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Los afrocolombianos como legatarios de un pasado común, esclavista y


español
PAULA GISELL PUELLO DÍAZ

Para introducir el tema a tratar, quisiera empezar diciendo que


se entiende por afrocolombiano. En términos concretos, un
afrocolombiano es una persona de raza afro que había en Colombia o
un colombiano descendiente de negros africanos. Pues, cabe
recordar que, alrededor del siglo XVI entre los años 1550 y 1580
esclavos originarios de África Occidental, en su mayoría de la costa
de Angola, fueron traídos por los españoles hacia Colombia arribados
en el puerto de la ciudad de Cartagena, la desembarcación e
introducción masiva de estos africanos en tierras colombianas se dio
principalmente por la demanda de mano de obra que existía a raíz de
la disminución demográfica de la población indígena. El arduo
trabajo de la explotación minera y expansión de la frontera agrícola y
ganadera de la Nueva Granada sumado a los malos tratos que
recibían los esclavos indígenas hacían que se tuviese que traer de
África más gente para trabajar. Es más, la corona española expide
leyes para reglamentar a esos africanos y a sus descendientes, en
donde se establecían su estatus social, los tratos que se les iban a
dar, los costos que ellos tenían, porque eran objeto de comercio, es
decir, vendidos; por ultimo las ocupaciones y prohibiciones
permitidas, entre otras. En el año 1574, a estos se les prohíbe tener
hierro para marcar ganado, caballos y lanzas. Además, de no poder
reunirse, ni asistir a bodas, bautismos o velorios, ni danzar, jugar o
vestir de Castilla o mantos de seda. De no ser cumplidos tales
mandatos, tenían que sufrir castigos desde los latigazos hasta la
pena de muerte, en los casos mas gravosos. Entre estos africanos
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predominaban los provenientes de los pueblos yolofos, mandingas,


fulupos y berbesíes.

En lo que concierne a la esclavitud de estos africanos o


afrocolombianos, valga decirlo, hay que aclarar que siempre se han
caracterizado por ser una raza fuerte, hábil, ágil y de carácter. Por
tal razón, era inevitable para ellos crear resistencia ante los malos
tratos, ante ser cautivos de españoles; tanto es que llegaron a
emprender acciones como rebeliones y fugas. De hecho, la ciudad de
Santa Marta a los pocos años de ser fundada, fue incendiada por
africanos fugitivos alrededor del año 1530. Más tarde, las únicas dos
opciones para adquirir la libertad que tenían eran: la manumisión
voluntaria y gratuita concedida por el amo.

Ahora bien, después de haber hecho un recuento de la historia y


a sabiendas del pasado de los afrocolombianos, me permito
adentrarme en el contexto actual en el que se encuentra este grupo.
En estos tiempos, después de casi que 500 años, la situación que
vive esta población se sigue caracterizando por la falta de
oportunidades, por la explotación de su fuerza de trabajo en los
empleos intensos, el despojo de sus tierras, el retraso educativo, la
pobreza e inhumanidad en las condiciones de vidas familiares, el
racismo en las relaciones con las comunidades mestizas y blancas, la
discriminación y exclusión racial en la cotidianidad e inclusive
laboral.
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En Colombia según el censo nacional de la población


afrocolombiana realizado por el DANE, los afrocolombianos
representan el 6.75% de la población, casi 3 millones de persona.
En lo que respecta a esta estadística nos queda preguntarnos:
¿realmente esta comunidad vive en condiciones de igualdad? La
respuesta es no, las estadísticas de la DNP reflejan que: son los que
presentan los más bajos índices de calidad de vida del país. El
ingreso per cápita promedio de los (as) afrocolombianos(a) se
aproxima a los 500 dólares anuales, frente a un promedio nacional
superior a los 1500 dólares. El 75% de la población afro del país
recibe salarios inferiores al mínimo legal y su esperanza de vida se
ubica en un 20% por debajo del promedio nacional. La calidad de la
educación secundaria que recibe la juventud afrocolombiana es
inferior en un 40%, al compararla con el promedio nacional. En los
departamentos del Pacífico colombiano, de cada 100 jóvenes afros
que terminan la secundaria, sólo 2 ingresan a la educación superior
(universidad). Aproximadamente el 85% de la población
afrocolombiana vive en condiciones de pobreza y marginalidad, sin
acceso a todos los servicios públicos básicos.

Estas estadísticas nos permiten abrir paso a estas otras


tomadas por el DANE: el 38% de la población palenquera y 40% de la
población negra manifestaron tener alguna privación debido al
conflicto armado. Por otro lado, en materia educativa, el 30.17 % de
estos grupos étnicos indicó que sufre rezago escolar. Esto nos
permite evidenciar, que sigue siendo una realidad el racismo
estructural hacia los afrocolombianos, y que el Estado y el gobierno
deben implementar y adoptar medidas para garantizarles una vida
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digna e igual a todos los colombianos que habitamos en el país, no


se debe olvidar que su historia los ha hecho sujetos de especial
protección y deben ser prioridad estas minorías en muchos asuntos.

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