la presente tesis no abordará del


todo, pero que es bueno dar algunas pinceladas. Del 2000 al 2012 la presidencia
de la republica estuvo al frente del PAN, por sus dos candidatos: Vicente Fox
Quezada y Felipe Calderón Hinojosa; durante está gestión un viejo conocido se
volvió en la imagen del país, el narcotráfico. Durante la gestión panista, las células
narcotraficantes crecieron en el país al por mayor, con ello el combate a las mismas
y los resultados devastadores de fallecimientos. La inseguridad, la violencia, los
secuestros, etc. se han convertido en el pan de cada día de México.

El arte, la música, el cine, la televisión y otros medios han volcado su atención


a este fenómeno para demostrar y denunciar las maneras de actuar de este
fenómeno que día a día va comiendo y marginando la sociedad mexicana. Hoy en
el extranjero, desgraciadamente, ser mexicano es sinónimo de narcotraficante (algo
ignorante quien lo dice, si no contempla lo bueno y bello que de sí existe en México).

En el 2012, el país retrocedió nuevamente en su camino democracia, ya que


con una victoria dudosa llegó a la presidencia el ciudadano Enrique Peña Nieto
procedente del PRI. La vieja escuela regreso y con ella, las prácticas y los errores
del pasado. Lo lamentable fue que durante su gestión la cifra de muertos no
disminuyó, se reprimió a los estudiantes y huelguistas, se derrochó el país en gastos
innecesarios y se reafirmó la práctica de la corrupción en todos los niveles políticos.

82
Hasta aquí con las pinceladas de estos últimos 18 años, ya que el objetivo
de este estudio histórico de la política mexicana no es otro que ver como el sistema
político, sobre todo el gestado por la dictadura del partido del estado, fue creando y
vendiendo una imagen falsa del mexicano a lo largo de la historia contemporánea
del país.

La imagen del mexicano comercial se debe en buena parte y va de la mano


del trabajo de promoción y divulgación del folklor mexicano por cada una de las
diferentes administraciones que han estado al frente del país; pero también a la par
de ella, se ha ido encubriendo una imagen poco conocida y divulgada del mexicano
la cual debe formar parte de esta reconfiguración de lo mexicano.

Bajo slogans de campaña presidencial, la política ha ido encauzando al


mexicano a una cierta etiqueta o imagen, como lo vimos en el presente recorrido
histórico de la política mexicana: “La unidad nacional” “Soy puro mexicano” “La
solución somos todos” “Por la renovación moral de la sociedad” “Solidaridad somos
todos” “Bienestar para tu familia” etc. Detrás de estos slogans o campañas la política
mexicana ha potencializado la imagen de un prototipo de mexicano de clase media,
que excluye a los mexicanos pobres, de origen rural y modesto, excluidos de la
justicia social y en gran escala, en el olvido de sus gobernantes. Digo esto porque
con el paso de los sexenios la política mexicana fue creando una imagen del
mexicano, que contemplaba a las masas de clase media que comenzaban a reinar
en el país, pero a la par de ellas excluía al resto, y buena parte considerable, de la
población nacional. Los slogans o lemas de campañas o de presidencia permitieron
al gobierno encajonar al mexicano, dentro de estándares propios, limitados y
controlados por él mismo. Esto, junto con las lógicas capitalistas que comenzaron a
reinar en el país, fue produciendo, lo que en está tesis he denominado, el mexicano
comercial.

El folklor mexicano es tan variado, plural y rico que por sí mismo es capaz de
ser atractivo y atrayente para propios y extranjeros; las danzas, la diversidad
musical, la pluralidad de vestimentas, los diversos acentos que recorren el amplio
horizonte mexicano, como la exquisita comida mexicana variada y rica son una

83
muestra de este folklor, del cual el gobierno se ha servido para promocionar la
imagen del país, vender una idea de lo que es el pueblo mexicano y mantener un
status quo de lo que significa ser mexicano. No critico la promoción de la cultura, lo
que quiero poner en evidencia es que detrás de la cultura el gobierno se sirvió por
años para crear la imagen de un mexicano, a mi punto de vista falsa e incompleta,
de analfabeta, campesino, charro, cantador, tomador y mujeriego; prenda de ello es
la visión que se tiene del mexicano en algunas partes del extranjero, que gracias al
cine de la época de oro mexicana y a los grandes exponentes de la música ranchera
mexicana y mariachi han llevado por el mundo; fomentando inconscientemente el
machismo y las expresiones bravías del carácter propio del mexicano, menciono
esto porque el folclor mexicano suele tocar las fibras del sensacionalistas y tiende
a despertar el pasionalismo que reposa en todo ser humano, del cual Ramos no
dista en su caracterología.

La caracterología de la que habla Ramos se nota y se manifiesta palpable en


el folklor mexicano, sobre todo, la imagen del pelado, como imagen icónica de la
sociedad mexicana, en su mayor parte. Pero a la par de este pelado, se presenta
un par de elementos positivos que a lo largo de la historia nacional son importantes
para comprender hasta estamos hoy, y que son fruto de los diversos movimientos
políticos y sociales del país.

Primero, el sentido de comunidad, grupo, pueblo o sociedad que se ha


presentado a lo largo de la historia de la sociedad mexicana; es decir, durante la
historia contemporánea de México encontramos un sinfín de momentos históricos
en los cuales se plasma la importancia que tiene la identidad y la pertenencia a un
grupo; como lo expresan los sindicatos, los partidos, las asociaciones, etc. (que,
aunque no son originarios de nuestro país, son prenda viva de este sentir). Es decir,
el mexicano, sea pobre, rico, citadino, pueblerino, indígena o de donde sea, lleva en
su naturaleza, como todo ser humano, una tendencia a formar parte de un grupo o
colectivo que le dé una identidad de lo qué es y que le haga perteneciente a él; de
allí que este sentir se exprese de diversas formas y maneras a lo largo y ancho del
país; pero que no podemos negar como presente, sino que más se ha de fomentar,

84
reconocer y desarrollar en la inclusión y el reconocimiento de quienes han vivido,
dentro de México, al margen de la vida pública de la comunidad mexicana, los
indígenas, los pobres, los migrantes que desde hace tiempo han arribado a México
para buscar un mejor nivel de vida, etc.

El segundo elemento es la consciencia. Desde la independencia mexicana,


uno de los elementos característicos ha sido la toma de consciencia de los
individuos mexicanos en cada momento histórico por el que atraviesa la sociedad
mexicana. Ciertamente, esta toma de consciencia se ha palpado en los círculos
ilustrados de nuestro país con mayor claridad y solvencia, pero eso no quiere decir
que el resto de la población no sea consciente de lo que le conviene o es mejor para
su persona o sociedad, sino que la estructura, los poderes de la sociedad o la clase
dominante, los ha acallado o silenciado, para mantener el status quo de algunos
cuantos; pero está ahí, lo que falta es escucharla y que se manifieste. Es decir, la
toma de consciencia delante de las injusticias, la corrupción, la explotación, etc. son
elementos característicos de una sociedad que ha ido madurando con el paso de
los años, pero que reconoce la presencia de este fenómeno a lo largo de su historia.
Lo lamentable de la toma consciencia, es que la política nacional, como sistema, ha
intentado opacarla, negarla e incluso exterminarla, prenda de ello lo es el
movimiento estudiantil del 68, el movimiento zapatista, las manifestaciones que han
existido a lo largo de México, el acoso a los huelguistas, las irregularidades
democráticas en diversas elecciones, etc.

Una tercera característica que ha influido en la vida política del país es el


factor pasional. Es decir, el mexicano por la presencia del sentimiento de
inferioridad, del que habla Ramos, se deja llevar por sus pasiones y vísceras,
aunque no se dé cuenta de las repercusiones que esto pueda tener. Cito esto
porque a lo largo de la historia política del país, podemos ver como en buena parte
de las decisiones y los errores políticos cometidos por los gobernantes, el factor
emocional es el que ha marcado el rumbo de la nación, provocando muertes,
represiones, violencia, etc.; sin omitir que en otras ocasiones estos hechos
lamentables son fruto del sistema político-económico que está en el poder. Lo que,

85
si es que hay un reto por delante, educar a la sociedad mexicana desde la
reflexividad y no solo desde la pasión y la emoción que hay en cada individuo.

Estas ideas vagas, por ahora, irán tomando más sentido en la medida que
sean complementados con análisis de otros factores actuales que darán sentido al
presente estudio y nos arrojarán a una realidad que exige una reconfiguración del
mexicano o lo mexicano.

b) Lo social

El segundo aspecto para considerar es el campo de lo social. Aquí se


presentará una radiografía del campo social del mexicano desde los principales
resultados de la Encuesta Intercensal 2015 (última encuesta intercensal realizada
en nuestro país).95 Aunque se sabe que la encuesta quiere ser lo más exacta, no
está libre de errores o variables, ya que no se logró realizar del todo exacta en el
país y sólo reconoce a las viviendas particulares habitadas, dando por resultado:
119 530 753 personas; dejando a la deriva, una cifra importante de personas que
viven en situaciones de colectividad, al servicio del exterior mexicano y en la calle o
en situaciones de extrema precariedad; aunque se estimó por todas ellas una cifra
de 407 720 personas.

Un primer dato para reconfigurar al mexicano sería contemplar la población


total que comparte este sentir de lo mexicano; la población total del país es de 119
938 473 personas; esta cifra elevada de personas se concentra sobre todo en los
estados del Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Puebla, Jalisco,
Veracruz, Nuevo León y Chiapas. Este dato nos posiciona ya delante de un país
que rico en territorio concentra su población y su riqueza alrededor de unas cuantas
ciudades o poblaciones de todo el país.

Otro dato clave, que nos replantea lo esencial del mexicano es la paridad del
número de mujeres y de hombres que hay en país. Es decir, de la población total,

95
Cfr.
https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/intercensal/2015/doc/eic_2015_presentacion.pdf

86
el 51.4% son mujeres, mientras que el 48.6% son hombres; dando por resultado
que por cada 100 mujeres hay 94 hombres. Esta cifra ya cuestiona e interpela la
realidad mexicana, que como vimos en el campo de la política, se llegó a vanagloriar
de supremacía machista. Al lado de este dato sorprende ver que la media de edad
de la población oscila en los 27 años de vida, presentando una sociedad joven. Esto
se debe en gran medida que la tasa de fecundidad sea del 2.3 hijos por mujer entre
las edades de los 15 a los 49 años; destacando que las entidades más faltas de
recursos son las que tienen las tasas más altas de fecundidad y las que gozan de
una mayor riqueza del país, sus tasas van a los mínimos.

Otro aspecto para considerar de la encuesta es el factor migratorio. En


México, existen aproximadamente medio millón de personas que han conseguido
su nacionalidad mexicana; donde la mayoría son mujeres; mientras que la migración
de mexicanos al exterior oscila entre 1 068 000 mil personas que salen para vivir,
estudiar y/o trabajar. Las entidades que mayor flujo de migración interna son las
que, curiosamente, poseen las grandes metrópolis del país.

Un aspecto más de la radiografía de la realidad mexicana reposa en la


educación, donde el 97.7% de los niños y niñas entre los 6 y los 11 años estudia
primaria; el 93.3% de niños y niñas entre los 12 y los 14 años estudia la secundaria;
el 73.2% de chicos y chicas entre los 15 y los 17 años estudian la educación media
superior; y solo el 31.5% de los 18 a los 24 años estudia o cursa el nivel superior. A
esto ha de añadirse que el 22.5% de la población mexicana continúa siendo
analfabeta y que la tasa de decrecimiento es de medio millón cada cinco años. El
campo educativo continúa siendo un factor determinante en la configuración de la
realidad mexicana, por ello será importante, potencializar en la última parte de este
trabajo luces o pautas para fomentar la educación en México.

En el campo de la salud el 82.2% de la población tota goza de los servicios


del Seguro Popular, IMSS y otros servicios médicos; y solo un 3.3% goza de los
servicios privados de un hospital.

En la realidad económica, la población trabaja un 34.4% en el campo de los


servicios de transporte, comunicación, profesionales, sociales, gobierno, financiero,

87
etc. Un 18.3% en el comercio; 16.7% en la minería, las industrias manufacturadas,
electricidad y agua; el 11.1% en la agricultura, ganadería, pesca y caza; el 9.4% en
los servicios educativos y de salud; un 8.4% en la construcción y el resto, en
diversos campos. De esta población laboral el 73% es asalariada, mientras que el
19.6% trabaja por cuenta propia. En el campo del trabajo no remunerado existe una
gran disparidad entre hombre y mujer, ya que se le deja a la mujer la mayoría de los
trabajos que este sector implica.

Según el censo, los hogares mexicanos se componen un 70.7% de lo que


conocemos como familia tradicional (padre, madre e hijos); un 16.5% la cabeza de
familia es la madre y un 1.5% la responsabilidad recae sobre el padre y un 3.7%
son las familias mixtas o reorganizadas por la falta de los padres. 96 La tasa de
integrantes de una familia promedio es de 3.7 es decir, una familia mexicana se
conforma hoy día por 4 integrantes.

Según la Encuesta del 2015, los ingresos de las familias, mayoritariamente


se reciben un 49.9% por los ingresos generados por los integrantes de estas y el
50.1% se generan por los apoyos del gobierno, la jubilación o pensión, las remesas
y las rentas; en las familias que reciben de ambas partes, ya que un buen número
de la población vive de los propios ingresos. Según OXFAM,97 estos tipos o modos
de ingresos se ven reflejados en la desigualdad, ya que México está dentro del 25%
de los países a nivel mundial que viven una desigualdad económica tan marcada.
Tan así es, que el hombre más rico de América Latina vive y convive con más del
50% de la población total del país que vive en condiciones de pobreza y extrema
pobreza.

El modelo económico mexicano beneficia sólo a las élites económicas.


Con base en las últimas cifras de Forbes, la riqueza de los mexicanos más
ricos en 2017 fue de 116 mil millones de dólares: las 10 personas mexicanas

96
Esta encuesta se acerca también a la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la
Violencia y la Delincuencia (ECOPRED) 2014, donde presenta valores similares a la composición de
las familias. Cfr.
https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/ecopred/2014/doc/ecopred14_presentacion_ejecuti
va.pdf
97
Cfr. VASQUEZ, D. -DOVALÍ, M. – JARAMILLO, M. México Justo, OXFAM, México, 2018. Pág. 4.

88
más ricas tienen la misma riqueza que el 50% más pobre de México. Así, los
grupos de interés económico ejercen influencia desmedida sobre diferentes
políticas públicas para mantener privilegios. Esto constituye una captura
política del Estado. De 1996 a 2016, los niveles de pobreza y desigualdad han
permanecido casi constantes. A pesar de un leve avance en el combate a la
pobreza, el ingreso de la mayoría de los hogares mexicanos ha caído.98

En cuanto a la etnicidad, casi una cuarta parte de la población es indígena,


es decir que 25 694 928 personas son indígenas, 48.7% hombres y 51.3% mujeres.
De esta población solo una tercera parte de esta cifra habla alguna lengua indígena;
y de este pequeño grupo, menos de un millón de personas solo hablan su lengua
natal. Las lenguas más habladas son el Náhuatl, Maya y Tseltal. En cuanto al
promedio de escolaridad, el indígena dista del citadino por tres años menos de
estudios; es decir, que mientras en la mayoría de las ciudades el promedio de
escolaridad es de 9.1 años, en las zonas indígenas es de 5.7 años. El analfabetismo
en la porción indígena representa el 23% mientras que en el país la tasa es del
5.5%. Dentro de este campo ha de destacarse la insuficiencia de acceso a los
servicios de agua potable y de drenaje, ya que, de electricidad, casi se gozan el
mismo nivel que todo el país; pero aun así es complicado el acceso a la tecnología,
los medios de comunicación masiva y aparatos electrodomésticos de todo tipo. A
los pueblos indígenas, ha de agregarse el 1.2% de la población total que es
afrodescendiente; quienes tienen los mismos estándares de escolaridad,
analfabetismo y servicios que los mexicanos de zonas no indígenas.

Y ¿ahora?, estos datos ¿Para qué? He querido utilizar estos datos para
dibujar un poco la sociedad mexicana, ya que considero que este momento
fenomenológico y hermenéutico es clave para tener pistas de cara a plantear
propuestas para una reconfiguración del mexicano. Si ya hemos visto como el
mexicano comercial está envuelto por las redes de las lógicas de colonización y de
consumo; y como este, el mexicano comercial, ha sido aprovechado por el sistema
político para mantener un estatus quo y fomentar una lógica de control sobre el

98
Ibidem.

89
pueblo; estos datos nos permiten entender cómo todo ello se ve reflejado en la
composición de la sociedad mexicana.

Primeramente, la concentración de la población en los centros urbanos y el


abandono de las zonas rurales o indígenas comienza ha sido cada vez más grande;
llevando con ello la conglomeración de personas en pequeñas porciones de tierra,
donde el ser, la cultura y las tradiciones propias se ven replanteadas en el diálogo
con los nuevas en las que entran en dialogo. Este fenómeno migratorio exige el
reconocimiento de la pluralidad y la diversidad por cada individuo.

Seguido de ello, podemos darnos cuenta como por tan sólo por el número
de mujeres que existen el país, debería a comenzar a darse una mayor
involucración de esta en el papel de la vida pública y activa del país, pensando a
manera rápida que cada vez son más mujeres que hombres en el territorio nacional
(ciertamente que la igualdad no depende del número de mujeres que existan, pero
si la condiciona y favorece); pero la realidad es otra y dolorosa, en México todavía
falta por igualar el papel de la mujer en comparación con el papel del hombre en la
vida del país. Menciono esto porque considero que este fenómeno comienza a
contraponer una imagen que se presenta con orgullo del mexicano comercial, el
machismo. Este machismo, según Ramos, como vimos, es fruto de la inseguridad
y el complejo de inferioridad que se desarrolla en el mexicano, sobre todo en el
pelado. Por ello, considero que esta cifra, aunque no dice que lo erradique (porque
callado o visible el machismo se presenta de forma explícita o en forma de
micromachismos), sí sitúa al país en un camino hacia la igualdad y la equidad,
necesario y demandante a la realidad y el contexto histórico mundial que vivimos;
porque esta reducción en la desigualdad de género afectará también a la reducción
de la desigualdad económica, como bien lo precisa y señala el Fondo Monetario
Internacional.99

Otro punto clave en el que habrá que centrar la atención, será la educación, ya que,
mientras la población aumenta año con año, el acceso a la educación superior cada
vez es más estrecha. Este fenómeno se ve reflejado sobre todo en la disparidad

99
Ibid. pág. 10.

90
que hay de tres años o cuatro en promedio de diferencia entre las personas que
viven en las ciudades y tienen acceso a ella, mientras que quienes viven en zonas
rurales o indígenas tienen menor accesibilidad a ella. Es factor se refleja en el
analfabetismo de estas zonas precarias o marginadas y la necesidad de trabajar a
edades tempranas que se encuentra presente en estas regiones del país, donde la
educación es un lujo y no una necesidad básica. Por tal motivo, partiendo de que
es una necesidad básica y, en sintonía con Ramos, considero que una mejor
educación ayudará a cambiar la imagen del mexicano comercial y a darse cuenta
del complejo de inferioridad que habita en él; y a partir de allí, proponer una serie
de ejes o lineamientos que puedan redescubrir la educación del complejo de
inferioridad que se esconde en la imagen impuesta e impulsada del mexicano
comercial.

Un quinto elemento de este análisis lo encontramos en la desigualdad


económica que hay en México; que por un lado reafirma la tipología del mexicano
representada por Ramos (pelado, mexicano de la ciudad y burgués), y por el otro,
nos plantea la posibilidad de una relectura del mexicano, evitando caer en la
comercialización de más de la mitad de la población total del país.

Finalmente, sociedad mexicana se compone de grandes disparidades que


envuelven el ser del mexicano y lo mexicano; por lo que para unos puede ser
esencial, para otros, puede ser algo efímero. El presente análisis, sólo nos sitúa en
la composición del dibujo de la sociedad mexicana, pero no nos determina. Por tal
motivo, dejaré hasta aquí este análisis, que nos ha abierto a la reflexión del ser y la
comunidad en la que se desarrolla, el mexicano y México.

c) Lo lúdico-artístico

El tercer aspecto por considerar recae en el ámbito lúdico y artístico del


mexicano, es decir, los ámbitos de la recreación y la expresión mexicana. Este par
de ámbitos relacionados entre sí y que se cultivan mutuamente, son elementos
claves para comprender mejor a la persona, ya que todo ser humano, expresa en el

91
arte y en el juego lo que piensa, lo que es y lo que tiene. Por ello en esta tesis no
quisiera pasar de largo de estas dimensiones constitutivas de lo que llamamos
hombre. Pero limitaré este apartado a algunas apreciaciones puntuales, como lo es
el cine y el deporte, aunque consideraremos la música, el folclor y el baile como
expresiones de estas dimensiones.

Partiendo de la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la


Violencia y la Delincuencia (ECOPRED), realizada por el INEGI en el 2014. Según
la ECOPRED permite estimar que el 96.4% de los jóvenes de entre las edades de
12 a 29 años ocupa su tiempo libre escuchando música; mientras que el 89.9%
ayuda en los quehaceres del hogar. Del total, sólo la mitad de ellos manifiesta que
practica un deporte durante la semana; y el 18.4% asiste a algún curso o taller
artístico.100 Estos datos ya nos posicionan frente a una situación crítica de las artes
y lo lúdico en la vida de los jóvenes mexicanos, ya que solo una fracción de la
población juvenil del país puede desarrollar y potenciar un arte o fomentar una vida
atlética.

Entre los principales hobbies de los jóvenes mexicanos según la ECOPRED


son: escuchar música, ayudar en el aseo de casa, navegar por internet, revisar las
redes sociales, ver televisión, salir de paseo con la familia o los amigos; mientras
que las menos estimadas son: leer un libro, asistir a cursos o talleres y hacer
deporte.101 Estas valoraciones de la ECOPRED nos permiten obtener a simple vista
una pre conclusión, que las dimensiones lúdica y artística suelen ser desarrolladas
por algunos cuantos jóvenes, donde el factor económico y la educación recibida
marcan el desarrollo de estas en la sociedad juvenil del país. Menciono el factor
económico, porque en muchas ocasiones, es un factor determinante, sobre todo en
la realización de diferentes deportes que sólo se los pueden permitir una pequeña
porción de la población juvenil del país, al igual que ciertas artes, curos o talleres de
formación.

100
Cfr. INEGI, Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia
(ECOPRED), México,2014. Pág. 27.
101
Ibidem.

92
Desde esta óptica, que nos refleja la disparidad que tienen estas dimensiones
en la constitución del hombre, en comparación con lo político, lo social, lo personal,
lo espiritual-religioso, etc. Es necesario ver que son dimensiones por descubrir en
el mexicano y que, a lo largo de la historia ya dan chispazos de la sensibilidad que
el mexicano tiene en el campo artístico y la tenacidad que hay en lo lúdico. Así es,
el mexicano tiene una sensibilidad grande ante su ser y su realidad, que es capaz
de plasmarlo de muchas maneras, pero para poder llegar a ello, es necesario que
sea consciente de lo que es capaz, más allá de las limitaciones existentes en todos
los sentidos sociales, familiares y sobre todo, económicas; aunque es cierto y no lo
podemos, la práctica del ocio artististico y deportivo en nuestro país es de acceso
complicado y de precio elevado; pero no por ello, negaré la gran creatividad que hay
en este aspecto dentro de la cultura mexicana. Por tal motivo, citaré ahora algunos
ejemplos de ello.

Primeramente, en el campo del cine, desde 2014 y hasta el presente año, la


dirección mexicana ha ganado 5 estatuillas de la academia de los últimos 6 años.
Este fenómeno se debe a las grandes intervenciones de Alfonso Cuarón, Alejandro
Gonzales Iñarritu y Guillermo del Toro, quienes han llevado la sensibilidad mexicana
a la pantalla grande, como bien lo expresó Guillermo del Toro en una entrevista en
los premios Bafta de Londres en el año 2018 donde le cuestionaban cómo podía
mantener el equilibrio entre la parte oscura del ser humano que plasmaba en sus
películas y su forma de ser alegre y atenta; a lo que con toda naturalidad respondió:
Soy mexicano. Esta peculiar respuesta de del Toro pone al descubierto una realidad
importante del mexicano la capacidad para descubrir entre la trama de la vida y la
muerte, la belleza, el amor y la libertad que hay en el ser humano.102

En el mismo año Disney hizo vibrar los cines mundiales con la icónica película
de Coco donde se plasmaba, mediante los dibujos animados, una de las fiestas
mexicanas por excelencia, que se celebra el 02 de noviembre, el día de muertos.
Coco fue una carta de presentación de la cultura mexicana al mundo infantil y

102
Cfr. Porque soy Mexicano (Guillemro del Toro), Publicado el 18/01/2018 [En línea], En:
https://www.youtube.com/watch?v=jJILC0ChuVE (15/07/2019).

93
mayor, ya que fue una puesta en marcha, bien estudiada y ejecutada de los
elementos principales del folclor mexicano de la fiesta de los muertos.

Un año más tarde, llegó a la pantalla de Netflix una de las películas más
aclamadas, Roma, dirigida por Alfonso Cuarón; donde plasmó la experiencia
personal en el marco público, donde dio vida a las memorias de su infancia. Roma
plasma una de las vidas más duras y reales de nuestro país: la servidumbre en
México. La vida de Cleo o, mejor dicho, Yalitza Aparicio, fue un homenaje a las
mujeres mexicanas que lo dejan todo por ganarse la vida para su familia, soportando
incluso humillaciones y, sobre todo, siendo ejemplos de tenacidad en medio de una
sociedad discriminadora, clasista y patriarcal.

Como hemos visto con estos ejemplos, el cine ha sido un camino principal e
importante, de los últimos años, para plasmar, pensar y repensar lo que es ser
mexicano. El mexicano lleva en sí una creatividad y una fantasía grande que puede
y debe combinar para producir un sinfín de guiones, bocetos, películas, pinturas,
canciones, cuentos, libros, etc.

Un segundo ejemplo, son los deportes, comenzaré por citar el deporte más
estimado por la población mexicana, el futbol. El futbol es uno de los pocos deportes
que paraliza la vida pública y privada del país, y no es para más, pero alrededor de
él, se mueven cantidades inmensas de personas, de dólares y de pesos mexicanos.
Pero es digno de reconocer los triunfos mundiales de la selección sub-17, el oro
olímpico de Londres de 2012, o los campeonatos de copa oro o confederaciones
ganados por la selección mayor. En el mismo rubro, destacan personalidades
mexicanas como Hugo Sánchez, Javier Hernández, Hirving Lozano, etc. El futbol
es un buen parámetro que nos permite ver la tenacidad del mexicano por sobresalir,
pero también nos presenta el fatalismo y el malinchismo que existe en nuestra
cultura; es decir, así como es capaz de mostrar la garra que existe en la cultura
mexicana para luchar a conseguir un objetivo; pero si este no se consigue, pasa lo
que Samuel Ramos diría, el complejo de inferioridad, gracias al idealismo que se
pone en la meta u objetivo. Prenda de ello son los procesos mundialistas que cada
cuatro años, llenan al país de un nacionalismo (sobre todo por la mercadotécnica

94
ejercida por los medios de comunicación masiva y los principales patrocinadores de
la selección), que, a la derrota del famoso cuarto partido, todo se desmorona y lo
que servía para identificar y unir, termina siendo un sueño fugaz que llena de
pesimismo y malinchismo a una buena parte de la población mexicana.

El futbol guarda un lugar privilegiado en la preferencia del pueblo mexicano,


pero el beisbol y el basquetbol han ganado terreno en la vida lúdica de la población
mexicana. Ejemplo tenaz son los triunfos de aquellos niños triquis que han ganado
en dos ocasiones, 2013 y 2016, un campeonato mundial, más allá de las dificultades
económicas que han tenido para practicar su deporte favorito.

Al lado de este ejemplo, hay ejemplos increíbles de tenacidad y de rompe


estilos o tendencias, como lo ha sido últimamente la gimnasia. Comenzando por
Alexa Moreno quien, por su compleción física que rompe con los estándares hasta
hoy establecidos por la imagen y los medios, ha sido objeto de burlas y ofensas,
pero que más allá de eso, fue la única mujer que representó a México en los juegos
olímpicos en Rio de Janeiro 2016, obteniendo el lugar 12 en la categoría de salto.
Junto con ella, hemos de mencionar, el gran trabajo realizado por Daniel Corral
quien, rompiendo con los estereotipos machistas de la sociedad mexicana, obtuvo
el quinto lugar en las olimpiadas de Londres 2012 en la categoría de barras
paralelas. 103

A estos ejemplos, hay un sinfín de personajes celebres, tanto pasados como


actuales que merecen ser mencionados, como Alondra de la Parra, directora de la
orquesta de las Américas; Lorena Ochoa, número uno del golf internacional; Sergio
Pérez, corredor de fórmula uno. Sin olvidar a grandes maestros del arte mexicano
como los muralistas y pintores Alfaro Siqueiros, Clemente Orozco, Diego Rivera,
Frida Kahlo, etc. Los grandes expositores de la música nacional y del baile folclórico.

Tanto la parte artística y la parte lúdica coexisten y cohabitan en el mexicano,


entretejidas en las venas de la sensibilidad y la tenacidad. Hay muchos ejemplos a

103
Cfr. ZAVALA, MARQUEZ, Griselda. Diez gimnastas mexicanos que deberías de conocer. [En
línea], En: https://www.atletasla.com/2018/06/17/diez-gimnastas-mexicanos-que-deberias-de-
conocer/ (15/07/2019).

95
citar, pero bastan estos para darnos cuenta de la necesidad de fomentar una
educación desde y para la creatividad, donde ambas dimensiones se recrean y se
proyectan. El reto de la educación mexicana en los ámbitos lúdicos y artísticos está
en invertir los resultados del ECOPRED, es decir, fomentar en calidad de urgencia
el desarrollo por las artes y el corrector desarrollo de la dimensión lúdica del
mexicano. Esto no sólo para la prevención del delito o el ocio mal entendido en la
población, sino para despertar en el mexicano el binomio sensibilidad y tenacidad
que habita en lo profundo de su ser.

Suena utópico y positivista esta propuesta, pero es necesaria y justa para


generar en la cultura mexicana un nuevo despertar y, sobre todo, una
reconfiguración de la identidad nacional que ha quedado al descubierto por falsas
imágenes del mexicano, como el comercial. Estos datos nos permiten descubrir que
la educación en nuestro país, más allá de ser un bien para toda la sociedad, tiene
la urgencia de ser revalorizada en favor de la misma sociedad. Es decir, la
educación tiene que tender a ser más una educación integral y complementaria
porque hoy la profesionalización y la especificidad de la época actual nos plantea la
posibilidad de la fragmentación y la individualización; que pone en juego lo común,
lo complementario y lo integral. Arte y juego son y pueden ser las herramientas
justas para mantener esta complementariedad e integridad, porque tanto la
tenacidad y la sensibilidad al encontrarse, forjan en el hombre experiencias de
libertad, de autentificación y de identificación.

Finalmente, tanto el arte como el juego, lo que pretenden es ser un espacio


de recreación y ocio del hombre, donde la libertad, la espontaneidad y la creatividad
se encuentran como pilares de la formación de él. Por ello, considero que es clave
que se revalorice en la cultura mexicana el gusto por la recreación sana y creativa
del arte y del juego deportivo, porque este par de dimensiones pueden despertar la
reflexión en torno a una nueva sensibilidad nacional que sea más humana, integral
y complementaria; donde la reflexividad y la pasionalidad pueden encontrar un
punto de encuentro.

96
3.2. Crítica y Consciencia

A partir de este estudio fenomenológico de la realidad mexicana, es necesario


una toma de consciencia nueva y crítica de lo que implica ser, existir y acontecer
como mexicano. Como bien lo vimos, Ortega y Gasset, sentó las bases de la
reflexión sobre la importancia de contemplar las circunstancias en las que vivimos,
por tal motivo, sino son salvadas por uno mismo (las circunstancias) me salvo yo.
Parafraseando a Gasset, quisiera centrar la atención de este apartado en la
necesidad de despertar una nueva idea de mexicano o de lo mexicano; ya que como
hemos visto, el mexicano comercial es un invento del consumo y las lógicas
capitalistas, pero que en el fondo es más que eso.

Partiré recordando que en a lo largo de los años 2016 y 2017, la fuerte y dura
crítica recibida por México a manos del, primero candidato y después presidente de
los Estados Unidos de América, el Sr. Donald Trump; quien con la intención de crear
un muro divisorio entre ambos países para controlar y contrarrestar el paso de
migrantes indocumentados basó su campaña y sus promesas presidenciales en
contra de la nación mexicana y los pueblos centroamericanos, forjando así células
de odio, discriminación, aporofobia, racismo, etc. Incluso llegó amenazar a México
con pagar la construcción del muro. Estos sucesos y la poca, pobre o deslucida
respuesta del gobierno mexicano en su momento, levantaron en el pueblo mexicano
la necesidad de replantearse nuestro ser, existir y acontecer como pueblo, lo que
originó en una ola de reflexiones en torno a la necesidad y urgencia de una nueva
forma de nacionalismo. Ejemplo de ello son los siguientes dos fragmentos de
artículos políticos, que incitaban a repensar el ser del mexicano; el primero del sitio
web el financiero y el segundo del sitio web de la razón.

El nacionalismo revolucionario basado en el mito fundacional de la


Revolución dejó de tener vigencia el pasado siglo. Su lugar lo ocupa un
nuevo nacionalismo, cimentado en la democracia y en la
globalización.104

104
GARCÍA RAMIREZ, Fernando. El nuevo nacionalismo mexicano. Publicado el 06/03/2017 [En
línea], En: https://www.elfinanciero.cm.mx/nacional (16/07/2019).

97
Donald Trump ha resucitado el nacionalismo estadounidense de la
peor ralea. México está obligado, otra vez, a defender su independencia
y su dignidad. Es menester formular un nuevo nacionalismo adecuado a
los tiempos. El nacionalismo mexicano del siglo XXI no puede caer en
los errores de antes; no puede conllevar, de ninguna manera, un
retroceso político, social o moral. Ese nacionalismo, que aún está por
construirse, deberá ser más democrático, más pluralista y más
sofisticado. Pero también tendrá que ser más fraterno, más emancipador
y más congruente.105

Este par de artículos son prenda de una muestra de un nacionalismo que se


ha ido despertando poco a poco en la conciencia, no solo de un sector académico
o culto del país, sino en la gran población mexicana. No es para más, pero lo que
denominamos nación mexicana, representada por su población, se ha cansado de
la incredibilidad de las instituciones políticas, sociales, religiosas, etc.; las formas de
proceder de estas instituciones y todas las situaciones que se presentan dentro de
estas. Este descontento, incertidumbre e incredibilidad a las instituciones se ha ido
reflejando y proyectando en la sociedad mexicana, mediante una crítica constante
a lo que es cada institución y a las personas que la conforman, pero a la vez, ha
despertado la pregunta por el ser, de la persona y de las instituciones. Esta
consciencia del ser ha llevado al pueblo mexicano a preguntarse por quien es en
verdad, la imagen que estas han hecho de él o es un ser único e irrepetible. He aquí
la posibilidad entonces de pensar en un nuevo nacionalismo o en una nueva imagen
de lo mexicano. Por ello, siguiendo a Héctor Aguilar Camín, ha sido indispensable
situarnos en la realidad mexicana actual, para pensarla en un contexto único e
irrepetible, que permita reflexionar desde rasgos propios, variados, únicos y
auténticos.

Lo cierto es que nadie puede definir de qué está hecha,


específicamente, nuestra identidad nacional, porque la identidad

105
HURTADO, Guillermo. Un nacionalismo mexicano para el siglo XXI. Publicado el 04/02/2017 [En
línea], En: https://www.elfinanciero.cm.mx/nacional (15/07/2019).

98
nacional no es una esencia, un catálogo fijo de rasgos implantados, de
una vez y para siempre, en la mente y el corazón de una comunidad
cualquiera. Como he tratado de recordar en estas páginas, la identidad
nacional no es sino una mezcla de historia, mitos, invenciones oficiales
e invenciones colectivas. Nuestra identidad nacional o cultural es algo
que viene del pasado, de nuestra memoria y nuestras tradiciones, pero
también es algo que está en gestación, que viene de adelante y es el
resultado de los desenlaces de nuestro presente.106

Como hemos visto, ya desde hace algunos años, se ha venido gestando un


nuevo sentir del mexicano, que deja de lado la falsa imagen comercial con la que
se ha encuadrado y encajonado al mexicano; porque en realidad este va más allá
de esas imágenes o estereotipos. Los dos primeros artículos de prensa nos
posicionan ante un nuevo paradigma de ser y acontecer como mexicanos, este
paradigma es fruto de un proceso que se ha ido gestando por el deterioro del
sistema político, la corrupción en la que se ve envuelta esta esfera de la sociedad
y por si fuera poco, la falta de credibilidad de quienes conforman la clase política; a
ello se añade las devastadoras cifras de pobreza que hay en el país, el incremento
exacerbado de la violencia en buena parte del territorio nacional, sobre todo, en los
principales núcleos urbanos, entre otros factores.

Este nuevo paradigma que se nos presenta se mezcla o se entreteje con el


fenómeno de globalización que estamos viviendo, donde la fragmentación de la
realidad, la cultura del descarte y el consumismo voraz hacen de las culturas modas
pasajeras o parte del engranaje de las lógicas capitalistas que gobiernan y manejan
la información para bien de ellas. Es decir, en medio de la globalización se corre el
peligro de caer en los extremos del relativismo o el fundamentalismo cultural; donde
el primero diluye la cultura en el mar de una y abarcante cultura, mientras que el
segundo, reconoce lo propio de la cultura, pero se cierra a ella, negando la
posibilidad del dialogo, apertura y relación recíproca entre ambas culturas.

106
AGUILAR CAMÍN, Héctor. Notas sobre nacionalismo e identidad nacional. Nexos, México, 2015.
Pág. 18.

99
Pero ante este par de posicionamientos, se abre la ventana de un
posicionamiento cultural dialogante, alternativo y actual que permita gestar las
herramientas necesarias para producir una nueva imagen del mexicano, que
supere la imagen falaz de lo comercial y supere el complejo de inferioridad que se
ha gestado en este. Sin duda este es un reto más en la cultura mexicana, que exige
el reconocimiento de cada uno de los integrantes de esta, la apertura al encuentro
de lo plural y diverso, el respeto y tolerancia en el diálogo, sobre todo, la posibilidad
de responder a la realidad de manera recíproca. Ciertamente, una cultura así puede
ser o, mejor dicho, es, una cultura crítica y reflexiva que es incomoda y piedra en el
zapato de quienes ostentan el poder y el control del país.

Quebradas las notas de la identidad cultural fomentadas a lo largo del periodo


posrevolucionario, no queda de otra que comenzar a gestar una nueva imagen de
aquello que consideramos lo mexicano.

Que la izquierda ganara las pasadas elecciones del 2018, no es más que
muestra del asqueo y el fastidio de la imagen que se había gestado por tantos años
de lo que la nación y la población mexicana era; ese triunfo de la izquierda
representó y representa el momento puntual y la hora exacta en la que la
consciencia del mexicano ha despertado, en la que los discursos sensacionalistas,
el acarreo, el borreguismo y las viejas prácticas han fastidiado; es la hora en que
se descubre que el mexicano va más allá del sombrero revolucionario, del sueño
debajo del cactus, de los huaraches y el zarape, la imagen del mexicano comercial
se ve trasgredida en esta toma de conciencia de la población, sí no del todo madura
y reflexiva en su totalidad, si ya es un indicio del camino a trabajar por conseguir la
libertad de ser y acontecer como cultura; es al hora en que se descubre una nación
polifacética, pluricultural, sensible, tenaz, perteneciente e identificada en un mismo
ser, existir y acontecer denominado lo mexicano.

Sin caer en el sentimentalismo o el afecto, la nueva realidad mexicana exige


una reformulación de nuestro ser como país independiente y autónomo que se
relaciona en un mar de relaciones internacionales y diplomáticas; exige la
reconfiguración de las notas que marcan nuestra existencia puntual, en el aquí y

100
ahora de nuestra realidad; y, sobre todo, las características que delimitan y
condicionan nuestro acontecer como mexicanos. Aunque Aguilar Camín, bien lo
precisa, no podemos reducir este nuevo sentir a unas características únicas,
tampoco podemos continuar respondiendo al presente, con paradigmas pasados.
Por tal motivo, delante de esta nueva realidad, me aventuro a delinear algunas
características que puedan ayudar a superar la imagen del mexicano comercial y
el complejo de inferioridad que se esconde en este; para ello lo hago de la mano,
de quién según Samuel Ramos es la herramienta clave para el cambio de este
sentir en nuestro país, la educación.

3.3. Del mexicano comercial a una nueva imagen del mexicano y lo


mexicano mediante la educación

Para comenzar este apartado, quisiera recordar, desde la filosofía de la


educación que el hecho educativo es un elemento constituyente del ser humano,
como lo es lo social, lo lúdico, lo religioso, lo comunitario, etc. pero guarda un lugar
privilegiado sobre las demás dimensiones, porque es el eje de conexión de las
demás dimensiones constitutivas de lo que llamamos hombre. De allí que esta
primacía nos mueva a comprender que cualquier fenómeno educador es aquel que
contempla al ser humano desde su aspecto genético, fisiológico, psíquico y social;
por lo que la dimensión educativa tiene la tarea de comprender y dar respuesta a
problemas demográficos, tecnológico, tecno-revolucionarios, históricos, políticos y
sociales en los que el hombre se desarrolla.

Ciertamente, la comprensión del término educación es algo complicado, por


educación se puede entender la acción o efecto de transmisión de conocimiento, la
corrección de una u otra conducta determinada de una persona, a un sistema,
tratado o a una institución. Esta cuestión complicada nos plantea el reto de ir
prácticamente a la fuente, a la raíz de la palabra, es decir, a la etimología de ella.
Es por lo que etimológicamente, educar tiene una doble acepción: hacer salir o
conducir y, nutrir. Lo que denota, por una parte, es que la educación es acto activo,
educarse (hacer salir o conducir) y por otra, acto pasivo, dejarse educar (nutrir).

101
Este doble movimiento ya nos permite ver que el acto educativo no es una cuestión
procesual de “a” más “b” igual a “c”; sino, por el contrario, que la educación puede
darse de una manera en una persona, pero que no se repite igual en las otras.

La educación es un vocablo lleno de significados que en la medida que se


relaciona con otros nos puede expresar en sí el ámbito científico en el que se está
formado, de tal manera que, el vocablo educación puede expresar un hecho
concreto o un proceso a seguir. Por lo tanto, educar es intervenir en la conducta de
otro, u otros, es mediar entre educador y educando y también entre educando y
meta apuntada.

Una de las finalidades de la educación es la aspiración al valor porque por


medio de ella se vecen los falsos subjetivismos, idealismo y realismos, para
proponer al educando una jerarquización de valores históricos, plurales y dinámicos
a los cuales se quieren arribar; pero para que ello se dé será necesario el testimonio
de los padres, docentes y/o responsables del acto educativo; promoviendo en el
educando el deseo de encontrar en los valores el equilibro de lo deseable y lo
conveniente para él.

Una vez planteado lo que es el hecho educativo y la importancia de este en


el proceso de la persona humana, quisiera mencionar un problema al cual se
enfrenta actualmente: el dominio de la razón por los sistemas, estructuras e
ideologías. Actualmente, la educación se enfrenta a un dominio y control por parte
de las instituciones de orden político-económico, que la coaccionan y la limitan al
cumplimiento de tales o cuales lineamientos; esta actividad amenazadora del
contexto histórico o realidad que enfrenta la educación le lleva a repreguntarse por
el por qué y el para qué de su labor en el hombre.

Ante esta situación compleja que vive la humanidad de desequilibrio entre la


especificidad y la totalidad, el hombre necesita deconstruir sus principios y
fundamentos, para generar una nueva cosmovisión intelectual y axiológica del
hecho educativo, como hecho constitutivo y esencial de la formación de su persona.

102
Es aquí, en este proceso de deconstrucción y construcción de nuevos
paradigmas, donde la pregunta por el por qué encuentra sentido. Preguntarse por
esto nos lleva a una respuesta que parece inequívoca: porque la educación es
contemplar, comprender y formar al ser humano en medio de sus diversas
relaciones consigo mismo, con el otro y con lo otro. Desde esta óptica la propuesta
de F. Niño,107 sobre la educación en y para la libertad, no es sólo una utopía, sino
una necesidad emergente ante la realidad presente; porque la educación es aquí el
proceso por el cual el hombre asume y se responsabiliza de su persona y de su
realidad en la que se desarrolla desde una clave de libertad, ya no de dependencia
ante tal o cual paradigma o estructura. El hombre se genera y se concibe a sí mismo,
desde sí y desde los demás, para sí y para los demás. O en palabras de Theodor
Adorno,108 será un por qué que pretende ser emancipador de una realidad que le
impone y le condiciona.

La pregunta del para qué de la educación se ve respondida de manera


implícita en la pregunta pasada o, mejor dicho, van de la mano; el por qué y el para
qué se ven implícitamente unidos en el paradigma emancipador de la educación.
Es decir, según Adorno, la creación de la consciencia. Pero aquello en lo que
realmente consiste la consciencia es en el pensamiento sobre la realidad, sobre el
contenido: la relación entre las formas y estructuras de pensamiento del sujeto y lo
que no es el propio sujeto. Este sentido más profundo de consciencia o de
capacidad de pensamiento no es simplemente el decurso lógico-formal, sino que
coincide literalmente con la capacidad de hacer experiencias.109

El para qué educativo está en la creación de una consciencia que sea capaz
de asumir su propia realidad y la realidad en la que se encuentra; es una conciencia
capaz de asumir la teoría y la praxis educativa.

Desde lo visto hasta aquí en el estudio fenomenológico y estas notas sobre


la educación podemos darnos cuenta de que la imagen del mexicano comercial ha

107
Cfr. NIÑO, F. Antropología Pedagógica. 1ª Ed. Cooperativa Editorial Magisterio. Colombia.
2000. P. 331
108
Cfr. ADORNO, Theodor. Educación para la emancipación. Morata. Madrid. 1998. pp.93-104.
109
Ibidem.

103
sido resultado de las diversas dimensiones y agentes que conforman la nacionalidad
y que se han educado desde una óptica concreta. Como hemos visto, el mexicano
comercial es una imagen falsa de lo que es en verdad el mexicano. Por ello, una de
las finalidades de esta tesis es la posibilidad de replantearnos una serie de
elementos caracterológicos que permitan vivir o convivir con el complejo de
inferioridad del que nos ha hablado Ramos y que, hasta hoy, sigue estando
presente, como lo hemos visto en el estudio de los últimos 80 años de vida del
pueblo mexicano.

A partir de este análisis fenomenológico de la realidad mexicana y con el


trasfondo del complejo de inferioridad presente, me atrevo a proponer una serie de
características que pueden recrear y reconfigurar la educación mexicana, con la
intención de reconfigurar la identidad del mexicano y lo mexicano; quitando la
imagen del mexicano comercial y abriendo la ventana a una nueva forma de ser,
existir y acontecer. Estas características son:

a) Consciencia de ser-Reflexividad.

La primera característica que ha de ser propia del mexicano ha de ser la de


tener consciencia de ser; es decir, que sea capaz de hacer conciencia de su
existencia, de su ser en el espacio y tiempo que le ha tocado vivir. El mexicano tiene
que ser consciente de su aquí y ahora. Con el pasar de los años, la política y, con
la ayuda de algunos de los medios de comunicación, han llevado al pueblo
mexicano a crearse una realidad que le es ajena en ocasiones y que lo hace
menospreciarse delante de otras culturas, ejemplo de ello basta ver las telenovelas,
ciertos tipos de programas de radio y televisión. Es importante que el mexicano sea
consciente de lo que es, cuáles son sus raíces, su historia, su pasado, su presente,
su futuro, sus tradiciones, su folklore, etc. La persona mexicana ha de preguntarse
constantemente ¿Quién soy? ¿De dónde vengo y a dónde voy? ¿Qué me hace ser
mexicano?

104
Y esta toma de consciencia de su ser, no es para encerar o encasillar al
mexicano en una identidad uniformada (todos igual), sino que trabajar en esta
característica es fomentar en el porvenir de nuestra cultura; ya que siendo
consciente de lo que se es, el complejo de inferioridad, las redes de la
mercadotecnia de los medios comunicación y los discursos envolventes de la
política, ya no encasillarán al mexicano en un cliente o prototipo de consumo y
manipulación, sino que se enfrentarán a un ser libre y consciente de lo que es.

b) Comunidad

Otra característica que apremia en la cultura mexicana y que esta tesis


permite descubrir, es el sentido de la comunidad. Hemos de partir intentando definir
que es una comunidad, por esta entendemos el conglomerado de personas que se
agrupan para compartir intereses o preferencias y que viven bajo una serie de
normas o reglas que condicionan y regulan la convivencia de esta. A este ser
comunidad lo caracterizaría desde la postura de Juan Carlos Scannone, como un
“nosotros”.

Este “nosotros” tiene cinco características esenciales: es un sujeto


comunitario del pensar sapiencial y del simbolizar de una óptica ético-religiosa; es
un nosotros que tiene en su base el elemento ético: hombre-hombre y el elemento
religioso: hombre-Dios como dimensiones de lectura de la realidad; un nosotros que
tiene en sus raíces una dimensión ético-política de la sabiduría y realidad
latinoamericana; un nosotros que tiene un doble arraigo en la dimensión religiosa,
simbólica y real: por un lado, al Trascendente y lo trascendente, pero por otro lado
con la Tierra, como sagrada y madre; y, este nosotros que no implica una ciencia
absoluta, pero sí una sabiduría que apunta al Absoluto.

Para el mexicano sentirse parte de una comunidad es clave, ya que es el


lugar donde se reafirma y se construye personalmente. El sentido de comunidad
para el mexicano es y ha sido clave a lo largo de la historia de nuestra nación, ya
que las grandes luchas y transformaciones del país han sido en los momentos en

105
que este sentido de pertenencia e identidad ha estado presente. En el mexicano el
“nosotros” de Scannone se hace palpable sobre todo en los pueblos rurales e
indígenas, esta identificación con el otro, la tierra y el Absoluto. Es una comunidad
en la que cohabitan sin lastimarse las relaciones interpersonales, sociales, políticas,
religiosas, éticas, etc.

La independencia, la reforma, la revolución, la cristiada, etc. son momentos


históricos que nos demuestran que este sentido de comunidad y de sentimiento de
“nosotros”, tan propio de lo humano, y arraigado en exageración en el mexicano, se
desarrolla con mayor profundidad; ya que, desde sus orígenes, México es la unión
de un sinfín de comunidades heterogéneas, que unificadas y relacionadas entre sí,
han encontraron por un motivo u otro, ya por la violencia racista generada en la
conquista o por el deseo de libertad, un sentido de pertenencia y de identidad bajo
una misma comunidad o un “nosotros”. Este sentir comunitario sigue vivo y palpable
detrás de las grandes tragedias de los terremotos en la Ciudad de México de 1985
y 2017, donde el sentido humanitario de comunidad estaba en juego. Pero
lamentablemente, el sentir comunitario que se logra dar casi siempre ante el
desastre y la tragedia se ve opacado por la cotidianidad mexicana que tiende a ser
racista, sexista, clasista, etc.; un día a día que lastima y rompe el tejido social, pero
que grita por el reconocimiento y la ayuda mutua en favor de una existencia
comunitaria.

Finalmente, este sentir comunitario es palpable en el folklore mexicano,


donde el pueblo encuentra mediante la expresión de la música, el baile, la fiesta, los
alimentos, etc. un lugar antropológico de identidad y permanencia. Claro que esta
identificación y persistencia pueden jugar un doble papel, desde algo positivo de
unidad y seguridad, o de desunión e inseguridad; es decir, el sentido comunitario
puede ser un factor positivo para el crecimiento, fortificación y reconfiguración de lo
mexicano, donde la consciencia del ser mexicano, tiene un espacio concreto para
su auto realización; pero también puede jugar un papel que lleve a la abstención de
la persona de las relaciones comunitarias por miedo a algo o alguien. Esta segunda

106
visión sería la del complejo de inferioridad que paraliza y obstaculiza el desarrollo
del mexicano.

c) Pluralidad-Diversidad

La tercera característica que puede ayudar a reconfigurar la identidad de lo


mexicano recae en las palabras de la pluralidad y la diversidad. Es decir, si ya
mencionamos que lo que consideramos México es un conglomerado de
comunidades heterogéneas; hemos de reconocer que, en cada una de ellas, hay
elementos comunes de diálogo y encuentro, pero a la vez, hemos de reconocer los
elementos divergentes que hacen de cada comunidad única y propia. Esto ocurre
en México. Nuestro país está lleno de culturas diversas, unas de origen
prehispánico, otras de origen hispánico y algunas más como mezclas de estas o de
algunas otras partes del mundo; esta diversidad de origen, pero también de ser,
estar y acontecer en el espacio y tiempo condicionan lo que llamamos México. La
diversidad nos recuerda esa belleza que existe en el país: la riqueza de múltiples
culturas que cohabitan y coexisten en una misma dirección o, mejor dicho, en una
macro comunidad denominada México.

La diversidad de lenguas, tradiciones, pueblos autóctonos y culturas hacen


de México un espacio dialogante y plural. La diversidad es tan basta y rica en el país
que negar una parte de ella, sería dejar falto al resto de su riqueza y sus dones. Por
ello, urge una educación y, sobre todo, una política que sea capaz de abrazar,
reconocer y promocionar la diversidad que existen en nuestro país. Pero también
ha de abrazar la pluralidad de pensamientos, acciones y formas de vida que
coexisten desde la más pequeña comunidad o pueblo, hasta la gran comunidad o
país; y que en un contexto de globalización que estamos viviendo, exige el
reconocimiento de la diversidad existente y la pluralidad que se da en cualquier
comunidad.

He aquí donde quisiera recalcar la diferencia y, a la vez, la necesidad de una


educación abierta a la diversidad, pero a la vez plural. Es decir, necesitamos educar

107
para una sociedad que acepte la diversidad que habita en ella, pero a la vez ha de
ser una educación plural, es decir, que sepa reconocer los diversos aspectos que
coexisten y se conforman en la misma diversidad y que se relacionan entre sí, desde
un espíritu de respeto, apertura, diálogo y valoración, hacia lo divergente y lo plural
que tenemos. Tarea nada fácil, ya que ha de luchar con el clasismo o estratificación
de la sociedad de la que somos herederos por la conquista y que vivimos hoy por el
consumo capitalista.

d) Libertad

Una cuarta característica que ayudaría a reconfigurar la imagen del mexicano


sería la libertad. Entendida esta como la capacidad de elección responsable de la
persona sobre sus actos, voluntades, pensamientos, palabras, formas de ser, etc.
Es necesario educar en México, en y para la libertad; es decir, se trata de hacer del
hombre mexicano un ser responsable, que opte por las maneras de estar en la
realidad y hacerse cargo de ella, empezando por la suya. En otras palabras, sería
educar al mexicano desde su estructura de voluntad humana en relación con su
libertad.

Es importante recordar que la educación en y para la libertad, desde el campo


de la filosofía de la educación, es un proceso de deconstrucción y construcción de
nuevos paradigmas, donde la pregunta por el por qué encuentra sentido.
Preguntarse esto (por el por qué) nos lleva a una respuesta que parece inequívoca:
porque la educación se esfuerza por contemplar, comprender y formar al ser
humano en medio de sus diversas relaciones: consigo mismo, con el otro y con lo
otro. En fin, la educación liberadora de la que hablamos es aquella que constituye
al hombre como ser en permanente proceso de liberación; es decir, que está en
constante apoderamiento de sí mismo, por sí mismo y para sí mismo. Delante de
esta propuesta se presenta un reto grande, superar las lógicas de dominio y control
por parte de quienes ostentan el poder adquisitivo del país, ya que las personas
libres pueden enriquecer o pueden entorpecer los intereses de estos, todo depende
de la capacidad de liderazgo que estos tengan delante de la población. A la par de

108
este reto, está el reto de liberar la educación de las lógicas de dominio y control para
recupere su sentido esencial de ser configuradora de la persona humana, esto
exigirá un compromiso total de todos los miembros de la comunidad educativa,
sobre todo de los profesores y los alumnos, agentes principales en el proceso de
aprendizaje y enseñanza.

Por ello, es indispensable que el mexicano sea educado en esta óptica, sea
educado en el apoderamiento de su libertad y del respeto de la libertad del otro,
porque en la medida que sea consciente de su ser y responsabilidad en la sociedad,
será consciente y reflexivo de lo que le condiciona y oscurece en su cotidianidad. El
fenómeno del complejo de inferioridad tiende a ocasionar en las personas cierta
dependencia, gracias a la inseguridad en la que viven estas. Para evitar esta
dependencia o falta de autonomía en el mexicano, es importante que sea educado
en el uso de su libertad. El mexicano comercial ha sido consecuencia de una falta
de educación en y para la libertad, porque ha sido creado, manipulado y aniquilado
por las estructuras de poder político-económico que, con ayuda de los medios de
comunicación masiva, han hecho de la suya, para coaccionar la libertad de una gran
parte de mexicanos; quienes han tenido que vivir desde la falta de libertad, su ser,
estar y acontecer. En pocas palabras, el mexicano comercial no ha tenido elección
de su ser y estar, sino que se le ha condenado a una imagen y estereotipo a cumplir;
en gran parte por la mercadotecnia y las lógicas de consumo, y por otra por los
condicionamientos de su existencia.

e) Creatividad

Quizás una de las dimensiones menos desarrolladas en la educación


mexicana es la creatividad, pero que en el siglo XXI es uno de los campos que más
alegrías le ha retribuido al “nosotros” mexicano. Una de las grandes faltas de
nuestro sistema educativo ha sido el incentivo, impulso y sostenimiento a la
creatividad de la población académica, sea cual sea la edad o área. La poca
inventiva para aprovechar los escasos recursos estudiantiles o el gasto mal
empleado ha llevado, según mi pobre parecer, a que el sistema educativo mexicano

109
se convierta en un sistema de producción que genere personas en serie, sin
capacidad reflexiva y, sobre todo, sin creatividad para afrontar los pequeños y
grandes retos de la vida misma.

La creatividad es la capacidad de hacer de algo, de crear, de inventar, de


realizar. Esta capacidad considero que es clave en un México como el de hoy,
donde la pluralidad, la globalización y el consumismo mundial, exigen de la persona
la capacidad de inventarse, crearse y recrearse desde sí y para sí. Las lógicas del
capitalismo expresadas en el consumismo devorador y la reinante cultura del
descarte han hecho del hombre, o bien un esclavo o bien un ser creativo que sabe
enfrentarlas; el mexicano no es exento a estas lógicas, aunque viva en los pueblos
más lejanos y menos urbanizados, estás lógicas exigen una postura firme y certera
delante de ellas y sus consecuencias. Por tal motivo considero que la educación en
la creatividad, puede ser una herramienta indispensable de cara a la configuración
de una nueva imagen del mexicano, ya que puede esta ser un estímulo o incentivo
en las personas para descubrir nuevos horizontes o nuevas posibilidades de ser y
estar en el mundo.

La educación en la creatividad exigirá una mayor comprensión de la persona


humana, como un todo y de cada una de las partes que la componen; para hacer
de la creatividad una verdadera característica y no solo un herramienta para ciertas
cosas; es decir, una característica que puede recrearse en las dimensiones
psicoafectivas del mexicano, pero que puede también inventar en las áreas éticas,
religiosas y sociales de esta, al igual que pueda imaginar nuevas políticas en favor
del bien común y de la mayor parte de la población, etc. Urge en México una
educación que incentive la creatividad en el campo de la ciencia, el arte (pintura,
música, cine, etc.), el deporte, la gastronomía, etc.

f) Límites

Hasta ahora parece ser que las características mencionadas nos harían crear
o caer, según se quiera ver, en una utopía, agradable de leer, pero imposible de
concretizar. Por ello, considero que es clave que una característica más a
desarrollar en la educación mexicana sea la de los límites. Es decir, educar a la

110
persona para que sea capaz de reconocer las situaciones límites o fronterizas de
su vida. Es decir, que sea capaz de descubrir que la vida se constituye de este
diálogo, al estilo de Ortega y Gasset como ya vimos, entre el yo personal y las
circunstancias que le rodean, donde hay situaciones o experiencias que le
condicionan y determinan, como a la vez, hay decisiones que condicionan o
delimitan las experiencias o situaciones.

Considero de vital importancia que una educación de límites sea realista y


verdadera, porque si no es así puede generar un negativismo o posicionamiento
cerrado delante del resto de características que se intentan fomentar en este estilo
de educación mexicana para una nueva imagen del mexicano. Ser realista implica
conocer los contextos, los destinatarios, los materiales, los canales de
comunicación, los educadores que llevarán la tutela de educar, etc.; pero este apego
a la realidad ha de ser de la mano al apego de la verdad; para ser capaz de quitar
de las situaciones o experiencias los velos que pueden negar la existencia auténtica
del mexicano. El conocimiento real y verdadero de la realidad permitirá a la
educación generar una reflexión más consciente que sea capaz de proponer
caminos o acciones por superar estas limitaciones de la pobreza, la violencia, el
desempleo sistemático, etc.

Considero que hay tres limites que son palpables a simple vista en nuestra
sociedad mexicana y que son condicionantes de toda estructura social y, por ende,
de la educación misma. La pobreza, es la primera situación o experiencia que
condiciona a la persona, ya que, desgraciadamente la educación, en ciertos
campos, se mide por los niveles de estatus económicos de los que se dispongan.
Una segunda experiencia que aqueja a la educación es la que denominaremos la
falta de oportunidades, es decir, la falta de empleo y la falta de acceso a la
educación, sobre todo a nivel universitario y de profesionalización condicionan y
marcan la educación en nuestro país. Finalmente, la tercera y última experiencia es
la de la muerte, la cual en nuestra cultura tiene una doble cara, por un lado, la fiesta
y la alegría, pero por otro el dolor y la resignación; incluso en esto se necesita la
educación, como eje que permite reconocer el fin y el principio de la vida humana.

111
1. Pobreza

La experiencia límite de la pobreza es una realidad en nuestro país, según el


Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en su
estudio del 2016 la pobreza en México se estimaba en el 43.6 % de la población
total, lo que equivaldría a unas 53.4 millones de personas que sufren la pobreza.110
El dato es alarmante y real, pero a la vez provocador. Aunque en nuestro país la
educación básica y medio superior sea obligatoria y gratuita, una gran cantidad de
niños y jóvenes se ven imposibilitados de tener acceso a ella, por los gastos que
esta puede generar para la familia.

La pobreza es una de las experiencias limites más grandes que habitan en


nuestro país, desgraciadamente, gracias a la falta de recursos económicos y la mala
distribución de estos tienen condenados a más de una cuarta parte de la población
del país a no poder pensar en estudios superiores o mínimo de alcanzar la
educación media superior. Limitando con ello las posibilidades de cambiar su
entorno y sus circunstancias; esta limitación es real y dura, pero no condiciona o
cierra las puertas para que la educación se pueda dar. Por tal motivo es importante
educar al mexicano desde esta perspectiva, para que, en libertad y creatividad,
pueda sacar el mejor provecho de lo que tiene y a lo que puede acceder. Con ello
no digo que el pobre, pobre se quede, sino que se le faciliten los medios para que
este sea capaz de aprovechar a lo que le rodea.

Por último, la experiencia límite de la pobreza exige un compromiso de la


sociedad entera por luchar y promover una educación igualitaria, sobre todo, para
las personas que viven en situaciones de extrema pobreza y a quienes las lógicas
del capitalismo tienen como unidad básica para que el sistema económico pueda
funcionar. Ciertamente, este es uno de los grandes retos de la educación, que exige
la superación de la idea mercantilista y capitalista de que la unidad básica del
engranaje del sistema económico es el pobre, porque es el quien por su deseo de
superación sostiene y sustenta la vida de una pequeña porción de la sociedad; el

110
Cfr. [En línea], En: https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/PobrezaInicio.aspx
(28/06/2019).

112
reto está en superar la visión del pobre como un medio para el enriquecimiento de
algunos, y contemplarlo como un ser humano con dignidad, derechos y obligaciones
igual que los que ostentan el poder.

2. Falta de Oportunidades

La segunda experiencia en la que se ha de educar al mexicano ha de ser,


lamentablemente, en la falta de oportunidades; es decir, educarle ante el desempleo
y la escasez de posibilidades de estudiar a nivel superior. Ciertamente, ambas
situaciones son un problema para el mexicano promedio, pero ambas se han de
enfrentar, desde los más altos funcionarios o servidores públicos, hasta el último
ciudadano. La educación, como ya lo mencionamos, tiene una función liberadora,
que en relación con estos dos factores se ve opacada y falta de sentido en un alto
nivel de ciudadanos; ya, que después de tantos años de estudio y dedicación, las
consecuencias no se pueden evitar.

Según el INEGI la tasa de desempleo, a finales del 2018, estaba en el


3.6%,111 lo que equivaldría a un millón novecientos noventa y seis mil personas que
viven este fenómeno; y el mismo INEGI, en su censo del 2015, sostiene que, de la
población estudiantil mayor de 15 años total del país, solo el 18.6%112 cursa el nivel
superior y un grupo todavía más reducido un posgrado o doctorado. Estos datos
son alarmantes, porque entonces nos encontramos con un límite propio de este par
de fenómenos, por un lado, la falta de formación y por el otro, el lado opuesto, una
sobre demanda de mismos empleos.

Por ello, es importante educar en y para la libertad en nuestro país, para que
la persona pueda descubrir, mediante su libre albedrío y su sano juicio, lo que más
le convenga, evitando la ruptura de estudios, el rechazo a ellos e incluso la visión
de que la educación estorba para el desarrollo de la persona. Algo semejante pasa
con el desempleo, se necesita educar en el trabajo, los beneficios y éxitos de este,

111
Cfr. [En línea], En: https://www.infobae.com/america/mexico/2019/01/23/la-tasa-de-desempleo-
en-mexico-subio-a-36-por-recortes-en-la-burocracia/ (29/06/2019).
112
Cfr. [En línea], En: https://www.inegi.org.mx/temas/educacion/ (29/06/2019).

113
pero con la consciencia clara y objetiva de que el desempleo es la otra cara de la
moneda, la contra parte que nadie quiere y desea, pero que es real.

Mencionamos este par de factores, porque si somos conscientes de ellos y


del límite que implican en la persona; quien se enfrente a ellos, tiene la opción de
saberlos comprender y buscar una respuesta creativa, o se puede dejar guiar por la
desesperación, pesimismo y negatividad que le lleve a respuestas rápidas,
deshonestas e inhumanas, como lo son la corrupción, las drogas, el narcotráfico,
etc. Es importante que la educación desde los primeros niveles enseñe que la
posibilidad de la moneda puede ser de un lado o de otro, que el límite en ocasiones
puede depender de uno, pero en otras ocasiones de factores externos, como los
que acabamos de ver; pero sea de donde sean, una buena educación de los límites
permitirá al mexicano tener claro que la vida de uno tiene un límite o un fin, allí
donde la frontera del otro y lo otro comienza.

3. Muerte

El tercer y último límite que quisiera citar y que considero clave en la vida del
pueblo mexicano recae en el hecho final de la vida humana, la muerte. Este
fenómeno es bipolar en nuestra cultura, por un lado, se expresa el dolor y la tristeza
que hay delante del final de la vida misma de un individuo, pero por el otro lado,
desde nuestros antepasados y desde las diversas creencias religiosas que
cohabitan en nuestro país, pudiéramos distinguir que el hecho de la muerte es un
hecho celebrativo y que evoca a la fiesta.

Ambas visiones de la muerte predisponen y condicionan nuestro actuar de


cara a la vida y al cuidado de esta. El límite de la muerte es tan lejano y cercano
para todo hombre; en el caso de las condiciones de vida del mexicano, y
desgraciadamente, por el aumento de violencia en el país, comienza a ser un hecho
cada vez más cercano. La muerte como fin de la existencia, exige y compromete el
ser y la existencia completa de cada hombre, por tanto, si es un hecho tan humano,
ha de ser contemplado por la educación; porque esta última, como configuradora

114
del hombre ha de observar todas las dimensiones que conforman lo que llamamos
hombre.

Una educación sobre la muerte para el mexicano sería clave para


comprender el límite de la existencia humana y la frontera de la celebración de una
vida más allá de esta. Ambas creencias son nuestras, son tan humanas, pero tan
mexicanas; sino ¿Por qué el cine, la música, las artes y más expresiones de la
mexicanidad viven y se alimentan de ella? No es curioso que las grandes canciones
y películas mexicanas referentes a las cuestiones de las creencias de la muerte, la
fiesta del día de difuntos y su peculiar colorido o folklor se han tan vendidos,
consumidos y aceptados a nivel mundial. Hemos de reconocer que esta
peculiaridad, que nos sirve para broma y fiesta en vida, pero que cuando se vive se
experimenta en dolor y tristeza, la hemos hecho tan mexicana con nuestro folklor.

Por ello, es indispensable saber lo que significa el hecho de la muerte en


medio de la comunidad mexicana; ser consciente de los límites y de las
consecuencias que esta pueda tener en la vida de la comunidad y del individuo. La
muerte es principio y fin de nuestra cultura, porque es principio de verificación de la
propia existencia y es, a la vez, fin del ser mexicano.

Si siguiéramos escarbando o buscando en la cultura mexicana,


encontraríamos más elementos que nos permitieran precisar una caracterología
más completa del individuo mexicano o de aquello que consideramos distintivo de
lo mexicano. Pero considero que estas seis características o ejes en los cuales
centrar la educación de cara al futuro de nuestra nación pueden marcar el rumbo de
una identidad nacional basada en una seguridad personal de lo que se es, evitando
caer con ello, en el complejo de inferioridad y en las redes del mexicano comercial
propio de las lógicas del capitalismo y consumismo que mandan hoy en día.

3.4. Conclusiones

Como hemos visto, el hecho educativo tiene como eje transversal dos líneas
o preguntas que le posicionan delante de la realidad y le ayudan para apropiársela.

115
El por qué y el para qué educativo son las coordenadas necesarias para encaminar
la educación mexicana en superación de la imagen del mexicano comercial y con
ello el complejo de inferioridad que continua vigente en la sociedad mexicana. Ya lo
mencioné antes, aunque pueda sonar utópico o idealista, la educación mexicana
puede gestarse desde ciertas líneas temáticas que comprendan la integridad de
aquel o aquello que denominamos mexicano o lo mexicano.

El por qué de una educación nueva para el mexicano recae en el sentido que
en la medida que seamos conscientes de que esta pregunta lo que tiene como
finalidad es abrazar la realidad para intentar cambiarla, porque hay una porción de
ella que tiene que mejorar, corregir errores o cambiar posicionamientos; por ello, la
pregunta por el por qué en la educación mexicana es la apertura para revisar,
analizar, comprender y reflexionar sobre la imagen que se ha vendido del mexicano,
como un medio del comercio y del consumismo, reduciendo al mexicano a un cierto
estereotipo que más que a cercar a la realidad aleja, ya que la imagen que se vende
es la del mexicano campesino de la revolución, alcoholizado, dormido y perezoso.
Pero la pregunta es única ¿es vigente y total esta imagen del mexicano?

Considero que es obvio que no, primero porque la imagen más que real es
consumista y esclava de las lógicas del capitalismo, que por vender esclaviza o
estigmatiza una cultura o persona con la finalidad de vender el producto que se
quiere ofertar. En esta lógica descansa el complejo de inferioridad del que tanto
hemos hablado y que considero sigue vigente en la mente del mexicano, tanto los
poderes políticos, económicos, religiosos, sociales, etc. han manipulado y
mantenido la consciencia del mexicano en una capsula que le ha hecho creer que
es inferior, que no puede, que es dependiente, etc. sin dejarle ser libre, autentica y
creadora. Por ello es importante educar por qué el mexicano no sea esclavo ni de
complejos, ni de estereotipos, sino sea consciente de su libertad, de su ser, su existir
y su acontecer.

Así como el por qué nos posiciona delante de la realidad sin velos ni tapujos,
la pregunta por el para qué de la educación nos abre la posibilidad de posicionarnos
nuevamente delante de la realidad; es decir, con el por qué somos conscientes de

116
que lo mexicano que hemos conocido en una buena parte ha sido una imagen
fundada y fomentada por los medios de comunicación que responden a las
necesidades y urgencias de quienes sustentan el poder económico. El para qué en
cambio es la posibilidad de una vez descubierta la realidad en su sentido puro y
neto, permite reconstruir o construir algo que pueda dar respuesta a las necesidades
actuales; por tal motivo, si ya hemos descubierto la realidad y ya, hemos intentado,
reconfigurarla; tocaría poner en marcha lo que fue el pasado apartado de esta tesis.
Es decir, el para qué de lo mexicano.

El para qué de lo mexicano se ha intentado expresar en una serie de


características que, quieren y pretenden, ser una luz para guiar el camino educativo
del mexicano que quiere romper con el estereotipo comercial y ser consciente del
complejo de inferioridad que habita en la cultura mexicana. Por ello, lo importante
aquí no es plantear una serie procesual de pasos a seguir, sino que más bien, esta
caracterología propuesta lo que pretende es iluminar la vida del mexicano y de la
mexicana del siglo XXI, ya sea pelado, pedante, burgués o mexicano de la ciudad,
según la clasificación de Samuel Ramos; o en otra clasificación: pobres, ricos,
campesinos, indígenas, citadinos, analfabetos, letrados, etc. Lo importante es
detectar lo que ata y no a libera, para tomar consciencia de ello y buscar la
respectiva libertad de nuestro ser y existir.

Por ello, esta caracterología planteó en un momento la toma de consciencia


como paso para la reflexividad, es decir, ser consciente de lo que le sucede al
mexicano aquí y ahora, para repensar y reorganizar su escala de valores con los
que acontece en su día a día. Pero con esta consciencia su sentido de pertenencia
e identidad a una comunidad concreta, la mexicana. Como valor principal de esta
consciencia nueva y definida del mexicano, reina la libertad, no como libertinaje,
sino más bien como consciencia de ser y existir en una cultura. Pero la libertad,
necesita del reconocimiento de la diversidad de culturas que se agrupan en lo que
denominamos México, y la pluralidad de grupos, personas o instituciones que
conviven y se relacionan entre sí en medio de cada cultura y de toda la cultura
mexicana.

117
Las dos últimas características de lo mexicano propuestas en esta tesis, la
creatividad y la consciencia de los límites, pretenden incitar, motivar y alentar al
mexicano a confabular todo lo pasional, tenacidad y sensibilidad que habitan en el
individuo mexicano con su realidad limita, por momentos, y condicionada por las
experiencias de pobreza, falta de oportunidades académicas y laborales, y por la
tan dolorosa, festiva y cercana, muerte. Pero es confabular todo ello, desde el
proceso reflexivo, para vivir más auténticamente el ser, el existir y el acontecer de
nuestra mexicanidad. Una mexicanidad que exige ser reconocida, reinterpretada y
reconfigurada en pro de superar el complejo de inferioridad y la falacia del mexicano
comercial, para abrir paso a la naturaleza de lo que es lo mexicano.

118
REFLEXIONES FINALES

Considero que los objetivos planteados en el protocolo de tesis y el camino


emprendido a lo largo y ancho de esta tesis se han cumplido cabalmente cada uno
de ellos, se mostraron en un primer momento los antecedentes filosóficos de
Samuel Ramos. Se mostró su pasión y su defensa de lo mexicano mediante el
estudio y comprensión de la filosofía de su maestro Antonio Caso y su
contemporáneo José Vasconcelos. Se mostró la comprensión y la relación que
encontró entre el complejo de inferioridad y su trasfondo en la caracterología de lo
mexicano. También se analizó la influencia que ejerció Ortega y Gasset en la
filosofía de Ramos.

Esta tesis además encontró ciertos parámetros para poder reflexionar


entorno de lo mexicano: la necesidad de la historia de nuestro pueblo como un
medio eficaz para interpretar y conocer, el presente y el futuro, de nuestro ser y
acontecer como pueblo; el sentimiento de inferioridad expuesto por Adler y
propuesto por Ramos en nuestra caracterología mexicana continua vigente en la
cultura mexicana, pero no es un elementos definitorio, sino que es una posibilidad
para comprender las lógicas colonialistas que en él hay y que han gobernado en la
caracterología de nuestra cultura hasta nuestros días; la necesidad de ver la
realidad mexicana con criticidad y espíritu reflexivo, evitando los extremos de un
pesimismo o del otro lado, cayendo en una sola utopía. Un parámetro más sería la
educación como medio transformador del ser y existir de lo mexicano, desde una
óptica consciente de la pluralidad y la diversidad que existe de poblaciones que
cohabitan en lo que llamamos México. Un último parámetro será el folclor mexicano,
porque la expresión de las bellas artes, las costumbres y tradiciones de nuestro
país, nos recuerdan las raíces y la savia a la que estamos llamados a ser y
acontecer.

Finalmente esta tesis, se ha aventurado a plantear la posibilidad de un


replanteamiento de la educación mexicana, desde la libertad, como medida de
realización del yo profundo de la cultura mexicana, es decir, como camino de
realización personal y comunitaria de los y las mexicanas en su ser y acontecer;

119
pero esta educación en la libertad debe de premiar de una serie de características
como lo son: la reflexividad y toma de consciencia para ubicar nuestra presencia
como cultura en el tiempo y espacio que nos ha tocado vivir; el sentido de
comunidad, como medio para la propia edificación de la identidad y de la
pertenencia donde hay un sinfín de formas de ser y existir de lo mexicano, buscando
la unidad, como finalidad; al lado de este sentir comunitario, ha de ser una
educación basada en la pluralidad y la diversidad, que sea capaz de dignificar,
reconocer y promover la variedad de grupos étnicos, comunidades, sentires, ideas,
etc. que cohabitan en nuestro país; a esta educación se le añade, como medio de
expresión la creatividad, es decir, se ha de fomentar una educación que estimule y
genere en los y las mexicanas un espíritu inventivo y propositivo capaz de
transformar las pequeñas realidades de la cotidianidad, a la par de esta
característica de la educación, propongo la reflexión, consciencia y búsqueda de
salida de los límites que hay para que se genere una educación diferente en nuestro
país, la pobreza, el desempleo estructural y la falta de oportunidades académicas
de nivel superior.

Por ello, de la mano de la reflexión de la filosofía de la educación, se nos abre


la posibilidad de replantear el por qué y el para qué de lo mexicano. Lo importante
es ser consciente de por qué queremos cambiar nuestra realidad cultural, por qué
es necesario gestar una nueva o redireccionar la identidad mexicana basada en
nuestras raíces y nuestro ser, desmitificando las imágenes falsas que el
colonialismo capital ha puesto en nuestras espaldas y que sin criticidad aceptamos.
Para qué reconozcamos, desde la libertad y la reflexividad, la pluralidad, la
diversidad y la creatividad que habitan en nosotros y que se abren paso como
medios de crecimiento y desarrollo de la comunidad mexicana. Este replantearse lo
mexicano desde la cultura, nos implica un reto grande, el reto de saber compaginar
lo que queremos con lo que tenemos, es decir, sin quitar el dedo del ideal al que se
quiere llegar, pero comprendiendo e intentando dar respuesta de las diferentes
situaciones no tan favorables que se viven en nuestro país, como lo son: la pobreza,
el desempleo, la violencia, el narcotráfico, la corrupción, etc.

120
Esta tesis se plantea el reto de ser un estímulo de quienes tendrán que llevar
a cuesta este cambio de perspectiva de lo mexicano, en un primer lugar, cada
mexicano o mexicana que es consciente de que su ser y su acontecer van más allá
de lo que la globalización y el consumismo nos etiqueta; en un segundo lugar, los
alumnos y profesores como principales agentes del despertar de la consciencia de
lo mexicano, cierto que la responsabilidad de tan ardua labor debe estar
confeccionada de forma estructural: gobierno, instituciones sociales, células o
entornos más pequeños de la sociedad, los individuos, etc., pero esto no quita de
las escuelas el derecho y la obligación de ser un grito de la consciencia del pueblo.
En un tercer agente de este cambio, han de estar las instituciones gubernamentales
y sociales que pueden gestionar y promover, económica y humanamente, un nuevo
paradigma de lo mexicano.

Al final de este recorrido descubro que decir lo mexicano, es decir más de mil
palabras, de mil rostros, de mil ideas, etc. Es intentar etiquetar o caracterizar lo que
no puede ser, porque una simple etiqueta no resume lo que hay en sí en el
mexicano, porque la etiqueta podrá ser adjetivo, pero no verbo de lo mexicano. Lo
mexicano es un intento por poner nombre a lo que es verbo y es más allá a simple
vista de lo que nos puede definir o marcar. De manera personal, esta tesis me ha
permitido reflexionar entorno a mi ser, existencia y acontecer como mexicano en
medio de un mundo cada vez más plural, diverso y heterogéneo; donde lo que soy
es parte del engranaje humano, pero que es más allá de una simple etiqueta
comercial. Por que la etiqueta comercial, no representa a las miles de mujeres que
salen a ganarse el pan de cada día en el servicio a ricos, al padre de familia que
viaja horas para llevar el sustento a casa, porque no caracteriza a quienes no son
narcotraficantes, porque a la etiqueta comercial se le olvidan los niños que triunfan
descalzos, las señoras que dan de comer en bolsas a los migrantes, los y las que
día a día han de soportar horas pesadas de trabajo, o simplemente, han de vivir una
cotidianidad que no se ve reflejada en el comercio. Porque lo mexicano, no es
comercial, sino existencial. Porque lo mexicano, no es estereotipo, sino prototipo.
Porque lo mexicano, no es falacia, sino realidad.

121
BIBLIOGRAFÍA

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