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Rito de Renovación de los Vínculos Familiares

En el IX Congreso Eucarístico Nacional que tuvo lugar en Argentina, en la provincia de Santiago del
Estero, del 31 de agosto al 4 de septiembre de 1994, la Eucaristía del 1º de septiembre estuvo dedicada a
la familia. La Comisión de Liturgia preparó para la ocasión, el rito de la Renovación de los Vínculos
familiares, cuyo texto se transcribe íntegramente. Se propone para después del rezo del Credo. Si esta
Fiesta de la Sagrada Familia cae el viernes 30 de diciembre -como ocurre cuando la Natividad del Señor
se celebra en domingo-, dicha Renovación puede realizarse en lugar del Credo. Así se respeta la norma
litúrgica que establece que la Profesión de fe debe recitarse en todos los domingos y solemnidades,
aunque pueda decirse también “en celebraciones más solemnes” (1).

Introducción:
Contemplando con los ojos de la fe el icono de la Sagrada Familia de Nazaret,
renovemos los vínculos que hacen de nosotros verdaderas familias cristianas.

El celebrante interroga a la asamblea diciendo:


“Amados padres y madres de familia, con sus hijos y familiares aquí presentes, ante la
Iglesia representada en todos nosotros, ¿quieren renovar los compromisos que les son propios,
como hogares cristianos e Iglesia doméstica en Cristo?

Todos responden: Sí, queremos.

Celebrante:
Unidos a Cristo Jesús por los sacramentos de la iniciación cristiana, ¿se comprometen
a revivir la gracia recibida y a testimoniar en su vida familiar los compromisos bautismales?

Todos: Sí, nos comprometemos.

Celebrante:
Particularmente ustedes, padres y madres de familia, ¿quieren renovar el compromiso
de amor y entrega mutua, que sellaron el día de su matrimonio, guardándose fidelidad y
procurando hacer de sus hogares una auténtica Iglesia doméstica, donde se manifiesten las
virtudes de la Familia de Jesús, María y José?

Padres y madres: Sí, queremos.

Celebrante:
Ahora ustedes, niños y jóvenes, ¿quieren comprometerse al amor fraterno, al amor y
obediencia a sus padres, de manera que en sus familias viva y reine Jesús, el Señor, y sean
siempre sus fieles seguidores?

Niños y jóvenes: Sí, queremos.

Celebrante:
Ahora todos ustedes, en fidelidad a la Iglesia, ¿se comprometen a hacer de sus
hogares, auténticos centros de vida cristiana en una nueva evangelización, de manera que sus
familias estén evangelizadas y sean, a su vez, evangelizadoras?

Todos: Sí, nos comprometemos.

Celebrante:
Que Dios, Padre Eterno, los conserve siempre unidos en el amor mutuo, y que la paz
de Cristo reine en sus corazones y no se aleje nunca de sus hogares.

Todos: Amén.” .

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