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Hay varias respuestas cristianas para enfrentar el problema del mal y el sufrimiento.
Algunos cristianos creen que es inútil tratar de entender por qué existen el mal y el
sufrimiento, ya que la voluntad de Dios está más allá del entendimiento humano.
Otros adoptan un enfoque teórico para abordar el problema y tratan de darle sentido
usando la razón. Algunos cristianos creen que la presencia del mal es una
oportunidad para responder de manera práctica y compasiva. La respuesta bíblica
sugiere que la gente no puede entender por qué Dios permite que existan el mal y
el sufrimiento. El sufrimiento es parte de la existencia humana y permite a los
cristianos demostrar su compromiso con Dios.
La respuesta práctica es mostrar compasión por las personas que están sufriendo,
ofrecerles ayuda y confiar en que Dios dará una respuesta al problema. Un ejemplo
de esto es oraciones de intercesión, que son oraciones pidiendo la ayuda de Dios
para las personas necesitadas.
Jesús también enseñó que el mal es algo que se puede combatir, por ejemplo,
alimentando al hambriento y curando al enfermo. Por lo tanto, los cristianos pueden
seguir el ejemplo de Jesús trabajando duro para enfrentar el mal y el sufrimiento.
Por ejemplo, pueden hacer esto estableciendo bancos de comida, donar dinero a
obras de caridad y convertirse en médicos y enfermeros.
Por ende, podemos concluir que el llevar una respuesta religiosa a los problemas
de la sociedad es de vital importancia, puesto que en muchas ocasiones además
de proporcionales propósito a las personas y a sus situaciones, acerca a la sociedad
a Dios, a sus enseñanzas, además de resolver el problema. Muchos conflictos, ya
sean familiares o entre países podrían ser resueltos fácilmente si las personas se
apegaran a la palabra de Dios, evitándose la violencia y hasta el derramamiento de
sangre. Es por ello que los clérigos que dirigen cristianismo tienen el deber de
proporcionar respuestas a las problemáticas que presenta el prójimo. El darles
respuestas al prójimo se traduce en amarlos, ya que se les ayuda alivianar o eliminar
su sufrimiento, vivir una vida digna y feliz, y crecer como personas.