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BINDU

En el centro (de los nueve triángulos entrecruzados)


hay un punto, el bindu, misteriosa “gota” matriz
Tucci, Giuseppe (1974:60).

Una gota de luz cayó sobre la gota

SOÑANDO EN CHORONÍ

Al atardecer
un caballo
camina
sobre las tumbas
Arranca la hierba
con sus grandes dientes
manchados
El cementerio
desciende hasta el mar
que se derrumba
sobre sí mismo
en ondas
sobre las cuales me deslizo
a fondo
en mi lancha de motor
fuera de borda
No soy Ulises
pero navego sobre la vastedad
La realidad de los sueños
se eleva
como la ola
sobre los sueños
de la realidad
Se estrella
a lo lejos
contra la arena
de la playa
Y te baña los pies

SOLSTICIO DE INVIERNO EN EGIDO

La gente poda las matas


restaura las fachadas
porque esta noche
regresa
la luz

Giran los zamuros


sobre la estatua de Bolívar

Bajo su sombra
que decrece
algo se pudre

El milenio termina
y comienza
otra vez
la eternidad

Me miro mirar:
los zamuros
disfrutan el despojo
y el silencio:
¿es esférico?
DE UNA RAMA EL REFLEJO

En el fondo del charco


dejado por la lluvia
oscila el reflejo de una rama:
de una rama el reflejo
donde aguarda un pájaro
el impulso
que lo regrese al vuelo
EL OJO DE LA VIOLETA

Esta cicatriz
Es el ojo de la violeta
D.H. Lawrence

Ella tiene los pezones


del color de la violeta
Ella tiene los pezones
del color del ojo de la violeta
Ella tiene los pezones
como espirales de greda
Como espigas
que maduran
y estallan
bajo la tierra
Me gusta
después de la lluvia
el regocijo de los pájaros
entrecruzándose en la luz

Ver las nubes


a través de las ramas
que el viento mueve

Ser la mano
sobre la página que escribo
El índice, el medio y el pulgar
aprisionando el lápiz
Entregándose
tensos
al dictado de las letras
mientras el meñique y el anular
se arrastran
sobre el blanco papel
como gusanos

Me gusta
enlazarme contigo

Escuchar juntos la orilla de las lomas


la caída de las cimas que se desmoronan en la oscuridad
y dejar de ser:
en tí
ARBALAP

Miro la mano que se mueve


Miro la escritura
que escribo
Miro la palabra palabra
Tiene tres sílabas

Cuatro consonantes

y una vocal
tres veces repetida:
Me gusta como suena al revés
Escúchala.
EL RETORNO DE ULISES

El mar se extiende como una alfombra


sobre el piso de tablones
donde Ulises navega
solitario en su balsa
hacia el noreste
y mira hacia nosotros
con los ojos volteados
entregados al sueño
que estalla como un trueno
en mi desierta habitación:
en el enorme escaparate
donde cuelgan
mis calzones raídos
mis camisas deslavadas
mis trapos oxidados por los naufragios

Si topo alguna orilla


me sentaré en la poltrona
a escuchar el mar

O saldré por la puerta entreabierta


para que otro venga
y escuche
Y me iré a la ciudad
a recorrer las plazas
y los templos vacíos
donde nadie celebra nada

CANTO PARA UNA SOLA VOZ

El gonzalito
merodea
sobre la copa
del árbol de caucho
que ensombrece el jardín
y cubre la grama
de pesadas hojas doradas

Su canto
es monódico
semejante
al gregoriano

Lo escucho
remuevo la tierra
y en lugar de semillas
siembro piedras
que dejó el río
cuando esta casa
fue su cauce

No te burles de mí
pájaro que desbrozas
la luminosa mañana

Aunque me dejes
no podrás dejarme

De algún rincón
de mi memoria
donde estarás
tan vivo
como ahora
te haré volver

Merodearás
sobre la copa
de este mismo árbol
que ensombrece el jardín
donde estaré sentado
mirando los juegos de la luz
en la cresta de la montaña
y de nuevo te escucharé
Mi abuelo vivió mas de la cuenta
El día que lo llevaron
a la mesa de operaciones
(tenía más de noventa años)
me miró y me hizo saber
con aquella su secreta mirada
que estaba entregado a la muerte
dispuesto a acceder a todo lo que se prescribiera
en su contra o en su favor:
Cómase esto, no beba aquello…
Y llegó hasta la terapia intensiva
donde lo mantuvieron vivo
mas allá del tiempo que hubiese durado
si su muerte no hubiese sido intervenida .
COMO SI FUERA UN ABEDUL

Llamaron a los sifilíticos


que se sentaron a comer
y hablaron con entusiasmo
o con desgana
de su sangre llena de cruces
y de los chancros

Tomaron con despreocupación


o con asco
los pedazos de pan duro
que desbordaban la bandeja

y después de humedecerlos en la sopa


los masticaron en sus hocicos
que eruptaban repollo agrio y vodka

Y fue entonces
alrededor de aquella mesa
cuando en la mente de aquel hombre
que se masturbaba de noche en la camilla
se insinuó el segundo tema del Final
de la Cuarta Sinfonía
de Chaikovski

Se puso en cuclillas
y bailó:
y volvió
a levantarse
una y otra vez
lanzando
sus piernas
al vacío
Canturreando
la remota canción
como si alguien muy amado
se le hubiera muerto
y se la dictara

Como si fuera un abedul


que en el campo
se alzara

.
Apoyado en la punta del lápiz
dibujo la letra
que
(como un anzuelo)
espera la palabra
que inicie el relato.
Mas lento que una tortuga
saco la cabeza
de la sombra donde dormito
y descifro
los volúmenes del mundo
que se aplasta bajo el sol
de este verano

Quiero dormir (es cierto) pero no morir


Bajé el nido
que un pájaro
construyó
en el samán

Lo desarmé

Brizna tras brizna


Las rosas podadas del jardín
acechan con sus brotes
que pugnan por salir
de las heridas recientes

Es menguante
Y es tiempo todavía
De seguir mutilándonos

¡Que despunte la rosa


y trueque la tiniebla
por colorida penumbra!

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