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Introducción:

Negar la existencia del Satanás como una personalidad, es visto como un signo
de superioridad intelectual. Para muchos, Satanás es tenido como un producto de la
iglesia, un vestigio de la superstición o un mito de una edad antigua. Para otros, es
simplemente una abstracción, una simple negativa, la antítesis del bien. “El único Diablo
que existe es el diablo dentro de ti”; es la última palabra que ofrece el “pensamiento
moderno.” Las palabras que Goethe puso en la boca de Mefistófeles, - “Soy el espíritu
de la negación” – son aceptadas como una buena definición funcional de lo que es el
Diablo. Es considerado como de una manera meramente abstracta como el principio del
mal.
Pero el concepto más general que se tiene de Satanás es distinto al anterior. La
idea popular, aquella que prevalece entre las masas, puede reunirse a partir de las
representaciones gráficas que se hacen de él y que aparecen en los posters callejeros,
al igual que en las revistas ilustradas, y que aparecen en los escenarios; donde es
graficado como un monstruo grotesco de forma humana, con cuernos, pezuñas y una
cola bifurcada. Tal concepción es un insulto al intelecto de las personas y en
consecuencia, el Diablo ha llegado a ser tenido como un fantasma con el cual asustar a
los niños o como un sujeto adecuado para los chistes y bromas.

Un enemigo inteligente siempre se mantiene en último plano, y se oculta de la


vista. Es una consideración importante para él el mantener su identidad oculta. Muchas
malas empresas deben su éxito al hecho de que su autor permanezca en secreto. Ahora,
la mente maestra que planeó tales hechos pasa de manera invisible, desapercibida y sin
levantar sospechas. Así no es de sorprender que las masas no crean en la existencia de
un Diablo que es persona. Sirve muy bien a sus propósitos el mantenerlos incautos en
la ignorancia acerca de su existencia real. El Diablo siempre ha trabajado
encubiertamente buscando el modo de ocultar su verdadera identidad. Cuando engañó
a Eva lo hizo en la forma de una serpiente. Cuando se apareció ante Dios para acusar a
Job, aguardó hasta el día en que “vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de
Dios, entre los cuales vino también Satanás.” (Job 1:6). Cuando sembró sus “cizañas”,
lo hizo en oculto, en la noche, - “mientras dormían los hombres.” (Mateo 13:25). Cuando
entregó al Señor Jesucristo en mano de sus enemigos, obró por medio de Judas.
Satanás es un experto en disfrazarse a sí mismo: se acerca a nosotros no como un
Dragón de las Tinieblas, sino que “se disfraza como ángel de luz.” (2 Corintios 11:14).
Existencia de Satanás:

Las escrituras son el testimonio principal sobre la realidad y existencia de Satanás,


no la experiencia ni las historias sensacionalistas. Tanto el Antiguo como el Nuevo
Testamento afirman la realidad y existencia de Satanás, cuando Génesis 3 menciona la
serpiente, se reconoce en ella a Satanás y el juicio pronunciado en Génesis 3:15 va
dirigido a él. Se le menciona específicamente en Job 2:1 cuando fue a acusar a Job
delante de Dios, en 1 Crónicas 21:1 Satanás induce a hacer un censo de la población.

Aunque a Satanás no se llama así en Isaías 14:1-17 y Ezequiel 28:11-19 estos


pasajes se entienden por buenas razones como referencia a su estado original y
posterior caída.

La evidencia del Nuevo Testamento a favor de la existencia de Satanás es amplia,


todos los escritores lo mencionan, 19 libros hacen referencia a él, Cristo lo menciona 25
veces, el hecho de la existencia de Satanás encuentra su apoyo definitivo en la veracidad
de las palabras de Cristo.

Además de los nombres anteriores a su caída, como Lucifer o querubín, en los


dos Testamentos hay muchos nombres para Satanás, que en su conjunto establecen su
existencia y su carácter malvado.

Por otra parte, en el Nuevo Testamento abundan las referencias. Los


términos generalmente traducidos “Satanás” o “diablo” se refieren al “maligno” en 74
ocasiones. Cada escritor del Nuevo Testamento lo menciona, y aparece en diecinueve
libros neo testamentarios (a excepción de Gálatas, Filipenses, Colosenses, Tito, Filemón,
2 Pedro, 2 Juan y 3 Juan). Es asombroso, pero 28 de 30 referencias en los Evangelios
implican encuentros directos con Satanás o los mencionan.

Personalidad de Satanás.

1. Se le atribuyen nombres personales.

Unas treinta y cinco veces es llamado “El Diablo”, que significa “El Acusador” o
“Calumniador” – acusando a los santos delante de Dios y difamando o vituperando el
carácter de Dios ante los hombres. Cincuenta y dos veces es llamado “Satanás”, que
significa “Enemigo” o “Adversario.” Es el enemigo de Dios y el adversario de los hombres.
El nombre “Satanás” alude a su carácter: el adversario maligno de todo bien – en Dios o
en sus criaturas. “Diablo” se refiere a la forma en que lleva adelante sus designios
malvados: mediante calumnias mentirosas, falsas acusaciones, y difamaciones
perversas. Es denominado como “El Príncipe de este mundo” (Juan 14:30), lo cual define
su posición respecto a esta tierra. Es llamado “Beelzebú” (Mateo 12:27), poniéndolo
como cabeza de los demonios. Se lo menciona como “El Malo” (Mateo 13:19),
poniéndolo como el principio motor de toda maldad. Es titulado como “Apolión”, el
“Destructor” (Apocalipsis 9:11), que lo vincula a la Fosa del Abismo. Se nos menciona
como “El príncipe de la potestad del aire” (Efesios 2:2), lo cual señala su presente hogar
y la esfera de sus operaciones – cf. Efesios 6:12. Es denominado “Lucifer” que significa
“Lucero de la Mañana” (Isa. 14:12), un título que parece haberle pertenecido antes de su
apostasía. Es llamado “el dios de este siglo” (2 Corintios 4:4) ya que él es quien inspira
y dirige todas las falsas religiones. Es llamado “Mentiroso, y padre de mentira” (Juan
8:44), dado que es el opositor de la verdad desde el principio. Éstos y otros títulos que
se le dan a Satanás no tendrían sentido a no ser que sea un ser personal.

2. Características personales son descritas acerca de Él.

a) Inteligencia: Sus tentaciones son descritas como “las asechanzas del diablo”
(Efesios 6:11); mientras en Apocalipsis 2:24 leemos “las profundidades de
Satanás” (del griego, cosas profundas). Más adelante en Apocalipsis 12:9 es
denominado “el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás,
el cual engaña al mundo entero.” Engañar implica diseño, y el diseñar es producto
de una inteligencia, y la inteligencia es inherente a una persona (personalidad).
b) Memoria: En su conflicto con nuestro Señor cita pasajes del Antiguo Testamento
(Mateo 4:6). Una mera abstracción no podría hacer eso.
c) Conocimiento: En Apocalipsis 12:12 se nos dice que “el diablo ha descendido
a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.” Pero no puede decirse
“sabiendo” (de tener conocimiento) de algo que es impersonal.
d) Voluntad: “… y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de
él.” (2 Timoteo 2:26). “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!
Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu
corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono,
y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte.” (Isa. 14:12-13). El
que Satanás posea una voluntad o poder de decisión, es una gran prueba del
hecho de que es un ser personal.
e) Carácter moral: Satanás es descrito como “engañador”, “mentiroso”, “homicida”,
“tentador”, todos términos que implican un carácter moral. – i.e., aquello que es
un deber u obligación, y donde lo malo y lo bueno puede predecirse.
f) Discurso o capacidad de habla: Es representado mientras habla con Dios (Job
1:9), discutiendo con nuestro Señor y “acusando” a los hermanos. Esta es una
indicación muy fuerte para demostrar que Satanás posee nuestras mismas
características.
g) Emociones: Deseaba poder zarandear a Pedro como a trigo (Lucas 22:31). Se
nos dice que la “soberbia” ha venido a ser la condenación del diablo (1 Timoteo
3:6). Mientras que en Apocalipsis 12:12 leemos “!Ay de los moradores de la tierra
y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que
tiene poco tiempo.” Y cosas tales como la soberbia y la ira no pueden aplicársele
a algo como la ley de la gravedad – son inherentes de una personalidad.
h) Habilidad organizativa y ejecutiva: “Después hubo una gran batalla en el cielo:
Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus
ángeles” (Ap.12:7), “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su
prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la
tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla.” (Ap.20:7-8). Aquí
encontramos a Satanás reuniendo y ordenando a sus legiones para entrar en
guerra. Efesios 6:12 ofrece más que indicios para saber que él es el cabecilla de
las fuerzas graduadas y organizadas.

3. Acciones personales le son atribuidas:


a. Tienta. La primera vez en que este misterioso ser nos es introducido en la Palabra
de Dios aparece en esta faceta (o capacidad), incitando a nuestros primeros
padres a desobedecer a su Hacedor. En Mateo 4:3 es explícitamente llamado “el
tentador.” Asimismo, en 1 Corintios 7:5 y 1 Tesalonicenses 3:5, los santos son
advertidos contra sus maquinaciones. El acto de tentar implica designios, una
inteligencia y cualidades (características) morales, y estas cosas son inseparables
de una personalidad.
b. Acusa. El “acusar” indudablemente arguye la existencia de una entidad racional
y poseedora de conciencia. “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía:
Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad
de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el
que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.” (Ap.12:10). Este versículo
nos da una visión del Invisible, y nos presenta a nuestro enemigo maliciosamente
impugnando a los santos delante de Dios. Dos ilustraciones notables acerca de
ésta, su empresa, nos son dadas en las Escrituras. En Job 1:9-11 lo encontramos
acusando al viejo patriarca, y en Zacarías 3:1-5 le vemos delante de Dios tratando
de oponer resistencia a Josué el sumo sacerdote. No hemos de comentar ahora
acerca de éstos impresionantes pasajes. Es una bendición saber que todos los
esfuerzos de Satanás a este respecto resultan en vano – “¿Quién acusará a los
escogidos de Dios? Dios es el que justifica.” (Rom.8:33).
c. Es hacedor de guerra. Ya hemos citado anteriormente Apocalipsis 12:7, y 20:8-
9 en referencia a otro punto. No los comentaremos más por ahora, excepto para
decir que Satanás es un ser muy inteligente, aunque un ser maligno.
d. Obra milagros. Esto abre un amplio tema en sí mismo, en el cual no podemos
adentrarnos en detalle ahora. Nos contentaremos con mencionar dos referencias
escriturales. Cuando Moisés y Aarón obraron sus milagros frente a Faraón como
credenciales de su cometido Divino, leemos que “llamó también Faraón sabios y
hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus
encantamientos” (Ex.7:11, etc.) Y otra vez leemos que “el hombre de pecado” (el
Anticristo) que ha de venir será el “inicuo cuyo advenimiento es por obra de
Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (2.Tes.2:9).
e. Causa enfermedades o males físicos. Los primeros dos capítulos del libro de
Job sugieren claramente que todos los juicios y aflicciones que vinieron sobre Job
fueron directamente causados por los ataques malignos del diablo. Cuando
nuestro Señor se vindicaba a sí mismo por haber sanado a un enfermo en el
Sabbath3 dijo, “Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho
años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?” (Lucas 13:16).
Y otra vez; Luego de que el Apóstol Pablo había sido llevado al tercer cielo le fue
enviada una aflicción para que no se enaltezca en sobremanera a causa de la
grandeza de las revelaciones que le habían sido dadas, y tal aflicción es descrita
como “un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás” (2.Cor.12:7).
f. Obra en y a través de la maldad. Así como leemos que “Dios es el que en
vosotros [en el creyente] produce así el querer como el hacer, por su buena
voluntad.” (Fil.2:13), también leemos que Satanás es “el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia” (Ef.2:2). Otra evidencia de sus actividades está
dada en Mateo 13. En emulación de nuestro Señor que dispersó la “buena semilla”
en el campo, Satanás fue y sembró cizaña.
Como hemos podido observar Satanás exhibe actos de personalidad, él habla (Job 1:9-
10); tienta a Cristo (Mateo 4:3); planea (Efesios 6:11) y acusa a los creyentes (Apocalipsis
12:10).

Los nombre de Satanás.


Nombre Significado Cita
Satanás Adversario Mateo 4:10
Diablo Calumniador Mateo 4:1
Malo
Maligno intrínsecamente Juan 17:15 NVI
Gran dragón Apocalipsis
escarlata Criatura destructiva 12:3,7,9
El engañador del Apocalipsis 12:9
Serpiente antigua huerto
Abadón Destrucción Apocalipsis 9:11
Apolión Destructor Apocalipsis 9:11
Adversario Oponente 1 Pedro 5:8
Señor de las
moscas Mateo 12:24
Beelzebú (Baalzabub)
Despreciable
Belial (Beliar) 2 Corintios 6:15
El dios de este Controla la filosofía 2 Corintios 4:4 NVI
mundo del mundo
El príncipe de este Gobierna el Juan 12:31
mundo sistema de mundo
El príncipe de la Control de los Efesios 2:2
potestad del aire incrédulos
Enemigo Oponente Mateo 13:28
Tienta a las
personas para que Mateo 4:3
Tentador pequen
Lleva a las
personas a la Juan 8:44
Homicida muerte eterna
Mentiroso Pervierte la verdad Juan 8:44
Se opone a los
creyentes ante Apocalipsis 12:10
Acusador Dios

Satanás y Cristo contrastados


Satanás Cristo
Temporal Eterno
Oscuridad Luz
Muerte Vida
Mentiroso Verdad
Imitador Autentico
Malo Justo
Enemigo Amigo
Fuerte El más fuerte
Encarcela Libera
Acusa Defiende
Imita Origina
Astuto Sincero
Oprime Alivia
Calumnia Intercede
Orgulloso Humilde
Esclaviza Libera
Pecaminoso Santo
Destructor Constructivo
Ladrón Benefactor
Odia Ama
Debilita Sana
Homicida Salvador

La historia de Satanás.
Como hemos visto, numerosas referencias bíblicas a Satanás, con toda una
diversidad de nombre, títulos y descripciones, perfilan las actividades del diablo desde el
principio hasta el final de los tiempos, pero las Escrituras narran muy pocos
acontecimientos históricos específicos en los que él haya estado implicado. Esos
escasos momentos lo retratan en oposición a Dios o centrado en imitarlo con
falsificaciones.
El origen de Satanás.
Estado original de Satanás. Ezequiel 28:12-15 describe a Satanás antes de su
caída. Disfrutaba de una posición exaltada en la presencia de Dios; el brillo del cielo lo
rodeaba (28:13). Se le llamó “elegido… querubín protector”, y disfrutaba la posición de
más alto honor ante Dios (28:14, 16). Isaías se refiere a este ángel supremo como “lucero
de la mañana, hijo de la aurora” (14:12, BLA). Después de hacerse el principal adversario
(heb. Satan) de Dios, nunca se le vuelve a llamar con esos títulos honorables. Pero en
el esplendor anterior a su caída estuvo lleno de sabiduría y belleza, e irreprochable (Ez.
28:12, 15).
Gran parte de la obra de Satanás está encubierta. Sin embargo, cuando el Señor
Jesús apareció, hizo salir a los demonios de sus escondites en las personas. Satanás y
sus secuaces demoníacos estuvieron ocupados con mayor intensidad durante el
ministerio terrenal de Cristo. Si miramos hacia adelante, sus maniobras irán de nuevo in
crescendo durante la septuagésima semana de Daniel, especialmente en la segunda
mitad. El resumen siguiente resalta las incursiones satánicas individuales a lo largo del
tiempo.
Antiguo Testamento. De los once acontecimientos veterotestamentarios, cuatro (el 36
por ciento) tratan de la creación de Satanás, de su caída moral, de su engaño a Eva y
de la maldición edénica. De las veinticinco ocasiones en total, en toda la Biblia, esas
cuatro del Antiguo Testamento y seis más en el Nuevo Testamento, aluden al comienzo
o al final de los tiempos (40 por ciento). Los acontecimientos veterotestamentarios
incluyen los siguientes:
1. La creación de Satanás: el principio de la creación (Neh. 9:6; Job 38:7; Sal. 148:2, 5;
Ez. 28:13, 15; Col. 1:16)
2. La caída moral de Satanás: la poscreación (Is. 14:12-13; Ap. 12:4)
3. El engaño a Eva: caída posmoral (Gn. 3:1-6; 2 Co. 11:1-3; 1 Ti. 2:14; Ap. 12:9; 20:2)
4. La maldición edénica: el posengaño (Gn. 3:15; Jn. 16:11; Ro. 16:20)
5. La acusación a Job: ca. 2250 a.C. (Job 1–2)
6. La disputa con Miguel: ca. 1405 a.C. (Jud. 9)
7. La provocación a David: ca. 975 a.C. (1 Cr. 21:1)
8. La mentira a Acab: ca. 853 a.C. (1 R. 22:1-40; 2 Cr. 18:1-34)
9. Influyó al rey de Babilonia: ca. 700–681 a.C. (Is. 14:12-14)
10. Influyó al rey de Tiro: ca. 590–570 a.C. (Ez. 28:12-17)
11. La acusación al sumo sacerdote: ca. 480–470 a.C. (Zac. 3:1-2)
Algunos han sugerido que el Salmo 82 está relacionado con la represión que Dios
hace del gobierno de Satanás o de los demonios. Sin embargo, parece mejor entender
que este salmo implica que Dios confronta a los gobernantes terrenales y humanos, por
(1) la naturaleza de los salmos; (2) su lenguaje, que se entiende de forma más natural
como humano; y (3) el uso que Cristo hace de Salmos 82:6 en Juan 10:34, que apunta
a los gobernantes humanos terrenales y no a seres espirituales. Nuevo Testamento. De
los catorce acontecimientos neotestamentarios, cinco tratan de la vida de Cristo desde
el nacimiento hasta la crucifixión, y seis describen el final de los tiempos, juntos suman
casi el 80 por ciento de las entradas del Nuevo Testamento. Los sucesos
neotestamentarios incluyen los siguientes:
1. El nacimiento de Cristo: ca. 5–4 a.C. (Ap. 12:4)
2. La tentación de Cristo: ca. 27–28 d.C. (Mt. 4:1-11; Mr. 1:12-13; Lc. 4:1-13)
3. Debilitó a una mujer: ca. 29–30 d.C. (Lc. 13:16)
4. Zarandeó a Pedro: ca. 30 d.C. (Lc. 22:31)
5. La deserción de Judas: ca. 30 d.C. (Lc. 22:3; Jn. 13:2, 27)
6. Influyó en la mentira de Ananías: ca. 31–32 d.C. (Hch. 5:3)
7. Estorbó a Pablo: ca. 51 d.C. (1 Ts. 2:18)
8. Aguijoneó a Pablo: ca. 55–56 d.C. (2 Co. 12:7)
9. Expulsión final del cielo: en la mitad de la septuagésima semana de Daniel (Ap. 12:7-
13)
10. Empoderamiento del anticristo y del falso profeta: en la mitad de la septuagésima
semana de Daniel (Ap. 13:2, 4)
11. Realización de falsas señales: en la segunda mitad de la septuagésima semana de
Daniel (Ap. 16:13-14)
12. Encarcelamiento milenial: reino milenial de Cristo (Ap. 20:1-3)
13. Batalla final: fin del reino milenial de Cristo (Ap. 20:7-9)
14. Juicio final: fin del reinado milenial de Cristo (Is. 27:1; Ap. 20:10)
Imita a Dios.
Satanás opera como incomparable experto del disfraz (gr. metasjematízo, 2 Co.
11:13-15). Hace que lo malo parezca bueno. Decora la conducta pecaminosa para que
parezca justa. Sus mentiras suenan atractivamente mejor que la verdad. Predica de
forma convincente la distorsión de que lo malo es bueno, y lo correcto es incorrecto.
Sigue siendo el mensajero de la oscuridad, aunque se hace pasar por un ángel de luz.
Proporciona un aspecto falsamente pulido de autenticidad a todo lo que es una imitación
espiritual.
El diablo sustituye las cosas santas que le brindan gloria eterna a Dios por otras
mundanas que les proporcionan a las personas un placer instantáneo. Camufla sus
mentiras diabólicas para que sean tan atractivas que los seres humanos rechacen la
verdad de Dios. Eleva los pensamientos respecto al “yo” hasta tal punto que las personas
llegan a adorar a la criatura en lugar de al Creador (Ro. 1:25).
Satanás remeda e imita las cosas santas y divinas mientras que, a la vez, sus
sustitutos baratos siguen siendo las cosas abominables del príncipe de las tinieblas.
Durante el período de la Reforma, los predicadores denominaban a Satanás “el simio de
Dios”, que remedaba a Dios disfrazando lo falso para que pareciera genuino, lo usaba
como señuelo para atraer a los pecadores a sí mismo y alejarlos de Dios.
Las principales falsificaciones de Satanás enumeradas en las Escrituras incluyen las
siguientes:
1. La Trinidad, como (1) dragón/Satanás (Ap. 13:4), (2) la bestia/el anticristo (Ap. 13:4),
y (3) el falso profeta (Ap. 13:11; cf. 16:13)
2. El reino, pero en realidad la “potestad de las tinieblas” (Col. 1:13)
3. Los ángeles (Mt. 25:41; 2 Co. 11:14; 12:7; Ap. 12:7)
4. El trono (Ap. 2:13)
5. Las iglesias (Ap. 2:9; 3:9)
6. La adoración (Ro. 1:25; Ap. 13:4)
7. Los obreros (2 Co. 11:13, 15)
8. Los cristos (Mt. 24:5, 24; Mr. 13:22; 1 Jn. 2:18, 22)
9. Los profetas (Mt. 7:15; 24:11, 24; Mr. 13:22; 2 P. 2:1)
10. Los apóstoles (2 Co. 11:13; Ap. 2:2)
11. Los maestros (2 P. 2:1)
12. Los creyentes (Mt. 13:38, 40; 2 Co. 11:26; Gá. 2:4)
13. El evangelio (Gá. 1:6-7)
14. La teología (1 Ti. 4:1)
15. Los misterios (2 Ts. 2:7; Ap. 2:24)
16. Los milagros (Mt. 7:21-23; 2 Ts. 2:9; Ap. 16:13-14)
17. La comunión (1 Co. 10:20-21)
El poder de Satanás.
Satanás posee el más alto poder de los seres creados, pero este no tiene ni punto
de comparación con el de Dios, quien es omnipotente (Jer. 32:17), omnisciente (Sal.
139:1-6), omnipresente (Sal. 139:7-10), inmutable (Sal. 102:27), soberano (1 Cr. 29:11-
12), eterno (Sal. 90:2), inmortal (1 Ti. 1:17), grande (Sal. 135:5) y autoexistente (Is. 44:6).
Satanás no posee ninguno de estos atributos, que pertenecen únicamente al Creador.
El poder de Satanás puede, al menos, ser igual al de Miguel el arcángel (Dn.
10:13, 21; 12:1; Jud. 9; Ap. 12:7). Ningún ser humano posee el poder sobrenatural que
le pertenece a Satanás. Es poderoso en el cielo (1 R. 22:19- 23; 2 Cr. 18:18-22; Job 1–
2; Zac. 3:1-5; Ap. 12:7) y en la tierra (Job 1:7; 1 P. 5:8).
Es evidente que Satanás elabora maquinaciones (gr. nóema, 2 Co. 2:11; 11:3).
Es un experto en tácticas (gr. methodeía, Ef. 6:11). Se destaca en engañar y entrampar
(gr. planáo, Ap. 12:9; 20:8; pagís, 1 Ti. 3:7; 2 Ti. 2:26). Satanás gobierna (gr. arjón) el
sistema pecaminoso de este mundo (Jn. 12:31; 14:30; 16:11; Ef. 6:12; Ap. 13:2, 4-5, 7).
Es, asimismo, el “príncipe de la potestad del aire”, es decir, el gobernante (gr. arjón)
sobre su ejército demoníaco (Mt. 25:41; Ap. 12:7, 9), que mora principalmente en la
esfera entre la tierra y el tercer cielo. Satanás acusa a los creyentes de forma constante
ante Dios, en el cielo (Ap. 12:10). Durante la segunda mitad de la septuagésima semana
de Daniel, prestará su poder al anticristo para que realice falsas señales y prodigios (2
Ts. 2:9-10), y también usará al falso profeta (Ap. 13:13-14) y a los demonios (Ap. 16:13-
14).
Satanás tiene el poder de la muerte, pero Cristo lo ha dejado impotente hacia los
creyentes en Cristo (He. 2:14). Satanás tiene la capacidad de engañar (2 Co. 11:3, 14-
15), pero Cristo lo ha dejado al descubierto (2 Co. 2:11) y ha destruido el efecto de su
obra (1 Jn. 3:8). Satanás tiene el poder de encarcelar a las personas (Ap. 2:10), pero la
Palabra de Dios no puede apresarse (2 Ti. 2:9); puede morar en una ciudad (Ap. 2:13),
pero solo Dios puede morar dentro del creyente (1 Jn. 4:4); puede hacer acusaciones
personales y difamar (Ap. 12:10), pero Cristo es el abogado del creyente, a la diestra de
Dios Padre (1 Jn. 2:1), e intercede de continuo por aquellos que creen (Ro. 8:33-34; He.
7:25). Ningún poder de Satanás, por grande que sea, apartará al verdadero creyente del
amor de Dios (Ro. 8:35-39). Satanás es fuerte (Lc. 11:21), pero Cristo lo es más (Lc.
11:22).
En ocasiones, Dios incluso limita el poder de Satanás (Job 1:6-12; 2:1-6). Cristo
rechazó su poder y su autoridad (Mt. 4:1-11) y sanó a los oprimidos por el diablo (Hch.
10:38). Pablo fue empoderado para esclarecer la mente de los incrédulos para que
pudieran convertirse “de la potestad de Satanás a Dios” (Hch. 26:18). Los creyentes
pueden vencer su poder (Stg. 4:7; 1 Jn. 2:13-14). En última instancia, el poder del diablo
será revocado permanentemente (1 Co. 15:24; Ap. 12:9-10; 20:1-3, 7-10).
Caída de Satanás.
La caída de Satanás se describe en Ezequiel 28 y en Isaías 14. Satanás fue
expulsado de la presencia de Dios por su pecado (Ez. 28:16). La razón de su caída fue
el orgullo, su corazón se enalteció por causa de su belleza y se corrompió su sabiduría
(28:17). La declaración indica que Satanás debió tener un rango de muchísima altura
que lo condujo a sentir orgullo. Isaías 14:12-14 describe en mayor detalle el pecado.
Las cinco veces que habla en primera persona sobre lo que haría enfatizan su pecado
(14:13-14). Deseaba entrar a la misma presencia de Dios y usurpar el trono de Dios por
encima de los otros ángeles. Quería ser semejante al “Altísimo”. Por esa razón Dios lo
arrojó del cielo.
Responsabilidad moral de Satanás.
Satanás es una persona moralmente responsable ante Dios (Job 1:7). No tiene
libertad ilimitada, está subordinado y restringido por Dios.
Juicio de Satanás
Satanás cayó de su posición original exaltada. Satanás, como querubín elegido,
se llevó con él a un ejército de ángeles, posiblemente un tercio de ellos, cuando fue
arrojado del cielo (Ez. 28:16-17; Ap. 12:4).
La derrota final de Satanás se dictaminó en el Edén.
Dios le dijo a Satanás que tendría una victoria pequeña (“tú le morderás el talón”),
pero Cristo tendría la victoria grande por medio de la cruz (“te aplastará la cabeza”, Gn.
3:15, NVI).
Satanás quedó impotente debido a la cruz.
Cristo se hizo parte de la humanidad y con su muerte sustitutiva derrotó a Satanás,
haciéndolo con ello impotente en la vida del creyente. Tenía el poder de la muerte sobre
las personas, pero ese poder se destruyó con Cristo (He. 2:14).
Satanás será expulsado del cielo en la tribulación.
La expulsión del cielo (Ap. 12:13) es un acto de juicio y se refiere probablemente
al cielo de las estrellas, conocido también como el segundo cielo (no la presencia de
Dios).
Satanás será atado en el abismo por mil años.
Cuando Cristo regrese en triunfo, Satanás será atado y arrojado al abismo por mil
años; ya no será capaz de engañar a nadie en la tierra durante el milenio (Ap. 20:2-3).
Finalmente, Satanás será arrojado al lago de fuego.
Al final del milenio Satanás será liberado y ahí engañará a muchas personas,
liderará una rebelión contra Dios, será derrotado y finalmente arrojado al lago de fuego
por toda la eternidad (Ap. 20:7-10).
Origen de los demonios.
Hay varias teorías sobre el origen de los demonios. Los cristianos deben
evaluarlas todas a la luz de la Biblia.
a) Espíritus de personas malvadas ya muertas.
Éste era el punto de vista de Filón, Josefo, algunos escritores cristianos de antaño
y de los antiguos griegos. Según las Escrituras, esta teoría es falsa, porque las personas
malas están en el infierno desde que murieron (Lc. 16:23).
b) Espíritus de una raza pre-adánica.
Tal teoría tiene su base en la “teoría de la brecha” de una creación original en
Génesis 1:1, la rebelión y caída de esa raza originalmente creada entre Génesis 1:1 y
1:2 y el caos resultante. Génesis 1:3 describe la recreación. La creación original, la
humanidad que cayó, es ahora la que compone los demonios. El problema con esta
perspectiva es que depende de una creación de la humanidad anterior a Génesis 1 y 2,
y no hay evidencia bíblica para ello. Más aún, Romanos 5:12 deja claro que fue a través
de Adán, y no de alguna criatura anterior, que comenzaron las condiciones de pecado y
muerte en el cosmos.
c) Descendientes de ángeles y mujeres.
Esta teoría se basa en la sugerencia de que los “hijos de Dios” en Génesis 6:2
eran ángeles que vinieron a la tierra, tuvieron relaciones con “las hijas de los hombres” y
produjeron una descendencia resultante en los nefilim (Gn. 6:4), que eran demonios.
Esta teoría presenta varios problemas. La sugerencia de que “hijos de Dios” se refiera a
los ángeles no es tan fuerte; no era una unión sexual poco natural, pues la frase “tomaron
para sí mujeres” se refiere a una relación matrimonial, nunca a un acto de relación sexual
ilícita.[17] Además, nada indica que los nefilim fueran demonios; más bien,
probablemente fueron “valientes” o “varones de renombre”.
d) Ángeles caídos no encarcelados.
Éste es el punto de vista preferible y la sostienen Hodge, Strong, Morgan,
Gaebelein, Unger y otros. Enseña que cuando Lucifer se rebeló contra Dios, cayó de su
lugar prominente y se llevó con él a un ejército de ángeles de menor rango. Lucifer, ahora
llamado Satanás, es el “príncipe de los demonios” (Mt. 12:24). Mateo 25:41 también se
refiere a “el diablo y sus ángeles”, lo cual podría hacer referencia a sus demonios; lo
mismo sucede en Apocalipsis 12:7, donde se menciona al “dragón y sus ángeles”.
Las Escrituras indican que hay dos grupos de ángeles caídos. Un grupo son los
demonios que están libres y activos en el mundo. El otro son los ángeles que están
atados y encarcelados. De algunos se dice que están encarcelados en el tártaro
(traducido “infierno” en 2 P. 2:4) por causa de algún pecado enorme (hay quienes lo
relacionan con Génesis 6 y su sugerencia de que “los hijos de Dios” eran ángeles). Judas
6 se puede referir al mismo encarcelamiento. Otro grupo de ángeles caídos está
confinado en el abismo (Lc. 8:31; Ap. 9:2). “Aparentemente eran demasiado depravados
y perniciosos como para permitírseles deambular por la tierra”.[19] Apocalipsis 9 indica
que estos demonios serán liberados durante la tribulación para afligir a quienes no
tengan el sello de Cristo en su frente (Ap. 9:3-11).

Características de los demonios.


Son seres espirituales. Se les llama espíritus; esto es, seres sin cuerpos de carne
(Mt.8:16; Lc. 10:17, 20).
Están localizados, no son omnipresentes. Sólo pueden estar en un lugar a la vez. Los
demonios habitaban en los dos gadarenos, y cuando Jesús los expulsa pasan a habitar
en los cerdos. En cada uno de los casos estaban localizados (Mt. 8:28-34; cp. Hch.
16:16).
Son inteligentes, pero no omniscientes. Fueron conscientes de la identidad de Jesús
(Mr. 1:24), también eran conscientes de su destino final (Mt. 8:29). Pablo se refiere a las
“doctrinas de demonios” (1 Ti. 4:1), con lo cual indica que propagaban sus enseñanzas
falsas por medio de sus emisarios. No obstante, no son omniscientes o serían como
Dios: sólo Dios es omnisciente.
Son poderosos, pero no omnipotentes. Como los demonios habitaban en él, el
gadareno podía romper las cadenas y los grillos; nadie podía atarlo debido a su fuerza
inusual (Mr. 5:3-4). El demonio en el niño buscaba que el niño se suicidara cuando se
arrojaba al fuego o al agua (Mr. 9:22). La posesión demoniaca impedía el habla de un
hombre (Mt. 9:32) y atormentaba a una niña (Mt. 15:22), pero aun así los demonios tienen
un poder limitado; no pueden hacer las obras de Dios (Jn. 10:21).
Actividad de los demonios.
Causan enfermedades. Lucas 13:11 da testimonio de una mujer que andaba
encorvada a causa de “un espíritu de enfermedad”; Lucas 13:16 declara además que
“Satanás había atado dieciocho años” a esta mujer en su sufrimiento. A veces hay una
correlación entre la enfermedad mental, la enfermedad física y la actividad demoniaca,
sin embargo, no siempre es posible identificar la diferencia, y cualquiera que intente un
diagnóstico debe ser cauteloso. Aflicción por parte de Satanás o los demonios sólo puede
venir si lo permite Dios (Job 1:12; 2:6, cp. 2 Co. 12:7-10).
Influencian la mente. Al principio Satanás engañó a Eva para que pecara; lo hizo
pervirtiendo la verdad y cambiando lo que Eva pensaba sobre Dios (Gn. 3:1-5). Satanás
y sus demonios continúan en esa tarea de influenciar el pensamiento de las personas al
cegar sus mentes (2 Co. 4:4). Este pasaje indica que Satanás inhibe la habilidad para
pensar o razonar. Aun cuando el pasaje se refiere a los incrédulos, Satanás también
puede influenciar el pensamiento de los creyentes (2 Co. 11:3); puede desviar a los
creyentes de la “sincera fidelidad a Cristo”. Santiago 3:15 indica que la sabiduría terrenal
es demoniaca y lleva a la contención y a los celos.
La solución contra la influencia demoniaca de la mente es llevar el pensamiento
cautivo a Cristo (2 Co. 10:5). Hay una exhortación similar en Filipenses 4:6-8. El creyente
guardará su mente cuando confíe todos sus asuntos a Dios en oración y medite en las
cosas que son honorables, verdaderas, justas y puras.
Engañan a las personas. Pablo temía que Satanás pudiese incitar a pecar a la incipiente
iglesia tesalónica en medio de sus sufrimientos y persecuciones (1 Ts. 3:5). Aunque los
tesalonicenses recibieron el evangelio con alegría, su esperanza podría debilitarse por
el ataque de Satanás.
Satanás, por medio de sus emisarios, también trabaja en los incrédulos; Pablo
dice que el príncipe de la potestad del aire “opera en los hijos de desobediencia”. El
contexto indica que Satanás engaña a los incrédulos para que vivan de acuerdo a la
lujuria y los deseos de la carne y la mente. Más aún, Mateo 13:19 indica que el engaño
de Satanás arrebata la Palabra cuando los creyentes la oyen, y frustra así su
entendimiento.
Engañan a las naciones. Al final los demonios reunirán a las naciones en rebeldía
contra Cristo. Los demonios engañan a las naciones al realizar señales para incitarlas a
ir a la guerra contra el Mesías (Ap. 16:14).
Posesión demoniaca.
Definición. Charles Ryrie define así la posesión demoniaca:
“Un demonio reside en una persona, ejerce control e influencia directa sobre esa
persona, con cierto trastorno de la mente o cuerpo. La posesión demoniaca debe
distinguirse de la influencia o actividad demoniaca en relación a una persona. En la
segunda el demonio opera desde afuera; en la primera es desde dentro. Según esta
definición, un cristiano no puede estar poseído por un demonio, pues es habitado por el
Espíritu Santo. No obstante, el creyente puede ser blanco de actividad demoniaca hasta
el punto de dar la apariencia de una posesión”.
Hecho de la posesión demoniaca. Hubo gran explosión de la actividad demoniaca
durante la estadía de Cristo en la tierra, como oposición a su papel mesiánico, sin lugar
a dudas. Los Evangelios abundan en relatos de personas poseídas por los demonios
(Mt. 4:24; 8:16, 28, 33; 12:22; 15:22; Mr. 1:32; 5:15-16, 18; Lc. 8:36; Jn. 10:21). Los
líderes de la iglesia primitiva como Justino Mártir y Tertuliano hacían referencia a la
posesión demoniaca, al igual que El pastor de Hermas.
Naturaleza de la posesión demoniaca. La posesión demoniaca se evidencia por un
cambio en el carácter moral y la disposición espiritual. Una voz diferente, un nivel de
educación distinto o incluso una lengua extranjera reflejarán con frecuencia el cambio en
la personalidad de la persona afectada. En Marcos 1:23-24, cuando los demonios
hablaron a través del hombre, él reconoció a Cristo de inmediato; lo cual quiere decir que
tenía un conocimiento y un intelecto sobrenaturales. Otro síntoma de la posesión
demoniaca se exhibe en el hombre gadareno, con su fuerza física sobrenatural y su
habilidad para romper grillos y cadenas (Mr. 5:3-4).
Juicio de los demonios.
El poder de los demonios se conquistó a través de la cruz. Cristo conquistó a
Satanás y sus demonios en la cruz y los exhibió públicamente, como cuando quien sale
victorioso despliega el botín de guerra (Col. 2:15).
Cuando Cristo regrese, los demonios serán arrojados al lago de fuego. Los
demonios están asociados con el juicio contra Satanás (Mt. 25:41; Ap. 12:9) y por lo tanto
serán arrojados al lago de fuego junto con él (Ap. 19:19-21).
Conclusión:
Satanás es el archi-falsificador. Como ya hemos visto, el diablo está muy ocupado
ahora trabajando en el mismo campo donde el Señor sembró la buena semilla. Está
intentando evitar que el trigo crezca sembrando otra planta, la cizaña, que se asemeja
mucho al trigo en apariencia. En una palabra, mediante un proceso de imitación está
intentando anular la Obra de Cristo. Así pues, como Cristo tiene un Evangelio, Satanás
tiene también el suyo; siendo este último una inteligente falsificación del primero. Tanto
logra asemejarse el “evangelio” de Satanás a aquel al cual trata de parodiar, que
multitudes de los que se pierden son engañados por él.
Es a este mismo evangelio de Satanás al que el Apóstol se refería cuando les dijo
a los Gálatas, “estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó
por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que
hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo” (1:6-7). Este
falso evangelio estaba siendo proclamado incluso en los días de los apóstoles, y la
maldición más terrible fue declarada sobre aquellos que lo predicasen. El apóstol
continúa diciendo “Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (v.8). Con la ayuda de Dios es que
ahora procuraremos exponer, o más bien, desenmascarar, a este falso evangelio.
¿en dónde te hayas tú? ¿Estás en el camino “que parece derecho,” pero que
termina en muerte?; ¿o estás en el Camino Angosto que conduce a la vida? ¿Has
realmente abandonado el camino que lleva a la muerte? ¿Ha creado en tu corazón el
amor de Cristo un aborrecimiento y horror hacia todo lo que Le desagrada? ¿Estás
deseoso porque Él reine sobre ti (Lucas 19:14)? ¿Estás confiando plenamente en Su
justicia y en Su sangre para ser acepto delante de Dios?
En el capítulo siete de Mateo hay dos pasajes que aproximadamente nos dan los
resultados del Evangelio de Cristo y de la falsificación de Satanás. Primero, en los versos
13 y 14, “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino
que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la
puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” Segundo,
en los versos 22 y 23, “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos
(predicamos) en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad. “Si, es posible trabajar en el nombre de Cristo, e incluso predicar
en Su nombre, y aunque el mundo nos conozca, y la Iglesia nos conozca, aún seguir
siendo desconocidos para el Señor”. Cuán necesario es entonces descubrir quiénes
somos en realidad; examinarnos a nosotros mismos y ver si es que estamos en la fe;
medirnos a nosotros mismos por la Palabra de Dios y ver si es que estamos siendo
engañados por nuestro sutil enemigo; averiguar si es que estamos construyendo nuestra
casa sobre la arena, o si está siendo erigida sobre la Roca, la cual es Cristo Jesús. Que
el Espíritu Santo escudriñe nuestros corazones, rompa nuestras voluntades, mate
nuestra enemistad contra Dios, obre en nosotros un profundo y genuino arrepentimiento,
y dirija nuestra mirada hacia el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Por último, una palabra sobre la inevitable condenación de Satanás:
“Apocalipsis 20:10 trae ante nosotros el episodio final del gran conflicto que existe
entre Dios y Satanás – “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y
azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por
los siglos de los siglos.” Aunque este gran enemigo sea poderoso, debe ahora medirse
con Aquel cuyo nombre es “El Todopoderoso,” por quien será arrojado al lago de fuego
“preparado para el diablo y sus ángeles.”

Bibliografía:
Teología Sistemática un estudio profundo de la doctrina Bíblica.
John MacArthur y Richard Mayhue, Editorial Portavoz .

Compendio Portavoz de teología.


Paul Enns, 2010 por Editorial Portavoz.

Satanás y su evangelio.
Arthur Walkington Pink.

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