Estructuras de construcción Patología de las cimentaciones

PATOLOGÍA DE LAS CIMENTACIONES

LOS FALLOS: DESCRIPCIÓN Y SINTOMATOLOGÍA

Todo edificio con problemas en la cimentación ofrece, tarde o temprano, unas

lesiones o síntomas apreciables a simple vista.

Las lesiones o síntomas de fallos en una cimentación, pueden adoptar la siguiente

tipología:

Asientos uniformes o diferenciales.

Levantamientos.
Desplomes.
Giros.
Cedimiento de soleras.
Desplazamientos.
Degradaciones de los materiales componentes por ataque del medio.
Colapsos parciales o totales.

De estos síntomas, que a menudo aparecen varios a la vez, es necesario conocer su

forma e intensidad.

Las fisuras y grietas son, en general, los primeros síntomas de algún fallo o problema en
la cimentación.

Al estudiar las grietas y fisuras producidas en una edificación, hemos de hacer las
siguientes consideraciones:

o Su situación y su forma.
o Hacia donde se abren o se cierran.
o Si las partes a los costados de la grieta o fisura conservan el mismo plano, o
bien una baja más que la otra, o incluso si se registra una pérdida de la
verticalidad.
o Si está o no estabilizada, es decir, si sigue creciendo o no.

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Asientos

Asiento es el movimiento más común de un edificio afectado por fallos en su

cimentación. Se define como la consolidación bajo carga de un terreno y dependerá
del tipo de suelo.

Si los asientos son de recorrido corto, la solicitación que predomina es el esfuerzo

cortante, pero si los asientos son de recorrido largo los esfuerzos normales son la
solicitación predominante.

Existen dos tipos de asientos: uniformes o totales y diferenciales o parciales.

Asientos diferenciales

Producidos en zonas localizadas del edificio, al quedar parte de los cimientos sin el
apoyo suficiente. Generalmente la estructura no tolerará esta deformación y se
producirá rotura, en forma de grietas y fisuras.

Una parte del muro desciende, mientras que el

resto de la edificación permanece inmóvil

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Los asientos diferenciales pueden mostrar aspectos distintos:

Fisuras inclinadas en estructuras endebles (muros de ladrillo, por ejemplo).

Abertura de las juntas en estructuras rígidas (la junta entre dos estructuras de
hormigón armado se va ensanchando hacia arriba).

Lesiones por asientos

Lesiones en muros no portantes por asiento de la estructura porticada

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Asiento de conjunto

Si la capa compresible del suelo tiene espesor constante y la construcción no es más

pesada en un extremo que en otro, el edificio se asentará regularmente sin perder su
verticalidad.

Levantamientos

Levantamiento o ascenso de los edificios por subpresiones del terreno, es un fallo poco
frecuente. El estudio de esta patología se circunscribirá al caso de piscinas, a los
edificios de escaso peso, como naves industriales, y a las soleras simplemente
apoyadas de algunas edificaciones, ya que en la mayoría de los edificios su peso
propio alcanza para contrarrestar esta circunstancia.

Desplazamientos

Las posibles causas de este problema se pueden deber a una cimentación en terreno
inestable o a problemas geotécnicos a gran escala.

CAUSAS DE LOS FALLOS EN LAS CIMENTACIONES

Edificios vecinos construidos en distintos momentos

Una vez concluida una obra, el terreno que se halla bajo la cimentación tarda más o
menos tiempo en asentarse definitivamente.

Por lo tanto, si se construye un edificio unido a otro levantado con anterioridad, el

efecto de asentamiento del suelo bajo la acción de las cargas del nuevo, puede, por
interacción, provocar el descenso del terreno en que descansan los cimientos del
edificio existente con consecuencias negativas.

No es suficiente prever una junta de asentamiento entre ambos edificios.

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Se pueden plantear dos soluciones posibles: cimentar el muro limítrofe lo más lejos
posible de la edificación adyacente, o cimentar mediante muros pantalla junto al
edificio antiguo, pero sin conexión con ella.

Daños por cimentación heterogénea de una construcción

Se produce en construcciones de cierta envergadura que posean sus cimentaciones a

cotas por debajo de otras, de manera que se encuentren en suelos de distinta
naturaleza, lo que plantea una heterogeneidad del terreno en relación con la obra
construida.

Para evitar los asientos diferenciales se deben mantener la independencia entre las
distintas construcciones. Los riesgos de asientos diferenciales se reducen elevando la
rigidez de estructura.

Daños provocados por los rellenos

Los materiales de relleno pueden dar origen a dos tipos de daños:

o Los causados al no tomar las debidas precauciones frente a la compresibilidad

y heterogeneidad del material del relleno.

o La sobrecarga del terreno natural por el peso del relleno depositado sobre el,
que si el terreno es compresible es probable que originen asentamientos en las
cimentaciones vecinas.

Rozamiento negativo

Si a un terreno inconsistente, que es atravesado por un pilote que busca apoyarse en

una capa de suelo resistente inferior, se le deposita encima un relleno de gran espesor,
se producirá un asiento tanto del relleno como de la capa blanda de terreno no
consolidada.

Esta compresión da lugar a esfuerzos de rozamiento negativo sobre el fuste del pilote
en dirección principalmente hacia abajo.

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Daños provocados por el agua

La variación del contenido de humedad hace que cambien las características del
suelo, cuya alteración por este motivo puede producir daños en el edificio por asientos
o empujes no previstos.

El origen de la variación del contenido de humedad de un suelo puede provenir, entre

otras causas, de cambios en el nivel freático, de roturas escapes de conducciones
subterráneas de agua o desagües, por riadas o inundaciones.

Por la acción del agua como factor de alteración del terreno, se producen algunas
circunstancias desfavorables para las cimentaciones de los edificios, como son:

o Expansión y contracción de arcillas. Cuando un suelo arcilloso sin saturar se

encuentra en presencia de agua, los capilares absorben el agua, desarrolla
una presión intersticial, lo que produce una hinchazón generalizada del
terreno.

A la inversa, si en un terreno arcilloso se produce un descenso del nivel freático

o excesiva evaporación del agua que contiene, el suelo perderá volumen por
la desaparición de la presión intersticial y se producirá una contracción general
del terreno.

o Modificación de las condiciones de resistencia del suelo. La afluencia de aguas

modifica sustancialmente las condiciones de resistencia de los suelos de
granulometría fina.

o Daños causados por heladas. Un terreno saturado de humedad que padece

una helada, convierte el agua en hielo y aumenta su volumen, el suelo se
esponja. Las cimentaciones ligeras y poco enterradas se levantarán con las
heladas y descenderán con el deshielo.

o Descalces por socavación y erosión. Se produce en edificios en los que el

terreno bajo su cimentación sufre arrastres progresivos, lo que acabará
produciendo socavaciones que descalzarán, dejarán sin apoyo firme la
cimentación.

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o Ataque del medio circundante. Dependerá de la composición del suelo y el

agua que contiene, y del material del que esté compuesta la cimentación. Por
tanto, pueden producirse pudrición de las cimentaciones de madera, corrosión
de las cimentaciones de metal o degradación de las cimentaciones de
hormigón, simple o armado.

Cimentaciones en terreno inestable

Laderas inestables

En terreno en pendiente, cuando las zapatas de cimentación no están a la misma

cota, hay que tomar precauciones de la influencia de unas sobre las otras. La presión
de las zapatas superiores sobre las inferiores genera una presión adicional para la cual
no han sido calculadas.

Los movimientos de este tipo de terrenos se manifiestan, entre otras formas como:

o Deslizamientos lentos en laderas con equilibrio precario, que se producen por

obras de urbanización, acumulación de edificaciones, fugas de
saneamientos,…. Suelen afectar a una capa de terreno de poco espesor (1 a 3
m) y paralela a la superficie.

o Deslizamientos curvos, afectando a masas importantes. Suelen darse en taludes

arcillosos o margosos, con pendientes fuertes (de 20 a 40º), en los que se
producen ascensos anormales del nivel freático o socavaciones al pie por
riadas o fuertes lluvias.

o Desprendimiento de bloques rocosos. En terrenos estratificados horizontalmente

es típica la formación de cornisas de caliza, yeso o arenisca al desaparecer por
alteración o erosión, las capas arcillosas subyacentes, que pueden llegar a
colapsar.

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Descensos generalizados

Estos descensos resultan de los vacíos que se forman de manera natural o por obra del
hombre. Estos vacíos se encuentran a medias o grandes profundidades como es el
caso de zonas de explotación de canteras, o consolidación de terrenos blandos por
extracción de agua, gas o hidrocarburos.

Cavidades y galerías

La existencia de galerías, bodegas, criptas, aljibes que sufren un natural proceso de

degradación o hundimiento, son causa frecuente de daños en edificios en cascos
urbanos más o menos antiguos.

Errores de proyecto, cálculo y ejecución

Cimentación insuficiente donde la superficie de apoyo no alcanza para transmitir la

carga del edificio que sostiene. Suele ser un defecto poco frecuente.

CRITERIOS DE INTERVENCIÓN EN CIMENTACIONES

La intervención en la cimentación tiene básicamente dos objetivos:

o Detener y corregir las deformaciones.

o Eliminar o controlar las causas que la originan.

Intervenciones superficiales

Se trata de casos en los que la mejora de la condiciones de cimentación se consigue

actuando a un nivel próximo al de los cimientos o mejorando la resistencia del terreno
de apoyo, bien porque la cimentación es de por si somera o bien porque la
consolidación superficial del terreno es suficiente.

Hay tres tipos de actuaciones:

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Refuerzo. Solución empleada cuando el área de apoyo es suficiente pero la

cimentación es deficiente por mala ejecución o deterioro.

Ampliación. Cuando la cimentación es correcta y se conserva bien pero tiene

un área de apoyo insuficiente.

Sustitución. Cuando la reparación o ampliación de la cimentación no es viable

por el grave deterioro que presenta y existen dificultades para su refuerzo,
habrá que optar por la sustitución, proporcionando al elemento estructural una
cimentación completamente nueva, donde no se tendrá en cuenta la
cimentación existente.

Refuerzo mediante inyección

El refuerzo de una cimentación por inyección consiste en rellenar con lechada o

mortero de cemento los huecos existentes en el macizo de cimentación. Esta
inyección al fraguar formará un hormigón de mayor resistencia y el cimiento ganará
cohesión suficiente para la función sustentante.

La inyección es una buena solución para mejorar cimentaciones de baja calidad en

los que puedan existir espacios comunicados.

Esto es posible, en general, en edificios antiguos que poseen macizos de cimentación

formados por mampostería en seco, gravas o incluso cascote, que como mucho
pueden tener un aglomerante muy bajo en dosificación y, en consecuencia,
degradado. También es posible en hormigones pobres, de mala granulometría y
muchos huecos.

Es necesario reconocer previamente el terreno que rodea el cimiento, ya que si este es

permeable la inyección puede perderse. Para evitarlo se comienza la inyección en el
fondo, y tras comprobar su fraguado se va ascendiendo.

En zapatas aisladas o cuando el terreno es muy permeable, una solución es la hinca

de tablestacas que rodeen el cimiento, o construcción de muretes, para evitar
escapes laterales de la inyección.

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Refuerzo de cimentaciones superficiales mediante inyecciones

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Refuerzo mediante la introducción de armaduras

Se realiza en el caso de zapatas compuestas por un hormigón de calidad suficiente

pero con una sección de acero insuficiente para soportar los esfuerzos de flexión.

El refuerzo consiste en introducir armaduras adicionales taladrando el hormigón. La

armadura introducida debe ser puesta en tensión y posteriormente inyectada con
resinas; es un verdadero pretensado de la zapata.

Intervención en cimentación superficial: refuerzo de zapata mediante la introducción

de armaduras

Ampliación lateral de la cimentación

Cuando la superficie de apoyo de las zapatas resulta insuficiente por trabajar a

tensiones muy elevadas o porque los materiales que la conforman se han degradado,
hay que realizar su ampliación.

La nueva zapata tendrá el mismo canto que la existente, a no ser que sea necesario
aumentar el canto de la zapata. La trabazón puede conseguirse mediante bulones,
resinas, el dentado de la junta de contacto o el acuñamiento de la forma.

Es necesario que el hormigón nuevo y el viejo queden totalmente adheridos para que
formen un solo macizo. Se conseguirá preparando la superficie de contacto.

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Intervenciones sobre cimentaciones superficiales: ampliaciones de la cimentación

actuando en el contorno

Puede hacerse la siguiente clasificación de las soluciones de ampliación por el

contorno:

Ensanche del cimiento en su plano. Trabazón mediante bulones, resinas, el

dentado de la junta de contacto o el acuñamiento de forma.

Sistema Pynford. Es una variante patentada que consiste en introducir unos

castilletes metálicos en huecos abiertos en las cimentaciones, pasando entre
ellos las armaduras y que sustituyen las viejas zapatas de mampostería por
bloques de hormigón armado.

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Intervención sobre cimentación poco profunda: recalce con castilletes metálicos

perdidos

Puenteo del cimiento por encima del mismo. Transmitiendo las cargas a un
anillo que contornea y ensancha la cimentación. En el caso de muros el
puente puede formarse mediante vigas de acero u hormigón. Si se trata de
pilares aislados hay que formar una base armada en el arranque de los mismos.

Frecuentemente el ensanche de zapatas se complementa con el arriostrado

de las mismas en una o dos direcciones.

Una solución límite del ensanche de zapatas es macizar el espacio existente

entre las mismas, creando una especie de losa continua.

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Creación de losas en cimientos someros existentes

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Ampliación por debajo de la cimentación

Consiste en construir una zapata debajo de la existente con las dimensiones suficientes
para soportar la carga que actúa o se prevé. No precisa adherencia entre hormigones
ni taladros.

Es necesario minar la zapata, por lo que se hace necesario descargar mediante apeos
la cimentación existente.

En el caso de zapatas corridas, se recalzará la zapata en un ancho que depende de

la calidad del muro que actúa sobre elle, de la presencia de huecos y la calidad de la
propia zapata.

En zapatas aisladas se realizará, por lo menos, en tres fases. Se construirán primero los
dos recalces laterales y después el central.

Sustitución de zapatas continuas

Si no es posible el refuerzo o recalce será necesario la construcción de una nueva que

la sustituya, conservando o no la cimentación existente y no contando nunca con su
colaboración.

En el cimiento de muros la sustitución se realiza por puntos o bataches y si existen

buenas condiciones no será necesaria la descarga total.

Intervención sobre zapatas corridas. Soluciones de ensanche y puenteo

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Sustitución de zapatas aisladas

Se hace casi siempre necesaria la demolición completa de la zapata existente antes

de la ejecución de la nueva. Siempre es necesaria la descarga mediante apeos.

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Sustitución mediante puenteado

Consiste en construir la nueva cimentación en los

laterales o perímetro de la existente y dirigir las cargas a
la nueva cimentación mediante puentes de acero u
hormigón armado.

Es un procedimiento parecido al recrecido de

cimentaciones en el mismo plano, pero aquí no se tiene
en cuenta la colaboración del cimiento antiguo.

Operación de sustitución mediante puentes metálicos de

una zapata corrida

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Intervenciones profundas

Existen dos líneas de actuación:

Sustitución de la cimentación por otra nueva, generalmente dejando en el

terreno la antigua pero sin función alguna.

Refuerzo de la cimentación existente con nuevos pilotes, casi siempre de

mejores características resistentes, pero encepados conjuntamente con los
primitivos.

Se realizarán este tipo de actuaciones en los siguientes casos:

o Para sustituir un pilotaje deficiente por otro correcto o mejorar la resistencia del
primero.

o El estrato de apoyo de las cimentaciones tiene una capacidad portante

insuficiente.

o La ejecución de recalces superficiales es muy dificultosa por la presencia de

terreno inestable o niveles freáticos.

o Se desea ampliar el edificio bajo los niveles actuales.

o Se van a realizar obras en el entorno (excavaciones, túneles urbanos) que

pueden afectar la estabilidad de las cimentaciones existentes.

En la actualidad, para recalces en profundidad, se recurre casi exclusivamente a los

pilotes con sus distintas variaciones:

Ejecutando los pilotes desde bataches abiertos bajo las cimentaciones y

logrando luego la puesta en carga mediante cuñas o gatos.

Atravesando las cimentaciones existentes y transmitiendo las cargas por

adherencia.

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Adosando los pilotes a las cimentaciones y construyendo luego un elemento

puente o ménsula que transmite las cargas.

Recalce profundo por pozos

Se trata de un método manual empleado tradicionalmente en la consolidación de

cimentaciones de muros.

El recalce profundo por pozos se realiza por puntos, de forma análoga a los recalces
someros en la sustitución de las zapatas corridas, pero con excavación de pozos hasta
alcanzar el firme elegido.

Los pozos serán de ancho de 1 o 2 metros, y la entibación de los mismos para la

realización de los trabajos será más o menos cuajada dependiendo de la calidad del
terreno.

Recalce profundo mediante pilotes que rodean la cimentación

Esta técnica se utiliza para transferir las cargas de grandes macizos a firmes muy
profundos, sobre todo cuando hay que atravesar estratos flojos y con presencia de
agua.

La ejecución de los pilotes no debe producir fuertes vibraciones o impactos para no

dañar al edificio. El más idóneo es el excavado con una herramienta helicoidal. El
método es válido para zapatas aisladas y corridas.

Es necesario un zunchado entre el encepado de los pilotes y la zapata original para

asegurar la transferencia de cargas de la antigua cimentación a la nueva.

Recalce profundo mediante pilotes especiales bajo la cimentación

Es la solución más lógica de recalzar una cimentación.

La hinca del pilote se produce mediante gatos hidráulicos que se traban en la

cimentación existente. Los pilotes son metálicos y se empalman por tramos.

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Se abre una zona de trabajo bajo el cimiento y se comienza la hinca. Una vez hincado
el pilote en la longitud del recorrido de los gatos, se retiran estos para la colocación de
una nueva sección del pilote, colocando nuevamente los gatos encima, y así
sucesivamente hasta que se produce el rechazo.

Recalce de pilotes mediante la ampliación del número de pilotes

Esta técnica consiste en la construcción de pilotes del mismo tipo, a la misma o mayor
profundidad que la de los existentes.

Los pilotes nuevos se sitúan con la separación mínima recomendable de los existentes.
Se deben disponer de forma simétrica.

Los nuevos encepados se situarán por debajo de los antiguos, dejando la holgura
necesaria para rellenarla con mortero expansivo, de forma que se consigue la
colaboración entre ambas cimentaciones.

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Pilotes que atraviesan las cimentaciones existentes

El micropilote es el elemento utilizado. Su diámetro varía entre los 100 y 300 mm. Es una
solución muy práctica en edificación urbana, dado el reducido espacio de trabajo.

Pueden ser hormigonados por gravedad o presión, con vaina recuperable o perdida y
su capacidad portante varía con su diámetro, el sistema constructivo, el tipo de
armadura, la longitud e inclinación y el terreno donde se apoya.

La transmisión de cargas de la cimentación antigua a la nueva suele realizarse

normalmente por adherencia, si el macizo existente lo permite.

En este tipo de recalces se deben cumplir una serie de condiciones:

o La cimentación a recalzar debe tener suficiente canto y resistencia para

transmitir las cargas a los micropilotes por adherencia.

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o La capa de terreno de apoyo debe encontrarse a distancia moderada (menos

de 20 m) ya que es difícil garantizar la continuidad estructural, la alineación
recta y la precisa posición en pilotes muy largos.

o El terreno atravesado debe ser relativamente estable, para no introducir

flexiones, rozamientos negativos,…, en los micropilotes.

Pilotes adosados con cabezales de unión posteriores

Se trata de pilotes verticales, con diámetro entre 30 y 60 cm, adecuados para el

descalce de muros o zapatas corridas con cargas importantes.

La unión con la cimentación antigua puede conseguirse de las siguientes formas:

o Mediante vigas pasantes que encepan los pilotes colocados a ambos lados.

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o Construyendo vigas longitudinales, encepando los pilotes de cada lado y

atirantándolas posteriormente contra el cimiento mediante pernos o pasadores
metálicos.

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Intervenciones sobre el terreno

Son técnicas que mejoran o corrigen la capacidad portante del terreno. Requieren
una investigación cuidadosa y una valoración detallada de las diversas soluciones.

Se ofrecen soluciones tales como:

Inyecciones de cemento (lechada de cemento, gel de sílice, resinas), de

relleno (bentonita-cemento, poliuretano), de compactación (morteros
viscosos).

Técnicas de jet-grouting.

Drenaje.

Inyecciones

Son intervenciones a través de las cuales se inyectan determinados productos en el

interior de un suelo a fin de mejorar algunas de sus características.

Se realizan bombeando el producto a través de pequeños taladros dispuestos en la

superficie lateral o en el extremo de un trépano o bien en las paredes de un tubo que
se introduce en el interior de una perforación previamente realizada.

Se aplican principalmente en el recalce de obras públicas y de edificios que justifiquen

las costosas operaciones.

Con las inyecciones se pretende que el terreno alcance uno o más de los objetivos
siguientes:

o Reducir la compresibilidad.
o Aumentar la resistencia.
o Disminuir la permeabilidad.

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Se necesita un producto o combinación de ellos que se inyecte en forma líquida y que

posteriormente se solidifique, y los equipos adecuados.

En las inyecciones convencionales habitualmente se inyecta lechada de cemento, a

veces con adición de bentonita, en dosificación agua/cemento de 1/2.

Si las características del terreno lo requieren, se puede recurrir a las inyecciones

químicas, constituidas bien por resinas orgánicas diluidas en agua cuya viscosidad se
mantiene estable hasta su fraguado, o bien se puede recurrir a soluciones de geles de
sílice cuya viscosidad es creciente con el tiempo.

Inyecciones de cementación

Estas inyecciones consisten en hacer penetrar en el terreno, a través de taladros de

pequeño diámetro (menos de 100 mm), la correspondiente solución que adquiere
rigidez por fraguado hidráulico o reacción química, formando con el terreno un
material de alta resistencia y cohesión.

En general la difusión y penetración de las inyecciones en el terreno, es muy irregular y

difícilmente controlable. Puede causar daños al rellenar conducciones, sótanos con
fisuras,…., no siempre cerca del lugar de la inyección.

Las inyecciones de cemento son apropiadas en materiales granulares gruesos; si se

trata de arenas finas o arcillosas hay que recurrir a la impregnación de tipo químico
con gel de sílice o resinas; es mucho más caro que la lechada de cemento y requiere
una ejecución especializada.

Las aplicaciones de las inyecciones de cementación pueden ser:

o Crear macizos consolidados bajo un edificio para transmisión de nuevas

cargas.

o Mejorar el apoyo de cimentaciones existentes.

o Solidarizar cimentaciones antiguas, mejorando el área de reparto y creando

auténticas losas cementadas.

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o Constituir pantalla o elementos rígidos en el contorno de un edificio para evitar

desplazamientos horizontales perjudiciales, debido a excavaciones próximas.

o Cortar afluencias de agua por vetas permeables.

Inyecciones de relleno

Estas inyecciones, similares a las anteriores, se utilizan para colmatar y sellar capas de
terreno o rellenos flojos en las que existen huecos importantes, debidos a la formación
original, o a un fenómeno de disolución o a un arrastre de partículas por las aguas
freáticas.

Su misión es sustituir los huecos por una material de suficiente resistencia para que el
conjunto resultante soporte las cimentaciones en condiciones adecuadas de
seguridad y con pequeños asientos.

Se utilizan mezclas con gran capacidad de absorción de agua como las lechadas de
bentonita-cemento o productos químicos como los poliuretanos.

Inyecciones de compactación IMPORTANTE

Consisten en la introducción en el terreno de un mortero plástico de arena-cemento a

elevadas presiones. Debido a su viscosidad, el mortero, en lugar de rellenar los huecos,
desplaza el terreno como un gato hidráulico, lo densifica y crea una estructura final
más resistente.

Para reducir la disolución del producto inyectado, las mezclas han de ser densas y
poco permeables, morteros de baja relación agua/cemento, o lechadas con material
inerte. El mortero debe tener una consistencia seca.

Dado que la zona de influencia es pequeña, las distancias entre los taladros de
inyección (Ø 50-75 mm) han de estar comprendidas entre 1,5 y 3 m.

Están recomendadas para la recuperación de asientos diferenciales, levantamiento o

recuperación de rasantes de soleras, reformar el apoyo de zapatas o mejorar la
resistencia del terreno en torno a cimentaciones por pilotaje.

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Tratamiento del terreno con la técnica de jet-grouting

Se trata de un sistema de inyección que utiliza presiones muy altas y que se traducen
en altas velocidades de salida del fluido. Estas altas velocidades de corte consiguen
romper el suelo, desplazan las partículas hacia fuera y mezclan el suelo adyacente
con una lechada de cemento.

El resultado final es un nuevo suelo, más o menos cilíndrico, cuya resistencia y

permeabilidad son diferentes del suelo original. Esta serie de columnas de nuevo suelo,
y el espacio confinado entre ellas, originan un terreno mejorado para efectuar la
cimentación o corregir defectos.

Estabilización de taludes por medio de jet-grouting

Es uno de los métodos más utilizados, junto con los micropilotes, para el tratamiento de
lesiones en edificación.

El proceso de ejecución consta de dos fases:

o En la primera fase se perfora el terreno con diámetros comprendidos entre 8 y

11 cm. Se utiliza para esta tarea un tricono o bien un martillo de fondo, se

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Estructuras de construcción Patología de las cimentaciones

agrega agua de refrigeración y se eliminan los detritus. Así se procede hasta

alcanzar la cota inferior del tratamiento donde se sitúa la tobera.

o En la segunda fase, se inicia el tratamiento, realizado de abajo hacia arriba,

que, mediante esta tobera o tubo inyector, rompe el terreno con el fluido y
rellena este terreno fracturado con lechada de cemento. Esta lechada de
cemento, a su vez, puede estar asistida por la colaboración de otros chorros de
aire y/o agua.

Durante el proceso se lleva un control estricto de las presiones, la velocidad de

ascenso de la tobera, la velocidad de giro, así como del material que resurge por la
boca de la perforación, tanto en composición como en volumen.

La técnica de jet-grouting ofrece varias ventajas respecto a otros sistemas de mejora

del suelo:

o Permite atravesar todo tipo de terrenos por el sistema de perforación con que
se realiza.

o Es posible trabajar en espacios reducidos y de acceso complicado.

o Permite crear apoyos no puntuales bajo las zapatas a recalzar, por lo que la
forma de trabajo de las mismas se aproxima más a la original.

o Es una técnica apta para la construcción de pantallas y la apertura de túneles.

La técnica del jet-grouting se aplica con frecuencia en:

o El recalce de estructuras con problemas de cimentación.

o El refuerzo de una cimentación existente por aumento de cargas o

redistribución de las mismas.

o La cimentación de edificios de nueva planta con dificultad para el acceso o

ubicación de equipos.

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o El refuerzo de excavaciones en la realización de sótanos adyacentes a

estructuras construidas.

o La construcción de obras subterráneas donde el terreno no presente la

estabilidad necesaria y sea preciso una protección adicional.

o La protección de excavaciones, en particular cuando hay nivel freático en el

terreno.

Drenaje

Ya sea por escorrentías o por subida del nivel freático, la saturación del terreno con
agua, disminuye la capacidad portante del mismo.

Una medida a tomar puede ser la creación de un recinto estanco en torno al edificio
o un sellado del terreno para reducir las filtraciones y afluencias de agua. Este sellado
se puede realizar mediante inyecciones.

Otras medidas para minimizar los efectos del agua sobre el terreno son:

La construcción de zanjas de grava en el contorno del edificio hasta 1,5 m de

profundidad. En el fondo de estas zanjas se suelen disponer tubos perforados
que recogen el agua y la llevan a una red de desagüe o drenaje.

Pozos recolectores de diámetro inferior a 30 cm, colocados según los

requerimientos observados. Precisan de sistemas de bombeo para su posterior
vaciado.

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