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UNIVERSIDAD BANCARIA DE MÉXICO

“Constancia, Unidad y Trabajo”


MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA EDUCATIVA

RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL DE ESTUDIOS DE LA SECRETARÍA DE


EDUCACIÓN PÚBLICA No. 972128 DE FECHA 13 DE MAYO DE 1997.

DESARROLLO PERSONAL, SOCIAL Y MORAL

Actividad semana 4. “Análisis de caso de Juan”

PRESENTA

ANTONIO TORRIJOS GARCÍA

MPSE 101/ INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA


EDUCATIVA

Dr. José Luis Reynoso Pérez

TEOLOYUCAN, ESTADO DE MÉXICO12 DE OCTUBRE DE 2023


1. Lea el caso presentado

2. Plantee una alternativa de intervención para el desarrollo de habilidades en el caso


presentado

Caso:

Juan es un niño de 10 años, está cursando 5to de primaria. Está reintegrándose al trabajo
presencial, ya que estuvo dos años trabajando en línea por la pandemia. El niño a partir de los
7 años empezó a tener dificultades para interactuar con sus compañeros, a esa edad sus
padres se divorciaron, en un inicio se trabajó con el niño considerando que sus dificultades de
interacción y de manejo de emociones se debía a los conflictos que había en casa,
eventualmente el niño comenzó a tener otras conductas que lo fueron perfilando hacia una
patología más específica. En el recreo tendía jugar solo, corría el círculo aleteando con los
brazos, una vez que se emocionaba en algún juego con los demás niños tendía a abrazarlos
con mucha fuerza al grado de lastimarlos, razón por la cual dejaban de jugar con él, lo que lo
ponía agresivo y era necesario retirarlo del salón hasta que se calmara, una técnica que
funcionaba era ponerlo a hacer rompecabezas para que se olvidara de la situación y
recuperara su control emocional.

Al regresar del periodo de confinamiento su diagnóstico se afino, se le detecto con un trastorno


de autismo.

En evaluación actuales ha demostrado tener una inteligencia normal (incluso por encima de la
media), pero sus habilidades sociales son escasas, no puede entender ni sus propias
emocioneS son las de sus compañeros, cuando se frustra grita y ha llegado a arrojar objetos
a sus compañeros, lo cual ha molestado a los padres de ese grupo, quienes, a través de las
redes sociales, están haciendo campaña para que la escuela expulse a Juan de la escuela.

Intervención

1. ¿Qué objetivo se plantearía para este alumno?


2. ¿Con qué materiales trabajaría?
3. ¿Cuáles actividades plantearía para el alumno?
4. ¿Cuánto tiempo trabajaría en cada sesión y con qué frecuencia lo vería?

Desde el punto de vista de la psicología educativa y considerando los antecedentes del


alumno Juan, la intervención se centraría en abordar sus necesidades educativas y
emocionales. Aquí se presenta una intervención basada en estos antecedentes:

Objetivo: Facilitar la adaptación de Juan al entorno escolar, mejorar sus habilidades


sociales y emocionales, y reducir las conductas disruptivas.
Antecedentes relevantes:

• Juan ha experimentado dificultades de interacción social desde que sus padres se


divorciaron a los 7 años.
• Ha sido diagnosticado con un trastorno del espectro autista (TEA) después de dos
años de educación en línea durante la pandemia.
• Tiene un coeficiente intelectual normal (incluso por encima de la media) pero carece
de habilidades sociales y tiene dificultades para comprender y expresar emociones.
• Muestra conductas disruptivas como gritos y arrojar objetos en situaciones de
frustración.

Intervención:

Evaluación inicial
Realizar una evaluación exhaustiva de las habilidades de Juan, incluyendo habilidades
sociales, comunicación, adaptación al entorno escolar y manejo de emociones. Esta
evaluación servirá como punto de partida para el diseño de un plan individualizado.

Materiales:

Tarjetas de emociones: Tarjetas con imágenes de expresiones faciales que representen


una variedad de emociones. Estas tarjetas pueden ayudar a Juan a identificar y
comprender las emociones de los demás.

Libros y recursos de educación emocional: Libros que aborden temas relacionados


con las emociones y las habilidades sociales, adaptados a la edad de Juan. Estos libros
pueden servir como herramientas educativas y de discusión.

Pizarras o tableros: Utilizar pizarras o tableros para visualizar y practicar habilidades


sociales y emocionales. Por ejemplo, dibujar situaciones sociales y discutirlas.
Juguetes sensoriales: Juguetes o herramientas sensoriales que puedan ayudar a Juan
a autorregularse emocionalmente, como pelotas antiestrés, masajeadores manuales o
juguetes sensoriales táctiles.

Materiales de juego cooperativo: Juegos de mesa que fomenten la colaboración, la


comunicación y el trabajo en equipo, como juegos de ajedrez, rompecabezas
colaborativos o juegos de roles.

Cuadernos de seguimiento: Cuadernos o diarios donde Juan pueda registrar sus


emociones y pensamientos, lo que puede ayudar en la toma de conciencia emocional.

Recursos digitales: Aplicaciones educativas y recursos en línea relacionados con el


desarrollo de habilidades sociales y emocionales, que pueden ser útiles para actividades
y ejercicios interactivos.

Plan de intervención individualizado


Desarrollar un plan de intervención educativa individualizado que aborde las necesidades
específicas de Juan. El plan debe ser flexible y ajustable según su progreso.

Apoyo emocional Proporcionar apoyo emocional a Juan para ayudarlo a comprender y


expresar sus emociones de manera apropiada. Esto podría incluir sesiones individuales
con un psicólogo escolar o consejero.

Entrenamiento en habilidades sociales


Implementar programas de entrenamiento en habilidades sociales que ayuden a Juan a
mejorar su capacidad para interactuar con sus compañeros y comprender las dinámicas
sociales en el entorno escolar.
Manejo de la frustración
Enseñar a Juan estrategias para el manejo de la frustración, como técnicas de
autorregulación emocional, respiración profunda y resolución de problemas.

Apoyo en el aula
Colaborar estrechamente con los maestros y personal de apoyo escolar para implementar
estrategias específicas en el aula que ayuden a Juan a participar de manera efectiva en
las actividades escolares y a reducir las conductas disruptivas.

Comunicación con los padres


Mantener una comunicación regular con los padres de Juan para informarles sobre su
progreso, brindar orientación y estrategias para apoyar a Juan en casa, y asegurarse de
que haya una colaboración estrecha entre la escuela y la familia.

Seguimiento continuo
Realizar evaluaciones periódicas para monitorear el progreso de Juan y ajustar el plan de
intervención según sea necesario. El apoyo continuo es esencial para su desarrollo.
Desde el punto de vista de la psicología educativa, la duración y la frecuencia de las
sesiones de intervención para un niño autista en la escuela de educación básica deben
ser determinadas en función de una evaluación exhaustiva de las necesidades y
habilidades del niño, así como de los principios de la psicología educativa. Aquí se
proporcionan algunas consideraciones desde esta perspectiva:

Duración de cada sesión:


La duración de cada sesión debe ser lo suficientemente larga como para permitir un
trabajo efectivo en las áreas de necesidad del niño, pero también debe ser adecuada a su
capacidad de atención y concentración. Por lo general, se sugiere una duración de 30 a
60 minutos, pero esta duración puede ajustarse según las necesidades del niño.
Frecuencia:
La frecuencia de las sesiones debe ser regular y consistente para maximizar el
aprendizaje y la generalización de habilidades. La frecuencia puede variar, pero es común
realizar sesiones de 2 a 5 veces por semana, de nuevo, adaptadas a las necesidades
individuales del niño.
Duración total del programa:

La duración total del programa de intervención debe ser lo suficientemente amplia como
para permitir un progreso significativo en el logro de las metas educativas. Esto podría
extenderse a lo largo de un semestre escolar, un año escolar o más, dependiendo de las
metas y el progreso del niño.
Número total de sesiones:

El número total de sesiones debe basarse en un análisis de las metas de intervención y


las áreas de necesidad del niño. Puede variar ampliamente y debe ser flexible para permitir
ajustes a medida que el niño avanza.
La psicología educativa promueve la importancia de la individualización y la adaptación
de la intervención a las necesidades específicas del estudiante. Por lo tanto, la duración y
la frecuencia de las sesiones deben determinarse en función de la evaluación inicial y ser
flexibles para abordar los cambios en las necesidades del niño con el tiempo. La
colaboración entre profesionales de la educación y terapeutas es fundamental en este
proceso.

Bibliografía

1. Álvarez Pérez, R., Franco García, V., García González, F., García Montes, A. M.,
Giraldo Escobar, L., Montealegre Siola, S., Mota Cepero, B., Muñoz Reyes, M., Pérez
Vílchez, B., & Saldaña Sage, D. (2018). Manual didáctico para la intervención en
atención temprana en trastorno del espectro del autismo. Federación Autismo
Andalucía.

2. Bejarano Martín, Á. (2019). Intervención temprana en menores con trastorno del


espectro autista (TEA): el papel de las familias. Actas de Coordinación
Sociosanitaria, 24, 127-144. Fundación Caser. DOI o URI

3. Federación Autismo Castilla y León. (Año). Guía de Intervención dirigida al


alumnado con autismo. Autor: Merino Martínez, M. & García Pascual, R.
Revisiones: Esteban Heras, N., Cuesta Gómez, J.L., Gonzalez Campo, E., Arnáiz
Sancho, J., de la Dehesa Valdés, D. Ilustraciones: Laura Esteban Ferreiro. DISEÑO:
David G. Uzquiza @ MaisonTexas.com. ISBN 978-84-692-5671-8. Nº REGISTRO
09/91602.

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