México ante los intereses extranjeros 1821-1854.
Estados Unidos ya había delimitado sus intensiones a través de una
Posterior a la consumación de la Independencia, la nación entró
en un dilema político en cuanto a la forma de gobierno que se
“debía” adoptar. Se trataba de un marco interno en el que ni
conservadores, ni liberales, lograban conformar “un Estado sólido y
una nación fuerte”.1 El mejor reflejo de esta inestabilidad fue que en
tan sólo “treinta años hubo cincuenta gobiernos, casi todos
producto del cuartelazo y once de ellos presididos por el general
Santa Anna.”2Esta situación haría de México un país susceptible
ante los intereses particulares, tanto dentro como fuera del país y
principalmente por parte de naciones como España, Estados
Unidos, Inglaterra y Francia.
En el contexto internacional, “la debilidad de México como nación
fue aprovechada por estas potencias imperialistas para intervenir y
someter al país”.3 Los intereses capitalistas y de dominación de
estas naciones serían lo que mayoritariamente enmarcaría las
relaciones de México con el exterior entre 1821 y 1854 en una etapa
que conocemos como de intervencionismo extranjero:
*El intento de reconquista española. En 1829, años después de la
Independencia de México, Isidro Barradas y Francisco Vives
reorganizaron desde Cuba un intento –fallido- por reconquistar y
recuperar lo que anteriormente fue la colonia de la Nueva España.
España quiso recuperar una de sus principales fuentes de riqueza y
abastecimiento de materias primas, por lo que invadiría a México
ése mismo año por el lado de Tamaulipas. Finalmente, Antonio
López de Santa Anna y Manuel Mier y Terán lograrían que Barradas
firmara el mismo año un convenio mediante el cual, se comprometía
a no volver a tomar las armas en contra de México.
El reconocimiento de la independencia de México, por parte de
Estados Unidos e Inglaterra serviría de apoyo para que España
desistiera por completo de sus intensiones. De forma previa,
1 Carpy Navarro, P. y López Rodríguez (coord). México, su proceso histórico. De
Oasisamérica a la República Restaurada, volumen II, México, UNAM, 2001, p. 111.
2 González Luis, “El paréntesis de Santa Anna”, en Historia mínima de México, México, El
Colegio de México, p. 103.
3 Carpy, op. cit., p.111.
política intervencionista y expansionista sobre el centro y sur del
continente americano. A través de su Doctrina Monroe, traducida en el
América para los americanos, “se oponía a cualquier forma de
intervención europea en los asuntos internos de México,”4 y del resto
del continente. De esta forma, Estados Unidos comenzaba a colocarse
como la nación americana interesada e interventora que conocemos
hoy en día.
*Inglaterra y el inicio de la deuda externa del México Independiente.
Los gastos realizados por la independencia de México fueron
aumentando en tanto que se tenía que mantener un ejército
numeroso, pero también al final de dicho proceso había que encarar el
daño que la infraestructura en el país había tenido. Aunado a ello, se
enfrentaba la fuga de capitales causada por la previa expulsión de los
españoles, así como los consecuentes daños a la agricultura y a la
ganadería. En este sentido, mientras que la economía de México no
podía crecer las europeas y la estadounidense lo hicieron a ritmos
acelerados. Fue entonces que México tuvo la necesidad de solicitar
préstamos económicos, pero su inestabilidad política y económica eran
un impedimento para lograrlo, aun así, Inglaterra fue el primer país
con el que México contrajo su primer préstamo internacional como
nación independiente.
En México, el grupo de conservadores en el poder consideraban a
Inglaterra, como una fuente de capitales y tecnología avanzada.
Inglaterra por su parte, al ver en el nuevo país grandes posibilidades
de inversión se apuró en reconocer la independencia de México y en
avalar la expulsión de los españoles.
Así, México y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, firmaron el
Tratado de Amistad, Navegación y Comercio, por el que México daba
inicio a la llamada deuda externa. En 1824 México obtuvo el primer
crédito inglés a través de la casa bancaria B. A. Goldschmidt y Cía.,
que ascendió a 5.68 millones de pesos, y el segundo en 1825 con la
casa inglesa Barclay, Herring, Richardson y Cía.
Sin embargo, a pesar de que “los créditos londinenses fueron
prácticamente los únicos que trajeron dinero fresco al país entre 1824
4 González, op. cit., p. 97.
y 1857,”5 las elevadas e indefinidas tasas de interés serían lo que
perjudicarían a la economía mexicana ya que oscilaban entre el 35 y
el 536% anual dependiendo principalmente de los precios de los
metales en el mundo. De esta forma, se entiende que la deuda
externa contraída con Inglaterra en 1854 haya superado de los
cinco a los 60 millones de pesos durante 30 años.
Estos, y otros préstamos que otorgó Inglaterra a México estarían
condicionados a privilegiarle una mejor injerencia de inversiones en
las minas de Zacatecas, Guanajuato, Pachuca y San Luis Potosí,
con ello, no sólo se favorecieron con la extracción de hierro (para la
producción del acero), el cobre, los metales preciosos, etcétera, sino
que las minas se convirtieron también en un factor principal de
grandes inversiones en las Bolsas de Valores.
La forma en que Inglaterra intervendría a México sería sin
necesidad de las armas, simplemente con la dependencia
tecnológica industrial y ubicando a México como su proveedor más
accesible de materias primas y de mano de obra barata. Al final de
este periodo, en 1856 la deuda con Inglaterra llegaba a los setenta
millones de pesos. Desafortunadamente, a partir de ese momento, el
financiamiento por la vía de la deuda externa sería una
característica de las siguientes décadas y siglos. La cuestión es que
mientras México no produzca sus propios recursos económicos
necesarios para solventar sus gastos y pagar sus deudas, los países
con quienes mantiene deuda siempre encontrarán la forma de
obtener su pago.
*El expansionismo norteamericano en México. Como resultado de
la independencia en México se proclamó la Constitución en 1824
por la cual, quedaban establecidos entre otros aspectos, la forma de
gobierno y la división territorial. Hasta ese momento México
duplicaba en territorio a Estados Unidos y venía de ser la colonia
más grande de América. Sin embargo, en tan sólo treinta años, a
nuestro país lo veríamos reducirse por la mitad como resultado de
los intereses norteamericanos.
La abundancia natural de México se daría a conocer ante el
mundo en 1811, a través del “Ensayo político de la Nueva España”
5 http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/5/2289/42.pdf (consultado el 18 de marzo del 2011).
escrito por el barón de Humboldt, un científico expedicionario que
denominó -a la todavía colonia- como “el cuerno de la abundancia” por
su riquezas y forma geográfica. Este Ensayo incluía el Mapa de la
Nueva España que fue retomado por las potencias europeas y Estados
Unidos, derivando en una carrera económica por la apropiación y
explotación de las regiones y de sus recursos. Dicha abundancia se
traducía en metales preciosos (como el oro, la plata, los diamantes,
etc.), en materias primas para la industria (como el hierro, cobre, sal,
plomo, mercurio), así como una flora y fauna en demasía, pero
sobretodo, fáciles de adquirir por la situación política y económica que
enfrentábamos.
Las grandes extensiones territoriales propicias para la ganadería, la
gran cantidad y variedad de recursos naturales, así como un esquema
hidrológico fundamental para la industria, fueron algunas causas por
las que la nación norteamericana decidió adueñarse primeramente del
norte del territorio mexicano. Por ello, desde un principio Estados
Unidos e Inglaterra habían reconocido la independencia de México y la
expulsión de los españoles.
Respecto a Estados Unidos, el lado liberal mexicano lo consideraba
un modelo anticolonial y democrático, promotor de una especie de
“libre comercio” por el que a través de su inversión podría sacar a
México de la crisis. En este contexto, Estados Unidos adoptó La
Doctrina Monroe, y con la que frenaría los intentos colonialistas de
potencias europeas y les determinaría que cualquier intervención
europea en América sería considerada una agresión para EU.
De esta manera, Estados Unidos comenzaría a consolidar su
dominio en contra de la soberanía de los países del centro y sur de
América. Les limitó las inversiones venidas de otras partes del mundo,
y favoreció sus propios intereses expansionistas. Resultado de esta
política externa, Estados Unidos iniciaría su expansionismo hacia el
sur comenzando con el territorio mexicano, específicamente con Texas.
El proceso consistió primeramente en el poblamiento
norteamericano de la región y posteriormente en motivar los ánimos
de independencia; con esta estrategia de Moisés Austin iniciada en
1821 Estados Unidos no pagaría nada por esta.
Posterior a ello, y en el marco interno del país, y resultado de la
inestabilidad política se vivía un periodo de caudillismo en el que
gobiernos militares como el de Anastasio Bustamante y Antonio
López de Santa Anna se alternaban en el poder y lo mantenían por
medio de las armas. En este contexto, se decide cambiar la
Constitución de 1824 por las Siete Leyes, eliminando la
conformación de los Estados existentes y se sometía a todo el
territorio nacional a un sistema centralista en el que el dictador se
convertía en jefe absoluto.
Con esta decisión, en 1835 iniciarían los primeros intentos de
intervención militar estadounidense apoyando la petición de separar
a Texas de Coahuila, bajo el pretexto de que México no sólo había
vulnerado los principios federativos de la región, sino que con esta
decisión dañó los intereses de sus habitantes. Ello provocó la
batalla del Álamo en Texas, donde en 1836 sería derrocado Santa
Anna y obligado a firmar el Tratado de Velasco, por el que se
comprometía únicamente a sacar las tropas mexicanas de Texas,
sin determinar nada sobre la posesión del territorio.6
De esta manera, en el periodo que va de 1836 a 1848, México no
sólo mantuvo enfrentamientos contra Estados Unidos para defender
su territorio, sino que como resultado de esto experimentaría
también la Primera Intervención francesa.
*Intervencionismo francés: La guerra de los pasteles. Este
acontecimiento sería un paréntesis en el proceso de anexión de
Texas por el gobierno norteamericano. Desde 1824 México había
establecido relaciones diplomáticas con Francia que pretendía
establecer tratados comerciales que lo favorecieran sobre otras
potencias. Sin embargo, el gobierno mexicano no accedería por
tener comprometidos los recursos con Estados Unidos e Inglaterra,
lo que hizo que Francia se sintiera desplazada por sus rivales
capitalistas y en consecuencia, buscara por diversos caminos forzar
a México a la negociación. Una de ellas fue la llamada Guerra de los
pasteles.
Aprovechando el escenario de inestabilidad política y de
intervencionismo norteamericano, en 1837 Francia le exigió a
México “el pago de 600 mil pesos como indemnización por los daños
6 9 Ibídem, p.135.
González, op. cit., p. 100.
sufridos por súbditos franceses radicados en México;”7 los
comerciantes franceses en México solicitaron a su país la intervención
inmediata para que el nuestro los indemnizara, uno de los
reclamantes era pastelero y por ello se le conoce al conflicto como La
guerra de los pasteles. El daño sufrido y por el que se pedía la
indemnización había sido el “saqueo del Parián, un edificio comercial
en la Ciudad de México,”8 pero ante la negativa inicial del gobierno
mexicano de pagar los daños, el 16 de abril de 1839 se rompieron las
relaciones diplomáticas entre ambos países. Ello resultaría en el
intervencionismo y desembarco de tropas francesas en el puerto de
Veracruz. Meses después este conflicto le costaría a Antonio López de
Santa Anna su pierna izquierda, y al país el pago de los 600 mil pesos
exigidos desde un principio.
Cerrando este paréntesis, México continuaba con la intervención
norteamericana, en 1845 el Congreso norteamericano aprobó la
anexión de Texas en contra del gobierno mexicano y además alteraba
la frontera hasta el Río Bravo. El presidente de Estados Unidos, James
Knox Polk “buscó provocar a los mexicanos ordenando al general
Zacarías Taylor dirigir sus tropas hacia Texas siguiendo el curso del
río Nueces, con el propósito de acercarse a la zona en que se
encontraban las fuerzas mexicanas.”9 Efectivamente, hubo un
enfrentamiento en el que resultaron varios soldados norteamericanos
muertos, lo que desató que Estados Unidos le declarara la guerra a
México el 11 de mayo de 1846 por considerarlo agresor y bajo el
argumento que se había derramado sangre norteamericana en suelo
norteamericano.
En seguida arribaron tropas norteamericanas tanto en Nuevo
México y Alta California, como en las costas de Veracruz de las cuales
se apoderaron el 28 de marzo de 1847. Estas últimas estarían
encabezadas por el general Winfield Scout y dirigidas hacia la ciudad
de México. Habiendo logrado este objetivo, aconteció la defensa del
Castillo de Chapultepec, aunque tres días después, Estados Unidos
lograría vencer a las tropas mexicanas. Como muestra de tal
7 Carpy, op. cit., p.131.
8 Ibídem, p. 132.
imposición, “el 14 de septiembre de 1847 fue izada la bandera de los Posteriormente se vería la migración de algunos mexicanos en
Estados Unidos en el Palacio nacional” 10. dirección hacia los nuevos límites del territorio, este hecho se
consideraría la primera práctica oficial mexicana de protección y
Consecuencia de ello, el 2 de febrero de 1848 se firmó el Tratado repatriación de sus nacionales. Durante el Siglo XIX las condiciones
de Guadalupe-Hidalgo, por el cual, México estaba cediendo más de de los mexicanos en tierras anexadas por Estados Unidos fueron
la mitad del territorio nacional a Estados Unidos, a través de la empeorando.
anexión de Texas, Nuevo México y Alta California, o sea dos millones
cuatrocientos mil kilómetros cuadrados.11 De esta forma, los intereses capitalistas y de dominación de las
potencias extranjeras lograron en México fortalecerse territorialmente,
Pero esta vocación anexionista no pararía ahí; interesados por la ampliar sus zonas de influencia y de inversión, así como la obtención
rica región regada por el río Gila, Estados Unidos exigió a México la de materias primas y nuevos mercados para sus productos.
venta de La Mesilla o en caso contrario la tomarían por la fuerza, el
resultado fue también la firma del Tratado de La Mesilla en 1853,
por el que Santa Anna recibiría diez millones de pesos por este
territorio. Finalmente, en 1855 Santa Anna dejaba el país ante la
amenaza de ser derrocado por Juan Álvarez quien había redactado
un año antes el Plan de Ayutla en oposición a su dictadura.

La importancia de estos territorios es tal, que “la adquisición de

este gran dominio, que contaba con vastos recursos minerales
contribuyó al surgimiento de Estados Unidos como uno de los
poderes mundiales más importantes”12, y que ha trascendido hasta Elaborado por: Valeria Hinojosa Manrique.
nuestros días. Por medio de este tratado de “paz”, también se le 2017.
solicitaba a Estados Unidos que, en el marco de los derechos
políticos se les otorgara a los habitantes de la región la posibilidad
de elegir entre las dos nacionalidades, hecho que fue ignorado
totalmente.
Los mexicanos fueron despojados de sus propiedades agrícolas y
mineras y se les negó la posibilidad de adquirir alguna otra, sólo
una mínima parte logró adaptarse a las prácticas mercantiles
norteamericanas. Los antiguos dueños se convirtieron en
trabajadores sin tierras, y aún bajo estas condiciones los mineros
estadounidenses resintieron las habilidades superiores de los
mexicanos y los consideraron -desde entonces- como sus
subordinados y presa fácil del abuso y malos tratos.

10
Véase González, op. cit., 101.
11
Ídem.
12 Semo Enrique (coord), México, un pueblo en la historia, México, Alianza Editorial, p.30.