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Desesperanza en la cola.

De Santiago Marcos

(En la cola del banco)

Ella: ¡Que terrible...!

El: ¡Y sí! (Pausa larga)

Ella: Yo no puedo creer que haya tanta gente.

El: A mí también me cuesta creer... (Risas)

Ella: ¿Qué es lo que le cuesta creer?

El: ¡Que delante de mí tenga tantas personas! (Silencio)

Ella: (Sorprendida) ¿Qué le pasa al cajero? Lo veo como si...

El: se estuviese rascando las bolas... Hace una hora que estamos en la cola y no avanza... (Ríe)

Ella: ¡A mi no me causa risa!

El: A mí tampoco, pero trato de ponerle onda. Hoy se me vence la luz y si no pago me la cortan...

Ella: A mí me pasa lo mismo pero con el teléfono...

El: ¿Qué le pasa con el teléfono?

Ella: Si no lo pago me lo cortan. No debo mucho, tampoco debo poco. Pero si no lo pago... (Pasa el dedo índice por su cuello)

El: ¿Y cuanto debe?

Ella: Lo suficiente como para que me lo corten... (Breve silencio. Los dos miran hacia la caja con ansiedad. La cola no avanza) ¿Y usted

cuánto debe?

El: No debo mucho, tampoco debo poco, pero si no lo pago... (Pasa el dedo índice por su cuello)

Ella: ¡No te lo puedo creer...!

El: (Angustiado) La cola no avanza y me van a cortar la luz...

Ella: ¡Qué curioso y qué coincidencia, porque a mí también me van a...! (Pausa larga. Los dos miran hacia la caja decepcionados) ¿Usted

conoce a mi marido?

El: No. No sé ¡Creo que no! Pero uno nunca sabe...

Ella: ¿Y qué es lo que no sabe?

El: Si verdaderamente uno conoce a las personas...

Ella: Yo a mi marido lo conozco perfectamente y le puedo asegurar que es un ser despreciable...

El: Yo no le puedo decir que sí, tampoco le puedo decir que no... Ya que no lo conozco... ¡O no sé sí lo conozco..!. ¿Lo conozco?

Ella: ¡No avanza!


El: ¡No avanza!

Ella: Ya hace una hora que hago cola... ¡Una hora de reloj!

El: Y yo hace una hora que también hago cola...

Ella: ¡Que copión!

El: ¿Que dice?

Ella: Lo que escucha: es usted un copión... Para nada creativo, no tuvo mejor idea que venir al banco a la misma hora que yo... ¡Copión!

¡Copión!

El: ¿Cómo piensa usted que le puedo copiar? Ni siquiera la conozco... ¡Siempre vengo a la misma hora! ¿Y usted?

Ella: ¿Qué?

El: ¿A que hora viene?

Ella: ¡Ah! A la misma hora...

El: ¿Se da cuenta?

Ella: ¿De que?

El: De que es una copiona, no tiene mejor idea que venir al banco a la misma hora que yo... ¡Copiona!

Ella: ¡Copión!

El: ¡Copiona!

Ella: ¡Copión! (Breve pausa)

Los dos: ¡Copión, copiona!

El: (Angustiado) ¡No avanza!

Ella: ¡No avanza! (Ella mira hacia la caja con ansiedad)

El: ¿Cómo es su nombre?

Ella: (Sorprendida) ¿Qué dice?

El: ¿Cuál es su nombre? ¿Cómo se llama?

Ella: ¡Usted es un irrespetuoso! ¿Cómo se atreve a preguntarme eso? ¡Ni mi esposo me pregunta como me llamo!

El: Su marido no le pregunta porque es un ser despreciable...

Ella: (Indignada) ¿Qué dice?

El: ¡Lo que usted dice! Que su marido es un ser despreciable... Hablando de despreciable, ¿usted conoce a mi esposa...? (Mirando hacia la

caja) ¡No avanza!

Ella: (Con intriga) ¿Su esposa?

El: No, la cola... ¡Bueno, mi esposa tampoco avanza...!

Ella: Y sí...
El: ¿Y sí qué? ¿La conoce o no?

Ella: No se... depende... vaya uno a saber..., tal vez la vi en algún lugar..., capaz que la conozco de vista y no sé su nombre... ¡Y en caso que

la conozca, cómo saber si es o no es su mujer...! (Mira hacia la caja con decepción) ¡Pufffff!

El: (Suspira. Mira hacia la caja) ¡Pufffff!

Ella: ¡Terrible!

El: ¡Terrible!

Ella: (Angustiada) ¡Qué locura!

El: ¿Qué locura?

Ella: ¿Qué?

El: ¿Cómo?

Ella: ¿Qué dice?

El: ¿A mí me habla?

Ella: ¡Claro!

El: ¡Ah!

Ella: ¿Y entonces?

El: ¿Y entonces qué?

Ella: ¿Qué dice?

El: ¡Digo lo de siempre y lo digo gritando a los cuatro vientos...!

Ella: (Entusiasmada) ¡Grite nomás! (El, emite un grito ensordecedor, Ella estremece el cuerpo tapándose los oídos) ¿Qué hace?

¿Quiere reventarme los tímpanos?

El: No le quiero reventar nada. Simplemente dije lo que siento y lo grité a los cuatro vientos...

Ella: ¿Y qué es lo que siente?

El: ¿Usted está sorda?

Ella: ¿Qué?

El: Que la cola no avanza y si no...

Ella: pago él ser despreciable me... (Pasa el dedo índice por su cuello)

El: (Sorprendido) ¡No!

Ella: ¡Sí! (A punto de quebrarse en un llanto)

El: ¡No!

Ella: ¿Yo que dije?

El: Sí...
Ella: ¿Y entonces por qué me contradice?

El: Yo no la contradigo...

Ella: Sí...

El: No... (Pausa larga)

Ella: ¡No avanza!

El: ¡No avanza! (Miran hacía la caja)

Los dos: ¡Que desesperanza!

Ella: ¿Qué se puede esperar del cajero?

El: ¿Lo conoce?

Ella: Por supuesto que lo conozco, es un ser despreciable...

El: ¿Cómo su esposo?

Ella: Mucho peor que mi esposo... Por eso me divorcié...

El: (Sorprendido) ¿El cajero es su ex esposo?

Ella: ¡Claro!

El: ¡Ahora sí...!

Ella: ¿Ahora sí qué?

El: Ahora sí que entiendo todo... (Ella ríe) ¿De qué se ríe?

Ella: Me río de... ¡Mmmm...! ¡Heeeee...! Sí. No. Bueno... No sé... (Ríe nuevamente)

El: (Indignado) ¿De qué se ríe?

Ella: Me río de...

El: (Interrumpiendo) ¡No avanza!

Ella: ¡No avanza! (Pausa larga)

El: Hace una hora.

Ella: Hace una hora (Breve pausa)

El: Me van a cortar la luz...

Ella: Y a mí me van a cortar el teléfono...

El: ¿Por qué no le dice a su ex esposo que le pague la cuenta?

Ella: ¿Se refiere al cajero?

El: Claro...

Ella: ¡Ni loca...! Yo con él no me hablo...

El: ¿No se habla?


Ella: Así es... (Mira hacia la caja) ¡Me van a cortar el teléfono!

El: ¿Hace cuanto que no habla con su ex?

Ella: Desde siempre... No se olvide que... Cuando nos casamos yo di el sí, asintiendo con la cabeza.

El: ¡Que despreciable!

Ella: (Indignada) ¿Qué dice?

El: (Sorprendido) ¡Ahí avanza! Sí. No... (Apenado) ¡Falsa alarma!

¡No avanza nada!

Ella: Fue un amague, se ríe de nosotros...

EL: Igual que mi esposa... (Mira hacia la caja) ¡No! (Se sorprende) ¡No...! ¡Qué bárbaro!

Ella: ¿Qué pasa con su esposa?

El: ¡Ahí está! (Haciéndose el distraído mira para otro lado)

Ella: (Sorprendida) ¿Dónde?

El: En la caja..., limpiando...

Ella: ¿Limpiando?

El: Así es, se dedica a la limpieza...

Ella: ¡Viene todos los días al banco y no es capaz de pagar...!

El: (Interrumpiendo) No se olvide que es un ser despreciable...

Ella: (Mirando hacia la caja con furia) En vez de atender a la gente se distrae con su esposa... (Sorprendida) ¡Ahí avanza!

El: ¿La cola?

Ella: No. Avanza su esposa sobre mí ex esposo...

El: ¡Qué despreciable!

Ella: ¡No avanza!

El: ¡Hace rato que no avanza!

Ella: Y sí... Ya hace una hora que estamos...

El: ¡Que desesperanza, me van a cortar la luz!

Ella: ¡Y a mí el teléfono!

El: (Sorprendido) ¡Ahora sí...!

Ella: ¿Avanza?

El: No, mi esposa se va...

Ella: ¡Que desesperanza, me van a cortar el teléfono!

El: Y a mí la cabeza... (Inesperadamente le da un beso en la mejilla) Chau, me voy...


Ella: ¿Pero que hace? Usted es más despreciable que mi esposo y que mi ex...

El: No se crea... Si usted se casara conmigo no esperaría tanto...

Ella: (Gesto de sorpresa) ¡Pero...!

El: Pero nada... Salgamos de esta desesperanza, de esta cola que nos conduce a la nada misma... Seamos libres, vivamos en la oscuridad

sin teléfonos...

Ella: ¿Incomunicados?

El: Incomunicados, pero juntos... Yo te tengo vista desde hace rato... ¿O pensás que vengo al banco a esta hora porque soy un copión?, ¡no

señora! Yo sé muy bien a la hora que vos venís... No sabía lo del cajero...

Ella: ¡Yo también sé mucho de vos aunque no me lo creas, pero no sabía que tu esposa hacía la limpieza del banco!

El: ¿Y qué sabés de mí?

Ella: Casi todo, pero ahora no es momento de hablar de eso... Si no pago me cortan el teléfono...

El: (Sorprendido) ¡No! ¡No!

Ella: ¿Qué le pasa?

El: El cajero, su ex esposo, la está llamando... (Ella mira hacia la caja con desprecio, levanta su mano derecha y le hace fuck you) ¡No!

¡No! ¡No haga esa seña que se va a enojar! (Pausa) ¿Y?

Ella: ¿Y qué?

El: ¿Está decidida?

Ella: ¿A qué?

El: A ser libres y no depender de la luz eléctrica y de un mísero teléfono...

Ella: ¡Que desesperanza!

El: (Sorprendido) ¡El cajero abandonó su puesto de trabajo y viene hacia nosotros, está enfurecido...!

Ella: Debe ser porque no le pagamos...

El: No, para mí que se enojó por la seña de fuck you... Viene hacia nosotros y parece que trae al demonio...

Ella: (Sorprendida) ¡Esta vez sí que no lo puedo creer! Viene hacia nosotros...

El: (Interrumpiendo) ¿Quién?

Ella: La que limpia, osea su esposa... ¡Viene con un cuchillo entre los dientes...!

El: ¡Entonces rajemos porque es muy peligrosa! (Pausa tensa. Se miran a la cara y luego se besan. Breve pausa, miran hacia el lado

donde vienen el cajero y la mujer de la limpieza y le hacen fuck you)

Los dos: ¡Queremos ser libres, vivir sin luz y teléfonos, no les vamos a pagar absolutamente nada, nada de nada...! ¡Queremos vivir de la

nada misma! Son seres despreciables que se hacen esperar... ¡Nosotros no queremos esperar nada, y es por eso que queremos vivir en la

nada! Nos vamos a vivir a otro mundo... (Hacen fuck you y salen)

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