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UNA HISTORIA TEMPORAL

Érase una vez dos niños llamados César y Luis. Solo tenían 13 años y vivían en
Italia, concretamente en Milán. No eran ni los más populares ni los más fuertes. A
César le encantaba la Historia y a Luis la Geografía.

Un día, iban al cole como cualquier día, y antes del patio les castigaron sin recreo
por protestar, pero ellos tenían un plan para escaparse. Iban a pasar por el sótano
para salir por la puerta trasera. Al poner en práctica el plan tuvieron muchas
dificultades como los guardias de seguridad que casi les pillan o la señora de la
limpieza, pero al final llegaron.

Solo les quedaban diez minutos de patio, pero no les importaba. Al pasar por la
puerta un extraño sentimiento les invadía, como curiosidad. Había un extraño objeto
tirado en el suelo, parecía un mando con un gran botón rojo en el medio. También
había una extraña estructura bastante grande. “Yo creo que tiene cuatro metros de
alto y cinco de ancho” - estimaba Luis.
Estaba tapada por una gran manta y Cesar la quito se impactaron al ver el complejo
aparato. Luis se quedó fascinado.”Apuesto a que el mando enciende esta
máquina”-dijo César. Claramente iban a probar el complejo invento. Luis le dio al
botón sin pensarlo y…

El invento empezó a encender muchas luces salían de él. Se quedaron hipnotizados


con tantas luces de colores. La base del aparato se encendio de un color azul, justo
sonó el timbre y apagaron la máquina.

Al día siguiente planearon protestar para que les castigaran e ir al sótano. Volvieron
a protestar y les castigaron otra vez. Al llegar al sótano encendieron la máquina. Se
subieron a la máquina. Había unos extraños números. Inmediatamente Cesar supo
de lo que trataba.”¡Es una máquina del tiempo!”-Gritó. Pusieron sesenta y cinco
millones. ¡Pum! Les llevó a la época de los dinosaurios. Justo cuando iba a caer el
meteorito. “¡Cómo volvemos al presente!”-Grito Luis. Empezaron a darle a todos los
botones. Y el último que les quedaba…

¡Boom! Volvieron en un cerrar y abrir de ojos. Ya no les quedaba tiempo para más
así que volvieron a clase antes de que se metieran en un lío.

Al siguiente día hicieron lo mismo. Pero esta vez iban a ir a la caída del Imperio
Romano. Le dieron al botón y ¡pum! Les llevó a un bosque en la época de la caída
del Imperio Romano. Estaban vestidos con ropa de la antigua Roma. Iban a ir al
palacio del rey de Roma que se llamaba Rómulo. No iba a ser un camino fácil,
tenían que pasar por unos guardias armados sin que les pillaran y entrar al castillo.
“Tenemos que ser rápidos y discretos, también no hablar con nadie, no entendemos
el latin, vamos Luis”-dijo César.

Corrieron hasta llegar a Roma cerca del palacio. Distrajeron a los guardias con una
piedra y entraron a toda prisa.Exhaustos por las escaleras que subieron, se
escondieron detrás de un pilar, para esconderse de otro guardia. Cuando se dio la
vuelta se escaparon a toda prisa. Había una gran sala central, con un cuadro de un
caballo, y tres pasillos fueron por el primero y volvieron al mismo punto, lo mismo
pasó con el segundo. El tercero les llevó a una gran sala,con una puerta enorme. La
abrieron y se encontraron al rey que no les reconoció y llamó a los guardias
corrieron rápido para escapar y llegaron al bosque donde estaba la máquina del
tiempo. Tuvieron que esconderse y al pasar, los guardias se fueron. Rápidamente
corrieron a la máquina del tiempo y volvieron al colegio regresaron a clase sanos y
salvos y ahora tienen una historia que contar.

FIN

TIBURÓN ALETÓN

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