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LOS 1,001 AÑOS DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Reporte de lectura

Prácticas profesionales
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

23 DE FEBRERO DE 2023
universidad intercontinenal
PAULINA INIESTA ARMENDÁRIZ
En el libro de Los 1001 años de la lengua española, el filósofo, crítico y traductor
mexicano Antonio Alatorre nos narra los inicios de la lengua española y cómo se
ha ido modificando a lo largo del tiempo. Durante el siglo X no existían “reglas” a
seguir, la gente escribía (aquellos que “sabían escribir”), pero sin una base de
conocimiento previo, por lo que las reglas ortográficas eran prácticamente
inexistentes y la mayor parte de los textos escritos no eran especializados ni
dirigidos a un público ni temas específicos.
En ese entonces no existía una cultura de estudio y el autor menciona que estos
textos antiguos se leen y se pueden entender mejor en la actualidad que en los
primeros siglos, así que este libro se creó con la intención de que las personas
interesadas en el tema, a pesar de no ser especializadas o lingüistas, pudieran
entenderlo.
El autor menciona varios ejemplos bastante interesantes, por ejemplo: “minuto
(minutus) significa disminuido (‘menos’) que se refiere a ‘pedazo chiquito de
tiempo’”; “el ‘ojalá’ como lo conocemos, viene del arabismo ‘Tal sea la voluntad
de Alá’”, entre otras cosas. El descubrir que la lengua española está tan llena de
otras lenguas y culturas enriquece de tal manera que al analizarlo parece
absurdo que los mismos hispanohablantes quieran apegarse por completo a un
conjunto de reglas, como una realidad absoluta (hablando de aquellos que juzgan
las nuevas formas del idioma queriéndose basar en prácticas puristas).
Es importante resaltar cómo la lengua fue evolucionando, tanto de forma
hablada y escrita; sin embargo, esta última tuvo un particular cambio en su
estructura. Como se menciona antes, en el siglo X no se tenía la educación
suficiente y esto provocó que, en conjunto con la influencia del portugués,
francés y del latín, la escritura española tuviera ciertas similitudes a éstas. Más
cerca del siglo XIII el pequeño grupo de lectores se empezó a seccionar entre
“cultura superior” y “cultura de pueblo”, en los cuales ya existía “una pequeña
‘clase media’”, que no entendían del todo el latín, pero sí el romance.
Uno pensaría que como traductor no es tan importante conocer la historia y
procedencia de nuestra lengua madre (en este caso el español), pero no
podríamos estar más equivocados.
Si bien es cierto que no es el destino al que aspiramos la mayor parte de nosotros
los traductores, el conocer el origen de nuestra lengua facilitaría en gran medida
nuestras traducciones puesto que que los textos de destino escritos (en su
mayoría), son exactamente hacia nuestra lengua madre, pero ¿cómo podríamos
proyectar una idea de forma adecuada, con léxico y morfología correcta si
desconocemos en gran medida nuestra lengua porque “ya sabemos español”?
Se puede decir que este tipo de libros son herramientas para ayudarnos a los
traductores, lingüistas y profesores (por decir algunos), a crear a fondo una
estructura de trabajo en base al entendimiento completo de la lengua como
instrumento de comunicación.
Quisiera enfatizar que, a pesar de que es un libro escrito de “forma sencilla y
amena”, no es un libro para todos. Es un libro con mucha información, no es una
simple historia, y requiere de tiempo para procesar a detalle lo que nos redacta
el autor, por lo que puede resultar tedioso para quienes no acostumbran textos
de este tipo; sin embargo, a lo largo del libro fui tachando muchas cosas que no
sabía y que me parecieron muy interesantes e incluso que sé que en mi trabajo
como traductora, me van a servir.

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