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DICCIONARIO EXEGÉTICO

o> I
DEL N U E V O T E S T A M E N T O (X-co)

H o r s t B alz - G erhard S ch n eid er


B ib lio te c a
Xaói;, OD, ó la o s pueblo d e Estúdios
Xóyoç, ou, ó lo g o s palabra
Bíblicos
pexávoict, aç, f| m e ta n o ia conversión
pxiorripiov, ox), xó m ystêrio n mistério
V
3 nekro s muerto
VEJtQÓ ç,
vópoç, ou, ô n o m o s ley
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^evíÇca x e n izõ hospedar
|ú).ov, ou, xó x y lo n madera
O
oíxoç, ou, ó o iko s casa
ôvopa, axoç, xó o n o m a nombre
Jl
Jtíaxi.5, Ecoç, p is tis fe
jivEüpa, axoç, ó p n e u m a espíritu

pfípa, axoç, xó rh em a palabra


QÚopai rh y o m a i salvar
O
oágl, oapxóç, fj sa r x carne
ooqpía, aç, f| so p h ia sabiduría
T
xéxvov, ou, xó tekn o n nino
xújtoç, ou, ó typos ejemplo
V
ulóç, oü ó h u io s hijo
úítaxori, fjç, T) h yp a ko ê obediência
(P
Oagioaioç, ou, ó P h a risa io s fariseo
qjíüç, qpcoxóç, xó p h õ s luz

X .
XÓQiç, Lxoç, x) ch a ris gracia
X qloxóç, oü, (ó) C hrito s Cristo

■il)áXX,(up s a llo cantar


rliuxil, fiç, p sy c h ê vida
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q)ôr|, fjç, f| õ d ê cântico
cb(ps>.éco õp h eleõ aprovechar

xsBN a ^ í-a o i-iia D -?

EDICIONES
SIGUEME n°91 9 788430 1 132 00
DICCIONARIO EXEGETICO
DEL NUEVO TESTAMENTO
II
BIBLIOTECA DE ESTÚDIOS BÍBLICOS
91

Otras obras publicadas


por Ediciones Sígueme:

— L. Coenen (ed.), Diccionario teológico dei N T (BEB 26-29)


— L. Pacomio (ed.), Diccionario teológico interdisciplinar (Vel 66-69)
— A. di Berardino, Diccionario patrístico y de la antigüedad cristiana (Vel 97-98)
— R. Bultmann, Teologia dei N T (BEB 32)
— H. Kõster, Introducción al N T (BEB 59)
— Vocabulário griego dei N T (BEB minor 5)
HORST BALZ
GERHARD SCHNEIDER
(Eds.)

DICCIONARIO EXEGETICO
DEL NUEVO TESTAMENTO

II

Traducido por
CONSTANTINO RUIZ-GARRIDO

SEGUNDA EDICION

EDICIONES SIGUEME
SÂLAMANCA
2002
Esta edición ha sido patrocinada
con la ayuda de INTER NATIONES, Bonn

Cubierta disenada por Christian Hugo Martin

Título original: E xe g etisc h es W õ rterbuch z u m N e u e n T esta m en t I y III

© W. Kohlhammer GmbH, Stuttgart ^1992


© Ediciones Sígueme, S.A., 1998
C/ Garcia Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca/Espana
www.sigueme.es
ISBN: 84-301-1283-9 (obra completa)
ISBN: 84-301-1320-7 (volumen H)
Depósito Legal: S. 625-2002
Impreso en Espana / UE
Imprime: Gráficas Varona
PoKgono El Montalvo, Salamanca 2002
PROLOGO

El Diccionario Exegético dei Nuevo Testamento (DENT), cuyo segundo volumen tiene ante
sus ojos, se sitúa en la tradición dei Theologisches Worterbuch zum Neuen Testament que justa­
mente ahora, 46 anos después de la aparición dei primer volumen, ha finalizado su publicación.
EI Diccionario exegético dei Nuevo Testamento se siente deudor dei Theologisches Worterbuch
zum Neuen Testament y no puede discutirle que para más de una generación de investigadores
ha constituído una documentación excepcional —y durante largo tiempo la única— para el tra-
bajo exegético. Este nuevo Diccionario exegético es la respuesta pertinente a la gran cantidad de
câmbios y nuevos enfoques en la discusión científica especializada así como en el âmbito docen­
te y práctico sobre el Nuevo Testamento. Ha de quedar listo en poco tiempo para estar a disposi-
ción dei usuário como una ayuda cerrada en sí misma y homogéneamente concebida para la
interpretación dei texto.
El Diccionario exegético dei Nuevo Testamento tuvo, desde el principio, un planteamiento
interconfesional. Sus numerosos colaboradores son exegetas católicos y protestantes dei área de
la lengua alemana, de otros países europeos y también dei otro lado dei océano. Estamos, por
consiguiente, ante un diccionario que constituye una muestra de colaboración universal a la com-
prensión dei Nuevo Testamento.
El Diccionario exegético dei Nuevo Testamento colma Ias exigências de un diccionario sobre
los escritos neotestamentarios, porque presenta todos los vocablos dei texto griego, incluídos los
nombres propios, alfabéticamente ordenados. En cada vocablo se ofrecen los datos precisos para
su traducción y exégesis. El mayor interés se centra en la comprensión de cada palabra en su con­
texto. Las palabras cuya raiz y significado coinciden se tratan casi siempre juntas. La especifici-
dad y el objetivo dei Diccionario exegético dei Nuevo Testamento está precisamente en su limita-
ción al vocabulário dei Nuevo Testamento, pero también en su completo tratamiento y en el
subrayado de los contextos exegéticos y teológicos, así como de los fundamentos históricos pre­
cisos. Se presta igualmente atención a las nuevas orientaciones linguísticas, pero no subyace nin-
gún sistema concreto de teoria lingüística.
En cuanto es posible, los artículos parten siempre de los estratos más antiguos de la tradición,
de donde se toma el vocablo correspondiente como portador de sentido. También se abordan los
sentidos posteriores sin que la idea de una evolución o de una corfiguración gradual quiera dise-
nar esquemáticamente la exposición. La confrontación con el abundante material extraneotesta-
mentario se va haciendo en el lugar oportuno (y no en un apartado «de historia de las religio-
nes»). Los editores respondeu de los pequenqs artículos que no están firmados nominalmente.
El Diccionario exegético dei Nuevo Testamento debe prestar un servido a los hombres de
ciência, a los párrocos y a los estudiantes. Se parte siempre de la lengua griega. Pero este traba-
jo debe ser también accesible a quienes no dominan ni el hebreo ni el griego. Por ello todas las
palabras hebreas se transliteran y los términos griegos se ponen a la vez en su forma original y
en su transliteración. Un índice de palabras en castellano ayudará a que las encuentren quienes
no están habituados a partir de palabras griegas.
vin Prólogo

Como editores tenemos que dar Ias gradas, primero a todos los colegas que han intervenido
en esta obra común y que han colaborado en ella. No pocas veces la elaboración dei artículo dei
Diccionario les obligó a posponer otros trabajos. Tenemos que dar también Ias gradas a una lar­
ga lista de anônimos colaboradores en muchos trabajos relacionados con el diccionario. Final­
mente estamos también muy agradecidos a los trabajadores de la imprenta, que hicieron un tra-
bajo concienzudo, así como a la editorial.
Nuestros mejores deseos acompanan al Diccionario exegético en su camino hacia aquellos
que «sobre el terreno» participan en la interpretación y anuncio dei mensaje bíblico.

PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION

La primera edición dei Diccionario exegético dei Nuevo Testamento apareciô en entregas
parciales entre agosto de 1978 y octubre de 1983. Los tres volúmenes se completaron en los anos
1980, 1981 y 1983. Con el tiempo el diccionario se ha acreditado en la praxis de la Iglesia y en
la exégesis científica. Para muchos investigadores constituye un instrumento de trabajo impres-
cindible. Entretanto, se están preparando traducciones al inglês (en Estados Unidos), japonês,
italiano y castellano.
Nos alegramos de poder ofrecer ahora la segunda edición dei Diccionario exegético dei Nue­
vo Testamento. Hay que agradecer a la editorial W. Kohlhammer que haya hecho posible la
segunda edición mejorada y renovada dei Diccionario exegético dei Nuevo Testamento con el
esmero a que nos tiene acostumbrados.

H orst Balz
G erhard S chneider
PLAN DEL DENT

1. La base dei texto dei DENT es la tercera edición The Greek New Testament (New York-
London-Stuttgart 1975) o la vigesimosexta edición de NesÜe-Aland, Novum Testamentum Grae-
ce (editada por K. Aland-M. Black y otros, Stuttgart 1979). Con el texto de ambas coincide la
Vollstãndige Konkordanz zum griechischen Neuen Testament, editada por K. Aland y otros (2
vols., Berlin 1975ss). Pero a los autores dei DENT se les dio la übertad de apartarse de la base de
este «texto normal». El DENT es, conscientemente, un «diccionario de términos», es decir, esta­
dia los términos y vocablos que aparecen en el Nuevo Testamento, y no pretende ser una «enci­
clopédia de temas».

2. Además de los términos dei NT referidos arriba, este Diccionario también recoge Ias
variantes textuales más importantes. De este modo el diccionario puede ser utilizado con cualquier
otra edición dei Nuevo Testamento griego.

3. Todas Ias entradas dei diccionario se pondrán en negrita. Los sustantivos irán acompana-
dos de la desinencia de genitivo y dei artículo; los adjetivos y pronombres aparecerán con Ias desi-
nencias de gênero. A la palabra griega y a su transcripción (en cursiva) sigue la traducción caste-
llana; en algunos casos aparecerá una selección de los significados documentados. Si la palabra
clave se trata en otro vocablo, se indica con el signo

4. Los nombres propios bíblicos siguen la grafia de Ias modernas ediciones de la Biblia, aun-
que en ellos no hay completa uniformidad {La Biblia, de la «Casa de la Biblia», Madrid T995;
Biblia dei Peregrino, Estella 1996) y dei Diccionario enciclopédico de la Biblia, Barcelona 1993,
así como dei Atlas bíblico Oxford, Estella 1988.

5. En la selección bibliográfica al comienzo de cada artículo reside el centro de gravedad


para nuevos trabajos. Los autores están ordenados alfabéticamente. Dentro dei artículo. Ias refe­
rencias bibliográficas se hacen de forma abreviada. También al final de los artículos cortos, sin fir­
mar, hay indicaciones bibliográficas abreviadas. El índice detallado de Ias abreviaturas está en Ias
páginas XV-XXTV.

6. De los artículos firmados nominalmente son responsables sus autores. Lo mismo vale para
Ias selecciones bibliográficas. Los editores se han limitado a una pura elaboración formal de estos
artículos y a corregir errores evidentes. Los mismos autores han corregido sus correspondientes
galeradas.

7. De los artículos (breves) que no llevan firma responden los editores. Puesto que el DENT
no se reduce a ima enciclopédia de temas (con la problemática de un principio selectivo correcto),
se incluyen los vocablos que raramente aparecen o que son hapaxlegomenon.
X Plan dei DENT

8. La estmcturación dei artículo se efectúa conforme a im triple sistema: 1. b) 3). En los


artículos extensos se ofrece al principio un sumario. A veces, los párrafos se destacan poniendo en
cursiva algunas palabras clave.

9. La transliteración de los signos griegos y hebreos se hace de acuerdo con la tabla de la


p.XXXV.

10. Se utilizan los siguientes signos: en el encabezamiento, tras la última palabra de la tra-
ducción hay un asterisco (*) cuando el artículo (o el párrafo) trata o al menos indica todas Ias apa-
riciones en el Nuevo Testamento (temendo en cuenta Ias ediciones a que nos hemos referido en el
n. 1). Con el signo ->• se indica el lugar dei DENT en que se trata el respectivo vocablo o donde
hay información sobre el tema mencionado.

11. Al final de la obra se ofrece un índice de palabras en castellano así como un índice de
los nombres propios que aparecen en el Nuevo Testamento.
AUTORES DEL SEGUNDO VOLUMEN

Annen, Dr. Franz, profesor, Chur (Suiza)


Balz, Dr. Horst, profesor, Bochum
Barth, Dr. Gerhard, profesor, Wuppertal
Bartsch, Dr. Hans-Wemer, profesor, Frankfurt a. M.; murió en 1983.
Bauer, Dr. Johannes B., profesor, Graz (Áustria)
Baumbach, Dr. Günther, docente, Berlín
Beilner, Dr. Wolfgang, profesor, Salzburg (Áustria)
Berger, Dr. Klaus, profesor, Heidelberg
Bergmeier, Dr. Roland, Weingarten
Betz, Dr. Otto, profesor, Tubinga
Beutler, Dr, Johannes, profesor, Frankfurt a. M.
Bõcher, Dr. Otto, profesor, Maguncia
Borse, Dr. Udo, profesor, Bonn
Bouwman, Dr. Gijs, profesor, Tilburg (Holanda)
Bühner, Dr. Jan-Adolf, Tubinga
Dabelstein, Dr. Rolf, Uetersen
Egger, Dr. Willi, profesor, Bressanone (Italia)
Elliger, Dr. Wiirfried, Tubinga
Fendrich, Herbert, Essen; ahora Dr.
Feneberg, Dr. Wolfgang, docente, Múnich
Fiedler, Dr. Peter, profesor, Freiburg i. Br.
Fitzer, Dr. Gottfried, profesor, Viena (Áustria)
Fitzmyer, Dr. Joseph A., profesor, Washington D.C. (USA)
FrankemõUe, Dr. Hubert, profesor, Paderbom
Friedrich, Dr. Johannes H., Nuremberg; ahora en Jerusalén
Giesen, Dr. Dr. Heinz, profesor, Hennef
Goldstein, Dr. Horts, Lihenthal
Haacker, Dr. Klaus, profesor, Wuppertal
Hackenberg, Wolfgang, Witten
Hahn, Dr. Ferdinand, profesor, Múnich
Hartman, Dr. Lars, profesor, Uppsala (Suécia)
Hasler, Dr. Victor, profesor, Berna (Suiza)
Haufe, Dr. Günter, profesor, Greifswald
Hegermann, Dr. Harald, profesor, Múnich
Hofius, Dr. Otfried, profesor, Tubinga
Holtz, Dr. Traugott, profesor, Halle
Hollander, Dr. Harm W, Leiderdorp (Holanda); ahora en Haarlem (Holanda)
Horstmann, Axel, Hamburg
Hübner, Dr. Hans, profesor, Düsseldorf; ahora en Gotinga
Hutter, Uhich, Bonn
KeUermann, Dr. Uhich, profesor, Mülheim
Kertelge, Dr. Karl, profesor, Münster i. W.
xn Autores dei segundo volumen

Kleine, Heribert, Dipl.-Theol., Bochum


Kõhler, Wilhelm, docente, Wuppertal
Rraft, D. Dr. Heinrich, profesor, Kiel
Kramer, D. Helmut, profesor, Bethel; falleció en 1990
Kratz, Dr. Reinhard, Bensheim
Kremer, Dr. Jacob, profesor, Viena (Áustria)
Kretzer, Dr. Armin, Würzburg
Kuhli, Horst, Mag. theol., Kõnigstein i. T.
Kuhn, Dr. Heinz-Wolfgang, profesor, Heidelberg; ahora en Múnich
Lampe, Peter, Berna (Suiza); ahora profesor Dr. en Richmond, Va. (USA)
Langkammer, Dr. Hugolinus,, profesor, Lublin (Polonia)
Larsson, Dr. Edvin, profesor, Oslo (Noruega)
Lattke, Dr. Dr. habil. Michael, Lector, Brisbane (AustraUa)
Légasse, Dr. Simon, profesor, Toulouse (Francia)
Leivestad, Dr. Ragner, profesor, Aas (Noruega)
Lichtenberger, Dr. Hermann, Tubinga; ahora profesor, Münster i. W.
Lüdemann, Dr. Gerd, profesor, Gotinga
Merkel, Dr. Helmut, profesor, Erlangen; ahora en Osnabrück
Merklein, Dr. Hehnut, profesor, Bonn
Michel, D. Otto, profesor, Tubinga
Müller, Dr. Paul-Gerd, profesor, Stuttgart; ahora en Tréveris
Nebe, Dr. Gottfried, Bochum
Nepper-Christensen, Dr. Poul, docente, Aarthus (Dinamarca)
Nützel, Dr. Johannes M., docente, Bamberg; ahora profesor, Münster i. W.
Ollrog, Dr. Wolf-Henning, Darmstadt
Palzkill, Angela, Dipl.-Theol., Bochum
PalzkiU, Elisabeth, Dipl.-Theol., Bochum
Patsch, Dr. Hermann, Múnich
Paulsen, Dr. Henning, profesor, Bielefeld-Bethel; ahora en Hamburg
Pesch, Dr. Dr. Rudolf, profesor, Freiburg i. Br.; ahora en Múnich
Pesch, Dr. Wilhehn, profesor, Maguncia
Pfammatter, Dr. Josef, profesor, Chur (Suiza)
Plümacher, Dr. Eckhard, Berlín
Põhlmann, Dr. Wolfgang, docente, CeUe; ahora profesor, Lüneburg
Popkes, Dr. Wiard, docente, Hamburg
Porsch, Dr. Felix, docente, Stuttgart; ahora profesor. St. Augustin
Pridik, Dr. Karl-Heinz, docente, Wuppertal
Probst, Hermann, Erlangen

Radl, Dr. Walter, docente, Bochum; ahora profesor, Ausburg


Rebell, Dr. Walter, Siegen; ahora profesor
Rissi, Dr. Mathias, profesor, Richmond, Va. (USA); ahora en Stonington, Me. (USA)
Ritt, Dr. Hubert, docente, Wuppertal; ahora profesor, Ratisbona
Rohde, Dr. habil. Joachím, BerKn
Rutenfranz, Morúka, Bochum
Sand, Dr. Alexander, profesor, Bochum
Sanger, Dr. Dieter, Plankstadt; ahora docente, Flensburg
Schelkle, Dr. Dr. Karl Hermann, profesor, Tubinga; falleció en 1988
Schenk, Dr. Wolfgang, docente, Eppstein i. T.; ahora profesor
Schille, Dr. Gottfried, Borsdorf b. Leipzig
Schneider, Dr. Gerhard, profesor, Bochum
Autores dei segundo volumen xm

Schnider, Dr. Franz, profesor, Ratísbona


Schoenbom, Dr. Ulrich, Wetter-Mellnau
Schramm, Dr. Tim, profesor, Hamburg
Schrõger, Dr. Friediich, profesor, Passau
Schunack, Dr. Gerd. profesor, Marburg
Schwank, Dr. Benedikt, profesor, Beuron-Jerusalén
Schwarz, Günther, Diepholz; ahora Dr, Wagenfeld
Schweizer, Dr. Eduard, profesor, Zúrich (Suiza)
Strecker, Dr. Georg, profesor, Gotinga
Thomas, Dr. Johannes, Bremerhaven
Trummer, Dr. Peter, docente, Graz (Áustria)
Võlkel, Martin, Doitmund

Walter, Dr. Nikolaus, docente, Naumburg; ahora profesor, Jena


Weigandt, Dr. Peter, Kassel
Weiser, Dr. Alfons, profesor, Vallendar
Winter, Dr. Martin, Wetter-Oberrosphe
Wolter, Dr. Michael, Maguncia; ahora profesor, Bayreuth
Zeller, Dr. Dieter, profesor, Lucema (Suiza); ahora en Maguncia
Zmijewski, Dr. Josef, profesor, Fulda

Los breves artículos no firmados de los siguientes bloques fiieron redactados por los editores;
columnas: 1-62, 341 (lín. 37)-602, 881-1137, 1374-1542, 1777-1966 (G. Schneider)
columnas: 67-341 (lín. 36), 605-879, 1138-1363, 1544-1774, 1975-2214 (H. Balz)
ABREVIATURAS

1. Libros bíblicos y escritos extracanónicos

a) Antiguo Testamento
Abd Abdías Jon Jonás
Ag Ageo Jos Josué
Am Amós Jue Jueces
Cant Cantar de los cantares Lam Lamentaciones
1 Crón 1 Crônicas Lev Levítico
2 Crón 2 Crônicas Mal Malaquías
Dan Daniel Miq Miqueas
Dt Deuteronomio Nah Nahún
Ecl Eclesiastés Neh Nehemías
Esd Esdras Núm Números
Est Ester Os Oseas
Ex Exodo Prov Provérbios
Ez Ezequiel 1 Re 1 Libro de los reyes
Gén Gênesis 2 Re 2 Libro de los reyes
Hab Habacuc Rut Rut
Is Isaías 1 Sam 1 Libro de Samuel
(Dtis; Tris) Deuteroisaías, Tritoisaías 2 Sam 2 Libro de Samuel
Jer Jeremias Sal Salmos
J1 Joel Sof Sofonías
Job Job Zac Zacanas

Los libros deuterocanónicos (según Ias ediciones católicas de la Biblia) o apócrifos (según Ias edicio-
nes protestantes), que aparecen únicamente en la versión de los Setenta, se citan con Ias siguientes siglas:
AdDan Adiciones [gr.] a Daniel Jdt Judit
AdEst Adiciones [gr.] a Ester 1 Mac 1 Libro de los macabeos
Bar Baruc 2 Mac 2 Libro de los macabeos
Eclo Eclesiástico Sab Sabiduría
EpJer Epístola de Jeremias Tob Tobías
Cuando se toma la cita de la Setenta, aparecerá después de la cita la indicación LXX.

b) Nuevo Testamento
Ap Apocalipsis 3 Jn 3 Carta de Juan
Col Carta a los colosenses Lc Evangelio según san Lucas
1 Cor 1 Carta a los corintios Mc Evangelio según san Marcos
2 Cor 2 Carta a los corintios Mt Evangelio según san Mateo
Ef Carta a los efesios 1 Pe 1 Carta de Pedro
Fim Carta a Filemón 2 Pe 2 Carta de Pedro
Flp Carta a los fílipenses
Rom Carta a los romanos
Gál Carta a los gaiatas
Heb Carta a los hebreos Sant Carta de Santiago
Hech Hechos de los Apóstoles 1 Tes 1 Carta a los tesalonicenses
Jds Carta de Judas 2 Tes 2 Carta a los tesalonicenses
Jn Evangelio según san Juan 1 Tim 1 Carta a Timoteo
1 Jn 1 Carta de Juan 2 Tim 2 Carta a Timoteo
2 Jn 2 Carta de Juan Tit Carta a Tito
Para los testigos de la tradición textual dei Nuevo Testamento se utilizan Ias abreviaturas de Nestle-
Aland (NTG) o de The Greek New Testament (GNT), a excepción de «Koiné» y «Sin».
XVI Abreviaturas

c) Escritos extracanónicos y Padres apostólicos

AntBibl Antigüedades bíblicas dei Pseudo- HechPab Hechos de Pablo


Filón HechPe Hechos de Pedro
ApAbr Apocalipsis de Abrahán HechTom Hechos de Tomás
ApBar (gr) Apocalipsis de Bamc (griego) Hen (et) Apocalipsis de Henoc (etiópico)
ApBar (sir) Apocalipsis de Baruc (sinaco) Hen (gr) Apocalipsis de Henoc (griego)
ApEl Apocalipsis de Elias Hen (heb) Apocalipsis de Henoc (hebreo)
ApEsd (gr) Apocalipsis de Esdras (griego) Hen (esl) Apocalipsis de Henoc (eslavo)
ApEz Apocalipsis de Bzequiel Herm (m, s, v) (Pastor de) Hermas (mandata, simi-
ApMos Apocalipsis de Moisés litudines, visiones)
ApPe Apocalipsis de Pedro Ign Ignacio de Antioquía (Ef[esios],
ApSid Apocalipsis de Sidrac Magn[esios], Fil[adelfos],
ApSof Apocalipsis de Sofonías Pol[icarpo], Rom[anos],
Arist Carta de Aristeas Esm[imiotas], Tral[ianos])
Aristób Aiistóbulo InfTom Relato de la infancia, de Tomás
Ascis Ascensión de Isaías Jub Libro de los Jubileos
AscMos Ascensión de Moisés JyA José y Asenet
Bem Carta de Bemabé KgPe Ketygma Petri
CD Escrito de Damasco (de El Cairo) Laod Carta a los laodicenses
1 Ciem 1 Carta de Clemente 3 Mac 3 Libro de los Macabeos
2 Ciem 2 Carta de Clemente 4 Mac 4 Libro de los Macabeos
Did Didaché Martis Martírio de Isaías
Diogn Carta a Diogneto MartPol Martirio de Policarpo
EpJer Epístola de Jeremias OdSl Odas de Salomóm
EpSant Epístola de Santiago OrMan Oración de Manasés
3 Esd 3 Libro de Esdras ParJer Paralipomena Jeremiae
4 Esd 4 Libro de Esdras Polic Carta de Policarpo
5 Esd 5 Libro de Esdras ProtEv Protoevangelio (de Santiago)
6 Esd 6 Libro de Esdras SalSl Salmos de Salomón
EvEb Evangelio de los ebionitas Sib Sibilinos (oráculos)
EvEg Evangelio de los egipcios TestAbr Testamento de Abrahán
EvFel Evangelio de FeHpe TestJob Testamento de Job
EvHeb Evangelio de los hebreos TestSl Testamento de Salomón
EvNaz Evangelio de los nazarenos TestXn Testamento de los doce patriarcas
EvPe Evangelio de Pedro (As[er], Ben[jamín], Dan, Gad, ls[acar],
EvTom Evangelio de Tomás Jos[é], Jud[á], Lev[í], Neíltalí], Rub[én],
EvVer Evangelium veritatis Sim[eón], Zab[ulón])
HechAndr Hechos de Andrés VidAd Vida de Adán y Eva
HechJn Hechos de Juan VitProph Vitae prophetarum

d) Textos de Qumrán

IQDf 1 Manuscrito dei Deuteronomio IQIs- 1 Manuscrito de Isaías


IQDP 2 Manuscrito dei Deuterononáo IQIs- 2 Manuscrito de Isaías
IQDM (1Q22) Discursos de Moisés IQM Rollo de la guerra
IQapGén Apócrifo dei Gênesis IQMyst (1Q27) Libro de los secretos
IQH RoUo de los himnos (hodayot) KJpHab Comentário de Habacuc
Abreviaturas XVII

IQpMiq Comenttuio de Miqueas 4QpIs'’ Comentário a Is 5


K^Sof (1Q15) Comentário de Sofonías 4QpIs‘ Comentário ais 30, 15-18
IQS Regia de la secta 4QpIs'‘ Comentário a Is 54, 11-12
IQS* (1Q28*) Regia complementaria 4ÇJpNah Comentário de Nahún
IQS'>(1Q28'’) Libro de Ias bendiciones 4QpPs 37 Comentário al salmo 37
4QDt 32 Manuscrito Dt 32 4QPrNab Oración de Nabonid
4QEx" Manuscrito dei Exodo 4QSam’ 1 Manuscrito de Samuel I y n
4QFlor Florilegio 4QSam'’ 2 Manuscrito de Samuel I y II
4QPatr Bendición de los Patriarcas 4QTest Testimonia
4QpOs“ Comentário a Os 4, 15 4QTestLevi Testamentum Levi
4QpOs'- Comentário a Os 2, 8.10.11-13 6QD Escrito de Damasco (Fragmentos)
4QpIs” Comentário ais 10, 28-11,14 llQtgJob Targum de Job

e) Literatura rabínica

Se utilizarán Ias abreviaturas normales.

Ejemplos:

San 1, 4 Misná, Tratado Sanedrín, capítulo


1, § 4 jSan 2, 21b Talmud jerosoümitano (palesti-
TosSan 1, 4 Tosefta, Tratado Sanedrín, capítulo nense). Tratado Sanednn, capítulo
1, §4 2, hoja 21, columna 2.
bSan 31a Tabnud babilónico. Tratado Sane- Midrasim GénR, Mek, SifraLev, Sifre,
drín, hoja 31, columna 1. MidrEcl (por ejemplo)

f) Textos de Nag Hammadi

Fuera de Ias siglas indicadas en el apartado c). Ias citas y uso de abreviaturas serán tomadas de Gno-
sis undNeues Testament, editado por K.-W. Trõger, Gütersloh 1973, 20s.
xvm Abreviaturas

2. Autores y escritos griegos, latinos, judios y cristianos


(Las cifras romanas indican siglos)

Aecio Amideno VI p.C. (ed. A. Olivieri, CMG Ach = Achamenses; Av = Aves; Eccl = Eccle-
VIII/1-2 1935,1950) siazusae; Eq = Equites; Lys = Lysistrata; Nu =
Agustín rV/V p.C. (PL 32-47 1845ss; CSEL 12, Nubes; PI = Plutus; Ra = Ranae; Thes = Thes-
25, 28, 33, 34, 36, 40, 41, 43, 44, 47, 51, 52, mophoriazusae; Vesp = Vespae
57. 58, 60, 63, 74, 77, 80, 84 1887ss) Aristóteles IV a.C. (ed. I. Bekker y otros, 183 Iss;
CivD = De Civitate Dei [La Ciudad de Dios]; ^1960ss)
Cresc = Contra Cresconium; Ep = Epistulae An = De Anima [Acerca dei alma]; AnPost =
[Cartas]; Faust = Contra Faustum Manichaeum; Analytica Posteriora [Analíticos Segundos];
JohEvTract = In lohannis Evangelium Tracta- AnPri = Analytica Priora [Analíticos Prime-
tus; SctVirg = De Sancta Virginitate; Serm = ros]; Cael = De Caelo; Cat = Categoriae [Cate­
Sermones gorias]; EthEud = Ethica Eudemia; EthM =
Alcifronte II p.C. (ed. A. R. Benner-F. H. Fobes, Ethica Magna; EthNic = Ethica Nicomachea;
1949, reimpresión 1962) GenAn = De Generatione Animalium [Investi-
Alejandro de Afrodisia Ü/III p.C. (ed. I. Bruns, gación sobre los animales]; GenCorr = De
Generatione et Corruptione [Acerca de la gene-
Supplementum Aristotelicum II/1-2 1887, ración y la corrupción]; HistAn = Historia Ani­
1892) malium; Metaph = Metaphysica [Metafísica];
An = De Anima; Fat = De Fato Meteor = Meteorologica; MotAn = De Motu
Ambrosio IV p.C. (CSEL 32, 62, 64, 73 1897ss) Animalium; Oec = Oeconomica; PartAn = De
Amiano Marcelino IV p.C. (ed. C. U. Clark-L. Partibus Animalium; Phys = Physica [Física];
Traube-W. Heraeus, II-II ^1963) Poet = Poética; Pol = Politica; Ftobl = Proble-
Anacreonte VI a.C. (ed. D. L. Page, 1962) mata; Rhet = Rhetorica; Spir = De Spiritu
Anaxágoras V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Arrio Dídimo I a/p.C. (ed. H. Diels, Doxographi
Fragmente der VorsokratikerJi ”1964) Graeci, 4958)
Anaximandro VI a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Artemídoro II p.C. (ed. R. A. Pack, 1963)
Fragmente der Vorsokratikerl ”1964) Onirocr = Onirocriticus
Anaxímenes VI a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Asclepio hasta el I p.C. (ed. A. D. Nock-A. J. Fes-
Fragmente der Vorsokratikerl ”1964) tugière, Corpus Hermeticum II ^1960)
Andócides V a.C. (ed. G. Dalmeyda, ^1960) Ateneo E p.C. (Ch. B. Gulick, I-VE 1927-1941;
Anecdota Graeca (ed. J. F. Boissonade, I-V 1829- reimpresiones)
1833) Atenágoras E p.C. (ed. E. Goodspeed, Die altesten
Antifonte V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Frag­ Apologeten, 1914; P. Ubaldi-M. Pellegrino,
mente der Vorsokratiker II ”1964) 1947)
Apiano II p.C. (ed. P. Viereck-A. G. Roos, I-II Suppl = Supplicatio
1939, 1905; I reimpresión 1962)
BellCiv = Bella Civilia Romana; RomHist = Baquílides V a.C. (ed. B. SneU-H. Maehler, ‘“1970)
Romanae Histoiiae Calímaco EI a.C. (ed. R. PfeUfer, I-E 1949, 1953;
Apolonio Díscolo II p.C. (ed. R. Schneider-G. 14965)
Ulding, Grammatici Graeci II/1-3 1878-1910) Hymn = Hymni; Epigr = Epigrammata
Synt = De Syntaxi Cicerón I a.C. (ed. A. Klotz y otros, 1914ss)
Apolonio de Rodas III a.C. (ed. H. Frankel, 1961) Att = Epistulae ad Atticum; DeOrat = De Ora-
Apuleyo n p.C. (ed. R. Helm-P. Thomas, I-II 1908, tore; Divin = De Divinatione; Fam = Epistulae
1913; 1H955; H ^959) ad Familiares; Fin = De Finibus Bonorum et
Met = Metamorphoses Malorum; Lael = Laelius; Mil = Pro Milone;
Aquiles Tacio n p.C. (ed. E. Vilborg, 1955) NatDeor = De Natura Deorum; Off = De Offi-
Areteo Médico II p.C. (?) (ed. C. Hude, CMG II ciis; Or = Orationes, Orator = Orator ad M.
n958) Brutum; Rep = De Re Publica; SomScip =
Arg = Argumentum Somnium Scipionis; Tusc = liisculanae Dispu-
Arístides II p.C. (ed. E. Goodspeed, Die altesten tationes; Verr = In Verrem
Apologeten, 1914) Clemente de Alejandría E/IE p.C. (GCS 4 2 , 4 7 ,
Apol = Apologia [39], ^52 1905SS)
Aristófanes V/IV a.C. (ed. V. Coulon-H. van Dae- EclProph = Eclogae Propheticae; ExcTheod =
le, I-V 1923-1930; reimpresiones) Excerpta ex Theodoto; Paed = Paedagogus;
Abreviaturas XDC

Prot = Protreptícus; QuisDivSalv = Quis Dives Elegiaca; Eum = Eumenides [Las Euménides];
Salvetur; Strom = Stromata Pers = Persae [Los Persas]; Prom = Prome-
Constitutiones Apostolorum III/IV p.C. (ed. F. X. theus Vinctus [Prometeo encadenado]; Supp =
Funk, 1905) Supplices [Las Supücantes]; SeptTheb = Sep-
Comelio Nepote I a.C. (ed. A. M. GuiUemin, 1961) tem contra Thebes [Los Siete contra Tebas]
Alt = T. Pomponius Atticus; Vit = Vitae Esquines IV a.C. (ed. V. Marin-G. de Budé, H952)
Comuto 1 p.C. (ed. C. Lang, 1881) Ep = Epistulae
TheolGraec = Theologia Graeca Estobeo, Juan V p.C. (ed. C. Wachsmuth-O. Hen-
Corp[us] Henn[eticum] hasta el siglo I p.C. (ed. A. se, I-V 1884-1923)
D. Nock-A. J. Festugière, I-IV 1945-1954; I-Il Ecl = Eclogae
H960) Estrabón I a.C. (ed. H. L. Jones, I-VIU 1917-1932;
Crisóstomo I V p . C . (PG 47-64 1862ss) reimpresiones)
Eurípides V a.C. (ed. L. Méridier y otros, I-VII
Demócrito V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Frag­ 1925-1961; IH961; IIH960; V H961)
mente der Vorsokratiker II “1964) Alc = Alcestis; Andr = Andromache [Andró-
Demóstenes IV a.C. (ed. S. H. Butcher-W. Rennie, maca]; Archel = Archelaus [Arquelao]; Ba =
I-in 1903-1931; reimpresiones) Bacchae [Bacantes]; El = Electra; Epigr = Epi-
Or = Orationes; Ep = Epistulae grammata; Hec = Hecuba [Hécuba]; Hei =
Didascalia Siiíaca UI p.C. (ed. F. X. Funk, 1905) Helena; Heracl = Heraclidae [Heráclidas];
Diodoro Sículo I a./p.C. (ed. C. H. Oldfather y HercFur = Hercules Furens [Hércules enfure­
otros, I-Xn 1933-1967; reimpresiones) cido]; Hipp = Hippolytus [Hipólito]; IphAul =
Diógenes Laercio n i p.C. (ed. H. S, Long, 1964) Iphigenia Aulidensis [Ifigênia en Aulide]; Iph
Dión Casio Coceyano II/III p.C. (ed. U. P. Boisse- Taur = Iphigenia Taurica [Ifigênia entre los
vain, I-V 1895-1931; I-IV reimpresión 1955; Tauros]; Med = Medea; Or = Orestes; Phoen =
V reimpresión 1959) Phoenissae [Fenicias]; Suppl = Supplices [Su­
Dión Crisóstomo I/II p.C. (ed. J. W. Cohoon-H. L. plicantes]; Tro = Troiades [Troyanas]
Crosby, I-V 1932-1951; reimpresiones) Eusebio n m v p.C. (GCS 7.9, 1-3.11, 1-2.14.20.
Or = Orationes 23.43, 1-2. H7 1902ss)
Dionisio de Halicamaso I a.C. (ed. C. Jacoby, I-V DemEv = Demonstratio Evangélica; HistEccl
1885-1925; E. Cary, I-VH, 1937-1950; reim­ = Historia Ecclesiastica; Marc = Contra Marce-
presiones) llum; PraepEv = Praeparatio Evangélica; Teoph
AntRom = Antiquitates Romanae; Compos = Teophania; VitConst = Vita Constantini
Verb = De Compositione Verborum
Filodemo el Filósofo I a.C. (ed. C. Jensen, itepl
Eliano n/III p.C. (ed. R. Hercher, I-II 1864-1866; xaxLãv, 1911; A. Olivieri, itegl itaQçqaíaç,
NatAn A. F. Scholfield, I-IH 1858-1859) 1914; C. Wilke, De Ira, 1914)
Ep = Epistulae; NatAn = De Natura Anima- Filón de Alejandría I a./p.C (ed. L. Cohn-P. Wend-
lium; VarHist = Varia Historia land-S. Reiter, I-VI 1896-1915; Vn,l-2: índi­
Elio Arístides B p.C. (ed. B. Keil H958; W. Din- ces, ed. J. Leisengang, 1926; reimpresión 1962-
dorf, I-in 1829; reimpresión 1964) 1963)
Or = Orationes Abr = De Abrahamo; Aet = De Aeternitate
Eneas Táctico IV a.C. (ed. A. Dain-A. M. Bon, Mundi; Agr = De Agricultura; All = Legum
1967) AUegoiiae; Cher = De Chembim; Conf = De
Empédocles V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Confusione Linguarum; Congr = De Congres-
Fragmente der Vorsokratiker I “1964) su Eruditionis Gratia; Decai = De Decalogo;
Epicteto m p.C. (ed. H. Schenkl, H916) Det = Quod Deterius Potiori insidiati soleat;
Diss = Dissertationes; Ench = Enchiridion; Ebr = De Ebrietate; Exsecr = De Exsecrationi-
GnomStob = Gnomologium Epicteteum Sto- bus; Flacc = In Flaccum; Fug = De Fuga et
baei Inventione; Gig = De Gigantibus; Her = Quis
Epicuro IV/ni a.C. (ed. G. Arrighetti, 1960) Rerum Divinarum Heres sit; Imm = Quod
Epifanio W /V p.C. (ed. K. Holl, GCS 25, 31, 37 Deus sit Iimnutabilis; Jos = De Josepho; Leg
1915SS) Gai = Legatio ad Gaium; Migr = De Migratio-
Haer = Hareses ne Abrahami; Mut = De Mutatione Nominum;
Esquilo V a.C. (ed. D. Page, 1972) Op = De Opificio Mundi; Plant = De Planta-
Ag = Agamemnon [Agamenón]; Choeph = tione; Post = De Posteritate Caini; Praem = De
Choephori [Las Coéforas]; Eleg = Fragmenta Praemiis et Poenis; Prov = De Providentia;
XX Abreviaturas

Sacr = De Sacrificiis Abelis et Caini; Sobr = Ireneo n/m p.C. (ed. W. Harvey, 1875; reimpre­
De Sobrietate; Som = De Somniis; SpecLeg = sión 1949)
De Specialibus Legibus; Virt = De Wtutibus; Haer = Adversus Haereses
VitCont = De Vita Contemplativa; VitMos = Isócrates V/TV a.C. (ed. G. Mathieu-E. Brémond,
De Vita Mosis I-IV 1928-1962)
QuaestGenCEx) = Quaestiones in Genesin (Exo- Areop = Areopagiticus
dum) (ed. R. Marcus, Philo Supplement, I-II
1953; reimpresión 1961) JámbUco m/IV p.C. (ed. G. Parthey, 1875; H. Pis-
Filóstrato n /m p.C. (ed. C. L. Kayser, I-ü 1870, telli, 1888; reimpresión 1967; L. Deubner,
1971; reimpresión 1964) 1937; H975)
Heroic = Heroicus; VitAp = Vita Apollonii; Vit CommMathScient = De Communi Mathemati-
Soph = Vita Sophistarum ca Scientia; Myst = De Mysteriis; Protr = Pro-
Fírmico Materno IV p.C. (ed. K. Ziegler, 1953) trepticus; ITieolArithm = Theologia Arithmeti-
ErrProfRel = De Errore Profanarum Reügio- ca; VitPyth = De Vita Pythagorica
num Jenofonte V/TV a.C. (ed. E. C. Marchant, I-V
Focio DC p.C. (ed. R. Hemy, 1959ss) 1900-1920)
Lex = Lexikon Ag = AgesUaus; An = Anabasis [Anábasis]; Ap
= Apologia Socratis [Apologia de Sócrates];
Galeno II p.C. (ed. H. Diels y otros, CMG V/1-2 Cyrop = Cyropaedia [Ciropedia]; Hist = Histo­
1914SS) ria Graeca (HeUenica) [Historia de Grécia];
Gelasio V p.C. (ed. G. Lx>eschcke-M. Heinemann, Mem = Memorabüia Socratis
GCS 18, 1918) Jerónimo IV/V p.C. (PL 22-30 1865ss; I. Hilberg,
HistEccl = Historia Ecclesiastica CSEL 54-56 1910ss)
Gorgias V/VI a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Josefo Flavio I p.C. (ed. B. Niese, 1887-1890;
Fragmente der Vorsokratikeríí ”1964) reimpresión 1955; O. Michel-O. Bauemfeind,
Hei = Helena; Pal = Palamedes De Bello ludaico, I-m 1959-1969)
Ant = Antiquitates ludaicae [Antigüedades de
los Judios]; Ap = Contra Apionem [Contra
Heráclito Y W a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Apión]; BeU = De Bello ludaico [Las Guerras
Fragmente der Vorsokratiker I "1964) de los Judios]; Vita = Vita losephi [Autobio­
Herodiano II/HI p.C. (ed. K. Stavenhagen, 1922) grafia]
Hist = Historiae Justino Mártir H p.C. (ed. E. Goodspeed, Die ãltes-
Herodoto V a.C. (ed. Ph. E. Legrand, I-IX 1932- ten Apologeten, 1914)
1955) Apol = Apologia [Apologia]; Dial = Dialogus
Hesíodo VIIIATI a.C. (ed. P. Mazon, 1951) cum Tryphone ludaeo [Diálogo con Trifón];
Hesiquio V p.C. (ed. K. Latte, 1953ss) Epit = Epitome
Hierocles V p.C. (ed. F. W. A. MuUach, Fragmen­ Juvenal I/H p.C. (ed. W. V. Clausen, 1962)
ta Philosophorum Graecorum 1 1860) Sat = Satirae [Sátiras]
CarmAur = In Aureum Pythagorae Carmen
Commentarius Lactancio m/TV p.C. (ed. S. Brandt-G. Laubmann,
Hipócrates V a.C. (ed. E. Littré, I-DÍ 1839-1861) CSEL 19.27 1890ss: H. Kraft-A. Wlosok, De
Acut = De Ratione Victus in Morbis Acutis; Ira Dei, 1957)
Epid = Epidemiae; Morb = De Morbis Mube- Inst = Divinae Institutiones; Ira = De Ira Dei
rum; Progn = Prognosticum; VetMed = De Vete- Lisias V/IV a.C. (ed. L. Gemet-M. Bizos, ^1955)
te Medicina; Vict = De Ratione Vicms Salubris Livio I a./p.C (ed. R. S. Conway-C. F. Walters-S.
Hipólito n/m p.C. (GCS 1.26. H6 1897ss) K. Johnson-A. H. McDonald, I-IV 1914-1935;
Phil = Philosophmnena; Ref = Refutatio Om- reimpresiones 1960-1964; V 1965)
nium Haeresium Luciano n p.C. (ed. C. Jacobitz, I-IV 1836-1841;
Homerici Hymni [Himnos Homéricos] desde VH K. Mras, 1954)
a.C. (ed. Th. W. AUenn, 1946) Alex = Alexander sive Pseudomantis; Asin =
Homero Vin/VIIa.C. (ed. D. B.Monro-Th. W. Allen, De Asino; Hermot = Hermotimus; Indoct =
I-V1902-1912; I-ü H920; m H917; IV ^919) Adversus Indoctum; JupConf = Juppiter Con-
II = nias [níada]; Od = Odyssea [Odisea] futams; JupTrag = Juppiter Tragoedus; Peregr
Horacio Flaco I a.C. (ed. Klingner, H959) Mort = De Peregrini Morte; Pseudolog = Pseu-
Carm = Carmina [Odas]; Sat = Satirae [Sáti­ dologista; Salt = De Saltatione; VitAuct =
ras] Serm = Sermones [Charlas] Vitarum Auctio
Abreviaturas XXI

Marco Aurélio Antonino II p.C. (ed. W. Theiler, Plinio el Viejo Ip.C. (ed. K. Mayhoff-L. lan, I-V
1951) 1892-1909)
Máximo Tino H p.C. (ed. H. Hobein, 1910) NatHist = Naturalis Historia
Menandro IV/III a.C. (ed. A. Kõrte, I-II 1947, Plotino n p.C. (ed. P. Henry-H. R. Schwyzer, I-IH
1953; nueva edición, ed. A. Thierfelder, ^1957, 1951-1973)
"1959) Enn = Enneaden [Eneadas]
Musonio Rufo I p.C. (ed. O. Hense, 1905) Plutarco I/n p.C. (ed. W. R. Paton y otros, 1925ss)
Alex = De Alexandro; AlexFort = De Alexan-
Orígenes H/m p.C. (PG 11-17 1857ss; GCS 2.3.6. dri Fortuna aut Virtute; Amat = Amatorius;
10.22.29.30.33.38.40.41,1. Hl,2. "49 1899ss) AmatNarr = Amatoriae Narrationes; Anton =
Cels = Contra Celsum; Orat = De Oratione; De Antonio; Apophth = Apophthegmata Regum
Princ = De Principiis et Imperatorum; Athen = De Gloria Athenien-
Orphei Hymni (ed. W. Quant, "1955) sium; Aud = De Audiendo; CatoMaior = De
Orphica (ed. E. Abel, 1885) Catone Maiore; CatoMinor = De Catone Mi­
Orphicorum Fragmenta (ed. O. Kem, 1922) nore; CommNot = De Communibus Notitiis
Ovidio Nasón I a./p.C. (ed. R. Ehwald-F. W. Lenz- adversus Stoicos; Cons = Consolatio ad Apo-
F. W. Levy, I-IÜ 1906-1932) llonium; Def = De Defectu Oraculorum;
Fast = Fasti; Metam = Metamorphoses [Meta- Demetr = De Demetrio; Fort = De Fortuna;
morfosis] GenSocr = De Genio Socratis; Is = De Iside et
Osiride; LatViv = De Latenter Vivendo; Lib
Parménides V W a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Educ = De Liberis Educandis; Plac = De Pla-
Fragmente der Vorsokratiker I ‘4964) citis Philosophorum; Pomp = De Pompeio;
Passio Perpetuae etFelicitatis [Martirio de Ias San­ PraecConiug = Praecepta Coniugalia; Praec
tas Perpetua y Felicidad] (ed. C. van Beek, GerReip = ftaecepta Gerendae Reipublicae;
1936) Pyth = De Pythiae Oraculis; QuaestConv =
Pausanias II p.C. (ed. F. Spiro, 1903) Quaestiones Convivales; QuesfPlat = Quaes-
Píndaro V W a.C. (ed. B. Snell, 1964) tiones Platonicae; SeptSap = Septem Sapien-
Isthm = Isthmia [Istmicas]; Nem = Nemea tium Convivium; Stoic = De Stoicorum Repug-
[Nemeas]; Olymp = Olympia [Olímpicas]; nantiis; SuavVivEpic = Non posse suaviter
Pyth = Pythia [Píticas] vivi secundum Epicurum; Superst = De Supers-
Pistis Sophia n i p.C. (ed. C. Schmidt-W. Till, Kop- titione; Tranq = De Tranquillitate Animi
tisch-gnostische Schriften I, GCS H5 1959; Polibio III/II a.C. (ed. Th. Büttner-Wobst, I-V
reimpresión 1962) "1963-1964)
Platón V m a.C. (ed. J. Bumet, I-V 1900-1907; Porfirio UI p.C. (ed. A. Nauck, "1886)
reimpresiones) Abst = De Abstinentia; Antr = De Antro
Ap = Apologia [Apologia]; Charm = Charmides Nympharum; Christ = Adversus Christianos;
[Cármides]; Clit = CHtopho; Crat = Cratylus Marc = Ad Marcellam; VitPlo = Vita Plotini;
[Crátilo]; Critías; Ciito [Critón]; Ep = Epistu- VitPyth = Vita Pythagorae
lae [Cartas]; Euthyd = Euthydemus [Euti- Posidonio n/I a.C. (ed. F. Jacoby, Die Fragmente
demo]; Euthyphr = Euthyphron [Eutifrón]; der griechischen Historiker II A, reimpresión
Gorg = Gorgias; Hi = Hippias [Hipias], I 1961)
Maior [Mayor], II Minor [Menor]; lon; La = Proclo V p.C. (ed. G. Friedlein, In Primum Eucli-
Laches [Laques]; Leg = Leges; Lys = Lysis dis Librum Commentarius, 1873; W. Kroll, In
[Lisis]; Men = Meno [Menon]; Menex = Platonis Rempublicam Commentarii, I-II1899,
Menexenus [Menéxeno]; Pann = Parmenides 1901; E. Diehl, In Platonis Timaeum Commen­
[Parménides]; Phaed = Phaedo [Fedón]; tarii, I-ni 1903-1906; E. R. Dodds, Insütutio
Phaedr = Phaedrus [Fedro]; Phileb = Philebus Theologica, 1933)
[Filebo]: Pol = Politicus [Político]; Prot = Pro- Eucl = In Euclidem Commentarius; Inst = Ins-
tagoras [Protágoras]; Resp = Respublica [El titutio Theologica; RemPubl = In Platonis Rem
Estado]; Soph = Sophista [Sofista]; Symp = Publicam Commentarius; Tim = In Platonis
Symposion [Banquete]; Theaet = Theaetetus Timaeum Commentarius
[Teeteto]; Tim = Timaeus [Timeo] Pseudo-Clementinas, Hormlías hasta IV p.C. (ed.
PUnio el Joven ¥Í1 p.C. (ed. M. Schuster-R. Hans- B. Rehm-J. Irmscher-F. Paschke, GCS "42
lik, 4958) 1969; W. Frankenberg, TU 48,3 1937)
XXII Abreviaturas

Pseudo-Clementinas, Recogniciones hasta IV p.C. Suidas X p.C. (ed. A. Adler, I-V 1928-1938; reim­
(ed. B. Rehm-F. Paschke, GCS 51 1965; W. presión 1967-1971)
Frankenberg, TU 48,3 1937) Taciano II p.C. (ed. E. Goodspeed, Die altesten
Pseudo-Platón (ed. J. Bumet, I-V 1900-1907; Apologeten, 1914
reimpresiones) OrGraec = Oratio ad Graecos
Alc = Alcibiades, I Maior, II Minor; Amat = Tácito Comelio I/II p.C. (ed. E. Koestermann, I
Amatores; Ax = Axiochus; Def = Definitiones; U965; H/1 U969; W2 ^970)
Demod = Demodocus; Ep = Epistulae; Epin = Aim = Annales [Anales]; Hist = Historiae [His­
Epinomis; Eryx = Eryxias; Hipp = Hipparchus; torias]
Just = De lusto; Min = Minos; Sis = Sisyphus; Teócrito m a.C. (ed. A. S. F. Gow, I-H 1950)
Theag = Theages; Virt = De Virtute IdyU = Idyllia
Teófilo II p.C. (ed. G. Bardy-M. Sender, SC 20
Quintiliano I p.C. (ed. L. Radermacher, I T965; II 1948)
U965) Autol = Ad Autolycum
InstOrat = Institutio Oratória Teofrasto rV/m a.C. (ed. F. Wimmer, 1854-1862;
P. Steinmetz, 1960)
Salustio rv p.C. (ed. Kurfess, reimpresión 1972) Char = Characteres [Caracteres]; Hist = Histo­
Séneca I p.C. (ed. A. Bourgery-R. Waltz, 1923ss ria Plantarum [Historia de las plantas]
[Dialogi]; F. Préchac-H. Noblot, 1945ss [Ep]; Tertuliano (Quintus Septimius Tertullianus Flo-
F. Préchac, 1961 [Ben; Ciem]; P. Oltramare, rens) IWn p.C. (CSEL 20.47.69.70.76 1890ss;
CChr 1-2 1954)
U961 [Nat])
Ben = De Beneficiis; Ciem = De Clementia; Apol = Apologeticum [Apologia]; Bapt = De
Baptismo [Acerca dei bautismo]; Marc = Ad-
Ep = Epistulae Morales; Ira = De Ira; Marc = veisus Marcionem [Contra Marción]; Mart=Ad
Ad Mareiam De Consolatione; Nat = Naturales Martyres [Acerca de los mártires]; PraescrHaer
Quaestiones; Vita = De Vita Beata = De Praescriptione Haereticorum [Acerca de
Sexto Empírico IWII p.C. (ed. H. Mutschmann-J. la prescripeión de los herejes]; Pud = De Pudi-
Mau, I-in 1914ss; IV; índices, ed. K. Janácek, citia [Acerca dei pudor]; Vai = Adversus
H962) Valentinianos [Contra los valentinianos]
Gramm = Adversus Grammaticos; Math = Tibulo I a.C. (ed. F. W. Lenz, 1937)
Adversus Mathematicos; PyrrhHyp = Pyrrho- Tucídides V a.C. (ed. H. S. Jones, I-H; reimpresión
neae Hypotyposes 1974)
Sófocles V a.C. (ed. A. C. Pearson, Í924; reimpre­
siones) Vettio Valente II p.C. (ed. W. Kroll, 1908)
Ai = Aiax [Ayante]; Ant = Antigone [Antígo- VirgUio I a.C. (ed. F. A. Hirtzel, 1900; reimpresio­
na]; El = Electra; OedCol = Oedipus Coloneus nes; R. Ellis, Appendix Vergiliana, 1907; reim­
[Edipo en Colono]; Oediyr = Oedipus lyran- presiones)
nus [Edipo Rey]; Phil = Philoctetes [Filocte- Aen = Aeneis [Eneida]; Ecl = Eclogae [Eglo-
tes]; Trach = Trachinieae [Las Traquinias] gas]; Georg = Georgica [Geórgicas]
Suetonio Tranquilo I/n p.C. (ed. H. Ailloud, I-III Vitae Aesopi (ed. B. E. Perry, 1952)
1930; U954-1955)
Caes = De Vita Caesarum [Vida de los doce Zenón V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Frag­
Césares] mente der Vorsokratiker 1 “1964)
Abreviaturas xxm

3. Inscripciones, documentos, fragmentos, papiros y antologias griegos y latinos


ÃgU Ãgyptische Urkunden aus den Staatlichen Friedlânder P. Fiiedlânder-H. B. Holfleit, Epi­
Museen zu Berlin. Griechische Urkunden I-IX, grammata; Qreek Inscriptions in Verse, from the
Berlin 1895-1970 Beginnings of the Persian Wars, Berkeley 1948
vAmim J. von Amim, Stoicorum Veterum Frag­ GLP Greek Literary Papiry, ed. D. L. Page, Lon-
menta I-IV, Leipzig 1903-1924; reimpresión, don/Cambridge Mass. 1942
Stuttgart 1964 GVI Griechische Vers-Inschriften, ed. W. Peek,
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CIA Corpus Inscriptionum Atticarum I-in. Ap- 1965
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den, Sonderheft, Berlin 1907
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rum Religionis Mithriacae I-B, ed. M. J. Verma- London 1900
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CIS Corpus Inscriptionum Semiticarum, Paris m , ed. G. ViteUi, Milano 1906.1915: E, ed. D.
1887SS Comparetti, Milano 1908-1911; reimpresión,
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EpigrGraec Epigrammata Graeca ex lapidibus London 1955
conlecta, ed. G. Kaibel, Berlin 1878 PapLeiden Papyri Graeci Musei Antiquarii pu-
FAC Fragments of Attic Comedy I-III B, ed. J. plici Lugdiuii-Batavi, ed. C. Leemans, I-E, Lei­
M. Edmonds, Leiden 1957-1961 den 1843.1885
FGH Die Fragmente der griechischen Historiker PapLeipzig Griechische Urkunden der Papyms-
I-III C2, ed. F. Jacoby, Berlin/Leiden 1923- sammlung zu Leipzig, ed. L. Mitteis, Leipzig
1958; reimpresiones, Leiden 1954ss 1906
XXIV Abreviaturas

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1898; ni, ed. F. G. Kenyon-H. I. Bell, London Library 18 (1934) 111-130
1907; rV-V, ed. H. I. Bell, London 1910.1917 PapTebt The Tebtunis Papyri, ed. B. P. Grenfell-
PapMasp Papyrus grecs d’époque byzantíne, ed. A. S. Hunt y otros, I-UI, London 1902-1938
J. Maspéro, Catalogue général des antiquités PapZenonCol Zenon Papyri, Business Papers of
the 3rd Centuiy B. C. I, ed. W. L. Westermann-
égyptiennes du Musée du Caire I-Ill, Cairo E. S. Hasenoehrl, Columbia Papyri, Greek
1911-1916 Series UI, New York 1934; II, ed. W. L. Wes-
PapMich Papyri in the University of Michigan termann-C. W. Keyes-H. Liebesny, Columbia
Collection I-VIII, Aim Arbor 1931-1951 Pap}TÍ, Greek Series IV, New York 1940
PapOxford Some Oxford Papyri I-II, ed. E. P. Preisendanz K, Preisendanz, Papyri Graecae
Wegener, Leiden 1942.1948 Magicae. Die griechischen Zauberpapyri I-II,
PapOxy The Oxyrhynchus Papyri I-XLI, ed. B. StuttgartH973.1974
P. Grenfell-A. S. Hunt y otros, London 1898- Preisigke F. Preisigke-F. Bilabel-E. Kiessling,
1972 Sanunelbuch griechischer Urkunden aus
PapPetrie The Flinders Petrie Papyri I-II, ed. J. P. Àgypten I-XI, Wiesbaden 1915-1973
SIG Sylloge Inscriptionum Graecarum, ed. W.
Mahaffy, Dublin 1891.1893; IH, ed. J. P. Dittenberger, I-IV, Leipzig N915-1924; reim-
Mahaffy-J. G. Smyly, Dublin 1905 presión, HUdesheim 1960
PapRyl Catalogue of the Greek Papyri in the TGF Tragicorum Graecorum Fragmenta, ed. A.
John Rylands Library at Manchester I-IV, Man- Nauck, Leipzig H989; reimpresión con suple­
chester 1911-1952 mento de B. Snell, Hildesheim 1964
Abreviaturas XXV

4. Siglas de revistas, series, colecciones, léxicos, ediciones de textos

AAB Abhandlungen der Deutschen (hasta 1944: BStF Biblische Studien, Freiburg
PreuBischen) Akademie der Wissenschaften zu BStN Bibhsche Smdien, Neukirchen
Berlin. Phil.-hist. Klasse, Berlin 1815ss BThB Biblical Theology Bulletin
AAH Abhandlungen der Heidelberger Akademie BU Biblische Untersuchungen
der Wissenschaften. Phil.-hist. Klasse, Heidel- BWANT Beitrage zur Wissenschaft vom Alten
berg 1913ss und Neuen Testament
AB The Anchor Bible BZ Bibhsche Zeitschiift
ALBO Analecta Lovaniensia Biblica et Orientalia BZNW Beihefte zur Zeitschrift für die neutesta-
ALW Archiv fUr Liturgiewissenschaft menthche Wissenschaft
AnBibl Analecta Bibhca CB Coniectanea Bibhca
ANET Ancient Near Eastem Texts Relating to CBQ Cathohc Biblical Quarterly
the Old Testament, ed. J. B. Pritchard, Prince- CChr Corpus Christianorum
CGPNT Catenae Graecorum Patrum in Novum
ton4955 Testamentum I-Vin, ed. J. A. Cramer, Oxford
Angelos Angelos. Archiv für neutestamentliche 1838-1844
Zeitgeschichte und Kulturkunde I-TV, Leipzig CIR The Classical Review
1925-1932 CMG Corpus Medicorum Graecorum, Berlin-
AOT Altorientalische Texte zum Alten Testa­ Halle 1908SS
ment, ed. H. Gressmann, Berlin H926 CNeot Coniectanea Neotestamentica
APF Archiv für Papyrusforschung und verwand- CNT Commentaire du Nouveau Testament, ed.
te Gebiete P. Botmard y otros
ASNU Acta Seminarii Neotestamentici Upsa- CQR The Church Quarterly Review
liensis CSCO Corpus Scriptorum Christianorum Orien-
ASTI Annual of the Swedish Theological Institute talium
ATD Das Alte Testament Deutsch CSEL Corpus Scriptorum Ecclesiasticomm Lati-
AThANT Abhandlungen zur Theologie des norum
Alten und Neuen Testament CSS Cursus Scripturae Sacrae
AThR The Anglican Theological Review DAC Dictionary of the Apostolic Church I-Il, ed.
AuC Antike und Christentum. Kultur- und reli- J. Hastings, Edinburgh 1915.1918
gionsgeschichtliche Studieu DACL Dictionnaire d’archéologie chrétienne et
BBB Bonner Biblische Beitrage de liturgie 1-XV, ed. Cabrol-Leclercq y otros.
Beginnings 1-V The Beginnings of Christianity. Paris 1895-1912
Part I, ed. Foakes-Jackson/Lake, 1-V, London DB Dictionnaire de la Bible 1-V, ed. F. Vigou-
1920-1933 roux. Paris 1928ss
BeO Bibbia e Oriente DBHE L. Alonso Schõkel, Diccionario Bíblico
BEvTh Beitrage zur Evangeüschen Theologie Hebreo-Espanol, Madrid 1994
BFChTh Beitrage zur Forderung christlicher DBS Dictionnaire de la Bible, Supplément, ed.
Theologie Pirot-Robert, Paris 1928ss
DJD Discoveries in the Judaean Desert, Oxford
BGE Beitrage zur Geschichte der neutestament-
1955SS
lichen Exegese DNT Diccionario dei Nuevo Testamento, ed. X.
BHH Bibüsch-historisches Handwõrterbuch I-IE, Léon-Dufour, Madrid 1977
ed. Reicke-Rost, Gõttmgen 1962-1966 DTAT Diccionario teológico dei Antiguo Testa­
BHK Biblia Hebraica, ed. R. Kittel, Stuttgart mento I, ed. Botterweck-Ringgren, Madrid
’1951 (reimpresiones) 1973 (cf. ThWAT)
BHS Biblia Hebraica Stuttgartensia, ed. Elliger- DTB Diccionario de teologia bibhca, ed. J. B.
Rudolph, Stuttgart 1968ss Bauer, Barcelona 1967
Bib Bibhca DTMAT Diccionario teológico manual dei Anti­
BiKi Bibel und Kirche guo Testamento I-II, ed. Jenni-Westermann,
BiLe Bibel und Leben Madrid 1978-1985
BJRL The Bulletin of the John Rylands Library DTNT Diccionario teológico dei Nuevo Testa­
BK Bibhscher Kommentar. Altes Testament mento I-FV, ed. L. Coenen-E. Beyreuther-H.
BNTC Black’s New Testament Commentaries Bietenhard, Salamanca “1991
BRL Biblisches Reallexikon, ed. K. Galling, DThC Dictionnaire de Théologie Catholique 1-
Tübingen “1977 XV Paris 1930-1950
XXVI Abreviaturas

EB Echter-Bibel lEJ Israel Exploration Journal


EHS Eviropâische Hochschulschriften IKZ Internationale Kirchliche Zeitschrift
EJ Encyclopaedia Judaica. Das Judentum in Ge- IKZC Internationale Kathohsche Zeitschrift Com-
schichte und Gegenwait 1-X, Berlin-Charlotten- munio
burg 1928-1934 (incompleta) JAC Jahrbuch für Antíke und Chiistenmm
EJJ Encyclopaedia Judaica I-XVI, Jerusalem JBL Journal of Biblical Literature
1971-1972 JBR The Journal of Bible and Religion
EKK(V) Evangelisch-Katholischer Kommentar JETS Journal of the Evangeücal Theological
zum Neuen Testament (Vorarbeiten) Society
EKL^ Evangelisches Kirchenlexikon, ed. E. Fahl- JHS The Journal of Hellenic Studies
busch y otros, Gõttingen ^1986ss JJS The Journal of Jewish Studies
EnchB Enchiridion Biblicum, Romae H956 JR The Journal of Religion
ERE Encyclopaedia of Religion and Ethics I-Xn, JSHRZ Jüdische Schriften aus hellenistisch-
Edinbuígh-New York 1908-1921 (reimpresiones) rõmischer Zeit I-V, ed. W. G. Kümmel, Güters-
EstB Estúdios Bíblicos loh 1973ss
EstEcl Estúdios Eclesiásticos JSJ Journal for the Study of Judaism
ET The Expository Times JStNT Journal for the Study of the New Testa­
EtB Etudes BibUques ment
EThL Ephemerides Theologicae Lovanienses JThS The Journal of Theological Studies
EvTh Evangelische Theologie KBL' Koehler-Baumgartner, Lexicon in Veteris
EWG J. B. Hofmann, Etymologisches Wõrter- Testamenti Libros, Leiden H958
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presiones) Aramãisches Lexikon zum Alten Testament,
FRLANT Forschungen zur Religion und Litera- Leiden '1974ss
tur des Alten und Neuen Testaments KEK Kritisch-exegetischer Kommentar über das
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GCS Die griechischen christUchen Schrifsteller KIT Kleine Texte für (theologische) Vorlesungen
der ersten drei Jahrhunderte und Übungen
GGA Gôttinger gelehrte Anzeigen KNT Kommentar zum Neuen Testament I-
Glotta Glotta. Zeitschrift für die griechische und XVm, ed. Th. Zahn, Leipzig 1903ss
lateinische Sprache KQT Konkordanz zu den Qumrantexten, ed. K.
GNT The Greek New Testament, ed. K. Aland- G. Kuhn, Gõttingen 1960
M. Black y otros, New York-London (1966) KuD Kerygma und Dogma
'1975 LAW Lexikon der Alten Welt, ed. C. Andresen-
GNTCom B. M. Metzger, A. Textual Commen- H. Erbse y otros, Zürich 1965
tary on the Greek New Testament, London- LeDiv Lectio Divina
New York 1971 LThK Lexikon für Theologie und Kirche I-X,
Gr Gregorianum Freiburg H957-1965
GS Geistliche Schrifüesung LXX Septuaginta I-II, ed. A. Rahlfs, Stuttgart
HAW Handbuch der Altertumswissenschaft, H952
fundado por I. v. MüUer, reed. W. Otto, Mün­ LXX-G Septuaginta. Vetus Testamentum Grae-
chen 1929ss; reedición 1955ss cumAuctoritate Academiae (Societatis) Scien-
HNT Handbuch zum Neuen Testament ciamm (Litterarum) Gottingensis editum, Gõt­
HSNT Die Heiüge Schrift des Neuen Testaments, tingen 1931ss
ed. F. Tillmann (Boim “193153) MGWJ Monatsschrift für Geschichte und Wis-
HThG Handbuch theologischer Gmndbegriffe I- senschaft des Judentums
n, ed. H. Fries, München 1962.1963 Moffatt NTC The Moffatt New Testament Com­
HThK Herders Theologischer Kommentar zum mentary
Neuen Testament MThZ Münchener Theologische Zeitschrift
HThR The Harvard Theological Review NHC The Facsimile Edition of the Nag Hamma-
HThS Harvard Theological Studies di Códices (I-XEI), Leiden 1972-1977
HUCA Hebrew Union College Annual NIC The New International Commentary on the
ICC The International Criticai Commentary New Testament
IDB The Interpreter’s Dictionary of the Bible I- NIDNT The New International Dictionary of
IV, ed. G. A. Buttrick, New York-Nahsville New Testament Theology I-III, ed. C. Brown,
1962. Suppl(ementary Volume) 1976 Exeter 1975-1978
Abreviaturas xxvn

NIGTC The New International Greek Testament SAH Sitzungsberichte der Heidelberger Akade­
Commentary mie der Wissenschaften. Phil.-hist. Klasse,
NLC The New London Commentary on the New Heidelberg 1910ss
Testament (parcialmente = NIC) SAM Sitzungsberichte der Bayerischen Akade­
NovT Novum Testamentum mie der Wissenschaften. Phil.-hist. Abteilung,
NovTS Novum Testamentum. Supplement München 1871ss
NRTh Nouvelle Revue Théologique SBFLA Studii Biblici Franciscani liber annuus
NTA Neutestamenthche Abhandlungen SBi Sources Bibliques
NTD Das Neue Testament Deutsch SBLMS Society of Biblical Literature, Mono-
NTG“ Novum Testamentum Graece, ed. E. Nes- graph Series
tle-K. Aland, Stuttgart “ 1979 (reimpresiones) SBS Stuttgarter Bibelstudien
NTS New Testament Studies SBT Studies in Biblical Theology
NTT Norsk teologisk Tidsskrift SBU Svenskt Bibliskt Uppslagsverk, ed. Eng-
NTTS New Testament Tools and Studies neU-Fridrichsen, Gavle 1948-1952
OBO Orbis Biblicus et OrientaUs SC Sources chrétiennes
OCD The Oxford Classical Dictionary, ed. Ham- SJTh Scottish Journal of Theology
mond-Scullard, Oxford ^1970 SM Sacramentum Mundi I-VI, Barcelona 1972-
ÔTK Ôkumenischer Taschenbuch-Kommentar 1976
ÕVBE Õkumenisches Verzeichnis der biblischen SNT Die Schriften des Neuen Testaments über-
Eigennamen nach den Loccumer Richtlinien, setzt und erklart von Bousset-Heitmüller I-IV,
Stuttg^ 1971 Gõttingen ^1917-1919
OVBE^ Õkumenisches Verzeichnis der bibli­ SNTS Mon Society for New Testament Studies,
schen Eigennamen nach den Loccumer Richt- Monograph Series
hnien, Smttgart ^1981 StANT Studien zum Alten und Neuen Testament
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Oxford “1976 StNTU Studien zur Neuen Testament und seiner
PL Migne, Patrologiae series Latina Umwelt
PO Patrologia Orientalis StPB Studia Post-Bibüca
PS Patrologia Syriaca StTh Studia Theologica
PVTG Pseudepigrapha Veteris Testament! Graece StUNT Studien zur Umwelt des Neuen Testa­
RAC Reallexikon für Antíke und Christentum, ed. ments
Th. Klauser, Stuttgart 1941ss
SvEA Svensk Exegetisk Ârsbok
RB Revue Biblique
SyBU Symbolae Biblicae Upsahenses
RE Realencyclopâdie für protestantische Theo-
logie und Kirche I-XXIV, Leipzig ^1896-1913 TEH Theologische Existenz heute
RevSR Revue des Sciences Religieuses ThBl Theologische Blatter
RGG Die Religion in Geschichte und Gegenwart ThGL Thesaurus Graecae Linguae ab H. Stepha-
I-VI, Tübingen N957-1962 no constructus I-IX, ed. Hase-Dindorf, 1831-
RhMus Rheinisches Museum für Philologie 1865, rermpresión Graz 1954
RHPhR Revue d’histoire et de philosophie reli­ ThGl Theologie und Glaube
gieuses ThHK TheologischerHandkommentar zum Neuen
RivBib Rivista Biblica, Brescia Testament
RNT Regensburger Neues Testament ThLZ Theologische Literaturzeitung
RQ Rõmische Quartalschrift für christliche ThPh Theologie und Philosophie (hasta 1965:
Alterstumskunde und Kirchengeschichte Scholastik)
RQum Revue de Qumran ThPQ Theologisch-praktische Quartalschrift
RSPhTh Revue des Sciences philosophiques et ThQ Theologische Quartalschrift
théologiques ThR Theologische Rundschau
RSR Recherches de Science rehgieuse ThRv Theologische Revue
RThPh Revue de Théologie et de Philosophie ThSt Theological Studies
SAB Sitzungsberichte der Deutschen (hasta ThStKr Theologische Studien und Kritiken
1944: PreuBischen) Akademie der Wissen- ThStUt Theologische Studien, Utrecht
schaften zu Berlin. Phil.-hist. Klasse, Berlin ThStZür Theologische Studien, Zollikon-Zürich
1882ss ThViat Theologia Viatorum
xxvni Abreviaturas

ThWAT Theologisches Wõrterbuch zum Alten editados por la abadia de Beuron, Freiburg
Testament, ed. Botterweck-Rínggren, Stuttgart 1949ss
1970ss (traducido al castellano el primer volu- VT Vetus Testamentum
men, se citará: DTAT: Diccionario teológico VTB Vocabulário de teologia biblica, ed. X.
delAT.Madrid 1973) Léon-Dufour, Barcelona '^1985
ThWNT Theologisches Wõrterbuch zum Neuen WMANT WissenschafÜiche Monographien zum
Testament I-X, fundado por G. Kittel y ed. G. Alten und Neuen Testament
Friedrich, Stuttgart 1933-1979 WuD Wort und Dienst. Jahrbuch der Kirchlichen
ThZ Theologische Zeitschiift Hochschule Bethel
TRE Theologische Realenzyklopâdie, ed. Krau- WUNT WissenschafÜiche Untersuchungen zum
se-Müller y otros, Berlin 1976ss Neuen Testament
TSt Texts and Studies ZAW Zeitschrift für die alttestamentliche Wis-
TThZ Trierer Theologische Zeitschrift senschaft
TU Texte und Untersuchungen zur Geschichte ZBK Zürcher Bibelkommentare
der altchristlichen Literatur ZDPV Zeitschrift des Deutschen Palâstina-Vereins
UNT Untersuchungen zum Neuen Testament ZEE Zeitschrift für Evangehsche Ethik
UUA Uppsala Universitets Ârsskrift ZKG Zeitschrift für Kirchengeschichte
VD Verbum Domini ZKTh Zeitschrift für Katholische Theologie
VF Verkündigung und Forschung ZNW Zeitschrift für neutestamentliche Wissen-
VigChr Vigiliae Christianae schaft
VKGNT I-n K. Aland (ed.), VoUstandige Konkor- ZRGG Zeitschrift für Reügions- und Geistesge-
danz zum griechischen Neuen Testament I-II, schichte
Berlin 1975-1983 (I) ZSTh Zeitschiift für systematische Theologie
VL Vetus Latina. Die Reste der altlateinischen ZThK Zeitschrift für Theologie und Kirche
Bibel. Tras Sabatier, nuevamente reunidos y ZWTh Zeitschrift für wissenschaftliche Theologie
Abreviaturas XXDC

5. Bibliografia usada con frecuencia en forma abreviada

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Grec biblique. Paris 1927 Scrolls of St. Mark’s Monastery I.n/2 (lQIs“;
Abel, Histoire F.-M. Abel, Histoire de la Palesti­ IQpHab; IQS), New Haven 1950.1951
ne depuis la conquête d ’Alexandre jusqu’à Chantraine, Dictionnaire P. Chantraine, Diction-
Vinvasion arabe I-II, Paris 1952 naire étymologique de la langue grecque. His­
Altaner, Patrología B. Altaner, Patrología, toire des mots. Paris 1968ss
Madrid ‘‘1956 Charles I-II The Apocrypha and Pseudoepigrap-
Amdt-Gingrich, Lexicon Amdt-Gingrich, A Greek ha of the Old Testament in English, ed. R. H.
English Lexicon of the New Testament and Charles, Oxford 1913
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n979 griechischen Literatur, sexta edición con la
Bauer, Wõrterbuch W. Bauer, Griechisch-deut- colaboración de O. Stâhün, y ed. W. Schmid,
sches Wõrterbuch zu den Schriften des Neuen München 1/1-5, 1912-1948; IFl, 1920; II/2,
Testaments und der übrigen urchristlichen Lite- 1924
ratur, Berlin ^1958 (reimpresiones) (®1988) Conzelmaim, Theologie H. Conzehnann, Grund-
Benoit, Exégèse P. Benoit, Exégèse et Theologie rifi der Theologie des Neuen Testaments, Mün­
I-m, Paris 1961-1968 chen 1967 (n968)
Beyer, Syntax K. Beyer, Semitische Syntax im Cremer-Kõgel, Biblisch-theologisches Wõrter­
Neuen Testament VI, Gõttíngen 1962 buch des neutestamentlichen Griechisch, Got-
Billerbeck, I-IV (Strack-) Billerbeck, Kommen- h a “1915; Stuttgart "1923
tar zum Neuen Testament aus Talmud und Dalman, Arbeit G. Dahnan, Arbeit und Sitte in
Midrasch 1-IV, München 1922-1928 (reimpre­ Palüstina I-VII, Gütersloh 1928-1942 (reim-
presión, Hildesheim 1964)
siones)
Dalman, Worte G. Dalman, Die Worte Jesu, Leip-
Black, A/7;7rc>flcA M. An Aramaic Approach
zig ^1930 (reimpresión, Darmstadt 1965)
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BlaB-Debnmner Blafi-Debrunner, Grammatik des
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neutestamentlichen Griechisch, preparada por
DeiBmann, Licht A. DeiBmann, Licht vom Osten,
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ques des deux premiers siècles chrétiens, Particles, Oxford (1934) ^1954 (reimpresión
Roma 1955 1970)
Bomkamm, Aufsãtze G, Bomkamm, Gesammel- Dibelius, Botschaft M. Dibelius, Botschaft und
te Aufsãtze I-IV, München 1952-1971 (I: Das Geschichte. Gesammelte Aufsãtze I-II, Tübin­
Ende des Gesetzes. Paulusstudien\ II: Studien gen 1953.1956
zu Antike und Urchristentum; III-IV: Ge- Dibelius, Historia M. Dibelius, Historia de Ias
schichte und Glaube) (La traducción castellana formas evangélicas, Valencia 1984
de algunos artículos {Estúdios sobre el NT, Dupont, Béatitudes I. Dupont, Les Béatitudes I-
Salamanca 1983] se cita in extenso) m . Paris F.n, 1969; m , 1973
Bousset-Gressmann Bousset-Gressmann, Die Re- Eichrodt, Teologia W. Eichrodt, Teologia dei
ligion des Judentums in spãthellenistischen Antiguo Testamento I-II, Madrid 1975
Zeitalter, Tübingen '*1966 (A926) Eissfeldt, Einleitung O. Eissfeldt, Einleitung in
Braun, Qumran H. Braun, Qumran und das Neue das Alte Testament, Tübingen ^1964
Testament I-II, Tübingen 1966 Frisk, Wõrterbuch H. Frisk, Griechisches etymo-
Bultmann, Creer R. Bultmann, Creery compren- logisches Wõrterbuch I-IH, Heidelberg 1960-
der, Barcelona 1976 1972
Bultmann, Geschichte R. Bultmann, Die Ge- ES Bardtke Bibel und Qumran. F S f H. Bardt-
schichte der synoptischen Tradition, Gõttingen ke, Berlin 1968
®1964; además, cuademo suplementario, Gôt- ES Barthélemy Mélanges D. Barthélemy, Fri-
tingen 1971 bourg-Gõttíngen 1981
XXX Abreviaturas

FS Black Neotestamentica et Semitica. FS f. M. FS Haenchen Apophoreta. FS f. E. Haenchen,


Black, Edinburgh 1969 Berlin 1964
FS Black 1979 Text and Interpretation. FS f. M. FS Jeremias 1960 Judentum, Urchristentum,
Black, Cambridge 1979 Kirche. FSf. I. Jeremias, Berlin 1960
FS Bomkamm Kirche. FS f. G. Bomkamm, FS Jeremias 1970 Der RufJesu und die Antwort
Tübingen 1980 der Gemeinde. FS f. J. Jeremias, Gottingen
FS Braun Neues Testament und christliche Exis- 1970
tenz- FS f. H. Braun, Tübingen 1973 FS Kasemann Rechtfertigung. FS f. E. Kãse-
FS Bruce Apostolic History and the Gospel. F Sf mann, Tübingen-Gõttingen 1976
F. F. Bruce, Exeter-Grand Rapids 1970 FS Kilpatrick Studies in New Testament Langua-
FS Bruce 1980 Pauline Studies. Essays presen- ge and Text. FSf. G. D. Kilpatrick, Leiden 1976
ted to F F Bruce, Exeter 1980 FS Klijn Text and Testimony. FSf. A. F. J. Klijn,
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TRANSLITERACIÓN

Griego

a a § th 0 0 X ch
P b 1 i Jt P op ps
Y g (g& gk) X k q/q r/rh tü õ
ô d X 1 o iç s h
E e m X t
K z V n V y(u )
Tl è 1 X ph

Hebreo

9
K □ D m K ã IX ú
3 b 13 n K ã X u
a g 0 s HK ã nx “h (rõ"h)
t
T d 1? ê X e

n h Q P é X a

1 w *]S f K ê e

T z r s s K e X o

n h p q í
Q t "1 r K i
y to s ÍK ô
n = k to s X õ
s 1 n t X
T
o

El «dagesh» Iene sólo se tíene en cuenta en:


S = p
D = f
El «dagesh» fiierte duplica la consonante.

(Transliteración según; Holladay, A Concise Hebrew and Aramaic Lexicon ofthe OT, Leiden
1971).
A X

Xayx®'''*® lagchanõ obtener, ser elegido so». En 2 Pe 2, 17 dícese en sentido figurado


por sorteo; echar suertes* de Ias falsas doctrinas: son «bruma empujada
Dícese de la obtención dei ministério apos­ por la tormenta».
tólico, Hech 1,17; de la fe, 2 Pe 1, 1. Zacarias
«fue escogido por sorteo para el ministério
X a n á m lakaõ reventar*
dei incienso (êXax£ xox) ■&'U[uãoaL)», Lc 1, 9. En Hech 1, 18 dícese de Judas; èX,áxT]aev
XaYXávco tiene el sentido de echar suertes /
fiéooç, «reventó por el medio».
sortear en Jn 19, 24 (X,áxcDpev jiEpl aÒToii
TÍvoç Êoxai). ThWNT IV, 1-3; Spicq, Notes I,
451-453. À.axTÍ^ca laktizõ dar coces, cocear*
Dícese de Ias bestias de tiro que tiran coces
con con sus patas traseras. En Hech 26, 14 (y
Aá^aQOÇ, ov Lazaros Lázaro* 9, 5 Textus Receptus) en sentido metafórico:
Nombre de persona. Corresponde a l ‘zr,
JtQÒç xéyXQU À.axxíÇco, «dar coces contra el
abreviación rabínica de ’e l‘ãzãr. En el Evan-
aguijón (dei arriero)». ThWNT FV, 3; Spicq,
gelio de Juan (11, 1.2.5.11.14.43; 12, 1.2.9.
Notes I, 458s. ^ xévxpov.
10.17) es el nombre dei hermano de Maria y
Marta (11, 2.5); los hermanos vivian en Beta-
nia (11, 1). Lázaro era amigo de Jesús (11, 5. Xa^iéta laleõ hablar, decir
11), quien le resucitó de entre los muertos 1. Aparición en el NT. - 2. Contenidos semânticos.
(11, 17-44; 12, 17). - En el Evangelio de Lu­ - 3. Expresiones idiomáticas.
cas, el mendigo de la parábola (16, 19-31) lle-
va este nombre (16.20.23.24.25). J. Kremer, B ibl: A . Debrunner y otros, Xéyo) m k ., en ThWNT
IV, 69-139, sobre todo 75s, llOs; H. Jaschke,
Lazarus. Die Geschichte einer Auferstehung.
«A.a7£tv» bei Lk: BZ 15 (1971) 109-114; H. W. Kuhn,
Text, Wirkungsgeschichte und Botschaft von Ãltere Sammlungen im Mk-Ev. (StUNT 8), Gôttingen
Joh 11, 1-46, Stuttgart 1985; B. Lindars, Re- 1971, 133s; H. Raisãnen, Die Parabeltheorie im Mk-
buking the Spirit: A New Analysis o f the La­ Ev. (Schriften der Finnischen Exegetischen Gessell-
schaft 26), Helsinki 1978, 48-64 (bibl.); más biblio­
zarus Story o f John 11: NTS 38 (1922) 89-
grafia en yk& oaa, kéyfa, Xòyoç: cf. además
104; A. Marchadour, Lazare. Histoire d ’un ThWNT X, 1157s.
récit. Récits d ’une histoire (LeDiv 132), Paris
1988. 1. En el NT el verbo XaX,É(o aparece muy
frecuentemente (entre los verbos ocupa el un-
X á d Q a lathra (adv.) en secreto* décimo lugar en frecuencia); aparece 269 ve-
Mt 1, 9, con àjto^iim; 2, 7, con HaÀéco; Jn ces (principalmente en el Evangelio de Juan y
11, 28, con qjoavéfco; Hech 16, 37, con èx^áX- en Hechos: 59 veces en cada uno de ellos). De
Xta. Spicq, Notes I, 454-457. los 52 testimonios que hay en Pablo, 34 se en-
cuentran en la Carta primera a los Corintios.
Otras apariciones frecuentes: 16 veces en He-
À-aíÀ-ailt, aTCOç, ^ lailaps viento huraca- breos, 12 en Apocalipsis.
nado*
Mc 4, 37 par. Lc 8, 23; >,aíXaxJ) ávép.on 2. El significado original de XaXÉcn es bal-
(asi también TestNef), «un viento tempestuo­ bucear (un verbo onomatopéyico) y se refiere
Xakétí) - Xa|,ia

a los sonidos que emiten los ninos pequenos, car, proclamar (Kuhn, 133: una expresión de
cuando se sienten desvalidos. El verbo se la proclamación cristiana primitiva; Râisânen,
aplica luego a los adultos y significa charlar 54: terminologia propia de los evangelios), en
y parlotear, a veces incluso en oposición cons­ Mc 2, 2; 4, 38; 8, 32 (por tanto, entre los
ciente a la manera razonable de hablar (-> Evangelios Sinópticos, la expresión aparece
Xéym). Vemos, sin embargo, que ya en el grie- únicamente en Marcos, pero cf. Lc 24, 44);
go clásico XakÉo) significa lo mismo que Xé- Hech 11, 19; 14, 25; 16, 6; Flp 1, 14 (cf. Jn
yu): hablar, decir (cf. Debrunner, 75s; Frisk, 12, 48; Heb 2, 2); con genitivo atributivo adi­
Wõrterbuch II, 76). En el NT, XaXétí) aparece cional: oon, Hech 4, 29; toC Deoií, Hech 4,
únicamente con el significado de hablar, de­ 31; 13, 46; Heb 13, 7; xov xuQÍon, Hech 8,
cir, siendo característico de una serie de pasa- 25; 16, 32. El objeto de XaXém es también a
jes el matiz de ser capaz de hablar, por ejem- menudo Qfjpa(Ta), pero sin llegarse a un em-
plo, èXáXTiaev ó xcncpóç, «el xaaáofue capaz pleo idiomático fijo, como lo demuestran Ias
de volver a hablar» (Mt 9, 33 par. Lc 11, 14; diferencias en cuanto al contenido de la frase,
cf. Mc 7, 37; Mt 12, 22; 15, 31); èXáXei òq- compárese, por ejemplo, Hech 5, 20 con 6,
ílrôç, «era capaz de nuevo de hablar correcta­ 11.13.
mente» (Mc 7, 35). Tan sólo Marcos (4, 33s) y Mateo (13, 3.
Lo mismo que Xéym, el verbo XaXém puede 10.13.33s) contienen la expresión (èv) Jtapa-
ser también transitivo: por ejemplo, ttiv àXí)- PoXatç X,a)\.eLV, «hablar en parábolas» o xto-
fleiav... ÀEX,áX,Tixa, «he dicho la verdad» (Jn QLÇjraQaPoX,fjç XaXzly, «hablar sin parábola
8, 40; cf. la expresión sinônima tt]v à)\.r|- / hablar llanamente»; a propósito de la tensión
■&8iav Xéym en Jn 8, 45). La persona a la que entre Mc 4, 34 y 4, 33, cf. Râisânen 48-64; R.
se habla aparece casi siempre en dativo (así Pesch, Das Markusevangelium I (HThK),
sucede siempre en Mateo), se expresa tam­ 264-276; J. Gnilka, El Evangelio según San
bién a menudo con jtQÓç Tiva (ffecuente en el Marcos I, 220ss.
Ev de Lc y en Hech); encontramos a veces, lo Sobre la expresión yXmooaic, (o y^róooíp)
mismo que en nuestra lengua, la expresión: XaXziy, «hablar en lenguas», Hech 19, 6; 1
hablar con alguien (acerca de algo), pEtá Cor 12, 30; 13, 1; 14, 2.4.5.6; 14, 13.18.23.
Tivoç (Jn 4, 27; 14, 30). Xakém se distingue 27; 14, 39 -> yXmaaa 6.
de X.ÉYCO en que raras veces significa decir
H. Hübner
que... o decir (seguido por palabras en discur­
so directo, por ejemplo, èÀáXriOEV pEz’ èpoí)
Xéymy, me dijo: Ap 17, 1; 21, 9; cf. también
Mt 28, 18; Jn 8, 12; Hech 8, 26 [-*■ Xéym 2]; X a ^ iá , ã ç , lalia palabra, lenguaje, ma­
èA,áX,T]aEV... Xéymy es muy frecuente en la nera de hablar*
LXX, especialmente en el Pentateuco y en los Jn 4, 42: «Ya no creemos por lo que tú has
libros históricos). Uso dei participio, por dicho, pues nosotros mismos le hemos oí-
ejemplo, f|... X.aX.o-upévT] ôiôaxr|, «la ense- do...»; 8, 43: «^Por qué no entendéis mi ma­
nanza que presentas», Hech 17, 19; ó ôl’ ày- nera de hablarl»-, Mt 26, 73 (par. Mc 14, 70
yéXmy ^aX,T)'0ELÇ Xóyoç, «la palabra procla­ Koiné A y otros): «Tu manera de hablar (= tu
mada por el ángel», Heb 2, 2. dialecto) te delata».

3. Una expresión idiomática en el discurso


joánico de despedida es t a n t a X.£X.áX.'qxa X a^.a lama ^por qué?
úpiv, «estas cosas os he dicho» (Jn 14, 25; 15, Mc 15, 34 B 0 D par. Mt 27, 46 D* tienen,
11; 16, 1.4.6.25.33). Con bastante frecuencia en vez de Xepa (dei arameo l^mã’), la expre­
aparece como expresión idiomática XaXém sión Àapa, que corresponde al hebreo lãmmã.
tò v X.ÓYOV (-> Xóyoç) en el sentido de predi­ ekcoL.
X.a|j,páva)

X a n P á v ío lambano tomar, coger; alcan- en parte inespecífico, dei verbo emergen dos as­
zar; tomar, recibir pectos importantes: el factor de movimiento y de
tensión resalta más intensamente en el sentido de
1. Aparición en el NT - 2. Fundamentos en el grie- «tomar, quitar»; el aspecto menos activo se ex-
go profano y raíces en el AT - 3. Âmbito de empleo en presa en Ias acepciones de «recibir, tomar». En
el NT - 4. Compuestos. ambos casos existen puntos de partida para el uso
que se hace de este verbo en el NT.
B ibl.: Bauer, W õrterbuch, s.v.; G. Delling, Xa^pá-
vcü, en ThWNT IV, 5-7; H. H. Schmidt, Iqh «tomar», 3. a) En los Evangelios Sinópticos, el sen­
en DTMAT I. 1196-1200.
tido activo de tomar, asir aparece de manera
característica en la terminologia para referirse
1. Xafipávco se halla atestiguado 260 ve- a la acción de dar de comer y de comer (Mc 6,
ces en el NT, con gran preponderância en Ma- 41; 8, 1 par.; cf. también 7, 27; completado en
teo (54 veces), seguido por Lucas/Hechos (51 Mateo por 16, 7.9s), y adquiere una impronta
veces) y el Evangelio de Juan (46). Es sor- eucarística por la celebración comunitária de
prendente la relativa frecuencia dei verbo en la Iglesia primitiva (Mc 14, 22s par; a propó­
los dos escritos tardios dei NT como son He- sito, 1 Cor 11, 23s; Lc 24, 30.43 y Jn 21, 13).
breos (17 veces) y Apocalipsis (23 veces). Sin Además, hay que mencionar aqui el estilo na­
embargo, en ninguno de los casos menciona­ rrativo de la parábola de los vinadores (Mt 12,
dos puede considerarse lap p áv tn como ver- 3.8 par Mt: en sentido violento) y el litigio
dadero término preferido. El sustantino acerca de la resurrección (Mc 12, 19s.21s.
ilnç, «la acción de recibir o tomar», aparece par. Lc; con referencia a una mujer, como per-
únicamente en Flp 4, 15. sona y como posesión).
2. a) El verbo Xa[j,j3áv(o se halla atestiguado
b) El significado receptivo de aceptar, reci­
en la literatura griega desde Hesíodo y Homero, y
también en Ias inscripciones (Bauer) y en los pa­ bir es más ffecuente en el NT y más impor­
piros, Describe primeramente el campo léxico: tante teológicamente. Aparece en lugares cen-
«echar mano, tomar, coger», tanto en sentido trales dei kerygma dei NT, y puede usarse, por
amistoso como en sentido violento; se aplica, ejemplo, para describir la interrelación entre
además, a los estados de alma o a Ias situaciones pedir y recibir: Mc 11, 24 (par. Mt); Lc 11, 10
de enfermedad (por ejemplo, «estar poseído» por (par. Mt 7, 10, probablemente de 0 ; Jn 16,24
la ira, por la fiebre; Herodoto, Hipócrates) y se
aplica también a la acción de captar con la mente y Sant 1, 7; 4, 3, y aqui, por tanto, caracteriza
y comprender (Píndaro, Platón). En este último a la parénesis de la petición, una parénesis que
caso aparece ya la acepción de «recibir, experi­ está asociada con la invitación a creer (Mc 11,
mentar», y también los significados de «adquirir, 24). El origen y la dirección dei recibir pue-
alcanzar», atestiguados frecuentemente en poesia den reforzarse y precisarse más mediante una
(Homero) y en prosa (Jenofonte) y referidos tan­ preposición; èx (Gál 3, 2; Jn 1, 16: 16, 14s;
to a lo que se posee materialmente como a lo que
se posee en el âmbito humano (la mujer). En es­ Heb 5,1), àjtó (Mc 12, 2), n a g á (Hech 17, 9;
tos testimonios se trasparenta, además, un amplio 20, 24; Jn 5, 34.41, y passim en el Ev de Jn),
campo de tensión, que indica tanto el sentido ac­ ôiá (Rom 1, 5; 5, 11). Esta conexión y refuer-
tivo de À,a(tpáv(o como su sentido receptivo (en­ zo mediante una preposición se hallan tam­
tendido más bien pasivamente), y que es funda­ bién atestiguados en los papiros (testimonios
mental para comprender Ias reflexiones conte- en Mayser, Grammatik II/2, 609). El carácter
nidas en los textos bíblicos.
de algo como don de grada resalta cuando el
donante es o bien Dios (2 Jn 4; 2 Pe 1, 17) o
b) En la LXX XapPávo) traduce casi siempre
el hebreo Iqh (conjugación qal dei verbo); tam­ bien Jesucristo (Rom 1, 5; 5, 11).
bién ôéxopai, como traducción de Iqh, pertenece El don mismo puede tener formas muy di­
al campo léxico de «aceptar, recibir». De este es­ ferentes: sobre todo «se recibe» el irveõpa
pectro tan disperso de significados y dei empleo. (Rom 8, 15; 1 Cor 2, 12; Hech 1, 8; 8, 15.17.
X,a[xf?ávo)

19, en conexión con la oración o con la impo- der un intento»), Sant 5, 10 (njtóÔEiYP-a A,ap.-
sición de Ias manos; Jn 7, 39; 20, 22); y tam- pávoj, «tomar como ejemplo»).
bién la gracia (Rom 1, 5); 5, 17), la reconci-
liación (5, 11), la justicia (5, 17), el perdón de c) Como complemento de y a diferencia de
los pecados (Hech 10, 43; 26, 18), la herencia estos significados generales de ÀapPávco
prometida (Heb 9, 15), el conocimiento de la mencionados en 3.a y 3.b, conviene senalar
verdad (Heb 10, 26), y en general todos los algunos énfasis debidos a la redacción:
dones que hacen posible la existência cristia- Marcos 14, 65 es un ejemplo notable: pa-
na y la caracterizan: «^Qué tienes que no ha- jtíap,aatv... EÀaPov, que puede traducirse
yas recibidol» (1 Cor 4, 7); «La idea de la aqui, seguramente, por: «Ellos (los criados) le
gracia encuentra una expresión radical... en recibieron (a Jesus) a golpes» (R. Pesch, Das
contra de la cristología corintia de la exalta- Markusevangelium II [HThK], 442).
ción, en la que queda relegado el instante de Mateo ofrece también notables ejemplos:
la recepción» (H. Conzelmann, Der erste Brief 10, 8, la recepción gratuita (dei evangelio)
an die Korinther [KEK], 106). En este con­ apremia a seguir trasmitiéndolo; 10, 38, acep­
texto, Xappávoj tiene una orientación escato- tar la cruz como parte dei discipulado; 10,41,
lógica: conseguir, alcanzar. Se encuentra en la obligación de recibir con amor a los profe­
los enunciados acerca dei seguimiento y de la tas y a los justos, con la correspondiente pro-
recompensa en Mc 10, 30 (par.), reforzados mesa de recompensa (cf. aqui también 20, 7.9-
aún más en Mateo (19, 29) mediante el uso 11, la parábola de los trabajadores en la vina).
dei futuro y dei pasivo divino (cf. también 1 Como especial frase mateica puede conside-
Cor 3, 8.14). rarse la de onjtPoiJÀtov Àap,pávEtv («adoptar
El uso más bien receptivo, descrito hasta una resolución»): 12, 14; 22, 15; 27, 1.7; 28,
ahora, puede ampüarse además por medio de 12, referida siempre a los dirigentes judios. La
determinadas expresiones fijas, que aparecen forma de participio )\,apd)v, usada a menudo
sin especiales énfasis redaccionales, por como un pleonasmo (13, 31 par. Lc 13, 19; Mt
ejemplo, Xap,pávcü ôúvapiv, «recibir poder» 17, 27; especialmente Mt 25 y passim), puede
(Hech 1, 8; Heb 11, 11; Ap 4, 11), «alcanzar ser un semitismo (BlaB-Debrunner § 419, 1.
el poder» (Ap 4, 11), Xap,pávcu è^ouatav, 2), pero se encuentra también en el griego pro­
«recibir autoridad» (Hech 26, 10; Ap 2, 28; fano (Homero, Sófocles) y se traduce sencilla-
17, 12); pero también X.ap,pávEiv XQÍp,a, «re­ mente por «con». Àap.pávto es un tecnicismo
cibir castigo», refiriéndose a los escribas (Mc dei lenguaje de los tributos y de Ias finanzas
10, 40 par. Lc 20, 47), a los cristianos que re- en Mt 17, 24s.27 (cf. también 27, 9 y 28, 15
sisten al poder legítimo dei Estado (Rom 13, en un contexto parecido) y debe traducirse por
2) y a los maestros falsos y sin conciencia cobrar, imponer tributos.
(Sant 3, 1). Ejemplos parecidos, tomados al- En la tradición lucana encontramos como
gunos de ellos de Ias epístolas, muestran el peculiaridad la acentuación afectiva dei ver­
espectro de significados, orientado en un sen­ bo, conocida ya por el griego profano: puede
tido más intensamente pasivo, de X.ap,pávoo apoderarse de Ias personas la confusión y el
{recibir, aceptar) mediante combinaciones temor (5, 26; 7, 16), y una enfermedad demo­
como X,a(tpávco àcpoçp,fiv (Rom 7, 8.11: im­ níaca puede mantener cautiva a una persona
pulso), ÀapPávcú njtóp,VT]OLV (2 Tim 1, 5: re- (9, 39); o la gente puede recobrar el ânimo
cuerdo), [xiaO^ajtoôooíav (Heb 2, 2; retribu- (Hech 28, 15). En Lc 19, 12.15 se habla de
ción), àQ)(T|v (Heb 2, 3: comienzo), A.f|'0T]V (2 que un soberano toma posesión de algo; en 5,
Pe 1,9: olvido). 5 se trata de coger algo como ejercicio de una
Además, encontramos de manera parecida actividad profesional (la de pescar). En 20, 21
el significado activo de XatiPávco, como en se reflejan expresiones dei AT: JiQÓotojtov
Heb 11, 29.36 (jtEiQav X,ap,pávoj, «empren- X.apPávci) (cf. Eclo 4, 22; Mal 1,8): «aceptar
X.a[i,pávcü - XanKÓç 10

el rostro de alguien, tener consideraciones central: el significado de aceptar, recibir


con alguien, ser partidista en favor de alguien» «predomina, especialmente en los enunciados
(cf. Gál 2, 6). En Hechos, además de la recep- de importância teológica. Por todo ello se ve
ción dei Espíritu (->• b), se habla de recibir un claro hasta qué punto el NT... entiende Ias re­
ministério o servieio: 1, 20.25; 20, 24, y en laciones entre el hombre y Dios como Ias que
sentido parecido se habla de recibir un encar­ existen entre quien recibe y entre quien da
go (17, 15) o una autoridad (26, 10). Temáti­ graciosamente» (Delling, 6).
camente podría encajar aqui lo que se dice en
Heb 5, 1 y 7, 5 (la aceptación dei sumo sacer­ 4. Con A,a(ipávüJ se forman los siguientes
dócio, recibido como don de gracia). compuestos que aparecen en el Nuevo Testamen­
Podríamos anadir también testimonios pau- to (entre paréntesis se indican Ias veces que apa­
linos ya mencionados: 1 Cor 10, 13 como rece el correspondiente verbo): ôvaA.a|iPávcú
(13), âitiX,agPávco (19), xaTaXap,pávco (15),
descripción de la existência, llena de tensio- fiETa)ka[j,páva) (7), JiaQaXapPávco (50), Jtpo-
nes, dei cristiano (la tentación viene sobre el XapPávoj (3), jtQooXapPávcü (12), auXÁ,a[xpá-
individuo); 14, 5 en un contexto eclesiológico vcü (16) y íi3toXap,pávco (5); encontramos ade­
(oLxoôojxfiv XaPp: la comunidad es edifica- más los verbos doblemente compuestos aup,3ia-
da); Flp 2, 7 como enunciado cristológico (to­ QaXap,pávo) (4), outiJt£QiXa(xpávü) (1) y ouv-
mar forma de siervo) y 3, 12 como enunciado avTLX,appávopai (2).
escatológico {conseguir la meta final). A. Kretzer
La expresión p,aQTugíav Itattpávcu {«acep-
tar un testimonio» - o no aceptarlo) es un ele­
mento importante en la teologia joánica, tan­ A á^E X Lamech Lamec*
to con respecto a la soberania dei Cristo joá- Nombre indeclinable dei padre de Noé en
nico (5, 34) como a la decisión que debe la genealogia de Lc 3, 36 (cf. Gén 5, 28s; 1
adoptar el hombre (3, 11; 3, 22s; 1 Jn 5, 9). Crón 1, 3).
Esta decisión es el resultado de aceptar a
Cristo mismo (1, 12; 13, 20) y aceptar sus pa-
labras (17, 8) o rechazarlas (5, 43; 12, 48). En lamma ^por qué?
el relato de la Pasión, Juan utiliza el verbo Forma alternativa de ^ Lapa.
A.ap,pávto para caracterizar Ias maquinacio-
nes de los que fueron responsables de que Je-
sús fuera condenado a muerte (18, 31; 19, Loi^niáç, á ô o ç , lampas antorcha, lám-
1.6.23). Pero también se usa este verbo para para*
referirse a la acogida con amor de que fue ob­ 1. Aparición en el NT - 2. Significado general - 3.
jeto la madre de Jesús (19, 27) y a la preocu- Mt 25, ^«antorchas» o «lámparas»? - 4. Apocalipsis.
pación por el cadáver de Jesús (19, 40).
En el Apocalipsis hay que mencionar como B ib l: G. Fohrer, Fackel, en BHH I, 462s; J. Gagé,
F a ckel (K erze), en RAC VII, 154-217; H. Ch. Hahn,
teologicamente importantes Ias combinacio- en DTNT II, 462-465; I. Jeremias, AAMÜAAES M t
nes de X,ap,pávco con xó:QaYp.a: aceptar el 25, 1 .3 f.7 f ZNW 56 (1965) 196-201; A. Mau, en Pau-
sello, es decir, la marca (dei culto idolátrico) y ly-Wissowa VI/2, 1945-1953; Ch. Mugler, D ictionnai-
ser juzgado (14, 9.11; 19, 20), o rehusarlo con re historique de la term inologie optique des G recs, Pa­
ris 1964, Í.V.; A. Oepke, Xápjtco xxL, en ThWNT IV,
consecuencia para la salvación (20, 4), y reci­
17-28; E. Schweizer, D a s Ev. nach M atthãus (NTD),
bir como sediento el agua de la vida (22, 17). Gõttingen 1973, 303-306; F. Zorell, D e la m padibus
Para terminar afirmaremos: los variados decem virginum : VD 10 (1930) 176-182.
testimonios de Àap,pávco en el NT son prueba
clara de la gran amplitud de significados de 1. El sustantivo Lapitáç aparece 9 veces
este verbo, pero éstos se concentran, no obs­ en el NT, y 5 de ellas se encuentran en la pa­
tante, en determinados puntos de importância rábola de Ias vírgenes (Mt 25, 1.3.4.7.8, en
11 Xa(XJtáç 12

todos los casos en plural). La forma plural torchas cuya parte superior está envuelta en
^afiJiáÔEç se encuentra además en Jn 18, 3; trapos empapados en aceite de oliva (de ma-
Hech 20, 8; Ap 4, 5. Unicamente en Ap 8, 10 nera parecida piensa ya Trench, Synonyma,
aparece el sustantivo en singular. 98): cuando se da la voz para que se inicie rá­
pidamente el desfile, las muchachas de la pa­
2. El sustantivo liapjtáç, desde su apari- rábola preparan sus antorchas (v. 7: £xóofxr|-
ción en Esquilo, Ag 8, que es probablemente aav), lo cual, según Jeremias (200), significa;
la aparición más antigua, designa la antorcha «vuelven a echar aceite en los trapos empapa­
(normalmente de madera resinosa de pino o dos ya en aceite, para que flameen con luz
de ramas untadas de brea, cf. Mau). Las X,ap- centelleante, y las encienden». Si se interpre­
jráôeç se usaban en actividades nocturnas, ta asi el texto, entonces el temor de las mu­
principalmente al aire libre (Jn 18, 3; cf. Jue chachas necias (v. 8; a i X,ap,jtáôeç fiptôv
7, 16.20). En la época helenística se observa apévvuvxai) debe entenderse en el sentido de
una ampliación dei significado de este térmi­ que sus antorchas vayan a apagarse «pronto /
no. En diversas ocasiones (Jdt 10, 22; Dan 5, fácilmente / con rapidez» (cf. Schweizer, 304).
5 Teod.; PapOxy X I I 1449,19) a las lámparas Sin embargo, tanto lo de volver a empapar de
se las llama también ?i.ap,jráÔEÇ (Bauer, Wõr- aceite los trapos (cf. Jeremias, Parábolas, 213:
terbuch, s.v.; Michaelis, 17. Jeremias [197] las muchachas «esperan con antorchas llame-
interpreta estos pasajes en el sentido de «can­ antes») como también el trascurso de la ac-
delabros», es decir, soportes con varias lám­ ción en la parábola son difíciles de imaginar,
paras de aceite). En el NT, Hech 20, 8 queda si supone el empleo de tales antorchas (cf.
en esta misma línea («había muchas Xapná- Schweizer, 304s).
ÔEÇ en la sala de arriba, donde estábamos reu­ El texto (en el contexto actual) piensa en
nidos»), Aqui el término puede significar lámparas (que corren peligro de apagarse,
«candelabros», pero el contexto hace pensar porque el esposo tarda en llegar mucho más
más bien en lámparas: a pesar de la luz que de lo esperado; v. 8). Sin embargo, hay que
daban las numerosas lámparas, el joven Euti- tener en cuenta que una historia «construida»
co se quedó dormido (v. 9); cf. H. Conzel- no puede concretarse absolutamente en todos
mann, Die Apostelgeschichte erklãrf (HNT), sus detalles. Además, es posible llegar a una
125. En Mt 25, 1-8 el plural de Àapnáç de­ especie de solución de compromiso entre las
signa lámparas (Oepke, 17, 39s; Bauer, Wõr- lámparas y las antorchas (Rashi, sobre Kelim
terbuch, í . v.) o (una clase especial de antor- 2, 8 [en Billerbeck I, 969], habla de lámparas
chas (Jeremias, 197s); 3. con trozos de tela empapados en aceite, que
constan de recipientes de cobre sujetos a lar­
3. En Mt 25, 1-12, en la parábola de las gos paios); cf. Schweizer, 304. En todo caso,
diez vírgenes (cf. recientemente I. Maisch: hay que distinguir las ?»,ap,n:áÔEç; de los faro-
BiLe 11 [1970] 247-259; K. P. Donfried: JBL les 0 Ias lintemas (-> cpavóç, como vemos por
93 [1974] 415-428), las X,a[X3táôeç (vv. 1.3.4. Jn 18, 3 (Xapjtúôeç junto a cpavoí también
7.8) se traducen tradicionalmente por lámpa­ en PapLondon 1159, 59).
ras (de aceite), sobre todo teniéndose en
cuenta la mención que se hace dei aceite co­ 4. En el Apocalipsis, Xapjcáç se usa pri-
mo combustible. Sin embargo, Zorell sugirió meramente en la descripción dei trono de
que se hace referencia a las faces nuptiales Dios. De ese trono salen relâmpagos, voces y
(las antorchas nupciales; cf. Gagé, 160s). Je­ truenos; ante él «arden siete antorchas de fue-
remias (197s) interpreta aqui las XapjráÔEÇ go (X,ap,n:áôeç Jtuçóç), que significan los sie­
(teniendo en cuenta, entre otras cosas, las cos- te espíritus de Dios» (4, 5). La expresión tie-
tumbres de las fiestas de boda en Palestina ne «colorido propio dei AT» (Oepke, 26; cf.
hacia fines dei siglo XIX) en el sentido de an­ especialmente Ez 1, 13). Es original dei Apo-
13 Xa|uráç - A aoôíxeia 14

calipsis el número de Ias antorchas, que son X á|in;a) lampo brillar, alumbrar, resplande­
siete (cf. el candelabro de siete brazos dei cer*
templo) y su interpretación que aplica esta En Mt 5,15 dícese de la lámpara; en Lc 17,
imagen a los «espíritus de Dios» (cf., no obs­ 24, dei relâmpago; en Hech 12, 7, de la luz.
tante, Sal 103, 4 LXX: Jtveúpara de Dios en Así como la lámpara ha de lucir (Mt 5, 15),
paralelismo con JtbQ qpÃÉYOv); para la exége- así también los discípulos de Jesus deben res­
sis cf. H. Kraft, Die Offenbarung des Johan- plandecer como luz ante los hombres (X,ap-
nes (HNT), 97, quien cree que Ias antorchas TjjáxQ) xò qpcõç upcõv, 5, 16). El rostro dei Je­
«se entienden como manifestaciones dei Espí- sus trasfigurado «brillaba / resplandecia co­
ritu Santo». En segundo lugar, en 8, 10, una mo el sol» (Mt 17, 2). 2 Cor 4, 6a habla de
«gran estrella» (llamada ”A'il;iv'&oç, «ajenjo», que la luz, por orden de Dios, resplandeció en
V. 11), que cae dei cielo cuando el tercer ángel la manana de la creación (èx oxóxouç q)c5ç
toca la trompeta, se caracteriza como xaió(i£- XáfirjtEL); en 4, 6b se habla de Dios «que ha
voç (bç Xapjiáç. La estrella, evidentemente al resplandecido en nuestros corazones», o qui-
caer, se inflama y esparce chispas como una zás mejor en sentido transitivo: «que ha he-
antorcha que cae (o que arrastra una cola); al cho que se haga la luz—» (así Bultmann, Der
precipitarse sobre la tierra, hace que el agua zweite Brief an die Korinther [KEK], 101 y
de la tercera parte de todos los rios y de todas llOs). ThWNT rV, 17-28.
Ias fuentes no pueda ya beberse (v. 11).
G. Schneider
X .avdáv (0 lanthanõ estar oculto*
Mc 7, 24: «él no podia permanecer oculto».
Lc 8, 47: la mujer vio «que no habia pasado
3 lampros radiante, resplande-
inadvertida {= que no podia pasar inadverti­
ciente*
da)». Hech 26, 26: Xav^áveiv... aòxóv xi
En el NT, el adjetivo se refiere al lucero de
xoúxcov oú íteíb-opai oú'&év, «no puedo con-
la manana (Ap 22, 16), al agua {cristalina)
vencerme de que le haya pasado inadvertida
(Ap 22, 1) y especialmente a vestiduras {ra­
alguna de estas (cosas)». Heb 13, 2: eXa-
diantes / resplandecientes (Lc 23, 11; Hech
•&OV... ^evLoavxeç àyYÉ^ouç, «hospedaron a
10, 30; Sant 2, 2.3; Ap 15, 6; 19, 8). La forma
ángeles, sin saberlo». Lo que permanece
sustantivada xà X,apjtQá, Ias cosas esplêndi­
oculto puede enunciarse también en una ora-
das (así también en Filón, Flacc 165; LegGai
ción de ôxi: 2 Pe 3, 5 («se les escapa que...»);
327), aparece en Ap 18, 14. ThWNT IV, 17-
3, 8 {«no perrnanezca oculta para vosotros es­
28; Spicq, Notes 1, 460-465.
ta verdad, que...»). Spicq, Notes 1, 466s.

XapiTtQÓtijç, l l to ç , 1^ lamprotês resplan- À-alEUTÓÇ, 3 laxeutos excavado en la ro­


dor* ca*
Hech 26, 13; «más brillante que el resplan- Dícese dei sepulcro de Jesús, en Lc 23, 53;
dor dei sol». Spicq, Notes 1, 460-465. ftvfipa )i,a^EUtóv, «un sepulcro excavado en
la roca».

lamprõs (adv.) suntuosamente,


espléndidamente* A a o ò íx E ia , a ç Laodikeia Laodicea*
En Lc 16, 19 dícese dei rico que «todos los Nombre de una ciudad frigia a orillas dei
dias disfrutaba espléndidamente (suqjQaivó- rio Lico, en la que habitaban numerosos ju­
pevoç... Xafxjtprôç)». Spicq, Notes I, 460- dios (Josefo, Ant XIV, 241-243; Schürer III,
465. 17 y 110). De la existência de una comunidad
15 Aaoôíxeia - ^.aóç 16

cristiana en Laodicea hay testimonios en la Hummel, D ie A u s e in a n d e rs e tzu n g zw isc h e n K irche


Carta a los Colosenses (2,1; 4,13.15.16) y en u n d Judentum im M t, München ^1966, 143-161; J. Jer-
vell, L u ke an d the P eople o f God. A N ew L o o k a t Lu-
el Apocalipsis (1,11; 3, 14). Según Col 4,16, ke-A cts, Minneapolis 1972, 41-74; E. Kasemann, D as
Pablo escribió una carta a la comunidad de w a n d e m d e G ottesvolk. E ine U ntersuchung zu m Hebr,
Laodicea (cf. la Carta apócrifa a Laodicen- Gõttingen^l961, T l-y i', J. Kodell, L u k e ’s Use o/Laos,
«P eople», especially in the Jerusalem N arrative: CBQ
ses). Pauly-Wissowa XH, 722-724; LThK VI,
31 (1969) 327-343; T. C. de Kruijf, D a s Volk G ottes im
793s; Haag, Diccionario, 1079s; Pauly, Lexi- NT, en 1. Pfammater-F. Furger (eds.), T h e o lo g isch e
kon III, 483s; IDE Suppl. Vo. 526s. B erich te III. Jud en tu m un d K irche: Volk G ottes, Ein-
siedeln 1974, 119-133; G. Lohfink, D ie Sam m lung Is ­
raels. E ine U ntersuchung zu r lukanischen E kklesiolo-
A a o ô ix e v ç , éroç, ó Laodikeus laodicen- gie, München 1975, 33-61; U. Luz, D as G eschichts-
verstãndnis des P aulus, München 1968, 269-279; C.
se* M. Martini, V e s c lu s io n e delia com unità d e lp o p o lo di
AaoôlXEÚç designa al que moraba en la D io e il n u o v o Is r a e le se c o n d o A tti 3, 23: Bib 50
ciudad de A aoôíxeia. Col 4, 16: «Haced (1969) 1-14; P. S. Minear, B ild e r d e r G em einde. E ine
que esta carta [a saber, la Carta a los Colosen­ S tudie ü b er da s Selb stverstã n d n is d e r G em einde an-
hand vo n 96 B ildbegrijfen des N T , Kassel 1964, 66-
ses] se lea también en la comunidad de los 106; C. Müller, G ottes G erechtigkeit un d G ottes Volk.
laodicenses». Ap 3, 14 Textus Receptus lee E in e U ntersuchung zu R õm 9-11, Góttingen 1964, 90-
(en lugar de la «comunidad en Laodicea») ex- 113; F. MuBner, «Volk G ottes» im N T , en Id., P raesen-
xX,riaía Aaoôixémv. Marción pone a la Car­ tia S a lu tis, Düsseldorf 1967, 244-252; F. B. Norris,
G o d ’s O w n P eople, Baltimore 1962; A. Oepke, D a s
ta a los Efesios la superscriptio: «A los Lao­ neu e G o ttesvo lk in Schrifttum , Schauspiel, b ild en d er
dicenses». K u n st u n d W eltgestaltung, Gütersloh 1950, 57-84,
198-230 (sobre Pablo, Heb, Ap); J. 0 ’Rourke, The
C hurch as P eo p le o f G o d in the N T: Divinitas 13
X aóç, OÍJ, ó laos pueblo, multitud, pueblo (1969) 655-668; R. Poelman, P euple de D ieu: Lumen
de Dios Vitae 20 (1965) 455-480; S. Pancaro, «P eople o fG o d »
in S t J o h n ’s Gospel?: NTS 16 (1969-1970) 114-129;
1. Aparíción en el NT - 2. Significados (campos lé­ G. Rau, D as Volk in d e r Ik P assionsgeschichte. E ine
xicos, contexto, antecedentes) - 3. Uso teológico dei K o n je k tu r zu L k 23, 13: ZNW 56 (1965) 41-51; H.
término - a) Pablo - b) Tradiciones sinópticas más an- Schlier, E clesiología d e i nuevo testam ento, en M yste-
tiguas - c) Lucas/Hechos - d) Mateo - e) Otros escri­ rium sa lu tis IV/1, Madrid 1973, 107-229; R. Schna-
tos - 4. Problemas teológicos. ckenburg, D ie K irch e im NT, Freiburg i. Br. ^1966,
133-140; Id., L a Ig lesia com o p u e b lo de D ios: Conci-
B ibl.: M. Barth, D a s Volk G ottes. Juden un d Chris- lium 1 (1965) 105-113; H. Strathmann-R. Meyer,
ten in d e r B o tsch a ft d es P aulus, en M. Barth y otros, Xaóç, en ThWNT IV, 29-57; W. Trilling, D a s w ahre
P a u lu s - A p o s ta t o d e r A p o stei? , Regensburg 1977,45- Israel. Studien z u r Theol. des M t, München ^1964; H.
134; H. Bietenhard, Pueblo, en DTNT m , 437-451; L. F. Wei6, «V olk G ottes» u n d «L eib C hristi». Ü berle-
Cerfaux, La théologie de 1’E glise suivant sainí Paul, gungen z u r p ln E kklesiologie: ThLZ 102 (1977) 411-
Paris ‘'1965, 31-57; N. A. Dahl, The P eo p le o fG o d : 420; D. Zeller; J u d en un d H eiden in d e r M ission des
Ecumenical Review 9 (1956-1957) 154-161; Id., D as P aulus. Studien zum Rõm, Stuttgart ^1976, sobre todo
Volk G ottes. E in e U ntersuchung zum K irchenbew ufit- 116-122; para más bibliografia, cf. TliWNT X, 1155s.
sein des U rchristentum s, Darmstadt ^1963; J. Dupont,
AAOS "EH "E0NQN (A c 15, 14), en Id., E lu d es su r
les A ctes des A pôtres, Paris 1967, 361-365; G. Eich-
1. Apareceu considerables diferencias en
holz. D e r B e g r ijf <>Volk» im N T , en Id., Tradition und cuanto al uso dei concepto Xaóç en los diver­
Interpretation, München 1965, 78-84; H. Frankeraõ- sos teólogos dei NT, Estas diferencias afectan
lle, J a h w e b u n d u n d K irc h e C h risti, Münster i. W. no sólo al uso dei concepto en general sino
1974, 193-220 (sobre Mt); J. Gnilka, D ie V erstockung también al contenido específico dei mismo. -
Israels. Isa ia s 6, 9 -1 0 in d e r Theol. d e r Synopt., Mün­
chen 1961; H. Goldstein, P a u lin isc h e G em ein d e im De los 142 testimonios que hay en el NT, de
E rste n P etru sb rief, Stuttgart 1975; E. GrãBer, D e r los cuales tan sólo 9 se hallan en plural, ve­
G laube im Hebr, Marburg 1965, 216-218; H. F. Ha­ mos que 12 se encuentran en el Corpus Pauli-
milton, The P eo p le o f G o d (2 vols.), Oxford 1912; G.
Harder, K o n tin u itã t u n d D isk o n tin u itã t d e s V olkes num, pero únicamente en Romanos (8 veces),
Gottes, en H. Gollwitzer-E. Sterling (eds.), D a s ges- 1 Corintios (2), 2 Corintios (1), Tito (1); el
p a lte n e G ottesvolk, Stuttgart-Berlin 1966, 267-282; R. término aparece 3 veces en Marcos, 14 en
17 Xaóç 18

Mateo, 84 en los escritos lucanos (36 en el Ev con que introduce los términos, indudable-
de Lc, 48 en Hech), 3 en Juan, 13 en Hebreos, mente sin connotaciones teológicas, de
3 en 1 Pedro, 1 en 2 Pedro, 1 en Judas, 9 en el ôfjp,oç (el pueblo como conjunto de los habi­
Apocalipsis. Según esto, Xaóc, es uno de los tantes de una poblaciôn; en el NT aparece so­
vocablos preferidos por Lucas. Sorprende la lo 4 veces en Hechos), 3TX.fj'&oç (multitud): Lc
falta de Xaó<^ en Q, como la fuente común de 1,10; 2,13; 5 ,6; 6,17; 19, 37; 23,1.27 y pas-
la tradición de Ias sentencias que se encuen- sim, y òyXoç (muchedumbre de personas, la
tran en Mateo y Lucas; esto se confirma por gran masa de gente, en contraste con la clase
los resultados negativos que se observan en el alta): 4, 42; 5, 15; 6, 19; 9, 11; 11, 29; 12,
Evangelio de Tomás (EvTom). - Sobre la im­ 1.54; 13, 17; 14, 25; 19, 39; 23, 4.48. Hasta
portância teológica dei concepto o dei teolo- ahora no se ha demostrado de manera conclu-
gúmeno bíblico dei pueblo de Dios, la esta- yente la existência de una motivo para el cam­
dística dei uso de la palabra no nos dice nada. bio terminológico (cf. õxX.oç en 13, 17; 22,
El concepto es ambiguo; es un polisemo, cu- 6). i,Será que Xaóç, en virtud de su historia
yo contenido no se fija sino por el uso actual anterior en la LXX, se encuentra ya tan mar­
dei lenguaje. cado, que en general deba entenderse como
«concepto importante para la historia de la
2. La concreción semântica se rige princi­ salvación» (Lohfink, 35), o quizás en lugares
palmente por tres factores: el contexto, los menos importantes teológicamente existe un
campos léxicos en el correspondiente escrito, «significado vulgar», que para Lucas es inclu­
los antecedentes de Xaóç en los escritos ju­ so «muy usual» (Strathmann, 50; cf. Bieten-
dios. La influencia de estos últimos aparece hard, 442s)? El contexto y la concepción lu-
muy claramente por Ias numerosas citas de la caca ( ^ 3.c) serán decisivos para dar una res-
LXX. puesta.
El espectro de significados de Xaóç en el El significado general, en el caso de Lucas,
NT se extiende desde a) pueblo, poblaciôn, es obvio cuando ^aóç amplia, entre otros, a
gente, multitud, gentio -sin ningún matiz na­ õx^oç (7, 29; 8, 47; 9, 13; Hech 5, 37 y pas-
cional- pasando por b) Xaóç, como término sim), cuando Lucas con su estilo arcaizante
técnico para designar a Israel como pueblo de (inspirado en la LXX) sustituye un 6%koç
Dios -siguiendo muy de cerca la manera de marquino, sin que la realidad objetiva lo exija
hablar de la LXX, en ambos casos con Êfrvq (Lc 19, 48; 20, 6.19.45), y cuando habla ple-
(gentiles) como término opuesto- hasta llegar rofóricamente de «todo el Xaóç», en el senti­
a c) Xaóç como designación de la(s) comuni- do de «todos, cada uno» (3, 21; 7, 29; 18, 43;
dad(es) cristiana(s) -quedando suprimida en- Hech 21, 36). En este sentido debe entenderse
tonces la oposición a e ^ o g - . también la expresión «la (gran/total) multitud
toó3 Xaov» (Lc 1,10; 6,17; Hech 21, 36). Sin
a) El significado dei término sin cualifica- embargo, en los pasajes en que Xaóç se con­
ción teológica aparece, en singular, en dos pa- sidera en contraposición a los círculos diri­
sajes de Marcos (11, 32; 14, 2) y en tres pasa- gentes y que rechazaban a Jesús (Lc 22, 2; 23,
jes de Mateo (4, 23; 26, 5 par. Mc; 27, 64). En 5; Hech 6, 12; 10, 41; 13, 15) o cuando Xaóç
Lucas el empleo es discutido, porque es difu­ se integra en el frente de rechazo (Lc 23, 15),
sa la transición dei término general al término entonces lo decisivo no es sólo el lenguaje de
cualificado teologicamente. En general, Lu­ la LXX (-+ 2.b), sino también la concepción
cas intensifica numéricamente —en compara- lucana, que se basa en la LXX (Xaóç = el Is­
ción con Marcos- el elemento de Ias multitu- rael creyente como pueblo de Dios, la Iglesia
des, cuando introduce Xaòç en la tradición; de los gentiles como Xaóç).
Lc 7,1.29: 8,47; 9„ 13; 18,43; 20,1.9.26; 21, El plural X,aoí es paralelo a (pueblos)
38; 23, 27.35, pero con la misma intensidad en Rom 15, 11; Ap 7, 9; 10, 11; 11, 9; 21, 3;
19 Xaóç 20

Lc 2, 30s; Hech 4, 25.27; de manera semejan- Rom 11, 1; 1 Cor 10, 7; 2 Pe 2, 1; Jds 5), por­
te el singular X.aóç es paralelo a e^voç (Jn 11, que la tendencia dei enunciado queda igual­
50; 18, 14; Ap 5, 9; 13, 7; 14, 6; 17, 15): lo mente asegurada de esta manera.
que se quiere dar a entender es que son todos,
la totalidad numérica, toda la humanidad. El c) Las comunidades cristianas se entendían
contexto y los términos usados en él determi- a sí mismas como Xaòç, to ü '0'eoü en conti-
nan el significado de Xaóç en todos esos pa- nuidad con el uso de Xaóç como predicado de
sajes que no tienen ninguna asociación fijada honor de Israel, pero al mismo tiempo niegan
con la historia de la salvación. Este mismo este título a aquella parte de Israel que recha-
sentido podría hallarse también presente en la za a Jesus. Esto quiere decir que la continui-
mayoría de Ias 22 veces en que aparece el tér­ dad se halla basada cristológicamente: Dios
mino en Hech 1-6, aunque kaóç se limita en (!) escoge para sí un X,aóç de entre los êOvT]
estos casos a multitudes judias que asisten, (Hech 15, 14 recogiendo una idea de Zac 2,
por ejemplo, como oyentes (cf. también 10, 2; 15 y Am 9, 11; cf., a propósito, de Kruijf,
12, 4; 21, 30.36, etc.). El uso lucano dei tér­ 127s). De importância decisiva para esta elec-
mino no es consecuente. A menudo podría ser ción es la actitud de cada persona ante Jesús:
decisivo el afán de inaitar el estilo de la LXX. «Todo el que no escuche a este profeta, será
Quizás los pasajes con el término kaóç deter­ erradicado dei Xaóç» (Hech 3, 23 como cita
minado teológicamente han influido sobre los de Lev 23, 29). - Como demuestran las citas,
pasajes que no eran significativos semántica- Hech 15,14 «no es una afirmación muy revo­
mente. lucionaria para la sensibilidad judia» (Strath-
mann, 53; de manera parecida Müller, 52 y
b) La creencia en que Israel es el pueblo 94s a propósito de Pablo), sino que ya en el
escogido por Dios (Xaòç Toü ■&eo0) no se in- Deuteronomio y plenamente en todos los pro­
terrumpe en el NT. Esto se haUa en consonân­ fetas se rompe la idea nacional y religiosa dei
cia con la manera de hablar de la LXX, donde Xaóç y se incluye también a los gentiles (so­
A.aóç aparece unas 2000 veces, prineipalmen- bre los escritos dei AT cf. Frankemõlle, 198).
te como tecnicismo religioso. En el NT, este También en el AT Israel como Xaóç se halla-
significado de la historia anterior queda ase- ba siempre en crisis. Una disolución dei Xaóç
gurado especialmente mediante citas dei AT = la totalidad de Israel se encuentra igualmen­
(Mt 2, 6; 4, 16; 13, 15; 15, 8; Hech 3, 23; 28, te en la «idea dei resto», en tiempo de Jesús,
26, etc.; jen Pablo Ias citas sehallan presentes sobre todo en la conciencia elitista de la elec-
incluso cada vez que aparece el término! -*• ción que existia en Qumrán (cf., a propósito,
3.a), mediante adiciones explicativas (Hech 4, Gnilka, 155-185).
10; 13, 17.24: el Xaóç de Israel; Hech 12, 11: El NT no siguió la dirección emprendida en
el Xaóç de los judios; Mt 2, 4; 21, 23; 26, Qumrán. Tanto en el NT como en la literatura
3.47; 27, 1; Lc 19, 47; Hech 4, 8: principales judia, se ve evidentemente que Xaóç era en
sacerdotes y escribas [ancianos dei X.aóç]), todo el âmbito judio un concepto dinâmico
por el término contextualmente opuesto de (que, por tanto, no se origino con el NT) que
«gentiles» (Lc 2, 32; Hech 10, 2; 26, 17.23; estaba abierto al cambio, y que se oponía a to­
28, 27s; Rom 15, 10) o por los términos para da seguridad con respecto a la salvación. So­
designar a «Israel» que son teológicamente bre todo el Evangelio de Mateo y la Carta a
significativos por el contexto, como el tem­ los Hebreos desarrollan este aspecto.
plo, la ley, el Dios de Israel, Ias costumbres de
los padres, etc. (Lc 1, 68.77; 7, 16; 24, 19; 3. a) Es curioso que en Pablo el término
Hech 21, 28; 28, 17). Xaóq puede aparecer Xaóç se encuentre tan sólo en citas bíblicas;
también aislado, sin tales expUcaciones con- cuando es él mismo el que habla, evita —a di­
textuales directas (Lc 2, 10; Hech 13, 15; ferencia de Lucas (-^ 3.c)- el término (Cer-
21 Xaóç 22

faux, 12; WeiB, 415, 418). Además, sólo en nente teocéntrico: «Yo seré su Dios y ellos se-
Rom 9-11 (9, 25.26; 10, 21 y 11, 1.2) él pre- rán mi pueblo» (2 Cor 6, 16). Así como esta
senta citas en el contexto de la temática dei promesa fue válida y sigue siendo válida para
pueblo de Dios; en los demás pasajes (Rom Israel, así también lo es -según Pablo- para la
15, 10-11; 1 Cor 10, 7; 14, 21; 2 Cor 6, 16; Tit Iglesia de los gentiles. Sin embargo, es válida,
2, 14) Ias citas se ofrecen por su tradicional pero tan sólo en virtud también de la corres-
importância teológica, asignándoseles única­ pondiente conducta. También en Tit 2, 14 la
mente una función subordinada, basada tipo- referencia a la creación de un «Xaóç puro»
lógicamente, dentro de un contexto parenéti- (según Dt 14, 2) por medio de la muerte de
co. En Rom 9, 3-5, en la enumeración de los Jesus, está asociada con una oración final.
títulos honoríficos que correspondeu a Israel,
no aparece Xaóç. Las razones: «No todos los b) En la tradición sinóptica más antigua,
que descienden de Israel, son Israel» (9, 6b), Xaóç aparece en Mc 7, 6 como cita de Is 29,
porque Israel, como Xaóç, «es desobediente y 13, pero no es aplicada por Marcos a todo Is­
obstinado» (10, 21). El verdadero Xaóç, se- rael, sino únicamente a los fariseos y escribas
gún 9, 25, está llamado de entre los judios hipócritas. En Marcos, Xaóç no recoge el teo-
(’Iouôatcov) y de entre los gentiles (è^vóãv); logúmeno veterotestamentario dei pueblo de
el que no-es-mi-pueblo (Os 2, 25) se convier- Dios. En Q no se halla atestiguado el término
te en el Kaóç de Yahvé en virtud de la fe en el Xaóç.
evangelio. Sin embargo; «Dios no ha dese-
chado a su Xaóç» (11, 2); las promesas siguen c) Lucas introdujo consciente e intenciona­
siendo válidas para el verdadero À,aóç. Aun- damente el término Xaóç en su doble obra (es
que el Israel concreto (9, 27; 11, 7), con ex- curioso que este término falte en el relato dei
cepción de un «resto», se ha endurecido, sin viaje en el Evangelio y en los fragmentos de
embargo todo Israel será salvo (11, 25ss). Hechos que están escritos en primera persona
Incluso en Rom 9-11 Pablo no se sirve dei dei plural). El pueblo, designado por Xaóç,
concepto de Xaóq para esbozar una teologia aparece en relación extraordinariamente posi­
dei pueblo de Dios. Sino que de los conjuntos tiva con Jesús (Ev de Lc) y con los apóstoles
emergen los conceptos como promesa, fideli- (Hech 1-6). Y aparece en fuerte tensión con
dad de Dios, ley, evangelio, justicia; dei con­ los círculos dirigentes (incluidos los fariseos
cepto dialéctico de Israel emergen puntos de en el relato de la Pasión y en Hechos). Un pro­
partida que emplean la terminologia y la teo­ fundo abismo separa dei Xaóç a esos círculos
logia universalista tradicional dei Xaóç como dirigentes (-»■ 2.a; cf. Lc 7, 29s; 19, 47s; 20, 1.
base para enfocar el problema de Israel y la 6.19.26.45-47; 22, 2; 23, 35; 24, 19s). La acti-
Iglesia. Lo mismo que 'ôeóç (Dios, Yahvé), tud positiva (en contra de Strathmann, 50) de
vemos que Xaóç es en Pablo un término todo Israel (cf. el frecuente Jtãç plerofórico
«ideal» que está tomado -sin discontinuidad- junto a Xaóç en 2, 10.31; 7, 29; 8, 47; 9, 13;
de la tradición judia. 18, 43; 20, 45; 21, 38; 24, 19; cf. 1, 10; 3, 21;
La forma teológico-terrena de existência de 19, 48; 20, 6; Hech 3, 9.11; 4, 10; 5, 34; cf. 2,
este Xaóç, la describe Pablo, tanto en lo que 47) como pueblo de Dios da un giro crítico en
respecta a Israel como a la Iglesia, con abun- Lc 23, 13 con el triple clamor dei Xaóç que
dancia de otros conceptos; sobre la eclesiolo- reclamaba la crucifixión de Jesús (en contra
gía cf. £JtxÀ,TiOLa (iglesia, comunidad), ocopa de la conjetura de Rau; «dirigentes dei pue­
(cuerpo de Cristo), v aòç deon (templo de blo»); en Hechos el movimiento de congi'ega-
Dios), etc. Tan sólo la totalidad dei campo lé­ ción dei Xaóç termina totalmente con la muer­
xico referente a la historia de la salvación y a te de Esteban (Hech 6, 8ss). También aqui (6,
la cristología libera y deja aparecer la eclesio- 12) el Xaóç se deja integrar en el frente de re-
logía paulina, en la cual Xaóç es el compo­ chazo y, por tanto, en el discurso de Esteban,
23 X,aóç 24

es acusado corporativamente y repudiado por terminado étnicamente: Lc 1, 16s: Juan el


su parte de culpa en la muerte de Jesús. Bautista «convertirá a muchos de los hijos de
A partir de entonces, según Lucas, sólo hay Israel,... y preparará para el Senor (de Israel)
algunos creyentes de Israel; la totalidad de los un kaóç bien dispuesto»; 2, 30-32; Jesús es la
’Ionôaíoi (así se afirma frecuentemente, aun- «salvación que tú has dispuesto en presencia
que no de manera consecuente: Hech 9, 23; de todos los pueblos (jtávTcov tcõv kawv),
10, 22; 12, 3.11; 21,11.20, etc.) están endure­ una luz para la revelación a los gentiles (è'&-
cidos (28, 26s). Esta base histórico-teológica vcõv) y para la gloria de tu kaóç Israel» (so­
en la composición de Hechos (cf., a propósi­ bre la comprensión lucana dei cristianismo
to, Gnilka, 143-146; Lohfiirk, 47-62) abre el gentilico cf. el paralelo en Hech 13, 47).
camino para el verdadero pueblo de Dios, la En la concepción histórico-teológica de Lu­
comunidad cristiana, integrada por judios (ca­ cas, Jesús se dirige, si, al kaóç en su totali­
da vez en menor número) y por gentiles (cada dad, tal como habia sido caracterizado por la
vez en mayor número). LXX en su dimensión histórico-salvifica, pero
Esta construcción literaria, entre otras co­ ese kaóç no se identifica de hecho con Israel.
sas, garantiza al mismo tiempo la unidad de la La ampliación universalista -como sucedia ya
doble obra lucana. Con razón, en Hech 3, 11, en el AT (->- 2.c)- viene dada desde un princi­
presuponiéndose lo dicho en Lc 23,13, puede pio por el concepto de Kaóç. En Lucas se ob­
cargarse sobre todo el kaóç la culpa por la serva una continuidad sin problemas entre la
muerte de Jesús y puede llamársele al arre- comunidad o la Iglesia cristiana (Exxkqoía) y
pentimiento. Pero sigue siendo Laóç, incluso el kaóç. Sin embargo, hay que senalar que
después dei clamor reclamando la crucifixión -e n completo contraste con Pablo (->■ 3.a)- la
de Jesús, en Lc 23, 27.35; 24, 19 (la cosa es èxxktioía se halla estructurada de la manera
totalmente diferente en Mateo y en Juan, -> teocéntrica tradicional únicamente en el dis­
3.d). El esquema lucano se encuentra ya fun­ curso de Mileto, en Hech 20, 28. En todos los
damentado en su historia de la infancia; cf. la demás pasajes, el término sigue estando re-
profecia de Simeón en Lc 2, 34: «Este (Jesús) daccionalmente sin especificar (= la asamblea
está para la caida y el levantamiento de mu- dei pueblo, tecnicismo para designar a Ias co­
chos en Israel». Aunque esta afirmación pue­ munidades cristianas). La densidad teológica
de referirse todavia a la sima, acentuada en dei kaóç no llega hasta la èxxkT)oía de Lu­
forma estereotipada, entre el kaóç y sus diri­ cas. De ordinário, ésta puede considerarse co­
gentes, sin embargo hay también otros textos mo la manifestación exterior y «profana» y
que sitúan esta sima en medio mismo dei como la asamblea dei kaóç. La acentuación
«pueblo», al que en estos pasajes no se deno­ extraordinariamente intensa de la eclesiología
mina nunca Kaóç (cf. principalmente la pen- en Lucas no se halla relacionada con el térmi­
copa programática de Nazaret en Lc 4, 16-30 no èxxkqaía sino con la realidad dei kaóç.
asi como los pasajes 6, 22s; 7, 9.31s; 8, 10; 9, Si se pertenece o no a ese kaóç, eso lo de­
41; 10, 13-15; 11,29-32.49-51:12, 54-56; 13, cide la fe en la predicación de Jesús y de los
26-29.34s; 20, 16; cf. también 3, 8s). apóstoles (Hech 3, 23). En consonância con
De ahi se sigue; en Lucas el kaóç, desde un ello está el que para Lucas no haya más que
principio, no sólo se halla en oposición a sus un Kaóç: integrado por judios y gentiles que
dirigentes (que rechazan a Jesús), sino tam­ creen en Cristo (Hech 3, 22s; 15, 13-18; 18,
bién a la porción incrédula y endurecida de 10; en contra de la tesis de Jervell, según la
Israel; esto es lo que constituye la redacción cual tan sólo la Iglesia judeocristiana seria
lucana. (Tan sólo una investigación dei campo kaóç, y los gentiles participarian únicamente
léxico es capaz de asentar esta concepción.) de Ias promesas hechas a ella).
Está en consonância con ello el que se amplie La congregación dei Kaóç es, como en el
desde un principio el concepto de Kaóç, de­ AT, obra enteramente de Dios (Lc 1 ,68; 2,28-
25 Xaòc 26

32: 15, 14; cf. también 1, 72; Hech 5, 35-39; El verdadero Àaóç de los discípulos de Je­
13, 40s; 15, 14-18). No aparece en perspecti­ sús, integrado por todos los pueblos (28, 19),
va una soteriología sino en Hech 20, 28 («la es inaugurado mediante la entrega de Jesús
Iglesia [ex>t.X.T^0 Ía] de Dios, que El adquirió «para el perdón de los pecados» (1, 21; 26, 28
para sí por medio de la sangre de su propio redaccional; suprimido en el relato de Juan el
[Hijo]»). La cristología lucana es rigurosa- Bautista tomado de Mc 1, 4), ya que Jesús es
mente teocéntrica. El Jesus terreno tiene una Enmanuel (= Dios con nosotros). El Xaóç de
función consistente en la proclamación de la Jesús es, como tal, el Xaóç de Dios. El con­
aetividad de Dios en medio dei kaòç (también texto redaccional en Mt 1-2, los conceptos pa­
en lo que respecta a la congregación de los ralelos èxtíÀTiaía |xou (mi Iglesia) en 16, 18 y
doce apóstoles: lleva al pueblo a la crisis, pe- PaoiXeía oou (tu reino) en 13, 41; 16, 28; 20,
ro su congregación no comienza sino en Hech 21, así como el campo léxico de Ias designa-
1-6 entre los judios, y en Hech 7-28 entre los ciones eclesiológicas (discípulos, hijos, her-
gentiles. De esta manera, «el pueblo de entre manos, etc.) refuerzan esta misma idea.
los gentiles» (Xaòç èOvítbv) que Dios esco- Para mantener la propia identidad de la
gió para sí según Hech 15,14, se vislumbra ya Iglesia como Xaóç (con una acentuación su­
fundamentalmente en Ias amenazas de Lucas mamente intensa de la inseguridad de su pro­
a Israel (3, 8s; 10, 13-15: 11, 31s.50; 13, 26- pia salvación), Mateo es, entre todos los teó­
28; 20, 16), en Ias promesas para los «otros» logos dei NT, el que más radicalmente niega a
(3, 8; 13, 29; 20, 16) y en la aceptación de los Israel esta designación de pueblo. Este es el
gentiles (7, 1-10; 14, 15-24). También en este fundamento de su proyecto de teologia de la
punto, la historia de la salvación conducida historia, marcado «deuteronomísticamente»,
por Dios no sólo aparece en toda la obra de que aparece en su Evangelio.
Lucas como una historia marcada por la con-
tinuidad, sino que además se halla en comple­ e) Los demás escritos dei NT (1 Pedro, He-
ta continuidad con la anterior historia judia de breos, Apocalipsis) testifican expresamente
la salvación. Esta continuidad queda garanti- (sin polemizar contra Israel como Xaóç) su
zada, no menos, por el concepto de Àaóç. propia comprensión de ser verdadero X,aóç,
en continuidad con el AT. Cf. principalmente
d) Mateo, como indican Ias citas dei AT en la acumulación de predicados honoríficos que
2, 6; 4, 16; 13, 15 y 15, 8, enlaza con la ma­ se aplican en 1 Pe 2, 9s (según Is 43, 20; Ex
nera de hablar de la LXX, de tal manera que 19, 6; Mal 3, 17) a una Iglesia de la diáspora
Xaóç, debe entenderse dialécticamente: existe entre los gentiles (1, 1; 2, 12). No aparece en
el Xaóç empedernido (13, 15), pero también el horizonte -en contra de lo que sucede con
el Xaóç de Yahvé (2, 6) y de Jesús (1, 21), el Pablo- el X,aóg integrado por judios y genti­
Àaóç de la «Galilea de los gentiles» (4, 15s). les; tan sólo aparece la comprensión que tie-
A diferencia de Lucas, vemos que Mateo aso- nen de sí mismos los cristianos gentiles.
cia el À.aóç en el primer sentido con sus re­ No ofrece tampoco problemas el término
presentantes (2, 4; 21, 23; 26, 3.47; 27, 1), Jtaóç, que aparece en 13 pasajes de Hebreos.
hasta incluir la automaldición cultuai y didác- El término una de dos: o bien se refiere pre­
tica de 27, 25, que se basa en el dodecálogo dominantemente al Xaóç, judio, pero pensán-
siquemita de Dt 27, 15-16: «Todo el Xaóç ex- dose tipológicamente en la comunidad (como
clamó: jCaiga su sangre sobre nosotros y so­ sucede cuando se habla dei sumo sacerdote,
bre nuestros hijos!». Desde entonces no exis­ dei culto, dei tabemáculo), o bien se refiere
te ya Israel como ^aóç, sino que existen uni­ directamente a la comunidad (2, 17: Jesús ex­
camente -como en todo el Evangelio de Juan, pia los pecados dei Xaóç; 13, 12: por medio
pero no como en Lucas- «los judios hasta el de su muerte, él santifica al Xaóç; 8, 8.10: Je­
dia de hoy» (28, 15). sús es el Mediador de un nuevo pacto [Jer 31,
27 X.aóç 28

33] con la casa de Israel [!], y con ello esta •&eoü. En el NT, Xaóç (desarrollando el tema
casa será el Xaóç de Yahvé). La idea dei pue- de la LXX) es un término teocéntrico, garan-
blo de Dios, tal como fue concebida en el AT tiza la continuidad de la historia de Dios con
y en el cristianismo primitivo (no hay oposi- Israel y con los pueblos. Así como no hay más
ción entre judios y gentiles) aparece como la que un solo ■&EÓç, así también no hay más que
clave para la comprensión de la carta (Oepke, un solo Xaóç '&eoT3.
57-74; GrâBer, 216). Así como el culto dei AT Por eso, ni TopafiX en el AT ni la èxxX.T)-
era provisional, así también lo eran el pacto y o ía en el NT pueden representar exactamente
el Xaóç; tan sólo la comunidad de Jesus es el lo mismo que Xaóç, por cuanto expresan la
verdadero Xaóç, y este pueblo está obligado correspondiente existência histórica dei «pue­
al ethos cristiano. También para este Xaóç es blo» judio y dei «pueblo» cristiano. Lo mis­
inminente el juicio (10, 30). Sigue siendo el mo que en la LXX, ’IoQaf|X se entiende dia-
pueblo de Dios en peregrinación (3, 7-4, 13). lécticamente en el NT (cf. la expresión pauli-
El Apocalipsis acentua también (en el con­ na Topari^i, x ax à oápxa). Lo decisivo en el
texto de la lucha contra «la sinagoga de Sata­ NT es la fe en Jesucristo. Tan sólo en la afir-
nás»: 2, 9; 3, 9) que el Xaóç es antes y des- mación de esta fe, Israel es Xaóç Ueou. Y es­
pués de Cristo una entidad uniforme, como to se aplica también a la «Iglesia integrada
demuestra la aplicación de pasajes veterotes- por todos los pueblos». Esta comprensión dia-
tamentarios dei Xaóç en 18, 4 (Jer 51, 45) y léctica de Xaóç en lo que respecta a «Israel» y
21, 3 (Zac 2, 14; Ez 37, 27). Ese pueblo abar­ a la «Iglesia» es genuinamente judia. El NT
ca marcadamente a Ias naciones y al mundo no ha hecho más que recibirla.
(5, 9; 7, 9; 10, 11; 11, 9; 13, 7; 14, 6s; 17, 15; La relación entre Israel como Xaóç '&eoõ y
el plural en 21, 3 es consecuente; cf. también la Iglesia como À.aòç Ueon, allá donde se es-
el capítulo 7: Israel y los pueblos). Por lo de- tudia como tema, es interpretada de manera
más, Xaóç no es un concepto teologicamente sumamente diferente. El más radical de todos
significativo. No llega a ser eclesiológicamen- es Mateo, quien representa una teoria de la
te relevante sino por medio de la eclesiología sustitución o dei desplazamiento: todo Israel
que acentua en conjunto la continuidad con el se halla endurecido (27, 25); ha perdido el lu­
AT (cf. especialmente 7, 1-17; 21, 12-14). gar preeminente que Dios le había concedido
(21, 43 en la composición de los capítulos 21-
4. Los enunciados dei NT acerca dei Xaóç 25). Las promesas y la fidelidad de Yahvé
distan mucho de ser uniformes, y no compar- (Frankemõlle, 108-143 y 257-307) se aplican
ten un foco teológico común en todos los es­ ahora a la Iglesia integrada por todos los pue­
critos dei NT. Cuando se usa el término, éste blos (entre los cuales hay que contar también
refleja la comprensión que el autor y su comu­ a los judios, pero Mateo no lo dice). Esta te-
nidad tienen de sí mismos como Xaóç '9'EOü, sis, que hoy dia nos parece radical, sólo pue-
lo cual implica al mismo tiempo una determi­ de entenderse por la situación de Mateo y por
nada comprensión de Israel como Xaòç ■freoü. la manera marcadamente judia de pensar dei
En el NT no se habla de un «nuevo Xaóç». Evangelio de Mateo, lo cual tenía sus antece­
Tan sólo en Heb 8, 8-13, siguiéndose a Jer 31, dentes en el judaísmo.
31-34, los conceptos de À,aóç y de «nuevo Segán Lucas, el único Xaóç se constituye
pacto» (xaivf] ôta-&f|XTi) se asocian contex- por el hecho de que al Israel creyente se ana-
tualmente con Israel, pero se trata de una idea dan gentiles creyentes. En esto se demuestra
que no se sigue desarrollando teologicamente la continuidad de la historia de la salvación,
ni aqui ni en ninguna otra parte de la carta, de dirigida por Dios mismo.
tal manera que también aqui -como en los de- Según Pablo, «Israel» sigue siendo Xaóç
más pasajes dei NT que hablan de ôiaí)T|XTi- ô^EOü; Israel no ha sido desechado por Dios
no se expresa la idea en un «nuevo» kaòç (Rom 11, Is; 9, 4s). Por el endurecimiento de
29 ^aóç - XaxQevtí) 30

una parte de Israel, «llegó la salvación a los F estgabe flir H. F leckenstein, Würzburg 1971, 35-51;
gentiles, para causarles celos» (Rom 11, 11). O. Casei, D ie i,oyixf| XaTpeía d e r antiken M ystik in
christl.-liturgischer Um deutung: JLW 4 (1924) 37-47;
Cuando los gentiles crean en su totalidad, J. P. FloB, Jahw e dienen - G õttern dienen (BBB 45),
«entonces todo Israel será salvo» (11, 26). Kõln-Bonn 1975; F. Hahn, D e r urchristl. G ottesdienst
También para Pablo no hay más que un solo (SBS 41), Stuttgart 1970, 35s, 52-54; K. HeB, en
X,aòç DsoO. DTNTIV, 216-218; E. Kâsemann, E l culto en la vida
cotidiana dei mundo, en E. Kãsemaim, E nsayos exegé-
En lo que respecta a la idea dei ^aóç en el ticos, Salamanca 1978, 21-28; H.-J. Kraus, G o tte s­
NT (tanto para Mateo como para los demás d ien st im alten u n d neuen Bund: EvTh 25 (1965) 171-
escritores dei NT), el cristianismo sigue es­ 206, sobre todo 176-179; S. Lyonnet, «D eus cui servio
tando vinculado permanentemente al judaís­ in sp irítu m eo» (R om 1, 9)\ VD 41 (1963) 52-59; J. M.
Nielen, G ebet u n d G ottesdienst im NT, Freiburg i. Br.
mo, y éste lo sigue estando a la Iglesia en el ^1963, 113-115, 121s; H. Strathmann, XaxQEÚto m k .,
único Xaòç ■&Eon. Ambos se hallan bajo la re­ en ThWNT IV, 58-66; H. Wenschkewitz, D ie Spiritua-
serva escatológica. lisierung d e r K ultusbegriffe Tempel, P rieste r und Op-
f e r im NT, en Angelos IV, Leipzig 1932, 70-230, sobre
H. Frankemõlle todo 189ss, 195ss; C. Westermann, ‘ébced, en DTMAT
II, 239-262; para más bibliografia, cf. ThWNT X,
1156S.
VYYOg, ó larygx garganta*
Rom 3, 13 en cita dei Sal 5, 10 (LXX);
1. En el NT, XaxQEiJCú aparece veintiuna
«Sepulcro abierto es su garganta». ThWNT
veces; XaxQEÍa, cinco veces; el verbo es es­
IV, 57s. pecialmente frecuente en Lucas (ocho veces
en total en Lc/Hech) y en Hebreos (seis ve­
A a f f a í a , a ç Lasaia Lasea* ces); dos veces en Romanos y otras tantas en
Nombre de una ciudad situada en la costa el Apocalipsis; además en Flp 3, 3; 2 Tim 1,
meridional de Creta. Hech 27, 8 refiere que 3; el sustantivo aparece dos veces en Roma­
cerca de Buenos Puertos se encuentra la ciu­ nos y otras tantas en Hebreos; además en Jn
dad de Lasea. E. Haenchen, Die Apostelge- 16, 2.
schichte^ (KEK) 669 nota 4.
2. El verbo XaxgEÚco, que aparece sólo raras
veces en la literatura griega, se encuentra en la
XaTO^éo) latomeõ excavar en la roca* LXX casi exclusivamente en el sentido religioso
En Mt 15, 46 par. Mt 27, 60 dícese dei se­ y cultuai dei servicio que Israel presta a Dios y es
pulcro (pvTipeiov) de Jesús. Marcos: ô f|v traducción dei verbo hebreo ‘ãbad (distinguién-
dose así claramente de su sinônimo griego ôou-
7,E>iaxoiJ,T||iÉvov èn jtÉxgaç. Mateo; ô èXa-
Xeúco, que tiene un sentido más amplio; cf. tam­
TÓfxqaEV EV xfj jtéxQg. bién la diferencia entre ambos verbos en Hech 7,
7; otra cosa sucede en 20, 19), por ejemplo, en Ex
4, 23; Dt 10, 12. El sustantivo XaxQEÍa sirve pa­
XaTQEÍa, a ç , latreia servicio divino, ra traducir el tecnicismo cultuai hebreo ‘“bõdâ,
culto por ejemplo, en Jos 22, 27; 1 Mac 2, 19. El verbo
XaxQEÚoo. tiene únicamente en Dt 28, 48, y el sustantivo
únicamente en 3 Mac 4, 14 el sentido de «realizar
servicios / trabajos asalariados», en consonância
XaTQEÍtlO latreuõ servir (a Dios), adorar* con el significado general griego (por ejemplo, en
A,axQEÍa, aç, f| latreia servicio divino, cul­ Jenofonte, Cyrop n i, 1, 36 se habla dei servicio
to* prestado por los esclavos; sin embargo, en rela-
ción con los dioses, cf. por ejemplo Eurípides,
1. Aparición en el NT - 2. Uso de los términos en la lon 152; Platón, Phaedr 244e). Por tanto, Xa-
LXX y contenidos semânticos en el NT - 3. Hebreos - XQEÚot) / X,axQ8Ía, en el uso bíblico, se concentran
4. Pablo. en su sentido cultuai, mientras que el término ôe-
B ib l: J. Blank, Z u m B e g r iff des O pfers nach B õ m QajtEÚEiv, que predomina en griego para referir-
12, 1-2, en F u n ktio n u nd S tru ktu r c h r is tl Gem einde. se al âmbito cultuai y religioso, queda relegado
31 XaTQEÚCO 32

notablemente en la Biblia en cuanto a este signi­ determinado lugar (cf. también E. Lohmeyer,
ficado. Der P?n7ipperhrie/[KEK], sub loco\ Wensch-
kewitz, 175ss en general sobre Pablo).
El NT conserva la acentuación de los térmi­ Las referencias al AT indican que especial­
nos derivada de la LXX, aunque el factor cul­ mente Lucas ve que la esencia dei nuevo ser­
tuai aparece sólo en citas y referencias al AT. vicio de Dios está asentada ya en el culto dei
Xarpento se refiere siempre al servicio di­ antiguo pacto. Y, así, XaxQeúco tiene el senti­
vino, incluso en los casos en que el lugar de do de adorar / venerar (cultualmente): Lc 1,
Dios es ocupado por otras entidades, resaltan- 74 (de Abrahán); 2, 37 (en conexión con el
do así más intensamente la perversión o la templo); 4, 8 par. Mt 4, 10 (junto a KQoaxv-
desviación dei verdadero culto divino; Hech véco, cf. Dt 6, 13); Hech 7, 7 (cf, Ex 3, 12);
7,42 (Tfi ortQaxiç Ton oneavoC, cf. Jer 7,18 24, 14 (de Pablo: XaxQEÚcú xrâ jtaxQcócp
LXX; y también 16, 13 LXX); Rom 1, 25 jun­ Oecõ; 26,7 (dei pueblo de las doce tribus)); cf.
to a aép o p ai (tfi Kxíaei JtaQà xòv xxíoav- también Ap 7, 15; 22, 3 dei servicio divino de
xa); Heb 8, 5 (xutoÔEÍYp.axL wal oxiâ... xtõv los mártires que se perpetúa día y noche (cf. 1
èjTongavLcõv, a saber, al «tabemáculo»); cf. Crón 9, 33) ante el trono celestial y en el tem­
13, 10 (xfi oxqvfj). plo celestial de Dios; 2 Tim 1, 3.
Puede faltar un objeto de la acción verbal En el sustantivo XaxgEÍa se ha conservado
en dativo, cuando Xa^:Q^V(o se emplea en sen­ la idea dei culto sacrificial: además de Jn 16,
tido amplio o también en sentido figurado pa­ 2 y Rom 9, 4 cf. también Heb 9, 1 (ôiMairó-
ra referirse a la vida dedicada a Dios o al p ax a XaxQEÍaç, sobre las «disposiciones pa­
constante «servicio divino»; Lc 2, 37 (vq- ra el culto de los sacrifícios»)', 9, 6 (xàç Xa-
oxEÍaiç x a l ÔEf|OEOiv LaxQEnonaa vúxxa XQEÍaç EniXEXoüvxEÇ, sobre la realización de
x a l qpégav, cf. Jdt 11, 17) refiriéndose a los servidos cultuales por los sacerdotes; cf.
Ana; de manera semejante en Hech 26, 7 para Núm 18, 3s; jtá a a ç xàç XEixouQYtotÇ 'tqç
referirse al acto por el que Israel estaba sir- o>iqvqç [v. 4]; -» 3); en sentido figurado en
viendo (= «orando / suplicando») día y noche Rom 12, 1 4).
(cf. Sal 88, 2; 2 Mac 13,10); cf. también Heb
9, 9; 10, 2. En Flp 3, 3 (oí nvEÚpaxi •&eou 3. En la Carta a los Hebreos se realza con
[v.l. dErâ] XaxQEÚovxeç) se trata dei contras­ especial claridad la referencia al culto dei AT
te entre la «verdadera circuncisión» con su (8, 5; 9, 1.6.9; 10, 2; 13, 10). Tanto el verbo
servicio espiritual a Dios, y la confianza en como el sustantivo abarcan (en contra de la
«la carne», en la «mutilación» (cf. también LXX, 2) el culto sacerdotal de los sacrifí­
A.axQEÚa) Ev xw 3tveú|xaxí pou, Rom 1, 9); cios (-+ XeixoDQYÍa [2]). Pero, al mismo tiem-
ôt’ qç XaxQEÚcopev, Heb 12, po, ese servicio se considera como provisio-
28. Ahora bien, Rom 9 ,4 indica que Pablo no nal y como limitado al santuario terreno (9,
puede negar la validez de la XaxQEÍa de Isra­ 1.9s.lls). Queda superado y sustituido por el
el (mencionada entre muchos otros dones sal- verdadero servicio de Dios, que se fundamen­
víficos de Dios; cf. también 11, 29), sino que ta en el ofrecimiento que Cristo hizo de sí
él rechaza únicamente el abuso de la misma mismo de una vez para siempre, y en la co-
en contra de Cristo; cf. también Jn 16, 2; rrespondiente purificación de la comunidad,
XaxQEÍav jtQoaqjéQEiv tõ) O-ecp, refiriéndose obrada por él, y que la libera de los sacrifícios
al hecho de que creían estar prestando un ser­ «muertos» y terrenos, de tal manera que los
vicio a Dios como si le ofrecieran un sacrifí­ creyentes -con una conciencia purificada (cf.
cio). El Espíritu de Dios, que dirige toda la vi­ 2 Tim 1, 3 )- pueden servir ahora al Dios vivo
da de los creyentes, es el único que conduce (XaxQEÚEiv #Erâ Çcõvxi, 9, 14; XaxQEÚcopEV
al verdadero servicio de Dios, que no puede EÚaQÉoxcoç xô) ■&erâ, pexà euXaPeíag « a i
estar ligado a un determinado pueblo ni a un ôÉouç, 12, 28). Ahora bien, en este nuevo
33 A,aTQ£TJCO - ÍLEyitÜV 34

sentido de X.axQEXxn hay continuidad entre el es el que capacita a los creyentes para este
culto divino cristiano y el antiguo culto divi­ culto divino practicado en la vida cotidiana
no de los sacerdotes, pero al mismo tiempo (cf. también TestLev 3, 6; Jn 4, 23s; 1 Pe 2,
hay también discontinuidad, porque el nuevo 2.5).
servicio divino abarca toda la vida de los cre- H. Balz
yentes, se fundamenta en la gratitnd por el
don dei reino inquebrantable y se ajusta a la
exigencia divina que es un fuego eterno y
X á /a v o v , OV, TÓ lachanon hortaliza, le-
consumidor (12, 29), y lo hace con la libertad
gumbre*
de los que son salvos y no necesitan ya me-
Mc 4, 32 par. Mt 13, 32: El grano de mos-
diación sacerdotal alguna para rendir su culto
taza crece y se hace «mayor que Ias demás
a Dios.
(Mateo: que Ias) hortalizas». Lc 11, 42: «Pa-
4. Para Pablo este nuevo servicio de Dios gáis el diezmo... de toda clase de hortalizas
se efectúa mediante su servicio «al evangelio (jiãv X,áxavov)». Rom 14, 2: «El que es dé­
de su Hijo» (Rom 1, 9; èv trô rrveúpatí pou, bil come (solamente) legumbres (ká^ava)».
en conexión con la invocación a Dios como ThWNT IV, 66-68.
testigo [v. 9a], significa el compromiso total
de Pablo con esta misión, un compromiso que
Dios es el único que tiene derecho a examinar A e ^ P a io ç , o v Lebbaios Lebeo
y poner a prueba, cf. también E. Kâsemaim, El noihbre de persona A e^Paioç aparece
An die RõmeP [HNT], sub loco). En cambio, como v.l. en Ias listas de apóstoles de Mc 3,
el pasaje de Flp 3, 3 está determinado por la 18 D it y Mt 10, 3 D k Orígenes'®*, en lugar dei
oposición entre rtveüpa y oáp^, y hace refe­ nombre -+ © aôôaloç. Koiné y otros asimilan
rencia a toda la vida cristiana: el signo de la y leen Mt 10, 3: «Lebeo por sobrenombre Ta-
pertenencia a Dios (jteQixopr|) es la vida y la deo». Dalman, Worte, 40; B. Lindars: NTS
acción en el Espíritu de Dios, no la confianza (1957-1958) 220-222.
carnal en Ias seguridades tradicionales dei
«servicio divino». Ahora bien, Rom 12, 1
muestra que no se puede hablar, ni mucho Xey iw v , WVOÇ, 1^ legiõn legión*
menos, de una «espiritualización» de la termi­
B ibl.: A. R. Neumann, Legio, en Pauly, L exikon III,
nologia tradicional dei servicio divino (cf., a
538-546; H. Preisker, ksYitúv, en ThWNT IV, 68-69;
propósito, Wenschkewitz, 189-195). La )\,oyl- E. Ritterling, L egio, en Pauly-Wissowa XII, 1186-
XT] X,aTQeía que se exige, consiste en el ofre- 1837.
cimiento (itapiOTÓvco es terminologia hele-
nistica de los sacrifícios, cf. Jenofonte, An VI, 1. 7,8YLÚ)V, que en algunos manuscritos dei NT
1, 22; también Josefo, Ant IV, 113, pero en la se escribe también 'KEy^ú)\, es un préstamo léxico
LXX el verbo se usa en el sentido de servir y dei latín ( le g io ) y designa la mayor unidad dei
ejército romano. En el siglo I veinticinco legiones
de ponerse a disposición) de toda la vida (xà constituían el núcleo dei ejército permanente. Los
ocopaxa) de los creyentes que viven en el efectivos de una legión eran de 5600 hombres, di­
mundo, como un sacrificio vivo hecho a Dios. vididos en 10 c o h o r te s de 5 ó 6 c e n tu r ia e cada
El uso de Ias expresiones cultuales ilustra con una. A estos efectivos había que anadir 120 e q u i-
toda nitidez el giro que ha tenido lugar (Kâse- te s y a u x ilia (tropas especiales). Al frente de la
mann, 25) frente a un concepto rituaMsta dei legión estaba el l e g a tu s le g io n is , asistido por 6
tr ib u n i m ilitu m y 60 c e n tu r io n e s . Las distintas le­
culto divino (cf. también Dt 10, 12ss; Jos 22, giones estaban numeradas y llevaban además un
5; Miq 6, 6-8; cf. igualmente Blank, 41ss; nombre. En la Palestina dei siglo I, la L e g io X
Kraus, 177s). La conexión con ^ X,OYixóç F r e te n s is desempenó el papel más importante. Su
pone de relieve que el Espiritu mismo de Dios sello y su insígnia de campana era el jabalí.
35 — Xéyo} 36

2. En el NT, Xeylcüv aparece sólo 4 veces. p h e c y a n d H erm eneutic in E arly C hristianity (WUNT
18), Tübingen 1978, 182-187; G. Gerlemann, dãbãr,
En Mc 5, 9.15 par. Lc 8, 30 se halla como en DTMAT I, 614-627; Goppelt, Theologie I, 150; H.
nombre de demonios. Este nombre se funda­ Hübner, D a s G esetz in d e r synopt. Tr., Witten 1973,
menta explícitamente en el gran número de 230-236; Jeremias, Teologia, 50s, 291-296; E. Kâse-
demonios que se alojan en el poseso (cf. los mann, E l p ro b le m a d e i J esú s histórico, en E. Káse-
mann, E n sayos exegéticos, Salamanca 1978, 159-189,
200 cerdos en Mc 5, 13). Además, el nombre sobre todo 178s; W. G. Kümmel, Jesus an d d e r jü d .
ilustra claramente el ingente poder organiza­ T raditionsgedanke, en Kümmel I, 15-35, sobre todo
do dei mnndo de los demonios. Es obvio, asi- 31-35; E. Lohse, «Ich a b e r sa g e euch», en Id., D ie
mismo, que en este nombre se expresa tam- E in h e it des NT, Gõttingen ^1976, 73-87; W. Roth-
fuchs, D ie E rjU llungszitate d e s M t-Ev. (BWANT 8),
bién el odio y el temor a Ias fuerzas romanas Stuttgart 1969; H. H. Schmid, 'mr, en DTMAT I, 321-
de ocupación. 327; S. Wagner, 'amar, en DTAT I, 348-367; más bi­
En Mt 26,53 aparece el término Àeyiróv pa­ bliografia en -►YOOtPÓ' ^óyoç, vó(toç, jcâ.t)oóm: cf.
ra designar a los poderes angélicos («más de además ThWNT X, 1157-1160.
doce legiones de ángeles»). La idea de los án-
geles como fuerzas militares y de su lucha es- 1. Si lo consideramos conjuntamente con
catológica contra los poderes dei mal se halla -> eLjiov (aoristo segundo), que aqui no se tie­
atestiguada en la literatura judia contemporâ­ ne en cuenta por separado, el verbo Xéytt» es,
nea (cf. especialmente IQM). También en es­ después de sipí, el que aparece con mayor
te caso el término XeyKÓv expresa el gran nú­ frecuencia en el NT.
mero y el poder organizado de los espíritus
que se hallan al servido de Dios. 2. Entre los significados fundamentales de
En el NT el término X.Eyiróv se usa única­ (Debrunner, 71-73; Frisk, Wõrterbuch
mente para designar a los poderes espiritua- n, 94), que son recoger, reunir (que en la pro­
les, y jamás para designar a una unidad mili­ sa ática y en el NT aparecen sólo en el verbo
tar dei ejército romano. En todos los pasajes con prefijo onÀXÉYCO), luego contar, enume­
acentúa directamente el poder de esos espíri­ rar, narrar, y sólo en época post-homérica
tus (buenos o maios), e indirectaménte el po­ hablar, decir, vemos que en el NT predomina
der de Jesús, que tiene autoridad para darles el significado de decir.
ordenes. ÀEYCO se emplea como verbo transitivo, por
ejemplo, àkri^&Eiav XéYCO, «digo la verdad»
F. Annen (Rom 9, 1). Algunas veces kéyco aparece con
la construcción completiva de acusativo con
infinitivo, por ejemplo, rív a fXE XÉyovaiv ol
À,éYM lego decir, llamar ãv^Qcojtoi EÍvai;, «^Quién dice la gente que
1. Aparición en el NT - 2. Contenidos semânticos; soy yo?» (Mc 8, 27). En el NT, el verbo XÉyto
uso sintáctico e idiomático - 3. Idiomas de relevância se halla seguido en la mayoría de los casos
teológica. por el discurso en estilo directo, o por la re-
B ib i: W. Bacher, D ie exegetische Term inologie der
producción exacta dei discurso en estilo di­
jü d . Traditíons-L it. I, Leipzig 1899 (Darmstadt 1965), recto, introducida por la conjunción 5xi, lo
5-7; J. Bergmann-H. Lutzmann-H. W. Schmidt, dbr, en mismo que hacen los narradores populares
ThWAT II, 89-133; H. Braun, S p ã tjü d .-h ã re tisc h e r con anterioridad o al margen dei NT, los cua-
u n d frü h ch ristl. R adika lism u s II (BHTh 24), Tübingen
^1969, 9; R. Bultmann, D e r S til d e r p ln P red ig t und les jamás usan el discurso en estilo indirecto.
d ie kyn isch -sto isch e D ia trib e (FRLANT 13), Gõttin- Así, pues, el ôxi recitativo viene a ser como
gen 1910, 10-19, 64-68; Bultmann, G eschichte, 142- en nuestra lengua el uso de los dos puntos, se­
144, 157s; D. Daube, The N T a n d R a bbinic Judaism , guido de una cita literal (BlaB-Debrunner §
London 1956, 50-62; A. Debrunner-G. Kittel y otros,
Xéyco xtX., en ThWNT IV, 69-140; E. E. Ellis, PauTs 470, 1; sobre el paso dei discurso en estilo in­
Use o f the OT. London 1957, 48s, 107-113, 155-185; directo al discurso en estilo directo, cf. ibid.
Id., AéyEi XÚQloç Q uotations in the NT, en Id., Pro- 470, 2). La persona a quien se dice algo se ha-
37 lÂycü 38

11a generalmente en dativo, y también en la Aparece con frecuencia el participio X^yò-


construcción jtgóç tiv a. Otras frases preposi- pEVOç, algunas veces con el significado de el
cionales son: tI jrepL xivoç X,éyeiv, «decir al­ así llamado, por ejemplo, XEyóftEvoi í Ieoí (1
go sobre (de) alguien»; xtvl jieqí uvoç Xi- Cor 8, 5), y otras veces con el significado de
yei-v, seguido de discurso en estilo directo, por nombre, llamado, etc., por ejemplo, âv-
«decir a alguien con respecto a alguien...», '&Qcoji;ov... M aW aio v Xeyópevov, «un hom-
eíç tiv a XéyEiv, «hablar contra alguien»; bre llamado Mateo» (Mt 9, 9). Este participio
úitEQ Tivog XÉyELV, «hablar en favor de al­ puede indicar también que se trata de una tra­
guien». ducción, por ejemplo, xójtov Xeyó|revov
Cerca dei significado de decir se halla el de FoXyoM, õ EOtiv R gavíon TÓJtoç XEyópE-
pensar, entender (un significado idiomático voç, «un lugar llamado Gólgota, que significa
frecuente en Platón: Jtcaç X,8yeLç;, «^Cómo Lugar de la Calavera» (Mt 27, 33).
entiendes esto?»), por ejemplo, toüto ôè Xé-
yto, «así lo entiendo yo» (Gál 3, 17). Especí­
3. Llama la atención y es, al mismo tiem-
ficamente, el verbo Xéyco, partiendo de la idea
po, significativo que la primera persona dei
de decir, puede adquirir los significados de
presente de Xéyco aparezca en los Evangelios
preguntar, responder, ordenar y afirmar. Con
sinópticos casi exclusivamente (126 veces
el significado de llamar, el verbo requiere
[con Mt 25, 12.40.45] sobre 128 veces) y en
siempre doble acusativo, por ejemplo, Aauiô
el Evangelio de Juan en lábios unicamente de
XÉyei an tò v xógiov, «David le llama Senor»
(Mc 12, 37). Jesús. La conciencia que Jesús tiene de su mi-
En la LXX es un hebraísmo el participio sión, indicada ya de esta manera, se expresa
XÉymv después de un verbo finito de decir o principalmente en la fórmula, seguramente
de significado parecido, como traducción lite­ autêntica, de encarecimiento y de autoridad:
ral dei hebreo lê’mõr. Esta construcción, que «Amén, yo os / te digo», con su «amén» (cf.
se convirtió así en idiomática de la LXX, es también ->■ ápfiv) antepuesto y no responso-
también característica de los evangelios y dei rial, y en la frase «Pero yo os digo», que es
libro de Hechos (por lo demás, aparece muy constitutiva de Ias antítesis dei Sermón de la
reiras veces en el NT; se encuentra, por ejem­ Montana (Mt 5, 22.28.32.34.39.44, y que es
plo, en Heb 2, 6; Jds 14; Ap 21, 9; jamás apa­ considerada como autêntica en la primera, la
rece en Pablo). La referencia de BlaB-De- segunda y la cuarta antítesis [por ejemplo,
brunner a Herodoto, por ejemplo, êq)T) XÉycov Kümmel, Kâsemann, Lohse] o en la primera,
en III, 156; V, 36, no pretende negar que la la segunda, la cuarta y la quinta antítesis
correspondiente expresión idiomática dei NT [Hübner], y que según Jeremias, Teologia,
sea un hebraísmo. La expresión sinóptica o 292ss, es autentica en Ias seis antítesis; a pro­
joánica àjtexgíílTi Xéycov o de tenor parecido, pósito de «pero yo os digo» como expresión
aparece raras veces. En lugar de ella se en­ de la autoconciencia mesiánica, cf. en sentido
cuentra casi siempre la expresión sinóptica crítico la opinión de Lohse, 81 con la nota 29;
àjioKQtflELç EÍJtEV y la expresión joánica sobre la relación de esta expresión con la ex­
ÒJiEXQÍflq n m eÍjiev, que BlaB-Debrunner § presión rabínica wa'“ni ’õmêr, cf. Daube, 55,
420, 2 explican, seguramente con razón, co­ 62; Lohse, 78-84; Hübner, 231-233 y 235 no­
mo derivadas de la expresión veterotestamen- ta, 206). Jesús no usa precisamente la fórmu­
taria wayya‘an wayyõ'mer. En todo caso, la para trasmitir un mensaje profético: kõh
EygatjJEv Xéymv en Lc 1, 63 corresponde a ’ãmar YHWH, «Así habla Yahvé». La frase
yiktõb lè'mõr (cf. 2 Re 11, 15: x a l êygatjiev (f|xoúaaTE ÕTi) èggé^T) (tolç àgxaíotç),
èv T(õ Pi|3Xí(p Xéycov y expresiones de tenor «oísteis que se dijo (a los antiguos)», a la que
parecido; así piensan también Bauer, Wõrter- siempre se opone la de «pero yo os digo», co­
buch, s.v. 8.b y BlaB-Debrunner § 420, 3). rresponde únicamente de manera formal a la
39 Xéya} 40

expresión rabínica senne'‘mar (Bacher I, 6: paulina (cf., a propósito, Kümmel, Einleitung,


«la forma más frecuente de citar pasajes bíbli­ 249s; Ph. Vielhauer, Historia de la literatura
cos»), porque Jesús aqui no cita precisamente cristiana primitiva, Salamanca 1991, 169),
pasajes bíblicos para probar sus propias afir- mientras que en Rom 14, 11 Xéyei xúqloç es
maciones (Levy I, 100: «senne'‘mar, porque parte integrante original de la cita introducida
se dice en la Escritura, es decir, por este pasa- por YÉyQajtxai yá ç. En Hebreos, todos los
je bíblico se demuestra tal o cual afirmación pasajes de Xéyei xúgioç son parte de la co-
doctrinal»; ^ vópoç). rrespondiente cita dei AT (8, 8.9.10; 10, 16).
También en Pablo el uso de la primera per- Es típica también de Pablo la pregunta xí
sona dei presente de X.éYO) es expresión de la onv èQoü|i.ev;, « ly qué diremos a propósito
conciencia que él tiene de su misión, más de esto?», derivada dei estilo de la diatriba
exactamente, de la conciencia que él tiene de (Bultmann, Stil, 64-68). Pero esta pregunta
su vocación apostólica. Es típica de él la ma- aparece sólo en Romanos (7 veces, por ejem­
nera de introducir citas de la Escritura, no me­ plo, 6, 1; 7, 1; cf. también Rom 9, 19; 11, 19:
diante la forma usual xaflròç YéYQauxai, ÈQEiç [pot] ouv, «pero seguramente me repli­
usada también por él, o mediante otra fórmu­ carás»; cf. también 1 Cor 15, 35). Sin embar­
la de tenor parecido (->• YQCtq)f| 3), sino con go, tal derivación no implica que el interlocu­
Ias palabras: «la Escritura dice» (por ejemplo, tor que interviene oponiéndose sea necesaiia-
Rom 4, 3; 9, 17; 10, 11; cf. también Jn 7, 42; mente una ficción (en contra de Bultmann,
19, 37; 1 Tim 5,18; Sant 2, 23), «la ley dice» Stil, 67).
(Rom 7, 7), «David (Isaías) dice» (por ejem­ La teologia de Mateo se refleja claramente
plo, Rom 4, 6; 10, 16), y también «la Escritu­ en sus citas de reflexión o de cumplimiento
ra dice en (complétese: su relato sobre) Elias» (Rothfuchs), introducidas casi siempre por
(Rom 11, 2). En todos los casos se trata de la Lva (o ÕJtmç) jtÀqQoaílfi xò gq^èv (vttò xu-
autoridad divina de la Escritura, en lo cual se glou) ôià xon jtgoqjqxon Xéyovxoç, «para
especifica -con respecto a la Escritura (como que se cumpliera lo que había sido dicho (por
se había hecho antes ya en el judaísmo)- la el Senor) por medio dei profeta», u otras ex-
idea fundamental dei AT de que Dios habla y presiones por el estilo, 1, 22; 2, 15; 4, 14; 8,
el hombre escucha. Así, en Rom 9, 17 la Es­ 17; 12, 17; 13, 35; 21, 4; dos veces: xóxe
critura dice al Faraón lo que Dios le dice, ÈjxX.qgdr&q xò gqfl-Èv ô ià TEgEpíou xon
mientras que inmediatamente antes, en el v. Jtgoqpqxou (X.éyovxoç), 2, 17; 27, 9 (-»• jxXq-
15, por usarse la primera persona dei singular, góm). Mateo, desde luego, al poner de relieve
lo más obvio es anadir al verbo Xéyei el suje- Ias palabras autoritativas de Dios pronuncia­
to ó #EÓç. Con razón afirman Blafi-Debrun- das por medio de los profetas dei AT, piensa
ner § 130, 3: «En la fórmula de citación 'kéyei supremamente en que tales palabras se cum-
etc., el sujeto es ó '&eóç, ■q Y0®T''Í> u otra ex­ plieron en Cristo.
presión por el estilo». En Gál 3, 16, èppé^q- Hay que destacar especialmente en Hechos;
oav es pasivo divino; «Dios pronuncio a Abra- qxouoa qpcüvqv XÉYOXioav (poi), «oí una voz
hán Ias promesas». En este sentido, Pablo in- que (me) decía», 9, 4; 11, 7; 22, 7; 26, 14 (cf.
serta en Rom 12, 19s, en la cita de Dt 32, 35 también Ap 12, 10 y passim); xáÔE "kéyzí xo
introducida por YÉYOaJttai yàg: XéyEi xú- JtVEüpa xò âyi-ov, «así dice el Espíritu San­
Qiog (cf. también 1 Cor 14, 21). to», 21,11; cf. 20, 33 (por lo demás, en el NT
Por lo que respecta a XéyEi xúgtoç: En la JtVEÜpa aparece raras veces como sujeto de
cita mixta de 2 Cor 6, 16ss, introducida por el XÉYco: 1 Tim 4, 1; Heb 3, 7; sobre el Apoca-
sorprendente x a^tbç eíjtev ó ^eóg, vemos lipsis, cf. infra).
que la inserción XéyEi xúqloç se produce en En Ias misivas dei Apocalipsis, el Cristo
la sección 6, 14-7, 1, que dificilmente será exaltado habla a siete comunidades de Asia
41 Xéyt» - A^iTOUQYÍa 42

Menor, en Ias que él utiliza siempre al princi­ X E iT o rg y ía , a ç , ■n leitourgia servicio,


pio, refiriéndola a sí mismo, la fórmula dei prestación de un servicio, servicio o culto
AT para trasmitrr mensajes proféticos: xàôe divino*
Xéyei xiiQioç (casi siempre traducción de kõh X,EiToi)QYÉm leitourgeõ servir, desempenar
’ãmar YHWH), pero sustituyendo en cada ca­ un ministério, prestar un servicio*
so xÚQioç por otro título, 2, 1.8.12.18; 3, 1.7. Xeixonpyixóç, 3 leitourgikos lo que está al
14. Las misivas terminan siempre con el mis­ servicio, concemiente al servicio, servi-
mo toque de atención (E. Lohse, Die Offenba- cial*
rung des Johannes [NTD], 23): «El que tiene Xeitouqyóç, oíj, ó leitourgos servidor, en-
oídos, que escuche lo que el Espíritu dice a cargado dei servicio*
las iglesias (lí tò Jtvenpa léyEi)», 2,7.11.17; 1. Aparición en el NT - 2. El uso de los términos en
3, 6.13.22, y con él se introduce un mensaje griego y en la LXX - 3. Lucas y Hebreos - 4. Pablo -
específico adicional. «Por medio dei Espíritu 5. Hech 13, 2.
habla el Senor exaltado» (Lohse, Die Ojfen-
B ibl.: R. M. Cooper, L eitourgos C hristou lesou. To-
barung des Johannes, 23). w ard a Theology o fC h ristia n P rayer: AThR 47 (1965)
263-275; A.-M. Denis, L a fo n c tio n apostolique et la U-
H. Hübner turgie nouvelle e n esprit: RSPhTh 42 (1958) 401-436,
617-656; P. Femández Rodríguez, E l térm ino liturgia.
Su etim ologia y su uso: Ciência Tomista 97 (1970) 43-
a t o ç , TÓ leimma resto* 163; G. Friedrich, G eist u n d A m t. WuD 3 (1952) 81-
Rom 11,5: X8t[X|ra x ax ’ èxXoyTiv xápixoç, 85, sobre todo 71s; F. Hahn, D e r urchristl. G ottes-
«un resto (obrado) por la elección de la gra- d ie n s t (SBS 41), Stuttgart 1970, 35s; K. HeB, en
DTNTIV, 218-219; H.-J. Kraus, G ottesdienst im alten
cia». ThWNT IV, 198-221; X, 1161 (bibl.). u n d im neuen Bund: EvTh 25 (1965) 171-206, sobre
todo 179; E. J. LengeUng, Liturgie, en HThG II, 75-
97, sobre todo 75s, 78s; N. Lewis, L eitourgia a n d R e-
Xeio ç , 3 leios plano, llano* lated Terms: GRBS 3 (1960) 175-184; 6 (1965) 229s;
Lc 3, 5: x a l a l xpaxelar eiç óôoòç Leíaç, J. M. Nielen, G ebet u n d G ottesdienst im NT, Freiburg
i. Br. ^1963, 114s, 121s; E. Peterson, L a Keixovqyíu
«los caminos ásperos (se harán) llanos» (cita des p ro p h ètes e t d es d idascales à Antioche'. RSR 36
[?] de Is 40, 4 V.I.). ThWNT IV, 198. (1949) 577-579; A. Romeo, II term in e AEITOYP-
r iA nella grecità biblica, en M iscella n ea L iturgica H.
F S f ü r L. C. M ohlberg, Roma 1949, 467-519; K. H.
Xe Í tio) leipõ dejar atrás; en voz media-pa- Schelkle, D e r A p o ste i a is P rieste r. ThQ 136 (1956)
257-283; H. Schlier, D ie «Liturgie» d es apostolischen
siva, ser dejado atrás, dejar que desear, E vangeliu m s (R õm 15, 14-21), en Schlier III, 169-183;
carecer de; en sentido intransitivo activo, Spicq, N o te s I, 475-481; H. Strathmann-R. Meyer,
faltar* XELToneYÉu) KzX., en ThWNT IV, 221-238; K. WeiB,
P a u lu s - P rieste r d e r christl. K ultgem einde: ThLZ 79
En el NT el sentido transitivo fundamental
(1954) 355-364; para más bibliografia, cf. ThWNT X,
aparece únicamente en voz media-pasiva, y 1162.
concretamente tan sólo en Santiago: 1, 4:
X8ÍJio[iai èv [tT)ÔEVÍ, «no quedar atrás en na­ 1. En el NT XEixouQYÍa aparece 6 veces,
da»; 1, 5; oocpíaç, «dejar que desear en sabi- À,ELtooQYéco 3, Xeixouqyóç 5, ÀEtxonQYtxóç
duría»; 2, 15: xfjç XQoqjfjç, «carecer de ali­ se encuentra únicamente en Heb 1,14. El gru­
mento». En sentido intransitivo X,8Ún:a) se ha- po de palabras aparece frecuentemente en He­
11a en Lc 18, 22 («te. falta [ooi Lsíjtei] aün breos (6 testimonios), pero en los evangelios
una cosa»), xà Xeíitovxa es enTit 1,5 lo que se encuentra únicamente en Lc 1, 23, y falta
queda/ lo que falta. Spicq, Notes I, 472-474. en las cartas déutero-paulinas, en las cartas
católicas y en el Apocalipsis.
XEltODQYETO leitourgeõ prestar un servicio 2. El grupo de palabras se emplea en griego
ÀeiTouQYÍa- casi siempre en sentido profano para referirse a
43 XeltouqyÍoi 44

los servicios prestados al pueblo como entidad prestado por hombres, se halla ahora en vivo
política (en consonância con la etimologia de los contraste con la acción de Dios en Cristo, que
términos, que se derivan dei jónico XqÍTOç [«con- es eficaz de una vez para siempre.
cemiente al pueblo»] y Èpyov [«obra, servicio»]).
El uso de términos no cultuales, en la Carta
Además dei empleo predominante de estos térmi­
nos en lo relativo a Ias cuestiones jurídicas de los a los Hebreos, aparece únicamente en Ias afir-
impuestos y de Ias obligaciones generales de maciones introductorias sobre la subordina-
prestar servicio, los encontramos frecuentemente ción de los ángeles al Hijo, en 1, 7 (cita Sal
durante la época helenística -sobre todo en Ias 103, 4 LXX: como servidores [A.EixonQYOÍ]
inscripciones- para referirse a Ias cuestiones dei celestiales que son) y, en consonância con
culto (los ejemplos pueden verse en Strathmann,
224s).
ello, en 1, 14 («como espíritus que se hallan
En la LXX, el grupo de palabras se emplea en al servicio [^EixouQYixà jtVEÚfiata]»).
un sentido marcadamente cultuai. A diferencia de
-> XaxQ EVtí) (2), se emplean como tecnicismos 4. Pablo enlaza con el sentido cultuai dei
para referirse al ministério de los sacerdotes y degrupo de palabras, cuando en Rom 15, 16
los levitas en el templo, casi siempre como tra- considera su propio servicio al evangelio bajo
ducción de los vocablos hebreos s ê r ê t o ‘“b õ d â ,
la imagen dei ministério sacerdotal (lEQOug-
en la medida en que estos términos se emplean en
sentido sacerdotal y cultuai (por ejemplo, Ex 28, Ytõv) y, por tanto, se entiende a si mismo co­
35; Núm 8, 22; en época más tardia se los en- mo ÀEixouQYÒç X qloxoü I tioou elç xà êflvT]
cuentra referidos también a la oración, Sab 18, (cf. también la terminologia sacrificial que si-
21; aisladamente los bailamos incluso para refe­ gue; níQOOCpogà... EUJtgóoÔEXxoç, qYtaop.é-
rirse al culto pagano, Ex 44, 12; 2 Crón 15, 16). vq). Nos daremos cuenta por el contexto de
Quizás se escuche en estos términos el sentido que el interés de Pablo no se dirige bacia una
original de un servicio reglamentado y público en
favor de todo el pueblo (Strathmann, 228s). nueva dimensión cultuai dei evangelio, ni
mucho menos bacia una función sacra dei
3. En el NT el grupo de palabras se refiere apóstol como sacerdote. Sino que la imagen
en tres pasajes al ministério sacerdotal en el de la jtgooqiogá dei fin de los tiempos, una
templo; Lc 1,23: a l f|pÉQai Tfjç X,£ifoi)QYÍ-otÇ> ofrenda que consiste en el mundo gentílico, se
para referirse a la terminación dei servicio sa­ refiere al verdadero cumplimiento escatológi-
cerdotal de Zacarias; Heb 9, 21: Jtá v ta xà co -en la misión mundial de Pablo- de unas
aJíEÚT] xfjç X,ELxon0Ytaç, para referirse a los esperanzas que hasta entonces se habían vin­
objetos de culto que había depositados en el culado con el culto (Schlier; Cooper; sobre la
«tabemáculo»; Heb 10, 11: x a # ’ fi|iéQav A,el- discusión cf. E. Kâsemann, An die RõmeP
xouQYCõv (junto a jtQoatpéQCOv ■Oxjataç), para [HNT], sub loco). Se rompe con una com-
referirse al ministério cotidiano dei templo. prensión ritual dei culto divino. Al mismo
En Heb 8, 2.6 esta terminologia se trasfiere tiempo, Pablo conoce la autoridad, dada por
luego al verdadero ministério sacerdotal en el gracia, que se vincula con la tarea que se le ha
«santuario celestial y en el verdadero tabemá­ encomendado, y que le capacita para el verda­
culo» (xcõv óiY'-®'v Xelxouqyòç x a t xfjç oxt)- dero «ministério sacerdotal».
vfjç xfjç àXirdivfjç, V. 2), el cual, con arreglo De manera parecida debe entenderse en
al nuevo y «mejor pacto», representa también sentido figurado la formulación ejti xfj 'duaía
un «culto divino más excelente (ôiatpoQCüxé- x a i X.ELXOugYÍa xfjç JtLOXEtoç n(J,cúv (Flp 2,
g a À.EixouQYÍa)» (v. 6). Mediante el uso de la 17; cf. Rom 12, 1). Pablo quiere acepttir go-
terminologia sacerdotal y cultuai, el autor de zosamente el martírio que le aguarda, como
la Carta a los Hebreos es capaz de exponer el una «libación» (ajtévôopai) que «se derrama
acontecimiento salvífico en Cristo, interpre- sobre» su «ministério sacrificial en favor de
tándolo principalmente como la superación la fe» (genitivo objetivo) de los filipenses.
dei inútil culto divino que se había practicado (Teniendo en cuenta el v. 16 y Rom 15, 16, es
hasta entonces. El antiguo servicio ineficaz. menos probable la idea, igualmente posible
45 A.eiTOUOYÍtt - A.eitouqyóç 46

desde el punto de vista gramatical, dei «mi­ tiempos» o incluso el tributo para el manteni-
nistério sacrificial» de 1a comunidad [tfiç miento dei templo judio.
jtíaTecaç seria entonces genitivo epexegéti- En Rom 13,6 Pablo designa a los funcioná­
co], al que Pablo se anade como una libación; rios romanos encargados de recaudar impues-
cf. especialmente E. Lohmeyer, Der Brief an tos como ItELTOUQYOt-- ^Eoõ (de manera pa­
die Philipper^ [KEK], sub loco). recida los Uama •&eoü... òiáxovoi en el v. 4),
El grupo de palabras aparece igualmente en es decir, los considera como representantes o
sentido figurado en el contexto amplio de Fi- instrumentos encargados por Dios para el ser­
lipenses, en el que se hace referencia a la con- vicio. Con arreglo al lenguaje administrativo
tribución financiera y al apoyo que se presta y jurídico dei contexto, no se trata de una fun-
al apóstol para socorrerle en su necesidad. Es­ ción sacra realizada por personas encargadas
ta ayuda puede llamarse también un «sacrifí­ de un ministério (cf. A. Strobel: ZNW 47
cio agradable» a Dios (4, 18) y una àeitouq- [1956] 86s), sino que el genitivo ■&eoü no ha­
yta (2, 30). A Epafrodito, que es quien ha en­ ce más que califícar el trabajo de esas perso­
tregado la contribución, se le describe como nas como una contribución a la función que el
àjtóotoX oç de la comunidad y como )iei- Império y sus administradores tienen de im-
TOUQYÒç tfjç M'0'u (2, 25). Puesto que poner orden y autoridad, y que es una función
Pablo realza el carácter de la ayuda como don que Dios ha permitido y ha querido.
y como obligación de la comunidad hacia su
fundador (4, lOss), y puesto que además, en 5. En Hech 13, 2 el verbo liEitoueYÉ® se
4, 18s, sitúa ese don a una luz escatológica, usa én una forma singularísima en el NT (y
no habrá que pensar tanto en el trasfondo también por lo que respecta a la LXX), ya que
griego general de la «prestación de un servi- se emplea en un sentido especialmente cultuai
cio», sino más bien en el cumplimiento dei para referirse a la oración en común, que rea-
verdadero «culto» cristiano y en el ofreci- lizan en medio de ayunos los cinco profetas y
miento de «sacrifícios» agradables a Dios por maestros de la comunidad antioquena, men­
parte de la comunidad. Tal es el «fruto» que el cionados en el v. 1 (cf. también 13, 3; 14, 23;
apóstol tiene derecho a exigir a sus comuni­ Lc 2, 37). Lucas, con la expresión l^.enouQ-
dades en nombre de Dios (4, 17). yoúvTmv ôÈ avxmy xcõ xuQÍtp, recoge con un
De manera parecida habrá que entender lenguaje marcadamente solemne la termino­
también el uso de X.eitouqyéco en Rom 15, 27 logia sacerdotal de la LXX (cf. 2 Crón 13, 10;
y la expresión ôiattovía xfjç XeiTOUQyíaç en Ez 40, 46; Dan 7, 10 0 ) y la refiere -prepa­
2 Cor 9, 12, en lo que respecta a la colecta de rando así la terminologia posterior de los pri-
Ias comunidades griegas en favor de la comu­ meros tiempos de la Iglesia (cf. Did 15, Is;
nidad de Jerusalén, porque esta colecta, según Strathmann, 235s; Lengenling, 76)- a la acti-
Rom 15, 25s.28, como signo dei servicio mu­ vidad «cultuai» de diversos ministros de la
tuo y de la común participación en los dones comunidad, que en su «ministério -verdade-
de Dios, es igualmente un «fruto» de Ias co­ ramente- sacerdotal» son considerados dig­
munidades griegas (según 2 Cor 9, 11-15 es nos de recibir la instrucción dei Espíritu.
también una senal de la obediência de fe y de H. Balz
la gracia de Dios, que suscitará la gratitud y el
anhelo de comunión); cf. D. Georgi, Die Ge-
3 leitourgikos lo que está
schichte der Kollekle des Paulus fü r Jerusa­
al servicio, concemiente al servicio
lém, Hamburg 1965, 86; sobre la discusión cf.
X,£ixouQYÍa.
Kasemtmn, An die Rõmmer, sub loco (bibl).
Queda muy lejos cualquier idea de correspon­
dência entre lo que aqui se dice y el «ministé­ XeiTOVQYÓÇí o v , ó leitourgos servidor
rio sacrificial de Ias naciones al fin de los ->• ÀEixouQYÍa.
47 Xejxa —A e'u í( ç) 48

^ e f ia lema i,por qué? Í.E31TÓV, OV, TÓ lepton leptón, moneda de


-> eA.a)i. escaso valor*
B ib l: H. Chantraine, en Pauly, L exikon III, 582; A.
Kindler, C oins o f th e L a n d o f Israel, Jerusalem 1974.
>,évTlOV, o u , TÓ lention toalla*
Préstamo léxico (dei latín linteum). Jn 13, 1. El adjetivo Xejitóç significa «delgado, fino,
4: Jesus «tomó una toalla y se la cinó». Des- delicado». Se usa en combinaciones como «tejido
pués dei lavatorio de los pies, la utilizo para fino», «polvo fino», «metal delgado». Guando se
secar con ella (xcp X,EVTÍtp) los pies de los dis­ usa XeiiTÓv para referirse a monedas, puede em-
cípulos (v. 5). plearse en combinación con vópiapa, xÉQpa,
XaX.>cóç, aQyÚQiov, ÔQáxpq (moneda, dinero
suelto, cobre, plata, dracma). Significa sencilla-
^EJtíÇ, lô o ç , 1^ lepis escama* mente «calderilla», o bien diferencia monedas
más ligeras de otras monedas más pesadas que
Hech 9, 18: «Al instante cayeron de sus llevan el mismo nombre. Como sustantivo, pare­
ojos [de los ojos de Pablo] algo así como es­ ce que XeJttóv se usó también fuera dei NT para
camas, y recupero la vista». ThWNT IV, designar una determinada clase de moneda.
239s; Spicq, Notes I, 482s.
2. Tan sólo en Mc 12, 42 se explica con
respecto a los dos leptá echados por la viuda
XÉTtQa, a ç , lepra lepra*
en el cofre de Ias ofrendas: «es decir, un cua-
En la perícopa de la curación dei leproso
drante». En Lc 21, 2 falta la indicación dei
(-^ XejiQÓç), en Mc 1, 42 par. Mt 8, 3 / Lc 5,
valor, y lo mismo sucede en el tercer lugar dei
12.13. Segúu Marcos / Lucas la lepra le dejó;
NT en que se menciona el leptón. Como se
según Mateo «la lepra (dei hombre) fue lim-
conoce el valor de un cuadrante romano (= la
piada». Billerbeck IV, 745-763; ThWNT IV,
«cuarta parte», a saber, de un as), podremos
240; X, 1162 (bibl.); Haag, Diccionario,
afirmar: los dos Xeirtá que se mencionan en
1088s; R. Pesch, Jesu ureigene Taten?, Frei-
Mc 12, 42 tenían, cada uno, un valor de 1/128
burg i. Br. 1970; W. Braners, Die Reinigung
de denario (1 denario = 16 ases). En Ias ac-
der zehn Aussãtzigen und die Heilung des Sa-
tuales obras numismáticas aparecen esas pe-
mariters Lk 17, 11-19, Stuttgart 1977; C. R.
quenísimas monedas de cobre como «half-pe-
Kazmierski, Evangelist and Leper: A Socio-
rutah» (= media prutá; en hebreo en plural,
Cultural Study o f Mark 1, 40-45: NTS 38
medias pmtot). El diâmetro de esas monedas
(1992) 37-50.
era de unos 11 mm, y su peso de unos 0, 9 g,
y se acunaron en tiempo de Juan Hircano II y
XetiçÓç, 3 lepros leproso* de Herodes I (63-4 a.C.).
El adjetivo (lo mismo que el sustantivo ->• B. Schwank
XéJipa) aparece únicamente en los Evange-
lios Sinópticos: en una historia de curación en
Mc 1, 40 par. Mt 8, 2, en la mención de «Si-
A ev Í( ç) Leui(s) Leví*
món el leproso», en Mc 14, 3 par. Mt 26, 6, en
el encargo que da Jesus («ilimpiad a los le­ 1. El hijo de Jacob - 2. En la genealogia de Jesús -
prosos]») en Mt 10, 8, y en aquellas palabras 3. El publicano.
que informan de que «los leprosos son lim- B ib l: Hennecke-Schneemelcher II, 33s; G. Kuhn,
piados» en Mt 11, 5 par. Lc 7, 22. Lc 4,27 ha- D ie G eschlechtsregister J esu b ei L k un d M t, nach ih-
ce referencia a «los muchos leprosos que ha- rer H e rk u n ft untersu ch t: ZNW 22 (1923) 207-210,
bía en Israel en tiempo de Eliseo»; en 17, 12 223-228; R. Pesch, L evi-M atthãus (M c 2. I 4 / M t 9. 9;
10, 3 j, ein B eitra g zu r L dsu n g eines alten Problem s:
introduce la historia de los «diez leprosos». ZNW 59 (1968) 40-56; H. Strathmann, Aeu(e)í Kxh.,
Para la bibliografia XÉKQa. en ThWNT IV, 241-245.
49 A£UÍ(ç) - JlEDXÓÇ 50

1. En el NT, de Ias 8 veces que aparece el culto divino. La parábola dei Samaritano
nombre de A euÍ o Aeuíç (txascripción dei he- menciona en Lc 10, 32 a un levita (después de
breo lêwv, A euí es indeclinable, A eijíç decli- mencionar a un «sacerdote» en el v. 31). Jn 1,
nable), tres de ellas se refieren al tercer hijo 19 habla de «sacerdotes y levitas» que fueron
de Jacob, nacido de Lía. Ap 7, 7 menciona la enviados de Jerusalén para preguntar a Juan el
tribu de Leví, en la enumeración que hace de Bautista. Hech 4, 36 dice que Bemabé era un
Ias doce tribus de Israel. Los otros dos lugares levita oriundo de Chipre. ThWNT IV, 245-
son Heb 7, 5.9, donde se presenta a Leví co­ 247; X, 1163 (bibl.).
mo antepasado y representante dei sacerdócio
veterotestamentario o israelítico. Esto enlaza
con la intención de la especulación judia so­ A e ih TIXÓÇ, 3 Leuitikos levítico*
bre Leví, tal como aparece, por ejemplo, en el Heb 7, 11: por medio de «el sacerdócio le­
Libro de los Jubileos o en los Testamentos de vítico (f| AsuiTixí] lEQcooúvT])» no hay per-
los Doce Patriarcas. fección (teXeícoaiç).

2. Lucas, en su versión de la genealogia de X.evKaívíO leukainõ blanquear, emblan-


Jesús, menciona dos veces el nombre de Leví, quecer*
como bisabuelo de José (3, 24) y como otro En sentido propio dícese de los vestidos
antepasado de Jesús (3,29). Posiblemente, Ias blanqueados por el batanero, Mc 9, 3. En sen­
series de nombres desde Jesús hasta Matat tido figurado, en Ap 7, 14, dícese de los már­
(w . 29-31) y desde Jesús hasta Matatías (vv. tires: «Ellos blanquearon sus vestidos en (por
23-26) fueron originalmente idênticas, y el re- medio de) la sangre dei Cordero». ThWNT
dactor de Mateo se equivoco al ordenar sus IV, 248 y 256.
fuentes y convirtió a Jesús y a los demás nom­
bres de la serie de los vv. 29-31, de persona-
jes posteriores al destierro en personajes ante­ Xe v x Óç:, 3 leukos blanco, resplandeciente*
riores al destierro. Más aún, los nombres de B ibl.: H. Baltensweiler, D ie Verklãrung Jesu (ATh-
los patriarcas de Ias doce tribus no aparecen ANT 33), Zürich 1959, 62-69; F. H. Daniel, The
como nombres de personas sino en los tiem- T ra n sfig u ra tio n (M a rk 9, 2 -1 3 a n d P a ra lle ls), tesis
pos posteriores al destierro, en la época hele- Vanderbilt University, Nashville, Tenn., 1976 (Xerox
University Microfilms, Ann Arbor, Midi., 1977), 47-
nistica. 51; W. Gerber, D ie M etam orphose Jesu, M a rk 9, 2f.
par.-. ThZ 23 (1967) 385-395; R. Gradwohl, D ie F ar-
3. En Mc 2, 14; Lc 5, 27.29 se menciona a ben im Ar(BZAW 83), Berlin 1963, 34-50; E. Haulot-
un publicano (o recaudador de impuestos) 11a- te, Sym bolique du vêtem ent selon la B ible (Théologie
65). Paris 1966, 201-203, 207-216, 324-331; H. W.
mado Leví («hijo de Alfeo», 2, 14) (cf. tam- Hertzberg, en BHHI, 463s; J. Jervell, Im a g o D ei. G en
bién EvPe 60; Ev. Mariae 18, 6; 19, 1; Didas- 1, 26f. im Spãtjudentum , in d e r G nosis un d in den p ln
calia V, 14), que es llamado por Jesús para ser B riefen (FRLANT 76), Gottingen 1960, 44-46, 268-
uno de sus discípulos. En el pasaje paralelo 271; J. Maier, Das G e fã h rd u n g sm o tiv b e i d e r H im -
m elsreise in de jü d . A p o ka lyp tik und «G nosis»: Kaiios
Mt 9, 9, el nombre de Leví se modifico en el 5 (1963) 18-40, sobre todo 30-33; Id., Vom K u ltu s zu r
de «Mateo». G nosis. S tudien z u r Vor- u n d F rühgeschichte d e r «jü-
dischen G nosis» (Kairos. Religionswiss. St. 1), Salz-
H. W. Hollander burg 1964, sobre todo 96, 125-128; W. Michaelis,
Xenaóç, en ThWNT IV, 247-256; J. M. Nützel, D ie
Verklãrungsgeschichte im M arkusevangelium (FzB 6),
A e u iti|Ç , o o , ó Leuitês levita* Wüzburg 1973, sobre todo 96-102; R. Pesch, D a s
Designación de un hombre de la tribu de M a rk u se va n g e liu m II (HThk), Freiburg i. Br. 1977,
Leví (-»■ Aeuí), especialmente de aquel que, 72-74; H. Riesenfeld, J é s u s tra n sfig u re . V a r r iè r e -
p la n du récit évangélique de la transfiguration d e N o-
no perteneciendo al linaje de Aarón, desem- tre-Seign eur (ASNU 16), Copenhague 1947, sobre to­
penaba funciones de categoria inferior en el do 115-129; A. Schlatter, D e r E va n g e list M t, Stnttgart
51 X.EDxóg 52

1929, 527; Schürerll, 319s; para más bibliografia, cf. logía de presente y conoce la glorificación de los
ThWNT X, 1163. justos en la hora de la muerte- de vestiduras de
blancura celestial (cf. ApBar [sir] 51, 5; Hen [et]
1. El término Xenxóç aparece muy fre- 38, 4; 50, 1; 104, 2, cf. ya Dan 12, 3). Por tanto,
cuentemente en el Apocalipsis (15 veces), entrar en esa gloria celestial y estar vestido de la
donde es senal de celestial pureza, gloria y vestidura resplandecientemente blanca de la pu­
victoria. Corresponde a este uso el sentido de reza celestial le corresponde originalmente al su­
Xenxóç como puro/luminoso (en el sentido de mo sacerdote como figura terrenal-celestial (cf.
Lev 16, 17 en la interpretación que hace Filón,
celestial-escatológico) en la historia de la Her 84; Som II, 189, 231; cf. ya Zac 3, 3ss: el su­
Trasfiguración en Mc 9, 3 par. Mt 17, 2 / Lc 9, mo sacerdote Josué ante el ángel dei Senor, su
29 y en los relatos de Ias manifestaciones de nueva vestidura celestial-cultual). Hacerse con­
ángeles en Mc 16, 5 par. Mt 28, 3; cf. Jn 20, forme a esta pureza celestial es luego la experien-
12 y Hech 1, 10. cia dei místico arrebatado durante algún tiempo
Tan sólo Mt 5, 36 y Jn 4, 35 se apartan de al cielo (la tradición de Henoc; cf., entre otros,
Hen [esl] 22, 8-10) y es signo de la trasfiguración
esta manera de hablar: tenir de blanco los ca-
celestial de los justos (cf. ApBar [sir] 51, 5.12;
bellos o ennegrecerlos significa en sentido fi­ Hen [et] 62, 15s; ApAbr 13, 15).
gurado, en Mateo, el intento humano -impo-
sible- de modificar la edad de la propia vida, El NT presupone tales asociaciones. En Mc
y senala que el hombre se halla dentro dei or- 9, 3 par., Jesus aparece ante los discípulos re­
den de la creación y no puede ligarse capri­ vestido de gloria celestial, en la que él ha de
chosamente por medio de un juramento. En Jn entrar luego, siguiendo el camino dei Hijo dei
4, 35 Àenxóç se usa para referirse a Ias espi­ hombre: la experiencia visionária es una anti-
gas que tienen ya un color amarillento claro, cipación de la trasfiguraeión intramortal y de
que indica que están maduras ya para la siega la exaltación celestial; la combinación de ex­
(sobre la escala de colores dei ItEuxóç, cf. periencia visionária y de arrobamiento intra­
Michaelis, 248; Gradwohl, 48-50). mortal como entrada definitiva en la gloria
celestial corresponde esquemáticamente al
2. X,enxóç, radiantemente blanco, como color camino seguido por Moisés y por Elias.
de gloria celestial, deriva su viveza intuitiva y su De la apocalíptica cultuai de Ezequiel y de
significado de la apocalíptica cultuai judia; blan­ Daniel proceden también Ias descripciones
co es el color de la pureza y, por tanto, es funda-
que se hacen dei que es Semejante a Hijo de
mentahnente el único color adecuado para la ves-
tidura de los sacerdotes. El sumo sacerdote, como hombre, en Ap 1, 12ss (v. 14 bis); el cabello
soberano teocrático en la época de después dei blanco de la figura sentada en el trono, en Da­
destierro, con vestiduras esplêndidas (cf. Ex 28, niel, se relaciona aqui con el que es Semejan­
4-43: 39, 1-31), se revestia de una túnica de blan­ te a Hijo de hombre; según Ap 20, 11, el tro­
co lienzo en el Gran Dia de la Reconciliación pa­ no de Dios es de deslumbrante blancura. En
ra hacer su entrada en el lugar santísimo, con el 14, 14 el Semejante a Hijo de hombre llega
ornato que correspondia a un lugar terrenal-celes-
tial (cf. Lev 16, 4; Yom 3, 6s; 7, 4; Josefo, Bell V, sobre una nuble blanca (cf. Ez 30, 3; Dan 7,
236). 13); como tóyoç toü '&eoõ (19, 13), está él
A partir de estos fundamentos se desarrolla la sentado (19, 11) sobre un caballo blanco.
apocalíptica cultuai judia (véanse los detalles Aqui es blanco el color dei glorioso vencedor
fundamentales en Maier) con su imagen de lo que (cf. 6, 2): apoyado por ángeles puros sobre
es el mundo celestial. Se describe el trono celes­ corceles blancos y en blancas vestiduras, el
tial de Dios y el santuario celestial como un lugar Xóyoç, según Ap 19, 14[bis]s, destruye en la
de perfecta pureza y santidad (cf. Dan 7, 9); los tierra a los impuros enemigos, mediante la
ángeles que están en presencia dei trono de Dios
(cf. Ez 9, 2s.ll; 10, 2; Dan 10, 5; 12, 6s) y los pureza celestial obrada por el Cordero. Su
justos que participan en la adoración celestial es­ victoria significa un clímax escatológico, más
tán vestidos o estarán vestidos en la resurrección aún, la inversión de Ias circunstancias terre­
-la apocalíptica cultuai tiene una marcada escato- nas de impureza agresiva y de pureza cultuai-
53 XeuxÓç - Xiav 54

mente limitada. Los justos, que no mancilla- XljVÓÇ, oC, 1^ lênos lagar*
ron sus vestiduras, es decir, que Ias conserva- Mt 21,33 (a diferencia de Mc 12,1): «y ca­
ron blancas (esto es, que se mantuvieron pu­ vo en ella (es decir, en la vina) un lagar». El
ros) reciben la promesa de que han de reves- Apocalípsis usa el término ^ tjvóç en sentido
tirse de la vestidura eelestial-bZanca de la metafórico: en 14, 19.20 (bis) se habla dei
consumada pureza y de que, así, podrán ca- «lagar de la ira de Dios», en el que se pisaba
minar con Cristo (3, 4.5; cf. v. 18). Segun 4, la uva fuera de la ciudad y dei que manaba
4, los veinticuatro ancianos (jtQEopúxeQoi, sangre. 19, 15: Cristo «pisa el lagar dei vino
(.«enviados / mártires»? Cf. H. Kraft, Die Of- de la ira... de Dios». ThWNT IV, 259-262.
fenbarung des Johannes [HNT], 96s; O. H.
Steek, Israel und das gewaltsame Geschick
der Propheten, reimpresión 1967, 214s, 229
nota 5) están provistos también de vestiduras XtÍQOÇ, o u , Ó lêros disparate, tontería*
blancas de pureza celestial: participan de la Lc 24, 11: El relato de Ias mujeres les pare­
fu^Tia purificadora de la sangre dei Cordero; cia a los apóstoles un disparate (ó aei Xfjpoç)
c f .6 , 11; 7, 9,13s. y no Ias creían. Spicq, Notes I, 484s.
La piedra blanca en la cual, según 2,17, es-
lá grabado el nombre de los justos, se deriva
-como la misma imagen lo indica- dei «bille-
le» de piedra que autoriza a una persona para Xt]aTrjç, oC, ó lestes bandido, salteador
de caminos*
entrar en una comunidad de culto (cf. Kraft,
Mc 11, 17 par. Mt 21, 13 / Lc 19, 46; «Ha-
Die Offenbarung des Johannes, 66s); como
sefial de la trasfiguración y de la exaltación béis hecho (de mi casa) una cueva de bandi­
celestial, el vencedor (= el mártir que se ha dos» (en la que a uno le roban y asaltan; cf.
Jer 7, 11 LXX). Mc 14, 48 par. Mt 26, 55 / Lc
jBantenido firme) recibe un nombre nuevo.
22, 52: «Habéis salido... como contra un ban­
J.-A. Bühner dido». En Mc 15, 27 par. Mt 27, 38; Mt 27, 44
se habla de dos bandidos que fueron crucifi­
JiéfilV, OVTOÇ, Ó leõn león* cados junto a Jesús. En la parábola dei sama-
Con excepción de Heb 11,33 («cerraron Ias ritano compasivo se dice que un hombre «ca-
yó en manos de salteadores de caminos», Lc
£uices de leones»), en el NT Xécov aparece só-
k) en sentido metafórico (dícese dei diablo: 10, 30, 36. En Jn 10,1.8, X.Tiatfiç se halla jun­
to a xkénx-qç (ladrón), y ambos términos es­
«como león rugiente», 1 Pe 5, 8; otras compa-
tán en oposición a jtotpf|v (pastor). Jn 18, 40
laciones: Ap 4, 7; 9, 8.17; 10, 3; 13, 2) o en
acentua que Barrabás era un bandido. En 2
sentido figurado (2 Tim 4, 17; Ap 5, 5).
ThWNT IV, 256-259; X, 1163 (bibl.) Cor 11, 26 Pablo menciona «peligros de sal­
teadores». ThWNT IV, 262-261 \ X, 1163
(bibl.); Spicq, Notes I, 486-492.
lêthê olvido*
2 Pe 1, 9 en la expresión; X.fi'ôi(v kap,(3ávro
Tivóç, «olvidar algo».
X íav Han (adv.) mucho, bastante, demasia­
do*
E toç, 1^ lêmpsis acción de reci- En el NT A,íav se halla en combinación con
bir* verbos: Mt 2, 16; 27, 14; Mc 6, 51; Lc 23, 8;
Flp 4, 15: etç Xóyov ôóoetoç x a i X.T)p- 2 Tim 4, 15; 2 Jn 4; 3 Jn 3, y con adjetivos;
T|?ea)ç, «en cuestión de dar y recibir», es de­ Mt 4.8; 8, 28; Mc 1, 35; 9, 3; 16, 2; además 2
cir, -e n sentido figurado- en un recíproco Cor 11, 5 y 12, 11 dei Textus Receptus (imÈQ
«ajuste de cuentas». Xíav). BlaB-Debrunner § 474 nota 3.
55 XíPotoç - Müoç 56

X,íPavoç, OD, ó libanos incienso* J^,í'ô’lV0 Ç, 3 lithinos hecho de piedra*


En Mt 2, 11 como regalo de los Magos; en Dícese de imágenes de los ídolos en Ap 9,
Ap 18, 13 junto a otros artículos de valor. 20, de tinajas de piedra para el agua en Jn 2,
ThWNT IV, 268s; W. W. Müller: Glotta 52 6, de Ias tablas de la ley en 2 Cor 3, 3 (Ex 31,
(1974) 53-59. 18; Bem 4, 7). ThWNT IV, 273, 3-9.

^iPavtOTÓÇ, OÜ, Ó libanõtos incienso, in- Xi'd'oPoXéo) lithoboleõ arrojar piedras,


censario* apedrear, lapidar*
XLpavcoTÓç puede significar, lo mismo que El verbo significa, de manera no específica,
-> X.ípavoç, incienso. Así sucede, por ejem- arrojar piedras en Mt 21, 35 (par. Mc 12, 4
plo, en MartPol 15, 2. En el NT -e l término Textus Receptus); Hech 14, 5. En el sentido
aparece únicamente en Ap 8, 3.5- ÀtPavcoTÓç de lapidar (es decir, de dar muerte apedrean-
designa el incensario en el que se quema el do), el verbo X.iOoPoÀéco se halla en Mt 23,
incienso. Bibliografia ->■ Xípavoç. 37 par. Lc 13, 34, así como -refiriéndose a
Esteban- en Hech 7, 58.59. Aparece, asimis-
A i P eqt Í voç , o u , Ó Libertinos liberto* mo, en Jn 8, 5 Textus Receptus (en vez de
Préstamo léxico dei latín {libertinus, «liber­ X,t&át,cn). De la muerte a pedradas de un ani­
to», esclavo libertado o descendiente de es- mal: Heb 12, 20 (cf. Ex 19, 13). ThWNT IV,
clavo libertado), en Hech 6, 9 en plural: Li­ 27Is).
bertos junto a eirenenses y alejandrinos. Los
tres grapos, eomo judios de lengua griega, te- Xí'^oç, o u , ó lithos piedra*
nían en Jemsalén una sinagoga: cf. W. Schra-
ge, en ThWNT VII, 835s. ThWNT IV, 269s; 1. Significado fundamental - 2. Sentido figurado.
Pauly, Lexikon III, 624s. B ibl.:O. Bõcher, Z u r B edeutung d e r E delsteine in
O ffb 21,en K irche un d B ibel. F S fü r E. Schick, Pader-
bom 1979, 19-32; J. Jeremias, Xíúoç, en ThWNT IV,
A ip ú l), n ç Libyê Libia* 272-283; H.-G. Link-E. Tiedtke, en DTNT III, 365-
Nombre de la región norteafricana situada 367; W. W. Reader, The Twelve Jew els o f R evelation
entre Egipto y Cirene. Hech 2, 10: «Habitan­ 21, 19-20: JBL 100 (1981) 433-457; más bibliografia
en ->■irétQa, Yfuvía y úe(rÉX.tov.
tes... de Egipto y de los territórios de Libia
que limitan eon Cirene (es deeir, de los terri­
1. Los evangelistas prefieren X.íO-oç en su
tórios de Libia Occidental)». Pauly, Lexikon
significado fundamental sin ningún sentido
III, 628-632.
particular.
a) En piedras no labradas, que están a la
lithazõ apedrear, lapidar* vista y que, por tanto, pueden usarse como
La lapidación o apedreamiento era en Isra­ objeto de demostración -se tiene en cuenta
el y en el judaísmo la pena de muerte con que quizás la geomorfología de Palestina (desier-
se castigaban determinados delitos (San 6, tos de piedras; serranias)- se piensa segura­
1-7, 10). Era el eastigo por el adultério (Jn 8, mente en Mt 3, 9 par. Lc 3, 8; Mt 4, 3 par. Lc
5) y sobre todo por la blasfêmia contra Dios 4, 3; Mt 4, 6 par. Lc 4, 11. Jn 8, 7.59; 10, 31
(Jn 10, 31.32.33; 11, 8). El verbo (ss) menciona la costumbre de aplicar la pena
aparece también en Hech 5, 26; 14, 19; 2 Cor de lapidación (cf. Dt 17, 7). En Mc 5, 5 la pie­
11, 25. Este castigo es mencionado junto a dra es instmmento de autodestrucción. En Lc
otras clases de pena capital en Heb 11, 37. R. 22, 41 se menciona el «tiro de piedra» como
Hirzel, Die Strafe der Steinigung (1909), re- manera de indicar una distancia. El caracter
impresión Darmstadt 1967; Billerbeck II, no comestible de la piedra sugiere su contras­
685s; ThWNT IV, 271s. te con el «pan», en Mt 7, 9 par. Lc 11, 11; Mt
57 Â,í-ftoç 58

4, 3 par. Lc 4, 3 (entendida aqui la piedra co­ «gran piedra» pone de relieve la seguridad
mo objeto para demostrar la usurpación de un con que estaba cerrado el sepulcro y el mila­
poder divino). La naturaleza «inanimada» de gro (no «narrado») de la apertura dei mismo,
la piedra es la base para la contraposición en­ es decir, pone de relieve supremamente la li-
tre la Deidad (viva) y la imagen (artificial y beración de Jesús, que queda libre dei sepul­
tallada) de un ídolo, en Hech 17, 29 (j discur­ cro y de la muerte (cf. R. Kratz, Rettungswun-
so dei Areópago!). Mt 3, 9 par. Lc 3, 8 (si- der. Motiv-, traditions- undformkritische Auf-
guiendo a Is 51, Is) contienen ya implicacio- arbeitung einer biblischen Gattung, Frankfurt
nes teológicas; estas palabras rechazan cual- a. M. 1979, 500-541).
quier interpretación dogmática de Ias prerro­ e) Ap 4, 3; 17, 4; 18, 12.16; 21, 11.19 ha-
gativas judias sobre la salvación, que se basen blan de \ a piedra preciosa o piedra de jaspe (a
en simple genealogia. Dios, de la matéria menudo en combinación con oro, plata, perlas
muerta, puede suscitar para sí «hijos vivos» y otras piedras preciosas) en la descripción
(refiriéndose seguramente a los gentiles; cf. que hacen de la gloria de Dios, de la Jerusalén
Mc 7, 24-30 par. Mt 15, 21-28; Mt 8, 10-12), celestial, de la mujer, y de los lujos de la ciu-
si los «hijos de Abrahán» no hacen penitencia dad de «Babilônia».
(sobre la comprensión judia temprana de Is f) Las «piedras que claraan», en Lc 19,40,
51, Is cf. Jeremias, 274). recuerdan motivos de teofanía dei AT; la natu­
b) La piedra de molino como piedra talla­ raleza expresa su júbilo por la manifestación
da se menciona en Lc 17, 2; Ap 18, 21, segu­ de Yahvé. Si los discípulos callaran a la vista
ramente por su pesantez. En el Apocalipsis Ia de la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén,
piedra sirve como símbolo de la destrucción las piedras inanimadas entonarían su clamor
(también en Lc 17, 2) de Babilonia-Roma; de de júbilo —eso es lo que se quiere decir con
igual manera, el «mar» podría simbolizar en una marcada hipérbole-.
ambos lugares (de manera menos clara en Lu­ g) La referencia a los grandiosos sitiares
cas) el lugar de la condenación. Lc 20, 18 dei templo (herodiano) se utiliza en Mc 13, Is
acentua también el poder destructor de la pie­ par. Mt 24, 2 / Lc 21, 5s como ocasión para
dra (Mt 21,44 se debe seguramente a influen­ profetizar la destrucción de Jerusalén. La pro­
cias dei lugar paralelo), aunque por el parale­ fecia de caracter apocalíptico, que es segura­
lismo con el versículo anterior hay en el fon­ mente un vaticinium ex eventu y que contem­
do de todo ello una interpretación personifi­ pla ya retrospectivamente la destrucción dei
cada. templo en el ano 70, introduce el discurso es-
c) 2 Cor 3, 7 alude a Ias leyes mosaicas es­ catológico. Del sillar se habla también en Mc
culpidas en piedra. Aqui el ministério de la 12, 10 par. Mt 21, 42 / Lc 20, 17; Hech 4, 11;
ley escrita es superado por el nuevo ministé­ 1 Pe 2, 7; claro que aqui encontramos ya la
rio dei Espíritu de Cristo. transición al sentido simbólico y figurado dei
d) En la mayoría de los casos una gran pie­ término.
dra que se hace rodar sirve para cerrar la en­
trada a un sepulcro situado en el interior de 2. La interpretación mesiánica de «la pie­
una cueva o excavado en la roca (Mc 15, 46; dra» se encuentra atestiguada ya en el judaís­
16, 3.4; Mt 27, 60; 28,2; Lc 24,2; Jn 20, 1: el mo antiguo en relación con pasajes dei AT co­
sepulcro de Jesus; Jn 11, 38-41; el sepulcro de mo Sal 118, 22; Is 8, 14 (28, 16); Dan 2,
Lázaro). En Ias historias de los Sinópticos so­ 34s.44s y otros. En el NT estos pasajes se
bre el sepulcro, la palabra clave ^líO^oç tiene aplican a Jesús, a quien se considera como la
función semântica; se usa, por ejemplo, en co- piedra angular, la piedra clave, la piedra fun­
nexión con el gênero «milagro de apertura de damental.
puertas y milagro de Uberación» (cf. también a) La cita dei Sal 118, 22, que la comuni-
Chariton, De Chaerea et Callirhoe III, 3); la dad primitiva -dificilm ente Jesús m ism o-
59 XÍ^&OÇ - X.Í[i,VTl 60

anade en Mc 12,10 como prueba de Escritura À,ld'ÓaTQ6)TOÇ, 2 lithostrõtos pavimentado


a la parábola de los vinadores malvados, des- con losas de piedra/mármol*
cribe el destino de rechazo experimentado por raPP a'& á Gabbatha Gábata*
el último mensajero de Dios, y muestra ade- Según Jn 19, 13, Pilato ocupó su sitiai (->•
más el giro salvífico que tuvo lugar en la re- Pfifia) en el lugar «que se llama XiíIóaxQCO-
surrección dei Hijo de Dios, que se convirtió Toç y en hebreo Gábata». Aqui ài^ óotqotoç
en la piedra clave (Mc 12, 5s). El rechazo de (xójtoç) o TÒ Xiô-óoxpcoTov (adjetivo sustan-
que fue objeto Jesus sella precisamente el tivado) es el «nombre» (que, por eso, se escri-
destino de los asesinos de profetas en Jerusa- be a veces con mayúscula inicial) dei corres-
lén, de los viejos arquitectos, e inicia la edifi- pondiente lugar (por ejemplo: el «enlosado de
cación de la nueva comunidad de salvación mármol»). Se trata de una plataforma situada
(en el discurso de Pedro en Hech 4, 11, se ante el pretorio dei gobemador (cf. 18, 28),
concreta la asignación de funciones: «éste..., que estaba pavimentada con losas de piedra.
vosotros...»; cf. también 1 Pe 2,7). La designación aramea Gábata no ha sido in­
b) En 1 Cor 3, 12 Ias piedras preciosas y terpretada hasta ahora con seguridad (Biller-
otros «materiales» son imágenes de Ias diver­ beck II, 572; R. Schnackenburg, El Evangelio
sas obras que cada uno, según su capacidad, según San Juan III, 326 nota 96). Spicq, No­
«sigue edificando» sobre el «fundamento» (o tes 1,496s. Sobre la localización en el interior
«piedra fundamental») que es Cristo (->^ ■&e- de Jerusalén -> jtQaixcÓQiov 2.
p,éX,iov). La imagen de la comunidad como
«templo de Dios» corresponde a lo que se di-
ce en Ef 2, 20-22 (cf. también Mt 16, 18). likm aõ aplastar, destrozar por
completo*
c) En 1 Pe 2, 4-8 es donde más desarrolla-
Mt 21, 44 par. Lc 20, 18: La piedra hará
da está la comparación de la comunidad con
pedazos a aquel sobre quien caiga. El pasaje
la Casa de Dios; se han agrupado Ias distintas
de Mateo no es seguro desde el punto de vis­
ideas asociadas con el sentido figurado (tras-
ta de la crítica textual; cf. GNTCom 58. Cf.
fondo veterotestamentario: Is 8, 14s; 28, 16;
ThWNT IV, 283-285; Spicq, Notes I, 498s.
Sal 118, 22). Cristo es la piedra viva, dese-
chada por los hombres, pero escogida y pre­
ciosa delante de Dios. En esta «piedra angu­ Xif*T|v, év o ç, ó limên puerto*
lar» se dividen los espíritos: para los creyen- En Hech 27, 12a.b se habla de dos puertos
tes, esa piedra es el fundamento; para los in­ distintos. El término aparece además en 27, 8
crédulos se convierte en «piedra de tropiezo», en el topónimo K aW i kipéveç.
en roca ( ^ JtéxQa) en la que se dan traspiés.
d) Como indica ya 1 Pe 2, 8, la compren-
OttOÇ, TÓ limma resto
sión (mesiánico-cristológica) de la «piedra»
es ambivalente. También en Rom 9, 32s la fe Forma alternativa de ->■ X,et[xp,a.
es el critério decisivo; el ser miembro de la
comunidad de salvación no se basa en el pro- Ji-ífivn], i]Ç, limnS lago, estanque, panta-
pio origen, en ser judio o en ser gentil. No son no*
Ias obras Ias que justifican, sino la fe. Para el Dícese dei lago de Genesaret: Lc 5, 1.2; 8,
Israel incrédulo. Cristo se convirtió en «pie­ 22.23.33 (siempre a diferencia de Marcos).
dra de tropiezo y roca de escândalo» (v. 33: En el Apocahpsis X,Í(xvt] designa el estanque
cita mixta de Is 8,14 y 28, 16). A este contex­ de fuego y azufre (19, 20; 20, 10; 21, 8), en el
to pertenece también el tema de Lc 20, 18 (cf. que los enemigos de Dios encuentran su final.
Dan 2, 34s). G. TheiBen, «Meer» und «See» in den Evan-
R. Kratz gelien (StNTU 10) 1985, 5-25 (recogido en
61 Xíjivii - Xo^í^ofiai 62

parte en Id., Colorido local y contexto históri­ À,OY£Ía, a ç , logeia colecta*


co en los evangelios, Salamanca 1997, 129- En 1 Cor 16, 1 se habla de la colecta en fa­
140, 260-283). vor de «los santos». 16, 2; «organícense co-
lectas». ThWNT IV, 285s; D. Georgi, Die
Geschichte der Kollekte des Paulus fü r Jeru­
Àiptóç, oC, Ó ('^) limos hambre, escasez*
salém, Hamburg 1965, esp. 40s.
Con el significado de hambre enLc 15,17;
Rom 8, 35; 2 Cor 11, 27. De gran escasez ha-
blan Lc 4, 25 (4 Re 6, 25); 15,14; Hech 7,11; X o y íÇ o ^ a i logizomai calcular, tener en
11, 28; Ap 6, 8; 18, 8. Los Xifxoí se cuentan cuenta, estimar, apreciar; considerar, su-
entre Ias tribulaciones dei fin de los tiempos; poner
Mc 13, 8 par. Mt 24, 7 / Lc 21, 11. En los pa-
1. Aparición en el NT - 2. Uso dei término fuera dei
sajes de Lc 15, 14 y Hech 11, 28 Xtp,óç tiene NT - 3. Pablo y Ias Deuteropaulinas.
gênero femenino.
B ibl.: -V Xoytapóç.

Jlívov, OU, TÓ linon lino, vestido de lino* 1. De los 40 pasajes en que aparece el ver­
En Mt 12, 20 Xívov designa la mecha de bo, la mitad aproximadamente son citas direc­
una lámpara (cf. Is 42, 3); en Ap 15, 6, los tas de la LXX o fórmulas que en su tenor lite­
vestidos de lino de los siete ángeles. ral se ajustan a citas. Esto se aplica especial­
mente a los pasajes de Ias Cartas Paulinas, de
los que se diferencia claramente Mc 15, 28
A ív o ç , ot) Linos Lino* v.l. par. Lc 22, 37 (cita de Is 53, 12), por cuan-
En 2 Tim 4, 21 nombre de un cristiano que, to únicamente aqui el verbo mãnâ (nifal: «ser
por lo demás, nos es desconocido. En la tradi- contado entre») constituye la base en el texto
ción posterior (Ireneo, Haer III, 3, 3), Lino hebreo. En la LXX, 2 Crón 5, 6 es el otro úni­
Ilega a ser el primer obispo de Roma y se di- co lugar en que Xoyí^opai se emplea para tra-
ce de él que recibió su ministério de los ducir el verbo hebreo mãnâ. Fuera de estos
«apóstoles». pasajes, XoYÍ^opat, con excepción de Ias
Cartas Paulinas, aparece tan sólo en Jn 11, 50;
hjúoç, 3 lios plano, llano Hech 19, 27; Heb 11, 9 con los significados
Forma alternativa de Xeloç. de considerar / ser de la opinión de; en 1 Pe
5,12, con el sentido de dar por supuesto, y en
Sant 2, 23, para referirse a la «obra de fe» de
JluiaQÓç, 3 liparos esplêndido, lujoso* Abrahán, en cita de Gén 15, 6, una cita que es
Ap 18, 14 (adjetivo sustantivado en plural): determinante también para Pablo en Rom 4,
TÒ XuraQÓ, Ias cosas lujosas y esplêndidas. 3ss.

2. En lo que respecta a Ias Cartas Paulinas,


X ítg a , a ç , 1^ litra libra* hay que tener en cuenta no sólo el uso dei verbo
Designación de la libra romana (que pesaba en la LXX sino también en el griego profano. En
327 g). En el NT, el término aparece única- él Xoyí^opai significa la acción objetiva de «cal­
cular / valorar» el valor y el débito en Ias transac-
mente en Jn 12, 3 (ungüento de nardo) y 19,
ciones comerciales. Por otro lado, en la filosofia
39 (áloe). clásica, se emplea este verbo para expresar la
«afirmación» objetiva de realidades por parte de
los filósofos, por ejemplo, en Platón, Phaed 65c;
X ipóç, ó lips suroeste* cf. H. W. Heidland, en ThWNT IV, 287. En con­
Hech 27,12: El puerto estaba orientado ha- textos políticos, el verbo puede adquirir también
cia el suroeste (PXéjtcu %axà Xífia). significado político.
63 XoYÍÇofiai 64

En la LXX X,07Í^ojiai, implica mayor subjeti- no imputa el pecado») en Rom 4, 8 interpreta


vidad y se emplea para referirse a la opinión per- el enunciado abandonando el lenguaje comer­
sonal, por ejemplo, en Gén 31, 15; 1 Re 1, 13. El cial y refiriéndose a Ias relaciones entre Dios
hebreo }}ãsab, que con escasas excepciones (2 Re y el hombre, en Ias cuales la fe no sustituye a
19, 44; Dt 3, 13; Is 53, 12 [-^ 1]; 44, 19) consti-
Ias obras, sino que designa la apertura dei co-
tuye el fundamento, tiene siempre significado
subjetivo; por un lado, como juicio de valor (43 razón que se abre a la acción de Dios.
veces, por ejemplo «considerar como»: 1 Re 1,
13; Is 53,4; en este significado Ia LXX puede tra- La idea tiene un controvertido paralelo en 4
ducirlo también por 13, 24; 19, Esd 8, 32a: «Pues precisamente porque no tene-
15), «acreditar algo como» (Gén 15, 6; 2 Re 19, mos obras de justicia, tú serás llamado el Cle­
20), en voz pasiva, «ser acreditado como» (Lev mente, si accedes a concedemos clemencia. Pues
25, 31; Jos 13, 3); por otro lado, con los signifi­ los justos que tienen muchas obras depositadas
cados de «pensar, reflexionar» (Is 10, 7; Zac 8, junto a ti, recibirán la recompensa por sus propias
17), «tener malas intenciones» (Sal 140, 3) y obras». Sin embargo, en contra de esta idea se po­
«pretender / planear algo» (1 Re 18, 25; Sal 140, lemiza ya en CD 1, 19, donde se atribuye a los
5). El significado «calcular, considerar como», apóstatas la idea: «Declararon justo al impio, pe-
tomado dei lenguaje comercial, ha quedado bas­ ro consideraron impio al justo» (cf. E. Kâsemann,
tante relegado (Gén 31, 15; Lev 25, 31). La LXX An die Rõmer [HNT], 103).
precisa a menudo el sentido dei verbo recurriendo
a compuestos con ouv- en Lev 25, 27, con èx- en En este contexto debe entenderse koyíÇo-
4 Re 12, 16 y con Jtpoa- en Lev 27, 18. p,ai no sólo en Rom 4, sino también en 2, 26:
En el âmbito religioso el verbo designa no sólo«La incircuncisión se computa como circun-
el decreto de Dios (Jer 18, 8.11; 27, 45 LXX) si­ cisión». Y en 9, 8: «Los hijos de la promesa
no también su juicio (Gén 15, 6; Sal 105, 31 son considerados como descendientes (de
LXX; en sentido negativo en 31, 2 LXX). El sen­ Abrahán)». Está también en eonsonancia con
tido de «acreditar, tener en cuenta», que resuena
ya aqui, aparece en el âmbito cultuai en Lev 7, esto lo que se dice en 2 Cor 5, 19: «El no les
18; 17, 4 (cf., a propósito, G. von Rad, La impu-toma en cuenta Ias trasgresiones»; 2 Tim 4,
16: «(el haber dejado solo a Pablo en su jui­
tación de lafe como justicia, en Id., Esttplios so­
bre el AT, Salamanca ^1982, 123-127). cio) no les sea tenido en cuenta». En 1 Cor
En los escritos rabínicos, para expresar la idea
13, 5 se dice en sentido figurado, refiriéndose
de «acreditar algo como», no sólo se usa el verbo al amor: «él no tiene en cuenta el mal».
Ifãsab sino también otros verbos. Con ello se in­
tensifica la idea definida por Gén 15, 6 y por el Corresponde al uso de este verbo en Rom 8,
controvertido pasaje de Lev 17, 4, en el sentido 36 (cita dei Sal 43, 23 LXX): «Somos consi­
de que la injusticia cometida se imputa como mé­ derados como ovejas para el matadero») lo
que se dice en 1 Cor 4, 1: «Que se nos consi­
rito al autor, después de la conversión de éste (cf.
Billerbeck Eli, 121-123). dere como a servidores de Cristo», y en senti­
do negativo en 2 Cor 10, 2: «... nos conside-
3. Pablo emplea X.oyíCo (10íi siguiendo de ran como si anduviéramos según la carne».
cerca a la LXX (->• 1). En el Midrás de Abra- Aqui, para aclarar, se ha anadido d)ç, mientras
hán en Rom 4, cita tres veces el pasaje de 15, que en 2 Cor 12, 6; Hech 19, 27 se ha emplea-
6 (vv. 3.9.22; iguaünente en Gál 3, 6). Desde do eIç con el mismo sentido.
luego, en Rom 4, 4 el sentido derivado dei El verbo, con arreglo al uso griego, pero
lenguaje comercial desempena un papel, por con el matiz subjetivo que es propio de la
cuanto se habla de XoYÍÇea'b'ai x a r à ôqpEÍÀT]- LXX, aparece en fórmulas en Ias que baila­
[ta, a diferencia de x a tò xáQiv. ôtpeíÀTipa es mos una oración completiva de infinitivo con
(como en Dt 24, 10 LXX) la suma de dinero sujeto en acusativo, en Rom 3, 28: «Pues nos-
que se debe al «trabajadoD>. Así que Xoyí^o- otros opinamos (= creemos) que el hombre es
p,ai se entiende aqui en el sentido de contabi­ justificado»; de manera correspondiente en
lizar. Sin embargo, la cita dei Sal 31, 2 LXX Rom 6, 11; 14, 14; Flp 3, 13. Este mismo sig­
(«Bienaventurado el varón a quien el Senor nificado tiene el verbo seguido de õti en Rom
65 XoYÍÇonai - XÓYiov 66

8, 18; Heb 11, 19, donde equivale al sentido 8 y passim en oraciones que se derivan de raí-
de moxeúco: «(Abrahán) creyó que Dios es ces judias; cf. también TestLev 3, 6).
también poderoso para resucitar de entre los En el NT X.OYUtóç aparece sólo dos veces:
muertos». Xovinf] XaxQeia (Rom 12, 1) es traducido
Mientras que el sentido de opinar/pensar casi de manera distinta por cada uno de los
está determinado por la creencia en estos pa- exegetas; desde «espiritual» (A. Nygren) e
sajes, esto puede afirmarse también dei uso «intelectual» (Th. Zahn) hasta «objetivo» (K.
absoluto dei verbo con el significado de pen­ Barth) y «racional» (P. Althaus) se han agota-
sar algo, pero sólo en 2 Cor 3, 5. Ahora bien, do todas Ias posibilidades. Michel (369s) ve a
en 2 Cor 10, 7.11; Flp 4, 8 se destaca con ma- Pablo influido por el uso griego de este térmi­
yor relieve el pensamiento racional. Este pen- no a través de Ias doctrinas herméticas (cf.
samiento desempena un papel por sí solo, sin CorpHerm I, 31: [dei Dios santo] ô é |a i Xoyi-
referencia a la creencia, en Rom 2, 3: «Hazte xòç ■hiiaíaç á yvà ç à n ò ti/uxfíç koiI x ag -
cargo, oh hombre que juzgas..., de que...». ôíaç) y la mística helenística, y traduce; «el
Así, pues, la valoración que Pablo hace de sí culto divino con arreglo a la palabra». Sin
mismo en 2 Cor 11, 5 habrá que entendería en embargo, a diferencia dei mencionado origen,
el mismo sentido que cuando se usa el verbo el vocablo no tiene el sentido de ver el culto
en sentido neutral en 1 Cor 13, 11. divino en el cântico y la oración, en vez de
El significado de «tener intención de hacer verlo en los sacrifícios, sino que la vida coti­
algo» (con arreglo al Sal 139, 5 LXX) apare­ diana, determinada por la fe en la palabra, es
ce únicamente en 2 Cor 10, 2a. para Pablo el culto divino correcto. Por eso, el
H.-W. Bartsch vocablo no significa una espiritualización.
La firase xò Xoyinòv àòoXov yáXa (1 Pe 2,
2) está tomada de la piedad de los mistérios,
Jboyixóç, 3 logikos racional, espiritual* una piedad que se haUaba muy difundida en la
gnosis (cf. OdSl 8, 16: «... mi leche santa [se
B ib l.: Bauer, W õ rterb u ch , s.v.; O. Casei, D ie la di yo] a beber [a ellos]»). El origen de esa
IkoyiXT] ú v aía d e r a n tiken M y stik in ch ristl.-litu rg i-
jcAer Umdeutung-. JLW 4 (1924) YI-Al-, E. Kâsemann, leche puede denominarse luego «Ias doce
£f cu lto en la vid a cotidiana d e i m undo, en E. Kãse- fuentes racionales» (C. Schmidt-W. Till [eds.],
ntann, E n sa yo s exegéticos, Salamanca 1978, 21-28; G. Unbekanntes altgnostisches Werk [GCS 45],
Kiltel, X.OYIXÓÇ, en ThWNT TV, 145-147 (con biblio­ Berlin ^1962, 5, 16s), que están llenas de vida
grafia un tanto antigua); H. Lietzmann, A n die R o m er
<HNT), Tübingen "'1933, 108s; D. G. McCartney,
eterna. Sin embargo, el carácter sacramentcd
iOY«tóç in 1 P e te r 2, 2: ZNW 82 (1991) 128-132; O. dei concepto, que en la gnosis viene dado cul-
Michel, D e r B r i e f a n d ie R o m e r (KEK), Gõttingen tualmente por el mistério, está determinado
*1977, 369-371; R. Reitzenstein, D ie hellen istisch en en el NT por el evangelio, el logos, y no se
H ysterien relig io n en , Leipzig-Berlin ^1927, 328-333;
H. Sclúier, YáXa, en ThWNT I, 644s; Id., Vom W esen experimenta cultualmente en el mistério, sino
der a p o sto lisch en E rm a h n u ng nach R õ m 12, 1-2, en en el hecho de oír la Palabra. Esto se acentua
Sdilier I, 74-89; Ph. Seidensticker, L eb endiges O pfer mediante la adición de áòoXoç, «no adultera­
(NTA 20, 1/3), Münster i. W. 1954, sobre todo 17-43, do» (Jiapax legomenon). Por tanto, el concep­
256-261; H. Wenschkewitz, D ie Spiritualisierung d e r
K hdtusbegriffe Tempel, P riester u n d O pfer im N T (An-
to gnóstico podría haberse recogido ya sen-
gelos rV), Leipzig 1932; más bibliografia en - r h a - cillamente para rechazar los mistérios gnós-
Tçeóto. ticos.
H.-W. Bartsch
El concepto preferido de los filósofos clási-
cos (Epicteto, Diss II, 9,2: el hombre es Ç^ov
Xoyixóv) no aparece en la LXX, pero sí en Fi- X óyio v, o v , t ó logion palabra, sentencia*
lón y en la sinagoga postbíblica (cf. Constitu- En el NT y en la literatura cristiana primiti­
ciones Apostóhcas VII, 34, 6; 35, 10; VIII, 9, va el término se encuentra únicamente en plu-
67 XÓYiov - XoYio|xóç 68

ral. En Hech 7 ,3 8 , refiriéndose a la ley de X oyiO íióç, ofi, ó logismos pensamiento,


Dios, se dice de Moisés ôç èô é^ato Xóyia consideración, buen sentido*
ÇüõvTa, «que [en el Sinai] recibió palabras de
vida (cf. Dt 32, 47)». De manera parecida se Bibl.: K. Berger, Abraham in den pln Hauptbriefen:
MThZ 17 (1966) 47-89, sobre todo 63-66; Billerbeck
afirma en Rom 3, 2 que la primera de Ias ven- m, 121-123; Bultmann, Teologia, 265-274; Id., Glos-
tajas de Israel fue el haber recibido Ias pala­ sen im Rom: ThLZ 72 (1947) 197-202; F. Hahn, Gene-
bras de la promesa divina; 83tiateij'&qaav t à sis 15, 6 im NT, en Probleme bibl. Theologie. FS G.
Àóyia Toõ #eoõ. En Heb 5, 12, la frase xà von Rad, München 1971, 90-107; H.-W. Heidland, Die
Anrechnung des Glaubens zur Gerechtigkeit (BWANT
oxoixeíot xfjç cipxííç "koyítíiv xoõ ■fteon rV, 18), Stuttgart 1936; Id., XoYÍ^oixaL, en ThWNT IV,
se refiere a <dos primeros principios de Ias pa­ 287-295; E. Kâsemann, Der Glaube Abrahams in Rom
labras de Dios», es decir, a los conocimientos 4, en Id., Pln Perspektiven, TUbingen 1969, 140-177;
cristianos elementales (cf. 6, 1) de la «ense- K. Kertelge, Rechtfertigung bei Paulus, Münster 1. W.
1967, sobre todo 185-195; D. Lührmann, Pistis im Ju-
nanza» divina (cf. también 1 Ciem 62, 3). dentum: ZNW 64 (1973) 19-38; G. von Rad, La impu-
Mientras que estos pasajes se refieren a la pa- tación de la fe como justicia, en Id., Estúdios sobre el
labra de Dios que promete, revela y establece Antiguo Testamento, Salamanca ^1982, 123-127; para
la comunidad, vemos que 1 Pe 4, 11 (eí tiç más bibliografia, cf. ThWNT X, 1164.
X,aÀEt, (bç tó y ia ■&eot3) se refiere a Ias pala­
bras de los carismáticos cristianos pronuncia­ De Ias numerosas posibilidades que hay de
das en el culto divino: «... entonces ique hable traducir este término en el griego clásico, uni­
palabras de Dios!», es decir, palabras dadas camente pensamiento, consideración, refle-
por Dios mediante el Espíritu (cf., a propósi­ xión vienen al caso en los dos pasajes dei NT
to, el uso extra-bíblico de 'kóyiov en el senti­ en que aparece el término. De los 121 testi-
do de «oráculo / sentencia profética», Hero- monios que hay en la LXX, tan sólo 26 tienen
doto VII, 60, 3; Filón, Gig 49). una base hebrea en el sustantivo de tema
En el lenguaje de la Iglesia primitiva, Xó- )}ãsab. Esto es senal dei origen helenístico dei
YLOv adquiere otro significado más, que abar­ concepto, un origen que se confirma por el es-
ca en la expresión (xà) Xóyia xoü Kngíou no caso uso que Pablo hace dei mismo.
sólo Ias «sentencias dei Senor», sino -en gra­ En Rom 2, 15 Pablo interpreta la obveLôti-
do cada vez mayor- toda la tradición dei Se­ aiç antes mencionada, entendiéndola en el
nor, es decir, el evangelio (cf. PoEc 7, 1; Pa- sentido de «pensamientos que acusan o de-
pías en Eusebio, HistEccl III, 39, 1.15s. Cf. fienden», atestiguando una vez más la obra
ThWNT IV, 140-145. dei vójtoç escrito en los corazones de los gen-
tiles. A partir de ahí hay que determinar en
H. Balz
qué modo habrá que entender el conflicto de
los pensamientos. No se piensa en una dispu­
ta de los gentiles entre ellos mismos (en con­
X ó yioç, 3 logios elocuente, docto* tra de Heidland, en ThWNT IV, 289), porque
Según Hech 18, 24, Apoio era Óívt)q X,ó- el contexto exige que los participios se en-
yioç. En Luciano, ApoL; Filón, Mut 220, el tiendan como interpretación de la conciencia
adjetivo significa fácil palabra, elocuente. moral. Hay que tener en cuenta que este con­
Pero en Aristóteles, Pol II, 8, 1267b; Arist 6; flicto no tiene su fundamento en la ley misma,
Filón y Josefo passim, el adjetivo se entiende sino en Ias obras de la ley. Por eso, el pasaje
más bien en el sentido de docto / erudito. Del no ofrece ninguna base para suponer una re-
texto de Hech 18, 25 (Çéüov xô) jtveépaxi velación natural. Bultmann {Glossen, 200) ha
èA.áX.EL) no debe deducirse precipitadamente excluido convincentemente el v. 16, que viene
la elocuencia de Apoio; cf. ThWNT IV, 140; a continuación inmediata, por considerarlo
Liddell-Scott í .v.; Spicq, Notes I, 500-502; —>• una glosa. La razón en que se basa es que Pa­
’AjtoX?i,mç (bibl.). blo está describiendo un proceso actual.
69 X.oYLanóç - X.ÓYOÇ 70

En 2 Cor 10, 4 el término se usa con un jui- nes den Evangelisten, Frankfurt a. M.-Bem 1976; 1.
cio negativo para referirse a los pensamientos Jeremias, Zum Logos-Problem: ZNW 59 (1968) 82-
85; Kãsemann, Versuche II, 155-180; W. Kelber, Die
que son un obstáculo en el camino de la fe. Se Logoslehre von Heraklit bis Origenes, Stuttgart 1958;
habla metafóricamente de esos pensamientos G. Kittel, U y w %x\. (D), en ThWNT IV, 100-140; H.
como de un baluarte que se opone. Demoler Kuhn-R. Schnackenburg, Lagos (l-II), en LThK VI,
esos pensamientos se interpreta como coger 1119-1125; E. Lohse, Wort und Sakrament in der pln
Theologie, en Zu Karl Barths Lehre von der Taufe,
prisionero el vóq[xa, para ponerlo bajo la Gütersloh 1971,44-59; B. L. Mack, Logos und Sophia,
obediência de Cristo. Sin embargo, Pablo no Gõttingen 1973; K. Müller, Anstofi und Gericht, Mün-
condena el pensamiento racional como tal, se- chen 1969; F. Porseh, Pneuma und Wort, Frankfurt a.
gún vemos por el uso que él hace dei verbo M. 1974; I. de la Potterie, La vérité dans s. Jean (2
vols.), Roma 1977; H. Ritt, Gebet zum Vater, Wüzburg
A,OYÍ.Copat (3). 1979; K. H. Schelkle, Das Wort Gottes in der Kirche:
H.-W. Bartsch ThQ 133 (1953) 278-293; Schlier I, 274-287; H.
Schlier, Wort Gottes, Wüzburg 1958; R. Schnacken­
burg, Logos-Hymnus und joh Prolog: BZ 1 (1957) 69-
XoYO ^.a/éoj logomacheõ meterse en dis- 109; Id., El Evangelio según San Juan I, Barcelona
cusiones vanas* 1980, 241-308; G. Ch. Stead, Logos, en TRE XXI,
432-444; G. Strecker, Das Evangelium Jesu Christi,
2 Tim 2, 14: p,f) X,OYop,axElv como adver­ en FS Conzelmann, 503-548; P. Stuhlmacher, Das pln
tência contra la palabrería ingeniosa que va en Evangelium, Gõttingen 1968; J. Swetnam, Jesus as
contra de la verdad (cf. vv. 15.16; 1 Tim 6,4). Aóyoç in Hebr 4, 12-13: Bib 62 (1981) 214-224; H.
Weder, Der Mythos vom Logos (Joh 1), en H. H.
Schmid (ed.), Mythos und Rationalitãt, Gütersloh
X o y o ftax ítt» « ç , logomachia discusión 1988, 44-75; D. Zeller, Jesu Wort und Jesus ais Wort,
vana, controvérsia de palabras* en Freude am Gottesdienst. F S fiirJ. G. Pldger, Stutt­
gart 1983, 145-154; H. Zimmermann, Christushymnus
1 Tim 6, 4: voacõv itegl ÇT)Tr|aELç xaL Xo- und joh Prolog, en FS Schnackenburg, 249-265.
Yop.axí.otç, «estar enfermo de disputas y con­
trovérsias de palabras»-, cf. Tit 3, 9 G (en vez 1. La distribución de los 330 pasajes en
de YevEaXoYÍai). que aparece el término XÓYOÇ en el NT se ba­
ila bastante equilibrada entre los diversos es­
X.ÓYOÇ, OU, ó logos palabra, discurso, critos; el término aparece 129 veces en los
cuenta, predicación, logos* evangelios (33 veces en Mateo, 24 en Marcos,
1. Aparición en el NT - 2. Sobre el significado léxi­
32 en Lucas, 40 en Juan); se encuentra con
co - 3. La predicación de Jesús - 4. Pablo - 5. La tra- una frecuencia superior a la normal en He-
dición joánica - 6. El Logos joánico - 7. Pasajes espe- ebos (65 veces) y en Ias Cartas Paulinas que
ciales (Apocalipsis, Hebreos, Hechos, Pastorales, sig­ indudablemente son autênticas (48 veces); los
nificados técnicos). demás testimonios se distribuyen entre Colo-
Bibl.: N. S. F. Alldrit, The Logos Outside St John, senses (7), Efesios (4), 2 Tesalonicenses (5),
en StEv VII (1982), 1-4; P. Bergen, Der Logos war Hebreos (12), Pastorales (20), Apocalipsis
das wahre Licht, en A. Fuchs (ed.), Theologie aus dem
Norden, Linz 1976, 99-117; G. Bomkamm, Gottes- (18), Santiago (5), 1 y 3 Juan (7), 1 y 2 Pedro
wort und Menschenwort im NT. Kirche in der Zeit 12 (10); tan sólo en Filemón, 2 Juan y Judas no
(1957) 301-305; Bultmann, Creer I, 233-254; Bult- aparece Xóyoç. El concepto absoluto dei Lo­
mann. Teologia, 364-372, 477-487; A. Debrunner, gos -aplicado a la manifestación bistórica de
XeYtt) axX., en ThWNT IV, 71-76; G. DelUng, «...ais er
uns die Schrift aufschlofi», en FS Friedrich, 75-84;
Jesús, el Dador eterno y divino de vida en la
Id., «Nahe ist dir das Wort». Wort - Geist - Glaube bei tierra- en el prólogo de Juan (Jn 1, 1.14) y en
Paulus: ThLZ 99 (1974) 401-412; E. Fuchs, Logos, en el preâmbulo de la Carta primera de Juan (1,
RGGIV, 434-440; Haenchen 1,114-143; P. Hofrichter, 1) resalta claramente sobre todos los demás
Im Anfang war der «Johannesprolog». Das urchristli-
che Logosbekenntnis - die Basis ntl. und gnosticher
pasajes en los que aparece el término.
Theologie, Regensburg 1986; B. Jendorff, Der Logos-
begrijf. Seine philos. Grundlegung bei Heraklit von 2. La gran variedad de significados léxicos de
Ephesos und seine theol. Indienstnahme durch Johan- Xóyoç -palabra, discurso, lenguaje, relato, enun-
71 'kóyoç 72

ciado, sentencia, cuestión, rumor, cuenta, predi- parece a un hombre prudente que edificó su
cación, ensenanza, llamamiento, sentido- se ex­ casa sobre roca. La comunidad cristiana pri­
plica principalmente a) por razones filológicas y mitiva mantuvo firmemente la inquebrantable
b) por causas teológicas:
validez de la autoridad de Ias ensenanzas de
a) La raiz Xey- constituye una amplia unidad Jesús: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis
de sentido: reunir, coleccionar, seleccionar, ana- palabras no pasarán» (Mc 13, 31 par. Mt 24,
dir, enumerar, narrar, hablar... La influencia ejer- 35; Lc 21, 33).
cida por el concepto dei Xóyoç en Heráclito de
Efeso (550-480 a.C.) sobre la interpretaeión filo­ a) El comienzo dei reino salvífico de Dios
sófica (la ley que verdaderamente permanece dei no sólo está vinculado con la predicación de
cosmos, dei pensamiento y de Ias costumbres)
hasta llegar a Hegel y a Nietzsche, tiene tan sólo Jesús como palabra hablada, sino también -y
escasa importância para la exégesis dei NT. Aqui en igual grado- con su persona y con su obra;
habrá que aplicar aquel principio: el sentido de la«^Qué clase de palabra es ésta (tíç ó Àóyoç
palabra hay que encontrarlo en cada caso por el oÒToç)? Con autoridad y poder manda él a los
contexto bíblico. espíritus inmundos» (Lc 4,36; cf. Mc 1,27: en
relación con la ôiSa^f)); Mt 8, 16: «Y él ex-
b) El trasfondo teológico está constituido por
la traducción dei hebreo dãbãr («palabra, relato, pulsaba a los espíritus con su palabra y cura-
orden»; también «cuestión, asunto») por X ó y o ç ba a todos los enfermos»; Mt 8, 8 par. Lc 7, 7:
(casi siempre en los libros históricos dei AT) y «jDi una sola palabra (eutè Àóycp) y mi cria­
por Qfjpa (en su mayor parte en los escritos pro­ do sanará!». El lenguaje misionero dei cristia­
féticos). La «teologia de la palabra de Dios», que nismo primitivo expresó constantemente la
tiene su punto de partida en el relato de la crea- unidad entre la palabra y la acción en la acti­
ción y en el acontecer de la revelación profética,
conduce luego hacia la literatura sapiencial. vidad salvífica de Jesús (cf. Lc 24,19; Hech 4,
Está bien claro: la gama de posibles significa­ 29-31: 8, 25; 11, 19; 13, 46; 14, 25; 16, 6.32).
dos de À.óyoç se extiende en el NT desde el uso Con la afirmación de que «él (Jesús) les ha-
coloquial dei término (por ejemplo, en 2 Pe 2, 3: blaba la palabra», la redacción marquina
«con palabras enganosas»; Ef 5, 6:-«con pala- (Mc 2, 2; 4, 33) conecta tradiciones de mila-
bras vanas») hasta el término cristológico de pro- gros (hechos) y tradiciones de parábolas (pa­
fundísimo sentido en el prólogo dei Evangelio de
labra) y, como logion aislado, en lenguaje sin
Juan. Hay que contar incluso con la existência de
frases casi intraducibles, por ejemplo, Col 2, 23: velos, la predicción de la Pasión (8, 32). Tam­
Xóyov êxeiv oocpíaç (traducción aproximada: bién los conjuntos mateicos de sentencias en-
«considerada como sabiduria»). lazan, mediante observaciones redaccionales
que sirven de marco (por ejemplo, «cuando
3. En la predicación de Jesús el centro te­ Jesús hubo terminado de decir estas palabras
mático lo constituye el mensaje acerca dei [sentencias]»; Mt 7, 28; 19, 1; 26, 1), con tra­
«reino de Dios»: 'H PotoiXeía toõ diciones de hechos ordenadas sistemática­
deob (Mc 1, 14s; Lc 10, 9 par. Mt 10, 7). No mente. Hasta qué punto el programa teológico
basta oír (-+ ànoiioo) esa palabra acerca dei de Lucas concede la primacía al hecho de oír
futuro salvífico definitivo dei hombre y dei la palabra y a los principios de acción que de
mundo; la respuesta humana al llamamiento ello se derivan, lo vemos claramente por Ias
salvador de Dios es la fe, la cual motiva de observaciones redaccionales; Lc 5, 1 (intro-
manera enteramente nueva la actividad dei ducción a la vocación de los discípulos); 8,21
hombre. En la mirada retrospectiva que en la («Mi madre y mis hermanos son los que escu-
fuente de logia {Q) se dirige a Ias ensenanzas chan la palabra de Dios y la ponen en prácti­
impartidas a los discípulos, en la parábola fi­ ca»); 10, 39 (w . 38-42: escuchar la palabra de
nal dei Sermón de la Montana, se acentua: Jesús); 11, 28 (macarismo). También en Ias
«Todo el que oye estas palabras mias y Ias historias de milagros, el motivo de la divulga-
pone en práctica (Mt 7, 24 par. Lc 6, 47) se ción se expresa con el término Xóyoç (5, 15:
73 Xóyoç 74

ó Kóyoç JiEQt aÍTOfi, «su fama»; de manera d) La sentencia sobre la negación de Jesús,
diferente en Mc 1, 45; Lc 7,17; cf. Mt 28,15 que es original en la versión de Q (Lc 12, 8s),
material peculiar). adquiere como duplicado de Lc 9, 26 una re-
dacción marquina que acentúa en la situación
b) La reacción de los oyentes ante Ias pala- postpascual la función escatológica de Jesús
bras de Jesús se describe de maneras muy di­ como Juez y (sin la positiva «exigencia de
versas; el hombre rico se disgusta al oír la pa- confesión» que aparece en la tradición de Q)
labra (Mc 10, 22: ènl xm Xóycp) de Jesús, dice asi: «Cualquiera que se avergüence de mi
porque la riqueza constituye el mayor obstá­ y de mis palabras..., de él se avergonzará
culo para el seguimiento de Jesús àx o - también el Hijo dei hombre...» (Mc 8, 38). Se
Xov&éco); los discípulos se sienten consterna­ piensa asi en todo el mensaje de Jesús, que en
dos (Mc 10, 24), los fariseos se escandalizan la misión de Palestina exigió un compromiso
(Mt 15, 12) o quieren «atraparle en alguna pleno en la confesión de la fe.
palabra» (Mc 12, 13; Lc 20, 20). Por otro la­
do, el asombro ante Ias ensenanzas de Jesús 4. Para Pablo la creadora «palabra de
se debía a que «su palabra brotaba con auto- Dios» (ó A,óyoç xoü fl'EOÜ), que originalmen­
ridad (divina)» (Lc 4, 32, a diferencia de Mc te estuvo dirigida a Israel, «no ha fallado»
I, 22). En el litígio sobre lo de ser hijo de Da- (Rom 9, 6): tal cosa no seria posible en abso­
vid, Jesús sigue siendo el vencedor no violen­ luto, porque Dios mismo es la fuente de esa
to, porque «nadie era capaz de responderle palabra (1 Cor 14, 36; 2 Cor 4, 2), dei evan-
una palabra» (Mt 22, 46); esta frase es espe-
gelio ( ^ enaYYÉXtov), que debe diferenciarse
cialmente interesante porque el término X.Ó-
claramente de la «palabra humana» (Xóyoç
yoç puede significar también pregunta (Mc
àvfl^Q(ún;cov; 1 Tes 2, 13; 1, 5; 2, 5). Pablo di­
II, 29 par. Mt 21, 24; Lc 20, 3).
ce refiriéndose a su propia predicación «No
somos como muchos, que comercian con la
c) La parábola dei terreno desigual (la pa­
palabra de Dios. Nosotros la proclamamos
rábola dei sembrador) (Mc 4, 1-9; Mt 13, 1-9;
con sinceridad y en Cristo, de parte de Dios y
Lc 8, 4-8) recibió ya en la colección pre-mar-
quina de parábolas una interpretación alegóri­ en presencia de Dios (... àKk' cbç èx §£013
ca posterior (anadida a la manera de la litera­ xaxévavti ■fteob èv X qlotcõ A,aX.oüpev)», 2
tura apocalíptica); Mc 4,13-20; Mt 13,18-23; Cor 2, 17.
Lc 8, 11-15. Aqui -cosa singularísima en lá­
bios de Jesús- la palabra es la proclamación a) En la repetida renuncia al propio interés
misionera. La suerte que ha de correr el evan- (cf. 2 Cor 1, 12) y a Ias «palabras de adula-
gelio se describe aqui con intención parenéti- ción» (1 Tes 2, 5), Pablo expresa la unidad
ca. Y, asi, se habla de su ffacaso y de su êxito que existe entre la credibilidad dei proclama-
misionero, al caer en terrenos cualitatívamen- dor y el contenido de la predicación que pro­
te distintos (que son los que escuchan la pala­ cede de Dios. Rechaza asi la acusación de fal­
bra). De esta manera la parábola trata de in­ sificar la palabra de Dios (2 Cor 4, 2). Niega
fundir alientos (ante el fracaso) y de hacer un también que él trate de apoyar la palabra de
llamamiento a la fe. En la terminologia misio­ Dios «con una palabra de sabiduria» (1 Cor 1,
nera dei cristianismo primitivo, ó ItÓYOç se 17) o «en elocuencia o sabiduria» (1 Cor 2,
convirtió en el término técnico para designar 1): «Mi palabra y mi proclamación (ó Xóyoç
la proclamación misionera (por ejemplo, 1 pou x a l xò xf|çuYpá pou) no consistían en
Tes 1, 6: recibir con gozo la palabra, a pesar palabras persuasivas de sabiduria, sino en de-
de Ias muchas tribulaciones; Col 4, 3: abrir mostración dei Espiritu y de poder, para que
una puerta a la palabra; Sant 1, 21: la palabra vuestra fe no descanse en la sabiduria de los
es plantada, etc.). hombres, sino en el poder de Dios» (1 Cor 2,
75 ÀÓ70Ç 76

4-5; cf. 1 Tes 1, 5). Mereceu especial atención 5. Sin entrar en la cuestión de la autoria de
1 Cor 2, 13 (jconfrontación polêmica!) y 2 los escritos que trasmiten la tradición joáni-
Cor 11, 6 (Pablo se justifica «por no ser hábil ca, podemos afirmar con seguridad lo si-
en discursos»), guiente acerca dei concepto de Xòyoç.

b) En vivo contraste con la «sabiduría de a) La predicación de Jesus se atribuye con-


este mundo» se halla la «palabra de la cruz» secuentemente al Padre, en consonância con
(1 Cor 1, 18; ó Kóyoç toú otanQOij), que es la perspectiva estrictamente teocéntrica de
el contenido central dei kerygma paulino (Gál Juan; en el uso sinonimico de gfipaxa (Jn 3,
3, 1). De esta predicación de la cruz, procla­ 34; 14, 10; 17, 8) y Xóyoç (5, 38; 8, 55; 14,
mada públicamente, debe estar plasmada la 24; 17, 6.14; 1 Jn 2, 5.14; cf. 1 Jn 1, 10), la
comunidad (Gál 4, 19). El X qiotòç eoxau- proclamación de la «palabra» se pone en rela-
Qcopévoç (1 Cor 1, 23; Gál 5,11; el participio ción con el Padre y con su autoridad. Esta
de perfecto de la voz pasiva indica la actuali- «palabra» es el poder de Dios que actúa en los
dad presente de la salvación) es el critério de creyentes y les dispensa vida. La proclama­
la proclamación paulina; la decisión de Dios ción misionera (Jn 17, 20) crea una vincula-
en favor dei mundo y la separación de los ción de los discípulos (los creyentes) con el
hombres para salvación o para perdición tu- Padre a través de Jesús (cf. la situación en 1
vieron lugar en el acontecimiento de la cruz. Jn 1, 1-4: comunión con Dios por medio de
Esta acción cósmica de reconciliación (como Jesucristo, el mediador real de la salvación).
acto histórico) llega a ser suceso presente en En estilo sonoro y armonioso, la típica expre-
la «palabra de reconciliación» (2 Cor 5, 19; ó sión joánica «guardar mi palabra» (ttiqeTv
X.ÓYOÇ tfjç xataÀXaYfjç); el ministério apos­ TÒv Lóyov [tou, Jn 8, 51s; 14, 23; 15, 20) sir-
tólico consiste en la trasmisión de la «palabra ve para expresar la comunión de vida y amor
de la verdad» (2 Cor 6, 7; èv ^ÓYCp àX,Ti- con Dios el Padre.
■&eíaç). La exigencia fundamental que se hace
a la comunidad en este mundo es que perma- b) La palabra de Jesús exige una clara de­
nezca aferrada a la «palabra de la vida» (Flp cisión de los oyentes: esta decisión consiste
2, 16; Lóyov Çrofíç èjréxovxeç), que es como en una de dos: o en la aceptación de esta pa­
se designa al evangelio. labra, es decir, en la fe, o en el rechazo de la
misma, es decir, en el juicio (Jn 5, 24; 12, 48;
c) El concepto de Xóyoç eleva Ias citas dei cf. 4, 41.50). «Dura es esta declación (oxXt|-
AT a la categoria de «palabra de promesa» QÓç èorriv ó Àóyoç ontoç), iquién podrá es-
(Rom 9, 9; ó Xóyoc, EJtaYYELíaç): la fidelidad cucharla?» (6, 60), tal es la reacción. Y la im-
de Dios al pacto (3, 4), la palabra de elección presión discordante que la declaración revela-
dirigida a Isaac (9, 9), el llamamiento de Dios dora de Jesús provoca, aparece expresada cla-
dirigido al «resto» de Israel (9, 28), el cum- rísimamente en 10, 19: «Volvió a originarse
plimiento de la ley en la sola palabra dei discórdia entre los judios a causa de estas pa-
amor (13, 9; Gál 5, 14: èv èvl Xóyw), la vic- labras (ôià xonç Xóyouç xoúxouç)» (cf. 7,
toria suprema sobre los destructores poderes 43), de tal manera que un eco teológico se ex-
de la muerte y dei pecado (1 Cor 15, 54). Pe- presa en forma antitética al final de la prime-
ro la cita puede apelar también a la autoridad ra parte dei Evangelio de Juan (12, 47s: se
de una «palabra dei Senor» (1 Tes 4, 15; èv emplea el término pf|p,axa). El llamamiento
XÓYtü xuQÍooj; cf. 1 Cor 7, 10) o puede ser la esencial (especialmente para los oyentes ju-
precisión ulterior de un contenido dei evange­ deocristianos dei Evangelio de Juan) a «per­
lio (1 Cor 15, 2: tív i Lóy<P EÍiTiYYS^toápilv manecer en su palabra» (8, 31; cf. 5, 38; tam­
úftlv, introducción a la fórmula tradicional de bién 15, 7 con gfipaxa) tiene como fin el ver-
fe expuesta en los w . 3-5). dadero discipulado (cf. 8, 43.47; 9, 27); la pa-
77 XÓYoç 78

labra de Dios es portadora y comunicadora de 12-28; Prov 3, 19; 8, 22-36; Sab 7, 12.25-30;
la verdad (ó Xóyoç ò oòç àXr|^eiá ècmv). 8, 4; 9, Is: ó jioiT|aaç xà jrávxa èv Xóym
oon; Hen [esl] 33, 4; Eclo 1, 1-10.15-20; 24,
c) Vale la pena mencionar también diver­ 3-12), sino también -y de manera especial—la
sos matices dei concepto de Xóyoç, que no tensión que existe entre la aceptación y el in-
podemos detenemos aqui a estudiar detallada- comprensible rechazo por parte de los hom­
mente: por ejemplo, el de provérbio (Jn 4, bres (cf., especialmente por lo que al rechazo
37), palabras de la Escritura (12, 38, cita de Is se refiere, Eclo 24, 3-12: Hen [et] 42, Iss).
53, 1; sobre 15, 21 no hay testimonios), opi- La afinidad intelectual y literaria dei prólo­
nión (21, 23). go dei Evangelio de Juan con el proemio de 1
Jn 1, 1-4 no sólo reside en Ias numerosas co-
6. El prólogo dei Evangelio de Juan (Jn 1, nexiones textuales (por ejemplo, en los enun­
1-18), estructurado ritmicamente, es un himno ciados sobre la óipxf| y la ^0)f|) sino también,
(dei cristianismo primitivo) que identifica a y ante todo, en la posición central dei concep­
Cristo mismo -en el uso absoluto de la pala- to dei Logos como Xóyoç xfjç tmtjS (v- 2),
bra- con el Xóyoç personal. Los numerosos y que en la hora histórica desvela su esencia pa­
diferentes intentos de reconstrucción de este ra los ojos de la fe (à>CT]xóapEV, écoQáxa-
«himno al Logos» convergen, no obstante, en pEV, âdeaoápe^&a, èoliTiXáqjTiaav).
los enunciados -que pueden leerse en el texto
mismo- sobre el camino redentor de Cristo: 7. Entre los numerosos pasajes especiales
en su preexistencia eterna (v. la) y en su vin- en los que aparece Xóyoç, mencionaremos los
culación personal con Dios (vv. lb.2), el Lo­ siguientes:
gos tiene una completa actívidad causai en la
creación (v. 3) y una función salvifica (que co­ a) En Ap 19, 13 («y su nombre es; la Pala-
munica «luz» y «vida») para el mundo (v. 4). bra de Dios) se recoge la imagen de Sab 18,
Esta venida histórica dei Logos al mundo 15. El Cristo que regresa victorioso es identi­
de los hombres, en su encamación, se con- ficado con Jesús de Nazaret (cf. 1, 2.3.9; 6, 9;
vierte ya en tema a partir dei v. 5, y se acen- 20, 4).
túa por medio de una consciente labor redac-
cional (los vv. 6-8.15 son indudablemente re- b) La Carta a los Hebreos, que se entiende
daccionales: inserciones acerca de Juan el a sí misma como «palabra de exhortación»
Bautista) en el himno original (véanse Ias di­ (13, 22: Xóyoç xfjç JtapaxXr|OBüoç), exhorta
vergências que aparecen ya en los solos ensa- a la aceptación de la «palabra de Dios» (13,
yos de reconstrucción de Schnackenburg y de 7), que quedó asegurada «en la palabra dei
Zimmermann): el Logos en su gloria divina juramento» (7, 28) como garantizada palabra
(v. 14h) asume la plena reahdad de la palpabi- divina de la promesa en la institución de Jesús
lidad histórica y de la transitoriedad humana como sumo sacerdote; cf. 6, 1 (la «palabra
(v. 14a: Kal ó Xóyoç o á g l èyévexo expresa inicial acerca de Cristo»).
el acontecimiento de la plena encamación en
lo que tiene de fragilidad terrena y perecede- c) En la terminologia misionera cristiana
ra). Estos enunciados, que se concentran en la de Hechos, «la palabra de Dios» -usada en
encamación, permiten reconocer un origen sentido absoluto (4, 31; 6, 2.7; 8, 14; 11, 1;
cristiano dei «himno», que procede verosí- 13, 5.7.44.46; 16, 32; 17, 13; 18, 11)- es una
milmente de un ambiente judeo-helenístico; circunlocución para describir la proclamación
en favor de ello habla el trasfondo teológico apostólica dei mensaje de Jesucristo; cf. tam­
de la especulación sapiencial: no sólo hay que bién «la palabra dei Senor»: 8, 25; 13,
mencionar aqui la función creadora y la signi- 44.48.49; 15, 35.36; 16, 32; 19, 10.20. Predi­
ficación salvifica de la sabiduria (cf. Job 28, car «la palabra de esta salvación» (13, 26) es
79 Xóyoç - XoiJtóç 80

lo que cualifica a los mensajeros para «el mi­ ponde a Ias affentas con bendiciones (Xoiôo-
nistério de la palabra» (6, 4; cf. Lc 1, 2). 0oúp,£voi EÚXoYOÜpEV, 1 Cor 4, 12; cf. tam­
bién Mt 5, 44; Lc 6, 27s; Rom 12, 14.20; 1 Pe
d) La fórmula característica de Ias Pasto- 3, 9; Diogn 5, 15; Sal 108, 28 LXX). ThWNT
rales: «fiel es la palabra'» (1 Tim 1, 15; 3, 1; rV, 295-297; Spicq, Notes I, 503-505.
4 ,9 ; 2 Tim 2,11; Tit 3, 8) hace referencia a la
tradición de fe en el aeontecimiento de Cristo:
una tradición que es kerigmática, litúrgica e ÀiOiôoQÍa, a ç , lí loidoria insulto, ultraje*
institucional. 1 Pe 3, 9 (bis), recogiendo el mandamiento
de amar a los enemigos (Lc 6, 27s): jxfi àmo-
e) Hay numerosos significados técnicos de ôiôóvTEç... XoiôoQÍav àvxl Xoiôogíaç, t o ú -
XÓ70Ç, tomados -p o r ejemplo- dei lenguaje vavxíov ôÈ EÚXoYoüVTEç (cf. Polic 2, 2; Fi-
comercial de «ajustar cuentas» (Flp 4, 15.16), lón, Agr 110; Prov 24, 29; ->• Xoiôogéco). En
que sólo se entienden dentro de sus relativos 1 Tim 5, 14, XoiôoQÍaç significa una
contextos. Pueden proceder de la manera se- de dos: o «por consideración con el insulto
mítica de expresarse (Mt 5, 32) o simplemen- [por parte de los enemigos]», o bien (depen-
te dei griego profano (Hech 10, 19; 18, 14). diendo de à(poQ[if|) «por el oprobio / por Ias
Hay que mencionar especialmente la expre- habladurías». ThWNT IV, 295-297; Spicq,
sión «dar cuenta de» (1 Pe 3, 15; 4, 5; Rom Notes I, 503-505.
14, 12 y passim).
H. Ritt X o íô o ç o ç , o v , ó loidoros blasfemador,
afrentador*
En el NT aparece dos veces en catálogos de
logchê lanza* vicios, 1 Cor 5, 11; 6, 10, en ambos casos en
Según Jn 19, 34, «uno de los soldados le el contexto de [tÉ'duooç y â g j t a | o eiôo)X.o-
traspasó el costado [de Jesús] con una lanza» XáxQT^ç; cf. también TestBen 5, 4 (antônimo;
(^ÓYXíl - Tnv rtXeupàv êvu^ev); cf. Mt 27, ó õoioç).
49 v.l. (XaPtóv Xóyxtiv Êvn^ev).
X o i^ ó ç , 3 loimos inficionado por la peste,
Xo i 5 oq É(0 loidoreõ insultar, ultrajar* pernicioso*
El NT, al emplear el grupo de palabras re­ En Hech 24, 5 dícese en sentido figurado
presentado por XoiôoQÉco, lo hace más inten­ de Pablo, quien, según Ias palabras de acusa-
samente en el sentido griego general de «ul­ ción de Tértulo, es un hombre pernicioso y
trajar, insultar», que en el sentido de «dispu­ que todo lo contagia con la peste (cf. 1 Re 25,
tar, litigar» conocido por la LXX (especial­ 25; 30, 22; jtãç àvf|g Xoipòç ttal jtovr|góç).
mente como traducción dei hebreo rib): según
Jn 9, 28, los fariseos insultaban -por motivo Xoi^.ÓÇ, oC, Ó loimos peste; en plural, epi­
de Jesús- al ciego que había sido curado; se­ demias, enfermedades*
gún Hech 23, 4, Pablo injuria (sin saberlo, v. En la expresión x ax à xójtouç Xipol x a l
5) al sumo sacerdote, lo cual raya en la blas­ Xoi[ioí, para caracterizar los horrores dei fin
fêmia. En consonância con la historia de la de los tiempos, Lc 21, 11 par. Mt 24, 7 v.l. (cf.
Pasión, 1 Pe 2, 23 considera a Jesús como el juego de palabras en Hesíodo, Op. 243).
modelo para los cristianos que son injuriados
(cf. Mc 14, 65 par.; 15, 17ss par.; 15, 29ss
par.), ôç XoiôoQoúfxevoç oúx àvTEXoiôógei XoiTióç, 3 loipos restante, que queda
(cf. Josefo, Ant II, 60; Bell VI, 307, y también 1. Aparición en el NT - 2. Uso plural - 3. Uso ad­
Jn 18, 23); de la misma manera, Pablo res­ verbial.
81 Xoutóç —Aouxôtç 82

BibU: Bauer, Wõrterbuch, j.v.; Black, Approach, ta expresión aparece en el NT. En Mc 14, 41
176; BlaB-Debrunner § 160, 3; A. Cavallin, (tò) Xoi- par. Mt 26, 45 («j segais durmiendo!») y Heb
iióv. Eine bedeutungsgeschichtliche Untersuchung-,
Eranos 39 (1941) 121-144; H. Conzelmann, Der erste 10,13 (Cristo espera de ahí en adelante...), el
B rief an die Korinther (KEK), Gõttingen 1969, 155; acusativo adverbial tiene con seguridad el
W. Günther-H. Krienke, Resto, en DTNTIV, 84-88; H. sentido clásico, puramente temporal (lo mis-
G. Meecham, The Meaning o fix ò ) Xoutóv m the NT\ mo sucede con xoti Xoutoõ, en el futuro, en
ET 48 (1936-1937) 331s; Thrall, Particles, 25-30.
Gál 6, 17). En varias ocasiones la fórmula se
1. Las 55 veces que aparece X.oiatóç (in­ usa para expresar el último miembro de una
serie (Carvallin, 132), para introducir una nue-
cluído Mc 16, 13) se distribuyen por todo el
NT, sín que el término tenga especial relieve va proposición que refiera el final: finalmente
(Hech 27, 20), por lo demás (1 Cor 1, 16), por
en ningún escrito. No hay testimonios de él en
el Evangelio de Juan ni en las Cartas de Juan. último, por lo demás (2 Cor 13, 11; Flp 3, 1;
Predomina el uso en plural con el sentido de 4, 8; 1 Tes 4, 1; 2 Tes 3, 1, siempre en asocia-
los restantes, los otros (40 veces); el acusati- ción con el vocativo àôsXcpoí [[ton]). El sig­
vo adverbial (t ò ) à o ijió v aparece 13 veces, y nificado de finalmente lo tiene también con
probabilidad la expresión adverbial to õ X,oi-
el genitivo adverbial to õ XoiJtoõ aparece 2
JtotJ en Ef 6, 10 (cf. J. Gnilka, Der Epheser-
veces.
brief [m hK ], 304 nota 1).
2. En el NT dificilmente se hallará un uso En 1 Cor 4, 2 se usa môe Xoutóv para reco-
teológico específico de la forma plural, por ger una imagen anterior («administradores»,
ejemplo, en el sentido de la idea profética dei 4, 1) y para desarrollarla a fin de sacar una
resto, que tanto se encuentra en el AT, una conclusión {«pues bien, se requiere de los ad­
idea que Pablo recoge en Rom 9-11 (X,8tpp,a, ministradores...»). TÒ XoLJtóv tiene también
ÚJtóÀeippa). De todos modos, en el Apoca- probablemente el sentido lógico de: pues
lipsis se escuchan ecos de esa idea: 2, 34; 3, 2 bien, por tanto, por ello, en 1 Cor 7, 29 y en 2
(«fortalece el resto» [ tà A,oin:á]; H. Kraft, Tim 4, 8; sin embargo, no puede excluirse por
Die Offenbarung des Johannes [HNT], 76, se completo el significado temporal de para el
refiere a JtQÓPata, siguiendo el paralelo dei futuro (así piensa Bauer).
AT en Ez 34, 4s); 11, 13; 12, 17. H. Fendrich
A veces oL A,oin:oí tiene el sentido opuesto
y designa a los que están fuera dei reino de
Dios. En la parábola de las bodas reales, en
Mt 22, 1-14, son los que mataron (v. 6) a los A o v x ô tç, ã Loukas Lucas*
criados que habían venido a traer las invita- Bibl.: Bauer, Wõrterbuch, í .u ; H. J. Cadbury, en
ciones; en la parábola de las diez vírgenes en Beginnings II, 209-264; J. Ernst, Das Evangelium
Mt 25, 1-13, las vírgenes necias son aquellas nach Lukas (RNT), Regensburg 1977, 30-32; R. Glo-
ver, «Luke the Antiochene» and Acts: NTS 11 (1964-
a las que no se permite entrar (v. 11). )i.oiJtóç 1965) 97-106; Haag, Diccionario, 1118s; E. Haen-
tiene también un tono crítico de fondo en Lc chen, Das «Wir» in der Apg und das Itinerar, en Ha-
8,10; Rom 11,7 (los endurecidos), Mc 16,13 enchen I, 227-264; Kümmel, Einleitung, 116-119; W.
(los incrédulos), Hech 5, 13 (los no cristia- Marxsen, en RGG IV, 473; R. Pesch, Die Zuschrei-
bung der Ew. an apostolische Verfasser. ZKTh 97
nos), Gál 2,13 (los hipócritas) y Ap 9,20 (los
(1975) 56-71; E. Plümacher, Apostelgeschichte, en
impenitentes). En 1 Tes 4, 13; 5, 6 y Ef 2, 3, TRE m , 483-528; J. Regul, Die antimarcionitischen
ol Xoutoí es prácticamente una expresión si­ Evangelienprologe, Freiburg i. Br. 1969, 197-265; J.
nônima (Black) de t ò e Ov i ) ( ^ eOvo ç 3 . c). Schmid, en LThK VI, 1203s; G. Schneider, Das Evan­
gelium nach Lukas I (ÕTK), Gütersloh-Würzburg
1977, 32s; M. A. Siotis, Luke the Evangelist as St.
3. El acusativo adverbial (xò) Xoutóv tiene PauVs Collaborator, en FS Cullmann 1972, 105-111;
diversos significados, y no es posible clasifi- A. Strobel, Lukas der Antiochener. ZNW 49 (1958)
car siempre de manera clara las veces que es­ 131-134; 'Wikenhauser-Schmid, 378-414.
83 A ouxãç - X o v io 84

A ouxãç es un nombre pagano atestiguado de bano de ptuificación (cf. ThWNT IV, 298-
en Ias inscripciones. Es la forma abreviada de 304). En Ef 5, 26 dicese que Cristo ha santifi­
Aom ioçILucius. En el postscriptum de tres cado y purificado a la Iglesia «por medio dei
cartas dei NT se menciona a Lncas; «Os salu- bano dei agua en la palabra» (tõ) Xouxqíõ
da Lucas, el médico, el amado» (Col 4, 14). TOÜ tíô ato ç èv QTi[iaTi), a fin de preparársela
«Sólo Lucas sigue todavia conmigo» (2 Tim para si gloriosa y sin mancha (v. 27). El bau­
4, 11). «Os saludan... Demas y Lucas, mis co­ tismo (asociado con la palabra) se entiende
laboradores» (Fim 24). Hay que distinguirlo como bano de purificación de la esposa, que
dei —>• Aoúxioç a quien se menciona en Hech es conducida al encuentro de su esposo (cf.
13, 1; Rom 16, 21. Desde el siglo II, Lucas, también 2 Cor 11, 1; H. Schlier, La Carta a
acompanante de Pablo y médico, es conside­ los Efesios, Salamanca 1991, sub loco). Según
rado como el autor dei Evangelio de Lucas y Tit 3, 5, el bautismo, como Xoutqòv JtaXiy-
de Hechos (cf. la superinscriptio dei Evange­ YEVEOÍaç xa l àvaxaivcooEwç jrvEÚpatoç
lio de Lucas; el Canon de Muratori; Ireneo, áYtou, concedido graciosamente por Dios,
Haer III, 1, 1). Pero los critérios internos dei obra la salvación, porque el nuevo nacimiento
Evangelio de Lucas y de Hechos hablan en y la nueva vida brotan dei perdón de los peca­
contra de ello. La tradición de la Iglesia anti- dos (no de la propia justicia). ThWNT IV,
gua puede explicarse por el empeno en atri­ 297-309; D. L. Norbie: EvQ 34 (1962) 36-38;
buir los escritos a «apóstoles», deduciéndose DTNTI, 166-168; Spicq, Notes I, 506-510; ->
la imagen que se tenía de Lucas de la combi- XoÚQ) 2.
nación de los datos dei Corpus Paulinum con
los relatos en primera persona de plural que
apareceu en Hechos. Lo único que puede de- XovO) louõ lavar, banar*
cirse con seguridad es que el autor dei Evan­
1. Aparición y significado en el NT -2. Referencias
gelio de Lucas y de Hechos era un cristiano al bautismo - 3. Jn 13, 10.
gentil familiarizado con la LXX, y que tal vez
se llamaba Lucas. Bibl.: M. E. Boismard, Le lavement des pieds (Joh
13. 1-17): RB 71 (1964) 5-24; G. Bomkamm, Das Be-
A. Weiser kenntnis im Hebr., en Bornkamm, Aufsatze II, 188-
203; J. D. G. Dunn, The Washing ofthe Disciples’Feet
in John 13, 1-20: ZNW 61 (1970) 247-252; H. Klos,
Die Sakramente im Joh-Ev. (SBS 46), Stuttgart 1970;
A o v x io ç , o v Loukios Lucio*
J. Michl, Der Sinn der Fufiwaschung: Bib 40 (1959)
Hech 13, 1; Aoúxtoç ó Rugi^vaioç, nom­ 697-708; G. Richter, Die Fufiwaschung im Joh. Ge-
bre de un profeta y maestro de Antioquía, a schichte ihrer Deutung (BU 1), Regensburg 1967; Id.,
quien se menciona juntamente con Bemabé, Die Fufiwaschung Joh 13; 1-20, en J. Hainz (ed.), Stu-
Simeón, Manaén y Saulo; cf. E. Haenchen, dien zum Joh (BU 13), Regensburg 1977, 42-57; J. A.
T. Robinson, The Significance o fth e Footwashing, en
Die Apostelgeschichte erklãrf (KEK), sub lo­ FS Cullmann 1962, 144-157; H. Thyen, Joh 13 und
co. Rom 16, 21; nombre de un judeocristiano die «kirchliche Redaktion» des vierten Ev., en FS
de Corinto, quien, junto con otros av■Yye^\l^lÇ Kuhn, 343-356.
de Pablo, envia saludos a la comunidad roma­
na (desde Orígenes, identificado a menudo 1. En el NT el verbo aparece 5 veces (y,
con Lucas, ^ Aouxãç). además, Ap 1, 5 v.l.). Designa principalmente
una purificación total, y lo mismo sucede en
el NT, con excepción de Hech 16, 33. Xouco
À,OVtQOV, oO, t ó loutron bano, lavamien- no sólo significa lavar en el sentido literal
to* (dei lavado usual que se hacia a los muertos,
En el NT, el término se usa siempre con re­ Hech 9, 37; dei lavado y limpieza de Ias heri-
ferencia al bautismo, pero escuchándose el das, Hech 16, 33; dei banadero de un animal
uso griego y judio dei vocablo en el sentido [en el sentido de un refrán], 2 Pe 2, 22) sino
85 Xoúcú - A u x a o v ía 86

que significa también purificar en sentido sión incesante para ver en el lavatorio de los
metafórico (Jn 13, 10: el lavatorio mismo de pies una alusión al significado dei bautismo.
los pies es descrito correctamente con el ver­ No puede excluirse tal interpretación. Sin em­
bo víjam [13, 5]; Heb 10, 22). bargo, como este episodio se encuentra prin-
cipalmente al comienzo de la Pasión de Jesús
2. Heb 10, 22 se halla en relación íntima (cf. especialmente 13, 1), y teniendo en cuen-
con el bautismo. Se exhorta al lector a retener ta el realce que se da al lavatorio de los pies
firmemente y a no poner en peligro (6, 4-6: como una acción que Jesús ha de realizar (13,
10, 26ss) el acceso al perdón de los pecados, 8), la interpretación cristológico-soteriológica
que ha sido concedido de una vez para siem- deberá preferirse a la interpretación sacra­
pre por medio de la muerte sacrificial de Je­ mental. La acción simbóHca dei lavatorio de
sus (10, 2 y passim) y que se ha adquirido de los pies, cuyo sentido los discípulos no en-
manera igualmente irrepetible por medio dei tienden sino «más tarde», es decir, bajo la ac­
bautismo y de la confesión de fe bautismal ción dei Espíritu (13, 7), senala la necesidad
(10, 22s). - 2 Pe 2, 22 tiene una idea parecida, de la muerte de Jesús en la cruz y no necesita,
expresada de manera marcadamente negativa, por tanto, ninguna complementación ulterior
pero sin referencia al bautismo: los herejes (13, 10).
gnósticos (2, 1) se parecen al animal «que,
M. Vólkel
después de banarse en el agua, vuelve a re-
volcarse en el cieno».
A iJÔ ôa, a ç Lydda Lida (Lod)*
3. Xoúco aparece de manera singular en los Nombre de una ciudad situada a unos 13
escritos joánicos. Pero, además, Jn 13, 10 se km al sudeste de Jaffa (Yafó), en la ruta que
ve cargado con nuevas dificultades. Desde el sube a Jerusalén (en hebreo lôd-, hoy día es el
punto de vista de la crítica textual, se discute aeropuerto de Lod). Según Hech 9, 32.35.38,
si Ias palabras el pf) xoèç jtó ô aç (póvov) Pedró visitó a la comunidad cristiana de aquel
pertenecen al texto original (como sostienen lugar y curó al paralítico Eneas; cf. además 1
la mayoría de Ias ediciones modernas dei tex­ Mac 11, 34; Josefo, Bell II, 244; Plinio, Nat
to) o constituyen una adición posterior (como Hist V, 14, 70. BHH II, 1101; Haag, Diccio-
opinan la mayoría de los exegetas). Los ma­ nario, 1106.
nuscritos no nos offecen información conclu-
yente. Sin embargo, una adición, habida cuen-
ta de que se produce efectivamente el lavato­ A v ô í a , a ç Lydia Lidia*
rio de los pies por parte de Jesús, es más fácil Nombre de una comerciante en púrpuras,
de explicar que una supresión posterior, de tal natural de Tiatira en Asia Menor. Como «te­
manera que 13,10 debiera leerse así: «El que merosa de Dios», se había adherido a la co­
se ha banado (ó X,eX.oupévoç) no necesita la- munidad judia de Filipos. Según Hech 16,
varse, sino que está enteramente limpio» 14(15), esta mujer y su familia fueron bautiza-
(Richter, Fufiwaschung [1977], 45). Aparte de dos por Pablo, siendo los primeros converti­
eso, la versión actual de la perícopa contiene dos en Europa. Hospedo a Pablo en su casa (v.
dos interpretaciones divergentes; 13, 12-17 40). BHH n , 1115; E. Haenchen, Die Apostel-
interpreta el lavatorio de los pies, realizado geschichte^ (KEK), aprojrósito de 16, 14.
por Jesús, como un modelo para la conducta
de los discípulos, que deben realizar actos de
servicio, mientras que 13, 10 formula la idea A v x a o v í a , a ç Lykaonia Licaonia*
definitiva de la primera interpretación conte- Región montanosa situada al sur de la parte
nida en el diálogo de Jesús con Pedro (13, 6- central de Asia Menor. Desde el ano 25 a.C.
10). La expresión Xe^oupevoç ha dado oca- quedó incorporada a la provincia de Galada.
87 A uxaovía - XújtTj 88

Según Hech 14, 6, Pablo y Bemabé huyeron ten imágenes dei reino mesiánico de paz, co­
de Iconio (ciudad frigia, cf. Jenofonte, An I, mo Ias que aparecen en Is II, 6; 65, 25. En
2, 19, y que fue la capital de Licaonia durante sentido figurado se llama lobos a los falsos
la época romana) a Lista y Derbe, ciudades de maestros: eloEXeúaovtai... Xúxoi |3aQEtç,
Licaonia (cf. también 13, 51ss; 16, Iss). Lu­ Hech 20, 29; a los falsos profetas que son co­
cas, seguramente, creyó que Iconio no perte- mo «lobos rapaces (êcrw&EV... Xúxoi ctpjta-
necía a Licaonia (cf. Plinio, NatHist V, 245). yeç), vestidos con piei de oveja», Mt 7, 15
Pauly-Wissowa XIII, 2253-2265; BHH II, (cf. también Ez 22, 27s; Sof 3, 3s; Did 11,
1115s; H. Conzelmann, Die Apostelgeschich- 6.12; sobre el manto de piei dei profeta, cf. 2
te erklãrf- (HNT), 86s; LAW 1791; Pauly, Le- Re 1, 8; Zac 13, 4); cf. O. Bocher: ThZ 24
xikon II, 1360; III, 807s. (1968) 405-426. ThWNTIV, 309-313; Spicq,
Notes I, 511s.
A v x a o v i a r í Lykaonisti (adv.) en Ia len-
gua de Licaonia, en licaonio* X v ^ a í v o ^ a i lymainomai destruir, hacer
Según Hech 14, II (ss), el gentio de Listra estragos en*
aclamaba a Pablo y Bemabé, ensalzándolos En voz media en Hech 8, 3: XaõXoç ôè
en lengua licaonia como a Hermes y Zeus, co­ èXupaLvETO (en imperfecto) Tf)v èxxXrjaíav,
sa que los apóstoles al principio no podían en­ «Saulo trataba de hacer estragos en la Igle-
tender. Lucas alude seguramente al dialecto sia».
frigio; sobre los idiomas populares que se
conservaban en Galacia junto a la lengua grie-
ga, cf. F. Müller: Hermes 74 (1939) 66-91; E. XvjtÉbl lypeõ afligir, ofender, disgustar
Haenchen, Die Apostelgeschichte^ (KEK), ->■ X u itT ).

sub loco.

XvjtTi, HÇ, ^ lypê dolor, sufrimiento, aflic-


A v x í a , a ç Lykia Licia* ción*
Nombre de una península situada al suroes- Xnjiéco lypeõ causar dolor, ofender; en voz
te de Asia Menor, entre Caria y Panfilia, con pasiva, sentir dolor, estar afligido*
la ciudad portuaria de Mira, a la que llegó Pa­ 1. Aparición en el NT y expresiones afines - 2. Sig­
blo desde Sidón, cuando era trasladado a Ro­ nificados: uso de los términos en el AT y en la lengua
ma: Hech 27, 5; cf. también 21, 1 (Pátara en griega - 3. Uso general en el NT - 4. Jn 16 - 5. 2 Co-
Licia). BHH II, 1118. rintios.
B ib l : R. Bultmann, XÚJtq xtX., en ThWNT IV, 314-
325; Id., D e r zw e ite B r i e f a n d ie K o rin th e r (KEK),
o v , ó lykos lobo* Gõttingen 1976,49-53, 58-60; Ch. Dietzfelbinger, Die
En el NT se habla siempre dei lobo como e sc h a to lo g isc h e F reu d e d e r G em ein d e in d e r A n g st
predador salvaje, por contraste con Ias inde- d e r Welt: EvTh 40 (1980) 420-436; G. Gerstenberger-
fensas ovejas: según Mt 10, 16 par. Lc 10, 3, W. Schrage, L eid en (Bibl. Konfrontationen [1004]),
Stuttgart 1977; H. Haarbeck-H.-G. Link, en DTNT H,
Jesus envia a los discípulos «como ovejas èv 415-416; J. H. H. Indemans, D a s L k-E v. X X II, 45:
pÉocp XúwcDV», es decir, los envia a situacio- Symbolae Osloenses 32 (1956) 81-83; C. S. Lewis, E l
nes en que han de ser perseguidos; se habla p ro b lem a d e i sufrim iento, San José (Costa Rica) 1966;
también metafóricamente en Jn 10, 12 (bis), E. OBwald, Trauer, en BHH Dl, 2021-2023; J. Schar-
bert, D e r S c h m erz im A T (BBB 8), Bonn 1955; Id.,
que se refiere a Ias amenazas a que está ex- U i d . en HThG H, 37-44; Spicq, N o tes I, 553-519; pa­
puesta la vida dei rebano (la comunidad), el ia más bibliografia, cf. TTiWNT X, 1164.
cual encuentra únicamente en Cristo protec-
ción y salvación, porque él es su verdadero 1. En el NT el sustantivo aparece 16 veces,
Pastor. Es muy significativo que en el NT fal- nueve de ellas en Pablo (5 veces en 2 Corin-
89 X.1J5tT) 90

tios, 2 en Filipenses, 1 en Romanos), 4 veces envia ningún sufrimiento (Prov 10, 22; Miq 6, 3;
en Juan, y el resto en Lc 22,45; Heb 12, 11; 1 otra cosa sucede con los maios. Is 19, 10), a no
Pe 2, 19. Falta en Marcos/Mateo y (lo mismo ser como medio para educarle y disciplinarle (Is
que el verbo) en el Apocalipsis. De Ias 26 ve­ 32, 11; 57, 17; Tob 13, 16). Por eso, el piadoso
puede esperar que Dios ponga fin al dolor y al su­
ces que aparece el verbo (21 en voz pasiva; 5 frimiento (Is 40, 29; Tob 3, 6; 7, 17; Sab 8, 9 ha-
en voz activa, todas ellas en 2 Corintios y en bla de la sabiduría como consoladora en el sufri­
Ef 4, 30), 6 se encuentran en Mateo, 2 en miento; como esperanza para el futuro y para el
Marcos, otras 2 en Juan; además 14 veces en fin, se dice en Is 35, 10; 51, 11; 4 Esd 7, 13; Test-
Pablo (12 en 2 Corintios, y también en Rom Jud 25, 4: ot èv XÚJtT] TEXeuTT|aavT£ç àvaorrr|-
14, 15; 1 Tes 4, 13), el resto en Ef 4, 30; 1 Pe aovrai èv xaçã, cf. también Sal 125, 5 LXX).
Aunque la vida no existe sin Xúirq, sin embargo
1, 6. Estos datos deben compararse con el uso ésta se halla en contradicción con los fines que
de ->■ xXaíco (40 veces, especialmente en Lu­ Dios tiene para su creación.
cas, Juan y el Apocalipsis), de -> Jtev&éoa (10 De manera parecida, los poetas y pensadores
veces, tres de ellas en el Apocalipsis), de griegos saben que el gozo y el sufrimiento de la
jtévOoç (5 veces, cuatro de ellas en el Apoca­ vida se hallan a menudo íntimamente relaciona­
lipsis) y especialmente de xaípco (74 ve­ dos, y que un exceso de gozo conduce casi siem-
pre al sufrimiento (Sófocles, OedCol 1211ss; Pla-
ces, especialmente en Lucas, Juan y en Pablo) tón, Phaed 60b.c). Por eso, el estoicismo aconse-
y de ^ XCtQÓ (59 veces, especialmente en ja que se busque el verdadero bien y el verdadero
Mateo, Lucas, Juan y Pablo). Son también gozo y que se evite la XuitT) como jtáO^oç nocivo
términos afines Tagaxr] y, como an­ (junto a qiópoç, èitf&npía y qôovfi; Epicteto,
tônimos, EÍiqpQaívco, àyaXXiáco. Diss I, 9, 7; m , 11, 2).

2. XÓJtT) y Xnitécú designan tanto en senti­ 3. En los evangelios se habla en sentido


do físico como espiritual el dolor, la tristeza, amplio dei sufiimiento de los indivíduos. Así
la pena, la fatiga. El verbo puede tener tam­ sucede ante una mala acción de Herodes, que
bién los significados de irritar, encolerizar. él no es capaz de evitar (Mt 14, 9 [material pe­
En consonância con esto, el sustantivo y el ver­ culiar]: XtJJtiT&EÍç, lleno de tristeza), ante una
bo tienen gran amplitud de significados en la mala acción que había sucedido (Mt 18, 31
LXX (en total, 20 equivalentes hebreos). En el [material peculiar]: èXujtfiíhiaav aq)óÔQa),
horizonte se hallan el dolor y el pesar como expe- ante un llamamiento de Jesús al discipulado
liencia fundamental de la vida humana. Y así apa- (que el «joven rico» no se siente capaz de es-
recen especialmente en la literatura sapiencial. El cuchar, Mc 10, 22 par. Mt 19, 22: ãjtfjXOEV
dolor y el sufrimiento no pueden eliminarse de Xuitoúpevoç), después dei anuncio que Jesús
esta vida, y se mezclan incluso con el gozo (Prov
14, 13 texto hebreo, a diferencia de la LXX; Tob hace de la traición y de la Pasión (dícese de
2, 5s; Eclo 12, 9; 26, 28; cf. también Ecl 3, 4; 7, los discípulos, Mc 14, 19: fíg^avro XuJteia-
2s). Sin embargo, hay que luchar contra ellos Oai, par. Mt 26, 22: XujtoúpEVoi oqpóôga [a
(Prov 15, 13; 25, 20; Eclo 3, 12; 4, 2; 14, 1; 30, diferencia de Mc 9, 32 / Lc 9,45: f|Yvóouv xò
21.23); en la mayoría de los casos, son conse- gfjfia... x a l èqpopoüvxo... (èjt)EgcoTfíaai];
cuencia de malas acciones (Prov 10, 1.10; Eclo cf. además Jn 21, 17; èXttjtrjOt] ó IlEXgoç).
18, 15; Ez 16, 43) y especialmente son efecto de
la hostilidad contra los piadosos (Sal 54, 3 LXX; Según Lc 22, 45, Jesús, en el Monte de los
Is 15, 2; ler 15, 18; Lam 1, 22). Aunque la refle- Olivos, encuentra a los discípulos dormidos
xión teológica fundamental considera el sufri­ (sobrecogidos por el dolor. eúgev xotpcopé-
miento como infligido por Dios sobre los hom- vouç auTotJÇ àjtò xfjç XÚJtqç). Jesús mismo,
bres de este mundo (Gén 3, 16s: èv XÚJtaiç díce- en vista de su muerte inminente, se siente po-
se de los dolores de parto de la mujer y dei traba- seído por un intenso dolor (Mt 26, 37: fjg^a-
jo fatigoso dei hombre; cf. también 5, 29; alivio
xo XujxEio^&ai x a i àôijpovEÍv, «comenzó a
de Ias Xõjtai presentes desde Adán, por obra de
Noé, cultivador dei vino; cf. iguahnente Prov 31, sentir tristeza y angustia», cf. jtEgtXujtoç en
6), sin embargo el piadoso sabe que Dios no le el v. 38 [cf. Sal 41, 6 LXX; Heb 5, 7]).
91 XlJÍIT) 92

También Pablo habla en términos generales bita en los creyentes y en el conjunto de la co-
dei sufrimiento y de la tristeza. Según Rom 9, munidad, y a quien «se infieren «graves gol­
2, su corazón se siente invadido de «gran pe­ pes» (cf. Is 63, 10; Herm [m] 3, 4; 10, 2, 2.4s)
sar e infinito dolor» (Xnjtr| |xeYáX.T]... x a l por una inadecuada manera de hablar y de
àôiáA,£iJtxoç ôôíivT) xfj xapôíçt (xon) por obrar. Se piensa concretamente en los estados
«Israel», pueblo al que él, después de todo, de ânimo y en Ias actitudes que se enumeran
pertenece. En Rom 14, 15 se dice: el... ó en el V. 31 («amargura, ira, enojo, gritos, inju­
àôeXcpòç... J^nitelxat, «si tu hermano (por tu rias»), que están en contradicción con el Espí­
comida) se siente ofendido / profundamente ritu recibido graciosamente en el bautismo, y
dolído (vv. 13.15b); Flp 2, 27: iva |xfi Àújxnv que, por tanto, destruyen el sello de los cre­
EJTLXÚJtriv axcõ, «para que yo no tuviera tris­ yentes para futura redención.
teza sobre tristeza»-, 2 Cor 9, 7: pf] èx ÀTJjrqç
f] èÇ àváyxT^ç, «no de mala gana o por coac- 4. Según Jn 16, 6.20-22, la marcha de Je­
ción (a saber, a la hora de reunir la colecta; lo sus al Padre produce «durante breve tiempo»
contrario es la libre y alegre decisión dei co­ tristeza y dolor entre los discípulos (v. 6: q
razón [íXapóç, cf. Prov 22, 8a LXX]); el do­ XÚJtq jtEJtXfiQCoxEV 'òp.râv xqv xaQÔlav; v.
lor por la muerte, a la que consideran como 20: ■dQqvT|oex£ í)|X£iç... úpEiç Xojtqfl-riOEXE;
un poder invencible, caracteriza a quienes no V. 22: npEÍç onv vnv pèv Xúnqv êxExe [v.l.
tienen esperanza en la resurrección de los e^£X£]), mientras que el xóopoç «se alegra­
muertos (1 Tes 4, 13: tva |j,f| XnJt'fjo'&e xa- rá» (xaQTjOexai, v. 20a) (por su supuesta vic-
D-òç x al ol XoiJtoí). toria). Puesto que los discípulos no tienen ya
La Carta primera de Pedro considera los pa- su patria en el mundo (cf. 15, 18s), el dolor
decimientos de los creyentes, durante este por la separación les afectará con especial du­
tiempo (de persecuciones), como una tribula- reza, porque de momento tendrán que sopor­
ción que hay que soportar y que pronto pasa- tar ellos solos el conflicto con el mundo (cf.
rá, y que se halla íntimamente relacionada con 13, 33; 17, 11). Este anuncio de Jesus no se
Ias tentaciones que el pueblo de Dios ha de su- refiere sólo a la situación de la despedida, si­
frir al fin de los tiempos (1,6: òKíyow ápxi ei no que revela una estructura fundamental de
ôéov [eoxiv] Xwtii&évxEç) y es verdadera se- la fe: así como una mujer que está dando a
nal de la elección de los creyentes en un mun­ luz, no llega a la alegria sino a través dei te­
do de perdición, porque la gracia de Dios ac- mor, y luego, inundada ya de felicidad por el
túa para que uno pueda «soportar tribulacio- nacimiento, olvida sus anteriores temores (16,
nes / golpes», a causa de Dios y sin culpa pro- 21; cf. Is 66, 7ss; 4 Esd 4, 42s; IQH 3, 7ss),
pia (2, 19: el... ÚJtoqpÉQei xtç XÚJtaç jtáaxmv así a los creyentes -e n el mundo- no se les
âôíxcoç). Aunque la idea de la disciplina y de ahorrará el tener que experimentar, en medio
la educación por Dios deserapena ya aqm' al- dei abandono y dei sufrimiento, la cercania
gún papel (->• 2), sin embargo esta idea -for­ dei Senor, a fin de encontrar luego en El la
mulada en términos muy generales- aparece verdadera alegria (v. 22), que no tiene nada
claramente en Heb 12, 11: así como la disci­ que ver con este mundo (cf. 16, 33). Se pien­
plina, en el momento de su aplicación, no re­ sa así en el tiempo dei Espíritu y de la certeza
sulta nunca agradable, sino que implica sufri­ de fe, un tiempo que comienza con la Pascua
miento (Jiãoa ôè Jtaiôeía... ov ôoxei xagãç (vv. 23s) y en el cual toda la atormentadora
eívai àKkà XÚJtriç), así también el camino incertidumbre llega a su fin para los creyentes
presente de Dios con su pueblo pasa a través (cf. Dietzfelbinger, 423-426).
dei sufrimiento (cf. v. 7; también Sant 1, 2).
Ef 4, 30 (pf| Xujietxe xò nveêpa xò aY'‘OV 5. En Ias confrontaciones de la Carta se­
xoü â^EOÜ, «\no ofendais al Espíritu Santo de gunda a los Corintios, el dolor y la tribulación
Dios!») se refiere al Espíritu de Dios que ha­ desempenan un gran papel. El contexto en 2,
93 Xljjtt] - XtÍolç 94

1-7 (W nri, vv. 1.3.7; vv. 2[bis].4. dolor hace que el creyente se separe dei cos­
5 [bis]) está marcado por el contraste entre el mos (cf. 4, 8s; 6, 7ss; 11, 23ss) y con ello le
«gozo» (xaQá, 1, 24; 2, 3; x«íeto, 2, 3; eõ- acerca a la cruz de Cristo y a la comunión con
(jPQaíva), 2, 2) y la «tristeza» (cf. además: su resurrección (cf. Flp 2, 27; Gál 6, 14; ->• 4).
jtoÀ,?LT) xal mjvoxi], ôià toàXõiv ò a - H. Balz
hqócüv, 2, 4; jiagaxaXéco, 2, 7). Así como el
apóstol está vinculado a su comunidad en el
gozo (1, 4; cf. 2, 3), así también lo está en el A u a a v í a ç , o u Lysanias Lisanias*
sufrimiento. Aunque él (en su visita anterior) Según Lc 3, 1, en el ano décimoquinto dei
tuvo que ser duro con la comunidad, de la que reinado dei emperador Tiberio (28 p.C.), Li­
espera alegria, sin embargo les ha hecho ver sanias era tetrarca de Abilene. Según Josefo,
ahora claramente, mediante una «carta inter­ Ant XVin, 237 (cf. 275), su tetrarquía (junta­
media» —escrita «con muchas lágrimas» (2, mente con Galilea) fue entregada en el ano 37
3s)- y no precisamente mediante una nueva p.C. a Herodes Agripa I por el emperador Ca-
visita, que él no desea más tristeza. Su apa­ lígula (cf. también CIG 4521 y 4523). Bauer,
rente severidad fue expresión de su amor (2, Wôrterbuch, j.v.; BHH II, 1116; Haag, Dic-
4). Aquel que en la comunidad le causó pesar cionario, 1109; Pauly, Lexikon III, 831.
(2, 5; cf. 7, 12), se lo causó en realidad a toda
la comunidad. Pero, como miembro que es de
la comunidad, también él, después de «ser re- A u a í a ç , o u Lysias Lisias*
prendido» por la mayoría (2, 6), merece ahora En Hèch 23, 26; 24, 22; 24, 7 Textus Re-
el perdón y el consuelo como senal dei amor ceptus encontramos el nombre de KLaú-
que impregna a la comunidad (2, 7s). En esto ÔLOÇ A uaíaç, quiliarca de la guamición ro­
se demuestra que la comunidad ha salido airo- mana de Jerusalén, quien, como tribuno mili­
sa de la prueba y es obediente (2, 9). Por tan­ tar, según 21, 31ss; 22, 24ss; 23, 10, detuvo a
to, la finalidad misma de la actitud crítica de Pablo (para protegerle) y ordenó (según 23,
unos ante otros no puede ser más que la ale­ 12ss, especialmente los vv. 23ss) que se le
gria. trasladara -con un oficio de acompafíamien-
Aunque la severidad y la tristeza pasajera to- a Cesarea para que compareciese ante el
(a causa de la mencionada carta) fueron dolo­ gobernador Félix. Según 22, 28, él había
rosas tanto para el apóstol como para la co­ comprado por dinero la ciudadanía romana.
munidad (7, 8s), no constituyeron un fin en sí A uaíaç es su sobrenombre (griego). BHH II,
mismas, sino un primer paso necesario para la 116s; E. Haenchen, Die Apostelgeschichte^
alegria (7, 9), porque la tristeza condujo al (KEK), a propósito de 21, 31.
«arrepentimiento» y se produjo «conforme a
la voluntad de Dios» (èXujrr|flqTE eIç pEtá-
v o ia v èX.t)jifidsxe yàQ x a x à h-eov, v. 9). Por X ú o iç, E(0Ç, 1^ lysis disolución, separa-
tanto, «el dolor que se ajusta a la voluntad de ción, divorcio*
Dios» (q x ax à 'heòv Jiújtq, v. 10a) produce 1 Cor 7,27; pq CtítEi ^úoiv (a saber, «si es­
«arrepentimiento para salvación» (cf. Test- tás unido a una mujer»). Según el contexto,
Gad 5, 7; “> 2), mientras que «la tristeza dei hay que pensar en una de dos: o (fúndamen-
mundo» (f| toõ xóopou X,ÚJtq) produce la talmente) en la prohibición dei divorcio, lo
muerte (v. 10b), porque se origina a causa dei cual seria una repetición innecesaria de lo que
cosmos y liga con el cosmos a los afectados. se dice en 7, lOs, o bien (concretamente) en la
Por eso, habrá que decir dei creyente (y sólo recomendación dirigida a los varones para que
de él): ó ç X,ujtoúp8Voi àei ôè xatQovtEç (6, no rompan un compromiso existente de matri­
10), humanamente (sí) entristecido, pero - a mônio. ThWNT V, 835; H. Conzelmann, Der
pesar de todo- lleno de alegria, porque ese erste Briefan die Korinther (KEK), sub loco.
95 A.UOIT8XÍO) — XlJTQOV 96

XvaiTE^éco lysiteleõ ser útil* 1973) 38-64; W. Schmithals, D a s E va n g eliu m nach


M a rku s (ÕTK), Gütersloh-Würzburg 1979, 469-471;
Lc 17, 2 en sentido impersonal: XnoiTEX.Et Spicq, N otes Suppl., 429-435; P. Stuhlmacher, E xis-
antcp, «le es más útil / es mejor para él, si..., tenzstellvertretung f ü r die Vielen: M k 10, 4 5 (M t 20,
que»; sobre la traducción en forma comparati­ 28), en Id., V ersôhnung, G e se tz u n d G erech tig keit.
va cf. BlaB-Debrunner § 245, 2.b con la nota A u fsâ tze z u r bibl. Theologie, Gõttingen 1981, 27-42;
H. Thyen, Stu d ien z u r S ü n d en vergebung im N T und
4. sein en atl. u n d jü d . V oraussetzungen (FRLANT 96),
Gõttingen 1970; más bibliografia en ->■ âjtoXÚTQCoaiç;
cf. además ThWNT X, 1165s.
AvOTQtt, tov Lystra Listra*
Nombre de una ciudad de la región de Li- 1. En el NT, À,xn:QOV aparece únicamente
caonia, situada al suroeste de Iconio; sobre la en Mc 10, 45 par. Mt 20, 28. Claro que este
declinación -a, -cuv, -oiç, -av cf. BlaB-De­ pasaje, que es importante para Marcos (y Ma-
brunner § 57, 2. Pablo visita Listra (acompa- teo) y para la tradición cristiana acerca de la
nado por Bemabé) durante su «primer» viaje muerte de Jesus, sigue creando todavia algu-
misionero (Hech 14, 6.8.21; lapidación de Pa­ nos problemas a los investigadores. La sen­
blo, 14, 19; cf. 2 Tim 3, 11) y (sin Bemabé) tencia de lytron de Mc 10, 45 tiene una «va­
durante su «segundo» viaje misionero (Hech riante helenizada» en 1 Tim 2, 6 con el térmi­
16, 1.2). Allí se unió a él Timoteo, residente no clave sinônimo àvTÍXuTQOV (-> 4). Por
en Listra. Pauly-Wissowa XTV/l, 71s; W. M. otro lado, en correspondência con este pasaje
Ramsay, Cities o f St. Paul, London 1908, se halla Tit 2,14 (iva X,uxQ(OTf|OETai f|p.ãç...).
407-419; LThK VI, 1254; Bauer, Wôrterbuch, Aparte de los derivados X.uTQÓop.ai en Lc 24,
s.v. (bibl.); BHHII, 1117s; Pauly, Lexikon III, 41 y 1 Pe 1, 18, hay que tener en cuenta tam-
846. bién XÚTQCOOiç (Lc 1, 68; Heb 9, 12) y Xu-
TQ(0TT|ç en Hech 7, 35, así como -v àjidkv-
TQCooiç. Es semejante por la realidad signifi­
^/■ÚTQOV, o v , TÓ lyíron rescate, precio dei
cada el término âvTáXXaYlia en Mc 8, 37
rescate*
par. Mt 16, 26.
1. Aparición en el NT - 2. Significado fundamental
- 3. La sentencia de ly tw n en Mc 10, 45 par. - 4. àv- 2. XÚTQOV es un sustantivo derivado de
t í A.u t q o v - 5. Lurpoonai, Xúxçtooiç - 6. X.UTQ(OTfiç. Xúo) y designa (por su terimnación en -tqov ) el
«medio» para rescatar: el rescate o precio dei res­
B ib l.: C. K. Barrett, M k 10, 4 5 : A R a n so m f o r cate. Del «rescate» (frecuentemente en plural) se
M any, en Id., N T E ss a y s , London 1972,20-26; M. Ca- habla en textos griegos de la antigüedad, incluida
rrez, R a ch a t n. NT, en DBS K , 1055-1064; P. Fiedler, la LXX, en Füón y en Josefo, refiriéndose princi­
Jesu s u n d d ie S ü n d er (BET 3), Frankfurt a. M. 1976; J.
Gnilka, E l E va n g elio según S a n M arcos n, Salamanca
palmente al precio que hay que pagar por la liber-
^1997, 114-124; W. Grimm, W eil ich D ich Hebe. D ie tad de prisioneros de guerra, de esclavos y de per-
Verkündigung Jesu m u i D euterojesaja, Bem-Frankfurt sonas endeudadas. La cuantía dei precio que hay
a, M. 1976; B. Janowski, A u slõ su n g d es verw irkten que pagar y la forma de hacerlo están sujetas a
L ebens. Z u r G eschichte u n d S tru k tu r d e r bibl. L ose- ciertos convencionalismos, pero se ajustan en
geldvorstellung: ZThK 79 (1982) 25-59: J. Jeremias, buena parte al «derecho dei amo». Textos dei AT
R esca te p o r m u ch o s (M c 10, 4 5 ), en Id., A bba. E l m en- y textos rabínicos (Ex 21, 30; 30, 12; Núm 35,
saje cen tra l d e i N u evo Testam ento, Salamanca ^1993, 31; bBQ 40a; 41b; bMakk 2b) nos bacen ver la
138-151; K. Kertelge, D e r d ien e n d e M e n sch e n so h n conexión que existe entre «precio dei rescate» y
(M k 10, 4 5), en F S Võgtle, 225-239; E. Lohse, M ãrty- «expiación». Un rescate se impone como expia-
rer u n d G o tteskn ech t (FRLANT 64), Gõttingen ^1963; ción por una vida que ha caído en deudas. Esta re-
W. J. Moulder, The O T B a ckground a n d the Interpre- lación con la idea veterotestamentaria y judia de
tation o f M a r k X . 45: NTS 24 (1977-1978) 120-127;
la expiación es fundamental también para el uso
H. Patsch, A b en d m a h l u n d h isto risc h er J esu s, Stutt-
gart 1972; O. Procksch-F. Büchsel, X.ú<o xrk., en que se hace en el NT de Xúxçov o àvríXuTçov.
ThWNT IV, 329-359, sobre todo 330-337, 341-354; J.
Roloff, A n fa n g e d e r so terio lo gischen D eutung des To- 3. La sentencia de lytron de Mc 10, 45, re-
d es Jesu (M k X. 4 5 u n d L k X X II. 27): NTS 19 (1972- cogida casi sin cambio alguno por Mt 20, 28,
97 XÚTQOV 98

encuentra su explicación, por un lado, en la no pueda partir inmediatamente de Is 53


tradición cristiana primitiva acerca de la (Büchsel, 344), sin embargo Ias innegables
muerte expiatória y viçaria de Jesús (Lohse, resonancias dei texto dei AT proporcionan re­
111-192) y, por otro lado, en la redacción mar- ferencias para su interpretación. La muerte de
quina o ya pre-marquina dei texto. Con una Jesús tiene significado para otros, más exacta-
resonancia clara de Is 53, 10-12, la entrega mente: àv ri JtoX,A.ôjv, «para muchos», en lo
que Jesús hace de su vida se interpreta como cual se expresa al mismo tiempo no sólo la in-
entrega viçaria «en favor de muchos». Claro tención universal sino también la intervención
que XvxQOV no aparece en Is 53 LXX. Lo que de Jesús en lugar de (-► à v rí 2.d) los que son
parece más obvio es entender X.útqov como propiamente los culpables. Esto último se
«traducción libre» dei término hebreo 'ãsãm» acentúa espeçialmente por medio de A,ijtqov.
(Is 53, 10; así piensa Jeremias, 149). Sin em­ Existe, por tanto, la concepción de que los
bargo, bastaria ver en la sentencia de lytron «muchos», es decir, los hombres que se en-
una alusión al texto dei AT, una alusión que cuentran cautivos dei pecado, necesitan una
tiende a expresar sobre todo el efecto salvífico iniciativa llegada dei exterior para poder ser
universal de la muerte de Jesús. liberados dei estado en que se encuentran.
Para la derivación de la sentencia de lytron Con ello aparece Jesús en una inconfundible
a partir de una forma semítica original, no nos función de quien está en relación con todos
ofrece base suficiente ni el colorido linguísti­ los demás. Su «solidaridad» con los pecado­
co ni la idea característica de la expiación en res (cf. Mc 2, 14-17) actúa, por tanto, como
el judaísmo primitivo. El uso dei concepto de verdadera redención de los «muchos» dei
expiación en formulaciones semej antes (claro cautiverio en que se encuentran. Jesús se hace
que sin la referencia universal) en la literatura «solidário» al intervenir en lugar de los «mu­
judia helenística (2 Mac 7, 37s; 4 Mac 6, 27- chos». A diferencia de Is 53, vemos que Mc
29; 17, 21s: âvxítjjuxov) sugiere más bien 10, 45 acentúa la iniciativa de Jesús, la entre­
que Mc 10, 45 se originó en círculos judeo- ga que él hace de sí mismo. Sin enbargo, en
cristianos de lengua griega. La estrecha rela- su acentuación de la voluntad salvífica de
ción entre la sentencia de lytron (en Mc 10, Dios, el pasaje corresponde en su temática a
45) y Mc 14, 24 sugiere que la tradición acer­ Is 53.
ca de la Cena dei Seííor tiene el mismo tras-
fondo. En virtud de esta conexión, habrá que La entrega que Jesús hace de sí mismo tiene lo­
preguntarse también de qué manera Jesús gicamente como destinatário a Dios, y como be­
neficiários a los muchos. Claro que aqui también
comprendió su propia muerte como expiación se observa el limite de la imagen dei rescate. En
viçaria (Patsch, Roloff). efecto, según la concepción bíblica general, Dios
Desde el punto de vista de la historia de Ias mismo es quien hace posible y obra la expiación
tradiciones, la sentencia de lytron debe consi- por los pecados de los hombres. Por eso, la idea
derarse probablemente como una ampliación de la expiación viçaria en la muerte de Jesús se
de lo que se dice que el Hijo dei hombre ha halla asociada en su tema con la idea de la misión
dei Hijo por Dios: Rom 8, 2-4. La muerte de Je­
venido a servir (v. 45a), con ayuda de un
sús actúa liberadoramente, porque es la expresión
«fragmento de tradición autônomo» (Gnilka, más profunda de su obediência como Hijo de
115). La convergência de los dos motivos de Dios, de su identificación con Dios y con su vo­
la existência de Jesús como de quien ha veni­ luntad salvífica.
do a «servir» y de quien entrega su vida como Aqui vemos también la tensión entre el Padre
expiación, podría haber conducido a la forma amante y el Dios que es Juez, entre el perdón de
actual dei v. 45 como final de la instrucción los pecados por Jesús y la «condición» de su muer­
te expresada en Mc 10, 45. El Redentor es tam­
de Jesús a sus discípulos acerca dei servicio. bién el Juez, y Jesús demuestra en su historia la
Aunque la interpretación de la sentencia de insuprimible dialéctica entre la acción de Dios co­
lytron, desde el punto de vista metodológico. mo Juez y su incondicional voluntad de perdonar.
99 \vXQOV 100

Grimm (231-237) desearía que se tu viera en {conseguir la libertad mediante el pago de un


cuenta más intensamente la conexión de Mc 10, rescate) y en voz pasiva (ser redimido me­
45 con el «rescate en el juicio final». Al responder diante el pago de un rescate). Se encuentra
a la cuestión acerca de la posibUidad de la salva-
ción de Israel en el juicio final, la literatura rabí-
sólo en unos cuantos lugares de los escritos
nica remite a la idea dei rescate en Is 4 3 ,4s (!). Se tardios dei NT. Evidentemente, no sólo en Tit
ofrece un rescate por la salvación de Israel: «Los 2, 14 (->■ 4) sino también en 1 Pe 1, 18s la
pueblos gentiles, en el juicio final, son arrojados imagen dei pago de un rescate presupone la
al infiemo en lugar de Israel...» (246). Se recurre, interpretación dei cristianismo primitivo acer­
además, al Sal 49, 8, con el cual se prueba que pa­ ca de la muerte de Jesús. El último pasaje ci­
ra los pecadores y los gentiles no existe un resca­
tado menciona también el precio por el cual
te con el que ellos puedan redimir su vida echada
a perder: TgS2d 49, 8; SifreDt 329 (sobre 32, 39); «fuisteis rescatados de vuestra vana manera
MekEx 21, 30; cf. Hen (et) 98, 10. Con esta con- de vivir heredada de vuestros padres»: «por la
cepción tuvo que enfrentarse el lo g io n de Jesús en preciosa sangre de Cristo como de un cordero
Mc 10, 45. La trasformación de la idea dei resca­ sin defecto y sin mancha». En el trasfondo se
te debió de efectuarse directamente bajo la in­ reconoce a Is 52, 3. La muerte sacrificial de
fluencia de Is 43, 22-25 (Dios llega a hacerse el
Jesús se entiende, pues, no sólo como una
‘e b e d [el servidor] de los hombres), y sólo indi-
rectamente bajo la influencia de Is 53. Claro que forma «muy valiosa» de rescate, sino también
Mc 10, 45 no ofrece suficiente apoyo para esta in- como expresión de aquel servicio vicario de
terpretación. El lo g io n de Jesús dificilmente se Jesucristo, que sustenta históricamente la
derivo de la conffontación inmediata con los rabi­ «gratuidad» de la redención obrada por Dios
nos, sino que más bien nació de la reflexión de Je­ (Is 52, 3).
sús y de la comunidad post-pascual acerca de la Lc 24, 21 emplea el infinitivo XuTQOÜoflai
misión de Jesús en la historia de la salvación. Así
que no sólo los contenidos teológicos de Is 53, si­ en asociación con la esperanza sumamente
no también la figura dei Siervo sufriente de Dios general de la «redención» de Israel, que debía
debieron de influir sobre este texto. ser llevada a cabo por el Mesías. La idea dei
pago de un rescate no desempena aqui ningún
4. àvTÍXuTgov rescate*, como compuesto papel.
de XÚTQOV, acentua con el prefijo òtvxi- el as­ Así como Lc 24, 21 expresa en forma ver­
pecto de la representación viçaria. 1 Tim 2, 6, bal la esperada redención que tendría lugar en
con este sustantivo y con otras resonancias la era mesiánica, así también Lc 1, 68 y 2, 38
claras de Mc 10, 45b, repite en forma intensa­ la expresan por medio dei sustantivo Xútgro-
mente helenizada el logion de Jesús que apa­ aiç redención*. Vemos que es Dios quien
rece en este pasaje. «El hombre Cristo Jesús» -con clara resonancia dei Sal 110, 9 LXX- ha
demostro ser el «Mediador entre Dios y los preparado ahora para su pueblo la redención
hombres», al «entregarse a sí mismo como escatológica esperada. El contexto inmediato
rescate por todos». Esta entrega que Jesús ha- de 1, 68 (especialmente el v. 71) hace que la
ce de sí mismo, se entiende como el rescate redención se entienda en un sentido muy ori­
por el cual él quiso «redimimos de toda ini- ginário, a la luz de Ias expectaciones judias,
quidad y purificar para sí un pueblo para po- como un acontecimiento político en la histo­
sesión suya» (Tit 2, 14). La idea dei rescate ria de la salvación. El hecho de que tal expec-
no se desarrolla aqui ulteriormente, sino que tación debía corregirse en cuanto a su cumpli-
se defí^ne mediante el concepto genérico, esta- miento en la historia dei Mesías Jesús, lo ha-
blecido ya anteriormente, acerca dei efecto cen ver claramente 2, 38 y 24,21, así como la
universal de la muerte redentora de Jesús. totalidad de la doble obra lucana.
Heb 9, 12 habla de una «redención eterna»,
5. En el NT el verbo XvTgóojuai* (de a fin de calificar la obra de Jesucristo, en lo
XuTQÓco, «dejar en libertad por el pago de un que respecta a sus efectos, como im aconteci­
rescate») aparece únicamente en voz media miento de salvación singular y único y que
101 Xtjtqov - X,X)XVOç 102

supera todo lo provisional. Implica la «reden- 2. En la imagen sinóptica de la lámpara se


ción (ctJtoXúxQüDonç) de Ias trasgresiones co­ trata de la alternativa de poner la lámpara so­
metidas bajo el primer pacto (v. 15). bre el candelabro (tídrjpL èm XT)V X.uxvíav,
Mc 4,21 par. Mt 5,15 / Lc 11,33 ó tí§Tipi èrà
6. Xi)tQCOtif|Ç Redentor* es el sustantivo X,uxyíaç, Lc 8, 16) o bien bajo el celemín (-►
que hace de sujeto agente de Xtjtqóco. El tér­ (ióôioç, asíMarcos/Mateo). Tan sólo en el pri-
mino aparece raras veces; en los Sal 18, 15 y mero de estos dos casos, la lámpara cumplirá
77, 35 LXX designa la realidad de que Dios con su finabdad, que es la de difundir luz.
es el Redentor de su pueblo. Hech 7, 35, en Heb 9, 2 menciona el candelabro de siete
vista de la misión que le corresponde a Moi­ brazos (Ex 25, 31-38; Josefo, Ant XIV, 72) en
sés con respecto a Israel, le Uama ãpxtu''' el santuaiio dei tabemáculo terreno. Se habla
XuTQ(OTT|ç. Evidentemente, esta designación sorprendentemente de la mesa de los panes de
senala tipológicamente bacia el Moisés dei fin la presencia (a diferencia de Ex 25, 23-38; 37,
de los tiempos y bacia su obra. 10-24), tal vez siguiendo una tradición hele-
K. Kertelge nística (cf. O. Michel, Der Brief an die He-
b ra e / [KEK], 299).
3. En el Apocalipsis, Xuxvía se pone en re-
XvTQÓO^ai lytroomai liberar, redimir, res- lación con Ias siete comunidades de Asia Me­
catar nor (1,12.13.20a.b; 2,1.5). En el trasfondo de
-> X.ÚTQOV 5. los «siete candelabros de oro» (1,12.20; 2, 1)
no se baila la idea dei candelabro con siete
lámparas (cf. Zac 4, 2); porque en medio de
À,VTQ(aaiç, £0)Ç, 'n lytrõsis redención los candelabros se baila el que es «semejante
->^ X.ÚTQOV 5. abijodebom bre» (1 ,1 3 ;2 ,1). SegúnMichae­
lis (328), aqui influye seguramente la imagen
de Mt 5, 14 ó de Flp 2, 15. En todo caso, hay
XvTQCDTirjç, OÜ, Ó lytrõtês redentor
aqui una analogia conceptual. El hecho de
XÚTQOV 6.
que los dos testigos se designen en 11,4 como
«los dos oHvos y los dos candelabros» tiene
X u /v ía , a ç , 11 lychnia candelabro, cande- su explicación en Zac 4, 2 s.ll (cf. D. Haugg,
lero* Die zwei Zeugen [NTA 17/1], Münster i. W.
1936). Pertenece también al contexto de estas
1. Aparición y significado - 2. Sinópücos y Heb 9, concepciones el hecho de que en Ap 21, 23 se
2 - 3 . Apocalipsis.
designe al «Cordero» como Xv%voç de la
Bibl.: H. Ch. Hahn, enDTNTü, 465; W. Michaelis, Jemsalén celestial.
Xúxvoç, Xnxvía, en ThWNT IV, 325-329; para más bi­
bliografia en ->■Jiúxvoç. G. Schneider

1. El sustantivo Xuxvía aparece en 12 pa-


XÍJXVOÇ, ot), ó lychnos lámpara, candele-
sajes, principalmente en el Apocalipsis (7 ve­
ro*
ces; -y 3). Las restantes veces se limitan a la
imagen sinóptica de la lámpara (-> Xúxvoç 1. Aparición - 2. Significados - 3. X vfyo ç, en las pa-
3.a), que ha de ponerse sobre el candelabro labras de Jesús - a) Como la imagen de la lámpara - b)
El ojo como Xúxvoç - c) Otras referencias - 4. Xúxvoç
(Mc 4, 21 par. Lc 8, 16; Mt 5, 15 par. Lc 11, fuera de los Evangelios (en el Apocalipsis)
33), y al pasaje de Heb 9, 2. La Xuxvía es un
B ibl: D. C. Allison, Jr., The Eye is the Lamp ofthe
candelabro o soporte dei que cuelgan o sobre
Body (Matthew 6, 22-23 = Luke 11, 34-36)\ NTS 33
el que se colocan lámparas (->■ Xúxvoç 2) (1987) 61-83; P. E. Bonnard, Poterie palestinienne, en
(Bauer, Wõrterbuch, j.v.). DBS vm , 136-240, sobre todo 231-237; Dalman, A r-
103 Xvxvoç 104

b e it VII, en el índice alfabético í . v. L a m p e (Lam - ojo como lámpara/candelero dei cuerpo; en


p e n stã n d e r )’ I. Dupont, L a lam pe su r le lam padaire Ap 21, 33 se babla dei «Cordero» como el
d a n s V évangile d e sa in t L u c (VIII, 16; XI, 33), en A u
Service de la p a ro le d e D ieu. F S f ü r A .-M . C harue,
Xúxvoç de la nueva Jerusalén). En sentido li­
Gembloux 1969, 43-59; C. Ediund, D a s A u g e d e r E in - teral el vocablo se encuentra también en imá-
fa lt. E in e U ntersuchung zu M t 6, 22-23 und I k 11, 34- genes, como en Lc 12, 35 («vuestras lámparas
35, Copenhague-Lund 1952; K. Galling, D ie Beleuch- deben estar encendidas»), en Jn 5, 35 (Juan el
tungsgerãte im israelitisch-jüd. K ulturgebiet: ZDPV 46
(1923) 1-50; W. H. GroB, Lam pen, en Pauly, L exikon B autista como ó Xúxvoç ó xaió(xevoç x a l
III, 469-471; F. Hahn, D ie Worte vom L ic h t L k 11, 33- q)aívcov) y en 2 Pe 1, 19 (la palabra profética
36, en F S S ch m id 1973, 107-138; Haag, D iccionario, [cf. Sal 118, 105 LXX] es como una lámpara
1077s; H. Ch. Hahn, enDTNT H, 465; J. Jeremias, D ie que brilla [q)aív(i)v] en el lugar oscuro).
L am p e unter dem Scheffel: ZNW 39 (1940) 237-240;
Jeremias, P a rá b o la s, 149s; W. Michaelis, L v y y o ç , Las expresiones que aparecen más frecuen-
ThWNT rv, 325-329; Ch. Mugler, D iction- temente son las de encender la lámpara (Lc 8,
naire historique de la term inologie optique des Grecs, 16; 11, 33; 15, 8) o la de la lámpara que arde
Paris 1964, j.v.; M. Philonenko, L a p a ra b o le s u r la (Mt 5,15; Lc 12, 35; Jn 5, 35) o la de la luz de
lam pe (Luc 11, 33-36) e t les horoscopes qoum râniens:
ZNW 79 (1988) 145-151; G. Schneider, D as B ildw ort la lámpara (qprôç Xúxvon, Ap 18, 23; 22, 5; cf.
vo n d e r Lampe'. ZNW 61 (1970) 183-209; R. H. Smith, Lc 11, 36, qxflTL^co) o de su resplandor (q>aí-
The H o u seh o ld L a m p s o f P alestine in N T Times: BA 29 vco, Jn 5, 35; 2 Pe 1,19). La expresión que ba­
(1966) 2-27; H. Weippert, Lam pe, en BRL 198-201. bla de la «venida» de la lámpara (Mc 4, 21)
no es seguramente un semitismo (Scbneider
1. En el NT, el sustantivo Xúxvoç aparece 188 y 197s; en contra. Jeremias, Lampe, 238).
en 14 pasajes, especialmente en el Evangelio
de Lucas (6 veces) y en los demás evangelios 3. a) La imagen en que Jesus babla de la
(Mateo 2 veces. Marcos 1 vez, Juan 1 vez). lámpara se nos ba trasmitido en dos formas
Los EvangeHos Sinópticos ofrecen Ias diver­ básicas: Mt 5, 15 par. Lc 11, 33 (Q) y Mc 4,
sas formas de la imagen de la lámpara (Mc 4, 21 par. Lc 8, 16. Las dos variantes de la tradi-
21 par. Lc 8, 16; Mt 5, 15 par. Lc 11, 33; en ción dificilmente pueden reducirse a una sola
los cuatro pasajes se habla igualmente dei forma original. Los autores de los evangelios
candelabro [->^ ?;,uxvía]); y en los Sinópticos ban plasmado de nuevo, en cada caso, la ima­
bailamos también la sentencia que babla dei gen expuesta por Jesús. La comparación con
ojo como dei ?iúxvoç toC ocópaxoç (Mt 6, 22 la lámpara, en Marcos, se refiere principal­
par. Lc 11, 34). Fuera de los evangelios, Xtjx- mente al mensaje de Jesús; en Lucas, se refie­
voç aparece únicamente en el ApocaUpsis (18, re al Evangelio (8, 16) y a Jesús mismo (11,
23; 21, 23; 22, 5) y en 2 Pe 1, 19. 33 siguiendo a Q); en Mateo -aunque aqui te-
nemos quizás la versión (relativamente) más
2. Con el vocablo X'úx'VOÇ se designaba antigua- la imagen está referida (especial­
(desde Homero, también en la LXX y en tex­ mente por su posición en el contexto, cf. 5,
tos no literários) la lámpara becba de barro o 14) a la comunidad de los discípulos de Jesús.
de metal, con una mecba y con aceite como Mt 5, 15 se mueve en el marco de las condi­
combustible. Puede estar colgada de un so- ciones de una vivienda sencilla de Palestina:
porte o colocada sobre un candelabro (-> Xnx- la casa tiene una sola babitación (v. 15b). Lc
vía) (Filón, SpecLeg I, 296: x aíeaftai Xiix- 11, 33, con la oración de iva, tiene a la vista
vouç èitl Tfjç... Xuxvíaç; cf. Josefo, Bell VII, una casa (urbana) con vestíbulo y relaciona la
429; Ant III, 182 y 199). En el NT, Xúxvoç se imagen con el carácter propagandístico de la
usa algunas veces en sentido literal (en la causa de Jesús (8, 16, esta oración final falta
imagen de la lámpara en los Sinópticos, tam­ en p^^ B); cf. G. Schneider, Das Evangelium
bién en Lc 11, 36; 15, 8; Ap 18,23; 22, 5); en nach Lukas (ÕTK) 186s, 271-273. - La va­
otros casos el término se emplea en sentido fi­ riante de la imagen en EvTom 33 depende dei
gurado (en Mt 6, 22 par. Lc 11, 34 dícese dei Evangelio de Lucas.
105 Xvxvoç —Xíioj 106

b) La frase que habla dei ojo como «la Apocalipsis. En la destrucción de «Babilônia»
lámpara dei cuerpo» (Lc 11, 34-36 par. Mt 6, (Ap 18, 1-24), al final no brillará ya en la ciu-
22s) es la segunda sentencia de Jesfe acerca dad «la luz de la lámpara» (v. 23), porque en
dei Xú^voç, que procede de la fuente Q. La la nueva Jerusalén no habrá necesidad de «luz
sentencia, en esa fuente, abarcaba en lo esen- de lámpara» ni de resplandor dei sol, porque
cial Lc 11, 34.35.36a (F. Hahn, 116). El lo- no existirá ya la noche (22, 5). El resplandor
gion sapiencial (v. 34) experimenta en el v. 35 de la luz de Dios ilumina a la nueva Jerusalén,
una trasformación parenética, mientra que el y su lámpara es «el Cordero» (21, 23).
V. 36 intensifica la idea fundamental. Al ha-
G. Schneider
blarse dei ojo como «la lámpara dei cuerpo»
(v. 34), se trata de «la recepción de luz y de la
difusión de luz para todo el cuerpo humano», Xvw lyo desatar, soltar, disolver, destruir,
mientras que, al hablarse de la luz de la lám­ suprimir*
para (v. 33, -> 3), se trátaba de «la realidad de
B ibl.: Bauer, W õríerbuch, s.v.; G. Bomkanim, E l p o ­
la salvación que afecta al hombre» (F. Hahn,
d e r de a ta r y desa ta r en la Iglesia de M ateo, en Id., E s ­
130). La relación dei v. 33 con el versículo fi­ tú d io s sobre e l N u e vo Testam ento, Salamanca 1983,
nal 36b (que enlaza con el v. 33: «como cuan- 279-293; F. BUchsel, Xúco, en ThWNT IV, 337s; J. D.
do la lámpara te ilumina con su resplandor») M. Derret, B inding a n d L o osing (M att 16, 19; 18, 18;
Jo h n 20, 23): JBL 102 (1983) 112-117; R. H. Hiers,
puede entenderse de tal manera -si tenemos
«B inding» a n d «Loosing»; T he M atth ea n A u th o riza -
en cuenta el motivo dei fulgor dei relâmpago tions: IBL 104 (1985) 233-250; K. Kertelge, Siinden-
en Lc 17, 24 (par. M t)- que «el hombre enfo­ vergebung a n Stelle Gottes, en D ien st d e r Versõhnung
cado por la luz y captado por ella en toda su (TThSt 31), Trier 1974, 27-44; O. Michel, B inden und
existência, queda desvelado, confirmado y re- Losen, en RACII, 374-380; H. Thyen, Studien zu r Siin-
denvergebung im N T un d seinen atl. u n d jü d . Voraus-
conocido por el rayo de luz que ha de fulgurar setzungen (FRLANT 96), Gõttingen 1970, 218-259; A.
en el juicio final» (F. Hahn, 131). Vôgtle, «B inden u n d Losen», en LThK II, 480-482.
c) Lc 12, 35 recuerda, sí, temáticamente la
1. En el NT, kúco aparece 42 veces, predo­
parábola de Ias diez vírgenes (Mt 25, 1-12),
porque Jesus exhorta a mantener Ias lámparas minando en los Evangelios, Hechos y Apoca­
encendidas. Pero será difícil que exista de- lipsis. Entre los compuestos àva-, àno-, èx-,
pendencia entre ambos textos. En todo caso, èju-, xaxa-y JtaQaXúo), vemos que en el NT
el V. 35 es secundário en relación con la si- se usan con relativa frecuencia àjtoXúco y
guiente parábola de los siervos vigilantes (12, JtaxaXúco (67 y 17 veces respectivamente).
36-38), y tal vez se debe incluso a la redac-
a) En el significado fundamental de desa­
ción lucana. En la parábola de la dracma per­
dida (15, 8-10), la mujer enciende una lámpa­ tar (opuesto a ôéco, «atar») Xúco lleva un
objeto de cosa. Hablan de desatar alguna ata-
ra para buscar la dracma (v. 8).
Según Jn 5, 35 Jesús dice acerca dei Bau- dura Mc 1, 7; Lc 3, 16; Jn 1, 27 (Ias correas
tista: «El era la lámpara que ardia y alumbra- dei calzado); Ap 5, 2 (romper los sellos de un
ba», de cuyo resplandor la gente se gozaba. El hbro); Mc 7, 35 (la atadura de la lengua),
enunciado se refiere al «testimonio» dado por
Juan (v. 33). El evangelista evita designar a b) Hablan de soltar a un prisionero o algo
Juan como cpcoç, «luz», porque reserva para por el estilo Hech 22, 30; Ap 9, 14.15; 20, 3;
Jesús esta palabra simbólica (1, 7s), cf. Mi- Jn 11, 44. De desatar a un animal Mc 11, 2.4.
chaelis, 328; R. Schnackenburg, El Evangelio par. Mt 21, 2; Lc 19, 30.31.33a.b; Lc 13, 15,
según San Juan II, Barcelona 1980, sub loco. donde a continuación inmediata se habla, en
sentido figurado, de liberar a una mujer enfer­
4. Aparte de 2 Pe 1, 19 (-> 2), kúxvoç fue- ma «de esta ligadura» con que Satanás la man-
ra de los evangelios no aparece sino en el tenía atada. Según Ap 20, 7, Satanás -después
107 Xvto 108

dei milênio- será soltado de su prisión. Hech autoritativa de la Iglesia. Suponemos que en
7, 33 y 13, 25 hablan de quitarse las sandalias el fondo de todo se halla la manera de expre-
de los pies (genitivo). En 1 Cor 7, 27 el per- sarse judeo-rabínica (Billerbeck I, 738-742;
fecto ‘k ékvoai tiene el significado de estar li­ IV, 304-321). 'ãsar y hitir se emplean en he-
bre (de vínculo conyugal con una mujer), sin breo, lo mismo que en arameo ’“sar y Frã’,
que con ello se afirme que anteriormente se para referirse a la fulminación y la supresión
hubiera estado ligado por tal vínculo. -en sentido disciplinario- dei anatema de la
Es singularísimo en el NT el uso que se ha- sinagoga, pero se emplean también en sentido
ce de este verbo en Ap 1, 5; «A El, que nos magisterial para referirse a una interpretación
ama y nos ha redimido de nuestros pecados vinculante de la ley en el sentido de «prohibir
por medio de su sangre...» (si es que, en vez y permitir». Cf. CD 13, 10: «Y él (el supervi­
de Xúaavxi, no hay que leer aqui Àoúoavu sor) desatará todas las cadenas que los atan»;
con algunos testimonios de la tradición tex­ Josefo, Bell I, 111: Los fariseos alcanzaron la
tual). Tan sólo aqui se observa en >>,13(0 una «posibilidad... de desatar y atar (X.ÚEiv xe wai
afinidad de significado con -> Wxgov/X.u- ÔEOpElV)».
XQÓop.at.
2. Es teológicamente significativo el uso
c) Con el significado de disolver (algo) (en que se hace dei término en los sentidos ex-
sus partes integrantes) se halla X,úco en el lo- puestos en ->■ l.c y l.d.
gion dei templo en Jn 2, 19 (en Mc 14, 58, Mt 5, 19 y Jn 5, 18; 7, 23; 10, 35 reflejan la
x,axaXúoj en futuro), y también en Ef 2, 14 validez de la ley dei AT, que era tema discutido
(«él derribó el tabique intermédio de separa- en el cristianismo primitivo. Según Mt 5,17.19
ción»); Hech 27, 41 (la popa de la nave); 13, no puede hablarse de una disolución de la ley
43 (una reunión); 2 Pe 3, 10.11.12 (los ele­ por Jesús. Se trata, más bien, de dar cumpli-
mentos cósmicos en el fuego dei juicio apoca­ miento pleno a lo prescrito en la ley. Jesús, al
líptico). 1 Jn 3, 8 habla de la destrucción de descubrir y dar sentido pleno, bajo la «letra de
las obras dei diablo. En Hech 2, 24 ^úco tiene la ley», a la voluntad de Dios, que es el verda-
el significado de poner fin a los dolores de dero contenido de la ley, hace que su propia ac­
parto de la muerte, o de soltar los «lazos de la ción sea para la comunidad cristiana primitiva
muerte» (2 Sam 22, 6; Sal 17, 5; 114, 3 TM), la norma para el cumplimiento de la ley.
los cuales lazos, por las traducciones de la Según Mt 16, 19, la autoridad para atar y
LXX, se identificaron con los «dolores de desatar se confiere a Pedro, y, según 18, 18, a
parto de la muerte» (cf. E. Haenchen, Die toda la comunidad de los discípulos. Esta au­
Apostelgeschichte^ [KEK], 182s). 1 Jn 4, 3 toridad es expresión de la permanente vincu-
v.l. habla de «deshacer» a Jesus, en vez de ha- lación de la èxrtXxioía post-pascual con el Se-
blar de negarse a reconocer y confesar a Je- nor, en cuya autoridad se basa el apóstol o la
sús. Así, pues: «Todo el que deje de conside­ comunidad de los discípulos. «Atar» y «desa­
rar a Jesus (todo el que descarte al hombre tar» van adquiriendo cada vez más, en la era
Jesus como objeto de la confesión cristiana de post-apostólica, un significado de derecho
fe), no es de Dios». eclesiástico. En la tradición judeocristiana an­
El verbo A,úoo aparece en sentido Jurídico- tes de Mateo y en tiempo de Mateo, se dan ya
teológico en Mt 5, 19; Jn 5, 18; 7, 23; 10, 35 los preâmbulos para una comprensión dei atar
con referencia a la supresión de la ley o dei y desatar en el sentido de una autoridad de
precepto sabático y de la Escritura. magistério y disciplina.
Mt 16, 19 se entiende más a menudo como
d) En Mt 16, 19 (bis) y 18, 18 (bis) apare­ una referencia a la «autoridad doctrinal»,
ce la expresión «atar y desatar» como manera mientras que 18, 18 se ve más bien como una
de referirse en sentido figurado a la acción referencia a la «autoridad disciplinar» (Bom-
109 Xvw - A cót 110

kamm, 282). En todo caso, se trata suprema­ tamente con ->• EÚvíkt), madre de Timoteo, a
mente de la aplicación obligatoria de Ias nor­ causa de su fe ejemplar. BHH II, 1103; C.
mas establecidas por Jesús para el cumpli- Spicq: RB 84 (1977) 362-364.
miento de su propia misión salvífica. La tradi-
ción neotestamentaria (cf. especialraente Jn
20, 23 y Mt 18, 15-18.21-35) acentua de ma-
nera especial con el motivo dei desatar el en­ A<»t Lõt Lot*
cargo dirigido por Jesús a la Iglesia para que, Nombre dei hijo de Harán y nieto de Abra-
en seguimiento suyo y de acuerdo con él, per- hán (en hebreo lôt, Gén 19, Iss). Lc 17, 28.29
alude a la salida de Lot de Sodoma. La mujer
done los pecados a los hombres.
de Lot (Gén 19, 26) se menciona en Lc 17, 32
K. Kertelge (en ambos casos como material peculiar de
Lucas). En 2 Pe 2, 7 se considera al «justo
A o ííç, í ô o ç Lõis Loida* Lob> como tipo de quien sufre por Ias injusti-
Nombre de la abuela de Timoteo (oriunda cias de su ambiente y es salvado por Dios.
de Listra). En 2 Tim 1, 5 se la menciona, jun­ BHH n , 1105s; Haag, Diccionario, 1118.

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