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1. Generalidades de las Personas Morales


1.1 Personalidad Jurídica
La personalidad jurídica es la aptitud para ser sujeto de derechos y obligaciones, la cual es
reconocida por la ley, ya sea de forma pasiva o activa, por personas físicas o por personas
morales, y se conforma por diversos elementos, como son la capacidad, el estado civil, el
patrimonio, el nombre, el domicilio y la nacionalidad.
La capacidad de las personas se divide en capacidad de goce y capacidad de ejercicio; se
refiere a la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones, la de goce se debe ejercerse
a través de un representante, mientras que la capacidad de ejercicio se puede ejercer por
sí mismo; las personas incapaces son los menores de edad y mayores de edad declarados
incapaces, mientras que los mayores de edad tienen en general la capacidad de ejercicio.
El nombre es uno de los principales elementos de la personalidad, ya que es el que
identifica y distingue a una persona de otra; en las personas físicas se compone de un
nombre, que normalmente escogen los padres, seguido del primer apellido del padre y
posteriormente del primer apellido de la madre, al respecto en la CDMX se reformó el
Código Civil para dar oportunidad de que los padres puedan escoger cual apellido poner
primero ya sea el del padre o el de la madre, para de esa forma romper un tanto con el
llamado “Patriarcado”.
Todas las personas tienen un domicilio, el cual como lo señala el artículo 29 del Código Civil
de la CDMX, es el lugar en donde residen habitualmente, y a falta de este, el lugar del
centro principal de sus negocios, en ausencia de estos, el lugar donde simplemente residan,
y en su defecto, el lugar donde se encontrare. Existen varios tipos de domicilios, como son,
el domicilio legal y el convencional.
El patrimonio es otro de los elementos de la personalidad, el cual se define como el conjunto
de derechos y obligaciones susceptibles de valorarse en dinero, constituye prenda tácita, y
constituye una universalidad jurídica. Es decir que toda persona tiene un patrimonio, con el
cual responde de sus obligaciones (deudas) y que puede ser embargado ante el
incumplimiento de pago.
Las personas físicas tienen un elemento que es exclusivo de ellas y no de las personas
morales, como es el estado civil, el cual las personas morales (sociedades) no lo tienen, y
consiste en que puede ser el estado de soltero o de casado, para lo cual hacemos la
aclaración del error que muchas veces se comete, al señalar como estado civil el divorcio
o viudez, los cuales no son un estado civil, en estos casos las personas recobran su estado
de solteros.
Por último, nos referimos a la nacionalidad como un elemento de la personalidad, por el
cual todas las personas tienen una nacionalidad, que la pueden adquirir por nacimiento o
por naturalización, solo como una excepción existen los apátridas, personas que por
cuestiones políticas no tienen una nacionalidad, la nacionalidad permite gozar de los
derechos y obligaciones del país del que son nacionales. Todos estos derechos se
adquieren con el nacimiento y se pierden con la muerte, todas las personas los tienen y
deben de gozar de ellos.
(Fernández Fernández, 2022)

1.2.1 Teorías en torno a la personalidad jurídica


La ficción de personalidad:
Quienes analizaron el asunto a fondo se encontraron con que la persona jurídica era una
creación propia y exclusiva de la sociedad humana que servía de instrumento para las
acciones en grupo o con intereses más allá de los propiamente individuales de los hombres.
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La persona jurídica no era otra cosa que un elemento emanado de la capacidad de


imaginación de los humanos, innegablemente inserto en el medio social, que realizaba
actuaciones con consecuencias similares a las de los demás sujetos de Derecho, pero que,
como no tiene naturaleza física, sólo puede actuar a través de personas debidamente
autorizadas. Sólo nos basta para comprenderla y establecer su alcance y el papel que juega
en la colectividad humana suponer que se trata de un ser igual a los demás que actúan en
el Derecho. Hagamos pues uso de nuestra imaginación y finjamos que se trata de un sujeto
de Derecho más, semejante en todo a un ser humano. La “ficción de personalidad”, como
se denominó esta teoría que sigue las enseñanzas de Savigny, se limitaba a concebir a la
persona jurídica como un ente abstracto, concebido por los hombres, a los cuales se les
atribuía la potestad de ser sujeto activo o pasivo de derechos78 y que podía comportarse
como un ser humano en cuanto a intereses jurídicos.
El artículo 633 de nuestro código Civil dispone: Se llama persona jurídica, una persona
ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer obligaciones y de ser representada judicial y
extrajudicialmente.
La teoría de la ficción solucionaba por la “vía rápida” el problema de la presencia de la
persona jurídica en el mundo del Derecho, porque los humanos tenemos una capacidad de
hacer abstracciones y una tendencia real a “antropomorfizar” lo que nos rodea, sean cosas
inanimadas, animadas o ideales. Al fin y al cabo, la proliferación de dioses y demás
elementos sobrenaturales no son sino el resultado de esa tendencia. Pero la ficción como
un sistema para explicar las cosas difíciles en el campo del Derecho tiene serios reparos,
porque nos abre un boquete irreparable en el carácter científico de esta disciplina y la
convierte en poco más o menos un mundo fantástico donde todo es posible. Que queremos
que los animales participen del Derecho, venga pues,79 o que un supuesto de la ley no
coincide con la realidad física o social, pues a fingir que así es y afuera con el problema. La
ficción jurídica (algunas de las cuales aparecen todavía en nuestro Derecho para explicar
situaciones que a primera vista parecen ilógicas), ha sido combatida por los filósofos, por
ser un recurso que evita el ejercicio de pensar y se vuelve un cáncer que termina
convirtiendo el Derecho en una especulación despreciable. Los filósofos del Derecho, nada
conformes con convertir su ama- da ciencia en una especie de “País de las Maravillas” al
garete en el mar de la imaginación, trataron de encontrar una respuesta a la existencia de
la persona jurídica por otra ruta.
Medina Pabón, J. E. (2014). Derecho civil: derecho de personas (4a. ed.).. Editorial
Universidad del Rosario. https://elibro.net/es/lc/humanitas/titulos/69643

1.2.2 Consecuencias de la personalidad


Contratos
Denuncias
Responsabilidades civiles
Multas
Derechos Humanos

1.2.3 Capacidad jurídica


Explicado antes

1.2.3 El patrimonio social


Explicado antes
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1.2.5 Autonomía patrimonial


Explicado antes

1.2.6 Protección para el patrimonio social


Explicado antes

1.2.7 Capital social

1.2.9 Nombre social


De la misma manera que el nombre es un atributo en las personas físicas, las personas
morales se identifican con la denominación o razón social. Estas consisten en los vocablos
con los que las sociedades son identificadas frente al Estado y la sociedad. La
denominación social por lo general se integra por vocablos que hacen referencia a la
actividad propia de la sociedad de que se trata, mientras que la razón social usualmente
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está construida por vocablos que corresponden a los nombres de los socios que integran
la sociedad. En realidad, no están definidas en la legislación, aunque en las sociedades de
personas generalmente se ocupa una razón social y en las sociedades de capitales por lo
común se ocupa una denominación, sin embargo, esta no es una regla absoluta, salvo en
algunos tipos sociales.
Paredes Sánchez, L. E. (2015). Derecho mercantil: parte general y sociedades. México D.F,
Mexico: Grupo Editorial Patria. Recuperado de
https://elibro.net/es/ereader/uvm/39392?page=131.

1.2.10 Domicilio social


Explicado antes

1.2.11 La desestimación de la personalidad jurídica


La doctrina de “la desestimación de la personalidad jurídica societaria”, conocida también
como “levantamiento del velo corporativo” ha sido diseñada precisamente con el propósito
de facultar a la judicatura a prescindir de esta ficción de Derecho, cuando la persona jurídica
es una simple pantalla de protección de quienes, a través de ella realizan actos en fraude
de ley o en perjuicio de acreedores.
La desestimación de la personalidad jurídica de una sociedad anónima es una “excepción
impuesta judicialmente al principio de limitación de responsabilidad, en virtud de la cual los
jueces desestiman la separación de la personalidad de la sociedad y disponen la
responsabilidad de un asociado por obligaciones de la sociedad, como si estas fueran
propias de aquel”.63 En virtud de esta doctrina, “el juez puede prescindir de la ficción o
forma externa de la personalidad jurídica para, penetrando a través de ella, alcanzar a las
personas y bienes que se amparan bajo su cobertura”,64 con la finalidad de “poner fin a
fraudes y abusos, mediante la aplicación directa de las normas jurídicas a los individuos
que pretendían eludirlas y la declaración de inoponibilidad de la persona jurídica respecto
de los terceros que resulten perjudicados”.

2. Asociaciones y Sociedades Civiles


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3. Sociedades Mercantiles
3.2 Concepto de Sociedad Mercantil
Explicado antes

3.3 Clasificación de Sociedades Mercantiles


• Sociedad en nombre colectivo
• Sociedad en comandita simple
• Sociedad de responsabilidad limitada
• Sociedad anónima
• Sociedad en comandita por acciones
• Sociedad cooperativa
• Sociedad por acciones simplificada

3.4 Características de las Sociedades Mercantiles


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3.5 Sociedades Mercantiles Irregulares


Son aquellas sociedades que no se encuentran inscritas en el RPC pero que ya han sido
exteriorizadas frente a terceros, independientemente de que consten o no en un acta
constitutiva. La ley les reconoce personalidad jurídica, por lo que también tienen
responsabilidad jurídica frente a terceros.
Artículo 2o.- Las sociedades mercantiles inscritas en el Registro Público
de Comercio, tienen personalidad jurídica distinta de la de los socios.
Salvo el caso previsto en el artículo siguiente, no podrán ser declaradas
nulas las sociedades inscritas en el Registro Público de Comercio.
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Las sociedades no inscritas en el Registro Público de Comercio


que se hayan exteriorizado como tales, frente a terceros consten o
no en escritura pública, tendrán personalidad jurídica.
Las relaciones internas de las sociedades irregulares se regirán
por el contrato social respectivo, y, en su defecto, por las
disposiciones generales y por las especiales de esta ley, según la
clase de sociedad de que se trate.
Tratándose de la sociedad por acciones simplificada, para que
surta efectos ante terceros deberá inscribirse en el registro
mencionado.

3.6 Constitución, disolución, liquidación, transformación, fusión y escisión de las


Sociedades Mercantiles
3.6.1 Constitución
La constitución de una sociedad es de suma importancia para el reconocimiento de ésta
con personalidad jurídica y patrimonio propios.
Se trata de un acto indispensable para el surgimiento de la ficción jurídica que conocemos
como persona moral.
Código Civil Federal
Artículo 27.- Las personas morales obran y se obligan por medio de los órganos que las
representan sea por disposición de la ley o conforme a las disposiciones relativas de sus
escrituras constitutivas y de sus estatutos.
Artículo 28.- Las personas morales se regirán por las leyes correspondientes, por su
escritura constitutiva y por sus estatutos.
Ignacio Galindo Garfias explica que: […] ya se trate de la persona física, es decir, de los
seres humanos, individualmente considerados o de la persona moral –el Estado, el
Municipio, las sociedades y asociaciones, entre otras– el Derecho protege y garantiza sólo
aquéllos fines que estima valiosos, y para lograr esa protección y garantizar la realización
de tales fines, construye el concepto de personalidad, que es susceptible de aplicarse a la
persona humana individualmente o a un conjunto de hombres o de bienes organizados para
la realización de ciertas finalidades jurídicamente valiosas.
En el Derecho moderno, las sociedades, asociaciones y fundaciones, gozan de
personalidad. Aunque no son personas, son conjuntos organizados de seres humanos o de
bienes destinados a un fin lícito, y en razón de dicha finalidad reconocida como lícita, el
Derecho objetivo les ha atribuido personalidad mediante una construcción estrictamente
jurídica o mejor, mediante la creación normativa de la personalidad, de la misma manera,
aunque por diversa razón, que le reconoce personalidad a la persona física.
Las personas morales de derecho interno tienen las siguientes características generales:
1. Las personas morales pueden estar formadas por uno o más seres humanos, en su caso,
en conjunto con una o más personas morales; por dos o más personas morales o por un
conjunto de bienes destinados a un fin lícito determinado.
2. Por la voluntad que interviene en su creación, las personas morales pueden constituirse:
a) por voluntad del legislador: a través de una norma fundamental, por ejemplo: la
Constitución política de un Estado; por medio de una ley, por ejemplo: la Ley Orgánica de
la Universidad Nacional Autónoma de México; o por disposición de la ley, por ejemplo: la
hereditas iacens del derecho romano, constituida con los bienes de un difunto, entre la
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fecha de su muerte y la fecha de adquisición por su sucesor;16 b) por voluntad de personas


físicas y de personas morales que la constituyan, siempre y cuando se cumplan los
requisitos que establece el derecho interno para su constitución.
3. Las personas morales se constituyen para un fin lícito y determinado.
4. Las personas morales gozan de la personalidad jurídica que les atribuye el Derecho
conforme al cual fueron creadas.
5. La personalidad que gozan las personas morales es ajena y distinta a la personalidad
que tienen las personas físicas o morales que, en su caso, la constituyen.
6. El derecho confiere a las personas morales atributos de la personalidad semejantes a los
de las personas físicas, pero, adecuados a su propia naturaleza, que es distinta a la de las
personas físicas, de modo que las personas morales no tienen el atributo: estado civil.
7. Las personas morales actúan y se obligan por medio de órganos que las representan por
disposición de la ley o de conformidad con su escritura constitutiva o estatutos.
8. Las personas morales de derecho interno se rigen por la ley conforme a la cual se
constituyeron, por su escritura constitutiva y por sus estatutos.

Pasos para constituir una sociedad:


1.- Solicitar la autorización para el uso de la denominación o razón social, para la
identificación de la sociedad. Esto puede hacerse de manera presencial o vía web ante la
Secretaría de Economía.
2.- Elaboración del acta constitutiva.
3.- Protocolizar el acta constitutiva ante un notario o corredor público.
LGSM Artículo 5o. Las sociedades se constituirán ante fedatario público y en la misma
forma se harán constar con sus modificaciones. El fedatario público no autorizará la
escritura o póliza cuando los estatutos o sus modificaciones contravengan lo dispuesto por
esta Ley. La sociedad por acciones simplificada se constituirá a través del procedimiento
establecido en el Capítulo XIV de esta Ley.
4.- Registro antes autoridad fiscal (SAT). Obtención de la Cédula de Identificación Fiscal de
la sociedad.
5.- Inscribir a la sociedad mercantil en el RPPC.
6.- Registro ante el IMSS
7.- Si alguno de los socios es extranjero, se deberá inscribir la sociedad mercantil ante el
RNIE.

3.6.2 y 3.6.3 Disolución y Liquidación


Cerrar la empresa
Cuando la operación de una empresa se vuelve insostenible, llega el momento de liquidarla
y, junto con ella, la sociedad mercantil que la creó.
Esto significa que es necesario terminar las actividades mercantiles para utilizar los bienes
disponibles en el pago de deudas y el reparto de los remanentes entre socios.
Motivos por los que se puede disolver una sociedad mercantil

Por lo general, las sociedades se disuelven debido a cinco causas previstas en la Ley
General de Sociedades Mercantiles:
1. Cuando concluyen los términos temporales establecidos en el contrato social.
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2. Porque ya no es posible llevar a cabo el objeto principal de la sociedad, o bien,


porque ya fue realizado.
3. Por común acuerdo entre los socios y de conformidad con el contrato y la Ley.
4. Por una reducción del número de accionistas que llegue a ser inferior a lo que la Ley
establece o porque las partes de interés se reúnen en una sola persona.
5. Por la pérdida de las dos terceras partes del capital social.
Tipos de sociedades mercantiles que se pueden liquidar
Se pueden disolver los siete tipos de sociedades reconocidas por la legislación mexicana:
1. Sociedad en Nombre Colectivo.
2. Sociedad en Comandita Simple.
3. Sociedad de Responsabilidad Limitada.
4. Sociedad Anónima.
5. Sociedad en Comandita por Acciones.
6. Sociedad Cooperativa.
7. Sociedad por Acciones Simplificada.
Alternativas para liquidar una sociedad mercantil
Para dar por terminada una sociedad mercantil existen dos alternativas:
1. Con ayuda de un fedatario público para que mediante un acta disuelva la sociedad.
o Puedes encontrar un fedatario público en el Directorio de Corredurías
Públicas o Notarías públicas de la República Mexicana; el costo del trámite
es variable.
2. A través del procedimiento simplificado de disolución y liquidación de empresas de
la Secretaría de Economía, cuyo trámite se puede hacer de manera gratuita.
Cómo liquidar una sociedad mercantil
Sin importar la alternativa que elijas para dar por terminada la sociedad mercantil, tus socios
y tú deben acordar la liquidación, así como asentar los términos en un acta de disolución.
A su vez, deberán nombrar a uno o varios liquidadores, quienes serán los responsables de
llevar a cabo las siguientes acciones:
1. Publicar el acta de disolución en el sistema electrónico Publicaciones de Sociedades
Mercantiles de la Secretaría de Economía.
2. Terminar con las operaciones sociales que pudieran quedar pendientes al momento
de la disolución.
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3. Realizar los cobros pendientes a clientes o proveedores y pagar lo que la sociedad


deba.
4. Vender los bienes de la sociedad.
5. Liquidar con el patrimonio de la sociedad a cada socio, de manera proporcional a
sus aportaciones.
6. Someter a discusión y aprobación de los socios el balance final de la liquidación, en
la forma que corresponda a cada uno y según el tipo de sociedad. Este balance
final, una vez aprobado, se inscribirá en el Registro Público de Comercio.
7. Obtener del Registro Público de Comercio la cancelación de la sociedad, una vez
concluida la liquidación.
La disolución de una sociedad mercantil no extingue en forma inmediata a la sociedad, sino
que determina el comienzo de un período de liquidación durante el cual la persona moral
sigue existiendo, hasta que concluyen las operaciones de liquidación. Es decir, la disolución
de una sociedad mercantil no hace desaparecer a la persona moral, pero sí modifica en
forma absoluta su objeto ya que se le impide continuar desarrollando sus actividades de
manera normal, debiéndose limitar tan solo a concluir las operaciones que se hayan
realizado y distribuir finalmente, el patrimonio neto o haber social entre los socios o
accionistas.
Al momento de constituirse, los socios o accionistas pueden fijar en los estatutos sociales
cuáles serán las causas por las que se disolverá, pero adicionalmente, la Ley General de
Sociedades Mercantiles en su artículo 229 contempla diversas razones por las que se
puede dar, entre ellas, las siguientes:
1. Por expiración del término fijado en el contrato social.
2. Por imposibilidad de seguir realizando el objeto principal de la sociedad o por quedar
éste consumado.
3. Por acuerdo de los socios tomado de conformidad con el contrato social y con la
Ley.
4. Porque el número de accionistas llegue a ser inferior al mínimo que esta Ley
establece, o porque las partes de interés se reúnan en una sola persona.
5. Por la pérdida de las dos terceras partes del capital social.
6. Por resolución judicial o administrativa dictada por los tribunales competentes,
conforme a las causales previstas en las leyes aplicables.
En vista de que la disolución constituye una modificación a la escritura social, ésta debe ser
inscrita en el Registro Público de Comercio; sin embargo, no es obligatoria cuando la
disolución se efectúa por haber concluido la vida social, ya que ésta opera de pleno
derecho. La referida inscripción es con el objeto de hacer saber a los acreedores la
disolución de la sociedad.
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Los administradores no podrán realizar nuevas operaciones, quedando responsables


solidaria e ilimitadamente por los negocios comprendidos contra tal prohibición, la Asamblea
por su parte también se ve limitada en sus facultades, pues tan solo puede tomar
resoluciones referentes a la liquidación. Por otra parte, sus funciones después de la
disolución son transitorias hasta el nombramiento de los liquidadores.
Una vez realizada la disolución, se procede a la liquidación, que es el procedimiento
mediante el cual se extingue la sociedad. Se liquida con su activo a los acreedores y se
divide entre los socios el haber social.
Esta estará a cargo de uno o más liquidadores quienes serán los representantes legales de
la sociedad y responderán por los actos que ejecutados más allá del encargo que les fuere
hecho y obrarán conjuntamente. El proceso se practicará con arreglo a las estipulaciones
relativas del contrato social o a la resolución que tomen los socios al acordarse o
reconocerse la disolución de la sociedad. A falta de dichas estipulaciones, la liquidación se
practicará de conformidad con la ley.
Una vez hecho el nombramiento de los liquidadores, los administradores les entregarán
todos los bienes, libros y documentos de la sociedad, levantándose un inventario del activo
y pasivo sociales. Para lo cual los liquidadores tendrán las siguientes facultades:
• Concluir las operaciones sociales que hubieren quedado pendientes al tiempo de la
disolución.
• Cobrar lo que pertenezca a la sociedad, pagar lo que esta deba y vender los bienes
de la sociedad si los tuviere.
• Practicar el balance final de la liquidación, que deberá someterse a la discusión y
aprobación de los socios o accionistas. Así como liquidar a cada socio o accionista
su haber social.
• Obtener del Registro Público de Comercio la cancelación de la inscripción del
contrato social, una vez concluida la liquidación
Finalmente, aprobado el balance general, los liquidadores procederán a hacer a los socios
o accionistas los pagos que tenga pendientes, contra la entrega de los títulos de las
acciones; y las sumas que pertenezcan.

3.6.4 Transformación
Ley General de Sociedades Mercantiles
▪ Artículo 227. Las sociedades constituidas en alguna de las formas que establecen
las fracciones I a V del artículo 1º, podrán adoptar cualquier otro tipo legal.
Asimismo, podrán transformarse en sociedad de capital variable.
▪ Artículo 228. En la transformación de las sociedades se aplicarán los preceptos
contenidos en los artículos anteriores de este capítulo.

3.6.5 Fusión
La fusión de sociedades mercantiles es aquella figura jurídica mediante la cual una
sociedad se extingue por la transmisión total de su patrimonio a otra sociedad preexistente,
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o que se constituye con las aportaciones de los patrimonios de dos o más sociedades que
en ella se fusionan. En el primer caso, se habla de una fusión por incorporación o por
absorción, es decir, una sociedad preexistente se incorpora o es absorbida por otra
sociedad, extinguiéndose por lo tanto la primera; en el segundo caso, se hace referencia a
una fusión pura de varias sociedades, es decir, sociedades que se extinguen para crear
una nueva. Una fusión por incorporación puede ser horizontal o vertical, y entre ellas puede
haber combinaciones. La fusión horizontal se da con sociedades que no tienen relación
accionaria directa entre ellas mismas, y la fusión vertical surge entre aquéllas que tienen
relación accionaria directa e importante entre sí.
De acuerdo al artículo 182 de la LGSM, la fusión de sociedades mercantiles es asunto para
tratar en asamblea extraordinaria. La misma ley establece que la fusión de varias
sociedades deberá ser decidida por cada una de ellas, en la forma y términos que
correspondan según su naturaleza. Una vez celebrado el acuerdo de fusión, éste se deberá
inscribir en el Registro Público de Comercio (RPC) y se publicará en el sistema electrónico
establecido por la Secretaría de Economía. Respecto a la publicación en el sistema
electrónico de la SE, cada sociedad deberá publicar su último balance, y aquélla o aquéllas
que dejen de existir, deberán publicar, además, el sistema establecido para la extinción de
su pasivo.
Es importante destacar que, según la LGSM, la fusión de las sociedades no podrá tener
efecto sino tres meses después de haberse efectuado la inscripción del acuerdo de fusión
en el RPC. Durante dicho plazo, cualquier acreedor de las sociedades que se fusionan,
podrá oponerse judicialmente a la fusión, la que se suspenderá hasta que se dicte sentencia
debidamente ejecutoriada en la que se declare que la oposición es infundada. Transcurrido
el plazo señalado sin que se haya formulado oposición, podrá llevarse a cabo la fusión, y la
sociedad que subsista o la que resulte de la fusión, tomará a su cargo los derechos y las
obligaciones de las sociedades extinguidas.
Son tres las excepciones que se establecen en la LGSM respecto de la regla general que
afirma que la fusión surte efectos, frente a terceros, tres meses después de que se efectúe
la inscripción en el RPC.
Estas excepciones tienen como finalidad garantizar el cumplimiento de las obligaciones
contraídas por la sociedad fusionada o por las fusionadas, previo a que se realice la fusión.
En este supuesto, la fusión surtirá efectos desde el momento de su inscripción en el RPC
si:
(a) se pactare el pago de todas las deudas de las sociedades que hayan de fusionarse;
(b) se constituyere el depósito de su importe en una institución de crédito, debiéndose
publicar el certificado correspondiente en el sistema electrónico de la SE; o
(c) constare el consentimiento de todos los acreedores respecto de la fusión que pretenda
realizarse.

3.6.6 Escisión
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Se da la escisión cuando una sociedad denominada escindente decide extinguirse y divide


la totalidad o parte de su activo, pasivo y capital social en dos o más partes, que son
aportadas en bloque a otras sociedades de nueva creación denominadas escindidas; o
cuando la escindente, sin extinguirse, aporta en bloque parte de su activo, pasivo y capital
social a otra u otras sociedades de nueva creación.

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