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COMPRAVENTA
Art.1793. “ES UN CONTRATO EN QUE UNA DE LAS PARTES SE OBLIGA A DAR UNA COSA Y LA OTRA A
PAGARLA EN DINERO. AQUELLA SE DICE VENDER Y ESTA COMPRAR. EL DINERO QUE EL COMPRADOR
DA POR LA COSA VENDIDA, SE LLAMA PRECIO”.
El contrato de compraventa supone para su existencia necesariamente 2 partes: Una, que se obligue a “dar
una cosa” (Vendedor), y la otra que se obliga a “pagarla en dinero” (Comprador). El CC No las ha definido
limitándose en el art.1793 a señalar que la parte que se obliga a dar la cosa se dice Vendedor y la que se obliga a
pagarla Comprador. Pero de los términos claros del art.1793 se desprende sin lugar a dudas quién es cada una de
ellas en el contrato de compraventa.
1) Es un CONTRATO BILATERAL. Las partes se obligan recíprocamente. En otras palabras, origina dos
obligaciones recíprocas que consisten en: una en dar una cosa y la otra en pagarla en dinero. Ambas obligaciones
son esenciales en la compraventa, pero no son las únicas. Las otras obligaciones que existen en este contrato,
son accesorias a estas dos obligaciones esenciales, porque no existirían si alguna de ellas no tuviere a su vez
existencia. Así, el vendedor tiene sobre sí la obligación de saneamiento, que comprende el saneamiento de la
evicción y de los vicios redhibitorios (art.1837). Esta obligación no es otra cosa que una consecuencia de la
obligación del vendedor de dar la cosa. Son las obligaciones de dar la cosa y la de pagar su valor en dinero las
que constituyen la esencia del contrato de compraventa. De tal manera que si una de estas obligaciones no
existe, o no hay compraventa o degenera en un contrato distinto (art.1444).
2) Es un CONTRATO CONMUTATIVO por Regla General. Es Conmutativo en el sentido de que las
obligaciones recíprocas de las partes se miran como equivalentes. Pero, el carácter conmutativo no es de la
esencia del contrato de compraventa; de modo que puede faltar este carácter conmutativo y el contrato de
compraventa no va a degenerar en otro contrato distinto. Es frecuente que la compraventa verse sobre una
posibilidad incierta de ganancia o pérdida y, en ese caso, el contrato no va a ser conmutativo, sino que va a ser
Aleatorio.
3) Es un CONTRATO CONSENSUAL por Regla General. Esto se desprende del art.1801 inc.1°, por Excepción
es Solemne en los casos a que se refiere el inc.2° del citado artículo.
4) Es un CONTRATO ONEROSO. Porque las partes contratantes se gravan recíprocamente, una en beneficio
de la otra.
5) Es un CONTRATO PRINCIPAL. Porque subsiste por sí mismo sin necesidad de otro contrato. El contrato
de compraventa no está destinado a asegurar el cumplimiento de una obligación principal.
ASPECTOS IMPORTANTES
La Regla General es que el contrato de compraventa sea CONSENSUAL y la Excepción es que sea
SOLEMNE.
En estos casos Excepcionales cuando el contrato de compraventa es solemne, la solemnidad consiste en
que se otorgue por Escritura Pública. Esta solemnidad de acuerdo al Art.1804 inc.2°, se exige en la Venta
de los Bienes Raíces, Servidumbres y Censos y la de una Sucesión Hereditaria, de tal suerte que dicha venta
no es perfecta mientras no se haya otorgado la respectiva Escritura Pública.
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
UNIVERSIDAD SAN SEBASTIAN
Pero a este respecto hay que tener presente que tratándose del contrato de compraventa de bienes raíces
celebrada por ciertas instituciones (específicamente el Serviu), la Ley 14171 en su Art. 67, suprimió la
solemnidad de la escritura pública en los casos a que se refiere y estableció un procedimiento especial de
otorgamiento de instrumento privado en el art. 68. Así, las ventas que hace el Serviu, se efectúan por
instrumento privado firmado ante notario y debidamente protocolizado en el plazo de treinta días, contado
desde la fecha de su suscripción, hecho lo anterior queda perfecto el contrato de compraventa.
Otro aspecto que cabe destacar es que la compraventa es un título traslaticio de dominio y, aún más, es el
típico ejemplo (art.703). De esto se desprende una consecuencia importante: en Chile, por el solo contrato
de compraventa no se transfiere el dominio. Del contrato de compraventa solamente surgen derechos y
obligaciones personales entre las partes. Es decir, el comprador puede exigir que se le entregue la cosa y,
como contrapartida, el vendedor exigir el pago del precio.
En Chile, para que se opere la adquisición del dominio, además del contrato de compraventa, se requiere
que se realice la tradición de la cosa. Esta se hará por el art.684 (muebles) o por el art.686 (inmuebles). En
esto, el CC presenta una diferencia fundamental con el sistema francés, ya que en éste el derecho de dominio
se adquiere por la celebración del solo contrato de compraventa, no siendo necesaria la tradición. Es por
eso que disposiciones como el art.1550 no encuadran dentro de nuestro sistema, pero sí en el francés, fuente
del nuestro.
Sostienen algunos autores que aquí hubo un error del legislador al emplear la expresión "dar" en el art.1793
y que en realidad debió haber hablado de "entregar", término que habría expresado con mucha mayor propiedad el
carácter que la obligación del vendedor tiene en nuestra legislación.
Es claro que en Chile el contrato de compraventa no produce por si solo la traslación del derecho de dominio
de una parte a la otra y es indudable que dicho contrato solamente es productivo de obligaciones para las partes. Es
por ello que el efecto de este contrato es que da al comprador un título que le sirve para adquirir el dominio. El
comprador, en virtud del contrato de compraventa, tiene un título que lo habilita para pedir al vendedor que le
entregue la cosa comprada, pero no puede demandarle que le haga propietario, ya que el dominio no lo va a adquirir
el comprador en virtud del contrato sino que por la tradición o por la prescripción según sea la circunstancia.
En el sistema del CC chileno para que el comprador llegue a adquirir el dominio de la cosa que ha comprado,
tienen que presentarse dos actos consecutivos, que son: el TITULO y el MODO DE ADQUIRIR. Mientras no se
dé cumplimiento a todo este proceso el dominio no se va a radicar en el comprador. En síntesis, para que una persona
llegue a ser dueño por este procedimiento se requiere:
1) Que se celebre el CONTRATO DE COMPRAVENTA, del cual nace la obligación de entregar la cosa
vendida, es decir, le da al comprador un título que lo habilita para adquirir el dominio.
2) Tiene que estar presente la TRADICION, que es el modo de adquirir el dominio y que es el medio para
cumplir la obligación nacida del contrato de compraventa.
Debe cumplir con los “REQUISITOS COMUNES A TODO CONTRATO”, esto es, el Consentimiento, la
Capacidad de las partes, Objeto y Causa lícitos. Pero, fuera de estos requisitos generales a todo contrato, la
compraventa debe reunir también ciertos “REQUISITOS ESENCIALES QUE LE SON PROPIOS” y que son
precisamente los que le dan su fisonomía a este contrato. Estos elementos Esenciales son:
A.- LA COSA VENDIDA.
B.- EL PRECIO.
Si falta alguno de estos elementos esenciales del contrato de compraventa, o ésta no produce efecto alguno o
degenera en un contrato diferente, conforme a lo dispuesto en el Art.1444 CC.
REQUISITOS La cosa vendida puede ser corporal o incorporal y, para que el contrato de compraventa sea válido,
ésta debe reunir los siguientes requisitos:
1.- Tiene que ser Comerciable.
2.- Tiene que ser Real.
3.- Tiene que ser Determinada o Determinable.
4.- La cosa vendida No debe ser del Comprador.
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
UNIVERSIDAD SAN SEBASTIAN
Establece aquí el art.1813 una presunción a la cual el juez debe atenerse, a menos que ella sea desvirtuada
por otra prueba en contrario, cual sería:
En primer término, que las partes hayan expresado en el propio contrato de compraventa que éste tiene
un carácter aleatorio;
En segundo término, que el carácter aleatorio del contrato se desprenda de la propia naturaleza de éste.
Sólo existiendo esta prueba contra la presunción el juez va a poder declarar que el contrato es aleatorio y
no condicional, lo que significa establecer que no es un contrato cuya existencia dependa de que la cosa vendida
llegue a existir, sino que es un contrato puro y simple.
De manera entonces que, cuando la venta es condicional (regla general), si la cosa no llega a existir falla la
condición y no hay contrato de compraventa. En cambio, cuando la venta es pura y simple o aleatoria, la obligación
del vendedor es aleatoria, debiendo cumplirla sólo si la cosa llega a existir; en tanto que la obligación del comprador
de pagar el precio tiene que cumplirse siempre.
Dentro del ámbito de la cosa vendida, corresponde ver la venta de cosa ajena (art.1815): el hecho de que en
Chile la venta de cosa ajena sea válida es una consecuencia del carácter que nuestra legislación le da al contrato de
compraventa. En Chile, el contrato de compraventa es generador de obligaciones para ambas partes. Por ello, en
virtud de este contrato, el vendedor sólo está obligado a proporcionar al comprador la posesión pacífica y tranquila
de la cosa. No está obligado el vendedor a transferir el dominio, sino solamente a entregar la cosa a que se refiere
el contrato. Es por ello que no hay obstáculo alguno para que las partes puedan celebrar un contrato respecto de una
cosa que no les pertenece, el cual será válido siempre que en el concurran todos los requisitos necesarios para su
validez. Ello es así porque en nuestro sistema jurídico la venta no es un acto de enajenación, sino que es un acto
creador de derechos y obligaciones. Puede, entonces, venderse una cosa que pertenece a otro, "porque vender no es
enajenar", sino que implica contraer solamente ciertas obligaciones entre las cuales no está la de transferir el
dominio. La enajenación es cosa distinta, porque enajenar es transferir el dominio, y sólo puede transferir el dominio
quien es dueño de la cosa que ha de transferirse.
Es justamente por este carácter que se da entre nosotros al contrato de compraventa, que la venta de cosa
ajena es válida, siendo un justo título que posibilita al comprador para adquirir el dominio por prescripción. Es
importante considerar que la venta de cosa ajena es justo título, porque de acuerdo con la ley la buena fe se presume
y, por consiguiente, quien compra cosa ajena tiene justo título y buena fe, y habiendo existido la tradición, podrá
tener la calidad de poseedor regular y adquirir el dominio por prescripción ordinaria. Esto, salvo que se desvirtúe
alguno de los elementos de la posesión regular.
2.- Si la cosa vendida “NO HA SIDO ENTREGADA” por el vendedor al comprador. Situaciones:
a) Que el verdadero dueño ratifique la venta. En este caso no habrá problema de ninguna especie con el
contrato de compraventa sobre cosa ajena, produciéndose sus efectos naturales.
b) Que el verdadero dueño reivindique la cosa vendida de manos del vendedor. En este caso, si el
verdadero dueño reivindica la cosa y el vendedor es desposeído de ella, el comprador va a poder
demandar la resolución del contrato con la correspondiente indemnización de perjuicios (art.1489).
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
UNIVERSIDAD SAN SEBASTIAN
Caso en que la venta de cosa ajena produce plenos efectos como si fuera venta de cosa propia
(art.1819): "Vendida y entregada a otro una cosa ajena, si el vendedor adquiere después el dominio de ella,
se mirará al comprador como verdadero dueño desde la fecha de la tradición".
La disposición concuerda con el art.682: si el tradente adquiere después el dominio, se entenderá
transferido desde el momento de la tradición. El inc.2 del art.1819 señala una consecuencia lógica: "por
consiguiente, si el vendedor la vendiere a otra persona después de adquirido el dominio, subsistirá el
dominio de ella en el primer comprador". La nueva venta que el vendedor hiciere sería de cosa ajena; la
cosa ya no le pertenece y es de propiedad del comprador desde que le fue entregada.
B.- EL PRECIO
Es el Objeto de la Obligación del Vendedor. Define lo que se entiende por Precio el Art.1793 en su frase
final: "El dinero que el comprador da por la cosa vendida se llama precio". El precio es un elemento esencial del
contrato de compraventa, tanto como lo es la cosa vendida, de tal manera que si en el contrato de compraventa no
hay precio, en definitiva no habría contrato por carecer éste de objeto (faltaría el objeto de la obligación del
vendedor).
REQUISITOS
1.- TIENE QUE SER “REAL”: Esto significa que el precio tiene que ser fijado de tal manera que quede de
manifiesto que el acreedor (vendedor) tiene derecho a exigirlo y que el deudor (comprador) tiene la obligación de
pagarlo. Bajo estos términos no será precio real el simulado, ni tampoco el irrisorio o ridículo, entendiéndose por
tal a aquel que no guarda ninguna proporcionalidad con el valor de la cosa vendida, de tal forma que queda de
manifiesto que no hay un propósito serio entre las partes de que ese precio sea exigible. Debe considerarse también
que si bien el precio tiene que ser real, no es requisito del precio que tenga equivalencia con el valor de la cosa
vendida, porque la falta de equivalencia entre los valores y el precio cobran entre nosotros importancia jurídica
solamente cuando da origen a la lesión enorme en materia de compraventa de bienes raíces (arts.1889 y 1891).
2.- TIENE QUE SER “DETERMINADO”: Lo que significa que debe conocerse la cantidad precisa de dinero
que constituye el precio. Esa cantidad puede estar precisamente establecida en el contrato, o bien, puede ser
determinada por reglas o datos contenidos en el contrato (art.1461 incs.1 y 2). Así por ejemplo, la venta de cosa
fungible al precio corriente de plaza, es una venta con precio determinable en su cantidad por los datos que contiene
el contrato de compraventa. En este caso se aplica la regla del 1808. Luego, la determinación del precio puede
hacerse de cualquier modo explícito en el contrato y, ello, va a constituir una de las materias objeto de la
interpretación del contrato. En relación con la determinación del precio, hay un principio fundamental, y es que
"jamás el precio puede quedar al arbitrio de uno solo de los contratantes" (art.1809). En caso contrario, se estaría
yendo en contra de lo dispuesto en el art.1801 inc.1. Sin embargo, esto no es obstáculo para que las partes convengan
que la fijación del precio quede en manos de un tercero (art.1809 inc.1).
3.- TIENE QUE SER PACTADO EN “DINERO”: Lo que la ley exige es que el precio se pacte en dinero. Por
consiguiente, no es forzoso que se pague en dinero, ya que puede suceder que después de celebrado el contrato de
compraventa se produzca en relación con el precio una novación o una dación en pago. En estos casos, si bien el
precio se estipuló en dinero, no se va a pagar en dinero. Si el precio no se pacta en dinero, sino que se conviene que
el valor va a consistir en una cosa, no vamos a estar ante un contrato de compraventa, sino ante un contrato de
permuta (art.1897).
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
UNIVERSIDAD SAN SEBASTIAN
Puede darse como alternativa también que las partes convengan un precio que va a consistir: parte en dinero
y parte en especie. En este caso, se discute si estamos ante una compraventa o ante una permuta. La ley da la
solución al problema, señalando en el art.1794 que dice que "se entenderá permuta si la cosa vale más que el dinero;
y venta en el caso contrario".
En esta materia debemos partir de un Principio Básico: El contrato de compraventa es por Regla General
CONSENSUAL, esto es, se perfecciona por el acuerdo de las partes en la cosa y en el precio, sin necesidad de
cumplir con formalidades externas. Sólo por Excepción el contrato de compraventa se convierte en SOLEMNE.
Lo que sucede es que hay casos en que el legislador, en atención a la importancia de la cosa que es objeto
de la compraventa o en atención a la voluntad de las partes, hace que este contrato que es consensual, pase a ser
solemne. Los requisitos esenciales del contrato de compraventa son: el Consentimiento, la Cosa vendida y el Precio,
requisitos que no pueden faltar jamás en el contrato de compraventa. Pero, hay otros que, aun cuando no son
indispensables para que la compraventa adopte forma material, si lo son para que adopte forma jurídica. Esto
requisitos que en ciertos casos se hacen indispensables para la existencia misma del contrato de compraventa son:
las SOLEMNIDADES, esto es, "Aquellas formalidades externas que deben cumplirse para que el contrato produzca
efectos jurídicos". Estas formalidades pueden establecerse: por la Ley o por la Voluntad de las Partes.
Entonces, en ciertos casos especiales, el contrato de compraventa, para perfeccionarse, además del Consentimiento,
de la Cosa vendida y del Precio, debe cumplir con ciertas Solemnidades que pueden ser Legales o Voluntarias. El
hecho de que las solemnidades se establezcan por Ley o por la Voluntad de las Partes, tiene importancia por las
consecuencias que se derivan en uno y otro caso, pues no es lo mismo una Solemnidad establecida por Ley que una
impuesta por Voluntad de las Partes.
En estos casos, la solemnidad consiste en que el contrato de compraventa se otorgue por Escritura Pública.
La posterior inscripción en el Registro Conservatorio de Bienes Raíces es la tradición del derecho real y no tiene
carácter de solemnidad.
En relación con esto, es menester considerar la situación que se plantea con respecto a los inmuebles por
adherencia y por destinación. Si el contrato de compraventa versa sólo sobre estos inmuebles, es decir, si la venta
de estos bienes se efectúa separadamente del predio a que acceden, estamos en presencia de una venta de cosas
muebles, en calidad de muebles por anticipación. Por el contrario, si la venta comprende conjuntamente el inmueble
por naturaleza y los inmuebles por adherencia o destinación, estaremos en presencia de un contrato de compraventa
que versa sobre inmuebles.
La importancia de esta distinción radica en que si se venden separadamente los inmuebles por adherencia
o destinación del predio a que acceden, se trataría de una venta de bienes muebles y, por consiguiente, queda
sometida a las normas dadas para los muebles, bastando para que el contrato sea perfecto el consentimiento de las
partes en cuanto a la cosa y el precio; y, si alguna escrituración se requiere, es sólo para los efectos probatorios
(art.1708 y 1709).
En lo que dice relación con la compraventa de bienes raíces, hay una excepción, en virtud de la cual no es
necesario que dicho contrato se otorgue por escritura pública, conservando no obstante el carácter de solemne, pues
la escritura pública es reemplazada por otra solemnidad. Esta situación es aquella a que se refieren los arts.67 y 68
de la Ley.14171, de 26/10/60, que establece que en las ventas, constitución de gravámenes y alzamiento de los
mismos, efectuados por el Servicio de Vivienda y Urbanización (actual SERVIU), se suprime la solemnidad de la
escritura pública. De manera que los contratos de compraventa celebrados por el Servicio de Vivienda y
Urbanización pueden otorgarse por instrumento privado firmado ante notario, debiendo éste protocolizar de oficio
esa escritura a más tardar al día siguiente hábil al de su otorgamiento. Mientras no se efectúe esa protocolización,
el instrumento privado no produce efecto alguno. Lo importante es que la ley señala que la no protocolización
oportuna hace que el documento carezca de toda efectividad legal, sin necesidad de que su nulidad o ineficacia sea
declarada por sentencia judicial.
2.- SOLEMNIDADES VOLUNTARIAS: Fuera de las solemnidades legales existen las Llamadas
Solemnidades Voluntarias o Convencionales, pues no hay impedimento para que las partes Convengan que una
venta que es consensual no se repute perfecta mientras no se cumpla con las solemnidades convenidas por las partes,
que puede consistir en el otorgamiento de una escritura pública o privada. Se contempla esta situación, en relación
con la compraventa, en el art.1802. El establecer esta solemnidad voluntaria da a las partes derecho para retractarse
de la celebración del contrato hasta antes del otorgamiento de la escritura o mientras no se haya principiado la
entrega de la cosa, entendiéndose que si se efectúa la entrega sin haberse otorgado la escritura convenida, ello
significa que se ha dejado sin efecto la solemnidad. Lo importante es que en estos casos la omisión del instrumento
convenido por las partes No produce la Nulidad del contrato, ya que sigue siendo consensual.
CLASES DE ARRAS.
1- EN PRENDA DE LA CELEBRACIÓN O EJECUCIÓN DEL CONTRATO: En este caso, las arras operan
como una garantía. Se llaman también “penitenciales”. Tienen la virtud de dar a cada una de las partes el
derecho a retractarse del contrato que han celebrado. DERECHO A RETRACTO:
Podrá ejercerse por el plazo que las partes hubieren pactado y si nada estipularon, en el término de
2 meses, desde la celebración de la convención.
No habrá derecho a retractarse cuando hubiere comenzado la entrega de la cosa, o se hubiere
otorgado escritura pública de compraventa, cuando así proceda o lo dispongan las partes.
Pero si bien las partes adquieren por medio de las arras el derecho a retractarse, la ley dispone que
si el que se retracta es el que dio las arras, las perderá, y si es el que las recibió, deberá
restituirlas dobladas.
2- COMO PARTE DEL PRECIO O EN SEÑAL DE QUEDAR CONVENIDAS LAS PARTES: art. 1805. En
este caso, las arras se dan para dejar constancia de que las partes han quedado definitivamente convenidas.
No hay derecho a retractarse. Para ello, es necesario que en la escritura pública o privada se haya
expresado que las arras se dan como parte del precio o en señal de quedar convenidas las partes. A
falta de este requisito se presumirá de derecho que las arras dan a las partes el derecho a retractarse,
entendiéndose que se han dado como garantía.
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
UNIVERSIDAD SAN SEBASTIAN
Si la compraventa debe celebrarse por escritura pública, el contrato no queda perfeccionado por la
entrega de las arras. Del tenor de los arts. 1803, 1804 a 1805 resulta que sólo tienen aplicación
cabal cuando la compraventa es consensual y no así en las compraventas solemnes. Las arras
también se reglamentan en el C. de Comercio, pero sus normas son inversas a las del CC.
Mención especial requiere la situación que se plantea cuando el hijo menor adulto ejerce un empleo, oficio,
profesión o industria, pues de conformidad al art.246, se mirará como mayor de edad para la administración y goce
de su peculio profesional o industrial, sin perjuicio de lo que dispone el art.255. Es decir, para estos efectos se le
considera como emancipado.
Luego, el contrato de compraventa entre el padre o madre y el hijo de familia que tiene peculio profesional
es válido en relación con ese peculio profesional.
consideración a la calidad o estado del pupilo y, por consiguiente, si ella se omite, la sanción va a ser la
Nulidad Relativa del respectivo contrato (art.412 inc.2).
Tratándose de bienes raíces del pupilo, el art.412 inc.2 establece una prohibición absoluta en virtud de
la cual el tutor o curador y demás personas allí designadas, no pueden adquirir bienes raíces del pupilo,
aunque tengan autorización judicial o de los otros guardadores. Si se infringe esta norma, la sanción será
la Nulidad Abs. del contrato, porque se trata de la infracción a una norma prohibitiva.
d) Por último, el CC da reglas en materia de incapacidad de mandatarios, síndicos y albaceas en el art.1800. En
relación con los albaceas (art.1270), se plantea un problema. Hay una remisión que hace el art.1800 al art.2144;
por su parte, nos encontramos con otra disposición que es el art.1294, se señala que "lo dispuesto en los
artículos... y 412 se extenderá a los albaceas". A la luz del art.2144 y tratándose de inmuebles, el albacea podría
comprarlos, requiriéndose para estos efectos autorización expresa del causante. Pero si le aplicamos el art.412,
no podría comprar el albacea bienes inmuebles del causante bajo ningún respecto. Si concluimos que se aplica
el art.2144 en virtud de la remisión del art.1800, tendríamos que concluir que de la autorización respectiva el
albacea podría válidamente comprar bienes raíces del causante; en cambio, si nos atenemos al art.1294 y a la
remisión que este artículo hace al art.412, el albacea no podría adquirir bienes inmuebles del causante y, si lo
hiciere, la sanción sería la Nulidad Abs. del contrato. Enfrentados a este problema de cuál norma prevalece, se
ha recurrido a la hermenéutica legal para su solución y, a aquel principio que dice que "la norma especial prima
sobre la general", concluyéndose que la norma a aplicar en este caso es la del art.412, que es una norma de
carácter especial, en tanto que los arts.1800 y 2144 son de carácter general.
En general, “Los Efectos de un contrato son los DERECHOS Y OBLIGACIONES que de él emanan”. Así,
una vez que se ha perfeccionado el contrato de compraventa, esto es, una vez que entre las partes ha habido acuerdo
en la cosa y en el precio, nacen para ambas derechos y obligaciones y son precisamente los que el contrato estaba
destinado a producir. Estos derechos y obligaciones pueden provenir de la “Ley o de la Voluntad de las partes”.
De manera entonces que siendo la compraventa un contrato bilateral, de ella surgen derechos y obligaciones tanto
para el vendedor como el comprador.
OBLIGACIONES OBLIGACIONES
FUNDAMENTALES DEL FUNDAMENTALES DEL
“VENDEDOR” COMPRADOR”
Estas son las Obligaciones Fundamentales de la Compraventa. Pero Solamente 2 son de su “ESENCIA”:
1.- La Obligación del Vendedor de ENTREGAR la cosa,
2.- La Obligación del Comprador de PAGAR el precio.
Si no concurren estas dos obligaciones “no hay contrato de compraventa”. No hay obstáculo alguno para que las
partes, fuera de las obligaciones que se han indicado para el comprador y vendedor, convengan en el establecimiento
de otras obligaciones, como por ejemplo: la de imponer al comprador que destine lo comprado a un fin determinado.
La obligación propia del vendedor y que nace del contrato de compraventa por el solo hecho de su
celebración y sin necesidad de estipulación de las partes, vale decir, aquellas obligaciones que establece la ley.
Sin perjuicio de lo anterior, las partes pueden agregar otras obligaciones, o bien, modificar o atenuar las
señaladas, debiendo existir eso sí un convenio expreso, porque, a falta de convenio, el vendedor sólo tiene las
obligaciones que establece la ley y dentro de la extensión que a ellas corresponde (art.1824).
Cabe considerar que la responsabilidad del vendedor se extiende hasta la culpa leve si la pérdida o deterioro
de la cosa es culpable (art.1547). En caso que la pérdida o deterioro de la cosa no sea a culpa del deudor, se entra a
aplicar el art.1590 incs.1 y 2, lo mismo en caso de que la cosa se destruya después que el comprador se ha constituido
en mora de recibir. En tal caso, el acreedor (comprador) debe recibir la cosa en el estado en que se encuentra. Si la
pérdida de la cosa vendida que se encuentra en poder del deudor (vendedor) es fortuita, el riesgo es de cargo del
acreedor (comprador). Luego, si se produce esta situación, se extingue la obligación del vendedor de entregar la
cosa, pero subsiste la del comprador de pagar el precio. Sin embargo, esta regla tiene una excepción, que la da la
venta condicional, porque en tal caso, si la cosa perece antes del cumplimiento de la condición, el riesgo es del
vendedor (deudor) (arts.1550 y 1820).
El CC en sus arts.1831 y 1834 reglamenta la entrega de los predios rústicos, la cual varía según la forma en
que se venda el predio. Los predios rústicos pueden venderse de dos formas (inc.1 art.1831):
1.- COMO ESPECIE O CUERPO CIERTO,
2.- CON RELACION A SU CABIDA.
La regla general es que se vendan como especie o cuerpo cierto, siendo la excepción la venta de los mismos
con relación a su cabida. El legislador ha señalado que la venta se entiende hecha con relación a su cabida en
aquellos casos en que el contrato de compraventa se expresa la extensión, superficie o cabida del predio, salvo en
aquellos casos en que las partes, no obstante haberse señalado la cabida, estipulan expresamente que no va a haber
problema por la distinción entre la cabida real y la cabida declarada (art.1831 inc.2). La determinación de la cabida
o superficie puede hacerse de cualquier forma. Así, podrá hacerse indicándose la superficie total del predio, o bien,
señalándose la de cada una de las partes que la forman o componen.
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
UNIVERSIDAD SAN SEBASTIAN
La jurisprudencia ha resuelto que para que un predio se entienda vendido con relación a la cabida, no es
suficiente que ésta se indique en el contrato, sino que es menester que el precio de la compraventa se determine en
relación a la cabida. Sin embargo, los autores estiman que esta jurisprudencia no es correcta y que en ella no se está
interpretando en la forma que corresponde al art.1831.
1.- QUE LA CABIDA REAL SEA MENOR QUE LA DECLARADA Art.1832 inc 2°. Hay que distinguir:
a) Si el valor de la cabida que falta para completar la cabida declarada no excede de ese 10%:
En este caso, el vendedor está obligado a completar la cabida declarada y, si ello no fuere
posible, va a tener que rebajar proporcionalmente el precio.
- Ejemplo: cabida declarada sin hectáreas, valor de cada hectárea = $1000; valor total =
$100.000. Si en lugar de entregar las 100 hectáreas (cabida declarada), el vendedor sólo
entrega 95 hectáreas (cabida real), tenemos que ver si la cabida o extensión que falta
para completar la cabida declarada excede o no un 10 por ciento del valor de ésta.
Extensión faltante: 5 hectáreas a $1000 c/u = $5000. 10 % de la cabida declarada =
$10.000. En este caso, el valor de la extensión que falta para completar la cabida
declarada no excede de un 10 por ciento del valor de ésta.
b) Si el valor de la cabida que falta para completar la cabida declarada excede en un 10% el valor
de esta, el comprador tiene un d° alternativo:
1) Aceptar la disminución del precio que hiciere el vendedor
2) Demandar la resolución del contrato con indemnización de perjuicios por incumplimiento
de la obligación del vendedor.
- Ejemplo: cabida declarada = 100 hectárea: $1.000 c/u. Supongamos que en lugar de
entregar las 100 hcts., el vendedor sólo entrega 50. La extensión faltante son 50 hcts.
por un valor de $50.000. El 10 por ciento de la cabida declarada es de $10.000. En este
caso, el valor de la extensión que falta para completar la cabida declarada, excede de
un 10 por ciento del valor de la misma.
2.- QUE LA CABIDA REAL SEA MAYOR QUE LA DECLARADA Art.1832 inc 1°
En este caso, lo que se entrega es una superficie más grande que aquella que se señaló en el contrato.
DISTINCIÓN:
1) SI EL PRECIO DE LA CABIDA QUE SOBRA EXCEDE DE UN 10% DEL PRECIO DE LA
CABIDA REAL. (declarada)
2) SI EL PRECIO DE LA CABIDA QUE SOBRA NO EXCEDE DEL 10% DEL PRECIO DE LA
CABIDA REAL. (declarada) En este caso, el comprador está obligado a aumentar proporcionalmente
el precio.
Ejemplo: se venden 100 hcts. a $1.000 c/u, pero se entregaron 103 hcts (cabida real); extensión
sobrante: 3 hcts, cuyo valor son $3.000, y el 10 por ciento del valor de la cabida real es de $10.300.
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
UNIVERSIDAD SAN SEBASTIAN
En este caso, el precio de las hcts dadas en exceso es inferior al 10 por ciento del precio de la cabida
real y, por consiguiente, el comprador va a estar obligado a aumentar el precio proporcionalmente
a las 3 hcts que recibió en exceso.
En caso que el precio de lo entregado en exceso sobrepase de un 10 por ciento del precio de la cabida
real, el comprador tiene un derecho de opción:
1) Aumentar proporcionalmente el precio.
2) Desistirse del contrato, caso en el cual se le resarcirán los perjuicio
según las reglas generales, ejemplo: se venden 100 hcts a $1000 c/u,
pero en realidad se entregan 130 hcts (cabida real). En consecuencia,
la extensión sobrante de 30 hcts por un valor de $30.000 y el 10 por
ciento del valor de la cabida real es de $13.000. En este caso, el precio
de las hcts dadas en exceso es superior al 10 por ciento del precio de la
cabida real (que es de $130.000).
En síntesis, el legislador ha dejado un margen en el cual puede oscilar la distinción entre la cabida real y la cabida
declarada, margen que es de un 10 por ciento. Si se excede del 10 por ciento, se considera que no ha habido
cumplimiento de lo debido por parte del acreedor y el comprador va a poder, ejerciendo su derecho de opción,
demandar la resolución del contrato.
GASTOS DE LA ENTREGA
Los gastos en que se debe incurrir para la entrega de la cosa vendida serán de cargo del vendedor, a menos
que en el contrato se haya estipulado otra cosa (arts.1806 y 1805).
Para que el comprador pueda ejercer estas acciones en caso de que el vendedor no cumpla su obligación de
entregar, es necesaria la concurrencia de alguna de las siguientes condiciones o requisitos:
1) Que el deudor (vendedor) esté constituido en mora de entregar.
2) Que la mora sea imputable a hecho o culpa del vendedor.
3) Que el comprador haya pagado el precio, o bien, que se allane a pagarlo, o que se le haya conferido un
plazo para efectuar dicho pago. Si no concurre este último requisito, ante la demanda del comprador,
el vendedor podrá oponer la excepción contemplada en el art.1552 (la mora purga la mora).
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
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DERECHO DE RETENCION
La ley le confiere al vendedor un derecho de retención, ya que puede suceder que se celebre un contrato de
compraventa y el comprador no estuviera obligado a pagar el precio de inmediato y, una vez celebrado el contrato
de compraventa, se produzca una disminución de la fortuna del comprador que haga temer al vendedor un posible
no pago del precio. En este caso, el vendedor no está obligado a entregar la cosa, aun cuando se haya estipulado un
plazo para el pago, mientras no se pague el precio o se le asegure el mismo (art.1826 inc.final).
Es justamente a estos dos aspectos a los cuales se refiere el art.1837, al establecer que la obligación de saneamiento
comprende dos objetos:
1) Amparar al comprador en el dominio y posesión pacífica de la cosa vendida, aspecto que configura el
"SANEAMIENTO DE LA EVICCION".
2) Responder de los vicios ocultos de la cosa, aspecto que configura el "SANEAMIENTO DE LOS
VICIOS REDHIBITORIOS".
Por esta misma razón es que se denomina también OBLIGACION DE GARANTIA. Esta obligación se
palpa cuando el comprador es perturbado en su posesión por terceros que pretenden derechos sobre la cosa vendida.
Así el art.1838 señala que HAY EVICCION de la cosa comprada, “Cuando el comprador es privado del todo o
parte de ella, por Sentencia Judicial”.
frente a pretensiones de terceros sobre la cosa vendida, con mayor razón el propio vendedor está obligado a no
atacarlo en su dominio y posesión pacífica de la cosa. La misma obligación pesaría sobre los herederos del
vendedor.
c) La obligación del vendedor de proteger o amparar al comprador ES PATRIMONIAL y, por este hecho, la
obligación se transmite a los herederos del vendedor y la acción a los herederos del comprador.
“REQUISITOS” DE LA EVICCION
Para que haya evicción deben concurrir ciertos requisitos que se desprenden de los arts.1838 y 1839:
3.- Que la Privación del Todo o Parte de la cosa sea por SENTENCIA JUDICIAL
Esto es lo que caracteriza a la evicción. Si la privación del todo o parte de la cosa no se hace por sentencia
judicial, no hay evicción. Es decir, para que haya evicción es necesario que un tercero inicie un juicio en
contra del comprador y, que en dicho juicio se dicte sentencia en contra del comprador, que lo condene a
entregar la cosa al demandante o a reconocer en su favor un derecho real limitativo del dominio.
1) Obligación del vendedor de acudir en auxilio del comprador para DEFENDERLO en el juicio que se ha iniciado
en su contra.
- Primera Obligación, de AMPARO JUDICIAL, es una obligación de hacer,
entendiéndose por tal aquella que consiste en la ejecución de un hecho, que en este caso
es amparar o ir en auxilio del comprador judicialmente demandado. Es por esta razón
que el art.1840 nos señala que la obligación de saneamiento es indivisible, de tal suerte
que si el vendedor fallece, puede exigirse el cumplimiento de la obligación de hacer a
cualquiera de sus herederos.
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LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
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2) Producida la evicción, es decir, después que el comprador ha sido privado del todo o parte de la cosa vendida,
el vendedor va a tener que pagarle las INDEMNIZACIONES que correspondan.
- Segunda Obligación, de INDEMNIZAR, es una obligación de dar y como tal, es
divisible entre los herederos del deudor y puede exigírseles dicha obligación a prorrata
de las cuotas que correspondan (art.1840 inc.2).
Es en esta forma como se sigue adelante el juicio y, de lo cual pueden resultar dos situaciones:
1) EL VENDEDOR GANA EL LITIGIO: Esto significa que la acción intentada por el tercero no
prosperó. En tal caso, de conformidad al art.1855, el vendedor no tiene ninguna
responsabilidad: no será obligado a la indemnización de los perjuicios que la demanda hubiere
causado al comprador (es decir, el comprador no tiene derecho a que se le indemnicen las costas
del litigio, sino en cuanto la demanda fuere imputable a hecho o culpa del vendedor).
2) EL VENDEDOR PIERDE EL LITIGIO: termina aquí la primera etapa de la obligación de
saneamiento de la evicción, es decir, finaliza la obligación de defender al comprador y surge la
obligación que pesa sobre el vendedor, que es la de indemnizar al comprador. De manera
entonces que esta segunda obligación nace una vez evicta la cosa por sentencia judicial.
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
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ART. 1847
1) LA RESTITUCION DEL PRECIO: el vendedor tiene que devolver íntegramente el precio recibido al
comprador, aun cuando la cosa haya disminuido de valor en el tiempo que medie entre la venta y la evicción
(art.1847 N.1). Pero, como esto podría traducirse en un enriquecimiento sin causa para el comprador, la ley
establece que si ha habido deterioro de la cosa y, este ha significado un beneficio para el comprador, tiene que
rebajarse proporcionalmente el precio (art.1848).
4) LA INDEMNIZACION DE LAS COSTAS DEL JUICIO: esta obligación también tiene una limitación, que se
refiere a que el vendedor no debe las costas del juicio si estuvo por aceptar la demanda, y el comprador decidió
seguir adelante con el litigio.
5) LA INDEMNIZACION DEL AUMENTO DEL VALOR QUE LA COSA EVICTA HAYA TOMADO EN
PODER DEL COMPRADOR, AUN POR CAUSAS NATURALES O POR EL MERO TRANSCURSO DEL
TIEMPO. Es lógico que este aumento de valor se indemnice, porque corresponde a un interés económico que
se ha incorporado al patrimonio del comprador y, además, por que la evicción priva al comprador del
aprovechamiento de este aumento. Esta indemnización se rige por reglas distintas, según cual sea la causa del
aumento del valor de la cosa evicta.
El legislador reglamentó minuciosamente la forma de indemnizar este aumento de valor en los arts.1849 y
1850, distinguiendo las siguientes situaciones:
a) Si el aumento de valor de la cosa evicta se debe a MEJORAS EJECUTADAS POR EL COMPRADOR,
para los efectos de esa indemnización hay que distinguir:
Si estaba de Buena Fe, esto es, si desconocía las causas de la evicción al momento de la venta,
está obligado a indemnizar las mejoras necesarias o útiles que hubiera efectuado el comprador,
pero sólo en caso que dichas mejoras no le hayan sido pagadas por el tercero que intentó la
acción, ya que puede suceder que el tercero demandante haya sido condenado al pago de esas
mejoras por concepto de prestaciones mutuas (art.1849).
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Si estaba de Mala Fe, esto es, conocía las causas de la evicción al celebrarse la compraventa,
tiene que indemnizar al comprador todo aumento de valor que haya experimentado la cosa por
concepto de mejoras, incluido aun el reembolso de las mejoras voluptuarias (art.1849 inc.2).
b) Si el aumento del valor de la cosa evicta se debe a CAUSAS NATURALES, o al transcurso del tiempo,
también debemos distinguir para los efectos de su indemnización:
Si el vendedor estaba de Buena Fe, tiene que pagar al comprador el aumento que ha
experimentado la cosa, pero con la siguiente limitación: no se abonará en lo que excediere la
cuarta parte del precio de venta (art.1850).
Si el vendedor estaba de Mala Fe tiene que indemnizar todo aumento que experimente la cosa
por causas naturales o por el transcurso del tiempo, sin limitación alguna (art.1850).
Todo lo señalado anteriormente es aplicable a las ventas voluntarias, porque tratándose de las ventas
forzosas, de acuerdo al art.1847, el vendedor debe una sola prestación: el precio. Ello es así porque este contrato
le ha sido impuesto al vendedor en caso de venta forzada, de tal suerte que su voluntad no ha concurrido a la
celebración del contrato y, por ello, no puede imputarse la evicción a su culpa (art.1851).
EVICCION “PARCIAL”:
Como su nombre lo indica, es la privación que sufre el comprador de parte de la cosa que compró en virtud de una
sentencia judicial y por una causa anterior al contrato de compraventa.
2.- RENUNCIA: El comprador puede renunciar a la acción de saneamiento por evicción porque ella mira
a su solo interés y ésta es un elemento de la naturaleza del contrato de compraventa.
ALCANCES:
Aun cuando el comprador haya renunciado a la acción de saneamiento, el vendedor tendrá que
restituir el precio, porque si no fuere así, habría un enriquecimiento sin causa (art.1852). Pero,
hay casos en que el vendedor ni siquiera tiene la obligación de restituir el precio:
a) Cuando el comprador compró la cosa a sabiendas de que era ajena.
b) Cuando el comprador tomó sobre sí el riesgo de la evicción, especificándolo.
La razón de esto es que en estas dos situaciones el contrato de compraventa pasa a tener el
carácter de aleatorio para el comprador, y el precio naturalmente, se estipula considerando los
riesgos que presenta la evicción, por lo que cabe concluir que va a ser menor que el que se
habría convenido de no presentarse dicha situación.
1.- QUE EL VICIO HAYA EXISTIDO AL TIEMPO DE LA CELEBRACION DEL CONTRATO sólo de
estos vicios puede hacerse responsable al vendedor, ya que después del contrato de compraventa la cosa ha
dejado de estar en su poder y cuidado. Para que se configure este requisito no es necesario que el vicio haya
existido en toda su extensión o gravedad al momento de la celebración del contrato, sino que basta que
exista un germen en ese momento y se desarrolle con posterioridad.
2.- QUE EL VICIO SEA GRAVE: lo es, cuando el defecto es de tal naturaleza que impide total o
parcialmente el uso de la cosa. Se trata aquí de una cuestión de hecho que el juez va a tener que resolver.
El N°2 del art.1858 da una pauta que puede servir al juez para establecer si hay o no gravedad en el vicio
ello, según si puede o no presumirse que el comprador, conociendo el vicio, hubiere o no comprado la cosa
o la hubiere comprado en un precio menor.
3.- QUE EL VICIO SEA OCULTO: lo es cuando el comprador lo ignora por no habérselo manifestado el
vendedor. Pero, hay casos en que no hay vicios redhibitorios no obstante el silencio del vendedor. Ellos son
los siguientes:
a) Cuando ha habido negligencia del comprador para conocer el vicio (art.1858 n.3).
b) Cuando el comprador por su profesión u oficio ha podido fácilmente conocer el vicio
(art.1858 n.3), ejemplo: un veterinario compra un animal enfermo.
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
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La Regla General es que el comprador tiene un D° DE OPCION. Sin embargo, esta regla tiene Excepciones, hay
casos en que el comprador solamente ejercer la acción de rebaja del precio. Estos son los siguientes:
1) Cuando los vicios no son graves (art.1868).
2) Cuando la cosa perece después de celebrado el contrato, encontrándose en poder del comprador y por
culpa de éste (art.1862 inc.1). Pero, si la cosa perece por un vicio inherente a ella, subsiste el derecho
de opción para el comprador (art.1862 inc.2).
3) El legislador ha considerado también la situación del vendedor que sabía del vicio redhibitorio y guardó
silencio (no lo hizo presente al comprador). En este caso, el vendedor queda obligado a la restitución
de la cosa o a la rebaja del precio, y también a indemnizar perjuicios en favor del comprador (art.1861).
4) Tratándose de las ventas forzadas, el legislador da una regla especial en el art.1865, señalando que la
acción redhibitoria no tiene lugar en ellas salvo que el vendedor no pudiendo o no debiendo ignorar los
vicios de la cosa vendida, no los hubiera declarado a petición del comprador.
B. QUANTI MINORIS
a. Bienes muebles prescribe en el plazo de un año, desde la entrega real.
b. Bienes inmuebles prescribe en el plazo 18 meses para los inmuebles (art.1869). Este plazo
también se cuenta desde la entrega real. El art.1869 nada dice sobre la posibilidad de ampliar o
restringir estos plazos. Sin embargo, Alessandri sostiene que también las partes pueden ampliar
o restringir este plazo, porque si no tuvieran esta facultad podría darse la situación que la acción
prescribiría antes de la acción redhibitoria en el caso de que las partes, hubieran ampliado el
plazo de prescripción de esta última.
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
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2.- POR RENUNCIA: Esta acción puede renunciarse porque la obligación de saneamiento es un elemento
de la naturaleza del contrato. Pero, la renuncia de la acción de saneamiento de los vicios redhibitorios no
exime al vendedor de sanearlos cuando esos vicios le eran conocidos y él no se lo manifestó al comprador
(art.1859).
A.- OBLIGACION DE RECIBIR LA COSA COMPRADA: Está establecida en el art.1827, señala que si el
comprador se ha constituido en mora de recibir la cosa, va a tener que pagarle al vendedor los gastos de alquiles de
los almacenes, graneros y vasijas en que se contenga lo vendido. Además, establece que cesa la responsabilidad del
vendedor por el cuidado de la cosa respondiendo solamente del dolo o culpa grave. Esta obligación del comprador
de recibir la cosa que el compró no es más que la lógica consecuencia de la obligación del vendedor de entregar la
cosa vendida.
Qué sucede si el comprador se niega a recibir la cosa comprada por él:
1) El vendedor puede PAGAR POR CONSIGNACION (arts.1598 y sgtes).
2) El vendedor podrá pedir la RESOLUCION o el CUMPLIMIENTO del contrato por incumplimiento de
la obligación del comprador de recibir la cosa comprada (art.1489).
B.- OBLIGACION DE PAGAR EL PRECIO: Esta es la principal obligación del comprador (art.1871). Es un
requisito de la esencia del contrato de compraventa. En lo que dice relación con el tiempo y lugar de pago del precio,
hay que estarse a lo estipulado por las partes. De modo que si para el pago del precio las partes han fijado un plazo
o una condición, habría que atenerse a ello. Si nada han dicho las partes, se aplican las reglas generales indicadas
en el art.1872. Sobre esto hay que tener presente que el pago del precio no puede hacerse por parcialidades
(art.1591). Si de parte del vendedor hay resistencia de recibir el pago, se puede pagar por consignación.
La ley confiere al comprador un derecho de retención del precio, que se traduce en que la obligación de
pagar el precio por el comprador se suspende cuando éste deposita el precio en el tribunal con la aprobación del
juez, a causa de haberse perturbado su posesión de la cosa o de existir acciones reales sobre ella, no conocidas del
comprador. Se trata aquí no de un pago por consignación, sino de un depósito en el tribunal, lo que es una retención
judicial del precio que dura hasta que el vendedor haga cesar las perturbaciones o caucione las resultas del juicio
(art.1872 inc.2). Así por ejemplo, se ha resuelto que si se trata de la compraventa de un inmueble y un tercero
obtiene una medida precautoria consistente en la prohibición de gravar o enajenar el inmueble (lo cual se traduce
en la prohibición de hacer la tradición del mismo), el comprador perfectamente va a poder hacer valer este derecho
de retención.
Si el comprador se constituye en mora de pagar el precio, el vendedor va a poder demandar a su arbitrio el
pago del precio o la resolución del contrato, en ambos casos, con indemnización de perjuicios. Es decir, va a poder
poner en acción la condición resolutoria tácita contemplada en el art.1489 y que se encuentra reiterada en materia
de compraventa en el art.1873.
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
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2.- PACTO DE RETROVENTA: Art.1881. y sgts."Es aquel por el cual el vendedor se reserva la facultad de
recobrar la cosa vendida, reembolsando al comprador la cantidad determinada que se estipulare, o en defecto de
esta estipulación lo que haya costado la compra".
Se trata de una venta sujeta a una condición resolutoria ordinaria potestativa que depende de la sola voluntad
del acreedor (vendedor). En el fondo el pacto de retroventa es una caución, ya que el comprador va recibir la cosa
y no la va a devolver hasta que se le restituya el precio que dio por ella; o la cantidad que se hubiere estipulado.
3.- PACTO DE RETRACTO: "Se trata de una venta sujeta a una condición resolutoria que consiste en que, si
dentro de cierto plazo, que no puede pasar de un año, se presenta un tercero como comprador ofreciendo un
mejor precio que el que se estipuló en la compraventa, se va a producir la resolución de ésta, a menos que el
comprador o su adquirente mejore el precio en los mismos términos". Producida la resolución en virtud del
pacto de retracto, se aplican a éste, las mismas reglas aplicables al pacto de retroventa.
MADELYNE SEPULVEDA NEIRA
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS
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4.- OTROS PACTOS ACCESORIOS: Art.1887, pueden agregarse cualesquiera otros, siempre que sean lícitos.