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KEN WILBER

"
UNA VISION "

INTEGRAL
DE LA
"
PSICOLOGIA

~
ALAMAH
~
ALAMAH
Lugar de paz,
reposo y sanación

Las publicaciones de Alamah buscan


promover el estudio de temas relacionados
con el bienestar personal y la unidad espiritual
de la humanidad, para alcanzar una mejor
comprensión de nosotros mismos y ­
de nuestro lugar en el universo.
1Jna,. .,
V1Slon
integral de ]a
· 1 '
pS1coog1S

KENWILBER

Traducción de David González Raga

~
ALAMAH
D.R. © Ken Wi lber, 2000

Dc eSla ed ición :
Índice
D. R. © Aguil ar, Altea, Taurus, Alfaguara, S.A. de C.v., 2000
Av. Universidad 767, Col. del Valle
Méx ico, 03100, D.E Teléfo no (52) 54207530
w\\Iw.a lamah.com.mx

Nota para el lector: Una visión luminosa ................... 9


• Distribuidora y Editora Aguil ar, Ahe.1, Tauros, Alfaguara , S. A.
Ca lle 80 núm. 10-23, Samafé de Bogo tá, Co lombia.
• Santilla na S. A.
Torrelagu na 60-28043, Madrid, Espali a. PRIMERA PARTE
• SanLillan3 S. A.
Av. Sa o Felipe 731, Li ma, Perú .
• Editorial Santillana S. A.
Fundamento: Los cimientos ..................................... 21
Av. RÓmulo Gallegos , Edif. Zu lia ler. piso
Bolei la N lC., 107 1, Caracas. Venezuela. I. Los niveles básicos u olas ................................ ......... 25
• Editori al Santill ana Ine.
P.O. Box 19-5462 Hato Rey, 0091 9, San Juan, Puerto Rico.
2. Las líneas o corrientes evolutivas ........................ .. ....61
• Santmaoa Publishing Co mpaoy Ine.
l. El yo ..................... :........................... ............... ...... 67
2043 N. W. 87 th Aven ue, 33172, Miam i, F1., E. U. A.
• Edicione s Santillana S. A. (ROl!) I¡. Las corrientes relacionadas con el yo ...................... 75
Con stitu ción 1889, 11800. Momevideo, Uruguay.
• Aguijar, Altea, Taurus, Alfa guara. S. A.
BeazJey 3860, 1437, Buenos Aires, Argentin a.
• AguiJar C hile na de Edi ciones Ltda.
Dr. Arubal Ariztfa 1444, Providencia, Sa ntiago de Chile. SEGUNDA PARTE
• SanliJlana de Costa Rica, S. A.
La Uruca, 100 mI S. Oeste de Migración y Extranjería, San José. Cosla Rica .

El camino de la premodernidad a la modernidad..... 107


Primera edic ión : oc tubre de 2000. '5. ¿Qué es la modernidad? .... ............. .... .... .. ............ 109
Primera re impresión: julio de 2002.
ISBN: 968- 19-080 1-5
6. La integración entre la premodernidad
D. R. © Disei'lo de cubiert a: Fernando Rui z :z..arngoza. 2000 y la modernidad ..................... ... ................. .. ... 119
Impreso en Méxko 7. Pioneros importantes de la modernidad ............... 131
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registrada en o Iransm.il ida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por
rungún medio, sea mecánico. foroqufmico, e lectrónico, magnético, eleclroóplico. por foto copi a O cua l.
quier otro, sin e l pernti so previ o, por escrilo, de la editorial.
TERCERA PARTE

Realización: un modelo integral ............................. 151


Nota para el lector:
8. La arqueología del espíritu ................................... 153
Una visión luminosa
9. Algunas corrientes evolutivas importantes ............ 195
10. ¿Es legítimo hablar de estadios del
desarrollo espiritual? ...................................... 219
11. ¿Es legítimo hablar de una
espiritualidad infantil? ................................... 235 El término psicología significa estudio de la psique y el
término psique significa mente o alma. En Microsoft The­
12. La evolución sociocultural .................................. 243
saurus encontramos ''psique: atman, alma, espíritu; subje­
13. De la modernidad a la posmodernidad ............... 267
tividad: yo superior, yo espiritual, espíritu", todo lo cual
14. El 1-2-3 de los estudios sobre la conciencia ........ 291 110S re~uerda, una vez más, que las raíces de la psicología se
15. El abrazo integral .............. ................................. 311 asientan en las profundidades del alma y del espíritu del
~er humano.
Notas ....................................................................... 343 Las raíces del término psyché y sus derivados son muy
antiguos y se remontan a varios milenios antes de Cristo,
cuando casi siempre se referían a la fuerza o espíritu que
alienta al cuerpo o vehículo material del ser humano. En
algún momento de la Alemania del siglo XVI, el término
/,.~yché se asoció al término logos- palabra o estudio- para
dar origen a la palabra psicología: el estudio del alma o del
espíritu del ser humano. No se sabe a ciencia cierta quién
IItilizó por vez primera la palabra psicología -hay quie­
II CS dicen que fue Melanchthon, otros que fue Freigius y

.1I11l otros se refieren a Goclenius de Marburgo- peto, en

1 llalquiera de los casos, lo cierto es que en 1730, Wolff

lltilizaba en Alemania este término en el mismo sentido


l\IIL·le damos actualmente -una acepción que la New Prin­
, ,,Ion Review de 1888 definía como "ciencia del psiquismo
11 dd alma"- y lo mismo hicieron Hartley en Inglaterra y

!\llIlIlet en Francia.
Hace un tiempo, comencé a recopilar notas para ela­
hn l:tr una historia de la psicología y de la filosofía y, leyen­

[9]
1O KEN WILBER U NA VlSI6N LU MINOSA 11

do los textos sobre historia de la psicología, tropecé con el lo , it.:!1tífica". Hasta el mismo Wundtsubrayacon vehemen­
hecho curioso de que, en opinión de todos ellos, la psico­ , i,l que "nunca deberíamos olvidar que Fechner fue el pri­
logía -y el psiquismo- nacieron súbitamente alrededor 1111.,'1"0 en introducir principios y métodos de medición y

de 1879 en un laboratorio de la Universidad de Leipzig, III,servación experimental de los fenómenos psíquicos y,


dirigido por Wilhelm Wundt, el padre de un enfoque psi­ r Jl ese sentido, el primero en abrir las puertas a una psico­
cológico anclado en la introspección y el estructuralismo. logía auténticamente científica. El principal mérito de Fe­
¿Pero quería decir eso, acaso, que la psicología había naci­ , hner es el de habernos ayudado a sustraer la psicología de
do en 1879? 1.1 esfera de influencia de la filosofía. Con Fechner, la psi­
Son pocos los textos que se remontan más allá de la I "logía se aleja de la metafísica y emprende un camino

psicología científica de Wundt y hablan de Sir Francis I l·;¡lmente científico".' Según estos tratadistas, el intento

Galton, Hermann von Helmholtz y, especialmente, de la .1 ' Fechner de reducir la mente a hechos empíricos men­
figura capital de Gustav Fechner. Dice uno de ellos: "La \lIfables habría salvado a la psicología de la contaminación
mañana del 22 de octubre de 1850 -un verdadero hito del alma y del espíritu, inaugurando así la era de una psi­
en la historia de la psicología- Fechner formuló la rela­ 1 ología auténticamente científica,

ción cuantitativa existente entre la sensación mental y los Eso era todo lo que yo sabía de Gustav Fechner hasta
estímulos materiales". Según esta ley -que no tardó en d día en que, revolviendo entre los estantes de una librería
ser conocida con el nombre de ley de Fechner- S = Klog 1 ,Il estada de libros antiguos de filosofía, descubrí un ejem­
(lo que significa que la sensación mental es una función I'lar de Life After Death (Vida después de la muerte), escrito
logarítmica del estímulo material). Otro texto afirma que I ' n 1835 precisamente por un tal Gustav Fechner, que so­

"A comienzos de siglo, Immanuel Kant había pronostica­ prendentemente comenzaba así: "El hombre no vive una
do que la psicología nunca podría convertirse en una cien­ vez sino tres: durante el primer estadio de su vida, no deja
cia, porque es imposible medir experimentalmente los dt' soñar, durante el segundo va alternando entre el sueño
procesos psicológicos. Gracias a la obra de Fechner, sin y el despertar y sólo en el tercero despierta para siempre",
embargo, los científicos comenzaron a cuantificar las va­ y esa especie de tratado sobre el despertar seguía di­
riables mentales y, a mediados del siglo XIX, la metodolo­ ,' icndo:
gía científIca estaba aplicándose ya a los fenómenos
mentales hasta el punto de que Wilhelm Wundt recopiló En el primer estadio de su vida, el hombre vive a solas
esos originales y creativos hallazgos y comenzó a organi­ sumido "en la oscuridad; en el segundo, vive junto a sus
zarlos e integrarlos en sus 'fundamentos' de psicología". semejantes -aunque todavía se halla separado de ellos­
Todas las obras parecen coincidir en que Gustav Fech­ iluminado por una luz que se refleja en la superficie de
ner ha sido una de las figuras más relevantes de la psicolo­ las cosas y sólo durante el tercero entra en contacto con
[.. .] el espíritu universal [... ] y se adentra en una vida
gía moderna; título tras título valoran muy positivamente
supenor.
la obra del hombre que descubrió el modo de cuantificar
En el primer estadio de su vida se desarrolla el cuer­
los fenómenos mentales y contribuyó de un modo tan de­ po del ser humano, poniendo a punto los órganos que
cisivo a que la psicología obtuviera el rango de disciplina necesitará en el segundo; en el segundo estadio es su
UNA VISION LUMINOSA 13
12 KEN \'(/ILOER

psicología moderna hunde sus raíces en las tradiciones es­


mente la que se desarrolla, preparando los órganos que pirituales y que el psiquismo no está desconectado de una
requerirá en el tercero y sólo en el último desarrolla el fuente espiritual tiene una larga historia. Desde esta pers­
germen de lo divino que descansa oculto en el fondo de pectiva, en los rincones más oscuros del psiquismo no hay
todo ser humano. tanto instintos como Espíritu y cualquier psicología au­
Llamamos al paso del primer estadio al segundo Na­
rénticamente integral debería ocuparse de todo ello, desde
cimiento y al del segundo al tercero Muerte. Pero el ca­
·1 cuerpo hasta la mente y, de ahí, hasta el alma; de lo
mino que lleva del segundo al tercer estadio no es más
subconsciente a lo autoconsciente y, desde ahí, hasta
oscuro que el que conduce del primero hasta el segundo,
aquél nos ayuda a ver el mundo externamente, éste con­ lo supraconsciente; dd sueño al semisueño y, desde ahí, al
tribuye a que lo veamos internamente. verdadero despertar.)
Fechner llevó a cabo grandes contribuciones a la psi­
Del cuerpo a la mente y, desde ésta hasta el alma y el espí­ l"Oiogía empírica y cuantificable; su Elements ofPsychophy­
ritu, los tres estadios de la evolución de la conciencia, y es I;es es uno de los primeros textos importantes de psicometría
sólo cuando el hombre y la mujer mueren, para tener una y justo merecedor de la calurosa bienvenida con la que ha
sensación de identidad separada, que despiertan al Espíri­ sido acogida por todos los psicólogos, de Wundt en ade­
tu universal. ¿Cómo era posible, pues, que los textos de I.lnte. Pero también hay que recordar que, en la psicofísica
psicología no mencionasen siquiera la filosofía de la vida, d . Fechner, el espíritu y la materia no se hallaban separa­
de la mente, del alma y de la conciencia, que Fechner vol­ dos, sino que eran dos facetas de la misma realidad, y que
vía explícita con tanta claridad? Fue entonces cuando tomé lodos sus intentos de cuantificar los fenómenos mentales
la decisión de escribir una historia de la psicología, simple­ ~lIbrayaban la imposibilidad de separarlos, sin tratar de re­
mente porque "alguien tenía que hacerlo". ducir el espíritu O el alma a objetos materiales y, mucho
(Hay que señalar que la noción de inconsciente se di­ 111 'nos todavía, negar el espíritu y el alma como ha ocurrido

1 IlI1 sus menos sensibles herederos.


fundió por medio de la Philosophy ofthe Unconscious, de van
Hartmann -publicada en 1869, tres años antes de Freud y Según cierto erudito, Fechner sostenía "que el univer­
,11 'S esencialmente espiritual y que el mundo fenoménico
reeditada ocho veces en los diez años posteriores- en la
I le la física no es más que la manifestación externa de esa
que el autor expresaba la filosofía de Schopenhauer, deri­
vada a su vez del misticismo oriental, el budismo y, espe­ II'.didad espiritual. Los átomos son tan sólo los elementos
cialmente, los Upanishads: bajo la conciencia individual III :í~ simples de una jerarquía espiritual que conduce hasta
yace una conciencia cósmica, "inconsciente" para la ma­ I lios. Y cada uno de los niveles superiores de esa jerarquía
yor parte de las personas, pero que puede despertar y ac­ lllllllye los inferiores, hasta el punto en que Dios engloba
tualizarse plenamente, y esa toma de conciencia de lo l. totalidad. La conciencia es un rasgo esencial de todo
inconsciente es el bien más preciado que puede llegar a 1I.llllO existe (... ] una evidencia que se manifiesta en su
experimentar el ser humano. Hay que decir que Freud tomó , lI!tncncia y conformidad sistemática a la ley que exhiben
directamente el concepto de id dd Libro del ello, de Georg J I~ totalidades orgánicas. Fechner consideraba a la Tierra,

Groddeck, un concepto basado en una especie de Tao cós­ IlIlwstra madre', como una totalidad orgánica animada".2
mico o espíritu orgánico universal. La idea, pues, de que la
14 KEN WILllER UNA VlSION LUMINOSA 15

El mismo Fechner explicaba que "del mismo modo que gico es asumir lo que él denominaba la visión crepuscular.
nuestro cuerpo pertenece al cuerpo mayor y más elevado La primera era la que Fechner defendía y esperaba com­
de la Tierra, nuestro espíritu también pertenece al mayor y probar con sus experimentos psicofísicos". 5
más elevado espíritu de la Tierra, que engloba la totalidad Parece que la visión crepuscular ha terminado ganan­
de los espíritus de las criaturas terrenales, del mismo modo do, pero hubo un tiempo -aproximadamente desde Fe­
que el cuerpo de la Tierra engloba todos nuestros cuer­ chner (1801-1887) a William James (1842-1910) YJames
pos. Pero debo señalar que el espíritu de la Tierra no es un Mark Baldwin (1861-1934)- durante el cual la recién
mero agregado de todos los espíritus de la Tierra, sino nacida ciencia de la psicología todavía mantenía buenas
una unión consciente individualmente superior a todos relaciones con la sabiduría antigua de los tiempos, con la
ellos". Ese espíritu de la Tierra -como verán, Fechner filosofía perenne, con el Gran Nido del Ser, con los siste­
estaba bosquejando a Gaia- forma parte del espíritu di­ mas idealistas y con el simple hecho de que lo único que
vino y "el espíritu divino es uno, omnisciente y completa­ realmente sabemos se circunscribe al ámbito de nuestra
mente omniconsciente, en el sentido de que sostiene todas conciencia, una época durante la cualta conciencia era real,
las conciencias del universo y, de ese modo, incluye la el yo observador interno era real y el alma era real (aunque
conciencia individual [...1en una totalidad superior y más los pormenores variasen considerablemente en cada caso).
elevada".3 Cuando se cuente la verdadera historia de esos grandes
y esto no implica eliminar la individualidad, sino com­ fundadores de la psicología, descubriremos que tienen
pletarla e incluirla en algo más grande. "Nuestra indivi­ mucho que enseñarnos respecto de lo que podría ser una
dualidad e independencia, que naturalmente poseen un visión integral, que incluya las verdades del cuerpo, la
carácter relativo, no se ven limitadas sino sólo condiciona­ mente, el alma y el espíritu y no pretenda reducirlas al
das por esa unión". Luego Fechner sigue exponiendo su mero despliegue de materia, bits digitales, procesos empí­
visión de una jerarquía en forma de nido de indusividad ricos o sistemas objetivos (por más importantes que éstos
creciente: "Así como la Tierra, lejos de separar a nuestros ~l'an). Esos pioneros de la psicología moderna eran cientí­
cuerpos del universo, nos conecta e integra con el univer­ II -os sin dejar de ser espirituales y no parecían encontrar la
so, el espíritu de la Tierra, lejos de separar nuestros espíri­ IlIenor contradicción o dificultad en esa generosa manera
tus del espíritu divino, permite que nuestro espíritu terrenal de' abarcar todo.
individual alcance una conexión superior con el espíritu Este libro se ocupa de la búsqueda de una psicología
del universo". 4 IIl1cgral. En ese sentido, trataremos de incluir lo mejor de
La visión de Fechner de la psicología, pues, constituye 1.1 moderna investigación científica sobre la psicología, la
un ejemplo patente de un enfoque integral; y su interés , IIllciencia y la terapia, inspirándonos en ese enfoque inte­
por la medición empírica y científica no pretendía negar el ~\I.d del origen de la psicología (marcado por Fechner, Ja­
alma y el espíritu, sino llegar a esclarecerlos. "Considerar 111 .~ . Baldwin y muchos otros que no tardaremos en
que el universo material está vivo y consciente es asumir lo 1" ( · ~l'ntar). Este libro comenzó el día en que entré en esa
que Fechner denominaba la visión luminosa. Considerar­ IdlltTía y descubrí con sorpresa que la verdadera historia
la como materia inerte que carece de todo sentido teleoló- ,1,- fo' 'chner nunca había sido contada y prosiguió luego
16 KEN WILIlER
UNA VISIÓN LUMINOSA 17
con mi subsiguiente investigación histórica. El resultado
fue un largo libro de dos volúmenes, que incluye cerca de De ese modo, el especialista podrá, por ejemplo, consultar
doscientos teóricos, tanto orientales como occidentales, otros libros míos, complementarlos como aquéllos proce­
tanto antiguos como modernos que, cada uno a su modo, dentes de sus autores favoritos, repartir fotocopias entre
han esbozado una visión integral e incluye tablas que bos­ ~us alumnos y completar así este bosquejo general con lec­
quejan un buen centenar de esos sistemas 6 que por diver­ rliras más concretas. El profano interesado, por su parte,
sas razones, he decidido publicar de un modo resumido al podrá leer las notas posteriormente cuando más le intere­
final del libro. .~e. En cualquier caso, obviamente, estos comentarios no
Lo que sigue, pues, es el mero esbozo de una psicología .~o n más que meras sugerencias. En los libros recomenda­

integral, un esbozo que parte de la idea de que las compren­ dos sobre el campo de la psicología y la terapia transperso­
siones proporcionadas por la premodernidad, la moderni­ na!, por último, presento simplemente las opiniones de
dad y la posmodernidad tienen algo importante que decirnos muchos colegas al respecto.
y trata de escapar al mero eclecticismo e integrar de un No he incluido una bibliografía separada porque las
modo sistemático y metódico todas esas verdades. referencias bibliográficas de las tablas ocuparían un buen
Debo decir también que este libro no pretende agotar centenar de páginas. Creo que hoy en día cualquiera pue­
el tema sino tan sólo servir de punto de partida. La razón de entrar en Internet y encontrar allí la referencia biblio­
por la que decidí publicarlo en forma esquemática fue la gráfica buscada (motivo por el cual tampoco he incluido
de compartir una visión global sin sobrecargarlo con deta­ información acerca de los editores). Asimismo, me he li­
lles y animar a otros -estén de acuerdo o no con mi vi­ mitado a enumerar algunos de los autores más importan­
sión- a acompañarme en esta aventura, corrigiendo jos res, dejando así que el lector realice la búsqueda bibliográfica
errores que pueda haber cometido, llenando los muchos que más le interese.
huecos que quedan sin resolver, subsanando sus insuficien­ Espero que, durante las próximas décadas, el mundo
cias y abriendo, en fin, las puertas para que cada quien académico vaya despojándose de la visión crepuscular del
pueda seguir cómodamente su propio camino. Kosmos y advierta la necesidad de los estudios integrales,
He incluido numerosas notas finales para los profeso­ en general, y de una psicología auténticamente integral,
res que quieran utilizarlo a modo de texto y para el estu­ m particular.
dioso serio. Bien podría decir, a este respecto, que este libro Lo que sigue, pues, es una versión de la visión lumi­
está compuesto, en realidad, de dos libros diferentes: uno nosa anunciada por Fechner. Gracias Gustav. A ti está de­
muy breve y accesible y una serie de notas finales para el c1icado este libro.
especialista. En este sentido recomiendo -como hago ha­
bitualmente- dejar las notas para una segunda lectura (o K.W
leerlas después de la primera). Porque las notas cumplen Boulder, Colorado
con la función de dar cuerpo al esbozo con algunos deta­ primavera de 1999
lles (para los estudiosos de mi obra) y recomendar la lectu­
ra de libros de otros autores sobre cada uno de los tópicos.
Primera parte

/
Fundamento: Los cimientos

L psicología se ocupa de! estudio de la conciencia humana


y de sus manifestaciones conductuales. Las funciones de la
'onciencia son la percepción, el deseo, la voluntad y la ac­
ión. Las estructuras de la conciencia -algunas de cuyas face­
las son inconscientes- son el cuerpo, la mente, el alma
y e! espíritu. Los estados de conciencia pueden ser norma­
b (como la vigilia, e! sueño y e! sueño profundo) o altera­
dos (como los estados meditativos y no ordinarios de
,onciencia). Las modalidades de la conciencia incluyen la
t'stética, la moral y la científica. El desarrollo de la conciencia
.,harca un amplio espectro que va de lo prepersonal a lo per­
\ Ol1al y, desde ahí, hasta lo transpersonal; de lo subconscien­

le ' a lo autoconsciente y, desde ahí, hasta lo supraconsciente,

,leI id al ego y, desde ahí, hasta e! Espíritu. Los aspectos


,(/acionales y conductuales de la conciencia se refieren a su
IOIt:racción con e! mundo objetivo externo y con e! entorno
\/Ic,jocultural de los valores y las percepciones compartidas.
El gran problema es que, a lo largo de la historia, las
I h~1 jmas escuelas psicológicas han centrado su atención

, 1 lusivamente en uno solo de los diferentes aspectos de la

l' 111 'iencia, afirmando -que es el único que realmente me­


I! 1 (' la pena (o incluso que es el único que realmente exis­

1I l . En este sentido, por ejemplo, e! psicoanálisis redujo la

\ 1111 'iencia a las estructuras egoicas y al impacto que el id

produce en ellas. El existencialismo, por su parte, circuns­


, ,alIjó la conciencia a las estructuras personales y a las dife­

[21 )
22 KEN WILBER FUNDAMENTO. LOS CIMIENTOS 23

rentes modalidades de la intencionalidad. La mayor parte -eptuales. Y, para ello, necesitaremos una lógica reticular
de las escuelas de psicología transpersonal se ha cen~rado ,~lImamente inclusiva, una lógica de nidos que se hallan
exclusivamente en los estados alterados de conciencia sin dentro de nidos que, a su vez, se hallan dentro de otros
preocuparse siquiera por elaborar una teoría coherente acer­ nidos, que nos permita incluir todo lo que legítimamente
ca del desarrollo de las estructuras de conciencia. Las psi­ pueda ser incluido, una visión lógica que, por decirlo de
cologías orientales suelen destacar los estadios del desarrollo otro modo, no sólo se ocupe de los árboles, sino también
de la conciencia, que van desde los dominios personales dc los bosques.
hasta los transpersonales, pero tienen una comprensión Y con ello no quiero decir que debamos ignorar los
muy limitada del desarrollo temprano que conduce desde .hboles. La lógica reticular es un tipo de dialéctica que in­
lo prepersonal hasta lo personal. La ciencia cognitiva, por I luye por igual a totalidades y a partes. Sólo así podremos

último, nos proporciona un excelente relato empírico-cien­ dL:tenernos a examinar tantos detalles como queramos y
tífico, pero acaba reduciendo la conciencia a sus dimen­ I r:J.tar luego de articularlos en una gran imagen que pueda
siones objetivas, los mecanismos neuronales y las funciones Vl'J'se enriquecida con nuevos detalles, realizar los ajustes
del biocomputador humano, abrumando así el campo en­ p ,rtinentes ... y así indefinidamente, ampliar cada vez más
tero de la conciencia. 1.1 gran imagen con nuevos detalles y viceversa. Porque el

Pero, ¿qué ocurriría si todos y cada uno de esos relatos ·.L· Teto del pensamiento contextual es que la visión global
sobre la conciencia encerrase una parte importante de la .Iporta significados a los que no puede accederse desde las
verdad? ¿Qué sucedería si cada uno de ellos afirmase ver­ Il.lITeS y, en consecuencia, proporciona un significado nuevo
dades importantes, aunque parciales, del inmenso campo .1 los elementos que la c.o mponen. Los seres humanos esta­

de la conciencia? Si consiguiéramos, en tal caso, agrupar IIIOS condenados al significado y, en ese sentido, estamos
bajo el mismo techo el mayor número posible de verda­ I lJl\denados a elaborar grandes imágenes. Hasta la "gran
des, nuestra visión acerca de lo que es la conciencia -y, .Illli-imagen" del posmodernismo es una gran imagen del
sobre todo, acerca de lo que puede llegar a ser- experi­ 11101 ivo por el cual debemos renunciar a las grandes imáge­

mentaría una expansión sin precedentes. Éste es, precisa­ II('.~, una flagrante contradicción que ha provocado más de
mente, el objetivo al que aspira la psicología integral, abarcar 1111 :1 decepción al tiempo que ha demostrado, una vez más,

cualquier visión legítima de la conciencia humana. '1" ' los seres humanos estamos condenados a elaborar gran­
Se trata de una empresa que, al menos en el comienzo, I h.; imágenes.

debería ser abordada desde un nivel de abstracción muy ,onviene, pues, elegir con sumo cuidado nuestras
elevado. No olvidemos que, en nuestro intento de articu­ ,.. r.lndes imágenes.
lar enfoques muy distintos, deberemos operar con siste­ Volviendo ahora a la psicología integral -una sub­
mas de sistemas de sistemas, una tarea que sólo puede .I",iplina, en suma, de los estudios integrales en general­
llevarse a cabo a partir del nivel de las grandes "generaliza­ d'\ponemos de un gran arsenal de teorías, investigaciones
ciones orientadoras". 1 Una generalización interparadigmá­ l ' IJI ;Í<.;ricas, árboles todos ellos, importantes del bosque in­

tica requiere, antes que nada, del entorno adecuado que ,. gl':11 que trataremos 4e esbozar en las páginas siguientes,
nos permite arrojar lo más lejos posible nuestras redes con- I nJI la mirada puesta en el abrazo integral.
24 KEN WILBER

Las tablas 1a y 1 b resumen algti~os de los elementos


que componen mi sistema -desarrollado en una decena
de libros-, entre los que se encuentran las estructuras, los 1
estados, las funciones, las modalidades y los aspectos con­
ductuales y evolutivos de la conciencia que iremos discu­ Los niveles básicos u olas
tiendo, al tiempo que esbozamos las fuentes premodernas,
modernas y posmodernas a las que se remontan, con el
objetivo de una posible reconciliación. Emprendamos, El gran nido del ser
pues, nuestro viaje por la columna vertebral del sistema:
los niveles básicos de la conciencia. CJualquier psicología que aspire a ser realmente integral
deberá integrar las formas permanentes de comprender que
IIOS han proporcionado la premodernidad, la modernidad
y la posmodernidad.
La llamada filosofía perenne -núcleo común de las
grandes tradiciones espirituales del mundo entero- cons­
liruye el acceso más fácil a las fuentes premodernas o tra­
dicionales. Como bien han señalado Huston Smith, Arthur
I.ovejoy, Ananda Coomaraswamy y otros eruditos, la esen­
l ia de la filosofía perenne se asienta en la idea de que la

Icalidad está compuesta por diversos niveles de existencia


- niveles de ser y de conocimiento- que abarcan desde
1.\ materia hasta el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu.
Y. puesto que cada nivel trasciende, al tiempo que incluye,
,1 sus predecesores, dispondremos así de una visión de to­

ulidades que se hallan dentro de totalidades que se hallan,


,1 su vez, dentro de otras totalidades, en un amplio espec­

11 () que va de la materia inerte hasta la divinidad.


Esta "Gran Cadena del Ser" es, dicho en otras pala­
bras, un "Gran Nido del Ser" en el que, como ilustra la
111~lra 1, cada nueva dimensión envuelve y engloba a sus
pI' ,deceso ras a modo de círculos o esferas concéntricas.
(11ebo decir, para quienes no se hallen familiarizados con
¡ I _Iran Nido, que la mejor introducción a este tema sigue

',j endo la Guía para los perplejos, de E.F. Schumacher. Otras


l ,~ 'dentes introducciones son Forgotten Truth, de Huston

[25]
26 KEN WILBER
LOS NIVELES BÁSICOS U O LAS 27

Smith, y Shambhala. La senda sagrada delguerrero, de Ghüg­ I.os filósofos perennes de todas las culturas de los últi­
yam Trungpa, quien demostró que el Gran Nido se halla­ 11 I" ~ I res mil años han coincidido de forma unánime en los
ba presente incluso en las primitivas culturas chamánicas).1 IlI wks generales del Gran Nido, aunque el número de di­
El Gran Nido del Ser representa así la columna vertebral 'l\llIIlCS presentadas en cada caso haya diferido considera­
de la filosofía perenne y constituye, por tanto, uno de los hll lllcnte. Algunas tradiciones hablan de tres niveles o
ingredientes fundamentales de cualquier psicología real­ 1"l1únios (cuerpo, mente y espíritu o reino ordinario, su-
mente integral. Id y 'ausal); otras hablan de cinco (materia, cuerpo, men­
11 •• dma y espíritu), otras de siete (como los siete chalaas

ti ·ll<L1ndalini yoga, por ejemplo) y la mayor parte de ellas


al 11 rn an que el Kosmos dispone de doce, treinta o hasta
I 11 1110 ocho niveles diferentes del ser y del conocimiento.

p, II su parte, casi todos los filósofos perennes --entre los


espíritu 'liJe' S . cuentan Plotino y Aurobindo, por ejemplo- con­
(causal) Idl'ran que la división más útil es la de doce niveles de
alma
I I!lll'iencia (que es aproximadamente el modelo que he
(sutil)
1'1 l'.~ ·ntado en las tablas del final dellibro).2
En la columna izquierda de todas las tablas enumero
1..\ niveles o estructuras básicas de mi sistema, los niveles
b.I\i us del Gran Nido del Ser, cada uno de los cuales tras­
1 II IIIJe al tiempo que incluye a sus predecesores, ya sea que

I¡"I" hable de cinco niveles (materia, cuerpo, mente, alma y


I l'íritu) o de una versión más sofisticada (como la que he
biologla 1'1\'.~(' ntado en las tablas y que luego veremos más detenida­
f1\1' lIre: materia, sensación, percepción, exocepto, impulso,
psicologla
JlII.Igen, símbolo, endocepto, concepto, regla, formal, vi­
reologla hUI-lógica, visión, arquetipo, sin forma y no dual).
.fambién debo señalar que estos niveles básicos son ho­
misticismo Esplritu
11111 'S de la conciencia. Un halón es una totalidad que, al
(no dual)
1II1 \ 1l10 tiempo, forma parte de otras totalidades. La totali­
.1.111 :ílomo, por ejemplo, forma parte de la totalidad molé­
1 111.1 ; la totalidad molécula forma parte de la totalidad célula;

1.1 Illtalidad célula forma parte de la totalidad organismo,


Figura l. EL Gran Nido deL Ser. EL Espíritu es, aL mismo tiempo, eL 1 11 l{ r 'fa. Como veremos a lo largo de este libro, el universo

niveL superior (causal) y eL fondamento no duaL de todos I ~ I J {'ompuesto de holanes, totalidades que, simultáneamen­

Los niveLes. l • • 1; H"man parte de otras. Las letras, por ejemplo, forman
28 KEN WI LBER LOS NI VEL ES BASICOS U OLAS 29

parte de la totalidad palabra que, a su vez, forma parte de la di' la conciencia es algo muy fluido y un individuo -y
totalidad frase que, a su vez, forma parte de la totalidad len­ 111 1..\ distintas subpersonalidades de un individuo-- pue­
gua. Una persona forma parte de una familia que, a su vez, It h.dl.Irse simultáneamente en diferentes olas. ¡El desarro­
forma parte de una comunidad que, a su vez, forma parte 11 .. 1"lIbal es un asunto muy complejo! Los niveles u ondas
de una nación que, a su vez, forma parte del globo, etcétera. " 11 .I,~ sólo representan, pues, algunas de las tendencias más
Y, puesto que cada holón se halla inmerso en un ho­ 1.1, IICt:S del Gran Rio de la Vida.
Ión mayor, los holones existen en jerarquías en forma de I,n,~ tablas 2a y 2b subrayan los niveles básicos u olas
nido -u holoarquías- como la que va de los átomos hasta 1\ .IS Je una buena decena de sistemas, tanto orientales
las moléculas, las células, los organismos y los ecosistemas. Illllllllccidentales; iremos hablando de muchos otros, pero
Como ilustra la figura 1, el Gran Nido no es más que una .1 IlI'lIIos comprender, desde ahora, que los niveles y sub­
gran imagen de esos niveles de totalidad creciente,3 y los 111 c·b de los que habla la filosofía perenne no son el pro­
niveles básicos son los holones fundamentales (los esta­ h.. 111 de la especulación metafísica abstracta, sino el
dios, las olas, las esferas o los nidos) del Gran Nido del Ser. I IIllado de la experiencia directa, que no es exclusiva­

Yo utilizo estos tres términos -niveles básicos, estruc­ I1l l lllt' sensorial, sino también mental y espiritual. En este

turas básicas y ondas básicas- de un modo relativo para .. 111 ido, los "niveles" del Gran Nido simplemente reflejan
referirme al mismo fenómeno, aunque cada uno de ellos , 1 .lIl\plio abanico de realidades experimentadas directa­
tiene connotaciones levemente diferentes. Así, cuando uti­ 1111 lite desde el ámbito de lo subconsciente a lo autocons­
lizo el término "nivel" estoy subrayando que se trata de ,11'111 ' y, desde ahí, a lo supraconsciente. Se trata, además,
niveles de organización cualitativamente diferentes dispues­ .1 olas que han ido generándose y validándose consen­
tos a modo de una jerarquía en forma de nido (u holoar­ lI.dlllente a lo largo de los siglos. En este sentido, su ex­
quía) en la que, como ilustra la figura 1, cada nivel 11 IlIrdinaria similitud -aparezcan donde aparezcan- no

trasciende, al tiempo que incluye, a sus predecesores. El 11.11 'sino evidenciar que vivimos en un Kosmos pautado y
término "estructura", por su parte, enfatiza el hecho de 'I 11t' las pautas pueden ser experimentadas por los hombres
que se trata de pautas holísticas permanentes del ser y de la \' IlIujeres inteligentes de cualquier entorno cultural.
conciencia (cada una de las cuales es un holón, una totali­ ada dimensión superior del Gran Nido -desde la
dad que forma parte de otras totalidades). Y cuando uso el 1I1.IIt:ria hasta el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu­
término "ola" estoy haciendo referencia al hecho de que II,IS '¡ende, al tiempo que incluye, a sus predecesores, de
esos niveles no son entidades discretas y separadas, sino lIuldo que los cuerpos vivos trascienden a la vez que inclu­
que, al igual que ocurre con los colores del arco iris, se \" '11 a los minerales; la mente, a los cuerpos vivos; el alma

traslapan entre sí. Las estructuras básicas son simplemente IlIllIinosa, a la mente conceptual y el espíritu radiante tras­
los colores básicos de ese arco iris o, por:.utilizar otra metá­ I 1 \' lIde e incluye absolutamente todo, Así pues, el Espíritu
fora, las olas a través de las cuales discurren las distintas \ ~. al mismo tiempo, la ola más elevada (puramente trascen­
corrientes del Gran Rio de la Vida. dc,lIte) yel fundamento omnipresente de todas las olas (pu­
Como luego veremos, ésta no es una visión lineal o rígi­ I.II11ente inmanente) que lo trasciende y lo incluye
da, porque el desarrollo individual a través de las distintas ,dIsolutamente Todo, El Gran Nido del Ser, pues, es un en­
3O KEN W ILIlER LOS NIVELES BÁSICOS U O LAS 31

rejado, una inmensa red multidimensional de amor -llá­ 1"11> el hecho de que la filosofía perenne fuera la prime­
mese eros, agape, karuna, maitri- que impregna todos los 1 11 ,Iportar algunos de los colores de este extraordinario
rincones del Kosmos y los llena de su gracia. 1 I 1I1 ~ 1\0 significa que la modernidad y la posmodernidad
Repitamos este punto tan importante como ignora­ 1 01'.; 111 nada que decir. Nadie explicó con tanta claridad
do: el Espíritu es absolutamente trascendente y absoluta­ ,J,II lI r:lleza del pensamiento operacional concreto y del
mente inmanente y, si queremos conceptualizarlo de 1I .lIlIi ·nto formal como lo hizo Piaget; y nadie describió
manera adecuada, deberemos tener en cuenta ambas vi­ 111 111 I'r 'ud la represión de los estadios tempranos del desa­
siones, algo que he pretendido ilustrar en la figura 1, en t 111, l . l :on ello quiero decir que la premodernidad tiene sus
donde la esfera mayor representa el espíritu trascendente 1111," .11 iones e insuficiencias., que la modernidad y la pos­
(con "e" minúscula para indicar que, aunque superior, es ",, 1. IlIidad no carecen de genios y que cualquier espectro
un nivel entre otros) y el Espíritu (con "E" mayúscula, I Illl ICiencia que aspire a ser global deberá incluir yequi­
para indicar que no hay otro) en tanto que Fundamento 11111 .H!t.:cuadamente todos esos hallazgos y descubrimien-
de igual modo omnipresente de todas las olas. Las religio­ 1'l'J o, en lo que respecta a la naturaleza general de las
nes patriarcales tienden a subrayar el carácter "ultramun­ " dI" olas del Gran Río de la Vida, los filósofos perennes
dano" del espíritu, mientras que las religiones paganas y ti 11 estando en lo cierto.
matriarcales tienden a hacer lo mismo con el aspecto in­ l' suelo referirme a la filosofía perenne y al Gran Nido
manente o "intramundano" del Espíritu. Insisto en que 11 10 "la sabiduría de la premodernidad", un calificativo
ambas son importantes y que cualquier enfoque realmen­ \ 11 1111 tiene ningún matiz peyorativo ni tampoco impli­
te integral deberá tenerlas a ambas en cuenta (el contexto ""1 la modernidad y la posmodernidad hayan borrado
será el que determinará, en cada caso, qué aspecto [espíri­ del .\lIS rasgos (aunque ciertamente son más bien esca­
tu o Espíritu] esté enfatizando, aunque debo señalar que 1 ) 1,1) lÍnico que quiero decir es que la filosofía perenne
ambos están siempre implicados). 11' ¡ginó en lo que se ha llamado tiempos premodernos.
La Gran Holoarquía del Ser y del Conocimiento es el I " ,hi 11 hay, que señalar - y éste es un punto importante
legado más precioso de los tiempos, el núcleo de la filosofía 1"' IlI'k resultar un tanto confuso- que el hecho de que
perenne y su aspecto más duradero. La evidencia a su favor I 111 l ' 11 IOdernidad pudiera acceder a la totalidad del Gran
sigue siendo abrumadora: los seres hUf31anos disponen de hin .Id Ser no supone que el hombre premoderno hu­
un espectro extraordinariamente amplio de conciencia que I I ' .1 I Icspertado de un modo pleno en todos los niveles
va desde los estados prepersonales hasta los personales y, I I ( ; 1.111 Nido. De hecho, los chamanes, yoguis, santos y
desde ahí, a los transpersonales. Y los críticos que preten­ '''11 , que realmente despertaron en esos niveles fueron
den negar la existencia del espectro global no presentan ar­ JlII IV p" ·os. Como veremos en el capítulo 12, el hombre
gumento alguno en contra, sino que tan sólo se niegan a 11I 1I1111h:rno pasaba la mayor parte del tiempo en los nive­
reconocer una evidencia acumulada desde la noche de los I dI 1 ollciencia prerracionales, no transracionales. Es más,
tiempos, que sigue afirmando la existencia de un rico arco 1.. '1 11 (' los mejores premodernos tenían que ofrecer era la
iris de conciencia que abarca desde lo subconsciente hasta ,I,dllda" y, como han demostrado los eruditos, los filó­
lo autoconsciente y, desde ahí, a lo supraconsciente. "1,, perennes -desde Plotino hasta Shankara, Fa-Tsang
j 2 KEN WILUER Los NIVELES BÁSJCOS U OLAS 33

y la princesa Tsogyal- eran un verdadero almacén de sa­ Es cierto que las correlaciones entre los estadios pre­
biduría. Il\ados por los diferentes teóricos que he recopilado en
El hecho de incluirlos va más allá del mero intento de l." tablas son muy generales y que sólo pretenden servir de
abarcar una serie de verdades importantes, ya que también 1'"l1to de partida para establecer correlaciones más preci­
constituye una forma de afirmar nuestra continuidad con ,1\ y cuidadosas. Además, muchas de las correlaciones han

la sabiduría de los tiempos, una forma de reconocimiento Hin presentadas por los mismos teóricos y, en mi opinión,
hacia nuestros ancestros, un modo de trascender e incluir ,I,'rado de error es ± 1.5 estadios, algo que también ocu­
lo que nos precedió y fluir así con la corriente del Kosmos 11 • en el caso de los estadios superiores (transpersonales),

y, por encima de todo, un recordatorio de que vamos so­ Illllque, obviamente, la situación ahí resulte bastante más
bre los hombros de gigantes. 1'll1lpleja. Hay que decir, para empezar, que en la medida
Lo que he tratado de hacer, en suma, al presentar las 11 que nos acercamos a los niveles superiores del espectro

olas básicas del Gran Nido del Ser, ha sido echar un vistazo 11(· la conciencia, la psicología ortodoxa occidental comienza
a la filosofía perenne para esbozar el perfil general de los .1 .Ihandonarnos y nos vemos obligados a echar mano de

distintos niveles y complementar esa visión con las muchas 1.1\ -onclusiones de los grandes sabios y contemplativos,
precisiones (y, en ocasiones, correcciones) aportadas por la 111 jemales y occidentales, tanto del norte como del sur. Por

modernidad y la posmodernidad. Consideremos, por ejem­ ntl a parte, los rasgos culturales superficiales suelen ser muy

plo, en este sentido, a Aurobindo (véase tabla 2b) yadvirta­ dd crentes y es necesario emprender una investigación in­
mos que él se refería a los niveles intermedios como los niveles I c'r 'ultural de los rasgos profundos. En tercer lugar, son

de la mente inferior, la mente concreta, la mente lógica y la I"I(OS los practicantes de un sistema que dialogan con los

mente superior, dando descripciones verbales muy útiles de ,I.·más y, en consecuencia, se ha llevado a cabo muy pocos
todas esas estructuras básicas. Pero esos niveles intermedios (" 1lidios comparativos entre los distintos sistemas. De to­

han sido también exhaustivamente investigados por la: psi­ "Il~ modos, se ha realizado, en este sentido, unas pocas
cología evolutiva y por la psicología cognitiva occidental, Investigaciones -algunas de las cuales veremos más dete­
~ue ha aportado una extraordinaria evidencia clínica y expe­ nidamente- y en las tablas adjuntas informo de muchas
nmental. Yes por ello que, para referirme a los niveles inter­ d" sus extraordinarias conclusiones. La existencia de una
medios, suelo utilizar términos procedentes de esa \lIllilitud intercultural general entre estos estadios supe­
inv.estigación (como la mente regla/rol, el pensamiento ope­ I ¡ores, transracionales y transpersonales constituye una

racIOnal concreto yel pensamiento formal, por ejemplo). 11I1It;ba evidente de que estamos fotografiando corrientes
Pero todas esas codificaciones de los niveles evolutivos no IIllly reales de un Río muy real.
son más que fotografías -todas ellas muy útiles, por cier­
to-- tomadas desde diferentes perspectivas del Gran Río de
la Vida. (Es cierto también que he desechado las fotografías 1'1 gran nido no es algo dado sino un potencial
borrosas y otras que no satisfacían unos criterios mínimos
de calidad. En este sentido, las tablas presentadas al final del No debemos concebir las estructuras u holanes básicos a
libro sólo incluyen los álbumes de los mejores fotógrafos.) 1.1 manera platónica, kantiana, hegeliana o husserliana en
34 KEN WI LllER LOS NNELES BÁSICOS U O LAS 35

tanto que esencias inmutables o moldes permanentes de­ 1.1 identidad) yel espíritu (en tanto que fundamento sin
terminados de antemano, sino como hábitos evolutivos, 1111 111 :1 a la vez que unión no dual de todos los niveles).
como una especie de memoria kósmica. 4 En cualquier caso, I I II /> niveles, como ya he señalado , son como los colores
conviene subrayar que el hecho de que los grandes yoguis, .l. I ,11'(;0 iris, motivo por el cual los he presentado sobre­
santos y sabios hayan experimentado (como veremos) la 1"11' \ IIlS. Pero esta representación resulta un tanto confusa
mayor parte de los reinos transpersonales constituye una " I HlIl' ' C mucho más adecuado presentarla a modo de esfe­
evidencia inequívoca de que la estructura del ser humano • • ,oIlcéntricas -figura 1- donde cada esfera mayor en-
dispone ya del potencial de experimentar esos estados su­ l. ,1,.1 a sus predecesoras. Este modelo, pues, no se asemeja
periores y de que el organismo y el cerebro actual del ser I 1110 a una escalera en la que cada nuevo peldaño se apoya
humano disponen de la capacidad potencial de experimen­ 1 11 , I anterior como a una serie de holanes holoárquicos

tar esos estados superiores. Quizás esos estados aparezcan , OIllO la holoarquía que va desde los átomos hasta las

en el fututo, tal vez se desplieguen nuevos potenciales y IIl1,h ulas, las células y los organismos- en donde cada
aparezcan realizaciones superiores, pero lo cierto es que, en 1I 11 ( VII nivel engloba a 10.s inferiores.
nuestro estado actual, disponemos ya de la posibilidad de P 'ro, al mismo tiempo -y jamás enfatizaríamos sufi­
acceder a los extraordinarios dominios transpersonales. Y h IIlcmente este punto-los niveles superiores del Gran

ya sea que creamos que esos potenciales superiores nos ,d.. no son tanto datos absolutos como potenciales. Los
hayan sido concedidos por Dios, que sean el legado mor­ I 1\'1 I(',~ inferiores -materia, cuerpo y mente- ya han

fogenético de los primeros santos y sabios, que se trate de 1I 1l" 1 ~ido a gran escala y existen de un modo completa­
formas platónicas integradas desde siempre en el Kosmos, 11 1 IJl l ' desarrollado en ,el mundo manifiesto, pero las es­

o que se hayan puesto de manifiesto gracias al ciego con­ 1111 1mas superiores -psíquica, sutil y causal- todavía
CutSO de las mutaciones azarosas y de la selección natural, 1111 \1 ' han manifestado de un modo consciente a escala co­

nada de ello cambia un ápice el simple hecho de que todos 11. I IV,I y, en consecuencia, para la mayor parte de las perso­
nosotros disponemos de la posibilidad de acceder a esas "1 , JlO son realidades actualizadas del cuerpo-mente, sino
potencialidades superiores. 1 h IO h potenciales. En mi opinión, el Gran Nido es un

Las estructuras básicas u holanes básicos que suelo re­ 1' 111 lampo morfogenético, un espacio evolutivo --que se
saltar, y que he enumerado en la columna izquierda de 'U ' 11I1e desde la materia hasta el cuerpo, la mente y el

todas las tablas, ilustran un modelo 6ctraído de fuentes 1'111111- en el que van actualizándose los distintos po­
premodernas, modernas y posmodernas, en las que me he 11 11, 1.II<.:s. y, aunque por mera comodidad hable de los ni­

servido de unos para rellenar los huecos dejados por los • 1.. \ ,mperiores como si fueran algo dado, se trata, en

otros. Las tablas 2a y 2b ejemplifican algunos de los nive­ 11 11 11 IIII,~ sentidos, de formas plásticas que van configurán­

les básicos de otros sistemas. Bajo el epígrafe de "Gran " " I'n la medida en que más personas evolucionan hasta
Cadena General" he señalado las cinco más comunes: la 11,,·, (llIotivo por el cual me refiero más a ellos como hábi­
materia, el cuerpo (el cuerpo vital, el nivel emocional­ ,,, li,"smicos que como moldes predeterminados). En la
sexual), la mente (que incluye las imágenes, los conceptos 11 I .I ida en que estos potenciales superiores vayan actuali­
y la lógica), el alma (que incluye la fuente supraindividual ,",Iosl', irán cobrando forma y contenido y asumirán una
36 KEN WILBER
Los NIVELES BÁSICOS U O LAS 37

realidad más cotidiana; hasta entonces no serán más que dl·1 cstatus real del crecimiento y desarrollo de cualquier
meros potenciales que ejercerán una innegable atracción, Illdividuo y es por ello que cualquier espectro global debe­
se hallarán presentes de forma muy profunda, podrán ser t 1.1 incluir tanto los estados como las estructuras.
directamente realizados a través del desarrollo y la evolu­ En mi opinión, existen dos grandes tipos de estructura:
ción superior y mostrarán su gran similitud allí donde apa­ L, ~ hásicas, de las que ya hemos hablado, y las estructuras de las
rezcan. 5 I h ~ tintas líneas evolutivas que en breve mencionaremos.
l· lid campo de la psicología y de la sociología, las estructu­
101 \ son simplemente pautas estables de eventos. Existen
Estructuras y estados 1I111 <..:hos modos distintos de clasificar las estructuras psico-
1"'I ~ icas -profundas y superficiales, niveles y líneas, durade­
El Vedanta (Tabla 2b), la más clásica y probablemente tam­ 1.1:, y provisionales- y yo recurro a todas esas distinciones,?
bién la más antigua de todas las visiones del Gran Nido del 11 111 que suelo centrarme en dos: las estructuras de los niveles
Ser, también hace referencia a las importantes distinciones Ids icos de la conciencia (como la sensación, el impulso, la
entre estados, cuerpos y estructuras. Un estado es un esta­ IlI lagen, la regla, formop, visión-lógica, psíquica, sutil, etcé­
do de conciencia (como la vigilia, el sueño y el sueño pro­ 1I r.l) y las estructuras de las líneas evolutivas de la concien­
fundo), una estructura es una capa o nivel de conciencia ' l. (como los estadios de la cognición, del afecto, de las
(de las cuales el Vedanta menciona cinco: el nivel material, 11(' 'csidades, de la moral, etcétera). En resumen, las estruc­

el nivel biológico, el nivel mental, el nivel superior y el IlIJ'as son las pautas holísticas que encontramos en los nive­
nivel espiritual) , el cuerpo es el soporte energético de los II \ Yen las líneas del desarrollo.
distintos estados y niveles de la mente que, en opinión del Los estadios básicos también son de dos tipos: naturales
Vedanta, son tres: el cuerpo ordinario del estado de vigilia l' .!l terados, los primeros han sido identificados por la psi­
(soporte del nivel materiaI), el cuerpo sutil dd estado de , ,,Iogía perenne (vigilia/ordinario, sueño/sutil y sueño pra­
sueño (soporte de los niveles emocional, mental y mental 1I I Ildo/causal). Según la filosofía perenne, el estado de vigilia
superior) y el cuerpo causal del sueño profundo (soporte •\ d hogar de nuestro ego cotidiano. El estado de sueño
de la mente espiritual).6 I'lOfundo, por el hecho de tratarse de un mundo entera­
Adviértase que un determinado e,stado de conciencia lI1('nte creado por el psiquismo, nos permite acceder a los
-como la vigilia o el sueño, por ejemplo-, puede alber­ •·;tados del alma y el estado de sueño profundo; al ser un
gar diferentes estructuras o niveles de conciencia. En tér­ d"minio de pura ausencia de forma, nos permite acceder
minos occidentales podríamos decir que el estado de Id espíritu sin forma (o causal). Es evidente que para la
conciencia vigílico puede incluir varias estructuras de con­ 111.lyor parte de las personas, los estados de sueño y de sue­
ciencia diferentes (como la sensorio motora, la preopera­ 1111 profundo son menos reales que la realidad vigílica, pera,
cional, la operacional concreta y la operacional formal , por ti..... de el punto de vista de la filosofía perenne, es posible
ejemplo). Dicho en otras palabras, aunque Jos estados de . 11 .'celer de un modo plenamente consciente a esos estados

conciencia son importantes, las estructuras de conciencia 1" ,,/¡lOdos y develar sus extraordinarios secretos. Advirta­
nos proporcionan una información mucho más detallada [ IIOS tan sólo, por el momento, que la filosofía perenne
38 KEN W ILBER
LOS N IVELES BÁSICOS U OLAS 39

sostiene que los estados de vigilia, sueño y sueño profundo I "~I \ espirituales y transpersonales sólo son accesibles
nos permiten acceder al ego ordinario, la mente sutil y el d I ~ IS estadios superiores del desarrollo es incorrecta,
espíritu causal, respectivamente. hl'll · Ia.~ experiencias cumbre pueden presentarse en cual­
. ~Con cierta frecuencia he subdividido los estados su­ 1'11 1.1II . los estadios del desarrollo de la conciencia.
tIles en un dominio inferior o "psíquico" y uno propia­ 1'1 '1'0, aunque los estados ordinario, sutil, causal y no
mente "sutil", porque el nivel sutil inferior o psíquico, al 111.1 I('s ulten accesibles desde cualquiera de los estadios
descansar, como lo hace, en las proximidades del reino or­ I I d l'~.lrrol1o, el modo en que son experimentados e in­
dinario, suele implicar una intensa unión o sensación de 1111 ( ' [;H los depende, en gran medida, del estadio del desa­
unidad con la totalidad del reino ordinario -propician­ I ,11" ,; 11 que se halle la persona que haya tenido la
do, en tal caso, el misticismo natural- , mientras que el l' ' 1 11'1lt:ia cumbre, lo cual significa, como he señalado en
reino sutil trasciende el dominio ordinario - y habitual­ , " n i"s sociable, que podemos elaborar una rejilla de los
mente implica estados puramente trascendentales del mis­ "1'''' de experiencias espirituales a los que suele accederse
ticismo teísta- y el reino causal constituye el dominio de I ti · los diferentes estadios del desarrollo.
la cesación no manifestada -y el hogar, por tanto, del I .. 1persona que se halle, por ejemplo, en los primeros
misticismo sin forma-o En este libro exploraremos dete­ l idios del desarrollo (arcaico, mágico, mítico y racional)
nidamente todos estos dominios transpersonales yaclara­ I lI ll·dc tener una experiencia cumbre provisional de los ni­
remos cualquier duda al respecto.) " \ psíquico, sutil, causal o no dual, con lo cual dispone­
La importancia de estos tres (o cuatro) estados natu­ II ln de una rejilla de diecis.éis tipos diferentes de experiencia
rales radica en que cada ser humano, en cualquier estadio, ji 11 il lIa!. Supongamos, por dar algún ejemplo, que una
estrll,ctura o nivel dedesarroUo, tiene la posibilidad de acce­ l' 1 Olla que se halla en el estadio mágico del desarrollo
der, al menos en forma de estados provisionales, al espectro / 1111 estadio en el que no puede asumir fácilmente el rol de
global de la conciencia -desde el ego hasta el alma y el 1.. ,k'más) tiene una experiencia cumbre dd nivel sutil
espíritu- por la simple razón de que todo ser humano atra­ (1111.1 'xperiencia de unión con Dios). Resulta comprensi­
viesa los estados de vigilia, sueño y sueño profundo. 1.11. ('n tal caso, que su misma incapacidad evolutiva para
Uh estado alterado de conciencia es un estado "no IlIlIir el rol de los demás le lleve a interpretar esa expe­
normal" o "no ordinario" de conciencia, algo que incluye 111 li t ia como si fuera un privilegiado y no alcance a corn­
tanto los estados inducidos por las drogas como los cerca­ I'l ('11 del' que todas las personas -todos los seres sensibles,
nos a la muerte y los meditativos. 8 En el caso de la expe­ 11 Jt'alidad- son igualmente uno con Dios, en cuyo caso
riencia cumbre (un estado provisional de conciencia h 11,1 ' rá a experilnentar una inflación del ego de propor­
alterada), la persona puede experimentar fugazmente en , 11111.'5 ocasionalmente psicóticas. Por su parte, la persona
vigilia cualquiera de los estados naturales de la conciencia qlll' s halle en el nivel mítico (la persona cuya identidad
psíquica, sutil, causal o no dual que suelen conducir a ex­ h,lya expandido desde 10 egocéntrico a lo sociocéntrico
periencias espirituales directas (como el misticismo natu­ \ I ,'11 ese sentido, siga siendo muy literal) experimentará
ral, el misticismo teísta y el misticismo sin forma de los que ',,1misma unión con Dios como una especie de salvación
hablaremos más adelante). Así pues, la idea de que los ' pi!' no le afecta exclusivamente a él (como hace el egocén­
LOS NlV ELES BÁSICO S U O LAS 41
4O KEN WILBER

trico), sino a todos los que creen en sus mismos mitos ("Si 111 l'onsolidándose en estructuras permanentes (los esta­
quieres salvarte deberás creer en mi Dios/Diosa, la única d"" Sl: convierten en rasgos).
divinidad verdadera"), en cuyo caso, esa persona se con­ y ahí es donde los estados meditativos son cada vez
vertirá en un fundamentalista presto a convertir a todo el 11I.b importantes. A diferencia de lo que ocurre con los
mundo a su particular credo. Se trata de experiencias muy , I.Idos naturales (que pueden acceder a los estados psí­
reales y verdaderas del nivel sutil, pero esas experiencias ,plll'<l, sutil y causal en el ciclo natural del sueño, pero rara
\ 1 I mientras el sujeto está despierto y plenamente cons­
deben ser traducidas de algún modo y, en este caso, lleva a
I Il' lItl:) Y a diferencia también de lo que ocurre con las
cabo la traducción una mentalidad mítico-pertenencia et­
nocéntrica y fundamentalista que obstaculiza y distorsio­ pcriencias cumbre espontáneas (que son fugaces), ~os es­
na la misma experiencia del nivel sutil (una distorsión que I,li los meditativos permiten acceder de un modo deltbera­
todavía es mayor en el estadio egocéntrico anterior). Por do y relativamente estable a esos dominios superiores. Es
plll ello que los estados meditativos fomentan. el desarro­
su parte, la persona que se halle en el nivel formal tenderá
a interpretar la experiencia de unión con Dios de un modo 1111 estable de los niveles superiores del Gran Nldo del Ser,
más racional, tal vez en forma de un teísmo racionalista, 11IVl'les superiores que, con la práctica, acaban transfor­
de un Fundamento del Ser desmitologizado, etcétera, et­ IIdndose en actualizaciones permanentes. 10 Dicho en otras
cétera, etcétera. p.dabras, los estados psíquico, sutil, causal y no dual pue­
Las experiencias cumbre (o los estados provisionales ,\ell convertirse en estructuras duraderas e integradas, mo­
de conciencia), dicho en otras palabras, son interpretadas IIVO por el cual esas etiquetas (psíquico, sutil, causal y no
en función del estadio general de desarrollo del individuo dll;\l) se utilizan también para caracterizar las estructuras
que las experimenta. De ese modo disponemos, como de­ 11.~sicas más elevadas del Gran Nido del Ser. En la medida
cía anteriormente, de una rejilla con unos dieciséis tipos II que emergen a lo largo del desarrollo del individuo, sus
generales de experiencia espiritual: los estados psíquico, I'0lenciales, antaño disponibles en forma de estados pasa­
sutil, causal y no dual vertidos a las estructuras arcaicas, I"['OS, acaban convirtiéndose en rasgos permanentes de la
mágicas, míticas y racionales. En Un Dios sociable he dado IIlcnte itL.minada.
ejemplos de todo ello y he subrayado su importancia (más
adelante volveremos sobre este puntO).9
Pero todas esas experiencia cumbre, aunque profundas, a,os niveles básicos en otros sistemas ,
son provisionales, pasajeras y transitorias y, para que real­
mente pueda hablarse de desarrollo superior, esos estados ( :omo ya he señalado, las tablas 2a y 2b ilustran varias ver­
provisionales deben consolidarse en rasgos permanentes. El .iones del Gran Nido y de sus estructuras o niveles básicos.
l ;on ello no estoy diciendo que se trate de estructuras, ni­
desarrollo superior implica, en parte, la transformación de
los estados alterados en actualizaciones permanentes. Di­ Vl'lcs u ondas idénticas, sino tan sólo que son espacios evo­
cho en otras palabras, en los dominios superiores de la evo­ IlIlivos que comparten muchas similitudes y que, como
lución, los potenciales transpersonales que, hasta ese 11Iego veremos, cualquier psicología auténticamente inte­
momento, sólo eran estados provisionales de conciencia, ",r:tl deberá incluir.
42 KEN WILDER L OS NIVELES BAsl cos U OLAS 43

Parece que el más antiguo de todos estos sistemas se molla de la conciencia discurre a través de una serie de
originó en la India y sus alrededores entre el primero y el 1.ldios lineales y monolíticos que se van sucediendo uno
segundo milenio antes de Cristo (aunque algunas tradi­ Ir . 1:\ otro, a modo de los distintos peldaños de una escale­
ciones se remontan mucho más). Los chakras, los estados I 1( ' La respuesta es que, obviamente, las cosas no funcio­
y capas del Vedanta , los vijnanas budistas, los niveles vi­ 11 ,111 así. Como luego veremos, las distintas olas básicas del

bratorios del shivaísmo de Cachemira y la jerarquía supra­ 1,1.111 Nido del Ser no son más que los niveles generales a
consciente de Aurobindo proceden de esa extraordinaria Il oI vés de los que fluyen las diferentes líneas o corrientes
corriente de investigación de la conciencia. No mucho más vlllutÍvas (las líneas de las emociones, de las necesidades,
tarde -y debido posiblemente a la migración, aunque tam­ .11 la sensación de identidad, de la moral, de la realización
bién a la universalidad de esos potenciales- comenzó su "iritual, etcétera) y, en este sentido, el desarrollo global
cauce la corriente de Mesopotamia/Oriente Medio (que 1111 s . asemeja tanto a una escalera lineal y secuencial como
incluía el Norte y Centro de África, Persia, Palestina y 1 1111 fluido que discurre a través de esas olas básicas si­

Grecia), cuya mayor influencia se convirtió en la tradición .I¡il·ndo multitud de corrientes diferentes. Pronto veremos
neoplatónica, representada por Plotino, la Cábala, el sufis­ dr,lInas de estas corrientes, pero antes convendrá finalizar
mo y el misticismo cristiano (todas ellas, representadas en lI'I!..~tro relato de las olas básicas y de su surgimiento.
las tablas).
Aunque el relativismo pluralista menosprecie la filoso­
fía perenne (y cualquier otro "universal" ajeno a sus declara­ .'",c.·has del surgimiento de
ciones universales sobre la importancia del pluralismo), I distintas olas básicas
cualquier consideración sin prejuicios de la evidencia dispo­
nible nos revela que las grandes tradiciones de sabiduría com­ 1'1\ la columna de la izquierda de la tabla 3a he reseñado la
parten una multitud de factores comunes. y no debemos 11 1.111 promedio en que surgen las estructuras básicas de
sorprendernos por ello porque, a fin de cuentas, todo cuer­ IIlIwencia hasta llegar a la mente formal. La investigación
po humano está compuesto de doscientos seis huesos, dos "I',iere que, en el mundo actual, esas edades son relativa-
riñones y un corazón; toda mente humana desarrolla la ca­ 1I It'III e similares para la mayor parte de las personas y ello
pacidad de formar imágenes, símbolos y conceptos y parece .Isí - en mi opinión- porque el desarrollo y evolución
que todo espíritu humano desarrolla intuiciones acerca de , oh'lÍvos han alcanzado, hasta el momento, el nivel for­
lo divino. Así pues, en un nivel profundo --que no superfi­ l11,d (mientras que el acceso a los niveles que se hallan por
cial- existen muchas similitudes. Es cierto también que al­ 111 irna del formal, a los que todavía no ha llegado la evo­
gunas tradiciones son más completas y precisas que otras, IIn il~ n colectiva (y que no son, como decíamos, tanto da­
pero la unión de todas ellas nos proporciona un mapa gene­ 1"\ t:omo potencialidades) exige del propio esfuerzo. 11
ral del amplio ,espectro de los potenciales del ser humano. [,as tradiciones suelen dividir la vida en "las siete eda­
Éste es u~ punto en el que suelen ser muy suspicaces d, \ de la persona", en donde cada una de las fases requiere
las personas a quienes desagradan los conceptos de nivel y 1I 1.1 adaptación a uno de los siete niveles básicos de la
estadio. "¿No estará, acaso, diciendo que el proceso de de- "111 Ít:ncia (como ocurre, por ejemplo, con los siete chakras:
44 KEN WlLBER LOS NIVEL ES BÁSICOS U OLAS 45

físico, emocional-sexual, mental inferior, mental interme­ 11 IlIduso centenares) de gradaciones distintas de los colo­
dio, mental superior, alma y espíritu) y también se dice: , .ll·1 arco iris, pero existen buenas razones para movernos
que cada una de esas fases dura siete años. Desde esta pers­ 11 11 1111 espectro que sólo incluya seis o siete grandes colores.

pectiva, los primeros siete años de la vida van acompaña­ Fsto es lo que entiende la filosofía perenne por "la
dos de la adaptación al reino físico (el alimento, la It II ·dades de una persona', los siete chakras o las siete

supervivencia y la seguridad). Los segundos siete años su­ IllI "turas básicas. Son varias las razones por las cuales,
ponen la adaptación a la dimensión emocional-sexual-sen­ 1II "11lt! podamos identificar fácilmente la existencia de más
timiento (que culmina en la madurez sexual o pubertad). It vl·inte estructuras básicas (forma, sensación, percepción,
Los terceros siete años de vida (adolescencia) conllevan el I"I'pto, impulso, imagen, símbolo, endocepto, concep­
surgimiento de la mente lógica y la adaptación a esa nueva 11 , I('gla... ), resulta conveniente reunirlas en torno a unos

perspectiva. Así es como llegamos a los veintiún años, edad It 11 ' n diez agrupamientos funcionales que reflejan, como
en la que suele estancarse el desarrollo de la mayor parte I r'mos a lo largo de este libro, estadios fácilmente reco­

de los individuos. 12 Pero, en el caso de que el desarrollo " 11 ¡lIles. Así pues, la columna izquierda de todas las tablas

prosiga, cada siete años tenemos la posibilidad de evolu­ IIllIllera esros agrupamientos funcionales con términos
cionar a un nivel nuevo y superior de conciencia (motivo I IIly renerales: 1) sensoriomotor, 2) emocional-fantásmi­

por el cual en la tabla 3a he colocado entre paréntesis la 11 (o emocional-sexual), 3) mente rep (abreviatura de

edad general de emergencia de las estructuras básicas su­ 111 111 ' representacional, semejante al pensamiento preope­
periores). Debo señalar que, si bien éstas son meras gene­ \1 u 111 al o "preop"), 4), mente reglalrol (semejante al pen­

ralizaciones plagadas de excepciones, resultan, no obstante, ¡lmi 'nto operacional- concreto o "conop", 5) mente
más que sugerentes. "II¡'Kivo-formal (semejante al pensamiento operacional
¿Por qué hablamos de siete años y no, por ejemplo, de " '1lllal o "formop"), 6) visión-lógica, 7) psíquico, 8) suril,
diez? A fin de cuentas, el modo de dividir y subdividir el '1), .111. al y 10) no dual. 13 Insisto, una vez más, en que éstas
número de colores de un arco iris resulta un tanto arbitra­ hll ~on más que meras generalizaciones orientadoras que
rio. Pero los filósofos y psicólogos perennes han descubier­ I lIltan de utilidad a la hora de organizar muchos datos y
to que, sin importar el modo en que los subdividamos (en I V lllencias, pero que no deberían impedirnos recurrir a
ciertas meditaciones, por ejemplo, se habla de hasta trein­ ""lp.'S más detallados o simplificados cuando la ocasión lo
ta o más estados distintos), existe un cierto agrupamiento I '1l1lera.

funcional de las distintas olas del Gran Nido, es decir, to­


dos los niveles y subniveles materiales (quarks, átomos,
moléculas y cristales) son materiales y no biológicos (nin­ 1,1 (Icsarrollo cognitivo y el Gran Nido del Ser
guno de ellos puede reproducirse sexualmente, por ejem­
plo). Del mismo modo, los distintos niveles y subniveles I 1 ( ;1':111 Nido del Ser es una holoarquía de niveles del ser
de la mente (imágenes, símbolos, conceptos y reglas) no IllIVl'It:S de realidad) y del conocimiento. Desde la pers­
tienen nada de psíquicos ni de sutiles. Dicho en otras pala­ 1" I¡va de la filosofía perenne, la ontología y la epistemolo­
1

bras, en ocasiones puede resultar útil discriminar decenas 11 1 onstituyen aspectos inseparables de las grandes olas de
46 KEN WILBER LOS NI VELES BÁSICOS U OLAS 47

la realidad. La modernidad se dio cuenta de que era necesa­ 1, IIhjetos exteriores. Así fue como acabó desterrándose
rio diferenciar la ontología de la epistemología, lo cual hu­ !lh lo lipa de "conciencia" (en sentido amplio, es decir, las
biera sido bienvenido si la modernidad y la posmodernidad Illll¡ iones, los sueños, las visiones creativas, los estados
hubieran completado el desarrollo e integrado las diferen­ '" des y las experiencias cumbre). Por ello si el contenido
cias, en vez de que éstas se desmoronaran, como ocurrió. .1, I:J t..:Onciencia no se refiere a algún tipo de objeto empí­
La modernidad, confiando sólo en su subjetividad aislada, 111 11 l'x.terno (como una roca, un árbol, un automóvil o un
adoptó nada más a la epistemología, por lo cual la ontolo­ tlq'.. lllismo, por ejemplo) se dice que la conciencia no po-
gía desapareció en el hoyo negro del subjetivismo. I' v:1lidez cognitiva. Y 10 mismo ocurre con todos los es­
Entonces la Gran Cadena acabó convirtiéndose en una l ullls y modalidades de conciencia realmente interesantes.
jerarquía de niveles de conocimiento, de cogniciones, como 1':11 manos de Piaget, el significado del término cogni­
las investigadas por Piaget. Y debo decir que esto no me pare­ 1\11 11 se estrechó todavía más hasta centrarse exclusivamen­

ce tan erróneo como parcial, puesto ,que soslaya los niveles de l. I JI las operaciones lógico-matemáticas que, según decía,
realidad en los que se sustenta la cognición (algo tan lamenta­ ubyacÍan a las líneas evolutivas del resto de los dominios
ble como reconocer exclusivamente la existencia del nivel de JI 1.1 l'xistencia. En ese punto, la conciencia en tanto que
realidad sensoriomotor y del que no debe alejarse cualquier IIgnición" se vio reducida a percibir exclusivamente su­
cognición que pretenda ser "verdadera"). Pero centrémonos, p Ilieies y objetos empíricos (a lo que, en suma, he deno­
por el momento, en la cognición -a fin de cuentas, la Gran 111111.\(10 "mundo chato"). Dicho en pocas palabras,

Cadena del Ser es un gran espectro de conciencia- y pre­ 1I,IIIIuier conciencia centrada en algo ajeno al mundo del
guntémonos si el desarrollo de la Gran Cadena en el indivi­ 111,11 L'l'ialismocientífico ,no era una auténtica conciencia,
duo es equiparable al desarrollo cognitivo. 11 11 eJ'a una "verdadera" cognición.
Porque la verdad es que las cosas no son exactamente ).:\ desarrollo, pues, del Gran Nido del Ser en el indivi­
así. Es cierto qued Gran Nido es, enparte, un gran espec­ 1111 11 1I0 se halla circunscrito al "desarrollo cognitivo". Pero
tro de conciencia. Una de las definiciones que da el diccio­ ' 1 I IIl1sideramos más detenidamente el esquema de Piaget
nario del término "cognitivo" es "relativo a la conciencia". lo que la mayor parte de los psicólogos evolutivos en­
Por consiguiente, uno podría pensar que el desarrollo del 11 IIdl'11 por "desarrollo cognitivo"- podremos advertir al­
Gran Nido del Ser (que, en el caso del individuo, incluye 11 11.IS interesantes aunque limitadas similitudes.
el desarrollo de niveles de conciencia más elevados y abarca­ I': n primer lugar, la investigación psicológica occiden­
dores) es muy parecido al desarrollo cognitivo, en la medida 1 , 1 dl·1 desarrollo cognitivo implica el estudio de algún tipo
en que consideremos que la "cognición" o "conciencia" va ti, Illnciencia, aunque ciertamente estrecha y reducida. Así
desde lo subconsciente hasta lo autoconsciente y lo supra­ 111 11.... lo que Piaget denominó pensamiento operacional
consciente y que no sólo incluye modalidades exteriores de 111 1111 •.1 -y al que concebía como una estructura mate­
conciencia, sino también modalidades interiores. 1II ,ti, ':" (el agrupamiento INCR)- es un modo legítimo,
El problema es que la psicología occidental ha restrin­ 1I1111111C limitado, de considerar la corriente de la conciencia

gido tanto el significado del término "cognición" que ha 11 , 'W punto particular del Río. Existen muchas otras for­

terminado refiriéndose exclusivamente a la aprehensión de 111 .1. igualmente válidas de definir la conciencia en ese esta­
48 KEN WILB ER LOS NIVELES BÁSICOS U O LAS 49

dio, desde la asunción de roles a los estilos epistemológicos, Además, el hecho de que el desarrollo cognitivo ten­
las visiones del mundo y los impulsos morales. Pero, al \ Iln significado muy concreto y estrecho en la psicolo­
focal izarnos en el desarrollo cognitivo, Piaget dilucidó, si 1\ Ilccidental me ha llevado también a considerarlo como
bien de un modo limitado, la importancia central del de­ 1111 ,1 línea evolutiva separada de las estructuras básicas (de

sarrollo de la conciencia. 11111,10 que no nos veamos obligados a reducirla a las cate­
y la importancia de esta afirmación se ve subrayada 1"' .IS cognitivas occidentales y podamos conservar toda
por el hecho de que la investigación de las líneas evolutivas I lI'lueza ontológica de los holones básicos). Las tablas
-como la del desarrollo moral, del desarrollo del yo y de \ I V .~b muestran las correlaciones de las estructura bási­

la capacidad de asumir roles, por ejemplo- ha evidencia­ I \ l nn los estadios cognitivos de los que habla la investi­

do que el desarrollo cognitivo es necesario (pero no sufi­ 1I U'JlI moderna.


ciente) para esos otros desarrollos. Dicho en otras palabras, Uno de los elementos más interesantes de las tablas es
antes de que uno pueda desarrollar la moral, la visión del I hl'l'ho de que muchos psicólogos occidentales, basándo­
yo o cierta idea de lo que es una vida buena, debe haber I 1'11 una gran cantidad de datos empíricos y fenomenoló­

adquirido la capacidad de registrar conscientemente esos h 1\;-', hablan de la existencia de diversos estadios del

distintos elementos. La conciencia, pues, es una condición .1, ,11' 1'0110 posformal, es decir, estadios del desarrollo cog­
necesaria, pero no suficiente, para esos otros desarrollos. 11ft lVO que trascienden la razón lineal (que están más allá

Yeso es precisamente lo que afirman los teóricos del .\. \ pensamiento operacional formal o formop). Aunque
Gran Nido. Los niveles del Gran Nido, las estructuras bá­ 1.. "posformal" suele referirse a cualquiera de los estadios
sicas de la conciencia, son los niveles a través de los cuales \\1(' .~ ~ encuentran más allá de formop, suele aplicarse ex-
discurren las distintas líneas evolutivas y sin esas olas bási­ lI"ivamente a los estadios mentales y personales, no a los
cas no hay nada que pueda flotar sobre ellas. Ése es el mo­ 1II'I.Imentales y transpersonales. Dicho en otras palabras,
tivo por el cual las estructuras básicas (ya sean las capas del IlIoIlHlo los investigadores occidentales hablan de lo "pos­
Vedanta, los niveles ontológicos del sefiroth de la Cábala o 111 1111:11", suelen referirse al primer estadio que se encuentra
los estadios del desarrollo del alma hacia Dios del sufismo) III,I ~ .11lá de formop, a lo que yo denomino visión-lógica. 14
constituyen la columna vertebral, el esqueleto del que de­ ..II\() ilustran las tablas 3a-b, la mayor parte de los inves­
penden los demás sistemas. t II',.Ulores habla de la existencia de dos a cuatro estadios

En resumen el desarrollo cognitivo (investigado por los l' I lormales de la cognición (visión-lógica), que suelen tras­
psicólogos occidentales) no es equiparable a la Gran Cade­ '11.1 '1' las fases formal/mecánicas (o formop temprano);
na o al espectro de la conciencia, aunque tal vez sea lo que 1111,111 en los dominios de la relatividad, los sistemas plu­
más se le asemeje (al menos hasta los niveles de la mente 1dl \I:IS y el contextualismo (visión-lógica temprana) y, más
formal, más allá de 10s cuales los investigadores occidentales t 11 .1(', se adentran en los estadios del pensamiento metasis­

no reconocen ningún tipo de cognición). Por todas esas ra­ \ 1 Illil (l, integrado, unificado, dialéctico y holístico (desde

zones utilizo una terminología cognitiva (como conop y for­ 1\ Isi(m-Iógica intermedia hasta la tardía). y todo ello nos
mop) para referirme a algunas de estas estructuras básicas IlIlh'slra una imagen dinámica, evolutiva, dialéctica e inte­
(sin olvidar sus muchas limitaciones). 11.111.1 de los dominios mentales más elevados.
o KEN WILUE!(
LOS NIVELES BÁSICOS II O lAS 51

Son muy pocos, no obstante, los investigadores occi­ Unea cognitiva


dentales que hablan de los dominios transmentales (es de­
cir, los reinos de lo psíquico, de lo sutil, de lo causal y de lo I labIas 3a y 3b resumen las ideas de algunos de los in­
no dual, los dominios propiamente transracionales y trans­ 1 \ 1 ir;ctdores más conocidos e influyentes en el campo de

personales). Por ello, para esbozar el perfil de estos niveles, 1I p ~ icología evolutiva, entre los cuales destaca la obra
nos hemos visto obligados a confiar, una vez más, como d I'iaget que, pese a todas sus carencias, sigue destacando
ilustran varias de las tablas, en la visión que nos brindan . 111 110 una de las investigaciones psicológicas más impor­

los grandes sabios y contemplativos. . ( IIIII'S realizadas en este siglo. Piaget abrió muchas puertas
Una cuestión muy espinosa desde esta perspectiva es I . ' \I ~ tipo de investigación. Siguiendo el camino pionero
si los distintos estadios espirituales/transpersonales pueden, di , hrozado por James Mark Baldwin (vid. infra.), Piaget
en sí mismos, ser considerados como si se tratase de nive­ .1 mostró que cada nivel del desarrollo posee una visión
les superiores del desarrollo cognitivo. La respuesta, a mi ddl'l'ente del mundo, con percepciones, modalidades es­
entender, depende de lo que entendamos por "cognitivo". l' 1\ io-temporales y motivaciones morales diferentes (des­
Si consideramos, como hacen los psicólogos occidentales, I IIhrimientos en torno a los cuales girará posteriormente

que el término "cognitivo" se refiere al conocimiento con­ 11Irabajo de investigadores como Maslow, Kohlberg, Lo­
ceptual y mental de los objetos exteriores, la respuesta será \' Inger y Gilligan) . Fue él quien demostró que la realidad
negativa, puesro que los estadios espirituales más elevados 111 1 es algo dado, sino que, en muchos modos, es construi­

no son cogniciones mentales sino supramentales, trans­ .111 (un estructuralismo que hizo posible el post-estructu­
personales y no exteriores. Si, por el contrario, considera­ I,tl is mo); su méthode clinique investigó detalladamente el
mos que el término "cognitivo" se refiere a "la conciencia, 1"'~n rroUo de la conciencia, una investigación que desen­
I ,hlcnó literalmente cientos de hallazgos y ejerció una in­
en general" (que incluye los estados supraconscientes), la
respuesta será positiva, puesto que gran parte de la expe­ Ihlt'neia muy poderosa en multitud de campos, desde la
riencia espiritual superior es, de hecho, de tipo cognitivo. I (hIcación hasta la filosofía (Habermas, entre muchos otros,

Pero debo señalar que los estados espirituales y transperso­ d en deuda con él). Pocos son los teóricos, en suma, que
nales presentan multitud de vertientes -afectivas, mora­ plIl'den afirmar haber contribuido siquiera con una déci­
les y otras ligadas a la sensación de identidad- que mal 111.1 parte de lo que lo hiciera Piaget.

podrían ser calificadas como cognitivas, por más que usá­ La mayor parte de los estudiosos está de acuerdo con
ramos el término en un sentido muy amplio. En conse­ '111~ la principal carencia del sistema de Piaget estriba en el
cuencia, pues, lo "cognitivo", en el sentido más amplio del 11(.dlO de haber circunscrito casi exclusivamente su inves­
término, se refiere a "la conciencia" y el desarrollo cogniti­ ligación al desarrollo cognitivo (concebido en tanto com­
vo constituye sólo una parte, muy importante eso sí, del I'l'lcncÍa lógico-matemática), ya que la evidencia demuestra
espectro global del ser y del conocimiento. II.tlpablemente la existencia de multitud de líneas evoluti­
" .I~ que se despliegan de un modo relativamente indepen­
dl \'nte (como las del ego, de la moral, del afecto, la
1111 'rpersonal, la artística). Según mi modelo, por ejemplo,
LOS NIVELES llÁSICOS U OLAS 53
'1.~ 1\1 N WII.IIER

I",d~enes australianos, dicen: "¿Qué es lo que nos permi­


la líne~ cog~itiva es sólo una entre las más de veinte líneas I ,o llcluir esta inmensa cantidad de datos interculturales?
ev~I~t1vas dIferentes que existen, ninguna de las cuales es 111 primer lugar, la universalidad de las estructuras u ope­
mas I.mporrante que las demás (en el próximo capítulo 11 lImes que subyacen al estadio preoperacional. En se­
I
examinaremos todas esas líneas). 1' I IIIdo lugar, los rasgos cualitativos del desarrollo
. Per? en lo que respecta a la línea cognitiva, la obra de "1' 'racional concreto (por ejemplo, la secuencia de apari­
Plaget,slgue m.ereciendo toda nuestra admiración porque, 11111 de los estadios y los estilos de razonamiento) parecen
despues de cas.1 tres ~écadas de intensa investigación in ter­ 1 I IIniversales (aunque] la tasa de desarrollo cognitivo( ... 1

cultural, la eVIdenCIa al respecto sigue siendo casi unáni­ 111 1 s 'a uniforme sino que dependa de factores ambientales

~e: los resultad~s de la investigación llevada a cabo por \' I IIlrurales". Aunque los autores no utilicen exactamente
Plaget hasta elll1vel de las operaciones formales demues­ I lOS términos, sus conclusiones afirman que los rasgos pro­
tra.n la universalidad intercultural de sus resultados. La 1\lllJos de los estadios son universales, mientras que los
CUIdadosa. revisión realizada por Harry Gardiner, Jay Mu­ 1 •• ,V,oS superficiales, por su parte, dependen de factores cul­
tt.er y Connne Kosmitzki de los datos relativos a los esta­ ¡LIrales, medioambientales Y ecológicos (como luego vere­
dIOS sen~oriomotor, preoperacional, operacional concreto IIIOS, los cuatro cuadrantes están implicados en el desarrollo
y operacIOnal formal de Piaget y presentada en Lives across 1I1lIividual) . "Finalmente parece que, aunque la tasa y ni­
Cultures: Cross-Cultural Human Development, un manual vd de ejecución de los niños que llegan al periodo opera­
con much~ reputación escrito desde una perspectiva abier­ I ¡onal concreto de Piaget depende de la experiencia culrural,
tamen~e [¡beral -. -que suele contemplar con suspicacia I orden de aparición ,de los distintos estadios en las diver­
. . cosa que suene a "universal"- , ha d escu b'lerro
cualqUIer ',.lS sociedades estudiadas sigue siendo el mismo que él pre-
que, .Sl bIen el contexto cultural puede modificar, en cierras
IIi jera". 15
ocasIOnes la tasa de desarrollo o el énfasis en cierras as­ Son varias las razones que podrían explicar el hecho de
pectos no al.tera,. en modo alguno, el orden de aparición 'I\le pocos individuos de cualquier cultura (asiática, africa­
de los estadIOS 111 su validez intercultural. lIa, americana) alcancen el estadio cognitivo de las opera­
S~s conclusiones respecto del estadio sensoriomotor ciones formales. Tal vez se trate -como yo creo-- de que
por eJe~~lo, son las siguientes: "Los rasgos cualitativo~ ,,1 estadio de las operaciones formales sea un estadio más
car~~te~ls~lcos del desarrollo del estadio sensoriomotor son ,'levado y, en consecuencia, más difícil de alcanzar. Tam­
caSI Ide~ncos en todos los niños estudiados hasta el mo­ hién puede ocurrir -como opinan los autores de la me n­
n:ento: Independientemente de las extraordinarias diferen­ l'iünada revisión- que, si bien se trata de una capacidad,
CIas eXIstentes entre los distintos entornos culturales que no alcance a configurar un verdadero estadio porque sólo
h~mos considerado". Respecto de la revisión de los esta­ algunas culturas subrayan -y, en consecuencia, enseñan­
dIOS preop~racional y operacional concreto y basándose las operaciones formales. Existe, pues, una evidencia que
en un formIdable número de estudios realizados con per­ parece corroborar la realidad del estadio operacional for­
sonas proc:dentes ~e países tan distintos como Nigeria, Inal de Piaget, aunque no es concluyente, una debilidad
Zambla, II:an, Argeba, Nepal, Senegal, y que también in­ que algunos utilizan para despachar de un plumazo todos
cluye a onentales, senegaleses, indios de la Amazonia y
54 KEN W fLBER
Los NIVELES llÁSICOS U OLAS 55
los estadios de Piaget, cuando la conclusión más correcta, IHlt objetos que comparten predicados similares; hay más
basada en una .evidencia ciertamente abrumadora, es que
11.1 '11 un vaso alto que en un vaso chato -aun cuando
todos los estadIos hasta el operacional formal han demos­
IlIilos contengan la misma cantidad de agua-; confu­
trado ser universales e interculturales.
111 11 dc los objetos con los conceptos con los que se. los
. Yo ~reo -como luego trataré de justificar aportando la
, J' fl·,~enta) que dan lugar a varios ti~os de desplaz~mIen-
eVIdenCIa substancial de que disponemos hasta este momen­
11 1', "mágicos" y creencias "míticas". Este es el motIvo por
to- que todos los estadios -incluso formop, la visión-ló­ , 1\ llal veremos que, en las tablas, muchos investigadores
gica y los estadios transracionales_ son universales. Al
I I ('!leren a esas fases tempranas del desarrollo con nom­
mismo tiempo, como veremos cuando toquemos el tema
1111' ,\ tales como mágico, animista, mítico.
de la espiritualidad infantil (capítulo 11), los estadios más
Pero eso no significa que debamos reducir toda magia
tem?ra~os son, p~ecisamente, los evidenciados por las in­
l ' [cldo mito a un desarrollo cognitivo inmaduro, aunque
VestIgaCIOnes de PIaget que se han visto corroborados por la
1," lamente haya mucho de verdad en ello (si como ojo de
evidencia inter~ultural. Espero que, de ese modo, podamos
I

/.11\.'1:, veré como un lince; la pata de conejo trae buena


ver a esos estadIOS desde una perspectiva más adecuada.
IIlTte; si no como las espinacas, Dios me castigará). Existe
En 1.0 que respecta a la línea del desarrollo cognitivo, 1I11 a diferencia abismal entre creer literalmente en la ver­
su .estudIO global ha sido fructíferamente proseguido por
d,ld de los símbolos míticos -el nacimiento virginal de
MIchael Commons y Francis Richards, Kurt Fischer, Juan
/toSt'IS, la Tierra descansa sobre una serpiente, Lao Tsé nació
Pascual-Leone, Robert Sternberg, Gisela Labouvie-Vief,
11 la edad de novecientos años- e interpretarlos de un modo
Herb Koplowitz, Michael Basseches, Philip Powell, Suzan­
pnspectivista y metafórico, porque esto sólo es posible en
ne Benack, Patricia Arlin, Jan Sinnott y Cheryl Armon,
1 1 estadio de la conciencia formal y posformal. A menos
por nombrar sólo a unos pocos, todos los cuales están re­
presentados en las tablas. 16 'Iue diga lo contrario, cuando use el término,"~ític.o" esta­
Il- refiriéndome a las imágenes y símbolos mmcos lIterales,
Es cierto que existe multitud de diferencias importan­
[lrcformales y concretos que, en muchas ocasiones, están
tes entre todos los investigadores mencionados, pero no lo
imbuidos de insuficiencias cognitivas y presuponen hechos
es menos que también comparten similitudes importan­
empíricos claramente refutables, como por ejemplo que el
tes. En este último sentido, debo decir que la mayor parte
volcán hace erupción porque está personalmente enfada­
de ellos ha concluido que el desarrollo cognitivo atraviesa
do conmigo o que las nubes están siguiéndome. Como
tres o cuatro grandes estadios (con numerosos subestadios);
[¡ :m señalado tantos estudiosos del tema, desde Piaget has­
el sensoriomotor, el concreto, el formal y el posformal.
ta Joseph Campbell, estas creencias míticas preformales
El estadio sensorio motor suele presentarse durante
siempre son egocéntricas y se cree en ellas de un modo
los dos primeros años de vida y posibilita la percepción de los
literal y concreto. .
objetos físicos. Luego la cognición comienza lentamente a
Es también por ese mismo motivo que los estadIOS
aprender a representar esos objetos con nombres, símbo­
más tempranos son conocidos con términos como precon­
los y conceptos. Los símbolos y Gonceptos más rudimen­
vencional, preoperacional, egocéntrico y narcisista. Recor­
tarios tienden a presentar varias carencias (equiparación
demos, en este sentido, que los niños que se hallan en los
56 KEN WILBER
Los NIVELES BASICOS U OLAS 57

estadios sensoriomotor y preoperacional están encerrado. pn rivista". Según la investigación realizada por S~sanne
en su visión de las cosas y no han desarrollado todavía la I ;pok-Greuter, el pensamiento operacional sólo dIspone
capacidad de asumir el papel de los demás. Este "narcisis­ tll la perspectiva en primera persona (egocéntrico), el pen­
mo" constituye un rasgo normal y sano de los estadios tem~ ¡lllIiento operacional concreto le añade la perspectiva de
pranos del desarrollo y sólo se torna problemático (como 1.1,\I;gunda persona (sociocéntrico) yel pensamiento ope­
veremos), si no madura adecuadamente. !'ILional formal la de la tercera persona (que no sólo per­
Casi todos estos investigadores están de acuerdo con IlIitt: la precisión necesaria para la ciencia, sino también la
que, en la medida en que va desarrollándose la capacidad ¡llIparcialidad posconvencional y mundicéntrica de la jus­
cognitiva, la conciencia comienza a relacionarse y operar I({ ia y el respeto). Así pues, la razón puede "normalizar las
de un modo más adecuado con el mundo sensoriomotor. I(tlrmas" de una cultura, sometiéndolas a críticas basadas
ya se trate de aprender a tocar el violín o clasificar en fun ­ 11 principios de justicia universales (no etnocéntricos). La
ción del tamaño, aunque la conciencia siga todavía teñida 1.1I.!'111 perspectívista, siendo sumamente reflexiva, permite
de muchas "adherencias míticas". Estas operaciones con­ IJI:tntener una introspección sostenida. Y ésta, en suma, es
cretas son llevadas a cabo por los esquemas y las reglas, que 1.1 primera estructura que puede imaginar los mundos del
también permiten que el yo propio de ese estadio adopte .( (lmo si" y del "¿qué ocurriría en el caso de que ... ?" que
varios roles sociales y pase del reino egocéntrico/precon­ .Ihren las puertas para que el ser humano se convierta en
vencional al sociocéntrico/convencional. 1111 soñador y un visionario.
En la medida en que la conciencia se desarrolla y pro­ Pero, por más importante que sea la racionalidad for­
fundiza, las categorías y operaciones concretas se tornan 111;11, todos los investigadores mencionados reconocen la
más generales, más abstractas (y resultan aplicables cada (' xistencia de estructuras todavía más elevadas, como los
vez a más situaciones) y, en ese mismo sentido, también I .~Iadios posformales de la cognición -un tipo de razón

más universales. La conciencia operacional formal puede \11 perior- que, según Cook-Greuter, pueden tener en /
entonces comenzar a soportar una orientación posconven­ I lienta todavía más perspectivas (e incluir también la cuarta '
cional hacia el mundo, escapando de la visión -y del y hasta la quinta persona). El hecho de poder asumir mu-
mundo- etno/sociocéntrica (y mítico/pertenencia) pro­ l has perspectivas sin privilegiar ninguna de ellas es lo que
pias del pensamiento concreto.
( ; 'bser denominó aperspectivismo integral, lo que im­
Aunque la "racionalidad" sea todavía el blanco de los plica el desarrollo de la conciencia mundicéntrica y pos­
estudios culturales antioccidentales (con un sesgo fuerte­ (·OllVencional. Existe un consenso general en que los
mente relativista) y se haya convertido en un término des­ ,'stadios posformales (o visión-lógica) implican dos o tres
pectivo, sigue siendo el asiento de un extraordinario número I',randes estadios. Al avanzar más allá del formalismo abs-
de logros y capacidades positivas (incluso las mismas capa­ Iracto universal, la conciencia pasa primero a un tipo de
cidades a las que suelen recurrir los críticos de la razón). La t ognición dinámica relativa y al pluralismo (visión-Iógi­
racionalidad (o la razón, en sentido amplio) implica, antes 1 a temprana) y luego a un tipo de cognición de unidad,
que nada, la capacidad de asumir diferentes perspectivas, holismo y dialéctica dinámica denominada integralismo
motivo por el cual Jean Gebser la calificó de "razón~pers- Illüversal (de la visión-lógica intermedia a la tardía), como
58 KEN WILBER
LOS NIVELES BAs ICOS U O LAS 59

ilustran claramente las tablas 3a y 3b (y otras que post 1.. . muy distintos. Las tablas que presentamos al final del
riormente discutiremos). 17 11 1>10 nos ofrecen unas dieciséis olas del espectro global de
Pero, por más "holística" que sea la visión-lógica, col 11 , Ilnciencia que, como veremos a lo largo de esta pre-
reino mental todavía puede seguir desarrollándose. Cierta I 1\1.1ción, pueden condensarse o expandirse de muchos

mente, existen estadios mentales muy superiores, más all 11I .. .Ios.
de los cuales se despliegan los dominios supramentales pro A través de las olas generales del Gran Río de la vida
piamente transpersonales. He incluido a Sri Aurobindo y .1 1 urren más de dos decenas de corrientes evolutivas y
I

Charles Alexander como ejemplos de lo que podría incluir 11.. l.ls ellas deben ser navegadas por el yo en su extraordi­
el espectro completo de un modelo del desarrollo cogniti 111 1 jo viaje que conduce desde el polvo cósmico hasta la

va. (En el capítulo 9 investigaremos el desarrollo global d 1¡Ivinidad.


la línea cognitiva que va desde lo ordinario hasta lo sutil y
lo causal.) Adviértase que Aurobindo utiliza términos fran ­
camente cognitivos para referirse a casi todos estos estadios
(mente superior, mente iluminada, sobremente, supermen­
te). Dicho en otras palabras, el espectro de la conciencia es,
en parte, un espectro de la cognición, utilizando el térmi ­
no «cognición" en su acepción más amplia, pero no se ha­
lla limitado a ella (motivo por el cual Aurobindo también
habla de los afectos, las morales, las necesidades y las iden­
tidades del yo correspondientes a esos niveles superiores).
En cualquiera de los casos, el hecho general sigue siendo el
mismo: el desarrollo cognitivo es una condición funda­ . /'" '
mental y necesaria (aunque no suficiente) para el desarro­
llo posterior.

Resumen

Ésta es una breve introducción a los niveles básicos del


Gran Nido del Ser, el inmenso campo morfogenético que
abre el espacio evolutivo en el que los seres humanos pue­
den desarrollarse. Los niveles básicos del Gran Nido, des­
de la materia hasta el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu,
son los niveles (u olas o estructuras) básicos de ese des­
pliegue que pueden ser divididos y subdivididos de mo-
2
Las líneas o corrientes evolutivas

II avés de los distintos niveles u olas básicas del Gran Nido

l. 1Scr fluyen, de un modo más o menos independiente,


1111.1 buena decena de líneas o corrientes del desarrollo. Me
I"Y refiriendo, claro está, a las líneas de la moral, del
I ,In, de la identidad, de la psicosexualidad, de la cogni­
111\11, de las ideas acerca de lo bueno, de asumir roles, de
I I~ llabilidades socioemocionales, de la creatividad, del al-
1I11I~rno, de las diferentes versiones de lo que podríamos
ti Ilominar "espiritualidad" (como el respeto, la apertura,
1, uidado, la fe religiosa; los estadios de la meditación) de
11.drgría, de las habilidades comunicativas, de las modali­
d,.. 1t:s del espacio y del tiempo, del modo de afrontar la
1lIlIl'rte, de las necesidades, de las visiones del mundo, de
I ~ ,ompetencia lógico-matemática, de las habilidades ki­
li t"" ésicas y de la identidad del género, por nombrar sólo
"",llIlas de las que tenemos evidencia empírica. l
Y, cuando digo que estas líneas son "relativamente in­
,1, pendientes", quiero decir que pueden seguir caminos
1,1.11 ivamente independientes, que pueden atenerse a una
dlll.Ímica distinta y avanzar a velocidades diferentes. Es
1'"1 dIo que una determinada persona, por ejemplo, pue­
,Ir hallarse simultáneamente, en un estadio muy avanzado
.1"li 'nas líneas, en uno intermedio de otras y en otro fran­
•.lIl1ente bajo de unas terceras. Así pues, el proceso global
01, 1,1 evolución de la conciencia -la suma total de esas
drl,'!'cntes líneas- no prueba ningún tipo de desarrollo

[61]
62 KE N WILllER
LAS LeN EAS o CORRIENTES EVOLUTIVAS 63

lineal o secuencial, un hecho, dicho sea de paso, que acabó Para aprender a tocar un instrumento musical, por
desarticulando el esquema piagetiano. IlIplo, uno debe comenzar a adaptarse físicamente a él
A pesar de ello, debo insistir en que el grueso de la 1I11 modo sensoriomotor. Luego tiene que aprender a
investigación ha seguido encontrando que cada línea evo­ 11 11 .11" unas pocas y sencillas canciones hasta dominar poco
lutiva tiende a desplegarse de un modo secuencial y holo­ I 111' 'o las operaciones y reglas concretas necesarias para
árquico, que los estadios más elevados de cada línea tienden l' lt .11' ese instrumento. Y, a medida que uno va aprendien­
a incluir o incorporar los estadios más tempranos, que re­ d" las claves y escalas musicales, las habilidades van tor­
sulta imposible saltarse ningún estadio y que el orden de Il udose más abstractas y puede comenzar a aplicarlas a
aparición de los distintos estadios no puede verse alterado 1111 lodías nuevas y diferentes. Casi todas las líneas evoluti-
por el condicionamiento ambiental ni por el refuerzo so­ I -desde la cognitiva hasta la del ego, la afectiva, la moral
cial. Así pues, la evidencia de que disponemos hasta el I 1.1 kinestésica- atraviesan esos tres grandes estadios. Y si
momento sugiere con toda claridad que esto es lo que ocu­ 11 r plamos la posibilidad de que existan estadios del des a­
rre con todas y cada una de las líneas del desarrollo men­ .. ,,110 superiores o transpersonales (a los que podríamos
cionadas. 2
1 uominar "post-posconvencionales"), dispondríamos de
El importante Higher Stages 01 Human Development 1111 lIlapa de cuatro grandes estadios, niveles u olas -que
(editado por Charles Alexander y EUen Langer), por ejem­ IIt.II· aria desde lo sensoriomotor hasta lo convencional, lo
plo, presenta la obra de trece importantes psicólogos evo­ pmeonvencional y lo post-posconvencional (desde precon
lutivos -entre los que se incluye aJean Piaget, Lawrence 11.1\1:1 con y, desde ahí, hasta postcon y post-postcon)- a
Kohlberg, Carol Gilligan, Kurt Fischer, Howard Gardner, I I .IV('S de los cuales fluye la mayor parte de las líneas del
Karl Pribram y Robert Kegan- doce de los cuales presen­ d(·\,lrroUo.
tan modelos manifiestamente jerárquicos (incluyendo tam­ ¿y qué son esas cuatro grandes olas sino una versión
bién el desarrollo femenino estudiado por Gilligan) y debo IIllplificada del Gran Nido de Ser que va desde el cuerpo
decir que no se trata de meras especulaciones teóricas, sino ( 1'llsoriomotOr) hasta la mente (convencional y posca n­
del fruto de la investigación experimental. Con ello no '( 11 '¡anal) yel espíritu (post-posconvencional). Obviamen­
estoy afirmando que todas las líneas del desarrollo sean 11". esos cuatro grandes estadios son simplemente un
jerárquicas -porque, como veremos más adelante, mu­ Ir'\llmen muy breve de los hallazgos realizados por la in­
chos de sus rasgos no lo son-, sino tan sólo que eso es lo \' t \ 1igación ya que, en la mayor parte de los casos, el desa- "'-,
que ocurre con sus aspectos más fundamentales. Además, 111111 0 -cognitivo, del yo y moral, por ejemplo- atraviesa
existe un acuerdo general en que, por más distintas que , IIleo, seis, siete o incluso más estadios que, en casi tOdos
sean las distintas líneas del desarrollo, la mayor parte de l. I ~ casos, se atienen estrictamente a los niveles del Gran
ellas no sólo se despliega de un modo holoárquico, sino Niel o del Ser.
que lo hace atravesando la misma secuencia de olas gene­ Dicho en otras palabras, la razón por la cual la mayor
rales, un estadio preconvencionallfísico/sensoriomotor, atto p,lr te de las líneas del desarrollo atraviesa universalmente
estadio convencional/acciones/ reg,las y un tercer estadio más 1111 :1 secuencia holoárquica invariable es que se ajustan a la
abstracto/ posconvencional/ formal. 3 IlIliversalmente invariable Gran Holoarquía del Ser, el gran
LAS LíNEAS o CORRIENTES EVOLUTIVAS 65
campo morfogenético que sugieren de un modo tan claro 1.1 \ líneas, no tanto en otras y mucho menos en unas terce­
las tablas que presentamos al final del libro. El Gran Nido w, lo cual significa, como he señalado, que el desarrollo
es, básicamente, un gran campo morfogenético, un espa­ ~',I()bal no se ajusta a ningún tipo de secuencia lineal.
cio evolutivo general que representa algunas de las olas
básicas de la realidad de que disponen los individuos y que Esto es lo que quiere representar la figura 2, a la que
determina ~l camino a través del cual fluye el desarrolIo y " 'nomino "psicógrafo integral"; en el eje vertical, se ha­
~ q.ue se ajusta, en consecuencia, el surgimiento de los 110m representados los distintos niveles del Gran Nido del
dIstlntos talentos, capacidades y habilidades individuales. ')cr a través de los cuales discurren las distintas líneas. (De
y con ello no estoy diciendo que esos niveles estén graba­ LIs más de dos decenas aproximadas de líneas del desarro­
d~s con fuego, sino tan sólo que son algunas de las co­ llo, he incluido únicamente cinco: la cognitiva, la moral,
mentes más fuertes del Gran Río de la Vida que, de un la interpersonal, la espiritual y la afectiva. También debo
modo u ?tro, arrastran todo cuanto hallan a su paso. En dt:cir que he utilizado el término "espíritu" en su doble
e~te sentIdo, los' potenciales individuales que van apare­ .1 'cpción como el más elevado de los niveles del desarrollo
cIendo ~ 10 largo del desarrollo humano tienden a seguir y como una línea independiente, reflejando así, los dos
las comentes del gran Río de Vida, las olas de la Gran principales significados del término "espiritualidad" [véa­
Holoarquía. Esto es, en suma, lo que sugiere la evidencia se capítulo 10]). Y puesto que (como evidencia la figura 1)
empírica recogida hasta este momento.
el Gran Nido es realmente una holoarquía, la figura 3 re­
Resaltemos, no obstante, que las distintas corrientes, presenta una imagen más precisa del psicógrafo integral.
aun cuando emigren a través de un campo similar, lo ha­
cen de un modo relativamente independiente. Es por ello Espíritu

que una persona puede hallarse muy evolucionada en cier­


espíritu

alma

cuerpo
cognitiva interpersonal afectiva
moral espiritual

Figura 2. Psicógrafo integraL


Figura 3. EL psic6grafo integraL en tanto hoLoarqufa
G6 KEN WILllER

Insisto en que esto no supone que todos, ni siquiera la


mayoría, de los aspectos más importantes de desarrollo sean
jerárquicos. Desde mi punto de vista, cada estructura u 3
ola básica es, simultáneamente, jerárquica (en el sentido
de que discurre aumentando su capacidad holística) y he­ El yo
ter~rquica (por cuanto supone una interacción no jerár­
qUIca entre elementos mutuamente equivalentes). Así, la
r~lación en~re los distintos niveles es jerárquica, ya que cada
Dlvel supenor trasciende, a la vez que incluye, a sus prede­
cesores, pero no viceversa (las moléculas contienen áto­ 1:.\yo es la instancia que gestiona o navega los difer~~t~s
111 (·!t;s o líneas dd desarrollo. Aunque en breve subd1Vldl­
mos, pero no viceversa: las células contienen moléculas,
1I estc simple esquema, estos tres elementos -olas bási­
p~ro no viceversa; las frases contienen palabras, pero no
, , corrientes evolutivas y el yo que las navega- parecen
vIcev~rsa); y este "no viceversa" establece una jerarquía asi­
I I\Indamentales en cualquier modelo integral. Ya hemos
~étnca de creciente capacidad holística (lo que significa
, 1(1 los niveles u ondas básicas y en breve volveremos a las
SImplemente que las dimensiones superiores abrazan a las
1IIII'as o corrientes evolutivas para examinarlas con más
inferiores, pero no al revés, de modo que el nivel superior
es más holístico y abarcador). Pero dentro de cada nivel, ,h Il'nimiento; por el momento, centraremos nuestra at~~­
, 1"111 en el yo y en el papel que desempeña en la evoluclOn
por su parte, la mayoría de los elementos existe como pau­ 1
tas mutuamente equivalentes que interactúan entre sí. La I, llIhal de la conciencia.
mayor parte del proceso del desarrollo -al menos la mi­
tad de él- implica varios tipos de procesos de articula­
ción y aplicación heterárquica y no jerárquica (que, 1,.1 yo como navegador de las distintas olas
obviamente, no se reflejan en las tablas -centradas exclu­ ,'orrientes del Gran Río de la Vida
sivamente en el desarrollo migratorio- aunque no por
' 11l'I::stamos atención a la sensación que tenemos de nues­
ello debemos olvidar su profunda importancia).
1111 yo -si tratamos de percibir directamente qué es eso <1- ,
Mi uso, pues, del término holoarquía trata así de ar­
1" que llamamos "yo"-, advertiremos, al menos, dos as-
monizar la visión jerárquica (un ordenamiento de niveles
1"'l IOS diferentes. El primero de ellos tiene que ver c~n la
cualitativamente distintos) y la heterárquica (en tanto di­
mensiones interrelacionadas), ya que los teóricos que han
\I.~lt:ncia de una instancia observadora (una espeCle de
\liCIO o testigo interno) y, desde otra pers~ectiva, s~ t:ata
tratado de explicar el desarrollo recurriendo exclusivamente
dI una especie de yo observado (las cuestlo~es ob,etlvas
a una u otra de estas visiones han fracasado.
'1\l~' podemos ver o saber sobre nosotrOS mIsmos, como
En breve estudiaremos la naturaleza de las distintas
corrientes del desarrollo y daremos varios ejemplos al res­
1"" t:jemplo, que soy un padre, una madre, un doctor,.un
pecto; por el momento, convendrá echar un vistazo al yo .. I¡¡'inista, que peso tantOS kilos o que tengo el,relo rublO~.
11"sue la primera perspectiva -a la que denommo yo proXl­
que navega esas corrientes.
(67J
68 KEN WILIlER
EL YO 69

mal (puesto que es la más inmediata)- se trata de un "yo", 1I 1111lS uno con Dios en tanto que Sujeto último, Con­
desde la segunda - a la que denomino yo distal (puesfo 1I IH ia pura, Vacuidad pura, Testigo absoluto, Yo-Yo o
que es objetivo y "más alejado")- sin embargo se asemej a¡ '\II"lIte que nunca puede ser visto, pero que, paradójica­
más a un "mí" (o incluso a un "mío"). Ambas facetas fOI 111I' 111 t: , existe como Todo lo que puede ser visto, el Espíri­
man parte -junto a otras fuentes de la identidad- de lo 111 ' 111t: lo trasciende todo -y, por tanto, nunca puede ser
que denomino yo global.
1 1.,- Ytodo lo incluye y es, por ese mismo motivo, todo
Estas distinciones son importantes porque, como han 1II'I"t: estamos viendo ahora mismo. En el capítu[o 8 reto­
señalado muchos investigadores -desde Sri Ramana Ma 11111 ('mas este punto.)
harshi hasta Robert Kegan-, a lo largo del desarrollo psi Fl yo global, pues, es una amalgama de todos los "yo es"
cológico, el "yo" de un estadio se convierte en el "mí" d(.:1 ItllloSI.: hallan presentes ahora mismo: el yo proximal (o "yo"),
siguiente. Con ello quiero decir que, en un determinado 1r" distal (o "mí") y el fundamento mismo de la concien­
momento, uno está identificado (o se halla inmerso) en I .1, el Testigo último (el Yo trascendental, Yo preexistente o
un estadio del desarrollo (que, en consecuencia, es experi , ,) Yo"), todos los cuales participan de nuestra sensación
mentado como un "yo") y que, para pasar al siguient , all' 1(1 ·ntidad de este momento y son importantes para com­
debe terminar desidentificándose de él y trascendiéndolo, 11I l llder el desarrollo y la evolución de la conciencia.
de forma que pueda verlo más objetivamente con cierta El hecho de que el yo global incluya varias corrientes
distancia y desapego. Dicho en otras palabras, el sujeto de dlkrcntes (y, como luego veremos, todo tipo de subperso­
un estadio se convierte en uno de los objetos del siguiente. lI.alidades) implica que el yo global no se ajusta a ningún
El bebé, por ejemplo se halla casi exclusivamente iden­ 111''' de desarrollo a través de una secuencia de estadios.
tificado con su cuerpo; su cuerpo es su yo (el yo proximal) No obstante, la moderna investigación ha puesto de relie­
y, en consecuencia, no puede dar un paso atrás y observar­ ,. dI.: manera consistente que el yo proximal, al menos,
lo de manera objetiva. Pero, en la medida en que comien­ , pnimenta un desarrollo secuencial a través de estadios.2
za a emerger la mente verbal y conceptual, el niño empieza I 1 lonocida y reputada investigación llevada a cabo por
a identificarse con ella, en cuyo caso, la mente se conviertl' 11I1l' Loevinger, por ejemplo (cuyos experimentos han sido
en su yo o sujeto (el yo proximal) y puede, por vez prime­ IIl'lIIducidos en todo el mundo con resultados similares)'r...!
ra, empezar a contemplar objetivamente su cuerpo (en tanto 1a.1I'videnciado que el "desarrollo del ego" -equiparable a
que un objeto distal o "mí"). Ahora su cuerpo se ha con­ 11.1 "yo proximal"-3 discurre a través de una decena de es-
vertido en un objeto del nuevo sujeto, el yo mental. Así es 1.ld¡os claramente discernibles (hasta llegar a lo que deno­
como el sujeto de un estadio termina convirtiéndose en el 1111110 centauro , véase tabla la) . Y, desde mi punto de vista,
objeto del siguiente. .
, 1d l'~arrollo del yo proximal se halla en el mismo núcleo de
(Y, según añade la filosofía perenne, en los dominios I1 ('v()lución de la conciencia, puesto que es el que navega a
más elevados del espectro de la conciencia, el yo indivi­ II.IV(\~ de las olas básicas del Gran Nido del Ser.
dual -el yo separado o sujeto interno- se convierte en En sí mismas, las estructuras u olas básicas están des­
objeto del Yo último, que no es otro que el Esp íritu ra­ ,,"j.ldas de toda sensación de idenridad, un punto en el
diante, nuestra verdadera Identidad. Según los místicos, '1 111' han insistido reiteradamente los filósofos perennes
7O KEN WIlllER
EL YO 71

de todas las tradiciones, desde Plotino hasta Vasuband­ "landes dominios transpersonales y acceder provisional­
hu, Padmasambhava y Santa Teresa. Las estructuras bási­ IlH::nte a las grandes realidades superiores.
cas son simplemente las olas del ser y del conocimiento Por otra parte, la evidencia empírica ha demostrado
que va atravesando el yo a lo largo del proceso durante el dI" un modo reiterado que, en un determinado momento,
cual desarrolla sus potenciales más elevados. Cada vez que c'l centro de gravedad del yo, por así decirlo, tiende a girar
el yo (el yo proximal) tropieza con un nuevo nivel del ,'JI torno a un determinado nivel básico de conciencia. Esto
Gran Nido de! Ser, comienza identificándose con él y >,Ignifica, por ejemplo, que si hacemos un examen de desa­
consolidándolo; luego se desidentifica de él (lo trascien­ lIollo del ego a un individuo, el 50% de sus respuestas
de, se despoja de él) y finalmente lo incluye e integra en procederá de un determinado nivel, el 25% del nivel in­
e! nuevo nivelo, dicho en otras palabras, atraviesa un IIll'diatamente inferior y e! resto del nivel inmediatamente
fulcro (o un hito) de su proceso de desarrollo. Son mu­ \llperior, lo cual se explica, desde mi punto de vista, por el
chos los investigadores que han estudiado estos hitos fun­ lI('eho de que cada vez que e! yo se identifica con un nivel
damentales del proceso de desarrollo del yo; por ejemplo: d . conciencia, experimenta literalmente la pérdida de ese
James Mark Baldwin, CIare Graves, Jane Loevinger, John nivel como una amenaza de muerte, porque la vida del yo
Broughton, Erik Erikson, Susanne Cook-Grellter, Don identifica con ese nivel,4 en consecuencia, sólo lo aban­
Beck y Robert Kegan, entre Otros (los cuales están repre­ duna con gran dificultad. De hecho, creo que cada uno de
sentados en las tablas, aunque debo insistir en que estos Ills grandes hitos de! desarrollo del yo se ve envuelto en
estudiosos no están investigando las mismas corrientes, \lna diBcillucha contra la muerte, ya que la desidentifica­
sino simplemente corrientes que fluyen paralelas a través , íc'lIl o trascendencia implica la muerte de ese nivel, lo cual,
del Gran Río y que, en consecuencia, comparten ciertas (' 11 ocasiones, puede llegar a ser muy traumático (véase ta­
similitudes en la naturaleza de la sensación de identidad lIla la; en e! capítulo 8 examinaremos otros hitos o fulcros
proximal). dd desarrollo de! YO).5 La única razón por la cual el yo
Pero decir que e! yo se identifica con una ola concreta termina aceptando la muerte de un determinado nivel es
del Gran Arco Iris del Ser no supone, sin embargo, decir qlle la vida del siguiente resulta todavía más satisfactoria. El
que se halle rígidamente circunscrito a ese nivel porque, I'CI, por tanto, se desidentifica o desincrusta de! presente ni­
muy al contrario, hay ocasiones en las que el yo puede 1'1'1, "muere" a la identidad exclusiva con él y acaba identifi­
hallarse en "todas partes". Dentro de ciertos límites, el yo ,.lndose con (o aceptando a y adentrándose en) el nivel
puede desplazarse por todo el espectro de la conciencia, Ilp ~rior para vivir en él, hasta que la muerte de éste tam­
regresar o descender en la holoarquía del ser y del conoci­ lut-JI termina siendo aceptada. (Recordemos que, según afir­
miento y volver hacia atrás, para consolidar algo y regresar 111,1 la filosofía perenne, cuando se han muerto todas las
de nuevo. Además, el hecho de que, en cada uno de los IIIIH:rtes, e! resultado es Dios, el despertar al que los suBes
distintos estadios de su desarrollo, e! yo pueda acceder a d, nominan Identidad Suprema entre e! yo yel Espíritu.)
los grandes estados naturales de la conciencia (psíquico, El yo proximal, pues, es el navegador de las distintas
sutil, causal y no dual) también supone que puede tener 'Hldas y corrientes de! Gran Río de la Vida, la fuente central
experiencias cumbre momentáneas en cualquiera de los ,I( la identidad, una identidad que va profundizándose y
EL YO 73
72 KEN WILI3ER

ampliándose en la medida en que el yo navega a través de ( :onclusión


las olas egocéntrica, sociocéntrica, mundicéntrica y teo­
céntrica (o de precon a con, postcon y post-postcon), en 1,0 que cada uno de nosotros denomina "yo" (yo proxi­
un despliegue de la identidad que va desde la materia has­ IIla1) es tantO una función constante como una corriente
ta el ello, el ego y Dios. !'volutiva. Con ello quiero decir que el yo cumple con va­
(Advirtamos que, cuando decimos que la identidad se 1i:ls funciones invariables que constituyen su actividad cen­

amplía, pongamos por caso, desde lo egocéntrico hasta lo 11:11, ya que es ellocus de identidad, voluntad, metabolismo,

sociocéntrico y lo mundicéntrico, no estamos queriendo lIavegación, mecanismos de defensa e integración, por


decir que la persona que se halle en el nivel mundicéntrico 1I0mbrar sólo las más importantes. Este yo (y, consecuen­
1 'IIlente, sus funciones) también se despliega siguiendo las
o posconvencional carezca de ego [porque quien se halla
en el nivel mundicéntrico tiene un ego muy maduro], sino "las básicas del Gran Nido del Ser, que examinaremos en
tan sólo que la persona puede asumir una diversidad de \'1 capítulo 8 y que van desde el yo material hasta el yo
perspectivas, que no se halla confinada a su propio ego y (orporal, el yo mental, el alma y el Yo. Resulta especial­
que puede; en consecuencia, establecer juicios morales res­ IIlcnte significativo el hecho de que, en tanto locus de inte­
petuosos y justos independientemente de raza, color, sexo I',r:lción, el yo es el responsable de equilibrar e integrar todos
o credo. Esa persona seguirá actuando en función de sus los niveles, líneas y estados del individuo,
propios intereses cuando sea necesario, pero la esfera de En resumen el yo en tanto es el navegador que debe
sus consideraciones habrá experimentado una gran expan­ ,Irlicular todos los elementos que va encontrando en ese
sión y su interés cada vez tendrá más en cuenta los intere­ ex traordinario viaje que abarca desde el subconsciente hasta
ses de los demás, que se hallarán cada vez más dentro de la 1.1 autoconciencia y, desde ahí a la supraconciencia, una
órbita de su identidad. Véase capítulo 9, sección "Moral".) odisea que pronto veremos más detenidamente.
En tanto navegador central del Gran Nido del Ser, el
yo es ellocus de funciones tan importantes como la identi­
ficación (lo que denomino "yo"), la voluntad (la libertad
de elección dentro de las limitaciones impuestas por el pre­
sente nivel de conciencia) ,6 los mecanismos de defensa (que
se hallan ordenados de un modo jerárquico),? el metabo­
lismo (que convierte los estados en rasgos)8 y, lo más im­
portante, la integración (ya que el yo es el responsable de
eq uili brar e integrar todos los elementos presentes). 9 (Véa­
se nota final para las objeciones budistas al YO).10
4
Las corrientes relacionadas con elyo

' 1v') navega a través de las distintas olas básicas del Gran
"1,, dd Ser gracias a su capacidad para identificarse con
d.1 IJ na de eUas y cabalgada hasta alcanzar cierto grado
j plmitud. Es como si el yo dispusiera de la capacidad de
IllltiFicarse con un determinado nivel de conciencia, do­
,i ll.lrlO y acabar desidentificándose de él (e integrándo­
111. para ascender luego al siguiente nivel, identificarse con
1, .Isí a lo largo de todo un largo proceso que sólo con­
111 >'(' cuando se agota su capacidad evolutiva.
( :ada vez que el centro de gravedad del yo se despla­
1 y cumienza a gravitar en torno a un nuevo nivel de
'I lIh iencia, accede a una nueva perspectiva sobre la vida,

I I que cada uno de los niveles básicos del Gran Nido del
. 1 posee una arquitectura diferente y, en consecuencia,
11,,¡ hilita el acceso a una visión diferente del mundo. Es
1"11 ·!lo que, en cada uno de esos estadios, el yo se ve en
l. "bligación de afrontar nuevos miedos, nuevas necesi­
.r.•elt's , nuevos problemas, nuevos objetivos, nuevas mo­ \
;'

d ti 11 lades de moral. .. y una nueva sensación de identidad,


/.11 (·t as, a las cuales me refiero genéricamente con los
1Il1ll1hres de líneas o corrientes relacionadas con el yo,
l"ilqlJe están estrechamente ligadas al yo y a su extraor­
.111I :J rio viaje a través de las distintas olas del Gran Nido
.1,,1 Ser.
Estoy hablando de las grandes líneas evolutivas (cog­
1111 iva, afectiva, estética, cinestésica, matemática, etcétera)

[75]
76 KEN WILOER
LAS CORRlENTES RElACIONADAS CON EL YO 77

y de sus subconjuntos, las líneas evolutivas 111.1 Freud, Heinz Werner, Edith Jacobson, Harry Stack
con el yo (la línea de las necesidades, de la identidad). IV.IIl, Heinz Hartmann, Rene Spitz, Erich Neumann,
En realidad, la creación de los estadios relacionados I '.Irtl F. Edinger, Clare Graves y Erik Erikson. 2 Entre los
el yo depende parcialmente de la identificación del yo 111 liS posteriores (que también han influido en el desa­
un determinado nivel de conciencia. Así -como lo m , 11, 1 de mi visión), debo citar a Jane Loevinger, John Btoug­
tran las tablas ubicadas al final del libro- cuando el yo 1111, ( )tto Kernberg, Jacques Lacan, Heinz Kohut, Margaret
identifica con la mente convencional (cuando el Ild"r, James Masterson, Robert Kegan y Susanne Cook­
nivel de conciencia del yo es conop tardío), su sensación I1 tllt'r, por citar sólo a unos cuantos.
identidad (a la Loevinger) es la conformista-rol, su sens 1,,1 visión de Erikson es tan amplia que acabó t1·ascen­
ción moral (a la KoehlberiJ comienza a ser convencional 11.10 el estrecho marco del reduccionismo psicoanalíti­
su necesidad básica (a la Maslow) es la pertenencia. Ése C~ 1 11 ,·1 que se originó. Sus "estadios psicosociales", que
tipo de roles, moral y necesidad que se ponen en mardl l,, " ,Ill desde el momento del nacimiento hasta la ado­
cuando el centro de gravedad del yo comienza a gravitar I IlI'ia y la madurez, no sólo despertaron las simpatías del

torno a la mente regla/rol tardía y se identifica exclusi l"h, o en general, también alentaron la obra de muchos
mente con ese nivel de conciencia,l ése es, dicho en ot 1m investigadores. Según su esquema (tabla 4a) -que,
palabras, el aspecto que asume el mundo contemplado d(' " It"I'l() modo, evoca "las siete etapas de la vida de una
de ese nivel concreto del espectro de la conciencia. 1 l ll¡a"- el proceso de desarrollo del ser humano atra­
La mayor parte de esos estadios -como la moral, I .1 .\i 're u ocho grandes etapas (o estadios). Haciéndose
identidad y las necesidades del yo, por ejemplo- se enu 11 ,JI' \lna verdad que comenzó a irrumpir en escena gra­
mera en las tablas 4a-4c, que se refieren a los estadios n:l:1 .1 las investigaciones realizadas por Baldwin y Piaget
cionados más Íntimamente con la identidad del yo (como 1111,1 vt:rdad, por otra parte, explícita en los idealistas ale­
el desarrollo del ego de Loevinger y los estadios psicosocia III'~ que tanto influyeron sobre ellos), cada uno de los
les de Erikson), mientras que las tablas 5a-5c se ocupan J lidios del proceso de desarrollo contempla un mundo
los estadios del desarrollo moral y de las perspectivas rda 11. (t' lIle, un mundo de necesidades, afanes, problemas,
cionadas con el yo, con los distintos paisajes (y visiones d I 11 1111 lOS y patologías distintas. Así pues, Erikson no re­
mundo) a los que accede el yo desde cada uno de los di~ 1111" Jos problemas vitales a los traumas infantiles, sino
tintos niveles de conciencia. Veamos. '" It.lhla de la existencia de seis o siete estadios tanto o
Illlportantes que la infancia. Y si bien es cierto que
1 ''.I.ldios más elevados de su visión no son transperso­
Los estadios del yo (tablas 4a-4c) l. (ya que se refieren más bien a un desarrollo horizon­
00

I ,JI" la personalidad),3 hay que subrayar que no


Conviene comenzar señalando a los investigadores pioneros IlI llIlscriben los eventos significativos al primer año de
de los estadios de desarrollo del yo (que también son los que d l dI" la persona.
más han pesado en la elaboración de mi propia visión): Ja ( llre Graves fue uno de los pioneros, junto a Baldwin,
mes Mark Baldwin, John Dewey, G.H. Mead, C. Coolcy. w"y y Maslow, en adoptar una visión evolutiva y en
7H KEN WII.!lER
LAS CORRIENTES RELAClO NADAS CON El. YO 79

demostrar su aplicación en un amplio rango de qULJ,l<1I..."" " I ollviene recordar aquí que casi todas las visiones de
que van desde el mundo empresarial hasta el campo del 11 - desde la de Abraham Maslow hasta las de Jane
bierno y la educación. Graves esbozó una visión muy hr,er. Roben Kegan y CIare Graves- no se basan en
funda del proceso de desarrollo del ser humano que 1 IIl.uiones, sino en los datos proporcionados por la
investigación posterior no sólo no ha refutado, sino que ' 11',.1 ·i6n. Además, la mayoría de los teóricos de esta­
ido corroborando y perfeccionando con el paso del ,'-u 11 " It,
LJ'
1 '1Il \" he presentado (como Piaget, Loevinger, Maslow y

'1 ,'lo por ejemplo) ha corroborado (como ya señalamos


Lo que propongo, dicho en dos palabras, es que el I " I~O de Piaget) la aplicabilidad de sus modelos en paí­
quismo del ser humano maduro atraviesa un proceso
d,·1 primero, segundo y tercer mundo. El modelo de
desarrollo emergente y en espiral que atraviesa la progr
1\ 1'" por ejemplo, ha sido verificado en cerca de 50 000
siva subordinación de las conductas más rudimentaria
1 IIII . I.~ de todas las partes del mundo sin encontrar gran­
e infraordenadas a nuevas conductas supraordenadas
tiempo que van cambiando los problemas existencial dd\"rencias.5
que le aquejan. Cada uno de los estadios, olas o nivel h ('vidente, por otra parte, que ello no implica que
de existencia sucesivos constituye as! un estado que I I 1 ',quemas nos proporcionen una imagen completa del

persona atraviesa en su camino hacia otros estados d 111' ~II de desarrollo del ser humano. Como ya he dicho,

ser. Cuando el ser humano se desplaza a un determinad • IIIIl"O que nos brindan son instantáneas parciales del
estado de existencia -es decir, cuando el centro de gr , 111 IHo de la Vida y, si no perdemos de vista esa perspec­
vedad del yo gira en torno a un determinado nivel d I .. IlIdos ellos resultan úriles. Con ello no estoy negan­
conciencia-, todo su mundo psicológico -es decir, :iU I , pues, la verosimilitud de otras visiones ni que la
sentimientos, sus motivaciones, su ética, sus valores, su " I ligación posterior no pueda perfeccionarla; lo único
sistema de creencias, su visión acerca de la salud y de 1 1111 .Ifirmo es que cualquier modelo psicológico que no las
enfermedad mental, así como del modo más adecuado
lit , Illya no podrá ser calificado de integral.
de tratarla, sus concepciones y preferencias en torno a 1"
1)on Beck ha seguido aclarando y ampliando la obra
gestión empresarial, la educación, la economía y la teo
IIIP"la[ de Graves. Spiral Dinamics, escrito en colabora­
ría y práctica política- asume también el aspecto pro
pio de ese estado. 4 h UI ~on su colega Christopher Cowan (con quien fundó
1N,lIional Values Center) constituye una soberbia aplica­
Graves esbozó unos siete grandes "niveles u olas de la exis­ 11 '11 (le los principios evotutivos en general (y de los grave-

tencia humana", que van (como muestra la tabla 4c) desd IIIIIS en particular) a un amp}io rango de conflictos

la autista hasta la mágica, la animista, la sociocéntrica/coIJ 1 IIIIlI1"ales y sociales. Lejos de ser meros analistas de diván,
vencional, la individualista y la integrada. Y aunque, conw 11, k y Cowan participaron en los diálogos que contribu­
1

1 101\ a acabar con el apartheid de Sudáfrica y, utilizando


suele ocurrir en el caso de los investigadores occidentales.
tampoco reconociera la existencia de niveles superiores 1" llIismos principios evolutivos, se apresuraron a aplicar
(transpersonales), su contribución al conocimiento de los 1I Illisma estrategia "mente y corazón" al equipo de rugby
dominios prepersonales y personales es muy profunda. ,1, .\11 país que, en 1995, obtuvo la Copa del Mundo. Los
1'"11 'ipios de la Spiral Dymanics se han visto provechosa­
8O KEN WILDER LAS CORRIENTES RELAC IO NADAS CON EL YO 81

mente aplicados al campo de la reestructuración emp lo podrán resolverse al evolucionar al estadio superior y
rial, la actividad municipal, la reorganización de los s I"( ~ólo será posible alcanzar el noble objetivo de la justi­
mas educativos y la eliminación de las tensiones de 11 1 ·.ocial reconociendo y fomentando esa evolución. Ade­
barrios pobres, un éxito que, en mi opinión, se debe :l 111 . ~ . puesto que todos y cada uno de los individuos dispone
claridad -y realidad- del evolucionismo dinámico ,11·11 )otencial de acceder a los mismos "memes", las líneas de
Beck y Cowan en un mundo que se halla perdido en ,. lI~i<'Jll social ya no dependen del color de la piel, la clase
relativismo pluralista. ,,"ómica o el grupo político, sino del tipo dé visión del
El caso de Sudáfrica ilustra perfectamente por qu 1II IIIIllo desde el que esté operando la persona, el grupo, el
noción de niveles evolutivos (cada uno con su propia 1111 1. la tribu, la empresa, el gobierno, el sistema educativo
sión del mundo, sus propios valores y sus propias ti 1.1 Ilación.
dades) no sólo no exacerba las tensiones sociales ( :omo dice Beck: "el foco de atención no se centra tan­
afirman sus críticos), sino que contribuye a reducir 111 11 tipos de personas, como en tipos en las personas". Así
Como evidencia la tabla 4b, la Spiral Dinamics consid 1111110 el color de la piel desaparece de escena y el proble­
que el proceso de desarrollo humano atraviesa unos o 111 1\l' focaliza en los factores sociales subyacentes (valores y
"memes" o estructuras profundas de valor: la instin I !lIll e s del mundo evolutivas) que originan las tensiones
(urobórica), la animísticoltribal (mágico-tifónica), la de h ¡ des. Ese fue, precisamente, el enfoque que contribuyó a
dioses de poder (mágico-mítica), la religioso/absolUl' .1 \.lrlicu1ar el problema del apartheid de Sudáfrica. 6
(mítica), la individualista-logro (racional-egoica), la rela (Al final de este capítulo volveremos a Beck e ilustra­
vista (visión-lógica temprana), la sistemático-integral I l llllS con algunos ejemplos fascinantes, de modo que si
(visión lógica intermedia) y la global-holística (visión­ l.h partes del libro sobre el desarrollo del ser son áridas y
gica tardía). y no se trata tanto de niveles rígidos como lit 11 :letas, cobrarán vida a partir de numerosos ejemplos
olas fluidas, sobrepuestas e interrelacionadas que dan Il .Iplicaciones.)
gar a la compleja dinámica en espiral del proceso de des I.a extraordinaria investigación realizada por Jane Lo­
rrollo de la conciencia. 1I1!'.l'1' se ha centrado fundamentalmente en el desarrollo
El enfoque liberal típico para tratar de eliminar 1. 1 yo (tabla 4a) , ayudándonos a precisar mucho más el
tensiones sociales comienza equiparando los valores y I II II'pO y provocando un auténtico estallido de estudios
go trata de provocar una redistribución equilibrada dl' 11 1.11 ivos. Loevinger descubrió que el desarrollo del yo
recursos (ya se trate de dinero, derechos, bienes o . tl l Il proximal) atraviesa unos diez estadios diferentes,
sin preocuparse siquiera del tema de los valores. El en(¡ II\,IIS nombres mismos ayudan a relatar la historia: autis­
que conservador, por su parte, afirma los propios valore. 1" IInhiótico, impulsivo, autoprotector, conformista, cons­
trata de imponerlos sobre los demás. El enfoque evolutiv l. 1I 1('~conformista, consciente, individualista, autónomo
por el contrario, admite la existencia de valores y visiOl IIlf rgrado. Se trata de una investigación que ha sido re­
del mundo muy diferentes, pero no deja de ver que algu 1'111 .Ida exitosamente en diferentes culturas y que hoy en
nos son más complejos que otros, que muchos de los pr tll l ·.Igue demostrando su validez. Susanne Cook-Greuter
blemas propios de un determinado estadio del desarroll I1 ' . )',!lido refinando y ampliando la investigación empren­
82 KEN WILBE R
LAS CO RRIENTES RELACI O NADAS CON EL YO 83

?ida por Loevinger y ha llegado a establecer su propio Id,/)sofos más visionarios y globales de su tiempo.1 1 Mi­
ImpOrtante modelo del desarrollo {tabla 4c).l I I..lel Washburn, por su parte, nos ha ofrecido una versión
Robert Kegan (tabla 4c) parece ser el teórico evoluri IlIll1ántica muy clara del desarroUo superior que implica
va preferido de todo el mundo (incluyéndome) por su pro IIlI a recuperación de los potenciales perdidos en algún
funda, minuciosa y sensible investigación del desarrollo Illomento del proceso evolutivo y Jane Wade -una de las
evolutivo. Desde mi punto de vista, su enfoque resulta es­ I,.\icólogas evolutivas más competentes de la actualidad­
pecialmente interesante porque dilucida la naturaleza de 1I0S ha ofrecido una excelente visión de conjunto del des-
la inmersión (identificación) y la desinmersión (trascen 1,Iiegue de las ocho grandes olas del desarrollo de la con­
dencia) que marca una de las principales olas del desarro I lencia que abarcan la totalidad del espectro.

110. Sus libros The Evolving Selfy In Over Our Heads ilustran Debo insistir, una v~ más, en que, aunque estas teorías
con suma claridad su visión evolutiva y explican por qu~ IJlllestran la existencia de grandes diferencias en los distin­
Kegan es el favorito de todos. IIIS estadios del desarrollo del yo, también es posible adver­
Juan Pascual-Leone aporta a los estudios evolutivos una 11 r la presencia de muchas similitudes profundas. Los mismos
muy necesaria orientación continental (hermenéutica, fe­ Ilombres usados por los distintos teóricos para referirse a sus
nomenológica y dialéctica) que le ha nevado a articular la r\tadios son sumamente reveladores. En este sentido, los tér­
ob~a de Piaget, Jaspers, Husserl, Scheler, Merleau-Ponty y l/linos utilizados por los teóricos enumerados en las tablas
HeIdegger (que también han contribuido a determinar mi l;l-4c señalan que la conciencia emprende su proceso evolu­
propia visión) en un sistema dinámico y dialéctico muy l¡vo inmersa en un estadio material indiferenciado suma­
poderoso (tablas 3b y 4b).8 IIH.: nte autista. Más tarde, el yo corporal se diferencia del
La importancia de la investigación realizada por John , Ilcorno material y emerge como un yo instintivo e impulsi­
Broughton reside, en mi opinión, en el hecho de esbozar vo que todavía se halla sumergido de un modo mágico y
los estadios evolutivos del yo y de su epistemología (tabla .lI1imista en el entorno y que, en consecuencia, sigue lu­
4a). Continuador de la obra -ya mencionada- de James ! liando por el control egocéntrico del entorno. En la medi­
Mark Baldwin, Broughton no sólo destaca por haber lle­ da en que comienza a emerger la mente conceptual, el yo va
vado a cabo una importante labor de investigación, sino diferenciándose del cuerpo y las capacidades mentales van
varias compensaciones teóricas necesarias a las limitacio­ .,~regándose a las sensoriales previas, saliendo entonces de la
nes de la tradición piagetiana.9 ,'u'bita narcisista de la seguridad yel poder en primera perso­
Como ejemplos de investigadores que prosiguen el lIa y adentrándose en el círculo intersubjetiva del grupo y la
desarrollo del yo hasta los dominios transpersonales he ,.oó edad.
incluido a Rudolph Steiner (tabla 4b), Michael Washburn Con la emergencia de las reglas y de la capacidad de
(4a) , Jenny Wade (4a) y Sean Grof (2a).JO Steiner (1861­ .Iwmir el rol de los demás, la modalidad egocéntrica da
1925) fue un pionero en este campo (vivió durante la "eta­ IlIgar a la sociocéntrica, un pasogue suele comenzar de un
pa germinal" de Fechner, Jung, James) . El fundador de la lI1odo frecuentemente autoritario con los roles conformis­
antro poso fía escribió cerca de doscientos libros sobre casi las y convencionales y las creencias mítico-absolutistas. El
todos los temas concebibles y fue uno de los psicólogos y d<.:sarrollo posterior de la conciencia diferencia al yo de su
84 KEN WILBER LAS CORRIE NT ES RELACIONADAS CON EL YO 85

inmersión en las modalidades sociocéntricas y etnocéntri­ Moral y perspectivas (tablas 5a-5c)


c~ y lo abre a la conciencia formal, universal, mundicén­
tnca y posconvencional, en un extraordinario paso hacia ( :,Ida vez que el centro de gravedad del yo se identifica con
adelante que permite el acceso a modalidades que comien ulla ola básica nueva y superior del Gran Nido del Ser no
zan a ser auténticamente globales. 1\10 accede a una nueva sensación de identidad, sino que
Esta actitud pos convencional se ve profundizada con lillnbién dispone de una visión del mundo, de una moral y
el des~rrollo. posformal que, seg(m afirma la mayor parte de una perspectiva nuevas y más elevadas, muchas de las
deJ~s Investigadores, conduce desde el individualismo re. 'Ilales se enlistan en las tablas 5a-5c.
latlvlsta (en donde la creencia en el pluralismo suele deri. La figura más destacada de este campo es la de Lauren­
var en un aislamiento hiperindividualista) hasta el holismo ,l' Kohlberg (tabla 5a), cuya obra -basada en Baldwin,

~lobal (que va más allá del pluralismo y se adentra en la ("k weyy Piaget- demostró que el desarrollo moral atravie­
mteg.ra~~ón universal), de modo que el yo personal acaba ',.\ unos seis o siete estadios (que van desde lo preconvencio­
convIrtlendose en un yo más auténtico, integrado y autó­ lI.tI hasta lo convencional, lo posconvencional y lo
nomo (al que denomino centauro, un término utilizado posposconvencional). El individuo comienza su proceso de
también por Erikson para referirse a la integración madu­ desarrollo en un nivel amoral y egocéntrico en el que lo
ra que supone la fusión armónica entre la "mente huma­ I nrrecto es "lo que yo quiero", luego pasa a un estadio socio­

na" y el "cuerpo animal". Bien podríamos decir que el 1 'ntrico en e! que lo correcto es "lo que qliiere mi grupo, mi

ce~tauro es el más elevado de los dominios personales, más t ¡,ibu o mi país" y, desde ahí, se adentra en lo posconvencio­
alla de los cuales se adentra ya en las dimensiones propia­ lIal "lo que es válido par,a todas las personas, con indepen­
mente transpersonales) . ,kncia de raza, color o credo". El estadio más elevado de
. En el caso de que la conciencia prosiga su camino evo­ I<ohlberg, al que denomina estadio siete, es e! "espiritual­
lutivo en espiral más allá del centauro, puede estabilizarse universal", un estadio claramente posposconvencional.
en los dominios transpersonales y posposconvencionales Deirdre Kramer (tabla 5a) nos ha ofrecido una visión
(psíquic.o, sutil, causal y no dual) , dominios investigados, de conjunto del proceso de desarrollo de las visiones de!
en OCCIdente, por Johann Fichte, Friedrich Schelling, lIlundo, que van desde lo preformal hasta lo formal, lo
G~org t:Iegel , Arthur Schopenhauer, Henri Bergson, Frie­ pluralista y lo integral. Kitchener y King, por su parte, han
dnch Nietzsche, Carl G. Jung, Martin Heidegger, Edmund l' 'al izado un importante e influyente trabajo en el proceso

Husserl, Gustav Fechner, Henry James Senior, Ralph Wal­ d~ desarrollo del juicio reflexivo (que, como muestra la
do Emerson., Rudolph Steiner, Vladimir Solovyov, Josiah labIa 5a, va desde la representación hasta e! relativismo y
Royce, Annle Besant, Frederic Myers, Nikolai Berdyaev, la síntesis), La obra de William Perry en torno al desarro­
Aldous Huxley, Erich Fromm, Roberto Assagioli, James llo de las perspectivas sociales, que va del estadio rígida­
Mark Baldwin, William James y Abraham MalsOW.1 2 mente dualista hasta el relativistaJ pluralista y termina en
IIll estadio comprometido-sintéticó (5a), ha llamado la

.Ilención de muchos investigadores y es especialmente va­


lorada por los estudiantes universitarios, por cuanto des­
86 KEN WILBER
LAS CORRIENTES RELACIONADAS CON EL YO 87

c.ribe con sun: o detalle el proceso del manejo de la angu , r, es necesario, pero no suficiente, para el desarrollo moral
tia. Los estudIOS de Robert Selman en torno a asumir rol 'IIIL', a su vez es necesario, pero no suficiente, para las ideas
han dilucidado aspectos muy importantes del proceso I ti I'I'ca de la Bondad, 15 todo lo cual subraya una vez más
desarrollo del yo y de sus capacidades intersubjetivas ( :1 'jllI', aunque la mayor parte de las líneas evolutivas indivi­
bla 5~). Carol Gilligan (tabla 5c) ha bosquejado unas j .Illlles experimente un desarrollo holoárquico secuencial,
rarqUlas del desarrollo moral femenino (que van desde J , I proceso global del desarrollo no opera de ese modo..
" h
« /
egOlsmo . asta e1« respeto " yel "respeto universal" ~olr.1
versión del proceso que va de lo egocéntrico ala sociocén
trico y lo mundicéntrico-) que ha tenido un gran eco, ()bjedones
aunque debo señalar que ese eco es, en gran medida, fruto
de una interpretación incorrecta de la visión de Gilligan, I \..~de la perspectiva proporciünada por el relativismo plu­
según la cual el desarrollo jerárquico es típicamente mali­ 1.11 ista, cualquier visión que se apoye en la noción de esta­
culino y la idea de que el proceso de desarrollo de las mu dios -como la de Kohlberg o la de Loevinger, por
jeres no atraviesa estadios jerárquícos se ha convertido en '·,rmplo- es eurocéntrica, sexista y marginalizadüra. No.
un auténtÍco mito cultural. Por su parte, los niveles de ac 111,stante, los resultados de la investigación emprendida hace
ción-investigación de Torber han demostrado ser especial ­ y.1 más de quince años.al respecto han concluido de müdo
mente útiles en el campo del mundo empresarial (tabla IIIcquívoco que, por más importantes que puedan parecer,
5a). La obra de Blanchard-Fields nos brinda una visión I ~as acusaciünes sün infundadas. La visión de lüs estadios

global de la evolución de las perspectivas, que va desde la ,leI desarrollo moral de Kühlberg, por ejemplo, fue desea­
modalidad egocéntrica hasta la múltiple y la integrativa lilicada como antifemini~a, pero en opinión del reputado
(tabla 5a). Las distintas posturas morales de John Rawls Social and Personality Development: "No existe evidencia
también siguen una jerarquía (tabla 5c) y lo mismo ocurre experimental alguna de que la teoría de Kohlberg esté ses­
con los estadios de la bündad descritos pür Cheryl Armün 1,•• lda contra las mujeres". "Tampoco existe evidencia algu­
(tabla 5b) y las estructuras del carácter moral de las que lI:l de que el desarrollo moral de las mujeres sea distinto al
habla Howe (tabla 5C) .l3
.le los hümbres; lo único que ücurre es que, en su caso, el
Todas estas teorías, dicho en otras palabras, coinciden ¡' nfasis parece centrarse más en ocuparse de los demás. De
con la visión de la Gran Cadena del Ser según la cual la hecho, la evidencia parece indicar más bien lo. contrario ya
müral y las visiones del mundo evolucionan universalmente 'Iue, al reflexionar en torno a los dilemas mürales que han
desde lo precünvencional hasta 10 convenciünal y, desde .Itravesado, ambos se refieren a la compasión y a la respon­
ahí, a lo. ~üsconvencional (y lo posposconvencional).1 4 Hay \nbilidad interpersonal con tanta o mayür frecuencia que a
que ma:lzar, no obst.ante, que la investigación sugiere que I.IS cuestiones relacionadas con la ley, la justicia y lüs dere­
las corrIentes evolutivas relacionadas con el yo tienen un dlOS individuales" (en cursivas en el original). Dicho en
c~rácter relativamente independiente. En este sentido, por dos palabras, "la investigación ha refutado una y otra vez
eJemplo., el desarrollo. cognitivo es una condición necesa­ Ilue la teoría de Kohlberg esté cargada de prejuicios en cün­
ria, pero no suficiente, para el desarrollo personal que, a su tra de las mujeres".16
LAS CORRlENTES RELACI O NADAS CO N EL YO 89
88 KEN WILBEIl

¿y qué podríamos decir respecto de la acusación 1111.1 imagen del Gran Río del Ser que, en realidad: existen
que ra investigación de Kohlberg es eurocéntrica, está cul 1II IIIIcrosas corrientes que fluyen de un modo relauvamen­
turalmente sesgada y, en ese sentido, margina a otras cul " independiente a través de las distintas olas básicas y que
turas? "Estudios realizados en México, las Bahamas, Taiwán, 1 111110 evidencia el psicógrafo integral que presentamos en
1 1\ I[guras 2 y 3) los individuos pueden hallarse si~~ltá-
Indonesia, Turquía, Honduras, India, Nigeria y Kenia ..
111 .I mente en diferentes olas en cada una de las dlstll1tas
han llegado a conclusiones similares. Parece, pues, que 1
distintos niveles y estadios del razonamiento moral son 11 1I'rientes del desarrollo; también hay que recordar que la
estructuras 'universales'[ ... ] [y] que la secuencia de los es .I l1 dmica en espiral no incluye los estados de conciencia ni
tadios del desarrollo moral propuestos por Kohlberg es in II~ olas transpersonales más elevadas.'9 En cualquiera de
vana " 17 C omo resume otro .
. bl e. . d or: "1 a revisión
ll1vestlga lito, I,;asos, el terreno que abarca nos ofrece un modelo muy
intercultural de la investigación y de las conclusiones d II l1t'1"eSante y valioso del yo y de su viaje a través de lo que
I I.lre Graves denominaba "las olas de la existencia".
Kohlberg se hallan exentos de todo prejuicio cultural y
Beck y Cowan, fieles al sistema de Graves, se refieren
refleja~ intereses, normas y valores morales relevantes para
I IlIs distintos niveles de la existencia del yo como "me­
cualquier grupo humano. Los datos, además, también pa
\lId', que son, al mismo tiempo, estructuras psicológicas,
recen apoyar la visión evolutiva de este modelo, al tiempo
I lemas de valores y modalidades adaptativas que pueden
que sustentan su no relativismo".18
y este no relativismo se apoya, precisamente, en el • ~ 1!1:esarse de modos muy distintos, desde vis.iones ~el
hecho de que los distintos estadios atraviesan las distintas IJlIlI1do hasta estilos de vestir y formas de gobierno. En
I II'rto modo, los "memes" son los "distintos mundos" de
olas de la Gran Holoarquía no relativista que va desde lo
preconvencional hasta lo convencional y, desde ahí, hasta 'lile dispone el yo a lo largo de su desarrollo a trav.és d.e l~r~a
lo posconvencional y lo posposconvencional. Estas olas flu­ , ',piral de la existencia, impulsados por su propia ~ll1aml­
1 .1 interna y por las condiciones variables de la ~Ida. En
yen por un campo morfogenético y un espacio evolutivo,
cuya amplitud se extiende desde la materia inerte hasta el 1'\Il' sentido, cada "meme" es un h olón, que trasCIende, a
\., vez que incluye, a sus predecesores, con lo cual el desa­
espíritu supraconsciente y que permanece, en cada uno de
los estadios, completamente arraigado en el Espíritu, fun­ IIllllo es, al mismo tiempo, un despliegue. En la figura 4
111' incluido el diagrama utilizado por Graves para ilustrar
damento y esencia de todo el proceso.
,1 desarrollo en forma de nido (lo que nosotroS denomina-
IlIOS holoarquía).
Beck y Cowan utilizan diferentes nombres y colores
La dinámica en espiral: un ejemplo
1'111'3 referirse a los ocho o nueve niveles diferentes de yo y
de las olas de la existencia
1".1 mundo propios de su sistema. Pero no se trata sólo. de
Volvamos de nuevo a la dinámica en espiral para examinar , olladios provisionales del proceso del desarrollo del yo, S1110
con más detenimiento una de las versiones de las distintas dI' capacidades y estrategias de enfrentamiento que,. u.na
\f"/. que emergen, pueden verse activadas por las CO~dIClO­
corrientes que debe atravesar el yo a lo largo de su proceso
IWS vitales adecuadas (las situaciones de emergenCIa y la
de desarrollo. No debemos olvidar que ésta no es más que
9O KEN WILBER
LAS CO RRI EN TES RELACIONADAS CON EL YO 91

relación humana, por ejemplo, pueden estimular los'


Ikige: Arcaico-instintivo. Se trata del nivel de la super­
tintos de supervivencia y las capacidades de relación, vivencia básica, un nivel en el que resultan prioritarios
pectivamente). Además, como dijo Beck: "la Espiral no
el alimento, el agua, el sexo y la seguridad y en el que
simétrica sino muy compleja y está plagada de todo
la supervivencia depende de los hábitos y de los ins­
de conexiones, combinaciones" .20
tintos. Apenas si existe un yo diferenciado y la perpe­
turquesa tuación de la vida requiere de la agrupación en hordas
de supervivencia.
amarillo
Se halla presente en las primeras sociedades humanas,
en los recién nacidos, los ancianos, los últimos esta­
dios de quienes sufren la enfermedad de Alzheimer,
los locos que vagabundean por las calles y [as masas
hambrientas. (Porcentaje aproximado de la población
adulta que se halla en este nivel: 0.1 %. Tasa de poder
que detenta: 0%.)

l. Violeta: Mágico-animístico. Está determinado por el pen­


samiento animista y por una polarización radical entre
el bien yel mal. Los espíritus mágicos pueblan la tierra
ya ellos hay que supeditarse recurriendo a todo tipo ~e
bendiciones, maldiciones y hechiws. Se agrupa en trI­
bus étnicas. El espíritu mora en los ancestros yes el que
cohesiona la tribu. Los vínculos políticos están deter­
minados por el parentesco y el linaje. Parece "holísti­
co", pero en realidad es atomístico ("cada recodo del río
Figura 4. Diagrama de Graves: Holones del desarro!!o creciente tiene su nombre pero el río carece de nombre").
Se halla presente en la maldición tipo vudú, los jura­
Los seis primeros son "niveles de subsistencia" y están mentos de sangre, los rencores, los encantamientos,
marcados por lo que Graves denomina "el pensamiento de los rituales familiares, las creencias y las supersticiones
primer grado". Luego tiene lugar un cambio revoruciona~
mágicas de la etnia. Fuertemente implantado en los
rio en la conciencia que supone la emergencia de los "nive~
asentamientos del tercer mundo, las bandas, los equi­
les de ser" y del "pensamiento de segundo grado". Veamos pos deportivos y las "tribus" (10% de la población,
ahora una breve descripción de las ocho olas, del porcen~ 1% del poder) .
taje aproximado de población del mundo que se halla en
cada una de ellas y de la porción de poder social de la que ,~. Rojo: Dioses de poder. Primera emergencia de un yo
goza. 2J
ajeno a la tribu; poderoso, impulsivo, egocéntrico y
92 KEN WI LBER LAS CORRlENTES RELACIONADAS CON EL YO 93

heroico. Espíritus míticos, dragones, bestias y , ,11il ativas,en el fundamentalismo ~sl~ico, en l~~ "bue­
nas poderosas. Los señores feudales protegen a Sil 11 .1', obras" de los scouts, en el patrIotismo de la mayo­
bordinados a cambio de obediencia y tral 11., moral" (40% de la población y 30% del poder).
Fundamento de los imperios feudales (el pod r
gloria). El mundo se presenta como una selva llcll ,ll.lnja: Logro científico. En esta o1a, e1yo "escapa" de
amenazas y de todo tipo de predadores. Domina 1.1 "mentalidad azul del rebaño" y busca la verdad y ~l
y dominados. El yo hace lo que le place sin jl',lIificado en términos individuales. ~s. un nivel ,h~­
miento ni culpa. I'lll ético-deductivo, experimental~ obJetl:o , ~ecalll~
Se halla presente en el rebelde sin causa, la mentali '11 Y operativo o, lo que es lo mismo, cie~tlfico .. El

fronteriza, los reinos feudales, los héroes épicos. lllllOdo se presenta como una maquinaria racIOnal bien
malvados de las películas de James Bond, los I lIfl,rasada que funciona según leyes nat.urales que pue­

narios, las estrellas del rock, Atila, rey de los huno I .11'11 ser aprendidas, dominadas y malll.pulad~s ~n be­

el señor de las moscas (20 % de la población y 5(YI, IlI'flcio propio. Muy orientada haCia obJetlvos'y
poder). , ~pccialmente en Estados Un.idos, ~acia el benefi.clO
1I1:tl"erial. Las leyes de la cienCia gobiernan la polítlca,
4. Azul: Conformista-regla. La vida tiene un sentido, 1.1 economía y los asuntos humanos. El mundo se pre­
dirección, un objetivo y un orden determinados ('lita como una especie de tablero de ajedrez en el que
un Otro todopoderoso. Este orden impone un cód i d\.'stacan los ganadores. Alianzas comerciale~ y exp~o­
de conducta basado en principios absolutistas y r. (,Ición de los recursos de la Tierra en beneficIO propIO.
acerca de lo que está "bien" y lo que está "mal". hIlldamento de los estados corporativos.
acatamiento de ese código y de esas reglas se ve "l' halla presente en la Ilustración, La rebeli6n delAtlas
compensado, mientras que su violación, por el COI (la novela de Ayn Rand) , Wall Street, la Costa Azul, ~a
trario, tiene repercusiones muy graves y duraderas. liase media emergente de todo el mundo, la in~ustrIa
fundamento de las antiguas naciones. Jerarquías. ( .\ ' la moda y de la cosmética, la búsqueda del trlunf~,
ciales rígidas y paternalistas; sólo hay un modo 1'\ colonialismo, la guerra fría, el materialismo y el h­
rrecto de pensar. Ley y orden, impulsividad controlaJ "cralismo centrado en uno mismo (30% de la pobla­
mediante la culpa, creencias literales y fundamentali l i6n y 50% del poder).

tas y obediencia a una ley impuesta por el Otro. A


menudo asume un aspecto "religioso" (en el sentiJ I V.'rcle: El Ego Sensible. Centrado en la comunidad, en
mítico-pertenencia, motivo por el cual Graves y Be Lt relación entre los seres humanos, en las redes y en l.a
se refieren a él como nivel "santo/absolutista'), au n s 'nsibilidad ecológica. El espíritu humano se halla lI­
que también puede asumir un aspecto secular o ateo bre de la codicia, del dogma y de la división; el respeto
Se halla presente en la América puritana, en la Chin y la atención a los demás reempla~a a la razón fr,ía;
confuciana yen la Inglaterra de Dickens, en los códi respeto por la tierra, Gaia y por la Vida. E.stablec~ Vll1­
gos de honor de la caballería, en las obras buenas y l'ulos y uniones horizontales y es contrano a las Jerar­
94 ICEN WILBER
LAS CO RR IENTES RELAC IO NA DAS C O N EL YO 95
quías. Yo permeable y relacional centrado en I wrarquías como las heterarquías) con lo cual puede
Énfasis en el diálogo y las relaciones. Fundamento " ,, ' llf, por vez primera, el espectro completo del desarro­
las comunidades colectivas (agrupaciones libremen It Illerno y advertir la importancia crucial que tiene cada
elegidas basadas en sentimientos compartidos). 11 111 l. cada "meme" y cada ola para la salud global de todo
de decisiones basada en la conciliación y el canse I 1",)Ceso espiral del desarrollo.
(desventaja: dilación "interminable" del proceso ],j hecho de que el proceso de desarroUo opere "tras­
toma de decisiones). Presta atención a la espiritual IlIlicndo e incluyendo" confiere una importancia extraor­
dad, la armonía y el enriquecimiento del potencial h hll ,lria a cada una de las distintas olas en tanto que
mano. Fuertemente igualitario, antijerárquico, rPlnrr~ll'rw I !I1t·nto constitutivo fundamental de las olas subsecuen­
en valores plurales, en la construcción social de la Además, cada una de ellas se ve activada o reactivada
dad, en la diversidad, el multiculturalismo y la relarivi ti I" ,~puesta a las distintas circunstancias que nos va pre-
zación de los valores, una visión del mundo conocid II l.1ndo la vida. Así, las situaciones de urgencia estimu­
normalmente con el nombre de relativismo pluralis I 11 los impulsos rojos del poder; el caos reactiva el "meme"
Subjetivo y centrado en el pensamiento no lineal; f( 111del orden; la búsqueda de un nuevo trabajo incentiva
menta la cordialidad, la sensibilidad, el respeto yel cuí 1.. illlpulsos naranja del logro y el matrimonio y la rela­
dado por la Tierra y por todos sus habitantes. 1I 11 amistosa pone en movimiento el "meme" verde de la
Se halla presente en la ecología profunda, el posn\( hll llllidad.
dernismo, el idealismo holandés, la terapia de Roger. 1,0 que ninguno de esos "memes" puede hacer, no
el cuidado por 1a salud canadiense, la psicología hu ,,1"l.lnte, es darse cuenta de la existencia del resto de los
manista, la teología de la liberación, el Consejo Mun IIl nnes". En consecuencia, cada uno de los "memes" del
dial de las Iglesias, Greenpeace, los derechos de lu 1'11111(; 1' grado considera que su visión del mundo es la úni­
animales, el ecofeminismo, el postcolonialismo, I 1 .Hlt:cuada y, por tanto, reacciona negativamente cada
Foucault/Derrida, lo políticamente correcto, los ro o II que se siente amenazado. Es por ello que el orden-azul
vimientos en pro de la diversidad, los derechos huma u'nte muy incómodo con la impulsividad roja y con el
nos y la ecopsicología (10% de la población y 15% Ilhlividualismo naranja, que el logro-anaranjado conside­
del poder).
11'1" • el orden azul es cosa de personas muy estrictas y que
11 villculación-verde es para estúpidos. El igualitarismo­
Con la actualización del "meme" verde, la conciencia hu , Ide, por su parte, no admite fácilmente la excelencia, las
mana experimenta un verdadero salto cuántico hacia Ud Il\iflcaciones de valores jerárquicas, las grandes imágenes
pensamiento del segundo grado", un punto al que Ciar 11 1 lI;tda que Plleda parecer autoritario y también por ello
Graves califica de "avance trascendental" que permite "Ile 1I ·Ie reaccionar muy intensamente en contra del azul, el
gar a profundidades de significado anteriormente inson 1I 11.lllja y cualquier nivel posterior al verde.
dables". Dicho en dos palabras, con la emergencia de I Fste estado de cosas empieza a cambiar con la emer­
conciencia del segundo grado, el ser humano puede pen I IIlia del pensamiento del segundo grado, una modali­
sar tanto vertical como horizontalmente (utilizando tantu d,ld plenamente consciente de las fases interiores del
1) (1 KI'.N \'(I11./tER LAS CORRJENTES RELACIONADAS CON EL YO 97

desarrollo que permite distanciarse y tener una nplrC." ..... I~U do facilita la emergencia de entidades pertenecientes a
va más global (aunque no claramente articulada). Por niveles de complejidad cada vez mayor (jerarquía en
el pensamiento del segundo grado reconoce y com f(lrma de nido).
la necesidad de los diversos "memes". Desde la perspec
que yo denomino visión-lógica, la conciencia del segun Ii lI"quesa: Holístico. Sistema holístico universal, hola­
grado no sólo piensa en términos de un solo nivel, si nes/olas de energías integrativas; unifica el sentimien­
que lo hace considerando la espiral global de la ·lst(!IlCI.~ Itl con el conocimiento [centauro]; múltiples niveles
El "meme" verde utiliza la visión-lógica temprana ('lItretejidos en un sistema consciente. Orden univer­
aprehender los muchos y muy distintos sistemas y cont ~al consciente y vivo que no está basado en reglas ex­
tos que existen en las diferentes culturas, pero el pel1lo lemas (azul) ni en lazos grupales (verde). Tanto teórica
m.iento del segundo grado va un paso más allá y comien' 'omo prácticamente, es posible una "gran unificación".
a Integrar los distintos sistemas plurales en espirales y h 1{ay ocasiones en que desencadena la emergencia
loarquías integrales y holísticas (los mismos Beck y COW;J de una nueva espiritualidad que engloba la totalidad de
~onfirma,? que el pensamiento de segundo grado opera 1.:( la existencia. El pensamiento turquesa utiliza todos
holanes ). Estas holoarquías incluyen los niveles ' los niveles de la espiral, advierte la interacción exis­
y exteriores del desarrollo, tanto en sus dimensiones vertil tente entre múltiples niveles y detecta los armónicos,
les como en las horizontales, ofreciéndonos una visión om las fuerzas místicas y los estados de flujo que impreg­
ninivel,r multidimensional ricamente holoárquica. Ilan cualquier organización. (Pensamiento del segun­
EXIsten dos grandes olas del pensamiento del segund do grado : 1% de la población, 5% del poder.)
grado (que se corresponden aproximadamente con nu
tra visión-lógica intermedia y tardía). I I ol1ciencia turquesa propia del segundo grado (que sólo
, II :l lla presente en un 1% de la población y que sólo de­
7. Amarillo: Integrador. La vida se presenta como un c,l h ll 1.\ - en el caso del nivel turquesa- un 0.1 % del po­

leidoscopio de jerarquías [holoarquías], sistemas y fo r " 1 1) eS relativamente rara hoy en día y constituye una
mas naturales cuya prioridad principal es la fIexibilidaJ 1 1111'lItica "vanguardia" de la evolución colectiva del ser hu-
la espontaneidad y la funcionalidad. Las diferencia:. 11I.IItO. Beck y Cowan la ilustran con elementos que van
las pluralidades pueden integrarse naturalmente (.' n .1, ,de la noósfera de Teilhard de Chardin hasta el surgi­
corrientes interdependientes. El igualitarismo pucd 1\III'Il tOy la expansión de la psicología transpersonal, afir­
complementarse, cuando es necesario, con grados n:1 lI ulldo con toda claridad que se halla en marcha un proceso
turales de excelencia. El conocimiento y la compet JI el, .Il:(ualización de "memes" más elevados todavía ...
cia reemplazan al rango, el poder, el estado y el grupu. Pero debemos señalar que la irrupción del pensamien­
El orden mundial prevaleciente es el resultado de 111 11 1dc segundo grado debe vencer la resistencia que le ofre­
existencia de diferentes niveles de realidad ("memes") II ..1 pensamiento del primer grado. De hecho, y como
de las inexorables pautas del movimiento de ascem 1 I 11'1Il0S en el capítulo 13, existe una versión del "meme"

y descenso en la espiral dinámica. El gobierno adecua ' Hit: posmoderno abiertamente pluralista y relativista que
98 KEN WILBER LAS CORRIENTES RELACIO NADAS CO N EL YO 99

se muestra claramente refractario al surgimiento de "IIOS atraviesan en el curso normal de su proceso de desa­
pensamiento más integrador y holoárquico. También 11 ,1110, mientras que aquéllas son tipos de personalidad que
que decir que los estudios evolutivos en general, que d plleden o no hallarse presentes en cualquiera de las fases.
penden del pensamiento del segundo grado, se han vist Ya hemos visto, por ejemplo, que el desarrollo cogni­
normalmente excomulgados de la mayor parte de las un i IIvo atraviesa los estadios sensoriomotor, preoperacional,
versidades, motivo por el cual los investigadores que h " I'nacional concreto y operacional formal en una secuen­
presentado a lo largo de este libro y en las tablas son verd:a ' l.• que, según la evidencia de que disponemos hasta el

deros héroes y heroínas que no han dudado en prosegui 1I1111l1ento, no presenta ninguna excepción (capítulo 1). Por
su trabajo en el más hostil de los medios. Como señalan 11" cualquier psicología que aspire a ser realmente inte­
Graves, Beck y Cowan, sin el pensamiento de segundo gra •..1 deberá incluir esos estadios y otros parecidos. Pero no
do, la humanidad está condenada a seguir siendo víctim plld >mos decir lo mismo respecto de las tipologías hori­
de una enfermedad "autoinmune" en la que los distinto IlIlItales porque, en este caso, se trata simplemente de un
"memes"1 uchan entre Si'por 1a supremacla. ' , hnzo de algunas de las orientaciones posibles que pue­
En cualquier caso, el pensamiento de segundo grad .It n o no encontrarse en cualquiera de los estadios y, en
emerge del sustrato proporcionado por el "meme" verde y, IlI lIsccuencia, su inclusión no depende tanto de la eviden­
en ocasiones, el "meme" naranja,22 ya que la perspectiva plur.a1 l.. 'omo de las preferencias personales. En resumen, no
del "meme" verde posibilita el surgimiento de redes integra IlIdos los individuos encajan necesariamente en una deter­
doras verdaderamente holísticas. Este libro, por tanto, con IlIillada tipología, mientras que todos ellos, sin excepción
atuye una invitación a alcanzar y enriquecer el "meme" vera I ~\lna, atraviesan las distintas olas básicas del proceso de
I ,.lrrollo de la conciencia.
Con ello no estoy diciendo que las tipologías horizon­
Tipologías horizontales I des sean innecesarias porque, muy al contrario, suelen ser
h,l' lame útiles para diversos propósitos. El eneagrama, por
Digamos, para terminar, unas pocas palabras en torno l' IlIplo, es un sistema muy sofisticado que clasifica a las
"las tipologías horizontales", como la junguiana, el ene JII IMInas en nueve personalidades básicas distintas (el re­
agrama, la tipología de Myers-Briggs, que en su mayo 1IJIIIlador, el auxiliador, el motivador, el individualista, el
parte, no representan tanto niveles, fases u olas vertical (IIv('"a gador, el legal, el entusiasta, ellfder, el pacificador y
del desarrollo, como distintos tipos de orientación a Il I I('(()rmista)Y En este sentido, el modo más adecuado de
que se puede acceder desde cada uno de los distintos niv 111 11 izar este tipo de tipologías consiste en comprender que
les. Hay quienes consideran que estas tipologías resultan 111\ llueve tipos diferentes pueden presentarse en cada uno
muy útiles para el autoconocimiento y para el conocimicllt 1, 1, IS grandes niveles del desarrollo de la conciencia.
de los demás, pero debemos entender que la naturaleza J Si utilizamos, por ejemplo, la dinámica en espiral para
las "tipologías horizontales" es fundamentalmente difercnl 111\ lIiveles verticales y el eneagrama para los horizontales,
de la naturaleza de los niveles "verticales", en d sentido d dl\lJlllldríamos de un tipo 3 del eneagrama (el motivador)
que estos últimos son estadios universales que los indivl 11 ,·1 nivel púrpura, en el nivel rojo, en el nivel azul, en el
100 KEN WIl ,DER
LAS CO RRIENTES RELACIONADAS CON EL YO 101

nivel naranja, o en el nivel verde en cuyo caso


Aunque la espiritualidad de la premodernidad era fun­
nueve tipos en ocho niveles diferentes, ¡una tipologlll 1llC"lltalmente mágica, mítica y prerracional, hubo tam­
setenta y dos tipos de personalidad diferentes! Tal vez I JI yoguis, santos y sabios que lograron acceder a los
ra podamos comenzar a vislumbrar lo que significa u t" lIJinios transracionales y transpersonales, es decir, que
psicología auténticamente multidimensional.
11 .~.lJ"(m a abarcar (a su modo) la totalidad del Gran Nido
Éste no es más que un ejemplo de las múltiples 01.1 h1 .1\ -r, que va desde lo subconsciente hasta la autocon­
corrientes -y tipos- que podemos encontrar en el I • lH ia y la supraconciencia. Esas raras almas no sólo evi­
Río de la Vida. Y aunque ninguno de ellos tenga la 1••11 ¡aran una capaCidad para el pensamiento de segundo
palabra, lo cierto es que todos tienen algo importante 1.11 111 (como muestran los modelos del desarrollo que pre­
deCirnos.
111.llilOS en el capítulo 12) , sino que también trascendie­
11\ la mente pensante y se adentraron en los dominios
1I1' 1.tc;onscientes y supramentales y, hablando en términos
Conclusión de la primera parte
Ilwrales, hay que decir que se apoyaron en su cultura.
11' es precisamente el motivo por el cual decimos que ~l
Olas, corrientes y yo. En la primera parte, hemos ,"111 Nido del Ser encarna la sabiduría de la premoderOl­
brevemente los niveles u olas básicas del desarrollo
Illd porque, aun en el caso de que el individuo promedio
la materia hasta el cuerpo, la mente, el alma y el espfri 110 llegue a despertar en esos niveles, todas las personas
las líneas individuales o corrientes del desarrollo (las 1111' ( ,~ tén dispuestas a emprender un camino de sabiduría,
de la cognición, el desarrollo moral, la identidad, las 111 1('1 ación o iluminación, .disponen de la posibilidad de
nes del mundo, los valores) yel yo que las navega. Tam 1 1 I'Jer a esos potenciales superiores. Así pues, la premo­
bién hemos señalado la importancia del proceso d .Irlllidad reconoció los dominios superiores, transperso­
"trascender e incluir" y, por tanto, la importanCia de rcn " 11 k.~ y espirituales, mientras que la modernidad, por su
nocer y englobar todas y cada una de las olas y corrien l Ihllll", los negó.
del Gran Nido del Ser.
,;Qué fue lo que ocurrió? ¿Cómo pudo desaparecer tan
No obstante, cuando consideramos más detenidamc.'n IIlllljlletamente de nuestro escenario colectivo algo que
te los distintos niveles de la concienCia, podemos advcrt 1'"111 tiempo antes se hallaba tan extendido? Se trata de un
que, con muy pocas excepciones, la inmensa mayoría de 1I '" "' t rio semejante al de la extinción de los dinosaurios.
investigadores modernos no sólo no incluyen, sino que, h. determinado momento, la ciencia decretó con toda
muchas ocasiones, ni siquiera reconocen, la existencia de 1 111('Innidad que la realidad de las dimensiones espiritua­
niveles transpersonales superiores. Si echamos un vistazo l. • la idea más difundida durante toda la historia y la pre­
las tablas, que abarcan la totalidad del espectro, nos so 111 Iliria del ser humano no era más que una alucinación
prenderemos de que muchos investigadores moderno., I " h :tiva, una forma de gratificación ilusoria de las necesi­
detengan en el nivel del centauro y la visión-lógica e ign ti "Ic.~ infantiles (Freud), una ideología para oprimir a las
ren, e incluso lleguen a negar, las olas transpersonales y tra 1I 1.1\:JS (Marx) o una proyección de los potenciales del ser
cendentales del desarrollo supraconsciente. 1IIIIII:Ino (Feuerbach). Desde esa perspectiva, la espiritua­
102 KEN WILBER LAS CORRIENTES RELACIONADAS CON EL YO 103

lidad no es más que una ilusión que confundió a la huma­ "\piritualidad, pero no lo es menos que la visión "oficial" y
nidad durante cerca de un millón de años hasta que, hac 1.1 mayor parte de la visión del mundo occidental moder­

unos pocos siglos, la modernidad sometida a la ciencia sen­ ho son las impuestas por el materialismo científico. Mien­
sorial acabó decretando que lo único que existía era la II:lS la modernidad y la ciencia moderna sigan negando la
materia, punto final. Il'alidad de las dimensiones espirituales resultará imposi-
La desolación provocada por la afirmación científica d 1,Ie alcanzar una visión realmente integral de los niveles de
la modernidad es estremecedora. El materialismo científico 'Ilnciencia. Si el término "integral" significa algo, tiene que
se detuvo en el primer estadio del extraordinario camino \,('1' con la integración de todos los logros de la humanidad;

que conduce desde la materia hasta el cuerpo, la mente, el V.~ i la modernidad insiste en desdeñar todo lo que ocurrió
alma y el espíritu, proclamando que el resto de los pasos no ,lIltes de ella, el proyecto integral se hallará condenado al
eran más que combinaciones y permutaciones de la mate­ h.lcaso desde el mismo momento de partida. Tampoco
ria, sin explicar de qué modo la materia pudo ponerse en pi l'rvirá de gran cosa seguir las indicaciones de los románti­
y empezar a escribir poesía. En este sentido, el único princi­ I liS, intentar un regreso al pasado y esforzarnos por «resu­

pio explicativo al que apela la ciencia es el ciego azar y la ¡ liarlo" y «volver a lo real", porque la modernidad trajo

selección natural, como si la unión de dos estúpidos pudiera IlIllsigo sus propias verdades y sus propias visiones pro­
dar como resultado a un Shakespeare. Así fue como se d fllndas -que el ayer, dicho sea de paso, ignoró- que tam­
cretó que el reino sensorio motor era el único real y no tardó IMn deben ser tenidas en cuenta.
mucho tiempo en definirse a la salud mental como la adap­ Si queremos avanzar en el luminoso camino hacia un
tación a esa «realidad" yen desdeñar cualquier otra alterna flfoque realmente integral, debemos honrar las verdades
tiva como si fuera una mera alucinación. 1.lllro de la modernidad como de la premodernidad, al tiem-
El único calificativo que se me ocurre para describir 1'11 que nos despojamos de sus debilidades. Así pues, si
esta catástrofe cultural es el de «aterradora". Porque si la IIf1:llmente encontramos un modo coherente de reconocer
dimensiones espirituales y transpersonales superiores son ¡, Illtegrar las verdades antiguas y las verdades modernas,

potenciales inherentes al cuerpo-mente del ser humano, 1111 l:nfoque integral podría convertirse en algo más que un

ese tipo de represión cultural no podría curar el alma de la lidio pasajero.


maravilla o despojarla de la gracia, como tampoco podrí:a
encubrir el misterio de la trascendencia, del éxtasis y de I
liberación y ocultar el resplandeciente rostro de Dios y de
la Diosa.
Cualquier psicología o cualquier tipo de enfoque qu
aspire a ser auténticamente integral deberá ayudar a curar
la fractura que ha disociado a la modernidad de la premo
dernidad y contribuir a aproximar el espíritu a la materia.
Es cierto que, en el mundo moderno y posmoderno, exi.
te un movimiento que pretende recuperar alguna clase d
Segunda parte
El camino de la premodernidad
a la modernidad

LJ na psicología auténticamente integral debería incluir las


.lilllensiones religiosas o espirituales del ser humano. Los
f J.lndes sistemas espirituales -el cristianismo, d judaís­
IlIll, el Islam, el budismo, el hinduismo, el taoísmo y las

,rligiones indígenas- forman parte del legado de la pre­


1Il0dernidad, con lo cual no quiero decir que no existan o
qlll' no tengan influencia en el mundo moderno, sino tan

(',lo que sus raíces y fundamentos yacen en los tiempos


11I'l:modernos y que, en consecuencia, sus visiones del mun­
do se ajustan a ese periodo histórico. Por su parte, la "mo­
dnnidad" (a partir de la Ilustración occidental) se ha
d('finido claramente como "antirreligiosa", ya que uno de
'; II S principales objetivos concretos fue destruir las "supers­
I tciones" en las que se asentaban las religiones organizadas.

Cualquier psicología integral que aspire a abrazar las


visiones duraderas proporcionadas por la premodernidad
"religiosa" y por la modernidad "científica" deberá recon­
¡iiiar, de algún modo, sus actitudes antagónicas frente al
r'nómeno de la espiritualidad.
En la segunda parte echaremos un vistazo a la gran
1ransición que condujo de la visión premoderna a la visión
moderna del mundo, subrayando sus fortalezas y debili­
dades respectivas, ya que un enfoque integral debería res­
catar sus verdades duraderas al tiempo que despojarse de
~us limitaciones. Creo que no existe otro modo de articu­
lar un enfoque realmente integral, ya que la mayor parte de

[107]
108 KEN W I LBER

los' intentos
" , realizados hasta el momento han adol eCI'do,
mI Oplnton -como trataré de esbozar a continuación
de ~o haber valora?~ adecuadamente las interesantes apo I 5
t~clOnes ,de las tradICIOnes antiguas o de no haber compren
dldo las ImpOrtantes contribuciones de la modernidad, ¿ Qué es la modernidad?
d la tercera parte trataremos de unir todas 1as plez.1
En ' .. I
que e~ cuenta tanto de la premodernidad como de lit
moderntdad, y bosquejaremos el aspecto que podría ten r Algo inaudito
un enfoque pos moderno en la psicología integral.
¿'{ué fue lo que aportó concretamente la modernidad al
olllIldo de lo que carecieran las culturas premodernas? ¿Qué
" lIlvirtió a la modernidad en algo tan sustancialmente di­
fl'r'ente de las culturas y épocas que la precedieron? Por­
'1"C, sea lo que fuere, debe tratarse de un rasgo esencial que
1111 deberá desdeñar ninguna psicología que aspire a ser au­

II nticamente comprehensiva o integral,l

Son muchas las respuestas que se han dado a la pre­


",lIllta "¿qué es la modernidad?" y en su mayor parte son
fl:ll1camente negativas, Se ha dicho que la modernidad ha
"¡puesto la muerte de Dios y de la Diosa, la frivolización
dt la vida, la abolición de las diferencias cualitativas, las
,1 t rocidades del capi talismo, el reemplazo de la calidad por

la cantidad, la pérdida de los valores y de los significados, la


fragmentación de la vida, la angustia existencial, la conta­
lIlinación industrial y la difusión del materialismo, rasgos
'1ue se resumen en la conocida frase de Max Weber "el
desencanto del mundo",
No cabe la menor duda de que todas estas afirmaciones
t'llcierran algo de verdad y, en consecuencia, hay que pres­
tarles la debida atención, pero también es cierto que la mo­
dernidad nos ha proporcionado las democracias liberales,
los ideales de igualdad, libertad y justicia (con independen­
cia de raza, clase, credo o género) ; la física, la biología y la
(luímica moderna; la abolición de la esclavitud, el surgimien­
ro del feminismo y la declaración universal de los derechos

[109]
11 O KEN WILBER
¿QUÉ ES LA MODERNIDAD? 111

humanos; contribuciones bastante más positivas que el I )Igamos, por poner un sólo ejemplo, que en la Edad Me­
"desencanto del mundo".
.11 .1 Galileo tenía la librertad para mirar a través de su tele­
Necesitamos una nueva definición o descripción con J opio y expresar públicamente sus observaciones porque
creta de la modernidad que tenga en cuenta todos esto I .llte, la moral y la ciencia se hallaban fundidas y someti­
factores, tanto los positivos (las democracias liberales) com II.I~ al imperio de la Iglesia, cuya moral dictaba lo que la
los negativos (la pérdida del sentido). Varios eruditos, d I Il'ncia podía o no podía hacer. La Biblia deda (o implica­
de Max Weber a ]ürgen Habermas, han subrayado que el 1..1) que el Sol giraba en torno a la Tierra ... y no había nada
rasgo distintivo de la modernidad se asienta en "la diferen 11l .'I S que hablar.
ciación de las esferas culturales de valor", es decir, la dift Con la diferenciación de las esferas de valor, no obs­
renciación de los dominios propios del arte, la moral y 1 LllI te, Galileo quedó en libertad para poder mirar a través
ciencia. En este sentido, la modernidad propició la dif d,' su telescopio sin miedo a ser acusado de herejía y trai­
renciación de esferas de valor que anteriormente se halla ' 11'111, lo cual emancipó a la ciencia del sometimiento al
ban confundidas y les permitió seguir su camino, utilizar JI sto de las esferas y la dejó en libertad para ocuparse de
sus herramientas y realizar sus descubrimientos, libres de' I l~ verdades. y lo mismo ocurrió con el caso del arte y la
las injerencias e imposiciones del resto de las esferas. Illllral ya que, a partir de entonces, los artistas podían, si
Esta diferenciación permitió que cada ámbito Uevase ¡¡ ,I\ i lo deseaban, dedicarse a pintar temas profanos o inclu­
cabo sus descubrimientos que, adecuadamente utilizados, p .~ acrílegos sin temor al castigo y la teoría moral quedó
condujeron a los resultados "positivos" de la modernidad: Idlre para ocuparse de investigar cuáles eran las condicio­
la democracia, la abolición de la esclavitud, el advenimien IIl'S más adecuadas de una buena vida, estuvieran o no de
to del feminismo y los espectaculares avances realizados en ,11 lIerdo con lo que afir~aba la Biblia.
el campo de la ciencia médica. Pero también posibilitó d Por todas estas rarones -y por algunas más- las di­
hecho de que, inadecuadamente utilizados, degeneraran k renciaciones de la modernidad son también conocidas
fácilmente en los "males" de la modernidad (el imperialis­ ' Ill! el nombre de dignidades de la modernidad, ya que
mo científico, "el desencanto del mundo" y los esquemas 11I Ton parcialmente responsables del advenimiento de las
totalizadores de dominio del mundo).
,I"mocracias liberales, de la abolición de la esclavitud, de
La brillantez de esta definición de la modernidad, en 1.1 aparición del feminismo y de los espectaculares avances
tanto diferenciación de las esferas de valor correspondien­ lI'.dizados en el campo de las ciencias médicas, por nom­
tes al arte, la moral y la ciencia, nos permite vislumbrar 10s 11I';¡r sólo algunas.
cimientos tanto de las buenas como de las malas noticia~ Pero la modernidad también trajo consigo sus propias
que portaron consigo los tiempos modernos y compren ­ "Inalas noticias" porque, en muchos casos, esas esferas de
der, en consecuencia, tanto los esplendores como las mise­ v:dor no se separaron simplemente sino que acabaron di­
rias de la modernidad.
'. C) 'iándose. Fue así como algunas de las extraordinarias
Es cierto que las culturas premodernas también po­ di ferenciaciones de la modernidad se convirtieron en di­
seían arte, moral y ciencia, pero no lo es menos que esas '" Iciación, fragmentación y alienación; fue así como la dig­
esferas tendían a estar relativamente "indiferenciadas". 11 iJad se transformó en desastre y el crecimiento se convirtió
¿QUÉ ES LA MODERNIDAD? 1 13
11 2 KEN WILBER

en cáncer. Y, en la medida en que las esferas de valor .11, cuatro cuadrantes


zaron a disociarse, se abrió la puerta para que una
poderosa y agresiva comenzara a invadir y someter al 1 I~IC un modo muy sencillo, en mi opinión, de com­
"1 1 IlJer el reduccionismo científico y también, en conse­
de las esferas, despojando al arte y la moral de toda
de ración seria en tanto enfoque adecuado de la "realid , il<'llcia, un modo muy sencillo de invertirlo.
Fue así como la ciencia se convirtió en cientificismo Si comparamos los distintos sistemas que hemos enu­
1111 rada en las tablas, advertiremos que, casi sin excep­
materialismo y e! imperialismo científico- que acabó
11111, pueden agruparse en cuatro regiones que representan
virtiéndose en la visión del mundo "oficial" yen e!
prevalente de la modernidad. \ omo evidencia la figura 5- las dimensiones internas
Este materialismo científico no tardó en desdefiar \ , ~Iernas de lo individual y de lo colectivo, de modo que
resto de las esferas porque, en el mejor de los casos, 11 11 litad superior del diagrama es individual, la mitad in­
eran científicas", y acabó decretando la inexistencia del ( . I 1 inr es colectiva, la mitad izquierda es interna (subjeti­
1, conciencia) y la mitad derecha es externa (objetiva y
Nido del Ser.
Según el materialismo científico, e! Gran Nido qw: 111,11 erial),
desde la materia hasta el cuerpo, la mente, el alma y Así pues, e! cuadrante superior-izquierdo representa
espíritu puede reducirse a sistemas materiales; y la ma \,1dimensión interna de lo individual, el aspecto subjetivo
o la materia/energía (ya sea en el cerebro material o en tll' la conciencia, el proceso de desarrollo individual que
procesos de los sistemas materiales) pueden explicar 1" representado con la línea cognitiva que conduce hasta
1.1 visión-lógica. (La figura 5 representa el desarrollo que,
realidad. Después de haber renunciado al alma y al esp
tu -después de haber renunciado, en suma, a la Gr •tlllIcnzando en e! Big Bang, llega hasta la modalidad de
Cadena del Ser, excepto en su escalón inferior- sólo qu •IHlciencia promedio de hoy en día, pero no incluye e!
dó, en su lugar -como afirma el conocido lamento d .barrollo transpersonal del que más adelante hablaremos
, 11 detalle.) El cuadrante superior-izquierdo completo in­
Whitehead- una realidad "aburrida, muda, inodora
incolora, el simple despliegue interminable y absurdo d •IlIye la totalidad del espectro de la conciencia tal y como
lo material", a lo cual añadió "que ha terminado arruina n (' presenta en cualquier individuo, desde las sensaciones
do a la filosofía moderna'. I IIrporales hasta las ideas de la mente, e! alma y e! espíritu
Así fue como el Occidente moderno se convirtió en I v que he representado con e! psicógrafo integral. El len­
f',ll:lje propio de este cuadrante es el lenguaje de! yo, el re­
primera civilización de la historia de la especie humana <}u
1.110 en primera persona de! flujo interno de la conciencia.
osó negar toda realidad substancial al Gran Nido del Ser.
es precisamente ahí donde ahora deseamos reintroducir I \',Il11bién es el hogar de la estética y de la belleza que se
conciencia, el mundo interno, la profundidad, e! espíritu .I\¡cntan en el "yo" de! espectador.
avanzar lentamente hacia una visión más integral.
11 4 KEN WILBE R
¿QUÉ ES LA MODERNIDAD? 11 5

YO ELLO
I presentan estructuras y funciones cerebrales superiores
i~lic~r~~~j~'i~dr:~ Supc:rior derecho
E:ttcrior·individu.:l.l 111( están relacionadas, como luego veremos, con las cog­
(Intencional) (Condllclual)
11 11 IOnes superiores). Los investigadores que estudian este
11 Idrante centran su atención en los mecanismos cerebra­
I en los neurotransmisores y en el procesamiento orgá­
I

111\ 11 que sirve de sustento a la conciencia (neurofisiología,


II'lIcia cognitiva, psiquiatría biológica). El lenguaje pro­
1'10 de este cuadrante es el lenguaje del "ello", el relato en
" 11 cra persona de los datos científicos que tienen lugar en
I organismo individual.
ccosim::mu hetcrótrofos
socicdadc.s con di\lj~jón dd trabajo
Pero el individuo no existe aisladamente: todo ser es
sociedades con división del trabajo
grupos/famil ias
11 11 ser-en-el-mundo; el individuo siempre forma parte de
g.rupo ,/F.un;lw Un colectivo y, en este sentido, existen aspectos "internos"
y ''t:xternos'' de lo colectivo (que hemos ubicado en los
NOSOTROS ELLOS 1!.ldrantes inferior-izquierdo e inferior-derecho, respecti­
Inferior i7.quic:rdo Inferior derecho
lnrcrior-colccl ivo
(Cuhural)
E:tterior·coleclivo
(S.,;,])
.llIIente). El cuadrante inferior-izquierdo representa así el
IlIlcrior de lo colectivo, los valores, significados, visión del
IIlI rndo y ética que comparte un determinado grupo de
Figura 5, Los cuatro cuadrantes lIIdividuos (algo que he resumido en la figura 5 bajo el
I"grafe de visiones del mundo -mágica, mítica y racio­
El cuadrante superior-derecho ilustra los correlar( 11.1/, por ejemplo-, de las que luego hablaremos). El len­
objetivos o externos de los estados internos de la concien 11.lje propio de este cuadrante es el lenguaje del "nosotros",
cia. Baste, por el momento, con señalar la estrecha rel Il cnguaje del yo-tú en segunda persona que se refiere a la
ción entre ambos, sin preocuparnos por la relación exac IOlllprensión mutua, la justicia y la bondad; el modo, en
que existe entre la mente interior y el cerebro objetiv IIlha, en que usted y yo podemos relacionarnos más ade­
Como ilustra la figura 5, las células simples (procariótic l ll:idamente. Éste es el cuadrante cultural.
y eucarióticas) presentan una cierta "irritabilidad", una res Pero la cultura no se encuentra desvinculada en me­
puesta activa a los estímulos; los organismos neuronal diO de la nada ya que, del mismo modo que la conciencia
poseen sensaciones y percepciones; el tallo cerebral de lo IlIdividual está anclada en formas materiales objetivas (el
reptiles posee la capacidad de experimentar impulsos y J I r 'bro), los componentes culturales se hallan encarnados
mostrar una conducta instintiva; el sistema límbico per I 11 formas institucionales materiales externas y sistemas
mite la emergencia de emociones y de sentimientos rud i Ill'jales, que son las instituciones materiales, las formacio­
mentarios, aunque no por ello menos poderosos; el 11 'S geopolíticas y las fuerzas de producción que van desde
neocórtex posibilita la capacidad de elaborar símbolos y 1.1 recolectora, hasta la agraria, la industrial y la informáti­
conceptos, etcétera, etcétera, etcétera (EF 1, EF2 y EF 3 1.1 . Yel hecho de que todos estos sean fenómenos objeti­
¿Qut ES LA MODERNIDAD' 117
11 6 KEN WILBER

vos determina que el lenguaje característico de es! Así fue como la casi totalidad del espectro de la con­
111 i.l-y ciertamente sus niveles superiores (alma y espí­
drante, al igual que ocurre con el lenguaje objetivo i
dual, sea el lenguaje de! "ello". h ll acabaron reducidos a permutaciones y combinaciones
Por otra parte, el hecho de que los cuadrantes sup 111.lreria y cuerpo. Dicho en pocas palabras, todos los "yoes"
Il< ¡sotros" se vieron reducidos a "ellos", meros objetos de
derecho e inferior-derecho sean "ellos" objetivos nos
agruparlos como un solo dominio y por ello, en oca!ii '!llrada científica y, por más lejos que mirásemos, no
resumo a los cuatro cuadrantes como el "Gran Tres" dd 11 ,,11.1 advertirse nada semejante al Gran Nido de las posi­
el "nosotros" y el "ello": la estética del "yo", la moral Illul:ldes humanas, sino pautas y más pautas de intermi­
"nosotros" y el "ello" de la ciencia; la Belleza, la Bondad " I,ll's procesos de "ellos" objetivos.
Verdad; los relatos en primera persona, los relatos en
da persona y los relatos en tercera persona; el yo, la cullLJ
la naturaleza o e! arte, la moral y la ciencia. 2 IJlldusión: la tarea integral
Los cuatro cuadrantes (o e! Gran Tres) constituYL'"II,
realidad, los fundamentos de la diferenciación modern 1' lIn:c, pues, que la premodernidad poseía, al menos, una
las esferas de valor propias del arte, la moral y la ciencia, ¡ILlja de la que la modernidad careció: el reconocimien­
premodernidad tendió a fundir o a no diferenciar coll 'u ,Id Gran Nido del Ser, un mapa global de los potencia­
suficiente claridad e! Gran Tres y la modernidad los l! \lIperiores del ser humano, pero también albergaba la
I 111 debilidad de no haber diferenciado con la suficiente
ció nítidamente y les abrió la puerta para que siguieran
camino (una diferenciación que forma parte de las digl ' 1¡l ldad las esferas de valor. propias de cada uno de los ni-
t les del Gran Nido. y éstas fueron las carencias que impi­
des de la modernidad). y, al permitir que cada dominio
ocupara de sus verdades, también les permitió realizal Ih ron la investigación científica objetiva del espectro global
descubrimientos que, hasta los críticos más acérrimos, \ Ill"rmitieron que las expresiones culturales concretas Y
incidirían conmigo en que son los hitos que produjeron h" ,¡les del Gran Nido se tomaran como universales váli­
paso de la premodernidad a la modernidad. ,¡,,\ L[ue imponían sus obligaciones morales sobre todos
Pero, en muchos casos, la diferenciación moderna \"" individuos. Giordano Bruno pudo haber experimenta­
Gran Tres fue demasiado lejos y acabó en una auténtica di al" ll1uchos de los niveles superiores del Gran Nido del Ser,
ciación. Fue entonces cuando Sll5 dignidades naufragaroll 1" 1L) la indiferenciación de las esferas de valor y el hecho
el desastre y abrieron la puerta para que una ciencia imp ri ,1. '[ue las leyes y costumbres no defendieran las libertades
lista sometiera al resto de los dominios y decretando la inc'x l ,hllividuales posibilitó que la Inquisición acabara quemán­
tencia de cualquier realidad ajena a la suya (cientificism lI ,,1e en la hoguera.
materialismo científico, hombre unidimensional, "de:5enlC:u La modernidad, por su parte, diferenció e! Gran Tres
del mundo") . Abandonada la mente, abandonada el alma ,1, \ ;ll'te, la moral y la ciencia, permitiéndoles seguir su ca­
IlIillO y realizar sus extraordinarios descubrimientos. Pero,
abandonado el espíritu, sólo quedó en pie en medio del h
, 11 la medida en que el Gran Tres se disoció, el colonialis­
rizonte "un asunto aburrido, mudo, inodoro e incoloro,
11111 científico comenzó su agresiva carrera, redujo todos
simple despliegue interminable y absurdo de lo material".
11 8 KEN WILBER

los "yoes " y to dos ios"nosotros" a pau tas de "ellos" ob '


vos ~ despachó de un plumazo a los estadios internos d
concle~c.la, que van desde el cuerpo hasta la mente, el al
y <:1 esplrltu, ~o~,o meras supersticiones. Entonces el
6
NIdo se COnvlftlO en el materialismo científico en lo q
pronto llamaremos "mundo chato" , e1 mun d o' m
La integración entre la premodernidad
en el que todavía nos hallamos inmersos. y la modernidad
. ~uestra tar~~, por tanto, consiste en recuperar las COI
t~lbuclOnes posltlvas de la premodernidad y de la mod
llldad y despojarnos de sus debilidades.
l ) no de nuestros principales objetivos consiste en llegar a
1I \I~grar las verdades permanentes de la psicología y la con­
IU'lIcia que nos han proporcíonado la premodernidad y la
IlIlIdernidad. Ya hemos dicho que la esencia de la visión
I'lI'moderna del mundo se asienta en el Gran Nido del Ser
\' Ilue la esencia de la modernidad radica en la diferencia­
¡ u/m de las esferas de valor correspondientes al arte, la moral
\1 1:1 ciencia. En consecuencia, la integración de la premo­
dC'rnidad con la modernidad supone la integración del Gran
Nido del Ser con las diferenciaciones de la modernidad,
para lo cual será necesario prestar atención tanto a las afir­
lIIaciones fundamentales de la espiritualidad antigua (es
d<.: CÍr, el Gran Nido) como a las afirmaciones esenciales de
1.1 modernidad (es decir, a ¡a diferenciación de las esferas
I k valor) y distinguir los cuatro cuadrantes correspondientes

.1 cada uno de los niveles del Gran Nido tradicional. Así es

lomo podremos asentar unos cimientos lo suficientemen­


I . sólidos sobre los cuales erigir una psicología auténtica­

mente integral.
Esto es precisamente lo que he tratado de mostrar en
la figura 6, que ilustra la diferenciación de los cuatro cua­
d rantes de cada uno de los niveles del Gran Nido. La cÍen­
lia moderna nos ha proporcionado una impresionante
descripción acerca de la evolución y el desarrollo de los
'uadrantes de la Mano Derecha (desde los átomos hasta
las moléculas, las células y los organismos y desde la época

[119]
12 O KEN W!WER
LA INTEG RACI ON ENTRE LA PREMODERN IDAD y LA MO DERNIDAD 121

recolectora hasta la agraria, la industrial y la informáril ,l) 111' Iliveles de todos los cuadrantes. Obviamente, la psico­
en la exposición que hemos realizado hasta el monH.'n Il'l'.Ia integral se centra en el cuadrante superior-izquierdo,
también hemos dado varios ejemplos de la evolución y 1" 10 cualquier enfoque integral debe tener en cuenta este
desarrollo de los cuadrantes interiores (las olas, las corri I I 1I.ldrante y ubicarlo en el contexto de todos los demás,
tes, las visiones del mundo, las morales).
111\lporcionándonos así una visión "omninivel y omnicua­
Pero, a diferencia de la modernidad, nosotros aspil 1J..!llte" que se vio negada por la premodernidad (que, si
mos a abordar los cuatro cuadrantes de todos los nivel 1'H'll era omninivel, no era omnicuadrante) y por la mo­
que incluyan los niveles superiores, desde el cuerpo ha. r d. Illidad (que, si bien era omnicuadrante, no era omnini­
la mente el alma y el espíritu y, a diferencia de la pren\( .1), dos lamentables carencias que merecen una
dernidad, no nos conformamos con fusionarlos indis r , IIl1sideración más detenida.
minadamente.

1.0 mejor de la premodernidad: omninivel

YO
I .1 Gran Cadena tradicional se ocupaba casi exclusivamente
inrencional ELLt) .1,,1cuadrante superior-izquierdo, del espectro de concien­
(subjerivo)
, 1.1 tal y como aparece en el ser humano individual, desde
1·1 (;uerpo hasta la mente, el alma y el espíritu y, aunque
1.lInbién se refería a las esferas ontológicas o niveles de la
1,·.t1idad, no llegó a diferenciarlas con claridad -al menos
.1 I)ran escala- en los cuatro cuadrantes. Así pues, tenía

¡toca o ninguna comprensión de la relación entre la con­


, lcocia y los estados cerebrales, la neurofisiología y los neu­
lotransmisores que, si bien no pueden reducirse a estados
NOSOTROS , Tebrales, tampoco los "trascienden". La Gran Cadena
clIl<ural ELLOS
(inre rslIbjerivo) social 1.1l11pOCO comprehdía el peso que tiene el contexto cultu­
(inrcrobjclivu¡
..Ji en que se halla inmersa una persona a la hora de deter­
lIIinar su visión del mundo y su experiencia concreta del
t'spectro de la conciencia. Había muy poca o ninguna com­
Figura 6. El Gran Nido y los cuatro cuadrantes prensión de la poderosa influencia que ejercen las modali­
dades materiales de producción -recolectora, hortfcola,
La tarea, pues, a la que deberá enfrentarse cualquier .Igraria, industrial o informática- en la configuración de
psicología auténticamente integral, en tanto subconjunto 1.1 conciencia del individuo y de su importancia en cues­
de los estudios integrales, consiste en coordinar e integra,. Ilones que van desde el género hasta la tasa de suicidios y
los descubrimientos realizados por la investigación en todos Ins hábitos alimentarios.
122 KEN Wn.BER
lA INT EGRACiÓN ENTRE LA PREMODERNIDAD y LA MO DERNIDAD 123

La Gran Cadena tradicional, en suma, se centraba .!\'!la tradicional acababa simplemente menosprecian­
damentalmente en el cuadrante superior-izquierdo e i
1" y hasta rechazando al mundo.
raba casi por completo los detalles diferenciados del
Además, cuando la ciencia moderna descubrió algu-
de los cuadrantes, desde los estados cerebrales obje II I ~ de las profundas relaciones existentes entre la "con­
hasta los Contextos culturales intersubjetivos y las t-.. . . _ . . .
Ir ll 'Ía trascendente" y el "cerebro material", la Gran
sociales interobjetivas. Se trataba de un sistema
.hlena tradicional recibió un golpe colosal del que toda­
talmente estático, que no llegaba a diferenciar con la,
1,1 110 se ha recuperado. Porque si la "conciencia ultra-
ciente claridad la pluralidad de Contextos culturales y IH llndana" está ligada a los "organismos intramundanos",
posterior integración en sistemas evolutivos globales, IIn 110 podrían ser, en tal caso, las llamadas realidades metafí­
comprensión que, como veremos en el capítulo 12, requ h ,I.~, aspectos de este mundo? ¿Para qué necesitamos en­
ría tanto de la modernidad como de la posmodernida I I 1IIIILes las realidades "espirituales"? ¿No se halla, acaso, tod?
Es cierto que Plotino pudo haberse desarrollado personal
p ll'~ ente aquí mismo, presto a ser visto con nuestros sentl­
mente hasta alcanzar los niveles superiores de la Gran C
",,~ y sus extensiones científicas? ¿No es, desde esa pers­
dena, pero también lo es que difícilmente pudo hah I'('diva, la creencia en las realidades espirituales el.modo
llegado a comprender las relaciones concretas que manri
11 que los hombres y mujeres proyectan sus potenCiales y,
ne el cuadrante superior-izquierdo con todos los dem¡fJ
Ir t:se modo, se alienan de sí mismos? ¿No es, acaso, la
por la sencilla razón de que todavía no se habían difercn
Il ligión el opio del pueblo?
ciado. En este sentido, por ejemplo, los filósofos perenn
La fortaleza, en suma, de la Gran Cadena radicaba en
se limitaban a ubicar al cuadrante superior-derecho (elor
'111' era omninivel y aceptaba todos los niveles, desde la
ganismo material) en el escalón más bajo de la Gran Cad e
lII.lteria hasta el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu pero,
na (materia), sin comprender siq uiera los correlatos externo
1.lIucntablemente, no era omnicuadrante y, en consecuen­
e internos -no sólo superiores e inferiores- de las fo r I I.l, no se hallaba en condiciones de hacer frente a la mo­
mas materiales. Desde la perspectiva tradicional, todos lo
.lnnidad. Y ésa fue una de las primeras grandes heridas del
niveles que se hallan por encima de la materia la "trascien IIllIndo moderno.
den" y están más allá de ella, en una suerte de cielo o esta
do no terrenal, lo que confería a la Gran Cadena su talanre
tan típicamente "ultramundano". En lugar de darse cuent:1
1.0 mejor de la modernidad: omnicuadrante
de que la evolución de la conciencia implica un aumento en
la cualidad interna de la conciencia y en la complejidad Ya hemos dicho que la aparición de la modernidad trajo
externa de la materia (el cerebro posee más conexiones
I ol1sigo buenas y malas noticias. Las Duenas fueron que la
ne~rales que estrellas el universo, ya que el pedazo de ma. modernidad consiguió, por primera vez en la historia de
tena más complejo del universo está relacionado con el
1.\ humanidad, diferenciar los cuatro cuadrantes (el Gran
nivel de conciencia más elevado del Kosmos) -en lugar
'Il'es del arte, la moral y conciencia).
de comprender, en suma, que el espíritu no se encuentra
y con ello quiero decir que diferenciación entre el "yo"
en la cúspide de la naturaleza sino en su interior~ la Gran
y el "nosotros" liberó al individuo del sometimiento al "no­
12 4 KEN WILBER
LA INTEGRACION ENTRE L\ PREM O DERNIOAD y LA MODERNIDAD 125

sotros" (la Iglesia, el Estado y la monarquía, la mentalida Ins sentidos o sus extensiones, pueden ser cuantificados y
en suma , de rebaño) y se vio acompañada de la proclalll IIlcdidos, ya que todos ellos son candidatos ideales al méto­
ción universal de los derechos humanos que abrió las puer do científico y a la investigación empírica controlada y ob­
tas a los movimientos de liberación desde la abolición d IVI iva. Yeso fue, precisamente, lo que hizo la Ilustración .
la esclavitud hasta el surgimiento dd feminismo. La di r Pero los desastres de ese enfoque también son eviden­
renciación entre el "yo" y el "ello" liberó al individuo dd II"S, porque resulta muy fácil pasar de la afirmación de que
sometimiento a la realidad objetiva y, entre otras much Illdos los estados interiores tienen correlatos exteriores
cosas, liberó al arte de la representación. La diferenciación Ilhjetivos y materiales a afirmar que los estados inter.nos
entre el "nosotros" yel "yo" supuso que la investigación J 110 son sino objetos materiales. Así, en su comprensible
la verdad objetiva realizada por la ciencia dejara de hallar!> I do por descubrir la relación entre la realidades "metafísi­
sujeta al dictado de la Iglesia y del Estado, lo que contribu I :l~" ultramundanas y las realidades "empíricas" intramun­
yó a los asombrosos descubrimientos realizados en el cam .lanas (una pretensión legítima puesto que, como ilustra la
po de la física, la medicina, la biología y la tecnología que, JI ligura 5, codos los eventos de la Mano Izquier~a tienen
cabo de unos siglos, lograron, entre otras cosas, prolongar .dgún correlato en la Mano Derecha), la moderl11dad aca­
varias décadas la vida del ser humano. Qué duda cabe J hó reduciendo inadvertidamente toda interioridad a algo
que la diferenciación de las tres esferas devalar permitió qu exterior (un auténtico desastre). Así fue como las verdades
cada una de ellas realizara avances colosales anteriormenl t' objetivas (la introspección, el arte, la conciencia y la belle­
impensables. Por ello decimos que la virtud fundamental J . 1,;1) y las verdades intersubjetivas (la moral, la justicia y los
la modernidad radica en su visión omnicuadrante.
vJlores sustantivos) acabaron literalmente colapsándose en
Pero también es cierto que, casi desde el mismo co materia. Entonces la gran pesadilla del materialismo cientí­
mienzo, los filósofos de la Ilustración se hallaban, de una u fico -una pesadilla a la que yo denomino "mundo cha-
otra forma, comprometidos con la visión empírico-cientl 1'0" - se cirnió sobre nosotros (Whitehead), la pesadilla del
fica ya fuera el sensorialismo, el empirismo, el naturali.\ hombre unidimensional (Marcuse), el universo descualifi­
mo, el realismo o el materialismo. y la verdad es que existell cado (Mumford), la colonización del arte y la moral por la
buenas razones para ello. Si observamos la figura 5, adver ciencia (Habermas) yel desencanto del mundo (Weber).
tiremos que las realidades de la Mano Izquierda tienell
correlatos en la Mano Derecha (Jos sentimientos están li .
gados, por ejemplo, al sistema límbico objetivo yal neocór El mundo chato
tex, respectivamente). Es por ello que, en lugar de investigar
los dominios internos -que, después de codo, son muy El mundo chato es simplemente la creencia de que la úni­
resbaladizos~ la ciencia centró su atención en el mundo 'a realidad es el mundo de la Mano Derecha, el mundo de
empírico de la Mano Derecha, de las realidades sensorio la materia/energía investigada empíricamente por los sen­
moco ras, desde los objetos materiales a las instituciont.s tidos humanos y sus extensiones (telescopios, microsco­
sociales y los estados cerebrales concretos, porque codos pios, placas fotográficas) que acaba reduciendo y tratando
ellos poseen localizaciones simples y pueden ser vistos COll de explicar codo en términos objetivo-externos.
U\ INTEGRACION ENTRE LA PREMODERNlDAD y LA MODERNIDAD 127
126 KEN WILBER

1.. dominios de la conciencia, de la cultura, de la estética,


y este mundo chato asume dos formas diferentc.~
,11 la moral y tenerlas en cuenta en sus propios términos.
reduccionismo sutil y el burdo. El primero reduce '
1,1\ distintas versiones de la teoría sistémica dinámica sólo
las interioridades de la Mano Izquierda al cuadrante
1111 hablan del cuadrante inferior-derecho y lo que necesi­
rior-derecho, es decir, reduce todo "yo" y todo
IIII )OS ahora es respetar los cuatro cuadrantes sin privile­
a sistemas de "ellos" interrelacionados (la teoría sistémi
es su ejemplo más ilustrativo); mientras que el segund 1,11' ninguno de ellos.
Todavía es demasiado habitual escuchar afirmaciones
~or su parte, va todavía más allá y acaba reduciendo tod
slstema material a átomos materiales. d 1tipo:
Contrariamente a lo que han dicho los escritores r
Recientemente, el ecologista c.s. Holding ha estudiado
mánticos más conocidos, los pensadores de la Ilustraci6 el conflicto entre "dos ramas de la ciencia" y la confusión
no eran tanto reduccionistas burdos como reduccionist que genera entre los políticos y el público en general.
sutiles que sostenían una visión sistémica y creían ~com Una de e'llas es la corriente experimental, reduccionista
han demostrado Arthur Lovejoy y Charles Taylor, entr y muy compartimentalizada en disciplinas claramente
otros- en el "gran Sistema Universal" de la naturaleza ( separadas que conocemos como el ideal científico y se
es que alguna vez existió tal cosa) que sólo admite las re: evidencia en disciplinas como la biología molecular y la
lidades de la Mano Derecha. 2 El "crimen de la Ilustración" ingeniería genética. Menos familiar resulta la corriente
no, fu~, pues, el reduccionismo burdo (aunque desde D interdisciplinaria, interactiva, histórica, analítica, com­
mocnto de Abdera ha habido mucho de ello), sino el re parativa y relativamente experimental que se halla ilus­
duccionismo suril que acabó destripando las interioridade trada por disciplinas como la biología evolutiva y los
enfoques sistémicos a las poblaciones, los ecosistemas,
y exponiéndolas al sol abrasador del materialismo científi
los paisajes y los sistemas globales. La primera es una
co y del holismo exterior, reduciendo así todos los "yoes" y
ciencia de partes, la otra una ciencia de integración de
todos los "nosotros" a sistemas de "ellos". Como señalar.¡
Foucault, los hombres y mujeres nunca fueron considera­ las partes.
dos (.'suj,~tos de comunicación sino meros objetos de infol'
maClón . Y, cuando se aplicó el reduccionismo sutil a las
1"ro lo cierto es que ambas son ciencias del mundo chato.
dimensiones internas como el alma y el espíritu, éstas no Con todo ello no estoy afirmando que la teoría sisté­
tardaron en desaparecer de la vista.
IIlica carezca de importancia, sino tan sólo que es cierta
Por ello quienes aducen que el crimen fundamental
JI 'ro parcial y que, al ser parcial, no es realmente holística,
de la Ilustración fue el reduccionismo burdo y el atomis­ '1 ue sólo se centra en un holismo exteriorlobjetivista que
mo y tratan de curar al mundo chato de Occidente con el
IH.:cesita desesperadamente ser complementado con el alma
bálsamo de la teoría sistémica, no se dan cuenta de que
p:lra ser realmente completo y debe, por tanto, respetar las
ésta adolece de la misma enfermedad que pretende curar.
dimensiones internas tal y como nos las presentan sus
La teoría sistémica sólo nos ofrece "ellos" holísticos elll!­
métodOS expresadas en sus términos. Así pues, nuestra
gar de "ellos" atomísticos y ambas, por tanto, necesitan
húsqueda de un holismo realmente integral, que incluya
recuperar los dominios internos del "yo" y del "nosotros",
LA INT EGRAClON ENTRE LA PRLMODERNIDAD y LA MODERNIDAD 129
I .' H "1 N WII.IIII(

tanto el holismo interno del "yo" y del "nosotros" co nllclusión


externo de! "ello" y de los "ellos"), pasa por honrar los
tro cuadrantes sin privilegiar ninguno de ellos ni ca
( 11Ié es, ues, lo que necesitamos? Necesitamos recupe~ar
ningún tipo de reduccionismo, burdo ni sutil. 1\: verdades duraderas de las tradiciones perenne.s ~el ~Ia~
t Ido del Ser) y articularlas con las buenas notiCiaS e
La modernidad, en suma, consiguió diferenciar
, 'dad (con la diferenciación de las esferas de valo r),
mente las esferas de valor culturales (los cuatro lIt') J.e rnl d' . -su b -
de modo que, en e! mejor de los casos, sea om l'Il'llal significa diferenciar las cuatro Imen~~o~es bje­
una contribución por la que debemos estarle pr-prnr..".~" . l' liva (o intencional), objetiva (o co~ductua , !l1tersu
cada
IIV:] (o cultural) e interobjetiva (o sOClal)- de todos y
agradecidos. Pero, en lugar de llegar a una integración,
. 1 de la Gran Cadena y rescatar -como
modernidad permitió que la importante y necesaria di 11110 d e 1os 11lve es . r fj mas en la 7)- sus
renciación diera como resultado una innecesaria y paenl lI~erimos en la figura 6 (y slmp I !Cad 1 . . hasta la
110 ias verdades independientes, des e a :Iencla .
gica disociación, fragmentando así al arte, la moral y
I ,p. 1 1 De ese modo recuperanamos lo mejor
ciencia y permitiendo que una ciencia agresiva acabo ( ~ Il'tICa
. y a mora. . ' 1 me .or de
colonizando e imponiendo su criterio sobre e! resto de I .la sabiduría antigua y lo ll1tegranamos con o J
, I1 l' . po caer en
1\ \ sabiduría moderna evitando, a mismo tlem ,
esferas, hasta e! punto de decretar que la única
oficial" eran las verdades de la ciencia, es decir, las verd
des de la materia. Así fue como los dominios internos sub
jetivos -que incluían el Gran Nido de! Ser y todos sU
niveles, desde e! cuerpo hasta la mente, el alma y e! esp{ri
YO
tu- se vieron reducidos a sus correlatos sensoriomotorC' • Belleza
(verdad subjetiva)
es decir, fueron asesinados. Pasados así por e! tamiz de I
mirada monológica y condenados a la locura monocroma.
todos los estados subjetivos internos -desde e! sentimiento ELLO
Verdad
hasta la intuición, los estados de conciencia y la ilumina (verdad objetiva)
ció n supraconsciente- se vieron relegados a meros epife
nómenos, en e! mejor de los casos, o alucinaciones, en I
peor de ellos, y e! mundo moderno acabó afincándose en
los terrenos recién conquistados, dando forma a una vida NOSOTROS
Bondad
de polvo y suciedad, sombras y superficies, hechos cientí­ (verdad iruersubjetiva)
ficos y apariencias despojadas de todo valor.

Figura 7 . Niveles de la Bondad, la Verdad y la Belleza


13 O KEN WILBER

l~~ miserias de la premodernidad (su falta de


~I~n,( de plurali~mo y de contextualismo) y de la moderoi
a su catas~rofic? colapso en el mundo chato). 3
dEse matnmonlO nos permitiría avanzar hacia la esplen
7
. orosa promesa de una posmodernidad constructiva gu
Pioneros importantes de la modernidad
mtegre el arte, la moral y la ciencia en cada uno de 1 .
les d 1 d·· os mv
e extraor mano espectro de conciencia que va desde J
cuer~o fasta la mente, el alma y el espíritu, una integración Introducción a un enfoque integral
que mc uya lo mejor de la premodernl·dad ( . . 1) 1
. d . ommmve , o
mejor e la. modernIdad (omnicuadrante) y lo me·or d I
posmodermdad (qu . . J e C ualquier visión integral del Kosmos debería ser lo sufi­
.. , ,, ~, ~omo veremos, ImplIca Su integración) cientemente libre como para investigar los principales ni­
en u~a VlSlon omnmlvel y omnicuadrante".
veles y líneas de todos los cuadrantes, sin tratar de reducir
a ese modelo integral debemos prestar atención.
injustificadamente cualquiera de ellos a los demás
Si prestamos atención a la figura 5, advertiremos que
todas las entidades (u holones) de los cuadrantes de la Mano
Derecha poseen localización simple y que, en consecuen­
cia, es posible ver las rocas, las aldeas, los organismos, los
ecosistemas, los planetas, con los sentidos o sus extensio­
nes. Pero no es posible ver ninguno de los holones de los
cuadrantes de la Mano Derecha porque ninguno de ellos
posee localización simple; resulta imposible ver los senti­
mientos, los conceptos, los estados de conciencia, las ilu­
minaciones interiores, los valores culturales, porque nada
de ello existe en el espacio físico y sensoriomotor del mun­
do, sino en el espacio emocional, en el conceptual, en el
espiritual, en el de la comprensión mutua, de los valores y
de los significados compartidos. Y, aunque todos ellos po­
sean correlatos en el mund() físico objetivo , no pueden ser
reducidos a ellos sin verse destruidos.
Los correlatos físicos de ta conciencia subjetiva indivi­
dual (los correlatos de las olas, las corrientes y los estados
de conciencia) -desde las pautas de onda cerebral hasta
los neurotransmisores- existen en el espacio sensoriomo­
tor y, en consecuencia, pueden ser organizados en jerar­
quías que subrayen la cantidad o el tamaño (los organismos

[131]
132 KEN WILllER

PIONEROS IMPO RTANTES DE LA MODERNIDA D 133


son más grandes que las células que, a su vez, son m:ú
grandes que las moléculas que, a su vez, son más grande. mbjetivos, que van desde el cuerpo hasta la ~e~te, el ~lma
que los átomos). Pero las jerarquías de la Mano Derech. y el espíritu, aunque en todos ellos tengan dIstintos tiFOS

no son jerarquías de valor -las células no son mejores qu(.' dt: correlatos subjetivos que pueden (y deben) ser conSIde­
las moléculas ni los átomos mejores que los quarks-, sino rados desde la perspectiva del lenguaje científico en terce­
tan sólo de tamaño. Los correlatos internos y subjetivos de:' ra persona de! "ello".
la Mano Izquierda existen en espacios internos que se des­ La figura 8 nos muestra algunas de est~s importantes
pliegan en jerarquías de cualidad (la compasión es mejor 'orrelaciones. Las olas interiores de la totalidad de! .es~ec­
-en el sentido de que posee mayor profundidad moral y lro de conciencia individual-desde el cuerpo (sentimIen­
es más respetuoso Con los demás- que el asesinato, el amor tos) hasta la mente (ideas), el alma (luminosidad) y e!
es mejor que el odio y posconvencional es mejor que con­ espíritu (que todo lo impregna)- se h~lan enumeradas
vencional que, a su vez, es mejor que preconvencional). en el cuadrante superior-izquierdo que, dicho sea de paso,
110 puede ser reducido a dimensiones m~teriales porque, a
El enfoque integral nos permitiría, pues, cartografiar
los correlatos externos de los estados internos sin reducir diferencia de lo que ocurre con la matena, carece de ~oca­
unos a otros. Después de todo, la compasión puede ser lización simple. No obstante, los sentimientos, las Ideas
moralmente mejor que el odio, pero la serotonina no es mentales y las iluminaciones espirituales. poseen co:relatos
mejor que la dopamina y, si pretendemos traducir la con­ físicos que pueden ser registrados y medidos recurnendo a
ciencia a los neurotransmisores, acabaremos despojándo­ diversos instrumentos científicos, como el EEG [electroen­
nos de todos los valores y de todos los significados o, dicho cefalógrafo], el análisis de sangre, el escáner TEP, [t?mo­
en otras palabras, caeremos en el mundo chato, un mundo en grafía de emisión de positrones] y la respuesta galvamca de
el que los sentidos y significados de la Mano Izquierda la piel, correlatos físicos que se hallan representados en la
acaban colapsándose en hechos carentes de valor y en su­ figura porlas líneas punteadas de los cuadrantes de la Mano
perficies absurdas, "un asunto aburrido, mudo, inodoro e Derecha. l .

incoloro, el simple despliegue interminable y absurdo de Así, por ejemplo, ciertos impulsos conduct~ale~ arCai­
lo material". cos poseen correlatos en el tallo cerebral del ~eptd; dlve~sos
El enfoque integral, pues, no pretende reducir los estados y sentimientos emocionales se corr~laclOnan con ~Ier­
"yoes" y "nosotros" a sistemas de "ellos" interrelacionados, tos estados de excitación del sistema límblCo; el pensamien­
porque no pretende caer en e! reduccionismo sutil ni re­ to conc'eptual presenta cierta actividad en el neocór~ex
ducir el holismo interior a holismo exterior (sino incluir a frontal; los estados meditativos muestran no~ables cambIOS
ambos). No se trata, pues, de reducir el arte, la belleza, la en las pautas de onda cerebral :(co~o, .por eJem'pl~,. ondas
moral y la conciencia a un sistema chato de procesos, bits, theta de alta amplitud, sincromzaclOn tnterhemIsfenca, et­
neurotransmisores, red-de-la-vida o cualquier otro siste­ cétera).2 Los sentimientos corporales, las i.deas m~ntales y
ma de objetos holísticos. El enfoque auténticamente inte­ las iluminaciones espirituales (Mano IzqUierda) tienen al­
gral aspira a incluir, de un modo no reduccionista,' los gunos correlatos físicos (Mano Derec~a) ~n todos los esta­
dominios de las corrientes y los estados subjetivos e inter- dos y estadios de evolución de la conCienCIa.
134 KE N WILBER
PIO NEROS IMPORTAN TES DE LA MODERNIDAD 135

IIIIS absolutamente nada sobre las gradaciones de valor por­


materia 'lile, en el mundo de la Mano Derecha, no hallaremos gra­
".tciones de valor, profundidad y significado sino tan sólo
,
, \ diferencias de tamaño y de localización simple.
, \
\ Por ello, cuando reducimos los estados de conciencia
\
\
\
\ \ .\ estados cerebrales nos despojamos de! mundo de los va­
, \
\
\
\ lures y abrimos las puertas a un universo despojado de cua­
lidades. Si reducimos la alegría a serotonina, la moral a
dopamina, la conciencia a vías neurales y e! despertar de la
/
"onciencia a redes neuronales, despojamos al Kosmos de
/
((ldo valor, significado, profundidad y divinidad e incurri­
/
mos en un reduccionismo sutil que acaba provocando e!
'olapso en e! mundo chato. 3
(En la figura 13 podemos ver una representación es­
quemática de! mundo chato, en la que todos los dominios
Figura 8. Correlación entre los estados internos (conciencia) interiores de! "yo" y de! "nosotros" se han reducido a sus
y los estados extern os (materia) correspondientes "ellos", dej ando a la mente colgada en
medio de la nada, sin poder comprender siquiera la relación
. y ¿por qué no decimos simplemente que la concien entre e! mundo externo y sus raíces orgánicas, e! infausto
cla es un subproducto de complejas estructuras cerebrales, problema "mente-cuerpo" que investigaremos más deteni­
s~ste~as d~ relaciones interneuronales, procesos digitalcs, damente en e! capítulo 14) .
cIrcuItos blOcomputacionales o algo similar? Porque nin No es posible descubrir las realidades de los dominios
guno de estos correlatos de la Mano Derecha muestrall de la Mano Izquierda, desde los estadios de! desarrollo de
gradaciones de valor, que son la esencia misma de los do la conciencia hasta los distintos grados del desarrollo mo­
minios de la Mano Izquierda. ral, observando minuciosamente los objetos exteriores, sino
El EEG, por ejemplo, registra la presencia las diferen. investigando los dominios internos que evidencian, como
tes pautas de ondas cerebrales, pero no puede decirnos ab­ muestra -la investigación realizada en esos campos, que al­
solutam~nte ~a~a sobre cuál de e~tas pautas es mejor que gunos de los niveles y estadios de! desarrollo son mejores,
las dernas, lo umco que puede decanos es que son diferen­ más elevados, más profundos, más globales y abarcan más
tes. Así pues, aun en e! supuesto de que e! EEG pudiera que otros (en una escala que va de lo egocéntrico a lo so­
~l~g~r a detectar.las pautas de onda características del pre­ ciocéntrico y lo mundicéntrico). Así pues, aunque casi to­
JUICIO etnocéntnco y de la justicia mundicéntrica, no pue­ das las olas interiores tengan correlatos externos en las
de decirnos absolutamente nada acerca de cuál de ambas funciones cerebrales orgánicas, que pueden y deben ser
es mejor, más válida o más hermosa que la otra. Los corre­ estudiadas, no podemos reducirlas a esos correlatos sin
latos de la Mano Derecha no nos dicen ni pueden decir- destruir sus rasgos más distintivos.
PIONEROS IMPO RTANTES DE LA MODERNIDAD 137
136 KEN WILB ER

,los palabras, han estado trabajando en el ámbito que he­


Vamos, pues, a tratar de honrar las diferenciacionc:.
dignidades) de la modernidad, sin caer en sus ulo,V'-l,,~lY. 1I10S presentado en la figura 7,) ,
Son muchos los precursores modernos de enfoque lll­
nes (y ,desastres), Las primeras nos permitirán invesrig
I'll,ral, desde Goethe hasta Schelling, Hegel, Fechner y Ja­
cualq,uler estructura o estado de conciencia con el enfoqu
1I1t:$ , precursores que cada vez tuvieron un mayor acceso a
en pnmera persona (cuadrante superior-izquierdo), en ~
('IS datos científicos sobre la evolución -no sólo de los
gunda persona (cuadrante inferior-izquierdo) y en ten:
IlIdividuos (ontogenética) sino también de las especies (fi­
persona (Mano Derecha), respetando así -como señal
I,'genética)- que les proporcionaba una cou:prensión so­
mas en la figura 8- el Gran Tres de cada nivel (que
IlI'e el Gran Nido de la que carecían los pIOneros de la
desde el cuerpo hasta la mente, el alma y el espíritu). En
I'remodernidad. Y, aunque son muchos los precursores de
tal caso podremos, por ejemplo, investigar los estados I1l ~
,'sre siglo -desde Steiner hasta Whitehead y Gebser-,­
ditativos recurriendo a los relatos fenomenológicos en prt
quisiera mencionar en especial a James Mark Baldwlll,
mera persona (relatos de las personas que practican l
lürgen Habermas, Sri Aurobindo y'Abraham Maslow.
meditación) a la vez que también podremos investigar lo
ef~ctos de la meditación en la actividad cerebral, en la qul
mICa sanguínea, en la función inmunológica y en la neu
rofis~ol?gía y también podremos examinar el modo en qu filmes Mark Baldwin
los dlSt:~tos ~ustratos culturales, prácticas lingüísticas y si1>
lames Mark Baldwin (1861-1934) es, en mi opinió~, el
te~as ~tICo,S lllfluyen sobre los estados meditativos y el tipo
más importante de los cuatro y la historia debería conSide­
de lllStltUClOneS y prácticas sociales que más los promuc
rarlo el más grande de los psicólogos de América, Con­
ven, Entonces será, en suma, cuando adoptemos un enfo
remporáneo de James y Peirce, Baldwin, elaboró una
que realmente "omninivel y omnicuadrante",4
psicología y una filosofía integral cuya amplitud y profun­
didad no ha recibido el reconocimiento que merece. Él
fue el primer gran psicólogo evolutivo de la historia mo­
Ejemplos
derna, el primero en deflllir con claridad el cO,ncepto de
t:stadio del desarrollo , en buscar el modo de llltegrar la
Quisiera, en esta sección, presentar a varios pioneros mo­
fenomenología introspectiva con la epistemología evolut~­
dernos de la visión integral que, de formas muy distintas,
va de la ciencia, en confirmar que las tres grandes modalt­
aspira a ser "omninivel y omnicuadrante", todos los cuales
dades de la experiencia eran la estética, la moral y la ciencia
han ~id,o plenamente conscientes de las importantes dife­
(¡el Gran Tres!) y en proponer estadios evolutivos en cada
renCiaCIones de la modernidad y, por tanto, de la forma en
uno de esos dominios o, dicho en otras palabras, uno de
que la ~i~ncia puede complementar sin llegar a reemplazar
los primeros en rastrear el desarrollo en todos los cuadran­
a la rehglón, la espiritualidad y la psicología, Todos ellos,
tes y también fue uno de los primeros psicólogos en esbo­
como veremos, han recurrido, de un modo u otro, a los
zar los estadios del desarrollo psicológico, Hay que recordar,
d:sc~brimientos modernos realizados en el Gran Tres para
en este sentido, que su visión sobre el desarrollo cognitivo
diluCIdar el Gran Nido de la Vida, (Todos ellos, dicho en
I t I 1J 11111' 11

PIONEROS [MPORTANTES DE LA MODERNIDAD 139


"" ' "duplada posteriormente por Piaget; que sus
la interacción dialógica fueron proseguid
," Ilur > 111'1 11 os encontrado con la noción de actividad en cont~­
ewey y Mead, que su epistemología evolutiva Fu l'loceso de desarrollo",6 Baldwin estudió co~ pr?fun~l­
zada ~or Karl Popper y Donald Campbell y qut' 11.. jilosofía de los idealistas alemanes yencontro eVIdenCIas
f1u~ncIa, en suma, resulta imposible de exagerar. Lu l 11,1 de la importancia de un enfoque evolutivo, .
razon por la que su nombre resulta casi descono(,;id I\:ddwin comenzó su segunda fase (psicolo?ia ev~lutI.~a)
111 111\3. reformulación de las herramientas de mvestlgaclOn
que, poco después de su muerte, el positivismo yel
ductismo convirtieron al mundo chato en una " 1 \;U1as..' ." ~'Co' mo podemos investigar provechosamente el
dogmática que desterró del currículum académico l I .11 rollo de los fenómenos mentales? Podemos d.escart~r
quier tipo de enfoque integral. 11I1l:lodo cuantitativo aportado al campo de la ps¡colog~a
IIl I I;\s ciencias exactas, porque su ideal consiste en reduclf

s~s
La visión de Baldwin atravesó tres grandes es
-la fi,losofía m~ntal (de la escuela escocesa), la psico 1" 1omplejo a lo simple, la totalidad a partes y lo que se
evolutIva y la epIstemología del desarrollo_ en cada u 11,.11.\ en proceso de evolución a lo preexlste~te,. con 10 cual
de l,os c~ales estuvo dispuesto a incluir y honrar por i 11,'1','\ 3. eliminar los mismos facto~e~ c~nstJtutJ:os 0 reve~
la CIenCIa, la moral y la estética, sin tratar de reducirla 1,lIlnres de lo auténticamente genetICo (evol~tlv~). 7 Lue
las de~ás ni privilegiar injustificadamente ninguna de dI ,na
f3 ldwin añadió a la investigación Clentlfica las
T . d
BaldwIn habló de lo que él llamaba "la metafísica de I 1" rramientas de la epistemología filosófica, un ana ISIS ,e
intuición, la ontología de la introspección" (las realidad III .~ ripos de estructuras que podian ser investiga~as empl­
pr~pias de los dominios de la Mano Izquierda) y de la 11 11 'amente, lo cual condujo a la tercera fase, la eplstemolo­

cesIdad de mantener un riguroso compromiso con la x I',h evolutiva, representada por su clásico ~hought and
perim~ntació~ científica, Él comenzó señalando que I I IJings: A Study 01the Development and Meanmg olThoug­
~los~fIa de Spmoza (una filosofía que honraba por igual lo ¡'I, or Genetic Logic, . .
Intenor/mental y lo exterior/corporal) era la más adecua Baldwin llegó a la conclusión de que la cO~ClencI~ se
da para abordar esa integración, pero terminó abandonán desarrolla a través de una media docena de estadIOS o nIve­
dola porque su naturaleza estática la tornaba incapaz d lt:,s· ' de conciencia cualitativamente diferentes (tabla
. ,
11),
.
a,~ordar el t~:na de la evolución, Baldwin llegó a la conclu nlda uno de los cuales diferencia y reintegra J~rarqUlca­
Slon de que es muy improbable que pueda alcanzarse una mente los elementos inferiores en un nivel superIor:. p,re.ló­
visión coherente del desarrollo mental del individuo sin rico (sem'ejante a mi estadio sensoriomotor), cuasIl~g~co
una doctrina del [.. ,] desarrollo de la conciencia", 5 Ade­ (preop y conop temprano), lógico (formop), extralog~:o
más, esta vis~~n evolutiva debía ser elaborada sin replegar­ (visión-lógica) y finalmente hiperlógico -~ .que tamblen
se en el empIrIsmo puro, que interpreta inadecuadamente podríamos denominar supralógico o tra~slogJCo- q~e re­
las e,structuras mentales, Según Baldwin "los antiguos presenta una conciencia no dual semejante al sat~rI que
cons~deraban que el alma es una substancia fija, con atribu­ trasciende el dualismo sujeto-objeto. Según Baldwm, este
tos fiJOS, [.. ,] una visión que la genética (la visión evolutiva) estadio superior es "una forma de contemplación [... ] en la
ha termmado subvirtiendo ya que, en lugar de sustancia fija, que continuamente se busca restablecer la inmediatez de
la experiencia. En las modalidades más elevadas de esta
140 KEN WI LBER
PIONEROS IMPO RTANTES DE LA MODERl'lIDAD 141

contemplación, una modalidad que se presenta en t umo ya he señalado, la influencia que ha tenido la
de una genuina y profunda experiencia estética, en ,1 (' Baldwin ha sido extraordinaria. Su relato de los
mas una síntesis de motivos, una modalidad que IIII,~ por los que atraviesa el desarrollo dialéctico del yo
y funde los dualismos divergentes anteriores [.. .] llJl I IIIS demás (en los tres principales dominios de la mo­
periencia cuyo carácter esencial es, precisamente, su 1.1 estética y la ciencia) ha tenido un profundo impacto
dad de comprensión, [por medio de la cual] la "Vjll"'~-'" l ' , ,\lupa de las ciencias sociales. En este sentido, resul­
alcanza su a~re~ensión más completa, inmediata y "I'ILO el relato de Kohlberg: "Cuanto más profunda­
lo que es y sIgmfica la realidad". Se trata de la exn,o"..~.". Ill l'!eo a Baldwin, más cuenta me doy de que Piaget ha
de despertar a la realidad de una totalidad inmedi:lT:llmlll II,ddo de él todas las ideas fundamentales con las que
te aprendida a la que podríamos reconocer en tanto ' 1111 !'I1dió su investigación: asimilación, acomodación,
ciencia cósmica del nivel psíquico, una especie de un 11'1 \'l11a, adualismo y "egocentrismo" o carácter indife­
con la totalidad del mundo empírico, a la que yo den 111 1.ldo de la mente del niño. También resulta evidente
no "misticismo natural"). Como Baldwin señala rei 1111 la empresa de Piaget, la elaboración de una epistemo­
mente, en esta conciencia de unidad se funden y If' l.l y de una ética genética que recurre a la epistemología
todos los dualismos creados a lo largo del proceso de 111.1éuestionar a la psicología evolutiva y usar la observa­
rrollo (interno/externo, mente/cuerpo, sujet%bjeto, 111 11 del desarrollo para ayudar a responder cuestiones epis­
dad~ro/falso y bien/mal), sin dejar de subrayar con 11 1111 Ilógicas, ha sido también uno de los legados de Baldwin".
c~andad que esta experiencia no es prelógica sino hip ,Ii¡'¡:~rencia de Piaget, no obstante, el genio de Baldwin ra­
glca. y, a través de esa media docena aproximada de 111. .1en su visión integral y en su negativa a reducir el desa­
les de conciencia básicos, Baldwin esboza las líneas 1111110 a sus facetas cognitivas, motivo por el cual, en tanto
estadios del desarrollo moral, estético, religioso, científiCt I'.tema global, el de Baldwin es, como han señalado John
y del yo.
Illllughton y otros, un sistema mucho más plausible y du­
La visión d~ Baldwin representa, pues, una psicologf:l I hiero que el de Piaget.
y una fi!osofía Integral que rara vez se ha visto igualada. Los psicólogos y sociólogos que, a comienzos de este
Hay qUIenes, como Aurobindo por ejemplo, explicarían 11',10, se ocupaban del desarrollo moral solían estar de acuer­
con mucho más lujo de detalle los principales estadios del 01" con que el proceso de desarrollo moral atraviesa tres
desarrollo espiritual, lo que Baldwin aglutinaba como es­ 1',r;lI1des estadios. Como dijo McDougall en 1908: "El pro­
tadio "hiperlógico" incluye, en realidad, más de cuatro Id 'ma fundamental de la psicología social es la moraliza­
niveles diferentes de conciencia; otros, como Habermas, ,¡ lln del individuo por la sociedad, un proceso que
por ejemplo, harán lo mismo en un lenguaje filosófica­ ,omienza atravesando un estadio en el que los impulsos
mente más cla~o y aun otros realizarán sus aportaciones al IlIstintivos se ven modelados por la influencia de la recom­
campo de la pSIcología experimental, pero lo cierto es que pensa y de! castigo, luego pasa a otro en el que la conducta
muy po~os han llegado a combinar todos esos enfoques '1 • ve fundamentalmente controlada por la anticipación del

con el ngor, profundidad y amplitud con que lo hiciera "Iogio y de la culpa social y por un tercer estadio en el que
Baldwin.
h conducta se ve gobernada por un ideal que capacita a
142 KEN WILBER
P IONEROS IMPORTANTES DE LA MODERNIDAD 143

actuar del modo correcto, independientemente de! 111. Schelling y Schiller, pero que Baldwin reformuló en
o las acusaciones del entorno inmediato" .10 Se trata I\It:ma, al que denominó pancalismo, un término con el
viamente, de los tres grandes estadios que hoy en lIr quería decir que esa conciencia cósmica es "omnicom­
conocen con los nombres de preconvencional, rAn",~n,_ le Iu:usiva", es decir, sin referencia externa alguna.
nal y posconvencional. Como señala Kohlberg: "Los I':sta experiencia de unidad se ve prefigurada en la con­
les de Dewey-McDougalJ [que subrayamos] son IlIplación de una hermosa obra de arte. La obra de arte
desde e! punto de vista de la relación que el yo mant JI,I l' en e! mundo objetivo externo y puede, en tanto que
con la sociedad y no reflejan con claridad el desarrollo 111)1'10, ser estudiada por la investigación científica. Pero la
litativo cognitivo y epistemológico del niño. Nuestros \te llo.a y el valor de la obra de arte se halla en su estado
tos sugieren que la distinción en tres niveles de Ud,LU . ., .
II l,jetivo interno, aportado al arte por e! espectador (aun­
[adual, dualista y ético] se refería a 'estadios' (o s l" r obviamente esté anclado en los rasgos objetivos de la
de una sucesión básica que va de lo preconvencional u ..hl';t) . Así, cuando usted contempla una obra de arte que
convencional y, desde ahí, a lo posconvencional I ¡~lIsta y valora, está unificando en el mismo abrazo los
mo-ético)". II Dicho en otras palabras, al utilizar los ni ""llldos subjetivo y objetivo (el mundo de los valores, de
les del desarrollo de Baldwin, Kohlberg fue capaz de III~ hechos, de las morales y de la ciencia, los dominios
un esquema en seis estadios del desarrollo moral, un ' "Irespondientes a la Mano Izquierda y la Mano Derecha
quema cuya validez universal ha seguido siendo corro kl Kosmos). .
rada por la investigación realizada desde entonces. 12 Además -y ésta es una consideración crucial- "la na­
Baldwin también presentó uno de los primeros, y Illdeza de esta: experiencia sintética trasciende, según él, los
davía más sofisticados, relatos de los distintos estadios nhietos específicos de la estética y llega a contemplar la tota­
desarrollo religioso. Y, para ello, tuvo primero que jus I!llad de la realidad. Ese tipo de experiencia sintética incluye
car (muy exitosamente, en mi opinión) que el ámbito l.. idea de Dios, pero ahora visto en tanto totalidad orgánica
los intereses religiosos o espirituales constituye un 11 espiritual dentro de la cual puede finalmente conocerse e!
nía claramente independiente que no puede verse red u j )lo y e! m u'n do" Y Esta vertiente estética también experi­
do a intereses económicos, científicos o morales. Ademá3 IlIcnta un desarrollo a través de estadios que culmina en la
"las motivaciones religiosas son, jUnto a los intereses teóri I'xperiencia consumada de la conciencia cósmica.
cos, morales y estéticos, una de las motivaciones más irre Baldwin, en suma, fue uno de los principales investi­
ductibles y ubicuas del ser humano",13 línea pionera d ¡.¡adores modernos en considerar el Gran Nido ~el Ser y
investigación que fue proseguida por James Fowler. dd Conocimiento, que va desde el cuerpo prelóglco hasta
Tal vez lo más interesante de todo sea el hecho de qu 1:1 mente lógica y el espíritu translógico, y diferenciar cada
Baldwin advirtió que el desarrollo de la conciencia condue lino de esos niveles en las modalidades de experiencia esté­
a una experiencia de profunda conciencia de unidad qu I lica, moral y científica así como en mostrar luego el desa­
según él, culmina en una experiencia estética suprema qu rrollo de cada una de esas líneas a través de cada uno de los
unifica la ciencia y la moral más elevadas. 14 Se trata, obvia niveles fundamentales, un logro que es improbable que
mente, de una versión del idealismo estético derivado de vuelva a repetirse.
I I t\ 1\1 N W IJ.Jl FR
PIO NEROS IM PORTANTES D E LA MO DERNIDAD 145

l ih:f!,t'II Habermas umbindo

A. lo largo de su reputada carrera, Jürgen Habermas .hindo (1872-1950) ha sido uno de los más grandes
do en 1929) ha aplicado su visión integral a una a .Ios-sabios de la India moderna hasta el punto de que
variedad de campos, desde la filosofía hasta la V1>!(.;III U III 1111.1 difícil transmitir de un modo convincente la magni­

la antropología, la teoría evolutiva, la lingüística y la 111.1 . sus logros. Su "yoga integral" representa un esfuerzo
tica (tabla 10). El modelo global de Habermas ~ r_.,·_"~ , unir e integrar las corrientes ascendentes (evolutivas) y
tres aspectos diferentes: en primer lugar, se trata dt' I 1 \' lldentes (involutivas) del ser humano y fundir así lo
teoría de la comunicación ("pragmatismo universal") IhJ.unundano con lo intramundano, lo trascendente con
sirve de punto de partida a un relato del desarrollo d ll!Oanente, el espíritu con la materia, un esfuerzo en el
conciencia subjetiva (estética), intersubjetiva (moral) 1"1' resumió y sintetizó la inmensa herencia ~e los linajes
objetiva (científica), es decir, del Gran Tres. (Su relato pi rituales de India. También fue uno de los pnmeros gran­
lutivo del individuo es el segundo aspecto). El tercer ," \ sabios en reconocer la importancia de la evolución (re­
to, basado en los otros dos, constituye una reconstruce Llda por las diferenciaciones de la modernida.d) y ~x~an~ir
de la evolución sociocultural desde el punto de vista 11 sistema desde el evolucionismo ontogenétlco dlOamICo

materialismo histórico y una síntesis de los dominios de (qlle ya poseían los grandes filósofos perennes) hasta el evo­
teoría sistémica, de la vida, de la ciencia, de la estética y IlIó onismo ftlogenético. Bien pudiéramos decir que el yo~a
la moral. 16 IJJlegral de Aurobindo representó la primera gran sínteSiS
Habermas es el filósofo evolutivo más comprehensiv IlIdia de las verdades del.Gran Nido con las aportadas por
de nuestro tiempo, aunque resulta lamentable que ignor LIS diferenciaciones de la modernidad.
casi por completo los estadios del "yo", del "nosotros" y El modelo global de la conciencia de Aurobindo se
del "ello" que se encuentran más allá del nivel visión-lógica. Idlere a tres grandes sistemas: 1) la conciencia superficial/
Así pues, si bien su enfoque es omnicuadrante, no es omni­ rx.terna/frontal (el estado ordinario típico), que incluye los
nivel. Además, al centrarse en las estructuras de la compren­ lIiveles de conciencia física, vital y mental; 2) el sistema
sión generadas lingüísticamente, Habermas separa a los seres psíquico/más profundo/alma que se halla "detrás" de. cada
humanos de la naturaleza no humana, Jo cual lleva su enfo­ 11110 de los niveles (físico interno, vital interno, mentallOter­

110 y psíquico o alma más interna, el estado sutil por exce­


que de la naturaleza en uno esencialmente instrumental. Por
ello su visión integral resulta inadecuada para los dominios lencia) y 3) los sistemas verticales ascendentes/descendentes
prerracionales y transracionales, inadecuada, en suma, para que se hallan por encima de la mente (mente superior, men­
la naturaleza y el espíritu (una verdadera lástima). Sin em­ le iluminada, mente intuitiva, sobremente y supermente,
bargo, el campo que cubre su obra le ha asegurado ya un que incluye lo causal/no dual) y por debajo d~ la mente (el
lugar en la historia como uno de los principales pensadores subconsciente y el inconsciente), todo ello aOldado en Sat­
l
de este siglo hasta el punto de que cualquier visión que pre­ Chit-Ananda, el espíritu puro no dual. ?
tenda ser integral deberá tener en cuenta sus profundas con­ El gran defecto del sistema de Aurobindo -.señalado
tribuciones. por todos los teóricos- radica en no haber podido tener
1-1 ) KI'.N WILBER
PlONEROS IMPORTANTES DE LA MODERNIDAD 147

CII los importantes descubrimientos


IH.:llta
1;.\ posmodernismo extremo que, durante la década de
de Sil tiempo. Aurobindo estaba más preocupado p( I jll henta, dominó tanto el mundo académico como la
11 11 \ 1:Icultura y sometió a todas las formas de holoarquía a
transformaciones de la conciencia (cuadrante su
quierdo) y sus correlatos en el cuerpo material ( 11 111 ,·~¡.>ecie de dogmatismo chato, sepultó provisionalmen­
I .11 obra en el olvido. Pero, en la medida en que el mun­
superior-derecho). Y, aunque aporta muchas ideas
tantes en el campo de los sistemas sociales y político I 1" ha ido despertando de ese reduccionismo, la obra de
pareció comprender la verdadera relación existente 1,\low está recibiendo la calurosa bienvenida de todos
lo cultural, lo social, lo intencional y lo conductual. 1" . que aspiran a una visión más integral y holoárquica.
tampoco extendió su análisis al nivel de la intersubj
dad (cuadrante inferior-izquierdo) y la interobje . , pensadores integrales son simplemente alguno~ de
IIlS

(cuadrante inferior-derecho), como si no hubiera 1" genios pioneros que pueden ayudarnos a consohdar
asimilar plenamente las diferenciaciones de la 1111.1visión realmente integral. Y poco importa, en este sen­
dad. Pero los niveles y modalidades aportados por II.!O, lo grandes que fueran algunos de ellos, porqu~ cada
hindo convierten a su interpretación en algo' . II11Cva generación dispone de nuevos datos, nueva mfor­
para cualquier enfoque realmente integral. 111.1 'ión y nuevos descubrimientos que proporcionan una
1111 'va oportunidad para elaborar una visión más plena­
IIH'nte integral. La fortísima figura de Hegel desconocía
I.IS aportaciones realizadas por las tradiciones orientales;
Abraham Maslow
'1, helling no tenía acceso a los datos antropológicos, Au­
Abraham Maslow (1908-1970) es tan conocido que sól IIlbindo ignoraba las minuciosas investigaciones llevadas a
me referiré a él de pasada. Como todos los grandes pensa ,.Ibo por la moderna ciencia cognitiva, Habermas perte­
dores, desde Aurobindo hasta Gebser, Whitehead, BalJ 11 'ce a una generación que nunca acabó de comprender
win y Habermas, era un evolucionista. Él fue de lo lIluy bien la revolución transpersonal y, sean cuales fueren
primeros en aportar evidencia empírica y fenomenológi lIuestras posibles contribuciones, no cabe la menor duda
ca sobre el hecho de que cada uno de los niveles del Gran d. que se asentarán sobre los cimientos que establecieron
Nido posee necesidades diferentes, de que esas necesida los gigantes que nos precedieron.
des emergen de un modo básicamente jerárquico y de qu
cada uno de nosotros dispone de un modo potencial de
todo el espectro de necesidades (tabla 7). Las ideas de Mas­
low han sido decisivas para el desarrollo de las llamadas
Tercera y Cuarta Fuerza de la psicología (psicología exis­
tencial-humanista y psicología transpersonal, respectiva­
mente) y han tenido un extraordinario impacto en el
campo de la educación, la empresa y la investigación de
los valores.
Tercera parte
Realización:
un modelo integral

l ~n mi opinión, cualquier psicología auténticamente in­


Ic' ~ral
debe tener en cuenta lo mejor de la premodernidad
kl Gran Nido del Ser), de la modernidad (la diferencia­
l'¡6n de las esferas de valor) y de la pos modernidad (su
In tegración en todos los niveles del Gran Nido del Ser), es
decir, debe ser "omninivel y omnicuadrante". Trataremos
.!IlOra de integrar todos esos aspectos.

[151 J
8
La arqueología del espíritu

lJna visión de conjunto

En el capítulo anterior hemos visto algunos de los princi­


pales teóricos y líneas de investigación que deberá tener en
'lienta cualquier enfoque a la conciencia que aspire a ser
11Itegral.
Ellos introdujeron los principales elementos compo­
,\itivos de la evolución de la conciencia: los niveles básicos,
las estructuras u olas fundamentales del Gran Nido del Ser
(desde la materia, hasta el cuerpo, la mente, el alma y el
espíritu); las líneas o corrientes del desarrollo (moral, estéti­
,'a, religiosa, cognitiva, afectiva) que discurren de un modo
relativamente independiente a través de las grandes olas; los
'stados provisionales de la conciencia (como las experien­
üs cumbre, los estados de sueño y los estados alterados,
por ejemplo); el yo -asiento de la identidad, la voluntad
y los mecanismos de defensa- entre cuyas funciones cabe
destacar la de navegar, armonizar e integrar los distintos
niveles, líneas y estados con los que va encontrándose a lo
largo de su proceso de desarrollo, y las líneas relacionadas
con el yo, las líneas evolutivas que están directamente liga­
das al yo (como la línea de la sensación de identidad cen­
tral, la del desarrollo moral y la de las necesidades, por
l:jemplo). En resumen, pues, olas, corrientes, estados, yo y
corrientes del yo.
Los estados alterados son muy importantes y cierta­
mente requieren mucha atención, pero para que realmen­
te contribuyan al desarrollo, deben convertirse en rasgos/

[153]
154 KEN W!LBER
LA ARQU EOLOG fA DEL ESP(RlTU 155
estructuras. Las corrientes del yo son cruciales, pero, .1
1I' I~ado a conclusiones muy similares. Como afirman Fr~n­
de cuentas, no son más que un subconjunto de las con
t Richards y Michael Commons después de haber reVIsa­
tes. En pocas palabras, pues, el desarrollo requiere de
olas, de las corrientes y del yo. 1" las conclusiones de las investigaciones acerca del
thu'rollo, llevadas a cabo por Fischer, Sternberg, Kohlber~,
tillan, Pascual-Leone, Powell, Labouvie-Vief, Arlin, 51­
Las olas básicas 11 111 r., Basseches, Koplowitz y Alexander (todos los cua.les
t;Ín representados en las tablas): "La sucesión de estadlOs
11'1l:sentada por todos estos teóricos] dis~urre ~ través de. u~
En las tablas 1a y 1 b resumo algunos de los principal
elementos compositivos de cualquier modelo integraL! I'acio evolutivo común cuya coherenCIa sugIere la posIbI­
, " 3
Itdad de una reconciliación entre todas estas teonas .
hemos hablado de algunos de ellos y no creo que sea ne
Lo único que yo he hecho ha sido tratar de integrar
sario volver sobre ese punto. Bastará, pues, con unos b
III~ resultados de esas investigaciones -junto con las de
ves comentarios sobre este modelo basados en alguno
decenas de otros teóricos modernos- con las grandes con­
los elementos de las tablas y, más concretamente, con un
IllIsiones que nos brinda la filosofía perenne,. con el fin de
explicación clara de lo que debería tener en cuenta un
foque realmente "omninivel y omnicuadrante". 1I"sar a articular un modelo que no~ proporclOne un espa­
I ill evolutivo que abarque la totaltdad de! espectro, que
En la columna de la izquierda de cada una de las r
V.lya desde la materia hasta el cuerpo, la mente, e! alma y e!
bIas están las estructuras, niveles u olas básicas del Gra n
" ,~ piritu. (En una nota final discutiremos la natur~eza h?lo­
Nido del Ser y del Conocimiento.2 Conviene recordar,
Jrquica de este despliegue.)4 Como ya hemos VISto, estas
este sentido que, globalmente considerados, los niveles bá i
~( ) n las olas básicas de! ser y de! conocimiento a través de las
cos de cualquier gran sistema - tanto antiguo como mo
1 uales discurren las distintas corrientes del desarrollo, todas
derno y tanto oriental como occidental- abarcan UIJ
LIS cuales se ven gestionadas - y, en e! mejor de los c~os,
inmenso campo morfogenético, un espacio evolutivo y m i
in tegradas- por e! yo en su viaje d~de ~I subconSCIente
gratorio ordenado de un modo holoárquico (trascendiend
hasta la autoconciencia y la supraconClenCla.
e incluyendo), a modo de nidos que se hallan infinitament
Pero resulta evidente que este tortuoso viaje no está
dentro de otros en un desarrollo que, simultáneamente, tam
bién es envolvente. exento de peligros.
Además, las distintas concepciones migratorias inclui
das en las tablas presentan una considerable coherencia, si
El yo y sus patologías
no en lo que respecta a los pormenores concretos, sí en
c~anto al espacio evolutivo que abarcan. Es sabido que eru
La segunda columna de la tabla 1a se refiere a la "sensación
dItos como Huston Smith se han ocupado de la filosofía
,le identidad general" e incluye los nombres con los qu.e
perenne, pero tal vez no lo sea tanto que la investigación
me refiero a los distintos estadios de! desarrollo de! yo proXI­
moderna (centrada en los estadios que van de lo sensorio"
mal (cuerpoego, persona, ego, centauro, alma~. A?viértase
motor a lo formal y, desde ahí, a lo posformal) parece haber
que, junto a cada uno de esos estadios, he dIbuJéldo una
1 56 KEN WILBER
LA ARQUEOLOGÍA DEL ES pIRlTU 157

flecha continua porque, en la literatura especializada. I t (olumna de la tabla la ilustra simplemente el periodo
t~ una notable confusión en torno al hecho de si el yo. h identificación exclusiva (que llega a su fin con el des a­
ejemplo, perdura o desaparece en los estadios . /1 11110 del estadio superior) y la flecha continua sólo indica
del desarrollo. La mayor parte de los investigadores '¡lll' las capacidades funcionales de ese estadio persisten en
man que los estadios superiores son "transegoicos", es 1.,lma de subholones durante los estadios superiores. (Di­
cir, se encuentran "más allá del ego", lo cual parece impli I 1.0 en otras palabras, la línea continua indica el periodo
la pérdida de éste. Pero hay que decir que esta confusilSn • 11 que cada uno de esos yoes es el yo proximal que acaba
fundamentalmente semántica porque si, cuando hablan IIlIIvirtiéndose en parte del yo distal o mí, cuando la con­
de ego, nos estamos refiriendo a la identificación exclwlI o l!'!lcia evoluciona y concluye su fase dominante.)
con e1.yo personal, es evidente que esa exclusividad se pi r Enumeraremos ahora brevemente los distintos elemen­
o ~~ dl~,uelve en los esta~ios superiores del desarrollo y q IlIS de la tabla la y luego los consideraremos más deteni­
el ego, en consecuenCIa, acaba disolviéndose y, por tanc d.l!nente en las tres secciones siguientes. La tercera columna
que l~s estadios superiores son propiamente transegoin "aspectos concretos") ilustra con más detalle la naturaleza
Pero SI, cuando hablamos del ego, estamos refiriéndono I del yo proximal propia de cada uno de los distintos esta­
por el contrario, a una instancia funcional que cumple co Ilios y subestadios del desarrollo'? La cuarta columna ("me­
la función de relacionarnos con el mundo convencional. lanismos de defensa") se refiere a algunos de los principales
no cabe la menor duda de que ese yo perdura, y hasta Ii mecanismos de defensa que pueden desarrollarse en cada
fortalece, en la medida en que nos adentramos en los do IIna de las olas básicas del desarrollo. La columna de "posi­
minios transpersonales. Si, por otra parte, al hablar del cg hles patologías" se refiere de modo muy general a los tipos
nos referimos -como hace el psicoanálisis- a la capad y niveles de patología que pueden aquejar al yo en su viaje
dad de testimoniar algo sin identificarnos, también hay a través de las distintas olas básicas. La columna titulada
que decir que ese ego permanece, y se consolida, y qu "fulcro" tiene que ver con los principales hitos del desarro­
Jack Engler está en lo cierto cuando afirma que "la medita llo del yo o, dicho en otras palabras, con lo que ocurre al
ción fortalece el ego".5Si, por último, consideramos -como yo proximal cuando su centro de gravedad se encuentra en
lo ~ace la psicología del ego-- que el ego es la capacidad un determinado nivel de conciencia. 8 La columna "trata­
de Integración del psiquismo, ese ego, por último, tam. miento" resume los diferentes tipos de terapia psicológica
bién persiste y se ve fortalecido. 6 y espiritual que parecen más adecuados para hacer frente a
Podríamos resumir todo esto diciendo que la identifi. los distintos tipos de pa,tologías que acechan a los diferen­
cación exclusiva con una determinada instancia (ya sea el tes niveles de conciencia.
cuerpoego, la persona, el ego, el centauro o el alma) se Como ya hemos visto, cada vez que el centro de gra­
disuelve o libera en el estadio superior del desarrollo del vedad del yo alcanza un nuevo nivel básico del Gran Nido,
yo, pero que las importantes capacidades funcionales de debe atravesar un fulcro (o hito) de su desarrollo en el que
cada una de esas instancias se integran (holoárquicamen­ comienza identificándose con un nuevo nivel, luego se desi­
te) y, muy a menudo, se fortalecen durante los estadios dentifica de él y lo trasciende para acabar incluyéndolo e
posteriores. En este sentido, la línea continua de la segun- integrándolo en el siguiente nivel superior. 9 En este caso
t58 /(EN \XI1I,13m

lA ARQUEOLOGfA DEL ESP!RlTU 1 59


he p~esentado una versión del Gran Nido que abarca n
Pltologías inferiores (de F-O a F-3)
ve ll1veles básicos (nueve agrupamientos funcionales
cos: sensoriomotor, emocional-fantásmico, mente­
lino de los avances más revolucionarios realizados por la
me~te regla/rol, reflexivo-formal, visión-lógico, psíqu
p ~ icología profunda de las últimas décadas ha ~ido la co~­
sutil y causal/no dual, que están enumerados en la
n~, de la izquierda de cada una de las tablas) y esbozo !,,,ensión de que no sólo existen diferentes tIpOS de PSI­
I opatología (como los trastornos. ~bsesivo-~ompulsi~os,
bIen los nueve fulcros correlativos que debe atravesar c:I
a lo largo de su evolución o desarrollo completo a travé.~
LI S fobias, la ansiedad y la depreslOn, por eJemplo), s.mo
wnbién diferentes niveles de psicopatología (neurótIco,
t.o do el Gran Nido del Ser. (La investigación empírica
I'orderline y psicótico). Estos diferentes niveles ps~copa­
!Izad~ por Stan Grof, entre otros, me ha llevado también I"lógicos tienen que ver con los tres primeros estadIOs ~el
IncluIr el fulcro del nacimiento [F-O], con lo cual resul
desarrollo temprano del yo que nos han revelado las .In­
qu~, en. su ~iaje desde el momento de la concepción ha
vestigaciones pioneras llevadas a cabo por Rene SpItZ,
la IlUmInaCIÓn, el yo se ve obligado a atravesar unas Ji
encrucijadas cualitativamente distintas). Edith Jakobson y Margaret Mahler, entre otros. En este
\entido un accidente evolutivo en cada uno de estos es­
ladios ~uede ocasionar un nivel correspon~iente d~ ~ato­
Cada vez que el yo (el yo proximal) asciende a UI
esfera nueva y superior del Gran Nido, puede hacerlo d
logía}O No se trata, obviamente,. d~ lllvel~S ngIdos
un ~od? relativamente sano, 10 cual significa que diEl
discretos ubicados a modo de los dIstIntos pISOS de un
renCla e Integra más o menos adecuadamente los elem n
·dificio sino de las distintas olas imbricadas del desarro­
llo del ~o y de las muchas cosas que pueden ir mal en
tos de ese nivel),o de un modo relativamente patológic
con 10 c~al fraca~a en ~a ~ase de diferenciación (en cuy
cada una de ellas. 11
~aso ocasIOna fUSIón/fijacIón/estancamiento), o en la J
Las tres primeras olas que debe atravesar. el yo a lo
I~~egración (avocando entonces a la represión, la alien:,
c~.()n y la fragmentación). El hecho de que cada uno de lo largo de su proceso de desarroll~ pueden ~e~umIrSe de una
manera muy simple. El yo comIenza su VIaje en un estado
nIVeles del Gran Nido posea una arquitectura cualitativa
ente de relativa indiferenciación respecto de su entorno,12 es
n: distinta tiñe también cada fulcro (y, en consecuen
decir sin advenir con claridad dónde acaba su cuerpo y
Cla, cada patología) de un color cualitativamente distinto.
dónde empieza el entorno físico que le rodea (con:ienzo
Ahora estamos en condiciones de considerar con más de
de F-l). -En algún momento del primer año de VIda, el
tenimiento todas las posibles patologías que pueden ace
bebé se da cuenta de que morder una sábana no le duele,
char al yo en su difícil peregrinaje a través del gran R{o
~Scr ' pero que sí le duele morderse el pulgar y de que existe, en
consecuencia, una diferencia entre su cuerpo y el mundo
material en el que está inmerso. Así es como comienza a
diferenciar su cuerpo del entorno y su identidad pasa de la
fusión con el mundo material a la identificación -y, por
tanto, la identidad- con el cuerpo emocional y los senti­
mientos (lo que inicia F-2). Más tarde, cuando emerge y
16 O KEN WILllER
LA ARQUEO LOGtA DEL ESP(RlTIJ 161

se d~sarrolla la mente conceptual (entre los tres y seis


111 F-l, el yo no consiga diferenciarse adecuada~ente del
de vIda), el niño diferencia la mente conceptual del
Himno físico e integrar sus imágenes, puede termmar pro­
po emocional (F-3). Así es como la identidad del yo p
VOlcando una psicosis (en la que el individuo no sabe ~ón­
mal pasa de la materia al cuerpo y, desde éste, hasta un
dI' acaba su cuerpo y dónde empieza el entorno, alucma).
forma rudimentaria de mente (éstas son las primeras 01
('11 el caso de que los problemas ocurran en F-2, el yocuer­
del Gran Nido del Ser que debe atravesar el yo en CS(
(In emocional tiene dificultades para diferenciarse de los
tempranos estadios de su desarrollo).
d('más, lo cual puede terminar ocasionando un trastorno
Cada uno de los estadios o fulcros por los que atravi
1I.IJ'cisista (en el que los demás son tratados como meras
sa el yo supone, en el mejor de los casos, una diferenl j
I'X I'cnsiones del propio yo) o un desorden borderline (en
ción (trascendencia) y una integración (inclusión), en I
donde los demás invaden y distorsionan de continuo las
que el yo comienza diferenciándose del nivel inferior (
Ir:ígiles fronteras del yo). Si el problema tiene lugar en F­
decir, del cuerpo) , luego se identifica con el superior (1
1, por su parte, el fracaso en la diferenciación conduce a
mente) y, finalmente, acaba integrando la mente concC."p
IIlla fusión con el lábil yo emocional, mientras que el fra­
tual con las sensaciones corporales. Es por ello que un pro
1 aso en la integración conduce a una represión de la vida
blema en cualquiera de estos puntos desencadena UIl Il
emocional por parte del recién emergido yo egoico-men-
patología, Una malformación, una lesión o una Contra
I;I[ (psiconeurosis clásica). . .
ción en el, de otro modo, expansivo proceso de desarrollo
También podríamos decir que cada uno de los dlsu?­
del yo. Así pues, si la mente no consigue diferenciarse d
lOS niveles del desarrollo del yo posee diferentes mecalllS­
los se?timientos corporales, puede verse desbordada por
1I10S de defensa y tratará, en .consecuencia, de defenderse
emOCIOnes muy dolorosas y con ello no sólo me refiero ..
de los problemas, del dolor y, en última instanci.a, de la
experimentar emociones muy fuertes , sino a llegar a zozo­
muerte recurriendo a las herramientas de que dIsponga
t:11 ese ~ivel. Es por ello que, si dispone de conceptos, uti­
brar, puede experimentar frecuentes e histriónicos cam­
bios de estados de ánimo y puede tener grandes dificultades
lizará conceptos, si dispone de reglas las utilizará y si ha
para controlar los impulsos y originarse un estancamiento
alcanzado el nivel visión-lógico, utilizará la visión-lógica.
evolutivo en este punto. Por otra parte, si la mente y el
Como ilustra la tabla la, en F-I, el yo sólo dispone de
cuerpo se diferencian pero no llegan a integrarse (o si esa
sensaciones, percepciones yexoceptos (que son las moda­
diferenciación va demasiado lejos y acaba convirtiéndos('
lidades de cognición más rudimentarias propias del esta­
en disociación), el resultado es una neurosis clásica en la
dio sensoriomotor) , impulsos e imágenes rudimentarias,
que las estructuras mentales (el ego, el superego o una con­
de modo que el yo arcaico sólo dispondrá de la:' .toscas
ciencia demasiado severa) acaban reprimiendo a las sensa­
ciones corporales. defensas que suponen la fusión con el entorno flSlco, .la
satisfacción alucinatoria (imaginaria) de los deseos y la diS­
As~ pues, el proceso de diferenciación-e-integración torsión perceptual. En F-2, no obstante, ~l yo dispone ~a
puede Ir mal en cualquiera de los estadios (o fulcros) de
de la nueva herramienta que le proporcIOnan los senti­
desarrollo del yo y, en este sentido, el nivel del fulcro ayu­
mientos, las emociones y los símbolos recién emergidos y,
da a determinar el nivel de la patología. En el caso de que,
en consecuencia, podrá defenderse recurriendo a modali­
162 KEN WILlJER
LA ARQU EOLOGlA DEL Es plRITU 163

dades más elaboradas, como la división (escindir el yo '''Idos aspectos de la psicología del ego y de la psicología
mundo en representaciones "completamente bucníl " .1. I yo, entre otrOS. 14
"completamente malas"), la proyección de sus senti . (Como ilustra la figura 9, en las terapias que recono­
tos y emociones sobre los demás y la fusión con el m l. 11 la existencia de los dominios superiores o transperso­

emocional de los demás. En F-3, el yo dispone ya J u.des, esta espiral curativa regresiva suele ser utilizada como
posibilidad de recurrir a conceptos elaborados y a (lIeludio de la trascendencia evolutiva y progresiva que
de pertenencia, poderosas herramientas mentales qw: p " lIILluce a los niveles superiores. No se trata, en tal caso,
den ser utilizadas para reprimir al cuerpo y a los ~ .l. \lna regresión a un fundamento superior sino a un fu n­
mientos, desplazar sus deseos, crear formaciones rea<.:ti ".lInento inferior que ayuda a consolidar los cimientos y
(en la tabla la enumeramos la mayor parte de estas dc: ft pOSl'b'l' .mas
1 ltar una trascen d enCla , segura. )1 5
sas y en una nota final presentamos la investigación q En el nivel inferior de la patología borderline (F-2), el
las sustenta.) 13 El nivel de las defensas, el del desarrollo f I'lOblema no es que un yo fuerte reprima al cuerpo, sino
yo y el de posibles patologías, en suma, son aspectos di '1'1e ni siquiera existe un yo lo suficientemente fuerte como
tintos del mismo desarrollo migratorio del yo a través I ".Ira hacerlo. Es por ello que las técnicas empleadas en este
las olas cualitativamente diferentes del Gran Nido del S I .ISO suelen denominarse técnicas de construcción de es­

Para cada uno de estos problemas, además, resulm (1llerura, técnicas orientadas a erigir las fronteras del yo y
pecialmente indicado un tipo de tratamiento. Si comenz IOllsolidar al ego. En este nivel, existe poco material repri­
mos en F-3 y descendemos a través de todo el espectro ti I1lido que deba ser "descubierto", porque el yo todavía no
conciencia descubrimos que el tratamiento más adecuad , \ lo suficientemente fuerte como para poder reprimir nada.
de la neurosis típica (F-3) es la relajación y la desarticul Así pues, el objetivo de fas terapias propias de este nivel
ción de la barrera de la represión, que permite volver 1 llllsiste en ayudar a completar el estadio de separación­

establecer contacto con los sentimientos reprimidos dt' 1 IlIdividuación (F-2), de modo que la persona emerja con
sombra y reintegrarlos al psiquismo posibilitando, de e 1111 yo fuerte y fronteras emocionales claramente diferen­

modo, que el flujo continuo del desarrollo de la concien 1 iadas e integradas. Los enfoques más característicos de las

cia prosiga su camino. Este tipo de enfoque terapéuricl patologías que afectan a F-2 tienen que ver con ciertos
suele ser denominado técnica de descubrimiento, porqu • .Ispectos de la terapia de las relaciones objetales (Winnico­
apunta hacia el descubrimiento y recuperación de la som Il, Fairbain y Guntrip), la psicología psicoanalítica del ego
bra. Esta "regresión al servicio del ego" provoca el regrcs (Mahler, Blanck y Blanck, y Kernberg), la psicología del
provisional a la conciencia del trauma temprano y resta 'o (Kohut) y diversas combinaciones de estos enfoques
blece el contacto con los sentimientos, instintos o impul (como las de John Gedo y James Masterson).
sos alienados, permitiendo acercarse a ellos, recuperarlos y
restaurando una cierta armonía al psiquismo. Entre estos
enfoques cabe destacar al psicoanálisis clásico, ciertos as
pectos de la terapia gestalt, el trabajo con la sombra propio
de la terapia junguiana, el focusing de Gendlin y determi
I (,4- KEN \'(111,.111'.1\ LA ARQUEOLOGÍA DEL ESpIRITU 165

111 1.1 arquitectura diferente supone que cada nivel de desa­


11 olla de! yo puede verse aquejado de un nivel de patología
' IInlitativamente diferente, que implique diferentes tipos
d. defensa y requiera, por tanto, de una modalidad de tra­
I.llniento diferente. 16 En F-4 (entre los 6 y 12 años, aproxi­
1i1 ;1damente) , emerge la mente regla/rol y e! centro de
1',I:\vedad de! yo comienza a identificarse con esa ola, en
•lIyo caso dispone de la posibilidad de asumir el rol de los
d('más y, consecuentemente, pasa de lo egocéntrico y lo
pn.:convencional a lo sociocéntrico y lo convencional. Si
Alma
,ligo funciona mal en esa ola nos encontramos con una
"patología de guión" (entendiendo como tal a todos los
Espíritu guiones, relatos y mitos falsos, confusos -y, en ocasiones,
paralizantes- que aprende e! yo). En tal caso, la terapia
Figura 9. La espira! curativa (cognitiva, por ejemplo) ayuda al individuo a desarraigar
Hasta, hace muy poco, las patologías propias d · I las falsas ideas sobre sí mismo y a reemplazarlas por otras
fulcros ~as tempranos (F-O y F-l) se han mostrado mu más exactas y sanas. Cuando, en e! fulcro 5, emerge el yo
refra:tar~:s al tratamiento y sólo parecían responder :1 I reflexivo y e! centro de gravedad del individuo pasa de lo
~edlcac~o,n~pacificación, posiblemente por ser tan prim t.: onvencional y conformista a lo posconvencionai e indivi­
tlvas y dl~lC¡jes ~e alcanzar. Sin embargo, tratamientos d dual, el yo se ve enfrentado a la "confusión identidad ver­
vanguardIa -CIertamente controvertidos, por otra part ttS rol". ¿Cómo puede descubrir e! yo qué o quién es, una

como la .terapia primal de Arthur Janov y la respiraci6 I vez que ha dejado de depender de la sociedad (de su mo­
holotr~plCa d~ Stan Grof- han dedarado ser aptas para J ral, sus reglas y sus roles convencionales) y cómo puede
tratamIento de estas patologías, al permitir la" a . tomar decisiones desde ahí? En e! fulcro 6, la visión panorá­
. . al" reoreSI
provI~lOn a. ~as heridas profundas y posibilitar así su r mica proporcionada por la visión-lógica posibj]ita e! acceso
expenmenta~lOn consciente, con lo cual parecen favorcc a los problemas existenciales ya un cuerpo-mente más ple­
e! desarrollo Integrado de la conciencia. namente integrado o yo centáurico. En e! fulcro 7 comien­
zan a aparecer en escena los dominios transpersonales, pero
no como experiencias cumbre provisionales, sino en tanto
Patologías intermedias (F-4 a F-6) estructuras nuevas y más elevadas, con sus nuevas y posibles
y patologías superiores (F-7 a F-9) patologías superiores (como no tardaremos en ver).
En varios libros he tratado estos nueve o diez niveles
En los fulcros intermedios y superiores también adverti de patología, de sus mecanismos de defensa y de sus mo­
mos la presencia de este mismo proceso. El hecho de qu dalidades de tratamiento y John Rowan, entre otros, tam­
cada una- de las olas básicas de! Gran NI·d o d·Isponga UC'
_1 bién ha abordado profusamente e! tema de las patologías y
166 KEN WIUIER
LA ARQUEOLOGlA D EL ESP[RITU 167

los tratamientos más adecuados para cada uno de los d.llnentalmente preverbales y preconceptuales y los nive­
'7L b
cros. . ~ uniCO que qUiero su rayar, para los propósito
I • •

"'~ de desarrollo por encima del fulcro 6 son fundamental­


esta reViSión global, es que cada nivel del Gran Nido 111 ·nte transracionales y transmentales, de modo que la
una a~quitectura cualitativamente distinta y que, en co It"!lrogramación conceptual no llega a afectarles directa­
cuenCia, cada ola de desarrollo del yo, de sus posibles pal I!lente.
logías y, en consecuencia, de los posibles tratamienr No se trata, pues, de que una terapia determinada sólo
también posee un tono cualitativamente diferente. Si e11 " . aplique a un nivel del desarrollo, sino que se focaliza en
tor conoce ya los estadios básicos de desarrollo, probahl 11Ii0 o dos niveles y pierde su eficacia en la medida en que
mente reconozca que algo puede funcionar mal en C:1 Ilretende aplicarse a dominios más distantes. Resulta lamen­
uno de ellos q~e ocasione patologías diferentes y requit" lable que cualquier enfoque psicoterapéutico (como el psi­
en consecuenCia, de enfoques terapéuticos distintos. Loanálisis, la terapia gestalt, la programación neurolingüística,
Los nueve o diez niveles generales de terapia que la respiración holotrópica, el análisis transaccional, la psi­
s~ñala~o no son más que meras sugerencias, simples Un 'Iuiatría biológica, el yoga) pretenda ap~icarse indiscrimina­
direc~nces que se basan en la evidencia proporcionada p damente a todos los tipos de psicopatología, con resultados
los .~lfer~ntes enfoques de la psicología evolutiva y de- I li'ecuentemente desafortunados. La existencia de un espec­
esplfltualidad contemplativa. Es innecesario decir que exise I ro de múltiples niveles de conciencia debe tornarnos más
un buen grado de entrecruzamiento entre todas esas ter sensibles al hecho de que las múltiples dimensiones de pato­
pias. Ya he señalado, por ejemplo, que la "patología d logía requieren de una amplia variedad de modalidades de
guión" y la "terapia cognitiva" son especialmente relevan cratamiento distintas.
~es e~ lo que se refiere al fulcro 4, momento en que el yo , Como ya he señalado en El espectro de la conciencia,
ldentlfica por vez primera con la mente regla-rol y pued I
las terapias de un determinado nivel reconocen y suelen
en consecuencia, asumir el rol de los demás y aprender 1, utilizar las terapias de los niveles inferiores, pero se resisten
r~glas de su sociedad. Como ya hemos visto, si algo fun a urilizar las terapias de los niveles superiores. Tal ve:z sea
Clona mal en esta etapa general del desarrollo, el resultado por ello que el psicoanálisis clásico reconoce la importan­
es una "patología de ~uión", un conjunto de ideas y guio cia de los impulsos instintivos y emocionales, pero menos­
nes falsos , erróneos o Inexactos sobre uno mismo y los d precia la importancia de los guiones cognitivos. Del mismo
más. L.a terapia cognitiva ha demostrado ser útil para modo, los terapeutas cognitivos subrayan la importancia
desarraIgar estos guiones, ideas y conceptos inadaptados y de los gu~ones, pero ignoran la importancia del organis~o
reemplazarlos .por otros más exactos, benignos y saluda psicofísico total (centauro) del que hablan las terapI.as
bies. Pero decIr que la terapia cognitiva se centra en esl existencialistas y humanistas, y que muchos terapeutas eXIS­
nivel d~ desarroUo de la conciencia no implica que no pueda tenciales, por su parte, nieguen con vehemencia la impor­
benefiClar a otros niveles como, de hecho, ocurre. La idea, tancia -o hasta la misma existencia- de los niveles
P?r el contrario, es que, cuanto más nos alejemos de esrt' transpersonales y transracionales. Al asignar a cada terapia
ll1vel, men?s adecuada es la terapia cognitiva, aunque nunc.1 un nivel general del espectro global de la conciencia quie­
pueda deClrse que resulta inútil. Los fulcros 1 y 2 son fun ro decir que la terapia de un nivel suele reconocer y utilizar
168 KJ;:N Wll.BER
LA ARQUEOLOGlA DEL EsriRlTU 169
todas las terapias de los niveles inferiores, pero que rara
.ql\ll1tan a los dos siguientes pero todavía mu~ rudi~~nta­
hace. lo mismo con las de los niveles superiores (cuya
llOS fulcros (F-2 y F-3), mientras que la terapia cognmva y
tenCla, de hecho, puede llegar a producir patologías).
1.1 terapia interpersonal se ocupan de las creencias ~ los
¡I,lliones (F-4 y F-5),18 Las terapias existencial-humal1l~tas
I icnden a ocuparse de todos esos temas y de la actualiza­
Terapia típica
I Ión del yo auténtico, del ser existencial y de la integración

\ uerpomente o centauro (F_6),19 Y las terapias transperso­


No es frecuente que un terapeuta se vea en la necesidad J
/Jales, por último, aunque se dirig~n a ~odos los fu~cros
tratar a un paciente tan evolucionado que presente prohl
personales, también incluyen aproximaCiOnes muy diver­
mas en los nueve o diez fulcros. El centro de gravedad d
~as a los dominios espirituales superiores (F-7, F-8, F-9,
los adultos suele girar en torno a los niveles mítico, racioll 1
que discutiremos más adelante, En la nota final pu.ede ver­
o centáurico que sólo han tenido experiencias cumbre Ol
,~c una buena introducción a la psicología y la terapia trans­
sionales de los niveles sutil o psíquico que, por otra part personal).20
?u~d~n o n,o. haber integrado. Es por ello que la terapill ¿Existe algún tipo de hilo conductor común a todos
Individual tlplCa suele centrarse en el fortalecimiento de ¡,
esos niveles de tratamiento? ¿Existe un rasgo común a los
fronteras (F-2), la aproximación y el restablecimiento d I
enfoques psicoanalítico, cognitivo, humanista y transper­
Contacto con los sentimientos de la sombra (F-3), la reCli
.sonal? En un sentido muy general, podríamos afirmar que
tructuración cognitiva (F-4), el diálogo socrático (F-5 y F..,6)
la conciencia, en y por sí misma, es curativa. Las distintas
y en temas concretos que van desde restablecer el contacto
escuelas terapéuticas mencionadas pretenden, cada una a
con los propios sentimientos (F,-3), hasta abordar las necesi
su modo, que la conciencia establezca (o restablezca) el
dades de pertenencia (F-4), la autoestima (F-5) y la autorrea­
contacto con facetas de la experiencia que anteriormente
lización (F-6). En ocasiones, estos temas van acompañados
se vieron alienadas, distorsionadas o ignoradas. 21 Y digo
de la necesidad de integrar experiencias cumbre e ilumina
que resulta cutativa por la sencilla razón de que.l~ reexpe­
ciones espirituales (de los niveles psíquico, sutil, causal y
rimentación plena de esas facetas puede permmr que la
no dual) que debemos diferenciar muy cuidadosamente,
conciencia reconozca esos elementos y, en consecuencia,
por cierto, de las estructuras mágicas y míticas prerraciona­
pueda desembarazarse de ellos, verlos como un o~jeto, di­
les. (Quienes deseen conocer con más detalle los pormeno~
ferenciarse y así separarse de ellos, trascenderlos e Integrar­
res de las diferencias existentes entre la magia y el mito
los de manera más global y compasiva, .
preformal y las experiencias psíquicas y sutiles posformales
El catalizador de la curación, en todos los casos, conSiS­
pueden consultar Los tres ojos del conocimiento.)
te en cobrar conciencia de una región de la experiencia que
. Como ya hemos vÚto, las terapias abiertamente regre­ es o se ha visto negada, distorsionada, falseada o ignorada.
Sivas (como las de Grof y Janov) tratan de reexperimentar
De este modo, una vez que entra o vuelve a entrar en la
aspectos de los fulcros más tempranos (prenatales, perina­
conciencia, dispone de la posibilidad de integrarse en la co­
tales y ~eonatales, es decir, F-O y F-l). La psicología psi­
rriente del desarrollo evolutivo, en lugar de permanecer atra­
coanalítica del ego y la psicología del yo, por su parte,
pado en un bucle distorsionado o alienado desde el cual enviar
LA ARQUEOLOGfA DEL Esr!RITU 17 1
17 O KEN WIl..IlER

síntomas dolorosos (como la ansiedad, la depresión o I d!'1 adulto; perro de arriba y perro de abajo; conciencia,
t 1',0 real, ego idealizado, falso yo,.yo auténtiCO, yo real, .padre
bia) como único signo de su prisión. El encuentro o
cuentro, pues, con las facetas distorsionadas o igno , rftico, superego, yo libidinal, etc.,22 que suelen experunen­
permite diferenciarlas (trascenderlas) e integrarlas (indu 1:lrse como voces diferentes de nuestro diálogo interno. Y,
las) en las olas continuas de expansión de la conciencia. .1lll1que existan casos extremos en que una o más subper­
Siempre existe, en suma, la posibilidad de que, \.'11 ,onalidades llegan a alienarse por completo ~dando en­
proceso que atraviesan las diferentes olas que produ('('n 1 lonces origen a la patología conocida con el nombre de
gran migración morfogenética que va desde la materia ha_f Irastorno de personalidad múltiple- en la mayor parte de
el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu, algunas facetas J los casos, sin embargo, la distintas sub personalidades sólo
la conciencia acaben escindiéndose, distorsionánd()~ · 'ompiten por la atención y el control de la conducta,.con­
reprimiéndose, ya se trate de la represión de algunos .1 Itgurando así una especie de sociedad subconsClen te
pectos del cuerpo, de la distorsión de algunos de los I de yoes con la que debe negociar adecuadamente el yo
mentas de la mente, de la negación de algunas facetas ti 1 proximal en cada uno de los estadios de su proceso de de­
alma o del hecho de desatender la llamada del espíritu. sarrollo.
en cada uno de esos casos, las facetas alienadas perdur,lI Cada una de estas sub personalidades puede hallarse
en forma de "estancamientos" o lesiones de la concien~ I t:n diferentes niveles del desarrollo en cada una de sus lí­
que se ven así escindidas o marginadas, provocando un neas. Dicho en otras palabras, las subpersonalidades pue­
fragmentación que da lugar a un tipo de patología 1.111 d.en formarse en casi cualquiera de los fulcros y por ello
depende, en gran medida, del nivel en el que tuvo lugar I puede hablarse de sub personalidades arcaica~ (F-O YF-l),
lesión. Conectarse o reconectarse, por tanto, con esas falo mágicas (F-2 y F-3), míticas (F-3 y F-4), raCIOnales (F-5 Y
tas, cobrar conciencia de ellas y experimentarlas plenament F-6) e incluso sub personalidades del alma (F-7 y F_8).23
permite que la conciencia diferencie (trascienda) e integre' La investigación realizada al respecto no sólo indica
(incluya) su importante aportación al flujo global del d que las diferentes líneas evolutivas se despliegan de un odo n:
sarrollo de la conciencia. relativamente independiente, sino que ocurre lo mIsmo
con las distintas subpersonalidades. Es por ambas razones
que las diferentes facetas de la conciencia de una persona
Subpersonalidades pueden estar en niveles muy distintos del de.sarrollo mo­
ral, de las visiones del mundo, de los mecamsmos de de­
Ya hemos señalado que el yo incluye numerosas subpers(Y fensa, de patología, de las necesidades, etcétera (que pueden
nalidades, algo que resulta especialmente significativo en ser cartografiadas por el psicógrafo integral que hemos
el campo de la patología, el diagnóstico y el tratamiento. presentado en las fIguras 2 y 3). El estado del niño, por
Los especialistas en el campo de las subpersonalidades se­ ejemplo, suele originarse en F-2 y F-3 y presentar, ~n. conse­
ñalan que la persona promedio tiene en torno a una dece­ cuencia, una modalidad preconvencional, una VISIón del
na de subpersonalidades conocidas con nombres tan mundo mágica y unas necesidades de seguridad, algo que
singulares como estado del padre, estado del niño y estado resulta evidente cuando la persona se halla atrapada en el
LA ARQUEO LOG1A DEL ESP (RIT U 17 3
172 KliN WII .I\ f.: R

estado de niño (y que se manifiesta en forma de berrilll ' . • do y estancado con)' unto de morales, necesidades,
,1ISOCla 1 b . I
de demandas egocéntricas, de una visión narcisista del mU I .. d 1 mundo _permanecen ocu tas y oICotean e
VISiones e .
do) que puede hacerse cargo de la personalidad, dirigir , n:cimiento y el desarrollo posterior. E~ cor:n 0 SI se tratara
durante minutos --o incluso horas- y finalmente dl.'s ¡\ . "sujetos ocultos", facetas de la conCienCia de la~ que el
necerse tan rápidamente como se presentó dejando a la p () no puede desidentificarse -y, en consecu.enCla, t.ras­
sana en su yo promedio más característico que, por 01 ' atrapadas en los recovecos 1I1conSClen­
,'cnder- que estan . b ' l'
parte, puede ser muy evolucionado. . . o desde donde envían derivados slm o lCOS
ICS d eI pSlqUlsm ,
Así pues, la existencia de nueve o diez niveles general ~'n forma de síntomas dolorosos. ,
de conciencia, visiones del mundo, patologías, modalidad El catalizador de la curación, una vez mas, es. cobr.ar
de tratamiento, no supone, en modo alguno, que la persnll Lonciencia de esas subpersonalidades, objetivarlas e 1I1~IUl~-
se encuentre exclusivamente en un estadio, que sólo dispoll asión' en términos generales, los 1I1dl­
Ias con m acomp yor' . d 1
ga de un tipo de mecanismo de defensa, que sólo pueda Vt'llI viduos presentan una sintomatología dom1l1a a por a
aquejada de un tipo de patología, que sólo esté atada a 1111 patología de una o dos subpersonalidades ~como un padre
tipo de necesidades y que sólo requiera, en consecuencia. d demasiado crítico, un perro de a~ajo que tiende al ~acaso~
un tipo de tratamiento. Porque el hecho es que la decl:I1,1 un estado egoico de baja autoestlma) Y en ellas ~e e ce~
las
aproximada de subpersonalidades puede hallarse en difert'n trarse la terapia. En la medida en que las patolog doml­
tes niveles del desarrollo, con lo cual el individuo tiene BU · ., dose (e integrándose consecuentemente
nantes van al IVlan de
merosos tipos y niveles de necesidades, defensas y patologí;L\ las distintas subpersonalidades) , tienden a aflorar - '- 'd un
. l' enos eVl en-
(desde la borderline, por ejemplo hasta la neurótica, la exis modo, en ocasiones, vlrulento- pato ogla.: ~ "
tencial y la espiritual) y puede, por tanto, responder POSil i tes hacia las que deberá orientarse la atenClOn terapeutlca.
vamente a una amplia variedad de enfoques terapéuticos Se trata, en tal caso, de subpers?nalida~e~ que tanto pue~
distintos. den incluir rudimentarios (arcaico y magICo) como trans
En su forma más benigna, las subpersonalidades son ersonales emergentes (alma y espíritu).. . .
simplemente las distintas formas que utiliza el yo para na P B contexto suele reactivar la emergenCia de las dlSt111­
vegar una determinada situación psicosocial y presentarse tas subpersonalidades. Una persona, po: ejem~lo, ~~ede
ante el mundo (en tanto padre, esposa, yo libidinal, yo moverse perfectamente en una determ111ada Slt~a~lOn t
exitoso). El único problema de las sub personalidades de­ verse, no obstante, en otra, desbordada por el pan~co, a
pende de su grado de disociación que se mueve en un ran­ . , la ansiedad. El alivio del problema dom1l1ante
depreslOn, fi . 1
go que va desde lo leve hasta lo moderado y lo severo, las en un área suele permitir que afloren a la su~er IC1e. pato ~
únicas dificultades aparecen cuando alguna de estas perso­ gías menos dominantes con las que debera trabaJarse.
nalidades, de otro modo funcionales, se escinde hasta el elemento terapéutico -cobrar conciencia- ayuda. a que
punto de llegar a disociarse y deja de acceder al yo cons­ el individuo advierta la existencia de las subper~,onahdades
ciente debido un trauma recurrente, dificultades en el de­ que, de ese modo, dejan de ~er "sujetos ocultos y se trans­
sarrollo, el estrés repetido o la falta de atención selectiva. forman en "objetos conscientes", c~n lo. cual su estanca­
En tal caso, las personalidades sumergidas -con su ahora miento desaparece en los niveles 111fenores en los que
lA ARQU EOLOGIA DEL E$l'(RITU 17 5
I 71 I\I' N \XIII.II I'.I\

duna ar ueología profunda, no se su·


originalmente se disociaron, pueden reintegrarse al y \.lInente se trate e q 1 futuro no es una
el pasado como en e ,
convertirse así en el flujo continuo de la evolución d Il\crge tanro en 1 1 olvoriento sino el Ola
, noS reve e e ayer p
conciencia. Poco importa, en este sentido, cuán n .ll'queo1og1a que d ' a tanto los fósiles lk
d ' e y no esennerr
sas sean esas subpersonalidades, porque la tarea del yo pro II.ma resp 1an eClent 1 de la involución. Así
., los tesoros ocu toS
mal consiste en integrar y armonizar el coro de vo 1
\., evo uClOn como 1. .or no es para volver
. ambullimos en e mten
múltiples y alentar así su camino de regreso a la Fuente:. pues, S1 nos z . 1
. " ara ir haCla ade ante.
haCla atras, smo P d ta expedici6n arquco-
Veamos ahora un resumen e es
La arqueología del yo lúgica: . d F 1 en la superficie más externa dd
Al com1enzo , e - '1 amente fundido y confundido
La figura 10 puede ayudarnos a resumir la discusión ant espíritu, el yo esta c~almp et diría Piaget "el yo es, por
L'on e1 mun ,
do maten o, como ' 1os
rior en torno a los estadios del desarrollo del yo y su po i .1 .al" Es comprensi' ble, por tanto 'que
.
ble patología. Se trata de nuevo del Gran Nido del Ser. :1sí deClr o, maten . . ver con una inqUll'­
aunque presentado, en esta ocasión, de un modo que evi lroblemas de este estadlO tengan qu~ . f til y ciertas
I s del yo el autlsmo m an
dencia los grados de profundidad interior. Dicho en otra lante falta d e f rontera 'd diente a
. . ' La visión del mun o correspon
palabras, las figuras 1 y 6 representan claramente el hecho lormas de pSiCOSiS. . . . . V"
. . ncienCla arcaica no S~ ,
'ste estadio es la arcaica y Si esa co
de que las esferas superiores trascienden e incluyen las in
materia
feriores, mientras que la figura 10 ilustra que las esferas
más elevadas son experimentadas como más internas y, en cuerpo

consecuencia, más profundas que las inferiores que, a su persona


vez, son experimentadas de un modo más superficial, charo
y externo. En este sentido, por ejemplo, el cuerpo es experi­
mentado como algo más interno que el entorno físico; la
mente es experimentada como algo más interno que el cuer­
po; el alma es experimentada como algo más interno que la
mente y en lo más profundo del alma se halla el espíritu
puro que trasciende e incluye todo lo demás, llegando in­
cluso a trascender toda diferencia entre interior y exterior.
La figura 10 evidencia esta visión arqueológica del es­
píritu en donde la eliminación de los estratos más superfi­
ciales del Yo va revelando olas cada vez más profundas de
la conciencia en un proceso que no supone tanto una re­
gresión al pasado como una emergencia de potencialida­
des cada vez mayores y nos impulsa hacia adelante, en
Figura 10. Estratos del Yo
dirección de nuestra evolución futura. Porque, aunque cier­
176 KEN WILBER

adecuadamente diferenciada (trascendida) e intl:gr.1 t


suelta), puede ocasionar patologías muy primitivall,
caso, el viaje del yo se ve boicoteado en su primel
111
L<\ ARQUEO LOClA DEL ESPfRlTU

Ihlll'rsonalidadcs impulsivas), desde donde .gen~ran más


,111 y dolor que cuando estaban en la conClenCia.
I.os fulcros que van de F-l a F-3 son fundamentalmen­
177

I
sus repercusiones son muy severas,24 ''I',océntricos y preconvencionales (v.é~e el capít~o 10
En F-2 (el estadio de separación-individuacioll ) l' 1.1 l' 'visar las posibles experiencias esplfltu~eS de la lll~~­
yocuerpo emocional se diferencia de las emociones 11) de modo que la fijación en estas modahdades narclSlS­

timientos de los demás. Los problemas presentes ('11 1 1 Illantiene a la conciencia gravitando en torno a l.a

estadio pueden contribuir a la aparición de trastorno" II lll'rtlcie del Yo, desviándole así de su viaje a las p~ofundl­
derline y narcisistas, en los que el yo se rd aciona l OI .1"ks hacia los estratoS arqueológicos más superfiClales.
mundo y los demás como meras extensiones de sí mi "l Al comienzo, el yo mental es poco más que un nom­
(narcisismo), o a problemas en los que el mundo inva { l." .; luego se convierte en una idea rudimentaria sobre uno
perturba dolorosamente al yo (borderline) , debido a tll 111 ismo y, con la emergencia de la mente regla/rol y la ca-

éste no se ha diferenciado todavía claramente de aqu~1. I 1'¡ll,¡dad de asumir el papel de los demás (F-4), no tarda en
visión del mundo correspondiente a este estadio es la m. I 11Ilvertirse en un yo rol (o persona) . La visión del m~~do
ca, desde la que el yo pretende operar mágicamente soh Il1ll pia del fmal de F-3 y del comienzo ~e F-4 e~ la mltlca,
el mundo mediante el poder de su fantasía omnipotente. I \,) que significa que los roles más rudlmentanos son los
entorno se halla plagado de desplazamientos animísriu ) IlI!eS arquetípicos colectivos (entre los cuales cabe destacar

(pero no en la forma sofisticada del "panenteísmo", sinn ,.\ rol de padre fuerte, de madre protectora, de guerrero, de
como simples proyecciones antropomórficas de los propio 1l1cntiroso, el anima, el animus) que, por otra parte, suelen
impulsos) yel "mundo mágico" reina por doquier. Las COII hallarse representados por los dioses y diosas concretas de
diciones borderliney narcisista se asientan en el estancarnielllo las mitologías del mundo entero (Perséfo~e, ~~m~ter, Z.eus,
evolutivo en este nivel (yen las correspondientes subperso Apolo, Venus, lndra). Y, aunque la invesugaClon J~~gUlana
nalidades mágicas). realizada en este sentido indique que esos roles mmcos ar­
En F-3, el yo mental comienza a emerger (inicio del quetípicos constituyen nuestro legado colectivo, debemos
ego o persona) y a diferenciarse del cuerpo, de sus impul­ advertir que, en la mayor parte de los casos, no suelen tener
sos, de los sentimientos y de las emociones y trata de inte­ nada de transpersonal (una confusión, por otra parte, muy
grarlos en el nuevo yo conceptual, un paso cuyo fracaso (al común en los círculos junguianos y de la nueva era) .25 Por­
que habitualmente se denomina complejo de Edipo o com­ que hay que decir que la mayoría de estos roles míticos forma
plejo de Electra) suele contribuir al desarrollo de ras neu­ simplemente parte de las numerosas (sub)personalidades que
rosis clásicas: ansiedad, depresión, fobia, trastornos pueden existir en el nivel míticO y prefor~al del desarrollo
obsesivo-compulsivos y culpa excesiva generada por el re­ de la conciencia y no son, en consecuenCla, posformales y
cién internalizado superego. En tal caso, el yo conceptual se trampersonales, sino preformales y colectivos. Es verdad
siente desbordado por los sentimientos y sensaciones corpo­ que existen unos pocos "arquetipos superiores" - como el
rales (especialmente el sexo y la agresividad) y trata de de­ "anciano sabio" y el mandala, por ejemplo- que son, en
fenderse de ellos desterrándolos al sótano (en forma de ocasiones, símbolos de los dominios transpersonales, pero
178 KEN WILBER
LA ARQUEOLOGfA DEL ESl'ilUTU 179
que no necesariamente transmiten la experiencia din:ct
26 JI ,Ir de los roles convencional-conformistas y ~I yo mÍti­
esos dominios. En cualquier caso, ahora estamos cen
11 pertenencia (la persona) a un yo posconvenclOn~l, glo­
donas en e! nivel mítico literal-concreto.
Itll y mundicéntrico, es decir, al ego maduro (conSCIente e
Los roles preformales arquetípicos se ven canso!'
IlIdividual, por utilizar la versión de Loevinger). Ahí ya no
dos por los roles culturales concretos que e! niño
I Irata sólo de nosotros (mi tribu, mi clan, mi grupo o mi
en este estadio de su desarrollo gracias a la relación con
" " i6n), sino de todos nosotros (todos los seres humanos
familia, los compañeros y e! mundo social, en general.
111 excepción alguna, independientemente de raza, reli­
precisamente en este nivel donde pueden aparecer
ht11, sexo y credo). Entonces la conciencia renuncia a su
mas y disfunciones muy diversos que contribuyen a lo II
In:cha identificación con las superficies y se zambulle en
genéricamente se ha denominado patología guión. y, pu r
ludo lo que es común a la humanidad, ~in olvi?ar la~ for­
que la visión de! mundo propia de este nivel es la mfti
III.I~ de compasión que son universales, ImparcIales, Justas
(mítico-pertenencia), la terapia más adecuada para abo
\' IHIenas para todos.
dar los problemas que se presenten en este nivel suele cen
Los problemas que pueden presentarse en este estadio
trarse -llamémosla como la llamemos-. en e! desarrai
[1: 5) suelen asentarse en la difícil transición que conduce
de esos mitos y su reemplazo por otros guiones y roles 111
desde los roles conformistas y la moral establecida a los
adecuados y menos dañinos. Aun e! enfoque junguian
Itlincipios universales de la conciencia y de la. identida~
que, en ocasiones, exagera e! valor de lo mitológico, pro
¡losconvencional. ¿Quién soy yo?, no lo qu~ dIce .mama,
de diferenciando e integrando los motivos míticos pa
papá, la sociedad o la Biblia, sino según mI propIa con­
luego llegar a trascenderlos. 27
1 ¡,'ncia más profunda. La "crisis de identidad" de la que
Pero ¿qué es lo que realmente está ocurriendo aquí? Al
Ilabla Erikson constituye un excelente resumen de los pro-
pasar de lo preconvencional y narcisista a lo convencional ' 28
lil 'mas que suelen afectar a este esta d10.
y mítico-pertenencia, la conciencia pasa de 10 egocéntrico
En la medida en que emerge la visión-lógica, la con­
a lo sociocéntrico, se amplía y profundiza desde e! mí has
1 i 'ncia posconvencional va adentrándose en los proble~~s
ta e! nosotros y, de ese modo, se zambulle en una nueva
d ' la existencia humana, la vida y la muerte, la autentIcI­
profundidad de su viaje arqueológico hacia e! Yo. Así es
dad, la integración entre el cuerpo y la mente, la autorrea­
como abandona las descoloridas y rudimentarias superfi
lización, la conciencia global y el abrazo holístico, temas,
cies y, renunciando al narcisismo y la superficialidad, se
lodos ellos, a los cuales resumo con e! término centauro
sumerge en lo profundo y da un paso más hacia el Yo co­
(los estadios autónomo e integrado de Loevinger). Enton­
mún que nunca deja de resplandecer a lo largo de todo el
1(.' $ en este viaje arqueológico hacia el Yo, la conciencia
proceso de desarrollo. Y, en e! paso que conduce de lo
Irasciende los dominios de lo personal y comienza a res­
mágico y egocéntrico a lo mítico y sociocéntrico, la con­
plandecer más plenamente el brillo de! Espíritu, tornando
ciencia aumenta su intuición acerca de la esencia de ese Yo
l:ada vez más transparente al yo.
que todo lo impregna.
Y lo más curioso de este viaje es que, cuanto más pro­
Con la aparición de las capacidades reflexivo-forma­ f~mdizamos, más se amplía nuestra conciencia, En el ex­
les, el yo puede profundizar todavía más en su camino y
traordinario viaje arqueológico de! Espíritu, cuanto más
I Ho I\I',N WILBER LA ARQUEOLOGíA DEL ESPfRITU 18 1

profundo es el nivel, abarca más, como si nos aden !JI! más profundas y abarcadoras. Experimentada .ant~­
mas en una interioridad que nos llevase más allá de lillrmente sólo en las experiencias cumbres o como l~tUl­
tros mismos. En el interior de la materia está el Ilc')l\ de fondo de la inmortalidad, el asombro y la graCla, el
pero el cuerpo vital trasciende en muchos sentidos ;¡ .II11a comienza ahora a ocupar un lugar más permanente
materia; las sensaciones permiten responder, cosa que Illla conciencia. Todavía no es infinita y omniabarcadora,
hacen las rocas; las percepciones permiten reconocer II pero ha dejado ya de ser meramente personal y ~~rtal y se
mundo que permanece aletargado para los seres insensihl I ~'vela como la gran intermediadora entre el ES'plfltu ~uro
y las emociones conmueven al cuerpo, mientras que J \' d yo individual. El alma puede aba:car el remo ordm~­
jo en el misticismo natural, zambullme en las profu~dl­
materia inerte se ve condenada a aguardar en silencio. 1
la misma manera, en el interior del cuerpo vital está la mcnr d;ldes del misticismo teísta, conferir sentido a toda la vI~a,
trascendiéndola en muchos sentidos; el cuerpo experimC'1l impregnar de gracia todos los rincones del psiquis~o, bnn­
ta sentimientos, pero la cognición mental puede asumir I dar la posibilidad de permanecer ecuánime en medIO ~e I~
rol de los demás y, de ese modo, ampliar la conciencia d .~ Hechas y dardos de la insultante fort~na y ll.enar de mlsen­
de 10 egocéntrico hasta 10 sociOcéntrico y lo mundicéntri ,'ordia todo lo que toca con tan sólo invertir la concentra­
ca} el cuerpo permanece aletargado en el presente ingenuo. c.:ión de la mente y dirigirla hacia el interior.
m~entras que la mente articula el pasado y el futuro y pcr Pero las enfermedades del alma no dejan de ser enfer­
mlte trascender así la inmediatez de los impulsos corpora medades y son muchas las patología.s que acosa~ e! desa­
les y concebir el mundo de lo que puede y debe ser. rrollo psíquico y sutil. Tal vez las pnmeras y mas s~mp~es
Pero, en las profundidades de la mente y del yo, cuan sean aquéllas provocadas por la irru~ción de expenenclas
do la mente permanece muy, muy silenciosa, uno pued cumbre de los niveles psíquico y SUtil, antes de que se h:­
escuchar, más allá de ese infinito silencio, el susurro d 1 yan convertido en actualizaciones permanentes ~ olas ba­
alma, un susurro que nos lleva mucho más allá de 10 que la .
SIcas de la propia conciencia. Como ya hemos. VISto,, una .
mente nunca hubiera podido imaginar, más allá de 10 qu persona que se halla en el nivel arcaico, m~glc?, mmco,
la razón nunca hubiera podido comprender, más allá de lo racional o centáurico puede tener una expenenCla cumbre
que cualquier lógica hubiera podido SOportar. y ese lev,' de cualquiera de los estados superiores (psíquico, sut~l, ~u­
Susurro nos transmite el eco remoto de un amor infinito. sal y no dual), pero hay casos en qu~ estas expenenclas
imágenes de una vida que el tiempo olvidó, destellos de pueden ser tan perturbadoras que termInen ~ese~cadenan­
un~ beatitud que no debe ser expresada, la encrucijada in­ do -especialmente en las personas con defiCIenCIas en F-l
fintta en la que los misterios de la eternidad insuflan vida o F-2- un auténtico brote psicótico. 29 Hay otr~s c:asos,
en el tiempo mortal, en donde el sufrimiento y el dolor por el contrario, en los que el resultado ~s u~ surgImIento
olvidan su nombre, esta secreta y silenciosa intersección espiritual,30 y aun otros en los ~ue .Ia eXfenenCla pu.ede trans­
entre el tiempo y 10 atemporal a la que tradicionalmente Se formar positivamente la propIa vlda. 3 En cualqu~era?e los
ha conocido con el nombre de alma. casos, no obstante, la comprensión de la expenenCla ?~­
Ahí, en 10 más profundo de lo personal, descansa 10 pende de la comprensió~ tanto ?el nivel en el que se angI­
transpersonal que nos abre el camino a dimensiones mu- na la experiencia (psíqUICO, SUtil, causal y no dual) como
LA ARQUEOLOGfA DEL ESPfRITU 183
182 KEN WII.BEI(

del nivel desde el cual se experimenta e interpreta (arcai Cada vez es mayor el cuerpo de evidencia recopilado
mágico, mítico, racional, centáurico o, dicho más exact por la literatura especializada moderna en torno a las en­
mente, del nivel de desarrollo del yo y de las líneas relacio fermedades del alma, utilizando tanto las técnicas pro­
nadas con el yo, que incluyen la moral, las necesidades, l. porcionadas por las disciplinas espirituales tradicionales
v~siones del mundo). Como ya hemos visto, una experien como por la psicoterapia actual (varios de cuyos enfoques
Cla cumbre transpersonal es experimentada e interpretad están enumerados en la nota final).33 En lo que respecta a
de un modo muy distinto en cada uno de los diferem las técnicas más tradicionales -que también deberían for­
estadios del desarrollo moral y todos los niveles y líneas, mar parte de cualquier enfoque integral- he señaiado en
por tanto, deben ser tenidos en cuenta a la hora de valora las tablas el camino de los chamanes/yoguis, el de los san­
la naturaleza de un surgimiento espiritual determinado y. ros, el de los sabios y el de los siddhas, relacionados con
consecuentemente, de determinar el enfoque terapéutico los dominios psíquico, sutil, causal y no dual, respectiva­
más adecuado). Dicho en otras palabras, el psicógrafo int mente.34
gral del individuo es una excelente guía para este -y tam En nuestro viaje arqueológico hacia el Yo, hemos lle­
bién para cualquier otro- enfoque terapéutico. gado a un punto en el que el alma ha emergido de las
Más allá de los estados no ordinarios y de las experien profundidades internas de la mente y señala el camino hacia
cias cumbre provisionales se halla la realización permanente un mañana mejor. Pero, al igual que ocurrió con Moisés,
y, en la medida en que la conciencia se adapta a los domi el alma puede ver de lejos la Tierra Prometida, pero no
nios del alma, también pueden presentarse una serie d llegar nunca a pisarla. Como dijo Santa Teresa, cuando la
patologías. 32 El yo puede verse desbordado por la luz, per mariposa (alma) emerge de la muerte de la crisálida (ego)
derse dolorosamente en el amor o verse inundado de un a la pequeña mariposa debe morir. Cuando el alma se aquie­
generosidad que sus fronteras no logran contener. Tam ta y descansa, el testigo se libera de su identificación final y
bién puede ocurrir, por el contrario, que el ego se hinch se disuelve en el Fundamento omnipresente; cuando caen
hasta alcanzar dimensiones desproporcionadas (un caso qu las últimas capas del yo, lo único que queda es la Vacuidad
es frecuente cuando quedan residuos de tipo borderlint'­ pura; cuando finalmente se relaja la contracción del yo,
narcisista). Entonces puede generarse una escisión entr éste desaparece en la inmensidad del espacio vacío y el Es­
los dominios superiores y los inferiores, especialmente en píritu, en tanto conciencia omnipresente, el yo queda li­
tre el alma y el cuerpo, que puede terminar reprimiendo y bre, nunca realmente perdido y, por tanto, nunca realmente
disociando ciertos aspectos del alma (produciendo subper encontrado. Y, en medio de la conmoción de la evidencia,
sonalidades F-7 y F-8, que no se caracterizan tanto por I el mundo se nos revela tal y como siempre ha sido.
ascenso de impulsos inferiores como por el descenso de los En la mayor profundidad tiene lugar el abrazo más abar­
superiores). También puede ocurrir que la conciencia per­ cador. En la conciencia omnipresente, el alma se expande
manezca fundida con el alma ~uando debería comenzar a hasta los rincones más ocultos del Kosmos en los que lo
des identificarse de ella. y no debemos olvidar tampoco la único que perdura es el Espíritu, el simple mundo de lo que
primera y más senciUa de todas las patologías de este nivel. es. La lluvia deja entonces de caer sobre usted y comienza a
que consiste en negar la existencia misma del alma. empapar su interior; el sol resplandece desde el interior de
LA ARQUEQLOClA DEL ESP{R1TU 1 85
184 KEN WILIlER

su corazón y sus rayos se orientan hacia el mundo I liferentes líneas del yo", del capítulo 9 volveremos sobre
I \l' punto y expondremos otra razón por la cual los dis­
ciéndolo con su gracia; las supernovas se arremolinan en
conciencia, el trueno es el sonido de su eufórico corazón IIIIIOS "yoes" pueden estar superpuestos y, en cierto modo,
los océanos y ríos no son sino el latido de la sangre al ril 1'I',uir existiendo.)
de su alma. Los mundos infinitamente ascendidos de la h La cuestión es que el adulto promedio suele llegar a la
11 l :Ipia con un cuerpo físico, uno libidinal/emocional, una
danzan en el interior de su cerebro, los mundos infinil
mente descendidos de la noche se precipitan a sus pies y I o más de una- imagen corporal, una --o más de una­
nubes se desplazan en el inmenso cielo de su mente, mi Il('r~ona o rol convencional, uno -o más de uno-- estado
t I',oico (con la presencia ocasional de complejos y subperso­
tras el viento sopla en el espacio vacío que anteriormt"nt
solía ocupar su yo. En el mundo evidente y cristalino de 1\ lI,didades disociadas) y un alma y un espíritu que aguardan
solo gusto, en donde interior y exterior se develan Rccioll 1'1 momento del verdadero nacimiento. 35 Las terapias inte­
f, 1 ales que abarcan el espectro global y trabajan con el cuer­
ilusorias, yo y el otro se evidencian como una mentira 01
cena; la simplicidad omnipresente es el sonido de una su 1',), la sombra, la persona, el ego, el yo existencial, el alma y
mano aplaudiendo locamente por toda la eternidad y I \ l 'spíritu, tratan de fomentar la toma de conciencia de to­
único que puede escucharse es el sonido de la lluvia rl"p dLl.s esos niveles y favorecer así el extraordinario viaje de re­
11Imo al Yo y al Espíritu, que sustenta al tiempo que alienta
queteando en el tejado. En lo más profundo se halla lo 111
simple y el viaje concluye, como siempre, en el mismo pu 1.1 lotalidad del proceso del desarrollo.
El terapeuta del espectro global, en suma, es un ar­
to en que empezó.
qm:610go del Yo que, como ya hemos dicho, no se ocupa
LllltO de exhumar el pasado como de sacar a la luz el futu­
111. Esta arqueología profunda no se adentra para desente­
Una terapia del espectro global
11 :11' algo que se hubiera sepultado como para descubrir el

IIds allá, lo recién emergente. Estos estratos más profun­


Convendría ahora subrayar unos cuantos puntos relevan
,IIIS nos impulsan hacia adelante, no hacia atrás; son estra­
tes respecto de esta arqueología del Yo. Como hemos seh ,
IIIS de Eros, no de Tánatos y no conducen a la tumba del
lado en la segunda columna de la tabla la, las olas general
del desarrollo del yo (yo material, cuerpo yo, persona, t'~l , .Iyer, sino a un mañana que todavía aguarda nacer.
(Tal vez, en este proceso de despliegue de potenciales
centauro y alma) no se asemejan tanto a los diferentes p 1
daños de una escalera como a distintas corrientes sup I '.Ilperiores del Yo que ya ha emergido y se ha visto reprimi­
do, perdido o alienado, sea necesario experimentar una
puestas del desarrollo del yo, que -excepto el casO d
patologías como la escisión de subpersonalidades- sigll I "ll'gresión terapéutica al servicio del yo" -una regresión
funcionando a modo de subholones del desarrollo suh i Id pasado, a los estratos más superficiales- para restable­
,1'1' el contacto con el yo material, con el yo libidinal, con
guiente. Como ilustran las flechas continuas de las rabi
11Is guiones tempranos distorsionados, liberar sus distor­
1a y de la figura 10, cada uno de los distintos fulcros
discreto, pero las capacidades funcionales de cada yo p r .llInes y reintegrarlas al flujo continuo del desarrollo de la
duran a lo largo del desarrollo subsiguiente. (En la secl'i¡ I , 'Hlciencia para poder reanudar el viaje a las profundida­
186 KEN W ILBER
LA ARQUEO LOGIA D EL ESprRlTU 187

des libres de las distracciones ocasionadas por todas e, Irasciende con mucho cualquier posible conceptualización,
perturbaciones superficiales. Digamos, en este sentido, qu IIlla y otra Vf':Z he visto que las discusiones desembocaban
lo que suele denominarse "psicología profunda" -la p. I ['n una vía muena, porque a alguien no le gustaba la no­
cología freudiana , por ejemplo-- es, desde esta perspcC" I I ! ión de "altura" o de "ascenso", porque otro odiaba el tér­

va, una "psicología superficial", que no ahonda tanto mino "interno", o porque a un tercero le desagradaba la
las profundidades como en la superficie del Yo). I'<llabra "profundidad". El hecho, pues, es que no siempre
Cuando hablo de desenterrar las olas más profunda Jesuita fácil captar las verdades parciales que transmite cual­
del Yo, no estoy refiriéndome, en modo alguno, a recup r¡uiera de esas metáforas.
rar algo predeterminado, una especie de cofre del tesor En Forgotten Truth, Huston Smith señala que las tra­
oculto que aguarde la excavación que le rescate del olvidll, diciones suelen referirse a los niveles superiores de la reali­
sino tan sólo que esas olas profundas son los potencial dad como niveles más elevados y a los niveles más grandes
básicos de la condición humana y, en última instancia, d del yo como más profundos, como si, cuanto más se eleva­
todos los seres sensibles. Cada individuo descubre las prt ra uno en el Gran Nido del Ser, más profundamente se
fundidades de las que todos disponemos de un modo ( ) ;Jclentrase en su propia identidad. Éste es, precisamente, el
lectivo (todos nosotros tenemos cuerpos, mentes, almas enfoque que he asumido en la Arqueología del Yo, un enfo­
espíritus que no han sido creados por nosotros), pero cad que completamente legítimo que, al igual que ocurre con
uno de nosotros lo hace creando los rasgos superficiales d lodas las buenas metáforas, recurre a algo familiar para tra­
cada ola singularmente suyos (lo que cada uno hace COIl s I lar de comprender algo desconocido. Todos experimenta­
cuerpo, su mente, su alma y su espíritu). Cada uno d mos al cuerpo como algo dentro del entorno físico y a la
nosotros tiene que andar su propio camino futuro y ell mente como algo dentro "del cuerpo. En este sentido, he
rape uta de espectro global es un asistente en este extraor lItilizado la metáfora de la profundidad para indicar que el
dinarío viaje de descubrimiento y creación. :dma es también algo interno en la mente (algo que va mu­
¡,;ho más allá de la mente) y que el espíritu está dentro y
mucho más allá del alma, trascendiendo todo y abarcando
Profundidad y altura todo. Las imágenes de los "estratos de profundidad" o de las
"capas del Yo" (de las que nos habla el Vedanta y las siete
Concluiremos este capítulo diciendo unas pocas palahr.• moradas del castillo interior de Santa Teresa, por ejemplo)
en torno a las metáforas de "profundidad", "altura", "a l:onstituyen, pues, una exquisita metáfora y un poderoso
censo", descenso". En la primera parte de esta preselll ,1 recordatorio de que lo que habitualmente se asume como
ción he recurrido a la metáfora de niveles y olas "superiorc:s", "profundo" suele ser, a menudo, muy superficial.
como si el desarrollo de la conciencia implicara un aSCCO N1 y lo mismo podríamos decir respecto de la metáfora
de la conciencia. Luego he cambiado a la metáfora "pro de la "altura", aunque, como Huston nos recuerda, suele
fundidad", que representa el mismo proceso como un" aplicarse a los niveles de realidad. En última instancia, ha­
inmersión. y, por más que se trate de metáforas útil , hlar de niveles de realidad y de conciencia son dos modos
porque subrayan aspectos diferentes de una conciencia <J1I de hablar de lo mismo y por ello podemos hablar del as­
1 88 KEN WILBER
LA ARQUEOLOGIA DEL ESP{RlTU 189

censo de la conciencia, de las alturas del alma y del esp


1',11 (como los impulsos arcaicos, las emociones vitales y
y del mo:imiento trascendente que es transpersonal y 1,1\ bntasías mítico-mágicas) formarían parte de la "psico­
praconsClente. Además, esta metáfora se asienta en
1III',ía profunda" (que realmente significa una psicología in­
que todos co~ocemos muy bien: cada vez que pasamo,
I11iO!" Yprimitiva), mientras que todo lo que fuese superior
una perspectiva a otra más amplia, sentimos que nos
1I t;go (como el Dharma y el espíritu) formaría parte de
mos elevado sobre la situación y tenemos una sensación
1111,1. "psicología de las alturas". Según la perspectiva pro­
liberación, .de expansión y de trascendencia. Así, pasar
pllrcionada por esta metáfora, la evolución consiste en el
lo, eg~céntnco ala etnocéntrico, lo mundicéntrico y lo l
,I~l 'nso desde la materia hasta el cuerpo, la mente, el alma
ce~tnco es ascender a esferas cada vez mayores, más a
l' ,.\ espíritu; la involución constituye el descenso de la
piras, más elevadas, más libres, más inclusivas, 111
1 ol'lciencia a través de todos esos vehículos; la regresión es
trascendentes y más compasivas. Se trata de un ascen
I movimiento hacia atrás en la línea de la evolución y el
que, en ocasiones, se experimenta de un modo muy ,nn
,k'sarrollo, por último, representa el movimiento hacia
creto como cuando, por ejemplo, la energía de kundali
,Idante en esa misma línea. 36 (En la metáfora de la profun­
sube a través de la columna vertebral. Además, la metáf()
,Iidad, por su parte, la regresión es el movimiento hacia la
de la verticalidad también funciona porque existen 111
uperficie, mientras que el desarrollo es el movimiento ha­
chas experiencias espirituales en las que el sujeto siente qu
1 i,lla profundidad ... las mismas cosas pero diferentes me­
el espíritu ,de~ciende. s?bre él (un factor subrayado po
muchas practicas esplfltuales como, por ejemplo, el d I.Horas.)37
Seguiré utilizando todas estas metáforas y será el con­
cen~o. de la supermente de Aurobindo o el descenso d 1
Il"llto, en cada caso, el que haga expHcito a cuál me refiera
Esplntu Santo de los gnósticos). Y esto es también lo qu (In figura 10 se centra en la metáfora de la profundidad,
nos recuerda la metáfora del ascenso al Espíritu a través J
IIlientras que las figuras que van de la 1 a la 9, por el con­
Eros y del descenso del Espíritu a través del Ágape.
1rario, subrayan la metáfora de las alturas), pero en cual­
Pero de~emos ser muy cuidadosos a la hora de esped
'Iuiera de los casos, debo insistir en que ambas metáforas
ficar la metafora que estemos utilizando porque, en cad 1
~,II11, a su modo, verdaderas, que toda interioridad es, al mis­
una de ellas, el térmi.no "profundidad" tiene un significa
1\10 tiempo, un más allá; y que la función del terapeuta que
do completamente diferente. Así, en el caso de la metáfor.. \t" ocupe del espectro completo del desarrollo debe cumplir
a~queológica, ~or ejemplo, el término "profundidad" sig
on una función de guía hacia esas profundidades cada vez
1

l11fica una realidad mayor, mientras que, en el de la med


lIlayores que nos revelan alturas cada vez más elevadas.
fora ascendente, profundidad significa menor realidad.
Podríamos, para ejemplificar este punto, utilizar la
m~tá~ora a~cendente, como hizo Assagioli, y hablar d
I ,os cuatro cuadrantes o la terapia integral
la pSlCologla de las alturas" y de la "psicología profunda",
en ~onde la es:imación de la "altura" y de la "profundi Adviértase que los factores mencionados se centran casi
d~d dependena de su relación con el ego racional prome­
ex:clusivamente en el desarrollo interior del individuo (el
diO. Desde este punto de vista, todo lo que fuera inferior al uadrante superior-izquierdo) Y que, en consecuencia, to­
LA ARQUEOLOGlA DEL ESP!RJT U 191
19 O KEN WILlIER
I 1'111. una sociedad cuya modalidad de producción sea
das las conclusiones señaladas, aunque válidas, d
.. 11111 '1'ltalmente alienante (cuadrante inferior-derecho)
ubicadas en el contexto del resto de los cuadranl
'11.1 que el trabajador reciba un salario miserabl.e por
cuando sólo tratemos de comprender el desarrollo I
'l ,dl.ljO deshumanizante- se reflejará en una baja au­
tología individual. Nunca hay que olvidar la estrl:l h"
I \lila individual (cuadrante superior-izquierdo) yen un
ción existente entre los cuatro cuadrantes (que
11 10 ulllamiento químico cerebral (cuadrante superior-de­
completamente imbricados) y que todos son necesariu
11 .. ) llue puede llegar incluso a institucionalizar el abuso
comprender las patologías que afectan a cualquiera d .
, I di ohol como una forma de automedicarse. De mane­
. Ya hemos visto que los eventos objetivos de 1.1
I II!lilar, una visión cultural del mundo que minimice a

1 IlIlIjer puede provocar una amputació~ de~ pot~ncial


ciencia individual (cuadrante superior-izquierdo) eSI 11
trechame~te ligados a los eventos y mecanismos obj 11
"1I1"nino y una química cerebral que instituCIOnalICe lc-
~el orgamsmo (cuadrante superior-derecho), los hechm
tienen lugar en el tallo cerebral, el sistema límbico, el11l'o I .1111 'nte el uso del Prozac. .
y lo mismo podríamos decir desde la perspectiva de
t~x, las ~au:~s ~e onda cerebral (alfa, beta, theta y delta) ,
' lI. quier otro cuadrante. Cercene cualquiera de:os cua-
smcrOnlzaClon mterhemisférica, la tasa y desequilibrius d d
d..lllres y todos los demás tenderán a sangrar. Cada vez
neurotransmisores. 38 Así pues, cualquier intento de Cul!
I 1.1I110S más cerca de una visión que considera a las "pato­
prender la psicopatología individual deberá tener cuidad,
!t'l',fas" individuales como la cúspide de un enorme iceberg
'1"L' incluye a los estados del yo, las visiones cul:~rales del
samente en cuenta los factores incluidos en el cuadran t
su~eri~r-~er~c~o, es decir, las verdades parciales de la p I
IIl1llldo, las estructuras socicJes y el acceso espmtual a la
qUlatna blologlCa centradas en los tratamientos farmaenl
lJl'ofundidad.39 Y con ello no estoy diciendo que la terapia
g~c~s y médicos de la psicopatología (algO, obviamente, mu
lI,dividual carezca de importancia, sino que, en muchos sen­
tidos, no es más que un pequeño fragmento de u~ mundo
dlstmto al hecho de reducir la conciencia a los eventos qu
tengan lugar en el cuadrante superior-derecho.)
,Iisfuncional, que dista mucho de ser integral. Este es el
Y también debemos prestar atención a las corrient<:~
Illotivo por el cual la terapia integral no debe limitarse a ser
culturales may?res (cuadrante inferior-izquierdo) y a la"
('xclusivamente individual, también debe tener en cuenta
~structuras sociales (cuadrante inferior-derecho) que son
los aspectos culturales, sociales, espirituales y políticos ..
mseparables del desarrollo de la conciencia individual. 'Qué
. , pue d e tener, por ejemplo, integrar a una persona ' Cualquier terapia integral debería, por tanto, onen­
Interes
tarse a tantas facetas de los cuadrantes como sea posible.
en una cultura enferma? ¿Qué significado tiene ser un nazi
The Future ofthe Body, de Mike Murphy, es un excelente
bien ajustado? ¿Acaso eso es un signo de salud mental o tal
compendio de esa visión integral, como también lo es What
vez el único sano en una sociedad enferma sea la persona
Really Matters, de Tony Schwartz. Por mi parte, en El ~jo
mal adaptada?
del Espíritu subrayo algunos de los aspectos de cualqU1~r
Todas éstas son consideraciones cruciales. Una mal­
visión auténticamente integral y lo mismo hace The Life
formación - una patología, una "enfermedad"- en cual­
We Are Given, de Murphy y Leonard, una recomendable
quiera de los cuadrantes puede repercutir en todos ellos, . 1" 40
guía para un en f,oque mtegra practico.
porque todo halón presenta esas cuatro facetas. Así, por
] 92 KEN WILIlER LA ARQUEOLOGIA DEL EspIRIT U 193

Pero cualquiera puede diseñar su propia práctica in! Visión: adoptar una filosofía consciente de la vida, visuali­
gral. La cuestión consiste en ejercitar simultáneamente t zaciones, afirmaciones.
das las capacidades y dimensiones fundamentales J
cuerpomente individual (físico, emocional, mental, social, Espiritual " ..
cultural y espiritual). En Diario, he presentado mi re(,;o Psíquico (chamán/yogui): chamalllsmo, mIStlCISmO natu­
mendación para una terapia integral ("omninivel y omll i ral inicio del tan trismo.
cuadrante"). Veamos ahora algunos ejemplos de cada Ulll Su~il (santo): yoga deidad, yidam, oración contemplativa,
de los cuadrantes, con algunas prácticas representativas d tantrismo avanzado.
cada uno de ellos: Causal (sabio): vipassana, ¿Quién soy yo?, atención pura,
testlgo. . ,
CUADRANTE SUPERIOR DERECHO Na dual (siddha): dzogchen, mahamudra, shIvaIsmo, zen,
(individual, objetivo y conductual) etcétera,

Físico CUADRANTE INFERIOR DERECHO


Dieta: Pritikin, Ornish, Atkins; vitaminas, hormonas. (social, interobjetivo)
Estructural: levantamiento de pesas, aerobics, caminata.~ .
rolfing, etcétera. Sistemas: asumir la propia responsabilidad respecto de ~.aia,
la naturaleza, la biósfera y las infraestructuras geopolmcas
Neurológico en todos los niveles.
Farmacológico: medicación, en el caso de que fuera necc.­ Institucional: ejercer los deberes educativos, polític~s y cí­
sana. vicos en todos los niveles, desde la familia hasta la CIUdad,
Tecnología mente/cerebro: inducción de los estados ti el Estado, la nación yel mundo.
conciencia correspondientes a las ondas theta y delta.
CUADRANTE INFERIOR IZQUIERDO
CUADRANTE SUPERIOR IZQUIERDO (cultural, intersub j etivo)
(individual, subjetivo, intencional)
Relaciones: con la familia, con los amigos y, en general,
Emocional: con todos los seres sensibles; establecimiento de relaciones
Respiración: T' ai chi, yoga, bioenergética, circulación d,. como parte del propio desarrollo, descentramiento..del yo.
prana o energía-sensación, qi gong. Servicio a la comunidad: voluntariado, buscar CObIJO a los
Sexo: comunión sexual tántrica, sexualidad autotrascen indigentes, trabajo en hospitales, ~tcétera.. .
dente encarnada en la totalidad del cuerpo. Moral: compromiso con el mundo llltersub)etlvo de la ~on­
dad ejerciendo la compasión ca.n todos los sere: s~nsIbles.
Mental La idea fundamental de cualqUIer enfoque autentlCamen­
Terapia: psicoterapia, terapia cognitiva, trabajo con la sombra. te integral está bastante clara: Ejercite el cuerpo, la mente,
194 KEN WILBER

el ~ma y el espíritu en el yo, la cultura y la naturaleza (


decIr, trate de ejercitar el espectro global en los do . ,
dIce " 1" mIIlI
e yo, e nosotros" y el "ello"). Elija una práctica bási 9
~e cada catego~ía (o de tantas categorías como le resulte pdl
tIcamente pOSIble) y practíquelas simultáneamente. CU;!1l Algunas corrientes
tas más categorías intervengan más eficaz será su prácti,
evolutivas importantes
(porque todas forman. parte de su propio ser). Practique Ji
lrgentemen~e y coordIne sus esfuerzos integrales para dC's
plegar los d~versos potenciales del cuerpo mente, hasta '1 u
éste se desplIegue en la Vacuidad y el viaje acabe convirtiéJl En los capítulos anteriores hemos hablado de los niveles
dose en el difuso recuerdo de algo que nunca ocurrió. Ll olas básicas, del yo que las navega y de algunos obstácu­
los con que puede tropezar a lo largo del proceso de desa­
rrollo. Ahora debemos prestar atención a las líneas o
corrientes evolutivas.
También hemos revisado la historia general del yo y
die su desarrollo y hemos señalado que una de sus funcio­
nes más importantes consiste en la integración de las dis­
rintas corrientes. Convendrá, pues, echar un vistazo a
algunas de las líneas más importantes que d yo deberá
armonizar a lo largo de este viaje. 1 Cada una de las distin­
tas corrientes del desarrollo -desde la moral hasta la es­
tética, las relaciones interpersonales y la cognición­
representa una faceta importante del Gran Río de la Vida
y, en la medida en que el yo va integrándolas, va apren­
diendo a sentirse en casa en el Kosmos. El psicógrafo in­
tegral (que presentamos en las figuras 2 y 3 y que ilustra
este proceso de "vuelta a nuestro hogar kósmico") puede
ayudarnos a representar estas distintas líneas evolutivas,
ya que cuant~ más profunda sea la corrien te, más Kosmos
abarcará hasta llegar a englobar la Totalidad y acabe libe­
rándose en el Fundamento y Esencia de todo d proceso
de desarrollo.

[195]
196 KEN WILBER

ALGUNAS CORRI ENTES EVOLUTlVAS IMPORTANTES 197


Moral
dicéntrico y lo pneumocéntrico y uno experimenta que es
El epígrafe "amplitud moral" de la última columna de 11110 con cada uno de esos mundos. Así pues, los enfoques

tablas 1a y 5~ se refiere a la corriente del desarrollo mor d ·1 tipo "organismo-medio" se centran exclusivamente en
due~ d,e~de mi punto de vista, no sólo incluye los principi las entidades cuantitativas externas y no prestan la menor
e!.JUICIO moral (Kohlberg) y de! respeto (Gilligan) ,ltención a los cambios cualitativos internos.
~eClr, e! ~odo e~( que uno toma una decisión moral Es cierto que esta expansión de la identidad se refleja
SInO también a la amplitud moral" es de ' d I directamente en la conciencia moral (la identidad subjeti­
h ' Clf, a to o o lj u
,ay que tener en cuenta desde e! horizonte moral propo va se refleja en la moral intersubjetiva), pero no en tanto
clOnado por cada uno ~e los niveles, Como ocurre con It L¡Ue organismo-medio sino como yo-y-cultura. y resulta
mayor ~art~ de las corrIentes, este proceso discurre dc,~J evidente, en este sentido, que uno tratará como a sí mismo
lo e~oce?tnco h~sta 10 etnocéntrico, lo mundicéntrico y I ;¡ todos aquéllos con quienes se identifique. Así, si uno se

te?,centnco (o, dicho más exactamente, lo "pneumocé11l rl identifica exclusivamente consigo mismo, tratará narcisista­
ca [~entrado en e! espíritu], de modo que debemos ser I mente a los demás como meras extensiones de su yo; si se
sU~~lentemente cuidadosos como para no confundir e! do identifica con sus amigos y su familia, les tratará con res­
mInIO transpersonal con e! teísmo mítico) C d peto como si de sí mismo se tratara; si se identifica con su
, 1 ' a a uno u.1
estos lllve es abarca una ' mayor profundidad moral ti nación, tratará amablemente a sus compatriotas; si se iden­
mayor rango moral (desde el "yo" hasta el "nos t ~, I ('ifica con todos los seres humanos, tratará compasivamen­
" d" o ros,
to os nosotros yel "todos los seres sensibles") , 2 te a todos los seres humanos, independientemente de raza,
Es muy probable que sea en los ámbitos del yo y de I sexo o credo y, si su identidad se amplía hasta llegar a eng­
n:or~ dond~ se torne más patente la restricción de la con lobar la totalidad del Kosmos, tratará amablemente a to­
c~encla que ne?e lugar apenas nos centramos en el mundn dos los seres sensibles en tanto que manifestaciones perfectas
c ato y redUCimos la psicología a las dimensiones de lu del mismo Yo resplandeciente, que también es e! propio
Man? Derec~~, e! organismo (cuadrante superior-derecho) Yo. Esta última es la actualización directa e inmediata de la
y su InteracclOn con el entorno (cuadrante inferior-den~ Suprema Identidad en donde la identidad se expande has­
cho), ~s decir, a los procesos cerebrales determinados pOI ta llegar a abarcar la totalidad del espectro de la conciencia
conexIOnes n,eur~:es ligadas a mecanismos autopoyéticos (desde la materia hasta el cuerpo, la mente, e! alma y el
~e autoorgamz,aClon que, estrechamente vinculados al eco espíritu) en un proceso en el que cada nuevo paso hacia
Sistema,' seleccIOnan
, las respuestas que promu even 1a su­ adelante permite un mayor grado de inclusión hasta llegar
pervivencia d~l cerebro y del material genético, a abarcar la Totalidad con apasionada ecuanimidad.
_ Porque, SIn negar la realidad de lo anterior, debemo.~ ¿Y dónde está, en todo esto, el gen egoísta? Es cierto
senalar ~ue e~e enfoque desatiende todo lo que ocurre en que la verdad conlleva ciertas ventajas y, desde algún pun­
?uest,ro Intenor: ¿Qué es eso que llamamos yo? ¿Con lié to de vista, es posible aventurar que las verdades superiores
Ident~ficamos nuestro yo? A fin de cuentas, esa identidad se son formas muy elaboradas de conseguir privilegios sexua­
amplia desde lo egocéntrico hasta lo etnocéntrico, lo mun,. les que favorecen la conservación del material genético,
pero esa visión tan estrecha sólo es plausible cuando cen­
198 KEN WILBER
ALG UN AS CORRlE NTES EVOLUT IVAS IMPORTANTES 199

tramos exclusivamente nuestra atención en el cuadra n I'\;Ssubjetivos como meras preferencias emocionales que
superior-derecho.
larecen de todo arraigo en la realidad. Pero si rechazamos
y cuando las limitaciones del enfoque neodarwinia n las limitaciones impuestas por el mundo chato, resulta evi­
resultan demasiado patentes, siempre es posible reempla~ d.ente que los dominios subjetivo e intersubjetivo consti­
el ~oncepto de selección natural por el de "me mes" (qu tuyen la dimensión interna de los holones de todos los
básl~amente son los holones de todos los cuadrantes Iin niveles del Kosmos. No olvidemos que la subjetividad es
tenclOnal, conductual, social o cultural]) y aplicarlo a tod lino de los rasgos intrínsecos del universo. Obviamente,
~o q~e ~erdure en el tiempo, como los rasgos culturales, / , dentro de los dominios subjetivos existen preferencias per­
l~stJtuclOnes sociales, los estilos del vestir. Pero, por l1l sonales, pero esos dominios, al igual que las ondas generales
Cierto que todo eso pueda ser, sigue soslayando la cuesti(~1 del desarrollo, son tan importantes -si no es que más­
fundamental porque el problema no es tanto 'cómo sob~ que el ADN. En este sentido, la expansión de la identidad
viven los holones? -que muy probablemen:e se vean .\ moral es una de las manifestaciones más patentes de las olas
l~ccionados por diversos tipos de presiones evolutivas I más profundas del proceso de evolución de la conciencia.
SInO ¿de dónde proceden los nuevos holones? Es evidenr
que los holones exitosos son los que, una vez que aparecell,
atraviesan con éxito el proceso de la selección natural pero Motivaciones: niveles de alimento
¿cómo y por qué aparecen? '
Porque hay que decir que la creatividad -llamémos/;¡ Los "niveles de alimento" (representados en la tabla 1b) se
como la llamemos- está integrada en la misma estructura refieren a los niveles de necesidades, impulsos o motiva­
del Kos.mos. La creatividad -a la que también podríamo. ciones fundamentales (que pueden ser conscientes o in­
denomInar Eros- es la que impulsa el surgimiento de ho conscientes). Como ya he señalado en Después del Edén y
Iones cada vez. más elevados y más abarcadores, un impu/ . en Un Dios sociable, el surgimiento de las necesidades se
s<? que se manIfiesta, en los dominios interiores, como UIHI debe al hecho de que cada estructura (tanto en lo que res­
expansión de la identidad (y también de la moral y de la pecta a los niveles como a las líneas) constituye un sistema
conciencia) a lo largo del proceso que va desde la materia de intercambio relacional con el mismo nivel de organiza­
hasta el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu. y la prueba ción dd ~undo en general y, en ese sentido, perfectamen­
~e. esta secuencia .no se encuentra tanto en el organismo te podemos hablar de una holoarquia de "alimentos":
fmco o en el mediO en que éste se halla inmerso, como en alimento físico, alimento emocional, alimento mental, ali­
los dominios subjetivo e intersubjetivo. Esto es, precisa­ mento del alma, etcétera. 3
mente, lo que ha estado haciendo la humanidad en los Las necesidades físicas reflejan los intercambios físicos
últimos siglos con los resultados presentados en las tablas que mantenemos con el entorno material que nos rodea
al final del libro.
(alimento, agua, cobijo). Las necesidades emocionales, por
Como ya hemos dicho, la visión-chata del mundo sólo su parte, tienen que ver con las relaciones de cordialidad,
concede carta de "verdadera realidad" a los sistemas yenti­ intimidad sexual y respeto que establecemos con otros se­
dades objetivas de la Mano Derecha, desdeñando los valo- res emocionales. Las necesidades mentales reflejan los in­
2 OO KEN WILUER
AlCUNAS CORRIENTES EVOLUTIVAS IMPORTANTES 2 O1
tercambios relacionales con otras criaturas mentales, ya
IIr s, percepciones e impulsos, nuestro mundo es arcaico;
en cada acto de comunicación verbal, intercambiamos slJ
bolos co~ los demás (y hay que decir, en este sentido, q
111:lndo contamos con la capacidad de elaborar símbolos e
IIIdgenes, el mundo se nos presenta como mágico; cuan­
los monjes que hacen voto de celibato y silencio afirm In
d" le añadimos los conceptos, las reglas y los roles, el mun­
que la falta de comunicación es mucho más dolorosa <') 11
la f~t~ de sexo, puesto que son necesidades e impuls
,1" se convierte en mítico; cuando emerge la capacidad
I 'flexivo-formal, el mundo asume un aspecto racional; c~n
aut.entIcos basados en el intercambio relacional). y las n
1.1 emergencia de la visión-lógica, aparece el mund~ ~XIS­
cesldades espirituales, por último, reflejan la necesidad J
I('ncial; cuando emerge 10 sutil, el mundo se t~rna d~v~no;
perman~cer en contacto con la Fuente y Fundamento gil
l llando aparece 10 causal, es el yo el que deVIene dIVI~O;
proporcIOna plenitud, significado y liberación a la senS:l
cuando emerge 10 no dual, el mundo y el yo se conVIer-
ción de identi~ad separada (y cuya insatisfacción, por otra
I 'n en Un Sólo Espíritu. ,
parte, se expenmenta como una especie de infierno).
Pero todo esto no ocurre de un modo fijo y predetermI­
En Después del Edén he analizado detenidamente cs­
llado, porque las visiones del mundo propias de cada cultu­
t~s niveles de necesidades y motivaciones (con una ve~
ra poseen rasgos superficiales (y, a menudo, lo~ales)
slón de ocho niveles) y he establecido también los
raracterísticos. 4 En términos generales, podríamos deCIr que
correlatos que Sostienen con otras concepciones semejan­
las "visiones del mundo" se refieren al cuadrante inferi~r­
tes (como la de Maslow, por ejemplo), ilustrando asimis­
izquierdo, a todas las prácticas intersubjetivas, ,sig~os 1111­
m~ el modo en que la opresión y la represión distorsionan
güísticos, estructuras semánticas, c~ntextos y slgnIficad~s
el Intercambio relacional y generan todo tipo de patolo­
comunes generados por las percepCIOnes y val~res colectI­
gías: enfermedad física, emocional, mental y espiritual.
vos (en suma, por la "cultura"). y esta dimen~Ió,n cultural
Debo resalta.r, en. este sentido, que todas las patologías
(propia del cuadrante inferior-iz~uierdo) ~s distInta (aun­
que .hem~s dIscutIdo en el capítulo 8 no constituyen tan­
<]ue no ajena) a la dimensión SOCIal (propIa del cu~dr~nte
to dIstorsIOnes del yo como perturbaciones del intercam­
b~o rel~cional con los demás. Así pues, aunque podamos inferior-derecho), que está más ligada a las forn:as InStIt~­
óonales externas, concretas y materiales de la vIda colectI­
dISCernIr muchos tipos y niveles de necesidades distintas,
va (10 cual induye las modalidades de producción
todas ellas reflejan simplemente la relaciones necesarias
('ecnoeconómica, las prácticas sociales colectivas, las est~uc­
para la supervivencia de cualquier halón (en cualquiera
de los niveles). turas arquitectónicas, los sistemas sociales: las modalrda­
des de' comunicación habladas y eSCrItas -pre~sa,
televisión, internet-las estructuras geopolíticas, los SIste­
Visiones del mundo mas familiares.
Las visiones del mundo son especialmente importan­
res porque toda conciencia subjetiva individual emerge en
Las "visiones del mundo" (tabla 1b) reflejan la apariencia
el interior del claro abierto por las estructuras culturales
que asume el mundo desde cada una de las olas básicas del
intersubjetivas. La persona que se halle en el estadio mO,r~l
Gran Nido del Ser. Cuando sólo disponemos de sensacio-
2 de Kohlberg, por ejemplo, afrontará los problemas etI­
2 O2 KEN WILBER
ALGU NAS CORRIENTES EVOLUTlVAS IMPORIANTES 2 O3
cos y personales que se le presenten desde la perspecti
proporcionada por ese estadio moral y no existirán peno visión también incluye. Por un lado, la emoción se refiere
mientas propios del estadio moral 5, pongamos por C3S a un nivel concreto de conciencia, el pranamayakosha, el
llivel/capa de la energía emocional-sexual (la estructura
ni tampoco será "libre" para pensar lo que le venga en gau
(no olvidemos que la moralidad forma parte de las estru básica del "impulso/emoción" de las tablas) pero, por otra
turas intersubjetivas). Los pensamientos subjetivos emc:r parte, también se refiere al tono energético de todas y cada
gen, pues, en el espacio o claro creado por las estructur una de las estructuras básicas del espectro (que he enumera­
intersubjetivas (entre las que se halla el estadio moral ti I do en la columna "afecto" de la tabla lb). A menudo se me
ha acusado de limitar el significado del término "sentimien­
yo del individuo) -de las que, por otra parte, depende ('n
gran medida- que le impone la visión del mundo de I to" o "emoción" a la primera acepción e ignorar la segunda,
cultura en que se halle inmerso. Y, como ya hemos vistu, pero debo decir que esa imputación es fals~, porque e~ ~f
en el caso de que esa persona tenga una experiencia CUIll proyecto Atman, por ejemplo, he señalado el to~? afectIvo
bre de un dominio transpersonal, se verá obligado a intt'r correspondiente a cada una de las e:'tru~tur~ basIcas del e:>­
pretarla en función de las estructuras intersubjetivas gu pectro. Hay que decir que la conCIenCIa ~Isma. se a.semeJa
haya desarrollado. (El hecho de no advertir que esas exp más a una "conciencia-sentida" que a una conclenC1a-~en­
riencias subjetivas emergen en el espacio creado por la sada" y que existen distintos niveles de "conciencia-sentida"
estructuras intersubjetivas es una de las principales caren a lo largo de todo el Gran Nido del S~r. ,
cias de muchas formas de psicología espiritual y transpcr (Uno de los problemas que aquejan a los CIrculas hu­
sonal, especialmente aquéllas que sólo se centran en lo~ manistaltranspersonales es la facilidad con 1~ que muchas
estados alterados y no ordinarios de conciencia.)5 Obvia­ personas confunden la cordialidad y expansIón. del cora­
mente, el individuo puede, en cierta medida, trascender zón que acompaña a la concien~ia. posconvenclOnal con
algunas facetas de su propia cultura y, cuando tal cosa ocu los sentimientos meramente subJetIvos del cuerpo senso­
rre, busca a Otros con quienes compartir sus nuevas com rial y, atrapados en la falacia perltraes, consideran que ~as­
prensiones y crea una nueva cultura. En cualquier caso, no ta con el trabajo' corporal para alcanzar una expanSIón
emocional superior, cuando lo cierto es que tal cosa se ase­
o.bstante, el hecho es que la subjetividad y la intersubjeti.
vIdad ~os cuatro cuadrantes, en suma- emergen simu! meja más a una inmersión en la cognición proforma que
táneamente y dependen uno del otro. al desarrollo cognitivo posformal. Qué duda cabe. que el
trabajo corporal desempeña un papel sumamente Impor­
tante en el proceso de desarrollo y, consecuentemente, en
Mecto la terapia, pero debo decir que la exaltación de las sensa­
ciones preformales al nivel del amor posformal ha c~usado
El término "afecto" (tabla 1 b) se refiere, en un sentido innumerables problemas al movimiento del potencIal hu­
mano.)6
amplio, a la línea evolutiva de los afectos, las "emociones"
y los "sentimientos". La filosofía perenne utiliza el térmi­
no "emociones" en dos sentidos muy diferentes que mi
204 KEN WIILl ER
ALGUNAS CORRIENTES EVOLUTIVAS IMPORTANTES 2 05

Género
1110 resulta demasiado limitada pero, afo~t~?ada~~nte,
l omenzamos a presenciar destellos de una ~Islon mas I~te-
La "identidad de género" (tabla 1b) se refiere al proceso gra1, como los que están tratando de consolIdar
. Joyce
1 8Nlel­
desarrollo del género desde su raíz biológica (que no sen, Kalsa
· Puhaka y Elizabeth Debold, por eJemp o.
una construcción cultural sino un dato biológico) h :L~t
las formaciones más convencionales (que son construc IU
nes fundamentalmente culturales) y las orientaciones tran Estética
genéricas (que Son transconvencionales y trascienden tod
diferenciación). La investigación realizada al respecto p.1 El" t" (tabla 8), que se refiere a los niveles de l~ expe­
rece confirmar que, si bien los rasgos profundos de las ol:t ar e . . mplo muy Ilustra­
riencia estética, nos proporCIOna un eje d l· d d de
básicas y de la mayor parte de las corrientes relacionada. tivo ue resulta aplicable a muchas mo a 1 a. e~
con el yo (como las del desarrollo de la moral, de las nec desar~llo. Es posible, por ejemplo, analizar un," ~ctlvldad
sidades y de la capacidad de asumir roles) son genéric.1 determinada (como el arte, por ejemplo) cent~a~ ~se tan­
mente neutras (es decir, esencialmente idénticas en el caso to en el nivel del que procede (en el que se ongma como
de los hombres y de las mujeres), unos y otros gestionan hacia el que se dirige (representado en la obra de arte). (Eln
esas estructuras y estadios "con una voz diferente" (lo q lJ C' varias notas he seña1ad o que, al 1·gual que ocurre con cuad ­
habitualmente se resume diciendo que los hombres tiell uier otra modalidad de conciencia, y~ qu.e uno Fue e
den a centrarse en la actividad mientras que las mujerc.:s. ana l·Izar tan to el nI·vel del sUJo eto de conCIenCIa
q . d 1[ell11vel
b· de
d
por su parte, tienden a subrayar más la relación).7 la identidad] como el nivel de la realtd~d e o Jeto. ~
En El ojo del Espíritu he mencionado la necesidad J e .
conCIenCIa. ·)9 El obJ·eto artístico prodUCIdo l . por el t I11ve
rial
una visión "omninivel y omnicuadrante" del feminismo y al Por ej· emplo, puede representar e remo ma e ,
de los estudios de género, de una especie de "feminismo ment
el reino, mental o el reino espmtua .. 1, en cad a uno de cuyos
integral". Resulta lamentable que tantas feministas actua casos nos hallaremos ante un tipo de arte completament~
les se muestren refractarias a este enfoque integral y qut' diferente. Consecuentemente, la obra de ~rte es ~l resulta
sólo suelan reconocer uno de los cuadrantes (el inferior~ do de las estructuras que la crean (es deCIr, el nIVel de y?
izquierdo, el de la construcción Cultural del género) ne­ ue lo produce) y de las estructuras que repres~nta (el 111­
gando todos los demás (como los factores biológicos, por ~el de larealidad que refleja). De este modo dIsponemos
ejemplo, a los que contemplan con suspicacia como una d plI·a reJ·illa de muchos tipos de arte, algunos de
e una aro bl 8 10
nueva versión de "la biología es el destino", como ocurri­ los cuales han sido enumerados en la ta a. . .
ría en el caso de subrayar exclusivamente el cuadrante su­ Convendría subrayar -para ente~der lo que Im~hca
perior-derecho. Hay que decir que los factores biológicos . d e ana'lisis doble - que los artIstasal de 1'.
este tIpO la prehlsto­
)
se ven profundamente moldeados por los valores cultura­ ria (es decir, los pintores de las cueva~,de~ P e~ I.tICO :, aun­
les, las instituciones sociales y las intenciones personales, ue resumiblemente se hallaran mas ?rO~Im~s a la
de modo que reconocer la existencia de factores biológicos qnatura PI ez a y al dominio sensoriomotor, 1pmas . pmtaron
no es sexista sino real). Esa visión tan estrecha del feminis- la naturaleza del modo en que lo hicieron os pmtores mo­
2 O6 KEN WU.[IER
ALGUNAS CORRl ENTES EVOLUTI VAS IM PO RTANTES 2 O7
dernos. El artista paleolítico no utilizaba la perspectiva.
Lomo al reino mental (en cuyo caso produce la fenomeno­
arte no es, desde ningún punto de vista moderno, emp{
ca ni "exacto" (las figuras se traslapan, no parece hal logía y la hermenéutica) yal reino es~i~irual (~n cuyo caso
da origen a la teología, la razón mandá}¡ca, etcetera). ~ esto
preocupación alguna por la separación espacial, tampo
c,~ importante porque, con la aparición de, la mod~r11ldad,
hay percepción de profundidad). Tal vez ello se deba .11
,dgunos niveles muy elevados (c~mo la raz~n: por eJemp~o)
hecho de que estaban pintando los dominios sensoriomn
,Icabaron restringiendo su atenCJón a dommlOs muy baJOS
tares a partir de la estructura mágica, que todavía carel
(m mo la materia, por ejemplo), con el resultado de ,que ~a
de la perspectiva espacial. De manera parecida, en la cr;¡
modernidad se asemejaba a una regresión -o, mejor dl­
~íti~a, la naturaleza nunca fue retratada en perspectivól.
'ha a una "media" regresión-, en la que un sujeto supe­
SInO Integrada en un trasfondo mítico-literal. Sólo con J
rior' circunscribía su atención a un objeto inferior, un yo
surgimiento de la modernidad (que comenzó en el Rella
c~miento) y la generalización del uso de la razón perspecli muy profundo en un mundo muy superficial (las buenas y
las malas noticias, en suma, de la modernidad) . 12
Vlsta, se llegó a advertir la perspectiva y, a partir de entonces.
La estética es una corriente evolutiva muy importante
co~enzó a ~er representada en la obra de arte. Bien p00
dnamos declr que sólo cuando la conciencia tomó cierta porque es una de las principales corri~n.tes, sub)~tivas .(lo
que no significa "irreales" o meramente ldlOSmCratl~as, smo
distancia de la naturaleza, pudo comenzar a representarla
de un modo más realista. tan reales como la ontología subjetiva). Ya hemos VlSto ql~e
Baldwin y Habermas, entre otros, recono~ieron .la neces~­
También podríamos decir -en el mismo tipo de hilo
dad de rastrear el desarrollo en tres modalldades ureductl­
argumental- que los sentimientos y las emociones sólo
bIes la estética, la moral y la ciencia (es decir, el Gran Tres) 13
y, c~mo yo mismo he se~alado en ~l.ojo del Espírit~, las
pudieron formar parte de la obra de arte tras la aparición
de la reacción romántica Contra la modernidad. La dife­
diversas corrientes evolutIvas son, basIcamente, verSlOnes
renciación entre la mente y el cuerpo permitió que aquélla
co.b~ara una conciencia más clara del cuerpo y de los do­ diferentes del Gran Tres. Algunas líneas evolutivas subra­
yan los componentes objetivos (c~~o la identidad. del yo,
mInlOS corporales y, consecuentemente, los pintara. (Y di­
los afectos, las necesidades, la estetlca); otras enfatIzan los
gamos tam?ién que sólo cuando la diferenciación de la
componentes intersubjetivos (las visi?nes del mundo, la
modernidad se desproporcionó y acabó convirtiéndose en
una disociación, esa dolorosa patología pudo convertirse lingüística:y la ética) y otr.~ hacen ~o mIsmo.c~~ lo~ co~po­
en tema del arte expresionista existencial.) nentes objetivos (cogniclOn extenor, cog?1ClOn CJent.lfica,
línea cognitiva piagetiana). 14 y, aunque 11lnguna comente
. Es posible llevar a cabo este tipo de análisis dual (que
evolutiva pueda ser separada de las demás, cada una de
atIende tanto al nivel del sujeto que crea la obra de arte
ellas tiende a orientarse hacia un cuadrante concreto (la
como al nivel del objeto representado) con todas las mo­
estética hacia el subjetivo, la moral hacia el intersu.bjetivo
dalidades de conocimiento (y, de hecho, con todas 'las
~odalidades de la conciencia). 11 El objeto de la razón, por y la cognición hacia el objetivo). Si subrayamos la lmpor­
tancia de rastrear el desarrollo en los cuatro cuadrantes (o,
ejemplo, puede pertenecer tanto al reino sensorio motor
simplemente, en el Gran Tres) estaremos acercánd~nos a
(en cuyo caso genera el conocimiento empírico-analítico),
un modelo plenamente integral. Los holones evoluclOnan
ALGUN AS CO RRIENTES EVOLUTIVAS IMPORTANTES 209
208 KEN Wn,U ER

en los cuatro cuadrantes y cualquier modelo auténti 1.1\ <'lperaciones concretas, comenzar a.desaparecer e~ el
comprehensivo deberá prestar atención a todas esas Iv d tI.e las operaciones formales y termmar desvaneClen­
tes evolutivas. 111 (' 'n el nivel de las operaciones posformales porque, en
1m dos últimos casos, el objeto pertenece al m~~~o del
1" llsamiento y, en ese sentido, se acerca a la cognlClO? ~~­
Diferentes tipos de líneas cognitivas 111 Hien podríamos decir, pues, que la línea d~ cognlclOn
••••Iinaria (o, dicho más técnicamente, el reflejO del mun­
Adviértase que, en la tabla 3b ("desarrollo cognitivo" ), '\11 ordinario) va de lo sensoriomo tor a preop, con~p., for­
111111' y termina en la visión-lógica. Esta línea cogn,ltlva se
hablado de "líneas cognitivas globales", con lo cual 111
fiero a un modo alternativo de conceptual izar el desar ,1t'\;Lrrolla -como ocurre con la mayor parte de las lmeas­
cognitivo una vez que pasamos de un modelo monulh .le lo preconvencional a lo convencional, lo posco.nve~­
uniaxial a un modelo integral de estados, olas y corriel1\ ' Ional y lo post_posconvencional, aunque na ~uele Ir mas
Como he señalado en la tabla, si bien es posible rf'rH·f'~:r,, 'I4'. .11:\ de las olas posformales y post-posconvenclOn~es por­
qllt: en esos estadios superiores, el mundo sensonomotor,
el desarrollo cognitivo siguiendo una sola línea en la (1
cada estadio se ubica sobre la cúspide de sus predecesor .Iun'que en modo alguno se ha abandonado, deja de ser el
modo de una serie de ladrillos apilados, también es pusil "hjeto dominante de la concien~¡-~., .
hacerlo a modo de columnas independientes relativamen El rasgo distintivo de la cognlClOn sutil, por su parte, se
1 'lltra en el hecho de que su objeto es el mundo d~l pensa­
independientes, en donde cada una se desarrolla paralel
. 1 ndo de los obJ'etos mentales y sutiles. Esta
mente a las otras. Basándonos fundamentalmente en le llllento, e mu " b
estados naturales de conciencia -es decir, en el hecho in línea evolutiva también empieza la infanCia (y muy pro a­
negable de que, casi en todos los estadios de su desarrollo. ti hlemente en los estadios prenatales. No olvidemos que ha?,
individuo dispone de la posibilidad de acceder a los estad,) Iradiciones que afirman que se trata de la principal n:
odall
-
ordinario/vigilia, sutil/sueño y sueño profundo/ causal­ Jad cognitiva de la mayor parte de los bard?s, del sue~o con
razonable postular que esos estados/reinos disponen tam sueños y de los estados meditativos propIOS del savlk~pa
bién de sus propias líneas de desarrollo. De ese modo, ten samadhi). La línea de la cognición sutil se o~upa, prec~sa­
dríamos la posibilidad de rastrear el desarrollo de lo!! mente, de todas las percepciones cuyo estudiO se ha VISto
diferentes tipos de cognición (ordinaria, sutil y causal:) tal y desdeñado por los psicólogos cognitivos occidentales --:c0~o
n
como van apareciendo a lo largo de la vida de una persona. los estados de la imaginación, los sueños, la ensonaClO
Así, en lugar de que una pueda aparecer sólo después de vigílica, las visiones creativas, los. e.stado.s hipnagógicos, ~os
otra, podían desarrollarse de un modo relativamente simulo estados etéreos, la revelaciones VlSlOnanas, los estados hip­
táneo e independiente. Veamos algunos ejemplos: nóticOS, las iluminaciones trascendentales y. decenas. de
El rasgo distintivo de la cognición ordinaria se centra modalidades diferentes de savikalpa samadhl (o medita­
en el hecho de que su objeto es el reino sensoriomotor. ción con forma)-, todos los cuales tienen en común, aun
Esta línea de la cognición podría comenzar con el desarro­ en la infancia y la adolescencia, el hecho de no centrarse
llo sensorio motor propiamente dicho, pasar luego al nivel tanto en los eventos del mundo sensoriomo tor como en el
2 1O KEN WILBER
ALGUN AS CORRIENTES EVOLUTJVAS IMPORTANTES 211

~undo interno de las imágenes, los pensamientos, 11 'ol' la reconoce y acepta adecuadamente, esta línea puede
slOnes y los sueños. 16
v Tse fortalecida desde su primera aparición en la infancia,
Aunque parece que las corrientes cognitivas Sil In cual presumiblemente tenga muchas ventajas tanto en­
pue~en acceder a las mismas olas básicas que el resto ti (onces como después. 19
c~rnentes -preconvencional, convencional, pOSCOIl
clOnal y POSt-posconvencional (o egocéntrica, sociocénr
ca, mundicéntrica y pneumocéntrica)- el hecho es qu Diferentes líneas del yo
trata de una línea evolutiva que se remonta a la infaml
no implica un salto a un estado adulto superior. Es posible aplicar este mismo tipo de modelo al yo y a su
(En la tabla 3b he mostrado que la cognición .~Ilt desarrollo, sugiriendo que estos tres grandes reinos -el
~entra su i~p~rta~,cia en 10 formal y más allá todavía, p ordinario, el sutil y el causal- son el hogar de tres líneas
esa es una llldlCaClOn un tanto arbitraria. Yo sospecho llU diferentes del yo, a las que genéricamente denomino ego,
finalmente descubriremos que el desarrollo de la cogll alma y Yo (o frontal, psíquico profundo y Testigo).20 Al
c.ión sutil presenta un desarrollo en forma de U (en el1i~ igual que hicimos en la sección anterior con el caso de la
tldo de que está más presente durante la primera infan i cognición, podemos tratar esas tres modalidades del yo
luego se desvanece provisionalmente durante conop y VLJ 1 como líneas evolutivas relativamente independientes (que
ve ~ ~acer acto de presencia en formop, de donde va ad no se desarrollan una después de otra, sino una junto a
qumendo nuevamente importancia en los estaJj( otra). Todas estas relaciones se muestran en la segunda co­
posformales y causales. Pero tampoco debemos considcr lumna de la tabla 4b y en la figura 11.
estas cosas desde una perspectiva demasiado románt ic. Obviamente, la mayor parte de las corrientes pueden
porque, por más vívida o imaginativa que pueda ser (v¿a. desarrollarse de un modo relativamente independiente de
~apítu~o 11), la línea de la cognición sutil presente en J. las demás - - las distintas corrientes discurren a su propio
l~fanCla es fundamentalmente preconvencional y egoc~n ritmo a tI;ªvés de las principales olas del Gran Río--, motivo
tn~a. Por ~tra parte, el hecho de considerar a la cognición por el cual el desarrollo global no se ajusta a ningún tipo de
sutd de la lllfancia como una línea evolutiva separada no secuencia lineal. Esta sección prosigue ese tema, aunque
ayuda a reconocerla y aceptarla, 10 que muy probablemen de un modo más radical, porque lo que ahora estoy sugi­
te tenga sus ventajas en los estadios posformales.) riendo'--como con el caso de la cognición- es que lo que
El rasgo distintivo de la cognición causal reside en 1 tradicionalmente ha sido considerado una corriente (en este
hecho de tratarse de la raíz de la atención (y del testigo). l ' caso, el yo), puede tratarse, en realidad, de varias corrientes
Se trata de una línea que también puede remontarse a la diferentes, cada una de las cuales se desarrolla de un modo
primera infancia, aunque normalmente no aparece en es relativamente independiente de las demás.
cena hasta los estadios posformales. (Véase la nota final
para una explicación acerca de la necesidad de no connlll
dir los estados tempranos de fusión infantil con los esta~
dos iluminados superiores y con el Fundamento.) 18 Cuando
2 12 KEN \'(III.BI::R

ALGUNAS CORRIENTES EVOLUTIVAS IMPORTANTES 2 13

llarse de un modo relativamente paralelo. Lo que los in­


Causal vestigadores consideran como un desarrollo secuencial del
yo sigue siendo exacto, aunque hay que precisar que lo
que ellos han estado midiendo es el yo frontal (desde el
Sutil
yocuerpo hasta el yo y el centauro) y no el alma ni el espí­
ritu que, hasta cierto punto, puede desarrollarse de un
Psíquico
modo relativamente paralelo, siguiendo sus holoarquías y
nidos dentro de nidos, ninguno de los cuales resulta evi­
Mente dente desde la perspectiva exclusivamente frontalY
El ego o yo frontal es el yo que se adapta al reino ordi­
Cuerpo nario; el alma (nivel psíquico más profundo) es el yo que
(pránico) .~,
w,
"', se adapta al reino sutil y el Yo o testigo es el yo que se
Materia ~:
adapta al reino causal. El primero incluye todos los esta­
(ordinario) I---~~~---~-_ _ _-':'_
Ordinario Sutil dios del yo que orientan la conciencia hacia el reino ordi­
Causal
nario (el yo material, el yocuerpo, la persona, el ego y el
centauto, a todos los cuales puede genéricamente denomi­
Figura 11. DesarrolLo de la línea frontal (o ego), de la línea narse "ego"). El yo frontal es el yo que depende de la línea
psiquica más profunda (o alma) y de la linea del testigo (o Yo). de la cognición ordinaria (de lo sensorio motor a preop,
conop o formop) y es, por tanto, la corriente del yo res­
ponsable de orientar e integrar la conciencia en el reino
. Ya hemos visto que los principales estadios de la co­ ordinario.
mente del yo ~como el yocuerpo, la persona, el ego y el Simultáneamente a estos desarrollos, el alma (yo psí­
centauro-o- requIeren de las competencias desarrolladas en quico/sutil) puede seguir su camino y desplegar su corriente
los estadlOs anteriores de cada corriente. De este modo holoárquica. El alma, o linea psíquica más profunda, in­
una vez que.los yoes emergen, se traslapan, pero la mayo; cluye todas las corrientes del yo que adaptan la conciencia
parte de la Investigación parece corroborar -como he­ a las múltiples facetas de la esfera sutil. El alma es el yo que
~~s señalado en la segunda columna de la tabla la y tam­ depende de la línea de la cognición sutil (que incluye, como
bIe~ en la figura 10- que emergen de un modo hemos vIsto, la imaginación, el sueño, la ensoñación vigí­
habItualmente jerárquico.21 lica, las visiones creativas, los estados hipnagógicos, los es­
.. Y no es que todo ello deje de ser cierto. La presente tados etéreos, las revelaciones visionarias, los estados
VISIÓ~ no reer:npl~a todo eso, sino que lo complementa: hipnóticos, las iluminaciones trascendentales y múltiples
los remos o~dl~ano, sutil y causal pueden desarrollarse de modalidades del savikalpa samadhi)23 y la corriente del yo
un mod? relativamente independiente y precisamente por que orienta e integra la conciencia en el dominio sutil. En
ese motIVO el yo frontal, el alma y el Yo pueden desarro- la tabla 4 b he indicado el desarrollo en forma de U que,
en ocasiones, parece atravesar lo sutil: se halla presente en
2 14 KEN WILUER
ALGUNAS CORRIENTES EVOLUTIVAS IMPOIUANTES 2 15

los estadios más tempranos del desarrollo (en tanto "nube Psicología integral
de gloria"), luego se desvanece en la medida en que hace'
acto de presencia e! desarrollo frontal (egoico) y sólo r Podríamos resumir lo dicho hasta ahora afirmando que una
aparece en los ,e~tadios posformales. (Dado que la mayOl psicología auténticamente integral debería englobar las olas,
parte de los teoncos no acepta este desarrollo en forma J las corrientes, los estados, el ego, el alma y el espíritu.
U, ~o he dejado fuera de la figura 11. Regresaremos a este En lo que respecta a una terapia integral, esto significa
tÓpICO en el capítulo 11.) varias cosas. En primer lugar, aunque en el desarrollo glo­
~imultáne~ente. a esta evolución, e! Yo o testigo pued bal siga mostrando un movimiento inequívocamente mor­
segUIr su propIa corrIente evolutiva. 24 El testigo es el yo togenético hacia los dominios más profundos (desde el ego
que depend~ de la línea de cognición causal (la capacidad hasta e! alma y e! espíritu), el terapeuta debe permanecer
de teStlmOlll~r ?e un modo atento y desidentificado y per­ alerta para reconocer y fortalecer el alma y el espíritu en la
ma.necer ecualllme frente a las fluctuaciones ordinarias y medida en que vayan haciendo acto de presencia, no sólo
s~tlle~) y es, p~r tanto, el yo que orienta e integra la con después de! ego, sino dentro de él y también junto a él. La
CIenCia en el remo causal. Igual de importante es también terapia integral y transpersonal opera simultáneamente con
el hecho de que el Yo es el responsable de la integración lo frontal, el alma y el espíritu y puede desplegarse junto a
global del resto de los yoes, olas y corrientes. Es el Yo el las demás, aportando sus verdades, comprensiones e inclu­
que resplandece a través del yo proximal en cada uno de: so posibles patologías. En cualquiera de los casos, la armo­
los es~adios y en cada uno de los dominios y, en consc-­ nización de todas estas dimensiones diferentes de la
cuenc~~, es el que impulsa todo el proceso de desarrollo. conciencia puede favorecer el desarrollo más equilibrado. 25
TambIen el Yo supremo impide que los tres reinos -ordi­ Pero no estoy sugiriendo que debamos dejar de lado el
nario, sutil y causal- se separen porque, aunque puedan trabajo en el reino ordinario (el trabajo corporal, la conso­
prese~tar un desarrollo relativamente independiente, se: lidación del ego) en aras de un trabajo con el alma o el
man.tienen unidos. gracia~ al Yo, a la Vacuidad pura que espíritu porque, sin el necesario fundamento de un ego
refleja de m~era ImparCIal -y, en consecuencia, englo­ fuerte, l<? reinos superiores no pueden convertirse en una
ba- la totalIdad del reino manifiesto. realización permanente, estable e integrada. En tal caso,
.Aunque el desarrollo superior vaya desplazando pro­ los reinos superiores se ven relegados a experiencias cum­
greSIvamente el centro de gravedad de la conciencia desde bre provisionales, revelaciones pasajeras o incluso emer­
el ego hasta el alma y el Yo, todos ellos son, no obstante gencias espirituales. Es posible que el individuo en el estadio
vehículos igualmente necesarios e importantes del Espíri~ moral 2 del desarrollo mora!, por ejemplo, pueda "experi­
tu que resplandece en los reinos ordinario, sutil y causal. mentar holográficamente" todos los reinos transpersona­
Los tres pueden hallarse presentes -cosa que normalmente les que desee, pero lo cierto es que todavía deberá desarrollarse
ocurre- de un modo simultáneo a lo largo de! proceso de hasta los estadios morales 3, 4 y 5 para poder actualizar
de~arroIlo ~ los estadios superiores simplemen te implican esas experiencias de un modo permanente, no distorsiona­
su mtegraclOn en el coro de voces igualmente valiosas del do, posconvencional, mundicéntrico, global y auténtica­
Espíritu en el mundo. mente bodhisáttvico. De hecho, el terapeuta que no preste
ALGUNAS CORRIENTES EVOLUTIVAS IMPORTANTES 217
216 KEN WILBER

,.
genetlco, po r la fuerza "de la amable persuasión ,hacia
. el
la debida atención a la línea de! desarrollo frontal y Ii
Amor" movidos, en suma, por Eros, por e! E~plf1tU-en-
aliente estados alterado's puede estar contribuyendo al I1
., el Amor que mueve e! Sol y las demas estrellas.
caso del paciente a la hora de integrar permanentem I aCClon, por
los dominios inferiores y superiores en una realización qt
abarque la totalidad de! espectro.
Así pues, aunque las líneas ordinaria, sutil y causal (
los yoes) puedan coexistir de muchos modos, la evolud I
ye! desarrollo integral posibilita que e! centro de gravedad
vaya desplazándose holoárquicamente hacia los estratos 11l
profundos de! Yo (desde e! ego hasta e! alma y e! espíritu)
organizar la conciencia en torno a esas olas más profund
En tal caso, las preocupaciones de! ego, aunque rara ve7.
desaparecen, tienden a desvanecerse y e! alma aparece CI1
escena con más frecuencia. Pero ella también tiende final
mente a desvanecerse y a tornarse más transparente, en l
medida en que el centro de gravedad va desplazándose hacia
e! espíritu. Todos los yoes inferiores, en tanto que capa<.'i
dades funcionales, siguen existiendo y desplegándose ho
loárquicamente en las olas superiores, todas sigucll
cumpliendo sus funciones, afrontando sus problemas, res
pondiendo a sus propios tratamientos, pero van perdien
do progresivamente su poder para adueñarse de la
conciencia y funcionar por su cuenta.
Así pues, para que tenga lugar un desarrollo auténti­
camente integral, el centro de gravedad de la conciencia
debe atravesar los nueve fulcros del Gran Nido del Ser, en
medio de una polifonía de voces y corrientes muy disper­
sas que en ocasiones se traslapan, pero siempre están en­
tretejidas. Si aspi ramos a un desarrollo y un despertar
permanente, duradero e integral, es imposible dejar de lado
ninguna de las olas fundamentales del desarrollo de la con­
ciencia. Es imposible dejar de lado el yo frontal,26 es impo­
sible dejar de lado la visión-lógica27 y también lo sutil,28
porque todas esas olas y corrientes se orientan hacia el océa­
no de Un Solo Gusto movidos por ese gran campo morfo-
10
¿Es legítimo hablar de estadios
del desarrollo espiritual?

El hecho de si la espiritualidad se despliega a través de esta­


dios resulta una cuestión ciertamente delicada. En mi opi­
nión, todo depende del modo en que definamos el término
"espiritualidad". Existen no menos de cinco definiciones
diferentes -todas ellas perfectamente legítimas- sólo dos
de las cuales parecen implicar la noción de estadios. Yo creo
que se trata de cinco aspectos muy importantes del fenóme­
no al que denominamos "espiritualidad" merecedores, por
tanto, de ser incluidos en cualquier modelo integral aun­
que, en cualquier caso, deberemos especificar claramente
a cuál nos estemos refiriendo.
Veamos ahora las definiciones más habituales del tér­
mino "espiritualidad": 1) la espiritualidad se refiere a los
niveles más elevados de cualquiera de las líneas evolutivas;
2) la ~spiritualidad es la suma total de los niveles más de-
I
vados de las distintas líneas evolutivas; 3) la espirituaJidad
es, en sí misma, una línea del desarrollo separada de las
demás; 4) la espiritualidad es una actitud (una especie de
apertura o amor) que puede hallarse presente en cualquie­
ra de los estadios y 5) la espiritualidad no se refiere tanto a
estadios como a experiencias cumbre.

1. La espiritualidad se refiere a los niveles más eleva­


dos de cualquiera de las líneas evolutivas. Según esta defi­
nición, la "espiritualidad" tiene que ver con los niveles
transpersonales, transracionales y post-posconvencionales

[219]
220 KEN W¡LUER
¿Es LEC{TIMO HABLAR DE ESTADIOS DEL DESARROLLO ESPIRITUAL? 221

de cualquiera de las líneas, como las capacidades c .. persona, dicho en otras palabras, es esencialmente indivi­
vas . (d' ognHl
supenores es eClr, la intuición transracional) I te dual aunque las competencias particulares puedan seguir
t 'd I ' os a el
t
os mas esarra lados (como por e)'empl
' o , e amor
1 un camino bien definido. (Adviértase sin embargo que,
ranspe~~onal), las aspiraciones morales más elevadas (la con esta definición, el hecho de que las distintas líneas
compaslOn trascendental por todos los seres vivos) nues evolutivas se desarrollen siguiendo una determinada secuen­
tro'y ~.ás evol¡ucionado (el Yo transpersonal o Testigo s~
0
cia de estadios implica que debe verificarse el desarrollo de
p.raIndlVJdual). Según esta acepción, la espiritualidad si LIC' cada una de ellas.) En mi opinión, esta definición -al
CIertamente un desarrollo secuencial a través de est d~ . igual que todas las demás- señala algunos aspectos muy
Porqu e es, por defiIniCIan,
. ., a IO.~
el estadio POst-posconvencional reales e importantes que no debería soslayar ninguna defi­
de cada una de las corrientes del desarrollo. Se trata de un nición de la espiritualidad que pretenda ser completa.
~s~ muy frecuente que refleja los aspectos de la espirituali­
a, que encarnan las capacidades superiores, los motivo,'; 3. La espiritualidad es, en sí misma, una línea del de­
mas no~les, las aspi~aciones más elevadas, los logros más sarrollo separada de las demás. Obviamente, en este caso,
~obresa]¡entes, lo ~as evolucionado, la cúspide del desa­ el desarrollo espiritual debe seguir algún tipo de desarrollo
Hallo, ~a vanguardia, los niveles, en suma, más elevados de a modo de estadios, puesto que el mismo hecho de hablar
cualquiera de las líneas. de líneas evolutivas implica, por definición, un desarrollo
secuencial,2 En las tablas presentadas al final del libro he
2. La espiritualidad es la suma total de lo . '1 , sintetizado la información proporcionada por unos veinte
I d d . s niveles mas
e .e:,: os e las dl~tintas líneas evolutivas. Ésta es una defi­ teóricos, tanto orientales como occidentales, que presen­
nlClOn ~uy parecIda a la anterior, pero con un matiz leve­ tan una evidencia convincente -y, en ocasiones, aplas­
mente diferente (aunq II . tante- de que algunos aspectos de la espiritualidad
Es '. ue no, por e o, menos Importante)
d' t~dvlsllón subray~ el hecho de que, aunque las lineas in~ experimentan un desarrollo secuencial a través de estadios.
IVI ua es se despliegan de u d " . Se trata, en su mayor parte, de aspectos de la espirituali­
I . n mo o )erarqUlco, no Ocurre
~ ~Ismo con la suma total de los estadios superiores de las dad procedentes de caminos meditativos orientales yocci­
distintas líneas. Al igual que ocurre con" I d II I dentaleS que, en todos los casos, evidencian un desarrollo
b 1" " e esarro o g 0­
a y con .el yo global", "el desarrollo espiritual global" secuencial a través de estadios (aunque debo señalar, una
no se ?esp]¡e~a en estadios. (Supongamos, por ejemplo, vez más, que ello no elimina la posibilidad de regresiones,
que exISten ~Iez líneas evolutivas y Supongamos también espirales, saltos provisionales hacia delante o experiencias
~ue !~s esta~/os POSt-posconvencionales de esas lineas son cumbre de cualquiera de los estadios superiores.)
esplfltuales . Una persona podría desarrollar capacidades En este punto merece especial atención la obra de
POst-poscon en las líneas 2 y 7, otra podría hacer 1 . Daniel P. Brown en torno a los estadios transculturales
en las 3 5 6 8 9 o mismo
. '" y y una tercera persona podría hacer lo del desarrollo meditativo, una de las investigaciones más
~Ismo de la 1 a la S. Así pues, aunque cada una de esas meticulosas y sofisticadas realizadas hasta el momento (ta­
II~eas se despliegue de un modo jerárquico, no sucede' lo bla 6b). Brown y su colaborador Jack Engler han descu­
mismo con la suma total.) El camino espiritual de cada bierto que
.ES LEG(TIMO HAllLAR DE ESTADIOS DEL DESARROLLO ESP IRITUAL' 223
222 KEN WILBER (

las principales tradiciones [espirituales] que hemos in ­ posee una comprensión insuperable de la estrecha relación
vestigado en su idioma original evidencian un desplie­ entre los estados conscientes y las energías corporales (tabla
gue de la experiencia meditativa según un modelo de 6b). Según esta enseñanza, el dominio de la mente gasa por
estadios. Nos estamos refiriendo concretamente a la tra­ el dominio de las energías sutiles del cuerpo -eh l, prana,
dición del budismo tibetano mahayana, al Visuddima­ rLung, ki- y este yoga es excelente ~ara dominar estas. ener­
gga del budismo theravada pali y a los yogasutras de la gías sutiles en cada uno de los estadIOS del desarrollo, lOclu­
tradición sánscrita hindú [que posteriormente se vieron so el estado iluminado de la Clara Luz del Vacío. El !oga
cotejadas con fuentes chinas y cristianas]. Los modelos tántrico superior divide la evolució~ de es.te yo conSCIente
son lo suficientemente similares como para indicar la global en siete estadios claramente dlferenClados,c~ya emer­
presencia de una secuencia invariable de estadios comu­ gencia va acompañada de un signo fenomenologl~o ~arac­
nes, a pesar de las inmensas diferencias culturales linoüís­
lJ ,. Asl' pues cuando durante el proceso medltatlvo, la
tenstlCO.' .
concentración alcanza el punto en que se trasciende la pr~­
ticas y prácticas [.. .] El resultado de nuestra investigación
sugiere que los estadios de la meditación tienen (desde
mera estructura básica (o skandha), la conciencia se ase~ep
una perspectiva profunda) una aplicación interculrural
universaJ.3 a un espejo. Cuando todas las estructuras básicas .del ~elOo
ordinario han sido trascendidas y emerge la conClenCla del
El artículo de Brown y Engler está incluido en el libro reino sutil, aparece una visión semejant~ a " l~ luz ~e la luna
Transformations o[ Conciousness, junto a un estudio pro­ de otoño" . Cuando se trasciende iJa conCIenCIa sutil y uno se
fundo del teólogo John Chirban sobre los estadios del de­ adentra en la conciencia muy sutil (o causal), aparece la sus­
sarrollo espiritual del que hablan los santos del cristianismo pensión sin forma como "la espesa oscuridad de una noche
ortodoxo oriental (tabla 6c). La conclusión de Chirban es otoñal" , (tabla 6b).
la siguiente: "Aunque cada santo describa su propia expe­ Aunque estas visiones interiores guard.an una estre~ha
riencia (a menudo a su modo) resulta innegable la existen­ similitud estructural profunda con otrOS slstemas m~dlta­
cia de un paralelismo básico entre los estadios seguidos tivos, varios críticos, a lo largo de los años, han cu~St1ona­
por un santo Y otro, una semejanza que parece confirmar do la existencia de cualquier paralelismo entre, por ejemplo,
la catolicidad [aplicabilidad universal] de su experiencia" y el Dharmakaya budista (y la Vacuidad) y el cuerpo c~usal
también la catolicidad de las olas básicas de la conciencia del Vedanta (y nirguna brahman) . Por dar un solo eJem­
que se reflejan de un modo similar en numerosas fuentes plo, según el yoga tántrico más elevado, en el.estado de
interculturales. Cuando uno lee a Santa Teresa, Muhyiddin sueño profundo sin sueños (sin forma) se e~penmenta un
Ibn el Arabi, la princesa Tsogyal, San Dionisio, Patanjali, tipo de Dharmakaya; en el est~do de sueno el Sambho­
Hazrat Inayat Kahn o el Mahamudra, por ejemplo (tablas gakaya; y, en el de vigilia el Nlrmanakaya. Pero hay q~e
6a-6c), resulta sorprendente la gran similitud entre los dis­ señalar que, según el Vedanta, el cuerpo cau~al es ~pen­
tintos espacios evolutivos o campos morfogenéticos a tra­ mentado en el estado de sueño profundo SlO suenos; el
vés de los que se despliegan los diferentes estadios. cuerpo sutil en el estado de sueño; yel cuerpo .causal.en .e~ de
El "yoga tántrico más elevado" que, junto al dz ogchen, vigilia. Por consiguiente si uno cree que eXlsten slmdltu­
se cree que es la más elevada de las enseñanzas del Buda, des en el estado de sueño profundo sin sueños entre los
224 KEN WIUIER ,.ES LECl11MO HABLAR DE ESTADIOS DEL DESARRO LLO ES PIRIT UAL' 225
distintos individuos, de ello se sigue que existen profundas nuestra experiencia con la de los demás y verificando si
similitudes entre el Dharmakaya budista y el cuerpo causal comparten algunas pautas comunes, lo cual, en ~l cas~ de
hindú. (Y también entre el Sambhogakaya y el Nirmanakaya presentarse en diferentes contextOs, nos proporclOnana.la
budistas y el cuerpo sutil y el cuerpo ordinario hindúes, res­ suficiente justificación teórica como para postular la eXIs­
pectivamente.) tencia de estadios. En cualquiera de los casos, no obstante,
Es evidente que existen muchas diferencias importan­ el modelo de estadios que presento en este libro no tiene
tes entre las nociones budistas y las hindúes y que deben ser nada que ver con la conceptualización filosófica abstracta,
adecuadamente reconocidas, pero también lo es -y simul­ sino con la investigación directa pura y dura. En lo q~e
táneamente- que parece haber importantes y profundas respecta a la experiencia espiritual, tOdas las grandes tradi­
similitudes que no pueden dejarse de lado, como tan alegre­ ciones de sabiduría que he presentado en las tablas 6a-6c
mente hacen los pluralistas y los relativistas. Yeso es, preci­ han descubierto que algunas competencias espirituales muy
samente, lo que he tratado de subrayar en tOdos mis escritos; importantes siguen un modelo de estadios sec~enc~ales no
ciertas similitudes entre los rasgos profundos e importantes de un modo rígido, sino como las olas de expenenclas cada
diferencias entre los rasgos superficiales. vez más sutiles que presentan grandes similitudes cuando
Una de las principales dificultades que existe con la comparamos las experiencias de un gran número de perso­
noción de estadios es que la mayor parte de las personas, nas o, dicho en otras palabras, que nos hallamos ante un
aunque atraviesen diferentes grados de competencia, rara modelo de estadios.
vez experimentan algo que se asemeje a un estadio, ya que En algunas ocasiones, mi modelo ha sid.a a~usad~ de
no existe ninguna experiencia directa de "los estadios" del basarse exclusivamente en las tradiciones medItatIvas onen­
desarrollo. En el caso del desarrollo cognitivo, por ejem­ tales, pero basta con echar un rápido vistazo a las tablas
plo, podemos filmar a un niño que se halle en el estadio 6a-6c para disipar este malentendido. Quisiera, en e~te ~en~
preop (en el que no duda en afirmar que, al verter el con­ tido, llamar la atención hacia Mysticism, la obra pnnCIpal
tenido de un vaso chatO y ancho a un vaso altO y delgado, de Evelyn Underhill, que vio h luz por vez primera. en
éste contiene más agua que aquél) e invitarle a ver la filma­ 1911 y sigue siendo un clásico insuperado ~n la ex~hca­
ción unos años más tarde -cuando se halla en el estadio ción de las tradiciones místicas y contemplanvas OCCIden­
conop (en el que resulta "completamente evidente" que tales. Underhill divide el misticismo occidental en tres
ambos vasos contienen la misma cantidad de agua)-, en grandes estadios jerárquicos (con numerosos subest~~ios) ,
cuyo caso el niño le acusará de haber manipulado la filma­ a los que denomina misticismo natural (u.na expanslO~ la­
ción, porque nadie puede ser tan estúpido, y mucho me­ teral de la conciencia que engloba la COrrIente de la VIda) ,
nos él, como para afirmar tal cosa. Dicho en otras palabras, misticismo metafísico (que culmina en la suspensión sin
el niño ha experimentado un saltO enorme en su proceso forma) y misticismo divino (al que divide en noche oscura
de desarrollo, pero no tiene la menor conciencia de haber­ y unión) , una presentación muy similar a mi división en
lo hecho. misticismo natural, teísta y misticismo sin forma/no dual.
EstO es lo que ocurre, en general, con los estadios. Sólo Se trata, pues, de estadios de la espiri~ualidad sum~mente
podemos verlos de un modo retrospectivo comparando importantes, tantO si aparecen en Onente como SI lo ha­
226 KEN WILB r R
¿F,S LEG fTI MO HABLAR DE ESTADIOS DEL DESARROLLO ESPIRIT UAL? 2 27

cen en Occidente, en el norte como en el sur, y ningú n , 1.1) 110 suelen mostrar ningún desarrollo a través de esta­
relaro de la espiritualidad puede pretender ser completo ,11"" porque son pasajeros, provisionales y transitorios.
sin tenerlos en cuenta. ,1 1'1I1'í.s, los estados, a diferencia de las estructuras, suelen
, I incompatibles ya que, por ejemplo, uno no puede estar
4. La espiritualidad es una actitud (una apertura u II hrio y ebrio al mismo tiempo. (Se trata de un caso com­
amor) qu~ puede hallarse presente en cualquiera de ln!i ,,1\ 1 ~lfIl e nte diferente de las estructuras que, al trascender e
estadios. Esta es, muy probablemente, la definición m ;h 111' hlir, pueden coexistir: las células y las moléculas pue­
popular aunque, no obstante, se haya mostrado muy l' .1"11 existir al mismo tiempo, ya que unas incluyen a otras.
fractaria a ser definida o incluso afirmada de un modo 1",1(' es, precisamente, el motivo por el cual el desarrollo
coherente. No es fácil decir que el requisito en cuestión 1111 1¡ene lugar por medio de estados sino de estructuras,
es el amor, porque -según las conclusiones de la mayO! lllllque aquéllas son muy importantes y puedan tener un
parte de las investigaciones realizadas al respecto- d I',I .II) impacto sobre el proceso de desarrollo). Por consi­
amor tiende (al igual que otros afectos) a desplegarse desd 1'.ll it:nte, si la definición de espiritualidad que estamos mi­
la modalidad egocéntrica hasta la sociocéntrica y la mun 11/,i1udo es la de experiencia cumbre, nos hallamos muy
dicéntrica y, en consecuencia, no se halla plenamente prc I" jos de una concepción de estadios.
sente en todos los niveles, sino que va desplegándose a lo Pero, como señalábamos, uno puede investigar las ex-
largo de un proceso de desarrollo (¿o acaso calificariamo., 1"'ril'llcias cumbre más detalladamente y descubrir que,
de amor "espiritual" al amor egocéntrico?). Tal vez el té .. 11.lhlando en términos generales, se refieren a experiencias
mino "apertura" pudiera funcionar mejor, pero también, , Ill11bre del nivel psíquico, del nivel sutil, del nivel causal o
en este caso, nos hallamos ante el mismo problema. ¿Aca.m dd nivel no dual interpretadas a través de estructuras ar­
la apertura se presenta de un modo plenamente formado , :Ii ' as, mágicas, míticas o racionales .. . todas las cuales ex­
o va desplegándose a lo largo de un proceso de desarro pnimentan un desarrollo a través de estadios. Además, ésta
llo? ¿En qué sentido podemos decir que un individuo (' S una definición muy importante de espiritualidad que

preco.nvencional es "abierto" cuando ni siquiera puc<.h. ~'videncia que, en casi todos los estadios del desarrollo, es
asumIr el rol de los demás? Tal vez sirviera para nuestro., I'osible tener experiencias cumbre de los reinos transper­
i~tereses el término "integración" -el grado de integra \ollales. No obstante, en la medida en que esos estados
clón y armonía entre las distintas líneas- pero, en mi provisionales se transforman en rasgos duraderos , se con­
sistema, ése es otro nombre para lo que el yo hace y, ('11 vi erten en estructuras que se hailan en proceso de desarro­
ese sentido, no tiene nada de "espiritual". En cierto modo, llo. (En la nota final hablaremos del posible mecanismo de
creo que se trata de una definición legítima pero, h asta l.1 ('.~ tl; proceso de transformación, a través del cual el yo me­
momento, no tenemos ejemplos claros de ella. I:.holiza la experiencia provisional y produce una estructu­
1.1 ]¡olística).4
5. La espiritualidad !lO su rcf¡('!'c lalllo:l ( '~ I'adios 'UIIICI
a experiencias ~llmhrc. Fsto J.:~ (il'llu ,'11 111111 IIIJ,' ( :ISOS y l.." Éstas son las cinco definiciones más comunes del tér­
experiencias ('(1111111'1' (() I(),~ 1'.'1.1.111\ ,die 1,1.1.. \ .1\. 1Cllll ¡ell IlIillO espiritualidad. Y la conclusión que podemos extraer
228 KEN WII ,IlElt
,,Es LEG(TIMO HABLAR DE ESTADIOS DEL DESA RROLLO ES PIRITUAL? 229
de todo ello es que no todo lo que legítimamente llalll:t
pllrque, como evidencian muchas investigaciones, es im­
mas "espiritualidad" evidencia un desarrollo a través d
posible llegar a posca n sin haber alcanzado antes con).
estadios. También hay que decir que, desde una perspe«( i
Sin embargo -y esto es lo que parece haber confun­
va más próxima, muchos de los aspectos de la espirituali
diJo a muchos teóricos- el hecho de que las líneas de
dad evidencian la existencia de un proceso de desarrollo.
(ksarrollo puedan desplegarse de un modo relativamente
ello incluye los logros superiores de las distintas líneas evo
independiente supone que un individuo puede hallarse
lutivas y también la espiritualidad considerada como UIl.1
('11 un estadio espiritual muy elevado (transpersonal o post­
línea separada. Pero las experiencias cumbre no muestrall
poscon) de una determinada línea y perma,necer todavía
un desarrollo a través de estadios, aunque tanto las estruc
t:ll un estadio personal psicológico muy baJO (con o pre­
tucas que tienen la experiencia cumbre como los reinos ;1
ton) en otras. Una persona, por ejemplo, puede hallarse
los que se accede evidencian un desarrollo en el caso dt.
,'n tm nivel transpersonal de la cognición (alcanzado tal
que se alcance una realización permanente.
vez a través de la meditación) y permanecer todavía en un
estadio del desarrollo moral personal o psicológico (con o
precon), pongamos por caso. Así pues, aunqu~,.con estas
¿Es necesario completar el desarrollo psicológico
definiciones, sólo es posible acceder a lo espmtual des­
antes de emprender el desarrollo espiritual?
pués de lo psicológico en una determinada línea, pu~~e
presentarse, no obstante, todo tipo de d~sar~ollos espm­
Una vez más, esto depende del modo en que definamos
tuales antes, junto o después, de cualqUIer tipO de desa­
los términos. Si, por ejemplo, consideramos que la espiri­
rrollo psicoMgico, precisamente porque las líneas son
tualidad es una línea separada del desarrollo, la respuesta
relativamente independientes. Una persona puede hallar­
es, obviamente, "no" (porque, en tal caso, el desarrollo es­
se en un estadio precon en una línea, en un estadio pos­
piritual no tiene lugar después del desarrollo psicológico,
con en otra yen un estadio post-posca n en una tercera,. l?
sino junto a él). Si, por el contrario, definimos a la espiri­
que significa -según las definiciones qu~ estamo~ ~tIiI­
tualidad como una experiencia cumbre, la respuesta tam­
zando- dos niveles psicológicos y tres lllveles espmtua­
bién es "no" (porque puede ocurrir en cualquier momento).
les, de modo que, en este caso, el desarrollo psicológico
Pero hay que decir que, detrás de todo esto, se esconde
una pequeña trampa. global no se ha completado antes de que pueda tener lu­
gar el desarrollo espiritual. . .
Lo que muchos teóricos entienden por "desarrollo
Si nuestra idea de la espiritualidad es la de experIenCIa
psicológico" se refiere a los estadios personales del desa­
cumbre, ésta puede presentarse en cualquier momento y
rrollo (precon, con y poscon) y lo que entienden por "es­
en cualquier lugar, de modo que no es necesario, en tal
piritual" tiene que ver Con los estadios transpersonales
caso, haber completado el desarrollo psicológico global.
(post-poscon). Con esas definiciones y considerando a la
En la medida en que los estados se conviertan en rasgos,
espiritualidad como una línea evolutiva separada, para que
no obstante, entrarán necesariamente en la corriente del
emerja de un modo estable lo espiritual hay que haber
desarrollo y seguirán sus propias corrientes morfoge~éti­
completado previamente lo psicológico (simplemente
cas, fluyendo a través de las olas del Gran Río de la VIda.
23 O KEN \XII LIS ER
¿ES LEGiTIMO HABLAR DE ESTADIOS DEL DESARROLLO ESPIRITUAL? 231

La importancia de la práctica espiritual También convendría contemplar con recelo los cami­
nos espirituales que sólo alienten el cambio de creencias.
~restemos ahora atención a un asunto de gran importan­ La verdadera espiritualidad no tiene que ver con traducir
cla.. ~ es que, ~l margen de que creamos que la práctica el mundo de un modo diferente, sino con la transformación
esplfltual atravlesa una serie de estadios o no la auténtica de la conciencia. Muchos de los enfoques que proponen
~spirituali~ad exi~e práctica. Con ello no qu'iero negar la "nuevo paradigma" a la espiritualidad aconsejan que basta
lr:nPOrtanCla que tlenen, para muchas personas, las creen­ con cambiar el modo de pensar en el mundo, que uno
Clas, la fe y la .mitol.ogía religiosa, sino tan sólo señalar que, debe pensar holísticamente en lugar de analíticamente, que
como han eVldenClado los grandes yoguis, santos y sabios no tiene que creer en el mundo newtoniano-cartesiano de
del n:un~o e~tero, la verdadera espiritualidad implica la las bolas de billar, sino en el mundo de la teoría sistémica y
expenenc~a dlre~ta de una Realidad viva que se despliega la "gran-red-de-Ia-vida", que uno tiene que abandonar las
de modo lnmedlato e íntimo en el corazón y la conciencia nociones de un patriarcado que divide y adoptar las de
de !~s indi:i.duos y que se ve alentada por una práctica una Diosa o Gaia holística.
eSplfltual dlhgente, sincera y prolongada. Aun en el caso Pero, aunque todas estas ideas sean importantes, no
de qu.e u~o se relacione con la espiritualidad en tanto que dejan de ser meras formas de pensar sobre el mundo de la
expenenCla cumbre, esa experiencia puede verse inducida Mano Derecha que no transforman el mundo de la Mano
o ~e~tada específic~mente por distintos tipos de práctica Izquierda. La mayor parte de los enfoques que proponen un
esplrltual, como el ntual, la plegaria contemplativa, el via­ nuevo paradigma recomienda utilizar la visión-lógica (o e!
je chamánico, la meditación intensiva etcétera etcétera pensamiento holístico) para superar nuestro fragmentado
e:cét~ra, todas las cuales abren las puertas a una 'experien~ mundo pero, como hemo·s señalado tantas veces, el desarro­
Cla dlrecta del Espíritu que va mucho más allá de las meras llo cognitivo (como la visión-lógica o e! pensamiento reti­
creencias o ideas en torno a :el. cular) es una condición necesaria, pero no suficiente, para el
. No se t:ata, por tanto, de que uno piense de un modo desarrollo moral, de! yo, o espiritual. Uno puede acceder a
dl~erente, SlnO ?~ que practique de un modo diligente. la visión-lógica y hallarse todavía en e! estadio morall, car­
Ml recomendaclOn, en este sentido, es la de comenzar al­ gado de necesidades de seguridad, impulsos egocéntricos y
gún tipo de "práctica transformadora integral" (como la tendencias narcisistas; uno puede dominar la teoría sistémi­
qu~ ~e seña~a~o en el capítulo 8), pero cualquier tipo de ca y conocer al dedillo la nueva física y hallarse todavía muy
practlca esplfltual auténtica también servirá. También es pobremente desarrollado en las corrientes emocional, mo­
necesario disponer de un maestro calificado con el que ral y espiritual.
uno se encuentre a gusto. Tal vez convendría comenzar Así pues, conocer la teoría sistémica, la nueva física,
consultando las obras del padre Thomas Keating, Rabbi Gaia o aprender a pensar holísticamente no implica nece­
Zalman Schachter-Shalomi, el Dalai Lama, Sri Ramana sariamente ninguna transformación de la conciencia inte­
Maharshi, Bawa Muhayyadeen o cualquiera de los mu­ rior, porque ninguno estos enfoques apunta en la dirección
chos maestros ampliamente reconocidos de cualquiera de de los estadios interiores del crecimiento y el desarrollo.
los grandes linajes.
Los libros acerca de la teoría sistémica, e! nuevo paradig­
23 3
232 KEN WILIlET( ,.ES LEGITIMO HABLAR DE ESTADIOS DEL DESARROLLO ESPIR.lTUAL?
. eda ser- sino por
ma, la nueva física, sólo le enseñarán el modo en que toda1i de-la-Vida -por más Cierto qlue esoc~~s y difícil~s olas del
d I mo do de navegar aS m u
las cosas forman parte de la Gran-Red-Interconectada-dc­ apren erde d 110 interior, nada de lo cual se consigue
la-vida, como si bastara con aceptar esas creencias para curar proceso e esarro .
~ del nuevo paradigma.
al mundo. Rara vez encontrará en ellos una discusión acerca mediante los e? oqu.es 1 I de la Red-de-la-Vida no
de los principales estadios interiores del desarrollo de la La teoría Sistémica Y a teona d en el
suelen transformar la conciencia porque, atrapa aS d­
conciencia, los únicos, a fin de cuentas, que pueden llevar­ '[ cu an adecuadamente d e e
le a abarcar la conciencia global; poco le dirán de los esta­ reduccionismo sun , no se o p .' los que
.' d la conCienCia en
dios preconvencionales, convencionales, posconvencionales sarrollar los estad lOS 1I1ternOS e e .I Tal vez
I o de tranSlÜrmaClon.
y post-posconvencionales; nada sobre el inmenso bagaje acu­ realmente tiene lugar e proceds 'd ara emprender el
. un buen punto e partl a p
mulado por la investigación acerca del desarrollo de la con­ cons.tni~~:pniritual quizá resulten útiles para promover una
ciencia desde lo egocéntrico hasta lo sociocéntrico y lo cami ' . parecen ser un
.da más unificada, pero lo CiertO es que no f .
mundicéntrico (o, dicho más concretamente, acerca de los Vi . nI ue no o recen n1l1­
camino eficaz de transformaclO , porq . d' d
nueve fulcros de desarrollo del yo); ninguna pista acerca del una ráctica interna que pueda actuahzar esta lOS ca a
modo en que tienen lugar las transformaciones interiores y g ~ 1 d globales de la conciencia. Resulta lame~-
sobre lo que usted puede hacer para alentarlas y alentar así vez mas e eva os y .. "holísu­
I

'I . reten dan ofrecer una ViSlOn


una conciencia espiritual mundicéntrica y global en usted table, por u nmo, que p . d alentando a la gente de
" d 1 mundo y suelan term1l1ar es
mismo y en los demás. Lo único que encontrará en esos ca e . l ' amente interno de desarrollo y
. cam1l10 autentlc .
libros es que la ciencia moderna y las religiones matriarcales asumir ~n d d e modo la evolución de esa conClen­
coinciden en que todos formamos parte de la Gran-Red-de­ obstacuhzan o, e es .' b de un modo tan
cia global que, por otra parte, a razan
la-Vida.
La crisis ecológica -el principal problema de Gaia­ noble.
no es la polución, los desechos tóxicos, el agujero de ozo­
no ni nada por el estilo. El principal problema de Gaia es
que no existen suficientes seres humanos que se hayan de­
sarrollado hasta los niveles posconvencionales, mundicén­
tricos y globales de conciencia, los únicos que pueden
llevarle automáticamente a ocuparse de las cuestiones glo­
bales. y el modo en que los seres humanos evolucionan
hasta los niveles posconvencionales no tiene que ver con
aprender teoría sistémica, sino con experimentar directa­
mente las seis transformaciones internas que conducen de
lo egocéntrico a lo etnocéntrico y lo mundicéntrico, en
cuyo caso -y no antes- podrá despertar una preocupa­
ción auténtica y profunda por Gaia. La cura de la crisis
ecológica no se produce por saber que Gaia es una Red­
11
¿Es legítimo hablar de
una espiritualidad infantil?

¿Existe una espiritualidad infantil? Según las definiciones


1 y 2 del término espiritualidad que hemos dado en el
capítulo anterior, no; según las definiciones 3, 4 y 5 sí.

Los estadios tempranos

Las definiciones 1 (según la cual la espiritualidad tiene que


ver con los niveles superiores de cualquiera de las líneas) y
2 (según la cual la espiritualidad es la suma total de los
niveles más elevados de todas las líneas) descartan casi por
completo la existencia de cualquier tipo de espiritualidad
infantil por el simple hecho de que, durante la niñez y la
infancia, la mayor parte de las líneas del desarrollo son
preconvencionales y convencionales. Con ello no quiero
decir que no puedan existir Otros tipos de espiritualidad,
sino tan sólo que, si definimos a la espiritualidad como
transracional, supramental, posformal, supraconsciente y
post-posconvencional, resulta evidente que nada de eso se
halla presente durante la infancia.
La definición 3 (según la cual la espiritualidad consti­
tuye una línea separada del desarrollo) abre la puerta a que
la niñez y la infancia posean una espiritualidad ... pero sólo
los estadios inferiores de la espiritualidad que, según la
mayor parte de las definiciones, no parecen muy espiritua­
les. Así pues, desde la perspectiva de los mismos teóricos

[235]
7
,.Es LEGITIMO HABLAR DE UN A ESPIRITUALIDAD INFANTIL? 23
·U6 KEN W¡UlER

1.\ 's capaz de asumir el rol de los demás? ¿Es .posible cali­
que p~oponen esta definición, e! amor es egocéntrico, las 111 .Ir a esa apertura, por más espontánea y flUida que pue­
creencias son narcisistas, la visión de! mundo se halla absor­ d.. se!', como algo "espiritual"? ¿Es legítimo hablar de una
ta en, uno mismo y la capacidad de asumir e! pape! de los
"r~ piritualidad" narcisista? .
de,?as (y, en consecuencia, de respetarlos) es muy rudimen­ Pareciera como si la mayor parte de las personas tuVle­
tana y se encuentra casi completamente ausente. Desde esta l.' en mente con esta definición que los niños suelen estar
perspectiva, por tanto, las personas pueden hallarse en los lid:; en contacto con ciertas dimensiones emocionales de
est,~dios más tempranos de líneas propiamente "espiritua­ ~ll ser (el pranamayakosha, el élan vital, la capa emocional­
les q~e, con e! desarrollo posterior, pueden desplegarse hasta \'! 'rica, el segundo chakra), lo cual muy probablemente
capacidades que casi todo e! mundo reconocería claramente ~l :a cierto. Además, es definitivamente cierto que algunos
com~ espirituales (los "estadios de la fe" de James Fowler, .•spectos de esas dimensiones pueden ser reprimidos por
por ejemplo, se ajustan perfectamente a este tipo de mode­ las estructuras mentales superiores (ego, superego o con­
l~): Desde la perspectiva que nos proporciona esta defini­ ('iencia) y que esa represión puede ocasionar varios tipos
CIO~, pues, no debemos concluir que los niños sean santos o
~k patología dolorosa. Finalmente, .t~~bié~ es ~ierto que,
sabIOS y que se hallen permanentemente en contacto con las para curar la lesión y recobrar una VISlOn mas fl~~da y emo­
auténticas re~idades espirituales, porque todavía les queda cional de la vida, se requiere de una recuperacwn (en for­
un largo cammo por recorrer hasta la espiritualidad verda­ ¡nade regresión al servicio del ego) de ese potencial perdido.
der~ .(y, e~ este punto, volvemos a las definiciones 1 o 2: la Estoy totalmente de acuerdo con todos esos punto~.
esplfltualldad "auténtica" o "real" implica los estadios post­ La cuestión es si podemos calificar legítimamente a la di­
posconvencionales del desarrollo). mensión de los sentimientos preconvencionales como algo
. La definición 4 (según la cual la espiritualidad es una "espiritual", cuando la investigación ha demostrado re?e­
actitud que pued~ hallarse en cualquiera de los estadios), tidamente que esa dimensión es francamente egocéntnca.
por su parte, ~ost1ene que los niños están, o pueden estar, Ciertamente, es muy importante que la mente permanez­
en con.tacto dlre~to con las realidades espirituales, porque ca en contacto con las sensaciones corporales, pero no hay
patentizan la actitud más característica de la espiritualidad que olvidar que la auténtica espiritualidad también impli­
(ya sea la apertura, el amor, la fluidez). Además, la mayor ca estar en contacto con los sentimientos de los demás y la
parte de las personas que utilizan esta definición considera investigación demuestra de manera fehaciente que la ca­
que los niños tienen mayor apertura, pongamos por caso, pacidad de asumir el rol y la visión de los demás aumenta
que los adultos y que la verdadera espiritualidad supone a medida que pasamos de preop a conop, formop y noS
volver a establecer contacto con esa apertura.
adentramos en los niveles posformales.
Pero ya he,??~ visto también las dificultades que con­ Si creemoS que la espiritualidad consiste simplemente
lleva esta defiOlclon, por más legítima que pueda ser, a la en sentirse bien, la infancia puede ser paradisiaca, I pero si
hora de encontrar ejemplos creíbles y coherentes. ¿Acaso nuestra idea al respecto también incluye la acción adecua­
esta apertura aparece de un modo plenamente desarrolla­ da, la capacidad de asumir el rol de los d~más y disponer
do o bien experimenta un proceso de desarrollo? ¿Cómo de una conciencia lo suficientemente abierta como para
puede haber hablarse de "apertura" cuando uno ni siquie­
238 KEN WILBER ,"ES LEGiTIMO HABLAR DE UNA ESPIRlTUA!.lDAD INFANTIL? 239
l
1

dl: powler no dudarían en negar a esas estructuras el calal~


poder ver las cosas desde múltiples perspectivas que abran
cativo de espiritual o superior, pero también creo ql~e,
las puertas a la compasión, e! respeto y e! altruismo, no
¡\lientras vamos perfilando sus rasgos con~ret~s, podna­
~ab~ la menor duda de que la infancia es un reino muy
mos denominarlas provisionalmente expenenClas cumbre
lU:ll1tado, por más maravilloso y fluido que sea su egocen­
trismo. Lo que me parece más lamentable de la represión l"Splfltu." al es. 2 . . "~
El único aspecto de la primera mfa~Cla ~ de la ll1~e.z
de la~ capa~idades de la infancia no es tanto la represión de
"¡ue en el caso de existir, merecería el calificativo de espm­
las dlmenslO.nes espiri~uales superiores (de! vijnanamaya­ l , " d d b
tual es ese aspecto al que yo denomino porta or e nu es
kosha, por eJemplo), SinO la represión de! valioso funda­
de gloria" (un término que procede de un poema en el que
~en~o ~~ferior (es decir, de! pranamaya-kosha), cuya
Wordsworth dice: "no llegamos a este mundo completa­
mente perdidos/sino que portamos c~n nosotrOS nubes de
dlsoclaClon puede luego obstaculizar e! desarrollo futuro.
~dem~s, la. barre~a de la represión erigida por e! ego para
gloria'), es decir, la dimensión 'psíq~ICa más profunda (o
Impedir la mupClón de los impulsos prerracionales inferio­
alma) que, como indica cierta eVidenCIa, está presente .desde
res. también puede dificultar, en e! curso de! desarrollo pos­
los estadios prenatales y va desvaneciéndose en la medida en
tenor, e! descenso de los impulsos transracionales superiores.
que tiene lugar el desarrollo frontal (egoico).3 Ese "po~tad~r
A fin de cuentas, una barrera es una barrera y las defensas
de nubes de gloria" se refiere, en general, a la con~lenCla
contra e.l id también nos defienden contra Dios. Pero hay
psíquica más profunda que el individuo lleva consigo,. en
que declf que lo que e! ego infantil reprime no es tanto e!
cierto modo, desde e! mismo momento de la ~oncepClón
Dios posconvencional como el id preconvencional.
(ya sea que lo interpretemos desde una p~rspectlva reencar­
nacionista o simplemente como potenCIales muy profun­
dos que se hallan presentes desde el mismo com~enzo). Desde
Los estados alterados y las nubes de gloria
'la visión tradicional, Hazrat lnayat Kahn ha dICho mu~ cla­
ramente que: "el grito del niño es, con n:~cha frecuenCIa, la
expresión de su anhelo por los cielos angelico~ [que acaba de
La definición 5 (según la cual la espiritualidad tiene que
ver con las experiencias cumbre) nos ofrece una definición
atravesar el nacimiento terrenal, lo que los tlbetanos deno­
plausible -que se ve apoyada también por una limitada
inan bardo del renacimiento]; la sonrisa del niño. es el» re­
4
e,:,i~encia- de que algunos niños tienen experiencias es­ m
Rejo de su recuerdo del ámbito de las e~feras supen?res .
pmtuales. Yo creo que esto es cierto y, en este sentido, he
Desde el punto de vista de las dIVersas teonas, esta
presentado un espectro de tales experiencias, es decir, ex­
conciencia psíquica es: 1) el descenso del alma desde los
periencias cumbre de los reinos psíquico, sutil, causal o no
reinos del bardo (los reinos que se hallan entre.la m~erte y
dual que pueden ser interpretadas desde las visiones arcai­
el renacimientO) o 2) el fundamentO o potencial mas pro­
cas, mágicas, míticas ci racionales (y que, en e! caso de la
fundo que necesariamente debe perderse y ente~r~se en la
mayor ~~rte de los niños, se centra en las estructuras mági­
medida en que va desarrollándose el ego analltlc~ (p~ro
cas o mmcas) de! mundo. Comprendo que muchos teóricos
que puede ser recuperado en la iluminación o realIZaCIón
se muestren reticentes a la hora de calificar como "espiri­
tuales" a tales experiencias y que investigaciones como b espiritual plena).
240 KEN WILllER
,.ES LEGITI MO HAll Lf\l1. DE UN J\ ESPIIUTUALlDAD INFANTIL? 241

I rontales preconvencionales y egocéntricas (que, en ese sen­


Esta segunda alternativa, aunque inicialmente plausi­ tacro
Iido son muy poco espirituales). Pero al estar en cOI:
ble, no parece, no obstante, ser muy sólida. Según se dice,
, 'oU 'el reino psíquico más profundo (o .~lma), l~ pnm~ra
el fundamento perdido es el mismo que se recupera en la
. j'. . y la niñez evidencian una coneXlOn con cierto tlpO
iluminación, pero en tal caso ¿por qué deberíamos aban­ 111 ,toCla l ' se ve
d . dimensión espiritual que, digámos o una vez mas,
donarlo? Si ese fundamento se recupera ¿por qué el proce­
' do a interpretar Y expresar a través de canales pre­
11 19a
so de desarrollo debería hacer, en este caso, algo que no ()") d . r con
parece hacer en ningún otro caso, es decir, volver nueva­ n)nvenCl'onales y egocéntricos que na a tlenen que ve \
mente atrás? ¿Acaso vuelve el pollo al huevo para encon­ lo propiamente espiritual.
trarse a sí mismo? Si el fundamento debe unificarse con el
ego para constituir, con él, el desarrollo pleno, eso sólo
significaría que ese fundamento no es completo. ¿Cómo
podría, en tal caso, algo intrínsecamente incompleto cons­
tituir el fundamento de la iluminación plena? ¿Acaso pue­
de la parte ser el fundamento de la totalidad? Esta visión
-que, dicho sea de paso, sostuve hace algún tiempo- pa­ \
rece ser teóricamente inadecuada y tampoco se ve sosteni­
da por los datos. 5
La única alternativa, por tanto, parece ser la primera, la
que se refiere a los reinos del bardo, aunque resulte muy
chocante para la mentalidad convencional. También hay que
decir, no obstante, que existe una limitada evidencia a ese
respecto. 6 Al parecer, el ser psíquico más profundo va su­
mergiéndose y olvidándose en la medida en que aparece el
desarrollo frontal o egoico (tabla 4b) aunque, en el caso de
que el desarrollo prosiga hasta alcanzar el nivel psíquico real
(F-7), vuelve a emerger (portando, a menudo, consigo re­
cuerdos de la infancia, cuando era "observado" desde lejos)?
Pero sea lo que fuere, no obstante, esta capacidad psíquica
más profunda, no tiene nada que ver con la resurrección de
una estructura prerracional infantil, sino con el descubri­
miento de una estructura transracional.
Podemos decir, pues, que desde muy temprano, los
niños parecen tener acceso a algunos tipos experiencia es­
piritual (como las experiencias cumbre, por ejemplo), aun­
que luego deben interpretarlas a través de estructuras
12
La evolución sociocultural

El espíritu en acción

Hoy en día resulta evidente que la Gran Cadena del Ser


presenta, al menos, cuatro grandes carencias que debemos
resolver, si realmente queremos rescatarla para el mundo
moderno y posmoderno y preparar un enfoque auténtica­
mente integral. 1
La primera de ellas, como ya hemos dicho, radica en
el hecho de que la visión tradicional rara vez diferenció
adecuadamente los cuatro cuadrantes. Con ello quiero decir
que las grandes tradiciones pocas veces se dieron cuenta de
que los estados de conciencia (cuadrante superior-izquier­
do) tienen correlatos en el cerebro orgánico (cuadrante
superior-derecho), un descubrimiento que ha revolucio­
nado nuestra visión de la psicofarmacología, la psiquiatría
y los estudios sobre la conciencia. Asimismo, las tradicio­
nes tampoco parecen haber advertido que la conciencia
i'ndividual (cuadrante superior-izquierdo) se ve profunda­
mente determinada por el sustrato proporcionado por las
visiones culturales del mundo (cuadrante inferior-izquier­
do) y las modalidades de producción tecnoeconómica (cua­
drante inferior-derecho) en los que se halla inmersa.
Precisamente estas carencias dejaron expuesta la Gran Ca­
dena a las devastadoras críticas de la Ilustración, de la
moderna ciencia cognitiva, de la neuropsiquiatría y de los
estudios culturales e históricos posmodernos, entre otros,
todos los cuales subrayan el hecho de que la conciencia no
es un noúmenon trascendental desencarnado, sino que se

[243]
244 KEN WILIIER

LA EVOLUCIÓN SOCJOClJl:n Jnill 24 'i


está inserta en contextos de hechos objetivos, sustratos
culturales y estructuras sociales, acusaciones todas e.lIas, de dió advertir la dimensión evolutiva de las psicopatologías
las que los teóricos de la Gran Cadena no han podido de­ que pueden derivarse de complicaciones en los estadios
fenderse. tempranos del desarrollo y, en consecuencia, también im­
Como ya he dicho, hay que diferenciar cada uno de pidió abordarlas más adecuadamente. Como se han visto
los niveles verticales de la Gran Cadena del Ser en cuatro obligados a reconocer muchos practicantes de este país, la
dimensiones horizontales (intencional, conduct~al, cultu­ meditación - que es un camino de desarrollo hacia lo trans­
ral y social). Es absolutamente necesario modernizar y po~­ personal- no puede, hablando en términos generales,
modernizar el Gran Nido; es absolutamente necesano curar las lesiones prepersonales.
reconocer la importancia de los sustratos c~lturales, de las La cuarta carencia de la Gran Cadena del Ser tiene
estructuras y contextos superficiales y re~at~vos, est~ble~er que ver con su comprensión pobre de la evolución, un
correlaciones con los modernos descubnmientos ciennfi­ descubrimiento, por otra parte, exclusivo del Occidente
cos abrirnos a las minorías que la estructura mítico-agra­ moderno. Éste es un problema que puede resolverse con
ria 'solía descuidar y escuchar todas las voces. Sól~ .e n la cierta facilidad porque, como muchos teóricos han señala­
medida en que el cuerpo, la mente, el alma y el espmtu se do, basta con trocar la concepción tradicionalmente está­
vean diferenciados en el Gran Tres podrán superarse esas tica de la Gran Cadena en tanto que dato establecido de
objeciones. .. una vez por todas por otra visión dinámica que va desple­
La segunda carencia radica en la neceSIdad de dIferen­ gándose a 10 largo del tiempo para tener un esbozo de la
ciar los estadios más tempranos del desarrollo de la mente, misma evolución. Dicho de otro modo, Plotino tempora­
un punto en el que resulta decisiva la contribución de la lizado es igual a la evolución.
psicología occidental. Por decirlo en dos pal.abras, la me.nte Hasta el momento, la evolución -que comenzó con
dispone, al menos, de cuatro grande~ ~stadlOs del des alfO­ el Big Bang- ha desplegado aproximadamente las tres pri­
110: mágico (de los 2 a los 5 años), mmco (de los 6 a lo~ ~ 1 meras quintas partes de la Gran Cadena, desde la materia,
años), racional (de los 11 años en adelante) yaperspectJvIs­ hasta la sensación, la percepci6n, el impulso, la imagen, el
ta-integral (que, en el mejor de los casos, se p~e~enta en la símbolo, el concepto, la regla y lo formal, en el mismo
madurez). La incapacidad de las grandes tradICiOnes pa:a orden sugerido por el Gran Nido del Ser. Lo único que
comprender claramente los niveles preform~es de la ma~Ia hace falta, pues, es advertir que la Gran Cadena no existe
yel mito la que condujo con tanta frecuenCl~ a confundir~ de un modo estáticamente determinado de una vez por
los con los estados posformales psíquico y sutIl, cayendo aSI todas, sino que evoluciona y se desarrolla a lo largo de gran­
en la falacia preltrans y en la cons~cue~te ex.al.tación de la des periodos. y el hecho es que, a pesar de los alardes de
superstición a la categoría de expenenCl~ ;spmtual: . los biólogos occidentales, nadie comprende realmente el
La tercera carencia se asienta tamblen en la limitada modo en que emergen los estadios superiores a lo largo del
comprensión que tenían los teóricos de ~a Gran Cadena curso de la evoluci6n, a menos que asumamos que lo ha­
tradicional acerca de los estadios prerraclonales, te~pr~­ cen vía Eros o Espíritu-en-acción.
nos e infantiles del desarrollo humano, carencia que lmpi- Como he señalado con cierta frecuencia, esto también
significa que lo que la filosofía perenne considera arqueti­
246 KENWILBER LA EVOLUCION SOCIOCULTURAl 247

pos inmutables y eternos puede ser considerado como una La evolución colectiva
especie de hábitos formativos de la evolución, "recuerdos
kósmicos", por así decirlo, y no tanto moldes predetermi­ En mi opinión, lo "social" se refiere al cuadrante inferior­
nados sobre los que se vierte el mundo. 2 Esta orientación derecho (es decir, a la dimensión interobjetiva, que incluye
dinámica podría sintonizar el Gran Nido del Ser con la a las formas del fundamento tecnoeconómico, los sistemas
visión de los pensadores evolutivos, desde Peirce hasta Shel­ sociales, las instituciones y las estructuras físicas) y lo "cul­
drake y Kaufmann, una visión que, por otra parte, está tural" se refiere al cuadrante inferior-izquierdo (es decir, a
implícita en todos los teóricos del Gran Nido, desde Ploti­ la dimensión intersubjetiva, que incluye las visiones colec­
no hasta Asanga y Vasubandhu. 3 tivas del mundo, la ética, los valores y los significados). En
El hecho es que la articulación evolutiva y desarro­ este sentido, la mayor parte de la evidencia acumulada has­
llista del Gran Nido del Ser favorecería su coexistencia ta el momento indica con toda claridad que la evolución
con la evolución, uno de los dioses del Occidente moder­ también tiene lugar en esos cuadrantes. Veamos:
no. 4 De este modo, además, se abrirían las puertas a una Afirmar, por ejemplo, que una determinada sociedad
posibilidad realmente asombrosa ya que si, hasta el mo­ está en un nivel mágico del desarrollo no significa decir
mento, la evolución ha desplegado las primeras tres quin­ que todos sus integrantes hayan alcanzado ese nivel, sino
tas partes del Gran Nido del Ser ¿no sería muy probable tan sólo que el nivel promedio de conciencia de esa socie­
que, en los años venideros, siguiera desplegando los dos dad es fundamentalmente mágico y, más concretamente,
quintos superiores restantes? Porque, en tal caso, Dios no que las leyes, los principios de organización cultural y las
estaría esperándonos arriba, sino que nos aguardaría en costumbres cotidianas emanan fundamentalmente de la
cualquiera de los recodos del camino que todavía nos que­ visión mágica del mundo. Pero lo cierto es que siempre
da por recorrer; el Espíritu no estaría atrás, sino adelante, existen personas que se hallan por encima y por debajo de
y el jardín del paraíso no residiría en el pasado, sino en el ese nivel promedio. A diferencia de lo que ocurre en el
futuro. 5 caso del niño que se encuentra en la estructura mágica­
En cualquiera de los casos, no obstante, cuando uno y éste es uno de los muchos puntos en los que se rompe el
pasa del relativismo pluralista al integralismo universal (es paralelismo entre los dominios filogenético y ontogenéti­
decir, cuando p~sa de verde a amarillo/turquesa y comien­ co- algunos individuos de una cultura mágica, por ejem­
za a adentrarse en el pensamiento del segundo grado), se plo, pueden hallarse en el nivel mítico, mental o incluso
abre también a las teorías metasistémicas que hemos pre­ algún estadio superior del desarrollo. Habermas creía que
sentado en las tablas 9a-9c, es decir a las visiones globales hasta en las sociedades cazadoras y recolectoras existieron
de la evolución social y cultural. individuos que desarrollaron el pensamiento operacional
formal y yo mismo he señalado que unos pocos pueden
incluso ir más allá y desarrollar capacidades psíquicas y
posformales (como ocurre, por ejemplo, en el caso de los
chamanes).6 Así pues, a diferencia de lo que sucede con
el niño que se encuentra en el nivel mágico, por ejemplo,
248 KEN WILBER LA EVOLUClON SOCIOCULT URAL 249

el chamán auténticamente desarrollado perteneciente a una con la evolución (una migración evolutiva que, por otra
cultura mágica puede acceder a los reinos transpersonales parte, tratan de ilustrar las tablas 9a y 9b).
(fundamentalmente psíquicos pero también, en ocasiones,
sutiles e incluso causales) e interpretarlos a través de es­
tructuras posconvencionales y, en consecuencia, no narci­ La evolución social
sistas, es decir, acceder a una auténtica espiritualidad.
Pero esto, obviamente, no deja de ser una especula­ Lenski ha bosquejado de un modo incuestionable hasta el
ción y representaría una visión chamánica altamente desa­ momento las distintas modalidades por las que fluye la
rrollada. La evidencia de que disponemos respecto del viaje evolución social: recolectora, hortícola, marítima, agraria,
chamánico típico sugiere que se trata de una experiencia industrial e informática. Los teóricos sistémicos (y estruc­
mágica cumbre de los dominios psíquicos y que, en conse­ tural-funcionalistas, entre los cuales cabe destacar a Par­
cuencia, conserva la impronta de una interpretación pre­ sons, Merton, Luhmann, Alexander y Bellah) han arrojado
formal impregnada, como suele ocurrir, de impulsos y mucha luz sobre los sistemas de acción social, su manteni­
necesidades de poder. El "poder" o la "medicina fuerte" miento y su reproducción. 8 Los marxistas y neomarxistas,
sigue siendo el tono dominante de muchos impulsos cha­ a pesar del evidente fracaso de un sistema que se empeñó
mánicos, reflejando tal vez el hecho de que, en las socieda­ en reducir todos los cuadrantes al inferior-derecho, han
des cazadoras y recolectoras, el principal recurso era, como j subrayado los muchos modos en que el fundamento tec­
señaló Habermas, el poder sobre la naturaleza o, como di­ noeconómico determina la conciencia del ser humano, un
ría Maslow, las simples necesidades de seguridad. descubrimiento que nodebería soslayar ninguna teoría que
No obstante, la profunda importancia del viaje cha­ pretenda ser auténticamente integral. 9
mánico, en cualquiera de sus versiones, se asienta en el El problema fundamental de cualquier visión sistémi­
hecho de que fue el primer gran descubrimiento yexplo­ ca (y de cualquier teoría del cuadrante inferior-derecho,
ración de los dominios transpersonales, de modo que mu­ en general) es la facilidad con la que incurre en reducir
chas intuiciones chamánicas, especialmente en los todos los dominios internos (del "yo" y del "nosotros") al
dominios psíquicos, siguen todavía sin haber sido supera­ dominio de "ellos" objetivos, a circuitos de procesamiento
das.? Debemos advertir, en este sentido, que el chamán de información, sistemas neuronales, conducta social, sis­
fue el primer "psicoterapeuta", el primero en advertir la temas de organización autopoyética y teorías de la "red­
extraordinaria importancia de los estados alterados de con­ de-la-vida", todas las cuales, por más que se presenten como
ciencia transpersonales para la curación, tanto física como "holísticas" y "omniabarcadoras", niegan, en el fondo, las
psicológica, una intuición cuyo olvido, lamentablemen­ dimensiones internas de la vida. La teoría sistémica afirma
te, ha sido uno de los desastres del mundo chato. poseer una teoría unificada que resulta aplicable a todo,
La evidencia, cuando no se interpreta a partir del rela­ pero al reducir a todos los cuadrantes al inferior-derecho,
tivismo pluralista, parece sugerir que, en su gran mayoría, deja fuera la "mitad" del mundo, es decir, los dominios de
tanto las modalidades promedio del desarrollo como las la Mano Izquierda. Es por ello que digo que la teoría sisté­
modalidades más avanzadas han seguido profundizándose mica forma, en realidad, parte del proyecto chato de la

I
250 !<EN WlLBER LA EVOLUCION SOCIOCULTURAL 251

modernidad y que, en ese sentido, está aquejada de la mis­ ge~wart sigue ilustrando una de las investigaciones m"ls
ma enfermedad que pretende curar. bnllantes. en torno a la evolución cultural hasta e! punto
Cualquier holismo auténticamente integral debería de que ntnguna ~eoría, en mi opinión, que pretenda ser
incluir, por tanto, el holismo externo de la teoría sistémica global deber~~ deprla de lado. Hay que advertir, no obs­
yel holismo interno de la conciencia fenoménica, el mun­ tante, que la estructura integral" de Gebser se refiere bási­
do de la moral, los valores, las olas, las corrientes y los camente a la ola visión-lógica global y no cubre
estados considerados a partir de sí mismos, es decir, sin ver­ adecuadamente los estadios superiores auténticamente
se distorsionados ni obligados a ajustarse a moldes ajenos. transper~onales ~ps~qui~o, sutil, causal y no dual). Georg
Feuerstem, el prIncipal Intérprete de la obra de Gebser en
Estados Unidos, está de acuerdo con esta apreciación cuan­
La evolución cultural do afirma: :'Coinci~o con ~ilber en este punto, ya que
creo que eXiste sufiCiente eVidencia como para diferenciar
La evolución del dominio cultural es un tópico muy deli­ }~ 1I.am~da. experiencia espiritual en tres grandes catego­
cado y la posibilidad de abusar de él no siempre se ha pre­ uas. pSlqulca (a la que yo llamaría psicosomática), sutil (a
visto con el cuidado necesario. Además, las evidencias al la que llamaría psicoespiritual) y no dual (a la que propia­
j
respecto han seguido acumulándose y son muchos los teó­ m~nte llamaría espiritual)". I 1 El espectro global de Feuers­
ricos que se apegan, con calidad, a ellas. (Como hemos 1 teln, pues, va ~esde lo arcaico, hasta lo mágico, lo mítico,
visto en el capítulo 4, hace ya varias décadas que el "meme" lo mental, lo Integral, lo psíquico, 10 causal y lo no dual,
verde ha abanderado exitosamente el pensamiento evolu­ u~ espectro mucho más comprehensivo que e! de Gebser.
tivo en el mundo académico, comprensiblemente preocu­ 1 SIn en:bargo, en e! dominio de! desarrollo de la conciencia
pado por su posible abuso. Pero el desarrollo postverde ha colectl~a actual-.-que va desde lo arcaico hasta lo mágico,
conseguido combinar la sensibilidad verde por la visión I~ mítl.co, lo raCIOnal y lo integral- la visión de Gebser
multiperspectivista con las elaboraciones propias del pen­ sigue SIn haber sido superada.
samiento de segundo grado del Gran Nido del Ser.) En los La tentativa de Habermas de reconstruir e! materialis­
últimos años, la evolución cultural se ha visto abanderada, mo históri.c,o sobre la. ba~e de una pragmática universal y
de formas muy diversas, por Gerald Heard, Michael Mur­ de un~ acclOn comumcatlva sigue siendo, hasta e! momen­
phy, W. C. Runciman, Sisirkumar Ghose, Alastair Taylor, t~, elmtento más sofisticado para rastrear la evolución so­
Jean Houston, Douane Elgin, Jay Earley, Daniel Dennert, clOcultural, un intento cuya principal virtud radica en el
Jürgen Habermas, Robert Bellah, Erwin Laszlo, Kishore hecho de que es una visión global omnicuadrante y casi
Gandhi y Jean Gebser, por nombrar sólo a algunos. 10 0n:ni.niv~l (tabla 10) aunque, como ya hemos señalado, su
En este ámbito resulta paradigmática la obra de Jean pnnclpal tnconv~niente -un gran inconveniente, por cier­
Gebser, según la cual las visiones culturales del mundo to-. es no cubn~ adecuadamente los niveles prerraciona­
evolucionan - por usar sus propios términos- desde lo les mios transraclOnales, lo cual la incapacita para abordar
arcaico hasta lo mágico, lo mítico, lo mental y lo integral adecuadamente los dominios de la naturaleza y del espíri­
(tabla 9b). La obra maestra de Gebser, Ursprung und Ge- tu. Pero! en lo que respecta a los reinos intermedios de la
252 KEN WILBER LA EVOLUCION SOCIOCULTURAL 25 3

mente, la obra de Habermas sigue siendo realmente indis­ Cinco pistas importantes
pensable.
Afortunadamente, varios teóricos familiarizados con La cuestión fundamental es la siguiente: para llegar a abra­
los niveles superiores de la conciencia han ampliado estos zar la evolución cultural y la morfogénesis como principio
enfoques para rastrear la evolución de la conciencia en su explicativo de la historia humana, será necesario superar
totalidad. Debo mencionar, en este sentido, la obra de Jean las objeciones profundas por las cuales ha sido rechazada
Houston (especialmente Life-Force, un libro soberbio par­ por los teóricos sociales tradicionalistas, románticos y libe­
cialmente basado en la obra de Gerald Heard [tabla 4a]), rales. ¿Cómo podemos, dicho en otras palabras, explicarnos
Douane Elgin (cuyo Awakening Earth nos brinda una re­ Auschwitz, si creemos que la evolución está operando tam­
visión magistral de la evolución de la conciencia [tabla 9bJ) bién en el ser humano? ¿Acaso estamos diciendo que algu­
y Allan Combs (la única razón por la que no he incluido a nas producciones culturales son más evolucionadas que
Combs en las tablas es que su extraordinario The Radiance otras? Y, en tal caso, ¿de qué criterios podemos servirnos
o[Being es un resumen global de las obras de Gebser, Au­ para establecer ese tipo de juicios de valor? ¿No es ésa una
robindo y la mía, a las que complementa con muchos en­ pretensión demasiado arrogante?
sayos originales e incluso llega a presentar su propio modelo, Los tradicionalistas y los filósofos perennes de hoy en
aunque sin proponer la existencia de nuevos estadios)Y día, por ejemplo, no pueden creer en la evolución cultural
Aunque los eruditos mencionados han contribuido con a causa de horrores modernos como Auschwitz, Hiroshi­
mucho a nuestra comprensión de la evolución sociocultu­ ma y Chernobyl. ¿Cómo podemos decir que la evolución
ral, todo el tópico sigue resultando un tanto problemático esté operando en el ámbito de los seres humanos cuando
para muchos teóricos, especialmente los liberales (quienes, produce tales monstruos? Mejor será negar la evolución
dada su extrema susceptibilidad a todo lo que pueda ser que vernos obligados a explicar estas obscenidades.
sospechoso de marginalización, lo contemplan con cierta Los críticos románticos de la evolución, por su parte,
suspicacia), los tradicionalistas (que siguen sin compren­ parecen responder con una especie de simpatía universal
der por qué la moderna "evolución" ha dejado atrás la reli­ hacia la época anterior a los desastres que aquejan a la hu­
gión) y los románticos (que, por su parte, suelen sostener manidad de hoy en día, como si el ser humano del pasado,
una visión involutiva de la vida). Pero, puesto que la evo­ en términos generales, fuera completamente ajeno a los
lución es uno de los elementos más importantes -hay desastres que han asolado a la modernidad (como la con­
quienes dicen que el elemento crucial- de la moderna taminación industrial, la esclavitud y las luchas por la pro­
visión científica del mundo, si realmente queremos llegar piedad) Desde su perspectiva es como si nos estuviéramos
a una integración completa de lo mejor de la premoderni­ deslizando cuesta abajo. ¿No habrá llegado ya el momento
dad, lo mejor de la modernidad y lo mejor de la posmo­ de regresar a la naturaleza, de volver al buen salvaje y en­
dernidad, deberemos ubicar a la teoría de la evolución en contrar, así, un yo más verdadero, una comunidad más
un contexto que tenga en cuenta sus verdades al tiempo justa y una vida más rica?
que se despoje de sus abusos. Los teóricos sociales liberales, por último, también tie­
nen su~ razones para retroceder horrorizados ante la no­
254 KEN WILBER LA EVOLUCiÓN SOCIOCULTURAL 25 5

ción de evolución cultural, puesto que sus formas más cru­ lidos, son más complejos y sofisticados. El hecho de que,
das -entre las que destaca el darwinismo social- parecen en todos los dominios (tanto humanos como no huma­
desconocer lo que es la compasión. Y mucho más siniestro nos), la evolución opere a través de un proceso de diferen­
todavía resulta el hecho de que ese tipo de "evolucionis­ ciación e integración implica que los nuevos niveles se vean
mo", en manos de auténticos tiranos morales, ha creado las obligados a afrontar problemas también nuevos que no
nociones de superhombre, raza superior y semidioses que pesaban sobre sus predecesores. Es cierto que los perros
han impreso su ideología en las cámaras de gas y han deja­ pueden tener cáncer, cosa que no afecta a los átomos, pero
do la impronta de sus creencias grabada en la carne tortura­ ·110 no significa que debamos condenar a la evolución, puesto
da de millones de seres humanos. No es de extrañar, pues, que ésa es la dialéctica misma del progreso y ello sólo signi­
que los teóricos sociales liberales retrocedan horrorizados fica que la evolución trae consigo buenas y malas noticias. Y
cada vez que oyen hablar de cualquier tipo de "jerarquía cuántos más estadios de la evolución existan ---cuanto ma­
social" como si estuvieran en la antesala de Auschwitz. yor, dicho en otros términos, sea I"a profundidad del Kos­
Es evidente que si queremos utilizar la noción de evo­ mos- más cosas malas pueden ocurrir. En este sentido, la
lución cultural como principio explicativo, deberemos su­ modernidad pudo padecer de enfermedades que nuestros
perar antes ciertas dificultades. Porque necesitamos, en ancestros recolectores ni siquiera podían -literal y meta­
suma, un conjunto de principios que pueda explicar tanto fóricamente hablando- imaginar.
los avances como la regresiones, tanto las buenas como las La evolución, pues, significa que cada nuevo estadio
malas noticias, tanto las ventajas como los inconvenientes trae cons.igo nuevas capacidades, nuevas maravillas y nue­
del impulso evolutivo que opera en los seres humanos igual vas glorias que van irrefutablemente unidas a nuevos ho­
que lo hace en el resto del Kosmos. De otro modo, nos rrores, nuevos miedos, nuevos problemas y nuevos
veremos obligados a admitir la insólita situación de escin­ desastres. y cualquier relato equilibrado de la historia de­
dir el Kosmos y creer que la evolución sólo afecta a lo que berá ser una crónica tanto de las nuevas maravillas como
no es humano. de .os nuevos desastres que acompañan a los implacables
¿Cuáles son los principios que pueden ayudarnos ex­ vientos de la evolución de la conciencia.
plicar los altibajos del proceso de desarrollo de la concien­
cia, a rehabilitar la noción de "evolución cultural" y, de ese 2. La necesaria distinción entre diferenciación y diso­
modo, fomentar la armonía entre la humanidad y el resto ciación. El hecho de que la evolución proceda a través de un
del Kosmos? Veamos ahora algunos de estos posibles prin­ proceso de diferenciación e integración implica que, en cada
cipios explicativos: uno de los estadios, algo puede ir mal y que, cuanto mayor
sea la profundidad del Kosmos, más enfermedades puede
1. La dialéctica del progreso. En la medida en que la padecer. Como ya hemos señalado anteriormente, una de
conciencia evoluciona y se desarrolla, cada uno de los esta­ las formas más severas de patología evolutiva -tanto des­
dios resuelve o diluye algunos de los problemas que aque­ de una perspectiva ontogenética como fiIogenética- tiene
jaban a los estadios anteriores, pero también da origen a lugar cuando la diferenciación es extrema y desemboca en
sus propios y recalcitrantes problemas que, en muchos sen- una disociación. En el caso de la evolución del ser huma­
256 KEN WILlJER
LA EVOLUCIÓN SOCIOCULTURAL 257

no, por ejemplo, una cosa es diferenciar la mente del cuerpo va y superior se ve así enfrentado a esta alternativa: tras­
y otra muy distinta llegar a disociarlos; en el caso de la evo­ cender e incluir (es decir, respetar, unificar e integrar), o
lución cuhural, por su parte, una cosa es diferenciar la cul­ bien trascender y reprimir (es decir, negar, alienar y repri­
tura de la naturaleza y otra completamente distinta llegar a mir). Y cualquie~ relato de la historia humana que preten­
disociarlas. La diferenciación constituye el preludio de la da ser completol deberá dar cuenta tanto de las grandes
integración, mientras que la disociación, por su parte, con­ oportunidades de trascendencia a que nos lleva la evoIu­
duce a la antesala del desastre. ción humana como también de sus grotescas represiones,
La evolución del ser humano (como cualquier otro opresiones y brutalidades.
tipo de evolución) es producida por una serie de impor­
tantes diferenciaciones absolutamente normales y hasta 4. La diferencia entre jerarquía natural y jerarquía pa­
esenciales para el desarrollo e integración de la conciencia tológica. A lo largo del proceso evolutivo, la totalidad de
(la diferenciación, a fin de cuentas, permite que la bellota ~n estadio se convierte en una parte de la del siguiente.

se convierta en roble). Pero, en cada uno de los distintos Este es el principio que e~plica por qué los átomos forman
estadios de este proceso, la diferenciación puede despro­ parte de las moléculas que, a su vez, forman parte de las
porcionarse y acabar en una disociación, con lo cual la células que, a su vez, forman parte de los organismos. To­
profundidad se convierte en un sinónimo de desastre, el dos y cada uno de los elementos del Kosmos son una tota­
crecimiento deviene cáncer, la cultura se transforma en una lidad/parte, un holón que existe en una jerarquía anidada,
pesadilla y la conciencia en una agonía. Y cualquier relato en una holoarquía de totalidad y holismo cada vez mayor.
equilibrado de la historia no sólo debe dar cuenta de las Pero lo que puede trascender también puede reprimir,
necesarias diferenciaciones que tienen lugar en el proceso en cuyo caso, las jerarquías normales y patológicas dege­
de evolución de la conciencia, sino también de las disocia­ neran en jerarquías patológicas. Es como si los holanes
ciones y distorsiones patológicas que pueden acompañar arrogantes no quisieran ser totalidad al tiempo que parte,
al proceso de despertar. sino que sólo quisieran ser totalidad, como si no quisieran
ser parte de algo mayor y no quisieran compartir con na­
3. La diferencia entre trascendencia y represión. Decir die su individualidad, en cuyo caso la relación se ve susti­
que la evolución opera a través de un proceso de diferen­ tuida por el poder, el dominio reemplaza a la comunicación
ciación e integración es lo mismo que decir que opera a y la reciprocidad abre paso a la opresión. Y cualquier relato
través de un proceso de trascendencia e inclusión. En este equilibrado de la historia humana debe ser también la cró­
sentido, cada estadio incluye a sus predecesores y les agre­ nica del extraordinario proceso de crecimiento y desarro­
ga cualidades emergentes propias o, dicho de otro modo, llo de las jerarquías normales, un desarrollo que
trasciende a la vez que incluye. irónicamente permitió su posible degeneración en jerar­
Pero, por esa misma razón, en el caso de que se pre­ quías patológicas que dejaron su impronta grabada en la
sente una patología, las dimensiones anteriores no pueden carne torturada de millones de seres humanos, un rastro
trascender e incluir, sino que se ven obligadas a trascender, de terror que acompañó al animal que no sólo puede tras­
reprimir, negar, distorsionar y perturbar. Cada estadio nue- cender sino que también puede reprimir.
258 KEN WILBER LA EVOLUCION SOCIOCULTURAL 259

5. Las estructuras superiores pueden ser secuestradas ser aquejados por el más extraño de los dualismos, el que
por los impulsos interiores. El tribalismo, abandonado a nos lleva a considerar que la evolución opera en todo el
su suerte, es relativamente benigno, por el simple hecho Kosmos excepto en los seres humanos.
de que su tecnología es relativamente inofensiva. Poco daño Pero lo cierto es que el ser humano se halla inmerso en
puede infligirse con un arco y una flecha, aunque hay que la misma corriente evolutiva que todo lo abarca, que es el
dejar bien claro que escasez de medios no necesariamente Espíritu-en-acción, la expresión misma de la creatividad
significa presencia de sabiduría. El problema es que, cuan­ del Espíritu. Las mismas corrientes que fluyen en la san­
do la tecnología avanzada de la racionalidad es secuestrada gre del ser humano mueven las galaxias en espiral de los
por el tribalismo y los impulsos etnocéntricos, los resulta­ colosales sistemas solares, que se desplazan por los grandes
dos pueden resultar devastadores. océanos y atraviesan de un extremo a otro la totalidad del
Auschwitz no es tanto una secuela de la razón, como cosmos; las mismas corrientes que sacuden las montañas
el resultado de los productos de la razón puestos al servicio más poderosas impulsan también nuestras aspiraciones
de la sinrazón; es el resultado de la razón secuestrada por el morales; la misma corriente que late en la Totalidad del
tribalismo, por la mitología etnocéntrica de la sangre, la Kosmos y en todos y cada uno de sus gestos palpita tam­
tierra y la raza, una mitología fundamentalmente román­ bién en el extraordinario campo morfogenético que no
tica, arraigada en la patria que aboga por la pureza racial y concluye hasta que recordemos quiénes somos en Reali­
la limpieza étnica. Es imposible cometer genocidio alguno dad, una actualización que se ve impulsada por la corrien­
con un arco y una flecha, pero es posible intentarlo me­ te de un Amor que todo lo impregna y "transmite la
, diante el acero y el carbón, los motores de combustión, las plenitud con un fogonazo de luz que trasciende mis más
cámaras de gas, las ametralladoras y las bombas atómicas. locas fantasías y estimula mi voluntad y mis deseos con la
Estrictamente hablando, no existen los deseos racionales, misma incesante rueda del Amor que mueve el Sol y las
se trata del tribalismo etnocéntrico que utiliza las herra­ demás estrellas".
mientas que le proporciona la conciencia avanzada y las
pone al servicio del más bajo de los motivos. Y, en este
sentido, Auschwitz no ilustra tanto el callejón sin salida de Revelaciones espirituales: la cúspide
la razón, como el mero tribalismo. en aumento de la evolución

Éstas son algunas de las distinciones que, en mi opi­ Creo que estos cinco principios pueden ayudarnos a bos­
nión, son necesarias para reconstruir la evolución de la quejar un enfoque más humano de la evolución que tenga
conciencia humana de un modo mucho más satisfactorio en cuenta sus intuiciones más .liberadoras. Sí, como ya
y convincente, de un modo que pueda explicar tanto los hemos visto, ciertos aspectos de la espiritualidad resultan
indiscutibles avances como los innegables desastres que han más accesibles en los estadios superiores del desarrollo,
acompañado a la historia del ser humano. 13 Con este enfo­ cualquier programa liberal que defienda la libertad, la igual­
que y estas cinco distinciones, creo que podemos aprestar­ dad y la fraternidad deberá tener en cuenta el desarrollo y
nos a armonizar la humanidad con el resto del Kosmos sin modos más adecuados de alentarlo. Ya hemos examinado
260 KEN WILBER LA EVOLUCIÓN SOCIOCULTURAL 261

los estadios del desarrollo ontogenético/individual y ahora más allá de él), el santo representó la vanguardia de la con­
deberemos prestar atención a los estadios correlativos del ciencia en el paso que condujo desde el misticismo natural
desarrollo filogenético/cultural. En ambos casos, no sólo hasta el misticismo teísta, un viaje trascendental -ejem­
deberemos advertir los avances más positivos y los que es­ plarmente ilustrado por personajes como Juan de la Cruz,
tán surgiendo, sino también las nuevas patologías, repre­ Ramanuja, Teresa de Jesús, Shinran e Hildegarda von Bin­
siones, opresiones y brutalidades a que nos expone cada gen, por ejemplo- que despliega las profundidades del
nuevo paso evolutivo hacia adelante. alma y las alturas de la realidad, modificó la misma natu­
En Después del Edén he rastreado este desarrollo cultu­ raleza de la conciencia y conmovió los mismos cimientos
ral tanto en la modalidad promedio como en la modali­ del mundo.
dad más avanzada que caracteriza a una determinada época Cuando la modalidad colectiva promedio de la con­
(tabla 9a). La idea general es muy sencilla: ¿cuál es el nivel ciencia evolucionó desde el nivel mítico hasta el nivel ra­
más elevado al que puede aspirar la modalidad más avan­ cional (un paso que comenzó alrededor del siglo VI a. C)
zada cuando la modalidad promedio de una determinada la modalidad más avanzada evolucionó de lo sutil a lo cau­
cultura está, pongamos por caso, en el nivel mágico?14 Ahí sal y el sabio reemplazó al santo en tanto vanguardia de la
vimos que, en los tiempos mágicos, la vanguardia más evo­ conciencia. Donde el santo experimentaba la luz, la gra­
lucionada de la humanidad era, generalmente, la chamá­ cia, el amor y el éxtasis divino, el sabio experimentaba la
nica. El chamán representaba la cúspide de la evolución de nada. El sabio fue así el primero en adentrarse en los do­
la conciencia (llegando, muy probablemente, hasta el do­ minios purdmente informales de la Vacuidad pura, en los
minio psíquico, ya fuese en tanto logro estructural perma­ dominios causales no manifiestos de la absorción, el nirva­
nente o, por lo menos, como estados alterados y viajes na, la nube del No Saber, el dominio apofático del nir­
chamánicos) .15 Así pues, la modalidad dominante de con­ vikalpa samadhi, nirodh y la cesación. Pero lejos de ser una
ciencia durante el mayor periodo de permanencia de la "nada' literal, una nada vacía, la Vacuidad constituye el
humanidad sobre la Tierra (desde unos 500 000 a.C hasta Fundamento creativo de todo cuanto existe (por ello se
unos 10 000 a. C, con un periodo culminante que giró en dice que es "causal"), una inmensa Libertad y Apertura
torno a 50 000-7000 a. C) fue la mágico/chamánica. 16 infinita, cuyo mismo descubrimiento supone la Liberación
En la medida en que la modalidad promedio evolu­ de! mundo de la forma, el sufrimiento, el pecado y e! sam­
cionó desde la magia al mito (un proceso que comenzó, . sara. Mientras que, en el nivel sutil, e! alma y Dios llegan a
aproximadamente, en torno al 10 000 a. C) y los elemen­ una comunión o incluso a una unión, en el dominio cau­
tos de la naturaleza y las quimeras politeístas dejaron su sal, el alma y Dios se desvanecen en la Divinidad, en el
lugar a la noción de un diosl diosa subyacente al mundo atman que es Brahman, en la Identidad Suprema. Cuando
manifiesto, el paradigma espiritual dominante pasó a ser "Yo y mi Padre somos Uno" y cuando el yo separado se
la figura del santo. A menudo retratado con una aureola disuelve en la Vacuidad, el misticismo teísta da lugar al
de luz en torno al chakra coronario (representando, de ese misticismo sin forma , el misticismo del Abismo, la gran
modo, el despertar vívido de los reinos sutiles de luz y so­ Nube del No Saber, la Conciencia interna infinita que tras­
nido que se encuentran a la altura del sahasrara e incluso ciende todo tipo de mundo manifiesto.
262 KEN WILBER LA EV OLUCIÓN SOCIOCULTURAL 263

Pero la evolución de la conciencia siempre opera "tras­ siglo XlV). Fue precisamente durante esa época cuando el
cendiendo e incluyendo" y, después de haber trascendido budismo experimentó su extraordinaria eclosión en la
por completo el mundo de la Forma, la conciencia des­ , hina de las dinastías Tang y Song (por los siglos VlI a
pierta a un abrazo omnicomprehensivo de la totalidad del XlII) y Padmasambhava llevó el tantra hasta el Tfbet, en
mundo de la Forma. Como dice el Sutra del corazón -en donde experimentó un florecimiento sin precedentes (desde
el que tal vez esté la formulación más conocida de esta el siglo VlIl hasta el XVIII).
ecuación eterna y sagrada- "Forma no es más que Vacui­ Sé perfectamente que todas éstas son generalizaciones
dad y Vacuidad no es más que Forma" porque, en última muy toscas pero, en cualquiera de los casos, resultan úti­
instancia, el Espíritu puro (la Vacuidad) y la totalidad del les. Entre otras muchas cosas, la distinción entre modali­
reino manifiesto (Forma) se funden en un abrazo eterno. dad promedio y modalidad más avanzada nos permite
Shankara, uno de los grandes sabios de la India, formuló del eludir la creencia de que todos los productos de una deter­
siguiente modo esta "trascendencia e inclusión" últimas: minada época han sido creados por la misma ola del desa­
rrollo de la conciencia. Los estudiosos suelen contemplar
El mundo es ilusorio, un determinado periodo histórico y creer que todos sus
sólo Brahman es real, integrantes se hallaban en el mismo nivel de conciencia
Brahman es el mundo (algo semejante a que, al contemplar el mundo de hoy en
día, se suponga que Reagan y Krishnamurti estuvieran en
El Mundo es ilusorio (provisional, efímero, pasajero, fini­ el mismo nivel y, con base en esa creencia, llegar a las con­
to, mortal) y, en consecuencia, debe ser completamente clusiones más absurdas). Los ecólogos profundos, por su
trascendido para llegar a develar la realidad única del Espí­ parte, suelen creer que, en las culturas recolectoras, todo el
ritu (Brahman). Pero, una vez que nos hayamos desemba­ mundo poseía una conciencia chamánica, cuando lo cier­
razado por completo del mundo y nos hayamos sumergido to es que el verdadero chamán era más bien una rara avis,
en la infinita Liberación del Espíritu (la realidad sin for­ ya que sólo existía un chamán en cada tribu y sólo uno de
ma, ilimitada y atemporal) el mundo finito debe ser abra­ cada diez (en el mejor de los casos) era un auténtico cha­
zado e incluido en el Espíritu infinito, en una unión perfecta mán. Los teóricos románticos, por su parte, contemplan el
entre lo manifiesto y lo no manifiesto. Brahman es el mun­ antiguo Egipto y, al advertir que algunos de sus adeptos
do y el misticismo no dual comienza, precisamente, con la habían despertado claramente el poder serpentino de kun­
realización de Un Solo Gusto. dalini, concluyen que toda esa cultura estaba poblada de
Las grandes tradiciones no duales aparecieron en tor­ seres iluminados, cuando lo cierto es que los adeptos del
no al año 200 d. C. con figuras como Nagarjuna y Plotino. kundalini de ese gran pueblo probablemente podían con­
Esas tradiciones, especialmente en su forma avanzada de tarse (en el mejor de los casos) con los dedos de una sola
tantra, comenzaron a florecer en India hacia los siglos VlII mano. Es demasiado sencillo creer que, a partir de esa épo­
y XlV d. C. (coincidiendo con los primeros atisbos colecti­ ca dorada, las cosas han ido de mal en peor, cuando -si
vos de la visión-lógica, representada en Occidente por flo­ tenemos en cuenta la distinción entre modalidad prome­
rencia y por el surgimiento del humanismo alrededor del dio y modalidad avanzada-la espiritualidad no ha hecho
264 KEN WILBER LA EVO LUCIÓN SOCIOCULT URAL 265

más que ir profundizándose con el paso del tiempo. Va­ siguen siendo nuestra propia vanguardia. No son, pues,
lentín era sorprendente, pero Magdalena era profunda, tanto voces del pasado que deban ser exhumadas y nos
Boecio era extraordinario, pero no haríamos mal en com­ retrotraigan, sino voces del futuro que nos impulsan a se­
pararlo con Eckhart, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. y guir hacia adelante. Al estar en la cúspide del desarrollo de
ahí están también Hakuin y Dogen, tal vez los adeptos la humanidad, ellos forjaron un telos futuro hacia el cual se
japoneses más importantes del zen y Sri Ramana Mahars­ dirige, de un modo lento, amable y persuasivo, la humani­
hi y Aurobindo, dos de las principales luminarias indias de dad. Se trata de figuras procedentes de los estratos más
todos los tiempos, que murieron hace tan sólo algunas dé­ profundos de nuestro Yo verdadero, que nos susurran al
cadas. oído las radiantes profundidades de un mañana mejor.
Esta distinción entre modalidad promedio y modali­
dad más avanzada nos permite advertir que, aunque algu­
nas épocas pasadas pudieran parecer "muy espirituales", su
modalidad promedio (la magia y el mito, por ejemplo) no
era tanto posformal como preformal. Sólo algunos cha­
manes, santos y sabios evolucionaron realmente hasta los
niveles superiores de adaptación psíquica, sutil o causal y,
por consiguiente, los estadios profundamente espirituales
(psíquico, sutil y causal) ...,------en tanto modalidad promedio
de conciencia- no descansan en nuestro pasado colectivo,
sino en nuestro futuro. Ya hemos dicho que cualquier indi­
viduo de cualquier periodo histórico -pasado, presente o
futuro- puede acceder a los dominios superiores, pero lo
cierto es que nunca antes en la historia de la humanidad
hemos estado en un periodo en el que resulte tan posible
como hoy acceder a una espiritualidad auténticamente pos­
formal. Los eruditos que confunden la magia y el mito con
la auténtica espiritualidad y, en consecuencia, miran rom~­
ticamente el pasado y creen que todas las formas de espiri­
tualidad se hallan atrás, se llevarán, en mi opinión, una
agradable sorpresa, porque las figuras más relevantes del
pasado se zambulleron en las profundidades de los niveles
transpersonales que no yacen en nuestro pasado colectivo,
sino en nuestro futuro colectivo.
En la extraordinaria arqueología del Espíritu, esos pio­
neros no sólo fueron la vanguardia de su tiempo, sino que
13
De la modernidad
a la posmodernidad

Toda época posee sus genios, su sabiduría y sus verdades


duraderas. AdemáS, ignorar las verdades que nos ha trans­
mitido el pasado parece ser la misma definición de patolo­
gía. Por ello cualquier enfoque realmente integral debería
reconocer, respetar e incorporar las verdades duraderas pro­
cedentes del ampli9 abanico desplegado por el proceso de
evolución de la conciencia.
El test~mento de la premodernidad nos ha legado el
Gran Nido del Ser y del Conocimiento que nos ha permi­
tido descubrir la existencia de un camino hacia el Espíritu,
pero no como algo estrictamente determinado, sino a modo
de una especie de campo morfogenético. La herencia de la
modernidad nos ha transmitido la necesidad de reconocer
y respetar el arte, la moral y la ciencia, cada una de las
cuales debe buscar sus propias verdades sin estar sometida
a imposiciones procedentes del resto de los campos (un
punto que contribuyó a la aparición de las democracias
modernas, el feminismo, la ecología y los ideales poscon­
vencionales de libertad, igualdad y fraternidad). 1 La mo­
dernidad y la posmodernidad, por su parte, nos han legado
los descubrimientos realizados por la evolución en todos los
cuadrantes (una noción perfectamente compatible con una
visión geológica, biológica y cultural mente temporaliza­
da de la Gran Cadena del Ser) y la "resplandeciente pro­
mesa' de una integración de lo mejor de la premodernidad
(el Gran Nido) y lo mejor de la modernidad (la diferencia­

[267J
2 68 KEN WILBER DE LA MODERNIDAD A LA l'OSMODERNIDAD 269

ció n y evolución del Gran Tres), respectivamente, en un ,·1intento de escapar a la "tiranía" de una racionalidad for­
enfoque "omninivel y omnicuadrante" auténticamente Illal demasiado proclive a reprimir lo no racional y lo irra­
comprehensivo. ,ional; el intento de incluir a todas las razas, personas y
Ha llegado ya el momento de esbozar esa visión com­ I~ /'neros en un amplio espectro que reconociera y respetara
prehensiva e integral considerando, muy brevemente, el por igual todos los colores. Y, como trataremos de ver a lo
posmodernismo -que, después de todo, representa la van­ LIrgo de este capítulo, esta inclusividad -a menudo deno­
guardia de la evolución cultural de hoy en día- y señala minada simplemente "diversidad" (o "multiculturalismo" o
exactamente el papel que puede desempeñar en una visión "piuralismo")- constituye la esencia misma del proyecto
omninivel y omnicuadrante. del pos modernismo constructivo.
El "posmodernismo" se ha convertido en un enfoque Esta tentativa globalizadora -holística y abarcadora
tan complejo y controvertido que despierta las suspicacias CIl el mejor de los sentidos- fue, entre otras cosas, una

de casi todo el mundo, pero lo cierto es que se trata de un reacción en contra del desafortunado colapso de la moder­
asunto tan importante que invito al lector a que me siga a nidad en el mundo chato que posibilitó que la diferencia­
través de este capítulo, que trataré de hacer lo más llevade­ ción del Gran Tres desembocase en una disociación y
ro posible. En el siguiente y último capítulo resumiré lo permitió que una ciencia poderosa acabara colonizando
visto y sus posibles implicaciones para el campo de la psi­ y dominando (y, en consecuencia, también marginalizando)
cología, la terapia, la espiritualidad y los estudios sobre la a las demás modalidades del ser y del conocimiento. En
conClenCla. este sentido, la pos modernidad ejemplifica el intento de ir
más allá de la diferenciación y dísociación del Gran Tres y
de integrarlo. Así pues, la modernidad diferenció el Gran
La resplandeciente promesa de la posmodernidad Tres y la posmodernidad pretendió abrazarlo -incluir los
múltiples "yoes", los múltiples "nosotros" y los múltiples
Cuando intentamos comprender la modernidad debimos "ellos"- y llegar a una postura que no fuera excluyente
responder a una pregunta muy sencilla -¿Qué aportó la sino inclusiva e integral. Ésta es, dicha en una sola frase, la
modernidad de lo que careciera la era premoderna?- y verdad duradera e integral que nos han legado los movi­
descubrimos la existencia de muchos elementos (desde la mientos posmodernos.
industrialización hasta los grandes movimientos de libera­ Pero también veremos que, al igual que ocurrió con la
ción) que podían resumirse en la frase "la diferenciación modernidad, la posmodernidad trajo consigo desastres. Por­
del Gran Tres". que, en el mismo momento en que la diferenciación del
Preguntémonos ahora, para tratar de comprender a la Gran Tres se transformó en disociación, las dignidades de la
pos modernidad, ¿qué nos aportó de lo que careciera la mo­ modernidad se convirtieron en sus miserias y, del mismo
dernidad? y descubriremos la existencia de muchos ele­ modo, en el momento en que el abrazo pluralista se convir­
mentos que pueden resumirse en la frase el intento de ser tió en la abolición de toda diferencia cualitativa, la resplan­
inclusiva, el intento de no marginar voces y puntos de vis­ deciente promesa de una posmodernidad constructiva acabó
ta que la modernidad desdeñó con demasiada frecuencia; en una posmodernidad destructiva y nihilista. Así fue como
270 KEN WILBER DE LA MOD ERNIDAD A l.A POS MODERNIDAD 271

la posmodernidad, que comenzó siendo un intento de esca­ Como ya hemos visto, todos los eventos de la Mano
par del mundo chato, acabó transformándose en su más tosco Derecha -todos los objetos sensoriomotores, los proce­
adalid. sos empíricos y todos los "ellos"- pueden ser vistos con
Dicho en otras palabras, la pos modernidad -como los sentidos o sus extensiones: todos ellos se localizan con
había ocurrido con la modernidad- trajo consigo buenas facilidad y pueden señalarse con el dedo (rocas, pueblos,
y malas noticias. árboles, lagos, estrellas, carreteras, ríos).
Los eventos interiores de la Mano Izquierda, por su
parte, no pueden ser contemplados de ese modo. En el
Las buenas noticias de la posmodernidad mundo empírico no existen el amor, la envidia, el asom­
bro, la compasión, la comprensión, la intencionalidad, la
El advenimiento de la posmodernidad tuvo lugar con la iluminación espiritual, los estados de conciencia, los valo­
comprensión del papel fundamental desempeñado por res o los significados. No es posible, por tanto, contemplar
la interpretación en el campo de la conciencia humana. El los eventos internos de un modo externo y objetivo, sino
posmodernismo es el responsable del reconocimiento del que ello sólo es posible a través de la introspección y la
papel esencial desempeñado por la interpretación en el interpretación.
campo de la epistemología (el conocimiento) y de la onto­ Si usted, por ejemplo, quiere analizar empíricamente
logía (el ser). La interpretación, afirman los posmodernis­ Macbeth, puede coger un ejemplar del libro y someterlo a
tas -cada uno a su modo- , no sólo resulta esencial para una batería de pruebas científicas, concluyendo que pesa
comprender el Kosmos, sino que constituye uno de sus tantos gramos, que está compuesto de tales moléculas, que
rasgos más distintivos. Así pues, el principal descubrimiento tiene tantas páginas co·m puestas de tales compuestos quí­
de los grandes movimientos posmodernos gira en torno al micos . Eso es todo lo que uno puede llegar a saber empíri­
hecho de que la interpretación constituye uno de los ras­ camente sobre Macbeth, facetas exteriores y objetivas de la
gos fundamentales de la estructura del universo. 2 Mano Derecha:.
Pero si usted desea comprender el significado de la
obra, deberá leer el libro y adentrarse en sus interiorida­
Interpretación: Esencia de la posmodernidad des, su significado, sus intenciones, su profundidad, en
suma, y el único modo en que podrá hacerlo será a través
Son muchas las personas que se sienten desconcertadas por de la interpretación. Dicho en otras palabras, los domi­
esta afirmación. ¿De qué forma la interpretación puede ser nios internos y las profundidades simbólicas resultan inac­
un rasgo intrínseco del universo? ¿No se limita, acaso, la cesibles al enfoque externo del empirismo y sólo pueden
interpretación a cuestiones como el lenguaje y la literatu­ verse a través de la introspección y la interpretación, por­
ra? Sí, pero hay que decir que el lenguaje y la literatura no que esos dominios no son objetivos y monológicos, sino
son más que la punta de un iceberg que hunde sus raíces en subjetivos, intersubjetivos y dialógicos.
las mismas profundidades dd Kosmos. Tratemos de expli­ Usted puede verme caminar por la calle con el ceño
car este punto. fruncido, pero para conocer el verdadero significado de
272 KEN WILlIER DE LA M O DERNIDAD A LA POSMODERNI DAD 273

ese gesto, tendrá que preguntármelo, tendrá que hablar tación como un aspecto intrínseco del Kosmos. Como evi­
conmigo. Usted puede ver mis superficies, pero si desea dencia la figura 5, cada halón tiene una dimensión en la
comprender mi interioridad -mi profundidad- deberá Mano Izquierda y otra en la Mano Derecha y, en conse­
adentrarse en el círculo interpretativo (círculo hermenéu­ cuencia, cada halón tiene un componente objetivo (Mano
tico) y, para ello, no me contemplará simplemente como Derecha) y uno interpretativo (Mano Izquierda).
un objeto, sino que deberá comprenderme como sujeto, (Hay quienes remontan las interioridades o la con­
como persona, como yo, como portador de intencionali­ ciencia hasta los mamíferos, otros a los reptiles, otros a las
dad y significado, en cuyo caso se verá obligado a hablar plantas y aun otros a los átomos. Pero ésa es, en mi opi­
conmigo e interpretar lo que le diga ... y yo deberé hacer lo nión, una cuestión meramente relativa porque, sea cual
mismo con usted. En tal caso, no seremos sujetos que ob­ fuere la conciencia que posea un halón ~una amiba, pon­
servan objetos, sino sujetos que tratan de comprender a gamos por caso-, los holanes posteriores -como los cier­
otros sujetos, para lo cual deberemos adentrarnos en la vos, por ejemplo- poseen más y los holanes posteriores
danza dialógica del círculo intersubjetiva. - como los gorilas, pongamos por caso- poseen todavía
y esto no sólo es cierto para los seres humanos, sino más. Inversamente, cuanto más bajo sea el lugar que ocu­
para todos los seres sensibles, en general. Si usted quiere pe un determinado halón en el Gran Nido del Ser, menos
comprender a su perro, por ejemplo -si está contento, ham­ sensible es, hasta que llega a desvanecerse en dimensiones
briento o quiere salir a pasear- deberá interpretar las seña­ que no podemos detectar. En el capítulo 14 volveremos
les que le está enviando ... y su perro también"deberá, en sobre este tópico, pero subrayemos, por el momento, que
cierto modo, hacer lo mismo con usted. Dicho en otras pa­ las interioridades existen, que los seres humanos poseen
labras, la única posibilidad de acceder al interior de los ho­ interioridad y que el único modo de acceder a esas dimen­
lanes es la vía que nos brinda la interpretación. siones es la vía introspectiva e interpretativa.)3
Porque, dicho en pocas palabras, las superficies exte­ El desastre de la modernidad se origina en su interno
riores puede ser vistas, pero las profundidades internas de reducir el conocimiento introspectivo e interpretativo
deben ser interpretadas. Y precisamente el hecho de que al mundo chato externo y empírico, tratando de borrar la
las profundidades internas constituyan una parte intrínseca riqueza de la interpretación del guión del mundo. El in­
del Kosmos -la dimensión de la Mano Izquierda de cada tento posmoderno de reintroducir la interpretación en la
holón- explica que la interpretación constituya un rasgo misma estructura y entramado del Kosmos constituye, en
intrínseco del Kosmos. La interpretación no es una espe­ parte, un noble intento de escapar del mundo chato, de
cie de agregado del Kosmos, sino la misma apertura de sus rescatar las interioridades extirpadas y las modalidades in­
interioridades. Y -parafraseando a Heidegger- al .igual terpretativas del conocimiento. El énfasis pos moderno en
que la profundidad del Kosmos opera "todo el camino la interpretación -que comenzó con Nietzsche y prosi­
de descenso", "la interpretación opera todo el camino de guió con las llamadas ciencias del espíritu de Dilthey, la
descenso". ontología hermenéutica de Heidegger y "lo único que existe
Tal vez ahora podamos ver por qué uno de los grandes es el texto"(interpretación) de Derrida- no es, en el fon­
objetivos del posmodernismo fue reintroducir la interpre- do, sino el grito desesperado de los dominios de la Mano
274 KEN WILIlER DE LA MODERNIDAD A LA POSMODERNIDAD 275

Izquierda que claman por ser rescatados del olvido de la Estas tres verdades posmodernas son, en mi opinión, com­
mirada monológica del monismo científico y del holismo pletamente exactas y cualquier visión auténticamente in­
chato, la necesaria reafirmación del "yo" y del "nosotros" lcgral debería reconocerlas e integrarlas.
frente a "ellos" carentes de rostro. Pero, como no tardaremos en comprobar, cuando ha­
blemos de las malas noticias, el ala radical del posmoder­
nismo ha desproporcionado cada una de esas tesis con
Las verdades del posmodernismo resultados más que lamentables. Porque el hecho es que el
posmodernismo extremo no sólo subraya la importancia
El hecho de que el posmodernismo constituya, en muchos Je la interpretación, sino que afirma que la realidad no es
sentidos, un intento de despojarse del mundo chato y su más que una interpretación. No sólo subraya los aspectos
denigrante legado, implica que su filosofía suela definirse de la Mano Izquierda (o interpretativos) de todos los hola­
por lo que sus defensores rechazan. Es decir, rechazan el nes, sino que incluso niega la realidad de las facetas de la
fUhdacionalismo, el esencialismo, el transcendentalismo, Mano Derecha (objetivas). Pero, como suele ocurrir, las
la racionalidad, la verdad como correspondencia y el cono­ reacciones extremas suelen ser la imagen especular de lo
cimiento representacional, los grandes relatos, los metarre­ que odian y este intento se convirtió en uno de los desas­
latos y las grandes imágenes, el realismo, los vocabularios tres de la modernidad (no reducir las facetas de la Mano
finales y las descripciones canónicas. Izquierda a la Mano Derecha, sino la Mano Derecha a la
Por más incoherentes que parezcan (y, en"ocasiones, Mano Izquierda). En tal caso, los únicos rasgos importantes
sean), las distintas teorías posmodernas comparten las si­ del Kosmos son los interpretativos; la verdad objetiva des­
guientes tres creencias fundamentales: aparece en interpretaciones arbitrarias que, según se dice,
son impuestas por el poder, el género, la raza, la ideología,
1. La realidad no es algo que nos venga dado de antemano, el antropocentrismo, el androcentrismo, el especieísmo, el
sino que constituye, en modos muy significativos, una imperialismo, el logocentrismo, el falocentrismo o cualquier
elaboración, una interpretación, una construcción (por otra versión de lo que más les desagrade.
ello se conoce, en ocasiones, con el nombre de cons­ Porque el hecho de que todos los holones presenten
tructivismo). Desde esa perspectiva, la creencia de que facetas interpretativas y objetivas no niega las facetas objeti­
la realidad es algo dado y no parcialmente construido vas, sino que tan só o las ubica en el lugar que les correspon­
se conoce con el nombre de "el mito de lo dado". de. Así pues, por más que superpongamos todo tipo de
2. El significado depende del contexto y los contextos son nociones a las exterioridades de la Mano Derecha, no de­
interminables (una verdad que suele ser conocida con jan, no obstante, de poseer rasgos intrínsecos que pueden
e\ nombre de contextualismo). ser registrados por los sentidos y sus extensiones y, en ese
3. La cognición, en consecuencia, no privilegia ninguna sentido, todos los holanes de la Mano Derecha poseen al­
visión particular (una verdad que se conoce como gún tipo de realidad objetiva. Aun Wilfrid Sellars, a quien
aperspectivismo-integral) . normalmente se considera como el enemigo más persuasi­
vo del "mito de lo dado" -el mito del realismo directo y
276 KEN WlLlIF.R DE LA MO DERN IDAD A LA POSMO DERNI DAD 277

del empirismo ingenuo, según el cual la realidad nos viene do que nos viene dado de antemano, sino que se parece
dada- sostiene que, aunque la imagen manifiesta de un más a un proyector de diapositivas que proyecta imágenes
objeto sea, en parte, una construcción mental, se ve guiada sobre una pantalla. En este sentido, la lengua contribuye a
en muchos sentidos por los rasgos intrínsecos de la expe­ crear nuestro mundo y, como dijera Wittgenstein, los lími­
riencia sensorial, motivo por el cual, como dijo Thomas tes de mi lengua son los límites de mi mundo.
Kuhn, la ciencia puede hacer ptogresos reales. 4 Un diaman­ De modos muy diversos, el "giro lingüístico" es otro
te cortará el cristal, sin importar las palabras que utilicemos nombre para la transición que genera el paso de la moder­
para referirnos al "diamante", al hecho de "cortar" yal "cris­ nidad a la posmodernidad. Donde las culturas premoder­
tal", al margen de cualquier constructivismo cultural. nas utilizaban a la lengua de un modo sencillo e ingenuo
Éstas son las malas noticias de la posmodernidad por­ para aproximarse al mundo, la mentalidad posmoderna
que los posmodernistas, al tratar de abrir un espacio para giró sobre sí y comenzó a prestar atención a la lengua, algo
los aspectos del Gran Tres excluidos y marginalizados por que jamás había ocurrido en la historia del ser humano.
el mundo chato, subrayaron la importancia intrínseca de En la aurora de este extraordinario giro lingüístico,
la interpretación, del contextualismo y del integralismo y, los filósofos dejaron de considerar el lenguaje como una
en este sentido, estaban en lo cierto. herramienta simple y fiable. La lengua dejó entonces de
informarnos lo que ocurría en el mundo, dejó de repre­
sentar el mundo y de describirlo, ya que la lengua crea
De la modernidad a la posmodernidad: \ mundos y creación es poder. La lengua crea, distorsiona,
El giro lingüístico transmite, revela, oculta, permite, oprime, enriquece o cau­
tiva. Para bien o para mal, el lenguaje es cosa de semidioses
La importancia del constructivismo, del contextualismo y y la filosofía , en consecuencia, comenzó a centrar su aten­
del aperspectivismo-integral entró en escena con el surgi­ ción en esa poderosa fuerza. Desde el análisis lingüístico
miento de lo que filosóficamente ha venido en llamarse el hasta los juegos del lenguaje, desde el estructuralismo has­
giro lingüístico, la visión de que la lengua no es tanto una ta el postestructuralismo, desde la semiología hasta la se­
representación simple de un mundo que nos venga dado miótica, desde la intencionalidad lingüística hasta la teoría
de antemano, sino que tiene que ver con la creación y cons­ del acto del habla, la filosofía posmoderna ha sido, en gran
trucción de ese mundo. Con el giro lingüístico, que co­ medida, una filosofía de la lengua que se ha ocupado de
menzó aproximadamente en el siglo XIX, los filósofos subrayar -muy acertadamente, en mi opinión- que si
dejaron de utilizar a la lengua para describir el mundo y vamos a utilizar a la lengua como herramienta para com­
comenzaron a prestar atención la lengua misma. . prender la realidad, deberemos antes prestar una atención
Súbitamente, el lenguaje dejó de ser una herramienta muy cuidadosa a esa herramienta. 5
sencilla y fiable y la metafísica fue reemplazada por el aná­ y la mayor parte de los caminos de ese nuevo mundo
lisis lingüístico, porque cada vez resultaba más evidente que conducen, de una u otra forma, a Ferdinand de Saussure.
el lenguaje no se asemeja tanto a una ventana transparente
a través de la que contemplamos inocentemente un mun-
278 KEN WILDER DE LA MODERNIDAD A LA POSMODERNIDAD 279

La lengua habla nificados completamente diferentes de acuerdo con el con­


texto o estructura en que esté ubicada.
La mayor parte de las versiones del postestructuralismo Como dijo Saussure, la relación existente entre todas
posmoderno remontan su origen a la brillante obra pione­ las palabras estabiliza su significado; ése fue su gran descu­
ra de Ferdinand de Saussure. La obra de Saussure y, muy brimiento, el hecho de que un elemento sin significado
especialmente, su Curso de lingüística general (1916), dan cobra significado en virtud del lugar que ocupa en la es­
origen a la mayor parte de la lingüística, de la semiología tructura total. (Éste es el punto de origen del estructuralis­
(semiótica) y del estructuralismo moderno -y, en conse­ mo y todas sus escuelas remontan, de un modo u otro, su
cuencia, también del postestructuralismo posmoderno---­ genealogía a Saussure. Los descendientes de hoy en día
y sus comprensiones esenciales siguen siendo hoy tan con­ incluyen a Lévi-Strauss, Jakobson, Piaget, Lacan, Barthes,
vincentes como en el momento en que fueron formuladas Derrida, Habermas, Loevinger, Kohlberg, GiHigan ... un
por vez primera hace poco menos de un siglo. hallazgo ciertamente sorprendente.)
Según Saussure, el signo lingüístico está compuesto Dicho en otras palabras -y no debemos sorprender­
de un significante material (la palabra escrita, la palabra nos por ello- cada signo es un holón, un contexto dentro
hablada, los signos de esta página) y un significado con­ de otros contextos que, a su vez, se hallan dentro de otros
ceptual (que es evocado mentalmente cuando vemos el sig­ contextos dentro de una red global. Y esto significa, dijera
nificante), todos los cuales son diferentes del referente real. Saussure, que la lengua es decisiva para conferir significa­
Cuando vemos un árbol, por ejemplo, el árbol real es ~l do a una palabra individua1. 6
referente, la palabra escrita "árbol" es el significante y lo
que aparece en nuestra mente (la imagen, el pensamiento,
la imagen mental o conceptos) cuando leemos la palabra El significado depende del contexto
"árbol" es el significado. El signo global está compuesto
por el significante y el significado. Consecuentemente -y aquí comenzamos a ver la im­
Pero ¿qué es -se preguntaba Saussure-lo que per­ portancia del sustrato proporcionado por los contextos
mite que un signo signifique algo y porte realmente signi­ culturales tan subrayados por los posmodernistas (espe­
ficado? No puede ser la palabra misma porque, por ejemplo, cialmente a partir de Heidegger)- el significado es crea­
la palabra "corteza" significa algo diferente en la frase "la do por inmensas redes de contextos que operan en el
corteza de un árbol" que en la frase "la corteza cerebral". sustrato y de los cuales sabemos conscientemente muy
El significado de la palabra "corteza" depende del lugar pocas cosas. No somos nosotros quienes configuramos este
que ocupa en la frase (una frase diferente confiere un sig­ significado, sino que el significado nos configura, noso­
nificado distinto a la misma palabra). Cada frase, asimis­ tros formamos parte de este inmenso trasfondo cultural
mo, tiene un significado a causá del lugar que ocupa en cuya procedencia, en muchos casos, ignoramos. ·
una frase mayor y, finalmente, en la estructura lingüística Dicho en otras palabras - como vemos con frecuen­
global. Una determinada palabra, en sí misma, carece de cia- toda intencionalidad subjetiva (cuadrante superior­
todo significado, porque la misma palabra puede tener sig- izquierdo) está ubicada en redes de contextos intersubjetivos
2 8O KEN WILlIER DE LA MODERNIDAD A LA POSMODERNIDAD 28 1

y culturales (cuadrante inferior-izquierdo) que resultan Aperspectivista-integral


fundamentales para la creación e interpretación de! signifi­
cado. Éste es precisamente e! motivo por e! cual e! significa­ El hecho de que todo significado dependa del contexto, la
do depende de! contexto y por e! que la corteza de un árbol segunda verdad importante del posmodernismo -llama­
es diferente de la corteza cerebral. Éste es también e! moti­ da también contextualismo- implica que debemos abor­
vo por el cual los estados individuales de conciencia de­ dar la realidad desde una perspectiva múltiple. Dado que
ben, en cierto modo, ser interpretados dentro de un cualquier visión individual es parcial, limitada e incluso
contexto cultural y por el que cualquier visión auténtica­ distorsionada, la búsqueda del conocimiento sólo resulta
mente posmoderna debería ser sensible a todos los contex­ provechosa si reconoce las múltiples perspectivas y con­
tos (y subrayara, por ejemplo, la naturaleza necesariamente textos. Y esa "diversidad" es la tercera verdad importante
holónica de la conciencia). 7 del posmodernismo.
Pero no sólo se trata de que el significado dependa, en Jean Gebser, a quien ya hemos mencionado cuando
muchos sentidos, del contexto, sino que esos contextos son, hablábamos de las visiones del mundo, acuñó el término
en principio, interminables e ilimitados. En última ins­ aperspectivismo-integral para referirse a esta visión plura­
tancia, no hay modo de determinar y controlar el signifi­ lista o multiperspectivista (a la que yo califico como vi:"
cado de una vez por todas (porque siempre es posible sión-lógica o red-lógica).
imaginar contextos adicionales que modifiquen el signifi­ Gebser utilizó el término "aperspectivismo-integral"
cado presente). Jonathan Culler ha resumido el decons­ para subrayar el hecho de que, para alcanzar una visión más
tructivismo (uno de los movimientos posmodernos más holística e integral, es necesario no privilegiar ninguna pers­
influyentes) del siguiente modo: "Uno puede identificar la pectiva, una modalidad de cognición que contrastaba con
deconstrucción con dos principios gemelos: de la determi­ la racionalidad formal (formop), a la que él denominaba
nación contextual del significado y de la infinita extensibi­ "razón perspectivista" y que tiende a contemplar la realidad
lidad de los contextos". 8 a través de la estrecha lente de una visión monológica indi­
En mi opinión, los contextos son interminables por­ vidual. En este sentido, donde la razón perspectivista privi­
que la realidad está compuesta de holones dentro de otros legia la perspectiva exclusiva del objeto individual, la visión
holones que, a su vez, están dentro de otros holones, en lógica añade todas las perspectivas, sin privilegiar ninguna
una serie indefinida que carece de principio y de final. Hasta de ellas, tratando de apresar la totalidad, lo integral, los
el universo actual se halla inmerso en un contexto históri­ contextos múltiples que están dentro de otros contextos
co que debe conducirnos al universo venidero. Cada tota­ que incesantemente despliega el Kosmos, una visión, por
lidad forma siempre e incesantemente parte de otras tanto, que no es rígida ni absolutista sino que se asemeja a
totalidades superiores y, en consecuencia, los contextos son un tapiz multidimensional fluidamente holónico.
ilimitados. Decir que el Kosmos es holónrco es lo mismo Esta noción reproduce casi exactamente la diferencia
que decir que es contextual, todo el camino de ascenso y establecida por los idealistas entre la razón formal, repre­
todo e! camino de descenso. sentacional o empírico-analítica (a la que ellos llamaron
Verstand) y la razón dialógica, dialéctica y orientada hacia
282 KEN WILIlER DE LA MODERNIDAD A LA POSMODERNIDAD 283

redes (visión-lógica) (a la que llamaron Vernunft) ya la que Esta misma visión-lógica daría lugar a las elaboradas
consideraban más evolucionada que Verstand o la raciona­ versiones de las teorías sistémicas en el campo de las cien­
lidad formaP cias naturales y podría hallarse también detrás del recono­
Gebser también creía que la visión-lógica es más evo­ cimiento de los posmodernistas de que todo significado
lucionada que la razón formal. y Gebser y los idealistas no depende del contexto y de que los contextos son intermi­
son los únicos en verlo así. Como ya hemos señalado mu­ nables. En todos estos movimientos podemos vislumbrar
chas veces, muchos teóricos -desde Jürgen Habermas hasta el dedo resplandeciente de la visión-lógica señalando hacia
Carol Gilligan- consideran que la cognición posformal y las redes interminables de interconexiones holónicas que
dialéctica constituye (como ilustran muchas de las tablas) constituyen el mismo entramado del cosmos.
una forma de razón mucho más abarcadora que formop. Éste es el motivo por el cual considero que el recono­
Decir que el desarrollo cognitivo evoluciona de lo formal a cimiento de la importancia de la conciencia aperspectivis­
lo posformal es lo mismo que decir que la evolución cultu­ ta-integral es el tercer gran (y valioso) mensaje del
ral va de lo moderno a lo posmoderno. Se trata, obviamen­ posmodernismo.
te, de un asunto muy complejo que involucra a los cuatro
~uadrantes y supone avances tan importantes como el que
conducen desde la modalidad industrial hasta la informáti­ Las malas noticias de la pos-modernidad
ca pero, en cualquiera de los casos, la forma de cognición
constituye un elemento crucial y el mundo posmoderno Todo lo que acabamos de ver presenta sus facetas positivas
es, en el mejor de los casos, un mundo posformal. y sus facetas negativas. Porque no basta, como ya hemos
La visión-lógica no sólo puede revelar conjuntos de visto, con ser "holístico" en lugar de "atomístico" o estar
interrelaciones, sino que, en sí misma, constituye una par­ orientado hacia redes en lugar de ser analítico y dividir.
te intrínseca del Kosmos interrelacionado, motivo por el Cualquier modalidad de conocimiento puede venirse aba­
cual la visión-lógica no es tanto una representación del jo y quedar y confinada a superficies, exterioridades, meros
Kosmos, como una actualización del Kosmos. Obviamen­ eventos de la Mano Derecha. Y esto fue, de hecho, lo que
te, todas las modalidades auténticas de conocimiento cons­ ocurrió cuando, poco después del heroico surgimiento evo­
tituyen actualizaciones de este tipo, pero la visión-lógica lutivo de la visión-lógica, ésta se vio aplastada por la locura
es la primera que puede comprenderlo y articularlo de ma­ de un mundo chato que inundó todo el mundo moderno.
nerJ. consciente. Eso fue lo que hizo Hegel en una de sus
primeras elaboraciones -bien podríamos decir que, con
él, la visión-lógica se tornó evolutivamente consciente de El colapso de la lengua
sí- y Saussure hizo lo propio con la lingüística,lO aplican­
do la visión-lógica a la lengua y revelando, por vez primera Esto es, precisamente, lo que tantas veces he dicho que ha­
en la historia, su estructura reticular. El llamado "giro lin­ cen las ciencias sistémicas, negar toda realidad sustancial a
güístico", en última instancia, es la visión-lógica aplicada los dominios del "yo" y del "nosotros" (según sus términos)
al campo del lenguaje. y reducirlos a "ellos" interrelacionados, en sistemas dinámi­
284 K EN WILBER DE LA MODERNIDAD A LA POSMODERNTDAD 285

cos de procesos reticulares. En eso consistió la práctica de era afirmativo; el término <generosidad de espíritu' no se
la visión-lógica, pero de una visión-lógica mutilada y en­ aplicaba a nada, era un mero cliché, una especie del mal
cadenada a procesos exteriores y a "ellos" empíricos. Se chiste [.. .] La reflexión es inútil, la superficie es lo único
trataba, ciertamente, de un holismo exclusivamente exter­ que existe [... ] ésa fue la civilización que vi, una civiliza­
no, que extirpaba lo interior y negaba toda validez a los ción colosal cerrada en sí misma".
dominios del holismo de la Mano Izquierda (los dominios Roben Alter, en una revisión de The Tunnel, de William
del "yo" y del "nosotros"). Entonces la tercera persona dejó de H. Gass -un libro que muchos calificaron como la nove­
ser atomística y se tornó holística e interrelacionada. la pos moderna por excelencia ("una verdadera obra maes­
y éste fue también el destino que aguardaba al proyec­ tra del posmodernismo", en opinión de cierto crítico)­
to general de la posmodernidad. A partir de su admirable subraya la estrategia característica de esta obra diciendo
confianza en la visión-lógica y en la conciencia aperspecti­ que "en ella, rodo se ve deliberadamente reducido a la más
vista-integral -aunque todavía incapaz de escapar de la plana superficie". y lo hace "negando la posibilidad de rea­
esfera de influencia del mundo chato- los movimientos lizar distinciones cualitativas o jerarquizaciones significa­
posmodernos terminaron encarnando sutilmente e inclu­ tivas de valores estéticos o morales. No existe ningún tipo
so difundiendo, en mucho casos, la misma agenda reduc­ de interioridad, el asesino y la víctima, el amante y el onanis­
cionista contra la que se habían rebelado. Es cierto que se ta, el altruista y el fanático, se desvanecen en la misma
trataba de una nueva y superior forma de razón, pero de bruma", las mismas cadenas deslizantes de significantes
una razón que seguía atrapada en el mundo chato. Así fue igualmente absurdos.
como acabó convirtiéndose en otra vuelta de tuerca del Todo se ve reducido a la superficie más plana... No
holismo chato y del materialismo monista chato que pro­ existe ningún tipo de interioridad, una descripción per­
clamaba a voz en grito haber superado, subvertido, de­ fecta del mundo chato, un mundo que, surgiendo en la
construido y acabado con los desastres de la modernidad, modernidad, ha ido expandiéndose y envaneciéndose con
cuando lo cierto es que, en la mayor parte de los casos, no el posmodernismo radical, "superficies, superficies y más
hada más que reproducirlo. superficies. La superficie es lo único que existe".
y Alter está en lo cierto al afirmar que detrás de todo
se halla la incapacidad o la negativa a "establecer distincio­
La profundidad se va de vacaciones nes cualitativas o jerarquizaciones significativas de valores
morales o estéticos". En este yermo en el que sólo existen
La mayor parte del posmodernismo negó roda profundi­ significantes y superficies de la Mano Derecha, no hay nin­
dad y, tras su agresivo ataque al mundo chato, acabó iden­ gún tipo de valor, significado y diferencia cualitativa, por­
tificándose con el agresor y abrazando y glorificando las que eso sólo existe en los dominios de la Mano Izquierda.
meras superficies. Lo único que existen son cadenas de sig­ Colapsar el Kosmos en la Mano Derecha significa salir del
nificados que se deslizan; todo es un texto material, no mundo real y adentrarse en esa zona crepuscular conocida
existe nada bajo la superficie, lo único que existen son su­ como universo sin cualidades. Aquí no hay holoarquías
perficies. Como dijo Bret Easron Ellis en Informers: "Nada interiores, ordenamientos significativos del "yo" y del "no­
286 KENWILlIER DE lA MODERNIDAD A LA POSMO DERNIDAD 287

sotras" ni distinciones cualitativas de ningún tipo, ningu­ mundo es, en parte, una construcción y una interpreta­
na profundidad, divinidad, conciencia, ningún alma y es­ t.:ión, todo significado depende del contexto y los contex­
píritu: "superficies, superficies y más superficies. La tos son incesantemente holónicos-, algo que podría
superficie es lo único que existe".ll resumirse diciendo que la modernidad diferenció el Gran
El posmodernismo radical pasó de la noble intuición Tres y que la posmodernidad deberá incluirlo en un abra­
de que toda perspectiva debe ser tenida en cuenta a la creen­ zo auténticamente integral. Éste es el proyecto integral que
cia absurda y contradictoria (en la medida en que se pre­ está en el núcleo del pos modernismo constructivo, de cual­
senta como mejor que las creencias alternativas) de que quier psicología y de cualquier espiritualidad auténtica­
ninguna perspectiva es mejor que cualquier otra. Así fue mente integral.
como, bajo la pesada losa del mundo chato, la conciencia Pero del mismo modo que muchas diferenciaciones de
aperspectivista-integral acabó transformándose en la locu­ la modernidad desembocaron en disociaciones, el abrazo
ra aperspectivista -la disparatada creencia de que ningu­ integral de la posmodernidad también desembocó, en de­
na creencia es mejor que otra-lo cual terminó paralizando masiadas ocasiones, en la locura aperspectivista, la negación
al pensamiento, la voluntad y la acción frente a un millón de cualquier tipo de distinciones cualitativas y de cualquier
de perspectivas poseedoras, todas ellas, de la misma pro­ (ipo de holoarquía. y puesto que el único modo en que
fundidad, es decir, ninguna. uno puede ser holista es vía holoarquías, al negar éstas, el
En un determinado momento de The Tunnel, el mismo posmodernismo negó aquéllas y no ofreció al mundo ho­
Gass, autor de esa obra maestra del posmodernismo, descri­ lismo alguno, sino "aglomeracionismo", y la diversidad se
be la forma posmoderna perfecta, que sirve "para desmante­ convirtió en estruendo., sin modo alguno de armonizar e
lar y desarmar todo, contaminar los contaminantes, estallar integrar el coro plural de voces. Ninguna postura es esen­
lo estallado, ensuciar la suciedad [... ] Todo es superficie [...] cialmente mejor que las demás: todas las voces deben ser
Por más lejos que nos desplacemos no existe ninguna inte­ tratadas del mismo modo, sin marginalizarlas ni juzgarlas.
rioridad, ni interioridad ni profundidad". La contradicción esencial de este proyecto es: la mis­
Ninguna interioridad y ninguna profundidad, ése es ma postura del pluralismo posmoderno -confiando como
precisamente el credo del posmodernismo radical. y es en lo está en la visión-lóg,:ca posformal y en la cognición apers­
este terreno baldío moderno y posmoderno -y contra su pectivista-integral- es el producto de no menos de cinco
dominante y tiránico talante- en donde queremos intro­ grandes estadios del desarrollo jerárquico (desde lo senso­
ducir la interioridad, la profundidad, la dimensión inter­ riomotor hasta preop, conop, formop y lo posformal).
na del Kosmos, el rostro, en fin, de lo Divino. Desde la sumamente desarrollada conciencia posconven­
cional, posformal y pluralista -que aspira noblemente a
tratar de un modo justo y respetuoso a todas las perso­
Conclusión nas- el posmodernismo negó la importancia de cualquier
tipo de desarrollo, la existencia de posturas más elevadas;
Cualquier visión realmente comprehensiva debería tener negó, de hecho, que mundicéntrico es mejor que etnocén­
en cuenta las contribuciones de la era posmoderna -el trico y acabó cortando, en suma, la rama que le sustenta­
288 KEN WILD ER DE LA MODERNIDAD A LA r OSMO D ERNIDAD 289

bao ¡Porque sólo es posible comprender el pluralismo des­ este integralismo universal- despliega interconexiones glo­
de el elevado nivel evolutivo propio de la conciencia pos­ bales, nidos dentro de otros nidos que, a su vez, están den­
formal y posconvencional! Negar el desarrollo y la evolución tro de otros nidos e inmensas holoarquías de abrazo
es negar todo tipo de pluralismo y caer en un mundo de enriquecedor que convierten al mero "aglomeracionismo"
superficies equiparables, en el que se han desvanecido todo en holismo integral.
tipo de distinciones y holoarquías cualitativas. Éste es el (En términos de la dinámica en espiral, la principal
motivo por el cual los pluralistas pos modernos tienen difi­ fortaleza del pos modernismo radica en su paso del mate­
cultades en explicar por qué debemos rechazar a los nazis y rialismo científico naranja al pluralismo verde, en un no­
al KKK: ¿por qué no incluirlos, si todas las posturas son ble intento de ser más sensible y llegar a incluir a los "otros"
iguales? Ésta es, dicho en dos palabras, la locura aperspec­ marginal izados por la racionalidad. Pero el principal in­
tivista. conveniente del pluralismo verde se asienta en su subjeti­
Bajo las importantes verdades del relativismo, el plu­ vismo y su relativismo, que divide y fragmenta al mundo.
ralismo y la diversidad cultural, el posmodernismo abrió Como dijo Ciare Graves: "Este sistema considera el mun­
el mundo a la riqueza de un coro de voces múltiples que, do desde un punto de vista relativo. El pensamiento acaba
en muchas ocasiones, degeneró en una torre de Babel, cada atrapado en un énfasis radical y casi compulsivo en verlo
una de las cuales reclamaba ser válida, aunque pocas respe­ todo desde un marco de referencia relativista y subjetivo".
taran realmente el valor de las demás. Pero, de este modo, Por más importantes que sean los contextos múltiples para
las distintas voces se aprestaron a seguir su propio camino, ir más allá del materialismo científico, en el momento en
lo cual no acabó, como se pretendía, liberándolas, sino sen­ que se convierten en u.n fin en sí mismos, se convierten
cillamente relegándolas al destierro de los rincones más re­ en un obstáculo para el surgimiento de las construcciones
cónditos de un universo cada vez más fragmentado, perdidas del segundo grado, las únicas que pueden ayudarnos a re­
en un mundo de superficies equivalentes. Así fue como, en componer los fragmentos en un abrazo global y holístico.
su intento de escapar del mundo chato, el posmodernismo Es muy posible que la emergencia de un modelo auténti­
deconstructivo se convirtió en su principal adalid. camente integral dependa del tipo de pensamiento propio
El posmodernismo constructivo, por el contrario, asu­ del segundo grado y ése es el camino del pos modernismo
me los contextos múltiples liberados por el pluralismo, pero constructivo.)
va un paso más allá y llega a entretejerlos en una red de Desde el punto de vista de una psicología auténtica­
interrelaciones (algo que puede verse con toda claridad en mente integral, el pos modernismo significa muchas cosas.
casi todas las tablas). Llamémosle como le llamemos, el En primer lugar, supone una reafirmación del objeto mis­
relativismo pluralista da origen al holismo integral. (Véase mo de la psicología, la capacidad de construir y crear la
especialmente, en este sentido, la obra de Deirdre Kramer, conciencia; ya que ésta no es tanto un reflejo del mundo,
Gisela Labouvie-Vief, Jean Sinnott, Don Beck, CIare Gra­ sino que se ve co-creado por ella; el mundo no es una mera
ves, Susanne Cook-Greuter, Kitchener y King, Blanchard­ percepción, sino una interpretación. 12 La interpretación es
Fields, William Perry y Cheryl Armor, entre otros.) Este un aspecto intrínseco del cosmos, "todo el camino del des­
aperspectivismo integral-esta unidad-en-la-diversidad o censo", porque conciencia e interioridad tienen lugar du­
290 KEN WILBER

rante to do el camino de descenso y el único modo en que


usted puede llegar a esa interioridad es la introspección y
la interpretación. El mensaje último del pos modernismo 14
es que la conciencia es incesantemente holónica.
Por ello cualquier enfoque realmente integral debería El 1-2-3 de los estudios sobre la conciencia
ser lo suficientemente sabio como para incorporar las di­
mensiones constructiva, contextual yaperspectivista-inte­
gral. Ya esa conclusión ahora vamos a prestar atención. El problema cuerpo-mente

Cualquier agenda realmente int~gral (es decir, cualquier


agenda omninivel y omnicuadrante) deberá deshacer lo que
Schopenhauer denominó "el nudo del mundo", es decir, el
problema de la relación entre la mente y el cuerpo.
Debemos comenzar diciendo que el problema mente­
cuerpo es uno de los productos del mundo chato. y no
estoy hablando aquí tanto de la diferenciación entre la
mente y el cuerpo (que es tan antigua como la civilización
y que nunca resultó especialmente preocupante), sino de
la disociación entre la mente y el cuerpo (una herida parti­
cularmente dolorosa de la conciencia moderna y posmo­
derna estrechamente ligada al colapso del Kosmos en el
mundo chato). Porque, en el mundo chato, nos enfrenta­
mos al dilema actualmente insalvable de la relación entre
la mente y el cuerp0. según la cual la mente (la conciencia,
los sentimientos, los pensamientos, el yo) -los dominios,
en suma, de la Mano Izquierda- carecen de lugar en un
mundo exclusivamente descrito en términos de la Mano
Derecha (el cuerpo material y el cerebro), con lo cual la
mente se convierte en una especie de "fantasma en la má­
quina". Es así como nos vemos enfrentados a dos verdades
aparentemente absolutas aunque contradictorias: la ver­
dad de la experiencia inmediata (que nos revela de un modo
directo la inequívoca existencia de la conciencia) y la ver­
dad de la ciencia (que considera demostrado que el mun­
do está compuesto de unidades fundamentales -quarks,

[2911
292 KEN Wn.lIER EL 1-2-3 DE LOS ESTUDI OS SOllRE LA CONCIENCIA 293

átomos, cuerdas-) despojadas de toda conciencia y que mas denominar conciencia, mente o experiencia, porque
la mente no es el resultado de ninguna combinación de la experiencia posee qualia -o cualidades, como el placer
esas unidades. yel dolor, por ejemplo- que no son propiedades de los
Contrariamente a lo que afirman los autores más po­ sistemas objetivos. No existe, por tanto, modo alguno en
pulares sobre el tema, los filósofos que se han enfrentado que los sistemas objetivos puedan originar esas cualidades
al problema mente-cuerpo están hoy más convencidos que "mentales" que, en consecuencia, terminan considerándo­
nunca de su inexorabilidad y de que no existe solución se meros subproductos ilusorios de los sistemas complejos
alguna al llamado "nudo del mundo". 1 De hecho, la ma­ despojados de toda realidad causal.
yor parte de los esfuerzos realizados en este sentido en los (Dicho en mis términos, este argumento afirma que
últimos años se ha centrado en las insuperables dificulta­ los sistemas objetivos sólo pueden ser descritos en el len­
des que conlleva. Como resumía Keith Campbell el difuso guaje del "ello", mientras que la experiencia, la conciencia
y frágil consenso existente al respecto: "Sospecho que nunca y qualia se describen en el lenguaje del "yo" y, en conse­
descubriremos el modo adecuado de abordar este proble­ cuencia, si uno cree que el mundo descrito por la ciencia es
ma [de la relación existente entre el cuerpo y la mente]. El el "único mundo realmente real" - y, después de todo, exis­
dilema mente-cuerpo parece destinado a permanecer fue­ ten buenas razones para creer que la ciencia es el camino
ra de nuestra comprensión".2 más idóneo para descubrir la verdad- resulta evidente que
Son varias, no obstante, las soluciones propuestas y qualia, la experiencia y la conciencia no son "en verdad rea­
las dos más influyentes han sido la dualista (integracionis­ les", sino meras ilusiones, subproductos o rasgos secunda­
ta) y la fisicalista (materialismo científico) . Y, aunque la rios del mundo r~ revelado por la ciencia.)
postura dualista fue la más importante en la primera etapa El hecho de que las distintas versiones del fisicalismo
de la era moderna (desde Descartes hasta Leibniz), desde sean, con mucho, las más comúnmente aceptadas no sig­
entonces hasta ahora la postura fisicalista ha ido ganando nifica que el fisicalismo explique adecuadamente las cosas,
terreno y es, hoy en día, la dominante. 3 sino tan sólo que las visiones alternativas son todavía mu­
Desde la perspectiva fisicalista (o materialista), lo úni­ cho más inadecuadas. Hasta los mismos materialistas re­
co que existe es el universo físico descrito por la física y las conocen los extraordinarios problemas que conlleva su
ciencias naturales y, en consecuencia, resulta imposible visión. Según Galen Strawson: "en tanto que materialista
hallar ahí conciencia, mente o experiencia alguna y, desde [... ] asumo que los fenómenos de la experiencia tienen lu­
ese punto de vista, las "interioridades" son meras ilusiones gar en el cerebro [... ] [pero], en el mismo momento en que
(o, en el mejor de los casos, subproductos despojados de consideramos al cerebro como habitualmente lo describe
toda realidad). Algunas de las versiones del enfoque fisica­ la física y la neurofisiología, no queda más remedio que
lista admiten la existencia de niveles supraordenados de aceptar que ignoramos el modo en que el cerebro origina
sistemas complejos (como el cerebro, el neocórtex, los sis­ la experiencia". 4 Según afirma John Searle: "las críticas al
temas neuronales autopoyéticos), pero todas ellas coinci­ enfoque materialista pueden adquirir una forma más o
den en que esos sist~mas supraordenados siguen siendo menos técniCa pero, bajo todas esas objeciones, subyacen
realidades objetivas completamente ajenas a lo que podría- problemas mucho más profundos [...] ya que ese enfoque
294 KENWILBER EL 1-2-3 DE LOS ESTUDlOS SOBRE LA CONCIENCIA 295

sos1aya [... ] algunos rasgos esenciales de la mente, como la 'uerpo físico? Así pues, el mismo paso que le lleva a afir­
conciencia, "qualia" o el contenido semántico [... ]"5 Jae­ mar que la mente no puede ser reducida a la materia lo
gwon Kim, cuya teoría de la "superveniencia" constituye incapacita para explicar el modo en que puede influir so­
un nuevo y sofisticado tipo de fisicalismo, concluye que bre ella y el dualista se encuentra en graves dificultades
ese enfoque parece "haber llegado a una vía muerta".6 Se­ para explicar el modo en que, por ejemplo, puedo llegar a
gún Thomas Nagel, "el fisicalismo es una posición que no mover mi brazo.
podemos comprender porque, en la actualidad, no tene­ (Los idealistas trataron de resolver este problema di­
mos la menor idea de cómo podría ser cierta". 7 En opinión ciendo que la mente y el cuerpo no son entidades ontoló­
de Colin McGinn, por último, nunca sabremos el modo gicamente distintas, sino formas diferentes del Espíritu,
en que el cerebro produce la conciencia. 8 ¡Y ésas son las aspectos diferentes de la misma cosa, una solución acepta­
conclusiones a las que llegan los mismos fisicalistas! ble siempre y cuando uno admita la existencia del Espíri­
El dualista, por su parte, sortea las insuperables difi­ tu, algo que no suele ocurrir en el caso de los filósofos
cultades que aquejan al fisicalista diciendo: Resulta inne­ modernos y pos modernos y que explica que no haya teni­
gable que existe algún tipo de conciencia -porque ésa es do muy buena acogida. Más adelante volveremos sobre
una de las intuiciones más irrefutables que poseemos los este punto.)
seres humanos- y, en consecuencia, llegar a explicarla se­ Los mismos dualistas suelen estar conscientes de las
ría una explicación muy poderosa. Nosotros experimenta­ insuperables dificultades de su postura (que, por otra par­
mos la conciencia directamente, pero no experimentamos te, siguen sosteniendo porque la alternativa fisicalista re­
directamente los quarks ni los átomos (ni las unidades fun­ sulta todavía más inadecua,da). En opinión de Geoffrey
damentales de mundo físico). No es preciso, por tanto, Madell: "el dualismo interaccionista parece ser el único
proceder como hacen los fisicalistas, comenzando con los marco que se acomoda a los hechos de la experiencia" (por­
quarks y acabar deduciendo la inexistencia de la concien­ que, al menos, el interaccionista reconoce la innegable rea­
cia, sino que debemos partir de la conciencia y explicar el lidad de los dominios del "yo" y del "ello"). Pero "la
modo en que puede llegarse a la ridícula idea de que la naturaleza de las relaciones causales existentes entre lo
conciencia no existe. mental y lo físico [... ] sigue siendo, en última instancia, un
En opinión del dualista, en el mundo hay dos tipos de misterio" (¿Cómo mueve un fantasma la pared?).9 Sir Karl
realidades, la conciencia y la materia, y ninguna de d las Popper formula del siguiente modo el problema central
puede ser reducida a la otra. Se trata de dos realidades que del dualismo: "Queremos comprender el modo en que en­
"interactúan" entre sí (de ahí el calificativo de interaccio­ tidades no físicas como los objetivos, las intenciones, los
nismo con el que también se conoce a este enfoque). Pero planes, las decisiones, las teorías, las tensiones y los valores
entonces el dualista se ve obligado a afrontar un viejo dile­ pueden provocar cambios físicos en el mundo físico"IO un
ma: ¿Cómo pueden relacionarse dos cosas que son esen­ problema que, en su opinión, "es improbable que llegue
cialmente distintas? Como todo el mundo sabe, los espíritus nunca a resolverse" .11
no mueven las paredes sino que las atraviesan ¿Cómo po­
dría, pues, una mente espiritual llegar a influir sobre el
296 KEN WILBEJ( EL 1-2-3 DE LOS ESTUDIOS SOBRE LA CONCIENCIA 297

¿Qué entendemos por "mente" y "cuerpo"? Pero el término "cuerpo" también puede referirse--<:omo
normalmente ocurre- a los sentimientos, las emociones
Yo creo que la mayor parte de estas dificultades se derivan y las sensaciones subjetivas del cuerpo. Así, cuando alguien
del hecho de que ambas perspectivas parten del estrecho dice, por ejemplo, "mi mente está en lucha con mi cuer­
marco de referencia proporcionado por la visión chata del po" está queriendo decir que su voluntad está peleando
mundo, un lastre que les lleva a conclusiones necesaria­ con algún deseo o tendencia corporal (como el sexo o el
mente insatisfactorias. Si, en lugar de ello, partimos de un hambre). Desde esta perspectiva, dicho en otras palabras,
enfoque omninivel y omnicuadrante, no tardaremos en el "cuerpo" tiene que ver con los niveles inferiores de la
advertir que la "mente" y el "cuerpo" poseen dos significa­ dimensión interior. En la figura 12 me refiero a esta acep­
dos muy diferentes, evidenciando entonces la presencia de ción del cuerpo (que incluye a los sentimientos y las emo­
cuatro problemas ocultos en uno. ciones -y que es, por tanto, muy diferente al Cuerpo en
Comencemos echando un vistazo a la figura 12 y diga­ tanto que organismo objetivo-) con el término "cuerpo"
mos que el término "cuerpo" puede referirse al organismo (con minúscula), al que ubico en el cuadrante superior­
en tanto totalidad biológica, lo cual incluye también al ce­ izquierdo.
rebro (el neocórtex, el sistema límbico, el tronco reptitia­ La mayor parte de los investigadores científicos iden­
no) o, dicho en otras palabras, al cuadrante superior-derecho tifican a la "mente" con el "cerebro" y se limitan a hablar
al que denominaré "organismo" yal que también me refe­ de estados cerebrales, neurotransmisores, o ciencia cogni­
riré como "Cuerpo", (con mayúscula). Así pues, como in­ tiva. En cualquier caso -y como muestra la figura 12­
dica la visión científica (una descripción adecuada del yo utilizaré el término. "cerebro" 'Vara referirme a los nive­
cuadrante superior-derecho), el cerebro está en el Cuerpo. les superiores del cuadrante superior-derecho (es decir, el
neocórtex).
Cuando la persona común y corriente dice "mi mente
esta luchando con mi cuerpo" no quiere decir que su
YO m:~~ría ELLO neocórtex esté luchando con su sistema límbico, sino que
Cuerpo
• (organismo) (aunque no utilice estos términos) sus niveles internos más
S.i.s.t.~ma IImbico elevados -los niveles superiores del cuadrante superior­
izquierdo (o, dicho con otras palabras, su voluntad racio­
nal)- están en pugna con su sentimientos o sus deseos
cultura medio ambiente (que formop está luchando con las dimensiones vitales y
sensoriomotoras). También debo subrayar, en este sentido
NOSOTROS ELLOS
-como ilustra la figura 12-, que la mente suele ser des­
crita en términos fenomenológicos en primera persona (en
el lenguaje del "yo"), mientras que el cerebro, por su parte,
en términos objetivos en tercera persona (es decir, en el
Figura 12. DJstintos significados de la "Mente') del "Cuerpo" lenguaje del "ello").
298 KEN WILBER EL 1-2-3 DE LOS ESTUDIOS SOBRE LA CON CIENCIA 299

(Señalemos también por último -como más adelan­ lles internas de los dominios del "yo" siguen todavía sintién­
te explicaremos- que los términos "cuerpo" y "mente" dose e intuyéndose con fuerza (la mente puede controlar al
suelen referirse de manera un tanto general a las dimensio­ 'uerpo, existe un cierto grado de voluntad, la conciencia
nes exteriores [es decir, a las dimensiones de la Mano De­ existe y también existe una cierta unidad de la experiencia),
recha] ya las interiores [es decir, dimensiones de la Mano pero esas realidades chocan con un mundo en el que sólo
Izquierda], respectivamente.) se concede realidad a los dominios del "ello" descritos por
la ciencia. En mundo chato, el cerebro forma parte del
uerpo, del organismo biológico natura! y la conciencia,
El problema difidl en consecuencia, es una mera función del cerebro y, en ese
cerebro, como tanto se nos insiste, no existe absolutamen­
Dicho en dos palabras, el "nudo del mundo" -la paradoja te nada que se corresponda vagamente con qualia, con las
que acompaña a la visión chata del mundo- es que si bien experiencias o con las realidades de la mente y de la con­
el cuerpo está en la mente, el cerebro está en el Cuerpo. ciencia. Es así como nos vemos obligados a reducir -y, en
Estas dos afirmaciones -igualmente ciertas pero que, consecuencia, negar-la conciencia al cerebro o a aceptar
en el mundo chato, parecen contradictorias- constitu­ la realidad del dualismo, en cuyo caso ni siquiera podre­
yen el núcleo esencial del "nudo del mundo". mos explicar el modo en que puedo mover mi brazo (o
Como evidencian las figuras 1, 3 y 8 -y como bien como una realidad puede afectar a la otra).
sabe cualquier profesional del desarrollo- el cuerpo senti­ Lo que estoy señalando, en suma, es que ambas alter­
do está en la mente, es decir, formop trasciende, a la vez nativas se mueven dentro del paradigma del\mundo cha­
que incluye, a conop que, a su vez, trasciende al tiempo que to. Reservemos los detalles para una nota final 12 y digamos,
incluye a los sentimientos vitales y a la conciencia senso­ por el momento, lo siguiente:
riomotora o, dicho de otro modo, la mente trasciende, a la El materialista trata de resolver el problema del dua­
vez que incluye, al cuerpo (motivo por el cual, dicho sea lismo reduciendo la mente al cerebro que, como ya hemos
de paso, la mente puede operar causalmente sobre el cuer­ visto, forma parte del organismo, pero, en tal caso, ¡el uni­
po o, dicho en otras palabras, formop puede operar sobre verso subsiguiente se halla también despojado de valores,
conop que, a su vez, puede operar sobre el mundo senso­ conciencia, profundidad y divinidad! Ese reduccionismo
riomotor). Es esta parte "trascendente" de la mente (que es, precisamente, la "solución" que el fisicalista impone
permite que mi mente pueda mover mi brazo) la que cual­ sobre la realidad, una solución -patente, por otra parte,
quier fisicalista reconoce (y trata de explicar recurriendo en la ciencia cognitiva, la neurociencia, la teoría sistémi­
exclusivamente al mundo chato) y lo que todo dualista ca- que pretende resolver el problema reduciendo las di­
reconoce y trata de incorporar (convirtiéndolo en un dua­ mensiones de la Mano Izquierda a las de la Mano Derecha.
lismo que, como luego veremos, sigue alentando la diso~ Pero esa "solución" no satisface a nadie -ni siquiera a
ciación del mundo chato). los científicos- y el problema sigue en pie, puesto que,
Tras el colapso del Kosmos en el mundo chato (natu­ por más que los materialistas aseguren haber superado el
ralismo, fisicalismo y materialismo científico), las realida- dualismo, la mayor parte de las personas sigue experimen­
3 OO KEN WILlI ER EL 1-2-3 DE LOS ESTUDIOS SOBRE LA CO NCI EN CIA 3 01

tando una diferencia entre su cuerpo y su mente (entre sus .dirma la unidad de sujeto y objeto, pero sigue, con la otra,
sentimientos y sus pensamientos) -cada vez que deciden IlIanteniendo al yo tan alejado del mundo como siempre.
mover conscientemente su brazo y ejercitar libremente su Éste es el motivo por el cual los estadios transraciona­
voluntad- y también experimentan la diferencia existen­ 1 .~ del desarrollo tienen tantas cosas que ofrecernos. En la
te entre su mente y su Cuerpo (o entre el mundo subjetivo ¡'xperiencia conocida con el nombre de satori, por ejem­
que se halla "aquí" yel mundo objetivo "fuera de aquí"). Y plo, resulta evidente que sujeto y objeto son dos aspecros
debo decir que, en ambos casos, la persona normal y co­ .11: la misma cosa y que interior y exterior son dos facetas
rriente está en lo cierto. Veamos: ,1 . Un Solo Gusto. Según dicen quienes han experimenta­
Existe una distinción entre la mente (formop) y el do esa ola del desarrollo, el problema no reside tanto en el
cuerpo sentido (vital y sensorio motor) que puede ser ex­ modo en que se relacionan, sino en que la razón no sirve
perimentada internamente en los dominios de la Mano para alcanzar una solución no dual. La simple afirmación
Izquierda. y debo decir que no se trata tanto de un dualis­ 1.lcional de que sujeto y objeto son no duales, por ejem­
mo como de un caso de "trascender-e-incluir" ya que casi plo, genera todo tipo de problemas y paradojas irresolu­
todo adulto racional tiene una sensación de la parte tras­ hles. 13 Además, si este no dualismo pudiera solucionarse
cendente y del modo en q:',e la mente puede controlar el en términos exclusivamente racionales, haría ya mucho
cuerpo y sus deseos, todo lo cual es fenomenológicamente I iempo que los grandes filósofos materialistas y dualistas

cierto para los dominios de la Mano Izquierda. Pero nin­ (que suelen ser verdaderos genios) habrian resuelto el pro­
guno de esos estadios interiores del desarrollo cualitativo hlema mente-cuerpo.
(desde el cuerpo hasta la mente, el alma y el espíritu) están No es la falta de inteligencia la que nos impide resol­
presentes si restringimos el "cuerpo" al organismo de la ver este problema, sino el hecho de que sólo puede ser
Mano Derecha y la "mente" al cerebro de la Mano Dere­ resuelto desde los niveles transracionales del desarrollo que,
cha, respectivamente, porque, en tal caso, todas esas dis­ dicho sea de paso, los investigadores racionales suelen me­
tinciones se diluyen en el monismo material, lo cual no nospreciar, so~layar o negar. Por más explicaciones que
resuelve el problema, sino que tan sólo lo soslaya. :tduzcan los racionalistas para demostrar el teorema de Pi­
El dualista, por su parte, reconoce la realidad de la tágoras, ninguna de ellas será aceptada por quienes se ha­
conciencia y de la materia, pero ignora el modo en que se llen en un estadio prerracional, porque esas explicaciones
relacionan. La "mente" (en su acepción general de "inte­ sólo resultarán comprensibles para quienes hayan estudia­
rioridad") y el "Cuerpo" ("exterioridad") parecen separa­ do geometría y se hayan desarrollado hasta el nivel de la
dos por un abismo infranqueable, el mismo que separa al razón.
sujeto del objeto. Y, en el nivel del pensamiento operacio­ Porque esto es precisamente lo que ocurre con la solu­
nal formal (de la razón, en general) en el que suelen tener ción no dual al problema mente-cuerpo, que sólo pueden
lugar estas discusiones, los dualistas están en lo cierto, ya comprender quienes hayan evolucionado hasta los esta­
que interior y exterior constituyen un dualismo muy real y dios no duales del desarrollo y llegado a experimentar que
cualquier intento de negarlo suele revelarse como un mero la conciencia y la materia, el interior y el exterior, el yo y el
malabarismo semántico superfidal que, con una mano, mundo son Un Solo Gusto. Sólo quienes hayan accedido
3 O2 KEN WILB ER EL 1-2 -3 D E LOS ESTUDIOS SOIlRE LA CONCIENCIA 3 03

a la experiencia transracional pueden comprender que su­ I ,d, '{'s(en el cuerpo) y del mundo externo (del Cuerpo) , lo
jeto y objeto son, al mismo tiempo, realidades diferentes y • 11.11 acaba generando un dualismo inaceptable.
aspectos distintos de la misma cosa, una auténtica unidad­ Así pues, el problema resulta irresoluble dentro del
en-la-diversidad; sólo quienes hayan accedido a los domi­ 111.1 r '0 de referencia impuesto por el paradigma del mun­

nios no duales de la existencia pueden acceder a una .111 chato representado en la figura 13. La solución, como
"demostración" de la no dualidad que, obviamente, resul­ \1 .1 he apuntado, requiere de una visión "omninivel y om­
ta insatisfactoria para la perspectiva racional (ya sea dualis­ III('uadrante" que nos permita restablecer el contacto entre
ta o fisicalista). 14 Así pues, "quien quiera conocer la respuesta 1,1 Illente y el cuerpo y conectarla también con el Cuerpo,
deberá desarrollar su conciencia". Podríamos, pues, concluir .d!" ) que, como también hemos dicho, sólo es posible en
este punto matizando la afirmación de Campbell de que la IIIS estadios post-racionales y no duales del desarrollo.

solución al problema mente-cuerpo "se encuentra más allá


de nuestra comprensión" y diciendo que, efectivamente, la
solución se encuentra más allá de los estadios racionales de
la comprensión, aguardando a todos los que se adentren en
las dimensiones post-racionales.

Dos fases necesarias para deshacer el nudo

Si comparamos la figura 13 con la 8, resultará evidente el


modo en que todos los dominios internos (cuerpo, mente,
alma y espíritu) se han reducido a sus correlatos externos
(físicos), los únicos a los que se concede estatus de reali­
dad. Pero, de este modo, la mente -y la conciencia, en
general-, queda suspendida en el aire. Y ése es, precisa­
mente, el problema.
El verdadero problema -o, dicho en otras palabras,
Figura 13. Mundo chato
"el nudo del mundo"- se asienta en la relación entre esta
mente y el cuerpo (los niveles interiores inferiores del senti­ Una parte, pues, de la solución requiere de la acepta­
miento y el deseo) y el Cuerpo (el organismo físico, el cere­ ción de los estadios superiores del desarrollo. ¿De qué modo
bro y el entorno material). Como ya hemos visto, los podemos desatar "el nudo del mundo" si no hemos alcan­
fisicalistas reducen la mente al cerebro o Cuerpo y, en conse­ ~ado esos estadios superiores y tampoco creemos siquiera
cuencia, no pueden explicar la realidad de la mente en sus que otros lo hayan hecho? Tal vez podríamos comenzar
términos, mientras que los dualistas, por su parte, dejan a la reconociendo e incorporando la realidad de los cuatro cua­
mente colgada en medio de la nada, separada de sus propias drantes . Es decir, si todavía no podemos -dado el desa­
304 KEN WILB ER EL 1-2-3 DE LOS ESTUDIOS SOBRE LA CONCIENCIA 305

rrollo de nuestra conciencia- alcanzar el "omninivel" (es Ir que todo ello evoluciona simultáneamente. Además, la
decir, tener en cuenta el desarrollo completo que va desde l \llIciencia individual (propia del cuadrante superior-iz­
la materia hasta el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu) '1Ilierdo, es decir, la intencionalidad, las estructuras y los
tomemos en cuenta, al menos, al "omnicuadrante" (es de­ "' lados) emerge en el seno de una cultura intersubjetiva con
cir, incluyamos, al menos, al Gran Tres en nuesttos inten­ 1.1 que interactúa (cuadrante inferior-izquierdo) que, a su
tos de explicar la conciencia). Vl'l" contribuye a crear y que todo ello también evoluciona

Lo que estoy proponiendo, en suma, es un proceso ',lIl1ultáneamente. Igual de importante es la interacción en­
para llegar a desatar "el nudo del mundo" -el problema Ill·la intencionalidad subjetiva y la conducta objetiva (a tra­
mente-cuerpo- que opera en dos fases. 15 La primera de II I ~ de la voluntad y de la respuesta) y la interacción entre las

ellas consiste en abandonar la visión reduccionista y asu­ vi~i()nes culturales del mundo y las estructuras sociales, como
mir una perspectiva omnicuadrante que nos permita reco­ 1,1 hace la conciencia y la conducta individual. Dicho en
nocer los cuatro cuadrantes (o simplemente del Gran Tres) 1II ras palabras, cada uno de los cuatro cuadrantes -orga­

y, de este modo, tener en cuenta tanto los relatos fenome­ 11 i~mo , entorno, conciencia y cultura- determina, al tiem­

nológicos en primera persona ("yo"), como los relatos in­ I)f) que se ve determinado, por los demás o, dicho de otro
tersubjetivos en segunda persona ("nosotros") y los sistemas IlIodo, que se trata de cuarto dimensiones que "tetra-evolu­
físicos en tercera persona ("ello") (un enfoque al que deno­ , ¡unan" simultáneamente. \
mino el estudio 1-2-3 de la conciencia). (Y poco importa el "modo" en que eso ocurra porque,
La segunda fase de este proyecto consiste en pasar de I ' n mi opinión, resulta plenamente evidente en las olas post­

la visión "omnicuadrante" a la visión "omninivel y omni­ 1 . I ~ ionales no duales del desarrollo. Baste, por el momento,
cuadrante". Veamos ahora detalladamente cada uno de es­ , Oll reconocer que está interacción parece fenomenológi­

tos pasos. , .1mente incuestionable. Creamos o no en su plausibilidad

II'I)rica, lo cierto es que nuestra mente interactúa con nues­


11'0 cuerpo, nuestra cultura, nuestro organismo físico y

Primer paso: omnicuadrante lIuestro organismo interactúa con nUestro entorno y todas
esas dimensiones, pues, "tetra-interactúan" .)
No basta decir que el organismo y el medio evolucionan Como ya hemos visto, los rasgos subjetivos de la con­
simultáneamente, como tampoco es suficiente decir que I ¡encia (olas, corrientes y estados) están estrechamente ata­
la cultura y la conciencia evolucionan al mismo tiempo, dlls a los aspectos objetivos del organismo (especialmente
porque lo que deberíamos comprender es que esos cuatro d cerebro, la neurofisiología y los diversos sistemas orgá­
ámbitos "tetra-evolucionan" juntos. Ilieos individuales), los contextos o sustratos culturales (que
Con ello quiero decir que el organismo objetivo (pro­ posibilitan la generación de comprensión y significado) y
pio del cuadrante superior-derecho, es decir, el AON, las las instituciones sociales en las que se anclan . Como ya he
vías neurales, los sistemas cerebrales y las pautas conduc­ wñalado en Breve historia de todas las cosas, aún el más sin­
males) interactúa con el entorno, con el ecosistema y con ",Idar de los pensamientos se halla inexorablemente sumi­
la realidades sociales objetivas (cuadrante inferior-derecho) do en los cuatro cuadrantes -intencional, conductual,
306 KEN Wll.B ER El. 1-2-3 DE LOS ESTUDIOS SOBRE LA CO NCIENCIA 307

cultural y social- y no puede comprenderse sin referen­ pocos los eruditos que niegan que la secuencia evolutiva de
cia a todos ellos. las fuerzas sociales de producción correspondientes al cua­
Es por eso que, en artículos como "An Integral Theory drante inferior-derecho vaya desde la época recolectora has­
of Consciousness", 16 por ejemplo, he subrayado la necesi­ ta la hortícola, la agraria, la industrial y la informática.
dad de disponer de una visión de la conciencia que dife­ . rambién hay que decir, no obstante, que, en ambos cua­
rencie-e-integre los cuatro cuadrantes (o simplemente al drantes -el cultural yel social- debemos determinar to­
Gran Tres del "yo", del "nosotros" y del "ello" o de los rela­ davía multitud de detalles pero, al igual que ocurría en el
tos en primera, segunda y tercera persona, de los llamados caso anterior, el perfil general está hoy en día mucho más
estudios 1-2-3 de la conciencia). definido que en cualquier otro periodo histórico.
y aunque la empresa se nos antoje colosal lo cierto es El trabajo realizado en el campo del cuadrante supe­
que, por primera vez en la historia, disponemos ya de sufi­ rior-derecho -en especial, la fisiología cerebral y la cien­
cientes piezas como para emprender el proyecto. Los datos cia cognitiva- se halla todavía en pañales y aún deberemos
recopilados por tres mil años de filosofía y los descubri­ aguardar mucho tiempo hasta lograr una visión plenamente
mientos realizados por la psicología evolutiva -resumi­ integral de la conciencia (ésta es una de las razones por las
dos sumariamente en las tablas- en torno a la conciencia cuales he escrito menos sobre este cuadrante que sobre los
subjetiva nos proporcionan la suficiente información como d.emás, a pesar de las entusiastas afirmaciones realizadas
para comenzar a bosquejar el perfil del amplio espectro de por los adalides de las ciencias cognitivas y de la neuro­
la conciencia. Las coincidencias generales que evidencian ciencia, como Churchland, por ejemplo), aunque también
todas esas tablas resultan tan sugerentes que, consideradas hay que decir que nue.stro conocimiento al respecto está
desde una perspectiva global, señalan que nos hallamos en creciendo al ritmo al que lo hacen los bebés y que nos
buen camino. hallamos ya en condiciones de ubicar a la neurofisiología
y lo mismo podríamos decir respecto del cuadrante in­ en el lugar que le corresponde respecto de las demás di­
ferior-izquierdo (las visiones intersubjetivas del mundo) y mensiones del ser. 17
del inferior-derecho (el sustrato tecnoeconómico). Un siglo Considero que los tiempos están lo suficientemente
aproximado de posmodernismo ha evidenciado la impor­ maduros como para tratar de esbozar una visión omnicua­
tancia de las visiones y de los sustratos culturales plurales drante o, al menos, un enfoque que respete por igual los
del mundo (hasta el punto de que teóricos tan racional­ relatos fenomenológicos en primera persona, las estructu­
mente orientados como Habermas, por ejemplo, coinci­ ras intersubjetivas en segunda persona y los sistemas cien­
den en que todas las alternativas posibles se hallan siempre tífic%bjetivos en tercera persona o, dicho en dos palabras,
inmersas en un sustrato cultural). Además, la investiga­ el 1-2-3 de los estudios sobre la conciencia.
ción suele coincidir en que las visiones culturales del mun­ Son muchos los signos que parecen indicar que la pri­
do se despliegan históricamente a lo largo de un proceso mera fase de nuestro proyecto se halla ya en marcha. El
que va desde lo arcaico hasta lo mágico, lo mítico, lo men­ Journal 01 Consciousness Studies suele induir artículos que
tal y lo global (aunque exista un razonable desacuerdo res­ se refieren a ese enfoque equilibrado y son muchos los li­
pecto del valor relativo de cada una de estas visiones). Son bros que recientemente han afirmando de un modo con­
3 O8 KEN WII.m,m
EL 1-2-3 DE LOS ESTUDIOS SOBRE LA CONCIENCIA 3 O9

vincente la necesidad de este enfoque integral, entre los Segundo paso: omnivel
cuales cabe destacar The View ftom Within, editado por
Francisco Varela y Jonathan Shear, en el cual los autores I':n mi opinión, debemos seguir consolidando el enfoque
abogan por una especie de neurofenomenología en la que mnnicuadrante y tratar de avanzar hacia la segunda fase, la
la experiencia en primera persona y los sistemas en tercera hse omninivel.
suelen determinarse mutuamente, a menudo gracias a la La mayor parte de los enfoques omnicuadrante reco­
intermediación de la segunda persona. "Sería inútil cen­ Iloce plenamente los dominios transpersonales de la con­
I ¡encia. Robert Forman, por ejemplo, señala la necesidad
trarnos exclusivamente en descripciones en primera perso­
na. Es necesario armonizarlas estableciendo los vínculos de reconocer, al menos, tres estados transpersonales, los
adecuados con los estudios en tercera persona (para lo cual estados de conciencia pura (o suspensión sin forma), la
suele requerirse de una intermediación en seguncla perso­ ronciencia mística dual (o conciencia permanente causal!
na). El resultado global de este enfoque debería propor­ ('estigo) yel estado no dual (o realización no dual perma­
cionarnos una visión integral o global de la mente en donde nente).I9 Además, la mayor parte de los enfoques omni­
la última palabra no recaiga ni en la experiencia [primera cuadrante (entre los que se cuentan los realizados por
persona, cuadrante superior-izquierdo] ni en los mecanis­ )onathan Shear y Ron Jevning, Francisco Varela, James Aus­
mos externos [tercera persona, cuadrante superior-derecho]. tin, Robert Forman, y Braud y Anderson) ha extraído ex­
La visión global [la visión integral] requiere, por tanto, del plícitamente la mayor parte de su metodología de las
establecimiento explícito de limitaciones, influencias y técnicas meditativas y contemplativas.
determinaciones mutuas". 18 Y todo ello concuerda perfec­ Son muchos los autores -como Baldwin, Habermas,
tamente con lo que quiero decir cuando afirmo que todos Loevinger, Graves, Kohlberg, Wade, Cook-Greuter, Beck y
los cuadrantes se determinan mutuamente (y que, en este Kegan- que valoran positivamente la concepción de esta­
sentido, "tetra-interactúan"). dios del desarrollo de la conciencia de la que, como ya he­
. La antología de Max Velman titulada Investigating mos visto, existe una evidencia sustancial. No basta con
Phenomenal Consciousness es otra soberbia recopilación que señalar simplemente que las realidades en primera persona
apunta hacia un enfoque auténticamente integral. Se trata influyen y determinan los mecanismos en tercera persona y
de un libro que incluye capítulos de Alwyn Scott, Greg que ambos se relacionan a través de la intermediación de
Simpson, Howard Shevrin, Richard Stevens, Jane Henry, la segunda persona. También es preciso comprender que la
Charles Tart, Francisco Varela, Wilber y Walsh y el mismo conciencia en primera persona se desarrolla y que lo hace a
Velman. También quisiera destacar, por último, el libro través de una gran diversidad de estadios bien investiga­
Transpersonal Research Methods for the Social Sciences, de dos. Además, la conciencia en segunda persona también se
William Braud y Rosemarie Anderson, una muestra ejem­ desarrolla y este desarrollo ha sido ampliamente investiga­
plar de lo que los autores denominan una "investigación do. Finalmente, la capacidad de la conciencia en tercera
integral". persona también se encuentra en proceso de desarrollo
(como evidencia, por ejemplo, la investigación llevada a
cabo por Piaget sobre el desarrollo de la cognición) y tam­
310 KEN WILII ER

. bién ha sido profusamente estudiada. 20 Tal vez el hecho


de que muchos de los teóricos omnicuadrante provengan de
un sustrato fenomenológico -que, en sí mismo, no con­ 15
sideran muy positivamente la noción de estadios-les haya
llevado a soslayar las olas de desarrollo de la conciencia El abrazo integral
que se despliegan en los cuatro cuadrantes. 21 Pero, sea como
fuere, cualquier enfoque realmente integral debe pasar, en
mi opinión, de ser meramente omnicuadrante a ser omni­
nivel y omnicuadrante o, dicho en otras palabras, debe
tratarse de un enfoque 1-2-3 a la conciencia que tenga en ¿ :uál es nuestra visión del mundo? ¿Una especie de anti­
cuenta todos los niveles. f~í l(;dad dorada y maravillosa a la que siguieron una moder­
Obviamente, todavía nos queda por hacer la mayor Il idad enloquecida y una posmodernidad completamente
parte del trabajo, pero existe un considerable cuerpo de disgregada? ¿O quizá consideramos que la evolución es una
evidencia -tanto premoderna como moderna y posmo­ ('lipecie de progreso indefinido y que hoy en día vivimos
derna- que sugiere que estamos acercándonos a un enfo­ . (' 11 la más feliz de todas las épocas? ¿Creemos en la evolu­
que integral omnicuadrante y omninivel. La mayor parte 1 ión o, por el contrario, en la involución? El simple hecho

de esta evidencia señala inexorablemente al hecho de que dc que admitamos la existencia de un estadio premoder­
si bien, hoy en día, no estamos aún en condiciones de ela­ 110, de uno moderno y uno posmoderno conlleva el reco­
borar una visión integral de la conciencia, ya somos capa­ 1I0cimiento implícito de algún tipo de evolución. Aun los
ces de entrever que no bastará con nada menos. teóricos que se autodenominan "posmodernos" admiten,
de un modo u otro, la existencia de algún tipo de mejora
~obre sus predecesores modernos. ¿Cómo podemos llegar
,l equilibrar las innegables mejoras que nos ha proporcio­
nado la historia con sus igualmente innegables horrores?
¿y cómo puede ese equilibrio permitirnos finalmente abra­
zar lo mejor de la premodernidad, de la modernidad y de
la posmodernidad y posibilitar así el surgimiento de una
psicología auténticamente integral?

Lo mejor de la premodernidad

Cada época tiene sus verdades permanentes y también sus


distorsiones patológicas.

[311]
312 KEN WII.IIFI( EL AllRAZO INTEGRAL 3 13
) -, }

La premodernidad permitió el desarrollo del Gran 1\llS han legado la noción de niveles o dimensiones de la
111 ' 11
Nido del Ser en todo su esplendor y luego utilizó esa vi­ 11' •• lidad y de la conciencia -que van desde la materia has­
pl' lI " sión de un modo rígidamente jerárquico para justificar la 1.1 d cuerpo, la mente, el alma y el espíritu- a lo largo de
opresión de millones de seres humanos. La modernidad 1111 proceso en el que el Espíritu está plena e igualmente

comenzó diferenciando las esferas de valor, abriendo así la \11' 'sente en todos y cada uno de los distintos niveles en
puerta a las democracias liberales y al feminismo para lue­ I.lnto Fundamento de todo el proceso. Y, puesto que cada
t 11 1.1 go dejar que esas diferenciaciones naufragaran en la diso­ lIivel superior trasciende, al tiempo que incluye, a sus pre­
II L" ciación y que el materialismo científico se aprestara a borrar ,kcesores, este Gran Nido constituye también una holoar­
lll\
de la faz de la tierra los valores que tanto había luchado '1l1ía de amor y globalidad creciente, que conduce desde el
I )" por liberar y que la racionalidad técnica llegara casi a sofo­ polvo hasta la Divinidad, un proceso que termina impreg­
V I'1
car a la humanidad por la que tanto había luchado bajo las liando los rincones más recónditos del Kosmos y transfor­
cenizas de la descalificación del universo moderno. La pos­ mándolos por la gracia de su luminosidad.
modernidad, por último, que había comenzado abande­ Los sabios de la antigüedad nos han enseñado que la
rando el noble empeño de deconstruir la pesadilla del r~alidad no es unidimensional, sino que se encuentra mul­
mundo chato de -la modernidad, acabó abrazándola e in­ I ¡estratificada -es decir, posee dimensiones físicas, emo­
cluso amplificándola, postergando, de ese modo, indefini­ cionales, mentales y espirituales- y que todo el mundo
.11 1 damente las promesa de integración ofrecidas por la puede acceder a todas esas distintas dimensiones con tal
visión-lógica. de que se cumplan las condiciones adecuadas. Desde esta
'" Convendrá, pues, rescatar las verdades de cada época perspectiva, pues, el alma no se encuentra en el mundo
-que, después de todo, son las grandes verdades del po­ físico y, en consecuencia, no puede ser vista con el micros­
1 tencial humano- al tiempo que nos despojamos de sus copio ni con el telescopio ni tampoco puede imprimir en
I distorsiones. Tengamos en cuenta que, tanto desde una las placas fotográficas. Quien quiera, por tanto, ver el alma,
, perspectiva filogenética como desde un punto de vista on­
togenético, la ignorancia del pasado es una de las defini­
deberá adentrarse en su interior y desarrollar su propia con­
ciencia; deberá, en suma, crecer y desarrollar sus capacida­

"
11
ciones más claras de patología. Cualquier enfoque
realmente integral, por tanto, deberá admitir, reconocer e
des hasta llegar a percibir los estratos más profundos de su
Yo que despliegan niveles de realidad cada vez más eleva­
incorporar las verdades duraderas procedentes de cada uno dos. Así pues, cuanto más se adentra uno en su interior,
1I de los estadios de la evolución de la conciencia, porque más elevada puede ser la realidad a la que acceda.
ésas son, a fin de cuentas, aquí y ahora, las verdades de Cualquier psicología integral debe intentar tener en
nuestro Yo más profundo. cuenta la totalidad del espectro de la conciencia, un espec­
La premodernidad nos ha legado el Gran Nido del Ser tro que vaya desde la materia hasta el cuerpo, la mente, el
y del Conocimiento, un mapa del camino que conduce alma y el espíritu, llamémosles cómo les llamemos, los
hasta el Espíritu, pero no de un modo rígidamente prede­ muchos niveles que ha corroborado la investigación mo­
terminado, sino como un campo morfogenético amable­ derna (ya sean cinco, siete, doce o veinte, porque el núme­
mente persuasivo. Las verdades duraderas de la sabiduría ro exacto importa menos que el reconocimiento de la
3 14 KEN W!LIIER
EL ABRAZO INTEGRAL 3 15

riqueza multidimensional de la realidad). En este sentido, 111 11 ""landor que el tiempo olvidó y nos adentraremos en
yo he sugerido (como evidencian las tablas) la existencia 1" dOl\linios que todo lo impregnan de un Espíritu que la
de unas dieciséis olas, que pueden condensarse en unos 1I1",uardia de nuestros ancestros fueron los primeros en
nueve o diez agrupamientos funcionales, pero debo decir le • Ilhrir y a quienes debemos estar agradecidos por el
que todos esos mapas no son más que visiones diferentes de 1"" liSO legado de un mapa general de ese dominio infini­
las múltiples olas del Gran Río de la Vida, que van desde la 11, el Gran Nido del Ser-, un mapa de nuestras interio­
materia hasta la mente y espíritu, el legado más precioso 11I1..d 's que evidencia la arqueología de nuestro propio
de la sabiduría antigua. I "iritu.
Desde una perspectiva integral, esto también significa
que el impulso más profundo de una persona -del que se
derivan todos los demás- es el que nos moviliza a actua­ I,n mejor de la modernidad
lizar la rotalidad del Gran Nido a través del vehículo del
propio ser, de modo que uno se convierta, en la realización I le la modernidad debemos rescatar las verdades d urade­
plena, en un vehículo del Espíritu que resplandece en el I.l~ de la diferenciación y evolución del Gran Tres (la Bon­
mundo. Todos nosotros somos hijos e hijas de una Divini­ .1.1<1, la Verdad y la Belleza).! En la medida en que la
dad que constituye la Meta al tiempo que el Fundamento luodalidad promedio de la conciencia fue creciendo y evo­
de cada uno de los gestos del Cosmos y no descansaremos IlIóonando históricamente -y a causa de que la evolu­
hasta que nuestro Rostro Original nos salude cada amanecer. \ ión opera, en gran medida, a través de un proceso de
Los antiguos adeptos sabían bien que esta Gran Libe­ diferenciación e integración-la percepción del Gran Nido
ración no es un atisbo pasajero, un mero estado alterado, lúe diferenciándose e integrándose en toda la cultura (y no
sino una realización y un rasgo permanente y nos legaron .~ólo en unos pocos individuos pioneros). Así fue como las
una extraordinaria batería de prácticas espirituales desti­ diferenciaciones que, en el pasado, sólo llegaron a vislum­
nadas a ayudarnos a desplegar los niveles superiores del brar los individuos más evolucionados, se convirtieron en
Gran Nido de nuestra Divinidad y a acelerar nuestro pro­ percepciones ordinarias y comunes. 2
ceso de desarrollo hacia la Divinidad. Las prácticas espiri­ En la medida en que el Gran Tres del arte, la moral y
tuales más completas subrayan tanto las corrientes la ciencia comenzó a diferenciarse y clarificarse a gran es­
ascendentes (que van desde el cuerpo hasta la mente, el eal a -e1,,))yo, e1"nosotros )) y e1« e11o)) ; 1os re 1atos en pn­
.
alma y el espíritu) como las corrientes descendentes (que mera, en segunda y en tercera persona; el yo, la cultura y la
retoman las intuiciones espirituales y las expresan en y a naturaleza; la Bondad, la Verdad y la Belleza- comenza­
través del cuerpo y de la Tierra) integrando, de ese modo, ron a transmitirnos sus verdades libres de la intrusión de
los rostros trascendente e inmanente de la Vacuidad. las demás. Pero esa modernidad permitió que las diferen­
Donde quiera que nos detengamos un momento a es­ ciaciones resultaran en una disociación (y que el materia­
cuchar con cuidado en silencio, oiremos el susurro de nues­ lismo científico comenzara a colonizar el resto de las
tra naturaleza más profunda y los misterios de la esferas). Por ello debemos reconocer las dignidades de la
profundidad, la llamada del interior, el brillo infinito de diferenciación -que nos proporcionaron la democracia,
31 G ICEN \'iIll.lllil(
EL ABRAZO INTEGRAL 3 17
el feminismo, la abolición de la esclavitud, el surgimiento
.ll'quitectura cualitativamente distinta de cada ola básica),
de las ciencias ecológicas y la ampliación de la vida en cer­
lodos aspiran a cobrar conciencia del problema, para re­
ca de tres décadas- al tiempo que nos despojamos de sus
disociaciones. uperar así la totalidad holoárquica de la evolución de la
'onciencia en un proceso cada vez más profundo, que va
La modernidad, pues, nos enseñó la necesidad de dife­
desde lo prepersonal hasta lo personal y lo transpersonal, desde
renciar en gran escala cada uno de los niveles del Gran Nido
lo subconsciente hasta lo autoconsciente y lo supracons­
en los cuatro cuadrantes (o, simplemente, en el Gran Tres);
ciente.
la modernidad nos enseñó que cada uno de esos niveles
La evolución no nos aísla del resto del Kosmos, sino
evoluciona y que una psicología realmente integral debe
que nos une cada vez más a él, ya que las mismas corrien­
tener en cuenta todos esos dominios.
tes que crean pájaros del polvo y poesía de las rocas, gene­
Desde una perspectiva auténticamente integral, eso
ran héroes egoicos de los ids y sabios de los egos. La
supone la necesidad de diferenciar cuidadosamente los ni­
evolución en cada cuadrante es e! Espíritu-en-acción ex­
veles fundamentales de la evolución de la conciencia de
presándose en esa modalidad, operando amablemente a
que disponen los hombres y las mujeres. Así pues, aunque
modo de un gran campo morfogenético cada vez más in­
los niveles u olas del Gran Nido del Ser (cuerpo, mente,
clusivo . La corriente evolutiva del Kosmos -e! gran Río
alma y espíritu) discurran a través de numerosas líneas evo­
de Eros que funde en e! mismo abrazo los holanes no hu­
lutivas o corrientes evolutivas diferentes (cognitiva, moral,
manos con los halones humanos- es, en realidad, e! Amor
estética, afectiva, necesidades, identidades, perspectivas),
que mueve e! Sol y las demás estrellas. Las contribu.ciones
cualquier psicología realmente integral debe rastrear e!
permanentes de la modernidad -eviden tes e~ la dIferen­
despliegue de las diferentes olas y corrientes en los diversos
individuos. ciación y evolución de! Gran Tres--- nos permIten rastrear
la evolución de este amor a través de sus muchas olas y
En las figuras 2 y 3 he presentado lo que denomino
corrientes.
"psicógrafo integral", una herramienta que nos permite
determinar, de un modo ciertamente muy general, las di­
ferentes corrientes evolutivas de la conciencia de un indi­
Lo mejor de la posmodernidad
viduo y el modo en que se mueven en olas cada vez más
profundas y más elevadas, desde e! cuerpo hasta la mente,
La diferenciación moderna de las esferas de valor permitió
el alma y espíritu, desde precon hasta con, posca n y post­
que la posmodernidad viera exactamente cuán interrelacio­
poscon. De este modo también podremos determinar más
nados estaban los cuatro cuadrantes. Cada evento objetivo
fácilmente cualquier "punto de anclaje" - cualquier pato­
tiene un correlato subjetivo y un correlato intersubjetiva;
logía, cualquier fulcro fracturado, cuaJquier problema de!
cada halón presenta cuatro cuadrantes. El mundo no es sólo
desarrollo, cualquier subpersonalidad disociada y cualquier
un evento objetivo de la Mano Derecha, sino que tiene
faceta alienada de la conciencia- y, comprendiendo me­
también una profundidad, una conciencia y una interiori­
jor su génesis, tratarla más eficazmente. Aunque los tipos
dad que se evidencia en todo su esplendor en la Mano
de patología y tratamiento sean muy distintos (debido a la
Izquierda. El constructivismo nos ha enseñado que la con­
3 18 KEN WILIlCR EL ABRAZO INTEGRAL 3 19

ciencia no sólo refleja el mundo, sino que también contri­ tegrales que nos permita tener en cuenta el amplio espec­
buye a construirlo; el contextualismo nos ha enseñado que tro de las disciplinas, desde la ciencia hasta la historia, la
los holones están indefinidamente anidados, y el apers­ religión, la antropología, la filosofía, la psicología, la edu­
pectivismo-integral, por último, nos ha mostrado que cual­ cación, la política y el mundo empresarial.
quier abrazo integral debe incluir tantas perspectivas como En lo que respecta al individuo, el resultado de este
sea humanamente posible. El mensaje, pues, del posmo­ enfoque será una psicología integral, una terapia integral y
dernismo es que el Kosmos es incesantemente holónico. una práctica transformadora realmente integradora.
y todo ello implica, para un enfoque realmente inte­
gral, que debemos preocuparnos por incluir las importan­
tes diferenciaciones de la modernidad, que no debemos El despertar del espíritu en acción
dejar de lado al Gran Tres, que el reduccionismo no debe
mutilar nuestra imagen y desembocar en un holismo cha­ Para que este enfoque integral "omninivel y omnicuadran­
to y que cualquier enfoque a la conciencia debe ser, en el te" tenga éxito tendremos que adoptar algunas de las ver­
fondo, un estudio 1-2-3 que incluya y honre por igual los dades más duraderas de la premodernidad (omninivel), de
relatos de la conciencia realizados en primera, segunda y la modernidad (omnicuadrante) y de la integración pos­
tercera persona, los relatos fenomenológicos en primera moderna (omninivel y omnicuadrante).
persona de las corrientes de la conciencia tal y como son El objetivo de este libro no es tan sólo esbozar una
experimentadas directamente (cuadrante superior-izquier­ psicología integral, sino bosquejar también un enfoque
do); las comunicaciones en segunda persona de esos he­ integral general que no sólo tenga en cuenta lo mejor de
chos ubicados en estructuras, visiones del mundo y las escuelas de hoy en día, sino también lo mejor de las
contextos lingüísticos concretos (cuadrante inferior-izquier­ visiones proporcionadas por la premodernidad, la moder­
do) y las descripciones científicas realizadas en tercera per­ nidad y la posmodernidad (despojadas de sus distorsio­
sona de los mecanismos, sistemas y redes materiales nes) . Obviamente, y como he señalado en la introducción,
correspondientes, desde las estructuras hasta los sistemas este libro está basado es generalizaciones muy amplias ­
cerebrales y los sistemas sociales (Mano Derecha). generalizaciones escandalosas, podríamos decir-, pero si
Este enfoque "omnicuadrante" es el primer paso para realmente queremos iniciar esta empresa, hay que comen­
un modelo auténticamente integral. El segundo paso que zar de algún modo y, en este sentido, éste es tan bueno
deberemos dar consiste en añadir un enfoque "omninivel" como cualquier otro. Este libro, pues, no pretende ser una
que preste atención a los estadios del desarrollo de la conclusión, sino tan sólo un punto de partida.
conciencia en primera, segunda y tercera persona o, di­ Si realmente estamos viviendo en una época aperspec­
cho en otras palabras, que nos permita investigar las olas tivista-integral, este tipo de enfoques integrales serán cada
y las corrientes, los niveles y las líneas de todos los cua­ vez más frecuentes . Los habrá mejores y peores, amables y
drantes. 3 virulentos, integrales y parciales pero, en cualquiera de los
De ese modo podremos finalmente disponer de un casos, habrá muchos intentos de este tipo y espero que
enfoque "omninivel y omnicuadrante" de los estudios in­ todos ellos contribuyan a perfilar el gran arco iris integral
EL ABRAZO INTEGRAL 32 1
320 KEN W ILI.l ER

(·n tanto que vida. Así fue como el Espíritu-en-acción fue


que hoy en día empieza a resplandecer -aunque sea de
diferenciándose en las distintas modalidades de la Bon­
un modo ciertamente tentativo- en todo el mundo.
dad, la Verdad y la Belleza en la medida en que prosiguió
Porque lo cierto es que hoy en día es posible ya entre­
su camino evolutivo. y ese mismo Espíritu-en-acción hoy
ver el nacimiento de la época de la visión-lógica, la aurora
t:stá comenzando a tornarse colectivamente consciente de
de la sociedad reticular, de la aldea global posmoderna y
sí mismo e inaugurando una era integral--que abarca desde
aperspectivista de la que Internet no es más que un indica­
la aldea global hasta Internet, las visiones integrales y una
dor. La evolución en todas sus formas está comenzando a
sociedad articulada en redes- en la medida en que lenta­
tornarse consciente de sí misma; la evolución, en tanto
mente va reuniendo los fragmentos de un mundo que ha­
Espíritu en acción, está comenzando a despertar a escala
colectiva; la evolución kósmica está hoy en día generando bía olvidado.
Ese mismo EspÍritu-en-acción ha escrito este libro y
teorías cada vez más inclusivas e integrales. Y es que Eros
es también quien ahora está leyéndolo. Desde el subcons­
se mueve en usted y en mí, apremiándonos a diversificar e
ciente hasta la autoconciencia y la supraconciencia, el Gran
incluir. El Amor que mueve al Sol y las demás estrellas está
Juego prosigue y todas las corrientes del gran Río fluyen
alentando este tipo de enfoques que irán creciendo en la
hacia el océano de Un Solo Gusto, nunca realmente perdi­
medida en que Eros integre lo anteriormente desconecta­
do, nunca realmente encontrado, mientras lo único que
do y reúna los fragmentos de un mundo demasiado frag­
existe es el repiqueteo de la lluvia en el tejado del templo.
mentado.
Algunos calificarían a esos primeros enfoques integra­
les como "poderosos atisbos de un verdadero descenso del
Alma del Mundo que todo impregna"; otros simplemente
dirán que los tiempos están ya lo suficientemente maduros
para ello pero, en cualquiera de los casos, los enfoques menos
comprehensivos están comenzando a perder su atractivo, el
mundo chato fragmentado y reduccionista resulta cada vez
menos fascinante y su poder cautivador se debilita cada día
en la medida en que Eros opera sus sutiles maravillas en
cada uno de nosotros.
Si podemos recuperar la sabiduría colectiva de las dis­
tintas etapas por las que ha atravesado la humanidad, tal
vez podamos decir:
Eros es el mismo Espíritu en acción que originalmen­
te se derramó para dar origen a un inmenso campo morfo­
genético de extraordinarias posibilidades (conocido como
Gran Nido). Lejos de sí, en tanto materia, comenzó su
andadura; luego, todavía lejos de sí, comenzó a despertar
322 323

Tabla la. Las correlaciones de Wilber Tabla 1b. Las correlaciones de Wilber

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Tabla 2a. Estructuras básicas en otros sistemas


Tabla 2b. Estructuras básicas en otros sistemas

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I ,mú1cipl'7 , 6. pr~eras 6. ~dayvismo ld in.unico, compromiso +- ~
lr.lrnidÓn , :l r 5. dc:rechoS/contrato sociil ~
g I 6. existencial Sí :Uriesf sf~:~~ co~(exruallsmo 6/7. (e~prano. "lo
visión.. la;npratU
6. ú ica un~versai 7. i~6n¡co §. pc~i~ .?' ~ial~uco ¡nárnico _._. 8-9. mtdio, ra'rd{,
lógica. inic:rmttl.i~ s: ~.
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(logro tcrreniJ) (mItico­
pcmnenci3.) personal ~
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consciem(o.. ~
pe~oa anístlC!. !:jo
con(ormisl2 psicologico
(másallá dcbs­ ....
consciclHc
convenciones) creativo ~
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compasivo ~
itUmID.lci6n comcmpl.lliv;¡; (global)
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sin fo(m:l jn~n3-lIirDIih, nirvan:i
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C$tl.Jio$ po~niryáni:os: (cesaci6n) \.)J
" intuición el regresado
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no dUal laOpnn;l vacuidad
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Tabla 8. Miscelánea
Tabla 9a. Evolución sociocultural

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-; I _. J_____ ~ _ l~tur.tI___
e vi$.i6n~ u:m~.1 i ;,~ -¡ 6. Pbc:r1ad mor,¡] ~lc.r-humxacn,ww~pmon~priv..r.:lz¡ \!,jca fornuJ,im.
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342

Tabla 11. James Mark Ba/dwin

NOTAS*

Nota al lector
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Citado en el prefacio de H. Wernekke, traductor de Life
after Death, de G. Fechner, escrito en 1835 y publicado en
Chicago por Open Court Publishing, 1945. Debo decir
~ ...§ que el título de la cubierta reza Life after Death, mientras
I!l i
que el título de la primera página dice On Life after Death
y que yo utilizo aquél, puesto que fue el primero que vi.
a .•a 2 Zweig, "GustavTheodor Fechner", en P. Edwards (ed.), The
';5
~~ Encyclopedía ofPsychology, vol. 3.
3 Fechner, Life after Death, págs. 16-7.
~ 4 Fechner, Life after D~ath, págs. 18.
j 5 A. Zweig, "Gustav Theodor Fechner", en P. Edwards (ed.),
The Encyclopedía ofPsychology, vol. 3.
n
~f
6 Este texto ha recibido nombres muy diversos como System,
Self and Structure; Patterns and Process in Consciousness y
B1 The 1-2-3 ofConscíousness Studies. El presente libro, Una
]'" .~
visión integral de la psícologia, constituye una versión muy
~l resumida de otro posterior que será publicado en dos vo­
=<1 lúmenes.

*Las notas referidas en esta sección se ajustan a la pauta


"capítulo. nota", lo cual quiere decir que" 1.5", por ejemplo, se
refiere a la nota 5 del capítulo l. Por su parte, la referencias a
los distintos volúmenes de The Collected Works ofKen Wilber
[Obras completasJ asumen la forma "OCI" , "OC2", etcétera.

[343J

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