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MAXILAR

El maxilar es un hueso facial emparejado en la región media inferior del


cráneo de los mamíferos. Forma el maxilar superior y se articula con los
huesos frontal, cigomático y palatino, así como con los dientes superiores. Es
similar a la mandíbula, el hueso de la mandíbula inferior, que alberga los
dientes inferiores.
Es un hueso par que participa en la constitución de la órbita, la bóveda
palatina, las cavidades nasales y la fosa infratemporal.
Este voluminoso hueso está soldado a todos los huesos de la cara excepto a la
mandíbula. Estos huesos así fusionados son solidarios entre sí, a menudo de
espesor muy débil y su conjunto presenta numerosas cavidades.
Constituye la pieza principal del esqueleto facial.
Posición
Colocar hacia abajo y en sentido horizontal el borde en el cual se fijan los
dientes; medialmente, la apófisis (proceso) palatina; hacia atrás, el extremo
más grueso del maxilar.

Descripción
Se describen dos vistas (caras), cuatro bordes y cuatro ángulos y una
cavidad o seno maxilar.
Una apófisis (proceso) palatina une al maxilar de un lado, con su homónimo
opuesto, formando parte del paladar óseo [bóveda palatina]. Los maxilares
así reunidos presentan un contorno inferior en forma de arco, donde se ubican
los alvéolos, para los dientes superiores.

A. Vista medial: de la unión de su 1/4 inferior con los 3/4 superiores se destaca
una saliente horizontal, cuadrangular: la apófisis (proceso) palatina.
Presenta una cara superior lisa, que forma el piso de la cavidad nasal, y una
cara inferior rugosa, que constituye gran parte del paladar óseo. Su borde
lateral es su borde de implantación en el maxilar; el borde medial se adelgaza
hacia atrás y en toda su extensión se une al del lado opuesto, formando sobre
la cara nasal una saliente: la cresta nasal; hacia adelante termina en una
prolongación que constituye una semi espina que se articula con el otro
maxilar: la espina nasal anterior, por detrás de la cual se observa un canal que,
con el del otro maxilar, forma el conducto incisivo [palatino anterior], por donde
pasan el nervio y la arteria nasopalatinos. El borde anterior de la apófisis
(proceso) palatina forma parte del orificio anterior de las cavidades nasales;
el borde posterior se articula con la lámina horizontal del hueso palatino.
La apófisis (proceso) palatina divide esta vista en dos:
La porción suprapalatina: está centrada en el hiato maxilar; este es amplio en
el hueso seco, pero más reducido en el cráneo articulado a causa de la
presencia de las masas laterales del etmoides, del cornete nasal inferior, del
lagrimal y de una parte del palatino. Por delante del hiato, existe un canal
vertical, el surco lagrimal, que se dirige en sentido oblicuo hacia abajo y atrás,
hacia el piso de las cavidades nasales. Este surco está limitado, por delante,
por la apófisis (proceso) frontal del maxilar, que presenta en su base la cresta
de la concha [cresta turbinal], donde se articula el cornete nasal inferior; por
encima de esta cresta existe otra más pronunciada, la cresta etmoidal, donde
se articulan el cornete nasal medio y el etmoides.
La porción infrapalatina: participa en la formación del paladar óseo. Sus
numerosas irregularidades denotan la sólida inserción en su superficie de la
mucosa oral.
B. Vista lateral: en su parte anterior, encima de la implantación de los incisivos,
se observa una depresión: la fosa canina, limitada por detrás por una saliente,
la eminencia canina.

Por detrás y encima de esta eminencia, se destaca la apófisis (proceso)


cigomática, que se une por su base al resto del hueso; su vértice truncado se
articula con el hueso cigomático.
En la apófisis (proceso) cigomática se describen:
• Cara orbitaria [superior]: plana, forma parte de la pared inferior de la
cavidad orbitaria; está separada del ala mayor del esfenoides por la
fisura orbitaria inferior. Un canal aloja al nervio maxilar: el conducto
(canal) infraorbitario, que continúa en esta pared como surco
infraorbitario.
• Cara anterior: presenta el foramen (canal) infraorbitario, terminación del
conducto precedente, por donde emerge el nervio infraorbitario. Debajo
de este foramen hay una depresión: la fosa canina. De la parte inferior
del conducto (canal) infraorbitario, en el espesor del hueso, se originan
conductos que terminan en los alvéolos del canino e incisivos: los
canalículos dentarios anteriores.
• Cara infratemporal: convexa, corresponde medialmente a la tuberosidad
del maxilar, y lateralmente, a la fosa infratemporal. Presenta forámenes
alveolares [dentarios posteriores] destinados a los nervios del mismo
nombre y a las arterias alveolares para los molares.
• Borde inferior: cóncavo hacia abajo, es grueso y convexo en sentido
anteroposterior. Borde anterior: forma la parte media e inferior del borde
orbitario.
• Borde posterior: contribuye a delimitar la fisura orbitaria inferior.

C. Borde anterior: emerge por debajo de la espina nasal anterior. Se ensancha


a nivel de la escotadura nasal y termina continuándose en el borde anterior de
la apófisis (proceso) frontal.
D. Borde posterior: redondeado, constituye la tuberosidad del maxilar. Esta
forma la parte anterior de la fosa infratemporal y se articula, hacia abajo, con el
hueso palatino, del cual está separado por el conducto (canal) palatino mayor.
E. Borde infraorbitario: limita medialmente la pared inferior de la órbita. Se
articula de adelante hacia atrás con el hueso lagrimal, el etmoides y el palatino.
F. Borde inferior: está excavado por los alvéolos dentarios. Simples en la
parte anterior, los alvéolos están divididos a nivel de los grandes molares en
dos, tres o cuatro fositas secundarias para cada una de las raíces de un mismo
diente.
G. Ángulos: se describen cuatro ángulos, dos superiores y dos inferiores.
En el ángulo anterosuperior se destaca la apófisis (proceso) frontal, vertical y
algo oblicua hacia atrás. Aplanada en sentido transversal, su base ensanchada
se confunde con el cuerpo del hueso; su vértice se articula con la porción
nasal; la cara medial forma parte de la pared lateral de las cavidades
nasales; la cara lateral, lisa y cuadrilátera, presenta la cresta lagrimal
anterior del maxilar, delante de la cual se inserta el músculo elevador del
ala de la nariz y del labio superior; por detrás de la cresta, el surco
lagrimal. El borde anterior de la apófisis(proceso) frontal se articula con los
huesos nasales; el posterior, con el hueso lagrimal.

Estructura
El maxilar está formado por hueso compacto con pequeños islotes de
tejido esponjoso en la base de la apófisis (proceso) frontal, sobre todo en
el borde alveolar. El centro del hueso presenta una cavidad de forma
piramidal que corresponde al seno maxilar.

Situado en la parte anterior de la cara, el maxilar es un hueso superficial. El


borde anterior de la apófisis (proceso) frontal, sus caras y las que participan del
borde orbitario son subcutáneas y están tapizadas por las partes blandas de la
cara y de la mejilla. La cara medial de la apófisis (proceso) frontal y la superior
de la apófisis (proceso) palatina del maxilar se pueden explorar por vía nasal
(rinoscopia). El borde alveolar y la cara inferior de la apófisis (proceso) palatina
pueden ser explorados a través de la cavidad oral.

MANDÍBULA
La mandíbula o, también llamada, maxilar inferior, se localiza en la parte
inferior de la cara y se trata de un hueso impar, simétrico y con forma de
herradura. Hueso simétrico, impar y mediano, es un hueso móvil, situado
en la parte inferior de la cara. Tiene un cuerpo de forma cóncava hacia atrás,
semejante a una herradura, y sus extremos se dirigen verticalmente hacia
arriba, formando con el cuerpo un ángulo casi recto.
Este hueso es más denso, casi relleno, con dos partes diferentes:
A. La parte dentaria, sólida y gruesa.
B. La parte muscular, rama mandibular, más delgada.
Se describen el cuerpo y las dos ramas.
Cuerpo
En él se distinguen dos caras y dos bordes:
A. Cara externa: en la región anterior, en la línea mediana, presenta una cresta
vertical, resultado de la soldadura de ambas mitades del hueso: la sínfisis
mandibular.
Por debajo de esta se encuentra la protuberancia mentoniana. Lateralmente
y hacia atrás, a la altura de la implantación del 2.o premolar, se halla el
foramen mentoniano, por donde emergen el nervio y los vasos mentonianos.
Casi a mitad de distancia entre el arco alveolar y el borde inferior de la
mandíbula, a ambos lados de la protuberancia mentoniana, emerge la línea
oblicua. En su comienzo sigue paralela a la base del hueso, para dirigirse
luego hacia arriba y atrás; atraviesa en diagonal esta cara y se continúa con el
borde anterior de la rama. En esta línea rugosa se insertan los músculos:
depresor del labio inferior y depresor del ángulo de la boca. En el área
comprendida por encima de la línea oblicua y por debajo del arco alveolar, se
observan salientes verticales que corresponden a las eminencias alveolares;
entre estas salientes existen surcos que corresponden a los tabiques
interalveolares.

B. Cara posterior: hacia adelante presenta un surco vertical que corresponde a


la sínfisis mandibular.

En su parte inferior se observan salientes de inserción, las espinas


mentonianas (geni), en número de cuatro: dos superiores, que dan inserción
a los músculos genioglosos, y dos inferiores, donde se insertan los músculos
geniohioideos. Próximo a la línea mediana se encuentra el origen de la línea
milohioidea, que asciende en forma oblicua hacia atrás, pasando por debajo del
último molar, hacia la cara medial de la rama. En esta línea se inserta el
músculo milohioideo, y en su parte posterior, el músculo constrictor superior de
la faringe. Esta línea milohioidea divide a esta cara en dos partes: una superior
(oral), que presenta, a cada lado de las espinas mentonianas, la fosita
sublingual. En ella se aloja el extremo anterior de la glándula sublingual. En la
porción situada por debajo de la línea milohioidea se observa una depresión en
la cual se aloja la glándula submandibular: la fosita submandibular. Existe,
además, un surco subyacente a la línea milohioidea: el surco milohioideo,
impreso por el nervio milohioideo.
C. Borde superior: es el arco alveolar y recibe a las raíces dentarias. Los
alvéolos son simples adelante y más complejos hacia atrás, donde están
formados por varias cavidades, separadas por los tabiques interradiculares,
puentes óseos donde se insertan ligamentos dentarios.
D. Borde inferior: es redondeado. Cerca de la línea mediana se observa la fosa
digástrica, en la cual se inserta el vientre anterior del músculo digástrico. Hacia
atrás, este borde puede presentar una escotadura para el pasaje de la arteria
facial.

Rama de la mandíbula
En número de dos, son cuadriláteras, dirigidas en sentido vertical, pero algo
oblicuas de abajo hacia arriba y de adelante hacia atrás.
Por detrás de esta língula se encuentra el foramen mandibular, por donde
penetran el nervio y los vasos alveolares inferiores. De la parte posteroinferior
de este foramen parte el surco milohioideo. Por detrás de este, en la
proximidad del ángulo de la mandíbula, la presencia de rugosidades
importantes denota la firmeza de las inserciones del músculo pterigoideo
medial.
C. Borde anterior: es oblicuo de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante.
Agudo arriba, se ensancha cada vez más hacia abajo, formando una depresión
entre sus bordes. La vertiente medial se dirige hacia el borde superior del
cuerpo y la lateral se continúa con la línea oblicua.
D. Borde posterior: es liso y redondeado; corresponde a la glándula parótida.
E. Borde superior: presenta, de adelante hacia atrás, tres accidentes
importantes: la apófisis (proceso) coronoides, que da inserción al músculo
temporal; la escotadura (incisura) mandibular, cóncava hacia arriba, que
establece una comunicación entre la región maseterina en sentido lateral y la
fosa infratemporal en sentido medial, y la apófisis (proceso) condilar, eminencia
articular achatada en sentido anteroposterior y proyectada medialmente en
relación con el borde de la rama. En el extremo de esta última se encuentra el
cóndilo de la mandíbula, que a su vez está unido a la rama de la mandíbula por
el cuello, en el cual se inserta, medialmente, el músculo pterigoideo lateral.
F. Borde inferior: se continúa sin línea de demarcación con el borde inferior del
cuerpo. Forma un ángulo muy marcado con el borde posterior; es el ángulo de
la mandíbula, muy saliente, también llamado gonión. Estructura La mandíbula
es un hueso extremadamente sólido, en especial a nivel de su cuerpo. El hueso
compacto que lo forma es grueso y son necesarios traumatismos violentos para
fracturarlo. El borde superior del cuerpo está tapizado por una lámina bastante
densa de hueso esponjoso que rodea a los alvéolos dentarios. El centro del
cuerpo presenta el conducto (canal) mandibular [dentario], que posee un
número de conductos secundarios, verticales, que desembocan en cada
alvéolo. Este conducto mandibular se abre al exterior por medio del foramen.
ATM
La articulación craneomandibular es compleja debido a que contiene dos
cavidades articulares sinoviales separadas, las cuales deben funcionar al
unísono.
La capsula fibrosa marca los limites anatómicos y funcionales de la articulación.
Medial y lateralmente la capsula es suficientemente firme para estabilizar la
mandíbula durante el movimiento. La capsula medial no es tan fuerte, la cual se
enfuerza por el ligamento temporomandibular.

Anterior y posteriormente la capsula esta suelta lo que permite el movimiento


mandibular.
La articulación esta soportada por dos ligamentos accesorios que protegen la
articulación durante los movimientos extremos. El ligamento estilomandibular
que transcurre desde el inicio de la apófisis estiloides hasta el ángulo y el borde
posterior de la mandíbula y el ligamento esfenomandibular que va desde el ala
mayor del hueso esfenoides hasta la língula de la rama ascendente
mandibular.
El ligamento esfenomandibular se fija separadamente de la capsula medial.
La cápsula engloba el cóndilo y se funde con el periostio del cuello condilar. En
posición lateral, la cápsula se extiende bajo el cuello condilar. Es más corto en
su parte medial, donde se fusiona con el periostio del cuello condilar por debajo
del polo medial del cóndilo.

En el componente temporal de la ATM, la cápsula articular envuelve


completamente las superficies articulares de la fosa mandibular cóncava
(glenoidea) y la eminencia articular convexa, ambas formadas por la escama
del hueso temporal.
Anteriormente, la cápsula se fija alrededor de 4 mm por delante del ápice de la
eminencia articular, aunque existen variaciones individuales.
La capa sinovial produce el líquido sinovial que tiene tres funciones:
reducir la fricción entre las superficies articulares sirviendo como lubricantE,
Ofrecer nutrición al tejido avascular de las superficies articulares y el discO,
Retirar detritus de los espacios articulares.
El líquido sinovial está formado por un complejo proteínico de ácido
hialurónico muy bajo en glucosaminoglicanos (GAGs) y ha sido descrito
como la diálisis del plasma sanguíneo. Sólo hay líquido sinovial suficiente para
recubrir las superficies de la articulación y por ello no puede ser aspirado en
una articulación sana. Cantidades mayores de líquido en la articulación
indica una patología articular.
La articulación posee un disco intracapsular que divide la cavidad sinovial en
un compartimento superior y uno inferior que generalmente no se comunican.
Al igual las superficies articulares, el disco está formado por un tejido colágeno
denso sin inervación o vascularización alguna. En la delgada zona central, las
fibras están predominantemente orientadas en dirección anteroposterior.
En la infancia y adolescencia, el disco está compuesto por fibras colágenas
densas, mientras que en el adulto se trata de cartílago fibroso con fibras
predominantes. En el recién nacido todo el disco de la ATM posee el mismo
grosor, aunque cuando la ATM empieza a funcionar, el disco se adapta a las
formas de las superficies articulares durante el reposo y el movimiento
conformando una parte central considerablemente más delgada.
Sagitalmente, el disco tiene forma bicóncava, con una parte posterior más
gruesa, una parte central más delgada y otra anterior gruesa.
Las gruesas porciones posteriores y anteriores se llaman bandas posterior y
anterior. El grosor de la banda posterior, central y anterior guarda una relación
media de 3: 1: 2, aunque con variaciones individuales dependiendo del tamaño
de la eminencia articular. La parte inferior del disco y el techo del cóndilo se
adaptan perfectamente durante todos los movimientos de la mandíbula.
El disco se une firmemente al cóndilo en su parte medial y lateral y, por lo
tanto, solamente puede moverse levemente en dirección mediolateral. Las
uniones anatómicas a la parte anterolateral del disco de la ATM articular y su
significado en la biomecánica de la ATM han sido objeto de discusión
principalmente por su implicación en el desarrollo del desplazamiento discal. La
disección y el examen macroscópico de cabezas de cadáveres mostraron que
no hay una unión directa entre la porción profunda del músculo masetero y el
disco de la ATM, excluyendo así un significado funcional del músculo. Por otro
lado, la porción anterior del músculo temporal podría ocasionalmente tener un
significado funcional cuando es acompañado por un músculo pterigoideo lateral
anterolateralmente divergente.
Posteriormente, el disco se continúa con la inserción posterior discal (zona
bilaminar, tejido retrodiscal), que consiste en tejido conectivo laxo con fibras
elásticas largas y anchas, que está ricamente vascularizado, inervado y
recubierto por la membrana sinovial. Al contrario que el disco, la banda
posterior puede ser fácilmente comprimida y su estructura modificarse para una
adecuada articulación, pudiendo este fenómeno ocurrir cuando el disco se
desplaza.
El disco puede moverse relativamente libre en dirección posteroanterior, debido
a que está más débilmente unido a la capsula en la parte anterior que en la
medial y lateral. El movimiento anterior del disco está limitado por la extensión
de la superficie inferior de la inserción discal posterior. Esta se extiende desde
la banda posterior del disco de abajo atrás del cóndilo y protege al disco del
movimiento anterior sobre el cóndilo. Si la superficie inferior de la unión discal
posterior se daña, el disco puede trasladarse a una posición anterior al cóndilo,
provocando un desplazamiento discal, hecho comprobado en un estudio
realizado con material de autopsia.
Cuando la mandíbula se encuentra en reposo, el disco intraarticular se localiza
entre la parte anterosuperior del cóndilo y la zona posterior de la eminencia
articular, estando la banda posterior cerca de la posición de 12 horas.
Durante la fase inicial de la apertura de la mandíbula, con frecuencia se
produce una rotación y una traslación simultáneas en el espacio de esta
articulación inferior. Durante el movimiento de la mandíbula, el cóndilo presiona
suavemente contra la parte inferior de la superficie central del disco y contra su
concavidad.
El movimiento del cóndilo, al ser un indicador importante del estado funcional
de la articulación ha sido exhaustivamente estudiado de varias maneras.
Normalmente, el disco y el cóndilo se mueven como un complejo integrado y,
por lo tanto, un examen clínicamente válido de la función de la articulación
debería incluir la relación disco-cóndilo durante el movimiento mandibular.
Debido a la dificultad de visualizar radiográficamente los tejidos blandos
durante el movimiento mandibular, pasó mucho tiempo antes de que
movimiento del disco y el cóndilo pudieran ser estudiados y relacionarios con la
anatomía de la fosa articular y la eminencia.
Las imágenes con resonancia magnética pseudodinámica (RM) revelan que el
complejo disco-cóndilo gira y se desplaza hacia delante en la fosa glenoidea
durante la apertura de la boca, aunque la traslación condilar es mayor que la
del disco, provocando por ello un movimiento hacia atrás del disco en relación
al condilo.
La rotación hacia atrás del disco en relación con el cóndilo es mayor en
articulaciones con una eminencia articular alta que en aquellas con una
eminencia más pequeña. Los cortes anatómicos en cadáver de dos ATMs
muestran la relación de la eminencia y del cóndilo-disco en dos ATMs
diferentes, una con eminencia plana y otra con una excesiva.
En la articulación con una eminencia grande, el tamaño del disco en la posición
de reposo se ajusta bien al tamaño de la eminencia. Durante la apertura de la
boca, el disco puede girar más hacia atrás para acomodarse a la cabeza del
cóndilo, manteniendo así un correcto contacto del cóndilo, del disco y de la
eminencia. Los distintos aspectos morfológicos del cóndilo humano, del disco y
de la fosa facilitarán la función articular y protegerán al cóndilo para que no sea
desplazado posteriormente al disco en una articulación con una eminencia
excesivamente grande.

En la parte inferior del disco, cuando el cóndilo se traslada de la posición de


boca cerrada a abierta, éste debe seguir un camino con menor inclinación que
la de la eminencia con el objeto de mantener una correcta relación cóndilo-
disco-eminencia. Si el cóndilo se mueve en un plano con una inclinación igual a
la de la eminencia, el cóndilo podría perder su contacto con el disco y con la
eminencia.

No obstante, el trazo de la ruta condilar con un instrumento de tracción de la


mandíbula, no parece ser un método fiable para medir el exceso de eminencia,
tal y como se había sugerido en el pasado.

BIBLIOGRAFIA

• Anatomía Humana de Quiroz Tomo 1, pag89-99


• Anatomía humana latarjet pag 84-91
• Atlas de anatomía humana Frank H. netter, MD, pag 25
• Anatomía Humana Dr. Fernando Quiroz Gutiérrez, pag 230-234

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