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Universidad Interamericana de Panamá

Investigación de Derechos Romanos

Profesora: Marta Esther Aparicio

Año Lectivo 2023

Cédula: 4-821-125
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Índice

1. Introducción

2. Sociedad Romana y sus Características

3. Clases Sociales de la Sociedad Romana

4. Ciudadanos

5. Patricios

6. Plebeyos

7. Clientes

8. Esclavos

9. Libertos

10. Conclusión
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INTRODUCCIÓN
El Imperio Romano ha sido uno de los más poderosos, extensos e importantes de
la historia de la Humanidad. Muchos pueblos cayeron bajo el yugo de Roma, y
todavía hoy se pueden admirar los restos arquitectónicos de una civilización que
alcanzó un esplendor casi absoluto. Sin embargo, ya en el Imperio Romano
existían grandes diferencias entre los diferentes estratos que componían la
sociedad. En este post vamos a explicarte acerca de Las clases sociales en el
Imperio Romano: Patricios, Plebeyos Nobles y Plebeyos Caballeros.
La civilización romana es una de las más complejas sociedades de la historia
universal. Dada su extensa duración (desde el siglo VIII a. C. hasta el siglo V
d.C) los historiadores han dividido la Historia de Roma en distintos períodos
históricos: Monarquía, República e Imperio. Hoy les propongo internarnos en los
años de mayor esplendor del Imperio Romano (s. I y II a.C.), pero alejándonos
de los grandes personajes, para tener una idea más global de cómo estaba
compuesta esta sociedad.
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La sociedad romana estaba dividida en distintas clases, con diferentes


derechos civiles y políticos y también diferencias económicas. Veamos,
entonces, cuáles son los principales grupos sociales y algunas de sus
características más relevantes
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Sociedad romana: clases sociales y sus características


La sociedad romana estaba dividida entre ciudadanos y no
ciudadanos, categorías que a su vez estaban compuestas por varias
clases sociales que seguían un orden jerárquico. Esta estructura sufrió
varios cambios dependiendo del periodo histórico, aunque siempre
siguiendo unos patrones comunes.

La civilización romana fue una de las más importantes de la historia de


la humanidad. En su etapa de mayor esplendor alcanzó una extensión
territorial que cubría casi toda Europa. Durante los siglos que duró su
dominio pasó por varias etapas, desde la monarquía hasta el imperio,
pasando por la república oligárquica.

Banquete multigeneracional, pintado en un muro de Pompeya (siglo I


a.C.)
Las clases sociales existentes eran cinco. Los patricios y plebeyos tenían
la consideración de ciudadanos, mientras que esclavos y libertos
conformaban la clase de los no ciudadanos. Durante la historia de Roma
fueron frecuentes las tensiones entre patricios y plebeyos, además de
producirse algunas rebeliones protagonizadas por los esclavos.

Además de estas clases sociales cabe destacar la importancia del


ejército, especialmente durante el periodo en el que los patricios
entraron en decadencia. Por otra parte, la situación legal de las mujeres
las colocaba en una situación menos ventajosas respecto a los hombres,
aunque también existían entre ellas diferencias según su clase social.
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Clases sociales de la sociedad romana

– Ciudadanos
La clase social compuesta por los ciudadanos incluía en su interior a dos
grupos de población diferentes: los patricios y los plebeyos.

Patricios

Los patricios eran los descendientes de las primeras familiar romanas.


Todas ellas afirmaban descender de un “pater”, un antepasado más o
menos divinizado.

Las familias que compartían el pater conformaban un gens, llevaban el


mismo apellido y practicaban el mismo culto.

Los miembros de esta clase tenían todos los privilegios, tanto políticos
como económicos, pasando por los culturales y los judiciales. Eran, por
lo tanto, ciudadanos con todos los derechos.
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Entre sus privilegios se encontraban la posibilidad de ocupar puestos


como magistrados, así como cargos en el senado o en el consejo del
emperador, según la época.

Con el tiempo, la presión de una parte de la clase plebeya provocó que


los patricios fueran perdiendo fuerza. Así, por ejemplo, dejaron de tener
la exclusividad de ocupar los puestos importante del ejército y los
plebeyos comenzaron a ejercer esos cargos.

Plebeyos
Los plebeyos formaban la clase más numerosa dentro de la sociedad
romana. Al contrario del origen aristocrático de los patricios, los
plebeyos procedían de algunos pueblos conquistados por Roma o eran
descendientes de inmigrantes. Esto hacía que no tuvieran derechos.

Esta situación fue cambiando durante la historia de Roma. Los plebeyos


comenzaron a luchar para conseguir derechos legales, algo que se vio
favorecido por su participación en el ejército. El resultado fue la
concesión de derechos cívicos, como la ciudadanía romana.

Igualmente, se les reconoció la posibilidad de elegir representantes y de


tener sus propias instituciones políticas.

Tras el fin de la monarquía, sobre el 509 a. C., los plebeyos comenzaron


a reclamar nuevos derechos. En el 302 a. C, lograron acceder a la
magistratura.

Estos reconocimientos, sin embargo, no significaron que la sociedad


romana se democratizara. En lugar de eso, surgió un nuevo orden
aristocrático, como una estructura social más compleja e, incluso, más
desigual.

Los clientes
Además de las dos clases principales de ciudadanos, en Roma existía
una tercera con una consideración especial. Se trataba de los clientes,
que, aunque plebeyos y ciudadanos libres, no tenían ningún tipo de
recursos propios.
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Esto les llevaba a ponerse voluntariamente al servicio de algún patrón,


una persona rica que lo protegiera.

En un primer momento, la clientela suponía una relación estrecha entre


el cliente y el patrón, pero la llegada del imperio las transformó hasta
convertirla en una relación diferente. A partir de ese momento, el
cliente se convirtió en una figura decorativa, con escaso sueldo y,
frecuentemente, maltratada.

Evolución histórica
Las diferencias entre patricios y plebeyos comenzaron a reducirse a
partir del siglo III a. C. En su lugar apareció un nuevo esquema basado
en la riqueza, en la condición política y en sus relaciones familiares,
entre otros factores.

Este nuevo esquema significó que la nobleza de sangre comenzara a


perder importancia ante la nobleza de los cargos públicos, el llamado
ordo senatorial, y ante la nobleza del dinero, el ordo equester.

El primer grupo, el ordo senatorial, estaba formado por los patricios y


los plebeyos más adinerados. Eran ellos quienes podían acceder a los
cargos púbicos y, en consecuencia, ganaron poder económico y político.

Por otra parte, el ordo equester estuvo formado por una especie de
burguesía enriquecida gracias a sus actividades económicas.
Políticamente estaban subordinados a los anteriores, pero sus riquezas
les otorgaban ciertos privilegios.
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– Esclavos

Mosaico del siglo III con esclavos de Dougga, Túnez. Los esclavos son
los hombres con jarras y los que llevan toallas y ramas de olivo. Fuente:
Pascal Radigue / CC BY
Para los romanos, los esclavos no tenían consideración de seres
humanos. Era, en la práctica, objetos sin derechos que pertenecían a
sus dueños, que incluso podían matarlos sin ningún tipo de repercusión
legal.

Los esclavos realizaban los trabajos más duros y su situación llegó a ser
tan precario que el imperio se vio obligado a legislar en contra del
maltrato que sufrían. Según los historiadores, en esa época había unos
300 000 esclavos en Roma y algunas de las familias más ricas poseían
hasta 1 000.

El esclavismo en Roma no estaba vinculado a la raza, sino que


cualquiera podía sufrirlo. Aunque la mayoría eran prisioneros de guerra,
los delincuentes o los miembros de las clases más bajas podían
convertirse en esclavos por determinadas razones.

Además de los esclavos en manos privadas, los servi privati, también el


estado poseía los suyos, los servi publici. Estos estaban destinados a
ejercer de bomberos, remeros o a ser ayudantes de cargos religiosos o
magistrados.
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Libertos

Estela del liberto Lucio Ceselio Diopanes, Museo Arqueológico Nacional


de Sarsina. Fuente: Uomodis08 / CC BY
Algunos esclavos podían llegar a ser liberados por algunos motivos. En
ocasiones, eran los dueños quienes los liberaban y, en otros casos, el
propio esclavo compraba su libertad.

Estos esclavos liberados conformaban la clase de los libertos. Sus


derechos estaban limitados y debían guardar a sus antiguos dueños
fidelidad y respeto.

La mujer en la Antigua Roma

Fresco de una mujer con una bandeja. Villa de san Marcos, Estabias,
Italia. Fuente: Luiclemens at English Wikipedia / CC BY-
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Aunque no eran una clase social propiamente dicha, las leyes vigentes
hacían que las mujeres formaran una especie de condición social
diferente. Sus derechos, no obstante, también dependían de la familia
en la que hubieran nacido.

Las mujeres nacidas dentro de una familia de ciudadanos sí tenían esa


consideración, aunque no con los mismos derechos que los varones. Así,
no les estaba permitido votar ni presentarse a juicios. Además, para
ellas la emancipación suponía un estricto procedimiento legal.

Estas mujeres, al igual que las nacidas en otras clases sociales, estaban
bajo la autoridad del cabeza de familia, ya fuera su padre o su marido.

Por otra parte, las libertas podían ejercer algunas tareas profesionales
o, incluso, poseer sus propios negocios.

Por último, las esclavas no tenían más salida que dedicarse a las labores
manuales o a la prostitución.

CONCLUSIÓN
Las clases sociales existentes eran cinco. Los patricios y plebeyos tenían la
consideración de ciudadanos, mientras que esclavos y libertos conformaban la
clase de los no ciudadanos. Durante la historia de Roma fueron frecuentes las
tensiones entre patricios y plebeyos, además de producirse algunas rebeliones
protagonizadas por los esclavos.

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