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LOS MAYAS
ESQUEMA
1. Utopía y realidad (N. Grube: 11-12-35-115-116-118) (Apuntes 2 vº-11)
2. Extensión y áreas geográficas (N. Grube: 21-22-24-26-66) (Apuntes 8)
3. Cronología de la cultura Maya (N. Grube: 14-51-149-159-169) (Apuntes: I
4. Fuentes (N. Grube: 131
a. Jeroglíficos (N. Grube-111-115-116-118-119-121-122-124-125-126-
127-206
b. Códices (N. Grube 116-128-129-342) (Apuntes 3 vº-4-4 vº)
c. Manuscritos de época colonial (N. Grube: 263-264-286-288-315-342-
360-368-369) (Apuntes 3-3 vº-4-4 vº)

***

5. EL Preclásico (N. Grube: 14) (Apuntes 8 vº-18-20)


a. Temprano. Las primeras aldeas: Cuello (N. Grube: 35-36-37-38-39-
40-66) (Apuntes 11-11 vº-18)
b. Preclásico Medio (1000 al 300 a.C.) La evolución de los yacimientos
de Cuello y Nakbé (N. Grube 36-37-38-39-40)
c. Tardío (300 a.C al 300 d.C.). Los grandes centros ceremoniales de
Nakbé y El Mirador. (N. Grube 46-47-51-52-55-56-57-58-59-60-62-
63-64) (Apuntes 18)
d. Las bases del desarrollo Maya: la influencia Olmeca y los sistemas
de agricultura intensiva (N. Grube 58-62-71-72-73-76-77-78-79-88-89-
90-92) (Apuntes 8)

**

6. El Clásico. Características definitorias de este periodo: estelas con escritura


jeroglífica y monarquías (N. Grube: 15-149
7. El Clásico Temprano (N. Gbe 16
a. La invasión de Teotihuacan (378-445 d. C.) (N. Grube: 49-95-99-103-
104-105-107-108-109-110-111-160-161) (M. Rivera 38-39)
2

b. La interrupción o hiato del clásico (500-600 d. C. Siglo VI) (N. Grube


160-161-162)
8. El Clásico Tardío (600-900 d.C.)
a. Las ciudades-estados mayas.
i. Numero y rivalidades (N. Grube: 59-149-150-151-159-161-162-
163-164-165-166-168-169-175- 323-324-326-332
ii. La ciudad maya: un escenario sagrado (N. Grube: 59-197-
198-219-222-223-226-227-229-290-291-292-298-299-328-329-
334-338) (M. Rivera 24-25-29-30-31-114-118-148-154-179-180-
181)
iii. Tres ejemplos de ciudades:
1. Tikal (N. Grube: 159-160-161-162-163-165-169-201-
_219-221-222-223-226-227-229-230-231-232-233
(Apuntes 9 vº-10) (M. Rivera 50)
2. Palenque (N. Grube: 202-203-204-311) (Palenque 10-10
vº-14)
3. Uxmal (N. Grube: 210-323-324-325-326-328-332-334
b. Sociedad
i. Los Kuhul Ahaw: (M. Rivera 42-43)
1. Autócratas y cortesanos (N. Grube 33-67-68-69-96-97-
149-150-152-156-157-158-159-172-173-204-224-228-
235-236-237-247-249-251-252-278-279-282-326-311-
334) (M. Rivera 149-151) (Apuntes 10-10 vº-14)
2. Intermediarios divinos (N. Grube: 69-153-155-156-189-
238-239-243-256-268-269-270-282-292-305-318)
(Apuntes 22) (M. Rivera 9- 58).
3. Jefes guerreros (N. Grube: 59-157-169-175-176-178-
179-180-181-182-183-184-185-235-240-241-242-334)
(Apuntes 22 vº) (Fiedel 317)
ii. Aristócratas, escribas y artistas. (N. Grube 66-125-135-157-
185-236-237-248-253-259-278-308-309-338-339) (Apuntes 1vº)
(M. Rivera 25-29-30-31-149 )
iii. El pueblo llano (Apuntes 1 vº) (M. Rivera 19-20-21-22-23-25)
c. El Arte Maya
3

i. Escultura (N Grube: 13-308-309


ii. Cerámica (N. Grube: 247-248-249-250-251-255
iii. Pintura (N. Grube: 235-236-237-238-239-240-241-242-243
d. La religión y las creencias
i. Politeísmo Maya (N. Grube: 200-253-263-265-266-267-268-
269-270-271-274-275-276-277-281-282-295-314-350 (Apuntes
6-6 vº) (Rivera 58).
ii. Cielo Tierra e Inframundo (N. Grube: 256-279-283-284-285-
287-289-290-291-297-298-299-300-301-302-303-305-306-307-
311-312-313-315-334 (Apuntes 7) (M. Rivera 58-186 )
iii. Mitos sobre los orígenes y el Juego de pelota (N. Grube: 186-
187-188-189-190-191-256-283-285-286-315-316-317-318)
(Apuntes 12- 12 vº-23)
iv. El computo del tiempo. (N. Grube 116-131-133-134-135-136-
138-140-141-143-144-281) (Apuntes 7-12 vº-13) (M. Rivera 68)
e. La crisis del clásico y el abandono de las ciudades. (N. Grube: 16- 28-
62-79-97-169-170-171-236-237-242-243-323-326-331-336-348-368-
369) (Apuntes 2-5 vº- 6) (M. Rivera 20-21-22-23)

**

9. El Posclásico (N. Grube 16-336-341-345-346-349-350


a. Chichen Itzá (N. Grube: 213-215-343-346) (Apuntes 14-vº-15-15 vº)
b. Mayapán (N. Grube 346
4

1. Los mayas entre la utopía y la realidad


Los Mayas, una brillante civilización perdida en la selva.
La cultura Maya supone pirámides de 70 metros que sobresalen por encima de
las copas de los árboles, palacios, templos, ciudades enteras comidas por la vegetación
que pueden ser redescubiertas, junto a delicadas obras de arte, tanto en pintura,
cerámica, como escultura, que nada tiene que envidiar a las mejores producciones
artísticas de China, Egipto o Grecia.
Esa combinación de misterio y belleza artística fue lo que ha llevado a los
Mayas a convertirse en una de las más admiradas y estudiadas culturas prehispánicas...
quizá la que más.
Y en esto tiene un mérito adicional, pues las ciudades mayas no fueron vistas
en su momento de esplendor por los conquistadores españoles, ya que para entonces se
las había tragado la selva. Así, no contaron con la ventaja, como tuvieron los aztecas o
los incas, de poseer observadores europeos que nos transmitieran en sus libros las
maravillas que estaban viendo.
La fascinación fue tanta, que la cultura Maya fue capaz de provocar algunas
algunos espejismos culturales y despertar los sentimientos utópicos de europeos y
norteamericanos, tal y como pasó también con los incas fueron denominados como un
imperio socialista de hombres felices, los mayas fueron denominados los “griegos del
Nuevo Mundo”1 y considerados una pacifica sociedad dirigida por sabios sacerdotes
que, dotados de sólidos conocimientos matemáticos escrutaban las estrellas e
inventaban calendarios, mientras sus súbditos producían extraordinarias obras de arte.
**
El redescubrimiento de la cultura Maya ya la habían empezado algunos
funcionarios españoles del siglo XVIII, inspirados por la Ilustración, pero fueron los
viajeros de mediados del siglo XIX los que comenzaron a despertar el romanticismo de
los lectores europeos y norteamericanos. Quizá los pioneros y unos de los mejor
conocidos fueron el empresario, diplomático y escritor norteamericano John Lloyd
Stephens (1805-1852) y el arquitecto y dibujante inglés Frederick Catherwood (1799-
1854). Los viajes que ambos realizaron en los años 40 del siglo XIX y los libros que
publicaron después, escritos por Stephens y brillantemente ilustrados por Catherwood,

1
Fue el gran mayista Sylvanus Morley, el que en 1915 acuñó este termino.
5

despertaron un sentimiento de interés por las misteriosas ruinas del pueblo


desaparecido en la selva virgen. En la segunda mitad del XIX, la fotografía vino a dar
más realismo (aunque no más belleza) a las acuarelas de Catherwood y en ese sentido
hay que recordar al explorador y viajero Teobert Maler (1842-1917), que llegó a
México con el sequito del emperador Maximiliano encontrando y fotografiando una
gran cantidad de yacimientos Mayas.
Pero eran demasiadas maravillas artísticas y un sorprendente alfabeto jeroglífico
como para que muchos europeos y norteamericanos de la segunda mitad del XIX
aceptasen que los pobres y analfabetos indios de las aldeas cercanas fueran los
herederos de aquella gran civilización y formularon diferentes teorías que trataban de
vincular sus orígenes y el del primer gran sistema escriturario americano a influencias
de culturas del Viejo Mundo, como la egipcia u otras.
Ni Stephens ni Catherwood estaban de acuerdo con aquellas teorías y fueron de
los primeros en defender que los constructores de aquellas maravillas eran los
antepasados de los indígenas mayas y fueron los primeros en emplear la palabra “Maya”
para referirse a la civilización que levantaron las pirámides.
En la primera mitad del siglo XX surgieron los primeros estudios modernos
sobre la civilización Maya, entre los que cabe destacar los de los dos mejores mayistas
de esa época: Sylvanus G. Morley y su libro Los antiguos Mayas o Eric J. Thompson
(1898-1975) y su obra grandeza y decadencia de la civilización Maya.
Morley y Thompson demostraron que las maravillas de aquella civilización no
había porque atribuirlas a ningún contacto con el viejo mundo, pero posiblemente
deslumbrados por la brillantez de las realizaciones artísticas e intelectuales mayas,
elaboraron la teoría de la existencia de aquella sociedad de pacíficos sabios.
Este deslumbramiento se vio apoyado por un problema de desconocimiento: a
mediados del siglo XX, solo podían ser descifrados (y eso en gran manera gracias a la
obra del primer obispo español del Yucatán el padre Diego de Landa) los cálculos
calendarios y astronómicos que aparecían en los paneles de jeroglíficos, se pensó que el
resto del texto también trataría de temas parecidos. Autores como Morely y Thomson
contribuyeron decisivamente a perfilar la idea de una sociedad maya formada por un
grupo de campesinos pacíficos, gobernados por sacerdotes dedicados a observar el
cielo y a filosofar sobre el paso de las estaciones y del tiempo. Cuando se fueron
descubriendo las pruebas evidentes en forma de pinturas sobre cerámica y paneles
esculpidos de que la agresividad y la guerra formaban una parte muy importante de la
6

cultura maya, estos autores defendieron que estas violentas representaciones hacían
referencia a combates mitológicos entre los dioses.
Como tampoco se explicaba bien como había nacido una cultura tan sofisticada
en un medio selvático tan aparentemente adverso y habida cuenta de que, durante
muchos años no se encontraron (por las dificultades claramente comprensibles que tiene
la arqueología en un medio como el de la selva tropical) los antecedentes culturales de
los mayas, se pensó que las grandes ciudades de la selva habían nacido de una manera
rápida por gentes venidas de otros lugares. Es lo que durante mucho tiempo se conoció
como la “teoría tibetana”2. Según ella, lo mismo que en el Tibet, las ciudades se
formaron alrededor de los monasterios, en la selva, se habrían fundado las ciudades
alrededor de las enseñanzas de unos sabios sacerdotes, emigrados de no se sabe que
otros lugares y que habrían llegado allí en busca de soledad para sus meditaciones.
Hoy han cambiado radicalmente las cosas. El progresivo desciframiento de los
jeroglíficos mayas (tarea aun no concluida y que aun se encuentra a mitad de camino
de alcanzar el éxito total) constituye una de las grandes aventuras intelectuales de
nuestra época.
Así pues a comienzos del siglo XXI un nuevo interés de se viene a sumar a los
anteriores del romanticismo y la belleza estéticas de los monumentos Mayas: el
dinamismo de una investigación que está haciendo constantemente nuevos
descubrimientos en el desciframientos de los jeroglíficos y, en no pocas ocasiones, de
nuevos centros arqueológicos completos en medio de la selva. Al deslumbramiento
romántico se une ahora la recompensa que para los científicos tiene una cultura cuyas
investigaciones pueden deparar sorpresas y descubrimientos constantes.
Pero el desarrollo científico está, y eso quizá lo lamenten algunos, quitando
poesía a la historia Maya. Hoy sabemos que los mayas no eran pacíficas teocracias,
como pretendían Morley y Thompson, sino un conjunto de ciudades estados, rivales y
muy agresivas3.
También hoy se han encontrados los rasgos de la evolución cultural del área
selvática en la que los mayas alcanzaron su esplendor. Las “tierras bajas” mayas tiene

2
Disselhoff, H.D.: Las grandes civilizaciones de la América Antigua. Barcelona 1967 (primer a edición
en Munich en 1953), pág. 117.
3
Schele, Linda y mary Ellen Miller: The blood of kings. Dynasty and Ritual in Maya art. Fort Worth,
1986, pág. 3 “The Maya these were no peaceful theocracies, as claimed by Morley and Thompson, but
rival and very aggressive city-states”
7

un poblamiento “paleoindio” o “pre-cerámico”de hace 10.000 años (entre el 9.000 y el


8.000 a. C.). Incluso se han encontrado en Belice puntas de proyectil que se parecen
mucho a los tipos “clovis”. Al mismo tiempo hoy se han excavados aldeas neolíticas,
también en las zonas selváticas, que se remontan , por los menos a fines del segundo
milenio antes de Cristo.
Por otra parte a los europeos y occidentales, que tan reacios han sido a conceder
que la civilización puede florecen en otros habitas que no sean los desiertos regados por
grandes ríos como en Egipto o Mesopotamia, se han debido rendir a la evidencia que en
otras partes del mundo, además de en América, se han dado grandes civilizaciones en
medios selváticos. La fantástica civilización Khmer (en la actual Camboya entre los
siglos VIII al XIV d. C.), que ha producido maravillas como el templo de Angkor Vat
que significa monasterio de Angkor, construido por el rey Suryavarman II 4 en la
primera mitad del siglo XII), es una prueba irrefutable y que ha venido a convertir el
caso Maya en uno más de entre otros varios y no en una excepción inexplicable.
Desgraciadamente no hay utopías ni arcadias, pero si queda una brillante cultura
cuyas realizaciones alcanzan unas cotas de belleza difícilmente superables, las cuales,
como en muchas obras humanas, son capaces de convivir con una violencia feroz.

2. Extensión y áreas geográficas de la cultura Maya.


El área maya se encuentra situado en el extremo sur-oriental de Mesoamérica.
Refiriéndonos a las actuales circunscripciones nacionales, ocuparía territorios
pertenecientes a seis republicas actuales. El corazón del área Maya sería Guatemala5,
cuyo territorio completo pertenece al área Maya. Varios estados de México como el
oriente de Tabasco, Chiapas y los tres de la península de Yucatán (Campeche,
Yucatán y Quintana Roo), constituyeron en tiempos territorio de la cultura Maya. Lo

4
Cada rey construía unos magníficos templos en torno a la ciudad capital de Angkor. A la muerte de
cada rey, estros se identificaban con los dioses bramánicos y pasaban a vivir en el monte Meru,
morada de los dioses hindúes. Los templos construidos denominados templos-montañas, ya que en el
interior representaban simbólicamente la montaña de los dioses. También se colocaba en el centro el
“lingam” real, [supongo que una estela que lo simbolizaba] que ejercía como eje del universo. Los
templos eran verdaderos cosmogramas y estaban rodeados por grandes estanques y canales que tenían
multiples funciones: ritual, de defensa, de irrigación, de depositos de agua potable etc.
5
Voz derivada del nahuatl Quauhtimala-tlan que es una traducción de la palabra maya Kiché que
significa “muchos árboles”.
8

mismo ocurre con la practica totalidad dela República de El Salvador, la porción


occidental de Honduras y la totalidad de la antigua Honduras Británica, hoy Belice.
Esos territorios compone un área que de Norte a Sur, es decir desde el Pacífico
al Caribe, tiene unos 880 kms y de E a Oeste, es decir desde Honduras a Chiapas tiene
unos 400 kms. En total más de 300.000 kilómetros cuadrado, lo que supone una
extensión similar a un país europeo como Italia o Gran Bretaña.
La orografía y la climatología da lugar a regiones naturales y habitat muy
claramente diferenciados. De sur a norte nos encontramos en primer lugar con la
llanura costera del Pacífico. Se trata de una franja muy estrecha, apenas entre 40 y 100
Kilómetros hasta las estribaciones montañosas, pero muy fértil. Tiene sin discusión los
mejores suelos del área y producía en la antigüedad uno de los mejores cacaos, por lo
que fue siempre ambicionada por numerosos conquistadores.
Inmediatamente hacia el norte están las llamadas “Tierras Altas”, formadas por
las cadenas montañosas llenas de volcanes que constituyen la continuación del altiplano
del centro de México. Algunas de sus cimas volcánicas alcanzan los 4.200 metros.
Tiene un clima tropical atemperado por la altura y hoy es donde se concentra la mayor
parte de la población de la actual República de Guatemala. Allí está su capital, la nueva
Guatemala. Aparentemente sería la región que más opciones parecía tener para que en
ella los mayas alcanzasen la cima de su civilización: la agricultura se practicaba desde
hacía muchos tiempo en ricos valles del altiplano, había minerales valiosos, como la
obsidiana y el jade y además es un típico lugar de paso que servía de puente entre el
centro de México y el resto de América Central, con lo que el comercio era una
actividad posible y lucrativa. Sin embargo, a pesar de que hubo realizaciones culturales
interesantes, si fuera solo por lo que los mayas hicieron en esta región, hoy no los
estaríamos estudiando con tanto detenimiento.
No hay duda que el corazón de la civilización Maya tuvo su localización en las
llamadas “Tierras Bajas”. Se trata de una amplísima llanura que, ocupa la mayor parte
del área Maya, con unos 250.000 kilómetros cuadrados, que desde el altiplano de
Guatemala se extiende hasta la Península de Yucatán y alcanzar el Caribe y el Golfo de
México. Precisamente la península de Yucatán sirve de divisoria entre estos dos
espacios marítimos: el Golfo de México al Oeste y el Caribe al Este.
Las Tierras Bajas se subdividen en dos zonas también muy bien definidas. Las
Tierras Bajas Meridionales, que ocupan el centro geográfico del conjunto del área
maya, están cubiertas por una densa selva de bosque tropical. Es la selva del Petén en
9

Guatemala o la de Chiapas en México. En algunas regiones de esa selva caen de 3.000 a


4.000 milímetros de precipitaciones anuales. Las lluvias caen en una sola estación entre
mayo y octubre, pero con grandes irregularidades de unos años a otros, de tal manera
que la media anual se sitúa en los 2.300 mm 6. Es una zona bien irrigada con rios que
bajan de las montañas. Los más importantes son el Usumacinta que atraviesa Chiapas y
desemboca en el Golfo de México y el Montagua que atraviesa Honduras y desemboca
en el Caribe.
Las Tierras bajas septentrionales no tienen una agricultura fácil. A pesar de la
aparente grandiosidad de la vegetación los suelos no son profundos ni ricos. Sólo el
calor y las lluvias constantes mantiene la vegetación y como otras selvas tropicales
constituyen unos ecosistemas muy frágiles y susceptibles de erosionarse muy fácilmente
si se desforesta el bosque. Además es una zona con abundantes pantanos y todo tipo de
insectos, reptiles y animales dañinos o, al menos molestos para el hombre.
Durante muchos tiempos, las dificultades que a priori presentaba esta zona para
proporcionar una base económica a una gran civilización, fue una de las incógnitas para
explicar el desarrollo maya y dieron cobertura a explicaciones peregrinas sobre sus
orígenes. Se decía que esta zona no tenía nada que ofrecer al desarrollo humano. Pero
eso no es cierto. En la selva abundaba la piedra caliza, un magnifico elemento de
construcción y el pedernal, que se usaba para cuchillos y lanzas; también había
importantes depósitos de jade en el valle del Montagua, y el jade es oro verde
americano; abundaba la sal, muy importante para el comercio y lo mismo ocurría con
las pieles de jaguar o las plumas de aves selváticas, que constituían objetos de lujo
cotizadísimos por los grupos dirigentes de toda Mesoamérica...pero sobre todo los
mayas se las ingeniaron para convertir los amplios pantanales de la región en zonas de
cultivos de agricultura intensiva, capaces de producir más que cualquier valle del
altiplano...pero de este asunto trataremos más adelante. Por eso esta zona fue capaz de
acoger las realizaciones más brillantes de la cultura Maya.
El norte de la Peninsula de Yucatán esta formado por lo que se llaman las
Tierras Bajas Septentrionales. Un microclima que reduce las lluvias a una media de
unos 475 mm. Al año (más o menos lo mismo que en Andalucía en nuestros tiempos),
junto con unos suelos calcáreos que filtran las lluvias inmediatamente después de caer,
impide la formación de ríos. El agua se filtra hasta encontrar capas impermeables,
formando depósitos naturales o “cenotes”, algunos a cielo abierto, otros formando
6
Fiedel da ese último dato (2.300 mm.) para la selva del Petén pág. 316).
10

formidables grutas con bóvedas naturales de centenares de metros. El paisaje adquiere


un aspecto subtropical, de monte bajo y con abundantes pitas o agaves, muy conocidas
por nostros ya que, procedentes de estas regiones, se aclimataron muy bien en el sur de
España. Tambien es una buena región para el cultivo del algodón, y puede mantener una
agricultura rica, siempre que se disponga de cisternas naturales o artificiales donde
conservar el agua.
Las Tierras bajas Septentrionales formaron el segundo área en importancia de la
cultura maya y, al producirse la crisis del periodo Clásico y el abandono de las ciudades
de la selva, el corazón de la cultura maya se trasladó a estas llanuras que vivieron su
esplendor en el periodo llamado posclásico a partir de principios del siglo X d.C.

3. Cronología de la cultura Maya


Aunque nos encontramos con una cultura de la que sabemos leer bastantes
fechas, la cronología de los mayas debe tomarse con precauciones y no es raro que
surjan discrepancias entre los especialistas a la hora de leer y, por lo tanto, datar algunas
estelas conmemorativas y en el momento de establecer las siempre convencionales
fronteras entre los distintos periodos7. Así pues y con la conveniente flexibilidad se
pueden dar la siguiente periodificación:

Preclásico 2000 a.C al 250 d.C.

Preclásico Temprano 1200 a.C. al 1000 a.C8


Preclásico Medio 1000 a.C. al 300 a.C.9
Preclásico Tardío 300 a.C. al 300 d.C.
Clásico 300 d.C. al 900 d.C.10 (Estelas de Tikal: 292 d.C. al 869 d.C.)11

7
En el libro dirigido por Nikolai Grube, por ejemplo, éste mismo autor da para el Preclásico Medio las
fechas 900-300 a.C y para el Preclásico Tardío del 300 a.C al 250 d.C (pág. 14). Pues bien, uno de los
coautores del libro, Richard Hansen, da para esos mismo periodos las fechas del 1000 al 350 a.C y del
350 a.C. al 150 d.C. (pág. 51) ¡¡Y es el mismo libro!!.
8
El Preclásico Temprano se define por la aparición de la primeras aldeas agrícolas. Hasta el momento se
han descubierto las de Cuello (Belice) (1200 a.C.) y en Nakbé (Norte de Guatemala) (1000 a.C).
9
A partir del 400 a.C., en la frontera entre el Preclásico Medio y el Tardío, se han localizado en Nakbé
(600-400 a.C.) y en Cuello (200-300 a.C) las primeras estructuras piramidales y las primeras estelas de
las Tierras Bajas, es decir, aparecen los primeros centros ceremoniales con arquitectura monumental.
11

Clásico Temprano 300 al 600 d.C.12


Clásico Tardío 600 al 900 d.C.13

Posclásico 900 d.C. 1550 d.C.

Predominio de Chichén Itzá 1000 al 1200 d.C.14


Predominio de Myapán 1200 al 1450 d.C.15
Reinos de Taifas 1450 al 1550 d.C.

**

4. Fuentes para el conocimiento de los Mayas


10
Michael Coe (pág. 114) y Stuart Fiedel (pág. 315) dan para el Clásico las fechas 300-900 d.C. Nikolai
Grube prefiere dar las fechas del 250 a.C. al 909 d.C (pág. 149) y lo explica después (pág. 169), diciendo
que en esa fecha se esculpió la última inscripción para un rey del Clásico en la ciudad de Toniná (al SO
de Palenque). Michael Coe también dice que el 909 es una fecha pintada en una piedra de remate en la
ciudad de Uxmal (Coe pág. 128)
11
La estela con la fecha más antigua de la cuenta larga es la 29. La que tiene la fecha más tardía es la
estela 11. Fiedel da un dato equivocado y dice que la fecha más tardía de Tikal es la 889 d.C. , ver pág.
330. En la fecha del 869 coinciden Grube y Coe.
12
En este periodo se produce la invasión teotihuacana, que tiene lugar entre el 375 d.C: y el 450 d.C..
Concretamente, las fechas que aporta la estela 31 de Cielo Tormentoso indican la llegada de extranjeros
hacia el año 378 d.C. El final del reinado del propio Cielo Tormentosos en el 457, supondría la una cierta
adaptación de los gobernantes invasores a la tradición Maya (Grube pág. 160). Coe dice que la estela 31
hay que fecharla en el 435 (pág. 116) y Fiedel dice que en el 445 (pág. 313). También tiene lugar el
Hiato del Clásico, que quizá lo sea solo de Tikal, a lo largo del siglo VI (Coe da las fechas del 534 al
593) y lo vincula a las convulsiones por la caida de Teotihuacan (¿?) (Pág. 116)
13
Algunos autores hablan de la existencia de un Clásico Terminal, que podría ir entre el 850 y el 950.
Entre esas fechas se produjo, por ejemplo el esplendor de Uxmal. Los grandes monumentos de Uxmal
están construidos entre el 890 y el 915 (Grube pág. 332). Sin embargo para el 950 Uxmal “era ya sólo una
sombra de sí misma” ( pág. 335)
14
Chichén Itzá fue fundada a fines del periodo clásico (siglo IX), pero no no impuso su dominio hasta
los alrededeores del año 1000 (Grube pág. 343).
15
Mayapán fue destruida en el 1441 d.C. (Grube pág. 343)
12

Las fuentes para el conocimientos de los Mayas son de diverso tipo. Las más
importantes por su número y por que, cuando se descifren totalmente van a darnos una
copiosísima información son las inscripciones jeroglíficas sobre piedra, cerámica o
sobre códices. Seguidamente tenemos las tradiciones indígenas que redactadas después
de la conquista, en idioma maya, pero con grafía o caracteres latinos, recogen creencias
y hechos de los periodos anteriores a la conquista. Los libros realizados por religiosos
españoles durante la época inmediatamente anterior a la conquista y, aun los estudios
antropológicos actuales que tratan de buscar ciertos elementos prehispánicos que se
mantiene en la cultura actual.

A) La escritura jeroglífica maya


El desciframiento de los jeroglíficos mayas constituye una de las grandes
aventuras intelectuales de nuestra época. Se trata de una puerta que puede hacer entrar a
los mayas en la Historia. Algo que, por ejemplo nunca sucederá con Teotihuacan, de la
cual siempre se nos escapará la comprensión profunda de su cultura y tampoco nunca
llegaremos a conocer ni los nombres, ni las conquistas, ni las ambiciones de sus
gobernantes, como estamos empezando a hacer con los señores mayas.

El desciframiento parcial de los jeroglíficos mayas los empezaron algunos frailes


españoles como el padre fray Diego de Landa (primer obispo de Yucatán). A Landa se
le debe la publicación de un primer silabario maya, con los signos jeroglíficos
correspondiente, y un estudios de los sistemas de fechado y datación de los mayas. Las
investigaciones permanecieron después estancadas hasta mediados del siglo XX.
Teniendo siempre presente la obra de fray Diego de Landa, con mucha paciencia e
ingenio y con el conocimiento profundo de los idiomas mayas actuales, se han ido
haciendo avances de tal manera que, al día de hoy, de los 800 signos de la escritura
maya están descifrados unos 300 (37,5%); se tiene alguna idea de los que significan
otros 300 (37,5%) (entre los dos el 75%) y no se sabe nada de los otros 200 (25%).
Simplificando podemos decir que dividiendo los jeroglíficos en tres tercios, conocemos
uno, sabemos algo de otro y desconocemos por completo lo que significa el otro tercio.

Una dificultad añadida estriba en que la escritura maya es un sistema muy


complejo que mezcla signos silábicos e ideológicos. Se conocen 5 vocales y 22
consonantes, es decir un mínimo de 110 signos silábicos, pero hay más, porque algunas
13

sílabas se representan con varios signos diferentes. Los signos silábicos eran (junto con
las fechas) los que se conocían desde más antiguo, debido a los trabajos del padre Landa
en el siglo XVI.
Si ya hemos visto que un mismo fonema (sonido) se puede representar con
distintos signos. También hay ideogramas (conceptos) que se representan con
distintos jeroglíficos. Así la palabra rey, se representa mediante una cabeza humana
con una diadema o mediante una cabeza de buitre.
Lo contrario también es posible y se dan muchos casos de jeroglíficos que
significan varias cosas al mismo tiempo, muy diferentes para nosotros, pero que para
los mayas estaban relacionadas. Hay casos que parecen lógicos: una cabeza de mujer
significa tanto mujer, como madre. Más raro es que “Chan” signifique tanto cielo como
serpiente y que “Yax”, signifique tanto verde, como primero. Y es que los mayas
representaban el cielo mediante una serpiente bicéfala, y consideraban que el color del
centro fundacional o primitivo del universo era el verde.
Algunas palabras se representan tanto con fonemas, como con ideogramas.
Es el caso de la palabra Ahaw, es decir rey, que a demás de con sus jeroglíficos, que
antes hemos explicado, se escribe con los fonemas a-ha-wa. Y también admite formas
mixtas, mezclando, por ejemplo una cabeza de buitre y los fonemas a-ha-wa.

Pues ha pesar de esas dificultades, con mucho ingenio y no pocas dudas y


discusiones se va poco a poco avanzando. Un ejemplo: en el sitio arqueológico maya de
Piedras Negras, aparecieron una gran cantidad de estelas con personajes sentados en sus
tronos. Bajo el personaje aparecía siempre el mismo jeroglífico y después una fecha (un
ave con una banda en la cabeza) que ha sido traducido por “entronización” y la fecha
correspondiente. En esas mismas estelas aparece también otro jeroglífico (una rana)
seguido de una fecha que es normalmente unos 20 años anterior y que ha sido traducido
por “nacimiento”.
Otro ejemplo muestra como se aprovechaban los trabajos del padre Landa y los
conocimientos del maya actual. En muchas inscripciones mayas aparecían grabadas
imágenes de animales (que representaban a dioses) como el pavo y el perro, cada uno se
escribía con una pareja de jeroglíficos, que aparecían colocados debajo. En este caso
había un jeroglífico que se repetía en ambos. Los epigrafistas descubrieron que en el
primer jeroglífico (el diferente) que nombraba al pavo, el padre Landa lo describía como
la sílaba “ku”. Teniendo en cuenta que pavo en maya actual se dice kutz, se consideró
14

que el segundo signo (el común a ambos) debía corresponder al sonido “tz” o “tzu”. La
hipótesis se vio confirmada ya que en maya actual perro se dice “tzul”. Esto sirvió,
además, para leer el segundo jeroglífico (el otro diferente) de la palabra perro, que sería
“ul”.
La mayor parte de los jeroglíficos mayas que se nos han conservado están
esculpidos en piedra tanto en las estelas, como en los grandes paneles que decoraban los
palacios o los templos. Algunos de esos paneles contienen tantos jeroglíficos que llegan
a servir de denominación para los edificios. Ese es el famoso “Templo de las
Inscripciones” de la ciudad de Palenque. Con todo, el jeroglífico maya de mayor
extensión se encuentra en la famosa “Escalera Jeroglífica” de la ciudad maya de Copán
en Honduras.
La Escalera jeroglífica pertenece al templo 26 de Copán. Sus 55 escalones y
2.200 bloques jeroglíficos constituyen una impresionante historia dinástica de la ciudad
de Copán, incorporando, a los largo de los peldaños, seis esculturas de soberanos de la
ciudad. Su constructor fue el soberano 15 de Copán16, que se hizo representar en una
estela erigida a los pies de la escalera y que lleva la fecha del 756 d.C., que es cuando se
supone que concluyeron las obras del templo.

b) códices mayas
Los mayas también escribían en códices realizados en papel de amate (un tipo de
higuera). El papel se recubría con cal y se pintaba con unos pinceles muy finos,
doblándose posteriormente en forma de acordeón. Las tapas solían ser de piel de jaguar
y el conjunto se guardaba en una caja de madera. Los tinteros eran conchas cortadas por
la mitad, para aprovechar los distintos sectores del interior de la concha para poner tinta
de diversos colores.
Solo se han conservado cuatro códices mayas. Tres de ellos fueron enviados a
comienzos de la conquista como regalos exóticos a la corte de los Austrias y hoy se
conservan en Madrid, Dresde y Paris. El cuarto lo encontraron en 1965 unos
saqueadores de ruinas mayas en una cueva de México y se denomina “códice Grolier”,
porque fue expuesto por primera vez en 1971 en la galería de arte Grolier de Nueva
York.

16
A contar desde el mítico fundador Yax Kuk Mo (Verde/primero Quetzal Papagayo) de origen
teotihuacano. Todos los reyes están vestidos al estilo teotihuacano y en el santuario de la cúspide hay un
texto con jeroglíficos de Teotihuacan t”traducido” al maya (Grube págs. 111 y 206).
15

El códice de Madrid es el más extenso con sus 112 páginas y trata de rituales
para conseguir buena caza; temas de agricultura y sobre el dios de la lluvia y su
influencia en el año agrícola. El de Dresde tiene 74 páginas y tiene un contenido
exclusivamente religioso y ritual con abundantes referencias a cálculos astronómicos y
calendáricos, incluyendo predicciones de eclipses solares y lunares y referencias a los
ciclos del planeta Venus. El de París tiene 22 páginas y se dedica a las predicciones para
la culminación de los periodos de 20 años o katunes. El Grolier tiene tan solo 11
páginas y contiene un calendario de Venus.
La conservación de los códices mayas, o mejor dicho, la perdida de ejemplares
de estos libros, es uno de los asuntos a los que siempre se hace referencia cuando se
quiere hablar de la brutalidad y oscurantismo de la colonización española. El 12 de julio
de 1561 se dio la paradójica circunstancia que fray Diego de Landa, el pionero de las
investigaciones sobre los mayas, quemó en la gran plaza del convento franciscano de
Mani 27 códices mayas17.
Landa, nombrado en 1561, provincial de la orden en Yucatán, había sido uno de
los franciscanos que más se había señalado en la defensa de los indígenas frente a los
abusos de los conquistadores y encomenderos, llevándole esta actitud a duros
enfrentamientos con Diego Quijada, el alcalde mayor de la ciudad de Mérida (Yucatán).
Sin embargo, se sintió frustrado en sus esfuerzos, cuando un hermano lego descubrió
que los indios a los que se creía firmemente convertidos, seguían realizando rituales a
sus antiguos dioses en algunas cuevas en las que aparecieron ídolos empapados en
sangre de venado. Landa montó en cólera y se lanzó a una caza de idolatrías, que
terminó en un auto de fe en el que hizo pasear a algunos indígenas trasquilados y con
corozas y sambenitos, terminando el acto con la quema de los libros. Fue tanta la
humillación de los indígenas inculpados, que algunos se suicidaron. Los enemigos de
Landa aprovecharon para acusarlo ante el rey, que lo hizo llamar a Madrid y lo sometió
a una investigación. En 1563 y mientras estuvo esperando la sentencia, el fraile redactó
su magna obra Relación de las cosas de Yucatán, quizá como parte de su defensa y
mostrar el cariño y el conocimiento que tenía de la cultura indígena. Finalmente, fue
absuelto y nombrado primer obispo de Yucatán. Su libro permaneció inédito en los
anaqueles del Consejo de Indias, pasando luego a la Academia de Historia. Fue editado
por primera vez, aunque parcialmente, en Paris en 1864.
17
El dato sobre el número de códices quemado lo da Miguel Rivera en el estudio introductorio a la
edición de la Relación de las cosas de Yucatán de Diego de Landa (ver pág. 23)
16

Con todo el mejor de los epigrafistas actuales, el alemán Nikolai Grube,


considera que, aun sin la quema que realizó Landa, muy pocos códices hubieran podido
llegar a nuestras manos:

“Libros de un valor inestimable se convirtieron entonces en pasto de las llamas.


De todos modos, aunque no hubiera tenido lugar esta quema de libros, no se
hubiesen conservado muchos más libros mayas precolombinos que los cuatro
con que actualmente cuentan los investigadores, debido, fundamentalmente al
clima tropical, que concede una vida muy corta al papel a no ser que se conserve
con esmero. De este modo se perdieron bibliotecas enteras. Los cuatro
manuscritos mayas precolombinos que se han conservado hasta hoy proceden,
probablemente, en su totalidad, de la época inmediatamente anterior a la
invasión española”18.

c) manuscritos de época colonial


Además de la obra del padre Landa: Relación de las cosas de Yucatán (1563),
que resulta fundamental para comprender el funcionamiento del calendario, el computo
del tiempo, los sistemas de numeración y una parte pequeña, pero importante, de los
jeroglíficos mayas (una treintena de signos fonéticos más los signos para los días y los
meses) existen dos manuscritos fundamentales para el conocimiento de los mayas.
Ambos están escritos en lengua maya, pero con caracteres latinos durante la época
colonial, aunque reflejan tradiciones anteriores que se remontan incluso al periodo
Clásico de la cultura Maya.
El Popol Wuh19 (libro del consejo) es una obra escrita a comienzos de la época
colonial en la principal lengua maya de las Tierras Altas, el Kiché, y traducida al
español por el dominico Francisco Ximénez a finales del siglo XVII o principios del
XVIII en Chichicastenango20. Se cree que el libro está escrito a partir de testimonios
orales y además de contar la historia del pueblo Kiché, es especialmente importante
porque refleja creencia religiosas que se remontan hasta el propio periodo clásico.
Concretamente el Popol Wuh es fundamental para conocer los mitos sobre la forma y
origen del universo, sobre la aparición del hombre y sobre las concepciones mayas

18
Grube, Nikolai, pág. 128.
19
También se escribe Popol Wuj
20
El texto original escrito en lengua Kiché en el siglo XVI no se ha encontrado.
17

sobre la muerte. Todo ello se extrae del relato mítico de las andanzas del personaje
conocido como Hunahpu21 (cerbatana) y sus hijos, los Heroes Gemelos. Las aventuras
de todos estos seres divinos dieron origen a la creación de la luna, el sol, el maíz, y con
la pasta del maíz, se creó al hombre.
Se ha podido comprobar que los mitos del Popol Wuh ya estaban vigentes en el
periodo clásico debido a que las aventuras de los héroes gemelos descritas en sus
páginas, son un tema recurrente en la decoración iconográfica de las cerámicas y
de los templos de aquel periodo. Así pues, hoy no cabe duda de que la mitología del
Popol Wuh reproduce las creencias del periodo clásico, que, de esta manera, han
podido llegar hasta nosotros.
Los libros del Chilam Balam, que se traduce por “el emisario del jaguar” o por
“el sacerdote del jaguar”, toman ese nombre de un personaje que, al parecer, poco antes
de la llegada de los españoles predijo el advenimiento de una nueva religión. Se habla
de ellos en plural porque hay muchas versiones (una decena) según la localidad en que
fueron compilados y guardados. El más famosos de todos es el Chilam Balam de la
localidad de Chumayel; tiene 107 páginas y fue recopilado en su forma actual a fines
del siglo XVIII por Juan José Hoil22.
Están formados por una colección de textos compilados en los siglos XVII y
XVIII por escritores locales, redactados en el dialecto maya de la península de Yucatán.
Su contenido es una miscelánea de tradiciones anteriores y posteriores a la
conquista. Incluyen textos históricos anteriores a la llegada de los españoles y de la
propia conquista, más sucesos locales que afectaban a la comunidad en la que se
escribió el libro; también hay textos sobre medicina; literatura, astronomía y
calendarios, más un número muy abundante de predicciones y adivinaciones referidas
a los periodos de 20 años o katunes.
5. El periodo Preclásico
Durante muchos años no hubo pruebas de que las Tierras Bajas estuviesen
pobladas durante el Preclásico. Se suponía que las raíces de la cultura Maya se
encontraban completamente alejadas de las selvas tropicales. Sin embargo, las
excavaciones realizadas a partir de los años 60 y 70 del siglo XX por Norman
Hammond en Cuello (Belice) y por un equipo de arqueólogos de la Universidad de
Pensilvania en Tikal (Guatemala), han demostrado la antigüedad de los asentamientos
21
También se escribe Junajpú
22
Grube pág. 342.
18

permanentes que se remontan al segundo milenio antes de Cristo. Con todo el Periodo
preclásico aun hoy sigue teniendo más interrogantes que respuestas, a pesar de que en el
se gestó la grandeza de la civilización Maya.

a) El Preclásico temprano (1200 al 1000 a.C.). Las primeras aldeas: Cuello


Las sistemáticas excavaciones realizadas en Cuello, al norte de Belice, por el
arqueólogo norteamericano Norman Hammond entre 1976 y 1990 han terminado con
el mito sobre el origen de la civilización en las tierras bajas meridionales mayas. Es el
fin de la “teoría tibetana”, que explicaría el esplendor Maya del clásico como una
civilización nacida, como por ensalmo, alrededor de la emigración de grupos de
sabios sacerdotes venidos desde muy lejos a buscar la paz y a estudiar las estrellas
entre los claros de la selva.
Norman Hammond lo que ha encontrado es la formación de las primeras aldeas
neolíticas, que inicialmente se fecharon en torno al 2.200 a.C., pero que luego vieron
rebajada considerablemente su antigüedad hasta fecharse a partir del 1.200 a. C.
Posteriormente excavaciones realizadas en Nakbé, en la selva del Petén, (al norte de
Guatemala, a unos 15 kilómetros de la frontera con México) han mostrado otros
asentamientos del mismo tipo, pero con una cronología algo posterior y cercana al 1000
a. C. 23.
Los agricultores de Cuello vivían en cabañas de ábside, es decir viviendas
rectangulares de hasta 11 por 5 metros, con base redondeada en los lados estrechos. Las
paredes estaban revocadas con estuco de barro y la cubierta era de hojas secas de
palma...es decir ¡¡el tipo de chozas que han constituido, hasta el presente, el tipo de
vivienda rural de los pobres campesinos mayas!!
Las viviendas se encontraban sobre plataformas de entre 3º centímetros y 1
metro de alta, hechas con piedras picadas y yeso y se disponían en grupos en torno a
patios de suelos encalados. En algunos casos, muros construidos entre las cabañas,
determinaban que el patio central fuese un espacio cerrado, en el que se colocaban los
hogares24.
Hammond ha podido estudiar también la evolución de esas aldeas hacia la
siguiente fase del Preclásico Medio.

23
Fiedel, pág. 318.
24
Esto quizá sea el origen de la creencia maya de que el origen del Universo estuvo en la colocación por
los dioses de tres piedras de un hogar colocadas en el centro del mundo.
19

b) El Preclásico Medio (1.000 al 300 a.C.) La evolución de los yacimientos de


Cuello y Nakbé.
El Preclásico medio muestra la evolución de las aldeas neolíticas que, para los
años finales del periodo, han llegado a construir las primeras muestras de arquitectura
monumental en piedra, es decir los primeros centros ceremoniales, mientras que la
sociedad muestra unas claras evidencias de la existencia de jerarquías y dignidades que
comienzan a ser muy marcadas. En esta evolución, que se da tanto en las Tierras Bajas,
como en las Tierras Altas, no es ajena la influencia de la vecina y preponderante cultura
Olmeca.
Hammond ha estudiado muy bien el proceso de evolución hacia la construcción
de los primeros centros ceremoniales. En el centro uno de los patios centrales de la
aldea de Cuello se colocó la tumba de un personaje importante, con ajuares muy ricos.
Por ejemplo en la tumba se encuentran las primeras perlas de jade de la cultura Maya,
todo un símbolo de riqueza y posiblemente traída del valle del Montagua, quizá por
comerciantes olmecas. En el suelo también se entierran ofrendas, iniciándose así el culto
a un antepasado ilustre.
Más adelante, en uno de los lados se construyen edificios más amplios que los
demás y en las proximidades se encuentran tumbas de niños con ofrendas de nácar rojo
de spondylus y jade azul, riquezas que el niño no había podido adquirir por si mismo en
su corta vida y que evidencia su pertenencia a un linaje dominante y una riqueza
adquirida por su prestigioso nacimiento.
Finalmente y entre el 400 a.C. y el 300 a.C., es decir en la frontera con el
denominado Preclásico Tardío, sobre estos edificios más amplios, se construye una
plataforma con piso de estuco de unos 4 metros de altura y unos 60 metros de lado. En
ella se encontraron restos de unos 30 sacrificados, lo que se supone constituyó una
ofrenda de consagración del lugar. Sobre la plataforma se construyó una pequeña
pirámide, con el clásico sistema de acceso de las pirámides mayas: escaleras centrales
que sobresalen de los cuerpos de la pirámide. Delante de la pirámide se encontró un
bloque de caliza que ha sido interpretado con una estela, otro de los elementos básicos
de los centros ceremoniales mayas.
En Nakbé se ha detectado el mismo proceso y en unas fechas coincidentes.
Hacia el 400 a.C., la aldea neolítica cuyos comienzos se detectan hacia el año 1000 a.C.
desaparece bajo un relleno de piedras y se transforma en un centro ceremonial con
20

pirámides (una de ellas de 18m. De altura25) y estelas con dos personajes (¿soberanos o
deidades?) mirándose uno al otro.26

c) El Preclásico Tardío (300 a.C. al 300 d.C.). Los grandes centros ceremoniales de
Nakbé y El Mirador.
Unas de las novedades más recientes en el estudio de la cultura Maya es la
constatación que el Preclásico Tardío constituye una de las cimas culturales de los
Mayas que, en bastantes aspectos, poco tiene que envidiar a la del Periodo Clásico.
Esta idea se ha consolidado tras la excavación de los grandes centros
ceremoniales de Nakbé y El Mirador (150 a.C.-150 d.C.) 27. Situados en lo que ha
venido en denominarse “Cuenca del Mirador”. Esta cuenca no es fluvial, sino lacustre,
formada por un buen número de pantanos y lagos situados en lo más intrincado de la
selva del Petén, en el norte de Guatemala, muy cerca de la frontera con México (Estado
de Campeche). Pero también por la constatación de que, debajo de los edificios de
algunas de las mas importantes ciudades del Periodo Clásico en ciudades como
Tikal y Uaxactum (situadas al sur de la cuenca del Mirador, en el centro de la selva del
Peten) también había construcciones que podían datarse en el Preclásico Tardío.
Igualmente, se han descubierto otro gran asentamiento preclásico en Cerros (100 a.C.
al 50 d.C.) en la costa norte de Belice, en el cual, además de plataformas y pirámides, se
han encontrado canales y una presa de 1.200 metros de larga28.
Las excavaciones en la cuenca de El Mirador están todavía en marcha y su
culminación tardará todavía muchos años. Los trabajos están sometidos a grandes
dificultades por la densidad que tiene en esta zona el bosque tropical. Por todo ello,
habrá que esperar los resultados definitivos que permitan perfilar y determinar
claramente los caracteres del Posclásico Tardío Maya.
Con todo lo descubierto algunos autores definen ya el Preclásico tardío Maya
como “La era de la Monumentalidad”29 . Y es que en El Mirador se ha encontrado
25
Grube, pág. 55. Fiedel habla de una pirámide de 45 m. En Nackbé (pág. 318), pero según lo que pude
ver en Grube, esta altura se alcanzó en las construcciones del Preclásico Tardío (Grube, pág. 52)
26
Fiedel, pág. 318.
27
Las fechas concretas de Nakbé no las he encontrado, simplemente se dice quea partir del 400 a.C. se
inició la construcción de un centro ceremonial en piedra y que las dos grandes acrópolis son del
Preclásico Tardío.
28
Fiedel, 320.
29
Richar D. Haansen (en N. Grube, pág. 59)
21

un centro ceremonial enorme, con pirámides de más 70 metros de altura.


Concretamente el complejo llamado “El Tigre” de El Mirador, tiene una pirámide de 72
m. de altura y se ha calculado que su construcción necesitó 428.000 metros cúbicos de
relleno y 500.000 horas de trabajo. Además, la arquitectura del Preclásico Tardío usa ya
bloques regulares de piedra caliza, a veces de hasta un metro de lado, cubriendo los
muros con estuco para unificar las fachadas e impedir las filtraciones de agua. Todo ello
le permite a Michael Coe afirmar:

“El Mirador presenció la construcción de la mayor de las arquitecturas


piramidales en el hemisferio occidental, alcanzando su cuerpo inferior en su
conjunto una altura de 70 m”30

El Mirador se encontraba enlazado mediante una calzada con el yacimiento de


Nakbé, situado a unos 13 kilómetros al Sur Este. Otras calzadas salían también de El
Mirador hacia otros puntos de la cuenca y alguna de ellas tenían 20 kms. de largo y
entre 18 y 24 de ancho. Se trataba de unas obras muy costosas, pues, además para evitar
las crecidas de los pantanos se encontraban elevadas sobre terraplenes de entre 1 a 4
metros de altura .
Nakbé, es algo menos grandiosa que El Mirador, pero consta de dos grandes
plataformas situadas en un eje E-O unidas por una calzada, alcanzando la pirámide más
alta de la plataforma occidental la no despreciable altura de 45 metros.
Las pirámides de Nakbé y de El Mirador decoran sus escaleras con grandes
mascarones de estuco que representan dioses: el Sol diurno/nocturno o Venus
vespertina/matutina de hasta 4 metros de altura. Están pintados en crema con perfiles
negros o rojos, con lo cual destacaban sobre las pirámides pintadas completamente con
hematita roja.
La arquitectura de la cuenca de El Mirador presenta otra característica que luego
será una constante en el Clásico, la llamada “arquitectura triádica”, consistente en
disponer los edificios en grupos de tres, en recuerdo de la creencia Maya de que el
mundo nació a partir de un hogar mítico que los dioses emplearon juntando tres piedras.
Se verán también aquí por primera vez los edificios que se denominan “grupos
E” durante el periodo Clásico, que eran rudimentarios observatorios astronómicos

30
Coe, pág. 114.
22

compuestos por una construcción alargada que tiene delante dos más pequeñas situadas
en los ángulos de los solsticios solares.
Es evidente que este tipo de arquitectura descomunal tiene que sustentarse
sobre una sociedad con fortísimas diferencias jerárquicas. Esta arquitectura
monumental es, sin duda la expresión del poder alcanzado por la élite 31. Sin embargo
y aunque sobre la sociedad del posclásico sabemos muy poco, los arqueólogos
sospechan que todavía no se había consolidado el tipo de poder personalizado o
monárquico típico del periodo clásico. El hecho de que los edificios se adornen con
mascarones de dioses y no de soberanos, es un indicativo de que el poder debía estar
compartido entre un grupo de clanes dominantes.
Realmente, en el preclásico solo faltan con claridad, dos elementos que
serán característicos del Periodo Clásico. El primero es al que acabamos de referirnos
de la inexistencia de representaciones individualizadas del poder en forma de estelas
con gobernantes. El segundo, es la aparición de un sistema de escritura jeroglífica
bien desarrollada que suelen reflejan cómputos calendáricos de la llamada
“cuenta larga” maya, que medía los días transcurridos desde una remota fecha de más
de 3000 años antes de Cristo. Hay, en efecto, alguna muestra de estelas con jeroglíficos
(pero sin referencias a la “cuenta larga”), como la Estela 2 de El Mirador 32, pero se trata
de ejemplos muy escasos y jeroglíficos muy rudimentarios. Curiosamente, durante el
Preclásico Medio y Tardío, en las Tierras Altas y en la costa del Pacífico, han
aparecido tanto estelas representando a jerarcas, como estelas con las cifras más
antiguas del computo calendárico de la “cuenta larga”. Hay que reconocer que en
cuestión de calendarios y escritura, las Tierras Altas Mayas estaban más avanzadas y
esto, según se sabe hoy, se debía a que estas regiones habían recibido una mayor y más
temprana influencia de la gran cultura Olmeca.

c) Las bases del desarrollo Maya: la influencia olmeca y los sistemas de agricultura
intensiva.
La pregunta es inevitable: ¿Cuáles son los fundamentos económicos y culturales
en los que se apoyó esta expansión del Preclásico, que luego tendría su continuidad y
alcanzaría su máximo desarrollo, al menos a nivel de creatividad intelectual y estética

31
En Tikal se han descubierto en esta época las primeras sepulturas elitistas. (Grube, pág. 62)
32
Grube, pág. 63)
23

en el periodo siguiente? ¿Cómo es posible que este gran desarrollo se hiciera en un


medio aparentemente tan hostil?
Los investigadores tiene varias explicaciones pero en dos están todos de
acuerdo: la brillante civilización Maya de la selva tropical tuvo su base económica
en el aprovechamiento del fértil limo de las zonas pantanosas, que les permitió
realizar una agricultura intensiva de altísima productividad.
En segundo lugar los arqueólogos están seguros de que los Olmecas tuvieron
una influencia decisiva en la formación de la civilización Maya. Esta influencia
resulta evidente y es incuestionable en lo que se refiere a los sistemas de escritura,
calendario y numeración. En Nakbé por ejemplo se han encontrado estelas con claros
rasgos olmecas, como la llamada “Estela 1” 33 y las muestras de jades olmecas son
evidentes en las Tierras Bajas, desde 1000 años antes de Cristo, al mismo tiempo que en
La venta, han aparecido rastros de cerámica Maya. Sabemos también que los Olmecas
fueron diestros cultivadores de los pantanos de Tabasco y Veracruz y, aunque de este
particular es más difícil encontrar pruebas, ¿por qué no pensar que también la
agricultura intensiva fue una influencia de sus vecinos del este?.

Un elemento es sin embargo muy curiosos, esta influencia Olmeca no les llegó
por la vía directa de los contactos entre las selvas de Tabasco y la del Petén, sino a
través de las tierras Altas y la Costa del Pacífico de Guatemala, que eran unas
regiones que a los Olmecas les resultaban mucho más interesantes económicamente. En
estas regiones, como hemos dicho antes, se han encontrado antes que en las Tierras
Bajas, representaciones de gobernantes individuales y jeroglíficos y cómputos
calendáricos de la “cuenta larga”, que son un rastro evidente de la influencia olmeca.
Las culturas Olmeca y Maya son vecinas cercanas. Entre los primeros
asentamientos Mayas del valle del Usumacinta y La Venta hay unos 100 kilómetros y
entre Tikal y La venta hay en línea recta unos 230 kilómetros. Sin embargo los Olmecas
no se acercaron al área Maya por el camino más cercano, sino por la ruta del
mayor interés económico. En este sentido los ricos cultivos de cacao de la costa del
Pacífico y los minerales de las Tierras altas, parece que centraron su atención.
En la costa del Pacífico Guatemalteco se han encontrado remedos de las
grandes cabezas de piedra olmecas fechadas entre los años 600 y 100 a.C y por toda
esa zona y por las Tierras Altas de Guatemala se extendió llamada de Izapa (400 a.C. al
33
Grube pág. 56. La estela está fechada entre el 500 y el 200 a. C.
24

100 d.C.)34 con clarísima influencia Olmeca. Dicha cultura crea un peculiar un estilo de
grabados sobre estelas que es “claramente transicional entre el Olmeca y el Maya”35
Además en este estilo aparecen las primeras estelas con representación individualizada
del poder, mediante el grabado de dignatarios ricamente ataviados con tocados de clara
influencia Olmeca y que luego desarrollaran los mayas. En Kamilmaljuyú (400 a.C-
200 d.C.), en las Tierras Altas, cerca de la actual capital de Guatemala, se ha encontrado
una de los sistemas escriturarios más desarrollado y más antiguo de América y, además,
algunas estelas, como la famosa estela 11, con un jerarca ataviado con tocados que
recuerdan claramente a los olmecas36.
Es precisamente en esta región de las Tierras Altas influida por la cultura
Olmeca donde se encontrarán, varios siglos antes que en las Tierras Bajas, el que es el
elemento cultural más destacado de la civilización Maya: las estelas con escritura
jeroglífica y la llamada “cuenta larga” para medir el tiempo. Así es en Chiapa de
Corzo (en las Tierras Altas de Chiapas, México) donde se ha encontrado la fecha
calendárica más antigua y que se ha datado en el 36 a.C., cuando la fecha más antigua
de la “cuenta larga” en el clásico es la estela 29 de Tikal, fechada en el 292 d.C., es
decir, más de tres siglos después.37
En resumidas cuentas, hoy parece que la influencia Olmeca, que tan decisiva ha
sido para la cultura Maya entró seguramente a la selva desde el altiplano 38. ¿Entraría
también por esa vía la técnica para convertir los pantanales en vergeles?
**
Es curioso que las ricas tierras productoras de cacao de la costa del Pacífico y los
fértiles valles de los altiplanos de las Tierras Altas no fuesen capaces de competir con la
agricultura de unas tierras pantanosas y llenas de todo tipo de alimañas. Cuando los
34
Izapa es una localidad mexicana situada muy cerca de la frontera de Guatemala en la vertiente
montañosa que da al Pacífico.
35
Fiedel, pág. 319.
36
Comparar la Estela 11 de Kaminaljuyú con la estela 19 de La Venta.. Atención en el libro de Coe dice
estela II de Kaminaljuyú ( pág 114) y en el de Grube, habla de Estela 11 (págs. 92-93)...yo diré 11.
37
Fiedel pág. 319. En Fields, Virginia y Dorie Reents-Budet. Los mayas señores de la creación. Orígenes
de la realeza sagrada. P. 39 se habla de que las fechas de cuenta larga más temprana están en la región de
la costa pacífica de Guatemala y cita la estela 5 de Takalik Abaj que tiene una fecha que se considera o se
afirma con certeza] ser del 126 aC.
38
Aunque la teoría Tibetana de la llegada a la selva de sabios sacerdotes procedentes de otras regiones no
se considera aceptable, hay que reconocer que si se acepta la influencia cultural Olmeca que, en cualquier
caso, llegó a las Tierras Bajas desde el exterior, posiblemente desde el altiplano guatemalteco.
25

mayas aprendieron a convertir los pantanales en huertos feraces, el eje de gravedad de la


cultura Maya derivó hacia las selváticas Tierras Bajas Meridionales.
El sistema agrícola tradicional de las Tierras Altas de Guatemala y de una buena
parte de todo el altiplano de Mesoamérica era la agricultura intinerante o Milpa. Es
un sencillo procedimiento que también se llama de rozas o de tala y quema, consistente,
como puede comprenderse en talar la vegetación, quemarla y aprovechar el
enriquecimiento del suelo con los minerales que contienen las cenizas, para sembrar la
cosecha.
Es un procedimiento sencillo, pero también tiene su secreto: hay que saber leer
las estaciones del año y calcular con precisión la simiente poco antes de la llegada de las
lluvias estacionales o monzónicas39. Si la quema se hace demasiado pronto, el viento
esparcirá las cenizas que constituyen el abono y penetra en la tierra con las primeras
lluvias. Si se hace demasiado tarde y las lluvias han comenzado, el fuego formará
mucho humo y poca ceniza, y la cosecha será mala. Por ello es de comprender que estos
pueblos tengan siempre un especial interés por estudiar los ciclos climatológicos y los
calendarios que tratan de medirlos.
Con el sistema de milpa, se puede plantar durante tres años pero después hay que
dejar la tierra en barbecho durante 5 años más. Por todo ello la necesidad de terreno es
muy grande y aun con una población reducida necesita un amplio espacio vital. Con
este sistema, si se produce un incremento, aunque no sea muy grande, de la población,
es preciso buscar terrenos en otros lugares, con los consiguientes conflictos con grupos
vecinos.
Esta agricultura itinerante o de milpa tuvo gran éxito en las Tierras Altas, pero
resultaba inaplicable en las Tierras bajas Meridionales, donde la mitad del terreno se
inunda durante la época de lluvias. Es lo que se denominan “bajos” o zonas
pantanosas que quedan convertidos en verdaderos lagos durante la mitad del año. ¡como
se va a quemar un lago!. Así que la Milpa no sirve en los pantanos de la selva y ello
obligó a inventar un nuevo sistema de agricultura y este procedimiento fue el que
dio la gran ventaja a los habitantes de las Tierras bajas y les permitió crea una

39
Recordemos que en todos los climas tropicales, existen solo dos estaciones, una seca y otra húmeda o
monzónica.
26

floreciente civilización40. De nuevo la necesidad imperiosa es la que genera la


invención que a la larga se muestra como claramente exitosa.
Una investigación realizada en los años 70 del siglo XX por la N.A.S.A. con un
nuevo tipo de radar, capaz de ver por debajo de las grandes masas boscosas 41, permitió
comprobar como la selva del Petén estaba cruzada por una intrincada red de canales.
Con ellos pusieron en explotación las zonas pantanosas mediante un procedimiento que
los expertos denominan como “campos elevados” y que son verdaderas islas
artificiales cultivables creadas artificialmente por una combinación de drenaje de los
pantanos y acumulación del limo fértil en zonas acotadas y que, de esta manera,
sobresalen por encima del nivel de las aguas. En el fondo un procedimiento casi
idéntico a lo que fueron las islas artificiales aztecas o “chinampas”.
El procedimiento que, al parecer usaban los mayas, consistía en cavar canales de
denaje que, partiendo de los lagos y ríos, delimitaban en las orillas nuevas parcelas que
quedaban rodadas por estos canales. Al mismo tiempo, el lago, que había perdido nivel
de agua al canalizarla hacia las nuevas parcelas, era rellenado en algunas partes, creando
campos elevados.
Junto al sistema de “campos elevados”, los mayas utilizaron también el sistema
de construir terrazas en las colinas mediante muros de contención que eran rellenadas
con el fértil lodo de los fondos de ríos y pantanos. Esta tierra era transportada también a
las ciudades en el interior del cual se formaban jardines y huertas. Precisamente la
cuenca de El Mirador fue escogida por los mayas por la existencia de pantanos que
proporcionaban agua y una tierra vegetal abundante y que se autoregeneraba con los
materiales que arrastraba el terreno en cada estación de lluvias. Esta es la razón de que
cuando vemos los planos de las ciudades mayas tanto del Posclásico Tardío como del
Clásico, encontramos que los edificios parecen convivir en estrecha armonía con lagos y
pantanos que se encuentran diseminados entre las acrópolis y las pirámides.
Con este procedimiento agrícola, los mayas de los pantanos podían conseguir
entre un 300% y un 400% más de alimentos con el procedimiento de Milpa y estos
excedentes son sin duda la base en la que se asienta el desarrollo de esta civilización y
su extraordinario desarrollo arquitectónico a partir del Preclásico tardío. Pero es que,
además la agricultura intensiva no solo favorece el crecimiento demográfico y

40
Los pasos dados en la historia hacia la agricultura intensiva suelen recorrer los siguientes estadios: 1)
tala y quema 2) abonado 3) control del agua
41
Seguro que lo desarrollaron para emplearlo en la guerra del Viet Nan
27

arquitectónico de una sociedad por simple aumento de alimentos y bienes, sino que
además favorece la jeraquización y el reforzamiento de la autoridad en la
organización del grupo social.
La milpa es un procedimiento que requiere mucho espacio y supone un trabajo
pesado, pero también tiene ventajas: la duración de las labores se ve limitada a los
periodos previos a la estación de lluvia y luego a la recogida de la cosecha y, sobre todo,
se basa en una tecnología sencilla y antigua, que está al alcance de cualquier grupo
familiar.
Por el contrario la agricultura intensiva requiere mucho menos espacio, pero
reclama una dedicación laboral continuada y no simplemente estacional, pues para
conseguir varias cosechas al año, es preciso que los campos estén siempre húmedos, sin
dejar esto, como en la milpa, al albur de los caprichos de la naturaleza. Además la
agricultura intensiva, con la fabricación de canales, campos elevados, jardines urbanos y
terrazas, requiere una gran cantidad de mano de obra y una organización eficiente que
regule la construcción de toda la red de obras necesarias, Es decir necesita una autoridad
reguladora. Así que excedentes abundantes, más necesidad de autoridad = una sociedad
donde cada vez hay más diferencias de riquezas entre los que mandan y entre los que
obedecen.
Pero todo no van a ser ventajas. La agricultura intensiva es un sistema más
productivo, pero también más frágil y sensible a cualquier alteración tanto
ecológica como político-social. Necesita más agua, más gente, más orden. Si falla
alguno de esos factores, el sistema se hunde. De esta manera, unos pequeños cambios
ecológicos, en forma de disminución de la cantidad de lluvia caída, a los que la milpa se
adapta bien, pueden tener efectos devastadores para la agricultura intensiva. Al mismo
tiempo, tensiones políticas que afecte a la capacidad de toma de decisiones de los
gobernantes o crisis demográficas, pueden resultar fatales para el sistema agrícola
intensivo.
Por ello tras las llamadas “crisis” del Posclásico y del Clásico, las explotaciones
de agricultura intensiva quedaron cubiertas por la selva y tuvieron que ser descubiertas
por rádares especiales desde la estratosfera, mientras que los campesinos individuales de
las tierras Altas y Bajas, pudieron sin ningún esfuerzo seguir cultivando sus milpas con
la única ayuda de sus parientes...y aun lo siguen haciendo. Hoy en día muchos
campesinos mayas siguen utilizando el viejo sistema de tala y quema, mientras que ya
no se usan los terrenos elevados de los pantanos, pues para su explotación era preciso
28

disponer de grandes masas de población sometida, que no puede movilizar un


campesino normal. La única agricultura intensiva que se practica hoy en el área maya
emplea fertilizantes y tractores y no construye islas artificiales en los pantanos.

***
6) El periodo Clásico (300 al 900 d.C.)
Hoy en día se explica el periodo de mayor brillantez de la cultura Maya no como
un proceso de casi generación espontánea, sino como una prolongación e
intesificación del periodo anterior.
Pero ¿qué paso con el periodo anterior? Pues sin saber porqué el corazón del
preclásico Maya, la cuenca de El Mirador, que había producido unos formidables
centros ceremoniales fue abandonada por la práctica totalidad de la población y los
formidables monumentos de Nakbé y El Mirador fueron tragados por la selva y no
presentaron signos de ocupación a partir del 250 d.C. y así siguieron hasta por lo menos
el 550 d.C., para a partir de esa fecha ocupartse la zona con poblados pequeños
diseminados entre las ruinas de los centros del Preclásico.
Sin embargo algunos centros, situados al sur del Mirador en el corazón del
Peten, como Tikal o Uaxactum, que durante el Preclásico habían constituido lugares de
segunda importancia resistieron el tipo de crisis, fuera esta la que fuese (político-militar,
social o ecológica) y se convertirían, sobre todo Tikal, en la ciudad Maya más
importante del Clásico y posiblemente la de mayor extensión y población de toda la
civilización Maya.
A la hora de indicar las características que distinguen a este periodo podemos
hablar en primer lugar de una diferencia cuantitativa, pues si en el Preclásico los
grandes centros ceremoniales se circunscribían (al menos esto pensamos hasta ahora) a
regiones limitadas del centro y el norte de la selva del Petén y algunos lugares de la
costa de Belice, el Periodo Clásico ve extenderse la aparición de grandes centros
ceremoniales a los largo del conjunto de las tierras bajas meridionales, incluyendo la
totalidad de los valles del Usumacinta y del Montagua, y aun más allá de los límites de
la selva tropical con centros como Uxmal, situados en las colinas del Puuc, zona de
transición con las secas tierras bajas septentrionales.
Pero las diferencias cualitativas también son muy importantes y en ese sentido el
periodo Clásico se caracteriza por:
29

La existencia de medio centenar de ciudades-estados que luchaban


ferozmente entre si y estaban dirigidas por monarcas hereditarios que se
rodeaban de una considerable parafernalia cortesana y legitimaban su poder en el
origen divino de sus antecesores y se consideraban intermediarios entre los
dioses y los hombres.

La aparición de una escritura jeroglífica destinada a glorificar las hazañas de


los monarcas, y un amplio desarrollo de los cálculos astronómicos y
calendáricos que servían para predecir el destino de las empresas de los mismos
señores.

La erección de estelas conmemorativas con las figuras de los monarcas y las


inscripciones jeroglificas y calendáricas para fechar y cantar sus hazañas, son
pues el verdadero símbolo de este periodo y la erección de las primeras y de las
últimas sirven a los arqueólogos para marcar las fronteras del Periodo Clásico42.

Un último elemento, que aunque no es de tanta trascendencia, también es


específico del Clásico es la utilización de un elemento constructivo denominado
“falso arco maya” , que en realidad es un sistema adintelado, donde las hileras
de piedras que parten horizontalmente de las jambas se aproximan cada vez más
a medida que ganan altura, permitiendo ganar un cierto espacio interior y dando
al edificio mayor esbeltez.

7) El Clásico temprano (300 al 600 d.C.)


Este periodo se caracteriza fundamentalmente por el hecho de que el área Maya
sufrió la influencia directa de Teotihuacán, la gran metrópolis del centro de
México, que entonces se encontraba en el cenit de su poder. Esta influencia, como en
el caso de los Olmecas, comenzó por las Tierras Altas y continuó por amplias regiones
de las Tierras Bajas, consistiendo en el envió grupos de comerciantes-soldados, que
llegaron a imponer a teotihuacanos como gobernantes de algunas de las principales
ciudades mayas, como Tikal o Copán.

42
Así por ejemplo la estela más antigua de Tikal , la 29, con la fecha 292 d.C y la última, la estela 11, con
fecha 869, marca, para algunos los límites temporales del Clásico.
30

a) La invasión de Teotihuacán (375 al 445 d.C)


La influencia de Teotihuacán en el área Maya se explica por el interés de la
metrópolis del centro de México en controlar el comercio de la obsidiana. El principal
depósito de obsidiana en el área Maya se encontraba en las Tierras Altas en la localidad
del El Chayal a 25 kilómetros de la actual Guatemala y muy cerca del centro preclásico
de Kaminaljuyú, que ya había sentido la influencia de la cultura Olmeca a través de la
cultura Izapa.
La obsidiana del Chayal se llevaba por los ríos Usumacinta y Montagua a las
Tierras Bajas y los teotihuacanos en su afán por monopolizar el comercio de este vidrio
volcánico, verdadero “acero de las civilizaciones mesoamericanas” debieron entrar en
contacto con este centro de producción. Sabemos que inicialmente comerciaron con
obsidiana verde procedente de Pachuca, deposito de obsidiana situado en el centro de
México a 55 kilómetros de Teotihuacán, ya que se han encontrado objetos de obsidiana
verde en estratos arqueológicos pertenecientes al Clásico inicila. Después debieron
hacerse con el control de la zona.
Comenzaron por dominar las tierras altas y Kamilnaljuyú, a partir del 200 d.C.
se llenó de edificios con el clásico estilo de talud y tablero. Más tarde llevaron su
influencia a las tierras bajas. Tanto en Tikal, como en Copán, dos de los mayores
centros del Clásico, esta bien documentada la invasión teotihuacana tanto a través de la
arqueología, del arte y muy recientemente a través de la lectura de textos jeroglíficos.
Tikal es el lugar donde la influencia teotihuacana está mejor estudiada. En
las excavaciones realizadas en los años 60 del siglo XX por la Universidad de
Pensilvania se nota como a partir del siglo IV se intensifica la aparición en los sepulcros
de los dignatarios mayas de abundante cerámica de origen teotihuacano y objetos de
obsidiana verde de Pachuca. Esto podía ser tan solo fruto de relaciones comerciales.
Quizá fruto de modas sea el conjunto arquitectónico más importante del Clásico
temprano de Tikal, el famoso Conjunto del Mundo Perdido (250-500 d.C.) esté
construido con las típicas estructuras teotihuacanas de talud y tablero. Incluso la
aparición en los ropajes de los dignatarios mayas de adornos y símbolos de poder
teotihuacanos, podrían interpretarse también como la aceptación de modas de la
influyente metrópoli mexicana. Sin embargo existen un par de pruebas muy claras de
que a Tikal llegaron y para quedarse, guerreros teotihuacanos.
La primera es una pieza cerámica hallada en Tikal hacia el año 400 d.C.. La
pieza se encuentra hoy en día en paradero desconocido, pero por fortuna los
31

arqueólogos norteamericanos de la Universidad de Pensilvania realizaron copias de las


pinturas que había en ella. La pintura muestra como un grupo de personajes que llevan
los típicos tocados de borlas teotihuacanos, junto a guerreros de la misma ciudad,
reconocibles por los lanzadardos del centro de México, salen de un lugar que se
identifica con la gran metrópoli del centro de México debido a su construcción de talud
y tablero. En otro lugar de la cerámica, los guerreros llegan a un lugar maya,
reconocible tanto por los trajes de los personajes que los reciben, como por las
estructuras de sus templos escalonados.
Esta cerámica no tiene texto y solo nos presenta una película muda de los
hechos, pero la estela 31 de Tikal, además de imágenes esculpidas muy significativas,
posee a la espalda un largo texto jeroglífico que ha podido ser descifrado casi en su
totalidad.
La estela está fechada en el 445 d.C. y fue erigida por el XVI monarca de Tikal
Siyaj Chan Kawil (Que se ha traducido por Cielo Tormentoso, aunque textualmente
significa Nacido del Rayo Celestial43). En la cara frontal aparece el rey con atributos y
traje típicamente mayas, pero en los dos laterales, la figura está escoltada por dos
guerreros con atuendos y armas del centro de México: gorro de guerra, lanzadardos, y
un escudo en el que aparece el dios Tlaloc. Con todo lo más interesante es el texto que
figura en la cara posterior de la estela.
Por este texto sabemos que Cielo Tormentoso conmemoraba un periodo de
gobierno de 10 años y hacía historia de sucesos inmediatamente anteriores al comienzo
de su reinado. Se cuenta en la estela que el 15 de enero del año 378 d.C. llegó del Oeste
(dirección donde se halla Teotihuacán) un grupo de teotihuacanos al mando de un
personaje que se denomina Siyaj Kak (Nacido o Hijo del Fuego) y que ¡oh casualidad!
ese mismo día murió el rey de Tikal, llamado Gran Garra de jaguar. Al año siguiente,
el recién llegado, Siyaj Kak, impone como rey de Tikal a un personaje llamado Yax
Nun Ayín (Verde/Primer Cocodrilo) hijo de Búho con Lanzadardos, al que se
denomina, señor de todos los reyes Mayas y de una princesa de Tikal. Siyaj Kak
también presume en el texto de haber impuesto reyes en otras ciudades Mayas como
Uaxactum.

43
Quizá una traducción algo más libre podría ser: Hijo del Rayo Celestial. Sobre el significado de
nombres antiguos recordar: Tut Ank Amón (la imagen viva de Amón); Aderraman (el siervo del
Misericordioso) Adelkrim (el siervo del generoso) Almansur billah (El vencedor por Dios), además de
Isidoro; Serapio; Teodoro o Mariano.
32

Una interpretación libre: Cielo Tormentoso, que se proclama como el


decimosexto soberano de Tikal, conmemora los 10 años de reinado con la construcción
de una estela (la 31) y en ella cuenta como su padre, llamado Primer Cocodrilo, fue el
iniciador de una nueva dinastía de origen teotihuacano. En la estela se cuenta como un
día concreto, el 15 de enero llegó a Tikal procedentes del Oeste (en la dirección en que
se encuentra Teotihucán) un grupo de extranjeros mandados por un personaje
denominado Hijo del Fuego. Ese mismo día “muere” (casi con toda posibilidad
aseesinado) el anterior rey de Tikal, llamado Gran Garra de Jaguar. Al año siguiente
Hijo del Fuego impone como rey de Tikal a Primer Cocodrilo, del que se dice que es
hijo de una princesa de Tikal y de un gran personaje que se llama Búho con
Lanzadardos y del que se dice que es “señor de todos los reyes mayas”. Es decir se ha
instaura una dinastía mestiza, pues Búho con Lazadardos es con seguridad un gran señor
teotihuacano. Precisamente uno de los símbolos guerreros más frecuentes encontrado en
Teotihuacán es precisamente un búho que lleva este tipo de armas, que es característica
del centro de México. La instauración de esta dinastía no es un hecho aislado, pues se
dice que Hijo del Fuego, también ha nombrado los reyes de otras ciudades, como por
ejemplo las de Uaxacatún, Bejucal y Río Azul.
Ha quedado instaurada la nueva dinastía bajo la protección de los guerreros
teotihuacanos, como la propia estela refleja gráficamente, pero en la estela Cielo
Tormentoso se representa a si mismo con ornamentos sacerdotales mayas (lo que no
ocurre así con las estelas que mando erigir su padre, que no son de estilo maya) , lo que
44
nos está indicando que a lo largo del reinado de Cielo Tormentoso (411-457) este
personaje trata de vincularse a la tradición maya, aunque, al hacerse representar
escoltado por guerreros teotihuacanos45, es evidente que no olvida el origen de su poder.

En Copán, otra de las grandes ciudades mayas, situada en Honduras, a cientos


de kilómetros de Tikal, también hay abundantes pruebas del dominio teotihuacano.
La gran escalera jeroglífica (templo 26), que ya hemos citado, es una gran
representación dinástica de los soberanos de la dinastía impuesta por los teotihuacanos y
6 de sus reyes que están representados en piedra adornando la escalinata, están vestidos

44
He propuesto la fecha del 450 d.C. como fin del proceso de invasión militar teotihuacana, pero no de su
influencia. A partir de mediados del siglo V, los monarcas impuestos por los teotihuacanos tratan de
asimilar las costumbres mayas y por lo tanto institucionalizar la influencia teotihuacana.
45
Algunos interpretan que uno de estos guerreros representa a su padre Primer Cocodrilo.
33

como guerreros teotihuacanos46. En la cima del santuario existe además un breve texto
escrito en jeroglíficos teotihuacanos y traducidos al maya.
Pero la prueba más evidente y descriptiva de la influencia teotihuacana en la
implantación de nuevas dinastías se encuentra en el llamado altar Q. El altar constituye
una de las proclamaciones de poder dinástico más importantes de la cultura maya. En él
están representados 16 soberanos. El último es el que mandó erigirlo en el año 776 d.C.
y aparece sentado recibiendo el poder del fundador de la dinastía, denominando Yax
Kuk Mo (Primer/Verde Quetal Papagayo), que reinó del 426 al 437 d.C., es decir en
las fechas en la que la presión teotihuacana es más evidente.
Hoy no cabe duda que Yax Kuk Mo, el fundador (el primero=yax) es un
personaje teotihuacano. En principio siempre se le representa con las anteojeras del dios
mexicano de la lluvia Tlaloc, pero además unas recientes excavaciones han aportado
datos irrefutables a este respecto. El templo XVI de Copán es, como otros muchos
edificios de este tipo en el área maya, una auténtica “muñeca rusa” y esconde siete
templos uno dentro de otro. Los arqueólogos han podio llegar hasta el más antiguos.
Este posee una estructura de talud y tablero y sus pinturas son típicamente
teotihuacanas. Alberga una tumba que se considera la de Yax Kuk Mo. El esqueleto da
detalles de que el individuo sufría una fractura en el brazo tal y Yax Kuk Mo es
representado en el altar Q con una placa en el mismo brazo. Además del análisis
químico de sus restos parece desprenderse que el personaje no se crió en el valle de
Copán47 y era, en efecto un “extranjero”.
Una interesante pieza de cerámica encontrada en la acrópolis de Copán y
fechada a mediados del siglo V d.C. resulta otra prueba más de la influencia
teotihuacana, y quizá sea otro retrato simbólico del fundador Yax Kuk Mo. Se trata de
una pieza trípode con tapadera típica de Teotinhuacán, que tiene pintado un templo de
estilo teotihuacano, de cuyo “santa santorun” sale un personaje que anteojeras y pico de
ave, que ha sido considerada otra representación del fundador de una disnastía
teotihuacana de la que en el siglo VIII, los reyes de Copan se seguían considerando
sucesores.
Esto último significa que además de haber sido una potencia conquistadora,
Teotihuacán fue para los mayas “Tollan”, “el lugar de las cañas”, una ciudad entre real

46
La escalera fue erigida a mediados del siglo VIII (755 d.C.) por el soberano XV de Copán, que se hizo
esculpir en una estela colocada a los pies de la escalera recién terminada (756 d.C.)
47
No se como se puede saber esto.
34

y mítica; un enclave místico y un ideal político y religioso, que constituyó una fuente
lejana de prestigio y autoridad. Ahora bien, Teotihuacán no realizó una conquista al
estilo de la Roma clásica, sino que se contentó con imponer sus objetivo principal de
salvaguardar las rutas comerciales y asegurarse los recursos esenciales como la
obsidiana, y para ello se contentaba con imponer gobernantes que terminaban
asimilando y utilizando las instituciones y tradiciones locales.
No obstante, Miguel Rivera Dorado comenta que no deja de resultar curioso que
la legitimidad dinástica de los reyes mayas se haga llegar hasta los teotihuacanos,
cuando en Teotihuacan no hay representaciones individualizadas del poder. Tal vez
nuevos descubrimientos en Teotihuacan cambien esa concepción . Concretamente se
refiere a las excavaciones recientes ( Hathaway y Cowgill, 1988) en la Ciudadela y la
Pirámide de Quetzalcoatl de Teotihuacan , donde acaba de encontrarse una tumba, al
parecer real, que tal vez comiencen a cambiar nuestra idea sobre la forma de gobierno
Teotihuacano48.

b) El hiato del Clásico


Un hiato es la pausa que hay que realizar para separa el sonido de dos vocales
que, aunque aparecen unidas hay que pronunciar en sílabas distintas: peana, caída,
oeste. Metafóricamente se emplea para indicar una interrupción, en general
relativamente breve, en un largo proceso. Quizá quedaría más claro hablando de
paréntesis o de interrupción transitoria...pero lo han llamado hiato, que queda más culto.
Por eso los investigadores hablan del “hiato del clásico” para referirse al siglo VI
d.C. (años 500 al 600) en los que la actividad constructiva de las Tierras Bajas en
general y muy especialmente de Tikal, parece reducirse al mínimo. No se han
descubierto estelas fechadas en ese siglo, ni tampoco parece que se levantasen edificios
importantes.¿Qué había ocurrido?
Las teorías son varias y no plenamente concordantes. La mayoría de los
estudiosos piensa que este paréntesis es una consecuencia directa de la influencia de
Teotihuacán. En el siglo VI la metrópoli del centro de México se encontraba en pleno
apogeo y por ello y tras la conquista de amplias zonas de las Tierras Altas y Bajas
mayas, esta última cultura se vio anulada, y tal vez sus esfuerzos humanos se
concentraron en enviar tributos a la gran ciudad mexicana. Hay también quien piensa
que no fue exactamente la hegemonía teotihuacana, sino precisamente, los inicios de las
48
Rivera, pág. 39.
35

convulsiones que llevaron a la destrucción de Teotihuacán lo que trasmitieron una gran


inestabilidad a las ciudades mayas, que entraron en guerras continuas unas con ottas,
limitando su creatividad. Finalmente hay quien piensa que el “hiato” solo se dio en
Tikal, que cayó bajo el poder de otras ciudades cercanas como Yaxchilán o Calakmul.
Sea lo que fuere, lo cierto es que tras la caída definitiva de Teotihuacán que se
va a producir a lo largo del siglo VII 49, se va a iniciar el momento de mayor brillantez
en el área maya, lo que parece reforzar la hipótesis de que fue la presión teotihuacana la
que de alguna manera frenó la creatividad de las ciudades mayas.

8. Clásico Tardío (600-900 d.C.)


Decíamos que una de las características distintivas del periodo clásico es la
aparición en las Tierras Bajas meridionales de un considerable número de ciudades-
estados dirigidas por monarcas hereditarios que empleaban la escritura jeroglífica que
empleaban la guerra, pero también la propaganda realizada a través de estelas de piedras
con escritura jeroglífica para mostrarse herederos de los dioses y consolidad su poder.
Por ello, a la hora de explicar el Clásico Tardío vamos a hablar de manera sucesiva de
esas ciudades en las que concentraron las realizaciones más brillantes de la cultura
Maya; de los monarcas que presidían su sociedad; y de los métodos que usaban para
asegurar su privilegiada sucesión, desde la guerra, hasta su comunicación con los
dioses del cielo y del inframundo.

a-1) Ciudades. Numero y rivalidad


Según el estado actual de las investigaciones, durante el Clásico, las Tierras
Bajas Mayas estuvieron divididas en unos 50 pequeños estados50, que nunca llegaron a
constituir una unidad y, que, por el contrario lucharon ferozmente entre si.
Una de las razones que explica el porqué no se produjo nunca una unificación a
cargo de una de estas ciudades está en el hecho de que, como ha pasado en otras
regiones y en otros momentos en Mesoamérica, la guerra no suponía la anexión
territorial y tras la conquista, las ciudades vencidas quedaban como territorios

49
A mediados del siglo siguiente (750 d.C.) la población de Teotihuacán era sólo una mínima parte de lo
que fue en otros tiempos (Grube, pág. 103)
50
El número se ha venido incrementando en los últimos descubrimientos, de tal manera que Michael Coe,
solo hace referencia a unas 22 ciudades durante el periodo Clásico ( pág. 127). El dato de Grube en pág.
149.
36

vasallos unidos por obligaciones tributarias y por lazos familiares al vencedor, ya


que lo que si solía hacer el vencedor el cambiar la dinastía reinante en la ciudad
conquistada, bien imponiendo directamente a un pariente de la dinastía triunfadora o
enlazando con la vencida por medio de matrimonios forzosos.
Ahora bien, no todas las ciudades Mayas tenían la misma fuerza y prestigio. La
propia diferencia de tamaño entre de los centros arqueológicos que vamos conociendo,
es clara muestra de lo que acabamos de decir. Hoy sabemos por los textos jeroglíficos
que entre ellas hubo una jerarquía y líneas de subordinación. Así en los escritos se
distingue muy bien entre los reyes de las grandes potencias a los que se denomina como
Kuhul Ahaw (Sagrado Señor) y otros gobernantes a los que se denomina simplemente
Yajaws, que normalmente se traduce por vasallo o gobernante vasallo. La epigrafía
tiene incontables muestras de monarcas de pequeñas ciudades que dicen haberse
“ceñido la cinta real”, por la autoridad del Kuhul Ahaw de una gran metrópolis.
Hoy conocemos que, en efecto hubo grandes metrópolis que fueron, además,
cabezas de coaliciones o ligas de pequeños estados. Así, en los siglos VI al VII hubo
cuatro grandes potencias muy superiores al resto como fueron: Tikal, Palenque, Copán
y Calakmul. De todas esta, Calakmul51 fue una de las más grandes, pero sin embargo es
la peor conocida, pues las primeras excavaciones de alguna importancia no se han
empezado a realizar hasta los años 1999 y 2000 y falta mucho por hacer hasta que
llegamos a saber más cosas sobre los edificios de esta gran metrópolis, cuyo nombre, sin
embargo a aparece constantemente citada en los textos epigráficos de otras ciudades52.
Hoy, algunos epigrafistas se atreven, incluso a realizar una historia político-
militar de las relaciones entre las ciudades mayas. Así, para Nikolai Grube, los siglos
VI y VII vieron la feroz pugna entre Tikal y Calakmul, que se apoyaban en otras
ciudades aliadas. Así por ejemplo Tikal y Palenque fueron aliadas contra Calakmul, que
tuvo como vasallos a ciudades menores enemigas de Tikal, como Naranjo y caracol, que
situadas al sur de Tikal, podían atacar desde la retaguardia, mientras que Calakmul lo
hacía desde el norte.
Sin entrar en detalles de aburridas batallas, parece que Calkmul llevó las de
ganar hasta mediados del siglo VII. Algunos de sus reyes fueron muertos a manos de los
enemigos dirigidos por Calakmul y en el trono de Tikal aparecen niños de 6 años, que
seguramente serían testaferros de los vencedores. De esta manera, a mediados del siglo
51
Calakmul está situada en Campeche a unos 100 kms. Al NO de Tikal.
52
Ver Grube, pág. 164.
37

VII, Calakmul dominaba una amplia zona de las tierras mayas, pero su circulo de
influencia no se extendería mmás allá de un radio de unos 200 kilómetros a su
alrededor53. Con todo Tikal no fue destruida completamente, sino envuelta en una red de
vínculos familiares con los vencedores, lo que propicio que algunos miembros de la
familia real de Tikal mantuvieran la resistencia y la rebeldía desde la ciudad de Dos
Pilas (a unos 100 kms. Al sur de Tikal)
Esta resistencia tuvo sus frutos y la subida al trono de Hasaw Chan Kawil
(Portaestandarte del Rayo Celestial54) en el año 682 supondrá la esperada revancha.
Calakmul será derrotada el año 69555 y Tikal inicial su periodo de gran esplendor que
durará desde finales del siglo VII y a todo lo largo de todo el siglo VIII, para entrar en
decadencia a mediados del siglo IX, coincidiendo con la decadencia general de las
Tierras Bajas.
Hasaw Chan Kawil se consideraba el soberano nº 26 de una larga dinastía de
reyes. Según lo que se ha podido saber por los estudios epigráficos de las estelas de
Tikal, el fundador de la dinastía llamado Yax Xok (Primer Tiburón)56, vivió en la
segunda mitad del siglo I d.C. Desde entonces una larga lista de soberanos había reinado
en Tikal. Uno de los más destacados fue el soberano 14, Gran Garra de Jaguar (360-
378 d.C.). Fue un gran constructor que intervino en la ampliación del primer gran
complejo constructivo de Tikal, el llamado “Mundo Perdido” e inició el gran palacio
real de Tikal, normalmente denominado como “Acrópolis Central”. Su éxito estuvo
quizá apoyado en las relaciones comerciales que mantuvo con Teotihuacán57, pero a la
larga esto debió causar su fin, ya que los Teotihuacanos pasaron de querer comerciar a
querer dominar la ciudad e impusieron un nuevo soberano, tal y como ya hemos

53
Esa era la distancia (200 kms.) que la separaba de Palenque, ciudad aliada de Tikal que fue conquistada
en dos ocasiones. De Calakmul a Caracol (Belice), que era una de sus principales aliadas había unos 160
Kms. En dirección SE.
54
Véase: Harrison, Peter D.: The Lords of Tikal. Rullers of an Ancient Maya City. London, 1999. La
trascripción al inglés de Hasaw Chan kawil es Heavenly Standard Bearer o Portaestandarte Celestial (pág.
126).
55
El rey es representado en el dintel del templo I, que le sirve de tumba, sentado en el trono que había
arrebatado al rey de Calakmul (Grube, pág. 169)
56
Peter Harrison se atreve a defender que la palabra inglesa para tibur´n “shark” dereiva “probableemtne”
del término maya Xok...yo no lo creo (pág. 66)
57
No olvidemos que la pirámide central del complejo del “Mundo Perdido” está construido con el sistema
de talud y tablero.
38

contado que se describe en la estela 31 de Tikal, mandada erigir por Cielo Tormentoso,
el soberano 16 de Tikal.
Hasaw Chan Kawil (682-734) y su hijo y sucesor Yikin Chan Kawil (Cielo
Nocturno58) (734-746)59, es decir los soberanos 26 y 27, fueron los más grandes
constructores de la ciudad de Tikal y son los que hasta hace poco se denominaban
“soberanos A y B”, ya que no se podían leer sus nombres. Especialmente el segundo de
ellos, que mando enterrar a su padre bajo el Templo I en donde se muestra a Hasaw en
un impresionante dintel de madera tallada. A Yikin se le considera también el
constructor del más alto de los templos de Tikal, el impresionante templo IV de 65
metros de altura.
La preponderancia de Tikal se mantuvo con los soberanos 28 y 29 hasta el año
de 794. Sin embargo, Tikal tuvo problemas para mantener su hegemonía desde
comienzos del siglo IX y para mediados de siglo ya la había perdido. Los últimos
soberanos de Tikal que hacen los números 30, 31, 32 y 33, son ya reyezuelos locales
que no encargan ningún gran templo y tan solo unas pocas estelas, la última de las
cuales está fechada en el 869 d.C.
Sin embargo, todavía le quedaba al periodo Clásico un momento de gloria 60. Este
se dio ya muy al norte, lejos de la selva del Petén, en donde la decadencia de los grandes
centros era imparable. Este último esplendor se dio en la frontera geográfico-climática
que separaba la selva virgen de la llanura subtropical de las Tierras Bajas
septentrionales. El centro de este canto del cisne del periodo Clásico se centró en la
ciudad de Uxmal en el estado de Yucatán (México).
Uxmal fue la capital de una región que en maya se denomina Puuc (que
significa “colina arbolada”) una región de colinas que rodea un fértil valle que en la
época colonial se llamó Valle de Santa Elena. Allí, entre los años 890 y 915 d.C., el
soberano Chan Chaak (Lluvia Celestial)61 construyó algunos de los edificios más
bellos del arte maya, como el llamado Palacio del Gobernador o el Cuadrángulo de las
58
El nombre es difícil de traducir. Yikin significa oscuridad o ausencia de luz (kin es, sin embargo, sol o
dia). Por tanto las traducciones que se han ofrecido de su nombre son variadas: Oscuridad del Cielo
Nocturno o Rayo del Cielo Nocturno, pero la más aceptada es la de Cielo Nocturno, o en inglés Night
Sky. Ver Harrison, pág. 148.
59
Estas fechas hay que tomarlas siempre con precaución. En Grube pág. 167 y 168, se da el año de 734
para la muerte de Hasaw, pero en la pág. 227 se dice que la muerte fue “probablemente en el año 732
d.C.”
60
Para algunos autores existiría un Clásico Terminal entre el 800 y el 900 o 950.
39

Monjas. Uxmal se convirtió en la capital de un estado regional que dominó todo el Puuc
usando la fuerza militar y una buena red de calzadas que la unían con otros centros
subordinados. Parece que Uxmal mantuvo también relaciones con Chichen Itzá, donde
se habían asentado los itzes, un grupo de origen o de cultura centromexicana, que había
invadido el área maya aprovechándose de la decadencia de la ciudades del Clásico. Los
itzaes, sin embargo terminarían por provocar la caída de Uxmal y con ella del último
centro del Clásico. Para el 950 Uxmal era un centro subordinado a Chichén Itzá y con
esta caída terminaba el periodo que algunos llaman Clásico Terminal (800 al 900 o 950
d.C.)

a-2) Ciudades mayas: un escenario sagrado


¿Cuando hasta el momento nos hemos referido a la existencia de medio centenar
de “ciudades” mayas a que nos estamos refiriendo? ¿Se trata de ciudades estictu sensu
como la Córdoba califal o, al menos, como Teotihuacan? ¿Estamos hablando en
realidad de centros ceremoniales?
La verdad es que en las poblaciones mayas faltan muchos de los elementos que
caracterizan a una verdadera ciudad:
Falta la alta densidad demográfica típica del medio puramente urbano: en el
caso maya nos encontramos con unas periferias donde la población se asienta muy
dispersa en grupos de cabañas en torno a patios situadas encima de plataformas que
evitan las inundaciones estacionales y, además, encontramos grandes huertos y
depósitos situados entre o en las cercanías de los principales edificios.
Falta la red viaria urbana: no hay calles ni barrios, únicamente calzadas
ceremoniales que unen los principales edificios tales como templos o palacios.
Tampoco aparecen infraestructuras, tales como canalizaciones para el
suministro de agua o cloacas de evacuación, pues no se pueden considerar como
infraestructura urbana los depósitos o cisternas con agua de los diversos grupos de
cabañas.
Finalmente, no existen pruebas ni en los jeroglíficos ni en la cerámica, de que
alrededor de los grandes edificios se organizasen mercados, ni que existiesen grandes

61
Es una de las posibles traducciones. Pues “chan” significa tanto cielo como serpiente. Por otra parte
Chaak es el dios de la lluvia, pero creo que también se traduce por jaguar. Así Gran Garra de Jaguar se
dice Chak Tok Ichak. Pero jaguar también se dice Balam. Por otra parte la identificación de la lluvia con
el jaguar es muy antigua y apoya esta relación de los términos de lluvia y de jaguar.
40

talleres de artesanía dispuestos a suministrar objetos a los campesinos de los


alrededores. Hoy se considera que, a nivel económico, los centros mayas más bien
funcionaron como almacenes donde los gobernantes guardaban sus objetos más
valiosos (jade, conchas, plumas, pieles de animales) y, tal vez, como centros de
redistribución de algunos bienes exóticos, en forma de regalos otorgados a los
campesinos que se acercaban a traer sus cosechas y tributos a los señores.

Entonces...¿Ciudad o centro ceremonial? Creo que hay que ser flexible a la hora
de colocar etiquetas a las cosas, pues los limites de las categorías y los conceptos son
siempre muy difusos. Es verdad que la densidad de los centros mayas no es tan alta
como la que había en la Roma de los césares o en la misma Teotihuacan, pero también
es verdad que alrededor de sus templos y palacios se agruparon a veces varias
decenas de miles de individuos. Quizá en ellos no se prestaron servicios mercantiles o
artesanales, pero es indudable que estos centros proporcionaban servicios de carácter
religiosos, tales como profecías, consejos, adivinaciones, interpretaciones de la
realidad, y en general irradiaban modas y consignas de diversas.
En este sentido y ya que los principales especialistas actuales de los mayas
siguen empleando el término ciudad para referirse a los principales centros de población
mayas, podíamos admitir el término y considerar que estamos ante un tipo de ciudad
de habitar disperso, dotadas de unas amplísimas periferias y unos centros que
prestaban unas funciones que eran fundamentalmente de carácter político religioso.
Es por lo que Miguel Rivera Dorado, en un estudio publicado en el 2001 sobre la
ciudad maya, la define como un escenario sagrado62. Esa es al parecer la clave para
comprender lo que era una ciudad mayas y vamos a seguir esa pista para desentrañar
los secretos del urbanismo de las ciudades mayas; para comprender la disposición y
las funciones de sus edificios y sus espacios vacíos.
En el caso de las ciudades mayas, el actor es el rey. La obra que va a interpretar
cuenta como los dioses crearon el mundo y tras ello, como sus caprichos y sus deseos
son trasmitidos a través de seres privilegiados que saben entrar en comunicación con el
más allá e interpretar sus designios. Estos privilegiados no son otros que los monarcas,
que son hombres pero que cuando mueren se convierten en dioses y una vez convertidos
en antepasados divinizados, siguen comunicando a sus descendientes los secretos del
62
Rivera Dorado, Manuel: La ciudad Maya. Un escenario sagrado. Publicaciones de la Universidad
Complutense.Madrid, 2001
41

cosmos. Los espectadores son los campesinos que son llamados a la ciudad-escenario.
Así pues las ciudades mayas son, fundamentalmente, ciudades regias y rituales y
constituyen una escenificación premeditada de la monarquía despótica maya y de
las doctrinas religiosas que la sustentan.
Tomemos esta imagen de la ciudad como escenario sagrado y desarrollémosla.
Un escenario es un lugar donde unos actores ayudándose de un decorado, interpretan
una obra para unos espectadores.
¿Dónde situar el teatro?
Para que la gente vaya a ver la representación, el teatro debe estar en un buen
sitio, no en medio de un desierto. La ciudad maya tiene que tener una posición bien
elegida desde el punto de vista material. Tiene que tener agua abundante y para el caso
del Clásico, tiene que estar cerca de pantanales que se usan como huertas de alta
productividad. Además tiene que estar en un lugar bien comunicado y además, si es
posible en una altura o una colina que sea fácil de defender.
Pero eso no es todo, como la obra representada es un auto sacramental, el
lugar elegido debe reunir también alguna connotación mágica. Recordemos que los
autos sacramentales, y en especial el teatro europeo moderno nació en las catedrales y
en los pórticos de las iglesias (En España, la obra de teatro más antigua es el Misterio de
Elche, que se representa en una iglesia).
Para los mayas, el lugar donde vivían el mayor número de dioses y donde más
sucesos extraordinarios y mágicos ocurrían era en el inframundo, en el interior de la
tierra, y al interior de la tierra se llegaba por las grutas y cavernas, que en el territorio
maya son muy abundantes. Los arqueólogos están encontrando que muchos templos y
palacios están colocados sobre grutas naturales y que la elección de su emplazamiento
venía determinado por la presencia de determinadas colinas, cuevas o ríos sagrados.
Tanto la geografía fisica como la mítica era tenida en cuenta a la hora de elegir el
escenario y el paisaje se ve también con ojos religiosos.
Esto no solo es propio de los mayas, sino, por lo menos de toda Mesoamérica,
pues, por ejemplo, entre los aztecas, el jeroglífico que indicaba ciudad era A-tepetl
(Montaña con agua). El trinomio montaña-cueva-agua es fundamental a la hora de
elegir una ciudad. Un lugar que ofrece ventajas defensivas y de abastecimiento de
líquido vital, pero que también es una montaña, un lugar sagrado en donde se
encuentran las entradas al inframundo donde viven los dioses. En el área maya no hay
grandes montañas, pero si colinas y, sobre todos muchas grutas.
42

¿Dentro del teatro, donde debe colocarse el escenario?


Siempre en alto, para que se vea bien. Cuando se visita una ciudad maya se
tiene la sensación de que esa gente se debía pasar el día subiendo y bajando
escaleras. Las construcciones son siempre elevadas y a veces aprovechan las
desigualdades del terreno para alcanzar más altura y cuando no es así se construyen
sobre altos basamentos. A todos los edificios, incluidas las pirámides se puede subir
mediante escaleras (es la gran diferencia con las pirámides egipcias). Las plataformas
también tienes grandes escalinatas y están colocadas delante de espacios abiertos a la
manera de auténticos anfiteatros.

Un escenario no es nada sin un buen decorado y ¿Cuál es el mejor


decorado?
El que representa de manera más adecuada el lugar en donde
supuestamente se desarrolla la obra. Como se trata de reproducir como el mundo
de los reyes (auténticos dioses vivientes) se relaciona con el mundo de sus
antepasados muertos y divinizados, la ciudad maya será una réplica terrestre del
universo mítico en donde queden reflejados los diversos niveles (terrestre-celeste-
infernal) que lo componen. Las ciudades mayas serán auténticos un cosmogramas. Y de
esa manera es más fácil para espectadores comprender el orden divino, sintonizar
mejor con los designios de los dioses. La ciudad será el gran teatro del mundo.
Los mayas pensaban que el mundo estaba formado por una montaña sagrada que
emergía sobre un océano primordial que era la frontera con el país de los muertos. En la
cima de la montaña, existían tres piedras que los dioses colocaron para formar el primer
hogar, el primer fuego sagrado del mundo y un árbol que sostenía el firmamento.
Así pues, en el escenario de la ciudad maya no pueden faltar las pirámides,
normalmente colocadas en grupos de tres en torno a grandes plazas.
La pirámide es un símbolo de muchas cosas, es un templo que recuerda a la
montaña primordial y sagrada, por eso en maya, templo y montaña se dicen con la
misma palabra witz . La montaña-templo es simbólicamente el eje que une los diversos
planos del universo: se eleva hacia el cielo, pero también se eleva desde el océano
primigenio que separa a la tierra del inframundo al cual se tiene acceso a través de la
propia montaña. El santa santorum de los templos mayas, que tienen siempre aperturas
angostas e interiores oscuros, constituyen la representación de la entrada a las grutas, a
43

las cavernas, que son las entradas al inframundo, el que en el interior de las grutas suela
haber lagos y ríos subterráneos, confirma esa creencia de que a través de ellas se
atraviesan las aguas que separan a los vivos de los muertos 63. Para la mentalidad
occidental, montaña (lo alto) y cueva (lo hondo) pueden ser términos contrapuestos,
para los mayas, era la misma cosa: las montañas están huecas, contienen y encierran
cuevas, lugares donde viven los numerosos dioses del inframundo, y en particular, los
antepasados divinizados de los antiguos reyes, con los que sus descendientes vivos
quieren entrar en contacto.
Estos templos-montañas-cuevas, normalmente no se construyen aislados sino en
grupos de tres, recordando a las tres piedras que los dioses pusieron en el centro del
universo. Los especialistas cuando hablan del urbanismo mayas se refieren a que estos
hacían una arquitectura triádica. Teniendo en cuenta esta circunstancia es posible
entender algo mejor la aparentemente confusa distribución de los conjuntos de edificios
dentro de las ciudades mayas, que muchas veces están colocados en disposiciones
triangulares.
Los conjuntos de tres templos-montañas-cuevas, están colocados delante de amplias
plazas y de nuevo la lengua maya nos informa que plaza y mar se dicen en maya con la
misma palabra naab. Para reforzar esta idea, en muchas plazas de ciudades mayas y en
las zonas inferiores de las pirámides, se suelen encontrar decoraciones de conchas,
cocodrilos y otros animales marinos. Así pues la pirámide sobre la plaza
representaría a la montaña sagrada cobre el océano originario.
Los reyes mayas subían a la pirámide y se colocaban como en un gigantesco
podio donde podían presentarse con toda majestad por encima de los demás mortales
que esperaban en la plaza. Una vez allí entraban en la cueva sagrada del santa santorum
de la pirámide a conectar con sus divinos antepasados que habitaban en el inframundo.
Tras reaparecer, de su viaje al más allá, la pirámide servía de gigantesca tribuna desde
la cual comunicar al pueblo las decisiones de los dioses. De alguna manera la pirámide
era también un diagrama simbólico de la desigualdad social.
Era cualquier cosa, menos un edificio utilitario desde el punto de vista de la
habitabilidad, existiendo una enorme desproporción entre el espacio bajo techado y
la masa arquitectónica. La única utilidad practica podía ser la defensiva, pues como se

63
Cueva se dice en maya “casa de piedra” y los santa santorum reproducían cañas en piedra. Grube pág.
298.
44

demostró durante la conquista de México, los aztecas emplearon sus pirámides como
fortalezas que se oponían al avance español que pretendía conquistar Tenochtitlán.
Pero si para los vivos existía poco espacio, cada vez hay más datos que
demuestran que muchas pirámides mayas fueron construidas expresamente para servir,
también, de tumbas reales. Entra dentro de la lógica el considerar que si los monarcas
reinantes subían a hablar con sus antecesores muertos y divinizados, los restos de estos
estuvieran colocados en el interior de estas simbólicas montañas-cuevas. En esto los
reyes no actuaban de manera distinta a sus súbditos, pues los mayas solían enterrar a sus
difuntos en los patios interiores de los conjuntos de viviendas y aun se construían
algunas cabañas encima de enterramientos. En la cultura maya no había nada impuro
en convivir con los muertos, como no lo hubo en las ciudades europeas hasta muy bien
entrado el siglo XIX, en donde, como es bien sabido, los enterramientos más deseables
estaban en los templos que ocupaban los espacios centrales de cada ciudad.
Hay que apuntar también que las ciudades mayas, además de los santa santorum
de las pirámides, poseían otras entradas al inframundo. Estas era, aunque pueda
sorprendernos los juegos de pelota. Como de las característica mitico-religiosas de estos
edificios vamos a hablar más adelante, no vamos a desarrollar aquí el asunto, pero
adelantemos que según la tradición maya, el sol y la luna pudieron nacer, porque en
unos disputados partidos de pelota que se jugaron en el inframundo, los llamados
“heroes gemelos” pudieron derrotar a los dioses infernales.
El carácter mítico del urbanismo mayas no solo se puede detectar en los tríos de
pirámides sobre amplias plazas o en los juegos de pelota. Existe una variante de espacio
urbano que también reproducía el universo. Me refiero a las plazas cuadradas o
rectangulares que poseen un edificio en cada uno de sus lados (Complejo Q de
pirámides gemelas de Tikal), que a veces, llegan a cerrar completamente las plazas
(Cuadrángulo de las monjas de Uxmal). En este caso lo que se representa son los cuatro
rumbos del universo, simplificado normalmente entre los mayas mediante una cruz de
brazos iguales. También es frecuente que se coloquen dos pirámides en el eje E-O
representando el recorrido del sol, mientras que en el eje norte sur se colocan edificios
que representa al cielo y al inframundo, este último reconocible por tener tantas puertas
como pisos se suponía que tenían las regiones infernales; es decir, nueve64.
Pero en un buen teatro no debe faltar tampoco los camerinos de los actores, en
este caso se trataba de una residencia permanente para los actores protagonistas. Me
64
Es el caso de la plaza de las pirámides gemelas de Tikal (Grube, pág. 229)
45

refiero a los grandes palacios mayas. Es junto con el templo-tumba, el otro edificio
que no puede faltar en una ciudad, mayas, que desde este punto de vista podría
resumirse como un conjunto de templo-tumba-palacio.
Los palacios mayas se denominan como “palacios de cámara”. Son los edificios
de mayor horizontalidad de la ciudad (aunque también se suelen presentar elevados
sobre basamentos y podios) formados por cuartos bastante estrechos situados en torno a
patios amplios. Normalmente son edificios muy complejos que han tardado en
construirse muchos siglos y en los que los diferentes monarcas fueron adosando y
superponiendo unas estancias a otras y, a veces, añadiendo un segundo piso o una torre
de observación. En esto no son muy diferentes a los palacios medievales europeos, uno
de cuyos ejemplos más antiguo y claro ejemplo de este tipo de construcción por etapas,
son los propios Reales Alcázares de Sevilla, que por algo se llaman, así, en plural.
Hoy tenemos certeza de que estos edificios eran residencias reales, no solo por
las pinturas de la cerámica, sino porque en uno de los más importantes, como el de Tikal
(normalmente conocido como la Acrópolis Central), se encontró enterrado en una de sus
salas un incensario con una inscripción que indicaba que pertenecía a la residencia
( “yotot”)del rey Gran Garra de Jaguar.
Los palacios mayas tenían una funciones que, para algunos investigadores eran
semejantes a la de los palacios sumerios: además de las habitaciones para la familia real
sus colaboradores y sus criados, tenía grandes almacenes donde se guardaban los
tributos de objetos preciosos destinados al culto y a mostrar la riqueza de los señores
(algo así encontró Cortés en los palacios de Moctezuma). Es posible también que en el
mismo palacio viviesen los escribas, los pintores de cerámica y los tallistas y escultores
de jeroglíficos, tarea altamente especializada y fundamental en la política de propaganda
de sus hazañas que realizaban estos monarcas.

Refiriéndonos a los aspectos materiales, hay que decir que la arquitectura de las
ciudades mayas, trata de reproducir en piedra el sistema de la arquitectura popular. Los
edificios monumentales reproducen en piedra la arquitectura popular. Así el santa
santorun de los templos no son más que cabañas en piedra, algunas de las cueles siguen
manteniendo parte de sus vigas de madera 65. Y algo así ocurre con las palacios, en los
que grandes cabañas de piedra están colocadas en torno a patios, lo mismo que las
chozas de planta oval (“de ábside”) de los campesinos se colocan alrededor de patios.
65
Ver Grube, pág. 224 y Harrison pág. 14.
46

Es seguro que el interior de los palacios estaba ricamente decorado y pintado, pero esta
decoración se ha perdido casi por completo, ya que estaba realizada en estuco (una
mezcla de yeso blanco, con agua y cola, y en algunos casos, polvo de mármol).

a-3) Ejemplo de ciudad: Tikal


Tikal66 está situada en el centro de la selva guatemalteca del Petén. Su posición
central, equidistante tanto del Caribe, como del Golfo de México le daban una evidente
ventaja. Pero esa centralidad venía reforzada por el hecho de que Tikal se encuentra en
una zona que hace como de gran verte-aguas; de distribuidor natural de las corrientes
fluviales que desde allí se dirigen hacia el Golfo de México y hacia el Caribe. Hacia el
NO tenemos la gran cuenca del río Usumacinta, al cual Tikal tiene acceso mediante el
mayor de sus afluentes por la derecha, el río San Pedro. Hacia el NE Tikal se encuentra
prácticamente en la cabecera del río Hondo, al que también tiene acceso a través de su
afluente más importante por la izquierda, el río Azul. El Hondo desemboca en el caribe
en la bahía de Chetumal.
Teniendo en cuenta que las rutas comerciales mayas que unían el caribe con el
Golfo de México, seguían el curso de los ríos, Tikal se situaba en una especie de
“peaje” natural entre las cuencas de los ríos Hondo y Usumacinta, que es lo mismo
que decir en el paso obligado entre el Caribe y el Golfo de México. Un punto
estratégico en el que se cruzaban las rutas terrestres que iban del Este al Oeste.
Pero además en los alrededores de Tikal se encontraban algunos de los más
extensos pantanales, “bajos” o “humedales” de las tierras bajas. Especialmente
importantes eran los situados en dirección NE en la cabecera del río Hondo, en la que,
desde el aire se ha podido observar una extensa red de canales, lo que es prueba de la
existencia de que una vez esta zona fue objeto de una explotación agrícola intensiva.

Descubierta oficialmente en 1848, su recuperación para la humanidad no se


produjo hasta los intensos trabajos realizados en la década de los años 60 del siglo XX
por una equipo de arqueólogos de la Universidad de Pennsylvania en colaboración con
el gobierno guatemalteco. Seguidos por otras campañas de excavación hasta
prácticamente el fin del siglo XX, dentro del llamado “Proyecto Tikal”.
66
Su nombre en epoca maya pudo ser Mutul que significa pelo anudado (M. Rivera, pág. 320) Gruve la
llama Mutal ( pág. 120)
47

Gracias a esos trabajos, Tikal no ha dejado de admirar por su magnitud, ya que


estamos en la mayor de las ciudades mayas del periodo clásico. Con todo su origen es
muy anterior, posiblemente del preclásico, logrando sobrevivir a las turbulencias que
terminaron con las ciudades de la cuenca de El Mirador, y remplazando a esta última
como la gran metrópolis de las Tierras Bajas, aunque manteniendo una dura pugna hasta
finales del siglo VII con su rival del norte, la ciudad de Calakmul. Desde la victoria de
su soberano 26, Hasaw Chan Kawil (682-734) en el 695 sobre Clalkmul, se inicia una
edad de oro con el reinado de este monarca y su hijo y sucesor, el soberano 27 Yikin
Chan Kawil (734-746), que construyeron una buena parte de las grandes edificaciones
que hoy se admiran. La ciudad siguió siendo muy importante hasta fines del siglo VIII,
iniciando la decadencia a lo largo del siglo IX, de tal manera que la fecha 869 registra la
última estela levantada por un rey en Tikal y poco después la ciudad debió ser
abandonada.
La extensión y la población de Tikal en su momento de esplendor, allá por la
primera mitad del siglo VIII es difícil de calcular. Se calcula que la población que
rodeaba al núcleo ceremonial se extendía por 16 kilómetros cuadrados. El área
ceremonial con grandes edificaciones en piedra es mucho más reducida y podría
extenderse por unos 4 kilómetros cuadrados con un total de unos 3.000 edificios
catalogados. Con respecto a la población todo son conjeturas, pero la mayoría de los
expertos están de acuerdo que oscilaría entre un mínimo de 20.000 y un máximo de
80.000. Michael Coe, concretamente, cree que la población estaría más cerca de esa
primera cifra67.
El corazón de la ciudad durante la primera mitad del siglo VIII se encuentra
alrededor de lo que se denomina La Gran Plaza. Esta plaza se encuentra cerrada al
norte por la Acrópolis Norte, que se supone que fue el panteón de muchos antiguos
reyes de Tikal. Al este está el Templo I o del Jaguar y al Oeste el Templo II o de las
Máscaras. Al sur la plaza está cerrada por la gran residencia real de Tikal, denominada
Acrópolis Central. En la gran plaza y en las proximidades (al sur) del Templo I hay un
juego de pelota..

67
Concretamente la situa en una horquilla de entre 20.000 y 125.000 habitantes, pero más cerca de los
20.000 (Coe, pág. 127). Fiedel la situa entre 20.000 y 80.000 (pág. 315) y en le libro de Gurbe se dice que
pudo llegar a tener entre 70.000 y 80.000 habitantes (pág. 201). María Longhena en México antiguo, dice
que tuvo unos 40.000 habitantes “de población urbana” y 500.000 de “población rural”. M Rivera dice
que la población máxima estimada fue de 90.000 (pág. 326).
48

La Acrópolis Norte, con una extensión de una hectárea, aproximadamente, está


formada por una decena de pirámides-templos-tumbas sobre una plataforma a la que se
accede por unas gradas. Las pirámides dejan en su interior varios patios o pequeñas
plazas de ceremonias. Tiene su origen en el preclásico, pero la mayoría de lo que hoy
puede verse es del clásico temprano y tardío y funcionó como un autentico cementerio
real.
El diseño final de la Gran Plaza se debió a Jasaw Chan Kawil. Obra suya es el
pequeño campo de pelota y la colocación varias estelas frente a las escalinatas de la
Acrópolis Norte. Él mando levantar el mayor de los templos de la Acrópolis Norte, que
se encuentra en el centro del conjunto y que se denomina con el técnico nombre de 5D-
33-1. También este mismo monarca ordenó el comienzo de las obras en los templos I y
II, con lo cual se atribuyó el conjunto del diseño de la plaza, pues se ha encontrado un
texto en el que dice que mando hacer “un lugar con tres piedras”, refiriéndose, con toda
probabilidad a los templos I, II y al 5D-33-1.
Su hijo Yikin Chan Kawil, fue el que terminó los templos I y II, convirtiéndolos
en enterramientos de sus padres. Hasaw está enterrado bajo el templo I en donde es
representado en un dintel de madera sentado en el trono o palanquín que arrebató al rey
de Calalmul tras su decisiva victoria del año 69568. Su esposa está enterrada bajo el
templo II y está representada también en sus templos sepulcrales, de tal manera que
ambos se miran eternamente por encima de la Gran Plaza. Aunque la frase parezca
romántica, lo cierto es que en las proximidades del templo IV (en un conjunto
denominado “Grupo Norte”) se ha encontrado un bloque circular de piedra denominado
Altar 5, fechado en el 711 y con una inscripción. La escena muestra a Hasaw Chan
Kawil y a un pariente reunidos ante un esqueleto. La inscripción dice que Hasaw Chan
Kawil, con ayuda de ese familiar, recuperó los restos de su esposa difunta y enterrada en
otra ciudad, para evitar que pudieran ser profanados en una invasión inminente. Al lado
del Altar 5 se encuentra la Estela 16 que muestra una imagen de Hasaw Chan Kawil,
revestido de un impresionante traje de ceremonia69.
El templo I es una edificación de 47 metros de alto, con una estructura piramidal
de 9 cuerpos (los mismos que los pisos del inframundo) y una base de 35x30 metros.
Las escaleras tienen unos 70º de inclinación y se supone que fue culminado hacia el año
735. En 1962, un equipo de arqueólogos norteamericanos dirigidos por Aubrey Trik
68
Grube, pág. 169.
69
Grube, págs. 228- 229.
49

descubrieron allí una tumba, la 116, que resultó ser del entonces denominado “soberano
A”, es decir Hasaw Chan Kawil70.
Yikin Chan Kawil es además el autor del templo más grande y más alto de Tikal,
aunque no está situado en el conjunto de la gran plaza, sino al oeste de esta. Es el
impresionante Templo IV que alcanza los 65 metros de altura y fue construido en el
año 745 para conmemora la victoria sobre la ciudad e Naranjo y en su dintel de madera,
muestra Yikin sobre el trono arrebatado a la ciudad enemiga 71. Este templo es junto con
la pirámide de Cholula y la del Sol de Teotihuacan uno de los tres más colosales
realizados en Mesoamérica72. Se calcula que para su construcción fueron necesarios
228.000 metros cúbicos de relleno73.
La Acrópolis Central es, en reliada un gran palacio que ocupa una hectárea y
media y está formado por un autentico laberinto de patios rodeados de edificaciones
(unas 45 en total)que se adosan unas a otras. Un incensario hallado en el edificio tiene
una inscripción que indica que este objeto pertenecia a la residencia del rey Gran Garra
de Jaguar (360-378), que se supone que amplió considerablemente el edificio, pero que
este tiene su origen en le Preclásico tardío, tal vez en el 350 a. C. Los sucesivos reyes de
Tikal lo habrían ampliado en varias ocasiones74.
Pero además de la Gran Plaza Central, Tikal tiene otros muchos conjuntos de
edificios. La mayoría tienen el mismo esquema de estar compuestos por grandes plazas
accesibles al público y alrededor de las cuales se levantan pirámides. A lo largo de la
vida de la ciudad se abandonaron ciertas plazas u se construyeron otras.
Una de las más antiguas es el conjunto llamado del Mundo Perdido, que consta
de 38 edificios que ocupan unas seis hectáreas y está situado al SO de la Gran Plaza..
La pirámide que se alza en el centro del conjunto, se la suele denominar la Gran
Pirámide, tiene 30 metros de altura y fue construida en el Clásico Temprano; por
entonces era el edificio más alto de Tikal. Parece que fue ampliada por Gran Garra de
Jaguar (360-378), pero era anterior. Su construcción con cuerpos adornados por taludes
y tableros muestra la influencia teotihuacana en esa época. El conjunto del Mundo
70
Harrison, Peter, págs. 143.
71
Grube págs. 183 y 226.
72
Es un dato que da M. Rivera (pág. 323). Quizá habría que añadir la pirámide El Tigre de El
Mirador...cuando se termine de excavar.
73
La pirámide de El Tigre en El Mirador necesitó más de 428.000 metros cúbicos. Grube y 5 millones de
horas de trabajo (pág. 62).
74
Grube pág. 159.
50

Perdido también se empleó como cementerio regio de los gobernantes (se han
encontrado seis tumbas) de la dinastía que perdió el poder hacia el año 378 con la
invasión de Teotihuacan.
Al NE de la Gran Plaza está el llamado Complejo Q o de las pirámides gemelas,
construido a fines del siglo VIII para conmemorar el fin de un katún o ciclo de 20 años
y es un pequeño cosmograma, con las dos pirámides situadas en el eje E-O indicando
los puntos de salida del Sol, mientras que en el eje perpendicular se colocaba al N la
estela conmemorativa del fin del katún y al sur un edificio con 9 puertas que
representaba al inframundo.
Ningún rey de Tikal planificó un urbanismo geométrico específico y perfecto,
pero aprovechando construcciones anteriores, realizaban edificaciones que se orientaban
según los vértices de un triángulo. Los mayas siempre prefirieron trazados y
alineamientos triangulares que incluían edificios preexistentes, y con ellas se supone
que podían referirse o enlazarse simbólicamente con las obras de otros antepasados
directos.
La última delas edificaciones monumentales de Tikal es el Templo III, de 55
metros de altura, fechado en el 810. El Templo III se encuentra al Oeste de la Gran
Plaza, entre esta y el templo IV, formando así una de las alineaciones más formidable de
la ciudad de Tikal.

a-4) Ejemplo de ciudad: Palenque.


El nombre de Palenque es de origen español y proviene del pueblecito de Santo
Domingo de Palenque en Chiapas, que es el más cercano a las ruinas, que en tiempos
mayas se debían llamar “Baak”75. Su situación es muy ventajosa, pues se encuentra
apoyado sobre los primeros contrafuertes del altiplano (meseta central de Chiapas). La
ciudad está, casi como los antiguos teatros, rodeada por las colinas por el oeste, sur y
este, abriéndose a la llanura aluvial del Usumacinta, que está a unos 25 kilómetros y al
cual está unida por su red de afluentes, uno de los cuales, el arroyo Otolum atraviese al
lugar en diagonal de suroeste a noroeste.
El centro arqueológico fue conocido desde la época colonial y las autoridades
ilustradas del siglo XVIII enviaron ya alguna expedición al mando de Antonio del Río y

75
Ver Grube pág. 120. Miguel Rivera dice que Baak era el nombre del reino cuya capital era Palenque,
pero el nombre de la ciudad era Lacam Ha que se traduce por Agua grande (pág. 48)
51

Guillermo Dupaix, que realizó los primeros dibujos, aunque su fama no comenzó hasta
que la redescubrieron los viajeros románticos del siglo XIX.
Aunque debió estar poblada desde el Preclásico medio, su apogeo no llegó hasta
el Clásico Tardío. En esa fecha, Palenque fue aliada de Tikal contra Calakmul, y
después de la derrota de esta ciudad, a fines del siglo VII y comienzos del VIII. el área
de influencia de Palenque debió alcanzar todo el valle del Usumacinta hasta el Golfo de
México.
Este momento de esplendor coincidió con el reinado del monarca Hanab Pakal
(Escudo de Flores) también llamado simplemente Pacal o Pacal el grando, pues hay
otros reyes de su dinastía que tuvieron el mismo nombres. Pacal reinó entre el 615-683
y tras el ocupó el trono su hijo Chan Balam (Serpiente jaguar o Jaguar Celestial) que
reinó entre el 683 y el 702. A estos dos monarcas se le deben la mayoría de las
edificaciones que hoy pueden admirarse.
Las edificaciones de Palenque no son tan grandes y espectaculares como las de
Tikal, pero tienen una gran armonía estilística y una gran elegancia. Su belleza se ve
reforzada por el hecho de que las colinas cubiertas de selva tropical en las que se apoyan
hacen destacar las construcciones como si tuvieran un gran telón de fondo del color
verde profundo de la capa vegetal. En el pasado esa impresión debió ser aun mayor,
pues es seguro que los edificios estarían pintados en colores fuertes, posiblemente rojos
en el que resaltarían las efigies pintadas en ocres y verdes.
Otro elemento que también hace muy apreciados estos monumentos es la
profusa decoración con relieves de estuco figurativos (de gran valor artístico e histórico)
que posen las fachadas, los frisos y cubiertas de los templos. Dichas cubiertas
reproducen el modelo de cabañas de piedra. Su cubierta es de forma abuhardillada o de
doble crujía y se caracterizan por tener unas altas cresterías o peinetas, que debieron
estar recubiertas también de esculturas de estuco, hoy perdidas76.
El arroyo Otolum, que cruza la ciudad en diagonal separa los dos grupos de
construcciones más importantes al NO está el conjunto más impresionante formado por
el Palacio y el templo de las Inscripciones, colocados en los márgenes de una gran plaza
de ceremonias. Es un perfecto ejemplo del conjunto Templo-Tumba-Palacio, que
forman el esquema de las ciudades Mayas. Y eso es así porque el Templo de las

76
Como en la actualidad presentan una gran cantidad de huecos, se pensó que podían haber estado así y
ser usadas como una especie de instrumento musical de viento...hoy se piensa mas bien que los huecos
eran en realidad hornacinas para colocar figuras y decoraciones en estuco.
52

Inscripciones encierra la más impresionante de las tumbas de un monarca maya que se


hallan encontrado hasta la fecha, me refiero a la de Pakal el Grande. El templo, de 25
metros de altura, lo terminó su hijo Chan Balam hacia el año 690 y se denomina de las
inscripciones porque en su interior se encuentra uno de los paneles jeroglíficos más
grandes de la cultura maya, con un conjunto de 620 glifos.
Todos los templos construidos en Palenque en estas fechas, y también en el
propio palacio, conservan importantes conjuntos jeroglíficos, que tienen un tema
común, las relaciones dinásticas que sirven de legitimación al poder de los grandes
constructores que fueron Hanab Pakal y Chan Balam. Estos monarcas hacen remontar
su genealogía (se conservan tres muy detalladas) hasta un personaje denominado Kuk
Balam (Quetzal Jaguar) que fue entronizado en el año 431 d.C., es decir, Pakal y Chan
Balam querían ser considerados los descendientes de una dinastía con tres siglos de
antigüedad.
El Palacio es un edificio elevado sobre la plaza mediante una plataforma
artificial de unos 100 metros de ancho por 80 de ancho, alcanzando una altura de unos
10 metros. La plataforma del palacio se une con la plaza mediante unas amplias
escalinatas, que constituyen uno de esos magníficos escenarios para mostrar la grandeza
real. El edificio posee una típica estructura de “palacio de cámaras”, con muchos
habitaciones rodeando patios, construidas a lo largo de los años sin una planificación
predeterminada. En uno de los patios hay un baño de vapor y tres retretes conectados
con cañerías de desagüe y sumideros. El palacio tiene una torre de cuatro pisos que
podría tener misiones de observatorio, bien defensivo, pero también astronómico, pues
en el interior se han encontrado jeroglíficos que hacen referencia al planeta venus...que
entre los mayas era una divinidad que regía las guerras entre los pueblos.
También en el interior del palacio se han encontrado paneles de jeroglíficos con
listas dinásticas, y en uno de ellos se representa a Can Balán recibiendo la corona de
mano de Pakal y otros símbolos de mando de parte de su madre.
Al SE se encuentra el otro conjunto monumental más importante. Se trata de tres
templos: del Sol, de la Cruz y de la Cruz Foliada. Ambos se deben a Can Balan y en
ambos los abundantes paneles jeroglíficos y la decoración de las pilastras y de las
cubiertas, hacen referencia a la legitimidad dinástica del monarca.
Palenque se hizo famosa universalmente cuando en 1952, el arqueólogo
mexicano Alberto Ruz Lhuillier, culminó una excavaciones comenzadas tres años antes
53

en 1494 y descubrió la tumba de Pakal77 enterrada bajo el templo de las Inscripciones.


Pero de ello hablaremos al referirnos a la significación de los grandes monarcas mayas.

a-5) Ejemplo de ciudad: Uxmal


Uxmal se encuentra en el estado mexicano de Yucatán a unos 78 kilómetros al
SO de la capital colonial Mérida. Su emplazamiento constituye una zona de transición
entre la selva meridional y las llanuras del N. Concretamente se encuentra en la región
que en maya se llama Puuc, una zona de colinas atravesadas por el fértil valle de Santa
Elena. En el área Maya las elevaciones orográficas, por pequeñas que sean, siempre
constituyeron lugares escogidos para emplazar las ciudades, debido a las ventajas
defensivas y de salubridad (pues la mejor aireación las hacía más saludables), aparte de
consideraciones religiosas de las que ya hemos hablado. Pero, además el valle de Santa
Elena tenía uno de los suelos más fértiles del área Maya y en el se encontraba situada
Uxmal, que se convertiría en la potencia regional más importante del Puuc. Otras
ciudades importantes de la zona son Kabah, Sayil o Labná.
En esta región del Puuc existen restos de construcciones arquitectónicas delsde
el Preclásico tardío, pero su máximo apogeo se produjo a finaels del siglo IX y
comienzos del X, es decir en los últimos años del Clásico Tardío, que algunos llaman
Clásico Terminal. Concretamente, la mayoría de los monumentos de Uxmal están
fechados entre el 890 y el 915 y para el 950 la ciudad estaba ya prácticamente
despoblada.
Hoy se piensa que la brillantez de Uxmal fue un último fogonazo de esplendor
del Clásico y su grandeza se gestara aprovechando la decadencia de los núcleos de la
selva. Es posible que sus monarcas tuvieran que compartir, dentro de ciertos límites, su
poder con los jefes de otras casas aristocráticas y parece que sus reyes tuvieron también
que vérselas con los invasores itzaes de cultura centro-mexicana. Al principios las
relaciones fueron de colaboración y alianza, pero, finalmente, los itzaes terminaron por
imponerse y arruinar el florecimiento de Uxmal.
La mayoría de los grandes edificios de Uxmal fueron construidos bajo el
mandato del soberano Chan Chaak (Lluvia Celestial o Serpiente de Agua) (890-915)
un monarca guerrero, que debió imponer su hegemonía sobre el Puuc, en donde las

77
Pacal murio el 28 de agosto de 683 (Grube 311)
54

principales ciudades estaban unidas por una red de calzadas. Se estima que por entonces
Uxmal debió tener unos 25.000 habitantes78.
La arquitectura de Uxmal tiene un gran secreto constructivo. Este consistió en
aligerar el peso de las bóvedas con el uso de una argamasa formada por mampostería o
rocalla unida con mortero de cal. Lo mismo se hacía con el interior de las paredes y
muros. La piedra se usaba únicamente como revestimiento exterior en forma de losas
finas que pesaban poco y se podían labrar delicadamente. También se empleaba como
decoración de las fachadas el ladrillo formando dibujos geométricos). Este
procedimiento es mucho más barato y permite construir interiores significativamente
más amplios, lo que permite explicar el gran auge de la construcción que se vivió en
esta ciudad.
La ciudad, que no presenta una planificación predeterminada, posee en su centro
un gran edificio destaca sobre todos los demás. Se trata del llamado Palacio del
Gobernador, que para muchos es el monumento más bello de la arquitectura Maya.
Pero también es uno de los que más esfuerzos costó construirlo. Edificado por Chan
Chaak, entre los años 906 y 909, se encuentra construido sobre una plataforma de
dimensiones colosales. Su base mide 187 por 153 metros y alcanza unos 15 metros de
altura. Para su relleno fueron necesarios más de 300.000 metros cúbicos de materiales,
un volumen comparable al del templo IV de Tikal 79. Sin embago y frente a esta enorme
masa de su base, el edificio que sostiene es uno de los más elegantes y aparentemente
ligeros que diseñaron los mayas. Tiene un total de 100 metros de largo, 12 de ancho y 9
de altura. El edificio esta compuesto de tres partes una central con siete vanos
adinatelados, separada de dos laterales (cada una con dos vanos adintelados) mediante
sendos falsos arcos mayas. En el interior del cuerpo central hay una decena de
aposentos y cinco más pequeños en cada uno de los cuerpos laterales.
Uno de los secretos de la belleza del edificio quizá este en lo equilibrado de sus
contrastes: Ya hemos hablado de la pesadez de la plataforma con la propia ligereza y
horizontalidad del edificio, pero además éste combina la solidez de los dinteles con la
ligereza de los arcos mayas y la sobria decoración de la zona inferior, con el
barroquismo del friso de la cubierta. La decoración del friso la forman unas 20.000

78
Rivera pág. 328.
79
Rivera pág. 330. Templo IV de Tikal: 228.000 m3 (Rivera 326). Pirámide El Tigre de El Mirador:
428.000 (Grube pág. 62)
55

piedras talladas y en centro aparece una representación del soberano sentado en su trono
y rodeado por dos serpientes celestiales.
El palacio esta colocado frente a una amplia plaza a la que se desciende por unas
amplias escalinatas, en el centro de dicha plaza existe un trono de piedra formado por el
cuerpo de jaguares unidos. El edificio era sin duda un importante centro de poder y de
una de sus fachadas parte una calzada de 18 kilómetros hacia la ciudad de Kabah.
El segundo edifico en importancia de Uxmal es el llamado Cuadrángulo de las
Monjas o El Convento.
Su forma similar a los claustro conventuales europeos, formado por cuatro
edificios que cierran un gran patio, llevó al historiador y cronista español Diego López
de Cogolludo a confundirlo con un monasterio y de ahí el inapropiado nombre con que
se ha mantenido hasta nuestros días.
Aunque en realidad no sabemos cual fue exactamente su función, parece que
puede tratarse de una residencia palaciega con un amplio patio ceremonial en el interior.
El edificio estaba construido además de tal manera que sus proporciones y su
decoración lo convertían en una réplica en piedra del universo mítico maya. El patio
mide 65 metros de largo por 45 de ancho y mientras que los cuerpos del E. y el O. están
al mismo nivel, el cuerpo del N. Están más elevado y el del S. Más hundido. Eso se ha
interpretado como los edificios del E. y el O. Representan el nivel terrestre o “mundo
del centro”, marcado por los puntos de salida y puesta del Sol. El N. Representa la
“Casa del Cielo” o nivel celeste y el Sur, el que está a menos altura, sería el inframundo.
De esta manera el conjunto resulta un cosmograma pétreo. Los arqueólogos suponen
que el centro del patio estaba ocupado por una gran columna que representaba al árbol
del centro del mundo, con el que los reyes mayas se sentían identificados
simbólicamente. De tal manera que se han encontrado estelas en las que el monarca es
representado como si fuera el soporte del cielo. Un trono en una de las gradas que bajan
al patio interior, sería el lugar desde el que el soberano presenciaría las ceremonias y tal
vez, algún tipo de sacrificio.
El cuadrángulo de las Monjas goza de todos los avances de la aquitectura Puuc
con interiores de rocalla y mortero con fachadas recubiertas de losas de fina piedra. El
edificio se adorna también con una combinación de vanos adintelados y con otros en
forma de falsa bóveda maya. La decoración de los frisos es muy barroca y en cada
edificio tiene que ver con la parte del universo al que representa. En las de los lados E.
Y O. Hay representaciones de la creación del mundo y escenas de sacrificios y
56

renacimientos. Es por esto por lo que se supone que en la plaza fuera un lugar donde
realmente se realizaban sacrificios sangrientos. La guerra y la violencia están muy
presentes en la decoración de los edificios de Uxmal y en otros lugares se han
encontrado frescos con imágenes de capturas y sacrificios de prisioneros, lo que muestra
que el Clásico Terminal fue un periodo convulso y lleno de movimientos de población y
guerras. Otra decoración característica de este edificio son los mosaicos de piedra en
forma de estera, que son un símbolo del poder real y que son una prueba más del
carácter de sede del poder real que debió tener este edificio.
La pirámide más interesante de Uxmal es la llamda Pirámide del Adivino o
Pirámide del Mago. El nombre responde a una vieja leyenda local que cuenta el
desafío que un enano dotado de poderes mágicos hizo a un rey. El mago triunfó sobre el
rey y una de sus obras fue construirse una casa en el cielo que luego se convirtió en la
pirámide que hoy vemos.
El edificio, que fue finalizado en la fase final de la actividad constructora de
Uxmal, tiene una base elíptica de 85 por 50 metros, lo cual representa una excepción en
la arquitectura Maya y alcanza un total de 35 metros. Consta de dos cuerpos y resulta
evidente que fueron construidos en diversas etapas. El primer cuerpo presenta un templo
en el lado Oeste al que se accede por una escalinata. Al segundo cuerpo, orientado al
Este, se sube por otras escalera más alta que la anterior y de peldaños sumamente
empinados.

***

b) Sociedad
b-1) Los “Kuhul Ahaw”
Quizá el elemento más significativo y distintivo del Periodo Clásico Maya es la
aparición de la monarquía hereditaria. Si en el Preclásico, las manifestaciones, que
podíamos llamar artísticas, tenían como temática la representación de seres cósmicos y
máscaras de dioses, en el Clásico la escritura y el arte tienen como tema principal y casi
exclusivo, la representación de personajes históricos individuales. Paneles jeroglíficos,
estelas, bajorrelieves en el interior de templos y palacio, todo ello tiene una misión:
reafirmar la posición de igualdad entre reyes y dioses y confirmar la función de los
monarcas como centro del cosmos y de mediadores entre los dioses y los hombres.
57

El termino que se le da al monarca entre los mayas: Kuhul Ahaw, es decir, señor
Sagrado Señor, es suficientemente significativo.
Los Kuhul Ahaws Eran unos verdaderos autócratas que vivían en palacios de
piedra rodeados de una numerosa corte. Por sus aparatosas vestimentas, por sus
suntuosas residencias, por su lujosa forma de vida, se diferenciaban notablemente de la
gente corriente que vestían ponchos de algodón, vivían en chozas y cultivaban maíz.
Los monarcas habían logrado todos estos privilegios gracias a sus dos principales
ocupaciones: ser intermediarios entre lo divino y lo humano y ser jefes guerreros. Estos,
pues, serán los tres aspectos que vamos a tratar para intentar acercarnos a estos
personajes. Así los veremos como unos poderosos cortesanos; como intermediarios
de los dioses y como jefes militares.

b-1-1) Los Kuhul Ahaw como autócratas cortesanos


La primera novedad con las culturas que hemos estudiado hasta el momento es
que de estos reyes mayas conocemos bastantes cosas. Conocemos los jeroglíficos de sus
nombres y nos atrevemos a hacer traducciones de ellos: Hasaw y Yikin Chan Kawil
(Portaestandarte del Rayo celestial y Cielo Nocturno) y de Tikal; Hanab Pakal y Chan
Balam (Escudo de Flores y Serpiente jaguar) de Palenque; Chan Chaak (Lluvia
celestial) de Uxmal; Yahaw Chan Muwan (Servidor del Alcón Celestial) de Bonampak.
Incluso conocemos nombre de algunas reinas como el caso de la Señora Xook de
Yaxchilán.
También tenemos abundantes imágenes suyas, algunas muy idealizadas, y llenas
de ampulosa grandiosidad, como la Estela E de Quiriguá, un monolito de 7,25 m. De
altura y 30 toneladas, que es la mayor de las imágenes de un soberano maya que
poseemos80 . Otras, quizá sean verdaderos retratos, como en el caso de las máscaras de
estuco de Pakal; las impresionantes pinturas de Muwan en Bonampak o, si se confirma,
el retrato de placas de jade que se encontró en la tumba 196 de Tikal 81 y que se atribuye
a Yikin Chan Kawil82. De muchos de ellos, como Pakal o Hasaw (y tal vez de Yikin)
80
Se trata de Kak Tiliw Chan Yoaat de Quiriguá, que en el 711 conmemora la derrota de Copán y la
decapitación de su soberano, el cual por cierto, había le había ayudado 14 años antes a conseguir el trono
de Quiriguá (Grube, pág. 156).
81
La tumba se encuentra al sur del templo II en un edificio piramidal conocido como estructura 5D-73.
82
En el libro de Grube (pág. 67) se da por seguro que la tumba 196 es la de Yikin. Harrison (pág. 162 ),
no está seguro, aunque tampoco lo niega, pero si dice que el retrato, que en realidad es la tapadera de un
vaso de jade, pertenece a la madre de Yikin, la llorada esposa de Hasaw.
58

hemos encontrado sus tumbas, sus ajuares y máscaras funerarias. Y en fin, de todos,
tenemos el canto de sus hazañas y conquistas esculpidas en piedra y escritas en miles de
jeroglíficos.
Como curiosidad y muestra de la importancia de la palabra escrita y de las
paradojas de la historia, de los gobernantes de Teotihuacan, esa gran metrópoli
muchísimo más poderosa que cualquiera de los reinos mayas, no sabemos y nunca
sabremos tanto83. Tenemos que conformarnos con verlos en grupo y tener de ellos solo
rasgos impersonales y colectivos. Por contraste, de los monarcas mayas, en realidad
unos simples reyezuelos locales si los comparamos con los teotihuacanos, tal vez
lleguemos incluso, como están pretendiendo los arqueólogos, a profundizar en algunos
de sus sentimientos y en su forma de ver el mundo.
Uno de los aspecto de las vida de estos monarcas que conocemos mejor es el
esplendor de su vida cortesana. Un esplendor cuyos lujos no solo tenían el propósito
de hacer la vida más cómoda a los monarcas. Los reyes mayas, como todos los
autócratas que en el mundo han sido (tal vez con excepción de algunos califas
musulmanes), tenían que hacer visible y escenificar su poder, para que su autoridad
fuere reconocida sin necesidad de recurrir a la fuerza. Tenían que tratarse como
dioses, para que sus súbditos los reconociesen como reyes; para que los reconociesen
como legítimos sucesores del fundador de la dinastía y para que todos comprobasen que
los dioses estaban de su parte. Así, el boato cortesanos era una parte más de la
escenificación del poder, como también lo eran las ceremonias de entronización de un
nuevo monarca o el enterramiento de su antecesor.
*
De la escenificación de la vida y la muerte en las cortes mayas tenemos una
gran cantidad de fuentes en forma de imágenes pintadas o esculpidas, textos jeroglíficos
y sensacionales descubrimientos arqueológicos. Así contamos con paneles grabados en
piedra de templos y palacios, algunos de los cuales se han conservado en madera, como
los de los templos I y IV de Tikal, que muestran el esplendor de sus dos grandes
monarcas Hasaw y Yikin Chan Kawil. Por supuesto que hay que tener en cuenta las
tumbas riquísimas tumbas halladas como las de Pakal o Hasaw, pero hay quizá una
fuente mucho más modesta (pero no menos hermosa) que por su abundancia y por

83
Aquí cabe la anécdota que se cuenta de Alejandro Magno, que dijo solo envidiar a Aquiles, porque tuvo
a Homero para contar sus proezas.
59

combinar la imagen gráfica con los textos, es particularmente útil. Me refiero a las
magníficas vasijas cilíndricas pintadas de los mayas.
Los temas dibujados son fundamentalmente de carácter religioso e histórico,
relacionado con las actividades de los grupos dirigentes; tales como escenas de sumisión
de prisioneros, embajadas o entregas de tributos y, por supuesto, abundantísimas
escenas de corte. Como en esos casos de cine dentro del cine, en las propias vasijas
están pintadas las escenas cortesanas, donde los invitados a banquetes beben en este tipo
de recipiente.
Las cerámicas pintadas además de una fuente eran en si misma una prueba
del esplendor de las cortes mayas, pues eran verdaderas obras de arte, cuyo uso
estaba limitado a servir como piezas de vajilla de lujo entre los grupos dirigentes,
de “servicio de mesa” de la alta sociedad. Esto es tanto más cierto, cuanto que
prácticamente todas están llenas de jeroglíficos, un complicado sistema escriturario, que
solo estaría al alcance de los grupos poderosos que eran los únicos que sabían leerlos.
Las vasijas cilíndricas (las hay también con otras formas) eran empleadas para consumir
preparados de cacao. Este alimento típicamente americano, se mezclaba con agua y se
bebía con abundante espuma, pero también se mezclaba con maíz y se sazonaba con
chile y al parecer, nunca con azúcar, como se ha convertido en costumbre tras la
conquista europea.
Pero, además, y hoy estamos ciertos de que eran objetos tan apreciados, que se
intercambiaban como regalos de estado para robustecer vínculos y alianzas. Lo sabemos
porque se han encontrado piezas que por la composición química de sus materiales y
por el tipo de sus jeroglíficos, procedían de lugares distantes de donde fueron
encontradas.
*
Con toda esa suma de fuentes, tanto arqueológicas, como jeroglíficas estamos en
condiciones para hacer una buena pintura de la vida en las cortes de los reyes mayas.
Debido al carácter perecedero de los materiales y más en el clima de las Tierras
Bajas, no se nos han conservado ejemplos de mobiliario, aunque este debió ser escaso:
taburetes, bolsas y redes para guardar objetos pequeños y poco más. No podia ser de
otra manera si nos atenemos a las dimensiones de los cuartos techados de los palacios
que solían ser de unos 20 o 30 metros cuadrados [el típico salón de un piso medio]. La
pieza principal del mobiliario eran bancos de mampostería pegados a la pared 84, sobre el
84
Grube, pág. 224.
60

que se disponían cojines o esteras (estas últimas se convirtieron en uno de los símbolos
de la realeza85) y servían de asiento y de cama. Había cortinas, pues aparecen dibujadas
en muchas cerámicas y puertas ligeras para cerrar los vanos. Los reyes parecen
dibujados sentados, a la manera oriental. En los bancos de mampostería o en, lo que
parecen entarimados de madera.
La pregunta es: ¿si no tenían grandes estanterías, sillones o espejos de pared?
¿En que consistía el lujo para los mayas? Este se cifraba en la calidad de los tejidos; en
los trajes de ceremonia llenos de plumas y pieles de animales de la selva; en disfrutar
del frescor de los abanicos o del sonido de pequeñas orquestas de instrumentos de
viento y percusión; en la abundancia de comida que se aprecia distribuía en cestas, pero
también en la posesión de pequeños objetos de gran valor: códices sagrados; espejos de
obsidiana; en hermosas jarras policromadas para beber cacao y, sobre todo en las joyas
de concha y de jade, que era el material más apreciado y valioso para los mayas, que,
recordemos, no usaban ningún tipo de metales, ni aun los considerados preciosos como
el oro o la plata.
El jade de color verde, tiene el color del maíz y de las plantas en crecimiento.
Objetos de este material se depositaban tanto en la consagración como en la destrucción
ritual de los edificios y ya fueron encontradas “perlas” de jade en los edificios del
posclásico que Hammond excavó en Cuello con fechas de entre el 900 y el 600 a.C. Se
han encontrado hermosos vasos de mosaico de jade, pero este material, servía, sobre
todo para construir los adornos más valiosos y que eran la mejor expresión del rango
social. Así en las tumbas reales se han hallado orejeras, pectorales, adornos para el
cinturón y collares de gruesas perlas de jade y finalmente, máscaras mortuorias, que
servían de rostro para la eternidad.
Pero no hay corte sin cortesanos. En las pinturas de Bonampak al rey se le
representa mientras es asistido por dos chambelanes que le ayudan a ponerse los
brazales y a completar los adornos de un traje que combina las pieles de jaguar con un
impresionante tocado de plumas verdes86. En esas mismas pinturas, se puede observar la
existencia de verdaderas orquestas con instrumentos de percusión, tales como maracas o
tambores, largas trompetas y caracolas.

85
Grube, 326.
86
Grube, pág. 238.
61

Los vasos cilíndricos los muestran sentados en cuclillas sobre sus estrados,
recibiendo presentes de sus vasallos87 o dando audiencia a comerciantes o tributarios,
que les traen cortinajes y bolsas con plumas y semillas de cacao, en presencia de
escribas o traductores, mientras un relajado cortesano se fuma alegremente un cigarro88.
Con todo una de las imágenes más representativas de ese esplendor cortesano la
sacamos de una vasija fechada en el Clásico tardío y que representa al reyezuelo de la
ciudad Maya de Motul de San José89. En ella se observa al monarca sentado en el trono
y reclinado sobre un gran cojín que está sostenido por un sirviente. Las larguísimas uñas
de los dedos de las manos y su corpulencia, dan a entender que no tenía que desempeñar
ningún trabajo físico (como no fuera el de espantarse las moscas con una especie de
abanico) y que gozaba de una existencia privilegiada. A la derecha, un funcionario, no
menos corpulento que el monarca, observa lo que parece un códice mientras sostiene
otro abanico. Un enano le muestra un espejo de obsidiana, mientras otro prueba la
comida, ante la mirada de un jorobado. Toda la sala esta llena de jarras que parecen
desprender espumante cacao y en ella resuena la música de una orquesta de trompetas
de arcilla y un tritón, tocadas por unos músicos que se esconden detrás de una cortina.
Los enanos y jorobados, quizá sean algo más que simples bufones. Ya los
olmecas sentían una especial predilección por niños y enanos a los que consideraban
ayudantes del dios de la lluvia y a los que representaron frecuentemente en esculturas.
Estos y otros seres deformes se podían considerar como seres sobrenaturales bajo
apariencia humana. Servían de distracción a los reyes, pero también eran criados y
cortesanos con puestos de responsabilidad...como los enanos del mito servían al dios de
la lluvia. Esta tradición mesoamericana llegó hasta los aztecas, y los españoles pudieron
ver como enanos, jorobados y albinos, se cuidaban del bienestar personal de su
soberano y le servían de ayudantes privados.
Los símbolos del poder real eran abundantes entre los mayas. Uno de los más
curiosos es un trenzado de esteras estilizado que, colocado sobre los edificios, los
permite reconocer como residencias reales. En muchos casos al soberano se le designa
como “el señor de la estera”90. Se han encontrado también abundantes tronos o asientos
especiales, son especialmente interesante unas especie de palanquines de madera con el

87
Grube, pág. 251,
88
Grube, pág. 157.
89
Grube págs. 150 y 278.
90
Grube págs. 326-327
62

que, al parecer, eran llevados a la batalla y que solían también llevar grabadas imágenes
de algún dios protector. Una vez derrotado el enemigo, la captura del palanquín del rey
vencido era un motivo de orgullo para el vencedor. Así Yikin Chan Kawil, se hizo
representar en el dintel del templo IV de Tikal, sentado en el trono o litera portátil del
vencido rey de Naranjo91.
En las manos, los reyes llevaban una especie de cetro con la imagen del dios
Kawil, un extraño ser con pie de serpiente y penacho de humo o antorcha en la frente,
símbolo del rayo, y divinidad protectora de las monarquías. Sentado en el trono-trofeo
del derrotado rey de Calakmul y portando el cetro de Kawil, se hizo representar Hasaw
Chan Kawil, en el dintel de madera del templo I de Tikal92.
En la cabeza los reyes también llevaban una especie de corona. En realidad era
una diadema con una especie de flor con 3 pétalos . También acabó siendo un símbolo
de los reyes la extraña máscara del dios Hunal, que termina en tres picos, en forma algo
parecida al gorro de un bufón medieval93.
Sin embargo es en un varios grabados del palacio de Palenque donde se ha
encontrado el ejemplo más detallado y especial de corona real. Esta parece como se
traspasaba de padres a hijos. Tenía el aspecto de una tiara hecha posiblemente con
placas de jade, adornada con plumas de quetzal, y con la máscara tricúspide del dios
Hunal. Parece que los mismos símbolos del poder eran tratados como seres vivientes y
en el palacio de palenque se ha encontrado una inscripción que indica que uno de los
cuartos fue construido expresamente para albergar a la corona real. De igual manera
parece que estando el rey prisionero de los enemigos, la legitimidad era mantenida por
la propia tiara que era custodiada en el palacio hasta que se le entregaba al rey cuando
volviera del cautiverio o al nuevo monarca94.
El poder se trasmitía de padres a hijos. Los hijos de los reyes eran denominados
“chok” que literalmente significa “niño”. Algo muy parecido a lo que ocurre en España,
donde se llama “infantes” a los hijos de los reyes. El heredero es denominado “bah
Chok” o “primer niño”. Se elegía el heredero por linaje paterno y, normalmente, el
mayor. El heredero debía someterse a varias ceremonias de iniciación, la primera a los
cinco años, que incluían siempre autosacrificios sangrientos en el que el príncipe debía

91
Grube, pág. 183.
92
Grube, pág. 168. Ver también otro ejemplo de rey con el cetro de Kawil en pág. 97.
93
[Tal vez tenga esto relación con las tres volutas que significaban el poder de Teotihuacan]
94
Grube pág. 97.
63

traspasarse el pene con una espina de raya. Muerto el antiguo rey el nuevo era
proclamado en unas impresionantes ceremonias de entronización que duraban varios
días y que terminaban con la trasmisión de los objetos simbólicos que denotaban el
poder del rey. En los textos jeroglíficos se encuentran frases hechas que denotaban la
entronización del nuevo monarca: “se sentó en el trono real”; “tomo el cetro del dios
Kawil” “se ciñó el tocado real”. También se producía entonces un cambio de nombre,
que debía escoger el nuevo monarca y que normalmente hacía referencia a los dioses y
sus actividades o a animales sagrados considerados manifestaciones de los dioses. Un
mismo nombre se solía repetir abundantemente en una dinastía.
Las mujeres de las familias reales no heredaban los tronos, y tenían, en general
un papel subordinado típico de cualquier sociedad patriarcal. Ahora bien desempeñaron
un papel importante en la política de alianzas por matrimonios 95 y en muchos casos
jugaron un importante papel político como regentes de algunos de sus hijos. Se trata de
casos excepcionales y siempre que la sucesión masculina plantea algún tipo de
problemas. Es el caso de la madre de Pakal, que aseguró el poder durante la minoría de
edad de su hijo, que ascendió al trono con 12 años.
Las reinas son en muchos casos representadas junto con sus esposos, sobre todo
cuando ella pertenecía a un ciudad o dinastía más poderosa que la de su esposo.
También se muestra la importancia de la mujer en su capacidad para trasmitir una
posición social prestigiosa. Por ello los gobernantes se identifican con sus ascendientes
tanto masculinos como femeninos y muchos reyes se hacen representar con sus padres,
en una simbólica trasmisión del poder96. La importancia de algunas reinas fue tan
grande que llegaron a recibir el honor de que se les hiciesen monumentos individuales.
Qizá el caso más conocido es el de la reina Xook de Yaxchilán, viuda del rey Escudo
Jaguar, que en un conocidísimo grabado y tras una extracción ritual de sangre, invoca a
su difunto esposo transformado en dios protector de la ciudad.
Estudios recientes como el de Peter Harrison (1999) o Niclai Grube 2001,
incluso se atreven a dar su apoyo a románticas historias en las que las relaciones entre
los soberanos y alguna de sus esposas se convierten en auténticas historias de amor. En
Tikal, muy cerca del colosal templo IV se encuentra una estructura llmada “Grupo N”
con varias estelas. La Estela 16, fechada en el 711, es un retrato oficial de Hasaw en

95
La poligamia de los monarcas mayas, favorecía este tipo de política mediante alianzas matrimoniales.
96
Es el caso del panel jeroglífico del palacio de Palenque en el que Kan Balam recibe los signos de
autoridad de su padre y de su madre.
64

traje de ceremonia. Al lado se encuentra el Altar 5, un gran bloque de piedra circular de


la misma fecha y en el que Hasaw, acompañado de un pariente, se hace representar
arrodillado ante los restos de su esposa que había muerto en un ciudad vecina. El motivo
era trasladar los restos a Tikal ante el temor de que la tumba de su esposa cayese en
mano de unos probable invasores97.
Con todo lo más frecuente es que las reinas aparezcan junto a sus esposos, pero
en posición subordinada. En los frescos de Bonampak, la reina aparece en un par de
ocasiones. En una de ellas a compaña a su esposo y a varios guerreros para presenciar
un sacrifico de prisioneros, pero el artista la coloca en un discreto tercer puesto
precedida por dos guerreros con pieles de jaguar. En segundo lugar se le dedica otro de
los paneles de Bonampak. Allí las mujeres aparecen representadas todas juntas, como en
una especie de harén. Con ellas conviven los niños y se dedican a la muy femenina tarea
de sacrificarse...atravesándose la lengua con espinas, que les son proporcionadas por un
servidor que, de rodillas, se las ofrece respetuosamente98.
Los monarcas poderosos no solo trasmitían el poder a sus hijos, sino a otros
reyes menores o vasallos. Antes del año 400 d.C. el título de Kuhul Ahaw, es decir
Sagrado Señor, solo se aplicaba a los monarcas de las ciudades poderosas, que no eran
más de una docena. A partir del 450, el título comenzó a extenderse y a fines del
periodo clásico, casi todos los monarcas lo llevaban. Con todo muchos monarcas debían
admitir que habían accedido al tono gracias al apoyo y bajo la protección de otro. En
este caso el subordinado se declaraba “Yahaw”, que es lo mismo que vasallo o servidor.
En los jeroglíficos la frase que se emplea es que un determinado Yahaw “se ciñe la cinta
real a la cabeza por la autoridad” de un Kuhul Ahaw. Una pieza arqueológica muestra
de una manera muy clara esta red de dependencia. Se trata del “Tablero nº 2” de la
ciudad de Piedras Negras (Petén Guatemala)99. La estela es del siglo VII, pero refleja
un acontecimiento ocurrido en el año 501. En esta época Piedras Negras era una
potencia en el valle del Usumacinta y el soberano de esa ciudad aparece en gran tamaño
y en pie, seguido por su heredero100. Delante de ellos se arrodillan seis gobernantes de
ciudades subordinadas como Bonampak, Yaxchilán o Lacanhá.

97
Grube 228; harrison 138-139.
98
Grube, pág. 243.
99
Grube, pág. 166.
100
[El heredero, por cierto, lleva las anteojeras de Tlaloc, lo cual no es extraño en el siglo VI, cuando la
influencia de Teotihuacan debía estar en su apogeo].
65

El rey ha muerto y se ha convertido en dios. Aun desde la tumba podrá trasmitir


a su heredero una buena parte de su poder. Por ello el nuevo rey debe terminar de
construir la tumba que su padre, seguramente empezó en vida.
Eso hizo Yikin Chan Kawil al terminar la construcción del templo sepulcral de
su padre, el mágnifico templo I de Tikal. Allí en 1962, el equipo de arqueólogos [¿de la
Univesidad de Pennsilvania?] dirigidos por Aubrey Trik, la descubrio en 1962. En la
llamada Tumba 116, el cadáver estaba de espaldas y portaba fastuosas joyas de jade.
Además de orejeras, brazaletes y tobilleras, llevaba un collar ancho de perlas de jade
alargadas y en la región abdominal otro colgante con 114 perlas redondas de jade.
También apreció un vaso de mosaico de jade. El vaso tenía una interesante tapadera con
una inscripción con el nombre de Hasaw Chan Kawil, lo que, además de la riqueza del
ajuar, ha servido para considerar el hallazgo como la tumba del gran monarca de
Tikal101.
El caso de la tumba del propio Yikin Chan Kawil, existen discusiones sobre si su
enterramiento coincide con los restos encontrado en la tumba 196, situada al sur del
templo II en la estructura denominada 5-D-73. La riqueza del ajuar hace pensar que es
una tumba real y la presencia de otro vaso de mosaico de jade, de factura muy parecida
al de la tumba del Templo I, ha hecho pensar a muchos que se trata de la tumba de
Yikin y que el retrato de la tapa del vaso es su propio retrato. Desgraciadamente la tapa
no tiene inscripciones y eso ha llevado a algunos arqueólogos a tener dudas sobre
semejante identificación102.
Con todo no hay tumba más grandiosa en toda el área maya, y quizá en toda la
América prehispánica, incluida las de Sipán, que la que guarda los restos de Hanab
Pakal bajo el Templo de las Inscripciones de Palenque.
El templo de las Inscripciones, situado al lado del Palacio, es una estructura de
unos 25 metros de altura hasta la base superior de la pirámide. Su adoratorio tiene cinco
vanos y una planta 22 metros de largo por 7 de ancho y contando con su altura y la de la
crestería de peineta, que hoy ha perdido, el templo debía elevarse por encima de los 35
metros de altura. En la decoración de estuco que lo adornaba, todavía pueden apreciarse
escenas de cómo Chan Balam daba los últimos toques a la tumba de su padre.
En 1949 el arqueólogo mexicano Alberto Ruz Lhuillier se dio cuenta que en el
suelo del adoratorio, algunas de las losas presentaban unos tapones de piedra. Al
101
Grube pág. 69 y Harrison págs. 143-145.
102
Grube 67 y Harrison 162.
66

levantar dichos tapones, aparecieron unos agujeros que se habían utilizado para pasar
cuerdas con los que levantarlas. Una vez removidas las losas aparecían los iniciaos de
una escalera totalmente rellenada con piedras y escombros. Tres años le llevó a Ruz
desescombrar las 300 toneladas de cascotes y piedras que llenaban el hueco de la
escalera. Esta estaba construida en dos tramos, estaba cubierta por una sucesión de
bóvedas falsas mayas y a todo lo largo de la pared, quedaban restos de un tubo de
arcilla, empotrado en una acanaladura. Se trataba de un “psicoducto” o “canal del
alma”, que permitiría al difunto comunicarse con sus descendientes que lo
invocarían desde lo alto del templo.
La cripta estaba situada exactamente en el centro de la pirámide, a unos 26
metros de profundidad desde el arranque de las escaleras. Es decir, prácticamente a la
altura del nivel de la plaza de ceremonias, con la parte inferior de su estructura
ligeramente por debajo de dicho nivel. Es decir, que al difunto se le había colocado a
propósito a medio camino entre el inframundo del interior de la tierra y el nivel celestial
representado por la pirámide o montaña sagrada que tenía encima.
La cripta era una obra maestra de ingeniería, pues soportaba con sus falsas
bóvedas mayas, las 50.000 toneladas que pesaba la pirámide. Una pesada puerta
triangular de piedra cerraba un espacio de 10 metros de largo, 4 de ancho y 7 de alto.
Su superficie estaba prácticamente cubierta por un enorme sarcófago de piedra de 4x2
metros (en realidad 3,79 por 2,20 metros). La tapa era un solo bloque de piedra que
pesaba 5,5 toneladas. El recipiente del cuerpo era otro bloque monolítico que pesaba 15
toneladas. El tamaño de las piezas y la estrechez de la puerta y escalera, indica que el
sarcófago y la cripta fueron colocados con anterioridad a la pirámide que fue construida
ex profeso a modo de gigantesco envoltorio.
La entrada de Alberto Ruz en la cámara sepulcral de Pakal se produjo el 13 de
junio de 1952, una ocasión memorable para la arqueología prehispánica y solo
comparable, salvando las distancias, a aquel 28 de noviembre de 1922 en el que Howard
Carter descubriese “las cosas maravillosas” de la tumba de Tut Ank Amon103.
A la entrada de la cámara estaban los cuerpo de cinco personas de ambos sexos
que habían sido sacrificados ritualmente. No había oro, pero si preciosas joyas de jade
verde, el oro de los mayas, y sobre todo unas impresionantes esculturas, verdaderas
piezas maestras del arte maya y universal. Destaquemos dos máscaras de mosaico de
103
Para no ser etnocentristas, no debemos dejar de nombrar otro descubrimiento, tanto o más
impresionante: la tumba del primer emperador chino Chin Si Huangdi y su ejercito de terracota.
67

jade. Una de ellas estaba depositada sobre el cadáver, constaba de más de 200 piezas.
Supone una verdadera “cara para la eternidad” que entre los labios mantenía un amuleto
protector en forma de “t”. La otra máscara de jade verde es más pequeña, apenas 10 cm.
Construida también con elementos yuxtapuestos, muestra los rasgos de un anciano,
posiblemente el mismo Pakal, que murió con 91 años. De esta obra maestra se
desprende una tremenda sensación de majestad y autoridad.
Debajo del sarcófago los arqueólogos encontraron dos cabezas de estuco de 29 y
24 centímetros que se suponen son dos retratos de Pakal. En la primera se le representa
como un joven casi adolescente y en la segunda, como un hombre joven en la plenitud
de su fuerza.
La tapa del sarcófago llena de jeroglíficos nos han permitido saber muchos
detalles de la vida y de la muerte de este personaje: Nació en el 603; subió al trono en el
615; en el 635 nació su heredero Chan Balam y en el 675, dieron comienzo las obras de
su sepuntura. La muerte de Pakal tuvo lugar el 28 de agosto del año 683, después de
más de 80 años de reinado.
Pero la pieza más conocida de la tumba de Pakal, y una de las más famosas del
arte maya, es el grabado que adorna la parte superior de la tapa sepulcral. Aunque ha
querido ser interpretada como una prueba de conexiones extraterrestre, es en realidad un
cosmograma, un “imago mundi” una visión del universo maya en la que el rey es
tragado por el monstruo de la tierra, pero, como el díos del maíz, renace y se transforma
en el árbol que sostiene los cielos. Así el rey es el “axis mundi” el eje del mundo que lo
sostiene todo y comunica los diversos planos de la realidad y a los hombres con los
dioses.

b-1-2) Los Kuhul Ahaw como intermediarios divinos.


En el apartado anterior hemos visto a los reyes mayas sentados entre
almohadones, rodeados de ricas joyas de jade o hermosos vasos pintados rebosante de
espumoso cacao, mientras una corte de servidores los atiende y enanos y bufones los
divierten.
Una de las principales razones que explican su privilegiada situación es que
habían logrado convencer al resto de sus contemporáneos de que ellos eran los
perfectos interlocutores y los más eficaces intercesores ante los caprichos de la
divinidad, en suma los principales intermediarios entre los hombres y los dioses.
Los reyes decían saber como influir de manera favorable sobre el destino. Como
68

hacer que el Sol saliese cada mañana, que la lluvia cayese en el momento y en las justas
proporciones, conocían, porque sabían como comunicarse con los dioses, cuando
convenía iniciar la siembra o comenzar una batalla.
La pregunta es: ¿este poder ideológico tuvo inicialmente unas bases
materiales bien en forma de un poder militar o económico? El asunto no está claro,
aunque lo vamos a discutir en el siguiente apartado que muestra a los soberanos mayas
como jefes guerreros, pero lo cierto es que, una vez que los demás miembros de la
sociedad de los mayas aceptaron el papel de intermediarios divinos de sus gobernantes,
estos consolidaron y refrendaron su posición de privilegio.
De esta manera, la religión entre los mayas, como entre la mayoría de las
culturas, se convertía en un instrumento valido tanto para mantener la cohesión de
la sociedad como para salvaguardar las relaciones asimétricas. La religión no solo
servía para regular las relacione de los hombres con lo sobrenatural, sino también
para regular el acceso de los hombres a los cargos y con ellos al dominio de la
tierra y de su riqueza.
En resumen, aunque las causas y los mecanismos profundos que llevaron a los
reyes a hacerse aceptar como intermediarios entre hombres y dioses sean discutibles, lo
que si sabemos es la justificación que ellos ofrecían y los rituales con que
escenificaban su sagrada misión, que era uno de sus principales cometidos en la
sociedad.

*
La conexión con los dioses, en realidad precisaba, en realidad de una
cadena de intermediarios. Una cadena con, al menos dos grandes eslabones. El rey
era el eslabón terrestre. El celeste estaba constituido por los antepasados de los
monarcas, que habían sido reyes antes que ellos, pero que una vez muerto habían
pasado a convertirse en dioses. ¡Que mejor intermediario que un padre, un abuelo, o
el fundador de la dinastía para acceder a los secretos, los designios o los caprichos
de los demás dioses!
Son muchas las imágenes que el arte maya nos ha dejado de antepasados
deificados. Así tenemos las numerosas estatuas de Copán en las que el fundador de la
dinastía Yax Kuk Mo es representado como el Sol: Kinich Yax Kuk Mo (Primer quetzal
Papagayo con el rostro del Sol)104. También puede citarse la imagen del sarcófago de
104
Grube pág. 270.
69

Pakal, en el que es representado con los atributos del dios del maíz. Esto se venía
haciendo, además, desde hacía muchos siglos, pues en la cueva de Lotún (Yucatán,
México) se encuentra la representación de un soberano ya fallecido con los atributos de
Chaak, dios de la lluvia, y que se supone fechada entre el 300 a.C y el 100 d.C105.
La frontera entre los dioses y los miembros difuntos de las familias reales son
muy difusas o inexistentes. Y si uno considera que sus ancestros son dioses, ¿por qué no
llegar a creer que todos los componentes del panteón son como ancestros lejanos a los
que se podía invocar para hablar con ellos?
Invocar a los antepasados deificados, esa era la principal liturgia de la
religión maya en la que el rey es el principal oficiante. El rey mostrará tanto más su
sagrado poder, cuando demuestre que tiene un mayor poder mágico para conectar con el
más allá.
¿Donde se realizaría esta comunicación con los antepasados? En primer lugar en
los santuarios que coronaban las pirámides. Estos edificios servían, como sabemos, de
ejes simbólicos que conectaban los tres planos de la realidad: cielo-tierra-inframundo.
Pero este papel de intermediarios sagrados también tenía un coste y los reyes
pagaban sus privilegios con durísimas sesiones de autosacrificio. Los monarcas se
sometían a largas sesiones de penitencias que incluían aislamiento, ayunos, y sangrías
La efusión de sangre real era fundamental. Los monarcas se pinchaban con
agudas espinas de manta raya o se hacían cortes con afiladas cuchillas de obsidiana en
los lóbulos de las orejas o en el pene o en otras partes del cuerpo. Como decía Diego de
Landa: “se atravesaban lo superfluo del miembro vergonzoso, dejándoselo como las
orejas”106. Las reinas se pasaban cuerdas con espinas por la lengua 107. La sangre vertida
se recogía en tiras de papel de maguey y se quemaba junto con copal, para que se
elevara y sirviese de alimento a los dioses.
Pero el rey debía comunicarse con los dioses y para ello tenía que entrar en un
trance o éxtasis místico. Para ello, a la debilidad que le producían las sangrías y ayunos
se sumaba, tal vez, la danza continuada y la música monocorde y, sobre todo el

105
Grube pág. 305.
106
Grube, pág. 265.
107
Grube, pág. 154. Dintel 24 de Yaxchilán. La reina Kabal Xook se pasa por la lengua una cuerda con
espinas en presencia de su esposo Itzamnáh Balam (Escudo Jaguar II) que la alumbra con una antorcha.
Clásico Tardío hacía el 726 d. C. British Museum 1.10 metros por 0,80 metros y 0,10 de grosor.
70

consumo por vía oral, respiratoria o anal108 de multitud de sustancias psicoactivas y


alcohólicas109. Las drogas modificaban la conciencia y la percepción de la realidad,
dando lugar a potentes visiones. En ellas los muertos parecen hablar; surgen animales
míticos; los lugares distantes aparecen próximos o el propio rey creía convertirse en un
animal y podía, por ejemplo, sobrevolar su ciudad como un pájaro. Todas estas
sensaciones se producían en función de las expectativas y de los patrones culturales de
los consumidores.
La inconografía maya representa estas visiones con la cabeza de una gran
serpiente, que sale del humo que producen las tiras de papel ensangrentado al
quemarse. De la cabeza de la serpiente sale la efigie de un antepasado. Son las
conocidas como “serpiente-visión”, que tiene uno de sus mejores ejemplos en un panel
de Yaxchilán, que muestra la visión de la reina Xook, viuda del rey Escudo Jaguar, al
que invoca como protector de la ciudad 110. La serpiente es en la cosmovisión maya un
símbolo del cielo (Chan significa tanto serpiente como cielo o celestial) El cielo esta
representado entre los mayas por una serpiente bicéfala que se traga el Sol por el este y
lo expulsa hacia la tierra por el Oeste. Las serpientes eran un símbolo de la conexión
entre el cielo y la tierra, los dioses descendían por ellas como si se tratara de una
escalas, y de alguna forma funcionan como un cordón umbilical que unía a los
miembros de una misma estirpe. Precisamente por ello, los antepasados divinizados a
parecen representados entre las fauces de la gran Serpiente Visión.
En las escenas de alucinaciones, a veces se representa un extraño dios, llamado
Kawil111, saliendo de las fauces de la “serpiente visión”. Este tiene un pie en forma de
serpiente y de su cabeza surge una antorcha, que representa al rayo. Hoy se piensa que
108
Se han encontrado ejemplos de personajes que se inyectan especie de lavativas por vía anal. Para
algunos se trata de enemas depurativos. Para otro una forma de que las mucosas del intestino absorbieran
la droga. Por esta vía podían introducirse drogas que, por vía oral, hubiesen estragado considerablemente
los nervios terminales del gusto.
109
Se considera que el Spondylus posee efectos alucinógenos y de ahí su importancia ritual. Grube pág.
295.
110
Grube, pág. 106. Dintel 25 de Yaxchilán. Fechado hacia el 726. British Museum de Londres. Piedra
caliza de 1,30 por 0,80 metros. De las fauces de la serpiente sale un guerrero armado con tocado de
borlas y una máscara de “ojos saltones” [¿anteojeras de Teotihuacan?]. El texto lo señala como el
principal dios protector de Yaxchilán denominado Pedernal Escudo. Otras fuentes consideran que se trata
del rey Escudo Jaguar, difunto esposo de Xook. Ver: David M. Wilson: The collections of The British
Museum. London , 2001, pág. 113-114.
111
Inicialmente era conocido por dios K.
71

este dios del rayo y la serpiente celestial están directamente relacionados 112. Quizá
se trate de la misma divinidad que adquiere formas diferentes. Se ha interpretado como
protector de los monarcas, que suelen llevarlo en la mano a modo de cetro. Pero
también se le considera un símbolo de la continuidad dinástica divinizada y,
posiblemente, tiene que ver o representa el renacimiento de deidades y ancestros.
Esta idea de renacimiento quizá tenga que ver con el hecho de que, a veces, el
dios kawil se representa como un niño en brazos de los monarcas. Convertirse en
niño es renacer. Se puede elucubrar que a los dioses se les alimenta con la propia sangre
del monarca; se les amamanta con sangre y se les hace renacer convertidos en niños.
Así, además, se establecería una relación de parentesco simbólico entre el rey y el dios
renacido. Con esto los mayas continúan una vieja tradición iconográfica que se
hunde en los remotos tiempos de los olmecas, pero que en realidad seguimos sin
entender completamente.
Pero el rey, además de entrar en contacto con los dioses en el interior de los
estrechos santuarios de los templos o incluso en los laberintos subterráneos que se están
empezando a encontrar en algunos palacios, también muestra su conexión con los dioses
en rituales públicos que incluyen danzas y juegos. Estos rituales se celebraban con
motivo de diversas festividades religiosas, pero eran especialmente brillantes al termino
de algunos ciclos temporales, como por ejemplo los periodos de 20 años o katunes.
Ocasión esta propicia para grandes rituales, además de para el levantamientos de estelas
y edificios conmemorativos.
Las celebres pinturas de Bonampak nos muestran hacia el año 790 al soberano
Yajaw Chan Mwan (Servidor del Halcón Celestial) celebrando un complejo ritual que
incluía el sacrificio de prisioneros, pero también una compleja danza. En las pinturas
vemos a los integrantes de la orquesta con grandes tambores de madera y piel, maracas,
trompetas, caracolas e instrumentos de percusión que pueden ser conchas de tortuga
rascadas con palos. En otra escena el señor se viste con unos ropajes y plumajes dignos
de un dios para comenzar la danza. Se aprecian también personajes disfrazados con
caretas de animales o dioses que danzan al son de instrumento de viento. Finalmente, un
gran panel de la cámara tercera 113 muestra que las escenas de baile iban también
acompañadas por sangrías y autosacrificios: En las escaleras de una acrópolis o
pirámide, el rey rodeado de nobles, danzan revestidos con enormes tocados de dioses.
112
El rayo surge de los cielos. Grube, pág. 268-269.
113
Grube, págs. 242-243.
72

Al monarca se le reconoce con el tocado del dios Sol. A la cintura llevan como dos
grandes alas “alas de danzantes” y paños ensangrentados, muestra que se han
sacrificado perforándose el pene. Las alas están extendidas, para dar a entender que,
como los derviches, giran sobre si mismos hasta entrar en trance.
Otro de los rituales en los que el monarca solía participar era en los relacionados
con el juego de pelota. Aunque más adelante trataremos extensamente sobre el
significado ritual de este juego, digamos ahora que los contendientes representaban la
lucha que enfrentó a héroes divinos del mundo exterior con otros del inframundo, lo
cual dio origen al nacimiento del Sol, de la Luna y del maíz. En ese mito, uno de los
héroes moría engañado por los malvados dioses del inframundo, pero renacía convertido
en el dios del maíz. En las escenificaciones de la mitología maya, las andanzas del dios
del maíz era, sin duda, un papel de verdadero protagonista, y los reyes mayas solían
adjudicarse su interpretación.
Entre los muchos papeles divinos que los reyes representaban, el del dios del
maíz era el más brillante y cargado de simbolismo. El ciclo de la planta, que incluía la
desaparición de la semilla en el interior de la tierra para dar lugar seguidamente a su
renacimiento en forma de vigorosa espiga, era presentado como una metáfora de la vida
cíclica de la monarquía. La muerte del viejo rey era como la siembra de la semilla y el
heredero representaba el nacimiento de los nuevos brotes de maíz, pero al mismo
tiempo significaba una reencarnación de su antecesor, con lo que se entraba en un
círculo infinito de vida-muerte-reencarnación. Era en el fondo una parábola, una imagen
accesible y comprensible para todos, desde los sencillos campesinos a la nobleza. A lo
largo de su vida, el rey podía representar los diversos momentos del mito y aparecer
vestido como uno de los jugadores-héroes; transmutado en joven dios naciente y,
cuando llegaba el final de su existencia, aparecer representado, como lo fue Pakal en la
tapa de su sarcófago, en la semilla que al ser enterrada permite su reencarnación y el
mantenimiento de la vida.
No es difícil comprender que los monarcas mayas de tanto querer presentarse
como descendientes de los dioses, terminaran por considerarse a ellos mismos como
verdaderos dioses. Ya hemos comentado que el título de Kuhul Ahaw, es decir “sagrado
señor” se extendió a partir del año 400 a casi todos los gobernantes de las ciudades
mayas, aun de las de mediano y pequeño rango. Tenemos bastantes pruebas
arqueológicas de esta progresiva divinización de los monarcas. Así por ejemplo, la
iconografía quería representar la entronización de un nuevo rey, utilizaba los mismos
73

modelos que empleaba para mostrar la entronización por los dioses del dios supremo
Itzamnáh, de tal manera que los personajes históricos se apropiaban de la función de
dioses114 . Otra representación no menos significativa es la que lleva a mostrar al rey en
algunas estelas con los atributos del árbol sagrado que sostenía la bóveda celeste. Eso es
lo que quiso mostrar el soberano 13 de Copán, cuando en el año 731 se hizo
representar en la Estela B115 con el ropaje que lo identificaba con el árbol-cruz del
centro del universo (Wakah Chan). Su penacho eran las plumas del ave sagrada que
representaba al supremo dios celeste Itzamnáh y su falda con cinturón del que cuelgan
hojas y flores es la del dios del maíz. En suma el rey se representa a si mismo como el
“axis mundi”; el centro del universo que trasciende desde el plano terrestre al celeste y
es el soporte de todo.

b-1-3) Los Kuhul Ahaw como jefes guerreros.


Los investigadores se han dado hace relativamente poco tiempo que los mayas
no constituían unas pacíficas teocracias, sino un conjunto de rivales y agresivas
ciudades-estado116. La idea de los “pacíficos mayas” es muy difícil de erradicar a pesar
de que sus monumentos representan con muchísima frecuencia motivos bélicos; armas;
prisioneros encadenados, aplastados, pisoteados, torturados y, finalmente ejecutados.
La pacífica sociedad de los mayas es una utopía, pero eso no significa que, como
en el movimiento de un péndulo, pasemos a considerarlos ahora como una sociedad más
violentas y crueles que otras. Con todo, la novedad de que los mayas si eran, como
todas las humanas, una sociedad violenta, quizá haya podio influir en que, en estos
últimos tiempos se quiera explicar su rígida jerarquización social y la propia existencia
de las monarquías hereditarias, como producto de la propia activad guerrera. En el
apartado anterior nos preguntábamos cual sería el instrumento primero y fundamental
que emplearon los reyes para llegar a adquirir su condición de “señores sagrados” e
intermediarios entre los dioses y los hombres. La mayoría de los investigadores
responden hoy que fue su éxito como señores de la guerra lo que les llevó a alcanzar la
privilegiada situación en la sociedad y adquirir, posteriormente un estatus semidivino.

114
Grube , pág. 282-283. Entronización del rey de Palenque Ankal Mo Naab el año 721.
115
Grube pág. 292-293.
116
Schele, Linda y Mary Ellen Miller: The blood of Kings. Dynasty and Ritual in Maya Art. Fort Worth,
1986, pág. 3. “The Maya these were no peaceful theocracies, as claimed by Morley and Thomson, but
rival and very aggressive city-states”.
74

La teoría que explicaría la concentración del poder mediante modelos bélicos, se


denomina también “del medio ambiente circunscrito”117, pues estima que fue la escasez
de tierras cultivables en un medio donde los recursos estaban tan limitados por la
presencia apabullante del bosque tropical lo rodeaba todo [¿de ahí lo de circunscrito?]
que provocó que cualquier aumento de la población, por escaso que fuere, era capaz de
provocar una superpoblación relativa y disparar los conflictos.
Así pues la fuerte jerarquización de la sociedad maya tendría que ver tanto con
la escasez de suelo agrícola como con la guerra que esto desencadenaba. Fuedel explica:

“De acuerdo con este modelo, ciertas áreas de las tierras bajas, particularmente
los sistemas ribereños del Usumacinta y Belice, tuvieron un potencial agrícola
mayor que otras áreas. La población de estas áreas favorables crece más
rápidamente, hasta el punto de que la tierra se vuelve escasa y los conflictos se
desatan entre las comunidades. La necesidad de líderes militares y de
individuos autoritarios...lleva a la emergencia de una élite. La densidad de la
población ya era alta en las Tierras Bajas, así que los vencidos en la guerra entre
aldeanos no pueden emigrar; tenían que quedarse en sus casas y pagar tributo a
los jefes vencedores, cuyo poder su así aumentando”118 .

Dicho de otra manera: la fortísima jerarquizacción de la sociedad Maya no sería


otra cosa que una forma de adaptación a los constantes conflictos entre las ciudades
mayas por la escasa tierra de alta productividad. El conflicto generaría la sociedad
piramidal maya como una respuesta de adaptación. La presencia de grupos
dominados y esclavizados, aumentaría la asimetría social y reforzaría el
autoritarismo piramidal maya.
Pero hay que reconocer que no todos los investigadores están de acuerdo con
este modelo. Para algunos, fue el comercio a larga distancia el que propició la aparición
de grupos dominantes. Según esto los mayas se vieron abocados a realizar intercambios
a larga distancia para obtener sal, obsidiana y piedras duras para moler el grano. Los

117
Parece que son teorías de finales de los años 70. Sanders, William: Environmental heterogenity and
evolution of lowland Maya civilization. Y Webster, David: Warfare and the evolution of Maya
civilization. Ambos trabajos en: R.E. W. Adams (edit): The origins of Maya civilization. Albuquerque,
1977, págs. 287-289 y 335-371 respectivamente.
118
Fiedel, pág. 317.
75

jefes que supervisaban el transporte y la distribución de los bienes comerciales se


convirtieron en un élite poderosa. Ellos proporcionaban los objetos más valiosos que se
empleaban en el culto a los dioses y esto les llevó a convertirse en los intermediarios
religiosos. Ellos terminaron acaparando el jade y otros objetos valiosos y su poder
culminó en la formación de monarquías hereditarias119.
También se ha sugerido que la autoridad se hizo necesaria como consecuencia
de la necesidad de organizar la agricultura intensiva de los grandes pantanales.
Finalmente Richard Hansen no cree que la teoría de la escasez de terreno y la guerra
expliquen la complejidad social, al menos en el Preclásico Tardío, pues durante esta
época, cuando ya existían complejas sociedades en la cuenca del Mirador, permanecían
casi despobladas las cuencas fluviales y los lagos donde en el Periodo Clásico iban a
aparecer las potencias dominantes120.
*
En fin, sea o no la guerra la causa principal o única de la creación de las
monarquías mayas, lo que es indudable es que la violencia fue un componente muy
importante de la sociedad y que los reyes mayas, a todo lo largo del Clásico, tuvieron en
su condición de jefes militares una de sus principales tareas y, además, esto es visible
desde los primeros momentos del periodo.
Si en el Preclásico predomina la representación impersonal de divinidades y
temas cósmicos, al final de este periodo ya aparecen las primeras representaciones
conocidas de prisioneros, acompañando al surgimiento de estados poderosos como El
Mirador y Nakbé. A comienzos del Clásico, la famosa placa de Leiden, fechada en el
año 320 d.C. contiene una de las primeras inscripciones calendáricas , pero también la
imagen de un rey pisoteando a un prisionero, de un modo muy similar a como se
representaba a los faraones egipcios derribando a sus enemigos. A partir del siglo VI, la
temática bélica se hace cotidiana y preponderante. El rey es idealizado como señor de la
guerra y constituye un importante elemento de propaganda de la monarquía. Se le
representa con detalle en los enfrentamientos en los que toma muchos prisioneros y
siempre sale victorioso, pues de las derrotas no se habla, salvo si estas son un
precedente del triunfo final y pueden significar un ejemplo de resistencia al infortunio o
como modo de justificar las hostilidades. Y así hasta llegar a los últimos momentos de
esplendor del Clásico, como en la ciudad de Uxmal, que a principios del siglo X, tiene
119
Fiedel 317.
120
En Grube, pág. 59.
76

como decoración de muchos de sus edificios y estelas las victorias de su rey Chan
Chaak.
¿Qué tipo de guerra practicaban los mayas? Los mayistas de la primera mitad del
siglo XX consideraron que las escenas de violencia del arte maya representaban
agresiones menores y ritualizadas capturas de prisioneros. Hoy se sabe que eran
auténticas guerras y verdaderas batallas que se producían dentro de un ambiente de
intrigas y lucha por el poder en donde los cambios de alianzas y las traiciones eran
moneda corriente.
Claro que quizá los conflictos militares entre los mayas no puedan calificarse
tampoco de “guerra total”. Entre los mayas no hubo una violencia desenfrenada, sino tal
vez una violencia calculada. Lo que de verdad querían los soberanos mayas era
convertir en tributarios a los vencidos y así adquirir mayores cotas de riqueza y poder.
Las escenas de recepción de tributos ante soberanos sentados en sus tronos, son uno de
los motivos más frecuentes en las vasijas pintadas mayas. Es posible, por tanto, que
existiese un cierto “código de honor” en las guerras que impedía la aniquilación total de
los vencidos y la destrucción sistemática de las ciudades rivales, pues si se sembraba de
sal la ciudad, ¿quién iba a proporcionar los tributos? Es posible que la ruptura, por las
razones que fuesen, de este código, fue una de las causas de la caída de los mayas a
partir del siglo X.
Uno de los procedimientos que empleaban los vencedores para consolidar su
dominio era raptar a los hijos de los reyes vencidos. Estos príncipes eran tenidos como
rehenes en la corte del vencedor, donde se les educaba según las costumbres locales de
tal manera que, más adelante pudieran ser colocados en el trono de la ciudad vencida y
pudieran actuar como un peón en la estrategia de la potencia hegemónica.
A favor de la existencia de una violencia calculada y limitada también habla la
inexistencia de murallas en las ciudades mayas. Se han argumentado muchas cosas: que
las ciudades estaban defendidas por muros de madera que hoy se han perdido. También
puede ser que las altas pirámides cumpliesen también el papel de verdaderas fortalezas.
Finalmente la aparición de algo que parece ser trabajo de fortificación en Tikal ha hecho
surgir otra tercera hipótesis. Se trata de un terraplén antecedido de un foso de 4,5
metros, que se extiende por una longitud de 9,5 kilómetros. Parece a todas luces un
parapeto defensivo, pero este no protege los principales edificios civiles o religiosos,
sino una amplia zona de pantanales. Se ha propuesto la hipótesis que el ataque y la
defensa de las cosechas sería una de las estrategias claves en la guerra entre los mayas.
77

Finalmente se ha discutido también si entre los mayas existía algo semejante a


una casta guerrera y, por tanto, un ejército más o menos permanente. No es segura la
respuesta, pero las fuentes coloniales mencionan la existencia de una élite militar de
guerreros que conducían al combate a campesinos que habían sido separados de sus
labores agrícolas, aunque para que este tuviera el mínimo efecto posible, parece que las
guerras se producían en las estaciones secas, cuando la cosecha estaba ya recogida.
El comienzo de las guerras no solo estaba limitado por los ciclos agrícolas.
También intervenían componente mágicos y religiosos. En ese sentido el planeta venus
era concebido por los mayas, como por otros pueblos mesoamericanos, como un señor
celestial de la guerra, cuya presencia en el cielo causaba pavor. Se representaba por una
divinidad que con ayudas de un lanzadardos atraviesa a sus enemigos tendidos en el
suelo. Se ha dicho que todo ello se debía a que la aparición de la estrecha al anochecer o
al atardecer, que es cuando se realizaban los ataques, servía de guía a los guerreros, pero
lo cierto es que a pesar de la importancia que venus tenía en la guerra, no se ha podido
establecer con claridad la relación entre el complicado ciclo del planeta y las épocas en
las que los mayas hacían la guerra. Quizá esta viniese determinada tanto por criterios
tácticos como esotéricos, junto con los imperativos del año agrícola y de la
meteorología.
El arte maya nos ha dejado la mejor muestra de lo que podía ser la guerra entre
los mayas en los muros pintados de la localidad de Bonampak en el valle del
Usumacinta. Por esta pinturas (complementadas con informaciones de las vasijas
pintadas y las estelas y los paneles de muchos palacios) sabemos cuales eran las armas
principales de los mayas. Entre las ofensivas destacaba la lanza con punta de pedernal,
en algunos casos dentado. Entre las defensivas estaban los escudos de madera recubierto
de cuero y las corazas de algodón trenzado o de fibra de palma. Los propulsores de
dardos son un arma de origen centromexicano, pero muchos reyes eran representados
con ellos, pues se admiraba la gloria militar de Teotihuacan.
Los guerreros entraban en combate acompañados del estruendo de trompetas,
caracolas y tambores de madera o de concha de tortuga. Los guerreros llevaban
banderolas a la espalda, como los japoneses. Los contendientes, sobre todos los
principales combatientes, son reconocibles por sus adornos, que incluían las cabezas
trofeos de sus anteriores enemigos y también complicados tocados y máscaras de
dioses, lo que debía impresionar al contrario, pero también dificultar los movimientos.
78

Era también costumbre llevar imágenes de dioses al combate y algunos objetos


que simbolizaban el poder y el prestigio de la ciudad. Además de los estandartes-
sombrilla, lo más importante eran unas especie de palanquines o tronos portátiles de
madera. Estos tronos llevaban efigies de dioses y eran utilizados por los reyes para ser
transportados en ellos hasta el combate. Arrebatar estos tronos portátiles al enemigo era
el mayor signo de victoria. Por ello los soberanos victoriosos de Tikal, se hicieron
representar en los santuarios de sus templos sentados en los tronos arrebatados a sus
principales enemigos121.
La guerra tenía muchas veces un desenlace en la tortura y muerte de los
prisioneros tomados en el combate. La iconografía no deja lugar a dudas: a los mayas
les gustaba tomar prisioneros a sus enemigos para exhibirlos como trofeos, humillarlos
y, a veces, torturarlos y matarlos. A los prisioneros se los suele representar
semidesnudos, con los brazos atados a la espalda y siempre con unas largas tiras de
papel atravesándoles los lóbulos de las orejas. Los textos se refieren a ellos como
“nawah” o “adornados”, es decir una manera irónica de indicar que habían sido
desposeídos de sus símbolos de estatus más importante, las hermosas orejeras de jade,
las cuales habían sido sustituidas por esos “adornos” de simples tiras de papel122.
Pero a veces, los prisioneros tienen algunos signos que los identifican con un
dios. Esto era debido a que las luchas entre los señores mayas eran consideradas como
remedos de luchas entre dioses y el vencido era revestido con atributos de dioses que,
según la mitología maya habían sufrido muerte o sacrificios a manos de otros dioses
vencedores, que en este caso eran representados por el monarca victorioso.
El lugar del sacrificio de los prisioneros era muchas veces el campo de juego de
pelota, un lugar que representaba al inframundo y en el cual, según los viejos mitos, los
dioses habían luchado y muerto. En muchos casos se les arrojaba por las escaleras de las
canchas atados a grandes pelotas de caucho o simplemente se les decapitaba.
Existen incluso algunos indicios de que podían existir casos de canibalismo
ritual. En un texto de la ciudad de Yaxchilán se dice que los enemigos vencidos eran la
“comida de los dioses” y no se está seguro de que esto se trate de una simple metáfora.
Sin lugar a dudas, la escena de tortura de prisioneros más famosa del arte maya
vuelven a ser los frescos de Bonampak. En la cámara 2 el rey Yahaw Chan Muwan
(Servidor del Halcón Celestial) preside hacia el año 790 la tortura y ejecución de los
121
Grube 169-183.
122
Grube, págs. 174 a la 179.
79

prisioneros que se habían tomado en la batalla que se representaba en la pared opuesta


de la misma cámara123. El monarca está vestido con una piel de jaguar y empuñando una
lanza, también adornada con pieles de jaguar, presencia la escena desde lo alto de unas
escalinatas y en una posición central. A su izquierda y derecha, también sobre la parte
alta de las gradas, los nobles de su corte acompañan al rey. A su derecha guerreros
ataviados con espectaculares tocados y vestidos de pieles. A su izquierda otros
guerreros y las damas de la corte. El resto del ejercito observa también la escena desde
la plaza. Sobre los escalones están los prisioneros. Se les ha humillado al desnudarlos y
despojarlos de sus tocados y orejeras. Sin esos adornos, ya no se distingue a un noble de
un plebeyo. A todos los prisioneros se les han arrancado las uñas de los dedos que
sangran abundantemente. Uno se dirige al señor implorando clemencia. Para otros no la
ha habido, pues su cabeza ha rodado por los escalones. Un segundo prisionero yace
muerto sobre los escalones. Su posición de escorzo es uno de los logros más señalados
de la pintura maya, pero la técnica de la simetría de la que aquí hace gala el artista está
puesta al servicio de una clara idea política. Las líneas de fuga que parten del cuerpo
del prisionero muerto colocado en diagonal, confluyen en el centro del cuadro. Allí
confluyen todas las miradas de quienes observen el cuadro y allí es exactamente
donde está el rey Yahaw Chan Muwan, que por algo era el centro del pequeño
mundo de la ciudad estado de Bonampak. El monarca no está presentado aquí como
un Kuhul Ahaw, es decir como un señor sagrado, sino como un gran señor de la guerra.

b-2) Aristócratas, escribas y campesinos.


De los reyes hacia abajo de la escala social hay que reconocer que sabemos poco
y tanto menos cuanto más descendemos por la pirámide social. De los campesinos, por
ejemplo los jeroglíficos no dicen nada; las pinturas de la cerámicas no los reflejan; los
arquitectos actuales tienen dificultades para estudiarlos ya que vivían en cabañas de
madera y hojas y la selva y el clima tropical han borrado muchos rastros...además de
que es mucho más lucido excavar un palacio de piedra o una alta pirámide.
Una cosa si es cierta, la sociedad maya era terriblemente desigual. Es algo
evidente; no hay más que mirar las pinturas de las cerámicas o ver esas fabulosas
tumbas debajo de pirámides altas como cerros. Quienes se enterraban allí o quienes
vivían en palacios entre almohadones eran tremendamente poderosos y privilegiados.

123
Grube págs. 240-241.
80

Otra fuente que nos enseña los niveles de la sociedad mayas son las magníficas
esculturillas funerarias de la isla de Jaina, pero desgraciadamente, su información es
fundamentalmente etnográfica y descriptiva y no nos permite profundizar en los valores
que ordenaban la sociedad124.
Jaina Fue un centro ceremonial perteneciente a un señor que dominaba la
cercana región costera, pero sobre todo es importante por ser la más conocida necrópolis
mayas. Allí entre el año 500 y el 1000 d.C. se enterraron más de 20.000 personas. Los
difuntos, enterrados en fosas o urnas funerarias, estaban envueltos en sudarios teñidos
de rojo, acompañados de alimentos, utensilios como piedras de moler, puntas de lanza,
cuchillos joyas...y sobre todo de figuras de barro cocido y policromado, que suponemos
eran acompañantes de ultratumba. Las figuras de Jaina tienen una extraordinaria
vitalidad, sobre todo las del Clásico Tardío que constaban de un núcleo macizo, con la
cabeza, las extremidades y los adornos hechos a mano. Ellas nos muestran que la
sociedad se componía de gente poderosa, reconocible por sus ricos trajes y complicados
peinados y tocados. Vemos algunas ricas damas, individuos que juegan a la pelota o
parecen echar discursos, pero también nos muestra el lado oscuro de una sociedad con
prostitutas, borrachos, ancianos y seres deformes. Una cosa es muy significativa de la
información que nos proporcionan las figurillas de Jaina. Los personajes con más ricos
atavíos son siempre guerreros125.
En efecto, hoy se piensa que la sociedad maya estaba dirigida por un linaje
dominante, cuyo jefe era el monarca sagrado y de carácter divino. Los linajes
relacionados por parentesco con el dominante constituían la nobleza. La
responsabilidad principal de esta nobleza era fundamentalmente militar y en segundo
lugar de carácter administrativo y comercial.
Se piensa también que a medida avanzaba el Periodo Clásico, parece que la
importancia de estos linajes nobles fue más y más decisiva. Cuando en Palenque
durante el siglo VIII un descendiente de Pakal fue apresado por el rey de la vecina
ciudad de Toniná, un grupo de nobles fue el que guardó la corona de las placas de jade
símbolo del poder y, habida cuenta que el rey prisionero no va a volver, decidieron
nombrar a uno nuevo que recibirá la corona de sus manos, y no de las de sus padres126.

124
Jaina, isla de 1 km cuadrado a 60 metros de la costa occidental de Yucatán a cuarenta kilómetros al N.
De la ciudad de Campeche.
125
Grube, 308-309.
126
Grube, pág. 97.
81

Los frescos de Bonampak también son un claro ejemplo de la importancia de


esta nobleza guerrera. En la cámara 1 se muestra la escena, fechada en el 790, de lo que
parece es la presentación del heredero del rey Yahaw Chan Muwan a la nobleza, junto
con las procesiones y danzas ceremoniales que acompañaron la ocasión Lo
verdaderamente significativo es que la presentación del niño, que aparece sostenido en
brazos de otro personajes, se hace ante 14 dignatarios vestidos con largas capas blancas,
a los que en los textos se denomina “ahaws” (es decir, señores). Estos nobles rinden
pleitesía y entregan tributos en forma de semillas de cacao a la familia real. Pero, a la
vez, su aprobación parece indispensable para el reconocimiento del heredero. Las 14
figuras de las capas blancas, están dibujadas y tratadas con más cuidado aun que los
propios miembros de la familia real y se ha especulado que tal vez fueran ellos los que
encargaron pintar la escena. En esta misma cámara, se muestra como diversos criados
engalanan al rey para la danza, pero al mismo tiempo, los nobles también se revisten
ayudados por sus propios servidores.
¿Estos nobles además de guerreros tenían responsabilidades de otro tipo? Es
seguro que si y estas serían principalmente administrativas y comerciales. Sobre el
asunto del comercio existe una viva discusión entre los especialistas. La mayoría
sostiene que en el Clásico, como en el posclásico, el comercio estaba controlado por
la nobleza y los linajes gobernantes. Los objetos que se intercambiaban eran siempre
productos de lujo y alto precio, empleados por la nobleza en su vida cotidiana o para los
rituales religiosos y que se acumulaban en los almacenes palaciegos: jade, obsidiana,
conchas, plumas etc..
Las cerámicas nos han mostrado lo que parecen ser grupos de comerciantes que
caminan cargados de fardos o presentan las mercancías en los palacios 127. Quizá estos
personajes fueran los antecesores de lo que los aztecas llamaron “pochtecas”, una gente
sin nacionalidad conocida que se ponían al servicio de los príncipes y reyes, que eran
los consumidores y principales beneficiarios de estos tráficos. Otos investigadores
piensan que en realidad no se trata de escenas de comercio, sino de entrega de tributos.
Lo que resulta evidente es que los campesinos estaban completamente excluidos
del consumo de estos productos. La cerámica no nos ha mostrado ninguna escena de
mercados en los que participen campesinos. Un investigador como Manuel Rivera
piensa que la economía maya estaba rígidamente centralizada, pues de otra manera era
imposible vencer las dificultades que presentaba el bosque tropical. Por ello las reglas
127
Grube, pág. 157.
82

de algo parecido a un mercado libre no tenían sentido. Los campesinos realizarían sus
intercambio por trueque en sus pequeñas comunidades y los nobles y reyes se
intercambiarían los objetos de lujo y rituales en forma de regalos, tributos o pagos de
servicios prestados128.
Curiosamente tampoco abundan las imágenes de los que podamos
considerar sea una casta sacerdotal. En algunas imágenes cerámicas aparecen
personajes disfrazados de dioses o animales, que tal vez sean chamanes. Pero nada
semejante a lo que fueron las legiones de sacerdotes que tuvieron los aztecas ha
quedado reflejado en las fuentes pictóricas, escultóricas o epigráficas mayas. Tal vez el
papel de intermediario directo con los dioses, restringía al rey, a su esposa y parientes
más cercanos las funciones religiosas, sin que se hubiese institucionalizado un grupo
sacerdotal más amplio.
Por debajo de estos clanes nobles se extendía el extenso grupo del campesinado.
Las diferencias de este grupo con la nobleza eran abismales. Vivían en chozas y
practicaban una agricultura comunal y de subsistencia cuya base seguía siendo el
cultivo de milpas por el procedimiento de la tala y la quema del bosque. En efecto,
existe la teoría de que la agricultura intensiva, que no podía funcionar sin una
férrea autoridad directriz, también estaba controlada por la nobleza. Los nobles
recibían el tributo en especie y en trabajo de sus súbditos y este último se empleaba
fundamentalmente como mano de obra en los grandes pantanales destinados a producir
varias cosechas al año.
Así que se perfilaban dos mundo bien diferentes:
El de una nobleza que explotaba unos terrenos ricos, que eran siempre los
mismos y que posiblemente estuvieran siendo ya considerados como de propiedad
privada; que vive en palacios de piedra, pensados para durar; palacios situados en
ciudades sagradas e inamovibles. Frente a ella aparece un campesinado que sigue un
sistema itinerante de cultivos, que viven en cabañas o chozas de materiales perecederos,
situados en emplazamientos sin ningún significado ritual situados medio del bosque
tropical. Un mundo de permanencias y de dominio frente a otro de movilidad y
explotación. Dos mentalidades que en un determinado momento podían chocar
violentamente.
El escaso desarrollo tecnológico de los mayas (que por ejemplo no, llegaron a
manejar ningún metal) sería otra prueba del abismo existente entre los dominadores y
128
Rivera pág. 29
83

los dominados. Los primeros no tuvieron la necesidad de grandes invenciones


tecnológicas, pues disponían de abundante mano de obra, y cualquier cambio solo podía
dar nuevos instrumentos a los campesinos. Los reyes mayas prefirieron reforzar su
control ideológico de la sociedad y abandonaron cualquier búsqueda de mejorar técnicas
que pudieran ser empleadas por los campesinos para emanciparse.

Pero ¿acaso no existían sectores intermedios que rompiese esta dualidad social?
En las cerámicas y en los textos aparecen figuras de escribas, de traductores y desde
luego, muchas de las esculturas o pinturas fueron hechas por verdaderos artistas. Podían
constituir el núcleo de grupos intermedios de la sociedad.
Las imágenes de escribas son muy abundantes en la iconografía Maya. Se los
representa dibujados en algunos grandes platos, escribiendo con finos pinceles sobre los
códices129. En otros casos, incluso, se les puede ver en una especie de lección impartida
por viejos maestro a varios jóvenes discípulos. El grupo de inclina sobre los códices,
mientras los viejos escribas guardan algunos de sus pinceles ensartándolos en las bandas
de su tocado130. Pero la mayoría de las escenas los representan sentados a los pies de los
reyes, tomando nota de los asuntos que tienen lugar en la corte 131. En otras ocasiones,
como en el famoso “vaso de la liebre”, el escriba es representado por un animal, un
liebre en este caso132, en otras por un mono, que se suponen eran seres míticos o
protectores de los escribas. Lo interesante es que en todas estas representaciones los
escribas aparecen siempre rodeando al rey y vestidos con tocados muy complejos y con
orejeras valiosas, lo que parece indicar su pertenencia a la aristocracia.
Algo similar debería ocurrir con los “artistas” que decoraban las vasijas
cilíndricas y aun con los directores de las obras escultóricas. Hoy se piensa que ambos
pertenecían también a miembros de la aristocracia e incluso de la realeza. En algunos
paneles jeroglíficos se está empezando a encontrar que los directores de estos grandes
trabajos de propaganda real, se los denomina con términos que vienen a significar algo
como “gran infante” (Chak Chok), es decir un príncipe de sangre real. En principio hay
que tener en cuenta que las vasijas mayas no solo estaban pintadas, sino también
decoradas con jeroglíficos. El sistema escriturario maya era muy complejo, ya lo hemos

129
Grube pág. 125.
130
Grube, 135.
131
Grube págs. 150 y 157.
132
Grube 427.
84

dicho, y solo los muy instruidos e iniciados eran capaces de dominarlo. Lo mismo
ocurría con alguno de los temas mitológicos y cosmogónicos que aparecen dibujados en
ellas. Una prueba de la importancia social de estos “artistas” está en el hecho de que
muchas de las obras aparecen firmadas. Frases como “esta es la escritura de....” se están
encontrando y ahora lo arqueólogos tratan de establecer escuelas de escritores.. Nadie
que no perteneciese a un grupo privilegiado se atrevería a dejar su nombre escrito en
unas piezas que constituían verdaderos objetos suntuarios y se empleaban como regalos
de estados entre los diversos reyes.
Es evidente que también existirían artesanos de menor nivel. En las afueras de
Tikal se han encontrado algunos centros que pudieran considerarse artesanales
famniliares, pero que no tienen la abundancia ni la organización de los de Teotihuacán.
También en los palacios reales vivirían artesanos, en condición de criados semilibres o
incluso esclavos del señor133.

c) El arte Maya
El arte maya es una actividad realizada para cantar las glorias de los
monarcas y de los dioses, que a veces era la misma cosa. Su combinación de técnica
y sensibilidad lo convierten, en una fuente inigualable para la historia y en un
disfrute estético.
Los mayas dominaron todas las artes y fueron maestros en arquitectura, en
escultura, cerámica y pintura.
En la escultura utilizaron la piedra caliza, que es blanda y fácil de trabajar con
escoplos de pedernal e instrumentos de piedras duras, como la obsidiana. En algunas
ciudades como Copán, la piedra fue la toba volcánica, que es especialmente buena para
esculpir debido a su blandura. Las paredes de muchos edificios estaban decoradas con
esculturas de estuco (una mezcla de yeso blanco, con agua y cola, y en algunos casos,
polvo de mármol). Para pequeñas esculturas empleaban el jade, que cortaban con
cuerdas impregnadas en obsidiana rayada.
De esta manera los mayas realizaron paneles en bajo y alto relieve; estelas, que
muchas veces eran verdaderas esculturas en bulto redondo y máscaras hechas con
mosaicos de jade.
133
Rivera pág. 30 y 149.
85

Pero quizá una de las cimas de su arte escultórico se encuentre en los millares de
esculturas de barro cocido y policromado que se encontraron en las 20.000 tumbas de la
necrópolis de Jaina134. Estaban hechas con un núcleo macizo y fabricado con moldes,
pero en las mejores, la cabeza, los brazos y los adornos estaban realizados a mano.
Presentan una variedad de tipos tan impresionantes que son una muestra de la sociedad
mayas y no tan solo a nivel personal, sino de sus trajes, joyas o muebles. Su vitalidad es
altísima, y expresan con enorme realismo el movimiento o los diversos estados de
ánimos.
Los mayas hicieron en escultura otra cosa que no encontramos en todo el arte
mesoamericano: intentar perpetuar los rasgos de las personas, llegando a confeccionar
auténticos retratos de personajes históricos. Se supone que las tapas de los vasos de
mosaico de jade que se encontraron en las tumbas reales de Tikal representan retratos de
los monarcas y sus esposas. Sin embargo es en la tumba de Pakal, en la que hemos
encontrado varios retratos de estuco del gran rey y que, además, nos muestran su
aspecto a través de los años. Pero no solo los reyes recibieron ese honor, en las
proximidades de Palenque se han encontrado rostros esculpido en estuco, que son
verdaderas obras muestras de la retratística de todos los tiempos135.
La cerámica es otra de las cumbres del arte mayas. Aunque los vasos cilíndricos
pintados son las piezas más conocidas, también fabricaron platos, ollas con tapadera etc.
Pero el elemento más característico de la cerámica maya es la de usarse como un
soporte para realizar pinturas que, a la par que ser fuentes históricas de primera mano
(tanto por sus dibujos como por sus textos jeroglíficos), resultan obras maestras del
dibujo, la composición y el colorido.
La cerámica maya estaba realizada con una técnica que se denomina de
“englobe”. Antes de cocerla los alfareros sometían a sus piezas a una inmersión en
arcilla líquida. Así una vez cocida, la pieza se hacía impermeable y capaz de ser
utilizada como recipiente de líquidos, pero además presentaba una superficie muy lisa
ideal para ser pintada.
Los temas que aparecen pintados sobre las cerámicas son muy variados. Entre
ellos destacan los de carácter histórico tales como entrega de tributos, sumisión de
prisioneros o escenas palaciegas. Pero los más abundantes tienen que ver con temas

134
Isla de la costa occidental de Yucatán, situada a 60 metros de la costa y a unos 40 kms. Al norte de la
ciudad de Campeche.
135
Grube, pág. 13.
86

mitológicos y religiosos, incluyendo danzas ceremoniales de dioses y hombres. La


perfección de los trazos del dibujo y la capacidad para expresar el movimiento, a través
de escorzos y la utilización de la perspectiva no tiene parangón con lo que se estaba
haciendo en Europa en los siglos VII al IX y tendríamos que buscar elementos de
comparación en el arte chino de esos momentos para encontrar piezas de parecida
calidad estética.
A veces las piezas representan objetos o edificios. En unos casos las vasijas de
arcilla simulan el estar hechas de madera o de cestería o representan calabazas. También
ocurre que al representar una escena palaciega, la propia vasija hace las veces de
maqueta del palacio.
Estas obras maestras eran objetos de lujo fabricadas únicamente para los
soberanos mayas y se usaban como regalos de estado entre ellos. Una vez pintadas, las
piezas adquirían una especie de ánima vital. Por eso, al ser depositadas en las tumbas,
algunas de ellas eran sometidas a un proceso de muerte ritual, por medio de agujeros en
el fondo.
Además de la pintura sobre cerámica, los mayas debieron decorar con pintura al
fresco muchos de sus palacios. Desgraciadamente el clima ha terminado con la mayoría
de estas pinturas. Milagrosamente se ha conservado una de ellas. Se trata de las
conocidas pinturas de Bonampak.
Bonampak es una ciudad de segunda importancia en el valle del Usumacinta, en
el estado mexicano de Chiapas a unos 100 kms. al Sur de Palenque y 26 de Yaxchilán.
En el año de 1946, varios mayas lacandones acompañaron al cineasta norteamericano
Giles Healey a unas ruinas en las que decían había pinturas antiguas. Llegaron a lo que
era una típica acrópolis Maya, es decir, una serie de edificios colocados sobre una
plataforma escalonada. El edificio situado más a la derecha, y que luego fue
denominado por los arqueólogos como Estructura 1, tenía la forma de la típica cabaña
maya construida en piedra, con cubierta de dos crujías coronada con una crestería en
peineta. Costaba de tres cámaras a las que se accedía por otras tantas puertas
adinteladas. El interior estaba cubierto mediante una falsa bóveda maya, y totalmente
cubierto de pinturas.
El nombre de Bonampak se lo dio el mayista Sylvanus Morley. Un término
inventado por el que significa “muros pintados”. Su constructor fue el rey Yahaw Chan
Muwan (Servidor del Halcón Celestial), que subió al trono en el año 776 y debió
construir el edificio hacia el año 790.
87

De sus tres cámaras. En la primera y en la parte alta, se muestra la presentación


del heredero real ante una asamblea de nobles vestidos con capas blancas. La ceremonia
incluía una larga procesión de músicos que es representada en la parte baja del edificio,
así como el proceso de acicalamiento y vestido del rey y sus nobles para participar en
una danza ritual, conocida como danza del quetzal.
En la cámara central se muestra una gran batalla en la que el rey toma varios
prisioneros. En la pared de enfrente se reproduce la más famosa de las pinturas de
Bonampak. Se trata del sacrificio de los prisioneros ante el rey y su corte que lo
presencia desde lo alto de unas escalinatas, mientras el resto del ejercito espera a la
altura de la plaza. Los prisioneros son torturados sobre los escalones y la figura de uno
de ellos que aparece muerto y representado en un escorzo, muestra un dominio de la
perspectiva, que no se alcanzaría en Europa hasta bien entrado el Renacimiento.
La tercera y última sala, muestra una gran danza ritual ejecutada por el rey y sus
nobles, mientras que en uno de los laterales aparece representada una escena de harén,
con las mujeres de la familia real realizando autosacrificios rituales.

***

d-1) La religión y las creencias. El politeísmo Maya.


Los mayas eran politeistas. Esta afirmación que hoy puede hacerse con toda
certeza, era de alguna forma combatida por las explicaciones utópicas que sobre los
mayas se dieron a mediados del siglo XX. Según esto los grandes sacerdotes mayas,
habían llegado a una especie de monoteísmo en su culto a una sustancia tan metafísica
como el tiempo, representada por el Sol que marca los cambios de tiempo 136. Es decir a
esos sabios y pacíficos observadores de estrellas se les atribuía una especie de
revolución al estilo de la de Akenatón. Se decía también que había dos tipos de religión
la casi monoteísta de la teocracia y la politeista del pueblo.
Hay está claro que desde los monarcas hasta los campesinos, todos eran
politeistas, aunque los primeros se considerasen parientes lejanos del conjunto de los
dioses y descendientes directos de los anteriores reyes que al morir eran deificados.
¿A que tipos de dioses adoraban los mayas? Hoy están clasificados varias
docenas de divinidades, algunas de las cuales se conocen por sus jeroglíficos y sus

136
León Portilla, M.: Tiempo y realidad en el pensamiento maya.
88

nombres137. Podíamos decir que había dos grandes grupos, aquellos que tenían
relación con las fuerzas y los elementos de la naturaleza y por otra parte la
religión, digamos oficial, de los ancestros reales divinizados.
Entre los del primer grupo podemos decir que los mayas consideraban dioses a
elementos de la naturaleza como la tierra, el fuego, la muerte; astros como el Sol, la
Luna o el planeta Venus; fenómenos meteorológicos, como la lluvia y el relámpago;
accidentes del terreno como las montañas; animales como el jaguar, el quetzal o el
papagayo; y plantas como el maíz. Se trataba, en el fondo de una naturaleza deificada
en sus diversos componentes.
Además existía un dios creador, Itzamnah, una especie de señor de todos los
dioses, que se representaba como un anciano rey sentado en su trono y presidiendo la
asamblea de todos los dioses, pero también como el dios del cielo o de la bóveda
celeste, representado por un gran pájaro que se posaba en cima del árbol que sostenía el
mundo.
Un dios de enorme importancia era el Sol, llamado “Kinich Ahaw” (El señor
Sol), que era el dios de la guerra y de los sacrificios. También Venus era un dios
relacionado con la guerra. Muy importante también era el dios de la muerte,
representado por un esqueleto humano, un dios considerado poco espabilado y al que se
le podía engañar con rituales y magias.
Por otro lado estaban los antepasados de los monarcas que podían adoptar la
apariencia de cualquiera de estos dioses. Un dios especialmente vinculado a las
dinastías reales era el dios del rayo Kawil, que los reyes portan como un cetro y algunas
reinas llevan en los brazos como si fuera un niño.
Hay que reconocer que muchas de las relaciones entre los dioses y los
hombres y las de los propios dioses entre si, no las entendemos bien. Los dioses se
funden unos en otros dando lugar a nuevas divinidades que comparten los atributos de
ambos, como si la personalidad de uno penetrase en la de otro. Otras veces, dioses muy
similares parecen ser facetas distintas de una sola divinidad.
A veces estas relaciones parecen bastante obvias. Así por ejemplo, el dios de la
Lluvia “Chaak” y el dios del rayo “Kawil” tienen una representación iconográfica muy
parecida, y Kawil solo se distingue de Chaak porque en la cabeza lleva una antorcha
ardiendo. Las relaciones entre el rayo y la lluvia son evidentes, y a veces se les
representa a ambos saliendo de la cabeza de una serpiente, que para los mayas era el
137
Grube pág. 263.
89

símbolo del cielo. Otra relación sencilla, porque tanto el rayo como la lluvia proceden
del cielo. Al dios de la lluvia se le representa, también, llevando al dios del rayo como si
fuera un hacha, y esto es porque sabemos que se creía que el dios de la lluvia empleaba
los rayos para abrir las montañas en cuyo interior se encontraba el agua.
Pero otras veces no entendemos nada. Así por ejemplo, muchos dioses se
relacionan con los números, que para los mayas tenían también un significado divino
como elementos que servían para contar los espacios de tiempo. Así el dios del viento es
también el del nº 3; el dios del Sol diurno es también el dios del nº 4 y el del Sol
nocturno es el dios del nº 7.
Tampoco entendemos porque unos dioses luchan y se matan entre si. En este
sentido, entre los Mayas volvemos a encontrar el viejo mito olmeca de los niños jaguar
y vemos como el dios de la lluvia realiza sacrificios de estos niños jaguar 138. Los
mayas, como los olmecas, sacrificaban de vez en cuando niños al dios de la lluvia, como
prueban los restos óseos infantiles encontrados en algunas cuevas. Coe reproduce en su
libro la conocida escena en la que el dios de la lluvia y el de la muerte bailan por el
triunfo sobre el niño jaguar dios del inframundo...[¿sería una lucha entre el dios de la
lluvia y algún guardián infernal del agua, que según la mitología maya se guardaba en el
interior de la tierra?]139
Es como si a un extraterrestre o, incluso a un chino desconocedor de nuestra
religión, quisiéramos que entendiese porque el Escorial tiene forma de parrilla: porque
conmemora la batalla de San Quintín, que se dio el día de San Lorenzo, santo que según
la tradición fue quemado en una parrilla....Y que decir si ese mismo tipo de gente
tuvieran que explicarse escenas de la natividad; a santa teresita del niño Jesús; o a los
cuadros de venerables frailes amamantados por imágenes de la virgen como existen en
el convento de Santo Domingo de Lima.
Los sacrificios humanos entre los mayas no parece que adquiriesen la frecuencia
y la importancia que adquirirían bajo los aztecas. Ahora bien a los dioses si se les
ofrecía con frecuencia la propia sangre producida en los antosacrificios. También
objetos preciosos tales como conchas de Spondylus, haces de plumas, o bolas de copal,
algunas con forma de corazón, para engañar al no demasiado ingeniosos dios de la
muerte, que así creía haberse llevado un corazón verdadero.

138
Grube, pág. 277.
139
Coe, pág. 140.
90

d-2) La religión y las creencias. La cosmovisión Maya: Tierra, cielo e inframundo


Dioses y hombres convivían en un universo del que poseemos una idea
bastante aproximada gracias a dos tipos de fuentes.
En primer lugar están los textos del Popol Wuh, que, como sabemos, están escritos
durante la época colonial y recogen una tradición oral que se remonta, por lo menos al
periodo Clásico. Esto ha quedado demostrado por la coincidencia, salvo en asuntos de
detalles, que tienen los relatos del Popol Wuh con algunos grabados encontrados en
templos del periodo clásico.
Entre los cosmogramas grabados en piedra, el más famoso es el del la tapa del
sarcógafo de Pakal. Pero el más completo es el gran relieve del templo de la Cruz en
Palenque. Tienen 1,90 m. De alto por 3,25 de ancho y está fechado en el 692 d.C. y fue
mandado construir por Chan Balam, hijo de Pakal140.
Con todo esto podemos decir que los mayas creían que la tierra era una especie
de tortuga o cocodrilo marino, que flotaba en el océano. Su espalda era como una gran
montaña. Sobre ella existía una gran plaza en forma de cuadrilátero. Este cuadrilátero
estaba dividido en otros tantos sectores, reconocibles por su color: Rojo el Este; Negro
(o marrón oscuro) el Oeste; Blanco el Norte y Amarillo el Sur. En el centro los dioses
colocaron las 3 piedras del primer hogar cósmico. También en las casas mayas, el hogar
se formaba mediante la unión de tres piedras y el fuego ardía en el espacio interior. La
última piedra la puso el dios creador Itzamnah. Esta plaza de las tres piedras era el
centro del universo, lo mismo que el hogar era el centro de las vida Maya.
Junto a las tres piedras, poco después, los dioses alzaron el Wakah Chan, el árbol
celestial que soportaba la bóveda celeste, una veces representado por una ceiba o en
otras ocasiones por una planta de maíz, en ambos casos con dos ramas laterales que le
dan forma de cruz. Este árbol o planta era de color verde, por lo que verde es el color
del centro del universo y también significa “primero”.
El cielo está representado siempre por una serpiente de dos cabezas. La del Este
se tragaba el sol al amanecer y la del Oeste los expulsaba hacia el interior de la tierra en
el ocaso. Las serpientes, en general, servían como conexión entre el cielo y la tierra. Son
como sogas o escalas por los que los dioses descienden del cielo. Por ello muchos
dioses, y en especial, los antepasados aparecen representados en medio de las fauces de
la “Serpiente Visión”. El cielo está compuesto por 13 pisos o niveles y en la cúspide, es

140
Grube, pág. 282, 286 y 288.
91

decir en el extremo de la copa del gran árbol Wakah Chan, se encuentra un gran ave,
que representa a Itzamnáh, el dios creador.
Junto al árbol que sostenía el cielo existía una cueva que daba entrada al mundo
inferior. Este estaba compuesto también por niveles, en este caso eran 9 los pisos del
inframundo, mundo interior o Xibalbá.
Así pues tenemos un universo con tres planos: inframundo, terrestre y celeste.
Pero si en el pensamiento cristiano es el cielo el lugar donde residen las divinidades y
los santos y por decirlo de una manera vulgar, es el lugar más importante del Universo,
entre los Mayas, el inframundo era el lugar más concurrido y visitado por los dioses,
incluidos los celestiales, como el mismo Sol, que todas las noches lo recorría de Oeste a
Este. Miguel Rivera expresa muy bien esta idea:

“El inframundo era el lugar privilegiado del cosmos donde se encerraban los secretos de
la vida y de la muerte. Allí estaban, temporal o permanentemente, los antepasados que
daban derecho y legitimidad a los monarcas y también la mayoría de los dioses, que
eran residentes fijos o pasaban largas temporadas, la comunicación con el inframundo
fue el principal de los objetivos perseguidos con los ritos públicos o privados: visiones
de la gran serpiente, derramamientos de sangre, enemas, sesiones con los espejos
mágicos, recorridos por los laberintos, juegos de pelota, sacrificios humanos, etc. Ya
ella se dirigieron con frecuencia los esfuerzos litúrgicos de los reyes y de sus
esposas”141.

A ese inframundo, a ese país subterráneo, que el Popol Wuh llama el Xibalbá, se
tenía acceso a través de las grutas, las cuevas y los oscuros cenotes. Pero la tierra no era,
como no lo era para la mayoría de los mesoamericanos, un ser inerte, sino un ser vivo.
Penetrar en el interior de la tierra era hacerlo en las entrañas de un monstruo que flotaba
en el agua, y por lo tanto, antes o después, al adentrarse en su interior había que
atravesar una frontera acuática. El inframundo era también un mundo subacuático. A
esto es evidente que contribuía no solo la presencia de los océanos que rodeaban el área
Maya tanto por el norte como por el sur, sino también la constatación que el subsuelo de
su país estaba lleno de lagos y cauces fluviales interiores.
Realmente la importancia de las cuevas ya estaba presente en la cultura olmeca,
y en los relieves de las grutas de Chalcanzingo en Morelos, ya se muestra con claridad
141
Rivera, págs. 59 y 59.
92

que el dios del agua reside en el interior de las montañas y que las nueves ascienden por
las cimas para traer la lluvia. Sin embargo, no ha sido hasta las dos últimas décadas del
siglo XX, cuando los arqueólogos no se haban percatado de que excavar las
innumerables grutas de la región era una autentica mina de información.
Así por ejemplo la ciudad de Dos Pilas (Guatemala en la selva sur del Peten)
está construida sobre una serie de cavernas unidas por túneles. En el interior de dichas
cuevas se han encontrado objetos y ofrendas del periodo posclásico, cuando los grandes
monumentos de piedra que hoy vemos en el exterior no se habían levantado aun. Parece
pues evidente que, de un modo totalmente premeditado, la ciudad se colocó en el
periodo Clásico encima de unos lugares considerados sagrados desde hacía mucho
tiempo.
El edificio más importante y más alto de Dos Pilas es la llamada Pirámide del
Duende, la cual está situada sobre una elevación natural convertida en plataforma. Justo
debajo hay una gran cueva de 1,5 kjilómetros de longitud con un gran lago natural. A la
cueva se accede por detrás de la plataforma y en época maya, parece que el nombre de
la ciudad fue “Agua Solar” o “Agua Caliente”.
También en Dos Pilas, el palacio más importante, o Palacio de los Murciélagos,
se encuentra encima de la llamada Cueva de los Murciélagos. Dicha cueva está formada
por un río subterráneo de más de 10 kilómetros. En época de lluvias, el agua brota con
fuerza por una salida bajo el palacio, anunciando el comienzo de la estación de la
fertilidad. El soberano, colocado sobre la fuente, se podía presentar como dominador de
esta fuerza vital indispensable de la naturaleza.
Tanta era la importancia de las cuevas, y tan frecuente era el ritual de la bajada
de los reyes al mundo inferior, que cada vez se descubren más subterráneos artificiales y
laberintos construidos bajo los palacios, como es el caso del aparecido bajo el edificio
19 de Yaxchilán y otro parecido hallado en Oxkintok 142. Eso quiere decir que, cuando
no había grutas naturales, los reyes las construían para poder realizar dichos rituales.
También se han encontrado abundantes “grafitis” en el interior de las cuevas, algunos de
los cuales recuerdan la peregrinación de príncipes y altos dignatarios, a veces
acompañados por enanos, seres considerados como portadores de poderes mágicos143.

142
Grube, pág. 302.
143
Grube, pág. 306. Pintura con carbón vegetal en la cueva Nah Tunich en Peten. Clásico Tardío.
93

Esta costumbre de construir edificios sobre las cuevas no se reduce a los grandes
monumentos de piedra. También muchas cabañas de campesinos se encuentran situadas
cobre cuevas-aljibes, en la que se arrojaban ofrendas al díos de la lluvia.
Hay que reconocer que el culto a las grutas y a las corrientes subterráneas no es, ni
muchos menos, una característica exclusiva de la cultura Maya. En Europa, los celtas
realizaban cultos a las grutas y a las fuentes e incluso en nuestra cultura cristiana han
quedado fuertes reminiscencias de estos cultos. Covadonga en España; Lourdes en
Francia o Fatima (¿Coba de Iria?) son claros ejemplos de lugares sagrados donde se
aparece la virgen y donde existen manantiales de agua salutífera, de la que es el más
claro ejemplo la famosa agua de Lourdes, a cuya bebida se le atribuye más de un
milagro y que todos los años concierta una espectacular procesión de enfermos e
impedidos.
Pero si en Europa de hoy esperamos milagros y curaciones de las divinidades de las
grutas. Los mayas del clásico se veían en la obligación de propiciar a unas divinidades,
que como también era común en Mesoamérica, tenían un cambiante humor y lo mismo
podían enviar dones que castigos. En Mesoamérica el mal y el bien no son magnitudes
contrapuestas, sino dos facetas de una misma realidad vital. De las grutas podía salir la
beneficiosa lluvia, pero también las inundaciones, los terremotos y las enfermedades.
Se suponía que las enfermedades las producían los aires maléficos que salían del
interior de la tierra (lo cual era también una creencia en Europa hasta bien entrado el
siglo XIX). Los chamanes usaban cristales de roca para “empapar” el mal de los
enfermos y devolverlos a las cuevas, para que el mal volviese a su sitio. En algunas
cavernas del área Maya se han encontrado centenares de estos cristales empleados para
“chupar” las enfermedades.
Las cuevas eran un lugar de magia, blanca, pero a veces también negra y allí acudían los
chamanes para lanzar sus maleficios y conjuros. Esta importancia mágica de las
cavernas es algo que pervive hasta hoy en las comunidades indígenas mayas. En el mes
de mayo, poco antes de que comience la estación de lluvias, aldeas enteras se trasladan
a las cueva a pedirle a Chaak, dios de la lluvia y “señor de la tierra”, abundantes
cosechas. Si hay sequía, será en las grutas donde se intente aplacar la ira del dios.
A este lugar subterráneo, al Xibalbá, iban los muertos. A fundirse con una naturaleza, de
la que el hombre no era una parte autárquica, sino un elemento más. No se debe decir,
tampoco, que al inframundo iba el alma de los muertos, porque para los mayas no
existía esa concepto platónico de una personalidad divisible en una parte material y otra
94

invisible, incorpórea e intangible. Los difuntos podían adquirir formas concretas al ser
invocados. Los mayas creían que esas formas podían ser la de unos seres o espíritus
protectores, llamados Way, que normalmente tenían forma de animales reales o
míticos. Estos seres eras una especie de dobles que las personas tenían en el mundo
sobrenatural. El día del nacimiento de terminaba el correspondiente Way que le
correspondía. Estos elementos recuerdan a los ángeles “de la guarda” o la costumbre de
ponerle al recién nacido el nombre del santo cuya festividad se celebraba el día de su
nacimiento.
Tras la muerte, el difunto iniciaba el camino hacia ese mundo subterráneo y acuático
que era el Xibalbá. El Popol Wuh cuenta que se descendía a través de barrancos y
empinadas cuestas, debiendo atravesar ríos purulentos. En el interior existían toda clase
de cosas extraordinarias, jardines encantados, canchas de juegos de pelota, y sobre todo
una serie de dioses y espíritus perversos que buscaban dañar a los humanos y a los que
se podía vencer si se dominaba con perfección las artes mágicas. La idea de que los
enanos y otros seres deformes eran seres dotados de poderes especiales está relacionada
con la creencia de que, de alguna forma, estaban emparentados con los extraños seres
del inframundo144.
En resumen, la magia, lo extravagante, lo extraordinario, dominaban en el Xibalbá. La
salida del inframundo también estaba cerrada por agua, era el río de la vida, que cerraba
el extremo opuesto del río purulento de la entrada.
Existía una idea de resurrección entre los mayas. Volver a la vida no era una posibilidad
al alcance de todos. Al parecer, solo los reyes apoyados por sus conocimientos de la
magia y por el auxilio de sus antepasados divinos podían lograrlo. Cuando lo hacían,
según vemos en la lápida de Pakal, lo conseguían al transformarse en el árbol de la vida.
Los mayas creían que el hombre había sido hecho de maíz, y por ello el curso de la vida
humana era equiparado al nacimiento y la muerte de una planta. En una interesante
cerámica conocida como El Trípode de Berlín145, se puede ver el entierro de un
personaje y como va a reunirse con otros difuntos representados como árboles
antropomorfos, con la cabeza y las manos sobre la tierra y el cuerpo y las piernas como
el tronco y las ramas. El 14 de enero del 2002, en un documental sobre las costumbres
de los indígenas guatemaltecos, se aprecia que se mantiene la costumbre de plantar un

144
Grube, pág. 306.
145
Clásico temprano (300-600 d. C.). Arcilla grabada, 12,9 cm de altura, 17,3 cm. De diámetro. Grube
pág. 312.
95

árbol sobre la tumba del difunto. Se piensa que el árbol aspira el espíritu del difunto y
de alguna manera lo devuelve a la vida...es, desde luego una idea cargada de poesía y
una buena forma de resucitar.

d-3) La religión y las creencias. Mitos sobre los orígenes y el juego de pelota.
El Popol Wuh cuenta que una vez que los dioses colocaron las tres piedras y el
árbol del centro del mundo, los cielos se separaron de la tierra y del inframundo, pero
todavía hacia falta una cosa más: que la bóveda celeste comenzase a girar y con ello
pudiese comenzar el tiempo y la historia, en suma la vida de los hombres. De realizar
esta tares se encargaron un héroes que son los protagonistas principales de ese relato
maya. Y para llevar a cabo su fundamental misión tuvieron que enfrentarse a los señores
del inframundo en un juego a vida y muerte, el famosos “juego de pelota” que constituía
a la vez un entretenimiento y uno de las ceremonias rituales más conocidas y extendidas
del área mayas y de toda Mesoamérica.
Como sabemos, el Popol Wuh es un relato recogido en un manuscrito redactado
durante la época colonial146 basándose en tradiciones orales. Pero hoy sabemos que esas
tradiciones se remontaban al periodo Clásico y aun antes. Al menos, el juego de pelota,
que iba asociado al mito, era ya practicado por los olmecas desde el siglo V a.C. La
aparición en vasijas pintadas y en grabados en piedra de representaciones de las mismas
aventuras que se cuentan por escrito en el Popol Wuh no dejan la menor duda de que
con este mito estamos ante unas creencias totalmente vigentes en los momentos de
máximo esplendor de la cultura Maya.
El mito reflejado en el Popol Wuh es conocido también como el Mito de los
Héroes Gemeos o el Mito de Hun Hunahpu. El relato es el siguiente:
Hun Hunahpu, que significa Uno Cerbatana era un consumado jugador de
pelota y poseedor de uno de los equipos más hermosos para practicar el juego. Según
vemos en la iconografía los jugadores necesitaban un complicado equipo para
protegerse de los impactos de las pesadas pelotas de caucho. Pues bien, los señores del
inframundo estaban molestos por el ruido que Hun Hunahpu hacia jugando y envidiosos
de su flamante equipo de jugador. Por eso lo invitaron a jugar con ellos en el
inframundo.

146
El manuscrito original del siglo XVI no se ha encontrado y la versión más antigua de la que
disponemos es una traducción hecha por el fraile español Francisco Ximénez en Chichicastenango a fines
del siglo XVII o principios del siglo XVIII.
96

El viaje que hace Hun Hunahpu es un ejemplo del que debían pasar los hombres
al morir: tiene que descender por empinadas escaleras y barrancos que cruzan grandes
torrentes y desfiladeros. Hun Hunahpu llega por fin al inframundo, pero la invitación
era una trampa. Como el partido era al día siguiente lo llevan a “la casa de las tinieblas”
y le dan unas antorchas, pero les exigen que se las devuelvan al día siguiente. Como las
antorchas se consumen, los señores del inframundo lo matan cortándole la cabeza, que
después dejan colgada de un árbol frutal. Al comer fruta de aquel árbol se acerca la hija
de uno de los señores del inframundo y al llegar la cabeza le habla y le escupe,
quedando mágicamente preñada de gemelos con aquella saliva. La muchacha, para
ocultar su deshonor huye del inframundo y da a luz a los dos héroes gemelos, hijos de
Hun Hunahpu.
Los gemelos se convierten en grandes cazadores y en una de sus cacerías, un
ratón les cuenta la historia de su padre y en donde los señores del inframundo tenían
escondido el equipo de jugador de Hun Hunahpu. Los gemelos se convierten también en
expertos jugadores y de nuevo los señores del inframundo, molestos y envidiosos los
invitan a jugar con ellos. Bajan al inframundo con el deseo de vengar a su padre. Los
señores de las tinieblas les ponen también diversas pruebas, pero los gemelos son
expertos en magia y las van salvando. Así por ejemplo la prueba que no superó su padre
la solventan con ingenio. En vez de encender la antorcha, ponen una luciérnaga en la
punta y así pueden ver y entregar la antorcha intacta al día siguiente. Son sometidos a
nuevas pruebas, que de nuevo nos indican cual era el destino de los humanos en sus
viajes de ultratumba: la casa del frío, la del calor, las de los cuchillos o la de los
murciélagos. Son muchas pruebas, y al final fallan en una. Los murciélagos le cortan la
cabeza a los hermanos y sus cuerpos son arrojados al agua. Pero los hermanos
consiguen reunir sus huesos y resucitar.
Entonces se disfrazan de mendigos dispuestos a engañar a los señores del
inframundo con su potente magia. Uno de los hermanos mata al otro en presencia de los
señores y lo hace resucitar. Los señores quieren probar y se dejan matar, pero los
inteligentes hermanos no los resucitan. Entonces los gemelos pueden robar la cabeza de
su padre. La entierran cuidadosamente y Hun Hunahpu resucita convertido en el dios
del maíz147. Los gemelos, a su vez, se convierten en el Sol y la Luna. Ya están todos los
condicionantes para que el hombre pueda vivir. Los dioses lo fabricarán de pasta de

147
Ver la imagen de este hecho en un plato de cerámica del Clásico Tardío. Grube, pág. 286.
97

maíz y el movimiento de la bóveda celeste permite la existencia del día y de la noche y


por tanto de la vida y la historia.
El más conocido historiador de las religiones, el rumano Mircea Eliade 148 indica
que este tipo de mitos no supone ninguna novedad. En casi todas las sociedades
agrícolas existen mitos similares para explicar el nacimiento de las plantas comestibles,
del Sol y de la Luna, lo que se produce con la intervención de unos héroes o dioses del
tiempo primigenio. Como los etnólogos los estudiaron por primera vez en Indonesia,
donde estos héroes se llamaban “demas”, así se les suele conocer entre los especialistas.
En este caso, los héroes gemelos serían los “demas” del mundo Maya. En todos estos
mitos, el sacrificio de uno de esos dioses primigenios a manos de los demás, hace de
frontera entre los tiempos primigenios y los históricos. Lo que se cuenta no es el
principio del universo, sino el principio de la existencia de los hombres. Lo que se
cuenta es el comienzo de la historia, en forma de una ancestral lucha entre la luz y las
sombras, entre la vida y la muerte.
**
Un mito ligado al Juego de pelota. De ese juego tenemos una gran cantidad de datos
arqueológicos, pero a pesar de ello desconocemos con exactitud cuales eran sus reglas.
Algo si sabemos: se desarrollaba siempre en canchas en forma de “I” . La arena de
juego estaba rodeada de taludes inclinados, que parecen eran el símbolo del abismo del
inframundo. Así los campos eran en si mismos portales del inframundo, puertas de
entradas simbólicas hacia el interior de la tierra, una especie de gruta artificial.
Por encima de los taludes y en los extremos del campo se colocaban gradas para
que los espectadores celebrasen el juego. Los equipos se formaban por dos jugadores
por bando, que se distinguían por sus tocados. Iban equipados con grandes cinturones de
madera revestido de cuero149. Esto era necesario porque la pelota, elaborada con látex
líquido que se extraía de árboles de caucho autóctonos (árboles del hule) podía llegar a
tener hasta el tamaño de una pelota de baloncesto y pesar entre 3 y 8 kilogramos. Estaba
prohibido golpear la pelota con los pies o las manos y la mayoría de los golpes se daban
con las caderas o las rodillas. Por eso es frecuente que los jugadores lleven rodilleras y

148
Eliade, Mircea y Joan P. Couliano: Diccionario de las religiones. Barcelona, 1997, págs.49, 50 y 292.
149
Los llamados “yugos”, piezas de piedra que recuerdan a esa parte del atalaje de los animales de carga,
se suponen que eran exvotos de jugadores, e incluso moldes para que los grabados de la piedra quedaran
impresos en bandas de cuero.
98

también protecciones en las muñecas, en ese caso no porque se pudiese golpear con
ellas, sino para no herirse cuando se tiraban al suelo a devolver una pelota.
Las reglas que, insisto, no nos son conocidas, quizá variasen de unos lugares a
otros. Así por ejemplo, en algunos campos, existen dos aros en cada uno de los taludes,
mientras que en otros casos dichos aros no existen. Se suponen que el equipo que,
además de devolver la pelota la conseguía hacer pasar por el aro, ganaría el partido.
Los campos de pelota son unas construcciones siempre presentes en las ciudades
mayas. Algunos de ellos son de proporciones realmente espectaculares. La cancha más
grande para el juego de pelota no es del periodo Clásico, sino del Posclásico. Se
encuentra en Chichén Itzá. Mide 138 metros de largo por 40 de ancho y sus taludes
alcanzan lo 8 metros de altura. El carácter ritual del edificio se comprueba con la
existencia de tres templos construidos sobre las gradas.
Mucho se ha discutido si el juego de pelota implicaba el sacrificio de alguno de
los contendientes. Muchos elementos hacen pensar que si. En principio, el ritual
recordaba la muerte de los dioses y es posible que esas muertes míticas se reprodujeran
con seres humanos. Algunos grabados encontrados en las canchas reflejan escenas de
sacrificios. Es especialmente importante el de Chichén Iztzá en el que puede apreciarse
a jugadores con el tronco chorreando sangre y calaveras envueltas en bolas de látex.
También en un grabado de Yaxchilan, el rey, revestido como jugador triunfante, ve caer
una enorme bola que tiene grabada en su interior el cuerpo de un prisionero maniatado.
Las escenas de reyes presentados como jugadores vencedores son muy
frecuentes. Lo que hace pensar que, dentro de la liturgia que trataba de identificar a los
reyes con los dioses, a los monarcas les gustase hacerse pasar por uno de los míticos
héroes que vencieron a las divinidades de la oscuridad y trajeron luz y comida al pueblo.
Los reyes, como hicieron los gemelos, podían luchar con su magia contra las asechanzas
de los señores del inframundo y mostrarse como vencedores de la muerte.
Ahora bien, además de todo esto, el juego tenía también un componente lúdico.
Hernán Cortés trajo jugadores de pelota mexicanos que hicieron las delicias de los
sevillanos realizando malabarismos en el Arenal. El dibujante alemán Christoph
Weiditz nos ha dejado unas magníficas pruebas gráficas de ello. Algunos cronistas, nos
cuentan también que el juego de pelota era motivo de apuestas entre los espectadores e
incluso existía la costumbre de que cuando algún jugador conseguía meter la pelota por
uno de los aros, la gente situada en las gradas de ese lado debía entregarle sus capas150.
150
López de Gómara
99

El embajador de Venecia en España. Andrés de Navagero, en su obra Viaje por


España 1524-1526, que escribió con los recuerdos de su estancia en Sevilla durante las
bodas de Carlos V e Isabel de Portugal, describe así el juego de los indígenas traídos de
México:
“Vi yo en Sevilla muchas cosas de Indias y tuve y comí las raíces que llaman
batatas, que tienen sabor de castañas...también vi algunos jóvenes de aquellas
tierras que acompañaban a un fraile que había estado allí predicando reformar
las costumbres de los naturales y eran hijos de señores de aquellos países; iban
vestidos a su usanza, medio desnudos y sólo con una especie de juboncillo o
enagüetas; tenían el cabello negro, la cara ancha, la nariz roma, casi como los
circasios, pero el color tira más a ceniciento; mostraban tener buen ingenio y
vivo para todo; pero lo singular era un juego de pelota que hacían a estilo de su
tierra. La pelota era de una especie de leña muy ligera, tamaño de un melocotón
o mayor y no la rebatían con las manos, ni con los pies, sino con los costados, lo
que hacían con tal destreza que causaba maravilla verlo; a veces se tendían casi
en tierra para rebatir la pelita y todo lo hacían con gran presteza”

d-4) La religión y las creencias. El cómputo del tiempo.


La existencia de héroes que se auto-sacrifican para permitir la vida humana es,
como bien sabemos, una constante en muchas religiones. En ese sentido la mitología del
Popol Wuh no es especialmente original, sin embargo si existe un rasgo plenamente
diferenciador de la ideología religiosa de los mayas antiguos: la extrema obsesión por la
cualidad del movimiento. Así comienza el Popol Wuh el relato de la creación del
Universo:

“Este es el relato de cómo todo estaba en suspenso, en calma, en silencio, todo


inmóvil y vacía estaba la extensión del cielo”151

Antes de que los héroes gemelos venciesen a los dioses del inframundo,
permitiendo el nacimiento del Sol, la vida del hombre no era posible. Para los mayas al
principio no fue las confusión o el caos, sino la quietud, que era igual a la nada . Por

151
El Génesis dice: “Al principio creó Dios el cielo y la tierra. Pero la tierra era informe y vacía y las
tinieblas cubrían la superficie del abismo...” Es decir más que quietud, lo que había era confusión: era el
caos.
100

el contrario, la realidad, el comienzo de la historia y de la vida del hombre empezó


cuando el Sol comenzó a moverse y recorrer el horizonte, cuando el Sol comenzó a
marcar el tiempo. El movimiento, (especialmente el del Sol, la expresión más sencilla
de señalar el fluir del tiempo) es el símbolo de la vida, por oposición a la quietud que
es el símbolo de la muerte.
El decir que la esencia de la vida es el fluir tampoco es una idea nueva. En el
siglo V a.C. ya había dicho Heráclito aquello de “nadie se baña dos veces en un mismo
río” y 20 siglos después (XV d.C.) Jorge Manrique compuso aquellas coplas de
“nuestras vidas son los ríos...”. Pero los mayas aportaron una cierta originalidad a la
cuestión al considerar (como es común el la tradición mesoamericana), que el devenir
no es un proceso lineal, con un principio y un fin, sino un proceso cíclico que implica
una rueda constante de destrucciones y recreaciones. La vida sería como un río, pero un
río circular, donde las cosas que han pasado, pueden volver a pasar dentro de miles de
años. En el fondo era una forma de conciliar la vieja polémica de la filosofía griega que
enfrentaba el “todo pasa” de Heráclito con la idea de Parménides de que el Universo
tenía una esencia inmutable.
Pero no hay que confundirse en una cosa. Los hombres del siglo XXI, en cuanto
herederos de la filosofía griega, podemos considerar esta polémica como una discusión
filosófica y al tiempo como un fenómeno físico abstracto. Para los mayas no era así.
El tiempo era el conjunto de ciclos de nacimiento, vida, lucha, muerte y
resurrección de distintos seres sobrenaturales.

En principio, los mayas, como otros muchos pueblos, consideraban que los
astros reconocibles en el firmamento (Sol, Luna, Venus y diferentes constelaciones
estelares) y cuyo paso por el firmamento forman una especie de reloj universal, eran
auténticos dioses. Cuando los mayas estudiaban los astros y confeccionaban
calendarios no estaban haciendo metafísica o astronomía; no estaban haciendo
ciencia, sino estudiando a los dioses. Cuando observaban un eclipse, no interpretaban
que una masa esférica se interponía entre otra, sino que una gran serpiente engullía el
Sol. Así el Códice de Drede se refiere a los eclipses con el termino “Chibal Kin”,
literalmente “tragarse el Sol”152

Pero no solo los astros eran dioses. Los distintos periodos de tiempo que esos
152
Grube, pág. 144.
101

astros marcaban con sus apariciones y desapariciones, también una entidad propia y
divina. Así por ejemplo el periodo de tiempo que llamamos día era para los mayas un
dios y en su lengua se decía Kin, que también significa Sol. De igual forma, todos los
periodos de tiempo más significativos tales como lo que para nosotros pueden ser el
mes, el siglo o el milenio, eran considerados dioses. Es algo difícil de entender en
nuestra mentalidad, pero piénsese como se han mitificado en la literatura o en el arte las
estaciones. Véase la primavera de Boticelli o téngase en cuenta el “espíritu de la
Navidad”, que parece que es algo que cobra vida...al menos para el Corte Inglés.

Pero no solo los astros y los periodos de tiempos eran dioses. Los números no
eran magnitudes abstractas, sino vivas. Las cifras eran otro tipo de dioses que mantenían
relaciones diversas con el dios del periodo de tiempo al que acompañaban y contribuían
a modificar su carácter. Los dioses-números eran los cargadores de los periodos de
tiempo. Era como si nosotros al pensar en un fecha cualquiera, por ejemplo 31 del XII
de 1999, considerásemos que el dios del 31 transporta la divina carga del dios del día; el
dios del 12 transporta la divina carga del dios del mes; el dios del 9 transporta la carga
del año, de la década y del siglo; y el dios del 1 transporta el milenio. Al día siguiente, 1
del I de 2000, los dioses de los números se pasaban la carga de tiempo unos a otros. El
dios del 31 le pasaba la carga del día al dios del 1; el del 12 le pasaba también la carga
del mes al 1; el dios del 9 le pasaba la carga de años, décadas y siglos al dios del 0 y el
dios del 1 se descargaba de su carga del milenio y se la pasaba al del 2.

Una prueba de hasta que punto los mayas estaban obsesionados por el cómputo
del tiempo está en el hecho de que determinaba las fechas a través de, por lo menos,
tres sistemas simultáneos.

Durante el periodo Clásico hubo una forma muy característica de contar el


tiempo que es lo que se denomina “Cuenta larga”. Consiste en contar todos los días
que habían pasado desde una “fecha 0”; un momento iniciático-mítico que ellos fijaban
en el año 3113 antes de Cristo153. Es como si nosotros contásemos los días transcurridos
desde el nacimiento de Cristo (a 365 días al año desde hace 2.000 años, hacen 730.000
días).
153
Voy a considerar como fecha inicial maya la que se da en el libro de Grube en la página 281 y es: 28
de septiembre del 3113 a.C. Lo hago porque me facilita los cálculos que haré después.
102

En realidad no sabemos porque escogieron ese año como fecha de referencia a


partir de la cual comenzar a contar. Tampoco importa tanto eso. Lo que si era
fundamental era situar en nuestro calendario la “fecha 0” de los mayas y así poder datar
las estelas y demás monumentos mayas. La conversión de la fecha del momento
iniciático maya al calendario cristiano pudo hacerse ya que en los libros del Chilam
Balam se datan algunos acontecimientos importantes, como por ejemplo la llegada
de los españoles en 1539 tanto con la fecha cristiana como con el sistema de la
cuenta larga maya154. De todas maneras, algunos investigadores discrepan, aunque
ligeramente, sobre donde colocar el “año 0 maya”. Así por ejemplo, Michael Coe
defiende que debe ser el año 3114 y en el libro de Nikolai Grube se indica el 3113155.
El conjunto de los días de la cuenta larga se agrupaba en cinco tipo de ciclos de
tiempo, según una ordenación vigesimal imperfecta, y que se denominaban:
Kin 1 dia
Winal 1x20 20 dias
Tun (en vez de 20x20, se ponían los días del año solar maya) 360 días
Katún 20x260 7200 días
Baktún 7200x20 144000 días

Cada ciclo de tiempo tenía su correspondiente jeroglífico e iba acompañado de


un numeral multiplicador. Como los ciclos de tiempo se escribían en las estelas de
mayor a menor y de abajo a arriba, una cifra maya del periodo Clásico Tardío podría
ser:
8 Baktún (8x144.000) 1.152.000
12 Katún (12x7.200) 86.400
14 Tun (14x360) 5.040
8 Winal (8x20) 160

154
En el Diccionario Enciclopédico Espasa y en la voz “calendario”, encuentro que la sincronización
entre ambos calendarios se debe al mayista de Mérida (Yuc.) Juan Martínez Hernández al encontrar en el
libro del Chilam Balan que la fecha de 1539 correspondía a la Maya 11.16.0.0.0. Hechas las cuentas a mi
me sale el año 3115.
155
Michel Coe indica exactamente la fecha del 13/VIII/3114 a.C. ( pág. 118). En el libro de Grube, que
está escrito por varios autores, en la pág 138 se da la fecha del 8/IX/3113 a.C. “del calendario juliano” y
en la pág. 281 se indica que la fecha era 28/IX/3113. Tal vez la diferencia sea por el cambio del
calendario juliano al gregoriano en 1582 (se saltaron 10 días del mes de octubre). O tal vez por que los
libros del Chilam Balam, que tienen muchas versiones, dan fechas ligeramente distintas.
103

15 Kin (15x1) 15
Total 1.243.615
1.243.615/365,26156=3.404,74 . Eso significa que habían pasado 3.404 años (más las tres
cuartas parte de un año más, es decir 3 trimestres) desde la fecha inicial maya del 28 de
septiembre del 3113 antes de Cristo.
Para saber la fecha cristiana hay que restar a la primera fecha la segunda. Pero
con la siguiente advertencia:
Traducido a cifras con dos decimales para poder hacer la resta, el 28 de
septiembre del 3113 a.C. es lo mismo que el 3112,25 a.C. ya que, en realidad ha pasado
las tres cuartas partes del año acercándonos hacia la era cristiana. Así que la resta sería
3404,74-3112,25= 292,49. Es decir a mediados del 292 d.C. Esa es precisamente la
fecha más antigua de las encontradas en Tikal que se encontraba grabada en la Estela
29157
La “cuenta larga” incluía también la creencia que la era en la que vivían iba a
durar 13 baktunes, lo que significa aproximadamente 5.200 años y exactamente
13x144.000=1.872.000 días que dividido por 365,26 da 5125,11 y menos 3112,25
corresponde a finales del 2012, en donde los mayas creían que se destruiría su mundo,
para reconstruirse después y dar lugar a una nueva era. Se trata de una creencia que
recuerda al milenarismo cristiano por la cual los europeos vivieron aterrados esperando
la llegada del primer milenio del nacimiento de Cristo.

Pero además los mayas contaban a través de un calendarios anual-solar, llamado


Haab, que era muy parecido al nuestro, solo que en vez de 12 meses de entre 28, 30 y 31
días, estaba dividido en 18 meses de 20 días, más 5 días sueltos al final (esta etapa final
del año se consideraba de mal agüero y en la que podían surgir desgracias).

Junto a este calendario y de manera también simultáneas los mayas fechaban su


vida por un calendario mágico-adivinatorio llamado Tzolkin (que en Kiché significa “el
orden de los días”) y que es de clara influencia olmeca. Este calendario tenía 260 días.
Este número era el resultado de combinar 20 nombres de días, puesto cada uno bajo la
advocación de un animal o un objeto con connotaciones mágicas, con 13 números. Así

156
El año solar medio tiene 365 días y 6 horas 13 minutos y 59 segundos, lo que supone, en realidad,
365,26 días
157
Harrison, Peter: Lords of Tikal. Rulers of an ancient Maya City. London 1999, pág. 66.
104

había el día Jaguar, lagarto, serpiente, zorro, mono y también el día temblor, hechicera,
nube de tormenta, rey, muerte, casa, escalera...etc. La combinación de los 20 días con
los 13 números, daba un total de 260 días hasta que se volviese a producir una misma
combinación de nombre de día y numero y, por lo tanto, volviese a comenzar el ciclo.

Las combinaciones de estos dos últimos calendarios daban lugar a lo que se ha


denominado “Rueda calendárica” o sistema de cuenta corta maya. Esta combinación
determinaba el siglo maya de 52 años solares. Debido a que ambos calendarios no
tenían el mismo número de días (365 y 260), el primer día del primer calendario sólo
coincidía con el primer día del segundo cada 18.980 días (el mínimo común múltiplo de
365 y 260), es decir 52 años solares y 73 años del calendario mágico-adivinatorio-ritual.
Cada vez que se iba a terminar un ciclo de 52 años, los mayas volvían a temer que el Sol
no volviese a aparecer en el horizonte y especialmente temidos eran los cinco últimos
días de ese año solar.
*

Pero ¿Por qué hacer todo esto? ¿para que tanta complicación de tener en marcha
tres calendarios al mismo tiempo158?
Ya dijimos que los calendarios, la astronomía, las matemáticas no escondían
ninguna curiosidad pura o científica, eran tan solo un instrumento para conocer el
orden cósmico; para averiguar las reglas que regían los ciclos de esos astros-dioses
que marcaban el tiempo y poder determinar las influencias que ejercerían sobre el
presente o el futuro de los seres humanos.
Dicho en pocas palabras, los mayas empleaban la astronomía y los
calendarios para hacer astrología. Lo que de verdad le importaba a los mayas es
determinar que combinación de omnipotentes seres sobrenatural dominaría una
fecha determinada con sus atributos positivos o negativos y así poder preparar las
ceremonias que pretendían influir en las fuerzas sobrenaturales.
Así por ejemplo a los mayas les podía interesar saber cual eran las influencias
astrales de la fecha en que había nacido un heredero y, si eran negativas, anticiparse a la
acción de las fuerzas sobrenaturales con ritos mágicos o prepararse para afrontar los
acontecimientos. Igualmente querían calcular cuando debían comenzar una guerra o
158
En realidad eran más, pues también contaban por ciclos lunares de 29 a 30 días y en ciclos de 819 días,
resultado de multiplicar algunos números mágicos 7x9x13=819. Grube, pág. 139.
105

cuando era más conveniente realizar un matrimonio.


En su afán por predecir el futuro, los mayas, basándose en su concepción cíclica
del tiempo, solían mirar mucho hacia el pasado. Calculaban las posiciones astrales o
las coincidencias calendáricas que se habían dado en momentos de señalados éxitos o
fracasos del pasado. De esta manera cuando estas combinaciones volvieran a repetirse,
ellos estarían preparados y sabrían cuales anunciaban éxitos o desgracias.

Tan solo con las combinaciones posibles en el calendario ritual ya se establecían


un numero ingente de predicciones. Cada nombre de día estaba bajo el influjo de un
animal mítico o un ser sobrenatural, que condicionaba el destino del personaje nacido en
el. Los números modificaban el poder del signo y así había 260 posibilidades de
establecer pronósticos para una persona, para su destino, o para emprender cualquier
actividad en el día.
El libro del Chilam Balam se da lo que se llama “el arte de los días” con las
predicciones para cada uno de los 20 días del mes.
Día Muluk (Vasija) “El tiburón es su mensaje. Devora descendientes y esposas.
Hijos y esposas mueren continuamente. Son ricos. Es uno que mata o destruye también
los alimentos.
Día Chuwen (Mono): “Es el carpintero. El tallista. La hormiga migradora. Es el
mensaje de los artistas. Todo el camino de su vida es muy bueno. Lo conseguirá todo.
Es un señor prudente.
Como vemos el día Chuwen era favorable, pero si se combinaba con el número
tres (3-Chuwen) se convertía en un día era malo para iniciar la siembra. Y asi, en
principio, tenemos 260 posibilidades de establecer pronósticos
Pero como además había no uno, sino tres calendarios funcionando al mismo
tiempo, las conexiones se podían contar por decenas de miles. Los astros-dioses y sus
pasos por los cielos creaban miles de señales y de influencias que era preciso captar. Así
pues para comprender la visión mágico religiosa de los mayas hay que imaginarse la
existencia humana regida por una especie de colosal máquina tragaperras en las
que tres ruedas de signos dan vueltas y cuando se paran y según se hayan
combinado, puede uno hacerse rico o arruinarse.

Pero no hay que asombrarse. En el fondo nosotros hacemos cosas parecidas.


Recordemos aquello de “martes, ni te cases ni te embarques”. Desde luego hay mucha
106

gente que lee y cree en los horóscopos y nuestro propio calendario contiene restos de
creencias en influencias astrales sobre los periodos de tiempo: lunes, día de la Luna;
martes de Marte; miércoles de Mercurio; jueves de Júpiter, viernes de Venus y
domingo, día del señor (o del sol en inglés: sun day).
Y también realizamos combinaciones mágicas y con desfases que dan a
combinaciones que no se prevén con facilidad. Así combinamos los 30 días de un mes
con los siete días de la semana y nos parece de mala fortuna cuando un día 13 se
combina con un martes o un viernes.

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Claro que los mayas, en su afán por medir el tiempo y predecir el futuro se
convirtieron en magníficos astrónomos y excelentes matemáticos. Matemáticas y
astronomía son instrumentos imprescindibles para quienes deseen fijar algo tan fugaz
como el paso del tiempo.
Las observaciones las hicieron sin telescopios ni lentes. Lo que si construyeron
fue algunos edificios alineaos (tal y como se hace con el ojo y la mira de la escopeta
para apuntar al blanco, que en este caso era un cuerpo celeste) para marcar posiciones
en el horizonte. Así ocurre en el llamado Edificio E de Uaxactum (Clásico temprano) 159,
en donde delante de una pequeña pirámide se alineaban tres edificios que coincidían con
la posición del sol en los equinoccios y en cada uno de los solsticios. En el edificio
llamado de El Caracol de Chichén Itzá, las posiciones se determinaban gracias a
alineaciones logradas con diagonales trazadas aprovechando las esquinas de la parte
interior y exterior de los gruesos ventanales abiertos en los muros.
Los astros son los relojes universales y así los mayas calcularon la duración del
año solar con enorme perfección. Lo mismo hicieron con el ciclo de rotación de algunos
planetas como Venus. Calcularon los periodos del año en que el planeta se ve por las
tardes, por las mañanas o permanece oculto. El ciclo completo de rotación del planeta
tarda 584 días, que comprende los 236 días que se ve como estrella matutina, los 250
que aparece como estrella vespertina y los dos periodos de sombra que, en total duran
98 días.
El ciclo de Venus estaba además relacionado, no sabemos muy bien como, con
las fechas que se consideraban propicias para entablar las batallas. Venus no era una
159
Grube, págs. 132 y 133.
107

hermosa diosa que navega desnuda en una concha, sino una especie de guía de los
guerreros que amparados o iluminados por sus rayos, se lanzan a un ataque en los
momentos en los que el atardecer o el amanecer adormece a los enemigos.

Para medir cualquier cosa hacen falta números y como los mayas contaban por
centenares de miles de días, empleaban una base vigesimal. Sus números del 1 al 19
más el cero, podían representarse mediante la combinación de barras, que valían cinco
unidades y puntos que valían una unidad. El cero se representaba por una especie de
almendra o elipse. Pero también cada uno de estos números tenía su propio jeroglífico,
representando la imagen del dios-número.
Cuanto más amplia es la base numérica que se emplea, menos dígitos es
necesario para expresar una cifra. En el sistema binario que emplean los ordenadores,
solo hay dos dígitos 1 y 0 reconocibles en los máquinas por el paso o la interrupción de
una corriente eléctrica. así las cifras son larguísimas, lo que en el caso de la informática
moderna no tiene demasiada importancia habida cuenta a la velocidad a la que se
mueven los electrones.
Pero para construir un sistema decimal o binario moderno hacen falta dos
conceptos matemáticos fundamentales que no llegaron a Europa hasta que los árabes no
los trajeron en la Edad Media desde la India. Me refiero al valor posicional de las cifras
y a la existencia del cero como elemento de completación de una serie. Con ambos
elementos pudieron expresar números enormes sin necesidad de llenar los códices con
cientos de signos y además realizar operaciones matemáticas con mayor facilidad.
Pensemos el trabajo que le costaba a un romano escribir un número como 1.243.615
(los días de la cuenta larga del 292 d.C.) Nuestro sistema de origen árabe hemos
necesitado 7 dígitos. Pero un romano necesitaría 12 letras:
I (con dos rayas encima) CCXLIII (con una raya encima) DCXV
Los mayas necesitaban únicamente cinco dígitos de su particular sistema
vigesimal: 8 (baktún) 12(katún) 14 (tun) 8 (Winal) 15 (kin).

e) La crisis del Clásico y el abandono de las ciudades de la selva


A lo largo del siglo IX las investigaciones muestran que las Tierras Bajas
meridionales, que habían sido el corazón del área Maya durante el Clásico sufrió una
progresiva y drástica despoblación. Fue un fenómeno de tal magnitud que a comienzos
del siglo X, los antiguos centros ceremoniales de la selva o tenían escasísimos
108

habitantes o habían sido abandonados por completo. Únicamente en las orillas del lago
Petén, en el centro de la selva que lleva su nombre, se pueden apreciar algunas
concentraciones humanas durante el Posclásico, pero sin llegar a formar nada parecido a
las ciudades de antaño. A estas se las fue tragando poco a poco la selva, de tal manera
que, cuando llegaron los conquistadores españoles, no tuvieron noticias de ellas, como
le paso a Hernán Cortés cuando atravesó la zona en dirección a la conquista de las
Hibueras (¿Honduras?).
Fue, lo hemos dicho, un proceso imparable pero paulatino y que los arqueólogos
datan a través de la desaparición de la costumbre de erigir estelas con memorativas de
los triunfos de los monarcas datados por el sistema de la cuenta larga.
En Copán, el llamado Altar L es una prueba del abandono de la ciudad. Estos
bloques de piedra cuadrangulares con la representación del monarca reinante recibiendo
el poder de su antecesor. Pues bien en una cara del monumento leemos que el último rey
de Copán, que aparece retratado frente a su antecesor, se entronizó el año 822. El resto
del monumento está sin terminar y únicamente están abocetadas las líneas de las figuras
y los jeroglíficos. La ciudad se abandonó antes de que el último de sus reyes tuviese
tiempo de terminar su monumento...después no hay más fechas en Copan.
En algunas ciudades las últimas estelas fechada son anteriores: la de Palenque es
del 799 y la de Yaxchilán el del 808. La última de Tikal, que para algunos supone la
finalización oficial del Clásico es la Estela 11 y está fechada en el 869. La ultima de
Uaxactún es del 889. Con todo, algunas ciudades resistieron un poco más, pero en todas
las ciudades del Clásico, no hemos encontrado fechas posteriores al año 909. Está es por
ejemplo la última estela fechada en Toniná, al Sur de Palenque, o en Seibal al sur del
Petén o en Uxmal, en la frontera con las Tierras Bajas Septentrionales160.
La gran pregunta es ¿Qué pasó? Y la respuesta sigue siendo, como dice Nikolai
Grube que “aun no hay una explicación definitiva”161 o como indica Michael Coe, al
plantearse esta interrogante: “nadie lo sabe” y añade que ninguna de las hipótesis que
se barajan tiene la aceptación del conjunto de los investigadores162.

160
Grube, pág. 169. La fecha de Uxmal la saco de Coe, pág. 128 y se trata de una fecha pintada en la
piedra que remataba uno de sus edificios. Coe dice también que hacia el año 900 “cesó virtualmente el
uso del cómputo largo de los mayas” pág. 124.
161
Grube, pág. 170.
162
Coe, págs. 124-127.
109

La verdad es que las hipótesis siguen siendo fundamentalmente de dos tipos y ya


fueron formuladas así por los primeros especialistas de la materia en la primera mitad
del siglo XX:
Sylvanus Morley pensaba que todo se debió a un proceso de deterioro del medio
ambiente por sobreexplotación.
Eric Thompson era partidario de explicarlo mediante una “revuelta campesina”,
ya que existían pruebas de saqueos y de incendios.
Hoy en día estas siguen siendo estas las explicaciones fundamentales que vamos
a denominar como de la Crisis Ecológica o la Revuelta Sociopolítica. Otras
explicaciones del tipo de grandes cataclismos, como terremotos monstruosos o
epidemias de enfermedades desconocidas han sido desestimadas. Pues ni hay restos de
destrucciones masivas provocadas por seísmos, ni se han encontrado enterramientos
masivos, ni otros rastros de una rapidísima extinción de la población...la gente no murió
de forma rápida y catastrófica, más bien parece que se fue a otro sitio163.
La crisis ecológica tiene un planteamiento facil de formular. En un determinado
momento, el incremento de población, producto inicialmente del exitoso sistema de
agricultura intensiva mediante el aprovechamiento de los pantanos, terminó
finalmente por rebasar los límites del potencial agrícola del Petén 164. Dicho de otra
manera: la superpoblación tuvo una incidencia catastrófica sobre el medio ambiente que
se tradujo en una serie continuada de sequías y malas cosechas, lo cual provocó tales
hambrunas que los campesinos terminaron por abandonar la selva.
Es una teoría que tiene sólidos fundamentos. Se han encontrado muchos
esqueletos, incluidos de gente que se supone perteneciente a la aristocracia, con claros
signos de desnutrición, falta de crecimiento y anemia 165. También, a finales del clásico
aumenta el número de esqueletos infantiles, lo que se supone provocado por la escasez
de alimentos166.
Además, según expertos en paleobotánica, el bosque actual de las selvas mayas
no es un bosque primario y calculan que ese bosque primario llego a casi desaparecer o
quedó reducido a islas entre el terreno pantanoso roturado por los mayas. Privado de su

163
Grube pág. 348.
164
Fiedel, Pág. 330
165
Fiedel, pág. 330.
166
Grube, pág. 171.
110

bosque, las lluvias tropicales y el fuerte calor del Sol descompusieron el suelo que
perdió rápidamente fertilidad.
Es posible también que, simplemente, la excesiva desforestación, tuviera una
incidencia negativa sobre el régimen de lluvias y provocases fuertes sequías. Esa
desforestación no estaría causada solo por la necesidad de encontrar nuevas tierras de
cultivo, sino también por el uso que de la madera hacía la creciente población. Hay que
tener en cuenta que las inmensas pirámides mayas necesitaban argamasa para unir sus
sillares y esta argamasa tenía un componente fundamental que era la cal. A su vez la cal
no podía obtenerse sino calentando la piedra caliza, lo cual precisaba una enorme
cantidad de energía que solo la leña podía proporcionar.
Todo esto tenía necesariamente que influir sobre la agricultura intensiva
Maya. Un sistema que, como ya dijimos, era muy productivo pero también muy frágil,
ya que necesitaba más agua que el sistema de milpa, pero también más mano de obra y
más orden para hacerla trabajar...pero en por ese camino entraríamos en conexión con la
otra gran hipótesis: la existencia de una revuelta contra el orden político establecido,
que hizo que la gente abandonase unos trabajos cuyos principales beneficiarios eran los
aristócratas.

La teoría de la revuelta sociopolítica también tiene bastantes adeptos. Según


esta teoría, las grandes tensiones de la sociedad mayas terminaron por romper un
equilibrio siempre inestable y desataron un “paroxismo de destrucción” del que habla
Michael Coe167. Las pruebas estarían tanto en el descubrimiento de incendios y de
destrucciones, así como en la construcción de muros defensivos encontrados
construidos a finales del Clásico168, y en el aumento de las escenas de violencia que
refleja el arte maya a medida que avanza este periodo.
Las tensiones entre la sociedad maya eran de muchos tipos. La más evidente es
la que enfrentaba a las masas de campesinos a las monarquías sostenidas por la
aristocracia. Es la vieja idea de la revuelta campesina. Algunos autores han puesto de
manifiesto que los monarcas mayas sometieron a sus súbditos a un esfuerzo excesivo,
pidiéndole que construyesen edificios cada vez más impresionantes en honra y provecho
de unos reyes que cada vez se identificaban más con los dioses. Eso produjo un

167
Coe, pág. 124.
168
Eso ocurrio en Tikal (grube Pág. 184 ) y en Uxmal (Grube pág. 336)
111

“divorcio ideológico paulatino”169 entre unos reyes que vivían en ciudades permanentes,
en palacios de piedra, donde llevaban una cómoda existencia sentados entre
almohadones y unos campesinos obligados a tributar en especie y como mano de obra
de la agricultura intensiva, mientras vivían en cabañas de paja y seguían practicando
para alimentarse la tradicional agricultura de la roza.
Pero para otros autores las tensiones también pudieron desatarse entre los
monarcas y las aristocracias locales. Los frescos de Bonampak relatan en imágenes la
importancia de los representantes de los clanes. La aprobación que parece tienen que dar
los 14 personajes pintados con grandes capas blancas al nuevo heredero, es, al parecer,
de gran importancia. Como hemos comentado, el tratamiento pictórico que los artistas
dieron a las figuras de estos altos dignatarios fue más cuidadoso aun que el otorgado a
los miembros de la familia real, lo que da idea de la importancia que estaban
adquiriendo en la sociedad170.
Finalmente, la sociedad Maya presentaba una rivalidad creciente entre el más de
medio centenar de ciudades estados que se repartían un territorio relativamente reducido
de algo más de 100.000 kilómetros cuadrados (un poco más que la extensión de
Andalucía 80.000 km2). Para Fiedel, la pugna entre las ciudades fue inevitable tras el
derrumbe de Teotihuacan. El vacío dejado por la gran metrópolis hizo crecer a las
ciudades mayas, pero estas iniciaron también una lucha sin cuartel por el control de las
rutas comerciales, que provocaron mortales enfrentamientos171.
Otros autores matizan esta idea indicando que la vía sin retorno hacia la
autodestrucción se produjo al romperse el equilibrio existente entre las dos grandes
superpotencias del área Maya que fueron Calakmul y Tikal. Cuando Hasaw Chan Kawil
se impuso a Calakmul en una decisiva victoria del año 695 172, Tikal se convirtió en la
única superpotencia, pero no fue capaz de recomponer el equilibrio e impedir la
atomización del poder. Un número cada vez más grande de reyezuelos se lanzaron unos
contra otros, sin respetar lo que había sido una norma no escrita: vencer sin aniquilar al
enemigo.
Los pequeños estados estaban en lucha entre si y en su interior, los nobles se
enfrentaban a unos monarcas cada vez más insignificantes. En este sentido, las pinturas

169
Rivera pág. 20.
170
Grube, pág. 236.
171
Fiedel pág. 331.
172
Grube pág. 169.
112

de Bonampak, que muestran al rey Yahaw Chan Muwan, librando feroces batallas o
realizando danzas y sacrificios, siempre ante la atenta miradas de los jefes de los clanes
aristocráticos, lo que nos indican es que los mayas se lanzaban unos contra otros,
mientras que sus monarcas a base de autosacrificios querían dar orden y restaurar el
equilibrio de un edificio que se derrumba.
Ahora bien, puestos a especular, hay que considerar que ambas teorías, la de la
crisis ecológica y la de la revuelta sociopolítica no son mutuamente excluyentes, sino
que, antes al contrario, son perfectamente compatibles y aun se puede decir que pueden
ser considerados como fenómenos de autoalimentación: el uno favorece al otro y al
revés. De esta manera podíamos decir que en el abandono de las ciudades mayas del
periodo Clásico, confluyen 4 factores:

Un aumento demográfico por encima de las capacidades técnicas de la sociedad


Una considerable crisis ecológica
Una perdida de autoridad de las monarquías autoritarias
Una violencia desenfrenada.

Si enlazamos los cuatro elementos podemos tener un buen modelo teórico de lo


que fue la gran crisis de las Tierras Bajas a lo largo del siglo IX:
Los sistemas de aprovechamiento agrícola intensivo de los pantanales
provocó un gran incremento de la población. Dicho incremento no pudo ser
absorbido por el medio ambiente ni compensado con nuevas invenciones
tecnológicas, todo lo cual provocó una catástrofe ecológica concretada en largos
periodos de sequías y malas cosechas. Esta situación disparó las tensiones
existentes entre los dominadores y los dominados, entre los monarcas y las
aristocracias y, finalmente entre las distintas ciudades entre si. La violencia
generada provocó el final del orden constituido y sin orden no era posible
mantener una agricultura intensiva fundamentada en el trabajo de grandes masas
de tributarios....y vuelta a empezar.
Pero en realidad queda un factor más. La crisis del área Maya fue
aprovechada por grupos de extranjeros para invadirla. Es casi seguro que estos
extranjeros procedían del centro de México, o tenían contactos con las regiones del
altiplano mexicano. Posiblemente también, habían mantenido contactos comerciales
desde hacía años y se habían instalado en regiones periféricas. Incluso es posible que
113

algunos de ellos llegasen a ocupar el poder de alguna ciudad de la selva antes de


producirse su abandono: las estelas encontradas en la ciudad de Seibal, al sur del Peten,
entre los años 830 y 890, muestran a personajes que racialmente no son mayas, pero
revestidos con ropajes y símbolos de poder típicos de los soberanos mayas173.
Sea como fuere, a partir de mediados del siglo X y cuando el abandono de las
ciudades de la selva es irreversible, Las Tierras Bajas septentrionales son dominadas por
un pueblo que se denomina Itzá o Itzaes y que tiene en su capital Chichén Itzá, una
ciudad fundada en la fase final del Clásico (estilo Puuc, siglo IX) y que tras su conquista
por los Itzaes se convirtió a la gran metrópolis del área maya entre el año 980 al 1200
aproximadamente174.

9) El Posclásico
En toda Mesoamérica el Posclásico es un periodo caracterizado por las
invasiones procedentes de fuera del área y por los movimientos de población internos,
propiciados todos por la caída de Teotihuacán.
En el centro de México el periodo se abre con la invasión de tribus seminómadas
procedentes de la frontera norte de Mesoamérica: los llamados Toltecas-Chichimecas,
que inicialmente pusieron su capital en Tula (Hidalgo). Los recién llegados imponen un
nuevo tipo de sociedad a cuya cabeza se encuentra un consejo tribal formado por los
jefes de los principales clanes y una nueva arquitectura, con edificios antes nunca vistos:
grandes salas sostenidas por columnas; techos de templos sostenidos por atlantes;
elementos decorativos en los que prima las representaciones violentas relacionadas con
los sacrificios humanos, tales como muros de claveras o animales feroces devorando
corazones; algunas piezas escultóricas de personajes (llamados Chacmoles) recostados
sobre la espalda y que sobre el vientre mantienen una bandeja para recibir el corazón del
sacrificado y, finalmente, la representación abundantísimas del dios Quetalcoatl, que es
adoptado por este pueblo como una de sus divinidades más importantes.
Pues bien, Chichén Itzá, la capital de los invasores, se nos muestra
arqueológicamente como una ciudad mestiza tolteco-maya. Su arquitectura es una
muestra muy clara de eclepticismo entre modelos del arte Puuc y de Tula. Los
Chacmoles, los atlantes, llos muros de calaveras, las representaciones de Quetzalcoatl,

173
Grube, pág. 171.
174
Según “las leyendas históricas mayas” un hombre llamado Kukulcán, es decir “serpiente emplumada”
o “Quetzalcoatl”, conquistó Yucatán en el año 987. Fiedel, pág. 334, Coe pág. 134.
114

llamado aquí Kukulcán y grandes salas con columnas, típicas de Tula, se mezclan con
edificios decorados con el barroco estilo Maya-Puuc, en el que se aprecian los
mascarones del dios Chaak. (como en el edificio llamado la Iglesia 175) y pirámides con
las clásicas escaleras mayas, como se puede apreciar en el templo denominado El
Castillo.
¿Qué tipo de invasión se produjo?. Las fuentes coloniales que se basan en la
tradición oral del Posclásico (Chilam Balam; Popol Wuh, Relación de las Cosas de
Yucatán de Diego de Landa) son muy claras y hablan de una invasión de “extranjeros”,
pero unos extranjeros de los que se dice que hablan mal el maya...pero lo hablan.
¿Quienes eran, entonces, esta gentes?
Hoy sabemos que, además de los toltecas-chichimecas, hubo otros pueblos que
contribuyeron notablemente para constituir el entramado cultural del Posclásico en el
centro de México: me refiero a grupos de cultura Maya y de lengua Chontal ocupaban
las tierras pantanosas de Tabasco y el sur de Campeche, una región, hasta entonces
marginal del área Maya y que se conoce como el Putún. Estos Mayas del Putún
formaban un entramado de tribus, que son conocidas como los Nonoalcas (también se
habla de Toltecas-Nonoalcas) y como su capital estaba en Xicallanco, en una localidad
situada entre la desembocadura del Grijalva (Tabasco) y la laguna del Carmen
(Campeche), son conocidos también como Xicallancas. Los Itzaes eran una tribu de este
complejo de Nonoalcas o Xicallancas.
Pues bien, el reciente descubrimiento de lugares arqueológicos del centro de
México como Cacaxtla o la existencia de otros conocidos desde antiguo como
Xochicalco, demuestra la fluente influencia de pueblos de cultura Maya en esa región.
Es influencia se debe a grupos de comerciantes-guerreros procedentes del Putún y que
pertenecían al complejo tribal de los Nonoalcas. También sabemos que estos grupos
llegaron incluso hasta Tula, donde se mezclaron con los tolecas-chichimecas, es decir
los invasores norteños. Sin embargo la constante entrada de chichimecas, terminó
empujando a muchos grupos mayas de nuevo hacia sus regiones de origen.
La existencia del mito de Quetzalcoatl, que cuenta como este héroe-dios, fue
expulsado de Tula por Tezcatlipoca (una de las divinidades principales de los
chichimecas) en dirección a Yucatán, no es más que un recuerdo mítico de dicha
expulsión.

175
Grube pág. 345
115

Se supone que los Itzaes fue uno de estos grupos que, después de haber vivido
en el centro de México y haber absorbido muchos elementos culturales toltecas,
regresaron al Putún, primero, y aprovechando la crisis de los centros clásicos de las
Tierras Bajas, penetraron hacia mediados del siglo X en el norte del Yucatán y, a partir
del año 1000, construyeron un imperio que dominó todas las Tierras Bajas
Septentrionales.
Con todo, hay algunos investigadores que en vez de considerar la posibilidad de
una invasión de todo un pueblo, piensan más bien en la llegada de un pequeño grupo de
guerreros que se impone a las élites locales. Incluso, hablan de una simple influencia
cultural del centro de México, iniciada por medio de contactos comerciales y apuntalada
por medio de matrimonios, que es aprovechada por algunos linajes autóctonos para
imponer un nuevo sistema de ideas religiosas y políticas y desterrar las antiguas
monarquías hereditarias. Esa es, por ejemplo, la tesis de Marilyn Masson y Frauke
Sachse176.
Estas últimas teorías se basan en estudios filológicos, sobre la influencia de
términos del nahuatl adoptados por el Maya en el posclásico177. Según estos
investigadores, son apenas 80 las palabras procedentes de la lengua de México Central
las que se incluyeron en el maya. Son, en su opinión, demasiado pocas, para haberse
tratado de una emigración masiva. Estas palabras, además son fundamentalmente
términos que tienen que ver con la política, la religión y la guerra y [en menor medida]
hacen referencia a alimentos, animales y utensilios del hogar. Esto reforzaría, quizá la
idea de la llegada de un pequeño grupo de guerreros que se instala en una zona de
distinta cultura y densamente poblada.
Estaríamos hablando quizá de algo semejante a la influencia lingüística de los
pueblos germánicos que invadieron el imperio romano. Estos imponen, por ejemplo el
termino germánico de guerra, guerre, güerra, war; en vez del latino bellum.
Pues bien, ya supusiera la invasión de los Itzaes la llegada de todo un pueblo, de
un grupo militar o de una simple influencia cultural, lo cierto es que para el área Maya
el segundo milenio se inició con un nuevo cambio cultural.
La primera capital de los Itzaes fue Chichén Itzá, que era, como acabamos de
decir un centro fundado a finales del Clásico y de cultura Maya-Puuc, que debió ser
conquistado por los Itzaes hacia el año 980. Chichén Itzá dominó las Tierras Bajas
176
Grube, págs. 341 y siguientes y 357 y siguientes.
177
Lo que me parece difícil determinar es cuando se adoptaron estos términos.
116

septentrionales entre el año 1000 y el 1200. En esa última fecha, el poder paso a una
ciudad vecina, situado al oeste denominada Mayapán. Esta última ciudad poseía un
recinto amurallado de 6 km2 y dominó el Yucatán entre 1200 y el 1441. En esa última
fecha la ciudad fue destruida por una rebelión interna. Desde mediados del siglo XV,
hasta la llegada de los españoles, el mundo maya sufrió un proceso de “balcanización”,
en el que el norte y las zonas costeras de la península de Yucatán estaba dividido en 16
pequeños estados, de los cuales, el más importante estaba situado en el Putún, con
capital en Xicallanco. Una región admirada por los aztecas, debido al intenso comercio
que sus grandes canoas hacían desde Honduras a Veracruz. En 1502, Colón durante su
cuarto viaje, apresó una de estas grandes canoas comerciales, con lo que se produjo el
primer encuentro entre las culturas maya y europea.
**
El cambio de época no solo es perceptible a través de la arquitectura o dicho de
otro modo, los cambios arquitectónicos no son más que un reflejo de que la sociedad del
posclásico había cambiado mucho con respecto a la del periodo anterior.
Sea quienes fueren los Itzaes, lo cierto es que formaban un grupo cosmopolita,
revisionista, agresivo, rígidamente organizado y firmemente orientado hacia el exterior.
Los Itzaes no anulan lo anterior, sino que lo integran, aunque acentuando el
eclepticismo en el arte, la apertura de relaciones con el exterior y terminando con el
sistema político basado en las monarquías sagradas del clásico.
En relación con este último asunto, ya a fines del periodo Clásico, los monarcas
se habían visto obligados a compartir el poder, dentro de ciertos límites, con los jefes de
los clanes aristocráticos. Pero ahora los Itzaes introducen otro tipo de gobierno que es
de tipo colegiado. Ahora serán los consejos tribales formados por los dirigentes de cada
linajes los que decidirán los asuntos de la comunidad.
Ese carácter consultivo del nuevo gobierno y sus planteamientos más igualitarios
a la hora de enfrentarse a la actividad política, tiene un reflejo importante en la
arquitectura. Así, tanto en Chichén, como en Mayapán (como también los había en
Tula) se van a construir amplias salas y pórticos con columnas, algunas tan grandes que
hacen que uno de los templos principales de Chichén se denomine el templo de los
guerreros o “de las mil columnas”. Estas edificaciones se usaban para lugares de
reunión de jóvenes guerreros y edificios para reuniones y consejos de los representantes
de los clanes dominantes.
117

Es decir, estamos ante una forma de gobierno radicalmente distinta a la del


Clásico, cuando el destino de los campesinos dependía del éxito o fracaso de reyes
guerreros carismáticos, que reclamaban ser descendientes de los dioses y decían tener
poderes sobrenaturales.
Los estudiosos del Posclásico, como suele pasar con los especialistas de
cualquier materia o periodo, no les gusta las comparación despectiva del objeto de su
investigación. El que el Posclásico sea lo que va después del Clásico, es decir lo que hay
tras el momento de esplendor, es algo que no gusta a estos investigadores.
Marilyn Masson, por ejemplo se resiste a que el Posclásico Maya sea
considerado una época de decadencia. Es verdad que en estos siglos se abandonaron los
centros urbanos de la selva y que mucha población se asentó en zonas donde no se ha
descubierto arquitectura monumental, pero hubo grandes ciudades en el norte y en el
conjunto del periodo (900-1500) se presenta un cuadro de crecimiento general de la
población, que, eso si, abandona el interior y se concentra en la costa.
También es falso, como se ha dicho, que el Posclásico significase el fin de la
escritura jeroglífica: los códices que han llegado a nosotros (que son del Posclásico) son
una prueba irrefutable. Tampoco es cierto que no se levantaran estelas. Las hubo y el
que hoy parezcan que están sin esculpir se debe, según esta autora, a que estaban
pintadas y estucadas, algo que se ha perdido con el tiempo.
No le queda más remedio que aceptar que con el Posclásico se dio fin al sistema
de conteo por la cuenta larga 178 , pero al fin y al cabo, este sistema de datación servía
fundamentalmente para legitimar y glorificar las hazañas de las dinastías de reyes-
sagrados y para la redacción de las crónicas dinásticas. Al ser reemplazadas las
monarquías por otros sistemas “mas democráticos” también se rechazó este cómputo
calendárico.
Finalmente y como es evidente que la arquitectura de ciudades como Mayapán
no tienen el esplendor de las del periodo Clásico (esto no es afirmable en el caso de la
brillante arquitectura ecléptica de Chichén Itzá), se apunta que las energías de este
periodo se concentraron, no en edificar monumentos a mayor gloria de los reyes, sino en
establecer grandes redes comerciales terrestres y marítimas, algunas de las cuales unían
con grandes canoas Honduras con Veracruz, pasando por todo el norte de Yucatán. La
arquitectura retrocede en grandiosidad y belleza, pero la sociedad aumenta su eficacia
178
Aunque si esto fue algo absoluto, no comprendo como se ha llegado a saber que el origen del cic lo
maya fue el año 3113 o 314 antes de Cristo.
118

económica, invirtiendo sus energías en la producción e intercambio de unas riquezas


que ahora son accesibles a mayor número de personas.
Una riqueza que bien pudo comprobar Colón en su cuarto viaje cuando en 1502
capturó una de estas canoas cargadas de tejidos y cerámica...lo cual, todo hay que
decirlo, no fue le impresionó tanto como para dejar su obsesión de buscar el paso hacia
la China y dirigirse al lugar de donde procedían objetos tan elaborados.

***

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