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CARRERA
Licenciatura en Arquitectura
MATERIA
Proyectos VI
DOCENTE
Arq. Alberto Osuna Palma y Meza
TRABAJO
Los ojos de la piel: Segunda Parte
ALUMNO
Jesús Alberto Moreno Padilla
Ahora bien, desde mi punto de vista, considero que Pallasmaa se equivoca un poco al
proponer una dualidad tan fuerte entre la visión y los demás sentidos. La visión es
también una experiencia física, no solo un sentido “racional”. Como señala Pallasmaa, la
mirada es una caricia e implica una identificación táctil. Entonces no se trataría de
eliminar la visión, sino de integrarla en una interacción con los demás sentidos. ¿No se
deja llevar Pallasmaa hacia una polarización excesiva? Quizás la realidad sea más
compleja e integrada.
Por otro lado, aunque la mayor parte de la arquitectura moderna ha sido fría e impersonal,
hay excepciones notables en las que vemos una síntesis de modernidad y experiencia
multisensorial. Por ejemplo, me gustaría resaltar el trabajo de Luis Barragán, en donde
Barragán crea espacios arquitectónicos llenos de emoción, color y textura. No se debe
descartar toda la herencia moderna, sino más bien ampliarla. ¿Está el autor idealizando
ligeramente la tradición frente a la modernidad?
Otro aspecto clave que destaca Pallasmaa es la importancia del material y la técnica
constructiva. Las superficies de piedra, madera o metal no son solo imágenes visuales,
sino que transmiten temperatura, textura y peso. Su presencia tangible nos une
físicamente. Esta dimensión material es importante para la arquitectura de los sentidos.
Asimismo, Pallasmaa señala acertadamente la necesidad de integrar las dimensiones
temporales. La arquitectura no es una imagen fija, sino una secuencia de
acontecimientos que ocurren a lo largo del tiempo. Entrar en el edificio, recorrerlo,
acostumbrarse a sus ritmos. La arquitectura sensorial debe incluir esta temporalidad viva.
En mi opinión, la arquitectura no solo puede reducirse únicamente a la creación de
experiencias subjetivas y poéticas. También juega un papel racional en la construcción
de la ciudad y la sociedad. ¿Sobreestima un poco el autor su capacidad para moldear el
comportamiento y el estado de ánimo? La gente es más compleja. El entorno construido
no define completamente nuestra experiencia.
También debemos tener cuidado de no caer en juicios demasiado simplistas sobre lo
que es “natural” contra lo que es tecnológico. No todo lo moderno es frío e inhumano.
¿Están las nuevas tecnologías distanciando a las personas de experiencias
multisensoriales significativas? ¿O pueden mejorarlo de nuevas maneras? Este es un
tema que requiere varios puntos de vista.
En resumen, Juhani Pallasmaa abre interesantes líneas de reflexión sobre la experiencia
multisensorial de la arquitectura, pero quizás con cierta tendencia a una excesiva
polarización. Considero que la clave es integrar la razón y la emoción, la memoria y la
innovación, la visión y la corporeidad en nuevas síntesis que superen dualidades
estériles. Debemos recuperar la riqueza de la experiencia humana sin ignorar los aportes
de la modernidad. El desafío es un equilibrio complejo. ¿Es esto realmente posible o es
un ideal difícil de alcanzar? La pregunta sigue abierta.