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La trata es un proceso que comienza con el reclutamiento de la persona y termina con la

explotación. Implica una práctica de migración irregular que conduce a violaciones de los derechos
humanos de los migrantes y la manifestación de delitos no denunciados. Este flagelo viola los
derechos humanos y amenaza su libertad y dignidad. Además, reduce el manejo personal de las
cosas y las trata como mercancías. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)
por trata de personas, se entenderá

“como la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a


la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción; al rapto, al fraude, al engaño, al abuso
de poder o de una situación de vulnerabilidad; o a la concesión o recepción de pagos o beneficios
para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de
explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras
formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas
análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”

De acuerdo con el Protocolo contra la trata de personas, este

“comprende una serie de conductas como la captación, el transporte, el traslado, la acogida, la


recepción o la retención de personas, recurriendo a determinados medios como la violencia, la
amenaza u otras formas de coacción, la privación de la libertad, el fraude, el engaño, el abuso de
poder o de una situación de vulnerabilidad, la concesión o recepción de pagos o de cualquier
beneficio, con fines de explotación”,

pero que entendemos por este concepto, en el presente informe intentamos desmenuzar el
mismo, de la siguiente manera: El reclutamiento se entiende como una forma de reclutamiento o
contacto entre víctimas y traficantes, se entiende por transporte y / o traslado, el traslado desde el
entorno o comunidad de origen de la víctima al entorno o destino donde se realizará la
explotación. Cuando ocurre un caso de trata, no tiene que llegar al destino, pero ya ha comenzado
a trasladarse a él y la recepción y / o retención ocurre cuando la víctima llega al medioambiente o
al lugar explotado. Con el propósito de facilitar las conductas criminales de captación, transporte,
traslado, acogida, recepción o retención, y lograr el consentimiento de la víctima, el tratante
puede recurrir a determinados medios como ser violencia, amenaza u otras formas de coacción,
privación de libertad, fraude o engaño. La finalidad delictiva del tratante es la explotación de la
víctima e implica la violación de sus derechos humanos.

Explotación sexual. Obligar a la víctima a ejercer la prostitución, someterla a esclavitud sexual u


otras formas de explotación sexual.

Venta de niños. Intercambiar un menor de edad por una suma de dinero.

En el Protocolo contra la trata de personas también se establece que, a los efectos de esa
definición, el consentimiento dado por la víctima no se tendrá en cuenta cuando se haya
demostrado el recurso a medios ilícitos. De esa manera, en el Protocolo se admite que el ejercicio
de la libre voluntad de la víctima a menudo se ve limitado por la fuerza, el engaño o el abuso de
poder. Se respeta la capacidad de los adultos de tomar por sí mismos decisiones acerca de su vida,
concretamente en cuanto a las opciones de trabajo y migración. Sin embargo, en el Protocolo se
excluye la defensa basada en el consentimiento cuando se demuestre que se ha recurrido a
medios indebidos para obtenerlos. Un niño no puede consentir en ser objeto de trata; el Protocolo
excluye toda posibilidad de consentimiento cuando la víctima es menor de 18 años. Es decir, aun
cuando no haya amenaza ni se emplee la fuerza en su contra o no sea objeto de coacción,
secuestro o engaño, el niño no puede dar su consentimiento al acto de la trata para fines de
explotación.

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