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Profesorado de Ciencias Sociales con orientación en Historia Instituto n°22

Historia Argentina del siglo XIX


Bórmida, Celeste
Falcón, Ricardo. Cap 1 “Las condiciones de trabajo”.
En El mundo del trabajo urbano (1890-1914)
La jornada de trabajo
Durante la última década del siglo XIX el movimiento obrero comenzó una acción consecuente
con la reducción de la jornada de trabajo. Esta será una de las reivindicaciones más importantes
del período.
A medida que pasen los años, se observará una tendencia decreciente de la jornada laboral,
sobre todo en la Capital Federal y otros centros urbanos, donde serán de 9 a 8 hs. En las zonas
rurales, las jornadas laborales continuarán siendo extendidas, en muchos casos de trabajará “de
sol a sol”, es decir más de 10 hs de trabajo continuo.
La UIA y los sectores patronales estarán en contra de la reducción de la jornada laboral,

Descanso dominical
Fue un reclamo anterior a la reducción de la jornada laboral y generó amplios debates, entre los
propietarios de los comercios, los sectores católicos y algunos gremios. El argumento religioso
fue el más importante, aunque los socialistas solicitaban el descanso hebdomedario.
En 1905 se establece por decreto el descanso dominical en Capital Federal y nuevamente surgen
distintos debates: en primer lugar si se extendería este decreto hacia todo el país, en segundo
lugar el pago de esa jornada laboral dedicada al descanso, y finalmente si el mismo sería el día
domingo o podría ser otro día en la semana. Luego de los debates, la ley establecida estaba
circunscrita a la Capital Federal, y no decía nada acerca del pago obligatorio.
En 1911 el Poder Ejecutivo hizo una reglamentación más global donde se establecía el pago de
la jornada laboral de descanso.
La ley fue criticada por el movimiento obrero por la exclusión de algunos gremios (por ejemplo
el panadero) y por la violación sistemática a la misma. En algunos casos, como por ejemplo en
la construcción, los trabajadores no aceptaron esta ley ya que al trabajar los domingos podían
recuperar jornadas laborales perdidas por los días de lluvia.

El trabajo nocturno
Los panaderos popularizaron esta reivindicación a través de numerosas luchas. El reclamo
comenzó a adquirir mayor fuerza a partir de las campañas que la Sociedad de Resistencia de
Obreros Panaderos lanzó a partir de 1894. La agitación de los obreros fue favorecida por la
presentación de un proyecto al Consejo deliberante por el socialista Pittaluga, aunque el mismo
no fue tratado.
En 1895 los panaderos se lanzaron a una huelga por la abolición del trabajo nocturno que
finamente fracasó, pero logró una gran repercusión en todo el movimiento obrero y en la
sociedad.
Las quejas de este sector respecto de los perjuicios de trabajar en ese horario fueron ratificados
por el informe realizado por el Departamento Nacional del Trabajo.
Otros sectores, como los fundidores de bronce y acero apoyaron los reclamos respecto del
trabajo nocturno que también padecían.
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Historia Argentina del siglo XIX
Bórmida, Celeste
La seguridad en el trabajo
Causas de los accidentes:
 Fábricas y talleres: galpones y edificios poco adecuados, construidos de forma
improvisada, talleres pequeños transformados en fábricas por personal no apto debido
al desarrollo del sector industrial; espacios pequeños y piezas peligrosas de las
maquinarias expuestas. Falta de instrucción y trabajo a destajo
 Puerto: fallas en los materiales o deficiencias en la organización del trabajo. Ritmos
acelerados de trabajo en tanto se premiaba a trabajadores que terminaban antes sus
tareas
 Construcción: ruptura de andamios por malas condiciones de los materiales
 Transporte: accidentes. Se hacía responsable a los trabajadores de los perjuicios
causados al material y a las personas
A partir del año 1907 comenzó el Departamento Nacional del Trabajo (en adelante DNT) a
realizar estadísticas sobre los accidentes de trabajo. Los sectores que tenían más cantidad de
incidentes eran la construcción y el transporte
Hacia finales del siglo XIX, lxs trabajadores no percibían ninguna indemnización por los daños
sufridos y en muchas ocasiones debían recurrir a la justicia. En estos casos, debían probar que
el accidente había ocurrido por una falta del empresario, lo cual era difícil. Esto cambió a inicios
del siglo XX, cuando las sentencias judiciales comenzaron a favorecer a lxs trabajadores.
En algunos casos, los empresarios comenzaron a contratar seguros, aunque esto fue reducido y
no se extendió hacia todo el país. Mayormente, eran lxs mismos trabajadores quienes pagaban
las cuotas a los seguros a partir de descuentos y multas sobre sus salarios, lo que generó muchas
manifestaciones para reclamar que el pago sea realizado por los empresarios.
Poco a poco la situación fue cambiando y en 1915 se sancionó la Ley de accidentes de trabajo.

Las enfermedades y el mutualismo


Las sociedades mutuales se fueron organizando desde mediados del siglo XIX y extendieron su
importancia. En algunos casos se estructuraron en torno a grupos étnicos (nacionalidades
extranjeras) o se conformaron sobre bases obreras corporativas. Éstas últimas se desarrollaron
más durante los primeros años del siglo XX.
La mayoría estaba compuesta por obreros sin especificación de oficio y un número más reducido
estaba organizado en torno de un trabajo particular.
La fuente de financiamiento de las sociedades mutuales eran las mensualidades que sus
miembros pagaban y que correspondían al 1% de su salario. Cumplieron un papel muy
importante en el auxilio a los trabajadores enfermos al otorgar un subsidio en los casos de
ausencia por enfermedad en la medida en que no recibían nada de sus patrones.
Algunas empresas buscaron formar sus propias sociedades mutuales, pero allí el otorgamiento
de los subsidios era más restrictivo y en ocasiones generó la disputa con los obreros respecto al
manejo de la misma.
Los sectores anarquistas se opusieron a que los sindicatos realizaran actividades mutuales
debido a que ello podría afectar el carácter puramente de resistencia de las organizaciones
obreras.
Profesorado de Ciencias Sociales con orientación en Historia Instituto n°22
Historia Argentina del siglo XIX
Bórmida, Celeste
La higiene en los talleres
Precarias condiciones de salubridad, muchas veces como consecuencia de la improvisación de
los lugares de trabajo. Éstas eran denunciadas por los periódicos obreros y por inspectores del
DNT y del Departamento Nacional de Higiene.
Condiciones en algunos talleres y fábricas
 Ausencia o insuficiencia de baños donde poder lavarse
 Escasez y malas condiciones de letrinas
 Mala calidad del agua utilizada tanto para consumo de lxs trabajadores como para la
confección de alimentos
 Falta de luz adecuada
 Falta de ventilación de los espacios. En muchos casos eran sótanos o cuartos de los
conventillos
 Ausencia de controles médicos a lxs trabajadores que ingresaban lo que propiciaba el
contagio de enfermedades infecciosas
Hacia inicios del siglo XX las condiciones fueron mejorando, sobre todo en las grandes fábricas,
gracias a los reclamos del movimiento obrero.
La superación de peligros provenientes de algunas tareas, como la manipulación de materias
tóxicas y a falta de profilaxis resultaron más complejas, debido a la falta de prevenciones de los
propietarios de los establecimientos y por la resistencia de lxs trabajadores. Por esas razones
tanto los periódicos obreros como el PS reclamaron al Estado la obligatoriedad de la utilización
de las medidas preventivas
Las malas condiciones de salubridad no fueron en principio los temas que estuvieron en el centro
de la agitación obrera. Cuando los gremios lograron afianzar algunas conquistas el problema de
las condiciones de trabajo de la higiene en los talleres fue adquiriendo mayor importancia.

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