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Argentina: Hospital Bernardino de Rivadavia: Hugo D. Chernovilsky (+), Celia Sipes; Hospital Pedro Fiorito:
Miriam Cobos.
Brasil: Fundación Oswaldo Cruz/Fiocruz, Río de Janeiro.
Chile: Unidad de Transparencia, Ministerio de Salud-Nivel Central: Hans Senler; Marina Zolotoochin, directora
del Centro de Estudios para la Calidad de Vida; Karenlyn Mateluna, encargada de la Unidad de Patrimonio
Cultural de la Salud/Ministerio de Salud; Servicio de Salud Metropolitano Norte: Karime Tala Fernández,
jefa de Unidad de Satisfacción; Servicio de Salud Metropolitano Oriente: Francisco Turu, Marco Espíldora,
Felipe Fierro, Iván Gallo, Loreto González, Felipe Canas, Álvaro Prieto.
Ecuador: Ruth Simaluiza Masabanda.
España: personal del Archivo, vigilancia y guía, ex Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla (Parlamento de
Andalucía).
Holanda: Diana Vermeij.
México: Mario A. Larrondo Shiels(+), Horacio Velázquez Lucio, Marcos Mazari Hiriat, director de la Facultad
de Arquitectura; Investigadores del Centro de Investigaciones en Arquitectura, Urbanismo y Paisaje (ciAUp):
Iván San Martín Córdoba, Berta Esperanza Tello Peón, Víctor Arias Montes; profesores y estudiantes de
la Facultad de Arquitectura: Osvelia Barrera Peredo, Roberto Ulises Pimentel, Francisco Acatzin Espinoza
Müller, Liliana Ángeles Rodríguez, Susana Camacho Barrios, Nuria Mariela Roig Mejía, Pamela Olguín
Flores, Ixchel Xaman Ek Zavala Montoya, Guillermo Morán Vargas, Alexandra Chiou Lin Sánchez Soria,
Óscar Miranda Peralta, Dulce Guadalupe Avelino Mendoza, Raúl Barajas García, Gerardo Hernández
González; Dirección General de Apoyo al Personal Académico (DgApA) de la UnAM.
Colección: Registro del sistema arquitectónico de pabellones en hospitales de América Latina volumen 1
Los autores de cada artículo son responsables del contenido de los mismos.
I. IntroduccIón 9
María Lilia González Servín
II. ArgentInA 19
1. loS ASiloS y hoSpiTAleS con SiSTeMA ARqUiTecTónico pAbellonADo De “cAbReD”,
en ARgenTinA. 1890-1938 pATRiMonio cUlTURAl hoSpiTAlARio.
ReSignificAción VAloRATiVA hiSTóRicA, coMo AceRVo pATRiMoniAl
cUlTURAl De lA SAlUD 19
Roberto Omar Balmaceda
2. loS jARDineS en loS MoDoS De hAbiTAR hoSpiTAlARio 51
Gabriela Eda Campari Fado
3. ADApTAcioneS Al hoSpiTAl peDRo fioRiTo 63
Ana María Reyes
4. hoSpiTAleS: Un DeSAfío inTeReSAnTe pARA el pATRiMonio ARqUiTecTónico 69
María Teresa Egozcué
III. BrAsIl 81
1. coloniA jUliAno MoReiRA pARA enfeRMeDADeS MenTAleS, AcTUAl inSTiTUTo
MUnicipAl De ASiSTenciA A lA SAlUD jUliAno MoReiRA – iMASjM, y SUS pAbelloneS 81
Ana M. G. Albano Amora, Renato Da Gama-Rosa Costa,
Sara Cabral Filgueiras y Carla Magalhães
7
8. hoSpiTAl iqUiqUe, iqUiqUe 145
Ministerio de Salud
9. hoSpiTAl SóTeRo Del Río, pUenTe AlTo 150
Ministerio de Salud
10. hoSpiTAl clínico De lA UniVeRSiDAD De chile joSÉ joAqUín AgUiRRe 153
Ministerio de Salud
11. inSTiTUTo pSiqUiáTRico DR. joSÉ hoRwiTz bARAk 157
Ministerio de Salud
12. cApillA AnTigUo lAzAReTo SAn VicenTe De pAUl 160
Ministerio de Salud
13. hoSpiTAl nUeSTRA SeñoRA De lA ASUnción lA SeRenA 163
Ministerio de Salud
14. inSTiTUTo De higiene 169
Ministerio de Salud
15. SeRVicio MÉDico legAl 170
Ministerio de Salud
16. inSTiTUTo nAcionAl De geRiATRíA 171
Juana Silva Opazo
V. ecuAdor 175
1. AnTigUo hoSpiTAl MiliTAR De qUiTo 175
www.hospitalmilitar.mil.ec
8
MéxIco
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E
l hospital León Ayala para enfermos
mentales fue inaugurado por Poririo
Díaz el mismo día en que éste inau-
guró otros dos importantes establecimien-
tos: el Hospital O’Horán y la Penitenciaría
Juárez: 6 de febrero de 1906.
Al morir Leandro León Ayala el 16 de
noviembre de 1901 dejó un legado de más
de $250 000.00 para la fundación de un asilo
que llevase su nombre. Al estar en proceso de
construcción el Hospital O’Horán, se decidió
erigir un hospital que lo complementase. Se
comenzó su construcción desde ines de 1903
y tuvo un costo total de $900 000.00 de los Inauguración por Poririo Díaz, 1906.
cuales hubo varias aportaciones particulares
y del Gobierno del Estado.
Constaba de 20 ediicios proyectados
por el ingeniero Salvador Echagaray y cons-
truidos por el ingeniero Jesús Padilla. Tuvo
en su momento de máximo funcionamiento
alrededor de 290 camas y podía prestar servi-
cio a más de 640 pacientes anualmente.
Cabe mencionar que en el programa
arquitectónico de este nosocomio colabora-
ron dos destacados médicos quienes habían
estudiado los últimos avances en terapéutica
para enfermos mentales: el doctor Eduardo
Urzaiz Rodríguez, quien hizo una especiali-
dad en psiquiatría en Nueva York ex profeso,
y el doctor Salvador Urcelay, primer director
del establecimiento.
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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA
Planta de un pabellón.
Fachada de un pabellón.
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L
a tradición hospitalaria en el Estado de la Mejorada. Es en ese inmueble donde,
de Yucatán comprende un amplio gracias a la diligente y adecuada adminis-
período histórico, que abarca desde tración del Dr. Agustín O’Horán, se institu-
antes de la fundación de la Ciudad de Mé- ye el Hospital O’Horán, en el año 1864. A
rida hasta nuestros días. El primer hospital la muerte del Dr. O’Horán, en septiembre
de la ciudad fue un hospital militar de cam- de 1884 se mandó colocar en el hospital un
paña que las tropas de Francisco de Monte- monumento con su eigie y al pie de ella un
jo instalaron en lo alto del montículo donde pedestal de mármol obra del escultor Leopol-
los frailes franciscanos fundarían después el do Tomassi con la siguiente leyenda en latín
Convento Grande de San Francisco. Poste- redactada por el P. Hijuelos:
riormente el Ayuntamiento instaló el Hospi-
tal de Nuestra Señora del Rosario en 1562, el eXiMie RepUblicAe STUDioSo
cual fue cedido a la orden hospitalaria de San SoleRTiMenTe pRAeDiTo
Juan de Dios en 1625, conociéndosele desde ARTe DocTo peoniAM
entonces como Hospital de San Juan de Dios. geneRiS hUMAni AMAToRi
Este hospital estuvo administrado por AUgUSTino o’hoRAn
los juaninos hasta 1821, fecha en que fueron nATAle SolUM
expulsados por un decreto de las cortes espa- MineRVAe STUDiA
ñolas, trasladándose el hospital al Convento TeRReA pRoleS
MDcccXcV
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Av. Pino Suárez, hoy Itzaes. • Salas de cirugía para hombres (pabellones
2, 3 y 12) y mujeres (pabellones 4 y 5). Cada
sala contaba con cuarto de anestesia, cuarto
de desinfección, vestidor para el cirujano y sus
ayudantes, arsenal y cuarto de esterilización
de instrumentos y material quirúrgico.
• Salas de medicina (pabellones 7 y 8)
• Área de aislamiento para enfermos infec-
to-contagiosos situada en la parte poniente del
hospital y cercada por una verja de hierro.
• Maternidad
• Otorrinolaringología
• Radiología
• Farmacia
Interior del pabellón.
• Administración
• Dirección
• Cocina
• Lavandería
• Depósito de agua
• Costurería
• Aniteatro para anatomía, patología y disec-
ción
• Comedor y cocinas
• Oicinas
• Almacenes
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Pabellón 3. Administración.
Depósito de agua.
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Galería comunicación.
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bibliogrAfíA
Cámara-Milán, Pedro, “El Dr. Hideyo Noguchi en Yucatán”, en Revista Biomédica, Mérida, Universidad
Autónoma de Yucatán (Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”), vol. 11, núm.
3, julio-septiembre de 2000.
Cervera Andrade, Alejandro, “Apuntes para la historia del Hospital O’Horán de la Ciudad de Mérida,
Yucatán”, en Apuntes Históricos de la Medicina en Yucatán, Mérida, Universidad Autónoma de Yucatán,
Marzo de 1990.
Ferrer de Mendiolea, Gabriel, “Historia de la beneicencia pública y privada”, en Enciclopedia Yucatanense,
México, Edición oicial del Gobierno del estado de Yucatán, T. IV, 1977.
“La tradición clínica en Yucatán: pasado y futuro”, en Populi, Mérida, Año 4 núm. 48, julio de 2005,
pp.5-7.
Centro anticanceroso.
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1. Antecedentes
D
urante la campaña militar de con-
quista de la península de Yucatán,
las tropas españolas solían contar
con un hospital de campaña, en el que eran
atendidos los soldados enfermos y heridos.
Dicho hospital consistía en una serie de tien-
das desmontables o estructuras hechas con
materiales perecederos de la región donde se
ubicaban. Los hospitales de campaña nunca
fueron duraderos, ya que el afán fundacional y
de expansión de los conquistadores españoles
Placa conmemorativa de las dos fechas
les hizo bien pronto necesitar, en cada ciudad fundacionales del hospital: 1562 y 1625
que fundaban, de un hospital de carácter per- y que dice:
manente. En Mérida ocurrió una situación
Se erigió y dedicó eSte
similar, ya que al establecerse los españoles hoSpital en 18 de mayo
en el asentamiento maya de T’hó, también de 1562 y lo entregó a la
orden de n.p.S. Juan de dioS
disponían de un hospital de campaña, el cual en 6 de diciembre de 1625
era administrado por frailes franciscanos. Se el i.S.d.f. gonzalo de Salazar
1. Álvaro Ávila Escalante, “Historia de la medicina alopática en la época colonial”, en Enciclopedia Yucatanense, op. cit.,
Tomo 4, p. 262, apud. Juan Francisco Molina Solís.
2. Raúl Casares G. Cantón (dir.) et. al., Yucatán en el Tiempo: Enciclopedia alfabética, Mérida, Inversiones Cares, 1998, Tomo
III, p. 333.
3. Gabriel Ferrer de Mendiolea, “Historia de la beneicencia pública y privada”, en Enciclopedia Yucatanense, México, Edi-
ción oicial del Gobierno de Yucatán, 1944, Tomo IV, p. 5.
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De igual forma, los franciscanos pro- pital para españoles que se llamó del Santo
curaron dotar a algunos de sus conventos de Nombre de Jesús, el cual solo se sostenía de
una enfermería o de un área especial para el las limosnas públicas, ya que no se le asignó
cuidado de los enfermos. Conventos como ninguna renta, aunque hacia 1634 el vicario
los de Izamal, Conkal y Maní tuvieron im- eclesiástico Francisco Ruiz dejó en su testa-
portantes establecimientos de este tipo, y en mento cuatro mil pesos para que con la ren-
aquellos pueblos donde no había convento ta que produjesen, se sustentaran perpetua-
destacaban enfermeros para cuidar a la po- mente cuatro camas en el establecimiento.5
blación, o de ayudarles en sus necesidades Así pues, al comenzar el proceso de
últimas como los sacramentos extremos y consolidación de colonización de la actual
sepultura. El sostenimiento de dichas enfer- capital de Yucatán, los conquistadores y pri-
merías, así como los gastos de médicos y me- meros pobladores españoles se dieron cuenta
dicinas, solían provenir de los fondos de co- de lo necesario del establecimiento, ya que
munidades de indios, en caso de epidemia.4 de contar con un hospital, los conquistado-
También existieron hospitales civiles, res solteros, forasteros de paso, pobres, y ellos
no adscritos al cuerpo de un convento u otra mismos, podrían ser atendidos en caso de en-
ediicación religiosa, aunque usualmente fermedades (en opinión del historiador Eligio
eran atendidos por hermanos de órdenes lai- Ancona, algunas de ellas pudieron deberse al
cas. En la Villa de Valladolid existía un hos- cambio de clima que experimentaron).
4. Ibidem.
5. Eligio Ancona, Historia de Yucatán, México, Ediciones de la Universidad de Yucatán (Tomo II), 1978, p. 362.
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Sin embargo, no se contaba con los re- y Andrade, tomando una parte de su propio
cursos económicos necesarios para su pronta lote, que comprendía la manzana noreste
erección. Empiezan una serie de peticiones y de la plaza principal de la ciudad. La parte
gestiones por parte de los vecinos españoles que cedieron fue la esquina sureste de dicha
al Cabildo del Ayuntamiento, que inancie- manzana, con lo que el lote del futuro hospi-
ramente era pobre. El 14 de junio de 1543 tal quedaría al norte del solar escogido para
el cabildo, al verse impotente para construir levantar la Catedral de Mérida. Este lote está
el hospital y ante la necesidad apremiante de hoy delimitado en la esquina de las calles 58
ello, ya que padecían muchas enfermedades y 61, quedando comprendida el resto de la
tanto indígenas como españoles, formula una manzana entre las actuales calles 60 y 59.
petición al rey, en la que piden “...nos haga El hospital contaba con la capilla de
merced de las penas de cámara, para propios Nuestra Señora del Rosario, la cual fue erigi-
de este Cabildo y fabricar hospital, porque el da a petición de los españoles al papa Pío IV,
cabildo es pobre y el hospital muy necesario”.6 quien otorgó la bula de erección.10 La capilla,
Al respecto las penas de Cámara y Fis- “de cal y canto”, se concluyó en 1579.11
co habían sido condonadas por el rey a los
primeros pobladores por los primeros cinco
años, para apoyar los hospitales y obras pia- 2. siglo xvi. el momento
dosas que se fundasen.7 fundAcionAl
Los esfuerzos de la comunidad meri-
dana rindieron frutos inalmente, ya que el Una vez que se aceptó la cesión del predio
rey admitió al hospital en el Real Patronato,8 por parte del Ayuntamiento, “[...] se nom-
con lo que podría disfrutar de ciertas prerro- bró mayordomo del Hospital a Cristóbal de
gativas, principalmente en materia inancie- San Martín, quien con diligencia se dirigió a
ra aunque como veremos más adelante, esta la Audiencia de los Conines de Guatemala,
atribución era más nominal que real. para que proveyese los fondos necesarios para
Se tiene noticia de que para la cons- la terminación y mantenimiento del estableci-
trucción del hospital el terreno requerido miento en construcción”.12 A pesar de que el
fue donado por el primer alcalde de Mérida, hospital estaba admitido dentro del Real Pa-
Gaspar Juárez de Ávila (quien fuera nombra- tronato,13 lo más probable es que se haya le-
do a ines de 1550 por la Audiencia de Mé- vantado con ayuda de limosnas públicas y con
xico)9 y su esposa, Isabel Cervantes de Lara algunas contribuciones del Ayuntamiento.
6. Joseina Muriel, op. cit., apud. Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, Mérida, Imprenta de Manuel Aldana
Rivas, 1868, p.244.
7. Stella Ma. González Cicero, Perspectiva religiosa en Yucatán, 1517-1571, México, El Colegio de México, 1978, p.9.
8. Muriel, op. cit., p. 194, apud. López Cogolludo, op. cit., p. 49.
9. Ferrer, op. cit., p. 6.
10. Eligio Ancona, Historia de Yucatán, Mérida, Ediciones de la Universidad de Yucatán (tomo 2), 1978, p.359.
11. Muriel, op. cit., p. 196, apud. Relaciones histórico geográicas de la Gobernación de Yucatán. Relaciones de las villas de: Valladolid,
Sucopo, Tezoco, Tecay y Sodzil, 2v., México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1983, Tomo I, p. 83.
12. Ibidem, p. 6.
13. Muriel, op. cit., p.196.
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22. Cetina, op. cit., p. 183. La fotografía postal es cortesía del Sr. Antonio Novelo Medina.
23. Rómulo Velazco Cevallos (comp.), Visita y Reforma de los hospitales de San Juan de Dios, de Nueva España en 1772-1774, 2 v.,
México, S.A., (Archivo histórico de la Secretaría de Salubridad y Asistencia), 1945, T II, p. 97-98.
24. Joseina Muriel, op. cit.
25. AGN, Ramo Hospitales, Informes sobre el Hospital de San Juan de Dios, 1775, t. 60, exp. 5, f. 149.
26. Ibidem, p. 8.
27. Muriel, op. cit., p. 197, apud. Martínez de Grimaldi, Recopilación de Consultas y Decretos.
28. Ibidem, apud. Velazco, op. cit., Tomo II, p. 97-98. Confróntese este testimonio con la opinión de Eligio Ancona, según
el cual el hospital jamás contó con donaciones ni recursos de ningún tipo, excepto las prodigadas por los obispos y las
que podían recaudar los religiosos por medio de limosnas.
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29. Fausto Hijuelos, Mérida antigua y moderna, México, Ediciones del Centro Yucateco, 1946, p. 39.
30. Carrillo y Ancona, op. cit., Tomo II, p. 603.
31. El carácter del tipo de atención que prestaba el hospital queda consignado en esta cita de Carrillo: “...había Hospital
General, muy favorecido por la Sagrada Mitra, y estaba a cargo de unos pocos Padres Juaninos...” (p. 21)
32. Ibidem, p. 262. También empiezan a aparecer médicos civiles que ejercían de manera independiente, de procedencia
extranjera.
33. La cofradía de Jesús Nazareno permaneció en la capilla de Nuestra Señora del Rosario hasta que se construyó la suya
propia, la capilla del Divino Maestro, anexa a la catedral en la esquina del actual cruce de las calles 58 y 61 y que se
inalizó en el siglo XViii. Antes de su traslado, habían decorado con riqueza la capilla juanina. “[...] con cuadros que
representaban a los doce apóstoles, de muy ina pintura italiana que donó el canónigo don Bartolomé de Honorato”
(Molina, op. cit., Tomo II, p. 394).
34. Carrillo, op. cit., Tomo II, p. 525.
35. Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, p. 349.
36. Como dato curioso, en esta capilla, a principios del siglo XVii ejerció su ministerio, por un corto tiempo, el padre jesuita
Pedro Díaz, que junto con el padre Pedro Calderón, fueron los primeros jesuitas en la ciudad (1605), con misión de
explorar las posibilidades de establecer un colegio de enseñanza secundaria, que años más tarde lograron. Consultar:
Edmundo Bolio Ontiveros, “Historia de la educación pública y privada”, en Enciclopedia Yucatanense, Tomo IV, p. 86.
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4. siglo xviii.
lA consolidAción
del hosPitAl
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Fue el Episcopado quien apoyó en múl- “El Ilmo. Sr. Dn. Fr. Antonio Alcalde donó
tiples ocasiones al hospital, tanto moral como al enunciado Hospital veinte mil pesos
económicamente y tenían como obligación con cargo de mantener diez camas, seis
visitar frecuentemente el establecimiento.39 de mujeres y cuatro de sacerdotes, y a más
Varios de estos obispos hicieron importantes de advertirse citar nuevas enfermerías con
donaciones, distinguiéndose fray Antonio Al- el mayor aseo y asistencia, se nota no se
calde (cuyo pontiicado fue solamente de siete siguen estos celosos Religiosos a los térmi-
años, de 1763 a 1770), quien como menciona nos de la fundación, pues admiten mayor
el obispo-historiador Carrillo Ancona: número de enfermos en ambas clases, lle-
gando las mujeres siempre a doce, y hasta
“El antiguo Hospital de San Juan de Dios a catorce, circunstancia que caliica igual-
fue para tan caritativo Obispo, objeto de mente la necesidad de su subsistencia al
gran predilección. Fundó en él y dotó la cargo de la expresada Religión.”42
enfermería de mujeres, que tan gran falta
hacía, y en la de varones dotó camas espe- También menciona las rentas de que se go-
ciales para sacerdotes pobres, empleando zaba, mencionando de manera especial “[...]
en ambos departamentos la cantidad de una corta limosna que de tiempo inmemorial
veinte mil pesos fuertes.”40 dan las comunidades de los pueblos, según
sus fondos, sin pasar de ocho reales, y bajan-
Es de destacar que este obispo, una vez pro- do muchas hasta cuatro (...), lo que sin duda
movido a la Diócesis de Guadalajara, fundó
uno de los hospitales más notables de la épo-
ca virreinal: El hospital de Belén, llamado
hoy Alcalde, de peculiares características ar-
quitectónicas por la disposición de sus enfer-
merías en esquema estrellado o en panóptico.
Pero antes de esta acertada interven-
ción, el hospital estaba paulatinamente in-
crementando sus posesiones y por tanto las
rentas que obtenía de ellas, así como las con-
tribuciones que debían aportarse por parte
de los fondos de tributos, encomiendas de in-
dios, derechos de almojarifazgo, etc.41
Respondiendo a la petición del virrey
acerca de la utilidad de los hospitales en la
región, el prior del hospital dijo lo siguiente:
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44. García, op. cit., p. 434. Las dos imágenes son cortesía de Antonio Novelo.
45. María Luisa Cerrillos (coord.), Historia Urbana de Iberoamérica, Tomo III-2, Madrid, Testimonio, p. 367.
46. Algunos historiadores opinan que esto pudo deberse al aislamiento geográico de la región.
47. Velazco, op, cit., Tomo II, p. 221.
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48. AGN, Ramo Hospitales, Informe del Prior del Hospital de San Juan de Dios, 1776, Tomo 60, exp. 5, f. 154-158.
49. Joseina Muriel, “Historia del Hospital de San Juan de Dios”, en Franz Mayer, Una colección, México, Bancrecer, 1984,
p. 295.
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limpieza y combatir insectos como chinches la primera Junta de Sanidad del Estado, con
y cucarachas. objeto de realizar diversas gestiones para el
En las paredes interiores de las enfer- mejoramiento de la higiene pública. Poco
merías se pintaban murales al fresco que si- después, en 1815, las autoridades expropia-
mulaban carteleras clavadas que contenían ron el hospital franciscano, ubicado al sur de
el número de cama del enfermo, adornadas su convento de La Mejorada, para conver-
con hojas, lores y los típicos roleos barrocos. tirlo en Cuartel de Dragones. Ello sin duda
Pervive un retablo mural pintado al fresco en anticiparía un hecho de gran relevancia para
la capilla de Nuestra Señora del Rosario, que la historia del hospital juanino.
debe datar de esta época. El 29 de enero de 1821 llegó a la ciu-
dad de Mérida un decreto de las Cortes Es-
pañolas (la asamblea legislativa) en el cual se
5. siglo xix. cAmbio ordenaba la supresión de todas las órdenes
de AdministrAción religiosas y por tanto, de todos los conven-
y de uso tos.51 Ejecutó en Yucatán dicha orden Dn.
Juan María Echeverri Manrique de Lara, go-
Este siglo marcó el inal del hospital de San bernador de la provincia.52 Una crónica de la
Juan de Dios, por los hechos históricos que época da cuenta de los hechos:
en él ocurrieron, tanto al inmueble como a la
orden religiosa que lo tenía a su cargo, situa- “En 29 del mencionado enero llegó en esta
ción que también afectó a las demás órdenes ciudad un decreto de Cortes, sancionado
religiosas de la región. y autorizado por el Rey, relativo a la su-
Por órdenes del gobierno español, se presión de conventos de religiosos y reli-
ingresaron a la hacienda pública numerosos giosas en toda la monarquía, facultando al
capitales particulares puestos a rédito con mismo tiempo a los gobernadores para se-
los que se sostenía el hospital y que estaban cularizar al fraile o monja que quiera des-
depositados en las cajas reales. La llamada amparar su claustro. El Capitán general de
Junta Superior de Consolidación los recibió esta provincia, D. Juan Mª de Echeverri,
desde el 30 de octubre de 1805 hasta el 27 de puso inmediatamente en ejecución todo
octubre de 1809, extendiéndose las escrituras su contenido, publicándolo por bando; en
respectivas. Esto supuso un duro golpe para seguida ha mandado inventariar las alha-
la situación inanciera del hospital, que de jas y muebles pertenecientes a las iglesias
esta manera veía mermados sus recursos en y conventos de san Francisco y Mejorada,
aproximadamente $2 300.00.50 de esta capital, poniendo cuarenta solda-
En noviembre de 1813 se estableció dos de guardia en cada convento mientras
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MéxIco
duraba el inventario, acaso por temor de creto por parte de las autoridades indepen-
que los frailes sean capaces de extraer algo. dientes mexicanas.55
‘Esta misma operación se ejecutó tam- El Ayuntamiento entonces se hace car-
bién en el convento de San Juan de Dios, go tanto de los enfermos que se trasladaron al
quedando ahora el cuidado del hospital a convento de San Francisco, como de los que
cargo del Ayuntamiento Constitucional, y se quedaron en el hospital juanino, ponien-
juera frailes y juera frailes. Este estribillo do una administración civil para la dirección
se oye a menudo en el día, en las tertulias del antiguo hospital. Una vez se estableció el
y corrinchos de los llamados constitucio- Congreso Constituyente local, éste expidió
nales (...) un decreto el 19 de noviembre de 1824 sobre
‘El 30 del mencionado mes (mayo) se tras- el gobierno interno de los pueblos, y en su
ladó el hospital de San Juan de Dios al con- párrafo 18, apartado 5, obligaba a los Ayun-
vento de San Francisco, sirviendo la iglesia tamientos a “[...] cuidar de los hospitales,
de enfermería para hombres, y la tercera hospicios, casas de espósitos y demás estable-
orden para mujeres. Este in han tenido cimientos de beneicencia, bajo las reglas que
estos dos famosos templos que por su an- se prescriban”.56 De este modo se nombró un
tigüedad, buen gusto en la fábrica, altares Administrador, quien formuló el reglamento
exquisitos y costosos, eran los mejores que del hospital, que se tituló: “Reglamento for-
se veían en la ciudad después de la Cate- mado por el Ayuntamiento de la capital, para
dral y acaso excedían a ésta en ornamen- el gobierno interior del hospital general de S.
tos y alhajas de oro y plata.”53 Juan de Dios”.
Durante este periodo en que el in-
Se mencionan los actos de saqueo que si- mueble estuvo en manos del Ayuntamiento
guieron a la expulsión de los religiosos, cu- se realizaron algunas mejoras en el ediicio,
yos altares, santos y ediicios fueron objeto como se consigna en los documentos de ar-
de destrucciones y despojos. También se chivo consultados. Algunas fueron reparacio-
hace notar la necesidad de secularizarse de nes menores:
varios religiosos franciscanos, siendo los pri-
meros en hacerlo aquellos que ostentaban “Cuenta de lo que gastó la comisión del hos-
algún cargo como provincial, guardián, de- pital de San Juan de Dios en varios reparos
inidor, lector, etc., integrándose a su nueva que se hicieron en la enfermería de mujeres.
condición eclesiástica.54 No sucedió así con Primeramente 14 cargas cal a ocho pesos
los hermanos juaninos, que abandonaron la el 10v...011.1. ½.
región para no volver más, a pesar de que en Por 15 ídem sahcab a cuatro pesos
marzo de 1825 se consiguió anular dicho de- ...006.0.0.
proveedores de medicinas del Hospital cuando tiempo después fue administrado por el Ayuntamiento (existen recibos
de sus pagos por medicinas fechados en mayo de 1826, existentes en el Archivo General del Estado de Yucatán).
54. Ibidem, p. 232.
55. Muriel, op. cit., p. 200.
56. Ferrer, op. cit., p. 11.
219
regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA
Por 3 ½ ídem cal que sobró de la plazue- una lo que efectué pagándome real y me-
la... dio por cada una de hechura y 2 reales de
Por 3 albañiles y 3 peones que trabajaron hilera
18 días...043.3.0. Mérida 20 de septiembre de 1824
Por 1 peso 7 ½ reales al maestro Clemente Son 4 pesos 3½ reales Bárbara Guz-
Trejo composición de puertas (y) venta- mán.”58
nas......001.7. ½.
Por 7 reales al armero Peón Álvarez Para 1826 se hace un recuento de los fon-
...000.7.0. dos con que contaba el hospital, hallándose
Por medio real de Tiboronra ...000.0. ½. 58 individuos que reconocían tener sobre
Total 063.3. ½. sus incas capitales pertenecientes al antiguo
‘La Comisión del Hospital de San Juan de Hospital de San Juan de Dios, y cuyo monto
Dios presenta a V.S. la antecedente cuenta, ascendía a $29,870.00; los réditos de abril de
reformada la equivocación que advirtió la 1826 a diciembre de 1828 eran $1,537.00.,59
comisión en su revisión. lo que prueba el buen estado económico que
Mérida, y octubre 7 de 1822 llegó a tener bajo la dirección juanina. Igual-
Francisco G. Remedios.”57 mente el hospital recibía contribuciones por
También se procuró dotar de nuevos uten- concepto de pago de derechos por destilacio-
silios y equipo a las dependencias del hos- nes de aguardiente, provenientes de localida-
pital, como sábanas para las camas de los des como Mérida, las regiones de la Sierra
enfermos: Alta y Baja (Tekit, entre ellas), la Costa (Iza-
“Cuenta del valor de cincuenta y cinco sá- mal), Los Beneicios Altos y Bajos (Yaxcabá),
banas hechas para el Hospital, presentada Valladolid, Tizimín y Hunucmá, sumándose
por D. Juan José Rosado. entre todas $265.00. Esta contribución se pa-
‘El C. Regente Juan José Rosado a M. Mo- gaba cada cuatro meses.
reno__________________ Debe Parte de estos recursos fueron utiliza-
Por 5 piezas Ruán de Lino a 23 dos por concepto de la “Libranza que giró
$____________________________ 115 el R. Ayuntamiento de esta Cuidad, para la
Suma ciento quince pesos fábrica del Hospital”.60 Se menciona después
Mérida octubre 4 de 1824 otra partida adicional de $500.00 para con-
Recibí__________M. Moreno tinuar con las obras.61 Al parecer, se amplió
‘Recibí del C. Regidor Juan José Rosado una de las enfermerías del hospital, lo que
2 piezas enteras de ruán con orden de di- posiblemente obligó a trasladar a cierto nú-
cho señor de trazar once sábanas de cada mero de enfermos a una casa rentada, para
57. Archivo General del Estado de Yucatán, Fondo: Poder Ejecutivo, Ramo: Gobernación (1822-1840), CLAVE XIV 1822
2/4 009: “Cuenta de gastos irrogados (sic) en el hospital, presentada por D. Francisco Remedios”, 1822, 2 fojas.
58. AGEY, Fondo: Poder Ejecutivo, Ramo: Gobernación (1822-1840), CLAVE XVII 1824 1/3 013, 6 fojas.
59. AGEY, Poder Ejecutivo, Ramo: Beneicencia, “Documentos de los fondos del Hospital de san Juan de Dios, de la ciu-
dad de Mérida, del año 1826. Del 18 de abril de 1826 al 29 de diciembre de 1826”, Vol. 1, Expediente 1.
60. Ídem.
61. Ídem.
220
MéxIco
realizar las obras de remodelación. Esta hipó- Poco tiempo después, sin embargo, el
tesis es sustentada por otro rubro de gastos en hospital lo toma a su cargo el Gobierno del
que se da cuenta de varios pagos hechos al Sr. Estado, posiblemente debido a lo deiciente
Pedro Zavalegui por el “...alquiler de la casa de su administración. Se cambia el nombre
de enfermos viruelentos.”62 Es posible que, del hospital por HOSPITAL GENERAL DE
por las epidemias de viruela que asolaban la MÉRIDA, expidiendo un nuevo reglamento
región desde 1803,63 el hospital se haya visto el 10 de febrero de 1832 y contemplando la
rebasado en su capacidad, de ahí la necesi- creación de una escuela para la enseñanza de
dad de ocupar temporalmente otro espacio. cirujanos. Se nombra una Junta Directiva,
En el balance inal se mencionan dos la cual administraría la escuela y llevaría los
fuentes más de ingresos: lo relativo a las con- fondos del hospital general.
tribuciones que hacía el “Presidio y Cárcel” El Administrador quedaría encargado
para el hospital, y el concepto de “Alcabalas del régimen y economía interior. El Médico
de Carnes”, que también formaban parte de Director de asistir a los enfermos, hacer las
los fondos del establecimiento. operaciones, enseñar teórica y prácticamen-
Diversas constancias de recibos de te a los alumnos y cuidar los instrumentos,
pagos conirman esta programación presu- libros y colecciones cientíicas del instituto.
puestal de las autoridades del hospital. Han Sería auxiliado repitiendo la cátedra por un
llegado a nosotros recibos de los pagos he- Médico segundo.
chos a los síndicos Duarte y José Ma. Pache- Se consigna un dato importante: La
co (quien también fue Alcalde de la Ciudad) antigua capilla de Nuestra Señora del Rosa-
para las obras de la enfermería en marzo de rio sería el local de enseñanza de los futuros
1826, así como los pagos hechos a Zavalegui cirujanos. Al parecer, la escuela no funcio-
para la renta de su casa donde se alojaban y nó, porque al año siguiente, el 10 de junio
atendían los enfermos contagiados de viruela de 1833, el gobernador López Constante ex-
en mayo de 1826.64 pidió un decreto por el cual se fundaba una
Esta casa donde se alojaban los en- escuela de cirugía práctica y medicina en la
fermos de viruela fue sustentada en sus gas- Universidad del Estado,66 aunque se le apo-
tos por los fondos del hospital. Sabemos de yaría destinándosele un local en el Hospital
ciertas reparaciones que se efectuaron en di- General, “...para que se hicieran las opera-
cha casa en agosto de 1826, en las cuales se ciones anexas a dichas facultades”.67 El regla-
emplearon durante una semana un albañil y mento de la escuela decía que el Catedrático
tres peones, así como los materiales para las estaba obligado a dar todos los días una hora
“composturas y lechadas”.65 de lección de anatomía o cirugía práctica “...
62. Pedro Zavalegui era posiblemente hijo de Dn. José de Zavalegui, quien fuera Provisor y Cura de la Parroquia de San-
tiago, y que participó en la comisión de mejoramiento del Hospicio de San Carlos, en el siglo XVIII. Cfr. Ávila, op. cit.,
p. 35; y AGEY, CLAVE XVII 1824 1/3 013.
63. Ávila, op. cit., p. 287.
64. Dichos recibos se reieren a la casa como “...la casa que sirve de hospital para viruelentos”
65. AGEY, “Documentos...”
66. ...que hoy se encuentra ubicada en el ediicio Central de la Universidad Autónoma de Yucatán
67. Ídem.
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68. Ávila, op. cit., p. 288, apud. “Reglamento de la Escuela de Medicina y Cirugía”, 10 de enero de 1834.
69. Íbid., pp. 288-289. Para entonces también existían en la ciudad varias boticas particulares, que eran periódicamente
inspeccionadas, de manera secreta, por el Protomedicato de la escuela, quien asimismo extendía los títulos de Boticario
y Partera.
70. Ávila, op. cit., p. 286.
71. AGEY, Fondo: Poder Ejecutivo, Ramo: Gobernación (1822-1840), CLAVE XXIV 1832 2/2 008: “Dos presupuestos
sobre utensilios para el Hospital”.
72. AGEY, Fondo: Poder Ejecutivo, Ramo: Gobernación (1822-1840), CLAVE XXXVI 1841 026
222
MéxIco
sencillos del arte del cocinar. Por esta causa El resto del documento concluye en el acuer-
le dan a los enfermos los alimentos en el do del aumento de sueldo de dicho cocinero,
sazonador, y que ni los saludables pueden aumentándosele un peso al mes.
comer sin repugnancia; en esta virtud me El 12 de julio de 1859, dentro del mar-
hallo en el caso en cumplimiento de mi co de las Leyes de Reforma, se expidió la Ley
obligación de manifestarlo a V.S. para que nacional de bienes eclesiásticos, con lo que
se lo tiene a bien, de despedir al referido pasó a dominio de la Nación algunos de ellos.
cocinero, y que en tal caso proponga a esta Se efectuó en Yucatán hasta julio de 1861,
R. Junta quien deba ocupar su plaza. elaborándose una lista de personas interesa-
‘Conozco que el [sueldo] de cuatro pesos das en el llamado Fondo de Consolidación,
es sumamente mezquino y que solo dando con lo que el Estado reconoció 10 acreedo-
[8] se podrá encontrar un buen cocinero res y nacionalizó 118 créditos, muchos de los
[que] condimente y sazone bien los ali- cuales pertenecían a obras de beneicencia.74
mentos, [a] cuyo aumento de pesos suplico Al Hospital de San Juan de Dios de Mérida
a V.S. se sirva acordar [...] de lo contrario correspondió un capital de $2,300.00 que in-
habremos conseguido [suceder] al hombre gresó a dicho Fondo, con lo que se perdió un
al que actualmente hay. importante recurso que sostenía al entonces
‘Lo pongo en conocimiento de V.S. por Hospital General.
que determine en el particular lo que es Se marcaría deinitivamente el in del
conveniente. inmueble como ediicio asistencial el 25 de
‘Dios y Libertad junio de 1861, fecha en que se decretó por
Mérida, y Marzo 6/839 parte del Congreso del Estado la refundición
Pedro Ruz (fusión) en un solo lugar, del Hospital y la
[nota al pie] R.J. Directiva del Hospl. Gral. Casa de Beneicencia, utilizando para ello el
de San J. de Dios”73 ediicio del ex convento y hospital francisca-
no de La Mejorada, prácticamente abando-
73. AGEY, Fondo: Poder Ejecutivo, Ramo: Gobernación (1822-1840), Caja 20, Volumen 11, Expediente 11, Número de
control: 11’190: 1839-Beneicencia: “Expediente de la Junta Directiva del Hospital de San Juan de Dios, relativo a un
asunto administrativo: Mérida, marzo 6 de 1839”.
74. Ávila, op. cit., p. 56.
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nado por aquella época.75 Se realiza de nuevo de cambios en la dirección, para 1869, se es-
su Reglamento para su gobierno interior y se tabilizó bajo la dirección del Pbro. Norberto
conforma una nueva Junta Directiva para Domínguez, con lo que la institución adqui-
septiembre de ese año. rió prestigio, constituyéndose como la alter-
Después de este desmembramiento de nativa más fuerte de estudios para la juven-
los bienes de la Iglesia, el Hospital de San tud yucateca, junto con el Instituto Literario.
Juan de Dios fue vendido en lotes. Además Se realizan diversas modiicaciones
del inmueble, se pusieron a venta las otras al ediicio, para adaptarlo a este nuevo uso
incas que poseía y de las que obtenía sus ren- educativo. El Colegio Católico llegó a contar
tas.76 El hospital fue dividido en dos casas,77 a con Gabinete de Física, Química, Zoología,
las que se asignaron los números 493 y 495.78 Geología, Mineralogía, Biblioteca de más de
Hacia 1867 el ediicio se utilizaría para 5,000 volúmenes (“la mejor del Estado”),79
sede del Colegio Católico de San Ildefonso. Torre de observatorio meteorológico, dotado
Este tendría por objeto continuar con la ense- con instrumentos de medición y construido
ñanza seminarista, además de ser escuela de sobre una caseta sobre el segundo nivel del
instrucción primaria. Después de una serie colegio.
6. siglo xx.
unA grAn PérdidA
Este siglo sería de grandes contrastes para la
historia del inmueble, ya que signiicó desde
una reivindicación cultural en su uso, hasta
su demolición total, exceptuando la Capilla
de Nuestra Señora del Rosario.
Al parecer, el Colegio Católico de
San Ildefonso solamente funcionó mientras
Mons. Domínguez lo tuvo a su cargo, ya que
en 1901, estando ya anciano, decidió ceder-
lo al Obispo Diocesano. Las fuentes consul-
tadas nos dicen que el rector del Seminario,
Carlos de Jesús Mejía, vendió el inmueble o
Reconstrucción Histórica Virtual, siglo XIX. una de las dos casas en que fue dividido, al Sr.
Colegio Católico de San Ildefonso. Víctor Suárez Mejía.80 El Colegio se cerraría
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tablecimiento, las estadísticas e inventarios para la instalación del Museo, así como para
consiguientes y toda la documentación los destinos anteriores, fue en gran parte
que se relacione con la Institución. transformado construyéndose galerías a cos-
‘Se designa como local para el estableci- ta de los patios que perdieron su importancia
miento de que se trata, el ediicio que ocu- y belleza; y en las salas donde los enfermos
pa actualmente la Contaduría mayor de recibieron las atenciones de los religiosos que
Hacienda, para lo cual se procederá a su con tanta abnegación y amor les prodigaban,
desocupación y a hacerle las adaptaciones se ven ahora piezas arqueológicas y objetos
necesarias al objeto a que se le destina. históricos.”85 La Contaduría se trasladó al
Mérida, enero 25 de 1923 otro ediicio, junto con los Talleres tipográ-
El Gobernador del Estado icos. Estas adaptaciones fueron numerosas,
F. Carrillo P.”83 como consigna el Catálogo de Construcciones Re-
ligiosas del Estado de Yucatán:
Es de destacar la labor de Rosado Vega, quien
siempre se caracterizó por su acendrado fer- Todo el primer patio, en sus plantas alta
vor por la cultura maya, expresado a través y baja, lo ocupaba el Museo. De la segun-
de su producción literaria (de acuerdo al sen- da casa se utilizaba el segundo nivel para
timiento generalizado de nacionalismo de la el Museo, y el primero para los talleres de
época) y que el cargo de Director del Museo tipografía y encuadernación.
lo desempeño sin salario alguno. Inmediata- Se construyó en el patio principal una
mente se dedicó a una labor de acopio de pie- galería baja que dividía las dos casas, sien-
zas que podrían ser exhibidas en el Museo. do su entrepiso de concreto armado y su
Viajó a México en varias ocasiones con ob- techo de lámina acanalada, sostenido por
jeto de rescatar piezas del museo nacional y pilares de mampostería y cerrado por sus
entablar acuerdos de trabajo; fue recorriendo costados norte y sur por muros delgados de
el Estado de Yucatán tanto en las zonas ar- mampostería. Ahí se encontraba la sala 3
queológicas que estaban explorándose, como de la sección colonial del Museo.
en los monumentos y casas coloniales, con el La crujía norte del primer patio se trans-
mismo objeto.84 Fue Director del Museo por formó totalmente, ya que se cambiaron los
más de 13 años. techos y se demolieron todos los muros.
La obras de remodelación del ediicio En vez del sistema constructivo tradicional
comenzaron en mayo de 1923 y aparente- (vigas de madera con bovedillas de cal), se
mente se hicieron grandes modiicaciones a usaron vigas de hierro y tabiques divisorios
la ex Contaduría de Hacienda, porque “... de concreto.
83. Periódico El Popular, “El Gobierno del Estado acordó hoy la creación del Museo Arqueológico Yucateco. QUEDARÁ
INSTALADO EN EL LOCAL QUE OCUPA ACTUALMENTE LA CONTADURÍA MAYOR DE HACIENDA”,
Jueves 25 de enero de 1923, primera plana.
84. En el Catálogo de Construcciones Religiosas del Estado de Yucatán, se consigna el rescate de una parte de la portada
del convento de Dzidzantún por Rosado Vega, que lo incluyó en el acervo del Museo.
85. García Preciat, op. cit., p. 434.
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88. Periódico La Revista de Yucatán, 1ª plana, “SIGNIFICATIVA Y SOLEMNE FUE LA INAUGURACIÓN DEL MUSEO
ARQUEOLÓGICO E HISTÓRICO DE YUCATÁN. CONCEPTUOSO DISCURSO INAUGURAL, BELLO
POEMA DE NUESTRO DIRECTOR Y MUY SENTIDA ORACIÓN DEL POETA D. LUIS ROSADO VEGA.
Los diferentes departamentos, pletóricos de reliquias de gran valor histórico y arqueológico demostraron la pericia de
su Director. El descubrimiento de la placa conmemorativa por el señor Gobernador”, domingo 4 de enero de 1925.
89. La Revista...op. cit. (4 de enero de 1925).
90. Hijuelos, op. cit., p. 90.
91. Cámara, op. cit., p. 30.
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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA
que llegaron a conocer el ediicio se encon- rios demolieron la totalidad del Museo para
traba en la planta baja del patio principal. convertirlo en un lote de estacionamiento95,
La biblioteca ya operaba desde la fundación exceptuando la capilla, que quedó excluida
misma del Museo, acrecentando su acervo de la operación. Previamente se habían des-
año con año, siendo al principio una pequeña mantelado las salas, retirando las piezas ar-
sección del ediicio, hasta su conformación queológicas e históricas y poniéndolas a res-
deinitiva. Actualmente su acervo se encuen- guardo.
tra diseminado aunque la mayor parte de él En opinión de varios historiadores este
está en el Centro de Apoyo a la Investigación hecho fue un agravio al Patrimonio Histórico
Histórica de Yucatán, anexo a la Hemeroteca y a la comunidad, ya que dicha separación
del Estado “José María Pino Suárez”. del Museo, por ser un monumento histórico
Por lo que indican las fuentes consulta- público y notorio, era ilegal, siendo aún más
das, el Museo siempre tuvo intensa actividad ilegal e incomprensible el consentimiento de
cultural: sus salas de exhibición eran frecuen- las autoridades para demolerlo. La hemero-
temente visitadas, la biblioteca era la mejor grafía consultada no da muchos indicios de
de su tipo en la región, y se ofrecían otras este proceso, pero podemos pensar, de acuer-
nuestras artísticas y actividades culturales. do a opiniones de la población, que no se vio
En 1941 la Liga de Acción Social rindió ho- con buenos ojos la privatización y desapari-
menaje a John Lloyd Stephens con una placa ción del inmueble.96 Por lo que se aprecia en
conmemorativa de azulejo que se hizo colo- las fuentes iconográicas de fecha cercana a la
car en el lado derecho del portal de acceso demolición del inmueble, en sus últimos años
principal del Museo y que decía: se observa el crecimiento de una enredadera
“A John L. Stephens en el centenario que cubría toda la fachada y el acceso princi-
de su publicación de la notable obra sobre su pal. Esto puede evidenciar un cierto grado de
primer viaje a Yucatán, que despertó el inte- abandono del establecimiento, que sin em-
rés del mundo cientíico por el estudio de la bargo no justiicaba su destrucción.
arqueología de esta región –1841-1941. Ho- Además del lote de estacionamientos
menaje de la Liga de Acción Social”.94 se construyó, en todo el perímetro del sitio,
El Museo Arqueológico e Histórico una serie de locales comerciales de dos nive-
de Yucatán, por razones que será necesario les, de estilo funcionalista. El diseño de dichos
profundizar en cuanto a sus circunstancias locales es modular, conformándose dos bra-
históricas, fue enajenado de los Bienes Na- zos que forman una escuadra cuya esquina es
cionales en el año 1958. Las autoridades lo la Capilla, accediéndose al estacionamiento
cedieron en venta a la familia Canto Morelli, por enfrente de su portada principal. El pri-
y del período de 1958-1960 dichos propieta- mer nivel de dichos brazos corresponde a los
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MéxIco
locales y el segundo nivel, por medio de un piezas de las etapas mas representativas de la
pasillo divide dos series de locales y de oici- historia yucateca, algunas de las cuales per-
nas particulares. Hoy parte de dichas oicinas tenecieron al antiguo Museo Arqueológico e
está ocupada por la Oicialía Mayor del Go- Histórico de Yucatán.100
bierno del Estado. El Museo de la Ciudad inalmente
La Capilla del Rosario, después de este fue trasladado al Palacio Federal, por lo que
incidente, permaneció clausurada por más la Capilla del Rosario está en desuso hasta la
de 16 años, hasta el período del gobernador fecha.
Francisco Luna Kan (de 1976-1982), quien
dispuso se la utilizara para la creación del
Museo de la Ciudad. La adecuación de la ca- 7. conclusiones.
pilla, así como su organización y diseño de lA imPortAnciA del
la museografía, estuvieron a cargo del arqui- hosPitAl de sAn juAn
tecto Enrique Manero Peón y el arqueólogo de dios de méridA
Norberto González Crespo.97
Las obras de adecuación de la Capi- Uno de los rasgos más signiicativos del nivel
lla comprendieron tanto su exterior como de progreso de una sociedad lo representa el
su interior, ya que de acuerdo a las calas de cuidado de sus enfermos y desvalidos. Hacia
pintura que se hicieron, se reveló que su co- el siglo Xii d.C. la ciudad más avanzada del
lor original era rojo, siendo éste el color es- mundo, Bagdad, además de alumbrado pú-
cogido para cubrir las fachadas sur, poniente blico, pavimentación y otros servicios urba-
y oriente (la fachada norte, que mira hacia nos, contaba con más de 60 hospitales mien-
el estacionamiento, no fue pintada). Esto ori- tras que Londres construía el primero por esa
ginó polémica entre la población, que opinó época.
era inadecuado el tono seleccionado, a pesar En la Nueva España las órdenes hospi-
del trabajo arqueológico que respaldaba esa talarias como los juaninos, betlehemitas, la-
propuesta.98 zaretos, hipólitos y otras, realizaron una
Para mediados de los años 1990 se hi- labor social de gran relevancia, ya que gra-
cieron ciertas adecuaciones al establecimien- cias a los cuidados de la población enferma
to, como dotarlo de aires acondicionados y no se mermó el número de habitantes a lo
renovar la museografía, siendo director del largo del período virreinal, además de funcio-
Museo cuando dichas acciones el señor Or- nar como espacios alternativos de evangeliza-
lando Vega Carrillo,99 y empleándose en estas ción de la población indígena.
obras $320,000.00. El Museo está divido en Dentro del conjunto de bienes que
tres secciones: la Sala Ichcaansihó, la Sala de conforman el Patrimonio Cultural Ediicado
la Colonia y la Sala Oro Verde, y contiene de Mérida, el Hospital de San Juan de Dios
98. Ídem.
99. Raúl Cervera, “El Museo de la Ciudad, una opción más para conocer nuestra cultura”, en Novedades de Yucatán,
martes 24 de enero de 1995.
100. Una de las piezas más notables del Museo de la Ciudad es la piedra litográica original del Plano de 1864-65 de
Agustín Diáz y José Salazar.
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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA
representa una pieza clave del proceso evolu- que la Catedral de Mérida. Asimismo, exis-
tivo sociocultural de la ciudad. Su ubicación te una de las capillas de las enfermerías, que
privilegiada al norte de la Catedral lo volvió data probablemente del siglo XViii y que hoy
un referente urbano de primera magnitud y forma parte de las bodegas de la casa de elec-
gracias a la labor asistencial de los juaninos, trónica David Arceo, destacándose como un
especialmente en épocas de epidemia, Méri- caso único en la arquitectura hospitalaria co-
da aún persiste como una ciudad viva. lonial de la región.
Las etapas históricas subsecuentes de A efecto de ofrecer una interpretación
este ediicio demuestran el grado de adap- de las partes del ediicio que han desapareci-
tabilidad y versatilidad que tuvo. Pocos do, se elaboraron una serie de modelos vir-
ediicios de Mérida tuvieron tantos cam- tuales por computadora basados en las fuen-
bios de uso: hospital civil, escuela médica, tes históricas y en la lectura de las evidencias
casas-habitación, colegio católico, escuelas del sitio, denominándose a este conjunto de
primarias, talleres tipográicos, contaduría operaciones Reconstrucción Histórica Vir-
y inalmente museo arqueológico. Su etapa tual. Por este medio se proponen los ambien-
inal de desincorporación y demolición de- tes ediicados de los ediicios o conjuntos ur-
ben servir como una advertencia contra el banos históricos que hoy no existen, lo que
uso indebido del patrimonio arquitectónico, nos permitió inferir la magnitud del conjunto
que señale la necesidad de revalorizar nues- hospitalario y su propio proceso evolutivo.
tro legado cultural. Así pues, preservar la memoria histó-
A pesar de que hubo varias pérdidas rica del primer Hospital de la ciudad de Mé-
en este conjunto ediicado, aún existen per- rida se impone a los meridanos de hoy. Este
manencias que es necesario conservar, como pequeño ensayo histórico pretende contribuir
la capilla de Nuestra Señora del Rosario, la al conocimiento y valoración de este relevan-
más antigua de la ciudad, construida antes te conjunto arquitectónico de nuestra ciudad.
232
MéxIco
8. referenciAs
AgnM rd 2642. Testimonio de donaciones y ampliación del Hospital de San Juan de Dios de Mérida en
1812.
AgnM rd 33, 1097, 1190, 1453, 1857, 1958, 1960-62, 2352-53, 2566. Registro de los “presidios”: nom-
bramientos, jubilaciones de médicos y boticarios, provisión de medicamentos, administración de hos-
pitales, etc.
AgnM rd 517-28. Presidios del Hospital de San Juan de Dios de Mérida.
AgnM, Hospitales, “Contestación a la circular sobre Hospitales de Indios”, 1749, t. 28, exp. 9.
----Hospitales, sin título “Cuenta y relación jurada a este Hospital de Nuestra Señora del Rosario”, t. 60,
exp. 5 y 15.
----Hospitales, (sin título). Informes sobre el Hospital de San Juan de Dios, t. 60, exp. 5.
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233