Claudia Fermín C.I: 28.541.

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VINCULACIÓN DE LA POLITICA FISCAL Y EL DESARROLLO ECONÓMICO

Para comprender el vínculo entre la política fiscal y el desarrollo económico es necesario

definir ambos conceptos. Primeramente, la política fiscal consiste en el diseño y la aplicación de

un conjunto de medidas que adopta el gobierno en materia de gasto público e ingresos

tributarios, para influir en la actividad económica y en esta medida garantizar y mantener el

estado de bienestar social. Por su parte, el desarrollo económico es el proceso con el cual existe

un aumento sostenido de la producción de bienes y servicios de un país y del ingreso per cápita

de una economía, que conlleva a la mejora de las condiciones de vida de una población ya que

existe una mayor generación de empleo e ingresos; asimismo este implica tanto el crecimiento

del Producto Interno Bruto (PIB) como el aumento de la productividad, la innovación y la

diversificación.

Es de resaltar que, la política fiscal se plantea una serie de objetivos importantes como

la estabilización financiera a largo plazo y la promoción del crecimiento económico, por lo

que dicha política debe ser diseñada cuidadosamente para lograr un equilibrio entre el gasto

público y la recaudación de impuestos. Siguiendo esta línea, Kim, Wang y Park (2021)

mencionan lo siguiente:

En términos más generales, la política fiscal puede influir en el crecimiento económico a través de

canales tanto macroeconómicos como microeconómicos (FMI, 2015). A nivel macroeconómico, la

sostenibilidad fiscal es la piedra angular de la estabilidad macroeconómica que, a su vez, es

indispensable para el crecimiento económico. Cuando el gobierno gasta más que sus ingresos, es

decir, los ingresos tributarios y no tributarios que recauda de manera sostenida, el resultado

inevitable es la inestabilidad macroeconómica, lo que crea incertidumbre entre las empresas y

 desalienta la inversión privada. A nivel microeconómico, tanto los impuestos como el gasto pueden

influir en el comportamiento de las empresas de manera que promuevan el crecimiento. Por

ejemplo, los incentivos fiscales bien focalizados pueden promover una mayor inversión por parte

de las empresas y fomentar una mayor productividad a través de la investigación y el desarrollo

(I+D). Otro ejemplo es el gasto público en educación y salud, que contribuye a la formación de

capital humano, un ingrediente central del crecimiento económico.

Es evidente que los efectos de la política fiscal sobre el crecimiento económico son muy

variados. En lo que corresponde al gasto público, la inversión del gobierno destinada

principalmente a la infraestructura, educación, salud y otros servicios públicos estimula la

economía por medio de la creación de empleo e incentivando a su vez la inversión privada, pues

las empresas pueden beneficiarse de los proyectos financiados por el gobierno. Sin embargo, si el

gasto público es ineficiente o se destina a proyectos no productivos, este puede tener efectos

negativos en la economía, ya que puede generar inflación y disminuir la competitividad del país,

por tanto, si el gobierno tiene un déficit presupuestario, puede aumentar la deuda pública y

reducir la confianza de los inversores en la economía.

En lo que respecta a la recaudación de impuestos por parte de la política fiscal y su efecto en

el crecimiento económico, se tiene que, si los impuestos son demasiado altos, pueden

desincentivar la inversión privada y reducir la capacidad de las empresas para contratar

empleados y expandirse. Por otro lado, si los impuestos son demasiado bajos, el gobierno puede

tener dificultades para financiar sus programas y proyectos.

De esta manera, el vínculo estrecho entre la política fiscal y el crecimiento económico,

corresponde a sus efectos directos sobre la inversión, el consumo, la producción y el empleo en

una economía. Para estimular dicho crecimiento el Estado puede actuar sobre la demanda
agregada a fin de estabilizar los ciclos económicos, reducir la inflación y mejorar la

competitividad.

Por ejemplo, cuando una economía está en recesión una política fiscal expansiva que aumente

el gasto público y reduzca los impuestos puede estimular el consumo y la inversión, lo que a su

vez puede aumentar la producción (subida del PIB) y el empleo. Del mismo modo, si una

economía está en crecimiento, una política fiscal restrictiva que reduzca el gasto público y

aumente los impuestos puede reducir la inflación, frenando la subida de precios y mejorando la

estabilidad macroeconómica.

Instrumentos Control de Creación Crecimiento Mejora de Mejora de Redistribución

inflación Empleo eficiencia la balanza de la renta y
productiva de pago riqueza.
POLÍTICA FISCAL
Gasto corriente del X X
gobierno
Inversión Pública X X (X)
Subsidios a familias X

Incentivos a la X X
inversión
Imp. Renta de las (X) X
personas
Imp. Renta de las X X
sociedades
Controles de (X) (X)
precios Bienes y
Servicios
Es por ello que, si un gobierno quiere alcanzar el crecimiento económico para hacer frente a

una crisis económica, puede hacer uso de una serie de instrumentos, que incluye los gastos

públicos, los impuestos y la política presupuestaria y de endeudamiento que son considerados

como medios importantes para alcanzar esos objetivos gracias a su incidencia a una serie de

variables macroeconómicas, tal como se representa en el siguiente cuadro:

Fuente: Cuadrado R, Juan: Política económica, objetivos e instrumentos, 2001. (pág. 71)
 Sin embargo, ninguna política fiscal por sí sola garantiza el crecimiento económico, puesto

que debe existir instituciones y un gobierno que promuevan la estabilidad política y social, que a

su vez adopten medidas económicas coherentes con las leyes de la economía y que estén en

armonía con las políticas económicas.

Sea que haya una mayor o menor intervención e inversión del Estado, el sector público tiene

la responsabilidad de orientar las decisiones privadas de inversión y de consumo para que estas

respondan al interés nacional y se pueda fomentar el desarrollo económico. Por esto es muy

importante que, al formular un plan de política fiscal, exista una coordinación entre las

diferencias dependencias administrativas y los organismos autónomos que conforman el aparato

gubernamental. Esto solo se puede alcanzar si se integra la política fiscal como una herramienta

dentro una política económica global de mediano y largo plazo, que permitirá conciliar los

objetivos con plan de financiamiento que permita alcanzarlos. La coordinación financiera

apoyada con la conformación de un plan de desarrollo nacional va a permitir tener acceso a

información completa y a una comunicación efectiva entre los sectores de gobiernos, lo que va a

ayudar a incrementar exponencialmente la influencia de la política fiscal en la demanda global

para así influir en niveles de inversión y desarrollo.

Por esta razón, es importante que la política fiscal sea diseñada e implementada de manera

cuidadosa y estratégica para generar un crecimiento económico sostenible debido a que, esta

política representa un instrumento que puede estimular y mejorar la calidad de vida de los

ciudadanos, así como también puede frenar la economía. Al ser utilizada de forma correcta, esta

puede aumentar el empleo, el consumo y la inversión lo que a su vez lleva al incremento del PIB.

En un caso contrario donde su uso es inadecuado, puede generar efectos negativos de déficit

fiscal, inflación o endeudamiento público.

 FUENTES

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