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Registro del

en hospitales de América Latina, volumen 1


sistema arquitectónico
de pabellones en hospitales
de América Latina
volumen 1
María Lilia González Servín (coord.)

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


colección

Registro del sistema arquitectónico


de pabellones en hospitales
de América Latina
volumen 1
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Arquitectura
Centro de Investigaciones en Arquitectura, Urbanismo y Paisaje (CIAUP)

Proyecto papiit IN 403912.

Colección Hospitales Especialidad: Pabellones


colección
Registro del sistema
arquitectónico de
pabellones en hospitales
de América Latina
volumen 1
María Lilia González Servín (coord.)

UniVeRSiDAD nAcionAl AUTónoMA De MÉXico


AgrAdecimientos

Argentina: Hospital Bernardino de Rivadavia: Hugo D. Chernovilsky (+), Celia Sipes; Hospital Pedro Fiorito:
Miriam Cobos.
Brasil: Fundación Oswaldo Cruz/Fiocruz, Río de Janeiro.
Chile: Unidad de Transparencia, Ministerio de Salud-Nivel Central: Hans Senler; Marina Zolotoochin, directora
del Centro de Estudios para la Calidad de Vida; Karenlyn Mateluna, encargada de la Unidad de Patrimonio
Cultural de la Salud/Ministerio de Salud; Servicio de Salud Metropolitano Norte: Karime Tala Fernández,
jefa de Unidad de Satisfacción; Servicio de Salud Metropolitano Oriente: Francisco Turu, Marco Espíldora,
Felipe Fierro, Iván Gallo, Loreto González, Felipe Canas, Álvaro Prieto.
Ecuador: Ruth Simaluiza Masabanda.
España: personal del Archivo, vigilancia y guía, ex Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla (Parlamento de
Andalucía).
Holanda: Diana Vermeij.
México: Mario A. Larrondo Shiels(+), Horacio Velázquez Lucio, Marcos Mazari Hiriat, director de la Facultad
de Arquitectura; Investigadores del Centro de Investigaciones en Arquitectura, Urbanismo y Paisaje (ciAUp):
Iván San Martín Córdoba, Berta Esperanza Tello Peón, Víctor Arias Montes; profesores y estudiantes de
la Facultad de Arquitectura: Osvelia Barrera Peredo, Roberto Ulises Pimentel, Francisco Acatzin Espinoza
Müller, Liliana Ángeles Rodríguez, Susana Camacho Barrios, Nuria Mariela Roig Mejía, Pamela Olguín
Flores, Ixchel Xaman Ek Zavala Montoya, Guillermo Morán Vargas, Alexandra Chiou Lin Sánchez Soria,
Óscar Miranda Peralta, Dulce Guadalupe Avelino Mendoza, Raúl Barajas García, Gerardo Hernández
González; Dirección General de Apoyo al Personal Académico (DgApA) de la UnAM.

Colección: Registro del sistema arquitectónico de pabellones en hospitales de América Latina volumen 1

Coordinación editorial: María Lilia González Servín


Diseño y formación: Mirta Ripol

Primera edición: 2 de diciembre de 2014

D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México


Facultad de Arquitectura
Ciudad Universitaria, 04510, México, D.F.

ISBN: 978-607-02-6218-0 (colección)


ISBN: 978-607-02-6231-9

Los autores de cada artículo son responsables del contenido de los mismos.
I. IntroduccIón 9
María Lilia González Servín

II. ArgentInA 19
1. loS ASiloS y hoSpiTAleS con SiSTeMA ARqUiTecTónico pAbellonADo De “cAbReD”,
en ARgenTinA. 1890-1938 pATRiMonio cUlTURAl hoSpiTAlARio.
ReSignificAción VAloRATiVA hiSTóRicA, coMo AceRVo pATRiMoniAl
cUlTURAl De lA SAlUD 19
Roberto Omar Balmaceda
2. loS jARDineS en loS MoDoS De hAbiTAR hoSpiTAlARio 51
Gabriela Eda Campari Fado
3. ADApTAcioneS Al hoSpiTAl peDRo fioRiTo 63
Ana María Reyes
4. hoSpiTAleS: Un DeSAfío inTeReSAnTe pARA el pATRiMonio ARqUiTecTónico 69
María Teresa Egozcué

III. BrAsIl 81
1. coloniA jUliAno MoReiRA pARA enfeRMeDADeS MenTAleS, AcTUAl inSTiTUTo
MUnicipAl De ASiSTenciA A lA SAlUD jUliAno MoReiRA – iMASjM, y SUS pAbelloneS 81
Ana M. G. Albano Amora, Renato Da Gama-Rosa Costa,
Sara Cabral Filgueiras y Carla Magalhães

IV. chIle 103


1. coneXioneS y MigRAcioneS Del SiSTeMA De pAbelloneS en hoSpiTAleS De chile
AnTicipAcioneS: el hoSpiTAl Del SAlVADoR De AnTofAgASTA 103
Claudio Galeno-Ibaceta
2. AnTigUo hoSpiTAl De SAn joSÉ
Patricio Hevia Rivas 121
3. hoSpiTAl bARRoS lUco TRUDeAU 127
Ministerio de Salud
4. inSTiTUTo nAcionAl Del cánceR, SAnTiAgo De chile 133
Ministerio de Salud
5. hoSpiTAl fÉliX bUlneS ceRDA 137
Ministerio de Salud
6. hoSpiTAl RobeRTo Del Río 139
Ministerio de Salud
7. hoSpiTAl DR. eXeqUiel gonzález coRTÉS 140
Ministerio de Salud

7
8. hoSpiTAl iqUiqUe, iqUiqUe 145
Ministerio de Salud
9. hoSpiTAl SóTeRo Del Río, pUenTe AlTo 150
Ministerio de Salud
10. hoSpiTAl clínico De lA UniVeRSiDAD De chile joSÉ joAqUín AgUiRRe 153
Ministerio de Salud
11. inSTiTUTo pSiqUiáTRico DR. joSÉ hoRwiTz bARAk 157
Ministerio de Salud
12. cApillA AnTigUo lAzAReTo SAn VicenTe De pAUl 160
Ministerio de Salud
13. hoSpiTAl nUeSTRA SeñoRA De lA ASUnción lA SeRenA 163
Ministerio de Salud
14. inSTiTUTo De higiene 169
Ministerio de Salud
15. SeRVicio MÉDico legAl 170
Ministerio de Salud
16. inSTiTUTo nAcionAl De geRiATRíA 171
Juana Silva Opazo

V. ecuAdor 175
1. AnTigUo hoSpiTAl MiliTAR De qUiTo 175
www.hospitalmilitar.mil.ec

VI. MéxIco 179


1. ADApTAcioneS De eSpAcioS pARA SeRVicioS hoSpiTAlARioS
Del Siglo XX, hoSpiTAl RegionAl ciVil jUáRez, león, gUAnAjUATo 179
Hilda M. Roldán Izazaga
2. hoSpiTAl pARA DeMenTeS leAnDRo león AyAlA, MÉRiDA, yUcATán. 185
Antonio Rodríguez Alcalá.
3. qUinTA lA ibÉRicA o SAnAToRio De beneficenciA eSpAñolA, MÉRiDA, yUcATán 188
Antonio Rodríguez Alcalá
4. bReVe ReSeñA hiSTóRicA Del hoSpiTAl o’hoRán, MÉRiDA, yUcATán 190
Antonio Rodríguez Alcalá
5. hoSpiTAl ReAl De SAn MigUel De belÉn, 1760 197
Un pRoyecTo hUMAniSTA De VAngUARDiA
Adriana Ruiz Razura y David Zárate Weber
6. el hoSpiTAl De SAn jUAn De DioS De MÉRiDA, yUcATán. hiSToRiA
Del pRiMeR eDificio ASiSTenciAl De lA ÉpocA coloniAl en lA ciUDAD 207
Antonio Rodríguez Alcalá

8
MéxIco

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hospItAl pArA deMentes leAndro león AyAlA,


MérIdA, yucAtán

AnTonio RoDRígUez AlcAlá

E
l hospital León Ayala para enfermos
mentales fue inaugurado por Poririo
Díaz el mismo día en que éste inau-
guró otros dos importantes establecimien-
tos: el Hospital O’Horán y la Penitenciaría
Juárez: 6 de febrero de 1906.
Al morir Leandro León Ayala el 16 de
noviembre de 1901 dejó un legado de más
de $250 000.00 para la fundación de un asilo
que llevase su nombre. Al estar en proceso de
construcción el Hospital O’Horán, se decidió
erigir un hospital que lo complementase. Se
comenzó su construcción desde ines de 1903
y tuvo un costo total de $900 000.00 de los Inauguración por Poririo Díaz, 1906.
cuales hubo varias aportaciones particulares
y del Gobierno del Estado.
Constaba de 20 ediicios proyectados
por el ingeniero Salvador Echagaray y cons-
truidos por el ingeniero Jesús Padilla. Tuvo
en su momento de máximo funcionamiento
alrededor de 290 camas y podía prestar servi-
cio a más de 640 pacientes anualmente.
Cabe mencionar que en el programa
arquitectónico de este nosocomio colabora-
ron dos destacados médicos quienes habían
estudiado los últimos avances en terapéutica
para enfermos mentales: el doctor Eduardo
Urzaiz Rodríguez, quien hizo una especiali-
dad en psiquiatría en Nueva York ex profeso,
y el doctor Salvador Urcelay, primer director
del establecimiento.

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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

Planta de un pabellón.

Leandro León Ayala.

Dicho programa separaba hombres y


mujeres, por lo que el diseño de la disposición
de conjunto de los ediicios y pabellones es
simétrico. Los servicios generales eran: coci-
na, talleres y lavandería, al centro del eje, así
como depósito de agua. Cada sección con-
Corte x-x de un pabellón. taba con equipamiento completo e indepen-
diente, como pabellones, cocina, enferme-
ría y baños. Los pabellones de enfermos se
separaban de acuerdo a las categorías de la
época (tranquilos, agitados, furiosos y epilép-
ticos). Asimismo, contaba con amplios jardi-
nes para permitir deambular a los enfermos
y se contaba con equipamiento para diversas
actividades terapéuticas como una huerta y
corrales para crianza de animales.

Fachada de un pabellón.

186
MéxIco

La arquitectura del Asilo Ayala es en


general sencilla y austera, con escasa decora-
ción de tipo ecléctico francés. Los pabellones
siguen un modelo muy similar al de su veci-
no Hospital O’Horán: un pabellón orientado
norte-sur con galería techada de acceso por
su costado sur y ventanas que favorecen la
ventilación e iluminación natural, práctica-
mente al ritmo de la disposición de las camas.
Tras muchos años de servicio, los edi-
icios frontales de dos plantas del Asilo Ayala Fachada de un pabellón.
fueron convertido en la sede del Instituto de
Cultura de Yucatán y los pabellones posterio-
res son hoy el Centro Estatal de Bellas Artes,
que alberga disciplinas como danza, teatro,
música, literatura, etcétera.

Postal del hospital.

Interior del hospital.

Proyecto de un pabellón para sala de danza.

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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

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quIntA lA IBérIcA o sAnAtorIo de BeneFIcencIA


espAñolA, MérIdA, yucAtán

AnTonio RoDRígUez AlcAlá

a visita del general Poririo Díaz a Yu-

L catán en febrero de 1906 signiicó un


gran impulso al equipamiento asis-
tencial en la región. Al poniente de la ciudad
se conformó un subcentro urbano compues-
to por ediicios asistenciales como el Hospi-
tal O’Horán y el Asilo Ayala, equipamiento
como la Penitenciaría Juárez y el Parque del
Centenario, un jardín botánico que poste-
riormente sería el zoológico de la ciudad.
Estimulados por este empuje, la colo-
nia española residente en la ciudad, encabe-
zada por el vicecónsul de España, Francisco
Fachada Quinta La Ibérica. Ramos y Ruiz, convocó en julio de 1904 a
una reunión en la que acordaron fundar una
“beneicencia española” en Yucatán. Entre
los más de doscientos peninsulares que asis-
tieron se eligió la primera mesa directiva, en
la que iguraron dos miembros cuyos nom-
bres ostentan sendos pabellones que hasta la
fecha perduran: Rogelio V. Suárez, presiden-
te y Emilio Seijo, vocal. El pabellón restante
fue donación de Aladino Gómez.
El esquema de conjunto presenta una
disposición sencilla y funcional: un acceso
en esquina, enmarcado por una portada con
motivos neocoloniales españoles, dirige hacia
una plaza desde la cual se desarrolla un eje, a
cuyos lados se ubican los pabellones. El pabe-
llón de Cirugía Emilio Seijo es el más próxi-
Emplazamiento de la Quinta La Ibérica. mos de los tres, vestibulado por una subplaza

188
MéxIco

que también precede al pabellón Rogelio V.


Suárez y el inalmente el Aladino Gómez se
ubica rematando el eje de circulación. Equi-
pamiento complementario es la Morgue en el
ángulo norponiente y un salón en el costado
sureste.
El terreno tiene poco más de dos hec-
táreas de supericie y los pabellones siguen Panorámica de Emilio Seijo y Rogelio Suárez.
una orientación oriente-poniente. El partido
arquitectónico de los pabellones consiste en
un acceso porticado (Emilio Seijo y Rogelio
Suárez) o bien lateral (Aladino Gómez), el
cual conduce a un pasillo central de circu-
lación cuyo techo es más alto que el de las
salas de enfermos, favoreciendo la ventilación
natural.
El conjunto actualmente es la sede del
Centro de Educación Musical de la Escuela
Superior de Artes de Yucatán, por lo que los
pabellones han tenido adaptaciones para au-
las de práctica, aulas teóricas, archivo, estu-
dio de grabación, entre otros. Asimismo, sus
amplios jardines funcionan como el parque
Interior de Emilio Seijo.
público “La Ibérica”.

Vista lateral. Fachada Quinta La Ibérica.

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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

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BreVe reseñA hIstórIcA del hospItAl o’hArán,


MérIdA, yucAtán

AnTonio RoDRígUez AlcAlá

L
a tradición hospitalaria en el Estado de la Mejorada. Es en ese inmueble donde,
de Yucatán comprende un amplio gracias a la diligente y adecuada adminis-
período histórico, que abarca desde tración del Dr. Agustín O’Horán, se institu-
antes de la fundación de la Ciudad de Mé- ye el Hospital O’Horán, en el año 1864. A
rida hasta nuestros días. El primer hospital la muerte del Dr. O’Horán, en septiembre
de la ciudad fue un hospital militar de cam- de 1884 se mandó colocar en el hospital un
paña que las tropas de Francisco de Monte- monumento con su eigie y al pie de ella un
jo instalaron en lo alto del montículo donde pedestal de mármol obra del escultor Leopol-
los frailes franciscanos fundarían después el do Tomassi con la siguiente leyenda en latín
Convento Grande de San Francisco. Poste- redactada por el P. Hijuelos:
riormente el Ayuntamiento instaló el Hospi-
tal de Nuestra Señora del Rosario en 1562, el eXiMie RepUblicAe STUDioSo
cual fue cedido a la orden hospitalaria de San SoleRTiMenTe pRAeDiTo
Juan de Dios en 1625, conociéndosele desde ARTe DocTo peoniAM
entonces como Hospital de San Juan de Dios. geneRiS hUMAni AMAToRi
Este hospital estuvo administrado por AUgUSTino o’hoRAn
los juaninos hasta 1821, fecha en que fueron nATAle SolUM
expulsados por un decreto de las cortes espa- MineRVAe STUDiA
ñolas, trasladándose el hospital al Convento TeRReA pRoleS
MDcccXcV

Esta leyenda traducida signiica: “Al repúbli-


co, al maestro, al médico, al ilántropo Agus-
tín O’Horán, la Patria, la ciencia, la Huma-
nidad. 1895”.
Posteriormente, debido a la falta de ca-
pacidad asistencial y lo inadecuado de las ins-
talaciones, dos de sus doctores, Luis Augusto
Molina Solís y Luis F. Urcelay Martínez, pro-
pusieron al gobernador Lic. Olegario Molina
la construcción de un nuevo hospital, por lo
que se comenzaron a reunir fondos para la
Emplazamiento del hospital.

190
MéxIco

obra. Entre 1903 y 1904 se realizan diversos


festivales artísticos y literarios para la recau-
dación de fondos tales como concursos de
poesía, los primeros Juegos Florales de Méri-
da y presentaciones de la Orquesta Sinfónica.
Destacaron como donadores Leandro León
Ayala, Olegario Molina, los hermanos Peón
de Regil, Delio Moreno Cantón, entre otros.
El diseño del nuevo Hospital O’Horán
tomó como base a un hospital de Milán, Ita-
lia. La obra fue contratada a los ingenieros
Echegaray y Lattine de la ciudad de Méxi-
Vista exterior sureste.
co el 12 de agosto de 1902, con un presu-
puesto de $917,102.00. Sin embargo los 38
ediicios con capacidad para un total de 400
camas se concluyeron en julio de 1905 resul-
tando el costo en $1’825,000.00.
El conjunto hospitalario fue inaugu-
rado por el presidente Poririo Díaz el 6 de fe-
brero de 1906 poniéndose en funcionamien-
to en marzo de ese año.
Los enfermos, enfermeros, enferme-
ras, médicos y jefes de servicio fueron tras-
ladados en tren desde la estación de La Me-
jorada utilizándose la vía de Campeche que
rodea la ciudad y que pasa a espaldas del Vista general.
hospital. Asimismo fueron trasladados al Asi-
lo Ayala los enfermos mentales.

Placa. Inauguración por Poririo Díaz, 1906.

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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

El hospital se ubica en la parte occi-


dental de la ciudad, en un terreno de 10 Has.
perteneciente al antiguo barrio de Santa Ca-
talina, desaparecido debido a que la mayoría
de sus habitantes fueron víctimas de la epide-
mia de cólera morbo, en 1833. El conjunto
hospitalario estaba dividido en dos grandes
secciones para hombres y mujeres y contaba
con el siguiente equipamiento:

Av. Pino Suárez, hoy Itzaes. • Salas de cirugía para hombres (pabellones
2, 3 y 12) y mujeres (pabellones 4 y 5). Cada
sala contaba con cuarto de anestesia, cuarto
de desinfección, vestidor para el cirujano y sus
ayudantes, arsenal y cuarto de esterilización
de instrumentos y material quirúrgico.
• Salas de medicina (pabellones 7 y 8)
• Área de aislamiento para enfermos infec-
to-contagiosos situada en la parte poniente del
hospital y cercada por una verja de hierro.
• Maternidad
• Otorrinolaringología
• Radiología
• Farmacia
Interior del pabellón.
• Administración
• Dirección
• Cocina
• Lavandería
• Depósito de agua
• Costurería
• Aniteatro para anatomía, patología y disec-
ción
• Comedor y cocinas
• Oicinas
• Almacenes

Posteriormente se fue agregando el si-


Galería común, pabellón para hombres.
guiente equipamiento:

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MéxIco

1907 Laboratorio de química clínica


1907 Laboratorio de bacteriología
1910 Infancia
1921 Pabellón para enfermos de lepra
1946 Tuberculosis
1948 Unidad de ortopedia
1949 Unidad dermatológica
Centro dermatológico
1949 Servicios de bioestadística
1949 Archivo Clínico Central
1952 Departamento de trabajo social

Con el transcurso de los años, notables mé-


dicos han ejercido sus conocimientos en el
hospital. Cabe destacar la labor del médico
danés Harald Seidelin, fundador de los labo-
ratorios de bacteriología en 1907 y al doctor Planta del conjunto.
japonés Hideyo Noguchi, comisionado por el
Instituto Rockefeller en 1920 para realizar en
los laboratorios del hospital investigaciones
sobre iebre amarilla.
Durante el gobierno del Dr. Álvaro To-
rre Díaz en 1927, se amplió el comedor para
dar cabida a los 18 practicantes de medicina
que debían realizar su internado obligatorio
en el hospital. Asimismo se acondicionó un
cuerpo de ediicios para darles alojamiento,
el cual estaba equipado con camas, roperos,
sillones, dos cuartos de baño y biblioteca. Pabellón 2.

En 1931 se inauguraron las áreas de


Otorrinolaringología y el Departamento de
Rayos X. Durante el gobierno de Ernesto
Novelo Torres se modernizó la Farmacia, se
mejoraron las condiciones higiénicas de los
comedores de empleados, se mejoraron los
servicios sanitarios de todos los pabellones
y se creó el servicio de urología. A media-
dos de la década de los 1940 se crearon los
servicios de Ortopedia, Cardiología y Gas-
tro-enterología. Interior del pabellón 2.

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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

Pabellón 3. Administración.

Departamento para infecciosos. Cocina.

Exterior de un pabellón de infecciosos.

Depósito de agua.

Avenida que aísla


el departamento de infecciosos.

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MéxIco

En enero de 1947 comenzó a prestar


sus servicios el Centro Anticanceroso ubica-
do en terrenos del hospital y dotado en su
equipamiento por la Cruz Roja. Durante el
período del gobernador José González Beytia
(1946-1952) se comenzó la construcción de la
nueva Facultad de Medicina en solar ubicado
frente al hospital. El 1 de febrero de 1949 se
inaugura en el ángulo suroeste de los terrenos
del hospital la Unidad Dermatológica en dos Pabellón para no infecciosos.
secciones: para enfermos de la piel y lepra.
A principios de la década de los 1950
el hospital contaba con más de 500 enfer-
mos, por lo que desde 1957 comienza a re-
cibir subsidios de la Secretaría de Salubridad
y Asistencia, ya que era inanciado por el
Gobierno del Estado. Hacia 1964, a raíz de
un convenio irmado con la Escuela de Me-
dicina, se le denomina hospital-escuela, se Acceso al pabellón de observación.
construye un nuevo módulo de consulta ex-
terna en 1972. En 1984 se levanta el nuevo
ediicio del hospital O’Horán con capacidad
para 200 camas, dependiente de los servicios
Coordinados de Salud Pública del Estado.
Desde 1993 el antiguo hospital O’Horán
es la sede de la Secretaría de Desarrollo Ur-
bano, Obras Públicas y Vivienda del Gobier-
no del Estado de Yucatán.

Galería comunicación.

Exterior de un pabellón de iebre amarilla. Centro dermatológico.

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bibliogrAfíA

Cámara-Milán, Pedro, “El Dr. Hideyo Noguchi en Yucatán”, en Revista Biomédica, Mérida, Universidad
Autónoma de Yucatán (Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”), vol. 11, núm.
3, julio-septiembre de 2000.
Cervera Andrade, Alejandro, “Apuntes para la historia del Hospital O’Horán de la Ciudad de Mérida,
Yucatán”, en Apuntes Históricos de la Medicina en Yucatán, Mérida, Universidad Autónoma de Yucatán,
Marzo de 1990.
Ferrer de Mendiolea, Gabriel, “Historia de la beneicencia pública y privada”, en Enciclopedia Yucatanense,
México, Edición oicial del Gobierno del estado de Yucatán, T. IV, 1977.
“La tradición clínica en Yucatán: pasado y futuro”, en Populi, Mérida, Año 4 núm. 48, julio de 2005,
pp.5-7.

Centro anticanceroso.

Planta del Hospital O’Harán.

196
MéxIco

w w w

el hospItAl de sAn juAn de dIos de MérIdA, yucAtán


hIstorIA del prIMer edIFIcIo AsIstencIAl
de lA épocA colonIAl en lA cIudAd

AnTonio RoDRígUez AlcAlá

1. Antecedentes

D
urante la campaña militar de con-
quista de la península de Yucatán,
las tropas españolas solían contar
con un hospital de campaña, en el que eran
atendidos los soldados enfermos y heridos.
Dicho hospital consistía en una serie de tien-
das desmontables o estructuras hechas con
materiales perecederos de la región donde se
ubicaban. Los hospitales de campaña nunca
fueron duraderos, ya que el afán fundacional y
de expansión de los conquistadores españoles
Placa conmemorativa de las dos fechas
les hizo bien pronto necesitar, en cada ciudad fundacionales del hospital: 1562 y 1625
que fundaban, de un hospital de carácter per- y que dice:
manente. En Mérida ocurrió una situación
Se erigió y dedicó eSte
similar, ya que al establecerse los españoles hoSpital en 18 de mayo
en el asentamiento maya de T’hó, también de 1562 y lo entregó a la
orden de n.p.S. Juan de dioS
disponían de un hospital de campaña, el cual en 6 de diciembre de 1625
era administrado por frailes franciscanos. Se el i.S.d.f. gonzalo de Salazar

tiene noticia que Francisco de Montejo venía


Esta placa se encuentra actualmente al
acompañado en su expedición de un eiciente lado izquierdo de la portada de la capilla
médico-soldado, el cual además tenía dotes de de Nuestra Señora del Rosario, y se dice que
se exhumó del piso de uno de los corredores
herbolario y cirujano, llamado Juan del Rey,
del antiguo hospital, después de que se la
quien se estableció en Mérida, hasta su muer- removiera de su lugar original, que era el
te.1 Dicho hospital se estableció en lo alto del muro norte de la iglesia, según el obispo
Carrillo y Ancona.3
cerro mayor, en el que después fundarían el
Convento Grande de San Francisco.2

1. Álvaro Ávila Escalante, “Historia de la medicina alopática en la época colonial”, en Enciclopedia Yucatanense, op. cit.,
Tomo 4, p. 262, apud. Juan Francisco Molina Solís.
2. Raúl Casares G. Cantón (dir.) et. al., Yucatán en el Tiempo: Enciclopedia alfabética, Mérida, Inversiones Cares, 1998, Tomo
III, p. 333.
3. Gabriel Ferrer de Mendiolea, “Historia de la beneicencia pública y privada”, en Enciclopedia Yucatanense, México, Edi-
ción oicial del Gobierno de Yucatán, 1944, Tomo IV, p. 5.

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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

El ayer y hoy del Hospital de San Juan de Dios de Mérida.

De igual forma, los franciscanos pro- pital para españoles que se llamó del Santo
curaron dotar a algunos de sus conventos de Nombre de Jesús, el cual solo se sostenía de
una enfermería o de un área especial para el las limosnas públicas, ya que no se le asignó
cuidado de los enfermos. Conventos como ninguna renta, aunque hacia 1634 el vicario
los de Izamal, Conkal y Maní tuvieron im- eclesiástico Francisco Ruiz dejó en su testa-
portantes establecimientos de este tipo, y en mento cuatro mil pesos para que con la ren-
aquellos pueblos donde no había convento ta que produjesen, se sustentaran perpetua-
destacaban enfermeros para cuidar a la po- mente cuatro camas en el establecimiento.5
blación, o de ayudarles en sus necesidades Así pues, al comenzar el proceso de
últimas como los sacramentos extremos y consolidación de colonización de la actual
sepultura. El sostenimiento de dichas enfer- capital de Yucatán, los conquistadores y pri-
merías, así como los gastos de médicos y me- meros pobladores españoles se dieron cuenta
dicinas, solían provenir de los fondos de co- de lo necesario del establecimiento, ya que
munidades de indios, en caso de epidemia.4 de contar con un hospital, los conquistado-
También existieron hospitales civiles, res solteros, forasteros de paso, pobres, y ellos
no adscritos al cuerpo de un convento u otra mismos, podrían ser atendidos en caso de en-
ediicación religiosa, aunque usualmente fermedades (en opinión del historiador Eligio
eran atendidos por hermanos de órdenes lai- Ancona, algunas de ellas pudieron deberse al
cas. En la Villa de Valladolid existía un hos- cambio de clima que experimentaron).

4. Ibidem.
5. Eligio Ancona, Historia de Yucatán, México, Ediciones de la Universidad de Yucatán (Tomo II), 1978, p. 362.

208
MéxIco

Sin embargo, no se contaba con los re- y Andrade, tomando una parte de su propio
cursos económicos necesarios para su pronta lote, que comprendía la manzana noreste
erección. Empiezan una serie de peticiones y de la plaza principal de la ciudad. La parte
gestiones por parte de los vecinos españoles que cedieron fue la esquina sureste de dicha
al Cabildo del Ayuntamiento, que inancie- manzana, con lo que el lote del futuro hospi-
ramente era pobre. El 14 de junio de 1543 tal quedaría al norte del solar escogido para
el cabildo, al verse impotente para construir levantar la Catedral de Mérida. Este lote está
el hospital y ante la necesidad apremiante de hoy delimitado en la esquina de las calles 58
ello, ya que padecían muchas enfermedades y 61, quedando comprendida el resto de la
tanto indígenas como españoles, formula una manzana entre las actuales calles 60 y 59.
petición al rey, en la que piden “...nos haga El hospital contaba con la capilla de
merced de las penas de cámara, para propios Nuestra Señora del Rosario, la cual fue erigi-
de este Cabildo y fabricar hospital, porque el da a petición de los españoles al papa Pío IV,
cabildo es pobre y el hospital muy necesario”.6 quien otorgó la bula de erección.10 La capilla,
Al respecto las penas de Cámara y Fis- “de cal y canto”, se concluyó en 1579.11
co habían sido condonadas por el rey a los
primeros pobladores por los primeros cinco
años, para apoyar los hospitales y obras pia- 2. siglo xvi. el momento
dosas que se fundasen.7 fundAcionAl
Los esfuerzos de la comunidad meri-
dana rindieron frutos inalmente, ya que el Una vez que se aceptó la cesión del predio
rey admitió al hospital en el Real Patronato,8 por parte del Ayuntamiento, “[...] se nom-
con lo que podría disfrutar de ciertas prerro- bró mayordomo del Hospital a Cristóbal de
gativas, principalmente en materia inancie- San Martín, quien con diligencia se dirigió a
ra aunque como veremos más adelante, esta la Audiencia de los Conines de Guatemala,
atribución era más nominal que real. para que proveyese los fondos necesarios para
Se tiene noticia de que para la cons- la terminación y mantenimiento del estableci-
trucción del hospital el terreno requerido miento en construcción”.12 A pesar de que el
fue donado por el primer alcalde de Mérida, hospital estaba admitido dentro del Real Pa-
Gaspar Juárez de Ávila (quien fuera nombra- tronato,13 lo más probable es que se haya le-
do a ines de 1550 por la Audiencia de Mé- vantado con ayuda de limosnas públicas y con
xico)9 y su esposa, Isabel Cervantes de Lara algunas contribuciones del Ayuntamiento.

6. Joseina Muriel, op. cit., apud. Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, Mérida, Imprenta de Manuel Aldana
Rivas, 1868, p.244.
7. Stella Ma. González Cicero, Perspectiva religiosa en Yucatán, 1517-1571, México, El Colegio de México, 1978, p.9.
8. Muriel, op. cit., p. 194, apud. López Cogolludo, op. cit., p. 49.
9. Ferrer, op. cit., p. 6.
10. Eligio Ancona, Historia de Yucatán, Mérida, Ediciones de la Universidad de Yucatán (tomo 2), 1978, p.359.
11. Muriel, op. cit., p. 196, apud. Relaciones histórico geográicas de la Gobernación de Yucatán. Relaciones de las villas de: Valladolid,
Sucopo, Tezoco, Tecay y Sodzil, 2v., México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1983, Tomo I, p. 83.
12. Ibidem, p. 6.
13. Muriel, op. cit., p.196.

209
regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

Fotografía de 1930 del catálogo que permite


apreciar el remate del patio de la casa adya-
cente. En la planta baja estaban los talleres
tipográicos, y en la alta, una sala del Museo
Arqueológico.14

Con esos recursos se erige una primera cons-


trucción, inaugurándose el Hospital de Nues-
tra Señora del Rosario el 18 de mayo de 1562;
su capilla estuvo terminada hacia 157915 y la
mano de obra la proporcionaron los indios de
manera gratuita.16 La administración corrió a
cargo del Cabildo de la ciudad.
La situación inicial del hospital era
precaria, el ediicio se encontraba en malas
condiciones, y hubiera sucumbido de no ser
por la ayuda constante y generosa por parte
de los obispos. Destacó fray Diego de Landa, No obstante, debido a que no se con-
que se dice se ocupaba personalmente de los taba con los fondos suicientes para cumplir
enfermos, y fray Francisco de Toral, obispo su cometido, algunos vecinos pensaron desti-
de Yucatán cuando se fundó el hospital y que narlo en convento de monjas, y al efecto de-
como rasgo destacable había asistido a los dos clararon lo siguiente:
primeros Concilios Mexicanos, en el primero
de los cuales se había dispuesto la erección de “[…] que se había hecho y fundado
hospitales.17 La población también sostenía en la ciudad de Mérida un hospital con
regularmente al hospital, ya que “[...] duran- un templo muy bueno y suntuoso y con
te muchos años esta benéica mansión vivió y piezas y aposentos; pero que no acudían
se sostuvo gracias a los cuidados y al altruis- los enfermos, ni pobres, por no haber ni
mo de los vecinos que, en caravana de amor, tener posibles para sustentarlos ni curar-
llevaban cotidianamente hasta la portería del los, y que así sería cosa muy buena, justa
hospital, alimentos, frutas, medicinas y óbo- y conveniente, que el ediicio se destinase
los, que mientras más humildes eran, más para monasterio de monjas, porque para
alto proclamaban la caridad del donante. esto es más cómodo y necesario, y en ello
Pero el egoísmo estéril fue apagando poco a se haría servicio a Dios, Nuestro Señor, y
poco esta llama misericordiosa...”18 mucho bien a esta tierra, porque, habien-

14. Ferrer, op. cit., p. 5.


15. Relaciones histórico-geográicas de ...Tomo I, p. 83.
16. Ancona, op. cit., p. 359.
17. Muriel, op. cit., p. 196, apud. Sosa, El Episcopado… p. 46.
18. Aguilar, op. cit., p. 144.

210
MéxIco

Vista de 1940 sobre la calle 61, de la fachada


de la Contaduría, pudiéndose ver parte del
acceso del Museo, de la vieja torre del Obser-
vatorio del Colegio Católico y de la Capilla.19
Reconstrucción Histórica Virtual, siglo XVI.
do el dicho monasterio, se recogerían en él
las hijas de los vecinos que no tienen otro 3. siglo xvii.
refugio por la necesidad de sus padres, y intervención juAninA
con esto se evitarían daños e inconvenien- en el hosPitAl
tes que podrían recrecer”.20
El panorama del hospital, que aparecía como
Finalmente esta controversia no rindió fruto, nada grato por lo inestable de su situación
ya que el Cabildo encontró manera de hacer- económica, es favorecido por la presencia
se de algunos recursos, con los que el hospi- del fraile agustino Gonzalo de Salazar, que
tal continuó funcionando. Lo cierto es que la inmediatamente después de convertirse en
situación económica del hospital era crítica Obispo, solicitó la intervención de la orden
y su capacidad insuiciente para todos los en- hospitalaria de San Juan de Dios para que
fermos que a él acudían. Esta es una de las ra- se hiciera cargo del hospital.21 Antes de eso
zones por las que los indios mayas recelaban había dispuesto cambios sustanciales en el
de las atenciones prestadas en el hospital, por ediicio prácticamente reconstruyéndolo, por
lo cual debieron continuar curándose como lo que el pueblo lo consideró el fundador del
habitualmente hacían, con métodos medici- hospital, y desde la llegada de los hermanos
nales tradicionales y permaneciendo en sus juaninos se le empezó a conocer como Hos-
casas o recurriendo al curandero o brujo. pital de San Juan de Dios.

19. Ferrer, op. cit., p. 5.


20. Juan Francisco Molina Solís, Historia de Yucatán durante la dominación española, 1904, Tomo I, p. 31.
21. Los hermanos de San Juan de Dios contaban con una cédula real de fecha 2 de marzo de 1606, que les autorizaba a
establecerse en los lugares de la Nueva España que les parecieran conveniente, y en la que se prevenía, además, que
se les entregaran los hospitales existentes, soliendo fundar, allí donde se instalaban, un Convento Hospital, con lo que
Salazar contaba con elementos legales para su llamamiento. Consultar: María Teresa Esquivel Otea y Mercedes Sán-
chez Sandoval, Índice de los ramos Hospitales y Protomedicato, México, Archivo General de la Nación, 1991; y Javier
Romero Quiroz, El Convento Hospital de nuestra Señora de Guadalupe y del Señor San José. Recolección de Nuestro
Padre San Juan de Dios de Toluca, México, gobierno del Estado de México (Serie Chimalphain, 10), 1976, p. 15.

211
regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

Fotografía postal de 1940 que muestra


el jardín de acceso al museo, con su verja
neomaya; Fotografía de 1955 del monumento
a Mahler, obra de Leopoldo Tomassi.22

La entrega del hospital a los herma- para su sostenimiento, turnándose en el cui-


nos juaninos se veriicó en un acto de gran dado de los enfermos “[...] y recorriendo la
solemnidad, en el que intervinieron el pue- ciudad solicitando de los vecinos las limosnas
blo, el obispo, el cabildo de la ciudad y el necesarias para el mantenimiento de sus asi-
gobernador y capitán general don Diego de lados. En realidad, no hemos podido encon-
Cárdenas, el 6 de diciembre de 1625.23 Los trar en las actas de cabildo que nos quedan,
seis juaninos que llegaron a Mérida iban en- ninguna ayuda del Ayuntamiento para este
cabezados por fray Bartolomé de Santiago24 Hospital.”26
y fray Esteban Rebolledo y pese a que se les Entonces se realizan diversas gestiones
entregaba un ediicio adecuado, se contaba para obtener más recursos y así acrecentar su
con muy escasos recursos, del orden de los capacidad y mejorar sus servicios asistencia-
270 pesos anuales. Con eso solo estaban en les. Acuden al rey, quien en 1645 les concedió
condiciones de sostener doce camas.25 500 ducados anuales de renta en indios va-
Desde que tomaron posesión del in- cos.27 Aumentaron el número de camas y el
mueble los religiosos juaninos, en la inercia hospital continuó progresando al grado que
del éxito de su labor asistencial en toda la contaban con dinero colocado a censo, po-
Nueva España, se dedicaron a hacer mejo- seían incas de productos así como diversas
ras en el establecimiento y a recaudar fondos donaciones y limosnas cuyo monto anual

22. Cetina, op. cit., p. 183. La fotografía postal es cortesía del Sr. Antonio Novelo Medina.
23. Rómulo Velazco Cevallos (comp.), Visita y Reforma de los hospitales de San Juan de Dios, de Nueva España en 1772-1774, 2 v.,
México, S.A., (Archivo histórico de la Secretaría de Salubridad y Asistencia), 1945, T II, p. 97-98.
24. Joseina Muriel, op. cit.
25. AGN, Ramo Hospitales, Informes sobre el Hospital de San Juan de Dios, 1775, t. 60, exp. 5, f. 149.
26. Ibidem, p. 8.
27. Muriel, op. cit., p. 197, apud. Martínez de Grimaldi, Recopilación de Consultas y Decretos.
28. Ibidem, apud. Velazco, op. cit., Tomo II, p. 97-98. Confróntese este testimonio con la opinión de Eligio Ancona, según
el cual el hospital jamás contó con donaciones ni recursos de ningún tipo, excepto las prodigadas por los obispos y las
que podían recaudar los religiosos por medio de limosnas.

212
MéxIco

Fotografía aérea de 1946 que ilustra parcial-


sumaba 2 686 pesos.28 Adicionalmente se mente una vista panorámica de Mérida. En la
parte inferior derecha se aprecia el conjunto
contaba con un signiicativo ingreso prove- del museo, y es posible notar las arcadas del
niente de la botica, que había sido establecida primer patio como las del patio de la casa
en 1692 por otro obispo de vocación hospita- anexa.29
laria (Cano de Sandoval), siendo la primera
que se estableció en la ciudad.30 fermos ricos en sus propias casas, con lo que
Se atendían en el hospital lo mismo a obtenían ingresos extras.
indios que a mestizos o a españoles, no dis- La capilla albergaba diversas cofradías
tinguiéndose razas en él.31 Se contaba con un que realizaban ahí sus ejercicios, entre ellas
personal encabezado por el médico cirujano, las de Jesús Nazareno y la de la Santa Vera-
que generalmente era uno de los hermanos cruz,33 la cual sacaba una famosa procesión
religiosos. Destacó en este siglo fray Gaspar de sangre en la Semana Santa.34 Se podían
de Molina, médico y boticario, profesiones ganar indulgencias en la capilla, destacándo-
que ejerció por más de cincuenta años tanto se también la distinción que le hace el papa
en el Hospital como en la enfermería men- Pío IV, quien a instancias de los vecinos dio
cionada anteriormente y cuya botica tenía bula de erección, por medio de la cual la ca-
también a su cargo.32 También se sabe que pilla se dedicó como altar privilegiado per-
en ocasiones, los juaninos atendían a los en- petuamente a Nuestra Señora del Rosario.35

29. Fausto Hijuelos, Mérida antigua y moderna, México, Ediciones del Centro Yucateco, 1946, p. 39.
30. Carrillo y Ancona, op. cit., Tomo II, p. 603.
31. El carácter del tipo de atención que prestaba el hospital queda consignado en esta cita de Carrillo: “...había Hospital
General, muy favorecido por la Sagrada Mitra, y estaba a cargo de unos pocos Padres Juaninos...” (p. 21)
32. Ibidem, p. 262. También empiezan a aparecer médicos civiles que ejercían de manera independiente, de procedencia
extranjera.
33. La cofradía de Jesús Nazareno permaneció en la capilla de Nuestra Señora del Rosario hasta que se construyó la suya
propia, la capilla del Divino Maestro, anexa a la catedral en la esquina del actual cruce de las calles 58 y 61 y que se
inalizó en el siglo XViii. Antes de su traslado, habían decorado con riqueza la capilla juanina. “[...] con cuadros que
representaban a los doce apóstoles, de muy ina pintura italiana que donó el canónigo don Bartolomé de Honorato”
(Molina, op. cit., Tomo II, p. 394).
34. Carrillo, op. cit., Tomo II, p. 525.
35. Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, p. 349.
36. Como dato curioso, en esta capilla, a principios del siglo XVii ejerció su ministerio, por un corto tiempo, el padre jesuita
Pedro Díaz, que junto con el padre Pedro Calderón, fueron los primeros jesuitas en la ciudad (1605), con misión de
explorar las posibilidades de establecer un colegio de enseñanza secundaria, que años más tarde lograron. Consultar:
Edmundo Bolio Ontiveros, “Historia de la educación pública y privada”, en Enciclopedia Yucatanense, Tomo IV, p. 86.

213
regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

Esto representaba una saludable fuente de


ingresos para el hospital.36
El hospital también funcionaba como
convento, ya que en él se formaban los novi-
cios que habrían de realizar labores asisten-
ciales en las provincias cercanas, (esta orden
atendía el hospital del Nombre de Jesús de
Valladolid desde 1645). A inales de siglo, en-
tre 1688 y 1694, se efectuaron en el hospital
diversas reparaciones, por lo que los enfer-
mos se trasladaron temporalmente al Con-
vento de la Mejorada.37

Fotografías de 1930 (sup.) y 1945 (inf.) de la


Sala Carnegie. En la segunda foto se aprecia
una tapiadura en el arco del fondo, ya que se
había dividido el ediicio, y del otro lado se
encontraba la Contaduría de Hacienda.38

4. siglo xviii.
lA consolidAción
del hosPitAl

A pesar de la indudable mejoría que experi-


mentó el hospital con la llegada de la orden
Reconstrucción Histórica Virtual, siglo XVII. de San Juan de Dios, éste se veía rebasado en
Se agrega la capilla de enfermos y dos nuevas
su capacidad de atención a enfermos y con-
enfermerías, obra de fr. Antonio Alcalde.
tinuamente tenía diicultades económicas.
Sin embargo este siglo, que podemos decir
que fue el siglo de oro del hospital, presenció
grandes cambios en la conformación del in-
mueble, así como un deinitivo saneamiento y
consolidación de su estado inanciero.

37. Lucía Tello, Aproximación al tema integral... p. 232.


38. Cetina, op. cit., p. 183.

214
MéxIco

Fue el Episcopado quien apoyó en múl- “El Ilmo. Sr. Dn. Fr. Antonio Alcalde donó
tiples ocasiones al hospital, tanto moral como al enunciado Hospital veinte mil pesos
económicamente y tenían como obligación con cargo de mantener diez camas, seis
visitar frecuentemente el establecimiento.39 de mujeres y cuatro de sacerdotes, y a más
Varios de estos obispos hicieron importantes de advertirse citar nuevas enfermerías con
donaciones, distinguiéndose fray Antonio Al- el mayor aseo y asistencia, se nota no se
calde (cuyo pontiicado fue solamente de siete siguen estos celosos Religiosos a los térmi-
años, de 1763 a 1770), quien como menciona nos de la fundación, pues admiten mayor
el obispo-historiador Carrillo Ancona: número de enfermos en ambas clases, lle-
gando las mujeres siempre a doce, y hasta
“El antiguo Hospital de San Juan de Dios a catorce, circunstancia que caliica igual-
fue para tan caritativo Obispo, objeto de mente la necesidad de su subsistencia al
gran predilección. Fundó en él y dotó la cargo de la expresada Religión.”42
enfermería de mujeres, que tan gran falta
hacía, y en la de varones dotó camas espe- También menciona las rentas de que se go-
ciales para sacerdotes pobres, empleando zaba, mencionando de manera especial “[...]
en ambos departamentos la cantidad de una corta limosna que de tiempo inmemorial
veinte mil pesos fuertes.”40 dan las comunidades de los pueblos, según
sus fondos, sin pasar de ocho reales, y bajan-
Es de destacar que este obispo, una vez pro- do muchas hasta cuatro (...), lo que sin duda
movido a la Diócesis de Guadalajara, fundó
uno de los hospitales más notables de la épo-
ca virreinal: El hospital de Belén, llamado
hoy Alcalde, de peculiares características ar-
quitectónicas por la disposición de sus enfer-
merías en esquema estrellado o en panóptico.
Pero antes de esta acertada interven-
ción, el hospital estaba paulatinamente in-
crementando sus posesiones y por tanto las
rentas que obtenía de ellas, así como las con-
tribuciones que debían aportarse por parte
de los fondos de tributos, encomiendas de in-
dios, derechos de almojarifazgo, etc.41
Respondiendo a la petición del virrey
acerca de la utilidad de los hospitales en la
región, el prior del hospital dijo lo siguiente:

39. Ferrer, op. cit., p. 8.


40. Carrillo, op. cit., Tomo I, p. 862.
41. Ancona, op. cit., p. 360.
42. AGN, Ramo Hospitales, Informes sobre el Hospital de San Juan de Dios, 1775, Tomo 60, exp. 5, f. 149.
43. Idem.

215
regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

hospital, el número de camas que atendía,


etc. El resultado de estas visitas se recopilaron
por Rómulo Velazco Cevallos en dos tomos
titulados Visita y Reforma de los hospitales
de San Juan de Dios, de Nueva España en
1772-1774. El resultado de dicha inspección
fue que la asistencia médica de la mayoría de
los hospitales dejaba mucho que desear, en
parte por los recursos limitados (provenientes
de rentas y limosnas) y sobre todo por la in-
adecuada administración.45
La capilla de Ntra. Sra. del Rosario, convertida en sala del Mu- Sin embargo el Hospital de Nuestra
seo. Nótese el letrero sobre la portada sur que indica el Museo Señora del Rosario (que es como continua-
Arqueológico e Histórico de Yucatán, mismo que se repetía
ban llamándolo los hermanos juaninos en sus
sobre la fachada principal del Museo.44
informes) fue un caso de excepción, ya que
se encontraba en buenas condiciones, tanto
se incluye en los quinientos cuarenta pesos físicas como de personal y de calidad de aten-
que se perciben en un año con otro del hos- ción.46 Cuando se pidieron informes al padre
pital.”43 Con este dinero es que los seis jua- prior del hospital, que entonces lo era fray
ninos asistían a los enfermos, les proveían de Blas de León y Galera, este mencionó:
alimentos y medicinas, se aseaban las camas
y se mantenía el culto de la Iglesia. “Certiica este P. prior tener aquel Hospi-
Posteriormente ocurrió un hecho his- tal veinte y seis camas de hombres, y doce
tórico signiicativo: para mediados del siglo de mujeres, y diariamente se hallan ocupa-
XViii se generalizó en todo el virreinato un das con pobres enfermos de ambos sexos,
notorio relajamiento de la disciplina de la y con eclesiásticos, y seculares, esto es en
orden hospitalaria de San Juan de Dios, cu- los tiempos que no hay enfermedades, o
yos hermanos descuidaron la atención a los epidemia.”47
enfermos y les hizo caer en gran despresti-
gio, con lo que se tuvieron que cerrar algu- No solamente la misma orden realizaba estas
nos hospitales de la orden, a instancias de la labores de vigilancia del funcionamiento de
población descontenta y de las autoridades sus hospitales, sino que las autoridades civiles
eclesiásticas. Se realiza entonces una audito- continuamente solicitaban informes de estos
ría, en la cual se fueron visitando, uno por establecimientos, especialmente si servían
uno, todos los establecimientos, se pedían para la asistencia exclusiva de la población
cuentas relativas a la situación económica del indígena.

44. García, op. cit., p. 434. Las dos imágenes son cortesía de Antonio Novelo.
45. María Luisa Cerrillos (coord.), Historia Urbana de Iberoamérica, Tomo III-2, Madrid, Testimonio, p. 367.
46. Algunos historiadores opinan que esto pudo deberse al aislamiento geográico de la región.
47. Velazco, op, cit., Tomo II, p. 221.

216
MéxIco

Gracias a un minucioso informe del 5. Se nombra el número de enfermos que en-


prior del hospital escrito hacia 1776 pode- traron a curarse desde el primero de enero de
mos conocer a detalle el funcionamiento del 1775 al 31 de diciembre de ese año en las tres
inmueble48, el cual era el siguiente: enfermerías, que entre hombres, sacerdotes y
mujeres sumaron cuatrocientos diez y seis en-
1. Se describen las contribuciones de los donan- fermos. Igualmente se hace la relación de los
tes, los “inquilinos” que las ocupan (arrenda- religiosos que habitan el convento, como los
tarios o solicitantes), y los réditos que generan, operarios ocupados en las otras oicinas:
distinguiéndose el obispo Alcalde como prác- • El reverendo padre prior fray Blas de
ticamente el único fundador de dichas rentas, León y Galera (autor del informe)
hechas a favor de unos 31 inquilinos. • El reverendo padre maestro y capellán
2. Seguidamente, se consignan las entradas que fray Pablo María Loría
genera “[...] la tropa de pié ijo, Dragones, • El padre fray Luis Martínez
Sargentos, pitos, tambores de milicianos blan- • El padre fray Bernardo Díaz
cos y pardos, para ayuda de su curación”, lo • El hermano fray Ángel Aparicio Vargas
cual importaba una buena entrada de dinero. • El hermano fray Juan Francisco Sarabia
También se enlistan las limosnas ordinarias y
extraordinarias de Altar, así como las “[...] li- Los seculares asalariados eran:
mosnas que acostumbran dar los pueblos de
los que corresponden a este Convento al año”, • Don Francisco de León, cirujano y
así como “[...] lo que se ha vendido de Botica boticario
y Solimán”. • Bernardo Medrano, sacristán
3. Después se mencionan las “pensiones que • Don Juan Amado Manzanilla, organista
goza este Convento situadas sobre los pueblos • Primera y segunda enfermera
de Halachó, Temax y Kinchil, que al presente • Mandador y cocinero
se hallan suspensas, por lo que no se sacan lo • Dos semaneras para el pan
que deben pagar, y solo las cargo al contra- • Un semanero de leña
margen”. Estos pagos los hacían los Templos • Un barbero de comunidad
de San Juan (o por el día de San Juan) de los
citados pueblos, y por Navidad. A similitud del hospital principal de la Or-
4. Sigue lo relativo a “...los Principales que se han den, el de San Juan de Dios de México, el
fundado a favor de este Convento, y la obliga- hospital meridano pudo ofrecer el servicio de
ción del número de Misas Cantadas, y rezadas, Seguro Médico para los diversos gremios de
que cada una tiene, y festividades por la inten- la ciudad.49 Asimismo por ordenanza general,
ción de sus fundadores...” Se enlistan unos 16 todos los hospitales contaron con lambrines
fundadores y 13 inquilinos o beneiciarios. de azulejo en las enfermerías para facilitar la

48. AGN, Ramo Hospitales, Informe del Prior del Hospital de San Juan de Dios, 1776, Tomo 60, exp. 5, f. 154-158.
49. Joseina Muriel, “Historia del Hospital de San Juan de Dios”, en Franz Mayer, Una colección, México, Bancrecer, 1984,
p. 295.

217
regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

limpieza y combatir insectos como chinches la primera Junta de Sanidad del Estado, con
y cucarachas. objeto de realizar diversas gestiones para el
En las paredes interiores de las enfer- mejoramiento de la higiene pública. Poco
merías se pintaban murales al fresco que si- después, en 1815, las autoridades expropia-
mulaban carteleras clavadas que contenían ron el hospital franciscano, ubicado al sur de
el número de cama del enfermo, adornadas su convento de La Mejorada, para conver-
con hojas, lores y los típicos roleos barrocos. tirlo en Cuartel de Dragones. Ello sin duda
Pervive un retablo mural pintado al fresco en anticiparía un hecho de gran relevancia para
la capilla de Nuestra Señora del Rosario, que la historia del hospital juanino.
debe datar de esta época. El 29 de enero de 1821 llegó a la ciu-
dad de Mérida un decreto de las Cortes Es-
pañolas (la asamblea legislativa) en el cual se
5. siglo xix. cAmbio ordenaba la supresión de todas las órdenes
de AdministrAción religiosas y por tanto, de todos los conven-
y de uso tos.51 Ejecutó en Yucatán dicha orden Dn.
Juan María Echeverri Manrique de Lara, go-
Este siglo marcó el inal del hospital de San bernador de la provincia.52 Una crónica de la
Juan de Dios, por los hechos históricos que época da cuenta de los hechos:
en él ocurrieron, tanto al inmueble como a la
orden religiosa que lo tenía a su cargo, situa- “En 29 del mencionado enero llegó en esta
ción que también afectó a las demás órdenes ciudad un decreto de Cortes, sancionado
religiosas de la región. y autorizado por el Rey, relativo a la su-
Por órdenes del gobierno español, se presión de conventos de religiosos y reli-
ingresaron a la hacienda pública numerosos giosas en toda la monarquía, facultando al
capitales particulares puestos a rédito con mismo tiempo a los gobernadores para se-
los que se sostenía el hospital y que estaban cularizar al fraile o monja que quiera des-
depositados en las cajas reales. La llamada amparar su claustro. El Capitán general de
Junta Superior de Consolidación los recibió esta provincia, D. Juan Mª de Echeverri,
desde el 30 de octubre de 1805 hasta el 27 de puso inmediatamente en ejecución todo
octubre de 1809, extendiéndose las escrituras su contenido, publicándolo por bando; en
respectivas. Esto supuso un duro golpe para seguida ha mandado inventariar las alha-
la situación inanciera del hospital, que de jas y muebles pertenecientes a las iglesias
esta manera veía mermados sus recursos en y conventos de san Francisco y Mejorada,
aproximadamente $2 300.00.50 de esta capital, poniendo cuarenta solda-
En noviembre de 1813 se estableció dos de guardia en cada convento mientras

50. Ferrer, op. cit., p. 9.


51. El decreto había sido expedido desde el 1 de octubre de 1820.
52. Muriel, op. cit., p. 169.
53. Ceferino Gutiérrez, “Efemérides de Mérida de Yucatán (1798-1822)”, en Documentos Históricos Peninsulares (Tomo
I, número 9), Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán, Mérida, Instituto de Cultura de Yucatán, Fe-
brero de 1995, pp. 229-233. Es de destacar que Ceferino Gutiérrez, boticario de profesión, fue uno de los principales

218
MéxIco

duraba el inventario, acaso por temor de creto por parte de las autoridades indepen-
que los frailes sean capaces de extraer algo. dientes mexicanas.55
‘Esta misma operación se ejecutó tam- El Ayuntamiento entonces se hace car-
bién en el convento de San Juan de Dios, go tanto de los enfermos que se trasladaron al
quedando ahora el cuidado del hospital a convento de San Francisco, como de los que
cargo del Ayuntamiento Constitucional, y se quedaron en el hospital juanino, ponien-
juera frailes y juera frailes. Este estribillo do una administración civil para la dirección
se oye a menudo en el día, en las tertulias del antiguo hospital. Una vez se estableció el
y corrinchos de los llamados constitucio- Congreso Constituyente local, éste expidió
nales (...) un decreto el 19 de noviembre de 1824 sobre
‘El 30 del mencionado mes (mayo) se tras- el gobierno interno de los pueblos, y en su
ladó el hospital de San Juan de Dios al con- párrafo 18, apartado 5, obligaba a los Ayun-
vento de San Francisco, sirviendo la iglesia tamientos a “[...] cuidar de los hospitales,
de enfermería para hombres, y la tercera hospicios, casas de espósitos y demás estable-
orden para mujeres. Este in han tenido cimientos de beneicencia, bajo las reglas que
estos dos famosos templos que por su an- se prescriban”.56 De este modo se nombró un
tigüedad, buen gusto en la fábrica, altares Administrador, quien formuló el reglamento
exquisitos y costosos, eran los mejores que del hospital, que se tituló: “Reglamento for-
se veían en la ciudad después de la Cate- mado por el Ayuntamiento de la capital, para
dral y acaso excedían a ésta en ornamen- el gobierno interior del hospital general de S.
tos y alhajas de oro y plata.”53 Juan de Dios”.
Durante este periodo en que el in-
Se mencionan los actos de saqueo que si- mueble estuvo en manos del Ayuntamiento
guieron a la expulsión de los religiosos, cu- se realizaron algunas mejoras en el ediicio,
yos altares, santos y ediicios fueron objeto como se consigna en los documentos de ar-
de destrucciones y despojos. También se chivo consultados. Algunas fueron reparacio-
hace notar la necesidad de secularizarse de nes menores:
varios religiosos franciscanos, siendo los pri-
meros en hacerlo aquellos que ostentaban “Cuenta de lo que gastó la comisión del hos-
algún cargo como provincial, guardián, de- pital de San Juan de Dios en varios reparos
inidor, lector, etc., integrándose a su nueva que se hicieron en la enfermería de mujeres.
condición eclesiástica.54 No sucedió así con Primeramente 14 cargas cal a ocho pesos
los hermanos juaninos, que abandonaron la el 10v...011.1. ½.
región para no volver más, a pesar de que en Por 15 ídem sahcab a cuatro pesos
marzo de 1825 se consiguió anular dicho de- ...006.0.0.

proveedores de medicinas del Hospital cuando tiempo después fue administrado por el Ayuntamiento (existen recibos
de sus pagos por medicinas fechados en mayo de 1826, existentes en el Archivo General del Estado de Yucatán).
54. Ibidem, p. 232.
55. Muriel, op. cit., p. 200.
56. Ferrer, op. cit., p. 11.

219
regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

Por 3 ½ ídem cal que sobró de la plazue- una lo que efectué pagándome real y me-
la... dio por cada una de hechura y 2 reales de
Por 3 albañiles y 3 peones que trabajaron hilera
18 días...043.3.0. Mérida 20 de septiembre de 1824
Por 1 peso 7 ½ reales al maestro Clemente Son 4 pesos 3½ reales Bárbara Guz-
Trejo composición de puertas (y) venta- mán.”58
nas......001.7. ½.
Por 7 reales al armero Peón Álvarez Para 1826 se hace un recuento de los fon-
...000.7.0. dos con que contaba el hospital, hallándose
Por medio real de Tiboronra ...000.0. ½. 58 individuos que reconocían tener sobre
Total 063.3. ½. sus incas capitales pertenecientes al antiguo
‘La Comisión del Hospital de San Juan de Hospital de San Juan de Dios, y cuyo monto
Dios presenta a V.S. la antecedente cuenta, ascendía a $29,870.00; los réditos de abril de
reformada la equivocación que advirtió la 1826 a diciembre de 1828 eran $1,537.00.,59
comisión en su revisión. lo que prueba el buen estado económico que
Mérida, y octubre 7 de 1822 llegó a tener bajo la dirección juanina. Igual-
Francisco G. Remedios.”57 mente el hospital recibía contribuciones por
También se procuró dotar de nuevos uten- concepto de pago de derechos por destilacio-
silios y equipo a las dependencias del hos- nes de aguardiente, provenientes de localida-
pital, como sábanas para las camas de los des como Mérida, las regiones de la Sierra
enfermos: Alta y Baja (Tekit, entre ellas), la Costa (Iza-
“Cuenta del valor de cincuenta y cinco sá- mal), Los Beneicios Altos y Bajos (Yaxcabá),
banas hechas para el Hospital, presentada Valladolid, Tizimín y Hunucmá, sumándose
por D. Juan José Rosado. entre todas $265.00. Esta contribución se pa-
‘El C. Regente Juan José Rosado a M. Mo- gaba cada cuatro meses.
reno__________________ Debe Parte de estos recursos fueron utiliza-
Por 5 piezas Ruán de Lino a 23 dos por concepto de la “Libranza que giró
$____________________________ 115 el R. Ayuntamiento de esta Cuidad, para la
Suma ciento quince pesos fábrica del Hospital”.60 Se menciona después
Mérida octubre 4 de 1824 otra partida adicional de $500.00 para con-
Recibí__________M. Moreno tinuar con las obras.61 Al parecer, se amplió
‘Recibí del C. Regidor Juan José Rosado una de las enfermerías del hospital, lo que
2 piezas enteras de ruán con orden de di- posiblemente obligó a trasladar a cierto nú-
cho señor de trazar once sábanas de cada mero de enfermos a una casa rentada, para

57. Archivo General del Estado de Yucatán, Fondo: Poder Ejecutivo, Ramo: Gobernación (1822-1840), CLAVE XIV 1822
2/4 009: “Cuenta de gastos irrogados (sic) en el hospital, presentada por D. Francisco Remedios”, 1822, 2 fojas.
58. AGEY, Fondo: Poder Ejecutivo, Ramo: Gobernación (1822-1840), CLAVE XVII 1824 1/3 013, 6 fojas.
59. AGEY, Poder Ejecutivo, Ramo: Beneicencia, “Documentos de los fondos del Hospital de san Juan de Dios, de la ciu-
dad de Mérida, del año 1826. Del 18 de abril de 1826 al 29 de diciembre de 1826”, Vol. 1, Expediente 1.
60. Ídem.
61. Ídem.

220
MéxIco

realizar las obras de remodelación. Esta hipó- Poco tiempo después, sin embargo, el
tesis es sustentada por otro rubro de gastos en hospital lo toma a su cargo el Gobierno del
que se da cuenta de varios pagos hechos al Sr. Estado, posiblemente debido a lo deiciente
Pedro Zavalegui por el “...alquiler de la casa de su administración. Se cambia el nombre
de enfermos viruelentos.”62 Es posible que, del hospital por HOSPITAL GENERAL DE
por las epidemias de viruela que asolaban la MÉRIDA, expidiendo un nuevo reglamento
región desde 1803,63 el hospital se haya visto el 10 de febrero de 1832 y contemplando la
rebasado en su capacidad, de ahí la necesi- creación de una escuela para la enseñanza de
dad de ocupar temporalmente otro espacio. cirujanos. Se nombra una Junta Directiva,
En el balance inal se mencionan dos la cual administraría la escuela y llevaría los
fuentes más de ingresos: lo relativo a las con- fondos del hospital general.
tribuciones que hacía el “Presidio y Cárcel” El Administrador quedaría encargado
para el hospital, y el concepto de “Alcabalas del régimen y economía interior. El Médico
de Carnes”, que también formaban parte de Director de asistir a los enfermos, hacer las
los fondos del establecimiento. operaciones, enseñar teórica y prácticamen-
Diversas constancias de recibos de te a los alumnos y cuidar los instrumentos,
pagos conirman esta programación presu- libros y colecciones cientíicas del instituto.
puestal de las autoridades del hospital. Han Sería auxiliado repitiendo la cátedra por un
llegado a nosotros recibos de los pagos he- Médico segundo.
chos a los síndicos Duarte y José Ma. Pache- Se consigna un dato importante: La
co (quien también fue Alcalde de la Ciudad) antigua capilla de Nuestra Señora del Rosa-
para las obras de la enfermería en marzo de rio sería el local de enseñanza de los futuros
1826, así como los pagos hechos a Zavalegui cirujanos. Al parecer, la escuela no funcio-
para la renta de su casa donde se alojaban y nó, porque al año siguiente, el 10 de junio
atendían los enfermos contagiados de viruela de 1833, el gobernador López Constante ex-
en mayo de 1826.64 pidió un decreto por el cual se fundaba una
Esta casa donde se alojaban los en- escuela de cirugía práctica y medicina en la
fermos de viruela fue sustentada en sus gas- Universidad del Estado,66 aunque se le apo-
tos por los fondos del hospital. Sabemos de yaría destinándosele un local en el Hospital
ciertas reparaciones que se efectuaron en di- General, “...para que se hicieran las opera-
cha casa en agosto de 1826, en las cuales se ciones anexas a dichas facultades”.67 El regla-
emplearon durante una semana un albañil y mento de la escuela decía que el Catedrático
tres peones, así como los materiales para las estaba obligado a dar todos los días una hora
“composturas y lechadas”.65 de lección de anatomía o cirugía práctica “...

62. Pedro Zavalegui era posiblemente hijo de Dn. José de Zavalegui, quien fuera Provisor y Cura de la Parroquia de San-
tiago, y que participó en la comisión de mejoramiento del Hospicio de San Carlos, en el siglo XVIII. Cfr. Ávila, op. cit.,
p. 35; y AGEY, CLAVE XVII 1824 1/3 013.
63. Ávila, op. cit., p. 287.
64. Dichos recibos se reieren a la casa como “...la casa que sirve de hospital para viruelentos”
65. AGEY, “Documentos...”
66. ...que hoy se encuentra ubicada en el ediicio Central de la Universidad Autónoma de Yucatán
67. Ídem.

221
regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

dicos en el estado, entre los que se pueden


contar José Villanueva, Ramón Gamboa y
Agustín O’Horán, quienes prestaron valiosos
servicios médicos durante 1847 en la Guerra
de Castas y un poco antes, en julio de 1833,
durante la primera epidemia de cólera, cuyo
primer caso apareció en el suburbio de San
Cristóbal.70
El Hospital General de Mérida co-
mienza entonces a funcionar, posiblemente
en mejores condiciones que su predecesor
a cargo del Ayuntamiento. Se realizan di-
versas mejoras en el equipo y utensilios, se
fabricaron nuevas camas y ropa para los
en el hospital o el cementerio general, en pie- enfermos.71 Sin embargo esta situación no
za destinada al efecto, para lo que se le fran- duró mucho. El momento histórico que se
quearán los cadáveres que necesite.”68 vivía era de constantes luchas políticas, lo
Dicho reglamento contemplaba la que hizo a los gobernantes ocuparse poco
obligación de realizar prácticas profesionales del establecimiento. La Junta Directiva del
durante dos años en el hospital por aquellos Hospital procuraba conseguir fondos de los
estudiantes aspirantes al título de Bachiller en más variados ámbitos. Se sabe que en alguna
Medicina, debiendo obtener la certiicación ocasión, hacia 1841, la Compañía Dramáti-
del médico del hospital, para después optar ca efectuaba funciones de teatro a beneicio
al examen para Médico Cirujano. En dicho de la institución.72
examen, en su fase práctica, se le presentaban Del mismo modo, el hospital experi-
al sustentante cuatro enfermos del hospital mentaba en ocasiones deiciencias en la aten-
para que, después de haberlos observado, es- ción a los enfermos. En 1839 hubo un pleito
tablezca el diagnóstico, pronóstico y método administrativo por un asunto en que estaba
curativo.69 involucrado el cocinero, ya que existían con-
Uno de los más notables médicos di- tinuas quejas de lo defectuoso de sus servicios:
rectores del Hospital General fue el Dr. Ig-
nacio Vado y Lugo, médico guatemalteco “R. Junta
fundador de la escuela de medicina, quien ‘El cocinero que actualmente tiene este
fue maestro de varias generaciones de mé- Hospital carece aún de los principios mas

68. Ávila, op. cit., p. 288, apud. “Reglamento de la Escuela de Medicina y Cirugía”, 10 de enero de 1834.
69. Íbid., pp. 288-289. Para entonces también existían en la ciudad varias boticas particulares, que eran periódicamente
inspeccionadas, de manera secreta, por el Protomedicato de la escuela, quien asimismo extendía los títulos de Boticario
y Partera.
70. Ávila, op. cit., p. 286.
71. AGEY, Fondo: Poder Ejecutivo, Ramo: Gobernación (1822-1840), CLAVE XXIV 1832 2/2 008: “Dos presupuestos
sobre utensilios para el Hospital”.
72. AGEY, Fondo: Poder Ejecutivo, Ramo: Gobernación (1822-1840), CLAVE XXXVI 1841 026

222
MéxIco

sencillos del arte del cocinar. Por esta causa El resto del documento concluye en el acuer-
le dan a los enfermos los alimentos en el do del aumento de sueldo de dicho cocinero,
sazonador, y que ni los saludables pueden aumentándosele un peso al mes.
comer sin repugnancia; en esta virtud me El 12 de julio de 1859, dentro del mar-
hallo en el caso en cumplimiento de mi co de las Leyes de Reforma, se expidió la Ley
obligación de manifestarlo a V.S. para que nacional de bienes eclesiásticos, con lo que
se lo tiene a bien, de despedir al referido pasó a dominio de la Nación algunos de ellos.
cocinero, y que en tal caso proponga a esta Se efectuó en Yucatán hasta julio de 1861,
R. Junta quien deba ocupar su plaza. elaborándose una lista de personas interesa-
‘Conozco que el [sueldo] de cuatro pesos das en el llamado Fondo de Consolidación,
es sumamente mezquino y que solo dando con lo que el Estado reconoció 10 acreedo-
[8] se podrá encontrar un buen cocinero res y nacionalizó 118 créditos, muchos de los
[que] condimente y sazone bien los ali- cuales pertenecían a obras de beneicencia.74
mentos, [a] cuyo aumento de pesos suplico Al Hospital de San Juan de Dios de Mérida
a V.S. se sirva acordar [...] de lo contrario correspondió un capital de $2,300.00 que in-
habremos conseguido [suceder] al hombre gresó a dicho Fondo, con lo que se perdió un
al que actualmente hay. importante recurso que sostenía al entonces
‘Lo pongo en conocimiento de V.S. por Hospital General.
que determine en el particular lo que es Se marcaría deinitivamente el in del
conveniente. inmueble como ediicio asistencial el 25 de
‘Dios y Libertad junio de 1861, fecha en que se decretó por
Mérida, y Marzo 6/839 parte del Congreso del Estado la refundición
Pedro Ruz (fusión) en un solo lugar, del Hospital y la
[nota al pie] R.J. Directiva del Hospl. Gral. Casa de Beneicencia, utilizando para ello el
de San J. de Dios”73 ediicio del ex convento y hospital francisca-
no de La Mejorada, prácticamente abando-

73. AGEY, Fondo: Poder Ejecutivo, Ramo: Gobernación (1822-1840), Caja 20, Volumen 11, Expediente 11, Número de
control: 11’190: 1839-Beneicencia: “Expediente de la Junta Directiva del Hospital de San Juan de Dios, relativo a un
asunto administrativo: Mérida, marzo 6 de 1839”.
74. Ávila, op. cit., p. 56.

223
regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

nado por aquella época.75 Se realiza de nuevo de cambios en la dirección, para 1869, se es-
su Reglamento para su gobierno interior y se tabilizó bajo la dirección del Pbro. Norberto
conforma una nueva Junta Directiva para Domínguez, con lo que la institución adqui-
septiembre de ese año. rió prestigio, constituyéndose como la alter-
Después de este desmembramiento de nativa más fuerte de estudios para la juven-
los bienes de la Iglesia, el Hospital de San tud yucateca, junto con el Instituto Literario.
Juan de Dios fue vendido en lotes. Además Se realizan diversas modiicaciones
del inmueble, se pusieron a venta las otras al ediicio, para adaptarlo a este nuevo uso
incas que poseía y de las que obtenía sus ren- educativo. El Colegio Católico llegó a contar
tas.76 El hospital fue dividido en dos casas,77 a con Gabinete de Física, Química, Zoología,
las que se asignaron los números 493 y 495.78 Geología, Mineralogía, Biblioteca de más de
Hacia 1867 el ediicio se utilizaría para 5,000 volúmenes (“la mejor del Estado”),79
sede del Colegio Católico de San Ildefonso. Torre de observatorio meteorológico, dotado
Este tendría por objeto continuar con la ense- con instrumentos de medición y construido
ñanza seminarista, además de ser escuela de sobre una caseta sobre el segundo nivel del
instrucción primaria. Después de una serie colegio.

6. siglo xx.
unA grAn PérdidA
Este siglo sería de grandes contrastes para la
historia del inmueble, ya que signiicó desde
una reivindicación cultural en su uso, hasta
su demolición total, exceptuando la Capilla
de Nuestra Señora del Rosario.
Al parecer, el Colegio Católico de
San Ildefonso solamente funcionó mientras
Mons. Domínguez lo tuvo a su cargo, ya que
en 1901, estando ya anciano, decidió ceder-
lo al Obispo Diocesano. Las fuentes consul-
tadas nos dicen que el rector del Seminario,
Carlos de Jesús Mejía, vendió el inmueble o
Reconstrucción Histórica Virtual, siglo XIX. una de las dos casas en que fue dividido, al Sr.
Colegio Católico de San Ildefonso. Víctor Suárez Mejía.80 El Colegio se cerraría

75. Ferrer, op. cit., p. 14.


76. Carrillo, op. cit., T I, p. 28.
77. José García Preciat, “Historia de la Arquitectura”, en Enciclopedia Yucatanense, T IV, p. 443
78. Gonzalo Cámara Zavala, Catálogo Histórico de Mérida, Mérida, José Díaz Bolio, 1977, p.42.
79. F. Cantón Domínguez, Dos vidas ejemplares, Mérida, 1918, citado en: Bolio, op. cit., p. 115.
80. Luis A. Ramírez Aznar, “San Juan de Dios, de hospital a museo. Capilla dedicada a la Virgen del Rosario en 1554”, en
Novedades de Yucatán, viernes 28 de junio de 1991, sección Yucatán, p. 4.

224
MéxIco

deinitivamente en 1910, cuando la lucha ar- la Dirección de Antropología, y para coad-


mada de la Revolución mexicana se extendió yuvar al mismo tiempo con los nobles pro-
a la península y el gobierno carrancista del pósitos de esta Secretaría, de impedir que
Gral. Salvador Alvarado clausuró el estable- desaparezcan las piezas sueltas o dispersas
cimiento.81 que, proveniendo de los monumentos ar-
Al inalizar la revolución, Alvarado queológicos se encuentran en el campo
tomó posesión del inmueble, convirtiéndolo de las amplias zonas que ocupan nuestras
inmediatamente en dos escuelas de instruc- referidas ruinas, dispone y acuerda la crea-
ción primaria en 1915: la “Josefa Ortiz de ción de un MUSEO ARQUEOLÓGICO
Domínguez” y la “Hidalgo”. Posteriormente, MAYA DE YUCATÁN.
a ines de la década de los 1910, las escuelas ‘Deberá formarse con las piezas que sin
fueron ocupadas, una casa, por las oicinas de detrimento de las expresadas ruinas y
la Contaduría Mayor de Hacienda, y la otra previa la autorización de la Secretaría del
por los Talleres del Diario Oicial y por los Ramo, puedan ser recogidas y trasladadas
Talleres Tipográicos del Estado.82 para dicho objeto; con las demás que se
Durante el gobierno socialista de Feli- tengan a mano; con las obras de cerámi-
pe Carrillo Puerto se manifestó un notable in- ca, que puedan coleccionarse en los mis-
terés por fundar, de manera conveniente para mos términos, con reproducciones, copias,
el pueblo yucateco, un museo que mostrara maquetas, etc., de los mismos objetos, con
la herencia cultural de los mayas, así como de pinturas, dibujos, planos, etc., ya sean au-
las épocas históricas que le precedieron, hasta ténticos o reproducciones aceptables, con
la actualidad. colecciones fotográicas, antiguas y moder-
Por tal motivo dicho gobernador expi- nas, y demás derivaciones u objetos aines,
dió un decreto, fechado en 23 de enero de y en suma con todo aquello que armonice
1923, que a la letra decía: con la índole de la Institución que se crea.
‘Se nombra Director de dicho Museo al
“Este Gobierno en vista de la importan- C. Luis Rosado Vega, quien procederá de
cia que caracteriza al Estado de Yucatán acuerdo con este Gobierno a la organiza-
como asiento de las numerosas y notables ción del nuevo Establecimiento, facultán-
ruinas de las antiguas ciudades mayas, te- dosele por lo tanto, para que además de los
soro que guarda el secreto de nuestra pri- objetos que este Gobierno facilite, recabe
mitiva civilización, y deseoso de contribuir todos aquellos que queden dentro de la na-
al fomento y desarrollo que desde hace al- turaleza del referido Museo.
gún tiempo está alcanzando en la Repúbli- ‘Dentro de los dos primeros meses si-
ca la ciencia arqueológica, impulsada por guientes a su apertura, presentará a este
la Secretaría del Ramo, especialmente por Ejecutivo el Reglamento Interior del Es-

81. Bolio, op. cit., p. 115.


82. Catálogo..., op. cit., p. 386. Hoy parte del Colegio Católico lo ocupa el Hotel Caribe, el cual cuenta con su acceso prin-
cipal en la Plazuela del Jesús (hoy parque Cepeda Peraza).

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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

tablecimiento, las estadísticas e inventarios para la instalación del Museo, así como para
consiguientes y toda la documentación los destinos anteriores, fue en gran parte
que se relacione con la Institución. transformado construyéndose galerías a cos-
‘Se designa como local para el estableci- ta de los patios que perdieron su importancia
miento de que se trata, el ediicio que ocu- y belleza; y en las salas donde los enfermos
pa actualmente la Contaduría mayor de recibieron las atenciones de los religiosos que
Hacienda, para lo cual se procederá a su con tanta abnegación y amor les prodigaban,
desocupación y a hacerle las adaptaciones se ven ahora piezas arqueológicas y objetos
necesarias al objeto a que se le destina. históricos.”85 La Contaduría se trasladó al
Mérida, enero 25 de 1923 otro ediicio, junto con los Talleres tipográ-
El Gobernador del Estado icos. Estas adaptaciones fueron numerosas,
F. Carrillo P.”83 como consigna el Catálogo de Construcciones Re-
ligiosas del Estado de Yucatán:
Es de destacar la labor de Rosado Vega, quien
siempre se caracterizó por su acendrado fer-  Todo el primer patio, en sus plantas alta
vor por la cultura maya, expresado a través y baja, lo ocupaba el Museo. De la segun-
de su producción literaria (de acuerdo al sen- da casa se utilizaba el segundo nivel para
timiento generalizado de nacionalismo de la el Museo, y el primero para los talleres de
época) y que el cargo de Director del Museo tipografía y encuadernación.
lo desempeño sin salario alguno. Inmediata-  Se construyó en el patio principal una
mente se dedicó a una labor de acopio de pie- galería baja que dividía las dos casas, sien-
zas que podrían ser exhibidas en el Museo. do su entrepiso de concreto armado y su
Viajó a México en varias ocasiones con ob- techo de lámina acanalada, sostenido por
jeto de rescatar piezas del museo nacional y pilares de mampostería y cerrado por sus
entablar acuerdos de trabajo; fue recorriendo costados norte y sur por muros delgados de
el Estado de Yucatán tanto en las zonas ar- mampostería. Ahí se encontraba la sala 3
queológicas que estaban explorándose, como de la sección colonial del Museo.
en los monumentos y casas coloniales, con el  La crujía norte del primer patio se trans-
mismo objeto.84 Fue Director del Museo por formó totalmente, ya que se cambiaron los
más de 13 años. techos y se demolieron todos los muros.
La obras de remodelación del ediicio En vez del sistema constructivo tradicional
comenzaron en mayo de 1923 y aparente- (vigas de madera con bovedillas de cal), se
mente se hicieron grandes modiicaciones a usaron vigas de hierro y tabiques divisorios
la ex Contaduría de Hacienda, porque “... de concreto.

83. Periódico El Popular, “El Gobierno del Estado acordó hoy la creación del Museo Arqueológico Yucateco. QUEDARÁ
INSTALADO EN EL LOCAL QUE OCUPA ACTUALMENTE LA CONTADURÍA MAYOR DE HACIENDA”,
Jueves 25 de enero de 1923, primera plana.
84. En el Catálogo de Construcciones Religiosas del Estado de Yucatán, se consigna el rescate de una parte de la portada
del convento de Dzidzantún por Rosado Vega, que lo incluyó en el acervo del Museo.
85. García Preciat, op. cit., p. 434.

226
MéxIco

 La pieza que se encontraba detrás de Contaduría y la imprenta del Diario oicial,


la escalera tuvo modiicaciones similares, y al fondo por los talleres tipográicos. El se-
quedando con mayor amplitud. En el se- gundo piso era por completo utilizado por el
gundo piso dicha pieza era el refectorio del Museo. Su fachada era sencilla, como las de
Colegio Católico y lo ocupaba en ese mo- las casas de la época, y sin cornisa,86 con bal-
mento las prensas del Taller Tipográico. cones de hierro con capelos y rematados por
 En lo que posiblemente eran aulas del medallones sencillos de aplanado, y portada
Colegio, en el corredor oriente, se constru- de piedra labrada de arco tipo escarzano.
yeron más muros divisorios, con objeto de Por lo que toca al jardín de acceso, que
crear más salas de exhibición. También se debió tomar el espacio del antiguo atrio de la
creó, en esta parte y sobre la calle 58, una capilla, fue cercado por un pretil enverjado
entrada privada para el museo, además de de inspiración neomaya, diseñado por el ar-
las dos entradas principales sobre la calle quitecto Manuel Amábilis. También contaba
61, consistentes en una arcada de tres va- con una fuente con un busto dedicado a Teo-
nos con rejas de hierro y la portada de la bert Mahler. Este jardín servía de vestíbulo a
capilla. los dos accesos del Museo.
 La fachada principal del Museo manifes- El patio principal del Museo conser-
tó cambios expresivos notables, teniendo vaba sus elementos característicos, aunque
ahora una imagen de tipo ecléctico-neo- con modiicaciones. Constaba de corredores
clásico, con enmarcamientos y frontones de arcadas de columnas dóricas gemelas, “...
triangulares en las tres ventanas del piso muy poco usadas por las construcciones de la
superior, alternadas con pilastras planas de época”.87 Posiblemente databan de inales del
orden jónico y cornisas corridas que divi- siglo XiX, cuando el cambio a Colegio Cató-
den visualmente ambas plantas. lico, puesto que las construcciones coloniales
 Al ediicio se le colocaron pisos de mo- no solían utilizar este tipo de columnamento
saico y de cemento. El resto del ediicio en sus corredores. Estas arcadas también se
conservaba sus características originales de repetían en la casa anexa, aunque a diferente
muros de mampostería y techos de vigas altura y con un estilo diferenciado de realces
de madera. Todo estaba pintado con pin- de los arcos.
tura a la cal, y las puertas, ventanas, vigas El gobernador Carrillo Puerto fue
y rejas, al óleo. asesinado el 3 de enero de 1924, sin embar-
go su sucesor, José Ma. Iturralde Traconis,
Respecto a la casa vecina, tenía un patio rec- continuó apoyando el proyecto, por lo que
tangular lanqueado por crujías y rematado en un lapso de tiempo muy corto (año y me-
por corredores de arcadas al norte y al sur. dio), Rosado Vega completó el proyecto del
El Catálogo describe los usos que tiene, sien- Museo, que recibiría el nombre deinitivo de
do la parte de la planta baja utilizada por la Museo Arqueológico e Histórico de Yucatán.

86. Catálogo...op. cit., pp. 386-392.


87. García Preciat, op. cit., p. 434.

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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

Para dicho acto se develó, al pie de la


escalinata que daba acceso a las salas altas del
Museo, una placa conmemorativa de már-
mol blanco, que decía:

“Este Museo Arqueológico e Histórico de


Yucatán fue creado por acuerdo del inolvi-
dable gobernante C. Felipe Carrillo Puerto
el 25 de enero de 1923, comenzándose los
trabajos en mayo del mismo año. Se conti-
nuaron durante el gobierno del C. José M.
Iturralde Traconis, quien lo inauguró hoy
3 de enero de 1925. Fue su organizador
y es su primer Director el C. Luis Rosado
Vega”.89

Junto a dicha placa conmemorativa se en-


contraba una escultura que evocaba la raza
maya, obra de Leopoldo Tomassi, quien
como ya consignamos, realizó el busto a
Anverso y reverso de una fotografía de mediados de la década Mahler en el jardín de acceso al Museo. A
delos 50’s que muestra el jardín de entrada al Museo, cubierta
por una espesa enredadera. La nota manuscrita dice: “Entrada
grandes rasgos, las salas del Museo estaban
al Museo Arqueológico. Mérida, destruido por los Canto “Pa- clasiicadas en secciones Prehispánica, Colo-
naderos” y el mal gobierno que vende los permisos de demoli- nial y de Arte Moderno,90 y algunos detalles
ción al mejor postor y las […] sociedades de protección urbana
[…]”.. de su disposición particular, de acuerdo a la
hemerografía histórica consultada, eran los
siguientes:
Se planeó inaugurarlo exactamente el día del En la planta baja existía un “extensí-
primer aniversario de la muerte de Carrillo simo salón” (posiblemente la crujía norte,
Puerto, 3 de enero de 1925 y se realizó un que era la que tenía más transformaciones),
solemne acto en el que estuvieron presentes en el cual se exhibían las piezas pétreas de
el Gobernador, el Director y un selecto grupo mayores dimensiones, la llamada “sección
de personas pertenecientes a la política y la arqueológica de piedras grandes”, destacan-
cultura.88 do entre ellas una pila bautismal proveniente

88. Periódico La Revista de Yucatán, 1ª plana, “SIGNIFICATIVA Y SOLEMNE FUE LA INAUGURACIÓN DEL MUSEO
ARQUEOLÓGICO E HISTÓRICO DE YUCATÁN. CONCEPTUOSO DISCURSO INAUGURAL, BELLO
POEMA DE NUESTRO DIRECTOR Y MUY SENTIDA ORACIÓN DEL POETA D. LUIS ROSADO VEGA.
Los diferentes departamentos, pletóricos de reliquias de gran valor histórico y arqueológico demostraron la pericia de
su Director. El descubrimiento de la placa conmemorativa por el señor Gobernador”, domingo 4 de enero de 1925.
89. La Revista...op. cit. (4 de enero de 1925).
90. Hijuelos, op. cit., p. 90.
91. Cámara, op. cit., p. 30.

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MéxIco

de Yotholín. El resto de la planta baja posi-


blemente contaba con otras piezas de origen
prehispánico. La planta alta también era par-
cialmente ocupada por piezas arqueológicas,
en varias secciones.
Existió otra sección, llamada Época
Moderna, que tenía una colección de retra-
tos de hombres ilustres del estado y del país,
con “documentos de mérito con autógrafos
de ilustres ciudadanos”, conservándose tam-
bién la placa conmemorativa de 1823 alusiva
a la proclamación de la Independencia y la
institución del Congreso.91 También había
otra sección, llamada Sala del Imperio, don-
de había una mesa de cámara y una silla que
le sirvió a la Emperatriz Carlota en su visita Reconstrucción histórica virtual, siglo XX hasta hoy:
a Yucatán.92 lote de estacionamientos y locales comerciales.
La capilla como Museo de la Ciudad.
La cantidad de piezas con que con-
taba el Museo debió ser importante, ya que
por entonces se consideraba que poseía más
hibiéndose en ella piezas de origen prehispá-
reliquias de Yucatán que el mismo Museo
nico. Sobre la portada plateresca del costado
Nacional de México. El Museo Arqueológi-
sur de la capilla se implementó otra entrada.
co abrió sus puertas al público a partir del
Además de exponer estas piezas de
lunes siguiente a la inauguración (que fue un
carácter permanente, se organizaban expo-
sábado), y laboraba de lunes a sábado, por las
siciones temporales, las cuales eran instala-
mañanas y tardes.
das posiblemente en los corredores del patio
La fundación americana Carnegie,
central. Hacia octubre de 1931 se organizó
que desde 1923 realizó diversas investigacio-
una exposición retrospectiva del pintor Juan
nes de la cultura maya en Yucatán, estuvo
Gamboa Guzmán. También se contaban con
relacionada con el Museo, fundando la Sala
obras de Vicente Gabriel Gahona “Picheta”,
Carnegie, en la cual se exhibían las piezas
otro destacado artista plástico de Yucatán.
sobresalientes de los nuevos hallazgos. Di-
Hacia 1938 el director Rosado Vega
cha sala se encontraba justo a la entrada del
fue sucedido en su cargo por Alfredo Barrera
Museo, detrás del portal de arcos enrejados,
Vázquez, quien fundó la biblioteca “Crescen-
y ocupando prácticamente todo el vestíbulo
cio Carrillo y Ancona”, la cual estaba desti-
de la planta baja.
nada para obras exclusivamente yucatecas,93
La capilla de Nuestra Señora del Ro-
y que de acuerdo a testimonios de personas
sario también era ocupada por el Museo, ex-
92. La Revista...op. cit. (4 de enero de 1925).
93. Cámara, op. cit., p.42.
94. Íbid., p. 41.

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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

que llegaron a conocer el ediicio se encon- rios demolieron la totalidad del Museo para
traba en la planta baja del patio principal. convertirlo en un lote de estacionamiento95,
La biblioteca ya operaba desde la fundación exceptuando la capilla, que quedó excluida
misma del Museo, acrecentando su acervo de la operación. Previamente se habían des-
año con año, siendo al principio una pequeña mantelado las salas, retirando las piezas ar-
sección del ediicio, hasta su conformación queológicas e históricas y poniéndolas a res-
deinitiva. Actualmente su acervo se encuen- guardo.
tra diseminado aunque la mayor parte de él En opinión de varios historiadores este
está en el Centro de Apoyo a la Investigación hecho fue un agravio al Patrimonio Histórico
Histórica de Yucatán, anexo a la Hemeroteca y a la comunidad, ya que dicha separación
del Estado “José María Pino Suárez”. del Museo, por ser un monumento histórico
Por lo que indican las fuentes consulta- público y notorio, era ilegal, siendo aún más
das, el Museo siempre tuvo intensa actividad ilegal e incomprensible el consentimiento de
cultural: sus salas de exhibición eran frecuen- las autoridades para demolerlo. La hemero-
temente visitadas, la biblioteca era la mejor grafía consultada no da muchos indicios de
de su tipo en la región, y se ofrecían otras este proceso, pero podemos pensar, de acuer-
nuestras artísticas y actividades culturales. do a opiniones de la población, que no se vio
En 1941 la Liga de Acción Social rindió ho- con buenos ojos la privatización y desapari-
menaje a John Lloyd Stephens con una placa ción del inmueble.96 Por lo que se aprecia en
conmemorativa de azulejo que se hizo colo- las fuentes iconográicas de fecha cercana a la
car en el lado derecho del portal de acceso demolición del inmueble, en sus últimos años
principal del Museo y que decía: se observa el crecimiento de una enredadera
“A John L. Stephens en el centenario que cubría toda la fachada y el acceso princi-
de su publicación de la notable obra sobre su pal. Esto puede evidenciar un cierto grado de
primer viaje a Yucatán, que despertó el inte- abandono del establecimiento, que sin em-
rés del mundo cientíico por el estudio de la bargo no justiicaba su destrucción.
arqueología de esta región –1841-1941. Ho- Además del lote de estacionamientos
menaje de la Liga de Acción Social”.94 se construyó, en todo el perímetro del sitio,
El Museo Arqueológico e Histórico una serie de locales comerciales de dos nive-
de Yucatán, por razones que será necesario les, de estilo funcionalista. El diseño de dichos
profundizar en cuanto a sus circunstancias locales es modular, conformándose dos bra-
históricas, fue enajenado de los Bienes Na- zos que forman una escuadra cuya esquina es
cionales en el año 1958. Las autoridades lo la Capilla, accediéndose al estacionamiento
cedieron en venta a la familia Canto Morelli, por enfrente de su portada principal. El pri-
y del período de 1958-1960 dichos propieta- mer nivel de dichos brazos corresponde a los

95. Ramírez, op. cit..


96. El Dr. Pablo Chico opina al respecto: “En la década de los 60 de este agónico siglo XX, se consumó una afrenta equi-
valente a la de la expulsión de los miembros de la orden de San Juan de Dios, pero en este caso de leso patrimonio cul-
tural: la desincorporación del hospital de los bienes del dominio público de la Federación, su venta a un particular y su
demolición, lo que signiicó una pérdida irreparable de un monumento de gran signiicación social y arquitectónica.”
(Chico, Transformaciones...op. cit., p. 747.)
97. Ramírez, op. cit.

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locales y el segundo nivel, por medio de un piezas de las etapas mas representativas de la
pasillo divide dos series de locales y de oici- historia yucateca, algunas de las cuales per-
nas particulares. Hoy parte de dichas oicinas tenecieron al antiguo Museo Arqueológico e
está ocupada por la Oicialía Mayor del Go- Histórico de Yucatán.100
bierno del Estado. El Museo de la Ciudad inalmente
La Capilla del Rosario, después de este fue trasladado al Palacio Federal, por lo que
incidente, permaneció clausurada por más la Capilla del Rosario está en desuso hasta la
de 16 años, hasta el período del gobernador fecha.
Francisco Luna Kan (de 1976-1982), quien
dispuso se la utilizara para la creación del
Museo de la Ciudad. La adecuación de la ca- 7. conclusiones.
pilla, así como su organización y diseño de lA imPortAnciA del
la museografía, estuvieron a cargo del arqui- hosPitAl de sAn juAn
tecto Enrique Manero Peón y el arqueólogo de dios de méridA
Norberto González Crespo.97
Las obras de adecuación de la Capi- Uno de los rasgos más signiicativos del nivel
lla comprendieron tanto su exterior como de progreso de una sociedad lo representa el
su interior, ya que de acuerdo a las calas de cuidado de sus enfermos y desvalidos. Hacia
pintura que se hicieron, se reveló que su co- el siglo Xii d.C. la ciudad más avanzada del
lor original era rojo, siendo éste el color es- mundo, Bagdad, además de alumbrado pú-
cogido para cubrir las fachadas sur, poniente blico, pavimentación y otros servicios urba-
y oriente (la fachada norte, que mira hacia nos, contaba con más de 60 hospitales mien-
el estacionamiento, no fue pintada). Esto ori- tras que Londres construía el primero por esa
ginó polémica entre la población, que opinó época.
era inadecuado el tono seleccionado, a pesar En la Nueva España las órdenes hospi-
del trabajo arqueológico que respaldaba esa talarias como los juaninos, betlehemitas, la-
propuesta.98 zaretos, hipólitos y otras, realizaron una
Para mediados de los años 1990 se hi- labor social de gran relevancia, ya que gra-
cieron ciertas adecuaciones al establecimien- cias a los cuidados de la población enferma
to, como dotarlo de aires acondicionados y no se mermó el número de habitantes a lo
renovar la museografía, siendo director del largo del período virreinal, además de funcio-
Museo cuando dichas acciones el señor Or- nar como espacios alternativos de evangeliza-
lando Vega Carrillo,99 y empleándose en estas ción de la población indígena.
obras $320,000.00. El Museo está divido en Dentro del conjunto de bienes que
tres secciones: la Sala Ichcaansihó, la Sala de conforman el Patrimonio Cultural Ediicado
la Colonia y la Sala Oro Verde, y contiene de Mérida, el Hospital de San Juan de Dios

98. Ídem.
99. Raúl Cervera, “El Museo de la Ciudad, una opción más para conocer nuestra cultura”, en Novedades de Yucatán,
martes 24 de enero de 1995.
100. Una de las piezas más notables del Museo de la Ciudad es la piedra litográica original del Plano de 1864-65 de
Agustín Diáz y José Salazar.

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regIstro del sIsteMA ArquItectónIco de pABellones en hospItAles de AMérIcA lAtInA

representa una pieza clave del proceso evolu- que la Catedral de Mérida. Asimismo, exis-
tivo sociocultural de la ciudad. Su ubicación te una de las capillas de las enfermerías, que
privilegiada al norte de la Catedral lo volvió data probablemente del siglo XViii y que hoy
un referente urbano de primera magnitud y forma parte de las bodegas de la casa de elec-
gracias a la labor asistencial de los juaninos, trónica David Arceo, destacándose como un
especialmente en épocas de epidemia, Méri- caso único en la arquitectura hospitalaria co-
da aún persiste como una ciudad viva. lonial de la región.
Las etapas históricas subsecuentes de A efecto de ofrecer una interpretación
este ediicio demuestran el grado de adap- de las partes del ediicio que han desapareci-
tabilidad y versatilidad que tuvo. Pocos do, se elaboraron una serie de modelos vir-
ediicios de Mérida tuvieron tantos cam- tuales por computadora basados en las fuen-
bios de uso: hospital civil, escuela médica, tes históricas y en la lectura de las evidencias
casas-habitación, colegio católico, escuelas del sitio, denominándose a este conjunto de
primarias, talleres tipográicos, contaduría operaciones Reconstrucción Histórica Vir-
y inalmente museo arqueológico. Su etapa tual. Por este medio se proponen los ambien-
inal de desincorporación y demolición de- tes ediicados de los ediicios o conjuntos ur-
ben servir como una advertencia contra el banos históricos que hoy no existen, lo que
uso indebido del patrimonio arquitectónico, nos permitió inferir la magnitud del conjunto
que señale la necesidad de revalorizar nues- hospitalario y su propio proceso evolutivo.
tro legado cultural. Así pues, preservar la memoria histó-
A pesar de que hubo varias pérdidas rica del primer Hospital de la ciudad de Mé-
en este conjunto ediicado, aún existen per- rida se impone a los meridanos de hoy. Este
manencias que es necesario conservar, como pequeño ensayo histórico pretende contribuir
la capilla de Nuestra Señora del Rosario, la al conocimiento y valoración de este relevan-
más antigua de la ciudad, construida antes te conjunto arquitectónico de nuestra ciudad.

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8. referenciAs
AgnM rd 2642. Testimonio de donaciones y ampliación del Hospital de San Juan de Dios de Mérida en
1812.
AgnM rd 33, 1097, 1190, 1453, 1857, 1958, 1960-62, 2352-53, 2566. Registro de los “presidios”: nom-
bramientos, jubilaciones de médicos y boticarios, provisión de medicamentos, administración de hos-
pitales, etc.
AgnM rd 517-28. Presidios del Hospital de San Juan de Dios de Mérida.
AgnM, Hospitales, “Contestación a la circular sobre Hospitales de Indios”, 1749, t. 28, exp. 9.
----Hospitales, sin título “Cuenta y relación jurada a este Hospital de Nuestra Señora del Rosario”, t. 60,
exp. 5 y 15.
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