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OPERACIÓN CIUADADELA

Tercera fase: 16 de julio – 5 de agosto de 1943. Ofensiva Soviética de Verano al


norte y al sur del saliente de Kursk. Retirada de Orel y Bjelgorod.

Heeresgruppe Mitte

El viernes 16 de julio de 1943, la fuerte resistencia del 2. Panzerarmee -ahora bajo el


mando directo del GenOberst Model- es vencida por las fuerzas soviéticas, que alcanzan
el río Oleschnja. En cinco días, los 3º y 63º Ejércitos del Frente Brjansk han arrollado las
defensas alemanas en un frente de 36 kilómetros de anchura y entre 17 y 22 kilómetros
de profundidad. Mientras tanto, Hitler ordena, contra los deseos del Heeresgruppe Süd,
que el 2. SS-Panzerkorps sea relevado y trasladado a las cercanías de Bjelgorod. El
mismo día, el Generaloberst Model recibe la autorización del OKH para retirar sus
ejércitos a las posiciones de partida. El movimiento, realizado con nocturnidad, toma por
sorpresa a los soviéticos.
Al este
de Orel, julio de 1943. El Frente de Brjansk se lanza a la ofensiva.

Heeresgruppe Süd

El sábado, 17 de julio de 1943, los Frentes Suroeste y Sur se lanzan también a la


ofensiva, en el sector de Isjum y en el Mius respectivamente. Y lo hacen justo en el
momento en que el Heeresgruppe Süd ha decidido también retirar sus agotadas unidades
a los puntos de partida de Zitadelle. Todo el frente oriental se pone en movimiento. En
las filas del Frente Suroeste se lanzan al ataque los 1º y 8º Ejércitos de la Guardia.
Consiguen establecer una cabeza de puente en la orilla oeste del Donez de 30 kilómetros
de anchura por 12 de profundidad. Al mismo tiempo, las tropas del Frente Sur se
afianzan en la orilla derecha del Mius.

Con las operaciones de estos dos Frentes, se roba la posibilidad al OKH de trasladar
tropas del valle del Donez para llevarlas a Orel y Bjelgorod. Aún peor: con ellas, se
obliga al Mando Alemán a trasladar cinco Panzerdivisionen desde Charkow y una
Panzergrenadierdivision desde Orel al valle del Donez. GFM von Manstein: “El OKH
nos ordenó el día 17 el relevo inmediato del 2. SS-Panzerkorps al completo para dejarlo
disponible así como la cesión de otras dos Panzerdivisionen al Heeresgruppe Mitte. En
vista de semejante debilitamiento de sus fuerzas, el Alto Mando del Heeresgruppe se vio
forzado a renunciar a sus planes de ofensiva, romper el contacto y retirar a las unidades
a las posiciones de partida”.
Werchopenje, 17.07.1943. Panzerspähwagen de la Grossdeutschland cambiando de
posición.

En ese momento, las 42 divisiones del Heeresgruppe Süd (entre ellas 13 Panzer y
Panzergrenadier) tienen enfrente un enemigo que les supera en una proporción de 7:1.
Un alivio para von Manstein: junto con el refuerzo del XXIV Panzerkorps del Gen. d.
Pz. Tr. Nehring, que se aproxima a marchas forzadas al valle del Donez, de momento
consigue retener al II. SS-Panzerkorps (al que Hitler sigue queriendo trasladar a Italia).
Pero siguen aumentando los signos de una crisis aún mayor por venir: se aprecia la
acumulación de nuevas fuerzas soviéticas frente al debilitado flanco norte del
Heeresgruppe Süd. Se espera que sea aquí donde caiga el esfuerzo principal de la
ofensiva soviética de verano, con el objetivo de ganar las espaldas a los Heeresgruppe A
y Süd para después destruirlos. Las tropas de este Heeresgruppe se encuentran ahora de
nuevo en sus posiciones de partida del 5 de julio de 1943.

Heeresgruppe Mitte

El Generaloberst Model es capaz, en principio, de detener en algunos sectores el avance


de las tropas soviéticas en el saliente de Orel, a costa de tremendos combates a la
defensiva. General Schtemenko: “El ataque del Frente Brjansk se realizó por lo general
de forma demasiado lenta y, por ello, fue totalmente detenido por el enemigo cinco días
después a lo largo del río Oleschnja”.

Al mediodía del 17 de julio la Escuadrilla Normandie, de la Francia Libre, escoltó a los


Il-2 soviéticos en continuos ataques rasantes contra las columnas de aprovisionamiento
del 2. Panzerarmee en la carretera Bolot-Orel. En dicha misión sería derribado el
comandante de la escuadrilla, Major de Tulasne, que encontraría allí la muerte en acción.

El domingo 18 de julio de 1943, los soviéticos movilizarían para su ataque, sólo en el


sector del 9. Armee, 600 tanques con centro de gravedad contra las 36. Infanteriedivision
y 18. Panzerdivision. Hasta ese momento, este sería el mayor número de tanques
concentrados en un frente tan estrecho.
La dureza del ataque soviético contra el 2. Panzerarmee obligaba al OKH a trasladar con
la mayor urgencia tropas desde otros sectores del frente. Así, por ejemplo, a lo largo de
la semana del 11 al 18 serían trasladadas cuatro Panzerdivisionen y una motorisierte,
todas ellas del 9. Armee, para reforzar al amenazado 2. Panzerarmee.

A pesar de las horribles pérdidas sufridas hasta este momento en la batalla de Kursk,
STAWKA decide lanzar su ofensiva de verano en toda la anchura del frente. Aún así, el
ataque concéntrico de los Frentes Occidental y Brjansk contra la retaguardia del saliente
de Orel es parado, en principio, por el 9. Armee en Karatschew y al este de Orel. Para
aumentar el ritmo de ataque propio y poder destruir a los refuerzos alemanes recién
llegados al saliente de Orel, STAWKA lanza fuertes contingentes de su reserva
estratégica contra dicho sector del frente: el Frente Occidental es reforzado, el mismo día
18, por el 4º Ejército Acorazado (Teniente General Badanow) y por el 2º Cuerpo de
Caballería de la Guardia (Comandante General Krjukow). El Frente de Brjansk es
reforzado por el 3º Ejército Acorazado de la Guardia (Teniente General Rybalko).

En principal problema al que ha de enfrentarse desde el primer momento el Frente


Central es el de la escasez de suministros recibidos, ya que la capacidad de la línea
Kastornoje-Kursk se muestra como insuficiente desde el primer día. La única ayuda
exterior la prestan las Tropas de Transporte Aéreo (Teniente General Skripko): por vía
aérea se hace llegar a los puntos críticos munición, sangre y material sanitario. En los
vuelos de regreso serán evacuados un total de 21000 heridos. Significará el mayor
puente aéreo soviético para evacuación de heridos en toda la guerra.

Ese mismo día 18, la Luftflotte 6 (GenOberst Ritter v. Greim) inicia la retirada de sus
fuerzas. Siguiendo la táctica de la “tierra quemada”, las pistas y servicios de los
aeródromos son desmantelados y los restos son minados con las bombas de aviación
sobrantes.

En la noche del 18 al 19 de julio, el Frente de la Estepa (Coronel General Konjew) es


lanzado a la ofensiva por STAWKA.

Heeresgruppe Mitte

A primeras horas de la mañana del 19, el 11º Ejército de la Guardia rompe las defensas
alemanas en todo su sector del saliente de Orel, avanzando más de 70 kilómetros. Sus
avanzadillas corren hacia el sur en dirección a Chotynez, llegando a situarse rápidamente
a menos de 25 kilómetros de Karatschew y a 20 de Chotynez. Las líneas de conexión del
9. Armee con el noroeste están ahora seriamente amenazadas: una brigada acorazada
soviética ya ha cruzado la línea férrea Brjansk-Orel cerca de Chotynez y avanza ahora
hacia la carretera situada más al sur.

La situación recuerda al desastre de Kalatsch: entonces, en noviembre de 1942,


condiciones parecidas llevaron al embolsamiento y destrucción del 6. Armee en
Stalingrado. Por suerte para el Generaloberst Model, el 11º Ejército de la Guardia ha
esparcido sus fuerzas por un sector de 150 kilómetros de anchura para atacar Chotynez y
Bolchow simultáneamente. Con ello se diluyó su fuerza de empuje, restándole la
necesaria efectividad a la hora de continuar su maniobra con un ataque renovado a
espaldas del 9. Armee en el sector de Orel. Para asegurar sus líneas de comunicación,
Model ha de lanzar aún más unidades a la brecha, tomando de nuevo por los pelos el
control de la difícil situación.

La catástrofe que se avecina es evitada, para sorpresa de STAWKA, principalmente por


la Luftwaffe. Estos serán los últimos días de gloria de los Stukas: el VIII. Fliegerkorps
(GenMaj. Seideman) y otras unidades de la Luftflotte 4 y todas las de la Luftflotte 6
realizan continuos ataques temerarios contra los puntos de ruptura. Se destacará
especialmente la Schlachtgeschwader 9 (OberstLt. Kupfer) con su sección de
Panzerschlachtfliegern (Hptm. Meyer). Los aparatos Junkers Ju 87 G-1, Henschel Hs
129 B-2 y Focke-Wulf FW 190 G-1 atacan en picado con sus armas antitanque a las
cuñas del 11º Ejército de la Guardia, cubiertos por los cazas de las Jagdgeschwader 3 y
52, mientras que las Kampfgeschwader de Heinkel He 111 y Junkers Ju 88 lanzan
continuos bombardeos pesados contra las concentraciones soviéticas.

Generaloberst Model: “… por primera vez se consiguió detener un asalto acorazado


enemigo a espaldas de dos Ejércitos únicamente mediante el uso de medios aéreos”.
Mientras tanto, el 61º Ejército (Teniente General Bielow) consigue avanzar 20
kilómetros tras dura lucha. Rodea Bolchow desde el norte y el este y se acerca a cinco
kilómetros de la ciudad.

Al mismo tiempo, los soviéticos asaltan todo el frente del XXXXVIII. Panzerkorps, con
centro de gravedad contra el sector de la 36. Infanteriedivision mot. (GenLt. Gollnick),
consiguiendo fuertes rupturas. Aunque el cuerpo acorazado siga estando formado, sobre
el papel, por ocho divisiones, estas no tienen, a estas alturas, más que una mínima parte
de su fuerza habitual. Especialmente dolorosa es la falta de infantería. No quedan
reservas. General von Knobelsdorff: “dadas las circunstancias, se necesitaban medidas
radicales para evitar una ruptura total en dirección a Orel. Decidí retirar mi
Panzerkorps varios kilómetros”.

Infantería del 11º Ejército de la Guardia asalta las posiciones del XXXXVIII.
Panzerkorps.

Model se rompe la cabeza, mientras todo esto ocurría, planeando el transporte de los
almacenes de vanguardia llenos hasta los topes de insustituible material que habían sido
preparados para la operación Zitadelle y que ahora corrían peligro de caer en manos
soviéticas. Así, por ejemplo, sólo en el sector del XXXXVI. Panzerkorps había
almacenadas 900 toneladas de provisiones. En Kromy, donde ya se combate, estaba el
almacén de Iwanowsk, con 4000 toneladas de valiosa munición.

Por la tarde, el flanco izquierdo del Frente Brjansk, reforzado ahora por un nuevo
Ejército Acorazado, consigue quebrar la resistencia alemana en el Oleschnja y avanza
diez kilómetros hacia el oeste del río. Comandante General Jakubowski: “A pesar de la
encarnizada resistencia enemiga, nuestras unidades acorazadas consiguieron
desalojarlos de sus posiciones en el Oleschnja y hacerlos retroceder de 10 a 12
kilómetros hasta la caída de la noche. La defensa de retaguardia enemiga estaba rota y
la situación en la dirección principal del ataque del Frente Brjansk cambió
rápidamente”.

El martes, 20 de julio de 1943, llegó al Cuartel General del 2. Panzerarmee en Orel la


Führerbefehl -orden del Führer- que prohibía al 9. Armee y al 2. Panzerarmee cualquier
movimiento de retirada. Al mismo tiempo, los soviéticos endurecían sus ataques en el
sector del XXXXVIII. Panzerkorps, aunque sin éxito. Se destruyen 20 carros soviéticos.
Hacia las 18:00, recién llegado del frente, el Generaloberst Model se enfrenta
acaloradamente en una conversación radiofónica con el GFM von Kluge (en Smolensk)
a la orden de Hitler. Von Kluge le promete intervenir inmediatamente en el
Führerhauptquartier.

La siguiente noche, los partisanos darán un golpe en la estación de Osipowitschi que


tendrá un éxito inesperado: una mina magnética de nueva factura fijada en un tren de
transporte de combustible explota. La gasolina extiende inmediatamente el incendio por
toda la estación. Dos trenes cargados de munición, que esperaban en las vías
secundarias, explotan al llegarles el fuego y se llevan por delante un cuarto tren cargado
de Tigres recién llegados de fábrica.

A las 21:00, el GFM von Kluge comunica al AOK 9 que Hitler se ha mostrado de
acuerdo con los movimientos de retirada planeados por Model.

La noche del 20 al 21 traerá consigo la hora de la verdad para el Generalleutnant


Scheller, comandante de la valerosa 9. Panzerdivision austriaca que combate en el sector
de Orel: Scheller, condecorado con la Ritterkreuz por su sobresaliente estilo de mando,
da de nuevo las muestras del más arrojado valor. Y lo hace, esta vez, no ante el enemigo,
sino ante sus superiores. El general, soldado desde los 19 años, sabe cuando no debe
obedecer.

Esa noche, a las 00:00, recibe del General Harpe, Comandante General del XXXXI.
Panzerkorps, la orden de expulsar a los soviéticos de las alturas al oeste de Krassnikowo
con el Panzergrenadierregiment 11 y el I./Panzerregiment 33 (primer batallón del
regimiento acorazado 33). El I./Panzergrenadierregiment 10 (primer batallón del
regimiento de granaderos acorazados 10) debe seguir a los carros en la maniobra y el
II./Panzergrenadierregiment 10 (el segundo batallón del mismo regimiento) ha de ocupar
Koptewo y la cota 213,0.

El Generalleutnant Scheller y su Ia, el Oberstleutnant i. G. von Rücker, están de acuerdo


en que la operación planeada fracasará y sólo dará un número insoportable de bajas
como resultado. Hasta las 02:30, Scheller esboza un nuevo plan de ataque y entonces
llama a Harpe para informarle de lo inviable de su orden. Entre otras cosas, le dice que
su responsabilidad ante las tropas a su mando es más importante que cualquier otra
consideración.

A las 03:45, su Ia le pasa a Harpe un informe por escrito de Scheller, en el que continúa
negándose a obedecer la orden recibida. A las 04:20, la 9. Panzerdivision informa sobre
su propio plan de ataque y pide el visto bueno del Panzerkorps: según el plan alternativo
de la 9. Panzerdivision, el I./Panzerregiment 33 y el I./Panzergrenadierregiment 10
abrirán el ataque como un ariete. Después, se les unirá el Panzergrenadierregiment 11,
para cubrir los flancos del ataque.

A las 04:35, el Oberst Jollasse, del estado mayor de la 9. Panzerdivision recibe un aviso
por radio del General Harpe preguntándole si el encabezará el ataque. Jollasse responde
que de acuerdo, pero sólo si el ataque se realiza según el plan de Scheller. Diez minutos
después, von Harpe destituye a Scheller del mando de la 9. Panzerdivision.

A primeras horas de la mañana del día 21, los soviéticos lanzan fuertes ataques al norte
de Orel contra los sectores de la 10. Panzergrenadierdivision (GenLt. Schmidt) y de la 9.
Panzerdivision (ahora, Oberst Jollasse), consiguiendo romper el frente con tanques e
infantería y presentarse a escasos metros del puesto de mando avanzado del
Grenadierregiment 20. Con la ayuda de una sección blindada de la 9. Panzerdivision, los
granaderos consiguen cerrar la brecha. También se combate ante el puesto de mando
avanzado de la 10. Panzergrenadierdivision, donde uno de los guardias consigue destruir
un T-34 con un cañón de infantería.

El destino quiso que, pocas horas después de destituir a Scheller, el General Harpe
tuviese que echar mano urgentemente a las unidades de la 9. Panzerdivision que habían
sido piedra de toque en su desacuerdo: a primeras horas de la mañana, la flota aérea roja
había cubierto de bombas al I./Panzergrenadierregiment 10 en sus posiciones de espera.
A las 10:30, el II./Panzergrenadierregiment 11 había sido arrollado. El
II./Panzergrenadierregiment 10, que debía tomar en rápido contragolpe la cota 222,4 al
sur de Krassnikowo, es él mismo atacado por fuerzas soviéticas superiores. Los
batallones que han de participar por orden personal de Harpe en el ataque,
I./Panzergrenadierregiment 10 y I./PAnzerregiment 33 llegan a sus posiciones de partida
a las 12:00. Pero, ante la excesiva presión enemiga, Harpe ha de desistir a las 14:25
pasando a la defensiva en la línea Karantiajewo-Koptewo.

Hasta el mediodía, las unidades de Frente Brjansk que atacan en al norte de Orel han
ocupado ya un terreno de 50x50 kilómetros robado a las arrolladas defensas alemanas.
Se encuentran ya en las cercanías de Orel y se acercan a la línea férrea Orel-Brjansk, por
la que es aprovisionado todo el saliente de Orel. Sólo gracias a la continua intervención
de las fuerzas aéreas alemanas se ha conseguido, hasta el momento, detener a las cuñas
soviéticas el tiempo suficiente como para traer divisiones de tapón desde el sur.

El plan de STAWKA de atacar Orel desde el norte y tomar la ciudad en la misma


maniobra es, de esta forma, desmontado. Esta sería la última gran acción de los
Schlachtflieger alemanes. General von Knobelsdorff: “A partir del 21, el enemigo no
intentó ningún gran ataque más. Su progresión en olas gruesas le había costado
terribles pérdidas y ahora esperaba agotado en sus líneas... los siguientes días sólo
hubo pequeños asaltos protegidos por tanques”.

Los puntos de ruptura fueron taponados uno tras otro, llegándose a la situación esperada
para la realización del “Hagen-Bebegung”, la evacuación del saliente de Orel. El 9.
Armee, seriamente debilitado, no puede mantener sus posiciones por más tiempo.

Al día siguiente, jueves 22 de julio de 1943, el Oberst Teske, Jefe del Transportwesens
Mitte, ordena a sus puestos y tropas la inmediata evacuación del saliente de Orel. En la
orilla oeste del Optucha se forma el Kampfgruppe Traut partiendo de la 78.
Sturmdivision y de secciones de la 36. Infanteriedivision mot. y de la 262.
Infanteriedivision, siendo subordinado al XXXV. Armeekorps. Su misión: detener una
posible ruptura del enemigo hacia Orel y cubrir la retirada del resto de las unidades. Los
preparativos para la retirada del Transporwesen implicaban el desmontaje de todos los
talleres ferroviarios, los medios técnicos y los experimentados trabajadores locales.
Oberst Teske: ”la evacuación del saliente de Orel tuvo lugar gracias al continuo rumiar
en la oreja de Hitler del alto mando del Heeresgruppe Mitte. Si Hitler se hubiese
empeñado en mantener su negativa a la retirada y el movimiento de evacuación no
hubiese tenido lugar, se habría dado otro Stalingrado”.

A partir del 22, comienzan una serie de golpes de los partisanos, perfectamente
planeados y orquestados, contra los tramos de vía sobre los que llegan los refuerzos
alemanes al saliente. Llegan a producirse hasta 750 voladuras en un sólo día. Así, por
ejemplo, la línea de una sola vía entre Chutor y Michailowski, sobre la que llegan
importantísimos refuerzos de tropas del Heeresgruppe Süd hacia Orel, queda fuera de
servicio durante dos días. Mediante el uso de nuevas minas magnéticas, en especial
contra transportes de combustible, se provocan gigantescos incendios que llevan a
tremendas pérdidas materiales.

El viernes, 23 de julio de 1943, las tropas del Frente de Brjansk consiguen poner en
retirada, tras sus éxitos en el saliente de Orel, a las tropas alemanas del sector de
Mzensk. Cuando alcanzan las orillas occidentales de los ríos Oka y Optucha se
encuentran, sin embargo, con una fuerte resistencia.

Mientras tanto, Stalin presiona a sus dos plenipotenciarios, los Mariscales Schukow y
Wassilewski, para que aceleren el avance hacia el oeste. Las tropas están, sin embargo,
agotadas por la dureza de los combates de las últimas semanas y falta además munición
y, sobre todo, combustible y munición. Mariscal Schukow: “Por culpa del agotamiento
de nuestro 1º Ejército Acorazado y de los 6º y 7º Ejércitos de la Guardia, el enemigo
pudo retirar sus fuerzas principales a la línea defensiva de Bjelgorod hasta el día 23.
Las tropas de los Frentes Occidental y Woronesch, que combatían en esos días en la
línea principal de defensa enemiga, no fueron capaces de lanzarse inmediatamente a la
contraofensiva, como había ordenado nuestro Comandante en Jefe”.

El Mariscal Schukow inspecciona las unidades del Frente de la Estepa en compañía del
Coronel General Konjew.

Heeresgruppe Süd

La noche del 23 de julio, las tropas del los Frentes Woronesch y de la Estepa volvieron a
ocupar la línea que defendían al comienzo de la operación Zitadelle. Ahora comienzan,
según lo ordenado por STAWKA, con los preparativos para la contraofensiva en
dirección Bjelgorod-Charkow. Coronel General Konjew: “La operación Ciudadela
había fracasado totalmente. Se ultimaron los preparativos para la contraofensiva
planeada. Los plenipotenciarios del Cuartel General, Mariscales Schukow y
Wassilewski, se reunieron en mi puesto de mando para aprovechar las experiencias
adquiridas en la gigantesca batalla defensiva”.

El sábado, 24 de julio de 1943, las tropas soviéticas habían completado su marcha hasta
las posiciones de partida al norte de Bjelgorod.

Heeresgruppe Mitte

El domingo 25 de julio, las tropas del Frente de Brjansk iniciaron su asalto final para la
liberación de Orel. Las unidades alemanas ofrecieron una resistencia desesperada y
realizaron, incluso, algún contraataque local. La Luftwaffe intento una vez más, aunque
esta vez sin éxito, frenar a las cuñas acorazadas soviéticas.

Ese mismo día, sorprendentemente, Hitler no sólo autorizó una retirada local del 9.
Armee, sino que también ordeno que se acelerara al máximo la retirada. La razón: sus
miedos sobre la situación en Italia. Había recibido la noticia del derrocamiento de
Mussolini. Hitler quiere ahora sacar la mayor cantidad posible de tropas del frente
oriental para estabilizar la situación en el sur de Europa.

El lunes, al amanecer, el 4º Ejército Acorazado y el 11º Ejército de la Guardia inician su


nueva misión ofensiva: el grueso de la unidades avanza hacia la línea férrea Orel-
Brjansk, mientras que el resto se aproxima a Bolchow para ayudar al Frente de Brjansk a
aplastar a las unidades alemanas que aún ofrecen allí resistencia. El avance del 4º
Ejército Acorazado será desesperadamente lento: apenas cinco kilómetros al día.

Al mismo tiempo, Hitler ordena en una reunión con el GFM von Kluge en la
Wolfsschanze que éste traslade inmediatamente varias divisiones de su Heeresgruppe al
frente italiano. GFM von Kluge: “Mein Führer! Le hago saber que en este momento no
tenemos nada que trasladar. ¡Es definitivamente el peor momento!”.

El OKH se decide por fin a evacuar definitivamente el saliente de Orel. Las tropas han
de retirarse inmediatamente a la llamada “Hagen-Linie” al oeste de Orel. Mientras se
toman estas decisiones, las fuerzas acorazadas soviéticas renuevan sus ataques
concéntricos contra el sector del XXXXVI. Panzerkorps. Consiguen penetrar hasta cinco
kilómetros en las defensas de la 102. Infanteriedivision entre Murawtschik-Solotoje Dno
y Grankino.

El miércoles, 28 de julio, el grueso del Frente de Brjansk está a las puertas de Orel por el
norte. Su flanco izquierdo rodea la ciudad desde el sudeste, aproximándose hasta unos
20 kilómetros de la ciudad. Al mismo tiempo, los defensores de Bolchow son arrollados,
así que ahora las tropas que se preparaban para defender Orel se ven amenazadas
también por el flanco y la retaguardia. A mediodía, el OKH da la orden para la
“Unternehmen Herbsreise” (Operación Viaje Otoñal). Se trata de la evacuación
definitiva del saliente de Orel y la retirada del 9. Armee y del 2. Panzerarmee a la
Hagen-Linie en la orilla occidental del Desna.

Comienzan los preparativos para la retirada gradual de las tropas del sistema defensivo
de Orel, ordenada para el día 1 de agosto. Los chubascos torrenciales convierten caminos
y carreteras en un desierto de lodo que dificulta enormemente los movimientos de
tropas. Ese mismo día, el Wehrmachtberich menciona por primera vez la expresión
“defensa elástica”, aunque sólo autorizándola en el sector de Orel. Con ella, se pretende
sustraer a las propias tropas de los efectos de las concentraciones artilleras soviéticas y
combatir las cuñas acorazadas soviéticas fuera del alcance efectivo de sus baterías.
Dicha táctica dilatoria sólo será útil hasta que las baterías motorizadas de la artillería
soviética hayan adelantado sus posiciones cubiertas por las brigadas acorazadas.
Entonces, los alemanes tendrán que retrasarse otro salto y volver a empezar el juego.

Simultáneamente con las operaciones del Ejército Rojo en el sector de Orel, STAWKA
intensifica la actividad de las numerosas partidas de partisanos en la retaguardia del
frente alemán, especialmente contra las líneas de aprovisionamiento. De esta forma,
entre el 22 de julio y el 1 de agosto de 1943 y sólo en dicho sector de Orel, se producirán
casi 7500 voladuras de vías férreas. Según STAWKA, ha estallado la “guerra de las
vías”.
Los golpes de los partisanos no se dirigen únicamente contra tres e instalaciones de la
Wehrmacht. Tampoco la Luftwaffe se encuentra a salvo de ellos: según los informes de
la KG 51 “Edelweiss”, que en ese momento realiza ataques de apoyo a las tropas
alemanas que combaten en el sector de Belew desde el aeródromo de Sjeschtschinskaja
en Roslawl, los ataques partisanos les cuestan numerosos aparatos y tripulaciones:
algunos partisanos, que se han camuflado entre los “Hiwis” que realizan trabajos de
mantenimiento en el aeródromo, aprovechan la noche para acoplar en los depósitos
auxiliares de 900 litros de los Ju 88 cargas explosivas con una espoleta barométrica
preparada para hacerlos explotar cuando el avión pierde altura (por ejemplo, en el ataque
en picado). Al principio, nadie puede aclarar la causa de las numerosas explosiones
repentinas de aviones en el aire, hasta que, en un control rutinario, se encuentra una de
las cargas explosivas en una cesta de huevos que lleva una aparentemente inocente
granjera rusa.

Más problemas para el GenOberst Model: ¿Cómo evacuar 20000 toneladas de


material?

El domingo, 1 de agosto de 1943, comienza la operación “Herbsreise”. Dicha retirada


táctica pretende conseguir la retirada ordenada en cuatro saltos, línea a línea, hasta la
Hagen-Linie (100 kilómetros hacia el oeste), de todas las tropas alemanas del saliente de
Orel. Al mismo tiempo, el OKH informa al Generaloberst Model de que, tras el éxito del
movimiento, deberá ceder más de veinte divisiones para otros frentes, especialmente
para Italia. Los movimientos de retirada ordenados son dificultados por los ataques
soviéticos: el Ejército Rojo realiza continuos intentos de ruptura y de flanqueo, pero las
tropas alemanas en retirada no ceden en ningún momento la iniciativa. Además, los
numerosos ríos que corren de norte a sur, paralelos unos a otros, a lo largo de todo el
frente, facilitan a las tropas alemanas la constitución de sucesivas líneas defensivas.

Model se enfrenta, sin embargo, al peligro no sólo de que el 4º Ejército Acorazado le


corte la línea férrea Orel-Brjansk; sino también de que las tropas de los Frentes Central y
de Brjansk rodeen totalmente Orel. Esta ciudad era uno de los principales centros de
aprovisionamiento de la Wehrmacht en el frente oriental, y la evacuación de varios
almacenes con alrededor de 20000 toneladas de provisiones, munición, combustible y
recambios, así como de los numerosos hospitales, se convirtió en un problema
prácticamente irresoluble. El Cuartel General del Heeresgruppe, en Smolensk, toma la
decisión de que, a partir de ahora, serán ellos y no el GenOberst Model los que ordenen
cada salto de línea en línea en la retirada; lo que, dados los casi 300 kilómetros que
separan Smolensk y Orel, no parece muy operativo. Mientras tanto, el enemigo presiona
tanto que en algunos sectores se llega a la lucha cuerpo a cuerpo y el frente se acerca
cada vez más a la ciudad.

El lunes 2 de agosto, los oficiales de estado mayor de la sección de propaganda -


St.O.Prop.- realizan balance de la Unternehmen Silberstreif, que se ha estado llevando a
cabo en los Heeresgruppe Süd y Mitte dentro del marco de Zitadelle. La operación, que
prometía tantos éxitos al comenzar en la noche del 6 al 7 de mayo, acabaría por ser
decepcionante: en todo el frente del Heeresgruppe Mitte, a lo largo del mes de mayo,
sólo se recogieron 899 desertores, en junio 1087 y en julio 2345, es decir, un total de
4331. En el Heeresgruppe Süd serían algunos más: 831 en mayo, 665 en junio y 3543 en
julio. Un total, entre los dos Heeresgruppe de 9370 desertores soviéticos. Si pensamos
que a lo largo de la operación serían lanzadas cerca de mil millones de hojas volantes,
tocan a 106724 por cada desertor, es decir, unos 150 Kg. de papel por cabeza. La
operación de propaganda Silberstreif, con la que el mando alemán pretendía debilitar a
las unidades soviéticas, es abandonada.

Retirada hacia el Desna. “La guerra de las vías”.


Heeresgruppe Süd

El martes día 3, los Frentes Woronesch y de la Estepa se lanzan, desde los sectores norte
y sur de Bjelgorod, contra el flanco izquierdo del Heeresgruppe Süd en dirección
Bjelgorod-Charkow-Poltawa.

Comandante General Popiel: “Era una mañana hermosa y tranquila. La densa niebla de
los riachuelos se iba levantando y disolviendo lentamente. De repente, silbaron los
disparos de los Katjuskas. Desde la artillería pesada hasta la regimental, todas las
bocas de fuego colaboraron en el concierto infernal”.

Con este gran ataque (STAWKA concentró en algunos sectores hasta 70 tanques y 230
cañones por cada kilómetro de frente), comienza el segundo acto de la ofensiva soviética
de verano. Golpeó con toda su furia contra las sorprendidas tropas alemanas que,
precisamente esa noche, relevaban a sus efectivos de primera línea. Según las cifras
soviéticas, superaban a los alemanes en tanques y artillería en un porcentaje de 6:1.

En menos de tres horas, los 5º y 6º Ejércitos de la Guardia, que atacan desde el sur de
Jakowlewo, consiguen profundas rupturas en las líneas alemanas, por las que se cuelan
cientos de tanques. Arrollan a las columnas de aprovisionamiento que se encuentran por
el camino, además de posiciones de retaguardia y barracones llenos de soldados
agotados. Los alemanes no tienen ni tiempo de retirar los carteles de aviso de sus
campos de minas. En las operaciones intervienen también más de 300 partidas de
partisanos que, en una serie relámpago de ataques realizados la noche de la víspera de la
ofensiva, vuelan cientos de tramos de vía, dejando inmovilizado durante dos días todo el
tráfico ferroviario a retaguardia de los Heeresgruppe Süd y Mitte y obligando a los
alemanes a desviar aún más unidades para asegurar sus comunicaciones.

Hasta el mediodía, las fuerzas de los Frentes Woronesch y de la Estepa penetran, en el


sector de Tomarowka-Borissowka, hasta seis kilómetros en la segunda línea de defensa
alemana. A las 13:00, el 1º Ejército Acorazado y el 5º Ejército Acorazado de la Guardia
son lanzados al punto de ruptura con la misión de ampliarla en profundidad. GFM von
Manstein: “el 3 de agosto se inició el ataque enemigo contra el 4. Panzerarmee y el
frente de la Armeeabteilung Kempf al oeste de Bjelgorod… el 4. Panzerarmee fue
rechazado hacia el oeste de Charkow y las tropas de Kempf lo fueron hacia el sur”.

Hasta el atardecer del día 3 de agosto, las tropas soviéticas habían conseguido avanzar
26 kilómetros. También consiguieron producir una ruptura en el sector de unión entre el
4. Panzerarmee y la Armeeabteilung Kempf. Al ampliarse en anchura y profundidad
dicha brecha, se ponía en peligro todo el dispositivo alemán en torno a Charkow.

Heeresgruppe Mitte

En la noche del 3 al 4 de agosto de 1943, las secciones avanzadas de los 3º y 63º


Ejércitos llegaban a los arrabales de Orel. Esa misma noche, el 8º Cuerpo Mecanizado de
la Guardia arrollaba la segunda línea alemana en el sector de Demnino y continuaba su
asalto hacia el sur.
La lucha casa por casa en Orel, 3 de agosto de 1943.

Heeresgruppe Süd

El miércoles, 4 de agosto de 1943, se intensificó la defensa alemana al sur del saliente de


Kursk y se consiguió detener el avance del Frente de la Estepa. Coronel General
Konjew: Todos los intentos de flanquear al enemigo fracasaron… aunque nuestros
carros combatían ya contra sus últimas reservas, los fascistas ofrecieron a nuestras
unidades blindadas una resistencia desesperada”.

Las unidades de ataque del Frente del Woronesch continúan, sin embargo, con su avance
imparable y amenazan los flancos de la Armeeabteilung Kempf. A últimas horas de la
tarde el General der Panzertruppe Kempf decidió, ante el peligro de ser copado, ordenar
la retirada general a todas sus unidades.

Heeresgruppe Mitte

A lo largo de todo el día se produjeron terribles luchas callejeras y casa por casa en Orel.
Como los soviéticos, a pesar de su abrumadora superioridad, sólo eran capaces de
avanzar paso a paso y con terribles pérdidas, el Comisario Político Jefe del 3º Ejército
(Coronel Amosow) y el Jefe del Consejo de Guerra del 63º Ejército (Comandante
General Abramow) intentaron aumentar el empuje de los desmoralizados soldados
soviéticos de una forma un tanto especial. Soldados escogidos por su especial lealtad al
partido aparecían en los momentos críticos del combate en una posición visible por todos
alzando una bandera roja entre sus manos. Seguidamente y al grito de ¡por la Patria y por
Stalin! corrían agitando la bandera contra las posiciones alemanas (desconozco el
número de “voluntarios” supervivientes…). Las tropas recibieron también montañas de
banderas rojas para ir izando en las posiciones que eran liberadas.

Esa misma noche comenzó la evacuación de Orel y la noche siguiente, tras la voladura
de todos los objetivos importantes y de los almacenes, las tropas alemanas habían
abandonado la ciudad tras sufrir fortísimas pérdidas. Se protegieron al este de Brjansk,
en las posiciones de la nueva línea del Desna. Los soldados de la 5ª Division de
Fusileros y del 3º Ejército fueron los primeros en ocupar las ruinas de la ciudad. Los
soviéticos continuarían aún con sus fuertes ataques contra el Heeresgruppe Mitte hasta
conseguir expulsar a sus unidades hasta más allá de Smolensk.

Heeresgruppe Süd

El jueves 5 de agosto de 1943, a las 06:00 horas y tras sangrientos combates casa por
casa, la ciudad de Bjelgorod era ocupada por las tropas de la 89ª División de Fusileros de
la Guardia (Coronel Serjugin). Con la toma de Orel y Bjelgorod por parte del Ejército
Rojo, terminaba la batalla de Kursk: las grandes unidades alemanas que comenzaron
exactamente un mes antes la Operación “Zitadelle” al norte y al sur del saliente, se
encuentran ahora en franca retirada.

Esa misma noche, Stalin dio la orden de disparar un castillo de fuegos artificiales en
Moscú para celebrar la victoria y, en honor de cada una de las unidades que habían
liberado Orel y Bjelgorod, 12 salvas de cañón. Desde entonces, cada victoria del Ejército
Rojo les sería anunciada a los moscovitas con las mismas salvas.

A salvo al oeste del Desna… ¿Durante cuanto tiempo?

Conclusión. Consecuencias:

La orden de Stalin de celebrar la victoria en el saliente de Kursk con fuegos artificiales y


salvas de honor no fue una casualidad: el dictador sabía ahora que la Unión Soviética
había ganado la Segunda Guerra Mundial.

En Stalingrado, aunque fuera una gran derrota, Hitler sólo había perdido un ejército y
una batalla, pero no la guerra. En el saliente de Kursk, por el contrario, se decidió el
cambio de rumbo de la contienda. El último intento de Hitler de retomar la iniciativa en
el frente oriental había sido machacado y la fracasada Operación “Zitadelle” escenificó
el principio del fin: desde entonces, los alemanes no serían nunca más capaces de
mantenerse en el este.

Al haber perdido definitivamente la posibilidad de llevar a cabo grandes operaciones


ofensivas, todas las unidades alemanas a lo largo de todo el frente oriental hubieron de
pasar a la defensiva. La “ley del cambio” en el más importante frente del conflicto había
pasado definitivamente a manos del Ejército Rojo y la derrota alemana era ya sólo una
cuestión de tiempo. Los soviéticos, en su camino entre Kursk y Berlín, aún tendrían que
librar docenas de grandes y pequeñas batallas, pero el destino del Tercer Reich había
quedado ya sellado en Olchowatka y en Ponyri, en Obojan y en Prochorowka.

El Mando alemán había caído, una vez más, en los mismos errores que el año anterior.
Entonces, atacaron Stalingrado, ahora, un saliente convertido en fortaleza. En ambos
casos, el Ejército Alemán renunció a las ventajas de una guerra móvil para presentar
batalla a los soviéticos en el terreno escogido por estos. Las pérdidas alemanas en Kursk
serían, según el Mariscal Schukow de 500000 hombres, 1500 tanques, 3000 cañones y
1500 aviones. Sobre las pérdidas del Ejército Rojo, Moscú sigue manteniéndose aún hoy
en día en silencio. De seguro no fueron insignificantes: por ejemplo, sólo el 4.
Panzerarmee capturó 32000 prisioneros y destruyó más de 2000 tanques y otros tantos
cañones.

En la victoria de Kursk participaron especialmente las unidades acorazadas: por primera


vez, no eran utilizadas únicamente en contraataques masivos o en contragolpes, sino que
eran movilizados para mantener los sectores defensivos, ya fuera en formaciones
independientes o mezclados con la infantería. Las experiencias recabadas por el Alto
Mando Soviético durante la batalla de Kursk serían ampliamente aprovechadas en la
subsiguiente ofensiva de verano. Por ejemplo, en Kursk se comprobó que las unidades
de fusileros de los Ejércitos Acorazados se quedaban siempre muy retrasadas con
respecto a los carros. Por ello, STAWKA les dio a sus ejércitos acorazados, desde
entonces, la misma organización de rápidas unidades motorizadas sin tropas a pie que
servirían de punta de lanza en los asaltos de agosto de 1943.

Los carros alemanes, simplemente, no pudieron sobrellevar el peso de la potencia de


fuego de semejante masificación de armas antiblindaje soviéticas. El Coronel General
Konjew habla del “canto del cisne del arma acorazada alemana”. De hecho, las pérdidas
alemanas en carros en las batallas de desgaste de Orel y Bjelgorod alcanzaron un grado
tan alto, que la táctica alemana de operar con fuertes unidades motorizadas había llegado
a su fin.

Desde el abandono de la Operación “Zitadelle” y la pérdida de la superioridad aérea, las


posibilidades de colaboración entre la Luftwaffe y las unidades acorazadas (hasta ahora,
principio básico de los éxitos operativos alemanes) fueron cada día menores. Las
Panzerdivisionen tenían que enfrentarse ahora al problema de defenderse por sus propios
medios de los ataques aéreos.

La batalla de Kursk fue también un ejemplo de la elección del momento exacto para un
contraataque: comenzó justo en el instante en el que las reservas estratégicas de
STAWKA estaban concentradas y la fuerza de la ofensiva enemiga agotada. El paso de
la defensa estratégica al contraataque y después a la ofensiva, señala el alto grado
alcanzado por los soviéticos en el arte de la guerra. Fue característico como los distintos
Frentes fueron pasando a la ofensiva de forma escalonada en el tiempo: el flanco
izquierdo del Frente Occidental y el Frente Brjansk el 12 de julio, el Frente Central el
15, el Frente del Woronesch y el Frente de la Estepa el 3 de agosto. De esta forma, el
Mando alemán fue totalmente engañado y sus vanos intentos de frenar cada ataque
soviético impidieron una colaboración eficiente entre los Heeresgruppe Süd y Mitte.
Muchas divisiones alemanas pagarían muy caro no sólo la lucha propiamente dicha, sino
también los continuos traslados de un sector a otro del frente.

También los partisanos tuvieron su parte de responsabilidad en la victoria de Kursk; por


ejemplo, con sus continuas voladuras de puentes y vías férreas en las líneas que llevaban
los refuerzos a Orel y Bjelgorod.

Apenas se dio un significado importante a las divisiones de infantería en “Zitadelle”. Por


su organización operativa, pertenecían al pasado. Aunque la Operación “Zitadelle” se
desarrolló en un espacio limitado, la escasa motorización de las unidades de infantería se
hizo notar especialmente. Precisamente, una batalla de movimiento con uso masivo de
los carros, se caracteriza por los rápidos cambios en las condiciones de la lucha. El
avance o la concentración de las fuerzas, el relevo o una nueva misión, precisaban de
tres veces más tiempo para la infantería que marchaba a pie, destrozada por el calor, el
cansancio y los combates, que para las unidades acorazadas.

El Alto Mando Soviético se sirvió, para su exitosa ofensiva, de un sencillo efecto


dominó para derribar un sector tras otro del frente: cuando se conseguía la ruptura en un
sector, el centro de gravedad se trasladaba al siguiente, hasta conseguir una ruptura
general en todo el frente. De esta forma, todo el frente oriental fue puesto en movimiento
y los alemanes ya no fueron capaces de pararlo.

El OKH comenzó con sus “planmässigen Absetzbewegungen” (más o menos,


“movimientos preplaneados de retroceso”). Fueron los famosos movimiento “Panther”,
movimiento “Büffel” y como quiera que se llamaran todos los demás que se realizaron.
Lo cierto era que se seguía “huyendo” hacia el oeste. Contra la diletante táctica
defensiva alemana, los soviéticos utilizaron su más exitoso esquema de ataque: atacaban,
sin preocuparse por las pérdidas, una y otra vez en el mismo punto del frente hasta que la
defensa alemana cedía o las propias fuerzas estaban agotadas. Mientras que la
Wehrmacht pudiera enfrentarse a los ataques soviéticos con un perfil de defensa móvil y
contraataques locales, las pérdidas alemanas se podían mantener en un margen
soportable. Para ello, se cedía terreno, se dejaba a los soviéticos atacar y agotarse y,
entonces, venía el contraataque alemán. Después, el juego comenzaba de nuevo. De
momento, las tropas alemanas se podían permitir esta forma de defensa elástica: al fin y
al cabo, se luchaba en la profundidad de Rusia, donde 150 o 200 kilómetros perdidos
tampoco importaban mucho. Pero el tiempo jugaba también contra la Wehrmacht.

El miércoles, 8 de septiembre de 1943, tuvo lugar la capitulación de Italia. Comenzaba el


“Fall Achse”: la Wehrmacht debía ocupar toda la península de los Apeninos y soportar
sola el lastre de su defensa. A finales de septiembre, el frente oriental iba desde el oeste
de Leningrado, por Kiev y a lo largo del Dnjepr hasta el mar Negro: el OKH no podía,
después de la derrota en el sector de Orel-Charkow-Bjelgorod, y a pesar del gran ahorro
en tropas, material y tiempo, constituir una defensa eficiente en todo el frente. El OKH
ya sólo podía, en realidad, intentar retrasar la derrota lo más posible.

Se iniciaron los trabajos para conseguir una línea de defensa estratégica que corría de
norte a sur a lo largo del Narva, del lago Tschudskoje, al este de Vitebsk y a lo largo del
Sosch, del Dnjepr y del Molotschnaja. En dicha línea desde el Báltico hasta el Mar de
Asowsch, en el llamado “muro oriental”, era donde debía detenerse la retirada hacia el
oeste. Mientras tanto, los aliados de Alemania se convencían, tras el fracaso de
“Zitadelle” y el desembarco aliado en Sicilia, de que ya no se podía contar con una
victoria de las potencias del Eje. Muestra de las divergencias entre Hitler y sus aliados
fue la apertura de conversaciones secretas de paz entre Finlandia, Rumania, Hungría y
Bulgaria por un lado y la URSS por el otro desde el mismo agosto de 1943.

Pronto empezaron a notar también los aliados occidentales las consecuencias de la


victoria soviética en Kursk y Orel: Stalin, reforzado por la seguridad adquirida de que su
creciente poderío militar le permitiría, sin ayuda anglo-americana, poner de rodillas al
Tercer Reich, impuso sus deseos en la Conferencias de Jalta y Teherán. Las
consecuencias políticas de dichas conferencias las ha estado pagando el mundo hasta
hace muy pocos años.

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