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POLICÍA CIENTÍFICA
1. Introducción a la Criminalística
El punto de conexión o lugar de encuentro de todas estas ramas técnico- científicas será
el laboratorio de criminalística, denominación que en cierta manera acoge e integra a
todas ellas.
Así pues, atendiendo a los términos empleados en la intitulación, tenemos por un lado el
laboratorio, que es aquel lugar en el que se realizan investigaciones, ensayos, prácticas,
experimentos y en general trabajos de carácter científico-técnico, y que consta de los
medios materiales necesarios para ello. Las investigaciones que se lleven a cabo y los
medios que se empleen vendrán determinados por la rama científica concreta de la que
se trate. Sin embargo, también es cierto que el laboratorio no será siempre el lugar de
trabajo del investigador, referido en concreto al ámbito de la investigación policial
criminalística, ya que por diversas circunstancias se debe salir del mismo para recabar
datos, muestras o cualquier cosa de interés para la averiguación o esclarecimiento del
delito.
También es frecuente para los profanos en el mundo delincuencial que se confundan los
términos criminalísticas y criminología (confusión que parece cada vez menor), debido,
probablemente, al desconocimiento y poco uso que tenía hasta hace poco la palabra
«criminalística», que sólo recientemente ha sido incorporada al Diccionario de la Real
Academia Española (23a edición, octubre de 2014), que la define como «estudio de los
indicios de un hecho criminal con el fin de determinar todos los datos posibles relativos
a la víctima o a las circunstancias del crimen».
Por otra parte, la criminalística se podría englobar dentro de lo que se denomina técnica
policial. Todo trabajo técnico realizado para la averiguación del delito, descubrimiento
de su autor y aclaración de los hechos con aporte de pruebas es técnica policial, que
serían los procedimientos y recursos que aporta la ciencia policial y que son aplicados
para llevar a buen término una investigación. La técnica policial se ocupa, entre otras
cosas, de los indicios probatorios, aplicándose en criminalística los métodos científicos
existentes para descubrir y demostrar fehacientemente una determinada realidad.
Fines de la criminalística:
a) Investigar el delito.
La criminalística puede estar relacionada con las tres partes de la investigación, sólo con
alguna, e incluso puede no ser necesaria por las particularidades propias del delito en
cuestión.
Según la LECrim en su artículo 456 (redacción de 1882) la prueba pericial tiene por
objeto analizar los hechos o circunstancias para cuyo esclarecimiento y determinación
«fuesen necesarios o convenientes conocimientos científicos o artísticos», de modo que
mediante la pericia, se suple la falta de conocimiento especializados del Juez para
conocer los hechos sometidos a su enjuiciamiento. Dentro de la infinidad de
procedimientos técnicos, los análisis de balística, escritura, ADN, químicos,
lofoscópicos e informáticos, están entre los más utilizados.
En la gran mayoría de los casos, la ciencia o técnica aplicada tiene como objetivo
analizar los vestigios encontrados en la investigación del hecho delictivo, y lograr la
identificación de la persona u objeto que los dejó. Un correcto tratamiento de los
indicios hallados, ya sea en la escena del crimen o en cualquier otro lugar relacionado
con éste, puede determinar el éxito de la investigación.
Será en el siglo XIX cuando se comiencen a aplicar técnicas «científicas» para el uso
policial. Entraríamos entonces en la denominada etapa científica, cuyos principales
exponentes serán los positivistas italianos Cesare Lombroso, Enrico Ferri y Raffaele
Garófalo. Es en esta época cuando aparece el Manual del Juez de Instrucción de Hans
Gross y La identificación antropométrica de Bertillón (1880).
El Manual del Juez en su primera parte recogía la educación del Juez instructor y su
misión, el interrogatorio, la inspección ocular, los peritos, etc. Otra parte la destinaba a
la fotografía, modus operandi de los delincuentes, etc. La segunda parte se refería a las
lesiones por arma de fuego, municiones, pisadas y otras huellas, manchas de sangre,
robo, estafas, incendiarios y explosiones en calderas.
1) Principio del intercambio. Indica que todo contacto deja rastro, se refiere al
intercambio de sustancias de diverso origen, composición y tamaño que se transfieren
de un cuerpo a otro cuando interactúan en el mismo espacio físico. La redacción
original aparece en el Manual de técnica policíaca, al inicio del capítulo 3: «Al
malhechor le es imposible actuar, y sobre todo actuar con la intensidad que supone la
acción criminal, sin dejar indicios de su paso».
Este servicio estaba estructurado en cuatro Departamentos según las especialidades que
en ese momento se desarrollaban: a) Balística e Identificación de Armas; b) Grafística y
Falsificaciones; c) Lofoscopia y Huellas Especiales; y d) Análisis Químicos; todos ellos
apoyados por un laboratorio Fotográfico, así como por un laboratorio periférico ubicado
en cada una de las seis Zonas que en ese momento existían en la Guardia Civil.
Tanto los laboratorios de Zona como los de Comandancia tienen una dependencia
técnica del Servicio de Criminalística, otra orgánica de la Unidad donde están
encuadradas, y por último funcional de la Autoridad Judicial. (no
A modo de conclusión, diremos que hoy en día la criminalística es una de las disciplinas
clave en el trabajo policial. Desde los primeros trabajos para identificar huellas
dactilares hasta los avances de la medicina forense ha ido incrementado sus áreas de
estudio. Los informes se elaboran de acuerdo a criterios científicos, si bien es cierto que
no todas las disciplinas en criminalística tienen el mismo poder de discriminación. Se
puede afirmar, en definitiva, que es la ciencia aplicada a la investigación judicial.