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contemplación la saborea. La lectura es como un manjar sólido que uno se lleva a la boca, la meditación lo
mastica y tritura, la oración le coge gusto, la contemplación es la misma dulzura que alegra y restablece. La
lectura toca la corteza, la meditación penetra en la médula, la oración consiste en la expresión del deseo, y la
contemplación radica en la delectación de la dulzura obtenida»
(Beato Guigo el cartujo – Fragmento Sobre la vida contemplativa).
LECTIO DIVINA
ORACIÓN CANTADA
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la
casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora
voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré
conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde
voy”.
Entonces Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le
respondió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a
mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.
Le dijo Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le replicó: “Felipe, tanto tiempo hace
que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices:
'Muéstranos al Padre'? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo
les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les
aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al
Padre”. Palabra del Señor.
Música instrumental…
Texto bíblico
“No pierdan la paz”. Los discípulos tienen mucho de qué preocuparse. Pero Jesús a pesar del sufrimiento y
la traición no pensaba en sí mismo, sino en sus discípulos. Físicamente Jesús ya no estaría con ellos, pues les
había dicho varias veces que pronto volvería al Padre, pero en realidad siempre estaría con ellos: “Si creen
en Dios, crean también en mí”. Aunque está confrontando la muerte, Jesús no se enfoca en sus propios
problemas, sino que consuela a sus discípulos. Su consejo en un momento de desastre inminente es la fe:
“Creer en Dios” y también crean en mi”.
“Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo, pues, podemos saber el camino?”. Debemos admirar la pregunta
de Tomás. Pero él no entiende el camino, y tiene el valor de pedir una clarificación. Tomás no comprende,
pero está dispuesto a ser avergonzado y preguntar para poder comprender.
Ahora veamos cuál es ese aliento del Señor que es vida. Jesús se convierte en el que da vida. Dice, “He
venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. La vida es comunión con Dios y la
muerte es separación de Dios. Cristo es la vida y, por eso, ha resuelto el problema de la vida. Él ha venido
para que tengamos vida y vida en abundancia.
Las palabras de Jesús no eran las de un mero hombre, sino las palabras de Dios. Jesús no enseñó aparte o
independientemente del Padre, sino que sus palabras eran precisamente las palabras del Padre. Muchas
veces Jesús les dice a sus discípulos su perfecta unidad con el Padre, en sus enseñanzas y en sus obras. El
Padre y el Hijo son uno en esencia, en propósito y en obra y, por eso, las palabras y las obras de Jesús no
eran simplemente semejantes a las palabras y las obras del Padre, sino que eran en realidad las mismas
palabras y obras del Padre.
Música instrumental…
Que resuene en tu interior la queja de Jesús: Llevo tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no
me conocen?
No basta con tener ciertos sentimientos religiosos de decir que creemos en Dios, si no hacemos lo que
Él nos pide, ¿en qué me hace reflexionar esto?
Si Jesús dice que Él, es el camino, la verdad y la vida, ¿en qué me anima, qué me dice de mi
convencimiento de entrega total a Jesús? ¿Imito las virtudes de Jesús, como camino, verdad y vida?
¿Cómo ilumina mi vida?
Algo fundamental en la enseñanza de rezar y platicar con nuestro padre espiritual es no pedir algo
específico sino aceptar lo que convenga, lo que debe ser. Ese es el verdadero sentido de “hágase
tu voluntad”.
Hay una frase que dice: “Si quieres ver a Dios reír, cuéntale tus planes”. Claramente se refiere a lo
inesperado de la vida, a cómo en un segundo puede cambiar para siempre o de manera temporal,
ya sea para bien o mal.
En vida nos es difícil entender que la religión no se trata sólo de obedecer a Dios sino de tener una
relación con Él. Dios es bueno todo el tiempo y sin embargo los que no nos portamos tan bien
somos nosotros queriendo que Él haga magia y nos cumpla nuestros deseos. Nos sentimos
decepcionados cuando no salen las cosas como queríamos a pesar de habernos portado bien pero
nadie nos prometió que no habría muerte, enfermedad o accidentes en nuestra vida mortal. Si no
hubo promesa no hay traición.
Dios es un ser que ama y te deja ser. Nos ama de la manera en que se ama a una flor, a la que en
lugar de arrancarla y llevarla contigo, la respetas y la riegas todos los días. Esa es, me parece, la
diferencia entre querer y amar.
Es increíble a qué grado de control podemos llegar, como cuando rezamos diciéndole a Dios cómo
hacer las cosas. Dios es jefe, no un empleado. Nos escucha, pero no obedece.
Gracias Señor, porque Tú eres el camino, la verdad y la vida, que nos conduces al amor del Padre. Gracias
por todos los momentos de alegría y felicidad que nos regalas en nuestros hogares, en nuestras
comunidades, y más cuando te haces presente en medio de nosotros por tu Palabra y por medio de la
Eucaristía. Por eso te damos gracias. Gracias Señor, gracias Señor.
Te pedimos perdón por las veces que hemos dudado de Ti, como el enviado de Dios, cuando no sabemos
reconocer que Tú estás en medio de nosotros en las adversidades y dificultades. Por las veces que no
hemos dado testimonio que Tú eres la vida que nos ilumina y alienta, por eso te pedimos perdón. Perdón
Señor, perdón Señor.
Música instrumental…
A Jesús, que te invita a caminar con Él, a dejarte impactar por su Verdad, a saborear su misma Vida.
A los hermanos que tienen dudas en su interior y que buscan a alguien que les enseñe el camino, la
verdad y la vida.
Contempla a los discípulos en sus dudas, capaces de cuestionar a Jesús, pero también capaces de
reconocerlo como el Mesías de Dios.
Este Evangelio nos presenta a Jesús como el Guía en nuestra vida, como el "Camino, la Verdad y la Vida". La
persona de Cristo es central para el cristianismo. Nuestro trabajo por Jesús y nuestro amor por los demás,
no importan los llamados que hayamos recibido, fluyen de este hecho. Este Centro siempre se mantiene, no
puede ser removido. Se trata de una profunda relación personal. Somos guiados y guiadas por Jesús
personalmente, con nuestros nombres, no como parte de un grupo.
COMUNION ESPIRITUAL
INCOMPARABLE
Es un deleite para mí
Al recibirte en comunión
Y saborear tu corazón,
Es un deleite para mí
Al recibirte en comunión
Y saborear tu corazón,