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La Manzana que quería ser estrella Con cada cosa nueva que aprendía la manzana sobre las

estrellas, le entraban muchas más ganas de convertirse


Había una vez una manzana que siempre había querido en una de ellas.
ser una estrella. Pasó la primavera y la manzana fue creciendo y
Nunca quiso ser una manzana. madurando, triste, ansiando convertirse en estrella. No
Se pasaba los días pensando, ilusionada, cómo sería era feliz.
una vida brillando desde el cielo. Llegó el verano, y un día, una familia se acercó hasta el
Cada mañana, sus compañeras manzanas la invitaban manzano para organizar un picnic bajo su sombra.
a unirse a sus charlas y conversaciones divertidas, pero Mientras preparaban la merienda, el padre de familia
la manzana, nunca quería participar, sólo deseaba ser zarandeó el tronco del árbol para conseguir algunas
una estrella. manzanas.
Un buen día, viendo a una de las ovejas del pastor que Varias cayeron al suelo, entre ellas, la triste manzana
miraba hacia el cielo, la manzana le preguntó: que quería ser estrella.
—¿Ovejita, tú sabes dónde duermen de día las estrellas? La hija de la familia la cogió y la olió. Estaba feliz de
La ovejita, sonriendo, le dijo: haber encontrado una manzana tan hermosa para
—¿Acaso no sabes, querida manzana, que las estrellas merendar.
están en el cielo día y noche? La gran luz del sol no nos —Mamá, ¿puedo cortarla?
permite verlas, pero ahí están, en el infinito cielo, —Claro cariño, pero hazlo con cuidado.
siempre con luz. La niña, que no sabía muy bien cómo cortar una
A la pobre manzana le entraron muchas más ganas manzana, la tumbó sobre el plato con el rabito hacia un
todavía de ser una estrella en lo alto cielo, y tener lado y la partió en dos.
siempre luz. Pero era una manzana, y eso la ponía muy Cuando separó los dos trozos, la niña se quedó
triste. asombrada al ver la estrella de seis puntas que aparecía
en el corazón de la manzana. Emocionada, dijo a sus
Otro día la manzana le preguntó a la ardilla, que saltaba padres:
de una rama a otra del manzano: —¡Mira, mira, qué maravilla! Aquí hay una estrella.
—Dime, ardilla, ¿las estrellas se mueven o están siempre La manzana había vivido triste toda la vida sin darse
en el mismo lugar? cuenta de que dentro de sí guardaba una hermosa
La ardilla, sonriendo, le dijo: estrella y de que, para mostrarla, tenía que abrirse y
—¿Acaso no sabes, querida manzana, que las estrellas brindarse a los demás.
se desplazan recorriendo todo el firmamento y a gran
velocidad?
—Eso es así—confirmó el caracol.

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