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Fábula. “La liebre y la tortuga.

La liebre era bien conocida entre el resto de los animales por ser un drogadicto. Se pasaba el
día entero drogándose y corriendo de un lado a otro. Si no estabas muy atento, puede que te
meta un susto por lo loco que se ponía.

La tortuga que no tenía vicios pero si estaba loca, sin embargo, caminaba zamba y siempre
lenta. Todos le decían – cuidado tortuga, que a ese paso se va a hacer de noche –

La liebre era la que más se burlaba de la tortuga cada vez que se drogaba – ¡Vamos tortuga, no
corras tanto que te vas a morir! – repetía entre carcajeadas .

Como cada mañana, la tortuga salió de su casa para ir a sus rehabilitaciones para no quedar
como la liebre.

En esto que se encontró a la liebre, corriendo de un lado a otro mientras se reía como loco y
sin saber muy bien hacia dónde iba.

– Tortuga, sacarrascate del camino que vas muy lenta. – gritó la liebre antes de
adelantarla a la velocidad del rayo dando tras pies.

La tortuga ya estaba harta de que la liebre fuese tan grosera y se burlase de ella, así que, ni
corta ni perezosa, hizo una propuesta sorprendente a la liebre.

– Si soy tan lenta como carcacha vieja, no te importará hacer una carrera conmigo,
¿verdad? – preguntó la tortuga.

– ¿Quiénes?, ¿tú y yo? – Contestó la liebre entre burlas.

– Sí, estoy segura que te ganaría liebre marihuana– respondió la tortuga muy segura de
sí misma y con el autoestima más alto que más alto que el escenario.

– ¿Tú vas a ganarme a mí? – se carcajeaba la liebre. – Sí, claro que acepto. Será la
apuesta más fácil de ganar de toda mi vida.

– Bien, dejemos nuestras apuestas bajo el árbol y decidamos cuál va a ser el recorrido y
dónde estarán la salida y la meta. -Dijo la liebre.
– Decidieron que iba hacer del crucero hasta el icatech..
Y así lo hicieron. La expectación era tan grande que los demás animales se acercaron para ver
la competición y, de paso, apostar una buena lana por la liebre, pues todos pensaban que la
tortuga al primer paso se iba a morir infartada.

El Sanate tierno se colocó junto a los contrincantes y dio la salida – ¡Preparados, listos, ya! –

La tortuga arrancó con su paso de tortuga, literal.

Sin embargo, la liebre era tan engreída que no se movió de la línea de salida – te dejaré que
llegues por el panteón para no abusar – se reía.

Pasado un buen rato, la liebre comenzó a correr y, pronto, había alcanzado a la tortuga. –
¡Adiós mojina ! –

Cuando la liebre vio que había conseguido una gran ventaja sobre la tortuga, decidió sentarse
bajo la sombra de un árbol por qué tenia ganas de echarse un churro.

No podría decir cuanto tiempo duro inconsciente la liebre, pero cuando despertó y alzó la
mirada pudo ver a la tortuga que ya estaba llegando a la meta.

La liebre corrió todo lo que pudo, pero de nada le sirvió y fue la tortuga la que ganó la carrera.

Todos los animales aplaudieron y enloquecieron por qué la mojina avía ganado y la liebre
aprendió una gran lección.

No está bien drogarse y andar de marihuanos, pues el camino hasta la meta puede darte
muchas sorpresas y muchas adicciones.

Moraleja de “La liebre y la tortuga”

•La liebre aprendió que no hay que burlarse de los ddemásy que no es correcto haber entrado
a la drogadicción, pues la arrogancia puede hacer que perdamos la carrera y perder muchas
cosas más en la vida a consecuencia de las drogas.

•La tortuga nos enseñó que paso a paso, despacio, pero sin pausa, también se alcanza la meta.
Por eso, nunca fue como la liebre y nunca le aceptaba la marihuana y por ir demasiado lento,
porque lo importante es no detenerte y seguir con paso firme y constante y no seguir malos
pasos.

FIN

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