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contexto histórico
MOLINA MARTÍNEZ, José L., Anticlericalismo y literatura en el siglo XIX. Murcia, Servicio de
Publicaciones, Universidad, 1998, 402 pp.
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Varios son los temas recurrentes que llaman la atención a lo largo del volumen. El
anticlericalismo nace apoyado por los vestigios de los corazones despertados tras la Revolución
Francesa, los cambios sociales propiciados por las revoluciones que comienzan a extenderse por
el resto de Europa hacen mella en la religiosidad férrea española. En general, no es el
cristianismo en sí lo que levanta escamas, sino el papel de la Iglesia y la Inquisición en la
sociedad. Son, incluso dentro de la propia Iglesia, muchos clérigos los que quieren separar la
institución de la religión. Durante los años que dura esta transición que va dando bandazos entre
liberalismo y vueltas al Antiguo Régimen, los ilustrados deben abandonar el país exiliados para
preservar sus vidas, dedicándose a escribir sus obras anticlericales o críticas nacionales en el
extranjero. Estos emigrantes son los que, en esas circunstancias, trabajarán en los espacios
creados por los nuevos Hispanófilos para enseñar español. Si bien es cierto que los ilustrados
españoles escriben en el extranjero, los trabajos de investigación y manuales se hacen de igual
forma fuera del país, con bibliografías francesas, inglesas o alemanas y con un gran número de
autores e información relevante, pero ningún interesado o investigador español. Es aquí donde
nos encontramos con otra de las características del Hispanismo: España está sumida en sus
propios conflictos internos y deja a un lado la literatura y la cultura para centrarse en
solucionarlos, mientras que el resto de Europa, fascinada por el temperamento y la trayectoria
cultural española, redacta manuales y aboga por la evolución política, ya tardía, que no termina
de consolidarse en el país. Son estos mismos interesados de lo hispano los que, tras afirmar que
los problemas literarios que sufre el país derivan de los problemas políticos (los españoles no
escriben sus propios manuales desde un punto de vista filológico o de interés), deciden
encabezar estas investigaciones a finales del reinado de Fernando VII con la ayuda de algunos
exiliados.
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Como síntesis, la obra de José Luis Molina realiza un trayecto por el siglo XIX anticlerical español
mientras, a su vez, puede ir viéndose el nacimiento del Hispanismo como un pequeño interés
cultural hasta, ya en el siglo XX, consolidarse como un concepto en sí mismo. Muchos son los
autores mencionados en la obra exiliados, todos pasando el resto de sus vidas en estos países
hispanistas e, incluso, negándose a volver. Es por ello que, tal y como se ha podido constatar
con la teoría del máster, los propios hispanos son los últimos en valorar y realizar trabajos sobre
su propia identidad, quedando esto siempre en manos del resto de Europa. Desde la expulsión
de los franceses, el intento por introducir la República, la creación de la Institución libre de
enseñanza…España está plagado de momentos históricos que marcan la personalidad de sus
ciudadanos, pero están tan sumidos en estos conflictos que no son capaces de desarrollar el
interés por su propia historia hasta años después.