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Gato doméstico

Un gato mascota vive en las alturas del Pamir afgano.

FOTOGRAFÍA DE MATTHIEU PALEY, NAT GEO IMAGE


COLLECTION

Nombre comúm: Gato doméstico

Nombre científico: Felis catus

Tipo: Mamíferos

Dieta: Carnívoro

Tamaño: 71 centímetros

Peso: 2,3 a 9 kilos

Los gatos domésticos, sea cual sea su raza, son todos miembros de una misma
especie.
Relación con los humanos
El Felis catus mantiene una relación con los seres humanos desde hace mucho
tiempo. Probablemente, abundantes roedores atrajeron a los gatos salvajes a las
comunidades humanas. La habilidad de los gatos para matarlos puede haberles
ganado la simpatía de los seres humanos. Los antiguos egipcios habrían sido los
primeros en domesticar gatos por primera vez hace 4.000 años. Adoraban a una
diosa con figura de gato e incluso momificaban a sus mascotas preferidas para su
viaje al otro mundo, ¡acompañados de ratones también momificados!
Posteriormente, las civilizaciones de todo el mundo adoptaron a los gatos como
animales de compañía.
Habilidades de caza
Al igual que sus parientes salvajes, los gatos domésticos son cazadores naturales
capaces de acechar presas y atacarlas con garras y dientes afilados. Son
particularmente eficaces de noche, cuando sus ojos reflectantes les permiten ver
mejor gran parte de sus presas. Los gatos también poseen un oído muy agudo. Al
igual que todos los felinos, son ágiles y rápidos y sus largas colas les ayudan a
mantener un equilibrio excepcional.

Comunicación
Los gatos se comunican marcando árboles, postes o muebles con sus garras o con
su orina. Dejar su rastro es el modo de informar a otros del alcance de su territorio.
Los gatos domésticos emplean un repertorio vocal que se extiende desde un
ronroneo hasta un chillido.

Dieta
La dieta de los gatos domésticos se ha mantenido carnívora, por ello han
desarrollado un intestino apropiado para digerir la carne cruda. También
conservan la lengua áspera que puede ayudarlos a limpiar hasta el último bocado
de un hueso de animal (y acicalarse a sí mismos). No obstante, sus dietas varían
con las golosinas que les ofrecen los humanos y pueden complementarse con los
propios trofeos de caza.

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