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01 ReorientUrgenciasPaciente Emerg
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All content following this page was uploaded by Jose Miguel Morales Asencio on 18 August 2015.
Sumario
Volumen 13, Número 1, Febrero 2001
Editorial
La atención, con unos niveles óptimos de calidad, a per- cratizados que filtren el deseo de ser atendido. Aquí juega un
sonas que sufren procesos urgentes es uno de los principales papel muy importante la percepción que tiene la persona del
retos pendientes de resolver aún por nuestro Sistema Sanita- grado de cobertura de sus necesidades físicas y psicosociales.
rio. Desde el informe desfavorable del Defensor del Pueblo El conflicto surge al estar la asistencia centrada en la enfer-
en 1988, se han ido incorporando mejoras asistenciales, pero medad, con un modelo de corte reduccionista, ante el que
queda un largo camino por recorrer. El crecimiento de las muchas veces el usuario no siente que se le atiende adecuada-
asistencias en Urgencias es imparable, impulsado por la con- mente cuando algún aspecto de su dimensión psicosocial e in-
ducta frecuentadora de la población, que favorece una utiliza- cluso, espiritual, no es tenido en cuenta5. Por más calidad que
ción inadecuada de las Urgencias1,2, la inducción de la deman- se haya derrochado en el diagnóstico, en el tratamiento o en
da de atención sanitaria (que no parece tener visos de la valoración y aplicación de cuidados, si los profesionales no
solución en los próximos años), y el carácter “homeostático” prestan la debida atención a aspectos que la persona cree im-
de las Urgencias, resolviendo lagunas de otros servicios o portantes en ese momento, difícilmente identificará a ese ser-
amortiguando la inefectividad de aquellos3. Así, nos encontra- vicio como accesible.
mos con el desgraciadamente conocido paisaje de servicios Otro componente decisivo en la accesibilidad son los sis-
masificados y generadores de multitud de reclamaciones, pero temas de clasificación de pacientes. Inicialmente, estos méto-
como contrapunto, imprescindibles en el marco sanitario ac- dos persiguen la adecuada selección de los procesos realmen-
tual. te urgentes de aquellos que no lo son, implementados en la
Si un ciudadano acude a Urgencias va a conocer todas las mayoría de los centros por enfermeras expertas y con una
caras de la Sanidad en un breve espacio de tiempo, tanto sus gran pericia clínica6, apoyándose en algoritmos de decisión.
aspectos más positivos, como los más deletéreos. Se puede deducir fácilmente que la excelencia clínica de la
¿Qué hacer? No existen recetas mágicas, pero, cualquier enfermera y la efectividad de los algoritmos son determi-
intento serio de mejora pasa por la reorientación de las es- nantes en los tiempos de espera finales. No existe evidencia
tructuras y los procesos hacia el ciudadano y convertirlo en el disponible acerca del efecto del triage de las enfermeras en
eje de la prestación de servicios. Estos procesos están colma- Urgencias en la demora de la atención: los resultados se con-
dos de actividades sin valor añadido, circuitos aberrantes, tradicen7 y es necesaria la profundización en esta medida para
compartimentación del bien asistencial y dilución de respon- optimizarla, mediante la investigación rigurosa, incluidas las
sabilidades4 que desvirtúan su finalidad. innovadoras experiencias de triage telefónico.
Para obtener un sistema centrado en el paciente se debe Por último, las consultas rápidas o “fast-track” han de
incidir sobre la accesibilidad, la continuidad de los cuidados, perfeccionarse de modo que se evite verdaderamente el cruce
la satisfacción de los usuarios y el enfoque integral de los de flujo asistencial entre quienes acuden con procesos banales
profesionales. y aquellos pacientes más graves.
Respecto a la accesibilidad, es precisamente en las Ur- Otro gran escollo actual es la continuidad de cuidados, en-
gencias hospitalarias donde los individuos ejercen con mayor tendida ésta como el grado en que la asistencia que necesita el
claridad los principios básicos de un sistema sanitario públi- paciente está coordinada eficazmente entre diferentes profesio-
co, puesto que no existen listas de espera, ni sistemas buro- nales y organizaciones con relación al tiempo8. Entre las causas
1
emergencias 2001;13:1-3
más comunes de la discontinuidad en los cuidados figuran la destacan: el trato humano, la información, los tiempos de es-
falta de metodología, la orientación por tareas (con una frag- pera, la estructura física y la valoración de la competencia de
mentación excesiva de procesos e inexistencia de mecanismos los profesionales11-13. En la actualidad se incorporan cuestiona-
evaluadores de los mismos), la descoordinación entre áreas y rios de satisfacción en muchas unidades pero, no siempre con
como resultado, la carencia de objetivos asistenciales comunes. la regularidad debida y sin retroalimentación hacia los profe-
Los escasos recursos enfermeros disponibles en estos enclaves sionales, convirtiéndose las encuestas de satisfacción en un
producen que la enfermera suela estar centrada en las tareas conjunto de datos estériles.
que tiene que realizar, pero no en las personas que tiene que Respecto a la información, se debe reorientar la periodici-
cuidar, con el agravante de la presión asistencial. En las áreas dad y el contenido de ésta a los pacientes y sus familias. Habi-
de policlínica es donde este fenómeno alcanza mayor relevan- tualmente, la información se limita a facilitar el diagnóstico,
cia: la enfermera puede tener asignados entre 20 y 30 pacientes pronóstico inmediato y pruebas complementarias por parte del
de los que probablemente sólo conoce la medicación que le va médico, tras lo cual, se supeditan los nuevos episodios informa-
a administrar o la muestra de sangre que le extrajo al ingreso. tivos a la aparición de complicaciones o “novedades”. La an-
Wesson9 observó cómo las necesidades de carácter psico- gustia que genera en los familiares la separación de su ser que-
social y emocional, así como la necesidad de información al rido y la ausencia de información es fuente de insatisfacción
paciente y sus familias, no siempre son valoradas, aflorando permanente. A este respecto, muchos usuarios, incluso en situa-
las dificultades derivadas, en el traslado a otras unidades o al ciones de gravedad considerable, desean mantener su autono-
alta al domicilio. Una persona que sufre un proceso urgente mía en la toma de decisiones sobre su proceso14. El respeto del
experimenta vivencias que van desde percibir una situación de principio de autonomía choca frontalmente con la asistencia pa-
máximo riesgo vital y adquirir, si su capacidad cognoscitiva se ternalista que estimula la asimetría de información a favor del
lo permite, una fuerte apreciación de muerte inminente, al su- profesional, que es el que posee el conocimiento técnico.
frimiento derivado del dolor y las técnicas agresivas. Su nivel La enfermera puede y debe informar al paciente y su fa-
de independencia para satisfacer necesidades disminuye súbita- milia sobre aspectos frecuentemente solicitados por aquellos
mente y se ve amputado de su entorno habitual10: familia, con- como habilidades cognitivas o motoras para adaptarse a su
tacto afectivo, hábitos de la vida diaria, rol... A cambio, se le nueva situación, identificación de síntomas, estado de confort,
introduce en un entorno hostil y con mínimas posibilidades de nivel de autoestima y afrontamiento, etc. Una información
tomar decisiones sobre sí mismo. Las estrategias encaminadas asidua sobre su cobertura de necesidades aporta enormes do-
a garantizar la continuidad de cuidados deben contemplar el sis de satisfacción a los usuarios de los servicios de Urgen-
empleo del proceso enfermero como método habitual de pres- cias. Pero, sin duda, la mejor medida al respecto es la facili-
tación de cuidados, así como la facilitación de su aplicación tación del acompañamiento familiar en el área de Urgencias.
(mapas de cuidados, soporte informático), la instauración de A priori es un tema controvertido que tropieza con unidades
programas de garantía de la calidad (protocolización del mayor mal diseñadas que impiden la ejecución de esta acción, pero
número posible de procesos, incorporación de estándares, gru- incluso en aquellas en las que es posible físicamente, no cuen-
pos de mejora, revisión por pares, audits periódicos, empleo de ta con el beneplácito del personal asistencial. Los efectos be-
indicadores sensibles, etc.), la asignación enfermera/paciente y neficiosos de la presencia familiar se han demostrado en nu-
una coordinación apropiada con Servicios Sociales, protección merosos estudios y sólo en determinadas ocasiones está
de menores, Juzgados de Guardia y con Atención Primaria pa- contraindicada. La implicación familiar en el proceso de cui-
ra el control de frecuentadores, detección de crónicos, etc. dados disminuye su angustia, crea sensación de protección en
Pero, también hay problemas estructurales que dificultan la el paciente y refuerza el afrontamiento.
continuidad, como son los altos índices de rotación de personal, Todo esto podría resumirse en la determinación de incorpo-
el uso infrecuente de políticas de mejora y garantía de la cali- rar un enfoque integral a la asistencia y al entorno. Es un térmi-
dad, la existencia de unidades diseñadas sin criterios de confor- no desgastado de tanto esgrimirlo, pero, inaplicado en la reali-
tabilidad, respeto a la intimidad, posibilidad de acompañamiento dad. La fragmentación de la persona hace que sea el paciente el
familiar o la rigidez en el manejo de los recursos humanos, con que se tiene que adaptar a las diferentes estructuras y procesos
dificultades para adaptarlos a los flujos horarios de pacientes. de la Unidad. El modelo positivista se centra en la parte y olvi-
La satisfacción de los usuarios (resultante de la diferencia da el todo, divide a la persona en enzimas, órganos, diagnósti-
entre sus expectativas y la percepción del servicio recibido) cos, pruebas e intervenciones, adquiriendo los profesionales una
debe ser el principal argumento de las organizaciones orienta- excelente agudeza visual para analizar la parcialidad y una gra-
das hacia el paciente. Entre los factores con mayor influencia vísima miopía para integrar la totalidad de la persona.
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J. M. Morales Asencio. REORIENTACIÓN DE LOS SERVICIOS DE URGENCIAS HACIA EL PACIENTE
La enfermera, por definición, debe proveer de recursos al puesta al estrés, duelo, deterioros de la adaptación, impoten-
individuo que lo precisa, aumentando, completando o sustitu- cia, ira... Se abordan a expensas de la visión y formación que
yendo su fuerza, conocimientos o voluntad y valorando las tenga el profesional en cada momento. Existen hoy día técni-
respuestas de la persona a su situación, estableciendo objeti- cas de manejo de la comunicación y entrevista, lenguaje no
vos conjuntamente con él teniendo en cuenta sus percepcio- verbal, relación de ayuda y humanización de la asistencia que
nes, creencias y valores de cara a resolver o paliar mediante parecen muy alejadas de este tipo de unidades.
acciones cuidadoras los problemas detectados. Si los recursos Curiosamente, si los profesionales se ven involucrados co-
se planifican atendiendo exclusivamente a la realización de mo usuarios, procuran que se cubran esos aspectos favorecien-
intervenciones derivadas del tratamiento médico, difícilmente do la presencia, ofreciendo soporte emocional a su familiar, etc.
se podrán abordar estas demandas. Estamos ante una era de tremenda efectividad asistencial,
El cuidado de la persona que sufre una situación de este pero, la población demanda algo más. Nos corresponde a los
tipo, se realiza metodológicamente para los aspectos físicos y profesionales generar el cambio e incorporarlo definitivamen-
técnicos (protocolos, guías de actuación...) e intuitivamente te a nuestro día a día, implicándonos con la razón de ser de
para las demandas de soporte emocional, afrontamiento, res- nuestra práctica: la persona.
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