GENESIS DE LA NEUROSIS: Afección psicógena, causa psíquica, causa imaginaría.
Traumatismo, fantasma, síntomas. La génesis de una neurosis se resume en una secuencia: 1-El traumatismo 2- El fantasma: 3. Los síntomas neuróticos:
FOBIA El abandono es el traumatismo que desencadena la fobia.
El abandono en el niño es una privación del amor protector. La fobia en el adulto es una hipertrofia de la búsqueda del amor protector. El inconsciente diría “yo no me quiero a mi mismo y me angustio por sentirme tan frágil, todo mi cuerpo arde de un deseo perverso e insaciable de devorar mi compañero”. Un paciente que presenta síntomas fóbicos, y les habla de su angustia, de su dependencia y de su sueño, de ser un día libre y autosuficiente, vamos a buscar en la infancia un traumatismo de abandono. La enfermiza dependencia del fóbico con su pareja y el miedo de estar solo nos hace pensar que este paciente siendo niño sufrió seguramente un abandono traumático y que hoy se pega al otro por miedo de que se vaya de nuevo, abandonado ayer, dependiente hoy...
Cómo escuchar a una fóbico
El fóbico es como una araña; priva a su presa de toda libertad de movimiento, no soporta que el otro se mueva y se aleje. (Cuando mi compañero sofocado por mis exigencias me amenaza de irse y de privarme de su amor protector yo me angustio y para retenerlo disimulo haciéndome pasar por alguien exageradamente independiente, seguro de mí mismo, arrogante y hasta agresivo). El fóbico puede ser muy agresivo con su pareja, constantemente le lanza dardos de maldad para poner a prueba la solidez del amor. Se comporta ante su compañero de manera contradictoria, en ciertos momentos es efectivamente una insaciable devoradora, en su arrebato perverso, pero lo más frecuente es que se muestre exageradamente autosuficiente, y agresiva, lo más sorprendente; la comedia de la autosuficiencia se convertirá a lo largo de los años en un rasgo de carácter, en una manera de ser con todos los otros. Quiere ser el amo de la presencia del otro, dominar el vínculo. OBSESIÓN El maltrato físico moral, desencadena la obsesión. El maltrato en el niño es una herida de sí mismo. La obsesión en el adulto es una hipertrofia de la búsqueda de reforzar el amor de sí mismo. El inconsciente diría “yo no me quiero a mi mismo y me angustio por sentirme tan poca cosa, tan nulo, todo mi cuerpo arde de un deseo perverso e insaciable de tiranizarlo y someterlo”. Si el paciente presenta síntomas obsesivos y les habla de no saber, o no lograr hacer lo que tiene que hacer y de su sueño; de ser un día reconocido, admirado por su trabajo o sus cualidades personales, buscaremos entonces en la infancia o en la preadolescencia un traumatismo de maltrato físico o moral, Humillación, la enfermiza necesidad del obsesivo de ser reconocido nos hace pensar que siendo niño o adolescente sufrió seguramente un maltrato o una humillación que hirieron el amor de sí mismo, es por ello que el obsesivo exige que el otro lo admire plenamente, ayer herido en su amor propio, hoy exigente de ser admirado.
Cómo escuchar a un obsesivo
El obsesivo; (en el fondo me siento tan poca cosa, tan nulo, que por miedo de ser despreciado por mi compañera no puedo evitar de controlarla hasta hacerle sentir que soy el mejor y el más fuerte, si tuviera que mimar el comportamiento corporal del obsesivo, yo tendría en mi puño todos los deseos y los juicios de mi compañera, nada debe escapárseme), busca privar a su pareja de toda libertad de opinión e inducirla a no tener más que un único sentimiento "admirar sus proezas" se dice "cuando mi compañera excedida por mi brutalidad me amenaza con irse y privarme de su reconocimiento me angustio y para retenerla escondo mi agresividad, haciéndome pasar por alguien exageradamente meloso, simpático y servicial". Se comporta con su compañero de manera contradictoria, en algunos momentos es tirano, mezquino, en su arrebato perverso, pero en la mayoría de las veces se muestra exageradamente gentil y obsequioso, la comedia de la dulzura se va a convertir en un rasgo de carácter, en una manera de ser, esconde en verdad la agresividad de un ser cruel, que ataca por miedo de que lo desprecien, busca tener un falo; la sumisión del otro y su admiración, busca ser el amo del poder y la sumisión.
HISTERIA La seducción abusiva desencadena la histeria.
La seducción abusiva es en el niño un exceso dañino de placer. La histeria en el adulto es una hipertrofia de la búsqueda del amor tierno. El inconsciente nos diría “yo no me quiero a mi mismo y me angustio por pensar que no seré jamás querido como yo quisiera hacerlo, todo mi cuerpo arde de un deseo perverso e insaciable de seducirlo y frustrarlo”.
Si el paciente presenta síntomas histéricos y les habla de amor, y de sus
rupturas amorosas, así como de su sueño, de ser un día incondicionalmente amado, buscaremos en la infancia un traumatismo de seducción abusiva. La enfermiza necesidad del histérico de seducir a su pareja y de frustrarla, seducirla para frustrarla, nos hace pensar que sufrió siendo niño la misma seducción dolorosa que el busca hoy; infligir al otro. Es esta tentativa de seducir abusivamente al otro que explica los trastornos en su vida de pareja, abusado ayer, abusador hoy...
Cómo escuchar a una histérica
El histérico; se dice "yo siento tanto que no seré jamás querida y espero tanto serlo un día que tengo miedo de que mi compañero me haga creer que me ama cuando en verdad lo que quiere es mi sexo" es entonces que no puedo evitar de castrarlo, es decir, seducirlo y luego frustrarlo hasta lograr ser yo quien decida cuando él debe amarme como un niño una niña y cuando debe desearme como una mujer, el movimiento corporal de la histérica, sería la esquiva que exista al amado agitándole su pañuelo rojo en el hocico para excitarlo y luego frustrarlo, hasta agotarlo y obtener de él un amor, “cuando mi compañero frustrado por mi rechazo me amenaza con irse me angustio y para retenerlo disimulo haciéndome pasar por una mujer exageradamente sincera y cariñosa” se comporta con su compañero de manera contradictoria, en algunos momentos es una seductora cruel, en su arrebato perverso, pero la mayoría de las veces se muestra exageradamente franca y atenta, y es aquí la comedia de la ternura se convertirá a los largos de los años en un rasgo de carácter y una manera de ser, alguien que se presenta en la consulta como muy poco querido e infeliz en amor esconde una mujer vengativa que quiere ser amada sin jamás entregarse enteramente a su pareja. El histérico busca tener un falo, el deseo del otro y su amor casto, quiere ser el amo del deseo dominante, dominar al otro desde adentro.