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¿Qué es la personalidad?
Hay muchas formas de definir la personalidad. Una de ellas puede ser:
La personalidad es una organización de las características del individuo que se
exterioriza a través de su conducta y apariencia.
¿Qué entendemos por organización de las características del individuo? Lo que piensa,
siente, cree, motiva, impulsa… a un individuo y que perdura en el tiempo de forma
más o menos estable. No podemos conocer la personalidad de alguien simplemente
mirándole, pero sí podemos estudiar su apariencia y su conducta habitual, y de ahí
deducir en muchas ocasiones cuál es su organización interna.
Temperamento
El temperamento es el tono emocional y afectivo con el que el individuo vive y afronta
su vida. Tiene un marcado carácter hereditario: es la habilidad innata que depende de
la herencia genética de cada uno y que es el causante de las reacciones que tenemos
ante los estímulos ambientales. Depende pues de la biología y fisiología de la persona.
Está relacionado con la capacidad de excitación del cerebro, del sistema nervioso
autónomo y del sistema endocrino. Puesto que tiene un carácter hereditario importante
es una parte de la personalidad muy difícil de modificar, pues con ella “se nace”.
Tipos de temperamento
Ha habido diferentes intentos de configurar tipologías de temperamentos. Algunas son:
Tipología de Jung
Propone dos tipos de temperamentos, aunque acepta que todo individuo posee
parte de ambos pero predominando uno de ellos:
o Extrovertido: se lleva bien con la gente, disfruta del trabajo en grupo,
tiene confianza en sí mismo y maneja bien las situaciones difíciles.
o Introvertido: tiende a replegarse sobre sí mismo, es reflexivo, prefiere
la soledad a la compañía, es tranquilo, reservado y detesta la
agresividad.
Carácter
El carácter obedece a las experiencias vividas a lo largo de la vida y está relacionado
con el entorno ambiental en el que se desarrolla el individuo. Es el conjunto de hábitos
de comportamiento. Las vivencias que dejan más huella en el carácter son las que se
producen en etapas tempranas del desarrollo. El carácter, al contrario que el
temperamento, es adquirido y por tanto modificable.
Creencias
Son las interpretaciones asimiladas y estabilizadas que tenemos de los distintos
aspectos de la realidad, cómo percibimos la realidad a partir de la información que
tenemos sobre multitud de aspectos: personas, cosas, instituciones, religiones,
comportamientos…
Las creencias primarias son aquellas que se desarrollan en nuestra primera infancia
partir de experiencias vividas. Una infancia feliz puede hacer desarrollar la creencia de
que el mundo es acogedor, un niño abandonado puede desarrollar la creencia que no
se puede confiar en nadie porque el mundo es hostil, un niño maltratado por sus
profesores puede desarrollar la creencia de que la autoridad siempre es mala. A
medida que vamos socializándonos, estudiando, relacionándonos en el ámbito laboral,
teniendo contacto con otras culturas cuando viajamos… iremos desarrollando nuevas
creencias.
Valores
Son aquellas creencias que por su importancia o transcendencia constituyen los
principios básicos, a partir de los cuales orientamos nuestras vidas hacia determinadas
metas, las creencias que guían nuestras acciones y juicios. Los valores de cada uno
se van adquiriendo como consecuencia del aprendizaje a través de la familia, amigos,
profesores, ídolos… Cada individuo, por tanto, tendrá su sistema de valores en el que
primarán unos sobre otros, es decir, cada uno tiene su escala de valores.
En general los valores son relativamente estables, pero situaciones difíciles en la vida
pueden hacerlos ascender o descender en la escala personal.
Motivaciones
Son los impulsos, las necesidades y los deseos que nos permiten conseguir nuestros
fines de estabilidad corporal y psicológica. Las motivaciones son variables, cada cual
tiene las suyas. Y además hay algunas de las que no somos conscientes y otras de las
que sí lo somos.
Los humanos no tenemos una única necesidad o deseo, somos bastante complicados.
A veces queremos satisfacer varias necesidades a la vez (trabajo, vivienda, sueldo,
coche, equipo de música…) y si no lo conseguimos podemos llegar a la frustración, y
con ello a un comportamiento inusual. Cabe aquí plantearse el asunto del consumismo:
¿cuáles de nuestras necesidades son reales y cuáles son ficticias?
Aunque cada cual tiene sus motivaciones, es evidente que para llegar a ser una
persona sana es imprescindible tener cubiertas una serie de necesidades. Para
Maslow, las motivaciones humanas se encuentran ordenadas según su grado de
importancia, formando una especie de pirámide.
Si se quiere motivar a una persona hay que descubrir en qué nivel de la jerarquía
están sus necesidades y darle incentivos que correspondan con ese nivel o el
inmediatamente superior.
Actitudes
Cuando afrontamos una realidad (por ejemplo, una visita al dentista) lo hacemos de
acuerdo con nuestras creencias, y esto condiciona una respuesta emocional afectiva
(por ejemplo, nerviosismo), y esta da lugar a una conducta de aceptación o rechazo de
esa realidad. A esa predisposición con que aceptamos la realidad la llamamos actitud.
Es decir, la actitud es la predisposición que tenemos frente a las personas, los hechos
o los objetos y viene determinada por nuestras creencias, valores y sentimientos. El
que la actitud sea positiva o negativa ante una determinada situación dependerá de
tres factores principales:
Información recibida (medios de comunicación, formación académica,
experiencias previas, comentarios de amigos…).
Grupo con el que queremos identificarnos (tipo de sociedad, tipo de amigos,
partido político, grupo religioso, compañeros de clase o del trabajo…)
Necesidades personales (económicas, de seguridad, de prestigio y fama, de
ser útil, de estabilidad profesional…).
Aptitudes
Es el conjunto de capacidades innatas o adquiridas de una persona que le permiten la
adaptación al medio y a las circunstancias. Las aptitudes son enormemente variadas,
dependen en buena parte de nuestro desarrollo y de lo que se hayan potenciado
durante nuestra infancia. Podemos hablar de:
Capacidades perceptivas: capacidad de reacción y atención ante determinados
estímulos.
Capacidades psicomotrices: capacidad de coordinar movimientos ante
determinados actos.
Capacidades intelectuales: capacidad de memorizar, de elaborar un
pensamiento coherente (lógica), y de aportar soluciones ante los problemas
que se plantean…
Autoconcepto
Como la propia palabra da a entender, se trata del concepto que tenemos de nosotros
mismos. Es como se comporta, piensa y siente el individuo con respecto a sí mismo.
Alegre Pesimista
Muy sociable Inseguro
Triste
Relajado Poco sociable
Muy comunicativo
Alta motivación Intranquilo
Constructivo Poco comunicativo
Apariencia física cuidada Baja motivación
Autoestima baja Destructivo
Desconfiado Apariencia física descuidada
Represión
Se bloquean las sensaciones y los recuerdos. Mediante este mecanismo todo lo que le
molesta al sujeto a nivel consciente se reprime, es decir, se repliega al subconsciente
y de esta manera se sacan de la conciencia las ideas y recuerdos que provocan
ansiedad: se mantienen los impulsos inaceptables o los sentimientos fuera del
consciente. Es un “olvido selectivo” que suele afectar a contenidos de carácter sexual
o agresivo. Habitualmente es un proceso inconsciente aunque a veces puede estar
facilitado por hechos conscientes. Por ejemplo la semana pasada el sujeto hizo algo
de lo que se avergüenza, trata de no pensar en ello y a la larga puede incluso no ser
capaz de recordarlo.
Negación
El individuo niega por completo una realidad, es negarse a creer que el acontecimiento
amenazante ocurrió o que una condición existe. Es muy frecuente, por ejemplo, ante el
diagnóstico de una enfermedad grave: el paciente asegura que los médicos se han
equivocado, y que él/ella está bien. También es habitual en bebedores, drogadictos o
en anoréxicos que niegan tener ningún problema. También la persona que aunque es
evidente que no es querido por el compañero lo niega reiteradamente (casos de
maltrato de género).
La negación es similar en muchos aspectos a la represión: ambas mantienen fuera de
la conciencia cosas que el individuo se siente incapaz de afrontar.
Inhibición
Ante lo que parece una amenaza, la respuesta es que no se produce respuesta
ninguna. El sujeto es incapaz de responder emocionalmente a la amenaza. Por
ejemplo, un paciente al que se le diagnostica una enfermedad incurable y este no se
entristece, no se preocupa…, simplemente sigue su ritmo de vida normal como si nada
hubiese pasado.
Formación reactiva
Se produce un comportamiento totalmente contrario al sentimiento reprimido, se
producen conductas opuestas a las que el sujeto tendría instintivamente. Por ejemplo,
una persona con tendencia homosexual que no se permite mostrar sus sentimientos y
de hecho se mofa y burla de los homosexuales con un comportamiento homófobo ante
sus amigos, o una persona con tendencias agresivas que reacciona siendo amable en
exceso.
Compulsión
Ante una situación angustiosa se ejecutan de forma reiterada acciones o rituales. Por
ejemplo lavarse las manos una y otra vez, o comprobar todo una y otra vez como si se
ha cerrado la puerta o se han desenchufado los electrodomésticos.
Conversión
Una carga emocional reprimida acaba manifestándose como un síntoma o signo físico:
dolores musculares, caída del pelo…
Desplazamiento
El individuo traslada su respuesta a otra situación o persona. Por ejemplo, una
persona que tiene un problema y descarga su frustración y su ira contra sus
subordinados en el trabajo.
Proyección
Significa adjudicar a los demás comportamientos, sentimientos o deseos que
despreciamos en nosotros mismos (ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el
propio). Ejemplos de este mecanismo son el caso en el que un individuo experimenta
hostilidad hacia los demás, pero cree ver en éstos la hostilidad y el odio hacia él. Otro
caso es el de la mujer que le atrae sexualmente un hombre por el que no debería tener
esos sentimientos y a quien acusa de querer seducirla.
Introyección o identificación
Consiste en asumir conductas y actitudes de otros, frecuentemente personas a las que
se admira o se idealiza, o incluso a las que se odia. Es la incorporación por parte de
una persona de rasgos que son característicos de otra. Por ejemplo: una persona
deprimida quizá incorpora las actitudes y las simpatías de otra persona y así, si esa
otra persona tiene antipatía hacía alguien determinado, el deprimido sentirá también
antipatía hacia esa persona determinada. O adolescentes que imitan a los ídolos de
Sublimación
Es el mecanismo que hace que un impulso potencialmente peligroso sea transformado
en un comportamiento socialmente maduro y aceptable: aquello que provoca angustia
es sustituido por alguna actividad valorada positivamente por la sociedad. Por ejemplo,
personas con muy baja autoestima y dificultades de relación con los demás que
dedican TODO su tiempo (con un vuelvo completo y absoluto) a actividades de ayuda
social, religiosas…; personas con sentimientos agresivos que se aficionan a la caza
(aceptada socialmente); un estudiante, que ante un nota injusta por parte de un
profesor, escribe una carta de protesta en el periódico escolar criticando la política
educativa; una mujer que es atraída por un hombre al que no puede aspirar por ser el
novio de su mejor amiga, y sublima su energía sexual escribiendo poemas.
Racionalización
Se tiende a dar una explicación lógica o una justificación a los sentimientos,
pensamientos o conductas que de otro modo provocarían ansiedad o sentimientos de
inferioridad o de culpa. La persona se da a sí misma explicaciones que pueden no ser
verdaderas, pero que le sirven para convencerse de algo, justificarse y evitar así
aquello que le crea ansiedad. Por ejemplo, cuando se pone el despertador pronto
porque se tiene que hacer alguna tarea importante como estudiar o hacer un trabajo, y
cuando suena el despertador se apaga diciéndose a uno mismo frases como: “la
verdad es que no es tan importante”, “seguro que me da tiempo a hacerlo luego en
menos tiempo del que creía”... Puede ser también cuando una persona tiene una cita y
no va diciéndose a sí mismo frases como: “quizás se le haya olvidado”, “tal vez en
realidad no es muy importante mi presencia”, etc.
La racionalización se opone al razonamiento porque este último es un proceso lógico
que parte de una premisa verdadera, mientras que la racionalización usa argumentos
construidos según las reglas de la lógica, pero que fallan por no partir de premisas
reales. Sin embargo, en ocasiones resulta difícil distinguir entre racionalización y
verdad.
Intelectualización
La persona maneja las experiencias potencialmente angustiosas como si fueran
objetos de estudio o de curiosidad, a fin de evitar comprometerse emocionalmente.
Por ejemplo, alguien que ante una enfermedad investiga todos sus síntomas y signos,
pronósticos, causas, desarrollo... Es un mecanismo muy utilizado entre los
profesionales sanitarios, por ejemplo cuando deben someter a un niño a una prueba o
tratamiento doloroso.
Regresión
El individuo adopta conductas propias de etapas anteriores, como las personas que
cuando enferman se vuelven caprichosas y mimosas como niños, o los celos de los
hijos únicos cuando nace un hermano y vuelven al chupete, pierden de nuevo el
control de los esfínteres…
Compensación
Este mecanismo consiste en silenciar un sentimiento de inseguridad exagerando un
rasgo real o deseable. Hay personas también que compensan ciertos complejos
físicos como: ser bajo, verse poco atractivo... con muchas horas de gimnasio, hasta
conseguir un cuerpo escultural.
Fantasía
Este mecanismo sería algo parecido a soñar despierto, al dar rienda suelta a su
fantasía algunas personas escapan de sucesos desagradables Se da cuando la
persona, ante la insatisfacción que siente, recurre a la imaginación y experimenta a
través de los sueños lo que no puede experimentar en la realidad. Las personas que
con mucha frecuencia sueñan despiertas descubren que sus propias creaciones son
más atractivas que la realidad. Por ejemplo, la persona que ha fracasado en variadas
ocasiones, tiene constantes fantasías en las que alcanza el éxito. De la misma manera
una persona que ha sufrido decepciones en el amor vive fantaseando con el amor de
su vida y vive una vida imaginaria.
Por otra parte, la persona tiene una intensa necesidad de afiliación, de sentir
pertenencia a un grupo. En estos grupos normalmente hay un líder que dirige y unas
normas que todos aceptan (y si no alguien no las acepta eso conlleva al aislamiento y
a la potencial expulsión o abandono del grupo; otra posibilidad es que consiga cambiar
esas normas, lo que suele conllevar que el individuo se convierta en el nuevo líder). La
afiliación al grupo frecuentemente condiciona nuestra conducta: por ejemplo, una
El Psicoanálisis de Freud
Según este modelo la personalidad es impulsada por una o más fuerzas subyacentes
dentro de la propia persona. Freud organizó la mente en tres estructuras:
el inconsciente: una parte de la mente que no es directamente accesible y
donde se almacenan sentimientos o ideas que causan ansiedad al sujeto. No
obstante ejercen una influencia constante sobre las acciones conscientes del
sujeto.
el preconsciente: representa la memoria ordinaria. Sus elementos están fuera
de la consciencia, pero pueden ser recuperados con facilidad.
el consciente: es la parte de la mente de la que se está al tanto, de la que se
conoce y sabe lo que piensa.
Teoría de Kretschmer
Propone una relación entre el temperamento y la constitución física de las
personas, asumiendo que el comportamiento del individuo está condicionado por la
biología.
Realizó dos clasificaciones, una morfológica y otra psíquica, que luego relacionó
entre sí. La clasificación morfológica abarca tres tipos de rasgos físicos:
Pícnico: son individuos en los que domina el peso sobre la talla. Su cabeza
es redondeada, su cuello corto y ancho, el tórax en tonel, el abdomen
prominente y las extremidades cortas. Hay además tendencia a la calvicie.
Atlético: son personas con gran desarrollo osteomuscular. Presentan
hombros anchos, tronco trapeizoidal y caderas estrechas, brazos y piernas
fuertes y musculosas, manos y pies grandes, cabeza oval y cabello fuerte.
Leptosómico: en ellos domina la talla sobre el peso y su cabeza es
pequeña y alargada, cuello largo y delgado, tórax aplanado, estrecho y
largo, extremidades largas y delgadas con manos y pies largos y estrechos.
Teoría de Sheldon
Esta teoría, como la anterior, también relaciona el aspecto físico de las personas con
su personalidad. Establece tres somatotipos:
Endomórfico: se caracteriza por estar gordo, con una estructura ósea y
muscular poco desarrollada: impera el componente visceral.
Mesomórfico: predominan las estructuras de sostén: tejidos óseo, muscular y
conjuntivo. Tienen aspecto corpulento, vigoroso y robusto.
Ectomórfico: escaso desarrollo somático y visceral. Su anatomía es escualida,
con extremidades largas y finas.
Por otro lado, los tres tipos de temperamento que se correlacionan en un 80% de los
casos con los somatotipos descritos son respectivamente:
Viscerotónico: los rasgos que le caracterizan son la extraversión, la
amabilidad, el gusto por las relaciones sociales familiares y personales, la
comodidad, la buena comida…
Somatotónico: son individuos activos y firmes, con deseo de dominio y
agresividad competitiva. Se sienten atraídos por el riesgo y la aventura, y son
poco compasivos. Son dispersos y encauzan sus energías hacia actividades
desordenadas.
Cerebrotónicos: se caracterizan por presentar timidez y gusto por la soledad.
Sus reacciones son rápidas y nerviosas y son introvertidos, analíticos y
reflexivos. Dirigen sus esfuerzos hacia objetivos propios.
Teoría de Piaget
Considera que tiene tanta relevancia la influencia del entorno como los procesos
cognitivos del individuo. Es decir, la personalidad resulta de una interacción entre los
factores internos (por ejemplo, la capacidad del sujeto de clasificar los acontecimientos
según una escala de valores, la capacidad de prevenir y prever resultados de sus
propias acciones, etc.), y factores externos (ambiente).
Para Piaget los niños son “aprendices activos”, de forma que el niño se va adaptando
a un entorno cada vez más complejo gracias a procesos de acomodación y asimilación:
si puede, asimila los hechos nuevos a esquemas previos de pensamiento; si no puede
modifica sus esquemas para adaptarlos a los hechos nuevos. A través de este
proceso se va desarrollando su conocimiento.