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JÓVENES DE LITÚRGIA
Hubo en los días de Herodes, Rey de Judea, un sacerdote, llamado Zacarías, del grupo de Abías,
casado con una mujer descendiente de Aarón, que se llamaba Isabel; los dos eran justos ante Dios, y
caminaban sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del Señor. No tenían hijos porque Isabel
era estéril, y los dos de avanzada edad (Lucas 1, 5-7).
1ª ESCENA
HACE YA MÁS DE DOS MIL AÑOS, EN JUDEA, ESTABA POR ACONTECER UN HECHO QUE
CAMBIARÍA EL ACONTECER DEL MUNDO. ES LA HISTORIA DE JUAN EL BAUTISTA,
PRECURSOR DEL MESÍAS: NUESTRO SEÑOR JESUSCRISTO… ESTO FUE LO QUE SUCEDIÓ:
Zacarías: Cómo crees que venía con esta carga cuando un soldado romano me hizo llevarle su agua
y entonces… ¿Isabel me estas escuchando? Ah ya veo soñando otra vez con niños. ¿Sí?
Isabel: Me pregunto cómo será criar a un niño, a un hijo.
Zacarías: Oh querida Isabel, el señor sabe cómo te sientes.
Isabel: Lo sé, mira a ese niñito.
Zacarías: Si los niños son lindos, llenos de sorpresas.
YA EN EL TEMPLO
Zacarías: Escucharás las oraciones de Israel mi señor, ayúdanos a obedecer tu ley. Mi señor
consuela a mi esposa en su pena. Ella sonríe pero su corazón llora. Y si deseas que oficie en el
templo otra vez, será un honor por siempre.
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Ángel Gabriel: No temas Zacarías, soy Gabriel
Zacarías: (Asustado)
Ángel Gabriel: El señor ha contestado tu oración.
Zacarías: Oh si, Oh si ¿cuál de ellas?
Ángel Gabriel: Tu esposa Isabel tendrá un hijo, y su nombre será Juan.
Zacarías: ¿Mi esposa? ¿Un hijo? Es imposible.
Ángel Gabriel: Todas las cosas son posibles para el señor Zacarías, tu hijo será grande a la vista de
dios. Pues el preparara al mundo para cuando llegue el mesías.
Zacarías: ¿Estás seguro de que hablas con el correcto Zacarías? Tanto mi esposa como yo somos
ancianos… no podemos tener hijos.
Ángel Gabriel: Zacarías, por no haber creído mis palabras. Te voy a dejar mudo y sordo.
Zacarías: (aturdido por lo que le dijo el Ángel) sale desesperado del templo, mientras que en las
afueras se encuentran los sacerdotes y gente del pueblo.
Hombre 1: Zacarías ya tendría que haber salido, Ha estado ahí más de una hora.
Hombre 2: Alguien debería entrar, últimamente ha estado mal del corazón.
(La esposa de Zacarías también se encuentra en las afueras del templo)
Mujer 1: Tranquila Isabel, saldrá en cualquier momento.
Isabel: (suspirando y en forma de rezo)
Mujer 1: Zacarías.
Hombre 1: Zacarías qué pasa te ocurre algo, habla.
Hombre 2: ¿Nos escuchas? Algo le ha sucedido en el templo.
(En eso Zacarías busca desesperadamente a su alrededor y ve a su esposa)
Isabel: Zacarías que te ha pasado, háblame Zacarías, estás bien.
Zacarías: (la mira y empieza a llorar)
Isabel: Adelante.
María: Isabel, soy yo tu prima María.
María: ¿Te sientes bien?
Isabel: (emocionada) Él bebe se movió de golpe.
María: Cuando me enteré tuve que venir a verte.
Isabel: Cómo lo supiste.
María: También a mí, me visito un Ángel, yo también tendré un hijo… Y se llamará Jesús el hijo de
Dios.
Isabel: Oh entonces vendrá el mesías. Oh María, ahora sé por qué mi bebe se movió con tanta
fuerza. (Se abrazan las dos primas)
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Mujer 1: Es un milagro.
Hombre 2: Y también se ve muy fuerte, miren esos brazos.
Mujer 1: tiene la misma cara de su padre.
Hombre 2: Un pequeño Zacarías, es un buen nombre.
Mujer 1: Si Zacarías, un perfecto nombre para este hombrecito.
Isabel: (con el niño entre los brazos) no él se llamara Juan.
Hombre 2: Isabel, pero no hay algún Juan en la familia.
Isabel: A pesar de ello, su nombre será Juan.
Hombre 2: Es ridículo, Zacarías, Zacarías.
Mujer 1: Él no te escucha, tampoco puede hablar para contestarte.
Hombre 2: tonterías, resolveremos esto ya (dirigiéndose a Zacarías) como se llamara tu hijo ¿Cuál
será el nombre de tu hijo?
Zacarías: Bendito sea el nombre de dios de Israel (Lc 1, 67 ss.)… puedo hablar (emocionado se
dirige donde esta Isabel carga al niño) profetizo en el nombre del señor, que tu pequeño serás un
profeta de dios, y vendrá el día que predicaras en el desierto. Y prepararas al pueblo para la venida de
Cristo el mesías el hijo de dios.
2ª ESCENA
CONFORME ESTÁ ESCRITO EN ISASÍAS EL PROFETA: MIRA, ENVÍO MI MENSAJERO DELANTE
DE TI, EL QUE HA DE PREPARAR TU CAMINO. VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO;
PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, ENDEREZAD SUS SENDAS. APARECIÓ JUAN
BAUTIZANDO EN EL DESIEERTO, PROCLAMANDO UN BAUTISMO DE CONVERSIÓN PARA EL
PERDÓN DE LOS PECADOS… JUAN LLEVABA UN VESTIDO DE PIEL DE CAMELLO; Y SE
ALIMENTABA DE LANGOSTAS Y MIEL SILVESTRE. (Mc 1, 2-7)
Caifás: Hace tiempo se empezó a decir que el mesías había nacido en belén y tu padre el gran
Herodes envió soldados a belén para matar a todo varón recién nacido.
Herodes: Y eso qué Caifás.
Caifás: Arresta a ese tal Juan el bautista, antes de que arrastre al pueblo.
Herodes: (risas) con qué motivo lo aprendo por estar mal vestido. (Risas)
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Caifás: Por blasfemia.
Herodes: bahhh déjalo predicar, que te importa un lunático que dice arrepentíos, en el medio de la
nada… Juan no va a asustarme. (Toma una copa de vino) nadie asusta a Herodes.
Pueblo: Puede llegar en cualquier momento, estoy convencido que Juan es el mesías, lo único que
sé es que Juan es el único hombre bueno que he conocido en este mundo. Ahí viene.
Juan el bautista: Hay quienes dicen, que yo soy el Cristo, les pido que entiendan que no lo soy. He
esperado toda mi vida para ver su rostro y para saber que Israel este a salvo.
Espía 2: (interrumpe a Juan) perdona que te contradiga, pero tú no eres un hombre común, porque lo
que predicas es grandioso.
Espía 1: tú debes ser Elías.
Espía 2: O tal vez eres el gran profeta que fue anunciado.
Juan el bautista: Bueno supongo que soy un profeta, digo lo el señor desea que diga.
Espía 2: Y dime es acaso un profeta mayor que un rey.
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Juan el bautista: Un profeta habla por dios, un rey habla por su reino.
Espía 2: Si desde luego pero aclárame una cosa. ¿A quién debemos seguir? A ti o a Herodes.
Juan el bautista: Se lo que piensan, son Hipócritas y mentirosos… los dos. Han venido a averiguar lo
que pienso de Herodes. Bien les diré. Él vive y reina en inequidad, le ha robado la esposa a su
hermano y ese es un pecado por el que responderá ante dios.
Espía 2: te agradecemos tu opinión Juan, pero que lastima creo que no la volverás a dar.
Jesús de Nazaret: (se dirige a una mujer) ¿Has oído hablar de un predicador de nombre Juan?
Mujer 2: Si oí anda cerca del rio Jordán… hacia allá.
Jesús de Nazaret: Gracias.
YA EN EL DESIERTO
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presencia de ustedes. Pues yo sé por qué han venido. Es el espíritu de Cristo el que nos une. Todos
confiamos que un día (Juan se queda mudo y asombrado).
Hombre 3: Juan que sucede, son los soldados Juan. Haz visto soldados.
Juan el bautista: (señalando entre la multitud) He ahí al cordero de dios.
VAN EN DIRECCION AL RIO PARA EFECTUAR EL BAUTIZO Y UNA VOZ DE CIELO DICE: “ESTE
ES MI HIJO AMADO”
Jesús de Nazareth: Juan has cumplido noblemente, eres un siervo bueno y fiel.
Hombre 3: Vamos Juan date prisa, te ayudare a juntar todas tus cosas.
Juan el bautista: No, vete con tu familia, yo me quedaré aquí.
Hombre 3: (asombrado) ¿te quedas? Por qué.
Juan el bautista: Mi misión está cumplida, ahora ve.
Hombre 3: Juan pero yo… tengo que…
Juan el bautista: ya lo sé, así es como debe ser. Ve ya, nos volveremos a ver.
Hombre 3: Juan yo…
Juan el bautista: Ve tranquilo.
Hombre 3: ¿Él es el señor verdad?
Juan el bautista: así es.
Hombre 3: Adiós Juan.
AL POCO TIEMPO JUAN FUE ARRESTADO POR ORDEN DEL REY HERODES
3ª ESCENA
Y ES QUE HERODESHABÍA PRENDIDO A JUAN, LE HABÍA ENCADENADO Y PUESTO EN LA
CÁRCEL, POR CAUSA DE HERODÍAS, LA MUJER DE SU HERMANO FILIPO. PORQUE JUAN LE
DECÍA: <<NO TE ES LÍCITO TENERLA>> Y AUNQUE QUERÍA MATARLE, TEMIÓ A LA GENTE,
PORQUE LETENÍAN PORPROFETA. (Mt 14, 3-5)
Juan el bautista: (ORANDO EN LA CELDA) Señor si esta es tu voluntad, que se haga. He tenido la
dicha del conocer y bautizar al mesías que tanto hemos esperado.
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MIENTRAS HERODES PREPARABA TODO PARA SU CUMPLEAÑOS
Herodes: El vino, los inciensos, porque a los romanos les gusta mucho eso… (Dirigiéndose a uno de
sus sirvientes) he ahí no! torpe, en la otra mesa EN ESTO LLEGA HERODIAS… crees que falte algo
Herodías.
Herodías: Nada trivial.
Herodes: Eso espero, cada detalle es importante esta noche, no solo vendrán mis jefes si no los
celadores de Roma.
Herodías: Cada segundo lo repites.
Herodes: son muy amigos de Tiberio, muy amigos, así le hablan bien de mi cuando lleguen a la
capital.
Herodías: Y crees que con un banquete vas a evitar que tiberio no les diga nada, tus súbditos oyen
que envilecen tu nombre en rebelión y solo por un hombre.
Herodes: Ahhh eso otra vez.
Herodías: si eso otra vez, y otra vez. Hasta que destruyas a ese hombre.
Herodes: (dirigiéndose a un sirviente) he tu coloca eso allá.
Herodías: Cada hora que le dejes vivir la gente te teme menos, protégelo una semana, un día más.
Herodes: No tengo tiempo para eso vienen mis invitados, debo vigilar miles de detalles.
Herodías: Pierde tu corona y tu reino todo lo perderás porque temes a un hombre.
Herodes: No le tengo temor.
Herodías: Le temes a su Dios.
Herodes: yo me debo preparar para los celadores.
Herodías: un dios que no ha podido soltarlo de sus cadenas, ni abrirle la puerta de su celda… se reirá
tiberio con ganas. Cuando el celador le diga que le temes a un solo hombre sin poderío.
Herodes: Ya basta, silencio. Aguarda, que la princesa Salomé se prepare, bailara para mis invitados
Herodías: Que mi hija baile para tus invitados, ¿eso quieres?
Herodes: Es una orden, yo te lo mando.
Herodes: Bien princesa, serás recompensada por haber entretenido a mis honorables invitados, nos
ha agradado. Ahora me toca a mí agradecerte, pide lo que quieres. Que sea digno de una princesa de
la casa de Herodes.
Salome: Su majestad ha sido muy generoso conmigo ya.
Herodes: Vamos habla ya, una joya que escojas de mi castillo, pídeme lo que quieras y te lo daré.
Salome: No sé qué decir majestad.
Herodes: (risas) tendrás que pensarlo, que sea lo que más quiera y por mi honor de tetrarca te juro
que lo que me pidas te lo voy a dar… Aun la mitad de mi reino.
Herodes: Si le tengo mucho aprecio como si fuera mi hija y en realidad tenemos la misma sangre. Su
padre era primo de mi padre y ambos estábamos relacionados con mi padre Herodes el grande. (En
esto llega Salomé) Ahhh ya sabes lo que vas a pedir.
Salomé: Si majestad.
Herodes: Pues habla, lo que pidas de seguro te lo daré… que será dime.
Salomé: Que me des inmediatamente la cabeza de Juan el bautista en un platón.
Herodes: (triste, pero con la expectativa de no quedar mal ante sus invitados por sus palabras)
Oficial, oficial de la guardia, maten a Juan es una orden y luego tráiganme su cabeza.
FIN…
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