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células por casas. Nuestro propósito es ‘hacer iglesia’ dando la bienvenida a per- merezca la pena tratar de poner en práctica los principios. Ese fallo de perspectiva
sonas que no asisten a ninguna. El énfasis principal está en compartir nuestras puede corregirse aplicando la Biblia en la debida forma. La Palabra ciertamente nos
vidas y en acoger a los no creyentes en una red de relaciones personales signifi- llega, pero o la encontramos demasiado alejada de la realidad que vivimos como
cativas que forman y crean iglesia. En la práctica, supone también ir creciendo me- para poder aplicarla de forma efectiva en la práctica, o la reducimos y limitamos a
diante la creación de nuevas comunidades antes que adquirir locales más grandes. los márgenes de lo ya instituido. Necesitamos por tanto una transformación radi-
cal, por la acción del Espíritu, para poder reconfigurar la vida de iglesia y la labor
Pero lo cierto es que en este libro, y con lo que en él exponemos, no preten-
misionera según el contenido y mensaje del Evangelio y la comunidad de creyentes
demos hacer publicidad de las iglesias por casas. De hecho, no todas las congre-
que lo hacen suyo en sus vidas.
gaciones relacionadas con la red se reúnen en casas. Es más, estamos absoluta y
totalmente convencidos de que los principios que aquí esbozamos pueden y deben Hemos escrito de forma conjunta, y en estrecha colaboración, por lo que es fre-
aplicarse a toda posible congregación de personas comprometidas con el Evan- cuente que usemos el plural (nosotros, nuestro) en la presentación. Pero, en los
gelio. Por otra parte, hemos de advertir que tampoco se trata de dar publicidad a lo casos en los que se hace referencia a una experiencia o a una historia particular, lo

" que hacemos en The Crowded House. No creemos ni por un momento que nues-
tra formar de plantearnos la misión y la vida de iglesia sea la única forma ‘ade-
indicamos usando el pronombre singular correspondiente (yo, mi).

Notas:
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cuada’ de hacerlo, o la ‘única’ posible. No se trata, pues, de un modelo alternativo
que copiar e incorporar a un contexto propio. La mayor parte de lo que decimos es 1 John Stott, The Living Church (IVP, 2007), p. 58.
más bien aquello a lo que aspiramos, pero que, ¡lamentablemente!, todavía no es
gloriosa realidad. Se trata, en definitiva, de un libro dedicado a principios básicos y
a visiones y proyectos esperanzados, pero sin reflejo automático de nuestra expe-
riencia actual.

En lo casos en los que incluimos historias reales, la intención ha sido animar al


lector a responder con espíritu creativo. En nuestra experiencia, nos encontramos
con personas que conciben los principios tan solo en términos de lo que siempre
se ha hecho. En el otro extremo, hay quien ve un abismo de separación entre los
principios esenciales y su aplicación en la práctica, de modo que no creen que

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