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TERCERA PRÁCTICA: ESTAFA.APROPIACIÓN INDEBIDA.ADMINISTRACIÓN DESLEAL.

CASO I: Joaquim, Alfred y Alonso constituyeron en 2018 una sociedad dedicada al comercio on-line minorista de
patinetes eléctricos que compraban al mayor en el mercado chino. En mayo de 2019 el proveedor chino les advirtió que, o
saldaban las deudas pendientes, que ascendía a 35.000 o dejaría de suministrarle el producto. Ante tal tesitura, los acusados
decidieron lanzar una oferta en la red, a través de las plataformas habituales, de patinetes por un precio sensiblemente inferior
a su coste, aún sabiendo que ni tenían en stock lo que ofertaban, ni el mayorista se los iba a suministrar si no saldaban la
deuda. Pendiente. Los acusados lograron así 1.000 pedidos, por parte de clientes que ingresaron, a través de transferencia
bancaria, el 50% del precio ofertado (50 euros). Una vez saldada la deuda solicitaron al mayorista que les proveyera de los
1000 patinetes vendidos. Pero el mayorista exigió esta vez el pago total de la mercancía antes de enviarla -100.000 euros-,
cantidad de la que no disponían. Ante la imposibilidad de atender la oferta comprometida, los acusados decidieron entonces
quedarse con el sobrante de la cantidad anticipada (15.00 euros), vendiendo la sociedad a un tercero por 1 euro.

CASO II. Pedro es hijo único y acaba de heredar de su recién fallecido padre. En el inventario de bienes de la masa
hereditaria descubre con estupor que aparece un piso que le consta fue vendido por su difunto padre hace diez años y en el
que viven sus compradores, que al parecer no lo inscribieron a su nombre en el Registro de la Propiedad, tras la compra. Pese
a todo, decide venderlo a Juan, que conoce tal circunstancia, para que éste lo venda a un tercero, en cuyo momento se
repartirán las ganancias. Una vez inscrito, Juan vende el piso a un tercero de buena fe que ignora todo lo sucedido y logra
inscribir.

CASO III. Conforme a los poderes generales para comprar y enajenar activos que le han sido otorgados como
director general y gerente de Abusimbel S.A, Francesc vende a Alfonso, por 500.000 euros unos terrenos cuyo precio de
mercado había sido tasado en 1,5 millones. Requerido por el Consejo de Administración para que dé explicaciones, consigue
engañarlos afirmando que conforme al inminente plan de modificación urbanística que se iba a aprobar, los terrenos pasaban
a ser no urbanizables. Alfonso es utilizado habitualmente por Francesc como testaferro de distintas sociedades de las que es
auténtico administrador de hecho.

CASO IV.- Jaume, constructor inmobiliario, lleva a descuento bancario cuatro letras de cambio por un valor facial
total de 500.000 euros en las que ha falsificado la firma del aceptante (un promotor con el que habitualmente trabajaba)
Jaume necesita financiación con urgencia para atender unos pagos. El director de la oficina bancaria que gestiona su línea de
descuento conoce tales dificultades, pero acepta el descuento porque Jaume nunca ha fallado en el pago de sus deudas.
Llegada la fecha de vencimiento, las letras no son atendidas. En realidad, Jaume estaba en situación de insolvencia en el
momento de llevar las letras a descuento.

CASO V. Los hechos probados narran un supuesto de juego conjunto de lotería, concretamente el denominado
«cuponazo» de la ONCE, que se pone en circulación los viernes de cada semana, en el que participaban veinte compañeros de
trabajo, a modo de «peña de juego», adquiriendo cada viernes 20 boletos de series consecutivas (cupones), con el acuerdo
verbal entre todos los participantes de repartirse el denominado CUPONAZO, en el caso de que a alguno de ellos le tocara la
fracción o serie premiada con el mismo (que cuenta con un premio especial de seis millones de euros). El acusado venía
jugando desde hacía varios años con el resto de los integrantes de la peña, y el encargado semanalmente de adquirir los
cupones era el llamado Ismael, que los compraba habitualmente en el mismo punto de venta. El día 7 de noviembre de 2003
(viernes), Ismael adquirió los billetes del número 85.646, con las series correlativas correspondientes del 21 al 40, ambas
incluidas, y se encargó de repartirlos a sus compañeros de peña. Tal número resultó premiado con las cinco cifras, y la serie
22, fue premiada con el premio extraordinario de 6.000.000 €, el cual poseía el acusado, quien se negó a repartir el premio
especial con sus compañeros, siendo depositado al día siguiente, sábado, en su cuenta particular en su oficina bancaria (La
Caixa), el que fue retenido por orden judicial el lunes 10 de noviembre de 2003.

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