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1.

LA FORMACIÓN ESPIRITUAL DEL LÍDER


El liderazgo en la Biblia:
Dios busca líderes
Los verdaderos líderes son difíciles de encontrar. Mucha gente y grupos los buscan constantemente, muchas veces para recargar en
ellos sus miedos por hacer las cosas por si solos. Este es un mecanismo de defensa llamado Substitución. Y tiene que ver con echar
nuestras cargas y responsabilidades en otras personas, en la mayoría de cados, por las que votamos en las elecciones populares.

En la historia bíblica Dios ha buscado líderes:


 1 Samuel 13:14
 Jeremías 5:1
 Ezequiel 22:30

La Biblia nos enseña que cuando Dios encuentra alguien conforme a su corazón y que esté dispuesto a hacer su voluntad, Él puede
usar su potencial hasta límites inimaginables.

Desde entonces han existido grandes líderes, de la talla de:


 Moisés
El gran libertador del pueblo de Israel de la Esclavitud de Egipto, soportando cada prueba que representaba ser guía de más de un
millón de personas en un candente desierto.
 Gedeón
Libró una gran batalla contra un enorme ejército solamente con la ayuda de pocos soldados, pero supo dejarse guiar por la voluntad de
Dios.
 David
El primer rey de Israel en la perfecta voluntad de Dios, su labor no solamente fue política, sino religiosa, pues compuso la mayor parte
de la himnología del pueblo hebreo y muchas profecías cobre el Mesías, conduciéndolos así a Dios con el ejemplo.
 Pablo
El gran apóstol de la iglesia gentil, llamado a ser el pionero de las misiones transculturales y compositor de las principales doctrinas de
la iglesia y la teología del Nuevo Testamento.
 Pedro
Fue el primer pastor de la iglesia al lado de Juan y demostró un temple jamás visto antes de la investidura del Espíritu Santo, dando
hasta su propia vida por sus ideales.
 Juan
Pastor de la iglesia y principal escritor de los doce apóstoles, enfocando sus escritos al principal mandamiento dado por su maestro:
"Ámense los unos a los otros".
 Martín Lutero
Líder reformador del siglo XVI, asiduo lector de los escritos de Juan Huss. Dio el principal paso para alcanzar una reforma de la
iglesia, basada en los principios teológicos del Nuevo Testamento, y eliminando todos los dogmas existentes. Traductor del Nuevo
Testamento al Alemán.
 Juan Wesley
Líder protestante del siglo XVIII, fundador de la iglesia metodista y precursor del movimiento Pentecostal, se levantaba todos los días
a las cuatro de la mañana a orar, y a las cinco predicaba el primero de un promedio de tres sermones diarios, habito que practicó
durante toda su vida.
 Juan Calvino
Líder de la iglesia reformada del siglo XVI, fundador del movimiento calvinista y principal teólogo de su tiempo.
Todos ellos tenían algo en común, no eran solamente líderes naturales, eran poderosos líderes espirituales, que tenían un llamado
definido y estaban dispuestos a sacrificar su propia vida por su Dios.
Para ser un líder de la iglesia hay que llenar ciertos requisitos, como una fortaleza de fe superior a la de los demás. Cada generación de
creyentes enfrenta el mismo desafío, encontrar lideres espirituales, por eso cuando aparece uno, es recibido con mucho agrado, pero la
felicidad termina cuando este líder envejece o se marcha, entonces renace la misma carencia de antes.

LA NECESIDAD DE LÍDERES ESPIRITUALES


Para que el mundo escuche la voz de Dios se necesitan líderes de autoridad, espirituales y dispuestos a sacrificarse por la obra. De
autoridad, porque la gente debe ser guiada hacia Dios, Espirituales, porque nadie puede hacer ese trabajo sin una buena relación con
Dios, Sacrificados porque ese es el modelo de Jesús.
Esa es la importancia del liderazgo espiritual, nadie los designa o nombra, sino es Dios quien los escoge para avergonzar a los sabios.

La vida espiritual: Es la que todos llevamos, pero casi nadie se da cuenta. Es ese miedo que sentimos muchas veces por algo que
hicimos y que no podemos explicar. Es más que nuestra vida psicológica, es donde radican nuestros más fuertes problemas.
Todos tenemos problemas sociales y morales. Estos son consecuencia de nuestra relación con Dios, pues allí radica la salud o la
enfermedad espiritual. Todos tenemos una vida espiritual, pero solamente le damos importancia a la vida material.

Problemas más comunes en la vida Espiritual


 Enojo
 Mal comportamiento
 Impaciencia
 Desesperación
 Desviaciones
 Depravación
 Vicios
 Neurosis
 Depresión
 Fobias
 Histeria
 Ansiedad
 Esquizofrenia
Todos estos problemas son por consecuencia de una vida espiritual desequilibrada y que el diablo ha aprovechado para producirnos
desórdenes psicológicos. Estos desórdenes psicológicos nos perjudican en nuestro servicio a Dios.

Lo que hace la psicología:


La psicología es una ciencia joven que se ocupa del estudio de problemas mentales y su tratamiento. Sin embargo ésta solamente
puede camuflar esas enfermedades. Esa mascara o camuflaje tarde o temprano se caerá provocando una crisis emocional o social que
tendrá efectos severos en la personalidad.
Esto es de lo que habló el apóstol Pablo en Romanos 8 y 9. El se refería a la lucha constante entre la carne y el espíritu. Todo aquello
que me contamina y desfavorece ante mi prójimo haciéndome quedar mal, es resultado de una enfermedad espiritual. Ej.:
 Desobediencia a los padres
 Falta de atención en clases
 Discrepancias o pleitos con mis semejantes
 Desacuerdos en el matrimonio
 Problemas en la iglesia
 Problemas en el trabajo

¿CÓMO TENER UNA VIDA ESPIRITUAL SANA?


1. Practicando las disciplinas espirituales
a. Oración
Comunicación con Dios. Mucha gente no ora, solamente pide al mejor estilo de los católicos, la oración no solamente conlleva
peticiones, sino debe incluir adoración, acción de gracias, confesión, intercesión y por supuesto, peticiones. Esa es la oración que
realmente vale.
b. Ayuno Bíblico
No solo el material sino el del espíritu Isaías (58). No basta con dejar de comer, se necesita un compromiso serio con la sociedad.
c. Lectura y estudio de la Palabra
De ninguna manera podemos servir a Dios sin un amplio panorama bíblico. El líder de hoy está llamado a interpretar correctamente
las escrituras, pues la iglesia está atravesando la peor de sus crisis doctrinales.
d. Perdón
El verdadero perdón no es el que disculpa y después toma sus medidas, sino el que olvida y da nuevas oportunidades. ¿Cuántas veces?
Setenta y siete veces diarias. El mejor ejemplo de perdón es el que Dios nos ha otorgado.
e. Adoración
En espíritu y en verdad. Adorar no en un verbo que se limita a tiempo y lugar, ya que se debe realizar en todo momento, La verdadera
adoración es la que se hace con sinceridad y verdadera necesidad de Dios. Aparte son las actividades comunitarias de cantos y
conciertos musicales, la adoración es individual.
f. Diezmos y ofendas. Nadie pude servirle a alguien al que le roba. Tenemos que estar a cuentas con Él. Dios bendice o maldice, las
maldiciones no son obras del diablo, o estamos baja un estado de bendición, o uno de maldición.
2. Siendo sinceros con Dios
a. No podemos ocultarnos ante Dios
Pues Él conoce perfectamente nuestra vida espiritual. Él nos creo y sabe muy bien que no solamente somos carne y hueso, sino que
también poseemos un espíritu que vino de Dios.
b. Confesando
La confesión es una muy buena disciplina, muchos la rechazan porque es usada por la iglesia católica, aunque lo que la iglesia católica
realmente usa es la absolución. Confesar es contar a otros, especialmente a mi pastor, lo que me sucede y lo que no me deja en paz.
Los psicólogos le llaman catarsis: Purificación, liberación o transformación interior suscitados por una experiencia vital profunda.
Eliminación de recuerdos que perturban la conciencia o el equilibrio nervioso.
3. Siendo sinceros con nosotros mismos
a. Ninguno debe tener un concepto diferente de si mismo que el que debe tener.
b. Debemos conocernos a nosotros mismos, nuestra psicología.
4. Siendo sinceros con los demás
a. Sin mascaras ni camuflaje
Cuando la gente nos conozca como somos realmente, quizá se sorprendan. Es mejor ser el mismo siempre.
b. Sin vergüenzas ni complejos
Somos creación de Dios, por lo tanto no debemos avergonzarnos de lo que somos.
La vida espiritual tiene que ver con nuestra actitud mental, nuestras fobias y complejos más profundos, si somos sinceros con Dios
podremos tener una vida espiritual sana y capaz de hacerse cargo de un liderazgo que conmueva los cimientos del infierno y que sea
capaz de salvar muchas almas con el poder de Dios. El líder espiritual es una persona diferente, cuyo trabajo tiene resultados que
repercuten en el cielo, en la tierra y el mismo infierno.
De ninguna manera podremos dirigir a un grupo de personas en la iglesia si aun tenemos enfermedades mentales y espirituales, pues
afectarán nuestro trabajo constantemente. Los creyentes de hace dos décadas les llamaban estorbos. Si esos estorbos siguen afectando
mi vida espiritual, un día no podré controlarme y estallaré, asombrándome a mi mismo y asombrado a los que me rodean.
Es el momento oportuno, antes de conocer las implicaciones del liderazgo espiritual, para que hagamos un examen profundo de lo que
en realidad somos y que necesitamos cambiar para ser los líderes que Dios espera que seamos.
Preguntas para reflexión
¿Te conoces a ti mismo?
¿Realmente eres sincero con Dios, o hay algo que le escondes?
¿Eres sincero con los demás, o se asustarían si te conocieran tal y como eres?

Liderazgo al estilo de Jesús


Marcos 10:43-44
El término líder, no se encuentra en la Biblia, y mucho menos en las enseñanzas de Jesús. Este es un término acuñado mucho tiempo
después por los ingleses, para referirse al jefe de un grupo, al que tenía el carisma de ser seguido por los demás a metas comunes.
La Biblia no dice: "Moisés mi líder", sino "Moisés mi siervo". Esto es lo que Cristo nos trató de enseñar a través de su ejemplo. Cristo
enseñó que la iglesia es una comunidad donde cada miembro sirve al otro. Pablo escribió en esta misma línea de pensamiento: "…
Sírvanse por amor unos a otros" Gá. 5:13.
La base más clara del liderazgo según Jesús se encuentra en Marcos 10: 42-43: "Saben que los que son tenidos por gobernantes de las
naciones se enseñorean de ellas y sus grandes ejercen autoridad sobre ellas. Pero, no será así con ustedes, sino que el que quiera
hacerse grande entre ustedes será siervo de los demás y el que quiera ser el primero será siervo de todos.
Los dos principios del liderazgo de Jesús
1. La soberanía de Dios en el liderazgo espiritual
Solamente Dios ejerce autoridad sobre nosotros pues de Él dependemos. (Marcos 10: 40) No podemos hacer nuestra propia voluntad.
Desde el momento que decidimos seguir a Cristo Él nos liberó de las cadenas de esclavitud del Diablo para hacernos esclavos suyos.
No nos dio libertad para hacer lo que queramos, sino que ahora hacemos su voluntad, que es perfecta y pura.
El liderazgo espiritual no es el resultado de la preparación teológica o el titulo de un seminario, aunque esto es importante. Jesús dijo:
"NO me eligieron ustedes a mi, sino que YO los elegí a ustedes" (Juan 15:16). Cuando respetamos esa soberanía de Dios, podemos
decir confiadamente: No estamos aquí por la decisión de un individuo ni por la decisión de un grupo, sino por la Omnipotente
designación de Dios.
2. El sufrimiento del liderazgo Espiritual
Nadie puede evadir el sufrimiento de Cristo si le ha expresado su deseo de servirle. En la Biblia tenemos el ejemplo del joven que se
ofreció para seguir a Cristo y cual fue la respuesta de Él. Los hombres y mujeres que están en este camino deben tener los ojos bien
abiertos y los corazones dispuestos a seguir al Maestro hasta el final.
Si los discípulos creían que recibirían un curso acelerado de liderazgo con incentivos y bonificaciones, Jesús pronto los desilusionó. Si
tu crees que ser líder es solamente dirigir a los demás y que por servir a Dios recibirás en esta vida un sinnúmero de incentivos y
bonificaciones materiales, es mejor que decidas si realmente quieres terminar este seminario o mejor te quedas con tus
antiguas teorías.
Fue duro para los discípulos darse cuenta que la grandeza viene mediante la servidumbre y que el liderazgo se logra volviéndose
esclavo de todos. No existe otro camino, en Cristo todo se vuelve al revés de lo que piensa la gente normalmente, si para los de afuera
es perfecto, puede que para Dios sea imperfecto. Si para la gente es bueno, puede que para Dios sea malo. Todo aquel que sea líder en
la iglesia, debe comprender que su liderazgo no es natural, carnal o empresarial, se trata de un liderazgo que viene de Dios, por lo
tanto debe basarse en los lineamientos bíblicos.
Si tu liderazgo es natural, especialízate en ciencias sociales, marketing, administración de empresas, recursos humanos y un poco
de judo, por si acaso. Pero si tu liderazgo es espiritual, tienes la enorme tarea de aprender los principios bíblicos para trazar en ellos tu
liderazgo, debes orar todos los días para conocer la voluntad de Dios para tu vida y ministerio.
Características del espíritu de servicio
1. Dependencia
Jesús cumplió las profecías de Isaías cuando obedeció fielmente a su Padre. Pablo dice que se humilló a si mismo. Renunció a los
privilegios que tenía como Dios y se entregó a Dios de una manera dependiente. En la misma medida en que nosotros nos despojemos
de nuestro ego y propios planes y propósitos y dependamos de Dios, el Espíritu Santo nos usará para sus propios fines.
2. Empatía
Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. El líder espiritual es compasivo con los débiles.
Misericordioso y comprensivo con los que caen. El siervo ideal no atropella a sus semejantes.
3. Aprobación
Dios en todo tiempo aprobó el ministerio de su Hijo. Todo líder espiritual recibe la aprobación del Padre, quien le ayuda en todo lo
que necesite.
4. Optimismo
El negativismo y el liderazgo no se llevan. El líder debe ser positivo y lleno de fe. El diablo trata de entorpecer el camino del creyente
llenándolo de pesimismo a fin de matar su fe, pero Cristo ofrece que cada día aumentará más en nosotros esa dependencia de Dios.
5. Modestia
Ni gritón ni aguafiestas, el siervo de Dios no se jacta de lo que es, simplemente sabe que debe cumplir con una misión y ¡hay de el si
no lo hace! Jesús fue tentado por el diablo tres veces, sin embargo desprecio la vanagloria, pues sabía que su poder no dependía de Él
sino de Dios.
6. Unción
No se puede ser líder espiritual sin la cobertura del Espíritu Santo. Ninguna de las cualidades anteriores vale sin la unción de Dios. Si
Dios no nos respalda, estas cualidades están huecas y sin propósito alguno. No podemos servir a Dios si Él no está con nosotros.
Moisés le dijo a Dios, "Si tu vas con nosotros, iremos y llegaremos a la tierra prometida. El ministerio de Jesús inició cuando el
Espíritu Santo vino a Él. Hechos 10:37-38.
¿Es el siervo mayor que su Señor? ¿Somos capaces de realizar un ministerio eficaz sin el respaldo del Espíritu Santo? Creo que no.
Preguntas para reflexión:
1. ¿Qué deficiencias nota usted en los líderes hoy día?
2. ¿Cuáles son las características de servicio que según UD. son las más escasas en la iglesia de hoy?
3. Piense en sus cualidades de liderazgo. ¿En cuáles debe mejorar?
4. ¿Qué obstaculiza que la gente ore?
5. Si UD. Estuviera en una isla, ¿Cuáles serían las tres cosas que desearía tener?

2. LOS COMPONENTES DE SER LÍDER


Componentes del liderazgo
LOS CINCO COMPONENTES DEL LIDERAZGO
Autoconciencia Definición Distintivos
Habilidad de reconocer y entender sus emociones, estado de ánimo e impulsos, Contabilidad en sí mismo
así como efecto en los demás.llll Autoevaluación realista
Sentido del Humor Autocrítico
Autocontrol Habilidad para controlar o redirigir impulsos y estados de ánimo. Confiabilidad e integridad
Propensión a eliminar los juicios, pensar antes de actuar. Conformidad con la ambigüedad
Apertura al cambio
Motivación al Pasión para trabajar por razones que van más allá del dinero y el status. Fuerte impulso hacia el logro
Logro Propensión a lograr metas, con energía y persistencia. Optimismo incluso frente al fracaso
Compromiso organizacional
Empatía Habilidad para entender las reacciones emocionales de los demás. Capacidad para fomentar y retener,
Habilidad para tratar a las demás personas de acuerdo con sus reacciones el talento.
emocionales. Sensibilidad Intercultural
Servicio a clientes y consumidores.
Habilidades Pericia en el manejo y construcción de redes de relaciones. Efectividad en liderar el cambio
sociales Habilidades para encontrar un espacio común y construir simpatía Habilidad para persuadir
Pericia en liderar y construir
equipos.

las características que deben marcar a un líder cristiano también son las marcas de la madurez bíblica que en esencia son el producto
de una espiritualidad verdadera. De hecho, la espiritualidad bíblica puede describirse por el término madurez puesto que la madurez
cristiana es el resultado del crecimiento producido por el ministerio del Espíritu a la luz de la Palabra
Sin embargo, al considerar estas marcas de madurez, nos vemos enfrentados con la realidad que son cualidades que deberían
encontrarse en la vida de todos los creyentes - hombres o mujeres. Por lo que permitan enfatizar que este estudio tiene una aplicación
en todos nosotros, cualquiera sea nuestro rol específico en la iglesia o en la sociedad. Como miembros del Cuerpo de Cristo, todos
somos líderes potenciales en algún grado, ya sea como esposo o esposa, padre o madre o como un empleado de una oficina. Como
hombres y mujeres cristianos, tenemos un rol de liderazgo cuando llevamos a otros a Cristo y cuando buscamos obrar como sal y luz
dentro de la sociedad. Tanto para hombres como para mujeres, estas son cualidades que aumentarán su capacidad como esposos o
esposas, como padres o madres, o como colaboradores en el evangelio de Cristo en ministerios como la Escuela Bíblica Dominical de
AWANA, o en el estudio bíblico del hogar.

Un Objetivo Primario Personal y Corporativo

Una de las metas primarias y personales de Pablo y también ministeriales, era alcanzar niveles más y más grandes de madurez
espiritual y ver a todos los cristianos hacer lo mismo. La meta del evangelismo, no es sólo ver a la gente llegar a Cristo. En realidad,
el mandato principal de la Gran Comisión, no es el evangelismos, sino hacer discípulos. Naturalmente, el hace evangelismo incluye el
evangelismo; pero va más allá.

La madurez espiritual fue una gran preocupación y un objetivo clave para Pablo y otros escritores de las epístolas del Nuevo
Testamento, como se ve claramente en los siguientes pasajes (ver Efesios 4:12s; Filipenses 3:12s; Colosenses 1:28; 4:12; 1 Corintios
2:6; 16s; Santiago 1:2; Romanos 8:28-29; 2 Pedro 3:18).

Una de las palabras griegas claves usadas aquí es ‘teleios’, “habiendo obtenido el fin, el propósito, completar, perfeccionar”. Era
usado para un adulto maduro, crecido. Al comparar Hebreos 5:13-14 y 1 Corintios 2:6; 3:1, vemos un contraste instructivo. Teleios
—‘maduro’— se contrasta con la palabra para ‘bebé’ —ne,pios’, en ambos pasajes. Es así que, en un sentido espiritual, teleios habla
de alguien que está completamente desarrollado, espiritualmente maduro de acuerdo a las cualidades espirituales detalladas en el
Nuevo Testamento.

Por lo tanto, el crecimiento espiritual y mayores y mayores niveles de madurez, son objetivos claves de las Escrituras y una
responsabilidad clave para los líderes de la iglesia (Efesios 4:11) y para los individuos en sus propias vidas (1 Pedro 2:2; Santiago
1:20).

Los Agentes que Usó Dios para el Crecimiento

El crecimiento y la madurez no se adquieren en forma natural. El bebé en Cristo requiere estar sano y consistente. Existen ciertos
agentes que Dios usa para desarrollar el crecimiento espiritual y llevarnos a una madurez en Cristo más profunda:

1. Obviamente, la Palabra es un elemento clave y necesario para el crecimiento espiritual (1 Pedro 1:23-2-3; 2 Pedro 1:3-4; 3:18;
Juan 17:17). En Juan 17:17, el Señor oró por la iglesia y dijo: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. La referencia aquí de
‘santificar’ o ‘santificación’, es fundamentalmente un sinónimo de crecimiento y madurez. Y expresa el objetivo del Señor para todos
los creyentes.

2. Los líderes de la iglesia (Efesios 4:11; 1 Tesalonicenses 5:12; Santiago 5:14).

3. El cuidado y preocupación del cuerpo de Cristo como un todo (Efesios 4:16; 1 Tesalonicenses 5:11).

4. Los sufrimientos o desafíos de la vida (Santiago 1:2-5; 1 Pedro 1:6; Salmo 119:67, 71, 75, 92).

5. Por último; pero no por ello menos importante, el ministerio de enseñanza del Espíritu Santo (Efesios 3:16; 1 Corintios 2:6-3:4).

¿A qué se Parece un Cristiano Maduro?

A uno que se está pareciendo a Cristo en Carácter (Efesios 4:13)

Entonces, ¿a qué exactamente se parece un cristiano maduro? El cristiano maduro es un creyente cuya vida comienza a tomar el
carácter de Cristo. Pero, ¿qué es eso exactamente? ¿Cuáles son las cualidades específicas que señalan que una persona se asemeja a
Cristo? Este es el enfoque y el punto de este estudio; pero antes de empezar a considerar algunas de estas cualidades, existen varias
cosas que deseamos cubrir como base antes de definir y de analizar las cualidades de la madurez.

Definiendo las Marcas de la Madurez


En general, ¿cómo podemos definir las marcas de la madurez espiritual? Estas marcas, de acuerdo a cómo se usan en este estudio,
involucran tres cosas:

(1)Son metas y nos entregan un objetivo el cual cada cristiano debe anhelar profundamente. Aquí tenemos metas por las que —
si nos referimos a relaciones con Jesucristo—lucharemos de la manera que lucha un atleta para alcanzar la banda que está al final de la
carrera. En esencia, esto debería abarcar parte de nuestro propósito de vida, porque en la medida que estas marcas se logren, también
lograremos otras metas que Dios tiene para nuestras vidas.

Como hemos visto, el crecimiento espiritual y la madurez, son temas importantes del Nuevo Testamento; pero hay dos pasajes que
aproximan el crecimiento espiritual y la madurez desde el punto de vista de las metas que debiéramos anhelar:

Filipenses 3:12-16

“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por
Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos
los que somos perfecto, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos
llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa” (Filipenses 3:12-16).

En este pasaje, el apóstol describe su lucha constante por el crecimiento hacia la perfección espiritual (madurez espiritual) y aún
cuando nunca lleguemos a la madurez completa mientras estemos en este cuerpo terrenal, esta búsqueda está presentada como una
meta (skopos, “una meta, una marca en la cual fijar los ojos”). El apóstol, para conseguir su anhelo en esta búsqueda, usó dos palabras
pintorescas. La primera la vemos en Filipenses 3:12 con el término “prosigo”. En griego ‘doiko’, que significa “correr detrás de,
perseguir, ir hacia” y por lo tanto, “luchar por, buscar”. La otra palabra se encuentra en el versículo 13, “alcanzar”. En griego, ‘ep-ek-
teinomai’, una palabra compuesta usada en la voz media que literalmente significa: “extenderse hacia algo”. La metáfora detrás de
las palabras usadas aquí es la de una carrera seguramente basada de los juegos ístmicos de la Grecia antigua. Los términos empleados
retratan a un corredor inclinado hacia delante con todo su cuerpo y sus manos intentando llegar a la meta con sus ojos fijos en ella.

1 Timoteo 1:3-6

“Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferentes doctrinas,
ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te
encargo ahora. Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida,
de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería” (1 Timoteo 3-6).

Aquí, nuevamente vemos la idea de una meta; pero el versículo 6 la aborda desde un punto de vista negativo, mostrando lo que sucede
cuando no nos enfocamos en las metas correctas. “Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de
buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería” (1 Timoteo 5-6).

Timoteo, como un líder cristiano, estaba cargado con la responsabilidad de instruir a los falsos maestros que estaba enfrentando en
Éfeso, por cuanto se estaban ocupando de lo concerniente a la religión de los hombres y a especulaciones fútiles. Se dan dos razones:

La primera razón es que tales especulaciones son inútiles y no promueven la administración de Dios. Esto se refiere al plan redentor
de Dios que incluye crecimiento y madurez espiritual, que son logrados por fe en la verdad del evangelio, la Palabra (versículo 4).

Pero la segunda razón es una falla enorme tanto para comprender y conseguir las metas bíblicas. Las metas mencionadas en este
texto, tienen dos caras: (a) las que promueven el plan redentor de Dios o la administración de promover el mensaje de Cristo y (b) la
que será el resultado de una enseñanza bíblica fiel —amor cristiano (‘agape’) auténtico.

En relación con este objetivo, Pablo señala que estos falsos maestros se han desviado. En el versículo 6, ‘desviarse’ es ‘astocheo’, “no
llegar a la meta cuidadosamente” y por lo tanto, “no lograr el objetivo”. No sólo debemos tener metas bíblicas, sino que además
debemos permanecer enfocados en ellas, al igual que el corredor enfocado e intentando alcanzar la meta final. Uno de los grandes
peligros que todos enfrentamos es la de fracasar en nuestro estado de alerta y enfoque en las metas bíblicas. Es demasiado fácil
desviarnos por los diferentes problemas de la vida y por las atracciones del mundo.

(2) Las marcas de madurez son también marcas de identificación y de confirmación. Identifican y confirman la realidad de
Cristo en nuestras vidas. Como tales, nos marcan con el sello de Cristo durante nuestras vidas. Nuevamente, debemos subrayar que
nadie llega completamente a este nivel; siempre habrá sitio para el crecimiento, por lo que estas son las cosas que siempre debemos
tener enfocadas (2 Pedro 1:12-15). En el día de hoy, las iglesias han, en alto grado, perdido su identidad. Es muy difícil por lo
general, distinguir a los creyentes de los no creyentes, basándonos en su carácter, valores, prioridades y objetivos.

(3) Como marcas de identificación y confirmación, hacen del poseedor de estas cualidades, un ejemplo, un modelo a seguir.
Estas cualidades demuestran la realidad de Cristo y hacen que los creyentes sean verdaderamente influenciables en la forma correcta.
Por lo que una de las grandes metas y productos de lograr las metas de la madurez, es que estas marcas permiten a los cristianos llegar
a ser ejemplos de la vida cristiana y del poder de cambio de vida que hay en estas personas y en la obra de Jesucristo. Todos los
cristianos; pero especialmente aquellos involucrados en roles de liderazgo, deben llegar a reconocer que Dios les ha llamado a llegar a
ser modelos de la semejanza de Cristo. Diremos al respecto, más adelante.

3. LA OBRA MINISTERIAL DEL LÍDER


El programa de Dios para la Iglesia envuelve el equipar a todos los miembros a fin de que sean dispensadores del ministerio. Según
Efesios 4:11, 12, los dones del liderato, tales como apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro, son dados para equipar a los
miembros de la Iglesia a fin de que sean dispensadores de la obra del ministerio.

El fruto y los dones del Espíritu de Dios, capacitan a los líderes de la Iglesia para el cumplimiento de su "llamamiento" o ministerio en
el Cuerpo de Cristo. Como ya ha sido señalado, es para equipar a miembros para que se conviertan en ministros. Con ese llamado,
Dios hace disponibles el poder y la autoridad para llevarlo a cabo.

El Espíritu Santo viene sobre nosotros para darnos poder y autoridad. De hecho, la palabra "sobre", cuando va relacionada con el
Espíritu Santo, casi siempre se refiere a los deberes y autoridad divina.

A. EL MINISTRO: SU PODER Y AUTORIDAD ESPIRITUAL


1. Jesús: Cabeza De La Iglesia
La Cabeza de la Iglesia es el Señor Jesucristo. La autoridad de la Iglesia viene de su Cabeza. Jesús dijo que toda autoridad, en el cielo
y en la tierra, le había sido dada. (lea Mateo 28:18).

Note de los siguientes pasajes de la Escritura, cómo el poder y la autoridad divina de Cristo están relacionadas con la presencia del
Espíritu Santo "sobre" Él:

"Y el Espíritu del Señor descansará sobre Él. El Espíritu de sabiduría, de comprensión, de consejo, de poder, de conocimiento y temor
de Dios. Su deleite será obedecer al Señor. No juzgará por lo que vea y oiga, sino por lo que es justo y correcto. Defenderá a los
pobres y a los desvalidos" (Is 11:2-4).

"Mira a mi Siervo, al que yo sostengo. Es mi Elegido y en Él me deleito. He puesto Mi Espíritu sobre Él. Traerá justicia y verdad a las
naciones… Llevará la justicia a todos los que han recibido mal" (Is 42:1, 3).

"El Espíritu del Señor está sobre Mí. Me ha ungido y llamado para llevar las buenas nuevas a los pobres y a los que padecen mal. Me
ha enviado a consolar a los que tienen el corazón quebrantado; a liberar a los que están heridos; a abrir los ojos de los ciegos… Porque
Yo, el Señor, amo la justicia" (Is 61:1, 8).

"Y el Espíritu Santo descendió sobre Él… Entonces Jesús volvió a Galilea lleno del Espíritu Santo y bajo Su poder… Y la gente se
quedó sorprendida ante su enseñanza porque Su palabra era con autoridad y poder… Con esa autoridad y poder dijo a los espíritus
inmundos que salieran – y salían" (Lc 3:22; 4:1, 14, 36).

El Espíritu Santo, en los versículos anteriores y en los posteriores, es representado como una túnica o manto regio sobre Jesús. Fue
"envuelto en" (vestido con) poder y autoridad.

2. Vestidos Con Poder De Lo Alto


Lucas 24:49, es una maravillosa promesa para usted y para mí: "Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: mas
vosotros asentad en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto"

El "hombro" en el versículo de la Escritura que aparece abajo, se refiere a la responsabilidad y autoridad divina, el derecho y la
capacidad (autoridad y poder) para gobernar: "Y el gobierno estará sobre Su hombro… Su gobierno de paz aumentará y no terminará
nunca" (Is 9:6, 7).
"Y Yo lo vestiré con tu túnica y fijaré tu cinturón en torno de Él. Daré tu autoridad y gobierno real en Su mano. Y la llave [gobierno]
de la casa de David descansará sobre Su hombro… Sí, colocarán sobre Él honor y todo el peso del deber real para la casa de su
padre" (Is 22:21, 22, 24).

Fue esta clase de gloria, honor y poder, lo que les fue dado a Adán y Eva en la creación. Habían sido creados a la imagen de Dios y
"vestidos" con autoridad divina. Deberían gobernar sobre toda la tierra bajo la inmediata dirección de Dios.

Sin embargo, cuando cayeron en el pecado, perdieron sus "túnicas reales" de justicia recta. Satanás se apoderó de su derecho a
gobernar y reinó sobre el mundo hasta que Jesús vino.

En la cruz fue privado de su poder y llevado a la derrota. Cristo fue el vencedor y reconquistó el derecho de reinar sobre el mundo que
le había sido dado al hombre, devolviéndoselo de nuevo (Lea Hebreos 2:14, 15).

Jesús fijó firmemente esta verdad en las mentes de Sus discípulos con estas palabras: "Todo poder y autoridad en el cielo y en la tierra
Me ha sido dado… Como el Padre Me ha enviado, así os envío Yo… En verdad, Yo os enviaré la promesa de Mi Padre sobre
vosotros. Así que, esperad en Jerusalén hasta que seáis vestidos con poder desde lo alto… Porque todos vosotros recibiréis poder
después que el Espíritu Santo venga sobre vosotros" (Mt 28:18; Jn 20:21; Lc 24:49; Hch 1:8).

3. Bajo Autoridad
Por la palabra del Señor y el poder de Su Espíritu se nos ha dado autoridad sobre los espíritus malos e incluso sobre el mismo diablo
(Lea Lucas 10:19). Santiago explica claramente esta verdad en su epístola: "Someteos a Dios. Resistid al diablo y huirá de vosotros"
(Stg 4:7).

La palabra "someterse" en la lengua griega del Nuevo Testamento, es un término militar. Significa "estar en filas bajo": colocarse bajo
la autoridad de un oficial de rango superior. Aquellos que están en autoridad deben colocarse bajo autoridad.

Cuando nos colocamos "bajo" la autoridad, esa autoridad viene "sobre" nosotros. Hablamos y actuamos en el poder de esa autoridad,
no en la nuestra.

La misma verdad se aplica a la autoridad espiritual. Cuando nos colocamos bajo la autoridad de Jesús, Su autoridad viene sobre
nosotros. Cuando hablamos Sus palabras y obedecemos Sus órdenes, el poder de Su Espíritu respalda nuestras acciones. Estamos
hablando y actuando en Su lugar. Él está hablando y actuando a través de nosotros. No es de extrañar que el diablo tiemble y huya.

B. CÓMO DESCUBRIR Y DESARROLLAR SU MINISTERIO


Dios ofrece a cada líder o dirigente el poder y la autoridad necesarios para cumplir su ministerio o llamado.
La pregunta es: "¿Cómo descubrimos o desarrollamos nuestros ministerios y los de nuestros miembros? ¿Cómo descubrimos nuestro
llamamiento? ¿Cómo nos podemos preparar mejor para tal llamado? ¿Dónde podemos empezar a ponerlo en práctica?" Estas son
buenas preguntas y merecen buenas respuestas.

1. Llamamiento Por Dios


Nuestro ministerio en el Cuerpo de Cristo es elegido por Dios, no por nosotros o por los demás. (Lea Hebreos 5:4) El Espíritu mismo
establecerá un llamado dentro de nuestros corazones. Cuando se desarrolle, Dios lo notará y dará Su aprobación y lo promoverá.
David dijo: "Porque la promoción y el poder no vendrán de ningún sitio de la tierra, sino sólo de Dios" (Sal 75:6, 7).

Dios establece dentro de Su Iglesia dirigentes locales quienes fungirán como pastores de Su rebaño. Los pastores son llamados a
proteger, dirigir, corregir, alimentar, enseñar y cuidar de las ovejas. Tal supervisión es necesaria para que los ministerios de los
miembros se desarrollen de una manera equilibrada y sana.

2. La Iglesia Local
Esto significa que los miembros deberían estar relacionados con el Cuerpo de Cristo en una iglesia local. Si hay pastores locales que
son sabios, amorosos, llenos del Espíritu Santo y de fe, la iglesia local es el contexto más seguro y sabio en el que los ministerios
pueden crecer y desarrollarse.

Se podría evitar mucho dolor, muchos problemas, mucho tiempo y energías, si los miembros pudieran tener dirigentes sabios y
amorosos. ¿Es usted uno de ellos? Éste es el plan de Dios para Su pueblo. Para que Su plan funcione, necesita pastores que sean
amorosos, leales, fieles y comprometidos con el Señor y Su rebaño.

Ninguna iglesia local es perfecta, el Señor no exige dirigentes que sean perfectos. Utiliza dirigentes imperfectos para perfeccionar a
miembros imperfectos.
Si el Señor le ha llevado a una iglesia local pastoreada por un pastor mayor en edad, entonces, honre la autoridad del dirigente como lo
haría con la propia autoridad de Cristo. Haga las cosas lo mejor que pueda para ayudarlo de todas las maneras posibles y para apoyar a
tal pastor como lo haría con el mismo Señor.

3. Las Prioridades Del Dirigente.


Nuestro ministerio en el Señor comienza con aquellos que son parte de nuestro círculo de vida. Nuestras vidas tocan a muchos otros
cada día. Por consiguiente, deberíamos empezar con la gente de nuestro propio pequeño mundo, familia, iglesia, escuela, trabajo y
comunidad.

Nuestro deseo es compartir la vida, el amor y la verdad de Jesús con ellos. Desearemos hacer esto de una manera cálida, práctica y
personal. Busquemos ayudar y servir a los demás siempre que podamos, en el nombre del Señor.

Confíe en el Espíritu Santo para que fluya diariamente a través de su vida y lleve Sus bendiciones a los que están a su alrededor. A
medida que entregue el amor de Dios de maneras diminutas, vendrán mayores ocasiones de hacerlo. Veremos las necesidades que hay
que suministrar y cómo podemos hacerlo con nuestro prójimo.

Cuando busquemos llevar la vida de Dios a través de nuestras palabras y hechos, aprenderemos a confiar en el Espíritu Santo para que
nos dé Su ayuda y poder.

El fruto y los dones del Espíritu funcionarán juntos de una manera hermosa y equilibrada. Puede que ni aun estemos conscientes de
cuán poderosos sean en nuestras vidas pero otros sí los notarán.

C. LOS CINCO DONES BÁSICOS DEL MINISTERIO


Es verdad que los cinco dones ministeriales de apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro, son el fundamento sobre el que descansa
la Iglesia (Lea Efesios 2:20; 1 Co 3:10, 11). Pablo los menciona en su carta a los Efesios como sigue:

"Cristo ha dado a cada uno de nosotros un don especial de Su gran almacén de gracia. Por eso dice el salmista: Cuando fue levantado
al cielo, dio dones a los hombres…

Los dones que Él dio fueron hombres con ministerios diferentes: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.

Hizo esto para que el pueblo de Dios pueda estar mejor equipado para servirle. Estos dones son necesarios en el Cuerpo de Cristo a fin
de que crezca con poder y firmeza" (Ef 4:7, 8, 11, 12).

Revisaremos brevemente estos cinco ministerios de liderazgo.

1. El Apóstol
Es un hombre que tira o echa el fundamento (planta) de nuevas iglesias. Nombra dirigentes locales y los entrena antes de moverse
adelante. Se mantendrá en contacto con ellos y les informará de lo que Dios está haciendo en la Iglesia por todo el mundo. Los
apóstoles de Cristo tienen un llamado especial que cumplir en cada generación. Este don para el ministerio es tan importante hoy en
día como lo fue y será en cualquier otra época de la historia de la iglesia (Lea Lucas 11:49; 1 Co 12:28; Ef 2:20).

2. El Profeta
Es un hombre con un mensaje oportuno procedente del corazón y mente de Dios. Predice eventos. Habla a dirigentes y a otros
diciéndoles respecto a lo que deparará el futuro si se apartan de la perfecta voluntad de Dios. Su función menor es también "edificar"
(construir), "exhortar" (despertar) y "consolar" (animar) al Cuerpo de Cristo (Lea Hechos 11:28; 13:1; 21:10, 11).

3. El Evangelista
Es un hombre que predica el evangelio de Cristo a los pecadores. Su mensaje es sencillo, directo y en el poder de la palabra de Dios.
Los hombres son movidos a tomar una decisión en relación con Cristo (Lea Hechos 8:5-40; 21:8).

4. El Pastor
Es un hombre con corazón de pastor, cuida de cada oveja personalmente pero vigila al rebaño como un todo. Busca dirigir, proteger,
corregir, alimentar y consolar al pueblo de Dios en el contexto de la iglesia local (Lea Juan 10:11-18).

5. El Maestro
Es un hombre que siente un amor especial hacia la palabra de Dios y hacia Su pueblo. Procura enseñar la verdad divina tanto de una
manera práctica como personal.
Ministra a las mentes de los hombres a fin de que conozcan cómo caminar sabiamente en la voluntad de Dios (Lea Nehemías 8:4-8).

D. DONES DE LIDERAZGO PARA ENTRENAR Y EQUIPAR A LOS CREYENTES


El Apóstol Pablo, nos dice que Cristo dio estos cinco dones de liderazgo para preparar a los creyentes nacidos de nuevo a fin de que
lleguen a ser miembros capacitados para dispensar o servir. Los santos tienen que estar equipados y deben estar listos para servir.

1. Los Miembros De La Iglesia Deben Aprender A...


Aquellos que han sido llamados a uno de los cinco ministerios de liderazgo tienen un deber de importancia triple que ejecutar.

Tienen que enseñar a los miembros de su iglesia respecto al como:

a. Servir Al Señor

b. Servirse Los Unos A Los Otros Y

c. Servir al mundo

2. Enséñeles Como
Equipar a los miembros para cumplir estas tres áreas ministeriales, implica enseñarles el cómo hacer lo siguiente:

a. Adorar en Espíritu y en verdad

b. Vigilar, orar e interceder

c. Combatir la guerra espiritual

d. Estudiar las Escrituras

e. Crecer en el carácter de Cristo

f. Ejercer los dones del Espíritu

g. Escuchar la voz del Señor

h. Servir a los Santos, el pueblo santo de Dios

i. Testificar a los pecadores

De esta manera, los miembros madurarán y se desarrollarán en el Señor Jesús, de tal manera que fortalecerán Su Cuerpo, que es la
Iglesia.

3. Cada Miembro Un Ministro


El pueblo de Dios no puede seguir siendo como los niños que siempre están esperando la ayuda de los demás. Tienen que crecer en
Cristo para que puedan servir en el reino de Dios.

"Porque debiendo ser ya maestros a causa del tiempo, tenéis necesidad de volver a ser enseñados cuáles sean los primeros rudimentos
de la palabra de Dios; y habéis llegado a ser tales que tengáis necesidad de leche, y no de manjar sólido

Que cualquiera que participa de la leche, es inhábil para la palabra de la justicia, porque es niño; Mas la vianda firme es para los
perfectos, para los que por la costumbre tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal" (He 5:12-14).

¡Cada miembro debe convertirse en un ministro que ministre al Señor, a los creyentes y al mundo!

E. OTROS MINISTERIOS MENCIONADOS POR PABLO


Además de los cinco dones básicos para el ministerio mencionados arriba, Pablo incluye otros ministerios para los miembros, los
cuales, caen dentro del programa de entrenamiento para:
• Ministrar al Señor
• Ministrar los unos a los otros
• Ministrar al mundo (no creyentes)

Estos son los siguientes: (Lea Romanos 12:6-8 y 1 Co 12:28, 29).

1. Sirviendo Y Ayudando
Esto se refiere a los servicios prácticos en la comunidad local. Incluirá el oficio de diácono pero incluye también muchas otras
actividades.

2. Exhortación
"Exhortar" significa animar, inspirar, advertir e informar al pueblo de Dios. El propósito de este ministerio, es animar a los creyentes
para que adoren, trabajen, guerreen y testifiquen para el Señor. El "exhortador" pone fuego en nuestra fe.

3. El Ofrendar (Dar)
Este ministerio envuelve el ofrendar o dar de los bienes terrenales de uno (usualmente dinero) para el sostén de la obra de Dios. El
dador debe ser honesto, sincero y humilde. Tiene que ser sensible al Espíritu y dotado de sabiduría. Sólo entonces podremos ofrendar
la cantidad correcta, a la gente correcta, en el momento correcto y por las razones correctas.

4. Administración (Gobierno)
Este ministerio se refiere a dirigentes sabios, fuertes y amorosos que conocen cómo planear, organizar, entrenar y establecer
presupuestos, a fin de rendir cuentas a la iglesia. Envuelve la estructura y organización necesarias para supervisar los asuntos de la
iglesia (Lea Hechos 6:3).

5. Misericordia
Este ministerio requiere simpatía, un sentimiento de cuidado hacia los demás y sabiduría para saber lo que hay que hacer. La sabiduría
está unida a la acción práctica.

Es un llamado que no sólo se ocupa de las necesidades prácticas, sino que trae fe, esperanza y amor hacia los que necesitan ayuda.
Hay una gran necesidad en el Cuerpo de Cristo de tales "agradables ángeles de misericordia" (Lea Santiago 2:13-16).

6. Milagros Y Sanidades
Los milagros muestran el poder de Dios y prueban Su presencia. Su propósito es señalarles a los no creyentes hacia Dios y edificar la
fe de los santos. Son señales del amor divino en acción a favor de aquellos que están en necesidad. Estos ministerios preparan el
camino para el evangelio de la gracia de Dios.

Los dones de sanidades (plural en los manuscritos griegos originales) existen para suplir el poder sanador de Cristo a los que están
enfermos.

Es una bendición tener estos dones funcionando en las vidas de los creyentes.

F. MÁS MINISTERIOS EN EL CUERPO DE CRISTO


Hay otros muchos ministerios que son apoyados por la Escritura. Con una poca de imaginación podemos añadir otras funciones a
nuestra lista.

1. Intercesión
La oración y el ayuno en favor de otros han sido siempre poderosos, aunque a menudo se hagan a un lado, ministerios en la Iglesia.

2. Hospitalidad
Una cálida bienvenida en un hogar cristiano ha sido de gran bendición a muchas vidas. Muchos ejemplos pueden ser encontrados en la
Escritura.

3. Visitación
Podemos llevar el amor de Dios a otros cuando no pueden venir hasta nosotros. Debemos visitar a los enfermos, las personas de edad,
los solitarios e incluso los que están en prisión, pues Jesús desea que los alcancemos a todos.

4. Preocupación Social
Dios desea con gran ahínco que alcancemos a los pobres y a los necesitados, a los que han sido expulsados o rebajados. Él puede
tocarlos sólo a través de nosotros.
5. Literatura
El poder de la palabra escrita es muy grande. Dios ha dado el don de escribir a muchos. Se extiende desde las cartas personales hasta
la publicación de artículos y libros. Requiere mucho esfuerzo pero las recompensas son grandes.

6. Medios Modernos De Comunicación


Se han realizado muchos avances en radio, películas, televisión y otros campos de comunicación. Estos son métodos modernos
mediante los cuales podemos testificar. Dios ha dado capacidad y entrenamiento a creyentes que desea utilizar de manera creativa. Si
no nos movemos en estas áreas para Dios, el diablo estará encantado de tomar nuestro lugar.

7. Arte
El favor que Dios ha dado a la música cristiana, ha sido una gran bendición durante años. Es hora de que otras formas artísticas
vuelvan plenamente al santo propósito de Dios. Pueden ser tocadas por el Espíritu de Dios para ayudarnos a enseñar, a enriquecer
nuestra adoración y mejorar nuestro testimonio para el mundo. Ya no será el arte por amor al arte, sino el arte para la gloria de Dios.

8. Reconciliación
"Reconciliar" significa unir en paz a aquellos que han sido enemigos. En primer lugar, por supuesto, está la paz de una persona con
Dios.

Después, es necesario estar en paz los unos con los otros. Esto es verdad de una manera muy especial en la Iglesia. La hostilidad y la
contienda entre creyentes es como una dolorosa herida en el Cuerpo de Cristo. No es extraño que las Escrituras declaren:
"Bienaventurados los pacificadores...".

C. PENSAMIENTOS FINALES SOBRE EL MINISTERIO PERSONAL


Es fácil ver que muchos de los ministerios mencionados anteriormente se complementan entre sí. Una sola persona puede tener más de
una función en su servicio para el Señor.

Además, un ministerio puede llegar a convertirse en el fundamento sobre el cual otro edifica. Felipe, el "siervo" fiel, más tarde se
convirtió en Felipe el "evangelista" en llamas (Compare Hechos 6 y 8).

Todos nosotros tenemos un llamado en el Cuerpo de Cristo. Empecemos donde estemos, con lo que tenemos, AHORA. El Espíritu
Santo, nuestro divino Ayudador, proveerá el fruto y los dones que necesitamos para nuestro llamado.

Es deber nuestro "cultivar" o desarrollar el fruto volviéndonos al Espíritu de Dios durante los tiempos difíciles. Y tenemos que
aprender a "sobresalir" o hacer las cosas bien en lo que al uso de los dones espirituales se refiere. Nuestro deseo es llegar a ser siervos
buenos y fieles del Señor Jesucristo.

El ministerio personal es descubierto y desarrollado mejor dentro de la comunión de una iglesia local llena del Espíritu. Bajo una
dirección sabia y amorosa, encontraremos nuestro lugar y función en la familia de Dios. De esta manera, la Iglesia de Jesucristo se
hará más fuerte y más sólida.

Entonces, estaremos listos para servir al Señor, los unos a los otros y a todo el mundo.

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