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Toda la Creación Espera

Devocional de 6 días.

La creación tiene una expectativa apremiante

Mientras estudiamos la historia de la humanidad, descubrimos rápidamente que después de la caída del
hombre, la tierra fue maldita. El pecado manchó la creación. Piensa en esto por un momento, la tierra,
montañas, ríos, y toda la vida en los diferentes ecosistemas, han sido testigos de las implicaciones de la
desobediencia de la humanidad. La tierra ha sido testigo de generaciones de pecado. Ha sido testigo
durante generaciones de la enemistad, guerra, abuso, injusticia y dolor provocado por la decisión de la
humanidad de separarse de Dios.

Pablo escribe a la iglesia y le dice que considera que no vale la pena comparar nuestros sufrimientos
actuales con la gloria que será revelada en nosotros. Él dice que la creación está gimiendo y anhelando
que los hijos de Dios se manifiesten; está esperando a la iglesia, a aquellos que hemos sido salvos,
renovados y liberados para emerger, pararnos y tomar nuestro lugar. La creación fue sometida a la
frustración y ahora espera con gran entusiasmo el día en que se unirá a los hijos de Dios en una gloriosa
liberación de la muerte y decadencia.

La creación no está esperando una iglesia cansada, distraída, o indiferente; no está esperando una
iglesia con ídolos o una iglesia aletargada. La creación está esperando una iglesia que prevalece; una
iglesia que dirige, ora y es poderosa (sobrenatural), apasionada y profética. Por eso Pablo también
asevera que: Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo
que Dios ha preparado para quienes lo aman.

1 Corintios 2:9 / Romanos 8:18-21

Día 2

Una iglesia actual

Dios dio la tierra a la humanidad. Pero cuando la humanidad pecó, renunciamos a nuestra autoridad en
la tierra y el enemigo tomó dominio sobre ella. Aquel día, cuando Cristo murió y resucitó, sucedió algo
muy significativo. La Biblia dice que antes de ascender, Él descendió y le quitó las llaves de la autoridad
al enemigo. Y cuando se levantó de la muerte, sosteniendo las llaves de la autoridad en su mano, dijo
estas palabras: Se me ha dado toda la autoridad en el cielo y en la tierra. En otras palabras: «Retiré las
llaves de la autoridad al enemigo». Y luego se dirigió a cada uno de sus discípulos y dijo: Por lo tanto,
vayan y hagan discípulos en todas las naciones. Fue en el contexto de hablar de su autoridad que le dio
este mandato a su iglesia. La gran comisión fue un mandato de liderazgo. Él nos pidió que hiciéramos
discípulos en todas las naciones, guiando a cada individuo en su camino de discipulado.
Pablo escribió a la iglesia en Colosenses y dijo: Permítanme recordarles que cuando Cristo murió, desligó
y desarmó al enemigo. Él lo despojó de su autoridad y usted, la iglesia, ahora posee la autoridad para
dirigir. Pero a veces el enemigo lo olvida, y piensa que la autoridad le pertenece.

En el libro Éxodo, cuando Moisés y Aarón estaban de pie ante el faraón, Aarón arrojó su vara, como lo
mandó Dios, y la vara se convirtió en una serpiente. Faraón llamó a sus magos y tomaron sus varas, las
tiraron al suelo y se convirtieron en serpientes. Pero luego, la vara de Aarón se tragó las varas de todos
ellos. La autoridad legal siempre supera el poder ilegal. El enemigo tiene poder, pero somos la iglesia,
quienes tenemos autoridad. Hemos sido autorizados para discipular y guiar personas de todas las
naciones. La creación misma está esperando ansiosamente por la manifestación de los hijos de Dios;
anhela que los seguidores de Jesucristo tomen la autoridad que se les ha conferido y la guíen.

Efesios 4:8-10 / Colosenses 2:14-15 / Mateo 28:18-19 / Éxodo 7:10-12

Día 3

Una iglesia de oración

Tal vez estés familiarizado con la historia de Ana, de cómo deseaba tener un hijo. Pero leemos dos veces
que fue el Señor quien cerró el vientre de Ana. Ella deseaba tanto un hijo, que fue al templo y derramó
su corazón en oración con tanta intensidad que el sacerdote pensó que estaba ebria. Dios escuchó y
eventualmente le dio a Ana lo tanto anhelaba.

A veces, cuando las puertas se cierran, no es señal de que no es de Dios; es solo una prueba de que
debemos perseverar un poco más. Dios en su sabiduría y soberanía permitirá que se cierren las puertas
o Él mismo las cerrará. Dios no quería que Ana tuviera un bebé como cualquier otra persona, sino que
insistiera en la oración para darle un hijo de destino, un profeta que hablaría a la nación. Quería darle un
milagro.

A menudo, Dios dejará que las puertas que debemos atravesar, el territorio que se supone que debemos
reclamar y las cosas que vamos a poseer, aparentemente estén cerradas. Eso no significa que nos
retiremos. Significa que debemos perseverar en la oración como nunca antes. La iglesia sabia, con
discernimiento espiritual, sabe que a veces Dios no quiere que tan solo tengamos una transición simple.
Él quiere manifestar su gloria en el proceso, revelar su carácter y personalidad, establecer el liderazgo
de su siervo, transferir la riqueza y mucho más.

Algunos conocemos las promesas de Dios, sus propósitos y el llamado que administramos y llevamos.
Pero podemos encontrarnos con puertas cerradas y pensar: «Tal vez no sea de Dios». El mensaje para ti
es perseverar en la oración. Cualquiera puede reubicarse o mudarse de una temporada a otra. Pero Dios
quiere alcanzar tu vida entera con su diestra de victoria y transformar todo por completo. Nada se verá
igual otra vez.
En el evangelio de Juan, Lázaro está enfermo, y Jesús le permite morir. Cualquiera pudo haber obtenido
una sanidad, pero Jesús quería que Lázaro obtuviera una resucitación. A veces, Dios deja que las cosas
mueran. Él dejará que las circunstancias parezcan completamente desesperadas. Pero cuando la puerta
se ve más cerrada y el camino parece más difícil, la iglesia que ora, sabe que es hora de perseverar.

Cuando lleguemos a donde Dios nos ha llamado a ir, nada volverá a verse igual. Estamos cambiando
todo. La creación está esperando una iglesia que sepa orar y abra una puerta que ningún hombre pueda
cerrar.

1 Samuel 1:1-7 / Éxodo 10:20 / Juan 11:1-16

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