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La alienación:
historia y actualidad
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Antonino lnfranca - Miguel Vedda
(compiladores)
La alienación:
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historia y actualidad
Herediciones ta
La alienación: historia y actualidad
Antonino lnfranca, Miguel Vedda
Ediciones Herramienta
Av. Rivadavia 3772 - 1 /B - (C1204MP) Buenos Aires, Argentina
Tel. (+5411) 4982-4146
Correo electrónico: revista@herramienta.com.ar
Página web: www.herramienta.com.ar
ISBN 978-987-1505-27-2
Printed in Argentina
Impreso en la Argentina, agosto de 2012
Introducción • 9
exponentes de esta última posicion podríamos mencionar,
en primera linea, a la escuela de Althusser, que insistió en
presentar a la alteriación -y, a la vez, a los componentes
subjetivos, "cOnscientes"- como un resabio hegeliano que
presuntamente habría desaparecido en la producción del
Marx maduro y tardío. Es, por ejemplo, curiosa la tentativa
que Althusser realiza en el Para Marx (1965), en el contexto
de una reseña de la traducción realizada por Bottigelli de los
Manuscritos económico-filosóficos Í:le 1844, para presentar a
estos como el más claro testimonio de un "estadio feuerba-
chiano" en la evolución de Marx, aun cuando en los Manus-
critos se despliega ya una critica a Feuerbach, y a pesar de
que las conocidas Tesis, sobre Feuerbach fueron escritas en
la primavera de 1845, unos meses después del trabajo en los
Manuscritos.
Buena parte de los defensores y críticos de la categoría
han coincidido en negarse a realizar un análisis textual e his-
tórico del término y, sobre todo, no se han esforzado en inda-
gar el sentido -o los sentidos- que posee en la obra de Marx.
Pero incluso en artículos orientados a reconstruir la historia
de la categoría vemos simplificaciones análogas a las que he-
mos descrito. Así, Georges Labica concluye un articulo sobre
la alienación diciendo que "la alienación, fuera del uso jurí-
dico-económico estricto, o de su sentido filosófico original,
ninguno de los cuales es marxista, es solo una noción· confusa
de la que conviene desconfiar" (Labica, 1999: 21).' Aunque
más mesurado, Nikolaus Lobkowicz dice que la alienación es
objeto ante todo de una comprensión intuitiva que "deja lu-
gar a bastantes interrogantes, más que a delimitaciones cla-
ras y lógicamente determinables. El concepto de alienación
es, heurísticamente, poco fecundo" (Lobkowicz, 1975: 69).
En uno y otro caso, la atención a la letra misma de Marx -y
a la de sus antecesores inmediatos: Hegel, Feuerbach y HeB-
ha sido insuficiente; más relevante es estudiar la historia que
el término de alienación tiene en la filosofía inmediatamente
Introducción • 11
alienación humana, cuyas verdaderas causas se encuentran,
por cierto, en. otro lúgar.
-- P�drfa'mos tomar como ��rnplo de ello el Génesis bíbli-
co; es sabido que allí se presenta ya al trabajo humano en
términos .
de (''""""""''
,
castigo: . .. '""""'"'
una vez que come del árbol de la cien-
cia, el hombre se ve condenado por Dios a un trabajo servil
("Con trabajo sacarás de ella [de la tierra] tu alimento todo
el tiempo de tu vida [ ... ] Con el sudor de tu frente comerás
el pan hasta que vuelvas a la tierra"; Génesis 3, 17 y 19). El
trabajo visto en términos de castigo es aquí la contraparte
� . . . -- -
' de. un paraíso entendido como espaéíodel- puro consumo: el
. ·,
hombre era, er. el Eden, señor de una tierra que le brindaba
--
-
en alemán en 1984 y 1986), señala Lukács que "En la historia
de creación del Antiguo Testamento [ ... ] Diqs no solo examina
siempre lo ejecutado -tal como lo hace el sujeto humano
� -
� .
del trabajo-, sino que también, una vez más a semejanza
del hombre que trabaja, ,2e da un descao,so una vez realiza-
do el trabajo" (Lukács, 1984: 69). Dios�� la_ felicidad de
contemplar sus obras y sentirse realizado en ellas: de ver
que "todo era bueno" y que se correspondía con el proyecto
inicial. Estamos ante una modalidad de trabajo que, bajo las
actuales condiciones de vida, solo estáreservado para grupos
, aislados, entre quienes destacaMarx a los artistas y escrito-
¡ res -en los Manuscritos se lee que el hombre, �ndo no tra-
baja coaccionado por la necesidad material, __ �º- de manera
j_c[eQtjva, sabe "producir según--la medida de toda especie, y,
'-sabe aplicar en todos los casos la medida inherente al objeto;
el hombre forma, por ende, de acuerdo con las leyes de la
11
3 Cf.Bloch,1991:45.
Introducción • 13
positividad de la religión cristiana (1795-1796)- y en el de
Frankfurt (1797-1800) -ver, por ejemplo, El espíritu del cris-
tianismo y su destino (1798-1800)-, Hegel había estudiado el
problema, designándolo con el término de positividad (Posi-
tiv,tat). Dicho término, -que recorre la producción juvenil de
Hegel hasta la Fenomenología del Espíritu (1807), es la clave
que el filósofo emplea para comprender la diferenciaentre
paganismo y cristianismo, y_ sus correspondientes estructuras
sociales. Para Hegel, el culto pagano era una religión de hom-
bres libres, adecuada a una sociedad republicana que creía
'en la posibilidad y en la- necesidad de que el género humano
realizara sobre esta tierra sus fines; esa realidad se alteró a
partir de la disolución de las ciudades antiguas y de la caída
= •
en el _clespotismo: alejado de la vida activa, relegado a una
existencia privada y reducido a la contemplación de procesos
tnsfóricos· y sociales que parecen desenvolverse con total in-
dependencia de sus decisiones, el hombre se enfrentaba aho-
ra al mundo como a algo dado, que no podía comprenderse
como resultado de la propia actividad. A este mundo vaciado
de. sentido correspondía una religión que -como el cristia-
nismo- proyecta sus valores hacia un más allá ajeno a esta
vida: hacia una esfera inmaterial e incomprensible, hacia el
dominio de un Espíritu puro cuyos designios se imponen, a su
vez, al hombre con el carácter opresor de una ley objetiva,
"positiva". Dicho de otro modo: a un culto que consideraba
la esencia inmanente al Ser, sucedía ahora una religión que
desgarraba ambos órdenes y proyectaba el pensamiento -la
idea- como única realidad substancial frente a la desgarrada
apariencia del mundo visible. Hegel ha dicho que la positivi-
_dad no es una realidad efectiva, sino una relación "puramen-
.' te pensada": los valores no son ya inmanentes a la realidad,
. sino un postulado, un deber ser (Sallen) que se enfrenta al
mundo real sin pretender hacerse uno con él. Es esta la ex-
. presión de una era histórica �n la que el pensamiento se di-
vorció del mundo sensible, pero también en que la máxima
moral se -enfrenta con las exigencias corpóreas. Por eso, la
certidumbre hegeliana de que elpresente representa la era
Introducción • 15
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1
111
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Introducción • 17
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de todo .senttmtento
�.
de solidaridad entre los hombresy
- ---..el
fomento del egoísmo. De ahí que la superación de la reli-
giosldád- sea,.para Feuerbach, él camino hacia la supresión
det.Ódós los conflictos sociales; ·cuando esto suceda, se hará
· r'ea[icfaa la sentencia de Spinoza: horno homini Deus est. 4 En
los años posteriores, feuerbach se desviará hacia posiciones
más mecanicistas y distandadas "de la anterior proximidad
al leñguaje 'hegetiano: las críticas a la religión cristiana se
presentarán en términos semejantes a los empleados por la
Ilustración francesa; así, ante todo, las Lecciones sobre la
esencia de la religión (1848-1849; publ. 1851)-.
Entre las limitaciones de Feuerbach se encuentra, en pri-
mer lugar, la convicóoñ.en que la alienación es un fenómeno
unilateralmente negativo; en segundo lugar -y en relación
'con To anteríor-, una concentración excesiva en la alienación
religiosa, con la consecuente creencia, según se ha visto, en
. que la supresión de las creencias _rEtljgiosas es el remedio eara
todos los males. No en vano existe, en Feuerbach, una aten-
ción nula hacia la alienación laboral y hacia las posibilidades
positivas de una apertura de las posibilidades de realización
auténtica latentes en la fuerza de trabajo humana. Pero, en
tercera instancia -y esto irá profundizándose en el período
posterior a Esencia del cristianismo-, de lo dicho se infiere
que Feuerbach, �n su voluntad de tornar distancta respecto
del idealismo hegeliano y neohegelíano, _reduce al hombre
a la condición de un ente pasivo, y esto lo que le cuestiona
Marx en la primera de las Tesis.
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IV
Introducción • 19
del poder estatal, Marx también describe las condiciones
históricas específicas en las que se funda la filosofía hege-
liana; condiciones que, a su vez, son legitimadas por Hegel.
El hecho de que este justifique el engaño en virtud del cual
el "bien general'' no c::orrespánde a los hombres, sino a las
instituciones estatales, se halla en estrecha relación con la
burocracia estatal: Hegel representa la ideolOgia del aparato
burocrático -prusiano, que se encuentra guiado por la "con-
ciencia de funcfonario" (Beamtenbewuf3tsein) que lo lleva a
identificar su interés particular con el interés universal del
Estado. Con todo, la separación· entre dos esferas =pública
y privada- que consumó la sociedad burguesa, representa
un avance frente a estructuras sociales anteriores. La Edad
Media desconocía este desdoblamiento: en ella, la división de
la sociedad en estamentos era, al mismo tiempo, la división
política inmediata de la sociedad; en cambio, �n el mundo
burgués se configura una mistificación a partir de la cual el
· 'ciudadano del Estado y el hombre privado conviven como
. existencias mutuamente· hostiles, inconciliables entre sí -por
lo menos, dentro del mundo burgués -.
Esta distinción es retomada y profundizada en Acerca de la
cuestión judía: Marx aprovecha la polémica con Bruno Bauer
para desplegar una critica de aquellos programas de acción
que limitan sus exigencias a la mera demanda de emancipa-
ción política: la conquista de esta última solo garantiza una
liberación formal, que no supera forzosameñte la separación
- entre la sociedad burguesa y el Estado; es decir, entre aquel
ámbito en el que los individuos, en cuanto personas privadas,
persiguen de_r.1:'_?d�_�g_oíst���-g_r_Qpjos ir,t�reseSi;Y)aquel otro
en que creen participar de un orden comun regido por valo-
res altruistas:
Introducción • 21
desciendan del cielo de las ideas al ámbito mundano. En el
·caso de quesereaTice ·esfa ultima, -cesará la contraposición
abstracta entre individuo y socíedad.V'cada uno de
los dos
elementos se convertirá en condición para el desarrollo pleno
·ae[_otro:
Puede verse que hasta aquí ha dado ff,._gf_x un paso más allá
de Feuerbach, al vincular centralmente el anáüsis dé la alie-
nación, no ya con la experiencia religiosa, sino con el Estado
y la política. Aun cuando ese avance fue en sí importante,
quedaba por realizar un avance todavía más decisivo, remon-
táñdose - a las causas históricas y sociales esenciales de las
. otras formas de alienación. Para dar este salto, Marx tuvo
que tomar conocimiento de los avances· realizados por la eco-
· nomía política; para ello, fueron en un principio importantes
· dos aportes: el de Moses HeP., en los artículos publicados en
los Veintiún pliegos y, sobre todo, el "genial esbozo" (Marx)
de Engels, los Esbozos para una crítica de la economía polí-
tica (1843-1844). Ambas contribuciones despertaron la con-
ciencia marxiana sobre la importancia de un análisis crítico
de la economía; solo que Marx veía en estos trabajos una
limitación: la de mantener todavía una perspectiva relativa-
mente humanitarista. Así, Engels interpreta el proceso que
va de Smith a Ricardo en términos de una evolución descen-
dente, en la cual los economistas van abandonando en forma
progresiva toda honestidad; Marx, en cambio, cree que el
cinismo comparativamente mayor de un Ricardo frente a sus
predecesores no es más que el síntoma de una más profunda
comprensión de la sociedad burguesa. El caso de HeP., es más
patente, por el hecho de representar una perspectiva más-
moralizante y menos objetiva que la engelsiana; típico ex-
ponente del anticapitalismo pequeñoburgués, HeP., expresa,
al decir de Lapin, "el temor que domina a los intelectuales
pequeñoburgueses cuando se percatan del carácter absurdo
e inhumano, de la naturaleza usurpadora del mundo alienado
del capitalismo" (Lapin, 2004: 235). De ahí que 1) vea la alie-
nación económica como un proceso simplemente negativo,
Introducción • 23
sin comprender que representa un avance histórico frente a
modos de organización social precedentes, 2) sostenga que la
solución para la alienación socioeconómica sea el triunfo del
amor universal del hombre por el hombre. Heñ dice
Introducción • · 25
abolición de la religión o a la del Estado, sino fundamental-
meñfea la del trabajo alienado.
Marx establece una distinción entre el análisis de la esen-
cia - ontológica del trabajo -en cuanto actividad que repre-
senta la esencia probatoria del hombre- . y la descripción
fenomenológica del trabajo alienado. El trabajo "en general"
"tiene su condición en el mundo externo y natural: "El traba-
jador no puede crear nada sin la naturaleza, sin el mundo
externo sensorial" (ibíd.: 107). Dicho de otro modo, la na-
turaleza provee el material primero para la realización del
trabajo, la ocasión para que este produzca bienes capaces
ele objetivar las capacidades esenciales del hombre. De ahí
que la realización (Verwirklichung) del trabajo requiera, para
Marx, de unproc�s.Q.Jie objetivación (Vergegensti:indlichung)
humana;
._____ esta objetivación es un rasgo general de toda acti-
vidad laboral del hombre ("Un ser no objetivo es un no ser";
ibíd.: 199), que no debería ser confundido con la forma parti-
cular y distorsionada que asume bajo las condiciones del ca-
pitalismo, en que la objetivación es reducida a la alienación.
El trabajo alienado asume cuatro formas:
Introducción • 27
arte o la literatura, el hombre se siente identificado con ellas
porque percibe una muestra eminente de las posibilidades
del género humano. Por eso en el arte o la literatura ve,
precisamente, Marx formas de __acceso especiales a la gene-
ricidad (Gattungsmi:if}igkeit) humana: ante -digamos- las
grandes obras del Renacimiento, o ante los dramas de Só-
focles o Shakespeare, no solo vemos una objetivación de las
capacidades esenciales del artista, sino también de todo el
género, y espectadores de épocas muy variadas pueden de-
cir: tat twam asi.
Al estancar las posibilidades implícitas en la humanidad, el
trabajo alienado arrebata al sujeto los vínculos con la esencia
genérica. Yendo más lejos que Feuerbach, Marx no ve tan
solo en Dios la expresión de la esencia genérica humana, sino
todavía más -bajo el capitalismo- en el dinero:
IV
Introducción • 29
alienación y enajenación en Marx, y a contíriuacíón destaca
la vigencia de las propuestas marxianas para dar cuenta del
capitalismo actual, ante todo en Latinoamérica.
Bibliografía
Bibliografía
--.seiiidependiente
, -¡-- -- -
enfrenta al trabajo como un ser ajeno, como una fuerza
del productor. El producto del trabajo es el tra-
bajo que se ha fjj.ado, que se ha materializado en un objeto,
-es la objetivación del trabajo. La realización del trabajo es su
.
'objetivacióñ. Estarealización del trabajo aparece, a nivel de
la economía política, .s9mo desrg_all.zación aer
trabajador; la
objetivación, como eérdidq_del_objeJ_o y como ��timiento
servil a él; la apropiación, como alienación, como enoienacíon
'-(ícl.). ----- • -
2 "El trabajo alienado convierte, también: 3._ el. ser genérico del hom-
bre -tanto su naturaleza como su capacidad genérica espiritual- en un
ser ajeno a él, en medio de su existencia individual. Aliena al hombre
tanto de su propio cuerpo como de la naturaleza externa a él, como de
su ser espiritual, su esencia humana. 4. Una consecuencia inmediata
de que al hombre le sea alienado el producto de su. trabajo, de su ac-
tividad vital, de su ser genérico, es la alienación del hombre respecto
del hombre. Si el hombre se enfrenta consigo mismo, también se le
enfrenta el otro hombre. Lo que vale para la relación del hombre con
su trabajo, con el producto de su trabajo y consigo mismo, vale para la
relación del hombre con el otro hombre, como también con el trabajo
y el objeto del trabajo del otro hombre" (Marx, 2004: 114) .
11
3 Cf. Antunes, 2009: 223, del que retomo varias ideas en este ar-
tículo.
Y agregué:
Y agrega Lukács:
Bibliografía
\ .
Cabe -·iniciar
- - .. -- el análisis de la ' génesis
�
de las categorías objeti-
vación y enajenación por una de las últimas afirmaciones de
Lukács en el capítulo "El trabajo", porque esta sintetiza la
relación que intentamos describir:
La alienación
Bibliografía
--
precedida por el prefijo ent-, que indica siempre una idea de
--Lª alienación
----·-- ..
.
tiene, como.. - condición
-
indispensable para su
manifestación, la falta de control de los hombres sobre los
'procesos de reproducción social. A causa de esta falta de i
control, el desarrollo soctoeconómíco daña (a personalidad
del ser social. Este perjuicio adviene por medio de la cosifi-
cación autoalienante; como ocurre, pore)emplo, en el campo
religioso con la separación entre alma y cuerpo y la conside-
ración del cuerpo como prisión del alma (cf. ibíd.: 593). De
aquí se deriva U!la__ cadena de cosificaciones _ cada vez: más
alienantes·,--que vuelven cada v·ez- mas- eficaz el control de la
religión sobre la personalidad del ser social. Esta cadena de
cosificaciones puede abandonar el campo de la religión y pa-
sar a otras forrnasde ldeologizacíón, como la ciencia, si bien
jrianfeniendo siempre su capacidad de aparecer ante el ser
social como modos de ser.
Bibliografía
-
• "O fenómeno estranhamento e sua atualidade como conteúdo da
crítica ao capital: ainda Marx". Trad. y publicado por gentil autoriza-
ción del autor. Trad. de Ana V. Flores.
•• Sociólogo. Profesor del Departamento de Sociología del "Instituto
de Filosofia e Ciencias Humanas" de la Universidade Estadual de Cam-
pinas (IFCH-Unicamp).
Bibliografía