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ESCENA 1
Juliao: No negra, no nos fue bien hoy y vos sabes que significa, si no llega pronto la
subienda, la hambruna llegará y nos veremos en problemas, mirá que el año pasado por
este tiempo ya el pescado había llegado.
Mariela: Juliao, ten fé ¿sabes qué? tomate las cosas con mucha calma, serénate, vas a ver
cómo todo se soluciona. Y de un cajoncito del chifonier Mariela saca una vela blanca y
una caja de fósforos y enciende la vela al pie de la virgencita morocha como a veces
la llamaba ella cariñosamente y la cual estaba sobre el mismo chifonier, se santigua,
dice algo en voz baja y luego le pregunta a Juliao.
¿qué trajiste en la chuspa?
Juliao: Negra, traje un bocachico, plátano, papa, arroz, bija, una lata de galletas saladas, y
panela para el guarapo. pásate pal patio y trae cilantro y aliños para la comida.
Mariela: Juliao amor, dejate querer, dejate consentir, no todo puede ser trabajo y
preocupaciones.
Juliao: ¿Y el niño?
Mariela: Juliao eso lo sé pero poniendote todo mal genio por eso, no sacas nada, yo sé que
el panorama no pinta bien, pero con esa angustia no vamos a resolver el problema. Vení yo
te hago un masajito para que te relajes.
Juliao: ¡Carajo negra! ya te dije que primero comamos, además no estoy de humor para tus
cariños ahora, entendé por favor lo que está pasando.
Mariela: Ya me quedó claro no te preocupes, seguí con tu amargura y tu mal genio y que te
lo lidee tu mamá será porque yo no quiero saber de vos.
Juliao: Vení, pero no te pongas así pues. y se le acerca tratando de apaciguarla, pero no
lo consigue.
De repente Juliao la agarra del brazo con fuerza y la besa pero ella lo rechaza furiosa.
Mariela: Juliao ¡dejame tranquila ya te dije que no quiero que me toques negro, dejame en
paz!
ESCENA 2
luego él la besa y la arropa y se incorpora para ver a su bebé que se mueve con
suavidad al sentir la mano de su padre acariciando su carita; a él también lo arropa
para que el frío helado de la madrugada no lo resfríe y lo besa en la frente.
Mariela: Juliao, amor es tardísimo y debes bañarte y arreglarte para irte al trabajo.
Juliao: Si negra ya voy.
Eran casi las 5:30 de la mañana y aún no clareaba del todo y estaba venteando fuerte,
había mucha marea, pareciera que fuera a llover. Esa mañana Juliao se siente
inquieto por la situación de que aún no llega la subienda y cuando se va a ir llama a
Mariela quien somnolienta todavía y envuelta en la cobija lo despide con un beso y la
bendición.
Juliao: Buen día señora, estoy muy bien la mañana de hoy, gracias, lo malo es que me la
encontré a usted - le contesta hosco y con mirada desafiante y no se haga la boba que
usted mejor que nadie sabe lo que sucede.
Casandra: Estoy muy bien Juliao, gracias por preguntarme y aunque no te agrade mucho
verme tengo algo que decirte.
Juliao: Humm, señora y como de ¿que tenemos que hablar usted y yo?
Casandra: Cálmate Juliao no seas grosero, lo que te voy a decir es muy importante y
cambiará el rumbo de tu vida pero ten mucho cuidado.
Juliao: Mire señora no creo en supercherías y usted lo sabe así que no me haga perder mi
tiempo.
Casandra: Juliao, Juliao, escúchame muy bien, pon mucha atención hombre. Aquello a lo
que tu tanto le temes vendrá y devastará toda la playa, pero en medio de esa tragedia tu
virgencita te va hacer un milagro, ella te va a dar algo con qué tu salgas de la hambruna y
ayudes a otras personas, pero lo lograrás si no te dejas llevar por la avaricia y la ambición.
En otras palabras Juliao eso que te van a dar lo tienes que manejar con sabiduría, pero si tu
no lo haces vendrán desgracias para ti, tu familia y el pueblo de esta playa, entiendes
hombre y deja el mal genio porque ese va a ser tu perdición no te dejes llevar, usa la
sabiduría y la razón solo así nos salvarás y te salvarás.
Juliao se queda perplejo ante las palabras de la hechicera y cuando reacciona de ese
letargo ella desaparece en frente a sus ojos. Luego se santigua y maldice el haberse
encontrado con ella.
Escena 3
Silverio: Hombre, Juliao calmate, vos sabés que la madre morocha le señala hacia la proa
del buque donde está situada la imagen de la virgen de “La Candelaria”, no nos va a
abandonar, ella está siempre con nosotros y ella nos quiere mucho, así que dejá tu
preocupación.
Juliao: Tengo un presentimiento de que las cosas no van a resultar esta vez, además me
encontré esta mañana a Casandra la hechicera y me salió con un montón y se rasca la
cabeza de pendejadas y eso me tiene maluco.
Carolo: No deberías echar en saco roto lo que esa mujer te dijo, parece como charlatana
pero en medio de su hechicería sabe predecir el futuro y se los digo porque ella me presagió
que me quedaría sin algo muy importante para mí y me quedé sin mi mano derecha.
Así, que yo de vos le pondría mucha atención a lo que te dijo, nada pierdes.
Silverio. Juliao dejá de ser baboso y concentrémonos en buscar una solución pa que te
tranquilices. y ¿qué te dijo esa bruja?
Juliao: que disque no va a llegar la subienda y que en mis manos esta la solucion y la
salvación pero no se me ocurre nada.
Carolo: pues Juliao hoy apenas es 31 de enero, esperemos tan siquiera hasta que pase el 2
de febrero haber que pasa.
Juliao tira la atarraya al río para ver que logra agarrar, pero solo consigue menos de
la cantidad normal y se ofusca tirando la red. Sus amigos lo invitan para el bar de la
vieja Colombia después de que terminen sus labores y Juliao malgeniado acepta la
invitación de sus amigos.
Son las 7 de la noche y están en el bar de la vieja Colombia tomando platino y biche.
Juliao: Yo no quiero beber mucho porque debo llegar temprano a ver a mi mujer y a mi hijo
que no los veo desde esta mañana.
Carolo: Hombre paisano deje el afán tómese su biche tranquilo que se va a ir para su casa a
ponerle mala cara a su pobre mujer, a pasar el mal rato y la ofuscación con ellos.
Juliao: No hombre que va al contrario tengo que llegar temprano a casa no ve que entonces
ella se preocupa pensando que me pasó algo, no caballero yo me voy.
Silverio: Es verdad Carolo dejalo quieto que se vaya para donde su mujer y su hijo y allá
come en paz de Dios, por lo pronto yo también me voy pa mi casa a ver a mi mujer Nani que
desde esta mañana tampoco la veo y vos Carolo deberías de hacer lo mismo, mirá que ya
está muy noche y andar por ahí solo no es buena idea, vete pa tu casa.
Carolo: Par de amargados, váyanse ustedes yo si me quedo aquí un rato más, total no
tengo a quien correrle, así que no tengo problemas, mas bien de pronto aparece alguien
que me caliente la costilla y me haga la noche más buena y llevadera. Uno no sabe.
Los tres se despidieron y Silverio y Juliao tomaron cada uno el rumbo a casa y Carolo
se quedó en el bar de la vieja Colombia.
Cuando Juliao iba camino a su casa divisó a lo lejos una luz