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Num. 24 Octubre 2008

Sri Lanka: tristeza por el cese de la ayuda


Continúa la guerra en Sri Lanka. Esta semana hubo un
horrible atentado en la ciudad de Anuradhapura,
atribuido a los LTTE (Tigres de Liberación Tamul),
mientras que en la otra parte del país, decía la BBC,
que numerosos civiles huían de Kilinochchi, ciudad del
Norte, bajo los bombardeos y los ataques de la
artillería. El número de desplazados se estima en unos
200.000.

Una de nuestras hermanas nos ha enviado este relato


escrito a mediados de septiembre por un empleado de
un ente internacional de ayuda de Kilinochchi. Esta ciudad es el cuartel general de los LTTE.
Como ya os hemos contado en el último Flash, algunas comunidades de la Sagrada Familia
estaban en Vanni. Según su Provincial, Sr. Yolande Mathias, las hermanas están con la gente,
buscando refugio donde y como pueden.

Durante las últimas semanas que pasé en Era cada vez mayor el número de
Kilinochchi reinaba el presentimiento de que desplazados, debido a los enfrentamientos que
el ejército, que se acercaba desde Sudoeste, tienen lugar en el peligroso sudoeste de
no traería nada bueno. El recrudecimiento de Vanni. La gente tiene miedo de la artillería
la Guerra entre LTTE y el gobierno llevaba que se acerca cada vez más y huye del ruido
consigo enfrentamientos entre las dos partes insufrible del bombardeo. Debido a las
cada vez más cerca de la ciudad. Como escasas posibilidades de transporte las
consecuencia, se producían desplazamientos familias no pueden ir lejos, justo unas
masivos de los ciudadanos civiles de la región decenas de kilómetros, buscando refugio bajo
de Vanni. Un día tras otro el estruendo los árboles. A pesar de todo los militares les
constante de la artillería pesada se oía cada alcanzaron y con ellos el bombardeo. Muchas
vez más cerca. Nunca escuché disparos ni el veces tenían que desplazarse después de un
ruido de la lucha cuerpo a cuerpo, pero día y par de días. Poco a poco se aproximaron a
noche llegaba el ruido sordo de los cañones, Kilinochchi y nosotros comenzamos a
el bombardeo constante de la artillería y de encontrarnos con ellos y a escuchar sus
los lanza- cohetes. historias.
decisiones dolorosas. Tienen que dejar a su
esposa e hijos bajo las bombas y los ataques
aéreos para venir con nosotros, continuar
trabajando y ganando dinero, o quedarse con
su familia con la posibilidad de verse forzados
a formar parte de los LTTE y a que les envíen
a combatir.

Como el estruendo de los obuses se acercaba


cada vez más era urgente tomar decisiones, el
grupo debía comenzar a moverse hacia las
zonas controladas por el gobierno dejando
Estaban hambrientos, cansados, traumatizados atrás a nuestra querida gente.
y con miedo. Los niños no iban a la escuela
desde hace meses, los padres han perdido sus Me viene a la memoria un ataque aéreo del
medios de vida, algunos, como los pescadores que escapé por milagro. Recordaré siempre el
ya no tienen redes, ni barcas ni motores. Las ruido de los bombarderos, el estruendo de sus
madres viven el sentimiento doloroso de ser motores cuando bajaban en picado del cielo y
incapaces de proteger, y educar a su familia. las explosiones de las bombas cerca de
nosotros. Pero a mi salida de Kilinochchi la
Los profesionales hacemos lo posible para imagen que permanece en mi es la del pánico,
proveer agua e instalaciones sanitarias; la de la gente traumatizada. Como todos los
construimos campos de emergencia en las que trabajan en las agencias de ayuda,
zonas que pensamos que podrían estar a nosotros tenemos bunker fortificados con
salvo. Pero con el pasar del tiempo, el ejercito cemento, pero la gente de Kilinochchi tiene
se aproxima cada vez más a Kilinochchi. agujeros en la tierra fangosa. He visto niños
Ofrecer una cierta seguridad es cada vez más temblando de miedo y madres intentando
difícil y alcanza niveles de emergencia; son calmarlos aunque ellas también temblaban.
cada vez más frecuentes sobre la ciudad los
ataques aéreos y de artillería.
El gobierno de Sri Lanka nos presiona para
que dejemos la región aludiendo que no puede
asegurarnos la protección en esta ciudad.
Somos un grupo internacional de 10 y hemos
empezado la dolorosa tarea de cerrar los
despachos y marcharnos a las zonas
controladas por el gobierno. Sentimos
culpabilidad y frustración al tener que irnos
cuando la ayuda humanitaria se necesita en la
mayoría de las comunidades, cuya situación
conocemos y donde hemos entablado Habíamos planificado dejar Kilinochchi el
relaciones muy fuertes con la gente. viernes 12 de septiembre pero la gente hacía
manifestaciones de protesta a gran escala
Reina el pánico fuera de nuestros barracones. Coreaban: “¡No
Los LTTE tienen un sistema de pases para los os vayáis! ¡No os vayáis! Los manifestantes
que quieren salir de Vanni hacia las zonas eran corteses y respetuosos, no estaban
protegidas por el gobierno. A Algunos de los enfadados, sino desesperados. Les
miembros de nuestro grupo se les ha negado aterrorizaba la perspectiva de nuestra partida
por una u otra razón. El pase se otorga a los definitiva, más bien que la perdida de la
individuos, no a las familias. Quienes lo ayuda. Pensaban que en el futuro se llevarían
consiguen se ven obligados a tomar a cabo muchas atrocidades sin presencia
internacional y sin testigos del conflicto, sin
que nadie pudiera presenciar lo que estaba artillería pesada y fuertes bombardeos nos
ocurriendo. marchamos de la ciudad de Kilinochchi, y nos
dirigimos hacia las zonas controladas por el
Las manifestaciones de protesta continuaron gobierno. Dejamos atrás a algunos
durante tres días. Pero teníamos las manos compañeros que no pudieron obtener el pase.
atadas. Los últimos dos días en Kilinochchi
pasamos mucho tiempo en nuestros refugios, Al marcharnos compartimos lágrimas,
porque los ataques aéreos, y los de la artillería sentimientos de terror e intensa culpabilidad.
se intensificaban en la ciudad y en sus Yo sentía una vergüenza profunda cuando
alrededores. Durante estos días el ruido fue pasábamos delante de los civiles, nos
tremendo, todo temblaba y el aire estaba dirigíamos hacia las zonas más seguras y
cargado de obuses que iban cayendo sobre la llevábamos chalecos antibalas y cascos, en
ciudad. Muy cerca oíamos el ruido terrorífico cambio la gente, estaba de pie al borde de la
del bombardeo de los helicópteros de guerra. calzada llevando solo pantalones camisas y
saris.

Pasamos por un lugar donde acababan de


bombardear la carretera nacional A9, y una
vez más contemplamos la devastación que
había causado el bombardeo y comprendimos
que podría suceder lo mismo a la población
civil de Kilinochchi.

Aunque yo aprecio y respeto las reglas de


seguridad que tienen los organismos de
ayuda, y entiendo la razón por la que tenemos
Los habitantes de Kilinochchi empezaron a que irnos, todavía tengo que asimilar un
dejar la ciudad, dirigiéndose más hacia el sentimiento fuerte de que abandoné a esta
norte, lejos de la artillería que se acercaba. gente. Existe también el dolor y la
Era claro que teníamos que irnos al día culpabilidad de decir “adiós y que os vaya
siguiente o si no quedaríamos abandonados a bien” a nuestro personal, que tan duramente y
nuestra suerte. con tanto empeño trabajó por las víctimas de
la guerra, y dejarlos abandonados a su suerte.
¡Nos vamos!
En la mañana del 16 de setiembre hicimos
una columna con nuestros vehículos. Bajo

Nota: Fotos de la BBC

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