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Capiruto 18 HEBREOS CONTENIDO Este libro comienza sin la salutacién ni el nombre del escritor y los destinatarios que ca- racterizan las Epistolas del Nuevo Testamento a excepeién de 1 Juan, que son tan comu- nes también en las Epistolas del periodo greco-romano. No obstante, si concluye de un modo tipicamente epistolar, con una bendicién, algunas observaciones personales, y un Altimo adids (13:20-25), Ademés, a juzgar por la especificidad de las advertencies y ex- hortaciones morales que salpican el documento, es evidente que el autor tiene en men- te a unos lectores muy especificos (ver 5:12; 6:10; 10:32), El modo natural de entender el sentido de 13:22 es que el autor esta haciendo referencia a todo el libro (aunque no le lame “epistoia” o “carta”),” Parece justificable dara este libro ef nombre de “epistola”,? teniendo también en cuenta que asi es como se lo ha clasificado en la Iglesia a lo largo dde la mayor parte de su historia. No obstante, en el periodo neotestamentario, con los términos “epistola’” 0 “carta” se aludia 2 una categoria extraordinariamente amplia, (ver el capitulo 8). La gran riqueza de recutsos retoricos que encontramos en Hebreas ha sugericio @ muchos estudiosos (es pro- bable que acertadamente) que, en su origen, esta obra habia sido una homnilia completa 0 tuna serie de ellas que se habia publicado con el formato de una carta un tanto extraia.> Esta parece bastante més probable que la proptesta de que las primeras lineas se perdie- ‘on por alguna razén, 0 de que la conclusién fue aiiadida mas adelante (sugerencias para las que no hay evidencia textual). En cualquier caso, se ha mostrado que Hebreos 13 for- ma parte integral de la obra en su conjunto.* Existe un amplio consenso respecto al tema general de Hebreos, a saber, la suprema- cia incondicional de Jesucristo, el Hijo de Dios, una supremacia que ningtin ser angélico ‘co humano puede desafiar. Por ello, el pacto por El inaugurado es superior a cualquier otro T Bao a pesarde la uaduccién de la NIV “te he escrito solo una earta cora" ef, TNIV: “te he escrito muy ‘overneme”. » Ver especialmente I obra Je C. Spieg, E'epiow avec Hebrew, 2 vols, EB (Pais: Gabalda, 1952-53), rece habla de Hebcens como-“uns homilia en forma escnts, que shade al fna algunas observacio- ines personales” (Phe Epistle to the Hebrews, NICNT, rev. [Grand Rapids: Eerdmans, 1990], 389) *Harokd W. Attidys, The Epistle ea the Hebrews, Hermencia (Fladelfa: Foress Press, 1989), 13-21 sui Usa ixtRoDuccion aL Nuevo Tastaminro que le haya precedido; su sacerdocio es mejor que el de Levi; el sacrificio por El presen- tudo es superior a los ofrecides bajo el cédigo mosaico; y de hecho, el propésito mismo de la revelacién anterior fue anticipar la venida de Jesucristo, apuntando hacia su persona ¥ las bendiciones que traeria consigo. Este tema de la supremacta de Cristo no sirve para dar forma a un ensayo abstracto; su propésito se pone repctidamente de relieve por medio de los pasajes parenétioos (2:143 3:7-4:11; 4:14-16: 5:11-6:12: 10:19-39% 12:1-13:17) que advierten a los lectores a no volverse de la fe eristiana a las formas de piedad que profesaron en otro tiempo. También existe un amplio consenso respecto al libro como una obra cuidadosamente claborada. No obstante, no se est tan de acuerdo cuando s¢ trata de determinat cual es ta ‘forma de dicha estructura, Algunos ven grandes movimientos tematicos, y concluyen que el argumento a favor de la superioridad de Jesis y de la fe cristiana se extiende desde 1:1 a 10:18, tras lo cual se imponen las exhortaciones (10:19-13:25).* La mayorla eonsideran ue esta sugerencia es poco rigurosa, puesto que las exhortaciones abundan en la primera seceién, y el argumento sigue su desarrollo en la iltima. Subrayando algunos esléganes, inclusiones literarias, y cosas por el estilo, algunos han argumentado que el cuerpo del li- bro se dispone entre una introduecién (1:14) y una conclusién (13:20-21), a las que se han afadido las glosas de una carta adjunts (13:19, 22-25), Se afirma que el cuerpo del fibro consta de cinco divisiones dispuestas segiin un eriterio quidsmico (ies 1:5-2:18, nombre mis elevado que el de los angeles; 3:1—5: 0, Jestis el misericordioso sumo sacer- ote; $:11-10:39, Jestis ¢! sumo sacerdote segiin et orden de Melquisedec; | 1:1-12:13, fe y perseverancia; 12:14-13:19, el apacible fiuto de justicia).* Como se ha mostrado, esta divisién del texto es un poco artificial:' por otra parte, tarpoco explica la intensidad y pe- sién del tratado, Otros creen que el libro esta formado por un extenso prélogo (1:1-4:13) ¥ un epilogo igualmente largo (10:19-13:25), entre los que encontramos dos exposicio- nes de Jestis como sumo saverdote (4:14-6:20; 7:1-10:18)." Estén también los que apelan ala presencia de recursos retéricos para justificar todo un surtide de bosquejos que varian enormemente.? Al menos algunos de ellos no son muy convincentes, como por ejemplo Ia idea de que la estructura del libro esti controlada por los pasajes parenéticos que se si- ‘tian paralelamente al comienzo y final do cada gran divisida (segin el esquema de Kiim- mel, 1:14:13; 4:14-10:31; 10:32-13:17, seguido de una conclusién epistolar). Pero no est nada claro que los pasajes parenéticos havan de dividirse (p. ej, ,aeaso 10:26-31 y 10:32--39 forman parte de bloques distintos®), Tales divisiones propician que algunos de estos pasajes parenéticos sean en gran medida ignorados (p. ¢j., 2:14) ‘Autridge observa acertadamente que Ia mayor parte de las unidades més pequefas es- tin bien delimitadas y que hay poca duda respecto a ellas.'” La cuestion es cémo vineu- "Pe ej Oui, 717221; Kd, The Liter he #Bres, TNT (Grind Rai: Gerda, 1963) 58-59, * Asi express Vanboye, La srcnreltérain de ire aux Hehrens, SN | (Pars: Desclée de Broower, 1963); Hugh Montefioe, d Commentary athe Epistle othe Hebnews, HNTC (San Francis: Harper, 1964). ‘Vera obrade Atridee, Hedrons, 15-16. * Peja ans Wintisch, Der Hebraerbrie, HNT 14, ned (Tubnga: Moli-Siebeck 1921). * Pah, Bamabas Liadars, “The Rhetorical Structure of Hcbrews," NTS35 (1989): 382-406, "tide, Hebrews. 522 Hiureos lar estas unidades dentro de la estructura general del libro. En la divisién que propone, Altridge busca un equilibrio entre “los principios estitivos y organizatives del discurso” Yy sus “caracteristicas dindmicas,” es decir, el desarrollo del pensamiento; sin embargo este acereamiento atenia la fuerza de los contrastes concretos que traza repetidamente la epistola.” Por cjemplo, Attridge dice que en 1:52:18 se presenta.a Cristo, el Hijo eter- no como el sumo sacerdote que legé a su exaltada posicién por medio del sufrimiento; ka vomparacién entre Cristo y los angeles es simplemente un “titulo superficial” que se uti- liza para desarrollar este tema, EI bosquejo de Guthrie es posiblemente el mas detallado y consistent.” Después de estudiar otras muchas propuestas, Guthrie se sirve de las herramientas de andlisis del dis- curso (Linguistica textual) para subrayar la compleja interaccién entre la exposiciéa y la exhortacion que se produce a lo largo de todo este docurnento, Su monografia presenta distintos matices y permite sutiiezas como ciertas coincidencias parciales. En un comen- tario posterior desarrolla su propuesta en ténminas précticos y ereibles.” En ocasioues tino se pregunta si la estructura no es un tanto Higida, y su trabajo ha de suplitse dando mis consideracién a la retérica de Hebreos."* En vista de los constantes debates acerva de la estructura el siguiente resumen analiza 1 desarrollo del pensamiento con el menor niimero posible de juicios respecto a cual sel mejor modo de formar una jerarquia de las unidades individuales, La introduccién (1:14) subraya la superioridad de la revelacién divina en Jesueristo, of Hijo de Dios asi como su carscter detinitivo. Bl versiculo 4 tiene una funcion transicional, y prepara el camino para el primer argumento acerea de la supetioridad del Hijo: Jesucristo es Superior a los seres angélicos (I:5—I4), Esto va inmediatamente sezuido de la primera ad- vertencia o umonestacién: puesto que esta revelacién es superior, es de vital importancia no desviarse del Evangelio que presenta, especialmente si tenemos en cuenta los terribles jai= ios que cayeron aun sobre quienes ignoraron la revelacién anterior, de menor trascenden- cia (2:1-4), Fl capitulo 2 continiin brevemente el contraste entre Jess y los angeles (2:5, 9), pero solo para revordar a los lectores que'el destino humano traseiende al de los én- geles y que para llevar a la humanidad a este destino, Jesis se la identificado con los hijos de. Adin caidos y mortales (2:5-18). fin pocas palabras, Jesucristo se ha convertido en su “anisericorioso y fiel sumo sacerdote en las cosas que a Dios atafion” (2:17). No obstante, antes dé ocuparse del tema del stimo sacerdocio, el autor presenta la fi- delidad de Jestis, y con ello introduce otro contraste, Tanto Moisés como Jesis fueron fic~ les en su servicio en Ia casa de Dios, pero mientras Moisés era solo un siervo, Jestis era el hijo (3:1-6). La mencién del servicio de Moisés en la casa de Dios conduce @ una severa advertencia para no eaer en Ia incredulidad como fue el caso de muchos de ta generacién Tina, 721 * George 8. Gute. The Structure of Hebrena: A Fext-Linguistc Amatsis, Now TSop 73 (Leiden: Bil 1093, "George H. Gutta, Hebrews, NIVAC (Grand Rapids: Zondervan, 199%), © Verespeciaimentc la obra de David A. deSilva, Perseverance andl Gratitude: A Sovio-Rhetorical Cam- ‘rant onthe Epa “r the Hebrews” (Grand Rapids Eeedmans, 2001: ytmbién Andrew H. Troter J, verti te Epil the Hebrews (Grand Rapids: Baker, 1997) 523 UNa INTRODUCCION Au Nuavo Testamento ide Moisés (3:7-19). Pero esto se exprest en términos de ina exposicién del Salmo 95:7 1] (Heb 3:7-11) y de la relacién que existe entre el reposo al que se invita a los lectores del salmo, el reposo inherente a Ii entrada a ta tierra prometid de Canaan, ¢ incluso el reposo que Dios disfruta desde que finalizé su trabajo creative inicial (3:74:11), Josué ‘condujo a sit generacion a la Tierra Prometida, sin embargo, el hecho de que algunos au tores biblicos posteriores prometan més reposo demuestra que la posesién de Canadin no puede ser el “reposo” definitivo, El reposo que proporciona Jesis es superior al del tera po de Josué, ¥ forma parte del “reposo” del propio Dios. Por tanto, cualquier esperanza de cludir la penctrante autoridad de esta revelacién es absoluta insensatez (4:12-13). El autor regresa al tema de Jesis como sumo sacerdote, subrayando el énimo que re- ciben los cristianos al acercarse a alguien tan cualificado para identificarse con sus debili- dades (4:14-16), Los mismos requisitos que se aplicaban a los sumos sacerdotes del anti- _guo pacto (5:14) los encontramos de maniera superlativa en Cristo (S:5~10) para nuestro aliento. La seccién termina haciendo referencia a Jesis como “sumo sacerdote segiin el orden de Melquisedec”, sin embargo, antes de analizar la importancia de este titulo, el autor introduce de nuevo cn la exposicién una severa advertencia (5:11-6:20): conde na la inmadurez espiritual (5:11-6:3), advierte que los apéstatas no pueden recuperarse (6:5-8), y anima a sus lectores a perseverar (6:9-12) en vista de la certeza de la promesa de Dios (6:13-20). Acto seguido, el autor retoma el tema del orden de Melquisedec (7:1-28),estableciendo ‘und relacién entre Génesis 14:18-20 y el Salmo 110 a fin de demostrar la superioridad del sacerdocio de Melquisedee sobre el de Levi, y sefalar que Jesiss perteneoe al primero. Fl punto crucial al que nos lleva este argumento es la permanente eficacia del sacrificio de Je- sis. A diferencia de los sacrificios del antiguo pacto, que no hicieron nada perfecto (7:19), el sacrificio de Jesis ¢s poderoso “para salvar para siempre a los que por medio de El se acercan a Dios” (7:25). Sin duds, en esta epistola ta idea de perfeccién significa esencial- riente Finalizaciéa, en concrete, la finalizacién del plan salvo de Dios" En vista de ello, el sumo sacerdocio levitico y el antiguo santuario no son mas que sombras del Nuevo Pacto ¥¥ del nuevo sumo sacerdocio que ya anticiparon los profetas del Antiguo Testamento (Heb 8:1-13; Jer 31-31-34), De hecho, e! mero amuncio det Nuevo Pacto ya habia convertido en obsoleto el pacto mosaico (8:13). Esta verdad conduce a una exposicién de los rtos del ta- bemdculo, especialmente del dia de la expiacién (9:1-10), para mostrar que el sacrificio de Cristo logra un efecto permanente al que nunca aspiraron los antiguos sactificios (9:1 1-28). De hecho, el antiguo orden fue disefiado como tna sombra de la realidad que habia sido ‘troducida por el nuevo (10:1~10). Incluso la entronizacién del nuevo sumo sacerdote da fe del carter definitivo y de In permanente eficacia de su obra expiatoria, Una vez mis se desarrolla una larga seccién parenética (10:19-11:39) disefiada para est- tnutar a los lectores 2 seguir adelante con su profesion crstiana. Desviarse es algo profunda- mente peligroso en vista de la exclusiva suficiencia del Nuevo Pacto. Lo que se requiere es Ver especialmente lx obca de David Peterson, Hebrews and Perfection: An Examination of the Com cept of Porferion in the “Epistle to the Hebrews". SNTSMS 47 (Cambridge: Cambridge University Press, 1982), 524, Hrioaeos, tuna fe perseverante: y también de esto las Esérituras nes presentan modelos (11:1-#0). Los lectores han de mirar a Jess, el pionero (no “autor”) y consumador de le fe (12:1-3), aquel ue ha abjerto el camino a Dios y completado (0 perfeccionado) todo lo que era necesario al respecto. En vistade ello, cualquier pruebe que los lectores hayan de encarar ha de ser sopor- tada como diseiplina procedente de Ia amorosa mano de Dios (12:4~-11), abandonar por falta de persistencia significa alinearse con Esatt(12:12-17). Deseaso de establecer otros contras- tes entre el antiguo pacto y el nuevo a fin de estimular la perseverancia, el autor contrapo- ne la ciudad celestial de Sién, a la que se acercan los cristianos, al Sinai terrenal del antiguo acto (12:18-29), combinando asi estechamente la exposicién biblica con la admonicién Las exhortacioncs finales (13:1-17) pretenden contrarrestar las distintas formas en {que el incipiente alejamiento de los lectores esta en peligro de manifestarse. Se presentan ‘mandamientos de caricter ético (13:1-6). Los Tectores hardin bien en seguir el ejemplo de ‘quienes les Hevaron el Evangelio (13:7-8) y en sujetarse a sus dirigentes (13:17). Entre tejida con este estimulo prictico, esti la exhoriacién a oftecer “sactificio de alabanza, un sacrificio que se contrasta con tos del antiguo pacto, puesto que éstos se curmplen en el sacrificio de Jesiis “fuera del campamento” (13:9-16). No importa si ello supone compar- tir su vituperio: a implicacion es que es infinitamente mejor compartir su vergiienza que apartarse de su Gracia El autor concluye con una peticién de oraciéa (13:18-19), una plegaria y una doxoto- «gia (13:20-21), algunas notas personales (13:22-23), y los tiltimos saludos y una bend cin (13:24-25). AUTOR En cl texto de Hebreos mvs antiguo que nos ha liegado —el P* (comienzos del siglo terce- ro)—esta epistola esté situada en el corpus paulino, justo después de Romanos." Esto re- flcja sin duda la conviecién de la Iglesia Oriental, dependiente ésta de la evaluacién mas prudente de varios importantes eruditos de la escuela Alejandrina, cuyas opiniones han sido ‘en gran media preservadas por Eusebio. En particular, tanto Clemente de Alejandria (e. 150-215 dC.) como Origenes (185-253) preservan la tradicidn de que Pablo es el autor de Hebreos, aunque reconocen las dificultades que ello conlleva. Bl griego de Hebreos es mis refinado que el de Pablo, y la consistencia dc la calidad retorica es bastante notable. Son sin ‘duda las similitudes que existen entre el griego de Hebreos y el de Lucas y Hechos, las que Tlevan a Clemente a suponer que Pablo escribié la epistola a os Hebreos en hebseo y sugic~ re que nuestro texto griego es una traduecién llevada a cabo por Lucas (H. £, 6.14.2), Cle- mente explica a ausencia de una signatura paulina afirmando que Pablo se dirigia aun gru- ‘po de hebreos que habian desarrollado un intenso prejuicio contra él, ¥ que, por tanto, este dejo pradentemente de consignar su nombre, Aunque Origenes insiste en que el contenido de Hebreos no es en nada inferior al que aparece en las cartas reconocidas de Pablo (H. E. ™ Aquellos que descen considers los disintos Igares qu ocupe en Tos manuscritos, pueden ver ia tra de Meter, 661-82. 25 Una tropuccioy at Nutvo TEstaMento: 6.25.12), sugiere que alguno de sus discipulos tomé nowas de lo que el apdstol habia dicho y redacté el material (#1. E. 6.14.13). Origenes conocia las opiniones de que tal redactor era Lueas 0 Clemente de Roma, sin embargo, él se niepa a especular: “Pero solo Dios sabe quign eseribié de verdad esta epistola” (H. E. 6.25.14). En la lelesia de Occidente, no.se aceptd la autoria paulina hasta la dltima mitad del siglo TV. Tanto el Canon de Muratori, como Treneo e Hipélito de Rom coneuerdan en que Pablo no fixe ¢] autor. Sin embargo, la tnica sugerencia altcrnativa es la de Tertuliano (en el siglo 1D, quien insiste que Hlebreos tiene mas autoridad que ef Pastor de Heras, debido al pres- tigio de su autor, a quien identifica como Bernabé, hackéndose eco de una opinién amplia- mente aceptada en sus circulos (De fa Modestia 20), En la época de Eusebio (c. 325), mu cchos en Roma todavia no consideraban que Hebreos fuers une epistola paubina. LLo que cambié In opinién en Occidente fue el eriterio combinado de Jeronimo y Agus- tin, Lo que persuadié a estos estudiosos de la antigiiedad, no fue tanto el peso de fa ertica literaria, como el hecho de que, reconocer la autoria apostélica de un libro era un paso muy importante para su aceptacién en el canon. Tanto JerSnimo (Epistola 129.4) como Agustin (El Perdén de Pecados 1.50) alusen a la prestigiosa opinién de las iglesias de Oriente. El primero reconoce que, en Occidente, muchos seguian teniendo dudas, y afirma que no im- porta quien fuera realmente el autor, puesta que esta obra “es honrada diariamente por su lectura en las iglesias”. A pesar de este sélido apoyo de la antoria paulina, inicialmente los sinodos occidentales mantuvieron una cierta distinci6n entre Hebreas y los documentos conocidos generalmente como paulinos. Tanto et Sinodo de Hipona (393 DC, 393) como el Terver Sinodo de Cartago (397) enumeran, “de Pablo el apéstol, treee Epistolas; del mis mo a los Hebreos, una”. En el Sexto Sinodo de Cartago (419), se atribuyen & Pablo catore ce Epistolas. Por lo general, en Occidente se sostiene la autoria paulina a partir de este mo- ‘mento, aungue no sin algunas advertencias por parte de los comentaristas mas ilustrados. Asi, Tomiés de Aquino afirma que Lucas tradujo la epistola en un griego excelente.” No fite hasta que, durante la Reforma, se cuestionaron incontables tradiciones anti- ‘guas, cuando también ésta fue sometida a una enérgien evaluacion. Calvino (en 13:23) sosluvo que el autor de Hebreos fue Clemente de Roma © Lucas; Lutero propuso (por pri mera vez, hasta donde sabernos) a Apolos, El Concilio (cat6lico romano) de Trento res pondid insistiendo en que existen eatorce epistolas paulinas (aunque en nuestros dias po- cos eruditos catélicos sostendrian esta idea). La tittima defense findamental de la autoria paulina de Hebreos se escribi6 hace mis, de medio siglo." Hoy practicamente nadie repetiria el esfuerzo."" Dejando @ un lado las "Tis de Aquino, Praia ala Eisokaa ios Hebreos, tad por Spica, Hebe 1.198. ° Willa Lema, Te Authorship ofthe Epi 1 the Hebrews Crd Problem and te of te Old Testamen: Rome: Vatican Polyght Press, 1939). Esa oben iene una gen dnd con Cares Forse, The Ap ‘stlial Authority ofthe Epis tothe Hcbrows: dips.» Which the Received Tl of the Grech Epil 15 dct Ane the Cvs of Ober, cen and Mtn, fons Oran o Sir D. Michal, hey pan Crowds of nerd Evidence Muerto Unni: Carpi a Comparative Anas the Se ad Sirwcur of Tas Epis, at ofthe Unelpeted Eplses ofS Pa, Reng 0 Tho Lhe woo Thee Ir _protanon (Canes: James Duncan 1838). ™ Lasdosexcepsimesson. Fa incr," Wieierauiabnc Prozssswo Sasi des Mabrervils"s Fet- 326

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