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3

OL,ECCIÓN
flSAMlfHTO CIÍTIC

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La alienación:
historia y actualidad


Antonino lnfranca - Miguel Vedda
(compiladores)

La alienación:
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historia y actualidad

Herediciones ta
La alienación: historia y actualidad
Antonino lnfranca, Miguel Vedda

© 2012 Ediciones Herramienta


Colección Pensamiento Crítico
Buenos Aires, Argentina

Diseño de tapa: Mario a. de Mendoza


Diseño interior: Anahí Cozzi
Corrección: Miguel Vedda
Coordinación de edición: Chiche Vázquez

Ediciones Herramienta
Av. Rivadavia 3772 - 1 /B - (C1204MP) Buenos Aires, Argentina
Tel. (+5411) 4982-4146
Correo electrónico: revista@herramienta.com.ar
Página web: www.herramienta.com.ar

ISBN 978-987-1505-27-2
Printed in Argentina
Impreso en la Argentina, agosto de 2012

Este libro ha sido parcialmente financiado gracias al proyecto de


investigación Ubacyt 20020100100122 (Programación Científica:
2011-2014; director: Dr. Miguel Vedda).

Todos los derechos reservados


Hecho el depósito que marca la ley 11. 723

lnfranca, Antonino Miguel Vcdda (compiladores)


la alienación: historia y actualidad!/ Antonino lnfranca, Miguel Vcdda - la ed. - Buenos Airts:
Herramienta, 2012. �
128 p. ; 20x 14 cm. - (Pensamiento critico)

1. Tcorias Económicas. l. Vedda, Miguel 11. Titulo.


CDD 330

Fecha de catalogación: 20/07/2012


,
Indice

Acerca de los compiladores....................................... 8

Introducción: Sobre la génesis de la categoría


de alienación
Antonino lnfranca - Miguel Vedda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Educación: la cuestión de la alienación


individuo-género
Ana Selva Albinati.................................................. 31

Los ejercicios de la subjetividad. Las cosificaciones


inocentes y las cosificaciones alienadas
Ricardo Antunes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

Las categorías de objetivación ( Vergegenstdndlichung),


enajenación (Entduj]erung) y alienación
(fntfremdung) en el último Lukács
Ronaldo Vielmi Fortes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

La alienación en la Ontología del ser social .


Antonino lnfranca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

El fenómeno alienación y su actualidad


como contenido de la crítica al capital: todavía Marx
Jesus Ranieri . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Acerca de los compiladores

Antonino lnfranca: Filósofo italiano. Se doctoró en filosofía


en la Academia Húngara de Ciencias con una tesis sobre el
concepto de trabajo en Lukács. Realizó investigaciones en
el Archivo Lukács de Budapest. En 1989, recibió el Premio
Lukács. Es autor de Giovanni Gentile e la cultura siciliana
(1990), Tecnécrates (1998; trad. al portugués: 2003;
al castellano: 2004), El otro occidente (2000; trad. al francés:
2004), Trabajo, individuo, historia. El concepto de trabajo en
Lukács (2005), Los filósofos y las mujeres (2006). Coeditor de
G. Lukács Testamento político y otros escritos sobre política
y filosofía (2003), G. Lukács, Ontología del ser social:
El Trabajo (2004) y Gyorgy Lukács: Ética, Estética y Ontología
(2007). Ha publicado numerosos artículos sobre Lukács,
Bloch, Gramsci, Kerényi, Croce, Heidegger;
.ha traducido al italiano los ensayos de Dussel sobre Marx.

Miguel Vedda: Doctor en Letras por la UBA. Profesor titular


de Literatura Alemana en la Facultad de Filosofía y Letras
(UBA), investigador del Conicet y coordinador de la cátedra
libre "Teoría crítica y marxismo occidental" (FFyL, UBA).
Publicaciones recientes: La sugestión de lo concreto.
Estudios sobre teoría literaria marxista (2006); Ernst Bloch:
tendencias y latencias de un pensamiento (2007);
Observaciones urbanas - Benjamín y las nuevas ciudades
(2008); Walter Benjamín: constelaciones dialécticas (2008);
en colaboración con Carlos Eduardo J. Machado,
Siegfried Kracauer: un pensador más allá de las fronteras
(201 O); La irrealidad de la desesperación.
Estudios sobre Siegfried Kracauer y Walter Benjamín (2011 ).
Es coeditor, con Regula Rohland, del Anuario Argentino
de Germanística y, con Isabel Hernández, del
lbero-amerikanisches Jahrbuch für Germanistik.
Miembro del consejo editor de Herramienta.

8 • La alienación: historia y actualidad


1 NTRODUCCIÓN
Antonino lnfranca
Miguel Vedda

Sobre la génesis de la categoría


de alienación

Entre las principales dificultades que surgen a la hora de es-


tudiar la categoría de alienación se encuentra la incongruen-
te variedad de significados y connotaciones que, en el curso
del siglo XX, se vincularon con el término; particularmente,
a partir de los años sesenta, cuando, en el seno del existen-
cialismo, el psicoanálisis o ciertas versiones vulgares de la
sociología, se convirtió al término en una suerte de categoría
passe par tout, capaz de englobar, por ejemplo, la angustia
generada por la vida en las grandes ciudades, los traumas
ocasionados por los procesos de modernización o ciertos con-
flictos psicológicos explicables, en primera instancia, a partir
del contexto familiar o de la vida privada. En una relación,
por momentos, estrecha con esta vulgarización se encuentra
la tentativa para desechar la categÓría: cOnsiderándola como
un término obsoleto que no resulta válido para dar cuenta
del capitalismo tardío, o incluso -de acuerdo con una ver-
sión más radical- como un nocivo remanente del idealismo,
que habría que desterrar de la filosofía marxista. Entre los

Introducción • 9
exponentes de esta última posicion podríamos mencionar,
en primera linea, a la escuela de Althusser, que insistió en
presentar a la alteriación -y, a la vez, a los componentes
subjetivos, "cOnscientes"- como un resabio hegeliano que
presuntamente habría desaparecido en la producción del
Marx maduro y tardío. Es, por ejemplo, curiosa la tentativa
que Althusser realiza en el Para Marx (1965), en el contexto
de una reseña de la traducción realizada por Bottigelli de los
Manuscritos económico-filosóficos Í:le 1844, para presentar a
estos como el más claro testimonio de un "estadio feuerba-
chiano" en la evolución de Marx, aun cuando en los Manus-
critos se despliega ya una critica a Feuerbach, y a pesar de
que las conocidas Tesis, sobre Feuerbach fueron escritas en
la primavera de 1845, unos meses después del trabajo en los
Manuscritos.
Buena parte de los defensores y críticos de la categoría
han coincidido en negarse a realizar un análisis textual e his-
tórico del término y, sobre todo, no se han esforzado en inda-
gar el sentido -o los sentidos- que posee en la obra de Marx.
Pero incluso en artículos orientados a reconstruir la historia
de la categoría vemos simplificaciones análogas a las que he-
mos descrito. Así, Georges Labica concluye un articulo sobre
la alienación diciendo que "la alienación, fuera del uso jurí-
dico-económico estricto, o de su sentido filosófico original,
ninguno de los cuales es marxista, es solo una noción· confusa
de la que conviene desconfiar" (Labica, 1999: 21).' Aunque
más mesurado, Nikolaus Lobkowicz dice que la alienación es
objeto ante todo de una comprensión intuitiva que "deja lu-
gar a bastantes interrogantes, más que a delimitaciones cla-
ras y lógicamente determinables. El concepto de alienación
es, heurísticamente, poco fecundo" (Lobkowicz, 1975: 69).
En uno y otro caso, la atención a la letra misma de Marx -y
a la de sus antecesores inmediatos: Hegel, Feuerbach y HeB-
ha sido insuficiente; más relevante es estudiar la historia que
el término de alienación tiene en la filosofía inmediatamente

1 Donde no se indica algo diverso, tas traducciones son nuestras.

1O • La alienación: historia y actualidad


anterior a Marx, y en el Marx de los Manuscritos, como base
para considerar luego si la alienación ha perdido o no su ac-
tualidad en cuanto aporte duradero o categoría fundamental
para entender el estadio actual del capitalismo.
Comencemos anticipando el hecho de que, en la evolu-
ción del término alienación (Marx utiliza indistintamente las
palabras alemanas Entfremdung y Entliuf3erung;2 seguimos
aquí la tradición de traducir al castellano el segundo término
como enajenación), se verifica un desplazamiento desde un
_ abordaje teológico a ·otro econórmco-politico, y que Marx ha
ejercido una influencia decisiva en ese pasaje. Sin embar-
go, no habría que presuponer que la relación entre religión
y economía es equivalente a la que existe entre mentira y
verdad; por un lado, porque la propia economía política (Na-
tionalokonomie) se encuentra, según Marx, tan dominada por
la alienación como la religiosidad cristiana: es significativo
que Marx suela emplear un lenguaje teológico para hablar
de ta' economía burguesa: así, apoyándose en Engels, en los
Manuscritos habla de Adam Smith como "el Lutero de la eco-
nomía política", o se refiere, en el conocido parágrafo del
libro I de El capital referente al fetichismo de la mercancía,
a los "caprichos teológicos" de esta. Adrede hemos tomado
un ejemplo correspondiente a la obra juvenil y otro a la obra
tardía -supuestamente, la etapa "positivista", "científica" y
libre de "resabios idealistas"-; y cabe recordar, respecto del
segundo ejemplo, que la categoría de fetiche (que aparece
tempranamente en Marx, ya en obras escritas en colabora-
ción con Bruno Bauer) remite a la religión. Por otra parte,
la religiosidad judeocristiana, aCinargen de su carácter alíe-
. nante y _alienado, tampoco tiene que ser excluida del análisis
como si se tratara de una simple mentira: Marx cree que es
posible encontrar en ella algunas claves para comprender la

2 Cf., sin embargo, en este volumen la brillante contribución de


Jesus Ranieri, que sostiene la existencia, en Marx, de una distinción
entre ambos términos. Aunque no estamos de acuerdo con la tesis,
insistimos en ttamar la atención sobre la profundidad y solidez de los
argumentos de Ranieri.
( '
' ,,' '

Introducción • 11
alienación humana, cuyas verdaderas causas se encuentran,
por cierto, en. otro lúgar.
-- P�drfa'mos tomar como ��rnplo de ello el Génesis bíbli-
co; es sabido que allí se presenta ya al trabajo humano en
términos .
de (''""""""''
,
castigo: . .. '""""'"'
una vez que come del árbol de la cien-
cia, el hombre se ve condenado por Dios a un trabajo servil
("Con trabajo sacarás de ella [de la tierra] tu alimento todo
el tiempo de tu vida [ ... ] Con el sudor de tu frente comerás
el pan hasta que vuelvas a la tierra"; Génesis 3, 17 y 19). El
trabajo visto en términos de castigo es aquí la contraparte
� . . . -- -
' de. un paraíso entendido como espaéíodel- puro consumo: el
. ·,
hombre era, er. el Eden, señor de una tierra que le brindaba
--

sus frutos, p_ero en la c4�l n9 p9g_ía desplegar su creatividad.


Puestos ante una cosmovisión semejante� podemos pregun-
tarnos si ., h.ay,
.....,..,,..,. en el Génesis, . algún espacio para un trabajo
no alienado, en que sea posible objetivar lo que Marx llama-
ba "capacidades esenciales" (Wesenskréifte). Tendríamos que
decir que, en vista de una caracterizacion tal del hombre,
una posibilidad creativa tan elevada solo podía estar reserva-
.- da al mismo Dios; y, en efecto; erYahvé del Génesis represen-
ta una imagen tal. En Para una ontología del ser social (publ.

-
en alemán en 1984 y 1986), señala Lukács que "En la historia
de creación del Antiguo Testamento [ ... ] Diqs no solo examina
siempre lo ejecutado -tal como lo hace el sujeto humano
� -
� .
del trabajo-, sino que también, una vez más a semejanza
del hombre que trabaja, ,2e da un descao,so una vez realiza-
do el trabajo" (Lukács, 1984: 69). Dios�� la_ felicidad de
contemplar sus obras y sentirse realizado en ellas: de ver
que "todo era bueno" y que se correspondía con el proyecto
inicial. Estamos ante una modalidad de trabajo que, bajo las
actuales condiciones de vida, solo estáreservado para grupos
, aislados, entre quienes destacaMarx a los artistas y escrito-
¡ res -en los Manuscritos se lee que el hombre, �ndo no tra-
baja coaccionado por la necesidad material, __ �º- de manera
j_c[eQtjva, sabe "producir según--la medida de toda especie, y,
'-sabe aplicar en todos los casos la medida inherente al objeto;
el hombre forma, por ende, de acuerdo con las leyes de la

12 • La alienación: historia y actualidad


belleza" (Marx, 2004: 113)-. En Geist der Utopie (1918; 2ª
ed.: 1923), Ernst Bloch aludió a un término que, en sánscrito,
designa la creación artística: tat twam as; ("eso eres tú");3
el término supone que el arte es una forma legítima de obje-
tivación, de exteriorización de la propia esencia del artista.
Puede deducirse de esto, realizando una estrategia compara-
ble con la que se desarrolla en las "Tesis sobre Feuerbach",
que el hombre ha puesto en Dios una imagen más elevada
-�nó a�enada"- desi mismo, y_ que por ello sigue vigente
el sueño de ser iguales a Dios; dicho de otro modo: de no
.soñar con un Edén consumista de las mercancías, sino con un
ámbito e-n el que sea posible realizarse a través· del trabajo
no alienado.

11

Decíamos que las reflexiones alemanas en torno a la aliena-


ción tuvieron su punto de partida en una discusión teológica.
Esto nos retrotrae a las específicas condiciones de desarrollo
de la filosofía en Alemania. En La tdeoiogia alemana (1845),
Marx y Engels se han referido al hecho de que, mientras en
Francia las revoluciones derribaban o sacudían gobiernos, en
Alemania solo podían tener lugar en el plano del pensamien-
to: si la década de 1830 está signada en para Francia por el
estallido de la Revolución de Julio, en Alemania lo está por
el surgimiento del neohegelianismo de izquierda, que tiene
como una de sus expresiones más altas y como punto de par-
tida a La vida de Jesús (1835-1836), de Friedrich Strauñ, No
debe sorprender que, en Hegel, la emergencia de la proble-
mática de la atienacióii vaya de- la meno de una discusión
teológica tras la cual se traslucén los ideales republicanos.
Durante el período de Berna (1793-1796) -ante todo, en La

3 Cf.Bloch,1991:45.

Introducción • 13
positividad de la religión cristiana (1795-1796)- y en el de
Frankfurt (1797-1800) -ver, por ejemplo, El espíritu del cris-
tianismo y su destino (1798-1800)-, Hegel había estudiado el
problema, designándolo con el término de positividad (Posi-
tiv,tat). Dicho término, -que recorre la producción juvenil de
Hegel hasta la Fenomenología del Espíritu (1807), es la clave
que el filósofo emplea para comprender la diferenciaentre
paganismo y cristianismo, y_ sus correspondientes estructuras
sociales. Para Hegel, el culto pagano era una religión de hom-
bres libres, adecuada a una sociedad republicana que creía
'en la posibilidad y en la- necesidad de que el género humano
realizara sobre esta tierra sus fines; esa realidad se alteró a
partir de la disolución de las ciudades antiguas y de la caída
= •
en el _clespotismo: alejado de la vida activa, relegado a una
existencia privada y reducido a la contemplación de procesos
tnsfóricos· y sociales que parecen desenvolverse con total in-
dependencia de sus decisiones, el hombre se enfrentaba aho-
ra al mundo como a algo dado, que no podía comprenderse
como resultado de la propia actividad. A este mundo vaciado
de. sentido correspondía una religión que -como el cristia-
nismo- proyecta sus valores hacia un más allá ajeno a esta
vida: hacia una esfera inmaterial e incomprensible, hacia el
dominio de un Espíritu puro cuyos designios se imponen, a su
vez, al hombre con el carácter opresor de una ley objetiva,
"positiva". Dicho de otro modo: a un culto que consideraba
la esencia inmanente al Ser, sucedía ahora una religión que
desgarraba ambos órdenes y proyectaba el pensamiento -la
idea- como única realidad substancial frente a la desgarrada
apariencia del mundo visible. Hegel ha dicho que la positivi-
_dad no es una realidad efectiva, sino una relación "puramen-
.' te pensada": los valores no son ya inmanentes a la realidad,
. sino un postulado, un deber ser (Sallen) que se enfrenta al
mundo real sin pretender hacerse uno con él. Es esta la ex-
. presión de una era histórica �n la que el pensamiento se di-
vorció del mundo sensible, pero también en que la máxima
moral se -enfrenta con las exigencias corpóreas. Por eso, la
certidumbre hegeliana de que elpresente representa la era

14 • La alienación: historia y actualidad


de los intelectuales, es hermana de la convicción de que el
supremo bien no es una realidad existente, sino un imperati- .
voimoral. Esta victoria del crísttanlsrno y·deliñtelecto es, a
la vez, hija del despotismo, que empuja a los hombres como
individuos privaéios; burgueses, a ta esfera dé-la intimidad,
inhabilitándolos para transformar la realidad externa y redu-
ciéndolos a la condición de extranjeros sobre liria tierra que
no les pertenece. kªJt�rnatiYa frepte a esta escisión estéril
entre la realidad ernpiricayel deber ser abstracto reside,
para el joven Hegel, en la consolidación de una verdadera
cultura, es decir: de un sistema de y�.!9.r�s capaces de reesta-
blecer el enlace entre existencia y esencia, y de convertir la
fría sociedad en una comunidad armónicamente constituida.
En relación con esto, conviene remitirnos al contraste entre
las religiones de la libertad y la religiosidad positiva; aunque
solo nos ocuparemos de señalar algunos de los aspectos en
que dicha cuestión se relaciona con nuestro tema.
Esta visfó_i:i de las cosas -dominada por la esperanza en
que la expansión de los ideales de la Revolución Francesa vol-
vería a engendrar las condiciones para una resurrección del
espíritu republicano-����� a partir de_� }"_!:ler!!}idor y_ de
la consolidación de la sociedadburguesa. La consideración
de la realidad histórica llevará a_Higel a __ a�ande>_i:i_a_r_s.� pos-
tura -por así decirlo- voluntarista. Los resultados pueden
verse ya en la FenomenolÓgía dei Espíritu, obra en la que se
advierte la sustitución de la categoría de positividad por las
de Entauj3erung y Entfremdung. Con relación a esto, podría-
mos decir que es correcta la distinción que establece Labica
(1999: 17) cuando, al referirse a Hegel, �-é!ra la(e_l)filgn?ci��7
(Entauj3erung) -semánticamente vinculada con la operación
de y�t� __ d�.. l� pr�piedad,.....Q. con la renuncia a los intere-
ses. privados .en . función de los estatales-
. de la/é!Ií�naciórY
- -------=-/
(En tfre mdung), que, relacionada la alienatio latina, alude a
una �ali9ad que �e ha. vuelt� _extraña y aun hostll a.1 horn-,
bre. El sentido es el de "un ser negativo que no trabaja, que \
permanece como una escisión (Spaltung), es la famosa con-
ciencia desventurada de la Fenomenología del Espíritu, la '· ,' 1
l.�
•,S J C\..,·v..r C i ' f

Introducción • 15
1 , r I
1

pérdida de sí mismo en el otro, el desprendimiento del ser


y ya no del tener, como ocurria en la figura de la alienación-
contrato" (íd.), Cabe señalar que el mundo de la alienación
es, para Hegel, la Modernidad, tal como puede verse en la
sección de la Fenomenología que lleva el título "El espíritu
alienado de sí mismo. La cultura".
¿En dónde residen los límites de la concepción hegeliana
de la alienación? Marx los analiza en las páginas finales de los
Manuscritos: allí indica que la ��n_deza de Hegel consiste en
que ha sabido �__r�n el trabajo la esencia probatoria del ser
humano: el, ámbito en el que este consigue autoproducirse,
en que hace realidad su propia esencia. Pero el único género
de tr_abajo que reconoce Hegel, en concordancia con la orien-
'tactón idealista de su pénsamíento, es el trabajo espiritual.
Esto hace que solo vea en el trabajo· sus aspectos positivos y
que, por ende, se pierda en identificaciones falsas: subjetiva-
mente, en la medida en que equipara la esencia del hombre
con la autoconciencia (Selbstbewufitsein); objetivamente,
por cuanto confunde la objetividad (Gegensti:indlichkeit) en
general con la alienación (Entfremdung) del trabajador bajo
el capitalismo. Para el Hegel de la Fenomenología del Espí-
ritu, la realidad objetiva representa una existencia alienada,
incongruente con la esencia auténtica del hombre -es decir,
con la autoconciencia-; de ahí que la reapropiación de e�e
mundo enajenado por parte de la autoconciencia aparezca
como la superación, no de la alienación en particular, sino de
toda objetividad, y gue el hombre sea presentado como ser
puramente espiritual, "no objetivo".
1 ' t,
. t ¡.,..·"\,, .

111

En la generación posterior a Hegel, la reflexión en torno a la


alienación se polariza en torno a dos posiciones contrarias,
pero que tienen su punto de partida en el autor de la Feno-

16 • La alienación: historia v actualidad


menología; por un lado, los. neohegeli�o_os)insist�n sobre la
necesidad de rebasar la alienación por.vias ideales y subje-
_tjy_as, y esto torna comprensible la crítica desplegadi.eñ La
Sagrada Familia (1845) contra los defensores de la concien-
�ia crí;!c!l -��E. Bau�_y_�.9nsortes-·, quiénes se proponen
".<1��truir la alíenacíón material a través de una acción espiri-
tualista -puramente interna" (Marx/Engels, 1956: 87). La críti-
ca absoluta, señala Marx, "ha aprendido de la Fenomenología
hegeliana al menos el arte de transformar cadenas reales,
objetivas, existentes fuera de mí, en cadenas meramente
ideales, meramente subjetivas, meramente existentes dentro
de mí; de ahí que tr.?_f)sfq_rn:ie todas las luchas externas, sen-
soriales en puras luchas intelectuales" (id.). A esta tentativa
-para etirninar' in.telect!.!_almente la alienación se contrapone la
crítica de: (udwig_J'euerbach;\ la teoría desplegada en Esencia
del cristianismo (1841) está sustentada en la tesis según la
cual la divinidad no es más que la proyección imagi_naria de
la esencia genérica (Gattungswesen) J:iumana; de ahí que el
conocimiento de Dios sea, en el fondo, un intento de auto-
conocimiento por parte del hombre, visto en el reflejo de la
exterioridad; el hombre se aliena de la propia esencia antes
de reconocerse en él mismo, y la antítesis Dios/hombre es
la forma mixtificada que asume la oposición entre el género
y el individuo. � Dios creado a imagen y semej_anza de los
hombres solo puede poseer los atributos que estos han abs-
traído de sí mismos; la religjón invierte la auténtica relación
sujeto-objeto,
- - -- -
en la medida en que hace que los predicados
humanos, bajo__ 1� forma d� la Divinidad, tengan la prioridad
-
frente a los hombres concretos. Pero si Dios es el depositario
de los atributos humanos, de esto se deriva una paradoja que
reaparecerá, en otros términos, en los Manuscrnos: cuanto
más rico y poderoso sea Dios, tanto más desposeído y dtrbil se¡
verá el hombre; en los sacrificios humanos encuentra, pues, .
la más precisa expresión ia esencia de la alienación religiosa.
Esto tiene la siguiente consecuencia: si los sentimientos de
amor y solidaridad son proyectados auna figura Ím_aginaria
y trascendente, la· religión también implica la destrucción
' 1 •

r, • .. ' •
Introducción • 17
.. ----
de todo .senttmtento
�.
de solidaridad entre los hombresy
- ---..el
fomento del egoísmo. De ahí que la superación de la reli-
giosldád- sea,.para Feuerbach, él camino hacia la supresión
det.Ódós los conflictos sociales; ·cuando esto suceda, se hará
· r'ea[icfaa la sentencia de Spinoza: horno homini Deus est. 4 En
los años posteriores, feuerbach se desviará hacia posiciones
más mecanicistas y distandadas "de la anterior proximidad
al leñguaje 'hegetiano: las críticas a la religión cristiana se
presentarán en términos semejantes a los empleados por la
Ilustración francesa; así, ante todo, las Lecciones sobre la
esencia de la religión (1848-1849; publ. 1851)-.
Entre las limitaciones de Feuerbach se encuentra, en pri-
mer lugar, la convicóoñ.en que la alienación es un fenómeno
unilateralmente negativo; en segundo lugar -y en relación
'con To anteríor-, una concentración excesiva en la alienación
religiosa, con la consecuente creencia, según se ha visto, en
. que la supresión de las creencias _rEtljgiosas es el remedio eara
todos los males. No en vano existe, en Feuerbach, una aten-
ción nula hacia la alienación laboral y hacia las posibilidades
positivas de una apertura de las posibilidades de realización
auténtica latentes en la fuerza de trabajo humana. Pero, en
tercera instancia -y esto irá profundizándose en el período
posterior a Esencia del cristianismo-, de lo dicho se infiere
que Feuerbach, �n su voluntad de tornar distancta respecto
del idealismo hegeliano y neohegelíano, _reduce al hombre
a la condición de un ente pasivo, y esto lo que le cuestiona
Marx en la primera de las Tesis.
,· / , ',

IV

Sobre la base de estos precedentes surge la teoría marxiana


sobre la alienación, que encuentra ya importantes anticipos
en los escritos compuestos entre 1843 y 1844: ante todo, el

4 El hombre es el Dios del hombre.

18 • La alienación: historia y actualidad


manuscrito Crítica de la Filosofía del derecho de Hegel, y las
contribuciones de Marx a los Anales Franco-Alemanes, entre
las que se cuentan tanto el epistolario con Ruge, Feuerbach
y Bakunin de marzo a septiembre de 1843, como los artículos
Acerca de la cuestión judía (otoño de 1843) y Para una crítica
de la filosofía del derecho de Hegel. Introducción (comienzos
de 1844). En primera instancia, correspondería que conside-
remos las ideas sobre la alienación que aparecen en el ma-
nuscrito de 1843. En él, Marx cuestiona en Hegel el hecho de
haber convertido al Estado-eni:íña entidad que nace y funcio-
na-con total independencia de los seres hÜmanos concretos;
en Hegel, los individuos no actúan sino como mero contraste
de las funciones que autónomamente desarrollan las institu-
ciones estatales. De ahí que, en segunda instancia, Marx -si-
guiendo a Feuerbach- acuse a Hegel de invertir la relación
entre predicado y sujeto, P-Or lo cÜal-los sujetos
-.._ -- - . -�
reales se con-
-�!e�fen en meros predicados de la sustancia universal. Dicho
de otro modo, no es, para Hegel, et hombre et que ha creado
et Estado a fin de realizar sus propios intereses mundanos,
sino que et Estado existe como realidad independiente, como
fin en sí mismo. El hombre individual se convierte en una
forma secundaria y subjetiva de ta existencia del Estado; se
trata, pues, de establecer las relaciones reates, en las cuales,
así como ta religión no crea al hombre, sino que el hombre
crea la rellgfoñ-;--ásftamDie-ñ ñoes lá Constitucfóri la qué pi-o-
·áuce al pueblo, sino que es_teprodué:e"'á aqu"eHa. La estra-
tegia supone, pues, retrotraer las instituciones a su génesis
histórica real, de modo que el Estado no flote libremente
en una esfera autónoma, sino que se coloque al servicio de
tas necesidades del hombre; cuando Hegel legitima ñlosóñ-
camente el Estado existente, to que procura es hipostasiar la
escisión entre hombre y Estado corno realidad e.terna e ma1-
·tera61e:-j:)or elfo presenta a la sociedad, no como realización
:J
--· , • - - - -· -- - , 1
de la �er�ona, sino como algo que el Estado alcanza por s1
Rara s1 mismo.
Pero así como denuncia el proceso por el cual los hom-
-
bres se ven alienados de sus capacidades propias
.
amanos

Introducción • 19
del poder estatal, Marx también describe las condiciones
históricas específicas en las que se funda la filosofía hege-
liana; condiciones que, a su vez, son legitimadas por Hegel.
El hecho de que este justifique el engaño en virtud del cual
el "bien general'' no c::orrespánde a los hombres, sino a las
instituciones estatales, se halla en estrecha relación con la
burocracia estatal: Hegel representa la ideolOgia del aparato
burocrático -prusiano, que se encuentra guiado por la "con-
ciencia de funcfonario" (Beamtenbewuf3tsein) que lo lleva a
identificar su interés particular con el interés universal del
Estado. Con todo, la separación· entre dos esferas =pública
y privada- que consumó la sociedad burguesa, representa
un avance frente a estructuras sociales anteriores. La Edad
Media desconocía este desdoblamiento: en ella, la división de
la sociedad en estamentos era, al mismo tiempo, la división
política inmediata de la sociedad; en cambio, �n el mundo
burgués se configura una mistificación a partir de la cual el
· 'ciudadano del Estado y el hombre privado conviven como
. existencias mutuamente· hostiles, inconciliables entre sí -por
lo menos, dentro del mundo burgués -.
Esta distinción es retomada y profundizada en Acerca de la
cuestión judía: Marx aprovecha la polémica con Bruno Bauer
para desplegar una critica de aquellos programas de acción
que limitan sus exigencias a la mera demanda de emancipa-
ción política: la conquista de esta última solo garantiza una
liberación formal, que no supera forzosameñte la separación
- entre la sociedad burguesa y el Estado; es decir, entre aquel
ámbito en el que los individuos, en cuanto personas privadas,
persiguen de_r.1:'_?d�_�g_oíst���-g_r_Qpjos ir,t�reseSi;Y)aquel otro
en que creen participar de un orden comun regido por valo-
res altruistas:

Una vez que el Estado político ha alcanzado su conformación


verdadera, el hombre lleva, no solo en el pensamiento, en la
conciencia, sino en la realidad, en la vida, una vida doble, una
celestial y otra terrena: la vida en la comunidad política, en la
que existe como un ser comunitario, y la vida en la sociedgd

20 • La alienación: historia y actualidad


burguesa, donde --ª-�túa en cuanto hombre. privado que consi- '
-dera- a los otros hombres como medios, donde se degrada a sí
:mismo a la condición de medio y se convierte.. en juguete ele
fuerzas ajenas. El Estado político se relaciona en forma tan
espiritualista con la sociedad burguesa como el cielo con la
tierra. Se contrapone con ella y la supera de la misma manera
en que lo hace la religión con la limitación del mundo profano;
es decir: en la medida en que tiene que reconocerla, producir-
la y dejarse dominar por ella. El hombre, en su realidad inme-
diata, en la sociedad burguesa, es un ser profano. Aquí, donde
él vale, para sí mismo y para los otros, como individuo real, es
un fenómeno inauténtico. En el Estado, en cambio, donde el
hombre vale corno ser genérico, es el miembro imaginario de
una soberanía ficticia, se ve arrebatado de su vida individual
real, y se carga de una universalidad irreal (Marx, 1956b: 355).

La escisión de la conciencia �tre los ideales del @oyen y


la realidad prosaica del bourgeois es, para Marx, síntoma -de
una _realid�d que se encuentra en sí misma desgarra"aa�yqué
__Q_retende encontrar E:_n representaciones purarriénte ideales ¡
un modo de evadirse de sus propias limitaciones. Así como (de
- acuerdo con la crítica feuerbachiana déIáretlgión) los cre-
yentes se ven inducidos a figurarse un paraíso celeste a fin de
disimular 1.a imperfección de la realidad terrena, así también
se ven incitados los individuos, bajo la sociedad burguesa, a
construir la imagen _de un Estado en el que la corrupción pri-
vada se transfigura en virtudes públicas. Feuerbach se había
propuesto enjuiciar la alienación del mundo religioso revelan-::
do su fundamento mundano; Mª-rx no �ºlºJ>_ropon�_desplazar
esta crítica hacia la esfera políÜca, sino que tambúrñ_-aspka
--
. air rnás allá de la mera constatación y superar las ilusiones
-· -·· �
.beroicas revolucionando su base mundana, es decir: la socie-
dad burguesa misma. De lo que se trata, según el autor de
Acerca de la cuestión judía, es de sobrepasar las restringidas
demandas de emancipación política -demandas que dejan ín-
·tacta la separación entre vida privada y vida comunitaria- y
·buscar la emancipación humana, es decir, una transforma-
. don capaz de lograr que los valores comunitarios, genéricos,
- .

Introducción • 21
desciendan del cielo de las ideas al ámbito mundano. En el
·caso de quesereaTice ·esfa ultima, -cesará la contraposición
abstracta entre individuo y socíedad.V'cada uno de
los dos
elementos se convertirá en condición para el desarrollo pleno
·ae[_otro:

Solo cuando el hombre individual y real reincorpora dentro


de sí al ciudadano abstracto y, como hombre individual, en su
vida empírica, en su trabajo individual, en sus circunstancias
"írÍdividuales, se convierte en ser genérico; solo una vez que el
hombre ha llegado a reconocer y organizarsus forces· propres
coiñocapacfdades· sociales y, por ende, ya no aparta de sí la
capacidad social bafo la figura de la capacidad política; solo
. entonces, pues, se encuentra realizada la- emancipación huma-
-na (ibid.: 370).

Pero, más allá de la conciencia sobre la necesidad de su-


� �-- -=--- -------••-
perar los limites del universo burgués (conciencia que lo co-
loca;·nosolo por ené1ma de Hegel y de los neohegelianos,
sino también de Feuerbach), Marx no ofrece aún indicación
alguna acerca de las fuerzas sociales que podrían producir la
emañcipaoon humana. El cambio €senciaf_::_-e·s decir: ·el reco-
'nocírmento cíélproletaria_do como clase destinada hístórica-
mente a convertirse en agente de la revolución social- cobra
expresión en Para una critica de la Filosofía del Derecho de
Hegel. Introducción. Este artículo es, entre otras razones,
fundamental a raíz de la vinculación que establece entre re-
volución y filosofía o, para decirlo de manera más concreta,
entre el proletariado y los intelectuales revolucionarios; Marx
sostiene qÜet la emancipación humana ·cuerita con una cabe-
- za (la filosofía) y un corazón (el proletariado); la primera no
puede realizarse sin la superación del segundo; este no pue-
de trascenderse a sí mismo sin la realización de aquella. Esta ·
propuesta de unión entre teoría filosófica y praxis proletaria
puede parecer llamativa en vista del ulterior desprecio del
marxismo oficial por cualquier especulación que aspire a ir
más allá de la ciencia empirista; pero resulta lógica en Marx,
que no ha cesado de postular la unidad de teoría y praxis:·-
-/ --- - - - ---

22 • La alienación: historia y actualidad


la teoría se convierte en fuerza material en cuanto consigue
aferrar a las masas. La teoría es capaz de aferrar a las masas
en cuanto realiza sus demostraciones ad hominem, y realiza
sus demostraciones ad hominem en cuanto se vuelve radical.
Ser radical es aferrar la cosa desde la raíz. Pero, para el horri-
-bre, la raíz esel hombre misrño(Marx, 1956b:-385T,- -- - --
- " , ... - --------•-~---
---� - L

Puede verse que hasta aquí ha dado ff,._gf_x un paso más allá
de Feuerbach, al vincular centralmente el anáüsis dé la alie-
nación, no ya con la experiencia religiosa, sino con el Estado
y la política. Aun cuando ese avance fue en sí importante,
quedaba por realizar un avance todavía más decisivo, remon-
táñdose - a las causas históricas y sociales esenciales de las
. otras formas de alienación. Para dar este salto, Marx tuvo
que tomar conocimiento de los avances· realizados por la eco-
· nomía política; para ello, fueron en un principio importantes
· dos aportes: el de Moses HeP., en los artículos publicados en
los Veintiún pliegos y, sobre todo, el "genial esbozo" (Marx)
de Engels, los Esbozos para una crítica de la economía polí-
tica (1843-1844). Ambas contribuciones despertaron la con-
ciencia marxiana sobre la importancia de un análisis crítico
de la economía; solo que Marx veía en estos trabajos una
limitación: la de mantener todavía una perspectiva relativa-
mente humanitarista. Así, Engels interpreta el proceso que
va de Smith a Ricardo en términos de una evolución descen-
dente, en la cual los economistas van abandonando en forma
progresiva toda honestidad; Marx, en cambio, cree que el
cinismo comparativamente mayor de un Ricardo frente a sus
predecesores no es más que el síntoma de una más profunda
comprensión de la sociedad burguesa. El caso de HeP., es más
patente, por el hecho de representar una perspectiva más-
moralizante y menos objetiva que la engelsiana; típico ex-
ponente del anticapitalismo pequeñoburgués, HeP., expresa,
al decir de Lapin, "el temor que domina a los intelectuales
pequeñoburgueses cuando se percatan del carácter absurdo
e inhumano, de la naturaleza usurpadora del mundo alienado
del capitalismo" (Lapin, 2004: 235). De ahí que 1) vea la alie-
nación económica como un proceso simplemente negativo,

Introducción • 23
sin comprender que representa un avance histórico frente a
modos de organización social precedentes, 2) sostenga que la
solución para la alienación socioeconómica sea el triunfo del
amor universal del hombre por el hombre. Heñ dice

Lo que es Dios para la vida teórica, lo es el dinero para la vida


práctica del mundo del revés; el patrimonio enajenado de los
hombres, su actividad vital vendida. El dinero es el valor hu-
mano expresado en cifras; es el sello de nuestra esclavitud,
la marca indeleble de nuestra condición servil. [ ... ] Recién
ahora pudo aparecer universalmente en público el principio
de la esclavitud -la enajenación del ser humano a través del
aislamiento de los individuos y la degradación de aquel ser
al nivel de medio para la existencia de esos individuos- (cit.
en íd.).

En los Manuscritos, Marx rebasa esta perspectiva, apli-


cando a los economistas políticos burgueses críticas simi�
lares a las que en los artículos anteriores había dirigido
contra Hegel; de ese modo se entiende mejor la tesis según
la cual la economía política representa, en el plano eco-
nómico, la misma tendencia que encuentra su encarnación
filosófica más alta en el sistema hegeliano. Así como este,
según vimos, construyó un sistema especulativo orientado
a justificar la inversión de las relaciones reales propiciada
por la burocracia prusiana, así también los economistas
dásicos transforman los procesos económicos reales en un
sistema de categorías abstractas ·que llevan una existencia
autónoma tanto respecto de aquellos procesos como de
los seres humanos concretos. Al idealizar de este modo
la sociedad burguesa, . c_gnced�n a esta una legitimación
comparable con la que Hegel había efectuado con las insti-
tuciones del Estado; es así que, incapaces para dar cuenta
def devenir histórico de sus categorías, los economistas
simplemente las aceptan, dando por sentado lo que ten-
drían, precisamente, que explicar. Entre estas categorías
se encuentra, en primera línea, la de propiedad privada; y
sobre esto diceMarx:

24 • La alienación: historia y actualidad


La economía política parte de la propiedad privada como de
un hecho elemental. No nos la explica. Concibe el proceso ma-
terial de la propiedad privada -proceso que ella experimen-
ta en la realidad- bajo fórmulas universales, abstractas, que,
para ella, poseen el valor de leyes. No concibe estas leyes; es
decir: no demuestra cómo se derivan estas de la esencia de la
propiedad privada (Marx, 2004: 104).

La superación de la religión requería retrotraer a la di-


vinidad a sus bases mundanas; la superación de la filosofía
política hegeliana suponía explicar el Estado a partir de los
hombres particulares; de un modo similar, Marx sostiene que
la superación de la propiedad privada precisa de una eluci-
dación de esta a partir de su base real: . el trabajo
. alienado;
de ahí que se afirme, en los Manuscritos, que la "propiedad
privada se deduce, pues, a través del análisis, del concepto___
del trabajo enajenado; es decir, del hombre enajenado, del
trabajo alienado, de la vida alienada, del hombre alienado"
(ibid.: 117). Esta es, en primera instancia, una aplicación con-
secuente de las tesis sostenidas en trabajos anteriores, en los
que, como vimos, "para el hombre, la raíz es el hombre mis-
mo": se trata, pues, de pasar de la propiedad enajenada al
hombre alienado, por eso, la apariencia fetichizada tiene que
ser reemplazada, sobre la· base·-de esta perspectiva ·humanis-
. ta, por la percepción real: "aun cuando la propiedad priva-
da aparece como razón, como causa del trabajo enajenado,
es, antes bien, una consecuencia de él, así como los dioses
no son originariamente la causa, sino el efecto del extravío
del entendimiento humano. Posteriormente, esta relación se
convierte en una relación recíproca" (íd.). Esto nos conduce
a destacar acaso el aporte más decisivo que realiza Marx en
los Manuscritos: la categoría de alienación, que había sido
trasladada de la critica de la religión a la filosofía política, es
incorporada ahora de manera consecuente al análisis econó-
• mico. De ahí que la categoría de trabajo ocupe un lugar tan
· _central dentro de esta obra temprana, y -sobre todo- que el
análisis marxiano no esté dirigido exclusivamente, ahora, a la

Introducción • · 25
abolición de la religión o a la del Estado, sino fundamental-
meñfea la del trabajo alienado.
Marx establece una distinción entre el análisis de la esen-
cia - ontológica del trabajo -en cuanto actividad que repre-
senta la esencia probatoria del hombre- . y la descripción
fenomenológica del trabajo alienado. El trabajo "en general"
"tiene su condición en el mundo externo y natural: "El traba-
jador no puede crear nada sin la naturaleza, sin el mundo
externo sensorial" (ibíd.: 107). Dicho de otro modo, la na-
turaleza provee el material primero para la realización del
trabajo, la ocasión para que este produzca bienes capaces
ele objetivar las capacidades esenciales del hombre. De ahí
que la realización (Verwirklichung) del trabajo requiera, para
Marx, de unproc�s.Q.Jie objetivación (Vergegensti:indlichung)
humana;
._____ esta objetivación es un rasgo general de toda acti-
vidad laboral del hombre ("Un ser no objetivo es un no ser";
ibíd.: 199), que no debería ser confundido con la forma parti-
cular y distorsionada que asume bajo las condiciones del ca-
pitalismo, en que la objetivación es reducida a la alienación.
El trabajo alienado asume cuatro formas:

1. La �lienación del trabajador en su objeto: Marx señala


que, en la producción de mercancías,

�el producto se enfrenta al trabajo como un ser ajeno, como una


fuerza independiente del productor. El producto del trabajo es el
trabajo que se h� fijado, que se ha materializado en UI} objeto;
es la objetivación del trabajo. La realización del trabajo es· su
objetivación. Esta realización del trabajo aparece, a nivel de la
economía política, como desrealización del trabajador; la objeti-
vación, como pérdida de(objeto y como sometimie�to servil a él;
�apropiación, como alienación, como enajenación (i8íd.: 106).

Bajo tales condiciones, tiene lugar un proceso semejante


al que Feuerbach había descrito con relación a la alienación
religiosa: así como el hombre se veía tanto más desposeído
cuantas más cualidades asignaba a su Dios, así también el
trabajador, a) cuanto más produce, tanto menos tiene para

26 • La alienación: historia y actualidad


consumir; b) cuantos más valores crea, tanto más desprovisto
de valor, tanto más indigno se torna; c) cuanto más formado
se encuentra su producto, tanto más deforme el trabajador;
d) cuanto más civilizado es su objeto, tanto más bárbaro el
trabajador; e) cuanto más poderoso el trabajo, tanto más im-
potente el trabajador; f) cuanto más ingenioso el trabajo,
tanto más desprovisto de ingenio el trabajador, tanto más se
convierte este en siervo de la naturaleza.

2. La autoalienación del trabajador en la actividad de pro-


ducción: así como se ve desposeído de sus productos, así
también observa el trabajador a su propia actividad como
algo extraño, como una tarea que lo daña física e intelec-
tualmente y en la que no se siente realizado ni a gusto. Esa
actividad coactiva se encuentra a tal punto alejada de una
realización auténtica de las capacidades esenciales del hom-
bre, que el trabajador solo se siente como en casa tbei sich)
durante el -tiempo libre, y en la satisfacción de sus necesida-
des animales.

3. La alienación del trabajo respecto de la vida genérica


humana: la reflexión en torno a la vida genérica se remonta
a los artículos de los Anales Franco-Alemanes. Marx establece
una relación dialéctica entre esencia genérica (Gattungswe-
sen)-y ser genérico (Gattungssein) comparable con la que re-
conoCia Feuerbach entre Dios (como alienación del género
humano) y la vida social empírica; es decir: la esencia es esa
. posibilidad latente en el hombre que encuentra ocasión de
manifestarse en el trabajo no alienado. En términos que no
aparecen en los Manuscritos, pero que ayudan a aclarar la
perspectiva marxiana, puede decirse que las grandes obras
de la literatura, del arte y la filosofía, como también los.
grandes ejemplos históricos de grandeza ética, representan
atisbos, anuncios de aquello que sólo se encuentra latente en
el mundo actual, y que las condiciones del trabajo alienado
y las relaciones de propiedad impiden que florezca. Cuan-
do observa producciones sobresalientes -por ejemplo- del

Introducción • 27
arte o la literatura, el hombre se siente identificado con ellas
porque percibe una muestra eminente de las posibilidades
del género humano. Por eso en el arte o la literatura ve,
precisamente, Marx formas de __acceso especiales a la gene-
ricidad (Gattungsmi:if}igkeit) humana: ante -digamos- las
grandes obras del Renacimiento, o ante los dramas de Só-
focles o Shakespeare, no solo vemos una objetivación de las
capacidades esenciales del artista, sino también de todo el
género, y espectadores de épocas muy variadas pueden de-
cir: tat twam asi.
Al estancar las posibilidades implícitas en la humanidad, el
trabajo alienado arrebata al sujeto los vínculos con la esencia
genérica. Yendo más lejos que Feuerbach, Marx no ve tan
solo en Dios la expresión de la esencia genérica humana, sino
todavía más -bajo el capitalismo- en el dinero:

la esencia genérica alienada, enajenada y exteriorizada de los


hombres. Es la capacidad enajenada de la humanidad. Lo que
no puedo en cuanto a hombre, lo que, por ende, todas mis
capacidades esenciales individuales no pueden, lo puedo con-
seguir mediante el dinero. El dinero convierte a cada una de
esas capacidades esenciales en algo que ella en sí misma no
es, o sea, en su contrario (ibíd.: 182).

4. La alienación del hombre respecto del hombre: la au-


toalienación del trabajador en el acto de producción no im-
plica solo su relación con su propia actividad como con una
actividad coactiva, sino también ta relación de otro hombre
-que no produce- con ella como una actividad que está
puesta a su servicio, que domina _y disfruta. Marx sabe que
ta alienación se explica, no por la subordinación del hombre
bajo Dios, sino bajo otros seres humanos. Esta relación entre
trabajador y no trabajador es lo que explica la disolución de
ta genericidad humana, la atomización de ta sociedad y la
conversión de esta en un juego de egoísmos.
- De ta consideración del trabajo alienado como base de
toda enajenación se infiere, pues, que la eliminación de esta
no puede realizarse, como pensaban tos neohegelianos, o in-

28 • La alienación: historia y actualidad


cluso Feuerbach, mediante la ilustración intelectual, y que
solo puede concretarse a través de una transformación prác-
tica, capaz de subvertir las relaciones económicas, políticas
y sociales. Y no se trata de una alteración que mejore en
términos relativos las condiciones de trabajo, de un aumento
de salarios o de una reducción del tiempo de trabajo, sino
del salto hacia un orden social en el que, ante todo, queden
abolidas las condiciones de explotación clasista -la relación
entre trabajador y no trabajador-.

IV

Los articulas que componen esta compilación abordan, desde


la perspectiva del marxismo, diferentes aspectos de la alie-
nación y la enajenación, sin dejar de poner el énfasis en la
actualidad de dichas categorias. Ana Selva Albinati se apoya
en las reflexiones de Marx y Lukács en torno a la genericidad
con vistas a examinar aspectos alienantes y desalienantes en
la educación dentro del contexto de la sociedad burguesa.
Ricardo Antunes recurre también al autor de El capital y al
de la Ontología, pero a fin de examinar las modalidades que
ha ido asumiendo el mundo del trabajo en el capitalismo
contemporáneo. Ronaldo Vielmi Fortes despliega un minu-
cioso y esclarecedor estudio de las categorias de objetiva-
ción, enajenación y alienación en la obra tardía de Lukács.
Antonino lnfranca realiza un análisis filológico de los términos
empleados por Marx y muestra, a continuación, el modo en
que ellos funcionan en obras como Historia y conciencia de
clase y, ante todo, la Ontología. Jesús Ranieri -autor de un
libro exhaustivo y original sobre el tema: A cámara escura.
Alienac;cio e estranhamento em Marx (2001)- hace una sutil
interpretación personal del funcionamiento de los términos

Introducción • 29
alienación y enajenación en Marx, y a contíriuacíón destaca
la vigencia de las propuestas marxianas para dar cuenta del
capitalismo actual, ante todo en Latinoamérica.

Bibliografía

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van 1923. Frankfurt a/ M: Suhrkamp, 1991.
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tnarxisme. París: PUF, 1999, pp. 16-21.
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filosóficos de 1844, pp. 234-236.
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Eloy Rodríguez Navarro. Madrid: Rioduero, 1975, v.
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-, Zur Judenfrage. En: MEW, vol. 1, pp. 347-377 (1956b).
Manuscritos económ;co-filosóficos de 1844. Precedido
por Engels, Friedrich, "Esbozos para una crítica de
la economía política". lntrod. de Miguel Vedda. Trad.
de Fernanda Aren, Silvina Rotemberg y Miguel Vedda.
Buenos Aires: Colihue, 2004, p. 113.
- I Engels, Friedrich, Die netuge Famitie, En: MEW, vol. 2.

30 • La alienación: historia y actualidad


Educación: la cuestión de la
alienación individuo-qénero-
Ana Selva Albinati**

¿Enseñanza pública igual?


¿Qué debe entenderse con estas palabras?
¿Se cree que en la sociedad actual
(y a ella hay que referirse)
la educación puede ser igual para todas las clases?
(Marx, 1973a: 54).

Con estas palabras inicia Marx su análisis crítico de uno de


los puntos propuestos por el programa socialista del Partido
Obrero Alemán, conocido como Programa de Gotha: la uni-
versalización de la educación como base espiritual y moral
del Estado.
Escrita en 1875, la Crítica del Programa de Gotha conserva
su actualidad porque toca el punto neurálgico de la educa-
ción, es decir, su destino de universalidad, como elemento
de mediación entre el individuo y el género humano, que se
ejercita, sin embargo, en medio del carácter contradictorio
de la relación efectiva individuo-género. ·

* "Educacáo: a questáo da alienacáo índívíduo-género". Trad. y pu-


blicado por gentil autorización de la autora. Trad. de Francisco García
Chicote.
** Profesora de la Pontificia Universidade Católica de Minas Gerais.

Educación: la cuestión de la alienación individuo-género • 31


La educación, de forma general, y la educación en su sen-
tido formal, institucional, absorben y conviven con la difícil
exigencia de comprender y elaborar esta relación en medio
de una sociabilidad que, a la vez que reconoce la igualdad
humana, vivencia la fragmentación social y las J=ircunstancias
diferenciadas en las cuales el individuo como tal se constitu-
ye, a veces de forma irreconocible, frente a lo que se concibe
como género humano.
Esta duplicidad de registro, en el modo específico en que
se da en la sociedad moderna, es producto de la instauración
de una condición histórico-social que se inicia con la disolu-
ción de la existencia social estamental, ante el desarrollo del
capitalismo.
Para comprender esta cuestión es necesario dedicarnos,
si bien brevemente, a la relación individual-particular-univer-
sal, tal como puede ser reconocida en la efectividad de la
vida social moderna.
A diferencia de lo que ocurre con las otras especies, la
relación que los individuos humanos mantienen entre sí y con
el género se da a través de mediaciones sociales que trans-
forman a los individuos y al género, y que hacen que esa
situación sea diversa de aquella en la que los individuos se
corresponden solo con ejemplares de un género dado, situa-
ción que Marx ha caracterizado como genericidad muda.
En tanto ser social, el individuo humano se diferencia del
ejemplar animal en la medida en que no exhibe simplemente
los rasgos que definen a una especie dada, no forma parte
de un conjunto estanco y predeterminado, sino que, por el
contrario, rompe con su base natural al hacerse social.
Este movimiento de apartamiento respecto del medio na-
tural y de progresiva transformación de esa base es lo que
Marx identifica como un creciente alejamiento de las barre-
ras naturales, un proceso de socialización sin parangón que
incluye la naturaleza como predicado originario, pero que se
caracteriza por rehacer la naturalidad sobre nuevas bases,
cada vez más sociales. En ese proceso la actividad sensible,
primariamente ejercida en función de qué y cómo producir

32 • La alienación: historia y actualidad


los medios materiales de existencia, es el elemento distintivo
en relación con la pertenencia natural, el elemento origina-
rio de instauración del ser social.
La "naturaleza del hombre" es su autoconstitución en un
proceso contradictorio de desarrollo, cuya característica es
una socialización creciente que dispone posibilidades concre-
tas de ser, algunas de las cuales se tornaron históricamente
adjetivaciones de lo humano.
Por lo tanto, el mutismo del género natural cede lugar a
una relación dinámica, mediada por categorías sociales como
el trabajo, la conciencia y el lenguaje, que, a su vez, se desa-
rrollan y se consolidan en medio de circunstancias determina-
das (que constituyen una forma dada de sociabilidad).
Marx trabajó con vistas a esclarecer estas mediaciones en
su vinculación irrevocable con el suelo social del cual brota-
ron y al cual retornaron, en un proceso al mismo tiempo de
reproducción y transformación del ser social. De esta manera
explicitó los elementos y los nexos que permiten la compren-
sión del proceso de autoconstitución del género y de los indi-
viduos sociales, en sus complejas interacciones.
Lukács observa que el salto cualitativo que se instaura en-
tre el ser social y el ser orgánico, y que posibilita el pasaje
del mero ejemplar singular al individuo, conlleva también la
posibilidad de las alienaciones.1 En este proceso, cuanto más

1 Advertimos que usamos los términos "Entduj3erung" y "Entfrem-


dung" en el sentido en que Marx lo hace en los Manuscritos económico-
filosóficos. Según el análisis de Costa, allí "la categoría de enajenación
(Entduj3erung) se refiere más directamente a una relación de separa-
ción, mientras que la alienación (Entfremdung) traduce una relación
de antagonismo. Ambas, no obstante, componen un mismo movimiento
que hace que el trabajo humano produzca y se ejerza a partir de la
propiedad privada" (Costa, 2001: 188). Dicho en otras palabras, enten-
dernos, como la autora, que se trata de dos términos conectados, corn-
plementarios, que se refieren a la condición del trabajo bajo el capi-
tal. De esta manera, no acompañamos en este aspecto el tratamiento
que hace Lukács con este par de categorías, en el cual la enajenación
es comprendida necesariamente como exteriorización, como momen-
to constitutivo de la objetivación (Vergegenstandlichung), que no

Educación: la cuestión de la alienación individuo-género • 33


compleja se torna la forma social, tanto menos tendrán con-
formada su vida los individuos humanos en la forma de un
ejemplar. Esto se verifica Ele manera dramática en el sur-
gimiento de la sociedad moderna, con la consolidación del
modo de producción capitalista y la consecuente corrosión de
los modos tradicionales de vida.
La forma moderna de la existencia social surge a través
del proceso de desarrollo de las fuerzas productivas, que ter-
mina por implosionar los límites de la existencia comunal.
Frente a esta nueva existencia, la representación atomística
de los individuos en el mundo moderno "parece" correspon-
der a la realidad en la medida en que estos, desvinculados de
los lazos comunítaríos y jerárquicos que mantenían la cohe-
sión social tradicional, se enfrentan en una libertad e igual-
dad formales.
Los individuos no se definen ya por su pertenencia a una
jerarquía comunal, de la cual derivarían sus deberes y sus
privilegios y en la cual su actividad se comprendería en fun-
ción de la totalidad de la comunidad. La desintegración de la
comunidad lanza a sus miembros a la condición de individuos
libres, cuyo nexo privilegiado se verifica a través del cambio.
La emergencia de este momento histórico se hizo posible
por la universalización del cambio, lo que significó, en térmi-
nos sociales, la destrucción de barreras y límites de las comu-
nidades tradicionales y la apertura hacia una nueva forma de
sociabilidad: El hombre aparece "originariamente como un
ser genérico, un ser tribal, un animal gregario, aun cuando
de ninguna forma como un 1;éoov 1tOA.t'ttKÓv en el sentido
político. El intercambio mismo es un medio fundamental para
este aislamiento" (Marx, 2009: 1, 457).
El análisis marxiano busca comprender la diferencia entre
la situación de los individuos en la sociedad moderna y la que

necesariamente conduce a la alienación. Usaremos aquí predominan-


temente el término alienación, dado que al tematizar la educación,
tratamos de una esfera de la vida social marcada por las alienaciones
como efectos irradiados de la enajenación en relación con la actividad
y el producto del trabajo.

34 • La alienación: historia y actualidad


corresponde á la sociedad estamental, en la cual se daba una
traducción inequívoca de la situación del individuo en todos
los ámbitos, en la vida privada, en su actividad productiva y
en la vida política y en su expresión jurídica.
Es esta una diferencia de situaciones que Marx sintetiza
en la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, al explicar
los vicios contrarios que se verifican en cada uno de estos
momentos. La Edad Media

separa al hombre de su esencia universal, lo convierte en un


animal que coincide inmediatamente con su determinación. [ ... ]
La época moderna, la civilización, incurre en el error contrario.
Separa del hombre su esencia objetiva como si se tratara de una
esencia meramente externa, material. No toma el contenido del
hombre como su verdadera realidad (Marx, 1956s.: 285).

De esta nueva configuración surge una forma específica de


hiatoe.ntre la vida privada y la representación política, entre
el hombre privado .Y el ciudadano. Mientras que en la socie-
dad �staínental se verificaba el confinamiento de la indivi-
dualidad a su expresión inmediata, separada de su expresión
universal, en la sociedad moderna, por el contrario, se tiene
el reconocimiento formal de la universalidad humana, una
abstracción que hace prevalecer y se asienta incluso sobre las
'diferencias de contenido de la vida real.
Al respecto, Marx señala que no se trata de una abstrac-
ción como mera operación del pensamiento, sino de una ca-
tegoría de laobjetividad social, que dispone los medios y las
condiciones en las cuales se da el proceso de individuación.
Aquí, el análisis marxiano, desarrollado en gran medida por
Lukács, se distancia de la perspectiva postmoderna para la
cual la noción de universalidad no pasa de ser un modelo, una
farsa o una construcción arbitraria.
Al señalar el carácter ontológico del pensamiento de
Marx, Lukács explica que "Marx contempla la universalidad
como una abstracción realizada por la realidad misma, que
··solose convierte en pensamiento correcto cuando la ciencia
reproduce adecuadamente la evolución viva de la realidad en

Educación: la cuestión de la alienación individuo-género • 35


su movimiento, en su complicación, en sus verdaderas pro-
porciones" (Lukács, 1969: 97). Lukács comprende la relación
entre los momentos de la individualidad, de la particularidad
y de la universalidad como internos a una dinámica del ser
social en la cual estas significaciones remiten a complejos
concretos, de manera que el elemento de la universalidad
es producto de una configuración objetiva en la cual sus ca-
racterísticas sobrepasan la forma de la particularidad y se
refieren y actúan sobre una parte mucho más significativa de
fenómenos. Como señala el autor, "la dialéctica de univer-
salidad y particularidad es un problema de la ininterrumpida
transformación de la sociedad como ley fundamental de la
historia" (ibíd.: 55).
En este sentido, la universalidad del género humano, al
constituirse efectivamente a partir del mercado rnundíál,"
marca los parámetros de la formación de las índivtduatidá>
des, a despecho de la forma alienante en la que se da. Ade-
más, la propia alienación tiene su expresión en relación con
esta universalidad.
Esta relación individual-universal está siempre mediada
por la categoría de la particularidad, que se constituye a par-
tir de elementos múltiples que inciden de forma determinada
sobre la formación de las individualidades. Estas mediaciones
particulares, en su aparición fenoménica, terminan por oscu-
recer la relación con el género en tanto tal, en su grado de
universalidad mayor. De manera que "la humanidad misma en
tanto que género nunca puede aparecer de antemano en el
fenómeno, sino simplemente la comunidad humana eventual
y concreta en la que los hombres concernidos viven, traba-
jan, están en trato unos con otros" (Lukács, 2007: 193).
Por lo tanto, la consideración de la noción de género como
perteneciente al orden de la mera idealidad puede ser com-
prendida por la aparente opacidad que se interpone entre el
individuo -y-·lo universal. El círculo de particularidades que
media estas categorías sociales se constituye, en la sociedad
moderna, de manera mucho más variada y casual que en mo-
mentos históricos anteriores.

36 • La alienación: historia y actualidad


Marx nos coloca ante una situación histórica en la cual la
posibilidad de tal universalidad se muestra de manera con-
creta; ante un momento en el que las barreras locales ce-
den, por fuerza del mercado mundial, ante un movimiento de
'cambtos que envuelve toda la riqueza humana, si bien bajo la
forma de la mercancía.
Por lo tanto, se trata de un movimiento sin parangón en la
historia, que acarrea una posibilidad inaudita de elevación de
los individuos al nivel de la genericidad puesta históricamen-
te, al mismo tiempo que la posibilidad de su traición.
[á cuestión, que se plantea desde el punto de vista de la
relación individuo-género, se torna ahora más compleja, en
la medida en que se torna más explícita en su ambigüedad.
Mientras que, en las sociedades organizadas en castas y esta-
mentos, los individuos se comportaban de forma natural en
relación con su condición social y se referían a ella como me-
diación en relación con el género como tal, al mismo tiempo
en que el propio género como tal se restringía a un espacio
más específico, más limitado, en la medida en que las co-
munidades y naciones se encontraban confinadas en relación
unas con las otras, el desarrollo del capitalismo y su necesi-
dad de un mercado mundial alteran esa configuración.
En este momento surge la historia universal, no como un
elemento que es consecuencia del camino del espíritu sobre
la tierra, como una teodicea, al decir de Hegel, sino como
resultado de la experiencia concreta de los cambios entre los
"pueblos. De acuerdo con Marx,

Esta transformación de la historia en historia universal no cons-


tituye, ni mucho menos, un simple hecho abstracto de la "auto-
conciencia", del espíritu universal o de cualquier otro espectro
metafísico, sino un hecho perfectamente material y empírica-
mente comprobable, del que puede ofrecernos un testimonio
probatorio cualquier individuo, con solo marchar por la calle y
detenerse, comer, beber y vestirse (Marx, 1972: 50).

Respecto de esta nueva situación, Lukács observa que


en las castas había coincidencia entre la explicitación de los

Educación: la cuestión de la alienación individuo-género• 37


individuos y su situación en la vida social "el hombre indi-
vidual en el capitalismo, sin tales mediaciones sociales, se
ve controñtado · directamente con esta genericidad suya"
(Lukács, 1984: 1, 77); por lo tanto, como individuo y no como
elemento de una clase. De ahí el estatuto nuevo del individuo
cómo centro, como medídá, . que surge a partir de la Moder-
nidad.
De esta manera surge el individuo, por un lado, liberado
de su condición de ejemplar estamental, pero por el otro,
surge poco comprendido en su· nueva realidad, en la medida
en que participa de dos instancias que se muestran, fenomé-
nicamente, como dispares: la de la universalidad del género
y la de la individualidad inmediata.
•-· Justamente en este sentido observa Marx que "la diferen-
cia del individuo personal con respecto al individuo de clase,
el carácter fortuito de las condiciones de vida para el indivi-
duo, solo se manifiestan con la aparición de la clase, que es,
a su vez, un producto de la burguesía" (Marx, 1972: 89). Lo
que torna mucho más velada la mediación de la particulari-
dad, en sus varios elementos, en el proceso de individuación.
Este velo, impulsado por el capitalismo, tiene su explicita-
ción más espectacular en El capital, donde, a partir del análi-
sis de la mercancía, elemento central y definidor de la forma
de la riqueza en la sociedad moderna, el autor desentraña
la forma escindida en la cual se estructura la sociabilidad
del capital: valor de uso y valor de cambio, trabajo concreto
y trabajo abstracto, producción y apropiación, producción y
consumo, individuo y ciudadano, sociedad y Estado, indivi-
duo-género.
En la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel tenemos
la primera presentación de la fisura que atraviesa el mundo
moderno y que se manifiesta en el plano político en la con-
traposición e�r:itr� individuo privado y ciudadano.
El asentamiento de esta condición en su propio terreno
-el de la producción de las condiciones de la sociabilidad-
se da en al continuación del desarrollo del pensamiento del
autor, cuando en· los Manuscritos económico-filosóficos escla-

38 • La alienación: historia y actualidad


rece el origen objetivo del fenómeno de la alienación, indi-
cando su irradiación desde el campo estricto de la esfera de
la producción -la alienación en relación con el producto y
con relación a la actividad- a las esferas extraeconómicas,
más puramente sociales; a las esferas de la relación de los
individuos entre sí y con el género.
Al disponer de sus fuerzas esenciales en contradicción con
sus predicados genéricos -la conciencia y la libertad-, el
individuo experimenta la enajenación frente al género y a la
creación de un mundo que le es hostil, alienado, en el cual
las relaciones con los otros individuos pasan a ser prioritaria-
mente mediadas por la indiferencia de los intercambios.
Podríamos decir en este sentido que el análisis marxia-
no nos pone en condiciones de tratar los elementos de la
particularidad que median la relación individuo-género y que
permiten vislumbrar ese proceso en su objetividad contra-
dictoria. En otras palabras, tal análisis retiene los polos de
la universalidad y de la individualidad como formas del ser,
tensionadas por elementos de la particularidad.
Hecho este preámbulo necesario, cabe pensar el lugar de
la educación dentro del proceso reproductivo del ser social,
y los impasses a los cuales la educación es llevada en el inte-
rior de esa configuración social que parece disociar individuo
y género.
Lo que la contemporaneidad parece vislumbrar es, en in-
mediatez, una fragmentación y una diversidad tan contun-
dentes en las formas del ser humano, que no sería admitida
en la noción de género. Llevado al extremo, lo que se verifica
en el nivel fenoménico de la vivencia cotidiana parece corro-
borar la tesis de que la noción de universalidad genérica no
sería más que un resquicio metafísico; y, no por azar, parte
de la filosofía contemporánea asume una perspectiva nomi-
nalista, según la cual solo existen los individuos.
En relación con el proceso de la individuación humana, la
incomprensión de la dialéctica individual-particular-universal
se prolonga en diferentes formulaciones: ya sea en la insis-
tencia sobre una naturalización de lo inhumano, como ele-

Educación: la cuestión de la alienación individuo-género • 39


mento constitutivo de la "naturaleza humana"; ya sea en la
expurgación de lo "inhumano" como aquello que no tiene tu-
gár"én el género, como absolutamente otro de lo humano; ya
sea en la atribución de lo "inhumano" al hombre real, como
singular 110 subsumible bajo el concepto de hombre.
Para contraponernos a esta perspectiva, partimos de la
siguiente proposición marxiana:

El contradictorio juicio de los filósofos según el cual el hombre


real no es hombre, es solamente, dentro de la abstracción,
la expresión más amplia y más universal de la contradicción
universal que de hecho existe entre las condiciones y las nece-
sidades de los hombres. La forma contradictoria de esta tesis
abstracta corresponde enteramente al carácter contradictorio
de las condiciones de la sociedad burguesa, llevadas hasta su
máxima agudización [ ... ].
Por lo demás, los filósofos no han declarado que los hombres
sean inhumanos porque no se ajustan al concepto de ho'mbre,
sino porque su concepto de hombre no se ajusta al verdadero
concepto de hombre o porque no tienen la verdadera concien-
cia del hombre (Marx, 1972: 514s.).

La forma de la sociabilidad es el contenido sensible del


cual pueden surgir las posibilidades de- ser humano, y la sus-
tancialidad que permea individuo y género. Y el haz de for-
mas determinadas, particulares, que si no pueden llevar· a
una explicitación exhaustiva de los singulares (que los reduje-
sen a productos mecánicos), nos permiten refutar la posición
irracionalista que culmina en--la irreductibilidad absoluta de
Tos individues.
Perder de vista el papel mediador de la particularidad nos
lleva a polarizaciones abstractas, aisladas de la malla corn-
prensiva de la formación de las individualidades.
Como observa Chasin, la tematización lukácsiana de las
determinaciones particularizadoras "recorre la ruta del olvi-
do de la particularidad en la historia de la filosofía" (Chasin,
2009: 175), �on lo que se. aleja las determinaciones sociales
que inciden sobre la formación de las individualidades.

40 • La alienación: historia y actualidad


Dicho olvido P-arece legitimarse en virtud de la relación en
__gye se coloca el individuo en medio de la sociedad moderna:
"Marx [ ... ] caracterizó la forma capitalista -ta forma más ex-
presamente social en la evolución de las sociedades de clases
hasta ese momento- diciendo que, en ella, la relación del
hombre individual con la sociedad es casual" (Lukács, 1984: 1,
76). Eso es un avance objetivo en relación con las sociedades
anteriores, vinculadas a la naturaleza: "El tornarse casual del
fundamento social de la existencia humana, a pesar de toda
la negatividad y problematicidad inicial en el capitalismo, es
un presupuesto ineludible de esta vía de desarrollo" (Lukács,
1984: 1, 158).
La índole problemática y negativa de esta situación se re-
fleja en la alienación del individuo en relación con el género,
en el hecho de que Los individuos no se reconozcan en su
expresión genérica y no reconozcan el vínculo contradictorio
que perrnea estas dos formas del ser social, en la medida
en que �al reconocimiento es oscurecido por el orden de los
elementos particulares que se colocan en la vida cotidiana_y_
que �o reciben el debido tratamiento, en el sentido de ser
explicitados los papeles y pesos relativos a cada uno de estos
elementos en el interior del complejo particular que afecta
al individuo. Lukács nos advierte de esta dificultad al decir:
'
Como es natural, lo singular no puedenunca captarse sin resto
como punto de cruce o combinación de las particularidades y
universalidades, ni menos puede "deducirse" simplemente de
ellas. Siempre queda IJn resto que no es deducible ni subsumi-
ble. Pero este resto se contrapone tanto menos a la conocido,
como crasóazar insuprimible, cuanto más detallada y precisa-
mente se conocen las particularidades y universalidades me-
diadoras de que hemos hablado (Lukács, 1969: 117).

En un pasaje esclarecedor sobre lo "inhumano", Marx se


___ refiere a los antagonismos sociales que crean los impedimen-
tos que atraviesan la relación de los individuos frente a lo
"que históricamente se constituyó como el género humano, de
tal forma que "esta llamada 'inhumanidad' es, asimismo, un
--
Educación: la cuestión de la alienación individuo-género • 41
producto de las actuales condiciones, ni más ni menos que la
'humanidad'" (Marx, 1972: 517).
El no reconocimiento de los impedimentos objetivos que
se interponen entre las individualidades y sus posibilidades
genéricas ocurre si se niega la dialéctica individuo-género,
que termina por configurar las relaciones entre los individuos
como relaciones primariamente interpersonales, sin la de-
bida consideración de la situación de clases como particu-
laridad esencial, con la que se relacionan otros elementos
mediadores.
Desde esta perspectiva, la salida para la cuestión de la in-
dividuación frente a una sociedad considerada como exterior,
se da a través de una filosofía moral que, al naturalizar estos
impedimentos, exhorta a los individuos a una actitud heroica
frente a la materialidad social.
Lo que sucede en este caso es un deslizamiento, frente a
la gravedad de la cuestión, en el sentido de un desplazamien-
to del problema. La puesta en sospecha de determinadas no-
ciones, como la de universalidad, y la lectura contemporánea
que descalifica la noción de lucha de clases, corroboran la
tendencia de la sociabilidad del capital a presentar el lugar
del individuo como absolutamente causal, conduciendo de
esta manera a un subjetivismo mal comprendido. La generi-
cidad cede lugar a las diferencias, pero diferencias que son
naturalizadas, en la medida en que se abstrae la mediación
de clases y se pulverizan abstractamente los condicionamien-
tos particulares de los nexos fundamentales de la sociabilidad
moderna.
El carácter problemático de la relación individuo-género,
contaminado por las alienaciones, que se colocan objetiva-
mente a partir de la alienación primaria que se verifica en la
esfera económica, y se esparcen sobre las mediaciones par-
ticulares en las que se encuentran los individuos, es vaciada
y se traslada al propio concepto de universalidad, entendido
entonces como una abstracción, más que vacía, nociva.
La escuela, comci institución mediadora, formadora de in-
dividualidades sociales, absorbe tales impactos en una esfera

42 • La alienación: historia y actualidad


ya bastante distanciada de la base material de la sociedad,
dada la complejización del ser social. Sin embargo, refleja
en su interior la realidad social de la división del trabajo, de
las relaciones de clase y de las alienaciones propias de dicha
forma de ser social. Y lo hace de manera más contundente
que otros espacios institucionales en la medida en que, con
la democratización de la educación -exigencia impulsada
por el mismo dinamismo social que reproduce tales alienacio-
nes- se torna uno de los pocos lugares de acceso universal
de las contradicciones.
Acorralada por la ferocidad de estas contradicciones y por
la equivocada suposición de que el problema social es priori-
tariamente un problema cultural -suposición que se remonta
a las versiones mejores intencionadas del. liberalismo, como
por ejemplo la de Stuart Mill-, la cuestión social transita
hacia una pretendida resolución pedagógica.
Sin embargo, lo que está en juego en la relación indivi-
duo-género es la capacidad, por parte de la sociedad, de
ofrecer las condiciones para que el individuo trascienda su
particularidad y pueda desarrollar la capacidad de considerar
las situaciones desde el punto de vista de una universalidad,
lo que no se reduce simplemente a un aprendizaje teórico,
sino a una vivencia estética de esa universalidad, un acceso
sensible a las conquistas del género, cuestión que recibe un
análisis profundo por parte de Marx en los Manuscritos eco­
nómico­filosóficos, en los que se nos habla de la necesidad de
acceso a la riqueza objetiva como base para el desarrollo de
la riqueza subjetiva.
En este sentido, reconocer las limitaciones de la edu-
cación formal es importante para que no se atribuya equi-
vocadamente a la escuela el papel de resolver la cuestión
social, lo que constituye una de las falacias imperantes en
nuestros días. Eso solo podría traer como respuesta la adhe-
sión apresurada y acrítica, en el campo de las concepciones
pedagógicas, de lo que parece ser un camino más seductor:
la consideración del individuo de forma abstracta, la denun-
cia del carácter opresivo de la noción de universalidad, la

Educación: la cuestión de la alienación individuo-género • 43


defensa de la diferencia como lugar de resistencia a un es-
tado de cosas social naturalizado y eternizado, la separación
artificiosa entre los procesos de subjetivación y singulariza-
ción, la disolución de la universalidad frente a las expresiones
multiculturales, la noción de transversalidad como substitu-
ción del reconocimiento de nexos, jerarquías y pesos deter-
minantes que apuntan al orden objetivo. Se trata, en suma,
de formas de "cancelaciones confluentes de la particulari-
dad" (Chasin, 2009: 175s.), una postura que impide la temati-
zación de la superación de la singularidad inmediata a favor
de la singularidad concreta.
Lo que hallamos en Marx es totalmente diferente: al dis-
tinguir diferencia y desigualdad social, el autor hace posible
una lectura de la relación individuo-género que exhibe las
contradicciones, sin dejar de relevar el vínculo imposible de
eliminar entre estas dos formas de ser; el hecho de que nos
construimos conjuntamente como individuos y como género,
de manera irrevocablemente relacionada, para bien y para
mal. Se trata de una construcción en la cual la auténtica
diferencia solo puede surgir como superación de los desga-
rramientos que atraviesan la sociedad moderna, lo que de-
manda el reconocimiento de nexos y su real disposición en la
totalidad del ser social.
La explicación de Lukács con respecto al pasaje del géne-
ro en sí al género para sí es importante en la medida en que
nos formamos de manera espontánea en consonancia con la
genericidad en sí. Reconocer la base social de dicho proceso
de constitución del género no significa la reducción de los
individuos a la objetividad social, sino la comprensión de las
posibilidades objetivas que se ponen y a las que los indivi-
duos, en su singularidad, dan respuestas.
Si, como dice Lukács, "la individualidad del hombre bajo
ninguna circunstancia puede ser una propiedad originaria,
innata del hombre, sino el resultado de un largo proeso de
socialización de la vida social del hombre" (Lukács, 1984:
64), la conciencia acerca de esa autoconstrucción nos eleva
a la genericidad para sí: invitación que Marx nos hace en el

44 • La alienación: historia y actualidad


prefacio de El capital, al recodamos el pasaje de Horacio,
"de te fabula narratur" (Marx, 1973b: 7).2

Bibliografía

Chasin, José, Marx: estatuto ontológico e tesoiucáo


metodológica. San Pablo: Boitempo, 2009.
Costa, Monica Hallak, "A extertorízacáo da vida nos
Manuscritos de 1844". En: Ensaios Ad Hominem IV
(2001), pp. 165-212.
Lukács, Gyorgy, Prolegómenos a una estética marxista. Trad.
de Manuel Sacristán. Barcelona/México: Grijalbo, 1969.
-, Marx, ontologia del ser social. Trad. de Manuel Ballestero.
Madrid: Akal, 2007.
Marx, Karl, Zur Kritik der Hegelschen Rechtsphilosophie.
Eitüeitung, En: (= MEW). Ed. por el Instituto de
Marxismo-Leninismo del comité central del SED. 43
vals. Berlín: Dietz-Verlag, 1956ss., vol. 1, pp. 201-334.
Critica del Programa de Gotha. Con un apéndice c�__D_____
textos de Marx, Engels y Lenin. Sin datos de traductor.
Buenos Aires: Anteo, 1973 (1973a]. ·
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de Wenceslao Roces. México: FCE, 1973 [197)b].
Manuscritos económico-filosóficos de 1844. Precedido
de Engels, Friedrich, Esbozos para una crítica de la
economía politica. lntrod. de Miguel Vedda. Trad. de
Fernanda Aren, Silvina Rotemberg y Miguel Vedda.
Buenos Aires: Colihue, 2004.
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politica (borrador). 1857-1858. Trad. de Pedro
Scaron. Edición a cargo de José Aricó, Miguel Murmis
y Pedro Scaron. 3 vals. Siglo XXI: Buenos Aires, 2009.

2 "La historia cuenta sobre ti" (Horacio, Sermones 1, 1, 69s.).

Educación: la cuestión de la alienación individuo-género • 45


- I Engels, Friedrich, La ideología alemana. Trad. de
Wenceslao Roces. Montevideo/Barcelona: Pueblos
Unidos/Grijalbo, 1972.

46 • La alienación: historia y actualidad


Los ejercicios de la subjetividad.
Las cosificaciones inocentes y las
cosificaciones alienadas·
Ricardo Antunes"

El objetivo de este artículo es explorar algunas dimensiones


de la alienación contemporánea; es una reflexión compleja y,
al mismo tiempo, crucial de nuestro tiempo, que me obliga a
trazar algunas notas que mantienen entre sí una clara dimen-
sión relacional.

* "Os exercícios da subjetividade. Las reíñcacóes inocentes e as reifi-


cacóes estranhadas". Traducido y publicado por gentil autorización del
autor. Trad. de Miguel Vedda.
** Profesor Titular de Sociología del Trabajo en IFCH/UNICAMP. Autor,
entre otros libros, de Os Sentidos do Trabalho (12ª ed.: Boitempo,
201 O; ed. en castellano: Los sentidos. del trabajo, Herramienta/TEL,
2005), Adeus ao Trabalho? (14ª ed: Cortez, 2010; ed. en castellano:
¿Adiós al trabajo?, 2ª ed. en castellano: Herramienta, 2003) e lnfopro-
tetários: Degradacao Real do Trabalho Virtual, en coautoría con Ruy
Braga (Boitempo, 2009). Coordina las colecciones Mundo do Trabalho
(Boitempo) y Trabalho e Emanctpacáo (ed. Expressáo Popular). Es in-
vestigador del CNPq. Este artículo fue publicado, con pequeñas altera-
ciones, en Caderuo CRH 24 [n' especial] (enero de 2011), Universidade
Federal da Bahia.

Los ejercicios de la subjetividad • 47


Sabemos que el trabajo asalariado, responsable por la in-
troyección de los fetichismos y las cosificaciones de la clase-
que-vive-del-trabaJo, se expandió con el capitalismo de la
fase maquínica, parcelaria, industrial, desde mediados del
. -----.c--�-�-
_J.iglo XVIII, lo que tuvo hondas repercusiones sobre la subje-
tividad del trabajo.
Debemos a Marx la más decisiva reflexión acerca del
complejo social de la alienación:1 la sociabilidad del capital
es responsable del advenimiento de la forma trabajo asala-
riado, del trabajo-mercancía o, de modo más preciso, de la
generalización de la mercancía fuerza de trabajo. En pala-
bras suyas:

El trabajador se torna tanto más pobre cuanta más riqueza


produce, con cuanto mayor poder y volumen incremente su
producción. El trabajador se convierte en una mercancía tanto
más barata cuantas más mercancías produce. La desvaloriza-
ción del mundo del hombre crece en proporcfóñ a1rectaala
valorización del mundo de las cosas. El trabajo no solo proaüce
íñe'f"cañcías; se produce a símismo y al trabajador 'comóuna
mercancia, y, por c1erto,�nl9_p__roporción en
que produce mer-
cañciás (Marx, 2004: 106). -·

Esto se debe a que el objeto que el trabajo produce -su


producto-, como agrega Marx,

--.seiiidependiente
, -¡-- -- -
enfrenta al trabajo como un ser ajeno, como una fuerza
del productor. El producto del trabajo es el tra-
bajo que se ha fjj.ado, que se ha materializado en un objeto,
-es la objetivación del trabajo. La realización del trabajo es su
.
'objetivacióñ. Estarealización del trabajo aparece, a nivel de
la economía política, .s9mo desrg_all.zación aer
trabajador; la
objetivación, como eérdidq_del_objeJ_o y como ��timiento
servil a él; la apropiación, como alienación, como enoienacíon
'-(ícl.). ----- • -

1 Sobre las similitudes y diferencias entre Entiiu{Jerung y Entfrem-


dung en Marx, cf. los excelentes estudios (aunque presenten abordajes
diferenciados) de Mészáros (2006) y Ranieri (2001).

48 • La alienación: historia y actualidad


La realización del trabajo, por ende, es su propia situación
de desrealización:

A tal punto la realización del trabajo aparece como desrealiza-


cíón, que el trabajador es desrealizado hasta morir de hambre.
A tal punto la objetivación aparece corno R�fgjda del objeto,
·c¡ue·e1 trabajador es
despojado dé los objetos más necesarios;
. .no solo de la vida, sino ta���é�_d�J�.s.1?.l?ie.t9__s_9! �!?_!?aj�. ·,n-
clusive, el trabajo mismo se convierte en un "objeto, del que el
trabajador solo puede apropiarse con el mayor esfuerzo y con
las más irregulares interrupciones. La apropiación del objeto
aparece a tal punto como alienación que, cuantos más objetos
produce el trabajador, tanto menos puede poseer, y tanto más
se encuentra sometido al dominio de su producto, del capital
(ibíd.: 106s.).
f
Su a!}_f!_!)JI.�jó,n, Con todo, se efectiva siempre a través de la
dimensión
...__...... . de la negatividad, sentimiento. d� pérdida
..,. -� . . . y des- !
'

realización presente en el proceso de producción capitalista


·•"una vez que el producto generado por _el trabajo no pertene-
ce a su creador. ·
El extrañamiento del trabajador en su objeto se expresa,
según la economía política, en la medida en que

cuanto más produce el trabajador, tanto menos tiene para


consumir; cuantos más valores crea, tanto más desprovisto de
valor, tanto más indigno se torna; cuanto más formado se en-
cuentra su producto, tanto más deforme el trabajador; cuan-
to más civilizado su objeto, tanto más bárbaro el trabajador;
cuanto más poderoso el trabajo, tanto más impotente el traba-
jador; cuanto· más ingenioso el trabajo�Tant:o más desprovisto
�deingenio el trabajador, tanto más se convierte este en siervo
de la naturaleza (ibíd.: 108).

Aquí, entonces, !?�;\manifesta�ión de la aliena-


s.ig_n respecto de la propia naturaleza humana. Y ese primer
momento, más visible en su ser fenomenológico, encubre
su � manifestación: el trabajo tampoco s_�__r::_E:_co_no�e
e-r., su propia actividad _prn.duc�iva. Se trata de un trabajo
que, ensü''actividád de creación, expresa un momento de

Los ejercicios de la subjetividad • 49


desrealización, que interioriza el fetichismo de la sociedad
de la mercancia presente en el propio proceso de trabajo.
Es decir que la objetivación del trabajador bajo la moda-
lidad de la alienación del trabajo no se expresa solamente en
el resultado del proceso productivo, sino en el propio acto de
producción, en la actividad productiva en sí misma.
La pregunta de Marx es clara:

¿Cómo podría enfrentarse el trabajador al producto de su acti-


vidad como a algo ajeno, si él mismo no se alienara de sí mismo
en el propio acto de producción? El producto es solo el resu-
men de la actividad, de la producción. __?j, pues,_�l producto
del trabajoes lª- enajenación, la producción misma debe-serla
d1
enafenaci?n_ �C.tiva, _la. �najc>ñ�a�1ón
1¡ dad de Ta enajenacion. En la alienacion ladel
- actj�1�a-d,- ·1� a<:fívT
objeto de trabajo
'. seresümes6lo laatienación, la enajenación en la actividad del
trabajo mismo (ibíd.: 109).

Esa procesualidad hace aflorar su' tercer momento, en el


cual el ser social que trabaja -y que debería estar realizan-
do una actividad vital- se desrealiza y no se reconoce en
Sl! retacíó..n ..entre "vida zenérica" y "vida individual", lo que
conduce a la cuarta dimensión del complejo social de la alie-
nación: el ser se aliena respecto del propio ser, se separa de
------,--
su ser genérico. 2
·· · Estos cuatro momentos articulados entre sí y constitutivos
del proceso de alienación en Marx fu e ron presentados aquí

2 "El trabajo alienado convierte, también: 3._ el. ser genérico del hom-
bre -tanto su naturaleza como su capacidad genérica espiritual- en un
ser ajeno a él, en medio de su existencia individual. Aliena al hombre
tanto de su propio cuerpo como de la naturaleza externa a él, como de
su ser espiritual, su esencia humana. 4. Una consecuencia inmediata
de que al hombre le sea alienado el producto de su. trabajo, de su ac-
tividad vital, de su ser genérico, es la alienación del hombre respecto
del hombre. Si el hombre se enfrenta consigo mismo, también se le
enfrenta el otro hombre. Lo que vale para la relación del hombre con
su trabajo, con el producto de su trabajo y consigo mismo, vale para la
relación del hombre con el otro hombre, como también con el trabajo
y el objeto del trabajo del otro hombre" (Marx, 2004: 114) .

50 • La alienación: historia y actualidad


muy sintéticamente a, partir de los Manuscrito económico-
filosóficos y del excepcional capítulo I de El capital (particu-
larmente en el parágrafo en que se trata del fetichismo de la
mercancía), en vista de que, en este estudio posterior en más
de dos décadas, Marx retoma y explora en forma analítica el
problema de la cosificación, con mayor profundidad ontoló-
gica, dada la concreción del mundo fabril y de la economía
política que Marx analizó detalladamente.
Está en los Manuscritos de 1844 la primera reflexión mar-
xiana que articula la reflexión filosófica con elementos (toda-
vía embrionarios) de la economía política; allí se presenta esa
fuerte síntesis que preferimos volver a citar:

Ahora bien, ¿en qué consiste la enajenación del trabajo? En


primer lugar; en que el trafü:130 es- �'"§]no _a.!_trabaiador, es
decir: no pertenece a su esencia; consiste," por ende, en que
el trabajador no se afirma en su_ t,:apajQ, sino_gy�.?�_tega; en
que,.!lSLS.�Slimt�J2i�n�_2_d_��<!ichado; no d_�?_ar__r:_olla ningu11,a
energj� físi�a y espiritual liJ2re, sfoéi que maltrata su ser físico_
__ yarruina su espíritu (ibíd.: 109).
De esto se desprende lo siguiente: "El trabajadqr_�9lo
siente, por ello, que está consigo_ mismo_[_bei sich]_ fuera del
.!rabajo, .�-�-ñ ��L�_raoá,')�:�
<:�tá __fu��-�_9e__�í. Está eílcasa
cuando no trabaja, y cuando lo hace, no está en casa. Su
trabajo_o9 es, pues, voluntario, sino impuesto; �s un trobaio
[Qr?ado" (tbíd.: 109s.). - - .. , - - -
En lugar de efectivizarse como ejercicio de una actividad
vital, la satisfacción de una carencia, se convierte en solo un
medio para satisfacer carencias externas a él. Su condición de
alienación es tan notoria que "tan pronto como__ci�jª-_gE:?_e�is-
tir _LIQ.ª-jmp.osición_ física o de otro-orden, se huy.e <;l�l Jr_abajo
··como de una peste", en la célebre formulación marxiana. .
Su trabajo externo, su forma de exteriorización, asume,
entonces, la conformación de "un trabajo de autosacrificio,
de castigo" (ibíd.: 110). - · - - -- · -
Así, la externalidad del trabajo se le aparece, al trabaja-
dor, no córñoresultado de sulrabajo, síño-'ciel de otro, ya que
- s-.�., - • - '\ - - •

Los ejercicios de la subjetividad • 51,


tanto el producto como su propio trabajo no le pertenecen
a él, sino a otro, En ese contexto Marx busca un símil en la
religión:
Como, en la religión, la propia actividad de la fantasía huma-
na. aé la mente huma·na y del corazón humano, independien-
temente del individuo, actúa sobre este como una actividad
ajena, divina o demoníaca; �-sí
también la actividad del traba-
·jador no es su propia actividad. Pertenece a otro, es la pérdida
de sí misrnoIid.). ..

Su conclusión es, una vez más, aguda y cáustica: el tra-


bajador "solo siente. que actúa libremente en sus funciones
animales -comer, beber y procrear; a lo sumo, en la vivienda
y el adorno, etc.--, y en sus funciones humanas solo se siente
un animal. Lo animal se convierte en lo humano, y lo humano
en lo animal" (id.).
Pero, como Marx_ sabe que ese terreno es resbaloso, añade
de inmediato: "Cq_r:i:,erl beber y procrear, etc., son también,
sin duda, actividades auténticamente humanas. Pero, en la
abstracción que las separa del ámbito restante de la activi-
dad humana, y que las convierte en fines últimos y únicos,
son actividades animales" (id.).
Anteriormente, en sus "Extractos de lectura sobre J. Mill",
en los estudios qué ántecedteron la· reatízación de-los Manus-
critos de 1844, _Marx formuló (probablemente) por primera
vez. de manera articulada su concepción de la alienación y la
'enafenación: .

Mi trabajo sería libre proyección exterior de mi vida, por lo


. tanto disfr_ute de 'vida. Bajo el presupuesto de la propiedad
privada (�!l camE1of és el extrañamiento de _mi vida, dado qúe
trabajo para vivir, para ·conseguir los medios de· vida. Mi tra-
bajo no es vida. [ ... ] una vez presupuesta la propiedad priva-
da, mi ind1viéi'ualidad se torna extrañada a tal punto, que esta
actividad se torna odiosa, u_n_ supltcio y, más que actividad,
'apariencia de ella.en consécuencia, es también una actividad
puramente impuesta y lo único que me obliga a realizarla es
una necesidad extrínseca y accidental,' nola necesidad interna
y necesaria (Marx, 1978: 239).

52 • La alienación: historia y actualidad


De este modo, la alienación es la realización de una rela-
ción social fundada enli-;;ia exisiencia .abstracta del hombre"
''en-cuanto un ser deshumanizado" (ibíd.: 299). Esa reflexión
terrmnó por recibir, en su obra de madurez más imoortante,
El capital, una profundización imprescindible para compren-
der el fenómeno social de la alienación y la enajenación, al
discurrir acerca del fetichismo de la mercancía vigente en el
capitalismo, donde las relaciones .soctales establecidas entre
los productores terminan por asumir la forma de una relación
'entre los productos del trabajo. La relación social estableci-
da entre los seres sociales adquiere, por fuerza del sistema
de metabolismo social existente, la forma de una relación
entre cosas.
Es aquí que aflora el problema
, .
crucial del fetichismo:

La igualdad de los trabajos humanos asume la forma material


de una objetivación igual de valor de los productos del tra-
bajo, el grado en que 'se gaste la fuerza humana de trabajo,
medido por el tiempo de su duración, reviste la forma de mag-
nitud de valor de los productos del trabajo, y, finalmente, las
relaciones entre unos y otros productores, relaciones en que
se traduce la función social de sus trabajo, cobra la forma de
una relación social entre los propios productos de su trabajo
(Marx, 1973: 1, 137). - .

Dada la _prioridad__del trabajo obstraao en relación con


el trabajo concreto, tiene lugar la emergencia del carácter
misterioso o fetichizado -de la mercancía, que encubre las
dimensiones sociales del propio trabajo, mostrándolas como
inherentes a los productos del trabajo.
Ar enmascarar las relaciones sociales existentes entre los
traba]os individuales y el trabajo total, el sistema de meta-
'bottsrno social del capital ·tas
presenta "naturalmente" como
si fueran la expresión de relaciones entre objetos cosificados:
esto conduce a Marx a afirmar: "Lo que aquí reviste, a los
ojos de los hombres, la forma fantasmagórica de una relación
entre objetos materiales no es más que una relación social
concreta establecida entre los mismos hombres" (ibid.: 1, 38).

Los ejercicios de la subjetividad • 53


En la vigencia de la ley del valor .. de. cambio, el vínculo
socialerifre las personas se transforma en una relacíón social
entre cosas: la capacidad personal se transfigura en capaci-
dad de las cosas. Se
trata, por tanto, de una relación cosifi-
cada entre los seres sociales.
�o p_?_cece verosímil .que ese escenario haya desaparectdo
de nuestra historia reciente, una vez que, en sus trazos esen-
ciales, este trabajo asalariado, abstracto y fetichizado entró
en los siglos XIX y XX.
Y fue en este último siglo que vivimos la consagración de
la sociedad del trabajo abstracto y asalariado. Con el taylo-
rismo-fordismo, continuidad avanzada de la maquinaria y de
la gran industria analizadas por Marx, se consolidó la llamada
sociedad del automóvil, que se expandió por el mundo.

11

Como sabemos, Taylor, el maestro de la ingeniería científi-


ca del capital, propugnaba que los trabajadores deberían ser
- controlados rígtdarnente por los tiempos y movimientos,. bajo
el comando de .una capa de gestores, administradores e in-
genieros que elaboraban y concebian.J.é! R��9_u_cc,ión que, a
su vez, sería ejecutada por la c;lase de los trabajadores ma-
nuales. ·Es este el núcleo de la teoría tayloriana del trabajo:
los ingenieros conciben y los trabajadores manuales -que en
cierta ocasión Taylor denominó "gorilas amaestrados"- eje-
cutan. Conce_pcjg_n_y manuatidad; elaboración y ejecución,
profundizá-ñcfo desde el espacio miC:rócósmico de la produc-
ción la división social del trabajo.
Y Ford aptícó _ la ingeniería de Taylor �n �u. producción en
serie ·y· tiómog�neizadora, con vistas a aumentar las econo-
mía-s de escala y, consecuentemente, los lucros originarios de
la producción automotor, consolidando la sociedad de masas
del siglo XX.

54 • La alienación: historia y actualidad


Se trató, entonces, como ya pude decir anteriormente, 3 de
un casamiento que dio resultados: Taylor y Ford, el ingeniero
científico y el fabricante de automóviles. Y él fue responsable
de la ampliación/generalización de las formas de alienación y
cosificación que marcaron de manera honda el ejercicio de la
subjetividad del trabajo en el espacio productivo, inicialmen-
te fabril, y comprendieron luego la totalidad de los espacios
generadores de valor.
Pero una analítica más cuidadosa del trabajo taylorista-
fordista puede presentar ciertos matices: si era predomi-
- nanternente maquinal, parcial, especializado,-"/ragmentado
y prescrito; confradictoriamente, asumía una versión más
coñfrci'é:"i"ualista, relativamente regularizada y provista de de-
feches, resultado de las luchas- históricas de la clase trabaja-
. dora á lo largo de varios siglos. Era, con todo, una variante
del trabajo fetichizado, pero regulado.
Sus formas de cosificación, que Lukács y Gramsci compren-
dieron tan vivamente, reafirmaban, en sus trazos esenciales,
la enajenación alienadcftaf como había sido presentada por
--Marx�ya a- mediados del siglo XIX, pero ahora ampliada, en
vistª_ge que la propia sociedad asumía la expresión prÓlonga·-
-d?���l microcosrnos fabril. · ·· · -·
Una lectura atenta de los capítulos de El capital en que
Marx discurre analíticamente sobre la maquinaria y la gran
industria podrá constatar que el taylorismo y el fordismo tie-
nen más elementos de continuidad que de discontinuidad en
relación con los engranajes propulsores de la gran industria
del siglo XIX. Y añadía que la fábrica moderna de masas solo
podría funcionar con un ejercicio de capataces que controlan
el trabajo, ejercitando una modalidad de despotismo fabril.
El proceso de "desantropomorñzación del trabajo", para
usar la expresión de Lukács en la Ontología, fue también otro
trazo central constitutivo de la máquina-herramienta en su
relación con la destreza del trabajo procedente de la fase

3 Cf. Antunes, 2009: 223, del que retomo varias ideas en este ar-
tículo.

Los ejercicios de la subjetividad • 55


artesanal y aun manufacturera. Anteriormente, en Historia y
conciencia de clase, en el ensayo sobre "La cosificación y la
conciencia del proletariado", Lukács había demostrado cómo
la fragmentación taylorista del trabajo penetraba hasta el
"alrna del trabajador", apuntalando los fundamentos de la
cosificación, en una compleja articulación entre materialidad
y subjetividad obrera. Y Gramsci, en su ensayo "Americanis-
mo y Fordismo", exploró la idea del hombre integral para
el capital, donde hasta el control de la sexualidad era con-
cebido con vistas a canalizar la virilidad masculina hacia la
producción maquinal.
Tiempos modernos de Chaplin es, en el universo fílmico,
la ·mas genial fotografía de ese engranaje que florece en el
terreno de la fábrica._ La clase obrera va al Paraíso, de Elio
Petri, aunque sin el mismo estatuto clásico del filme antes
mencionado, retrata de modo intenso el universo fabril tay-
lorista-fordista y sus repercusiones en la subjetividad de los
trabajadores, en el contexto del "otoño caliente" de las lu-
chas obreras en la Italia de 1969.
Fue de ese modo que, a lo largo del siglo XX, la lógica ma-
quínica de la fábrica se prolongó ampliamente hacia el con-
junto de la sociedad, llevando su ingeniería productiva a casi
todas las partes del mundo urbano, industrial y de servicios.
Pero la crisis estructural que se abatió en las economías
capitalistas centrales a partir de inicios de la década de 1970
llevó, dentro de tantas metamorfosis y mutaciones, a una rno-
'nurnentat reestructuración capitalista de amplitud global, con
profundas modificaciones en el proceso de producción y en el
de trabajo. Floreció la llamada "empresa enjuta, flexible", con
su recetario que, si no altera la forma de ser del capital, mo-
difica, en muchos aspectos, los engranajes y los mecanismos
·ae ácumulación, con fuertes consecuencias en la subjetividad
del ser social que trabaja, adicionando nuevos elementos al
:i
fenómeno social de la enajenacfüri la .alienacíón.
----E-n sus trazos más generales, �s posible decir que la empre-
sa de la era de la flexibilidad liofillzc:iddarticula un conjunto
,.de elementos de coiitínuidaa y dé discontinuidad en relación
l ,

56 • La alienación: historia y actualidad


con el emprendimiento taylorista/fordista. Se estructura so-
·b"ré la 'base de una organización del trabajo que resulta de la
_LnJroducción_ de técnicas de gesti9�_ de la fuerza de trabajo
_propias de la fase informáti_ca; des_q[rQlla úri_a-esUuctura pro-
ductiva más flexible, al recurrir frecuentemente a la deslo-
y
"calízación productiva, a la tercerización (dentro fuera de
las empresas); se utilizaellrabajo en equipo, las "células de
producción", los "teams de trabajo", además de incentivar
"todas formas el "desarrollo. participativo"; una participación
que preserva, en sus rasgos esenciales, los condicionantes
'antes presentados (Antunes, 2010).
Se conforma, entonces, una nueva forma de organización
y control del trabajo cuya finalidad central es, de hecho, la
intensificación del proceso -de trabajo, con énfasis también
-en la implicación cualitativa de los trabajadores y trabaja-
doras en su dimensión cognitiva, tratando de reducir o aun
eliminar tos espacios del trabajo improductivo, que no crean
-valor,. especialmente en las actividades de mantenimiento,
acci"mpañamiento, control de calidad, etcétera; funciones que
pasaron a ser directamente incorporadas al trabajador pro-
ductivo. De ese modo, reorganización, lean production, team
work, eliminación de puestos de trabajo, aumento de la pro-
ductividad calidad total "metas" "competencias" "socios"
' ' ' '
"colaboradores" son partes constitutivas del ideario y de la
'
pragmática cotidianos de la "empresa moderna".
Si, en el apogeo del taylorismo/fordismo, la pujanza de
una empresa estaba representada por el número de traba-
jadores que actuaban en ella, de modo contrario puede afir-
marse que la empresa que tipifica la fase de la flexibilidad
liofilizada es aquella que é!_glutina el mejo_r contingente de
·trabajo vivo y concentra el mayor volumen de trabajo muerto
corporeizado en la maquinaria informático-digital, lo que le ¡
genera -potencialmente- mayores índices de productividad ' '

y de lucro en la competencia entre empresas.


Estas metamorfosis en el proceso de producción tuvie-
ron -y aún tienen- consecuencias significativas en el uni-
de
verso del trabajo: d_esregÜlaci6'n los derechos sociales del

Los ejercicios de la subjetividad • 57


trabajo; precarización y tercerización de la fuerza humana
que trabaja,aumeñto de Ta:-fragmen�ación y heterogeneiza-
ción en el interTor de la.clase trabajadora; debilitamientodel
·•·sinélkalismo de clase e incentivos para su conversión en un
'slndicalismo--méis"'"acorde con los negocios y compañías; más
Vinculado con la cúpula que con la base, más propio de socios
y colaboradores y menos confrontador.
La racionalización del proceso de producción, el fuerte
disciplinamiento de la fuerza de trabajo, la implantación de
· nuevos mecanismos de capital y de trabajo intensivo, la im-
plicación más activa del intelecto en el trabajo, se volVJeroñ
práéticas recurrentes en el proceso de liofilización organi-
zativa. El trabajo en equipo, la transferencia de las respon-
sabíttdades dé -efábóradón, anteriormente realizadas· por la
gerencia científica y ahora interiorizadas eri la propia acción
. de los trabajadores -originando el management by stress�
· son otros trazos fuertes presentes en esta procesualidad.
?e preserva un número más reducido de trabajadores den-
tro de las empresas matrices, pero ca/jfi_c;q_gos, multifuncio-
nal�y y comprometidos con su ideario de los "colaboradores",
se amplía el universo de los tercerizados y temporaríos en el
. interior (y fuera) de las empresas, con lo que se amplía la
escisión en la clase trabajadora. De un'úido, a escala rninorj-
ta-ria';' el ·trab.a}ado·r "pólivalente· y multitúnctonaí" de la era
informático-digital, capaz de ejercitar con mayor intensidad
su dimensión más intelectual. Del otro, una masa de traba-
jadores precarizados, tercerizados, flexibilizados, informati-
zados, cada vez más próximos al desempleo· estructural. La
expansión del trabajador part time, las formas en que el ca-
pital hace uso de la división sexual del trabajo, la ampliación
del trabajo de los inmigrantes, frecuentemente ilegales, son
otras marcas de esta procesualidad potencialmente alienada
y cosificada.
En síntesis: la fábrica taylorista-fordista fue muy alterada
en su diseño espacial, temporal, en su organización socio-
técnica, en sus mecanismos de control del trabajo. Basta con
relacionar sus manifestaciones más fenoménícas: las divi-

58 • La alienación: historia y actualidad


siones desaparecen, el trabajo está organizado en células,
combinando multifuncionalidad y polivalencia, competición,
metas, competencias, asumiendo una apariencia más "partí-
cipativa", pE?ro envolvente y menos despótica, si se la compa-
ra con la fábrica t?.ylorista. ·
En contrapartida,
,
entretanto, el trabajo se tornó más des-
, ..._ .. � ..,,.,.,•, ,,., ..... -· . .. � .
. - ... .
regulado, mas informatizado, mas intensificado, generando
(.·

unades-sócíabíltdad destructiva en·-el espacio del trabajo,


que prócürá dilapidar todos los lazos de solidaridad y de· ac-
ción colectiva, individualizando las relaciones de trabajo en
fódós Iós espacios donde esa pragmática fuera pos,ible.
De ese modo, para responder a la crisis de generación de
valor, los capitales, a través de las prácticas toyotistas y de la
empresa de la flexibilidad liofilizada, fueron mucho más allá !
del taylorismo, en busca de lo que Taiichi ·o"f1.no· (iñgeníer"o
"fundador de-'Toyota)consideraba vitáC 'Éis decir: la expropia-
ción del intelgc;to de('trabajo. . - , .., -·--· -
�-, Contemplando trazos de continuidad en relación con el
fordismo vigente a lo largo del siglo XX, pero siguiendo un
recetario con claros elementos de diferenciación, la empresa
de la flexibilidad liofilizada terminó por engendrar nuevos y
más complejos mecanismos de interiorizai:ion, de personiñ-
­­­­­­�­­­�­'" ­­­­­ .. �­­ .. , ­­�­­ ,,J,<,­,,r­=.­­ ..

"cácíón del trabajo bajo el "desarrollo índucido" del capital,


· incentivando el ejercicio de una subjetividad marcada por la ,
inautenticidad. •-aa- .... . - - . ..
La alienació_n se torna, entonces, aparentemente menos
despótica, pero intensamente más interiorizada. Como traté
de sintetizar en Los sentidos del trabajo:

Incluso si fenoménicamente minimizada por la reducción de


la separación entre la elaboración y la ejecución, por la re-
ducción de los niveles jerárquicos en el interior de las empre-
sas, �li.l!�l�t_!vicj_�q que emerge en l<¼_ fábrica o. en l!3J_��f�I,as
J�_í':)_d,�c:tiv_9:� . c:onti:?mporáneas es eisp.r��ión.Jle.. .una.-eis;ig_eméí�
inauténtico y extrañada. Constando con mayor "participación"
"en . los·•proyectos que naceii de lasaiscusiones de los c1rcu[os de
control de calidad, con mayor "compromiso de participación"
de los trabajadores, la subjetividad que entonces. se. maniñesta
-·------ - --------- . . ... . . -
Los ejercicios de la subjetividad • 59
se encuentra extrañada con relación a lo que se produce y
para quién se produce (Antunes, 2005: 121).

Y agregué:

· Los beneficios aparentemente obtenidos por los trabajadores


en el proceso de trabajo son ampliamente compensados por
el capital, en la medida en que la necesidad de pensar, ac-
tuar y proponer de los trabajadores· debe tener siempre- en
cuenta- prioritariamente los objetivos intrínsecos de la em-
presa, que aparecen muchas veces enmascarados por la ne-
. cesidad de atender a los deseos del mercado consumidor. [ ... ]
· Más complejizada, la apariencia de mayor libertad en el es-
pacio productivo tiené como "contrapartida el hecho de que
'i las personificaciones del trabajo deben convertirse además en·
lpersoni[icaciones del capital. Si así no lo hicieran, si no demos-
traran esas "aptitudes" ("voluntad", "disposición" y "deseo")
los trabajadores serán sustituidos por otros que demuestren
tener el "perfil" y los "atributos" para aceptar estos "nuevos
desafíos" (íd.).

Y, en este proceso de implicación interactiva, se amplían


y complejizan las formas de cosificación, distanciando la -sú5:
-re-tividad que trabaja del ejercicio de una· actividad autenti-
ca y autodeterminada. La apariencia de un despotismo más
ameno, plasmado por ta sociedad productora de mercancías
.desde su nivel más microcósmico, tiende a profundizar e in-
teriorizar aún más la condición de la alienación.
De ese modo, la enajenación o, más precisamente, la
oiienocion (Entfremdung) del trabajo, se encuentra, en su
'eseñ.éia, preservada, aunque dotada de nuevos engran�s
. y_rnecanísrnos de funcionamiento. Fenoménicamente minimi-
zada por la reducción de la separación entre elaboración y
'eJecución, por la reducción de los niveles jerárquicos en el
intérior de las empresas, la subjetividad que emerge en la fá-
brica o en las esferas productivas más avanzadas y de punta
·pare-é'é asumir el ejercicio de una subjetividad inauténtico y
alienada, para recurrir a la formulación de Nicolas Tertulian
(1993).

60 • La alienación: historia y actualidad


Más allá del saber obrero, que el fordismo expropió y
transfirió a la esfera de la gerencia científica, a los niveles
de elaboración, conforme nos referimos anteriormente, la
nueva fase del capital, cuya mejor expresión es el toyotis-
mo, re-transfiere el savoir [aire al trabajo, pero lo nace apro-
piándose-crecíentérrie6te de su dimensión intelectual, de sus
capacidades cognitivas, tratando de implicar másfuerte e
_iri!�nsamente la subjetividad obrera.
Pero el proceso no se restringe a esta dimensión, en vista
de que parte del saber intelectual es transferida a las má-
quinas informatizadas, que se tornan más inteligentes, y re-
producen parte de las actividades a ellas transferidas por el
saber intelectual del trabajo.
Como l-ª.. máquina no puede suprimir el trabajo humano,
necesita de una mayor interacción entre la subjetividad que
·trabaja y la nueva máquina inteligente. Y, en este proceso, el
desarrollo interactivo maquínico puede aumentar aún más la
alienación del trabajo, ampliando las formas modernas de co-
sificación, distanciando aún más la subjetividad del ejercicio
de una cotidianidad auténtica y autodeterminada.
Más aún: si la alienación permanece e incluso se compleji-
za en las actividades de punta del ciclo productivo, en aque-
lla parcela aparentemente más "estable" e instituida de la
fuerza de trabajo que ejerce el trabajo intelectual abstracto,
el escenario es aún más intenso en los estratos precariza-
dos de la fuerza humana de trabajo, que experimentan las
condiciones más carentes de derechos y viven en condicio-
nes de inestabilidad cotidiana, dada por el trabajo part-time,
temporario, precarizado, para no hablar de los crecientes
contingentes que padecen el desempleo estructural. Bajo la
incertidumbre y la superfluidad dadas por la condición de
-precárización o de riesgo de desempleo, la alienaciónpuede
a-sumir formas aún más intensificadas e incluso brutálizadasJ
pautadas por la pérdida (casi) completa de la dimensión de
humanidad (Antunes, 2010).
En los segmentos más intelectualizados de la clase tra-
bajadora, que ejercen su trabajo intelectual abstracto, las

Los ejercicios de la subjetividad • 61


formas de cosificación tienen una concreción particularizada,
pero compleja (más "humanizada" en su esencia deshumani-
zadora), dada por las nuevas formas de "implicación" e inter-
acción entre trabajo vivo y maquinaria informatizada (id.),
Ya en los estratos más gravados por la precarización y el
desempleo, la cosificación se halla directamente más des-
humanizada y brutalizada en sus formas de vigencia. Lo que
presenta un cuadro contemporáneo pautado por las aliena-
ciones, cósfñcácíones y alienaciones que parecen ampliarse
antes que reducirse; diferenciadas en cuanto a su incidencia,
pero vígentes"én cuanto manifestación que alcanza la totali-
dad del trabajo social (id.).
Fue siguiendo estas diferenciaciones existentes en el
complejo social de la alienación que la obra de madurez de
Lukács ofrecíó una diferenciación rícapoco explorada, entre
7as cosificaciones inocentes y las cosificaciones extrañadas (o
qlien·c:inTesr·· · ­­ ­ · ·­­ · ·· · ·
En sus palabras: es en la ontología de la vida cotidiana que
florecen las cosificaciones qÚe· propician las alienaciones: - --

de un lado, los c9._,:n_portamt�ntos sociales en sí "inocentes"


desde el punto de vista de la alienación, cuando alcanzan de
manera profunda la vida cotidiana, refuerzan la eficacia de·
aqueffó_s otros comportamientos que ya operan en esa direc-
.cíón, de otro lado, los individuos son tanto más fácilmente
implicados por los impulsos de la alienación [... ] cuanto más sus
relaciones vitales son percibidas por ellos en términos abstrac-
tos, cosificados y no de manera espontáneamente procesual
(Lukács, 1981: 643).

Y agrega Lukács:

De hecho, cuanto más la vida cotidiana de los ho_mbres [...]


crea forma�-i¡{tüiCione_s de vida cosiñcadoras, con mayor fa-
·c1ffd-ácfeC"hombre cotidiano se adapta a ellas entendiéndolas,
sin .ninguna resistencia intelectual y moral, comc,·1•c:1atos de
la naturaleza", por los cuales en media =por no. ser inelucta-
bles, en principfo:... puede haber una menor resistencia frente
� l� auténticas cosificaciones alienadas. Aquí se habitúa la de-

62 • La alienación: historia y actualidad


· terminada dependencia cosificada y eso propicia -repitamos:
como posibilidad y no de modo socialmente necesario- una
adaptación general también en los confrontamientos entre de-
pendencias extrañadas (id.)

Lukács retoma, entonces, la formulación marxiana presen-


te en el análisis del fetichismo de la mercancía, para avanzar
en la caracterización de los soportes materiales de la cosí-
ñcación en su "fantasmal objetividad". Y, al discurrir sobre
: el carácter misterioso de la mercancía y su 'símil en la esfera
.. de la religión, añade que es en este momento que afloran las
diferenciaciones existentes entre las cosificaciones inocentes
y aquellas que están sedimentadas a partir 'de la "fantasmal
'obJetividad" del mundo de la mercancía (ibíd.: 644).
Nicolas Tertulian exploró persuasivamente las pistas de
Lukács, presentes en el último volumen de su Ontología, que
acabamos d indicar. Y ofrece también una sugerente interpre-
tación: según Tertulian, las cosificaciones inocentes ocurren
CUé!f.l_QQ existe una condensación de las actividades en un ob­
jeto, en una cosa, propiciando la "cosificación" de las ener-
·g1as humanas, que funcionan como reflejos condicionados y
que concluyen por conducir a las cosificaciones inocentes. En
este caso, lasubjetividad es reabsorbida eri el funcionamien-
to__delobjeto, sin que se efectúe una "alienación" propiamen-
te dicha (Tertulian, 1993: 441).
Las segundas, que configuran lo que Tertulian traduce como
cosificaciones alienantes, se manifiestan en las actividades en
que ��__subjetividad es transformada en un objeto, en un

sujeto-objeto, que funciona para la autoafirmación y la repro-


ducción de una forma alienada. El [ndividuo que llega a autoa-
, lienar sus posibilidades más propias, vendiendo, por ejemplo,
' . - .- ----
su fuerza de trabajo bajo condiciones que le son impuestas, \o..__,,.
aquel que, en otro plano, se sacrifica al "consumo d� presti-
, gio", impuesto por la ley del mercado (id.). -

Nuestra hipótesis, aquí indicada, es que, en las diferencia-


ciones y complejizaciones existentes dentro de los procesos

Los ejercicios de la subjetividad • 63


de enajenación y alienación presentes en el capitalismo con-
temporáneo, un buen comienzo puede ser partir de las indi-
caciones finas que encontramos en la analítica de Lukács, al
presentar las diferenciaciones entre las cosificaciones "ino-
centes" y las "alienadas". Y, a partir de ellas, sumergirnos
más profundamente en el mundo del capital de nuestros días,
intentando comprender mejor sus enajenaciones, alienacio-
nes y cosificaciones.

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64 • La alienación: historia y actualidad


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\ .

Los ejercicios de la subjetividad • 65


Las categorías de objetivación
( Vergegenstandlichung),
enajenación (EntiiuBerung)
y alienación (Entfremdung)
en el último Lukács·
Ronaldo Vielmi Fortes ..

Poco se escribió sobre los temas_ de enajenac_ión y de alie-


·-nacióñ -en- la- última gran obra del pensador húngaro Gyorgy
_ Lukács. Los estudios que se dedican al estudio de estos temas
en su pensamiento se dirigen casi siempre a sus obras de

• "As categorías objetifica<;áo (Vergegenstiindlichung), aüenacáo (En-


tiiuj3erung) e estranhamento (Entfremdung) no último Lukács". Trad. y
publicado por gentil autorización del autor. Trad. de Julián Fava.
•• Doctor en Filosofía (UFMG/Brasil); tema de la tesis: "As novas vías
da ontología em Gyorgy Lukács - as bases ontológicas do conhecimen-
to". Profesor en la PUC-Minas Gerais, Brasil. Responsable, junto con
Ester Vaisman, de la edición brasileña de los Prolegomena zur Onto-
logie des gesellschaftlichen Seins de Lukács (Prolegomenos para uma
ontología do ser social. Questóes de principios para uma ontología
hoje tornada possível. Trad. de Lya Luft y Rodnei Nascimento. Supervi-
sión editorial: Ester Vaisman. Revisión técnica: Ronaldo Vielmi Fortes.
Prefacio y notas de Ester Vaisman y Ronaldo Vielmi Fortes. Posfacio de
Nicolas Tertulian. San Pablo: Boitempo, 2010).

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación • 67


"juventud", en particular a Historia y conciencia de clase. Esa
preponderancia en la consideración de esa influyente obra de
las décadas iniciales del siglo XX termina por dejar intacto el
conjunto de problemas y de nuevas elaboraciones presentado
en su última gran obra Zur Ontologie des gesellschaftlichen
Seins [Para una ontología del ser social]. De ese modo, se
desatiende una serie de consideraciones del autor sobre el
prófüema de la alienación, que profundizan su análisis del
- tema y lo reformulan sobre nuevas bases. Temas otrora esen-
ciales adquiereñ-nuevos contornos. Por ejemplo, el problema
de la cosificación, sin salir de escena, pierde el carácter esen-
cial que poseía en su obra anterior. Además, por primera vez
· y de un modo explicito, Lukács presenta la diferenciación en-
tre dos factores fundamentales de la dinámica de despliegue
del ser social: el complejo de enajenación/objetivación y .et
fenómeno histórico-social de la alienación. Esos aspectos ji'.Js-
tifican por sí mismos el análisis del nuevo complejo categorial
que aparece por primera vez expuesto de manera definitiva
en su última obra.
El problema de la alienación posee un lugar destacado en
Zur'oñfologie des gesellschaftlichen Seins. Dicho problema
encierra el conjunto de discusiones emprendidas en la parte
sistemática de su obra; no en la forma de una simple op-
ción expositiva del autor, sino como consecuencia necesaria
del plan de sus elaboraciones. El desenlace con respectoal
tratamiento det fenómeno de la alienación tiene por lo me-
nos una motivación básica: el capítulo "Alienación" completa
el movimiento de investigación categorial que determina la
'forma expositiva de su- obra, iniciado con el análisis de las
· abstracciones aisladoras (isolierende Abstraktioñénj del tra-
bafo, pasando por la disolución pauletina de las abstracciones
iniciales hasta alcanzar el complejo problemático del ser so-
· cíal más próximo a lo fenoménico que se expresa en la vida
cotidiana. La estructura expositiva de su obra perrnttecorn-
prend.er mejor el sentido de las formulaciones establecidas
por Lukács en su análisis de los complejos problemáticos más
importantes del ser social.

68 • La alienación: historia y actualidad


Esas consideraciones guardan una relación directa con la
determinación conceptual de las categorías de enajenación
y alienación. Lukács remite a su análisis del trabajo para de-
_terminar la naturaleza· de la enajenación en tanto categoría
decisiva del proceso de construcción de la subjetividad; pero
en la secuencia de su exposición demuestra los lí_mites del
.etcance de esa categoría si se la corÍsicÍera simplemente eri
esa dimensión más general de la actividad humana junto a
la naturaleza. También destaca la necesidad de analizarla en
las formas concretas desu- realización, allí donde ella, por
cféterm1naciones histórico-sociales, puedeserYlr-coñio base
para el fenómeno de la alienación." Nuestra intención, por1
"Ictanto, es demosfrár el vínc"ulo que el problema de la alie-
nación posee con la categoría de enajenación, y destacar a
continuación su diferenciación de esa base y la formación de
la especificidad de ese fenómeno en el ámbito del ser social.
Más allá de eso, como intentaremos demostrar a lo largo de
nuestra exposición, ambas categorías guardan profunda rela-
ción con el problemadela relación individuo/género; tema
esencial para comprender las bases efectivas del fenómeno
del alienación y el sentido más general de su superación. __

Las categorías de objetivación y enajenación

Cabe -·iniciar
- - .. -- el análisis de la ' génesis

de las categorías objeti-
vación y enajenación por una de las últimas afirmaciones de
Lukács en el capítulo "El trabajo", porque esta sintetiza la
relación que intentamos describir:

�el .hornbre se ha convertido en hombre precisamente en esta


lucha [con la riaturaleza], a través de esta lucha contra su pro-
. pia constitución-natu-ralmente dada; y la evolución del hom-
bre, su perfeccionamiento, solo pued'itsegulr· realizándose por
esta vía, a través de estos me-dios· (Lukács, 2004: - f86).
-· ~· . -· - -

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación • 69


Aquí lo_s medios son aquellos que han sido dados por las
categorías del trabajo; categorías que prescriben el salto
que extrae al hombre de la esfera natural. En el ámbito
del ser social no hay una predeterminación del campo de
sus realizaciones, el hombre crea a través de su actividad
nuevas condiciones y mediaciones que amplían constante-
mente su capacidad de producción. De este modo, él aleja
los límites impuestos por las condiciones naturales, aumen-
ta su dominio sobre la naturaleza y amplía el campo de sus
posibles realizaciones. En el enfrentamiento con la natura-
leza -en el sentido intensivo y extensivo-, el hombre cons-
truye su ser y su destino, así como construye su mundo.
Precisamente en el proceso de producción de sí mismo y
de su mundo, Lukács identifica la presencia de dos factores
fundamentales de la dinámica autoconstitutiva del hombre:
las categorías de objetivación (Vergegenstéindlichung) y éna-
jenación (Entéiuj3erung). La primera categoría, objettvactórt,
guarda relación directa con el _creciente dorniñio, por par-
te de los hombres, sobre los límites naturales; un dominio
expresado históricamente como una continua construcción
y ampliación objetiva de su capacidad de transformar la na-
turaleza y, de ese modo, crear las propias condiciones de su
existencia. La enajenación alude al otro lado de esa misma
dinámica; es decir: la actividad práctica, junto con la natu-
raleza, impone la adecuación subjetiva al proceso producti-
vo. El enfrentamiento de la subjetividad con un conjunto de
necesidades extrínsecas tiene como consecuencia necesaria
el desarrollo del control de los individuos sobre sí mismos,
quienes se piensan y se modifican a sí mismos a partir de su
actividad.
Los términos lukácsianos para la determinación de seme-
jante doble vía formadora son los siguientes:
la objetivación [Vergegenstdnd/ichung] representa un ente
realmente objetivado y por eso realmente objetivo del ser
social, de toda praxis, que de un modo inseparable siempre
muestra una actividad de sujetos sociales, que -precisamente
en su actividad- no solo operan sobre el mundo objetivo obje-

70 • La alienación: historia y actualidad


tivándolo, sino que al mismo tiempo transforman su ser mismo
corno sujetos que colocan objetivaciones (Lukács, 1986: 358).

En la unidad efectiva del acto de objetivación y de ena-


jenación, estamos frente al complejo esencial subjetividad/.
objetividad. En el primero, el énfasis recae en la producción
de algo efectivo en el mundo que -al margen del grado de
proporción e intensidad en que se dé- expresa siempre la
realización de objetividades humanamente producidas, que
n-9 _posee·n correlación con los objetos existentes en la natura-
leza. En el segundo, los aspectos de la subjetividad aparecen
en el centro: la actividad emprendida implica directamen-
te la formación y transformación de la propia subjetividad.
En un plano más amplio, podemos decir que estamos frente
a un doble proceso de socialización que tiene lugar en la
base del ser social: en la objetivación tenemos el proceso
de socialización del mundo de los ob¡etos, mientras que la
enajenación alude al proceso tanto de la socialización de los
sujetos como a la dinámica del desarrollo de la personalidad
de los individuos.
La diferenciación entre los dos factores se torna eviden-
te por la constatación de la heterogeneidad entre la diná-
mica por medio de la cual tiene lugar la socialización del
mundo de los objetos y aquella que lleva a la socialización
y al desarrollo de la personalidad por parte de los hombres.
En la objetivación hay una mayor homogeneidad procesual,
pues sus relaciones, por distintas que sean desde el punto
de vista de la complejidad de la actividad y de los objetos
en ella involucrados, expresan de un modo más inmediato la
formación del mundo socialmente producido. Los actos de
objetivación crean nuevas objetividades que conforman, en
el curso del tiempo, una línea de continuidad que construye
de un modo gradual el retroceso de las condiciones natura-
les que se presentaban como límites para las realizaciones
humanas. En suma, _por medio de sus objetivaciones, radical-
mente distintas de los objetos existentes en la naturaleza, el
proceso de socialización del mundo objetual
.,.
humano. aparece

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación• 71


en una línea de continuidad que conduce al hombre más allá
ae Tos límit:é"s--impÜestos por-la-naturaleza. - - - .

La socialización de la sociedad, el retroceso de los límites natu-


rales, se efectúa, desde el punto de vista material inmediato,
por medio del juego social de los actos de objetivación.__ Cuanto
más numerosos resultan los objetos y las relaciones que por me-
dio de los objetos son transformadas en objetivaciones e inser-
tados en sus sistemas, tanto más separado está el hombre del
estado de naturaleza, tanto más es su ser un ser social, un ser
de la tendencia hacia lo humano (Lukács, 1986: 371)

Se trata de la ampliación de la especificación de las cate-


gorías eminentemente sociales expresadas en la construcción
objetiva de su propio mundo. Por medio de las objetivacio-
nes, la práctica social se hace "espontáneamente social" en
la medida en que "la objetivación socializa espontáneamente
todos los objetos, sean naturales o sean de la conciencia"
(Lukács, 1986: 418).
En cuanto a enajenación, categoría que se explicita por
primera vez en la actividad práctica humana junto a la na-
turaleza, Lukács destaca que el hombre, al trabajar. se pone
a,l servido de un deberser objetivo (reflejo de los nexos cau-
sales, búsqueda de los medios, etcétera); hecho que .acarrea
"consecuencias decisivas__ para la subjetividad, pues al ejecu-
tar su actividad práctica

Todas las capacidades del hombre que allí se ponen en moví-


miento� - se encuentran· sierripreesenctalrnente orientadas ha-
•. � .. _.. ,--•----�--, ..,.___,." .... ,�-�� 1·�.'

cia afuera, hacia el dominio sustancial, hacia. ....l_si_transformación


,-t._,,_,_, ·"-- - -- .
material .
del objeto
.
natural a través
d- ,,. --· , -·
del trabajo.
" � '
En la medida
en que el deber ser apela tambien -inevitablemente- a deter-
minados as¡'.í€éfos··a-�_ l� _in_terioridad}l,�L S_l!j_�_to, sus defl!�í)-�as
son formuladas de tal manera que Jas transformaciones en. el
interior del hombre proporcionan un vehiculo para un mejor do-
·· minio del metabolismo con la naturaleza. (Lukács, 2004: 127s.).

El doble Qf_den_de__demª!}das existentes en el trabajo con-


�..... • ,�.,........ �-.- • •••-•• •w-..•- -•• ~• ••• • ,,....,_ ... .,,.,,.,.,_ • , •

duce a la transformación del comportamiento del hombre,

72 • La alienación: historia y actualidad


pues el éxito de su actividad depende de la capacidad de
disciplinar y adecuar sus actos y sensaciones, no simplemen-
a
te para poder responder 'la -finalidad,·- sino también para
poder controlar

la propia
.
legalidad
.
de los nexos ....__
y de-- las leyes
que rigen los objetos y_ -�lementos naturales con los cuales
·lidia en el transcurso de su actividad. E1Jrabajo_ implica con-
comitantemente la transformación del elemento natural, la
transformación del propio sujeto que trabaja -�l hombre, al
tfarfsformar la naturaleza, transforma su propia naturaleza­.
Con esto tiene lugar el desarrollo de nuevas cualidades físicas
y psicológicas; surge por primera vez e� "creciente dominio
de su comprensión de las propias inclinaciones, hábitos, es-
pontáneamente, biológicos" (Lukács, 2004: 127), y se desa-
rrollan nuevas cualidades en el sujeto tales como destreza,
de
espíritu observación, disciplinamiento de las emoc-iones,
etcétera, ...que
_� tanto. favorecen de un modo relevante un --�- ma-..
_yo�__ domimo y eficiencia en sus acciones en la naturaleza,
como �rean las bases para la edificación de la personalidad
del hombre. En esta medida, el trabajo es considerado como
-el primer lugar en que están dados los primeros lineamientos
para el desarrollo posterior de la subjetividad y de la perso-
nalidad del individuo, pues: "La esencia ontológica del deber \
ser en el trabajo se dirige, sin duda, al sujeto que trabaja,
y determina no solo su comportamiento en el trabajo, sino
también su relación coñs1go mismo como sujeto del proceso
de trabajo'; (Lukács, 2004: 127). -
El autodominio del hombre aparece como efecto necesa-
rio del deber ser presente en la actividad práctica precisa-
mente porque la subjetividad es "regulada y guiada por la
objetividad de- ese proceso". A continuación, como no podría
-- ser de otro modo, lascapacidades, habilidades, etcétera que
se desarrollan en el interior del proceso de 'trabajo se retro-
traen sobre la propia vida del sujeto y acaban por determinar
un proceso de desarrollo que va más allá de la esfera especí-
fica de su actuación en el trabajo .
..{pn todo, es i_r:D!?rescindible advertir que el dominio so-
bre sí mismo y el refinamiento y desarrollo de las facultades

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación • 73


'L�um�_na._s que tienen lu�ar en e! interior d�l proceso _de traba-
jono influyen necesariamente sobre la vida del sujeto, 'esto
. es, no cubren de una forma définitiva y directa ·la totalidad
; de supersona. No hay un determinismo de los procedimien-
' tos prácticos del trabajo en el resto de la vida del suJeto.
La· dinámica instaurada por la actividad del trabajo conduce
necesariamente a una creciente explicitación y desarrollo de
las categorías específicamente sociales -desarrollo de las
facultades humanas, etcétera-; todavía "estas transforma-
ciones del sujeto no se encuentran aquí orientadas, al me-
nos de manera inmediata, a su totalidad en quanto personae,
pueden funcionar de manera excelente en el propio .trabajo,
sm--Trifluir sobre los demás aspectos de la vida del sujeto"
(Lukács, 2004: 128). -
Si se comparan los dos factores entre sí, se verifica que
la socialización del mundo se da de forma más directa y ho-
mogénea a partir de la ampliación de la capacidad humana
de transformar y modelar su mundo; mientras que en el otro
polo, el de _l_a humanización del hombre y el del desarrollo
_de su personalidad, el curso de los desdoblamientos es un
proceso más discontinuo, más intercalado por mediaciones y
puede, por eso, adquirir contornos contradictorios y, a veces,
hasta incluso nefastos, sin que eso signifique la interrupción
o el retroceso en el desarrollo del retroceso de los limites
naturales. Vale 'insistir, la formación de la totalidad del ser
social -en sus dos polos fundamentales: individúo y género-
tiene lugar .�n la forma de la heterogeneidad entre la cons-
trucción objetiva de su mundo y.la edificación de su proceso
de humanización. El itinerario de las acciones humanas de
objetivación indica la tendencia hacia la continua y siempre
creciéñte·esp�cificadón de las categorías del ser social, por
medio del retroceso de los límites naturales, aunque por sus
movimientos desiguales e incluso contradictorios pueda fr1hi-
. bir la reatización de las individualidades. La socialización del
sujeto y la creciente socialización de su mundo no implican
directamente la -�LJ!11anización del hombre, y mucho menos el
desarrollo de su personalidad.

74 • La alienación: historia y actualidad


Esa discontinuidad de los procesos se justifica por el hecho
qÜ·e la
de· enajenación -a dtferenciade la objetivación que
·al efectuar algo en el mundo remite de modo más inmediato
a la totalidad de la producción social- permanece ligada al
acto singular de la posición y se dirige a la interioridad del
tndlvtduo. - La personalidad humana, en su proceso de desa-
'rrotto, s9Jain..�nte se puede estructurar mediante la síntesis
de varios actos sfngulares efectuados por ella. En otros ter-
'mfnos, a fin de que la personalidad se estructure y adquierá
_e�e,�eritos. suñcientes para fijarse bajo la forma de Ia 'retetíva
continuidad y estabilidad, debe dejar sin efecto una larga
· serie de posiciones singulares para, a partir de ahí, mediante
"Ia reapropiación de sus alienaciones, - constituir la unidad de
sus actos y comportamientos individuales. Por el hecho de
que la reapropiación no tiene como prioridad la exterioridad,
sino la interioridad, el conjunto de mediaciones necesarias
para el desarrollo de la subjetividad se amplía y complejiza.
La enajenación, a pesar de ser concomitante a los actos de
objetivación, tiene ··un desarrollo desigual, dependiente de
Una serie de mediaciones y procesos continuos para crear la
constancia pasible de constituirse como trazos de una per-
sonalidad o como tendencias constantes presentes en cada
acción del individuo.
.._La
_,·-· -�-- heterogeneidad
- . � de los dos actos, uno que se dirige a
los nexos causales naturales o sociales, otro a los elementos
constitutivos de la propia subjetividad, "--�--�
constituye
. -
la base del
doble recorrido puesto aquí en evidencia. L_ª formación de los
_:tnedío"s· objetivos del desarrollo humano, esto es, la creación
humana de su mundo por medio de las objetivaciones puede,
dada esta heterogeneidad y característica multiplicación de
desigualdades, constituir tan solo las bases para el retroceso
de los limites naturales; y en este sentido puede ser enten-
dida como dinámica tendencia! del desarrollo del ser social.
El acto de enajenación es simultáneo al acto de la objetiva-
ción; sin_embargo, co-nviené insistir en que hay un desarrollo
__desígua; entre ellos cuando se tiene en cuenta el proceso de
socialización del mundo y de la humanización del hombre.

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación• 75


Es precisamente en la discontinuidad existente entre los
dos· factores -de-la'"actividad práctica donde surge la posibili-
. dad de la aparición de la alienación.· De los actos de enaje-
. nación del sujeto en su insoluble ligazón con la sociabilidad
emergen contradicciones que pueden llevar al hombre, o a
·o -
T<'.5fiñaT\i-�esél_r'roÜar de rrianera · efectiva _su personalidad,
a realizar el movimiento contrario, es decir, a despersonali- .
zarse.

La alienación

En la propia raíz del trabajo están puestos los elementos de


la posibilidad contradictoria. Lukács construyó sus argumen-
tos por medio de la crítica marxiana a Hegel, observando la
ausencia, en este último, de la distinción entre trabajo como
un �!1- sí, en tanto relación homtire-naturaleza,_y_-gCtrabajo
tal corno tiene lugar en la formación de la sociabilidad capi-
talista, en la cual nace una forma específica de enajenación:
la alienación. En la primera acepción, los trazos más urii-
-ve-rsales del trabajo aparecen como elementos preponderan-
tes del proceso de autoconstrucción humana y de formación
de la personalidad de los individuos mediante sus actos de
enajenación. J:_r,_ la segunda acepción, más particularizada y
circunscripta a la realidad social de su época (bajo la égida
del capital), el trabajo aparece como elemento que disuelve
lo humano, . como actividad inhibidora del pleno desarrollo
'cíe los individuos -la alienación­. Esta idea está contenida,
según Lukács, en el centro de la crítica marxiana dirigida a
Hegel, donde la dimensión negativa del trabajo se encuentra
negada y, por ese motivo, para el pensador idealista alemán
"no es que la esencia humana se deshumanice, se objetive en
antítesis consigo misma, sino el que se objetive a diferencia
de y en contraposición con el pensamiento abstracto, lo que
se considera como la esencia estatuida de la enajenación y lo
que se trata de superar" (Marx, 1987: 653).

76 • La alienación: historia y actualidad


Para explicitar tal problema, Lukács alude a un pasaje sig-
nificativo de Teorías de la plusvalía, en el cual Marx confron-
ta el pensamiento de David Ricardo con el del economista
francés Sismondi. Este último asume la típica posición de un
anticapítalista.-romántico y "contrapone el bienestar del indi-
Y).dÜqjí las 'necesidades del proceso social tomado en su to-
talidad" (Lukács,-1986: 503). _Man<,, al <:ont��rio de Sismondi,
defiende el carácter científico · del pensamiento rícardíano,
-�uyiprincipio central �n su prospecttva de los· procesos dé la
economía· es·f�Cafirmación de la primacía de la "producción
por la producción". Por medio de una cita directa del texto
marxiano, nuestro autor destaca:

n_o se comprende que este desarrollo de las capacidades del


.hÓmbré en general, aunque por el momento se realice a costa
de la mayoría de los individuos y de ciertas clases humanas,
acaba por romper el antagonismo y coincide en último térmi-
no con el desarrollo del hombre individual; que, por tanto,
·-�� superior desarrollo de la individualida_d humana solo puede
. lograrse a través de un proceso histórico en que se sacrifique
el individuo (Marx, 1944: 248). · -

__Parª Lukács, la constatación de Marx demuestra cómo


"el desarrollo de las fuerzas productivas provoca direc-
tamente el crecimiento de las capacidades 'humanas,
'pero· alrnisrno tiempo puede en tal - proceso sacrtñcar' a
los individuos (así como a clases enteras)" (Lukács, 1986:.
504). El máximo desarrollo de-lis--�capacidades humanas,
'----'--·--···. -,, � ,
históricamente efectuado, �ica concomitantemente la
desrealización de las individualidades, o la realización con-
�fra-dTciéiríi'y -alienada en relación 'con ¡�-s potencialidades
del género humano:
En último término, .l? alienación puede ser descrita como
. antítesis entre el desarrollo y potencíaciónde fa - capací-
-,j:laci, y el desarrollo de la personalidad. E(ejemplo escogí- ,
do en Teorías de la plusvalía ilustra' bien la caracterización
más general del fenómeno. Todavía se puede agregar�g�ro
ejemplo puesto en evidencia por el propio autor, que, para

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación • 77


complementar sus argumentos, recuerda a Ferguson, para
quien el desarrollo de la actividad productiva de la industria
suplanta sígníñcatívamente al de la rnanutactiira;... sin ernbar-
goifesde el punto de vista humano no requiere ningún de-
·sarrollo de actitudes espirituales por· parte de los hombres.
Por el contrario, los trabajadores son más eficaces cuando
"en ellos son completamente· reprimidos el sentimiento y la
razón, y laignorancia es la madre de la laboriosidad y de la
superstición" (Adam Ferguson, apud Lukács, 1986: 505). En
los términos de Marx, se puede decir que el uso de las ·má-
quírías potencia la producción ampliando lá capacidad pro-
ductiva humana; sin embargo, el trabajador, en virtud de las
relaciones de producción socialmente establecidas, se torna
mero "apéndice de la máquina". En este aspecto, argumenta
Lukács, el artesano del Medioevo tardío y del Renacimiento
se encontraba más apto para imprimir y desarrollar, en sus
objetivaciones, los trazos subjetivos de su personalidad: lle-
vaba "su modo de trabajar a los límites del arte" (ibíd.: 742);
mientras que el trabajador, en la condiciones de la división
del trabajo plenamente desarrolladas del capitalismo, se en-
cuentra reducido a quehaceres periféricos al proceso produc-
tivo, a actividades repetitivas, a_ las que le imprime gestos
simplemente mecánicos.
- Obviamente, tales consideraciones no si_g[lifican una posi-
ción romántica, en la cual se atribuye a las situaciones del
pasado condiciones más edificantes para la realización de las
individualidades que aquellas existentes en el presente. Bas-
ta leer atentamente las palabras de Marx analizadas en el
texto lukácsiano para constatar que la plena realización y la
auténtica emancipación de las individualidades no se fijan
en las condiciones restrictivas de una producción económica
todavía incipiente, o en las condiciones de vida todavía fuer·
temente dominadas por los límites impuestos por la natura-
leza. Vale recordar, para comprender de modo adecuado lo
explicitado aquí, el pasaje de los Grundrisse en el que Marx
contrapone las formas de realización del mundo antiguo con
la actual forma de la economía capitalista.

78 • La alienación: historia y actualidad


En la economía burguesa -y en la época de la producción
que a ella corresponde- esta elaboración plena de lo interno
aparece como vaciamiento pleno, esta objetivación universal,
como enajenación total, y la destrucción de todos los objetivos
unilaterales determinados como sacrificio del objetivo propio
frente a un objetivo completamente externo. Por eso el infan-
til mundo antiguo aparece, por un lado, como superior. Por
otro lado, lo es en todo aquello en que se busque configura-
ción cerrada, forma y limitación dada. Es satisfacción desde
un punto de vista limitado, mientras que el [mundo] moderno
deja insatisfecho o, allí donde aparece satisfecho consigo mis-
mo, es vulgar (Marx, 1985: 448).

En ese contexto, Marx alude al hecho de que en la socie-


dad antigua todas las discusiones en torno al mejor modo
de propiedad para la sociedad no se centraban en la pre-
ocupación por la forma de propiedad que generaba mayor
riqueza, sino a los mejores ciudadanos. La riqueza como fin
en sí mismo es la diferencia especificapresente recién en
•-1tis.. mícíos -deTasoEiabilidad del-capital, donde los elementos
centrales de ef_�ctlJa�i_ón _y de --��-�lt2-?.ción .d� _lQ.�humano se
encontraban relegados a un plano inferior -de acuerdo-con
Tó subrayado más arriba, se trata de la "producción por la
producción" que se efectúa 'en detrimento de las individuali-
cfades-=-� En este aspecto, siñdúcla en la sociedad antigua,' e
íncluso en la sociedad medieval feudal, se pueden identificar
elementos que corresponden a un aparente desarrollo "más
elevado", pues el modo de producción de esas sociedades
se encontraba en armonía con la estructura social existente.
Tal condición armónica, no obstante, siempre era puesta en
peligro cuando tenía lugar el desarrollo de las fuerzas pro-
ductivas. El desarrollo de estas funcionaba casi siempre como
elemento disgregador de la formación social, en la medida en
que a aquellas sociedades les planteaba problemas en prin-
cipio irresolubles. En ese sentido, las formas anteriores de
sociabilidad "representan la satisfacción �esde el punto eje
"vista limitado", pues significan la realización más completa
. en un 'campe de posibilidades todavía restringido y estrecho
'-�---· .,<,-<\· , ' •

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación • 79


desde el punto de vista de la ampliación de la capacidad hu-
. mana de producción objetiva de su mundo. La superioridad
del proceso de socialización característico del capitalismo
conduce a la desaparición de todos los obstáculos puestos
_ ..por la formación social al desarrollo de la· economía. En esa
forma de sociabilidad, el desarrollo económico adquiere "el
carácter de la tg!aJ.iltrnita�j(m" (Lukács, 1986: 660). El cam-
po de las objetivaciones humanas se abre históricamente de
una forma sin precedentes. Pero estas objetivaciones sola-
mente se realizan mediante el sacrificio de clases enteras de
· hombres, o sea, las fuerzas sociales crecen y aumentan, pero
al mismo tiempo presentan enormes obstáculos al desarrollo
se
de la personalidad del individuo, que véfncapaz, dadas las
"condfciones histórico-sociales;' de traduciréiectivamente en
su personalidad las potenctaíidadesgeneradas por �sa-fÓ�m·a::-··
· cíón social. · · · · · · - ·- · · · ·
Lo que se propugna en Marx no es, pues, el retorno a las
coñaíélo'ries··der·pasado -por sí mismas irre�ersibles...::; sino
'Tareaüiadón- plena de lasposibilidades concretamente más
'elevadas, puestas como condiciones efectivas por la sociedad
· actual, pero todavía no realizadas por los individuos. En ese
sentido, la emancipación de los individuos coincide con el de-
, sarrollo yTa-arñpHacion. de la capacidad productiva humana
. ..:coñtinuo y siempre creciente retroceso de los límites natura-
les, para utilizar los términos del autor-___y_,_aLmismo_.tiemp_o,
-�on _ el desarrollo de tndívídualídades capaces de traducir en
sus realizaciones las posibilidades edificadas por el género.

Socialización del mundo objetual humano y desarrollo del


individuo

Las consideraciones hasta aquí realizadas conducen al pro-


blema de la relación entre el individuo y el género, discutida
por Lukács a partir de los conceptos de genericidad en sí

80 • La alienación: historia y actualidad


y genericidad para sí. La comprensión de las determinacio-
nes más generales en torno a las categorías de enajenación
y de alienación implica profundizar la discusión de ese tema
-aunque la exposición se limite a presentar las líneas gene-
rales del problema de la relación entre individuo y género-.
Jl pro5=_��-� __ espon�11�q _sj_e_Q_bJ��i��s_ign�s humanas produ-
-�, según Lukács, Ja_g_enerjc;i_d_ªd__ �Jl sí, de( se{·de( hombre,
genericidad esta que se diferencia radicalmente de la mera
genericidad muda característica de la esfera de la natura-
leza. La formación de la genericidad en sí -que puede ser
identificada como la creciente socialización del hombre y de
sus procesos de interacción- no implica, como ya menciona-
'rnos, el desarrollo concomitantede \asjn_c,l_ividualidades; por
el contrario,.eldesarrollo de la primera, desde el punto de
vista económico, puede ocurrir en detrimento del proceso
de humanización de los individuos. Los �-�--9.�q_!?j_e_t_iya<:ión
crean la posibilidad de reemplazar ta genericidad muda de
"Iá naturaleza, aunque tan solo produzcan, desde el punto
dé vista social, la genericidad humana en si. La producción
de la genericidad para sí, determinada como la superación
de la ambigüed°á"a·•ae -desarrollos, que tiene lugareritre lós
"dospólos ...::.individuo y género-, depende en última instancia
-pero no solo- de los actos de enaje·nación de los individuos.
Estas ideas y conceptos son los que investigaremos a partir
de ahora.
Al producir, al transformar la naturaleza y, en el interior de
ese proceso, transform-arsei
·- ... .
mismo:·ec - --
sT hombre efectúa
---· ·--·· . .
y
desarrolla su �-�-·-esencia
- . --- ., de un modo fundamentalmente distinto
a los principios que rigen el movimiento de la esfera natural.
Es precisamente esta condición del desarrollo y la formación
de su propio ser la que demuestra el carácter abierto -y, en
este sentido, libre- de las realizaciones humanas.,,.---· El __ acto de
- .
la reproducción humana no significa simplemente reponer los
. mismos niveles de su existencia -no hay un carácter estático
interno en su actividad-, sino que implica siempre un au-
mento, refinamiento y desarrollo de tas categorías y atributos
· específicamente humano-sociales.

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación • 81


La objetivación efectuada por los hombres, que profun-
diza la mera objetividad del ser de la naturaleza, implica ya
en su acto el reconocimiento de la pertenencia a urf género,
pues la genericidad que se encuentra expresada en las po-
siciones teleológicas no es una simple pertenencia biológica
del ejemplar singular al propio género. Ese carácter elemen-
tal de la actividad del hombre "se expresa de manera inevi-
table en los actos de objetivación, en los cuales el hombre
produce conscientemente [bewuj3t] algo social, incluso sin
tener conciencia [Bewuj3theit] de hacerlo, como Marx mu-
chas veces demostró para la actividad social general, media,
de los hombres" (Lukács, 1986: 363). A pesar de la aparente
ambigüedad de la frase, se puede verificar que la produc-
ción ��ie.nte (el adverbio bewuj3t) aquí mencionada se
_!:�fiere al hecho de que toda acción humana implica la í!re-
sencia de la conciencia -se relaciona con actos conscien-
tes-; como contrapartida, a las consecuencias y resultados
desencadenados por esas acciones en la práctica socíat jjq
, . · se les puede atribuir conciencia (el sustantivo Bewuj3theit)
,/
por parte de los individuos. La conciencia que se manifiesta
en este ámbito específico de la acción humana -genericidad
---. en sí- es una conciencia sobre la inmediatez def ·cciñfexto
en la cual está inmersa y sobre la cual debe operar. Frente
a esta marca del movimiento histórico-social de producción
de mundo, Lukács caracteriza tal proceso a través de la afir-
mación de· Marx, para quien los hombres hacen el propio
destino, aunque sin saber que lo hacen ("No lo saben, pero
lo hacen"; Marx, 1973: 1, 39). Todo el contexto generado por
esta construcción producida bajo la forma de la síntesis de
los actos teleológicos singulares puede, inclusive, producir
contradicciones, discontinuidades en los procesos sociales y
hasta incluso situaciones desfavorables para el desarrollo de
la personalidad de los individuos. Sin embargo, todas esas
posibilidades de desdoblamientos revelan solo la dimensión
,:--,objetiva de la socialización del proceso social. La-geri"e·-
\,xc-;íéjdad para ·s(pone de relieve la otra dimensión de esta
dinámica.

82 • La alienación: historia y actualidad


Para una mejor demarcación de las diferencias entre estas
dimensiones distintas de la realización del género humano,
Lukács caracteriza la Mnericidad en sí como la prehistoria
. del hombre, y de ese modo, como una realización no plena
del ser social. -

Esta prehistoria, la historia del volverse hombre del hombre,


· del volverse expresión adecuada del género de la sociedad,
puede terminar solamente si los dos polos del ser social, indi-
·vidüo.hüinano y sociedad, dejan de operar espontáneamente
uno con el otro: cuando la reproducción de la sociedad pro-
mueve el ser hombre del hombre, cuando el individuo en su
vida individual se realiza conscientemente como miembro del
género humano. Este es el segundo gran salto del autodesdo-
blamiento del ser social, el salto de la genericidad en sí hacia
la genericidad para sí, el inicio de la verdadera historia de
la humanidad, en la cual la -irrevocable- contradictoriedad
interna de la genericidad, aquella entre individuo y totalidad
social, deja de tener un carácter antagónico. Así, el desarrollo
de la humanidad, del ser en sí al ser para sí del género, es un
proceso que se desarrolla en los hombres, en último análisis
en cada hombre singular, como separación interna del hombre
meramente particular respecto de aquel en que -todavía en
términos primitivos y erróneos- el ser para sí del género hu-
mano lucha por existir (Lukács, 1986: 362s.)

En términos bien claros, las consideraciones de Lukács


no d_efinen la forma de superación de la genericidacr en sí
· como la identificación entre la individualidad y la sustancia
social, o sea, como la subsunción del individuo al género. El
deliberado carácter ·redundante de la frase "el individuo en
su vida individual se realiza conscientemente como miembro
del género humano" destaca que, incluso con la superación
de la "prehistoria" del proceso de humanización, siempre
habrá una prevalencia de la bipotaridad del ser social. Bien
entendido, esto quiere decir que ta bipolaridad del ser social
presenta aquí ta textura de su tnterzcción reciproca. el de-
sarrollo del género para sí corresponde al desarrollo del ser
hombre del hombre, que presupone tanto el desarrollo de la

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación • 83


individualidad como _el desarrollo de la propia genericidad. El
-fil!!�gqni?mo espontáneo-deja de ·operar y los dos· polos del
ser social -aunque todavía se mantengan bajo la forma de
la polaridad-_ se desarrollan de manera apropiada. En este
aspecto, la afirmación de que "la reproducción social pro-
mueve el ser hombre" tiene el sentido de una reproducción
que hace posible y provoca la tendencia de emancipación de
las individualidades, en el desarrollo pleno de la personalidad
de los individuos. Tal idea recuerda, para Lukács, la deter-
minación de Marx acerca del mismo problema, según la cual
la "riqueza espiritual del individuo depende de la riqueza de
sus relaciones con el mundo" (ibíd.: 358).
Aquí es necesario insistir también en un punto: no existe
una tendencia inherente a la procesualidad que encamine, de
form_a_ mecánica y automática, el pasaje de la genericidad en
sí en dirección a su para sí (no hay una escatología en Marx,
así como no hay un té/os en la historia). El pasaje del en sí
al para sí apa��c;� en el ámbito social solo como posibil1dél._d
-en el sentido de la dynamis arístotétíca-: su realización
depende, en última instancia, de la acción de cada individuo
en sus actos de enajenación. Es un proceso de superación
del· antagonismo espontáneo presente en la historia del de-
sarrollo del hombre, que _debe necesariamente ponerse en la
doble dimensión del ser social: tanto en las individualidades
como en la genericidad humana. Esto es porque tales proce-
- sos son esencialmente heterogéneos. El carácter antagónico
de la relación entre individuo y totalidad social posee, por lo
tanto, una dobledlmensión: 1Úrfa¡ que condice con los actos
.. _ .. t·· • ' .. -- ----- -·•
de objetivacion puestos en marcha por los individuos, y_: otra
'que rémite a 'sus actos de enajenación. En la \12.�i.IT.1erá� la_ ob-
jetividad del mundo de los hombres se efectúa bajo la forma
-general del retroceso de los lirnites naturales; en la segun-
�d�a,i mediante la enajenación de su interioridad, se pueden
realizar y desarrollar la individualidad y la perscnalidad del
-hombre. En ambas encontramos la desigualdad entre las posi-
_c}ones teleotógicasslngutares de los individuou_la totalidad
social formada por la síntesis de tales actos, aunque la des-

84 · • La alienación: historia y actualidad


igualdad que se manifiesta en cada una de estas dimensiones
sea, como vimos, de naturaleza distinta.
Hay, por lo tanto, un factor eminentemente subjetivo del
proceso. De ese modo, _L�_genericidad para sí no.puede lle-
gar a efectuarse "si los hombres son todavía ·incapaces de
expresar en su enajenación una genericidad auténtica, posi-
tiva, plena de contenido, y no simplemente una genericidad
formal-particular". �Jl factores íntimamente .ligados, aunque
con la nítida heterogeneidad de caminos, medios y mediacio-
--ñ-es en sus realizaciones. Por eso -

El desarrollo del ser social produce necesariamente el en sí


delgénero humano como forma real del ser social, pero su
ser para sí solamente puede ser producto del proceso objetivo
como posibitidad, es decir, en todas las etapas en que el en sí
cada vez obtenido se vuelve (o no se vuelve) un relativo para
sí, como en el período del gran cambio que puede conducir al
rei�e-la tibertad (ibid.: 364s.).

También e11_Ma_r._x encontramos las bases para comprender


el problema de la_ posi�ilidaa del pasaje del reino de la nece-
sidad al reino de la libertad:

Ahora podemos y tenemos que limitarnos a observar que este


carácter de posibilidad significa, en el sentido de Marx, un más
allá [ein Ausserhalb] de la esfera en que tiene lugar la repro�
· ducción material del género humano. Esta última, en cuanto
/'reino de la necesidad", conformará siempre la base para el
"qué" y el "cómo" de semejantes posibilidades, que, sepa-
radas de_ ella, se vuelven impotentes en un sentido práctico-
. social y, en principio, pensamientos y sentimientos ineficaces.
Pero este vínculo absoluto e irrevocable tiene un carácter pu-
ramente negativo: la exclusión de la real eficacia social de los
posicionamientos (enajenaciones) que apuntan solo subjetiva- ...J
mente a tal ser para sí, a esta posibilidad unida a la época.
La determinación positiva, el vínculo de tales posiciones -con
· la situación, no puede determinar más que el campo de posi-
:-bilidad ( .. ]. Ya revelamos que el ser en sí del género humano
está objetivamente unido a los dos polos del ser social, tanto
a una determinada estructura de la sociedad en su totalidad,

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación • 85


como, de un modo simultáneo, al contenido, tipo, etcétera de
la superación posible para los hombres singulares de su parti-
cularidad, que a su vez puede, y en realidad, debe ser también
multiforme en cuanto a la dirección, al nivel, etcétera (Lukács,
1986: 365).

Según Lukács, Marx identifica el reino de la necesidad con


la base de la reproducción material del género humano. El
reino de la libertad se presenta más allá de la esfera específi-
ca de la reproducción material, expresa las realizaci_ones hu-
manas vinculadas de manera no direc.ta con las necesidades
materiales. Si traducimos este problema al lenguaje tradicio-
nal de la filosofía, no es difícil percibir que aquí se encuen-
tran establecidos parámetros que permiten la explicación
materialista de la producción del mundo material humano, en
íntima interrelación con la construcción del mundo espiritual
humano. La creación del reino de la libertad como expresión
de la producción espiritual del hombre, tiene la inexorable
intermediación de la producción y el desarrollo del reino de
la necesidad, aunque este sea un factor distinto en el interior
de esta unidad ontológicamente necesaria.
La relevancia del aspecto subjetivo, evidenciada en este
factor, aparece descrita en yuxtaposición con las condiciones
objetivas presentes en aquella sociedad en la cual el indi-
viduo intenta realizarse; y, de este modo, apunta hacia la
interacción necesaria presente en el plano efectivo de reali-
zación del ser social. Cualquier consideración de los aspec-
tos subjetivos como autónomos e independientes haría que
toda la discusión sobre la emancipación de las individuali-
dades incurriese en una falta común en el utopismo, pues
consideraría el problema desde un punto de vista demasiado
abstracto, aislando y destacando apenas aspectos tan solo
como elementos prioritarios para la resolución del problema.
Aquel acto humano que permanece restringido al plano de
la subjetividad es socialmente ineficaz, incapaz de operar
efectivamente en el mundo, y queda como un mero rasgo de
la interioridad del individuo.

86 • La alienación: historia y actualidad


El pasaje citado se cierra con una referencia a la discusión
sobre el papel_de la subjetividad en la edificación delproceso
- sócfa(.,-y-·pone en dtscusi6n -Éf lugar y el papel de la realidad
.objetiva de la totalidad del ser social como el "campo de po-
slbilidades". Por lo tanto, tal vinculación se vuelve necesaria
desde ef punto de vista de ia ontología del ser social:

Si se considera, por lo tanto, la enajenación del sujeto huma-


no en esta singularidad ligada a la soóedad, elaborada en la
sociedad, iñhu\iente sobre la sociedad, su gran importancia
para el desarrollo del género humano �Ra.rece con claridad
en cuanto se tiene en cuenta que el hombre puede ser social-
mente activo como individuo solo por medio de sus enajena-
ciones, en las cuales, en su construcción y contenido interno,
en cuanto formas expresivas de su persona, se manifiesta su
verdadero modo de relacionarse con la sociedad en la que
vive. Que las objetivaciones [Vergegenstdndlichungen] de su
praxis económica y" exfraeconómica promuevan, obstacutícen
ófiasta incluso impidan-totalmente su devenir incÍividü"aHdád,
· es· un problema decisivo para la relación del hombre con la
· sociedad y, por lo tanto, para la relación del individuo con la
genericidad (ibíd.: 366).

El _desarrollo de la genericidad humana se vincula con


el desarrollo promovido por la subjetividad del hombre a
través de sus enajenaciones en el mundo. Esto no significa
que su desarrollo tenga lugar independientemente de la
práctica social, económica o extraeconómica. Para Lukács,
·1a posibilidad de superación de la gener icidad en sí no es
indiferente a los límites oriundos de la propia realidad ob-
jetiva, algo exclusivamente dependiente de los aspectos
subjetivos de la dinámica social. La advertencia recae aquí
sobre el problema de la condición subjetiva y de la condi-
ción objetiva para la edificación de la genericidad para sí.
Ambos son elementos cornplernentarios; sil] __ embargo cada
_uno de· eflos ocupa en el interior de esta interrelación un
lugar específico, ontológicamente distinto en sus funciones
y atributos:

Las categorías de objetivación, enajenación y alienación • 87


'· Todas las condiciones objetivas del "reino de la libertad", del
·ínkio de la historia verdadera de la'humanidad, [?_U�d-�n estar
ya presentes, pero permanecen como meras posibilidades si
-los hombres son todavía incapaces de expresar en su alíena-
"d6n una genericidad auténtica, positiva, plena de contenido; y
· 'no simplemente una genericidad formal-particular (ibíd.: 366).

Estas digresiones en torno al problema de la genericidad


y de los procesos de formación de la subjetividad sientan
las bases para una discusión de los procesos efectivos hacia
una superación de las alienaciones. Intentamos demostrar,
en nuestra exposición, los fundamentos sobre los cuales se
asienta la compleja y multifacética discusión que Lukács em-
prende alrededor de la categoría de alienación. Desde ya que
no se trata, en un artículo de esta extensión, de agotar el
conjunto de las determinaciones lukácsianas en torno al pro-
blema. Aquí se intentó tan solo investigar la raíz del problema
de la alienación y demostrar, por un lado, su relación con el
complejo objetivación/enajenación presente en el trabajo; y,
por el otro, los fundamentos más generales de su superación,
directamente vinculados al problema del pasaje de la generi-
cidad en sí a la genericidad para si.

Bibliografía

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Las categorías de objetivación, enajenación y alienación • 89


La alienación en la
Ontología del ser sociel'
Antonino lnfranca ..

La alienación es el cuarto y último capítulo de la segunda


parte de-Ta OntQJogía del sersocwr-ae Gyéirgy Lukács. Los
primeros tres -capítulos están dedicados respectivamente al
trabajo, a la reproducción y a la ideología. No es casual que
la alienación sea el último capítulo, ya qúeiihár-ca los pri-
meros factores constitutivos del ser social. Por el lugar que
ocupa en la obra, la alienación aparece como el momento
conclusivo de la extensa reflexión lukácsiana sobre la estruc-
tura constitutiva del ser social y, de hecho, er:i _ este capítu-
lo confluyen todos los temas antes tratados y se vislumbran
--timbién desarrollos sucesivos de la Ética, que Lukács no tuvo
ya tiempo de escribir antes de morir y que dejó en la forma
de un esbozo.1
La alienación es
---------- �-.un- ,,__fenómeno
. -
. �- del. desarrollo
.
del ser social
en la sociedad humana en general, independiente de las épo-
cas hístórícas,
.
si bien cada
.....-.:.,,. .
.
época
--
tiene su forma de alienación

• "L'Estraniazione nell'Ontologia dell'essere sociale". Trad. y publi-


cado por gentil autorización del autor. Trad. de María Belén Castano.
•• Cf. referencias bío-bibliográficas en "Acerca de los compiladores",
p. 8.
1 Cf. Lukács, 1994: 245.

La alienación en la Ontología del ser social• 91


que es tan compleja cuanto lo son las relaciones sociales y
humanas dentro de cada sociedad. Marx fue uno de los más
profundos analistas del fenómeno de la alienación, según él,
"toda alienación [...] es un fenómeno que tiene fundamentos
socioecori6micos; sin una transformación decisiva de la es:
tructura económica, através de ninguna acción individual es
posible cambiar algoesencial en esos fundamentos" (Lukács,
1986: 551). La alienación es, por lo tanto, un fenómeno que
nace del desarrollo· social y económico de la sbciédádcivíl,
y por el cual los hombres se ven privados, o bien del resul-
tado· de 'su producción (objetivación), o bien de los procesos
de producción (alienación de y en el trabajo). La alienacióñ
_ es también una 'forrna de exclusión, a la que el ser social se
somete, del control de la reproducción socíal �-- individual del
propio ser. El trabcUQ es el momento en el cual el hombre
· se ob�tjya, en el que vuelve objetivo--su factor ideal: la idea
deun objeto que ha puesto antes en su mente como un fin
a realizar, y que después, a través de una indagación sobre
los medios naturales que puedan permitir la realización de
esta idea, la hacen transformarse en cosa. Lukács emplea el
término alemán Objektvierung para designar este proceso de
;,.objetivaci9n del momento �-2 Dentro de las relaciones de
producción capitalistas, no obstante, la fuerz�ye ¡trabajo es_
vendida como cualquier mercancía. La fuerza de trabajo o,
para decirlo en términos marxianos más precisos, _la facultad
d!�rabajo (Arbeitsvermogen),39..�par�_del tuerl?o del
'"'tra ajador; es así que el que adquiere la fuerza de trabajo, el
' capitalista, ter!Tl}!!ª.-Q9r ...co.o_tr9J�_r-��_l:!elJ?Q_�!1te_ro del traba-
. Jador en determinados períodos (tiempo de trabajo) y también
'· la gestualidad de este cuerpo, como ­ si el cuerpo del trabajador
­ ­­­,.'­=­­.­:­�­=­­
¡ fuese un...e.l�m�nto-ajeno a él. Lukacs denomina Entauj3erung a

�-=-s-re-p·roé:eso de enajenación del trabajador respecto de sí mis-

2 "En el acto real, ambos momentos son inseparables: cada movi-


miento, cada reflexión en el transcurso (o antes) del trabajo son dirigi-
dos primariamente a la objetivación, es decir, a la transformación te-
leológicamente adecuada del objeto del trabajo" (Lukács, 1986: 505).

92 • La alienación: historia y actualidad


mo, mientras que denomina Entfremdung a la alienación. En el
sistema capitalista más evolucionado se controlan también las
ñecesidades corpóreas y espirituales del frabajador, con vistas
a controlar las causas (jUe llevan al trabaiador�ender su pro-
.Pía fuerza de trabajp, a cambio de un salario que le permite
satisfacer dichas necesidades. Al operar sobre esas necesida-
des, se e ina por controlar la personalidad del trabajador.
Lukács no realiza analisis o ogicos e los términos que uti-
liza, pero es oportuno verificar algunas explicaciones morfoló-
gicas y etimológicas para enajenación y alienación. Desde el
antiguo sánscrito, la enajenación es un término con un signifi-
cado negativo, de heCho "enajenación" es vrraktr que significa
"'�a.p.QcJos o!?jetos materiales", ''.,insatisfacción" y es
una consecuencua de la enajenación justamente la indiferen-
cia del trabajador �l proprio cuereo, que es la materia de
su ser, mla insatisfacc1on generica en r�ió�con� propio
estilo de vida, que es la espiritualidad de su ser. Marx analizará
esta indiferencia e insatisfacción, observando que

el hombre (el trabajador) solo siente que actúa libremente en


sus funciones animales -comer, beber y procrear; a lo sumo,
en la vivienda y el adorno, etc.-, y en sus funciones humanas
solo se siente un animal. Lo animal se convierte en lo humano,
y lo humano en lo animal.
Comer, beber y procrear, etc., son también, sin duda, activida-
des auténticamente humanas. Pero, en la abstracción que las
separa del ámbito restante de la actividad humana, y que las
convierte en fines últimos y únicos, son actividades animales
(Marx, 2004: 110).

Este es el sentido de la alienación para Marx, el de reducir


a
al hombre un animal; en palabras de-"lukács: retrotraer la
"':'generecidad parq_sí a la generecidad en �,Í, es decir detener
o hacer retroceder el desarrollo del genero humano incluso
en el ser humano singular. El término alemán Entiiuj3erung
(enajenación) está formado por '1iiu/3er" (= "afuera") y pof el
sufijo -ung, un formador de sustantivos abstractos; pero está

--
precedida por el prefijo ent-, que indica siempre una idea de

La alienación en la Ontología del ser social• 93


. !!19.Y}DJie.o.t�.: la partida en dirección a algún lugar u hacia un
objeto ("von etwas weg", "aus ... heraus"). Este movimien-
to puede marcar un alejamiento: de allí queTñcffqüe; ·o bíen
privac,ió_n (forno en "eñfbinden": •�rar'";-"qÜltar los lazos
oataduras"), o bien inicio de un proceso (como en "entbren­
nen": "comeñ':zár a·arcfefl'·o· "excitarse"). Este último sentido
es el que tiene el prefijo en el verbo entau/3ern, cuyo signifi-
cado más elemental es deshacerse de un objeto o aun de una
persona. El alemán au/3er traduce el término griego áAAoc;
y el término latino alienus del cual proviene "enejenacíón",
·Enf[remdung., .en cambio �e forma de fremd {= "extraño",
'.��j�no"), y el uso del prefijo ent­ índica nuevamente la
idea de proceso; de allí que la primera acepción del verbo
'entiremaen sea "jemanden jemandem fremd machen" ("vol-
ver algQ ajeno para a\g\.J!�D"). -----·•
Es productivo observar que otro término sánscrito por
"alienación" es v1diík$U$kiíriíT)ií que ,stgntfica tamb'féñ-�er_
hostil", pero se trata de una palabra compuesta por v1diík$U$,
que significa "ciego" o "sin 03os", --mieñtras �iíriínií sfgniñca
"causádéser", lo que eguivale a decir que lá ·enajenación es
:•cªu_sa-·cte·t,r pérdida de· iá vista". Otros términos sánscritos
son todavía mas·iluminadores: vikrtr significa "cambio", "sus-
, , ...___ -· .-- - - �.. . . . ----· - -
titucion", "rnodiñcación", "enfermedad" y es indudable que
- la enajenaéioñ é·s una forma de rriódiñcacíón enferma del ser
humano, tanto que podemos afirmar que, .desde el punto de
vista psicológico, la enajenación es una formade"effférmecfad
--rñenhi1;-á-lá P?r ele J�. cÍe.p.r.esi_órÍ. A su vez "rnodiñcación"o
·•ífnafsposic1ón;, o "deformidad", pero también "rebelión" pro-
vienen del término vikriya. La "falta" o_."A�_sencja," en sáns-
crito es virana, que significa�sepAfadón". Ag-ustin de Hipona
na--püésto en la"falta"cfé perfección et elemento de diferen-
cia ontológica insuperable entre el hombre y Dios, porque el
hombre, que está hecho de carne, de materia, está lejos de la
perfección de Dios. Hay para Agustín, entonces, un modo se
ser perfecto, no material, del cual la criatura decae, porque
se separa de la perfección de Dios y cae en el mundo mate-
rial. Ese modo de ser será reapropiado después de la muerte,

94 • La alienación: historia y actualidad


cuando el hombre se vea liberado del cuerpo material. Se tra-
ta de un modo de proyectar la emancipación de la alienación,
pero en una dimensión que no es ya mundana; en consecuen-
cia, es algo política y económicamente aceptable para el sis-
tema entonces dominante. La alienación nace del trabajo, y
Lukács quiso justamente -��pir�r�lpffªctores�constitutivos de
laooJetlvacion y de la enajenación. Marx no operó una sepa-
ración radical, sino solo· una variación lingüística, porque era
natural para él que el objeto fuera algo otro respecto de la
idea originaria. Hegel, en cambio, al emplear el término En-
ti:iuj3erung, quiso.fñaicar que la idea enla-óbjetivación se.aTe-
Taba de s��eza originaria al eñtrar-en ei mundo-material.
Lukács ha mantenido estaseparación conceptual, retornando
Tá-�'�Iit]���j§6� �ége��ná,3 -peroª�egándole _un f��tor social
---
importante: "Cada a�to de este tipo [= objetivación] es sin
embargo, al mismo tiempo, un acto de enajenación
humano. -Marx ha descrito con precisfü'néstaoupTié:1dad d·el
- -
del suj�to

trabajo, y eso refuerza nuestro derecho a fijar también en el


plano terminológico la existencia de esta duplicidad del acto
unitario" (Lukács, 1986: 506). Asimismo, Lukács, si bien utili-
-zañcfó-dos conceptos distintos, no se olvida de la unicidad del
�-
i'La
proceso y no· CQñsigera.. ·--�-....ati'éñadoíl "eíltermioos
�,., ..... �•·· . . . .. ----- . positivos;
' ..
más bien ambos, es decir enajenación y alienación, son para
--el-cfos .ffñ�Di!l<?.?. n�_g_atJ.Y,OS� - - .. - - - - ---
Cuando se habla de enajenación o alienación en la Ontolo-
gia, es oportuna la comparación con lo que el mismo Lukács
escribió� en su anterior y célebre obra Historia y conciencia de
:,,.�-:-'-� - -
clase. La concepción lukácsiana de la alienación parece una
-con'finuación de lo que había enunciado cuarenta años antes
en la otra obra: "Incluso, si no tomamos en consideración ex-
clusivamente los actos de trabajo individuales, sino también la
"división social
. . '-
del trabajo, se tÓrna claro q�e �n e;ta tenemos
---, .. '

3 "Mientras los objetos de la naturaleza como tales tienen un ser en


sí, y su devenir para nosotros tiene que ser elaborado cognoscitiva-
mente por el sujeto [ ... ], la objetivación expresa de modo directo y
material el ser para sí en la existencia material de las objetivaciones"
(ibíd.: 505s.).

La alienación en la Ontología del ser social• 95


. que ver un ime�.r!.9-'1te _ _félctor de su gectésis [�.. Q.� la personali-
dad!" (ibid.: 510s.). La división social del trabajo puede influir
-e� el desarrollo de lapersonalidad hu.maña; "y ·justamente la
--divÍsióñ social del trabajo estaba en el centro de la reflexiones
de Historia y conciencia de clase. Cac!?_rn_omento de la ahena-
ción tiene que ser puesto en relación con la división social del
· tra15ájo,. así como la_ enajenación es· inherente al proceso de
· trabajo. Pero la división social del trabajo puede poner al ser
�social.frente a'un·a·contradicción entre el desarrollo de las ca-
pádd-ades hurnanasly-et de la personalidad. Naturalmente;' el
· análisis de la alienación en la Ontología se refiere al complejo
del ser social y no solamente al momento originario del acto de
trabajo dentro de la fábrica. Los análisis de la fragmentación
del trabajo, de la división social del trabajo, están implícitos
en la reflexión ontológica de la alienación; sin ellos, Lukács no
habría podido afrontar la cuestión de la alienación. Me limito
a hacer presente algunos puntos de consonancia entre las dos
obras acerca del análisis de la burocracia.4
En un pasaje del capítulo sobre la alienación, encontra-
mos una síntesis entre algunos conceptos típicos de Historia
y conciencia de clase y los de otra obra maestra de Lukács,
la Estética: "Lo que en este caso es lo más importante para
nosotros en este tipo de concepcfones --es la ·cosificadora
see_��ació� _de la conciencia gue s�-�leva· por encima de la
particularidad, respecto del hombre entero normal, social y
físicamente existenlé" (ibíd.: -521). La cosificación, á"Ta qué·
"se había referido ampliamente en Historici'y conciencia de
clase, es una forma de alienación que quiebra la armonía del
hombre entero.ique es uno de'los objetivos de la emancipa-
ción humana que Lukács había planteado en la Estética. En la
Ontología Lukács no vuelve sobre el hombre entero, porque
había señalado ya ampliamente la estructura y la función de
4 Cf. ibíd.: 687s. Sugestivo en esta página es el paralelismo que
Lukács realiza entre la "dedicación" de los burocratas y la de los jóve-
nes a la causa. En lo que respecta al caso de los burocratas, el funcio-
namiento de su oficina; en lo que respecta al caso de los jóvenes, su
militancia en los movimientos estudiantiles o políticos.

96 • La alienación: historia y actualidad


este objetivo a alcanzar en la emancipación y en la liberación
del hombre. En cambio retoma el tema de la cosificación, uno
de los más característicos de Historia y éoncf;;c;ia de' clase.
En la sección sobre la alienación de la Ontología sigue siendo
válida la definición que había dado de""esa categoría en 1923:

µ_na_relación entre personas cobra el.carácter .de una cosei-


"9a,d y, de este modo, una "objetivid-ª_dJªn1_asll)_al" que con sus
.l�yes propias rígidas, aparentemente conclusas del todo y ra-
- cionales, esconde toda huella de su naturaleza esencial, el ser
· una relación entre hombres (Lukács, 1985: 11, 5s.).
----·--- --
---~-
En la Ontología, no obstante, la cosificación puede asumir
caracteres más complejos; por ejemplo, el ser-para-nosotros
tte-tó's'�óojetos, su devenir-usados o su valor de uso, es en-
tendídocorno un ser-consumidos, q_ue es otro aspecto de su
valor de uso. Éste· tiene la función de. guía en el - proceso de
objetivación para el sujeto que trabaja, y también de ele-
mento de la relación con el consumidor; pero este elem�ntÓ
'ele relación, dentro de las relaciones socialesalienantes (o
enajenantes), donde el consumo excede la producción, se
convierte en un elemento cosificador. El hombre entero se
- encúentra en una relación con otro hombre entero por medio
de un ser-para-nosotros, el valor de uso objetivado, que hace
devenir cosa su relación. Lo__g_L!_�.,:i� vuelve dominante no es ya
el uso, __ sino_el valor o -mejor aún- el precio de la cosa que
pone al productor ·e n relación cone! consumidor,
Es en Historia y conciencia de clase donde Lukács analiza
más profundamente el proceso de producción; el.carácter co-
sificador de la mercancía -entidad donde se oculta, a su vez,
- el val9r- se extendía a los" seres humanos que trabajaban y
que se veían pbligados a vender su propia fuerza de trabajo
como si fuera 'una mercancía; es así que la cosificación' se ·in-
filtraba dentro del mismo ser social. Pero esta transformación
., - ·- - --.,

_ d_� __l9 cosificacíón �n autocostñcacíón no podía faltar tampoco


en la Ontología.5 En efecto, si el consumo de una mercancía

5 Cf. ibíd.: 583.

La alienación en la Ontología del ser social• 97


conduce, en el fondo, a una satisfacción de una necesidad na-
tural, entonces la mercancía es el instrumento para hacer re-
troceder las barreras naturales en el momento en el que se
satisface esta necesidad natural.�-- La -independencia
. -· . de los ob-
,· ..... ,.,�--�--
jetos de lanaturaleza respecto -del sujeto sera r�flejada en
la'· conciencia del sei__
huiñañ·o,�·y de esta independencia yá a
'dér-ivars� también la independer:i_cia de los objetos sociales, las
· mercancías, que satisfacen sus necesidades naturales. El hom-
bre entero considerará, 'eñtoñces·, "inocente" también la cosi-
ficación que la mercancía, dentro de
·1a sociedad capitalista,
'ueva siempre dentro de sí. La cosificación alienante ha entrado
en la estructura de ser del sujeto que vive en la sociedad ca-
pitalista. Naturalmente, la cosificación, así como la alienación,
tiene formas distintas, que depeñden de las formas económicas
·c1e la sociedad civil, y cada forma de cosificación es reemplaza-
dapor una forma de cosificación más desarrollada y avanzada,
El contraste entre alienación y emancipación respecto de
ella es dialéctico:

_sqg_� paso de la liberación el para el hombre un paso que con-


duce más allá de su propia partícularidad, inmediatamente
dada -�grrninps Jjsj.9_lógic;:o-sqciales; mientras que todas las
tendencias sociohumanas subjetivas y objetivas que lo sujetan
aesúi'son, al mismo tiempo, promotoras de su sometimiento
"&ajo la alienación (Lukács, 1986:' 700f

La salida de la cosificación alienante ya no es más loca-


lizable en las simples acciones de los hombres dentro de la
sociedad capitalista; ��_!�_quier�_ U_!)� torna de conciencia y
un acto de votuntad ernancípaqor y liberador: estamos en el
'campo de la Ética y de la Política, estamos buscando delinear
tendencias fundamentales de una sociedad auténticamente
_·socialista. Un punto indispensable ·de la emancipación es,
_ desde luego, la toma de conciencia. En la OntologTa, Lukács
indica el
, ., .
punto
.
de conexión
.• -
entré alienación
. l .
y cosificación
.
justamente en la conciencia: ¡
w
Una base tal es, como siempre, la vida cotidiana en la época
de la manipulación. Aquí entran··en·conside
.. -- ··--·
'--··�
��ió1J.._exdusiva-

98 • La alienación: historia y actualidad


mente aquellos de sus factores que contribuyen a producir en
el hornbrelacostñcación de la conciencia y, mediada por ella,
una alienación (ibíd.: 635).

Es notorio que, en Historia y conciencia de clase, la con-


ciencia de clase era entendida como un medio para la supe-
ración de la cosificación y de la alienación; �D Jª Ontología, la
conciencia es el momento inicial de la emancipación respec-
to de la aüenacíón, aun cuando persiste la misma estructura
lógica de la obra de 1923. Tanto en Historia y conciencia de
clase como en la Ontología Iüi<ács considera la enajenación
un fenómeno conectado con la actividad productiva y, por lo
· tanto laboral, mientras:

se puede formular así: el desarrollo de las fuerzas productivas


es necesariamente, al mismo tiempo, el de las capacidades
'humanas. Pero -y aquí sale plásticamente a la Tui el problema
de la alienación- el desarrollo de las capacidades humanas
no produce obligatoriamente un desarrollo de la personalidad
humana. Al contrario: justamente al potenciar capacidades in-
dividuales puede deformar, degradar, etcétera la personalidad
· humana (ibíd.: 504).

--Lª alienación
----·-- ..
.
tiene, como.. - condición
-
indispensable para su
manifestación, la falta de control de los hombres sobre los
'procesos de reproducción social. A causa de esta falta de i
control, el desarrollo soctoeconómíco daña (a personalidad
del ser social. Este perjuicio adviene por medio de la cosifi-
cación autoalienante; como ocurre, pore)emplo, en el campo
religioso con la separación entre alma y cuerpo y la conside-
ración del cuerpo como prisión del alma (cf. ibíd.: 593). De
aquí se deriva U!la__ cadena de cosificaciones _ cada vez: más
alienantes·,--que vuelven cada v·ez- mas- eficaz el control de la
religión sobre la personalidad del ser social. Esta cadena de
cosificaciones puede abandonar el campo de la religión y pa-
sar a otras forrnasde ldeologizacíón, como la ciencia, si bien
jrianfeniendo siempre su capacidad de aparecer ante el ser
social como modos de ser.

La alienación en la Ontología del ser social• 99


Lukács habla de personalidad, pero en realidad se refiere
a la subjetividad, es decir a la sustancia humana, porque su-
jeto y sustancia provienen respectivamente de dos términos
que son sinónimos entre sí: sujeto de subjectum (= "arrojado
por debajo"), y sustancia de substantia (= "lo que está deba-
jo"), indicando en formas distintas, pero sinónimas: "lo que
está en el fundamento". En la historia de la filosofía, el su-
jeto asumió particular importancia para Descartes, mientras
que la sustancia era, para Spinoza, la dimensión fundamental
de la realidad mundana. Lukács a_lude a este sujeto con el
término "personalidad" (Personlichkeit), derivado del latín
"máscara". No obstante, con este término Personlichkeit en�_
tramos en un ámbito ético y, de hecho, son numerosas, en el
capítulo sobre la alienación, las remisiones a la futura Ética,
que Lukács no pudo escribir a causa de su muerte. El suje-
to es portador de un comportamiento acorde con la propia
personalidad, que es lo que él logra comprender y concebir
de sí mismo. La personalidad depende de las elecciones y de
las acciones dkt�das, o bien por la genericidad, que supone
una pertenencia al genéro (Gattungsmiifiigkeit, término que
Lukács retoma de Marx),��j�n pqcJa particularidad, que se-
ría la singularidad del ser social. La genericidad revela nues-
tra sustancia humana y racional, en tanto la particularidad
es la esfera de nuestra subjetividad singular. Naturalmente,
nuestra genericidacj en sí tiende a_ pasar a una genericidad
para sí, que es el momento de la subjetividad más madura
y consciente, la que opera en circunstancias muchas veces
. 'independientes de la voluntad del siujeto, pero que es tarn-
. bién el momento constitutívo del individuo (in-dividuum, - es
decir: "indiviso"), esto es, la unidad
... .
indivisa e indivisible de
- ··- --- . .
lo social y de lo particular, de lo universal y de lo individual:

toda alienación, sobre esta baseves sin embargo ante uo f�-


nómeno ideológico, cuyos efectos ciñen de un modo tan omni-
lateral y firme la vida individual de cada individuo implicado,
que la superación subjetiva solo puede ser realizada práctica-
mente como un acto del individuo implicado en cada ocasión
(ibíd.: 551).

100 • La alienación: historia y actualidad


,J.aJcl�_<;>lQgí9 es una de las formas _ _cl_e mayoJ:..2]�naci.9n, o
desviación, respecto de un correcto desarrollo de la generi-
-c:idád e·ri sí a-la genericidad para sí. YLukács V� en la-religión
la forma de ideología más alienante y-eficaz, porque la reli-
giÓñ.es el modelo teórico dé.todas· las formas de alienación
ideológica, sobre la base de la anulación del individuo frente
a la divinidad, ·de la cual recibe valores-mQrales y éticos. Es
·· ·ñecesario emanciparse de esta dependencia para volver a ser
sujeto y sustancia de la propia vida y de los propios valores.
Para Lukács, la interpretación de Marx acerca de la crítica
de Feuerbach a la religión es la base teórica para la crítica a
toda forma de alienación:

La constatación feuerbachiana de que no es la religión la que


hace al hombre, sino el hombre el que hace la religión, es com-
pletada por Marx, pues, en la medida en que amplía la aliena-
ción religiosa y su desenmascaramiento teórico al rango de un
complejo problemático político-social general de la historia de
la humanidad (ibíd.: 560).

Esta afirmación nos permite comprender el motivo por el


cual la alienación religiosa asume tanta centralidad en el aná-
lisis de la alienación en la Ontología.
La alienación religiosa o ideológica es una alienación
concreta,6 porque se refiere siempre a alienaciones vivi-
das por el ser social, a experiencias directas del sujeto y,
aunque tengan un carácter teórico o espiritual, son experien-
cias concretas del ser humano, ya que acaecieron en la vida
cotidiana. No es casual que la religión cristiana haya puesto
siempre el control de la sexualidad o del cuerpo en el centro
de su ética, como lo hicieron también el islamismo y el judaís-
mo. Y es el cuerpo la cosa más concreta que el hombre puede
lograr percibir o concebir. El control del cuerpo abre a la reli-
gión el control de la vida cotidiana y del trabajo. Una concep-
ción económica del cristianismo es fácilmente rastreable en

6 "en el ser social hay solamente alienaciones concretas" (ibíd.:


552).

La alienación en la Ontología del ser social• 101


sus preceptos y en sus dogmas. La crisis r�_ligiq�� d� la época
contem_Qorángª-h�t,a!:}j�_r:!<;>.�l camino a nuevas formas Q� _alie-
��T9Jí.r�ljg!9sa, gue_ll)_l}y_ a rne-ñúaomañtienen�.L,11:!ª e�!�����ra
religiosa, si bien enmascarada. Este es el caso del neopositivis-
. ñíó-@.gl_co, que para Lukacses una 9_e (a�Jormas. masreññaaas
ae-manipulación
..,..,, . .
de la verdad,-porque
. - . . '
reemplaza
. .. " -- --
,..,...,.
ii.realidad
. . .
' '
concreta por suN--•- simbolización. Cada ciencia necesita símbolos
'

I,,,• --•-•• • --• •. . . . ... • •


para operar, pero en el fondo de su acción hay una vuelta a
la realidad concreta y material; también eñércasó de la ·ma-
lén,ática;-qüe usa sus símbolos como descriptores de Iarealí-
;d_ag) .f!li._e,ntras, :e� el neopositivismo, �l _SÍ!nb9_lo_.r_�-�IJ:lplaza -a_ la
realidad. Con el neopositivismo lógico, la manipulación d� la
'reatidad es un fin en sí mismo, y la realidacles transformada en
·-un universo ·simbolico, que es la verdad acerca de la realidad.
Por este motivo, Lukács considera al neopositivismo como una
forma de teología moderna.7 El neopositivismo es también
�r:iaJ9rma de aparente des-ideologización: · ·•·· · ··---. ·

Hemos aludido varias veces a la consigna ideológica central


de
&
nuestra época, --------
la consignade _ la desideologización.
. -- -- ··-.
Sur-
gó como generalización social del n.�PP.O�_itivismo; ya que,ae·
acueraó c:oñesteúltimo, la.cieñtificidad, la manipulación cien-
tífica de los hechos, ha eliminado del diccionario de los eru-
ditos, como algo indigño"c!eél, toda pregunta por la realidad,
ya que, para esta teoría, obviamente que tampoco en la vida
social podrían darse conflictos reales que sean dirimidos en
términos ideológicos (ibíd.: 629). 8

7 "Es probable que un historiador futuro atribuya, por ejemplo, a un


Carnap, para la ideología religiosa de esta época, una significación teóri-
ca similar a la que tuvo, por ejemplo, Tomás de Aquino en el alto Medio-
evo. [ ... ] Para Teilhard de Chardin, el neopositivismo significa la libertad
de proyectar a la naturaleza cualquier arbitraria conexión fantástica
que parezca sustentar sus propósitos apologéticos, pero manteniendo,
en el plano verbal, un modo de expresión científico, e incluso propio de
las ciencias naturales, a la vez que conservando la apariencia, producida
por el propio neopositivismo, de una cientificidad exacta" (ibíd.: 633).
8 �, en los mismos años, hablaba de despolitización, pero se
trata del mismo fenómeno: "TodOesto, en Fi-ancra;··¡-epresenta una

102 • La alienación: historia y actualidad


El neopositivismo cubre con su cientificidad la realidad con-
creta.'construye el mundo -como afirma Carnap en su primera
·grán obra, La construcción lógica del mundo-, induce a aban-
donar las ideologías y hace de la des-ideologización una nueva
·;;¡- potente forma de ideologización. La cientificidad es con-
fundida con la comprensión concreta de la realidad, y la sim-
bolización cierra en sí misma la comprensión científica de la
realidad. En los años sig_uientes, el neopositivismo es sucedido
por el deconstructivismo. postmoderno, y la simbolización es
relevada por la interpretación ·gu·e se superpone a ta realidad
con el fin, no de develarla, sino más bien de enmascararla. Se
frata siempre de formas de cosificación que serán remplazadas
por otras formas más evolucionadas de alienación: en estos
últimos meses, los filósofos europeos redescubren el realismo,
que es una de las raíces más fecundas de la filosofía occiden-
tal, por lo que se puede esperar un retorno del interés hacia
Marx o Lukács, típicos pensadores realistas.
Para Lukács, el marxismo tiene la primacía en la lucha
a
contra la attenación raíz de su método:

El fundamento teórico para esta operación no puede ser otro


que un verdadero retorno al marxismo y, por cierto, de un
modo tal que conceda nueva vida a lo imperecedero de su mé-
todo; que esté en condiciones de otorgar nueva actualidad a
sus posibilidades de conocer de manera más profunda y verda-
dera el proceso social en el pasado y el presente (ibíd.: 637).9

disminución de la urgencia de la necesidad, y se podría pensar que ella


habría implicado una despolitización de los trabajadores"; y luego:
"Uno de los principales factores de despolitización es el sentimiento
de impotencia y aislamiento" (Sartre, 1972: 140, 141). Impotencia y
aislamiento son síntomas típicos de la enajenación y de Téidep.resíoñ·:-·
----·. . ·-
9 En los mismos años Sartre reconocía que "Marx [ ... ] ha explicado
que los teóricos provenientes de la burguesía podían convertirse en
aliados de la clase obrera, porque sus problemas, en cuanto hombres
de cultura, sabios, miembros de profesiones liberales, eran igualmen-
te problemas de enajenación. Si esto era cierto en la época de Marx,
lo es aún más hoy, cuando los estudiantes descubren que son trata-
dos como objetos durante sus años de estudio, para ser igualmente

La alienación en la Ontología del ser social• 103


Este es otro punto de continuidad entre Historia y conciencia
de clase y la Ontología. El punto de mayor novedad del mar-
xismo de Lukács en la Ontología está dado por las continuas
referencias a la Ética, proyectada y nunca escrita, y esas re-
ferencias a los momentos ideales y éticos, también sentimen-
tales, que cumplenuna función de inicio o de sostén para una
aéción emancipadora: "los afectos que mueven al hombre que
-ñecesita de la religión mantengan la esperanza y el temor en
lo que concierne a los resultados de una acción individual o a
sus encadenamientos, es decir, a la totalidad de la vida" (ibíd.:
643). Si la esperanza y el temor son sentimientos que sostienen
la necesidad religiosa;' podemos pensar, a partir de Bloch, que al
menos la esperanza puede sostener la lucha por un mundo me-
jor. Y desde la esperanza, o mejor aún, �.E:S.d� �9.s afectos, como
enseña Spinoza, obtenemos los elementos fundamentales para
una ética. Naturalmente una concepción de ese tipo encuentra
· oposiciones fuertes dentro lo que queda del marxismo, que des-
de amplios sectores ha hecho del rechazo de la ética uno de los
pilares fundamentales del marxismo. Si se reflexiona, rio obstan-
'te, acerca de las motivaciones de estos pensadores, se nota la
impresionante alienación y cosificación de su marxismo. Pensar
··- ó al ··partido
--···--. -
corno �1,Jj�to- activo de la . lucha
-.
detíberacíón, --olvidán-
dose de q�e el marxismo tuvo que librarse luego del .P.�r.tido,. es
un fenómeno _de evidente cosificación. Lo demuestra el propio
Lukács, que en los últimos años de su vida, inmediatamente
después de haber concluido la Ontología, escribió algunos ensa-
yos sobre teoría política en los que no concedía ningún lugar re-
levante al partido, sino que más bien invitaba a los ciudadanos,
los mismos seres sociales, a subvertir uñ. orden social en el que
el partido fuera el elemento dominante.'? ·

tratados como objetos una vez que se conviertan en cuadros. Entonces


entienden que les han robado el propio trabajo, corno se lo robaron a
los obreros" (ibíd.: 202s. ). Hoy a los jóvenes ya no les roban ni siquiera
el trabajo: son tratados como residuos: ni trabajo, ni estudio y, enton-
ces, ni siquiera futuro es posible para ellos.
10 Me refiero a Detnokrattsterung heute und margen (traduci-
do al castellano con el título de El hombre y la democracia;

104 • La alienación: historia y actualidad


Otros aspectos de la cosificación del marxismo _posterior
a ��-i�o_(�ción- de Octubre son "eC �ec:taris:ry1-Ó o et ��ng�ar-

dismo en que amaban encerrarse los marxistas, fascina-
-do;--por su propia pureza ideológica; unos marxistas�qué,
en-álgunos casos, termináron ·eri el terrorismo: la negación
"evidente de la ética y· ae Ta ·mejo·r· acción para estimular y
suscitar la represión del sistema dominante. Una el�c_c:ión
-�tis;a no soJQ [liega el terrorismo, sino que extiende a estra-
tos cada vez más amplios de las masas humanas la eventual
propuesta de una emancipación respecto de la-a.Henacion
·-c1e-esas·masas. Esta ampliación es el objetivo de Marx o de
Gramsci, para no decir del mismo Lukács, de autores autén-
ticamente marxistas y revolucionarios. El sectarismo o el
vanguardismo hacen del aislamiento -elemento típico de la
"alienación, como se ha dicho__:_ el privilegio de una peque-
ña élite, elembrtón de una futura casta dominante, como
ha demostrado la experiencia del stalinismo·. Además, si el
vanguardismo y el sectarismo tuvieron una función positiva
en la Revolución de Octubre, no está dicho que tengan que
tenerla siempre; pensar en estos términos es una señal de
esquematismo mental, de una limitación al conocimiento
empírico de la historia.
El_.aisJamie_oto de las masas es, justamente, uno de los
puñtos que critica Lukács al examinar el régimen kadarista
-�-ñúngaro, ·y era también" una. de las características de 'tos
"partidos comunistas en los regímenes del socialismo ..r��l:
~uñ"a incapacidad de salir de ésa alienación respecto de las
masas en las que estos regímenes terminaron por cerrarse.
La salida del estado de alienación no podía suceder más que
a través de una subversión de las estructuras económicas
existentes. Esto sucedió en noviembre de 1989, pero mu-
cho antes otras formas de alienación -las de Europa Occi-
dental, la alienación capitalista- se habían adueñado de la
Hungría postcomunista y de su triste destino, con una caída

cf. Lukács, 1989), o bien al magnífico Testamento político (cf. \


Lukács, 2003).

La alienación en la Ontología del ser social• 105


sin protección alguna al vacío de la alienación que continúa
todavía hoy. En efecto, hoy tos fantasmas del pasado nazi
han vuelto al poder político de ese país. El régimen neona-
zi húngaro de Orban no ha encontrado todavía estructuras
económicas, pero no hay dudas de que su permanencia en
el poder político, en plena crisis económica mundial, termi-
nará por construir estructuras económicas que perjudican a
la gente que-vive-del-trabajo.
Naturalmente, Lukács no indica todos los medios con los
cuales es posible alcanz'ár7a·-ema'ñCipación ;;·la -rn;-eración
réspectodeIa alienaciór1; pero rememora algunas líneas fun-
"darnéntates de la
tendencia emancipadora:. . - ·-- - ,,

51..!!l9b:'..if!!,!Q_-RIJ.��elevarse pe>r _e�.SÍ!.119. ge_\a_ _P._r,opiél P.a,r:ti-


-�\J.lªr.i.da,d 2C?_[o cuando en los actos__d� los que se c9.ryipone su
vida, sin que "fiñporte si -ésto sucede conscientemente o con
la conciencia correcta, se cristaliza la orientación hacia una
relación tal entre individuo y sociedad, que albergue den-
tro de sí elementos y tendencias de una genericidad para
sí cuyas posibilidades, aunque estén aún ligadas abstracta o
, cóntnidicfo-riamente con la genericidad en sí en cuestión, sin
embargo:�'? pue,den ser_l!_b�rélc;Jas a través d�__actos persona-
les·- de. esta .. clase
- en
"
a escala social -por
.. - ·, . ·--.�--. . . -- ----cierto,
--- ... ... ·· .....a . menudo
·- .
solo
'
términos ideales_: (ibíd.: 648).

La emancipación y la liberación pasan de la lucha. del


individuo·confra· la p'rc>pfit �iienació1i', pero tiénen que en-
, con·trar'Üna continuación en la acción' colectiva de subver-
­­ ­­­­­···· ­­ .. . . ­­ • ­ ­­ ' • ­­­ .. r�··­­•··•­­
SiÓn de las estructuras económicas alienantes. La accion del
individuo .. tien.eq.Üe-coñvertfrse __e_n acción social, tiene que
encontrar un terreno común en el cual radicar la acción de
subversión, que devuelva un sentido, es decir, una dirección
de desarrollo, a la vez que un significado, a palabras que
hoy retornan con inmediata y dramática actualidad, como
"dignidad", "vida digna", "futuro". Para el Lukács de la On-
toiogia, una esperanza de liberación respecto de la enajena-
ción provenía del movimiento estudiantil, en alianza con el
obrero, en los años sesenta. Hoy viene de la protesta de los

106 • La alienación: historia y actualidad


indignados, que nos está mostrando justamente el pasaje
de la protesta individual a la protesta social. La tendencia
a volver a ser protagonistas de la propia vida cotidiana es
fuerte, y son fuertes los valores morales en los cuales se ins-
pira esta lucha de emancipación; hay que evitar recaer en
la trampa del terrorismo sectario, que resulta mucho más
cómodo para las estrategias represoras del poder. Todavía
estamos en la fase de la ocupación del espacio público, pero
esta ocupación está mostrando que los valores éticos del
movimiento de los indignados están inspirados en la eman-
cipación respecto de la alienación, y por eso encuentran el
consenso de las masas. El consenso obtenido es el motivo
por el cual sectas, vanguardias y sistema dominante están
de acuerdo en la represión.
En el ambiente intelectual nos preguntaremos cómo hacer
para participar en este movimiento de indignación emancipa-
dora. Manuel Castells no ha perdido tiempo y el año pasado,
en mayo de 2011, fue a la plaza de Cataluña, en Barcelona,
a hablar a los jóvenes indignados, salvajemente reprimidos
por la brutal y étnica policía catalana.11 No creo que Castells
conozca la Ontologia de Lukács; sin embargo, en esa obra
encontramos una invitación que está en plena simbiosis con
el gesto de Castells:

Devolver a las formas de expresión usadas en manera equivo-


cada su sentido desvanecido, que es no obstante el único au-
ténticamente real, es también, por eso, una tarea ideológica,
tanto como lo es la transformación radical de las consignas que
orientan la praxis; solo que este proceso presenta demandas,
justamente en el campo ideológico, a la productividad inte-
lectual y a la receptividad catártica genuina -que produce
transformaciones-; demandas mucho más elevadas que las
que supone un cambio ideológico que se produce de manera
normal en el marco de la sociedad burguesa (ibíd.: 692).

11 Digo "étnica" porque en Cataluña cada protesta que no sea ca�


lana no tiene ningún valor.

La alienación en la Ontología del ser social• 107


El deber de los intelectuales y de los artistas12 es devolver
el sentido a las palabras, producir ideológicamente transfor-
maciones sobre la base de aquel sentido reencontrado, ele-
var el sentido de aquellas palabras a una dignidad superior a
la que hasta ahora tuvieron. El espacio para este reencuentro
de sentido no es ya el escritorio del intelectual, sino que
volvió a ser la plaza donde nació la democracia y donde se
espera un futuro mejor.

Bibliografía

Lukács, Gyorgy, Zur Ontologie des gesellschaftlichen Seins.


2 vals. Darmstadt y Neuwied: Luchterhand. Vol. 1:
1984; vol. 2: 1986.
- , El hombre y la democracia. Trad.: Mario Prillick y Myriam
Kohen. Buenos Aires: Contrapunto, 1989.
- , Versuche zu einer fthik,editado por G. Mezei. Budapest:
Akadémiai Kiadó, 1994.
Testamento político y otros escritos de política y
filosofía. Edición, introducción y notas de Antonino
lnfranca y Miguel Vedda. Varios trads. Buenos Aires:
Herramienta, 2003.
Marx, Karl, Manuscritos económico-filosóficos de 1844.
Precedido de Engels, Friedrich, Esbozos para una
crítica de la economía política. lntrod. de Miguel
Vedda. Trad. de Fernanda Aren, Silvina Rotemberg y
Miguel Vedda. Buenos Aires: Colihue, 2004.
Sartre, Jean-Paul, Situations VIII. París: Gallimard, 1972.

12 "La obra de arte en cambio, cuando verdaderamente lo es, está


permanente e immanentemente dirigida contro 1 a alienación" (ibid.:
535).

108 • La alienación: historia y actualidad


El fenómeno alienación
. y su actualidad como contenido
de la crítica al capital:
todavía Marx·
Jesus Ranieri ..

A nuestro modo de ver, cualquier debate que tenga como ho-


rizonte las luchas emancipatorias de la clase trabajadora no
puede dejar de lado la contribución de Marx a esta cuestión,
y mucho menos puede ignorar el lugar de esta contribución
en las posibles orientaciones políticas que podrán ser incor-
poradas por aquellos embates. Es por esto que volver a dis-
cutir los conceptos de enajenación y alienación resulta muy
-importante cuando el tema es el que nos proponemos, una
vez que, a través de la exploración de su contenido, podemos
pensar tanto en los obstáculos prácticos como en los intelec-
=tuales para dichas luchas emancipatorias. Al mismo tiempo,

-
• "O fenómeno estranhamento e sua atualidade como conteúdo da
crítica ao capital: ainda Marx". Trad. y publicado por gentil autoriza-
ción del autor. Trad. de Ana V. Flores.
•• Sociólogo. Profesor del Departamento de Sociología del "Instituto
de Filosofia e Ciencias Humanas" de la Universidade Estadual de Cam-
pinas (IFCH-Unicamp).

El fenómeno alienación y su actualidad • 109


es verdad también que Marx forma parte de aquella lista de
pensadores que crearon una teoría consistente de explicación
del comportamiento social, sin la cual difícilmente sería posi-
ble-comprender partea�los rumbos que tomó la humanidad
en los siglos XIX y XX. Se puede afirmar, con alguna exagera-
ción, pero ciertamente sin caer en el absurdo, que las rela-
ciones internacionales sufrieron un fuerte impacto a partir de
la incorporación política de la teoría de Marx, especialmente
a principios del siglo XX. Podría considerarse imposible, por
ejemplo, pensar en la relación entre Estados Unidos y la ex
Unión Soviética sin tener en cuenta la contribución teórica
de Marx, así como es muy difícil pensar en la relación de de-
pendencia de las economías occidentales respecto a la todo-
poderosa economía norteamericana sin considerar el riguroso
análisis emprendido por Marx sobre la génesis y evolución del
capj�9-l: esta relación s_oc_ial de producción que se personifica
en el interior de las relaciones humanas y las determina, en
la medida en que transforma el proceso de trabajo (y la con-
secuente exp_f_Qpiación de -la capacidad humana de producir)
en un proceso social total.
----sfencfo así, tenemos que subrayar, desde el comienzo, que
en la obra de Marx, a diferencia de la forma trabajada y
cansa-grada p-or- la bibliografía que se ocupa del terna; existe
una distinción entre enajenación (Entauj3erung) y attenación
-(Eñ�fremdung): en tanto la,í�na:je-��élO� supone algo que no
puede ser eliminado del hombre, una exteriorización que lo
-áutoproduce y forma en el interiordes-Ü--sociab-illdad; la'.ane-�
- nación'¡ es la -aesi.gnación para las insufi¿ien-ciás de reaffza-
don det género humano derivadas· dé las formas- históricas
de apropiación del 'trabajo, incluyendo la propia personalidad
engendradas por
humana, así ' ...... ----- .. ,. objetivas
como las condiciones
'--,-,----- ' ' ·- ...
la producción y reproduccióp del hombre. . -
En otras palabras, se�uede decir que aquello que Marx
designa como/enafenación1 (o exteriorización, Entauj3erung)
tiene que ver con -aé:Rvidag_es, 'objetlvácfóries del ser humano
en la historia, mTentras que{áli�-ñacTóñ, por el contrario, se
compone de los --obstáculos - . ·--
- --
sociales
- . -
que impiden
- - ·-·
que ague-
----

11 O • La alienación: historia y actualidad


lla actividad se realice __gl} __c:9ri_formi9ad con las potenciali-
dades ·tiurr1anas; obstáculos que, dadas las formas históricas
de apropiación del trabajo, así como de su organización por
medio de la propiedad privada, hacen qué la enajenación
aparezca como un fenómeno concéntrico a la alienación.Para
Marx, a partir del momento en que se tiene la producción y
l sus productos como objetode la_ apropjacíónpor parte de un --
} segmento social distinto de aquel que produce, se tiene ígual-.
, mente la alienaci_Q!.1, en la rnedidaerr queeste conflicto, esta
- oposición--eritrea-propiación y expropiación es la que funda la
___ ("•cffstinción socíoeconómtca y polític_a entre las clases.1 ·
' --En 'to qÚe concierne al joven Marx, es posible discutir la
génesis de la diferencia entre enajenación y alienación ya en
los Manuscritos de 1844. Aquí es posible analizar la influencia
ejercida por Hegel y por Feuerbach sobre la teoría marxiana
de la autodeterminación del individuo, así como sobre la te-
matización de la posibilidad de superación (Aufhebung) de la
propiedad privada; proceso que instauraría una nueva forma
de sociabilidad humana y de organización político-social, es
decir, una forma distinta y superior de enajenación o exterio-
rización (Enti:iu/3erung). Precisamente, l"Enti:iuf3eÍ-ung! implica
proyectar hacia fuera, exteriorizar, pasar-de un estado a otro
cualitativamente distinto (p-or eso, otra posibilidad de traduc-
ción sería llamar al fenómeno trascendencia). Entéiuf3erung es
incluso despojamiento, la realización de una acción de trans-
jerencia, y, por lo tanto, ob]étfvaciqn (que significa, ·también
-aquí, objetificación, puesél hombre es un producto subjetivo
- de la objetivación del trabajo) del hombre que se realiza, por
medio del trabajo, en un producto de su creación. Contraria-
mente, ·Entfremdung7constituye la efectiva objeción social a
la realización delhórnbre, en la medida en-que· apÚnta i�cfo_-
- terminar el contenido de las objetivaciones, po�.Qi9 tanto
· de la apropiación del trabajo como de la determinación de
esta apropiación por el surgimiento de la propiedad privada
(cf. Ranieri, 2001: 24). .. ··

Trabajamos más detenidamente esta cuestión en Ranieri, 2001: 7s.

El fenómeno alienación y su actualidad • 111


De manera general, los trabaj2s teóricos que discuten el
concepto de enajenación, al enfrentarse con la problemá-
tica planteada por la génesis histórica (aquella referente a
las ocupaciones que conducen y conforman la sociabilidad
del género humano), escogen la combinación original mar-
xiana de los conceptosEntfremdung!Entéiufleri.mg identifica-
cfos" exclustvamente con la negatividad, reproduciendo en la
· éoncepción de Marx de la relación entre enajenación y alie-
nación una identidad lógica derivada de Hegel. Ahora bien,
en Heget;·enáfEinació!'i-i aGenación se 1deñtlfican porque la
""reáG:zación-huiñana es fruto de una racionalidad puramente
. ·áostrai:fa, que usa y determina la actividad del hombre para
constituirsé--én 'htstorte. Toda vez que esa razón se exterio-
"riza en actividad, como trabajo, ella también_ se aliena en
'., tanto, al volverse práctica, _se vuelve también finita,-•al con-
trario ·del conocimiento, que solo es teórico por ser infinito.
En otras palabras, la realización de la razón, del espíritu,
dependía de una supresión ·continua de 'tas· objetividades para
queTa-historia-se volviera efectiva como la potencialidad de
suprimir las contradicciones de su propio recorrido.
El pasaje de esa primera forma de tematización (Hegel)
a la elaboración de Marx implica la reinterpretación de la
importancia de la objetividad social y, por lo tanto, la posi-
. ción que esta ocupa en la formacióndel ser. Ahora bien, esa
objetividad aparece como fuñdamento para el entendimiento
_°gela relación entre los fenórTieñoscte enajenación y aliena-
. Q.QJl. Los cimientos de este binomio dejan de pertenecer a la
esfera de la producción abstracta, puesto que son pensadas
a partir del fenómeno _coricrtto: en/ primer lugar,- éñ-el tra-
to conceptual de las relaciones esta.Dleciaas entre hombre
. -----~
y naturaleza; en .segundc, en lo quese refiere a la relación
_h_istórica establecida entre los hombres a p11r_ti,r de las formas
de trabajo, incluyendo allí formas de apropiación de este, así
'como del carácter de la propiedad y división del trabajo.
En los Manuscritos de París, los llamados Manuscritos eco-
nómico-filosóficos de 1844, lo que percibimos con especial
evidencia es que el �lEo"_inento fundador del devenir de la so-

112 • La alienación: historia y actualidad


ciabilidad humana son categorías apoyadas en la producción
y reproducción de Tos hombres sobre bases materiales. Este
· principio es justamente aquel que marca la unidad entre una
- concepción del trabajo relativa a la actividad humana.fom·o¡
un constante progreso, de carácter irreversible y positivo, por!
un ladoJ. una concepción que juzga el fenómeno altenaciórü
como apoyado en una apropiación histórica desigual de los:
productos del trabajo humano, por afro. - Por lo tanto, esta-.:
'blecída en el pensamiento de que la abolición de la aliena- ·
ción implica por fuerza revolucionar las formas históricas de
y
· apropiación del trabajo distribución del excedente. · ·· ·
Si observamos el contenido de ta conducción metodo-
lógica presente en otra gran obra de Marx, posterior a los
Manuscritos, La -ideología alemana, lo que notamos es que
aquella retación-·estableddaeiitre·individuo y género se vuel-
ve a plantear desde el puntódé vista del lugar de ta comu-
nidad, que, también en continua relación con (a naturaleza,
produce sii propia vida. -Así, el aspecto predominante de ta
-con-strucción del materialismo de Marx es la tentativa cada
vez más evidente e intensa de extraer et significado teórico
de la dialéctica a partir de la confróntación fáctica y empí-
·rica de lo cotidiano de la vida humana; de hacer de la teoría
el resultado organizado de las conclusiones recogidas a partir
de lo concreto pensado. En ese sentido, él se opone de forina
resuelta a tas premisas del idealismo, al afirmar que lo que
diferencia a los hombres de los animales no es el pensamien-
to, sino el hecho de que producen sus medios de vida (cf.
Marx/Engels, 1990: 21).
Desde el punto de vista de la presentación del problema,
la categoría de producción aparece, en este caso, como et
fundamento de ta exposición teórica de Marx. Y ta contra-
dicción que antes, en los Manuscritos económico-filosóficos,
tenía su lugar en ta tríada trabajo-intercambio-propiedad
privada asume ahora una forma nueva: la oposición entre
fuerzas· productivas y formas de intercambio (íd.). La pro-
ducción une tanto la economía -según ta forma en que la
sociedad ta desarrolla- como ta extensión de la interacción

El fenómeno alienación y su actualidad • 113


entre relaciones materiales y relaciones sociales. En otras
palabras, la humanidad está, por un lado, bajo la égida de
un proceso real en virtud del cual una continua generación
de individuos mantiene, en circunsfancias completamente
_ distintas y_ transformadas, las actividades heredadas de las
generaciones anteriores; por otro, estos individuos modifican
'ras viejas circunstancias mediante. una nueva actividad, esta
vez completamente transformada a través de la cooperación,
quees�-elta misma, una fuerza pro-ductiva. Además, los hom-
bres tienen, dirá Marx, una historia por el hecho de verse
obligados a producir su vida y a tener que hacerlo de deter-
minado modo y bajo determinadas circunstancias, siendo que
este complejo es resultado de su constitución física, que es la
constitución de la naturaleza (ibíd.: 30; observación de Marx,
al margen del texto). · - -
Solamente ---
la sociedad
-
- .
civil (esa . unidad
�----- ho poñtica de los
productores), en sus diferentes estadios de desarrollo, es la
que se postula, para M�rx, como la verdadera base de toda la
historia, tanto desde el punto de vista de la producción mate-
rial como de la intelectual. Si en el desarrollo de las fuerzas
productivas se alcanza un momento en el cual dichasfuerzas
se sobreponen a las relaciones dominantes, es porque esta
sobreposición es fruto de-la estructura social que comienza
a desmoronarse, en función de una nueva articulación de in-
tereses y poder que son, ·en última instancia, productos de la
forma de organización de la producción y la reproducción de
�ávida de la colectividad. Al mismo tiempo, �?-�__ \_as condícío-], _
· nes de uso de esas fuerzas productivas las que dan a deter-] ,
·�---�-... ·--. • • o;
minada clase social su poder de dominación sobre las otras.. .
clases de la sociedad; poder cuya expresión práctico-idealista'
se encuentra en la forma "estatal (Staatsform) que prevalece
en cada caso o en c·acfa época histórica (ibid.: 69s.); por otro
lado, en virtud del control de la contradicción entre fuerzas
productivas y farmas de intercambio, es únicamente en el
interior de la colectividad que el individuo se puede volver
uníversal, en el sentido de que solamente en ella tiene los
medios · necesarios para desenvolver sus potencialidades en

114 • La alienación: historia y actualidad


todos los sentidos. La libertad personal solo es posible, por
ro tanto, en el interior de la colectividad (ibíd.: 70), en vista
de que en esta comunidad real los individuos adquieren su
libertad en virtud y en el interior de su asociación (id.); situa-
ción esta que se presenta como opuesta a la conocida hasta :
ahora, es decir, aquella en que los individuos que pueden
disfrutar de su libertad personal lo hacen por pertenecer a la
colectividad dominante, gozando, en su interior, de aquella
libertad cuya esfera de actuación es tanto política como so-
cioeconómica.
He aquí uno de los puntos más altos de las reflexiones con-
tenidas tanto en la obra de "juventud" como de "madurez"
de Marx: la fundamentación lógica de la defensa de la liber-
tad humana a partir del argumento de que todos nuestros va-
lores y creencias son oriundos de una actividad de la cual se
deriva todo y cualquier concepto de deber ser. Si la defensa
de la libertad del hombre es moral o ética, la base para su
legitimación es aquella solidaridad que cimienta la continui-
dad del propio género humano, es decir, un valor nacido y
renacido del trabajo. Todo trabajo engendra un valor, pues es
una atribución del sujeto que trabaja conocer mínimamente
el complejo causal que es objeto de la actividad; el complejo
causal desconocido no puede ser cambiado por el trabajo, ni
convertirse, por lo tanto. en creador de valoración humana.
En Marx, el contenido simbólico de nuestros pensamientos
tiene, necesariamente, origen material, y solo tiene conti-
nuidad en virtud de su sedimentación como elemento que se
reconoce en la vida cotidiana.
La teoría de Marx acerca de la producción de la sociedad
tiene elementos que pueden ser considerados una gran sínte-
sis de aquellos aspectos que son, por un lado, emancipadores
y, por otro, condicionantes de nuestra obligación cotidiana
ante las directrices de la subordinación del trabajo al capi-
tal. El trabajo es, y será siempre, un elemento cuyo papel
mediador no puede eliminarse de la sociedad y, por lo tanto,
de la sociabilidad humana. Pero el trabajo bajo los auspicios
de la producción capitalista conlleva en s1 la imposibilidad

El fenómeno alienación y su actualidad • 115


de supta-itación de la alienación humana, en vista de que su
control es determinado por la necesidad de la reproducción
privada de la apropiación del trabajo ajeno y no por aquello
que se podría considerar una necesidad humana anclada en
la reproducción social libre de la posesión privatizada. La
función de mediador universal del trabajo tiene continuidad,
pero él se somete aquí a las exigencias de intercambio y de
división del trabajo bajo la forma abarcadora del trabajo abs-
tracto.
Es bajo este aspecto que necesitamos comprender la alie-
nación del trabajo en el capitalismo: el proceso de humani-
zación depende del alcance histórico que posea el desarrollo
efectivo de la actividad, y solo puede ser comprendido si
se considera la manera en que el trabajo permea la historia
según sus formas de apropiación, expropiación y desenvolvi-
miento de las fuerzas productivas, hasta alcanzar su forma
máxima de substancialidad genérica bajo el dominio del capi-
tal. Aquí, la contraposición entre el trabajo y su apropiación
alcanza el grado máximo, en el que la constitución material
del trabajo se transforma en su opuesto;__ momento en el cual
el trabajo, para poder serlo, es la apropiación de sí mismo
por la forma del trabajo acumulado, el capital.
En razón de todo lo que fue expuesto anteriormente,
pensamos que la reflexión acerca de la diferencia entre ena-
jenación y alienación no pertenece solamente al período ju-
venil de la investigación científica de Marx. En obras como
los Grundrisse y El capital, la categoría de valor (o valor de
cambio) aparece como una potencialidad que determina rela-
ciones sociales, en la medida en que el desdoblamiento de la
reflexión acerca de la alienación es punto de sustentación de
una teoría desarrollada también a partir de los conceptos de
cosificación y fetichismo. La teoría tiene nuevamente base
en una interpretación de las relaciones del trabajo bajo el
capital, pero ahora, mucho más que en las obras de juven-
tud, la experiencia histórica relativa a las formas de trabajo
anteriores a la capitalista es conjugada tanto con el concepto
de trabajo como con el de alienación (Entfremdung). Esa pre-

116 · La alienación: historia y actualidad


ocupación es fundamental en el momento de comprensíc- .
definición de las características de instítucrcn de la fuerza de
trabajo como una mercancía, pues se trata de develar el he-
cho de que deje de ser una potencia directamente vinculada
al trabajador y a l2 comunidad. El producto que se exterio-
riza (entdu/3ert1. y que es elemento creado por una potencia
también exteriorizada, el trabajo, es apropiado por aquel
que no produce, pero detenta el conjunto objetivo responsa-
ble de la producción; conjunto que es igualmente resultante
del proceso de trabajo. Ni trabajo ni producto pertenecen al
trabajador. Tanto el producto, que es resultado del proceso
de producción, como el trabajo en su forma mercancía son
exteriorizaciones alienadas que están bajo el dominio de la
relación social capital; pues el hecho de que, con el desa-
rrollo de las fuerzas productivas del trabajo, las condiciones
objetivas del trabajo, el trabajo objetivado, debe crecer en
proporción con el trabajo vivo,

aparece a nivel del capital de esta manera: para él no es


que un momento de la actividad social -el trabajo objeti-
vado se convierta en el cuerpo cada vez más poderoso del.
otro momento. del trabajo subjetivo, vivo, sino q:.1e -v =sto
es lo irnportante pa--3 !?'. :,3ba;o asa.ar.ado - .as -=c,rd·c1snes
objetivas del trabajo asi.rr er rescec:o del t�cba::::i ._,,,.-o una
autonomía cada vez mas co.osai que se ofrece a la vista por
su very extent, y la riqueza social y la riqueza social se con-
trapone al trabajo en segmentos cada vez más formidables
como poder ajeno y dominante. No se pone el acento sobre el
estar-objetivado [Vergegenstdr1dlichtsein] sino sobre el estar-
alienado [Entfremdet-], el estar-enajenado [Entéiuj3ert-], el es-
tar-extrañado [Verdu[3ertsein], el no-pertenecer-al-obrero sino
a las condiciones de producción personificadas, id est, sobre
el pertenecer-al-capital de ese enorme poder objetivo que el
propio trabajo social se ha contrapuesto a sí mismo como uno
de sus momentos. Por cuanto a nivel del capital y del trabajo
asalariado la creación de este cuerpo objetivo de la actividad
acontece en oposición a la capacidad de trabajo inmediata =in
fact este proceso de objetivación [Vergegenstdndlichung] se
presenta como proceso de enajenación [Entdu[3erung] desde

El fenómeno alienación y su actualidad • 117


/
el punto de vista del trabajo, o de la apropiación del trabajo
ajero [Aneignung fremder Arbeit] desde el punto de vista del
capital-, esta distorsión e inversión es real, esto es, no me-
ramente mental, no existente solo en la trnaginación de los
obreros y capitalistas (Marx, 2009: 111, 394s.). 2

La forma última (más compleja) de alienación aparece


como la posición del trabajo en el interior de la relación en-
tre trabajo asalariado y capital. Nuevamente, el foco recae
sobre la relación del trabajo social con la forma de su apro-
piación y, en consecuencia, con su producto, por lo que la
relación social, aparece como una relación cósica. Específi-
camente, se trata de la relación social entre los hombres en
cuanto relación de intercambio entre sus productos.
También en El capital están presentes tanto la recupera-
ción de la palabra Entfremdung como la teoría sobre la cual
dicha palabra discurre. De manera general, podemos afirmar
que existe la intención de presentar nuevamente la relación
social sobre la cual está apoyada la alienación y, en su inte-
rior, la especificidad del conjunto de las relaciones sociales.
En este contexto, el análisis de la mercancía aparece, en la
manifestación del fetichismo, como una conexión y un avance
de la teoría de la alienación, puesto que ahora esta no solo
tematiza el divorcio entre el trabajador y su trabajo, sino que
también reitera la separación entre el trabajador y su fuerza
de trabajo, uno de los fundamentos necesarios para la formu-
lación de la teoría de valor.
En el capitalismo, el acto de la producción es un acto se-
parado de la verdadera exteriorización (Entéiuj3erung) huma-
nizadora de los productos del trabajo. 3 El acto colectivo de la

2 Las bastardillas están en el original. [La traducción ha sido corre-


gida; ante todo, para unificar la terminología, ya que, en el pasaje
citado, aparecen algunas inconsecuencias. Por ejemplo, Scaron tradu-
ce Entdu[3ert[-sein] como "estar alienado", pero Entduf3erung como
"enajenación" (aclaración de la trad.)].
3 "Como antes de entrar en el proceso de producción el obrero es
despojado de su propio trabajo, que el capitalista se apropia e incor-

118 • La alienación: historia y actualidad


producción y del trabajo solamente puede existir en cuanto
tal en la medida en que es la sumatoria de los trabajos pri-
vados tomados como la generalidad del trabajo abstracto; es
decir, las condiciones del trabajo que crean valor de cambio
son determinaciones sociales del trabajo, determinaciones
del trabajo social. Por lo tanto, desde el punto de vista de
la reflexión de Marx sobre las enajenaciones referentes al
género humano, es posible percibir que está consolidado, en
la alienación del trabajo, el conjunto de las determinaciones
· que se relacionan con aquello que, de manera general, es
entendido por enajenación: la privación, el distanciamiento, .
· la insuficiencia sociohistórica de las expectativas personales.
Pensamos que, tal como la entiende Marx, la suplantación de
estas privaciones e insuficiencias solo se ciara a través de la
supresión de las alienaciones, pero no de las enajenaciones,
'pues estas últimas siguen la determinación ·ae ser objetos
. y actos de la producción y reproducción humanas y, por lo ;
tanto, derivadas de la actividad irrevocable que caracteriza
al hombre. La �-�gatividad de estas enajenaciones está dada
por su forma alienada de aparición y su origen se encuentra
· ·en la alienación del trabajo.
En este sentido, la situación de lucha entre el capital y el
trabajo corresponde a la actualidad de la forma de ser del
capitalismo en su conjunto, corroborando el diagnóstico mar-
xiano sobre el fenómeno alienación: el trabajo alienado es la
síntesis de una alienación genérica que penetra en todas las
esferas de las sociabilidad humana; 'pués la totalidad de la
áprópiación del trabajo es una realidad efectiva anclada en
la falta de equilibrio histórico entre producción, apropiación
y redistribución de los productos de la actividad del traba-
jador. Se confirma, en ese caso, la realidad de la alienación
del trabajador respecto del producto-·de su trabajó como
algo ajeno a él, que se le enfrenta como un poder hostil.
Igualmente, desde el punto de vista humano, la amplitud de

para al capital, durante el proceso este trabajo se materializa cons-


tantemente en productos ajenos" (Marx, 1973: 1, 480).

El fenómeno alienación y su actualidad • 119


la contradicción del sistema del capital en general hace esta-
·rcar, CIJmo manifestaciones genéricas de la altenación, aque-
llas consecuencias que afectan directamente el conjunto del
ser social; consecuencias que van desde el embrutecimiento
resultante del carácter genérico de la crisis, hasta el desem-
pleo estructural, resultado "necesario" del carácter no difun-
. dido de la optimización tecnológica concentrada.
- La comprensión de la forma según la cual el capital se
apropia de la fuerza de trabajo es, por lo tanto, la condición
.para la reflexión sobre los rumbos que han tomado hoy léis
diversos segmentos de la producción, así como de las for-
_m_él.s asumidas por el fenómeno alienación en el interior de
la sociabilidad contemporánea. En esencia; el embate entre
trabajo y capital ha reiterado, incluso en la situación actual
y a pesar de la radicalidad presente en las transformaciones
de los procesos de producción, la categoría �e valor como
potencialidad condicionante de la prescripción y determina-
ción del contenido de las relaciones sociales. A nuestro modo
de ver, se ha mantenido cornoefectiva la universalidad de la
desposesión del trabajador, que continúa apareciendo ante
el capitalista como una personificación del trabajo abstracto,
Por ese motivo, entendemos que la actualidad de la alie-
nación es hoy efectivamente perceptible en la totalidad- del
sistema de capital. Por eso, se mantiene como un concepto
fuerte que ayuda a la instrumentalización del entendimiento
y a la tematización crítica de la lógica del mencionado siste-
ma. Desde este punto de vista, es posible hacer dos afirma-
ciones: en primer lugar, que las formas de flexibilización y
distribución del trabajo y de la producción continúan estable-
ciendo una oposición, esencial y resuelta, entre el recorrido
de la ley de valorización· del capital y el trabajo concreto __
_ En segundo lugar, que es innegable que el capital necesita
continuar contemplando -a pesar del incondicicnal desarro-
llo de las fuerzas productivas que engendra- aquel elemen-
to que lo anima inevitablemente, _el trabajo vivo, en tanto
solamente la presencia de este último genera el equilibrio
del sistema v puede mantener, como factor condicionante

120 • La alienación: historia y actualidad


de la concentración__y valorización del capital, el principio
de Iacornpetencía entre capitales. Prueba de esto es 1� c;:rL-
�is__financ;:iera que .atravesó, en los dos últimos decenios, el
conjunto de los países de América Latina; crisis que encontró
su solución, también en este caso necesariamente paliativa,
en la explotación, dominación y envilecimiento del trabajo
humano, y además en la precipitación financiera de 2008,
cuyo resultado alcanza, en nuestros días, al conjunto de la
economía occidental, especialmente la europea.
A pesar de que un determinado tipo de argumentación
defiende el inminente fin del trabajo como categoría cen-
tral de la sociabilidad contemporánea, en la medida en que
este estaría dando lugar progresivamente al advenimiento de
la ciencia como fuerza productiva determinante, es conve-
niente considerar que la caracterización del progreso cientí-
fico también depende de las formas asumidas por la gradual
· combinación de los elementos gestores de la valorización del
· capital. Al mismo tiempo que se desarrollan de forma avasa-
lladora las fuerzas productivas -y lo hacen necesariamente
bajo la forma de potenciación del capital constante, en la
aplicación necesaria y sin treguas de la propia ciencia como
fuerza productiva-,_ el sistema del capital remunera decre-
cientemente el trabajo en general, el trabajo vivo, en la me-
- dida en que su valor de uso, la masa viva de trabajo necesaria
para los medios de producción, g�crece cómo_ proporción del
valor para estos mismos medios bajo la forma de tecnología
optimizada, en un movimiento que favoreCe algunos sectores
en detrimento de otros,_9.l punto de subvertir la propia nece-
sidad del trabajo vivo en el conjunto de los sectores llamados
"de punta" (robótica, microelectrónica, automatización en
general).
Precisamente, la expansión de los métodos llamados cien-
tíficos sobre el conjunto de los· procesos productivos no eli!Tli-
na el trabajo vivo como productor de valor y plusvalía, sino
� que · 10 arroja a la periferia de la competencia entre los dis-
tintos capitales. Por un lado, está presente en la subcontrata-
'cíón, ese modo de desplazamiento del trabajo hacia sectores

El fenómeno alienación y su actualidad • 121


externos a la fábrica; un modo detentar de una masa produc-
tora de plusvalía bajo la forma de trabajo materializado, ya fi-
nalizado como mercancía. Por otro, el monopolio es la propia
dimensión de esos ajustes y la torriiádeñruda que exacerba
la apropiación de la plusvalía, donde el capital aparece como
apropfador del montante social de dicha plusvalía en su di-
mensión de apropiador del sobreproducto de otros capitales.
- · · ·1:n el caso de América Latina, donde el desarrolfódet ca-
pital financiero se intensificó principalmente a fines de la
década de 1980 y en el curso de la década de 1990, la flexi-
bilización del trabajo a partir de nuevas técnicas de gesBoñ
actua como un elemento muy importante en la valorización
del capital, en tanto este desarrollo del capital financiero se
caracteriza, no como puroffnanciador de inversiones cuya
'finalidad es la preservación de una producción "dimensio-
nada y diversificada", sino, por el contrario, como cobrador
directo de los préstamos hechos al capital productivo: tanto
intereses como dividendos deber ser pagados a partir de la
plusvalía extraída. La probabilidad de que llegue a prevalecer
la actividad especulativa en detrimento de la productiva es
patente cuando los activos financieros de las empresas apa-
recen en el mercado como más rentables que la reinversión
del capital en el propio sector productivo.
Con la liberalización económica de los años noventa -cuyo
modelo es todavía hoy un confortable sinónimo de la remune-
ración del capital-, forzosamente la inserción de las econo-
mías semiindustrializadas en el mercado mundial se produce
a través del uso de tecnologías modernas (importación de
máquinas y líneas de producción) y de la utilización y difusión
de modos de organización del trabajo a través de la intensi-
ficación de este mismo trabajo. Bajo este aspecto,_ lo que se
vivencia a partir de los avances de la técnica, y de ta subsun-
ción del trabajador a dichos avances, J!.?. tanto la extensión
. de la jornada laboral (y no únicamente en aquellos sectores
que están al margen de la prosperidad tecnológica) como el
. regreso �t formas de organización fabril típicas de las-etapas
. nacidas de Jª consolidación de· la gran industria como, por

122 • La alienación: historia y actualidad


ejemplo, et salario por pieza. En otras palabras, son trans-
formaciones que potencian la atíenación porque potencian la
concentración y centralización del capital, especialmente la
intensificación del capital flJo; provocan un regreso a las reta-
ciones sociales de producción y 'remueven las fuerzas prccuc-
bvas -prácticamente aniqu1lcindolas- en aquellos sectores
cuya competitividad es insuficiente y carente de interés.
En un plano més comple¡o, el de la generalización histó-
rica de la alienación en el universo ideológko, vemos que
esta se corifigúra en última instancia como la comprensión
y acÉ!pt"ación de lo cotidiano de la vida como algo inelucta'·
· ble, irrevocable, como la 1mposibihdad de presentación de
un proyecto emancipatorio. El lugar de esta conformación
es bastante notorio, identificable tanto en la esfera teórica
como en la práctica: va desde la opción intelectual por la
supuesta urevernbnioec de la solidez de ta economia de mer-
cado fundada en la prosperidad tecnológica, hasta las reivm-
orcecicnes smoicates que se arncuten en los limitesde las
concesiones ofrecidas por el capital, sin que la "teoria" y la
"précuca'' se pregunten si la lucha debería tener o no como
meta un proyecto mds olió del capital. En el interior de la
contradicción inmediatamente material del sistema produc-
tor de mercancías, es fácil notar que la dimensión más intima
y, al mismo tiempo. omnipresente de la alienación es, por lo
tanto, aquella que se manifiesta en las diversas formas de
meníputectcn operadas por el capital. Ba¡o el capitalismo, en
espeoal el contemporaneo, la intensificación de la oposición
entre capital y traba¡o se localiza más allá de la fábrica, pues
el capital alimenta una sociabilidad tal que la manipulación
engendrada por este aparece como algo inatacable. Si no fue-
se así, la universalización de la "üextbitnacjcn" de los merca·
dos de traba¡o en Asia, Brasil y América Latina como un todo
no apareceria como una solución supuestamente universal,
anclada en la necesidad de extender la explotación del tra-
bajo a sus límites més extremos (por ejemplo, la reaparición
de formas "arcaicas" de extracción de plusvalía absoluta), en
la tentativa de seguir al patrón de acumulación sedimentado.

El fenómeno alienación y su ac11.1abdad • 123


En el caso de América Latina, la apelación a la excesiva en-
trada de capitales externos, como una forma de garantizar la
salud económica por medio de la estabilización de la tasa de
cambio, objetivamente, no tuvo éxito, en la medida en que la
desproporción entre la pura especulación y la reinversión del
capital valorizado en el proceso productivo actúa insistente-
mente por el lado de la primera y no del segundo, puesto que
el "sometimiento de las empresas al capital financiero tiende
a desarrollarse cuando el diferencial de rentabilidad entre las
aplicaciones financieras y la inversión productiva es grande
y, al mismo tiempo, no existe o tiene poca importancia una
política industrial de estímulo a la inversión" (Salama, 1999:
73). Esta situación es típica de las economías latinoamerica-
nas, principalmente de aquellos años noventa cuando el com-
portamiento eminentemente rentista de los inversores traía
consecuencias nefastas para las formas de organización del
trabajo hasta entonces establecidas, a través de su flexibili-
zación y del envilecimiento de la masa salarial y del empleo.
Por otro lado, la hipertrofia del gran capítal financie-
ro acaba apareciendo realmente como componente de un
sistema cíclico en la medida en que el crédito es la base
que garantiza la continuidad del intercambio material. El
préstamo de dinero es la principal forma que garantiza una
ganancia al sector bancario, puesto que el cobro de in-
terés es la medida de giro del capital de dicho sector; el
dinero puesto en circulación por los agentes de la llamada
"economía real", cuyo objetivo es la incesante liquidación
de transacciones comerciales, tiene· su base en el sector
bancario, no solamente porque este último recibe y otorga
préstamos, sino también porque la propia realimentación
financiera carece de una medida que pueda seguirse. El
crecimiento de la demanda de dinero tiene como respuesta
la percepción de enriquecimiento por parte de las finanzas,
en vista de la lógica interna e inmanente de financiamien-
to para la producción, ya sea para la compra y reproduc-
ción del propio capital, ya sea para el pago de la fuerza de
trabajo. El gran problema aparece cuando la mencionada

124 • La alienación: historia y actualidad


remuneración financiera no encuentra ya espacio para su
aplicación, que tiende supuestamente al infinito. En este
caso, incluso la manipulación para la compra incesante de
determinadas mercancías solo surte efecto hasta aquel
punto en que la propia producción no devora el flujo de
necesidades. Fue lo que ocurrió con la crisis de la demanda
habitacional en 2008. Justamente porque la construcción
civil pone en movimiento tantas otras formas de actividad
productiva (desde la arquitectura y la decoración hasta el
departamento productor de bienes de consumo duraderos),
y porque la propia realización de esta forma mercancía es
algo demorada, el agotamiento de su demanda soporta la
totalidad de la producción de la que ella depende, lo que,
en síntesis, se define nuevamente como una crisis de super-
producción. Pero es una crisis que, es claro, estalla siem-
pre en el lado más frágil: la descomposición del precio de
la mercancía no fue seguida por una igual descomposición
del precio de la deuda para aquellos que financiaron sus
inmuebles.
Por este motivo es tan difícil concebir la intermediación
del capital financiero sin considerar el papel del Estado en
este mismo préstamo; justamente porque la reproducción del
capital no es realizada a partir del planeamiento necesario
de la combinación entre producción y consumo, el lugar de
la política estatal aparece como fundamento de la coordina-
ción entre el sector privado y las finanzas, en vista de que
el socorro efectivo a cualquier tipo de debacle es aquel que
se origina en la la extracción de los recursos provenientes de
la sociedad como un todo. No se puede olvidar, pues, y este
es uno de los aspectos intrínsecamente problemáticos del
pensamiento económico de carácter liberal, que el punto de
partida de todas esas "ganancias" del capital se genera en el
trabajo. Es solamente porque el mercado financiero se desa-
rrolla y apropia del trabajo que el conjunto de las actividades
financieras determina el empleo y las formas de dominación
ejercidas sobre el trabajo, y, por lo tanto, sobre la masa de
plusvalía. Cuando la insuficiencia de la inversión productiva

El fenómeno alienación y su actualidad • 125


se asocia a un contingente salarial inferior a ta productividad
general del trabajo, asi como a la expansión del desempleo
de la industria, la aniquilación de la posibilidad de crecimien-
to es inminente y, en consecuencia, solo el deterioro de la
organizac\Ón del trabajo puede aparecer como elemento de
solución, a través de la reducción de los tiempos muertos
mediante la intensificación y la remodelación de la forma
bajo la cual el trabajo esta organizado. De la misma forma,
los "costos" del traba¡o son reducidos a través de la supre-
sión del poder de compra de los salarios, asi como de lama-
yor movilidad de la mano de obra en virtud del aumento de la
precanzaoón del mercado de trabajo y de la cesregutaoón
de la legislación laboral.
Finalmente, los pasos correctos hacia la superación de la
alienación son dados cuando se toma como posible la com-
prensión de los nexos internos de esa manipulación y su con·
secuente develación. Aquello que no podemos olvidar de
ninguna forma es que el capital es una relación social de
producción; una relación en que el trabajo entra como factor
central, pero con una centralidad que subvierte la potencia•
lidad del trabajo como traba¡o concreto, subsumiéndolo, al
contrario, a su dimensión de valor de uso para el capital, es
decir, a su dimensión de traba¡o abstracto.

Bibliografía

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126 • La alienación· historia y actualidad


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Ranieri, Jesus. Acamara escura. Alienar;éío e estranhamento
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Salama, Pierre, Pobreza e expioraciio do trabalho na América
Latina. San Pablo: Boitempo, 1999.

El fenómeno alienación y su actualidad • 127


Se terminó de imprimir en agosto de 2012
en Artes Gráficas Leo, Remedios de Escalada 3152
Valentin Alsina, Provincia de Buenos Aires, Argentina

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