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UN DÍA EN LA VIDA DE UN EDJTOR

Este editor se despierta en general ahs 9 y media. Aunque-no


por justificarme, sino para síruar el tcma-rnsi nunca apago la luz
:mres de las 3 o las 4 de la madrugada. Ya en pie, dienres, ducha,
desayuno líquido-zumo de naranja y ca.fé-, lectura m:is o menos
dpida de dos periódicos, y en Anagrama --a doce minutos a pie

09-017
desde casa, a tres o cuatro en coche- alrededor de las l Oy medía.
La organización de Anagrama es, en gran medida, radial: des-

3 Copias
pacho bilateralmente con laspersonas responsableseleárea. Cuan-
do entro, Mana, en la recepción, me ínfr)rm;i de las llarnada.s,
saludo a la geme de administración -Noemí, Josep María, Paula,
I.A.E. Emma y mí asistente Crisi:ina---,voy a mi despacho, Noemí me
crae !os e-mails, los faxes, d libro de firmas con cosas urgentes.
Después de un repaso dpido, primera parada en la "sala de
máquinas", la habiwción donde est;fo Izaskun, la responsable
de producción, con la que comenramos decisiones más urgen-
tes, y luego despacho con Tere.~a,gue está en Anagrama desde
finales de los ochenta ocupándose de la redacción, es decir, de
preparar y hacer el seguimiento de los m;urnscriros en lengua
española, y de encargar las traducciones; wdo el proceso hasta
farolitos. Con el tiempo se ha formado un equipo basrante
estable de colaboradores externos (aunque uno de ellos, Fran-
cisco, con frecuencia se encarga de sus tareas en ia propia edito-
rial) para llevar a cabo las correcciones de es[ilo y de pruebas. 1

Mienrras los libros esdn en proceso de impresión, Izaskun pa- .'


ralelamente ha puesto en marcha el proceso de portacfas-grafis-

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t;1,gnbador, plasrificador--- que confluyen con la "tripa" en el tórico casi desde el inicio de h editori:11.
rncuadernador. 'l1ah:1jamos con los mismos proveedores desde Ames de irme, reunión (como rodas, breve) con nuestra lec--
luce n111d10 tiempo por cjcrnplo, con Gn1fos, el impresor ele rora marurin:i, Sus:rna. Los escasos manuscrit:0s gue p:1.sanla pri-
las portadas, desde c1~i los inicios, u-cinta afios- lo gue focilira mera y sevrra criba se envfan ;i nuestros lecrores, r:1111hién esc-,sos.
mucho las cosas; conocen nuestras exigencias, nuestras ''man fas". Y si (por c1sualid:1d) no hay alguna comida de rrabajo, al·
Regreso a mi despacho. Llamadas casi diarias con nuestros m ue170 con Lali en c1sa. Por la rarde, si no hay alguna reunión
dos d isrribuidores: Miguel, de Antonio Machado Libros, de fuera <le la ediroríal, el curso h;1bírual de las mil y un;i
Madrid, y Celia, de Enlace. Y el carrusel de lbmadJs cos;is que conforman d trah;l)o diario.
--autores, agenrcs,
(. . colegas,
...., varios-, la corresnondencía,
r- las ci- Una variame nada intJsual: los días con rueda de prensa, casi
ras. Ldi, en la otr:i puma de la ed1wnal, me informa de 1111;¡ semanal de promedio. El form;iro e.rnínd,u: a Lis 12 en el
novedades de contraración exrranjcra, la que se ocupa, s:1lón del 1-J:orelCondes de Barcdon:1, Ana y yci esrnmns algo
su, conversaciones con ;1u to res. ames, van lleg:1nclolos perioclisras y forógrafrl.s, los ;1u to res posan
Revisión periódica con Joscp Maria de la lista acwnlizada (scnr:1dos,cs~<1lt"r:1,
al aire libre), st 1:aceirecuemo, algurnis llama-
de ejemplares que no se han podido servir por Edra de exis- das de recorcbmrio de t'dtima hora sí, aunque ya sea rarde Lf/
t(~ncias: además de los envíos a Machado, que distribU)'t en Vtmgumrliavendd; B 1W11ndo est,i muy fallón últimamente). Y
Ivbdrid, y a Enlace, en Cataluña y el resto de EspaTía, Ana- cmpiez:1 la rueda (k prensa con norable puntualidad. Nos senr;1-
grama exporta dírectamenre a América Larina, Europa y Es- mos en rorno a una mesa v ancha, sin jerarquía, disposición
radus Unidos. Cada mes se cruzan las listas de rcediciones horiwnral, el ,1uror en el ccnrro de uno de los lados largos y yo, a
sugericb.s por Machado y Enlace y Lis carenáis en América su izquierda, leo una cuartilla, escasa, de introdtJcción: un recor-
Latina. Germán, el jefe de almacén, nos informa del estado datorio del escrícor, o nueva información, o posibles vfas de enfo-
de las exislcncias, y se deciden las reecliciones. que a laobr,1. Después, )peed, del autor y empiezan las pregunras.
Cristina y Paub rienen un rrabajo adicional progresivo: des- A las ruedas de prensa asisten en principio todos los periódi-
cifr:ir mis muchos textos (carras, contraponadas, fajas, artícu- cos, y también r:1dios, ;igencias espaTíobsy lminoarnericanas, al-
los, ere.) escritos a mano. Me quedé en la era del bolígrafo. guna revista literaria. Muchas veces acuden los mismos periodis-
En algün momento, despacho con Ana, la jefo de pren- ras; con mnra continuid;Ki durante afíos, confr)rmamos todos una
sa: llamadas, repaso de prensa, envíos de prepublicaciones, especie de familia, un tmtro stt1hi/e,con un airo grado de interés,
c1le11dario de ruedas de prensa, visitas de autores y otros con los libros casi siempre leídos (otra cosa es la cancha que
aspecros de nuestra arareadísíma actividad promocional. concedan los "desbordado.( jefes de Culrura de los periódicos).
También con Lluís, responsable de b conrabilidad, un his- Una atención acogida rnn cierr:1 sorpresa por muchos amores,

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poco habituados a tanta avidez (aquí no falcaalgún comentario lavado tras tanta letra, y en algún momento, después de cenar,
desfavorablerespecto a la prensa madrileña, más correosa y escép- lectura para la editorial o para exclusivo placer personal (en dicho
tica, se dice). La c~remonia dura hora, hora y media, excepto al- caso, ensayos y textos memoria1ísticos casi sin excepción).
gún caso, como el de José Antonio Marina, que podría embobar En las muchas invitaciones que cursamos conjuntamen-
y de hecho emboba al auditorio todo el rato que quiera. te con el Instituto Francés y el Británico, las ruedas de prensa
Luego, nos vamos con el autor a la librería La Central, muy tienen lugar en el propio instituto. Luego, por la tarde, la
próxima. Los autores no barceloneses se quedan estupefactos conferencia del autor y antes la búsqueda del presentador
ame la cuidadísima selección de los títulos, con gran abundancia -repasando reseñas, recordando afinidades electivas. Tras las
de ediciones en otras lenguas: rndo líbro de cierra importancia conferencias, las cenas: en el piso del director del Instituto
!iteraría y cultural que aparece en los suplementos literarios ex- Francés o en el restaurante Olivé, sede habitual en dichos
tranjeros, al poco tiempo ya está en la librería. Varios de los casos del director del Instituto Británico.
autores visitantes, como Roberto Ca!asso o Sergio Pi to!, se han
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convertido luego en clientes asiduos de La Central, vía Internet.
Después, almuerzo en el restaurante Tragaluz, también muy
cerca, al que se une Lali, que ha bajado de la editorial. Cuan- Éste es el menú de los días laborables. Los fines de semana,
do el autor es maíio la comida es más gregaria, se unen paisa- si logro eludir compromisos, no salgo de casa. Co_mo máxi-
nos y amigotes. Pongamos que se trata de I;élix Romeo: el mo algún sábado por la mañana paseo por librerías y salas de
acompaíiamíemo óptimo lo formarían Pisón, Tomeo y Vila- exposiciones. Ent:onces es cuando !eo manuscritos, bolígrafo
Maras, y si están en Barcelona, Davíd Trueba y Luis Alegre. en mano y con todo el tiempo por delante. A menudo no
También latinoamerícanos: si el presentado es Roberto Bola- almuerzo hasta las cuatro o las cinco de la tarde, cuando he
íio, no andarán lejos Rodrigo Fresán e Ignacio Echevarría. terminado el texto; otras veces, si no es posible acabarlo, pero
Después del a.lmuerw, siguen las entrevistas individuales con tengo ganas de seguir, un almuerzo ligero -ensalada, fruta--
el autor, mientras nosotros regresamos a la editorial. A las siete para que la digestión no estorbe. Y también, cada vez más a
nos marchamos y si no hay alguno de los muchos compromisos menudo, escribo artfculos, como este mismo.
-presentaciones, cócteles, cenas- me recluyo en casa. Ocupacio-
El Ciervo, marzo de 2002
nes habituales: lectura de la prensa cultural espaíiola y extranjera
(Anagrama está suscrita, como es natural, a numerosas publica-
ciones), atención más o menos flotante (o muy atenta en los
partidos de futbol) a la televisión, que actúa a modo de túnel de

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