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“Nuestro tesoro”

Un viaje a la marea se aproximaba y los pequeños piratas no lo sabían, pero la capitana lo había
planeado todo desde hace una semana.

El día era soleado, el barco estaba sobre la marea y los capitanes se juntaban antes de ir a bordo.
Había 18 barcos listos para entrar a estribor hacia el aprendizaje.

-Capitana, aquí tiene el pergamino que le encomendó a mi madre para entregar- dijo el pequeño
pirata “K” entregándome el sobre mientras me encontraba frente al grupo en el barco rumbo al
aprendizaje.

-Gracias “K”, no abrió el sobre, ¿verdad? - pregunté a mi pequeño aprendiz. Él negó con la cabeza
en gesto exagerado y con una sonrisa en el rostro.

Durante toda la semana me había estado preparando, anotando a todos los que me traían el
pergamino. Mis aprendices se mostraban curiosos, pues no sabían el contenido del sobre.

La semana pasada aproveché la junta que tenía la capitana mayor del grupo con los padres de mis
aprendices sobre su desempeño en la marea, y les dije que necesitaba su apoyo para buscar un
tesoro. Ellos debían escribir unas palabras para sus hijos, por ejemplo, que los amaban, que son
muy importantes y algunas virtudes. Este pergamino era secreto, de modo que tenían que
ocultarlo de ellos para que fuera sorpresa, para facilitarlo el pergamino tenía las mismas
instrucciones que mencioné en la junta.

Fue una osadía estar toda la semana anotando los que me lo entregaban para que ni un pequeño
pirata se quedara sin su pergamino.

-Capitana, ya díganos que contiene el pergamino- preguntó “S” frente al grupo para presionarme a
responder y que todos escucharan.

-Es un permiso que les pedí a sus padres para poder navegar hacía la isla magnética, así que es
muy importante que lo entreguen antes del viernes, pues sería muy triste que te quedarás en el
puerto solo- contesté muy segura para que me creyeran.

Todos se entusiasmaron incrementando su curiosidad y creyéndose mi mentira como espuma


deslizándose en las aguas turbias de “tortuga”.

Había un pequeño pirata que aún no me entregaba pergamino, lo cual me preocupaba demasiado
así que decidí hablar con él para ver lo que pasaba.

- “B” ¿por qué aún no me entrega su pergamino- Pregunté en tono claro y suave

-Capitana, lo que pasa es que mi madre está muy ocupada, ¿Sabe que estamos en temporadas
ajetreadas?, ella está organizándole el baile a la virgen- explicó moviendo las manos mientras
hablaba

-Necesito que me lo entregue más tardar mañana, “B” por favor- concluí para volver con el grupo y
continuar con los temas del día.
Al día siguiente “B” no lo trajo, por suerte, su hermana pertenecía al 6to barco mayor del timón,
así que pedí permiso al capitán Israel para hablar con ella. Una vez que le había dado las
instrucciones ella se haría cargo de hacerme llegar el pergamino mañana, pues era el día en que se
buscaría el tesoro.

Viernes 8 de diciembre había llegado al fin y yo estaba más que lista para la actividad. Los
pequeños capitanes también estaban emocionados y me recordaban constantemente que tenía
que realizar el viaje a la isla.

Al abordar el barco les dije que primero teníamos que hablar.

- ¿Qué es una familia? - pregunté al grupo de piratas quienes inmediatamente levantaron la mano
para contestar

“Son aquellos que te aman”, “son los que viven en tu casa”, “los que nunca te abandonarían”,
fueron algunas de las respuestas que decían. Después realicé más preguntas como “¿una familia es
solo los que comparten sangre?”. Al principio sus respuestas debatían entre sí, pues al principio
decían que solamente era por sangre, después “B” los hizo cambiar de opinión explicando que
también un padrastro o un hijo adoptado podía ser familia sin necesidad de compartir sangre.

Para hacerlos reflexionar un poco más, les conté una historia de una joven pirata que había
zarpado a la marea después de pelearse con su madre. Al llegar de su largo viaje su madre había
fallecido y hasta el día de hoy la ex pirata no se perdona el haberse peleado con ella y desearía
haberle dicho un te amo a su madre.

Mis aprendices tragaban saliva continuamente, pareciera que quisieran llorar junto conmigo, pues
tal vez esta historia los hacia recordar algo.

Finalmente, para que me dieran tiempo de ir a esconder sus tesoros, les pedí que dibujaran en su
“cuaderno de mapas” a su familia tal y como la recuerdan.

Bajé un momento del barco buscando tierra para enterrar los pergaminos, y fue cuando me
encontré con el contramaestre.

-¡Capitana!, ¿Qué tiene planeado ahora?. Usted siempre tan intensa y enérgica- preguntó
acercándose a mi junto con el capitán del segundo barco

-Que bueno que lo encuentro contramaestre, quiero esconder estos pergaminos para mis
aprendices, pero de manera que los encuentren pues son únicas y no me gustaría que se
perdieran- comenté mientras les enseñaba los pergaminos.

Inmediatamente me ayudaron a encontrar lugares para poner los pergaminos y me prometieron


vigilar a los demás barcos de que no los tomaran.

Regresé a mi barco para observar los dibujos que habían creado sobre sus familias. Revisé algunos
las cuales eran muy hermosos, pero era hora de descubrir su tesoro.

-Bien, piratas. ¿la familia es un tesoro?- ante mi pregunta todos contestaron al unísono
asertivamente- ¡Entonces es hora de buscar su tesoro!.
Ya sabían las instrucciones sobre buscar tesoros, como piratas expertos lo hicieron de maravilla y
con buena organización. Me quedé a vigilar que todos encontraran el suyo y cuando regresé al
barco no podía creer lo que veía.

Lágrimas de cocodrilo inundaban nuestro barco, pero estas no hacían que se hundiera, sino que
flotara mas alto, pues eran lágrimas de alegría. No había pirata a bordo que no estuviera llorando
debido a las cartas de sus padres. Piratas abrazados, consolándose, escuchándose y sosteniendo su
carta con fuerza.

-Capitana, toda la tripulación llora- Exclamó “D” con tono preocupado.

-Déjalos, eso es bueno²- contesté mientras tocaba su hombro.

Procedí a salir del barco para tomar aire y darles un momento más para seguir leyendo y
escuchando los pergaminos.

Saqué de mi bolso una esfera de jade entregada por mi Barco principal “ENMFM”, como decían las
instrucciones, lo froté. De él apareció una mujer hermosa con porte de líder, y encima un letrero
que decía “misión completada”.

Mis lágrimas brotaron mientras recordaba el proceso que había tenido hasta ahora.

-¿Capitana Madre, lo hice bien?- le pregunté a la capitana Mayela quién escuchaba detrás de la
esfera.

-Lo hiciste muy bien, capitana aprendiz, pero antes de cerrar con esta tripulación quisiera hacerte
unas preguntas.

Tras una larga charla le platiqué como había aplicado STEAM con los piratas.

-Ciencia, Tecnología, Arte y matemáticas. Debió ser difícil aplicarlo todo con los jóvenes piratas,
¿verdad?- aclaró la capitana Mayela

-Si capitana, pero ellos han aprendido mucho, en la carpeta de Jade podrá observar las listas de
cotejo y algunas evidencias de los pequeños piratas.

-Excelente, ¿Algo que quieras agregar a tu reporte, capitana?- preguntó y una pausa larga se abrió
ante su cuestionamiento.

-Gracias por todo capitana.-contesté al fin- Siento que la problemática que habíamos identificado
ene éste barco se resolvió en una cuarta parte, pues como son valores necesitaríamos mas
tiempo¹. Quiero mas tiempo, por favor- supliqué para navegar más con mis pequeños. La capitana
pensó mucho tiempo y finalmente respondió.

-Lo siento, es hora de volver a bordo a tu nave “ENMFM”. Necesitamos a los demás capitanes,
coméntales por favor. Y…..recuerda que “Un maestro es una brújula que activa los imanes de la
curiosidad, el conocimiento y la sabiduría en los alumnos³”.

Con tristeza pero motivada por su frase, contesté “De acuerdo capitana, todo a estribor”.
Citas:

1. Según López y Araujo (2000) “los valores se forman durante los primeros años de vida, se
desarrollan lentamente, en un proceso que se da a lo largo de la vida y que tiene que ver
con la formación del carácter”
2. “Cuando los docentes tienen unas adecuadas competencias emocionales tienden a no
ignorar o trivializar las emociones de sus alumnos/as y son capaces de aceptarlas, incluso
cuando estas sean negativas” (Ersay, 2007).
3. “Un maestro es una brújula que activa los imanes de la curiosidad, el conocimiento y la
sabiduría en los alumnos”- (Ever Garrisson, s.f.)

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