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Módulo 1
Determinar el origen del perro no ha sido sencillo. Antes de hablar sobre su evolución, es
necesario recordar la clasificación del perro.
• Clase: Mammalia
• Subclase: Theria
• Infraclase: Eutheria
• Orden: Carnivora
• Suborden: Caniformia
• Familia: Canidae
• Género: Canis
Con esto, se ubica a los perros entre los carnívoros, es decir, animales que se alimentan
de carne. A su vez, pertenecen a los cánidos, especializados en la caza para la obtención
de su alimento, por el tipo de dentición que tienen. De esta manera, los orígenes del perro
se remontan a estos primeros carnívoros, aparecidos hace 50 millones de años.
El origen de los cánidos se remonta a 50 millones de años, pero ¿cómo tuvo lugar la
evolución del perro? El primer cánido del que se tienen fósiles es el Prohesperocyon,
aparecido hace 40 millones de años. De igual forma, hace 30 millones de años aparecieron
los primeros cánidos similares al lobo y al chacal, emparentados con el perro. Estos serían
originarios de América del Norte, aunque se desarrollaron en Eurasia, gracias a que
llegaron al otro lado del mundo a través del estrecho de Bering.
Los estudios de ADN más actuales han permitido comprobar que el lobo, el perro y el coyote
comparten muchas secuencias de carga genética. No obstante, la similitud entre el lobo y
el perro es mayor. ¿Esto significa que el perro es una evolución del lobo? En realidad, no.
La mayoría de estudios relacionados apuntan a que compartan un ancestro común a partir
del cual se desarrollaron dos subespecies, sin embargo, esta especie primigenia no existe
en la actualidad.
La aparición de los primeros perros se remonta a tan solo 14 o 15 millones de años atrás,
en la misma zona de Eurasia.
En la historia, origen y evolución del perro son notorios los cambios genéticos que tuvieron
lugar en estos cánidos para diferenciarse de los lobos. En la divergencia para separarse
del lobo, el perro evolucionó de tal manera que hoy es posible clasificarlo como Canus
lupus familiaris.
• Es posible que los músculos de las mandíbulas se atrofiaran al abandonar casi por
completo la caza.
• Poseen glándulas sudoríparas en las patas, mientras que los lobos no.
• La textura y el largo del pelaje de los perros es mucho más variado que el presente
en los lobos y otros cánidos, pues las razas ostenta muchas diferencias
morfológicas.
Ahora sabes que el perro y el lobo tuvieron un antepasado común, pero ¿cuándo se
domesticó al perro? Como mencionamos, se estima que los primeros perros aparecieron
hace 15 millones de años, momento en que vivían en gran parte de Europa y Asia. En aquel
entonces, las poblaciones humanas habían comenzaron a crecer, por lo que fue inevitable
que los perros se encontraran con ellas.
Es muy posible que se acercaran a las poblaciones atraídos por los restos de comida, y
algunas teorías afirman que comenzaron a consumir los desechos de almidón producto de
los cultivos. Esta sería una de las teorías sobre por qué los perros se acercaron a las
poblaciones humanas, sin embargo, otra apunta hacia una diferencia en sus
personalidades.
Uno de los restos más antiguos que existen se encontró en Bélgica, en la cueva Goyet.
Debido a la zona, se considera que estos primeros perros domésticos acompañaban a la
cultura auriñaciense. Esta cultura habitó en las cuevas de Europa y tenía un estilo de vida
basado en la caza. Por esta razón, es posible que los perros cumplieran un papel
importante en la tarea de obtener carne.
Esta posibilidad de que los perros fueran utilizados como cazadores, también queda en
evidencia a través de grabados encontrados en Arabia Saudita. Dichos grabados datan de
hace 6000 o 7000 años, y muestran a perros desempeñando labores de cacería junto al
ser humano. Restos similares han sido encontrados en Rusia, Suiza y Alemania. De esta
manera, la domesticación del perro se llevaría a cabo en gran parte de Europa, Asia y
África.
Un estudio publicado en Science Advances sostiene que los perros primitivos podrían
padecer el síndrome de Williams-Beuren, condición genética que propicia el desarrollo de
hipersocialibidad. A raíz de esto, los perros que comenzaron a acercarse a los humanos
serían más mansos y presentaban una personalidad gregaria y destinada a agradar. A su
vez, estos perros tuvieron mayores posibilidades de sobrevivir al ser alimentados por los
humanos. Gracias a esto, las características genéticas se transmitieron a las nuevas
generaciones.
Otras culturas antiguas, como la egipcia, también dejaron registros de su relación con el
perro a través de murales. En Roma desempeñaron labores de animales guardianes, como
revelan imágenes contenidas en vasijas; esta sería la primera vez en la historia en que los
perros fueron vistos como animales domésticos, en lugar de solo compañeros para la
cacería. Además, también eran utilizados como perros de guerra y, de hecho, el rottweiler
se encuentra entre las razas que acompañaron al Imperio romano en sus conquistas.
Este sería el origen del perro doméstico. Al abandonar la vida salvaje, las características
del perro se adaptaron a partir de la cría y de acuerdo con las necesidades que debían
cubrir en las poblaciones de las que formaban parte.
En cada población humana, los perros comenzaron a cumplir tareas diferentes, por lo que
ejercían de perros guardianes, cazadores, sabuesos, animales de compañía, recolectores
de presas acuáticas, entre otras. Estas actividades requerían del desarrollo de habilidades
específicas. A raíz de esto, los seres humanos ponían especial énfasis en la cría de perros
que cumplieran con las características que les resultaban útiles. De esta forma, ciertas
particularidades se fueron afianzando hasta derivar en el establecimiento de las diferentes
razas.
Además, a partir del siglo XIX comenzó a aplicarse la eugenesia en la cría de perros, que
no es otra cosa que la aplicación de los estudios sobre la herencia para el
perfeccionamiento de ciertas características. En los últimos años, esta disciplina ha sido
utilizada para obtener ciertas particularidades estéticas en las razas caninas, incluso en
detrimento de la salud de los perros resultantes.
Contrario a lo que se cree, los perros mestizos no serían el resultado del cruce
indiscriminado entre canes de distinta raza. En realidad, se trata de perros que se han
desarrollado a partir de la selección natural, es decir, sin que intervenga la mano del
humano para crear características específicas. Gracias a esto, los perros mestizos suelen
ser más saludables que las variedades de raza, pues raras veces sufren de dolencias
congénitas o hereditarias.
Los restos fósiles de los perros domésticos más antiguos datan de hace unos 12.000 años,
y se han hallado en Irak y en el actual Israel. También, se han descubierto restos de perros
domésticos de hace unos 9.000 años en Estados Unidos, Turquía, República Checa o
Inglaterra. Sin embargo, el tema de la domesticación del animal continúa siendo una
incógnita.
Si bien, la hipótesis más aceptada es que hace 12.000 años, los lobos fueron atraídos a los
asentamientos humanos, hecho que favoreció, en cierta medida, la integración del animal
en un entorno sociable y humano. Los perros evolucionados, por tanto, colaboraron en las
cacerías del hombre y en su propia actitud.
Es muy probable que los lobos se convirtieran en animales mansos y que sus crías, nacidas
ya en un entorno humano, fuesen toleradas en el grupo por su utilidad para cazar alimañas
y animales pequeños que vivían en el entorno humano. Es básicamente, así como perros
y hombres se habrían convertido en compañeros.
En este sentido, es poco probable que el perro doméstico evolucionara del lobo como
resultado de la cría selectiva intencionada del hombre. Parece más probable que el perro
se hubiese autodomesticado sólo y que los cambios producidos en el tamaño, en la
fisiología y en la conducta se hubiesen producido según una selección natural.
Una vez que el perro antiguo se introdujo en los primeros asentamientos humanos
permanentes, se convirtió en un animal pequeño y sociable. A partir de ese momento es
cuando el hombre comenzó a realizar crías selectivas, lo que dio origen a la gran diversidad
de razas caninas que existen en la actualidad.
Al principio, el ser humano seleccionó animales con las orejas caídas y con la cola distinta
a la de los animales salvajes, creando perros pequeños y de reducido tamaño. De esta
manera, el hombre distinguía perfectamente a los perros domésticos de aquellos que no lo
eran. Sin embargo, posteriormente, se fueron criando animales de mayor tamaño, lo que
dió como resultado las distintas razas gigantes que existen en la actualidad.
Los primeros perros domésticos fueron utilizados básicamente para la guarda y no para
actividades como la caza. Según esta hipótesis, el animal era el encargado de despertar al
hombre si acechaba algún peligro en el asentamiento, gracias al buen olfato y oído del que
dispone el perro. Esta teoría explicaría, por ejemplo, que el ladrido es parecido en el perro
doméstico, pero no en el lobo.
Una vez domesticado y realizada la cría selectiva del perro, lo cierto es que, con el tiempo,
el que fuese descendiente del lobo vivió y vive en estrecha relación con el hombre.
Los perros casi siempre acompañan a los hombres a caballo que trabajan con la hacienda,
pero no siempre son una verdadera ayuda. Difícilmente un perro no debidamente
adiestrado sea capaz de volver al rodeo un novillo que se escapó y mucho menos los perros
sin ―escuela‖ son buenos colaboradores a la hora de apartar. En los corrales es aún más
evidente el problema; los perros torean y ―garronean‖ muchas veces sin ton ni son, y hasta
complican el trabajo. Hoy existen técnicas de adiestramiento que permiten contar con
perros útiles para las tareas corrientes en los campos de invernada y hasta en los tambos;
perros que no lastiman a los animales, y que trabajan manteniendo tranquilos a los novillos
que se arrean o encierran. Un hombre con dos buenos perros puede manejar una tropa de
500 novillos. En los últimos 10 años se ha avanzado notablemente en el estudio del
comportamiento animal (etología), y muy especialmente en la cinoetología, (estudio del
comportamiento de los perros). Actualmente, en el adiestramiento canino, lejos de dejar de
lado la parte instintiva animal, lo que se busca es aprovechar toda su potencialidad, dándole
la importancia que realmente tiene a la hora de seleccionar perros útiles. Estos deben
trabajar naturalmente, y se debe notar a simple vista que disfrutan haciendo lo que se les
ha enseñado. Los ganaderos y su personal valoran a los perros que saben trabajar, pero
ya no es suficiente conformarse con el simple instinto de los mismos, tan
extraordinariamente demostrado en los perros ovejeros. Ahora hay métodos de
entrenamiento, basados en la etología, que permiten optimizar la utilización de los perros
para el trabajo en el campo. Los perros entrenados permiten, por ejemplo, el movimiento
entre potreros y el arreo hacia corrales (aún en los campos de monte) sin necesidad de
gritos ni corridas para volver al grupo un animal que se ha
―cortado‖. También se utiliza a perros adiestrados para llevar las vacas lecheras al lugar
de ordeño. En todos los casos se trabaja con la haciendo mucho menos ―estresada‖, lo
que atendiendo también a la etología bovina resulta en mejores índices reproductivos.
Evitar el estrés en los animales significa menos pérdida de peso los días de trabajo en
corrales, menos mermas en producción láctea por ordeñar vacas nerviosas y hasta mejores
índices de fertilidad si las vacas están tranquilas al momento de la inseminación artificial.
Sin duda, los movimientos que deben realizar los perros que trabajan con hacienda lechera
deberán ser mucho más lentos y afinados, y para lograrlo es necesario un adecuado
entrenamiento. Quizás no debamos decir más ―nada de perros en el tambo‖ y en cambio
busquemos la forma de tener perros útiles, que ayuden al trabajador rural sin lastimar ni
asustar a las vacas lecheras.
Razas y especialidades
Al elegir un perro para el trabajo es importante tener en cuenta las líneas de sangre. Se
deben buscar líneas que posean probado instinto para la tarea que deberán realizar. Los
Border Collie, por ejemplo, son ideales para el trabajo con todo tipo de hacienda bovina en
lo que hace a funciones de arreo y aparte. Un solo hombre a caballo puede manejar
eficientemente una tropa de 500 novillos con la compañía de dos ―Border‖, y es ésta la
raza que más se adapta para trabajar en los tambos. Otra tarea para la que es posible
adiestrar un perro es la prevención del cuatrerismo. Los perros elegidos deberán tener
instinto de guardia y de boyeros, cualidades de los ―Rottweiler‖, los Pastores de los
Pirineos y los Pastores Húngaros. Conocidas son las múltiples tareas que son capaces de
realizar los perros en los establecimientos ganaderos, pero no todos saben que existen
caninos capaces de colaborar, y muy eficientemente, en la lucha contra el abigeato. El
cuatrerismo no es muy distinto a otros robos, y la reacción de los perros cuando personas
extrañas entran a robar a una casa no es muy diferente a la de los perros entrenados para
el trabajo de ―boyero nocturno‖. La diferencia está en que, sin adiestramiento, ningún
perro se queda naturalmente despierto y atento a un potrero mientras que el hombre que
lo tiene a cargo está durmiendo en su casa. Estos guardianes son entrenados también para
despertar a la persona responsable de la hacienda cuando suceden hechos extraños en el
potrero en que trabajan. Para entender cómo es posible que haya perros boyeros
nocturnos, capaces de prevenir el robo de hacienda, hay que entender el comportamiento
onírico del ―mejor amigo‖. Un perro entrenado para trabajar de ―sereno‖ no se duerme
hasta bien entrada la madrugada; pocas horas de sueño durante el día le alcanzan para
velar por la noche en los potreros donde se encuentra el ganado. Mediante un adecuado
entrenamiento es posible condicionar al animal para ―ponerlo a trabajar‖ cuando es
necesario. Un perro sin escuela pasa la noche en la casa del encargado o del puestero, un
perro entrenado se queda en el potrero que el hombre le designe para hacer su trabajo de
boyero y verdadero custodio de la hacienda. Hay perros genéticamente mejores para esta
tarea. Aquellos poco aptos pueden aprender a permanecer en un potrero por la noche, pero
muy probablemente molesten a los animales que están cuidando. También pueden
alterarse con facilidad por cualquier suceso normal, como la presencia de algún animal
inofensivo (liebres, peludos, etc.). Estos perros sin condiciones para el trabajo ladrarán ante
cualquier movimiento, aún los más frecuentes. Un perro entrenado solamente reaccionará
con actitudes de guardián si personas desconocidas, vehículos o animales depredadores,
como un puma, se acercan al ganado que están cuidando.
Los perros tienen un lado humano. No son solo palabras de dueños sensibles, lo dicen
también científicos que estudian a los caninos de compañía con los que hemos vivido
durante 30.000 años o más.
Efectivamente, es tal nuestro vínculo mental con el animal domesticado más antiguo que
los investigadores están recurriendo a ellos como modelos para ganar conocimiento sobre
el funcionamiento y enfermedades del cerebro humano.
Un científico cuyo trabajo pionero con perros ilumina nuestra comunión mental es Adam
Miklósi, director de Etología de la Universidad Eötvös Loránd, en Budapest, Hungría.
Como fundador del Proyecto Perro de Familia, Miklósi y sus colegas exploran cómo ―el
mejor amigo del hombre‖ se ha adaptado tan exitosamente a vivir en compañía humana.
Recientemente, por ejemplo, uno de los equipos de investigación de Miklósi reveló que los
perros tienen un área especial del cerebro para el procesamiento de voz, justo como los
humanos. Por tanto, le preguntamos qué podrían decirnos sobre los humanos los cerebros
de los perros.
¿La domesticación ha hecho que los perros sean más similares a los humanos con el paso
del tiempo, como en el desarrollo de ciertas habilidades sociales?
¿Por qué los científicos se están enfocando ahora en los perros como modelos para
investigar condiciones psicológicas humanas como trastorno de déficit de atención con
hiperactividad (ADHD, por su sigla en inglés), desorden obsesivo compulsivo y enfermedad
de Alzheimer? Los perros y los humanos comparten muchas condiciones médicas y
psicológicas. Esto se ha sabido desde hace mucho tiempo, pero hasta ahora los
investigadores no habían capitalizado esta similitud.
El motivo por el que los perros podrían ser bastante interesantes es porque muchos de ellos
comparten su vida con gente, y están expuestos a muchos de los mismos factores de estrés
que los humanos, incluyendo aire contaminado o comida manufacturada.
Pero los perros también son excepcionales porque reciben tratamientos médicos que
podrían contribuir a su vida relativamente larga en las familias humanas. Esto permite la
emergencia de otras patologías como discapacidad cognitiva en perros viejos, que es
análoga al mismo problema mental de los humanos.
A lo largo de los años, los perros mestizos han sido llamados de muchas maneras
diferentes, como por ejemplo perros no de raza, cruzados o simplemente chuchos.
A pesar de ser tan distintos entre sí, todos comparten un rasgo característico, nunca sido
criados por un propósito único y por consiguiente, tienen muchas menos probabilidades de
sufrir un algunos problemas médicos hereditarios, tales como la ceguera, enfermedades
cardíacas y displasia coxal, enfermedades que sí que se presentan con bastante frecuencia
en determinados perros de pura raza.
Sin embargo, los perros mestizos son baratos y abundantes, y el resultado es que son
menos valorados por la sociedad que los perros de pura raza, aunque la compañía que
proporcionan es igual de satisfactoria.
La personalidad un perro está determinado por muchos factores, los más importantes son
dos:
Factores genéticos: La genética ejerce una profunda influencia: es más probable que la
cría de perros con un temperamento similar, produzca perros de temperamento parecido
en lugar de perros de temperamentos diferentes. Esta es la base de la cría selectiva. Si
elegimos una raza concreta, tenemos más posibilidades de adquirir un perro con un
comportamiento concreto que si elegimos un perro mestizo. Sin embargo, los factores
genéticos no determinan toda la personalidad.
El primer entorno: El primer entorno es también muy importante, los cachorros mestizos
criados correctamente en un entorno familiar, se convierten en adultos fiables. Por
desgracia los perros mestizos a menudo son el resultado de embarazos no planificados, y
como consecuencia, a veces los propietarios los descuidan o incluso los abandonan, por
eso suelen tener muchos problemas de comportamiento relacionados con ansiedad.
La mayoría de los perros que vamos a encontrarnos en una perrera o en un refugio son
perros mestizos, siempre tienen demasiados de estos perros necesitados de un buen
hogar.
Algunas organizaciones adiestran perros mestizos para servir a personas sordas, rescatan
a perros de los mestizos y se dan cuenta que aprenden rápidamente y muy bien el
complicado adiestramiento de sonido-respuesta.
El tamaño final del perro adulto puede ser difícil de determinar cuando hablamos de
cachorros de perros mestizos, y puede variar espectacularmente entre los miembros de
una misma camada. Lo mismo ocurre con la longitud y la textura del pelaje.
Los perros mestizos no son tan caros como los perros de pura raza, pero curiosamente
esto puede resultar perjudicial para su vida y bienestar. Cuando alguien se gasta una suma
importante de dinero en un perro, lo normal es que el propietario quiera proteger esa
inversión y es probable que ese perro reciba unos mayores cuidados, como por ejemplo
más visitas rutinarias al veterinario, pero los perros mestizos son igual de sensibles a las
afecciones infecciosas, pero como son baratos, desgraciadamente no siempre reciben la
misma atención.
Prueba de temperamento
Los perros mestizos que han sido acogidos en las perreras y refugios, presentan un índice
más elevado de problemas de temperamento y de conducta que los perros que viven
adecuadamente en un hogar, esto quiere decir que los perros mestizos tienen bastantes
posibilidades de problemas potenciales como la destructividad, mordeduras por miedo,
demasiados ladridos o falta de modales.
Si vamos a traer a un perro de acogida a casa, antes tenemos que averiguar si ha sido
sometido a una prueba del temperamento. También debemos estar seguros de que el
tamaño del perro, las necesidades de ejercicio y las alimentarias son compatibles con
nuestro entorno y tipo de vida.
Necesidades de aseo: El pelaje de los perros mestizos varía considerablemente del corto
y liso a pesado, denso y duro. El pelaje áspero necesita un cepillado rutinario para impedir
que se enrede. Los enredos suelen ser un problema, especialmente en la barba.
Necesidad de ejercicio: Algunos perros mestizos tienen suficiente con un ejercicio mínimo
y otros necesitan hacer mucho y con frecuencia.
Guardianes alerta: Sin tener en cuenta los antecedentes, todos los perros protegen
gustosamente el territorio en el que viven.
La necesidad de un buen hogar: Es más probable que las perreras estén llenas de perros
mestizos, la verdad es que casi no hay perros de raza en los estos refugios. Los problemas
de ansiedad son más frecuentes en los perros mestizos, no porque sean propensos a ello,
sino porque se han perdido o han sido abandonados.
El perro de raza
Una raza de perro o raza canina es un grupo de perros que tienen características muy
similares o casi idénticas en su aspecto o comportamiento o generalmente en ambos, sobre
todo porque vienen de un sistema selecto de antepasados que tenían las mismas
características. Los perros han sido apareados selectivamente para conseguir
características específicas por miles de años.
Las razas de perros no son científicamente definidas como una clasificación biológica, sino
que son grupos definidos por clubes de aficionados llamados club de la raza. Una raza de
perro está representada por un número suficiente de individuos que transfieren de manera
estable sus características específicas a través de generaciones. Los perros de la misma
raza tienen características similares en apariencia y comportamiento, sobre todo porque
vienen de un sistema selecto de antepasados que tenían las mismas características. Los
perros de una raza específica o raza verdadera, producen animales muy similares a los
padres. Un perro se nombra miembro de una raza a través de pruebas de ascendencia,
mediante el análisis genético (DNA) o registros escritos de su ascendencia (pedigree). Sin
esas pruebas, la identificación de una raza específica no es confiable. Estos registros,
llamado registro de raza, pueden estar en manos de particulares, clubes u otras
organizaciones.
Generalmente, antes de que un tipo de perro se reconozca como de verdadera raza, debe
demostrarse que el acoplamiento de un par de ese tipo produce siempre perros que tienen
las mismas características que los padres, tanto en aspecto como en comportamiento. Esto
se conoce como resultado positivo de raza. Existen muchos interrogantes relacionados con
lo que se considera resultado positivo de raza.
La Federación Cinológica Internacional (FCI) reconoce 337 razas y cada una es propiedad
de un país específico. Los países propietarios de dichas razas establecen el estándar de
raza (descripción detallada del tipo ideal de la raza) - en colaboración con las Comisiones
de Estándares y Científica de la FCI - cuya traducción y actualización es efectuada por la
FCI. Estos estándares son la referencia en la cual se basan todos los jueces al examinar
los perros durante las exposiciones llevadas a cabo en los países miembros de la FCI.
Actualmente las razas son muy extensas y populares gracias a las exposiciones caninas,
las carreras de galgos, y más recientemente, gracias a deportes como el Schutzhund y el
Agility.
Los perros han sido criados selectivamente para conseguir características específicas
durante miles de años. La selección se habría centrado inicialmente en la domesticación y
en comportamientos útiles como por ejemplo habilitados para la caza. Más adelante, los
perros también fueron seleccionados para obtener morfologías atractivas y distintivas,
dando como resultado una gran variedad de tipo. Como perro de trabajo el perro ha tenido
muchas utilidades diferentes como por ejemplo como perro de caza, perro de muestra,
perro de agua, perro cobrador, lebreles, perro pastor, perro boyero, perro policía, perro de
trineo, etc. Dando lugar a formas muy diversas como por ejemplo el moloso, el mastín, el
dogo, y como animal de compañía creando grupos de razas como los bracos, spitz, terriers,
retrievers, spaniels, schnauzers, pinschers, etc.
Algunas razas de perro como el Saluki han sido criadas durante miles de años. Otras razas
de perro de trabajo como el Pastor Alemán o Labrador Retriever se establecieron en los
últimos siglos. Más adelante, los perros también fueron seleccionados para lograr
morfologías atractivas y distintivas, dando por resultado una variedad extensa de tipos.
Muchas razas de perros hoy en día tienen los nombres de los tipos de razas nativas
originales, como el Border Collie. Otros tipos de variedades criollas, como los Retrievers,
se han hecho con una apariencia más uniforme a través de la cría selectiva, lo que dio lugar
a un desarrollo de una gran variedad de razas distintas. Las variedades de perros de raza
en los círculos de trabajo pueden variar en apariencia de los mismos perros de raza pura
que se presentan en las exposiciones caninas o son mascotas.
Han sido documentados tipos semisalvajes y variedades locales, como el "Perro Cantor de
Nueva Guinea" o Canis lupus hallstromi que se ha registrado como raza con fines de
preservación. No hay constancia de su avistamiento desde 1976 por lo que se cree que se
podría haber extinguido. En 1970, el ecologista I. Lehr Brisbin descubrió una raza de perro
silvestre denominada como "Perro de Carolina".
Durante los últimos años también se está dando un nuevo movimiento en lo relativo a
nuevas razas de perros "híbridas o de diseño". Si bien estas razas no son reconocidas
oficialmente, están en constante crecimiento. Entre algunas de las razas híbridas, que viene
a ser el cruce de dos razas reconocidas, tenemos al Cockapoo (un cruce entre el Cocker
Spaniel y el Caniche) o el Puggle (surgido de la mezcla del Pug y el Beagle).
La adquisición de un cachorro
Adquirir un perro es una decisión importante que exige reflexión por parte de todos los
integrantes de la familia. El perro no es un muñeco vivo que se abandona en un rincón
cuando deja de interesar. Antes de embarcarse con los ojos cerrados en esta aventura, ha
de ser consciente de algunos imperativos:
• Deberá responsabilizarse durante un período que oscilará entre los 10 y los 13 años.
• Tendrá que pasear a su perro todos los días.
Nuestra elección siempre se orienta por criterios de belleza. Esta conducta puede traer
graves complicaciones. Si desea adoptar un perro no corra al primer criador que conozca.
No deje correr su entusiasmo o el de sus hijos libremente. Reflexione, compare, hojee libros
y revistas, visite exposiciones y pida consejos. Están en juego su satisfacción y la felicidad
de su perro.
¿Macho o hembra?
La hembra tiene dos celos al año. Durante este período (hasta 20 días) hay que limpiar las
pérdidas si vive dentro de la casa y controlar que no se escape. La actividad sexual del
macho es operativa todo el año. Si su hocico detecta la presencia de una dama susceptible
de compartir sus impulsos amorosos, hará lo posible para llegar hasta ella. Marca su
territorio mediante unas gotas de orina en los límites importantes de su territorio, todo lo
que considere suyo.
En cuanto al temperamento, generalmente se dice que las hembras son más sumisas y
fáciles de educar. En realidad, la experiencia demuestra que las diferencias de carácter
entre los sexos no son demasiado acentuadas. Los machos parecen tener un carácter más
firme, un comportamiento impetuoso, y les gusta desencadenar peleas con otros machos.
A la larga, esto puede ser molesto para el propietario, que habrá de tomar las precauciones
necesarias para evitar situaciones conflictivas. Sean del sexo que sean, los ejemplares más
dominantes pueden poner en cuestión la autoridad de su dueño.
Sea macho o hembra, no deberías castrar o esterilizar a su perro únicamente por razones
de comodidad. A pesar de que existe la idea generalizada de que es absolutamente
necesario que una perra tenga cachorros al menos una vez en su vida para que se sienta
―realizada‖, esto no es rigurosamente cierto. Los tratamientos médicos destinados a
impedir el celo no son aconsejables, ya que pueden acarrear posteriores trastornos de
salud (como metritis).
Si busca un compañero que pueda acompañarle enseguida y que sea limpio y educado, es
preferible es elegir un cachorro de edad más avanzada o un perro adulto previamente
educado. Si usted es una persona de edad, lo lógico sería elegir un perro de edad, tranquilo.
Uno joven sobreviviría y podría acabar en una perrera. En cualquier caso si elige un adulto
infórmese sobre su pasado. Tendrá ya sus costumbres, buenas o malas, y un cambio de
dueño y medio puede desequilibrarlo.
En general, se recomienda elegir un cachorro porque el perro se impregna más del dueño
y de la educación que reciba. Ahora bien, hay que enseñárselo todo y dedicarle mucho
tiempo. Su desarrollo físico y psicológico depende por completo de la familia con la que
vive. La educación del pequeño conlleva un aprendizaje reciproco, una experiencia
inolvidable y muy enriquecedora.
Durante los últimos 14.000 años, los seres humanos no sólo han domesticado a los perros,
hasta convertirlos en sus mejores amigos. También les han seleccionado de forma artificial
para que los 'Canis lupus familiaris' tengan el color, el tamaño, la estructura corporal, las
habilidades e, incluso, el comportamiento psicológico que les gustaba a sus dueños. Ahora,
un grupo de científicos ha identificado 155 regiones en su genoma en las que están las
señales de esta selección y que contienen posibles genes característicos de cada una de
las 400 razas existentes.
En ese grupo están incluidos genes que ya se habían identificado como característicos de
algunas razas, pero también otros candidatos que no habían sido estudiados hasta ahora.
Es el caso de la asociación que han encontrado entre el gen HAS2 y el arrugamiento de la
piel de los perros Shar-Pei, originarios de China.
Raras mutaciones en este gen han sido identificadas en humanos que sufren una
enfermedad en la piel denominada mucinosis. "En muchos casos, como éste, es más fácil
localizar subtratos de la selección en los perros que mapeando regiones genómicas
humanas, y ello puede ayudar a localizar determinadas mutaciones", afirman los científicos
en la revista Proceedings of National Academy of Sciences (PNAS).
En la raza Beagle los investigadores encontraron otro gen que modifica en las personas el
índice de masa corporal y determinadas características del metabolismo.
Los investigadores identificaron más de 1.600 genes conocidos y supuestos genes cuya
información es traducida en proteínas. Entre ellos hay cinco que ya habían sido reconocidos
en estudios previos como especialmente significativos en la cría de perros y tienen que ver
con el color y el pelaje.
Muchos de los genes al parecer tienen que ver con características visibles de los animales
como el color y la textura del pelaje, el tamaño o la estructura ósea. Los científicos aún no
pueden decir qué genes fueron influidos exactamente en la cría, ya que en cada uno de los
155 ámbitos hay varios genes.
El trabajo de PNAS, según sus autores, ayuda además a entender cómo es la evolución a
corto plazo, así como el mecanismo de las variaciones moleculares en poblaciones
naturales y su diferencia con las artificiales.
demandar ejercicio y al final de la historia el que menos culpa tiene, acaba siendo regalado,
echado a la calle e inclusive en casos extremos, dormido por ―inadaptado‖.
Instinto
El instinto es algo nato de cada raza, a pesar de que habrá diferencias entre cada ejemplar,
es algo que debemos entender que ―no se puede adiestrar‖, simplemente se presenta, no
se puede contener y se transmite genéticamente, por ejemplo: el instinto cobrador del
Labrador o Cobrador Dorado, hace que prácticamente sin enseñarles, disfrutarán ir una y
otra vez por pelotas y juguetes lanzados por su dueño; el instinto de pastoreo del Border
Collie resulta evidente cuando sus dueños van caminando por el campo y el perro va dando
vueltas alrededor de ellos ―protegiéndolos‖ y llevándolos por el camino. El adquirir perros
de pelea, implicará tener las precauciones necesarias al sacarlo, ya que su instinto puede
hacer que agreda a otros perros si se sienten amenazados.
Temperamento
El temperamento de cada perro está dado primero por su raza, en segundo lugar, por su
individualidad y, por último, y más importante, por su entorno. En este tercer aspecto, su
entorno, nos tenemos que enfocar a los primeros cuatro meses de su vida, si los cachorros
son acostumbrados a estar en contacto con diferentes personas, otros perros, mascotas
diferentes a los perros, a ruido, niños, etc., ese cachorro cuando sea adulto, identificará
todos los estímulos obtenidos en esas primera semanas como ―normales‖, entonces
podrá lidiar con niños, perros e inclusive con gatos, sin tantos problemas como un cachorro
que se mantuvo en un cuarto aislado hasta que fue vendido a los cuatro meses.
Fortaleza física
La fortaleza física es un punto clave en la selección del perro ideal, ya que de ésta
dependerá el requerimiento de ejercicio diario que necesita nuestro perro. No hay que
confundir peso o musculatura con la fortaleza física a la que nos referimos, porque por
ejemplo, el ejercicio que requiere un Mastín Inglés de 80 Kg. es mucho menor al que
requiere un Pastor Belga de 35 Kg.
El ejercicio diario es indispensable para un buen comportamiento del perro, es muy común
tener en el consultorio perros que por aburrimiento se comen su propio excremento, rompen
cosas o ladran sin cesar.
El requerimiento de ejercicio va muy ligado al fin zootécnico de cada ejemplar, por esto,
perros de trabajo (caza, pastoreo, protección, etc.), van a demandar un trabajo intenso
diario, de 40 – 60 minutos, o más o bien, contar con una gran extensión de campo para que
el perro se ejercite por sí mismo; en cambio, tenemos perros que prácticamente pasan todo
el día echados, haciéndose uno con el tapete en el que duermen.
Características físicas
No menos importante que los puntos anteriores es la selección del perro por sus
características físicas. Esto parece de lo más elemental e implica ―me gusta = lo quiero‖,
pero muchas veces no nos detenemos a dimensionar lo que conlleva cada caso. Por
ejemplo, vemos un perro que nos gusta en la tienda o en la revista, pero no contemplamos
que para mantenerlo como nos gustó, requiere llevarlo a la estética cada dos o tres
semanas y que esto representa un gasto continuo —si nuestra intención es que el perro
luzca como nos gusta—, para algunos esto puede no ser un problema, pero para otros
posiblemente si lo sea.
Perros de gran pelaje requieren que los cepillemos hasta 3 veces por día para evitar llegar
a la estética canina y nos obliguen a raparlo por las rastas y nudos que se le formaron por
no darnos el tiempo de cepillarlo.
Y no hay que dejarnos llevar por las apariencias, hay perros de pelo corto que tiran más
pelo que uno de pelo largo, ya sea por cuestiones genéticas, estrés o por falta de cepillado.
Finalmente, es importante que se conozca que muchas de las razas fueron ―hechas‖ con
muy pocos ejemplares, lo que nos lleva a hablar de la consanguinidad y la predisposición
de cada raza a la presentación de problemas particulares de salud, ya sea por cuestiones
genéticas o por características físicas. Es primordial decir que no hay prácticamente
ninguna raza libre de esta situación, pero será importante informarse de los problemas
comunes de la raza que adquirimos para tratar de evitarlos antes de su presentación.
Dentro de estos problemas de salud tenemos como ejemplos: el hipotiroidismo, la obesidad,
problemas oftalmológicos, de piel, enfermedades autoinmunes, displasia de cadera,
etcétera. Es importante destacar la labor en este último problema, en el que la Federación
Canófila mexicana, ha hecho un incansablemente trabajo para controlarlo en las razas
predisponentes.
Todas las razas tienen pros y contras, lo importante es conocerlos y pensar si los contras
son menos importantes que los pros, y asumir con responsabilidad las exigencias que
tendrán las características negativas, esta reflexión, sin duda, es algo que cada quien
deberá valorar y será definitiva para la adquisición de nuestra mascota.
Esto no estaría completo sin considerar a los perros ―criollos‖ o mixtos, ya que muchas
veces gracias al ―se parece a cierta raza‖, podremos suponer que ese perro tendrá
características de las razas con las que fue obtenido y además adquirir nuevas
características negativas y positivas por la cruza. Debemos aclarar que esto no
necesariamente es cierto, precisamente por lo que cada raza aporta.
Los 10 tipos:
3. Seleccione tres razas que le gusten y busque información acerca de cada una: para
que se utiliza la raza, temperamento, problemas genéticos, requerimiento de
ejercicio, mantenimiento de pelaje, etc.
5. Seleccione tres criadores de la raza que eligió con los puntos anteriores y compare
instalaciones, cuidados y estímulos que tuvo el cachorro en sus primeras semanas.
6. Dentro de la camada usted podrá encontrar cachorros más activos que otros, no
siempre el más ―vivo‖ es el más indicado, dependerá de cada caso, posiblemente
el cachorro más tranquilo será una buena opción para alguien que vive en un
departamento, el criador podrá orientarlo en este sentido.
8. Si ya adquirió una raza, asuma las consecuencias de su instinto, del carácter, de sus
problemas predisponentes, de su requerimiento de ejercicio y disfrute de todas sus
ventajas.
9. Piense que un perro es para toda la vida y que no sólo de pequeño requiere
cuidados.
10. Si ya tiene un perro, antes de conseguir otro pregúntese si el que tiene está bien
cuidado y si tendrá tiempo para uno más.
Test de Campbell
El Test de Campbell es un sencillo test que creó un psicólogo experto en comportamiento
canino que solo se puede pasar al cachorro cuando tiene alrededor de las 7 semanas de
vida.
El Test de Campbell consiste en una serie de pruebas muy sencillas a las que se somete
al cachorro. Una vez sumadas sus respuestas (opciones a, b, c, d, e) se valoran varios
aspectos de su personalidad: el apego, el grado de atención que tiene el cachorro con el
ser humano, la predisposición a seguirnos, si es sumiso o dominante, etc.
1.- El cachorro debe contar, exactamente, con la edad de siete semanas, ni más, ni menos.
2.- Solo una persona puede examinar al cachorro. Es igual que lo conozca o no, pero es
importante que durante el examen solo esté el cachorro y su examinador.
4.- Los tests se harán sin ninguna preparación previa del cachorro, de forma totalmente
neutral y sin felicitarle en ningún momento, para evitar motivarle.
a) Acude enseguida, con el rabo levantado, dando saltos y mordisqueándote las manos.
b) Acude sin dificultad, con el rabo alto, apoyando con sus patas tus manos.
d) Acude titubeando.
e) No acude.
“Aptitud para seguir al amo” (grado de independencia): Situarse al lado del cachorro,
comenzar a caminar asegurándose de que se dé cuenta.
a) Sigue al ejecutor sin dificultad, rabo en alto tratando de mordisquear los pies.
b) Lucha vigorosamente.
b) Salta y patea.
Dominante agresiva (dos o más ―a‖): Habrá que tratarlo con cuidado, no golpearlo, ya
que lo haría aún más agresivo. No es aconsejable su trato con niños. Si lo llevas de una
forma suave, pero firme, se convertirá en un perro adulto capaz de reacciones defensivas
en caso de peligro.
Dominante (tres o más ―b‖): Si se le consienten los caprichos, se volverá un perro adulto
insoportable. Debe ser educado con suavidad, pero de manera firme. No es aconsejable
su convivencia con los niños.
Sumiso (dos o más ―d‖ con una o varias ―e‖): Perro muy sensible a las reprimendas
hasta llegar al punto de orinarse encima. Necesita mucho cariño. Conviene darle confianza
en sí mismo. Podría morder por temor si se siente acorralado e incapaz de huir. Puede
convivir con niños.
Independiente (dos o más ―e‖): Cachorro difícil de educar. Hace lo que le da la gana. Es
factible que ataque y muerda si se le castiga, incluso volverse extremadamente feroz.
Evita su contacto con niños.
Ritmo cardíaco
La edad determinará la frecuencia cardíaca de los perros. También influyen otros elementos
externos como el ejercicio que realice o la temperatura del ambiente. Los cachorros por lo
general tienen valores más altos y estos van descendiendo conforme el animal envejece.
De este modo, la frecuencia cardíaca de los perros adultos se establece en valores entre
99 y 100 pulsaciones por minuto. Asciende 110 – 120 en los cachorros y puede disminuir
hasta las 70 – 80 en mascotas más ancianas.
El pulso del perro, aunque varíe según el tamaño y la edad, se debería situar siempre entre
los 80 y 140 latidos por minuto.
¿Cómo tomar la frecuencia cardíaca de los perros? Desde casa es posible medir la
frecuencia cardíaca de los perros sin mucha complicación. Existen dos formas de hacerlo.
Una de ellas consiste en poner la palma de tu mano en el lado izquierdo para apreciar los
latidos del corazón del animal. Basta con contar y medir, como lo haríamos con nosotros
mismos. Otra manera de hacerlo es en la parte interna superior de los muslos, ya que ahí
el pulso se nota bastante claro y fuerte. Si vemos que el animal se pone intranquilo o no le
gusta que le estemos tocando, sería suficiente con aguantar 15 segundos y después
multiplicar por cuatro.
Puede ocurrir que, en ocasiones, apreciemos algo raro en la frecuencia cardíaca de los
perros. Si los latidos se sitúan fuera de los rangos considerados normales puede ser que
aparezca una complicación cardíaca en nuestra mascota, momento en el cual deberíamos
acudir inmediatamente al veterinario.
El comportamiento del animal nos puede dar pistas de que algo no funciona bien. Por
ejemplo, si apreciamos señales de fatiga, cansancio, que nuestra mascota está como
aletargada, incluso que no quiere comer o beber o tiene náuseas, podríamos estar ante un
problema de la frecuencia del latido del corazón del animal. También puede ocurrir que no
puedan realizar el ejercicio que habitualmente hacían con la normalidad requerida para su
peso y edad, o en casos graves incluso tras haber hecho un esfuerzo, el perro que tiene
alguna patología cardíaca puede llegar a desmayarse. Es importante estar al tanto de todos
los síntomas y del comportamiento del animal para comprobar que todo está bien o, en
caso de que no sea así, acudir lo antes posible a un especialista para tratar a nuestra
mascota.
En cachorros recién nacidos las pulsaciones son aún más elevadas, pudiendo encontrarse
entre las 160 y las 200. Con unos quince días de vida no es extraño que las pulsaciones
alcancen las 220 por minuto, siendo completamente normal.
Podemos tomar el pulso a nuestro perro tocando la arteria femoral a su paso por la ingle,
para lo que es mejor mantener al perro tumbado sobre su lomo o de pie. Buscaremos esta
arteria palpando el interior del muslo, a lo largo de la unión entre la pata y el cuerpo.
Estrés canino
Identificar el estrés en perros, puede ser complicado. Si piensas que tu mascota puede
estar sufriendo estrés, nunca está de más que lleves a tu perro a un veterinario.
No olvides que el estrés, puede tener graves consecuencias. Es fundamental que le des el
tratamiento que le funcione a tu mascota.
El estrés es la respuesta que genera el propio cuerpo del perro ante un estímulo, puede ser
cualquier cosa, un perro, un ruido, un olor, etc.
• Estrés positivo como por ejemplo cuando nuestro perro se encuentra con alguien
a quien conoce.
• Estrés negativo como por ejemplo cuando nuestro perro se encuentra con alguien
a quien teme. El estrés negativo en los perros, genera una reacción y es que nuestra
mascota puede huir, o tener cualquier respuesta negativa (gruñir, ladrar, atacar), va
a depender de la situación y del propio perro.
El estrés canino, está influido por la adaptación al entorno, las necesidades de nuestra
mascota, entre otros aspectos. Mirando a nuestro propio perro, podemos ver si está a gusto
o no.
Una de las causas más comunes del estrés canino, es la mala socialización desde
cachorros. Enseñar a nuestra mascota a relacionarse con otros amigos caninos, es
fundamental. En caso contrario, podría volverse un perro miedoso, e incluso también podría
volverse un perro agresivo.
Otras veces, los miedos y fobias de nuestra mascota, pueden haberse producido después
de una mala experiencia. Si le han mordido, se ha perdido, etc.
Por otro lado, no tratar a nuestra mascota como se merece, también le genera estrés. Si no
le sacas lo suficiente, o le tienes encadenado, si no puede relacionarse con otros perros,
va a generarle estrés.
Seguro que estás dando a tu mascota todo lo que necesita. No obstante, hay algunos
comportamientos que pueden ser la clave a la hora de darnos cuenta si nuestra mascota
es feliz o está sufriendo estrés.
• Miedo: puede ser hacia personas, perros, o miedo a todo, y es que si tu perro ha
vivido una experiencia negativa que le ha vuelto un perro miedoso, su propio miedo
le generará estrés.
Hay una señal de estrés que puede darte la clave y es el jadeo excesivo. Cuando hay
exceso de actividad.
Pero no te preocupes, si te has identificado con algo de lo que hemos escrito también te
vamos a dar los consejos que necesitas.
Las herramientas de castigo, el castigo físico y/o verbal, nunca es recomendable para
ningún caso, di no a la violencia.
¿Tu mascota sufre estrés y además… ¿Tiene problemas de comportamiento? En este caso
será fundamental consultar a un etólogo y/o a un adiestrador canino.
No obstante, hay algunos consejos que puedes seguir si quieres reducir el estrés de tu can:
• Evita reñirle.
• No le obligues a relacionarse.
Recuerda dar una dosis extra de cariño a tu perro, pasar un poco más de tiempo con él y
pasear entre 60-90 minutos, reducirá considerablemente su nivel de estrés.
Depresión canina
Puede que hayas detectado los síntomas de una depresión en tu perro si acabas de
mudarte de casa, o si ha llegado un nuevo bebé. Tu perro, habitualmente alegre y activo,
de repente se ha vuelto triste y apático. Esto podría ser una depresión.
La depresión en humanos ha sido estudiada muchas veces y está muy documentada, pero
no todo el mundo sabe que los perros también pueden sufrirla. De hecho, presentan signos
muy similares.
Los síntomas de la depresión canina son muy parecidos a los de los humanos. Pueden
estar algo irritables y decaídos, tener bajos los niveles de energía, dormir más de lo habitual,
no querer interactuar con su familia. Sin embargo, estos pueden ser también síntomas de
otras patologías, por lo que no debemos dar por hecho que nuestro perro sufre depresión.
Vamos a ver detenidamente algunos síntomas de depresión en perros:
• Exceso de sueño: ¿has notado que tu perro duerme más de lo normal? Lo habitual
para un perro es dormir mientras su familia está en el trabajo y mantenerse activo
cuando esta está en casa. Sin embargo, si tu perro sigue apático y queriendo dormir
durante todo el día, o si bien no duerme pero está quieto en su cama y no quiere
salir, es posible que esté deprimido.
• Menos energía: ¿al salir de paseo se cansa antes de lo habitual? ¿No quiere jugar
ni se mueve mucho por la casa? La falta de energía es también un síntoma propio
de la depresión canina.
• Inquietud: sí, por raro que parezca, algunos perros no se muestran apáticos, sino
más nerviosos de lo habitual. Por ejemplo, pueden tener problemas para dormir por
la noche.
Igual que ocurre en los humanos, la depresión canina puede deberse a diversos factores,
más allá del desequilibrio hormonal o mental del animal, como:
• Abuso: ¿Tu perro tuvo un propietario anterior que lo maltrató? Es muy habitual que
los perros que han sufrido abusos desarrollen temores, desconfianza y depresión a
largo plazo.
• Muerte de algún familiar: Ya sea canino o humano. Los lazos que los perros crean
con sus propietarios son tan grandes que la pérdida de un miembro puede causarles
depresión.
• Propietario deprimido: Los perros sienten una gran empatía con sus amos y les
afecta lo que nosotros sentimos.
Nuestro amigo necesita todo nuestro cariño y atención para salir de ese estado de
inactividad en el que está metido.
Los antidepresivos no deben suministrarse al perro sólo porque sospechemos que tiene
depresión, o por prevenir. Los tratamientos por antidepresivos son agresivos y deben
utilizarse sólo como último recurso. De hecho, no son siempre eficaces, ni en personas ni
en perros; incluso, en el caso del perro, pueden ser contraproducentes. Al fin y al cabo no
pueden comunicarnos cómo se sienten mientras están medicados.
Sanidad
Cuidados básicos
Lo primero que usted se tiene que preguntar es si está dispuesto a adoptar un animal y si
este le conviene. Para ello deberá estar dispuesto a dedicar parte de su tiempo a la nueva
mascota, ser paciente y perseverante, compartir parte de su tiempo libre con el animal y
saber actuar con firmeza ante su posible comportamiento.
Para lograr que la convivencia con el perro sea lo mejor posible es fundamental tener en
cuenta las características propias de cada raza y proporcionarle los cuidados adecuados
durante las primeras semanas.
Los accesorios que debe adquirir antes de la llegada a casa del nuevo animal son una
cama, comedero y bebedero, complementos como correa y collar. Deberá disponer además
de un neceser que contenga peines o cepillos, tollitas húmedas para limpieza de ojos y
orejas y una tenacilla cortauñas.
2.- Alimentación
Es muy importante para mantener a nuestro a animales de compañía que ingieran una dieta
equilibrada que satisfaga sus necesidades energéticas y proporcione los nutrientes
adecuados. Lo ideal es que consuman alimento seco, adaptado a cada etapa de
crecimiento y a cada necesidad. Nunca deben consumir alimentos crudos ya que estos
podrían ser fuente de enfermedades parasitarias.
Es conveniente prevenir la obesidad. Un animal normal debe tener las costillas palpables y
forma de reloj de arena visto desde arriba. Actualmente existen numerosas dietas
comerciales en el mercado que pueden ayudarnos a evitar la obesidad.
3.- Higiene
Cepillado: La mejor manera de mantener su higiene sin alterar su piel es el cepillado diario.
Oídos: Se deben limpiar con una gasa. Hay productos específicos, se echan en el conducto
auditivo y se masajea la zona, procediéndose después al limpiado con la gasa.
Uñas: En perros que no desgasten bien hay que cortarlas, sobre todo en los espolones.
Revisión dental: Oprimiendo suavemente la articulación de la boca con los dedos hará que
su perro abra la boca y así podrá ver el estado de sus dientes.
Los dientes se limpian solos al masticar el pienso seco o morder juguetes especiales. El
sarro y el mal aliento han de ser tratados por el veterinario.
4.- Educación
Los perros son animales sociales y jerárquicos: esto significa que necesitan desde
cachorros conocer y asumir su ―puesto‖ en la familia y fuera de ella (en el parque, ante la
presencia de personas extrañas en casa, en los lugares habituales de paso como la clínica
veterinaria, en casas de familiares, etc.).
Las perras pueden tener su primer celo entre los 6 y 10 meses de edad. El sangrado vaginal
es un hecho normal en las perras y ocurre en la primera fase del ciclo. Esta fase dura 10
días de media, pero puede variar entre 3 días y 3 semanas. En esta fase los machos se
sienten atraídos, pero las hembras todavía no son receptivas.
Es importante que en esa visita se revise la lectura del microchip del animal y se haga una
exploración completa del animal. Tome nota de las recomendaciones del veterinario.
Para que la mascota esté sana y en forma, debe hacer ejercicio periódicamente. Sin
embargo, hay que evitar las horas del día en que hace más calor; ya que el perro tiende a
pasarlas durmiendo.
Además, como las personas, los perros sufren lesiones, tirones, esguinces, por lo que habrá
que controlar su actividad física y procurar que no se exceda en el ejercicio ni realice
actividades peligrosas.
El ejercicio es necesario para permitir al perro expresar conductas caninas normales, como
explorar, seguir rastros olorosos, etc. Además, se puede aprovechar ese tiempo para
mejorar el entrenamiento y estrechar las relaciones mascota-propietario.
Educación canina
Cuando llega un nuevo perro a casa, el cual hemos adoptado como mascota, de forma
inmediata se convierte en otro miembro más de la familia. Al igual que los otros miembros
que la conforman, nuestros perros también necesitan ser educados, en este caso con
educación canina. Ahora bien, si no se usan las técnicas adecuadas, la educación de los
perros puede convertirse en un desastre y en un propósito muy frustrante. Para evitar que
la enseñanza se vuelva un caos, lo primero que tendremos que hacer será educarnos a
nosotros mismo con respecto a este tema.
También se usa para que aprendan a convivir en casa respetando sus normas y puedan
comportarse y socializar de forma correcta con las personas que les rodean.
Del mismo modo los amos deben estar en la capacidad de comprender las necesidades
emocionales de sus canes, con la finalidad de crear un equilibrio que permita la convivencia
correcta entre humanos y mascotas.
Por otro lado, es muy importante no confundir la educación canina con el adiestramiento
canino.
La educación canina busca enseñar a los perros a convivir, obedecer órdenes y reglas de
su entorno. Los prepara para socializar con otras personas y animales; así como también
les da las herramientas para ser comprendidos por sus amos.
Por otro lado, el adiestramiento canino también involucra muchas cosas de la educación
canina, sin embargo, pretende enseñar a los perros el desarrollo de habilidades especiales.
Por ejemplo, cuando un perro es adiestrado, puede aprender trucos como traer la pelota,
abrir una puerta y otras habilidades especiales.
Al hablar de educación canina en positivo, nos referimos a emplear técnicas que no incluyan
castigos o regaños que afecten directamente sobre el estado de ánimo de los perros.
La educación canina en positivo, les permite a los dueños reforzar los lazos emocionales
entre ellos y sus mascotas, ya que se logra una compresión y una conexión entre perros y
amos extraordinarias.
La educación canina en positivo no solo es exclusiva para pequeños cachorros, sino que
también es empleada para mejorar y corregir conductas de perros más adultos.
En la actualidad son cada vez más comunes los centros que se encargan de adiestrar a
nuestros perros positivamente y de forma muy efectiva.
• Etapa de cachorro: desde los 2 meses y termina entre los 6 meses y 12 meses.
• Etapa de cachorro adolescente: entre los 6 y los 18 meses y termina entre los 15
y los 18 meses.
Cachorro lactante
Es súper importante que un cachorro viva
con su madre y sus hermanos al menos
hasta los 2 meses edad. Durante este
periodo el cachorro comerá el mejor
alimento que podría recibir: leche materna.
Con ello, su sistema inmunológico y el
resto de su cuerpo se desarrollarán en óptimas condiciones. Por otro lado, es importante
que sepamos que de las 3 a las 12 semanas la madre de los cachorros les enseñará a ser
perros. Aquí es donde ellos aprenden a comunicarse con los de su especie, a marcar y
obedecer límites. También aprenden a jugar y reconocer cuando están lastimando a otro
perro o se están comportando de manera indebida. Un cachorro que es apartado de su
madre y hermanos antes de los dos meses, es muy probable que carezca de habilidades
sociales básicas que podrán derivar en problemas de miedo, inseguridad y agresión cuando
sea mayor.
Cachorro
Cachorro adolescente
Adulto
Señor
Collar y correa
El collar de adiestramiento es como un lazo que se coloca alrededor del cuello del perro al
que se une la correa. Cuando tiras de la correa, el collar se ajusta sobre el cuello,
aflojándose cuando dejas de tirar. Se pueden conseguir en distintos materiales: cadena de
metal con o sin púas, cuerda redonda o cinta plana de nylon. Se le conoce también con el
nombre de collar de lazo, de castigo o de ahorque. Estos nombres tienen una connotación
muy negativa, ya que sugieren que el collar es casi una forma de tortura para el animal
cuando en realidad es una herramienta muy útil que te permite comunicarte con el perro
mediante el contacto físico.
Primero debes seleccionar el tamaño correcto, que no debe ser demasiado grande. Mide
el contorno del cuello del perro justo por detrás de la cabeza y agrega entre 5 y 10 cm para
que el collar pueda pasar por la cabeza sin apretar los ojos y orejas. Nunca uses un collar
de cadena para un perrito pequeño o frágil ni para un cachorro de menos de 6 meses.
Cuando el collar aprieta el cuello del perro, presiona sobre estructuras delicadas de la
garganta, así que recuerda siempre que no debes ahorcar al perro. Tampoco debes permitir
que él tire de la correa y avance tosiendo y jadeando. La manera correcta de caminar es
con la correa floja y el collar colocado en su lugar, pero sin apretar. Solo se utiliza un tirón
firme y corto para marcar un cambio de dirección o para llamar la atención del perro sobre
una orden y se afloja inmediatamente. De otro modo puedes lastimar al perro, así que si no
logras controlarlo de esta manera, es mejor que cambies de collar o que busques a alguien
que te enseñe a usarlo.
Este collar se debería usar solo para las clases de adiestramiento o para caminar
controlado. Cuando se lo pones, el perro sabe que debe trabajar y prestarte atención.
Nunca dejes a tu perro atado con un collar de este tipo porque es muy fácil que se suelte y
escape, pero además podría tirar demasiado o correr y darse un fuerte tirón que lo ahorque.
Tampoco se debe dejar puesto cuando el perro está suelto jugando para evitar que se
enganche accidentalmente y lastime el cuello del animal.
El primer collar de tu cachorro debería ser uno con hebilla, no de cadena o deslizante.
Cuando se lo pongas, asegúrate de que quepan dos dedos entre el collar y el cuello.
¿Cuándo ponérselo?
Elige un momento agradable para él, como por ejemplo el de la comida, el del juego o el de
salir a la calle. Tendrás que estar preparado para el hecho de que al principio quiera
quitárselo con las patas. Ignórale, y cúbrelo de elogios cuando pare. Después de un rato,
distráelo con algo agradable y retírale el collar para ponérselo de nuevo al cabo de un rato.
Acostúmbrale al collar
Es normal que tarde varios días en acostumbrarse al collar. Cuando empiece a ignorarlo
puedes dejárselo permanentemente. Hay dos cosas que es importante que recuerdes; la
primera es que en esta etapa los cachorros crecen a gran velocidad, así que debes
asegurarte de que no le apriete demasiado; la segunda es que durante las primeras veces
que lo saques a la calle, tiene muchas posibilidades de perderse, así que es importante que
le pongas una chapa identificativa. Más tarde, cuando tu cachorro se acostumbre a que le
cojan, empieza a enseñarle a ser sujetado por el collar. Retén su cuerpo con una mano
para que no se marche e introduce los dedos en el collar. Ignora sus esfuerzos por soltarse
y cuando se quede quieto, elógiale. Si lo retienes suavemente de esta forma, aprenderá a
que no se puede marchar si le están sujetando por el collar.
Como hemos mencionado anteriormente, es importante que los cachorros lleven una chapa
identificativa con los datos de su dueño colgada del collar por si en algún momento se
pierden. Pero también existen otras formas muy útiles de asegurarte de que tu cachorro
vuelve a casa sano y salvo con la implantación del microchip.
Caminata y visualización
Caminando adelante de tu perro te permite ser visto como el líder de la manada. Por el
contrario, si tu perro te controla en la caminata, él es el líder de la manada. Debes ser el
primer a salir a la puerta y el primer a entrar. Tu perro debe siempre estar a tu lado o detrás
de ti durante la caminata.
Una correa de perro corta te da un mayor control. Colocando la correa en la parte superior
del cuello te ayuda a más fácilmente comunicarte con tu perro, guiándole y corrigiéndole.
Si necesitas más ayuda, considera el collar ilusión. Siempre pon la seguridad de tu perro
como prioridad máxima al corregirlo.
Los perros, como los humanos, son diurnos, por eso el ideal es salir a caminar por la
mañana. Recomiendo reservar treinta minutos a una hora completa a cada día. Las
necesidades específicas de cada perro difieren. Consulte a tu veterinario y observe el
comportamiento de tu perro para asegurarte que estés satisfaciendo sus necesidades.
para recompensa ha terminado. La pausa siempre debe ser más breve que el tiempo en
que el perro estuvo enfocado en la caminata.
Cuando llegues a la casa, sigue liderando. Demanda que tu perro espere pacientemente
mientras guardas a su correa o te quites los zapatos.
De todos los malos hábitos que puede tener tu canino, la desobediencia es uno de los
peores y los más delicados, ya que, por ser su amigo y su dueño, es de suma importancia
que pueda acatar las órdenes que le des.
El gran problema de esto es que en algunos casos puede dañar seriamente la relación
entre ambos, ya que él no te tomará en serio y en muchas situaciones hará lo que le plazca.
Si desconoces por qué ocurre todo esto, aquí te dejamos los motivos principales.
Debes ver esta situación como si se tratara de una persona común y corriente que está en
su trabajo: cuando se está cumpliendo una orden que se le está dando, lo mejor es ser
elogiado y reconocido, por lo que resulta fundamental darle a entender a tu canino que su
obediencia tiene mucha importancia.
Al igual que ocurre cuando le intentas explicar algo a alguien de una forma incorrecta, a tu
canino le costará un mundo obedecer alguna orden que le estés dando si lo haces de la
manera equivocada, lo cual solo le generará confusión. Para entender esto, es importante
tener en cuenta que si bien una de las mayores virtudes de los canes es su capacidad para
entendernos cuando nos comunicamos con ellos, lo que logran captar es más los gestos
que nuestras palabras, por lo que la gesticulación en nuestro lenguaje es la clave para todo.
En pocas palabras, si no se es coherente con lo que se está diciendo–como cuando le
pides que se siente con un tono interrogativo–y no existe un lenguaje corporal adecuado,
el canino simplemente desobedecerá.
Para nadie es un secreto que lo más recomendable cuando deseas amaestrar a tu amigo
de cuatro patas, es recompensar su obediencia y el acatamiento de tus órdenes con algo
que les guste, como algún tipo de alimento, una caricia, o un divertido paseo al parque.
Sin embargo, esto muchas veces se convierte en un arma de doble filo.
Y es que, al estar ellos condicionados a una buena recompensa, cuando te hacen caso
para algo que les sea incómodo, como un baño o algún regaño, ellos interpretarán que no
siempre la obediencia les trae consecuencias agradables, y comenzarán a ser más
dubitativos ante alguna orden.
Si deseas evitar esta situación, lo mejor que puedes hacer es seguir recompensándole en
algunas cosas, y en las que le vayas a regañar o simplemente hacer algo que le desagrade
mucho, no le pidas que vaya hacia ti, sino más bien búscalo.
Sólo de esta manera harás que tus órdenes sean siempre una oportunidad de ganarse algo
agradable, por lo que nunca serán desobedientes.
Órdenes en el adiestramiento
No naturales: Son aquellas que hemos de enseñar al perro además a asociar la postura y
orden. Andar y saltar a dos patas, hacer el pino, posturas circenses, cojear, dar volteretas
en el aire, etc.
Asociar su nombre.
Prestar atención.
Sentado.
Tumbado.
En pie.
Acudir a la llamada.
Dejar, soltar.
La orden de liberación.
Alto, parar.
Aprender a jugar.
Caminar al lado (Fuss, Junto, Lado): Para que el perro camine junto a su guía.
Sentado (Sit, Sienta, Sitz): Para que el perro se siente.
Salta (Hopp, Arriba, Salta,): Para que el perro salte una valla o escale una pared.
Ve, Adelante (Voraus): Para que el perro salga corriendo hacia adelante.
Deja, Suelta, Dame (Aus, suelta, Da): Para que el perro devuelva un artículo que
cobró. ―Deja‖ y ―Suelta‖ también se usan para que el perro finalice un ataque.
Calla (Silencio, be quiet): Para mandar callar.
Ladra (ladra): Para que el perro ladre.
No (No, Mal): Es la orden de castigo que muchos adiestradores usan para detener
alguna conducta inadecuada del perro.
Bien, Muy bien (Very well): Para felicitar al perro.
El perro ha convivido con el hombre durante, como mínimo, más de 14.000 años. A lo largo
de todo ese tiempo, el perro ha sido utilizado por sus múltiples aptitudes como cazador,
guardián de propiedades, pastor o soldado, entre otras.
Durante los últimos 200 años las funciones clásicas del perro han cedido terreno a otras de
nueva creación, como la capacidad para detectar drogas y explosivos o la habilidad para
guiar a personas invidentes.
Perros de asistencia.
Perros de terapia.
Cada vez es mayor la concienciación y preocupación del propietario por tener educado a
su perro. La educación básica de los perros se convertirá en los próximos años en una
necesidad fundamental para cualquier persona que posea un perro, como ya lo son ahora
la vacunación y desparasitación.
Ejercicios prácticos
Nivel avanzado: Pueden acceder a este nivel todos los perros que ya tienen una
obediencia básica.
El nivel avanzado sirve para tener un mayor control sobre el perro en cualquier situación y
para reforzar la relación perro-guía.
Habilidades
Ejemplo de ejercicios:
Nivel avanzado:
Habilidades:
Saltar obstáculos.
Traer objetos.
Ladrar a la orden.
Hacer la croqueta.
Dar la pata.