La esencia misma de la condición humana posee inherente a su naturaleza un
carácter inefable e inasible, características que impregnan a las ciencias humanas de toda una serie de particularidades, en muchos casos caracterizadas por tensiones, encuentros y desencuentros. Dicotomías que se diluyen en ese amplio y complejo espectro de motivaciones y emociones, que en el campo colectivo potencializan la dificultad de su estudio. A dicho escenario se ha enfrentado desde sus inicios la sociología, es por ello que aún en la actualidad cualquier intento por brindarle un estatuto científico a esta disciplina esencialmente humana se constituye en empresa polémica y ardua.
Cómo se incorpora la sociología a la sociedad colombiana y los escenarios
académicos, de dónde proviene, es decir cuáles son los presupuestos teóricos y los hombres interesados en su creación; al igual que la evolución de la misma en el contexto nacional en relación con las dinámicas del poder estatal. En torno a dichos cuestionamientos el presente documento realiza una serie de aproximaciones que a manera de comentarios sustentados desde el texto: Desarrollo de la sociología en Colombia de Gonzalo Cataño pretende brindar luces, al tiempo que se constituye en ejercicio de interiorización conceptual y de creación discursiva.
Si bien el presente documento se centra en el texto central antes
referenciado, no por ello evade, como todo comentario, posiciones personales, producto de referentes académicos y percepciones vivenciales por parte del autor. 2
DESARROLLO DE LA SOCIOLOGÍA EN COLOMBIA
Aproximaciones y reflexiones…
Es innegable que casi todo presupuesto filosófico, científico y técnico
existente en Latinoamérica y en particular en la macondiana tierra colombiana, es producto de la influencia, en algunos casos excesivos y en otros sutil, de paradigmas creados en los centros de poder económico e intelectual de occidente (Europa y Norteamérica). La sociología como joven disciplina de la familia de las humanidades no escapa a dicha mecánica. Surgida en pleno siglo XIX en Europa y como producto del interés intelectual de hombres como Augusto Comte, Tocqueville, Marz y Spencer quienes consideraron necesaria la existencia de una disciplina científica que engendrada de las ciencias humanas pretendiera convertirse en “la ciencia de la sociedad” (Henry Giddins); “ciencia de los fenómenos sociales” (Kovalesky), “ciencia de las instituciones” (Durkheim) o bien como “ciencia de la acción social en palabras de Max Weber, [Romero, 1980, p.10] uno de sus fundadores. Con esto se evidencia que la controversia siempre ha sido uno de los rasgos más distintivos de la sociología.
Posterior al periodo de establecimiento de la disciplina en Europa, surge
un momento de perfeccionamiento conceptual y depuración teórica y metodológica, dicho proceso de fortalecimiento y valoración de la sociología, fue el resultado de los significativos esfuerzos de hombres como Durkheim y Max Weber, quienes a la vanguardia de la nueva ciencia social, no sólo la visibilizaron sino que le brindaron un valioso campo de aplicación en el estudio del comportamiento social; pero este periodo denominado: clásico, se vio frustrado con las grandes confrontaciones bélicas de Europa, tanto la Primera Guerra Mundial (1914-1919) como la Segunda Guerra Mundial (1938-1945) sumirían a esta disciplina y a otras tantas, propias de las humanidades, en una especie de oscurantismo. Pero el legado europeo no sería olvidado Norteamérica, región que ya había vislumbrado las posibilidades de esta naciente disciplina, la acogería en su seno y la reivindicaría.
Con el ingreso pleno de los Estados Unidos en el escenario de la
sociología, dicha disciplina adquiere un nuevo posicionamiento, no sólo en los recintos académicos, sino en la estructura sociocultural del mundo contemporáneo. Surgen entonces centros de investigación que avalados por el Estado mismo, reivindicaron sus papel. La que en otrora fuera una profesión sin pretensiones lucrativas se hizo rentable e importante para las nuevas estructuras, que resultado de un nuevo 3
orden mundial, posterior a la guerra, implementaron las naciones
occidentales.
Fenómenos tales como: la vertiginosa urbanización de muchas naciones
desarrolladas y otras tantas del Tercer Mundo, al igual que nuevas etapas de industrialización, permitieron y han permitido a la sociología establecerse como una disciplina científica necesaria y pertinente en la interpretación y planificación de las sociedades del presente y del futuro, y no en pocos casos se ha posicionado como verdadera ciencia visionaria en cuanto al posible comportamiento de las comunidades humanas en determinadas circunstancias. Tal fue el caso, debidamente documentado, acontecido en los inicios de la décadas de los años 20s en Estados Unidos donde la estudios sociológicos predijeron un fracaso total en la implementación de la prohibición de bebidas alcohólicas (Romero, 1986, p.14)
La sociología como ciencia eminentemente humana ha tenido que
superar grandes escollos para adquirir un estatuto científico, que aún hoy algunos ponen en tela de juicio. En Colombia un primer momento se limitó a su definición, razón por la cual proliferaron publicaciones tendientes en tal sentido a sentar las bases epistemológicas y las posibilidades pragmáticas de la misma, como disciplina naciente la sociología abrevó de disciplinas concomitantes con su campo de acción y sus intereses; para lo cual extrapoló conceptos y métodos investigativos de la historia, la estadística, la antropología, la etnografía y la psicología entre otras. Dichos préstamos conceptuales y metodológicos fueron utilizados por sus críticos, en un principio, para limitarla al campo del análisis histórico y moral, y reducirla así a un intento utópico de análisis y descripción del comportamiento humano colectivo, el cual por demás, según sus detractores, era imposible de alcanzar.
II
La sociología en Colombia presenta sus orígenes desde 1880 cuando el
presidente Rafael Núñez la incorpora al contexto académico e intelectual de la nación; no obstante esta ciencia, como tantas otras disciplinas en Colombia, ha oscilado entre unos pocos momentos de valoración, bien sea académica o estatal, y otros de sincero declive y hasta de ostracismo. El quehacer sociológico en Colombia experimentó en sus periodos más aciagos, un significativo retroceso en relación con los postulados y experiencias de las naciones europeas y norteamericanas, ello como consecuencia lógica de la carencia de relaciones directas con los autores más representativos, quienes fueron sustituidos por sus textos introductorios y secundarios, con lo cual sus 4
interesados lectores se limitaron en sus primeras etapas a parafrasear a
sus maestros en numerosos textos introductorios; no obstante con el paso de las décadas se han presentado valiosos esfuerzos por contextualizar los planteamientos foráneos al ámbito nacional
Las dificultades de validez en el campo científico, no fueron los únicos
inconvenientes, que en el contexto colombiano tuvo que afrontar la sociología, posterior a dicho periodo de desconfianza intelectual, su relación con el Estado se transformó significativamente, si bien los gobiernos anteriores financiaron y promovieron sus reflexiones e investigaciones (República Liberal y el Frente Nacional), dicha actitud cambiaria dramáticamente, cuando la sociología encarnada en sus estudiosos e influenciados por las posiciones críticas de otras latitudes, deciden evidenciar las falencias del estado y su papel en el desequilibrio y la inequidad social de la nación colombiana. Tales desavenencias político-ideológicas forzaron a la sociología a refugiarse en espacios académicos de algunas cuantas universidades.
La sociología en Colombia se representa en tres grandes etapas: una
primer momento (1880-1930) caracterizado por esfuerzos de definición conceptual y adaptación al ambiente académico universitario, en dicho momento sobresalen nombres como Rafael Núñez y Salvador Camacho Roldán. Al finalizar dicho periodo hombres como Diego Mendoza de la Universidad Externado de Colombia y José A. Bermúdez de la Universidad Nacional cimentan las bases formales y pedagógicas para la enseñanza universitaria de la disciplina.
En un segundo momento que abarca los años comprendidos entre 1930
hasta 1959, se enriquece la sociología con la investigación empírica y las respectivas reflexiones sobre la evolución de la sociedad colombiana, gracias a ello el número de cátedras se incrementó, especialmente en las facultades de Derecho. La investigación empírica encontró ambientes propicios en instituciones del Estado como la Contraloría General de la República y el Ministerio de Educación, situación que se fortaleció con la fundación del Instituto Etnológico Nacional por parte de Paul Rivet y los estudios de López de Mesa y Nieto Arteta. En este periodo se pretendió organizar las actividades sociológicas con la fundación del Instituto Colombiano de Sociología en 1951. 5
Un tercer momento iniciado en 1959 y que se extiende hasta nuestros
días, se ha caracterizado por la fundación de verdaderas escuelas de sociología y por la valoración de los sociólogos como verdaderos profesionales de las ciencias humanas, posicionado ya no tanto como un profesor de una ciencia teórica, sino como un profesional idóneo con capacidades y experiencia investigativa capaz de formular e implementar estrategias y programas tendientes a asesorar a líderes políticos y con ello posibilitar cambios sociales positivos. Paralelo a dicho desarrollo la producción bibliográfica especializada se ha incrementado.
La práctica de la sociología en Colombia ha estado marcada, como su
inicio mismo, por su interacción con las posiciones ideológicas y las voluntades políticas de turno. Dicha influencia ha impactado tanto el ambiente académico como las posibilidades laborales de los profesionales de dicha disciplina. Situación ésta muy opuesta al papel que los sociólogos ostentan en países como Estados Unidos y Alemania, naciones en las cuales tanto las organizaciones gubernamentales como las privadas brindan espacios y recursos para estudios sociológicos, que a su vez redundan en la implementación por parte de los dirigentes políticos comprometidos en políticas de acción social que benefician el desarrollo de sus sociedades.
La dinámica histórica de la sociológica y su interrelación con el estado
en Colombia se presenta en palabras de Cataño, en los siguientes términos: surgida en 1880, promovió algunos debates en los años siguientes, pero hacia 1900 apenas se lo mencionaba. Tuvo un nuevo impulso durante la segunda mitad de la década del veinte, un ascenso durante los treinta, un estancamiento en los cuarenta y un nuevo ascenso en los cincuenta al calor de los estudios antropológicos, para alcanzar su afirmación final durante la década del sesenta con la fundación de las primeras facultades de sociología (2009, p.5), dichas fluctuaciones son el mejor ejemplo de la inestabilidad que la disciplina ha experimentado a lo largo de más de un siglo en Colombia. En la últimas décadas se le ha atribuido a la sociología diversos usos y cualidades, algunos la han valorado como una ciencia social idónea en la construcción teórica de un buen gobierno, para otros ha sido una disciplina eminentemente científica y reflexiva, y para algunos cuantos, un poco más utópicos, la disciplina más apropiada para predecir el rumbo de las sociedades y con ello transformarlas.
Johann Mauricio Suazo Saavedra
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Bibliografía
Cataño, G. (1986) Desarrollo de la sociología en Colombia en: La
sociología en Colombia: balance crítico. Ed. Plaza & Janes
Romero S. J. (1980) Sociología Jurídica: Ediciones librería del